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“¿Por qué los planetas no hablan? Primero porque no tienen nada para decir, segundo porque
no tienen tiempo, tercero porque se los ha hecho callar”. Lacan relaciona la respuesta a esta
pregunta formulada por Koyre: “porque no tienen boca” con el delirio de negación de algunos
pacientes psiquiátricos. Los pacientes psicóticos no hablan porque están identificados a una
imagen total donde falta una hiancia, un vacío del deseo. Las estrellas y los planetas hablaban
en tiempos anteriores, pero la ciencia redujo todo ese universo real a un lenguaje. Si los
planetas respondieran nos sorprenderíamos, es decir saldrían del marco simbólico rígido en el
que existen, provocarían una irrupción imaginaria. Hablar es hacer uso del significante para
engañar, para engañar doblemente. (¿por qué me decís que vas a lenemberg… etc).
En este sentido, destaca a la palabra como el soporte material de la práctica analítica. “ya se
dé por agente de castración, de formación o de sondeo, el psicoanálisis no tiene sino un
médium: la palabra del paciente”3. La propuesta de lectura de Lacan consiste en volver a los
textos Freudianos desde la perspectiva de los aportes de la lingüística estructural, lo cual
implica repensar los distintos elementos de la clínica en función de los mismos. La
transferencia cobra en relación a la palabra una importancia particular.
Hablar sin dudas hace referencia al discurso. El discurso tiene en psicoanálisis distintos
aspectos. Una primera observación sería que al ser el psicoanálisis una ciencia de lo particular
el discurso del sujeto tiene una relación con su propia historia, como destaca Lacan, en la
recomposición de la historia, en la restitución de la palabra de una historia vedada para el
sujeto, allí reside la verdad del inconsciente. El ejemplo qué es el hombre de los lobos y la
escena primordial: ¿acaso importa verdaderamente que fue lo que vio el ruso? De ninguna
manera, lo trascendente es la reconstrucción en análisis de una verdad cuyo fundamento es la
palabra, y que tiene efectos sobre el sujeto, en una dimensión sincrónica.4
1
Introducción al gran otro página 355
2
Semiinario 1, pagina 31.
3
Función y campo de la palabra pág 240 de los escritos.
4
Esto habría que verlo pero me parece que Lacan va por acá, no ubicar la verdad en tanto real sino que
la verdad se produce discursivamente, y como el discurso existe sincrónicamente, bueno eso.
El discurso está compuesto por fonemas, cabe aclarar que existen estudios estructurales sobre
lo fonemático (los cuales creo yo que lacan toma para hacer ciertas observaciones) en los
cuales lo fonemático es pensado como sistema cuyo valor se define por pura diferencia (como
los signos) y de esa manera llevar todo al tema del significante. A lo mejor simplifica pero
bueno creo que por ahí va la cuestión.
Cuando se habla nunca hay 2 sino 3. Esto está en el seminario 1 pero sin duda con la
Introducción del gran Otro es que el tema se entiende. Hay un aspecto del discurso que apunta
al otro, la direccionalidad consiente del discurso, pero por otro lado , se habla al Otro – allí la
palabra plena, lo otro es palabra vacía. Esta parte del discurso va en dirección opuesta del
discurso consiente, es disruptivo, afecta a la continuidad del discurso Cc. Allí situamos la
intersubjetividad. (Atraviesa el muro del lenguaje en el esquema lambda)
Con respecto a la palabra plena y vacía, en la palabra vacía el sujeto parece hablar en vano de
alguien que aunque se le pareciese hasta la confusión, nunca se le unirá a él en la asunción de
su deseo (acá podemos pensar el tema de lo imaginario). La palabra plena guarda relación con
la rememoración, con el concepto tan particular de memoria que formula Freud, - no se trata
de memoria biológica ni de mistificación intuicionista, ni de la paramnesia del síntoma, sino de
rememoración, es decir de historia – el efecto de una palabra plena es reordenar las
contingencias pasadas dándoles el sentido de las necesidades por venir, tales como las
constituye la poca libertad por medio de la cual el sujeto las hace presentes. Es decir la palabra
plena produce una verdad sobre la historia del sujeto que tiene efectos en la cura.5
Con respecto al lenguaje, el lenguaje es el lugar del sujeto, mientras que la palabra es la
función. Creo que en este sentido está la apuesta de la ontología del icc lacaniano. El sujeto no
tiene que ver con un “adentro” o una historia mnémica reprimida, sino que es efecto del
discurso soportado transferencialmente. El icc es el discurso del Otro, totalmente ajeno al yo,
al sentimiento del sí mismo.
En la segunda clase del seminario uno Lacan hace un trabajo de ubicar a la resistencia en los
haces del discurso, en los núcleos que ubica Freud en estudios sobre la histeria en dos
direcciones distintas, en un haz radial y en uno longitudinal. Cuando hablamos de resistencia
hablamos de la relación entre lo icc y lo consciente. Por otro lado hablamos de la situación
5
Todas frases de función y campo de la palabra.
6
Esta en el escrito variante de la cura-tipo. Lo encontré en una clase de García ponte.
analítica, ¿hay resistencia por fuera del análisis? – Se podría pensar que no en tanto la
resistencia es un fenómeno transferencial.
La resistencia aparece cuando se acerca a un nódulo que el discurso rechaza, una región en
donde se hace sentir de forma neta; aquí aparece la transferencia. La transferencia se produce
porque satisfacía a la resistencia: “Súbitamente me doy cuenta de que está aquí” frase que
formulan los pacientes cuando están por llegar a elaborar algo. Hay ahí un viraje de la función
de la palabra. En este viraje se experimenta la presencia. Cuando el Sujeto, duda, vácila, ahí
está lo interesante, esa es la forma de asegurarse que vamos por un buen camino al
interpretar un sueño u otra formación del Icc. La resistencia tiene presentación transferencial.
En ese momento asistimos a la emergencia de una palabra verdadera, palabra plena que
realiza la verdad del sujeto.
La resistencia es del discurso en tanto el mismo rechaza puntos de la historia del sujeto que no
han sido “integrados”, verdaderos huecos en la historia del sujeto. La palabra plena implica
una revelación la de la verdad del sujeto, algo del orden de lo reprimido.
La demanda y el deseo.
“El deseo desborda el margen en el que la demanda, se desgarra de la necesidad: margen que
es el que la demanda, cuyo llamado no puede ser incondicional más que si es dirigido al Otro,
abre bajo la forma de la falla posible que puede aportarle la necesidad, por no tener
satisfacción universal. Margen que, por más lineal que sea, deja aparecer su vértigo, por poco
que no esté recubierto por el pisoteo de elefante del capricho del Otro. Es ese capricho sin
embargo el que introduce el fantasma de la Omnipotencia no del sujeto, sino del Otro donde
se instala su demanda, y con ese fantasma la necesidad de su refrenamiento por la Ley.
Pero nos detenemos aquí también para regresar al estatuto del deseo que se presenta como
autónomo con relación a esa mediación de la Ley, por la razón de que es por el deseo por el
que se origina, en el hecho de que por una simetría singular, invierte lo incondicional de la
demanda de amor, donde el sujeto permanece en la sujeción del Otro, para llevarlo a la
potencia de la condición absoluta”7.
La función del sujeto tal como la instaura la experiencia freudiana descalifica desde su raíz lo
que bajo este título, cualquiera sea la forma en que se vistan sus premisas, no hace sino
perpetuar un marco académico. Freud prefiere el discurso de la histérica. EL sujeto freudiano
implica el regreso de la verdad al campo de la ciencia.
Una vez reconocida la estructura del lenguaje en el icc, ¿qué sujeto podemos concebirle?
Lacan propone partir de la definición que la lingüística hace del yo como significante vacío que
depende del sujeto que toma el lugar de hablante, es decir que designa al sujeto de la
enunciación pero no lo significa.
Esta respuesta no podría venir de él pues él no sabe que dice ni que dice algo.
Necesitamos reducir todo a la función del corte en el discurso. Este corte en la cadena
significante es el único que verifica la estructura del sujeto como discontinuidad en lo real.
Alienación y Separación
Lacan elabora estos conceptos para trabajar la relación del sujeto con el Otro.
La alienación, según Lacan, no significa la dependencia del sujeto con el Otro. Expresa la
condición que resulta para el sujeto de su relación con el significante, y que consiste en una
elección forzada entre el ser y el sentido – a favor del sentido-. El sujeto no emerge como
sentido sino al precio del borramiento de su ser: afanisis (desaparición – Fading entre S1 y S28).
7
La subversión del sujeto, escritos 2 pagina 774.
8
El tema del fading es más o menos así. El sujeto dividido del Icc por S1 y S2, tiene que ver con que el
sujeto pregunta al Otro por su ser, por su identidad (quedando objetalizado), el Otro no puede darle una
respuesta por más consistente que sea, ya que si le da un S1 , el sujeto queda marcado con ese
significante Unario, pero como el significante en cuanto tal, no significa nada el S1 no significa nada, y
entonces si le da un S2 y aparece la significación, pero desaparece la marca del S1. Entonces el sujeto no
puede conseguir una identidad plena, por eso está divido y en constante desaparición. El objeto a
funciona en el lugar de la garantía faltante del Otro, para no desaparecer. Como el Sujeto esta siempre
en Fading entre S 1 y S2 el objeto a funciona de soporte, como nada puede nombrarlo o darle identidad
O la bolsa o la vida pero no los dos. La elección de la bolsa, implica la perdida de la vida y por lo
tanto de la bolsa por lo tanto no es una opción viable, pero la elegir la vida implica una pérdida
de alguna manera irreparable.
La elección obligada del sentido tiene por consecuencia que el sentido “solo subsiste
cercenando esa porción de sin-sentido que constituye, en la realización del sujeto, el
inconsciente.9” La realización del sujeto, ese hecho de que él sea real, está pues ligada a esa
imposibilidad de conservar todo el sentido. Para Lacan, lo real es la categoría de lo imposible.
“La interpretación no está abierta a todos los sentidos. Es una interpretación significativa que
no debe fallar. No obstante esta significación no es lo esencial para el advenimiento del sujeto.
Es esencial que el sujeto vea a que significante – sin sentido, irreductible, traumático – está
sujeto como sujeto”10.
La separación es la vía del retorno de esa afanisis, aquí ya no es el significante mismo sino el
intervalo entre los significantes el que le ofrece una posibilidad al sujeto. Todo surgimiento de
un significante abre una falla en el Otro, suscitando el enigma de su deseo. (Usa el ejemplo de
los por qué del niño).
Separare (separar), se parare (adornarse), se parere (parirse, engendrarse) lacan hace juego de
palabras en latín, para explicar cómo la pulsión (en relación con el objeto a) le provee al sujeto
el soporte de su falta en ser. El viviente sexuado está definido por una falta irreductible, la
muerte el a. Por el otro, la alienación destina al sujeto a la afanisis.
Una certeza no había capturado a un sujeto sino para hacerlo desaparecer en la represión
originaria: certeza sin sujeto (alienación). Es el sujeto en eclipse ante el significante. Pero la
certeza volverá a encontrar a ese sujeto en el fantasma, en eclipse esta vez ante el objeto a
(separación).
plena, el objeto le da una cierta consistencia. Este objeto hace semblante de identidad pero no es la
identidad.
9
Página 219 del seminario 11
10
Página 258
La alienación tiene que ver con los significantes y la separación con el objeto a.