DICCIONARIO DE POLÍTICA

bajo la dirección de
NORBERTO BOBBIO, NICOLA MATTEUCCI
y GIANFRANCO PASQUINO

nueva edición enteramente revisada y ampliada

redactores de la edición en español

JOSÉ ARICÓ, MARTÍ SOLER y JORGE TULA

traducción de
RAÚL CRISAFIO, ALFONSO GARCÍA, MIGUEL MARTÍ,
MARIANO MARTÍN y JORGE TULA
 g
  

s
 



siglo xxi editores, méxico siglo xxi editores, argentina

CERRO DEL AGUA 248, ROMERO DE TERREROS, GUATEMALA 4824, C 1425 BUP
04310 MÉXICO, DF BUENOS AIRES, ARGENTINA
www.sigloxxieditores.com.mx www.sigloxxieditores.com.ar
salto de página biblioteca nueva a
ALMAGRO 38, 28010 ALMAGRO 38, 28010 DIPUTACIÓN 266, BAJOS,
MADRID, ESPAÑA MADRID, ESPAÑA 08007 BARCELONA, ESPAÑA
www.saltodepagina.com www.bibliotecanueva.es www.anthropos-editorial.com
 SOCIEDAD CIVIL
tivas de Ia realidad polItica. Por mucho que
en la vida adulta se prolongue el proceso de
s. poiltica, no deberIa ser dificil encontrar que
también en este estadio de vida el aprendiza-
je politico podria seguramente caer bajo la
influencia de fuertes identificaciones y corn-
promisos emotivos.
BIBLIOGRAF!A: R.E. Davson y K. Prewitt, Political
socialization, Boston, Little, Brown and Co.,
1967; F.Y. Greenstein, Children and politics, New
Haven, Yale University Press, 1965; H. Hyman,
Political socialization: study in the psychology of
political behavior, Nueva York, Free Press, 1959;
M.K. Jennings y R.G. Niemi, The political cha-
racter of adolescense: the influence of families
and schools, Princeton, Princeton University
Press, 1974; A. Oppo (comp.), La socializzazione
politica, Bolonia, Ii Mulino, 1980; A. Percheron,
Le vocabulaire politique des en fonts, Paris, Cohn,
1974; S.A. Renshon (comp.), Handbook of politi-
cal socialization, Nueva York, Free Press, 1977;
D. Scaring, J. Schwartz y A. Lind, The structu-
ring principle: political socilization and political
belief systems, en American Political Science
Review, LXVII, 1973, pp. 415-432; R. Weissberg,
Political learning, political choice and democra-
tic citizen-ship, Englewood Cliffs, Prentice-Hall,
1974.
[ANNA opo]
sociedad civil'
I. LA SOCIEDAD CIVIL EN LOS IUSNATURALISTAS. La
expresión "s. civil" ha tenido, en el curso del
pensamiento politico de los ultimos siglos,
varios significados sucesivos, el ñltimo de los
cuales es el que quedo acunado en ci lengua-
je politico de boy (v. § vi), y es profundamen-
te distinto del primero y en cierta medida
opuesto.
En su acepción originaria, desarrollada en
el ámbito de la doctrina politica tradicional,
en particular en ]a doctrina iusnaturalista, "s.
civil" (societas civiles) se contrapone a "socie-
dad natural" (societas naturalis), y es sinóni-
mo de "sociedad politica" (en corresponden-
cia con Ia derivaciOn, respectivamente, de
civitas y de polis) y por lo tanto de "estado".
Segiin el modelo iusnaturalista del origen del
1519
estado, que se repite con sensibles variacio-
nes pero sin alteraciones sustanciales de Ia
dicotomia fundamental estado de naturaheza-
estado civil, de Hobbes, que es el creador, has-
ta Kant y los kantianos, el estado 0 S. civil
nace por contraste con un estado primitivo
de Ia humanidad en ci que el hombre vive no
teniendo otras leyes que las leyes naturales,
o sea que nace con Ia institución del poder
comün que solo es capaz de garantizar a los
individuos asociados algunos bienes funda-
mentales como la paz, la libertad, Ia propie-
dad y la seguridad, que en ci estado de natu-
raleza están completamente amenazadas por
la explosion de conflictos cuya soluciOn está
confiada exclusivamente a Ia autotutela.
Dicho con las palabras de Locke: "Los que se
hahlaren unidos en ci cuerpo y tuvieren Icy
comiin y judicatura establecida a quienes apo-
yar, con autoridad para decidir en las contieri-
das entre ellos y castigar a los ofensores, esta-
ran entre ellos en s. civil, pero quienes no
gocen de tal comOn apehación [ ... 1 se hallan
todavia en el prIstino estado natural" (Segun-
do iratado sobre el gobierno, § 87). Dicho con
las palabras de Kant: "El hombre debe salir
del estado de naturaleza, en el cual cada uno
sigue los caprichos de su propia fantasia, y
unirse con todos los otros [ ... ] sometiéndose
a una constricción externa pOblicamente legal
[...]:vale decir que cada uno debe, antes que
cualquier otra cosa, entrar en un estado civil"
(MetafIsica de las costumbres. I. Doctrina del
derecho, § 44).
En ci sentido de sociedad polItica o estado,
Ia expresiOn s. civil es también usada comOn-
mente por teOlogos, canonistas y en general
por escritores del derecho eclesiástico y de
historia religiosa para distinguir la esfera de
lo temporal de ha esfera de lo espiritual, ia
esfera de las relaciones sobre las que se
extiende ci poder politico de ha esfera de las
relaciones en Ia que ho hace el poder rehigio-
so. En el lenguaje de la doctrina cristiana de
las relaciones entre iglesia y estado ci proble-
ma de estas relaciones se presenta e ilustra
como probiema de las relaciones entre s. civil
y sociedad rehigiosa. Lo que cambia en este
uso de ha expresión no es tanto ci significado
de s. civil cuanto ci criterio de distinción de
su opuesto: mientras s. civil y sociedad natu-
ral se distinguen entre si porque una está ins-
tituida sobre relaciones de poder y ha otra no,
1520 SOCIEDAD CIVIL
s. civil y sociedad religiosa se distinguen entre
si por los diversos tipos de relaciones de
poder que existen en la una y en la otra. En
Filosofia del diritto (1841-1845) Rosmini dis-
tingue tres tipos de sociedad, a las que llama
teocrática, doméstica y civil.
II. EN ROUSSEAU. Una segunda acepción deriva
del hecho de que los mismos escritores, cuan-
do quieren aportar un argumento a favor de
la historicidad del estado de naturaleza, tien-
den a identificarlo con el estado en ci que se
encontraban y se encuentran todavIa los pue-
blos salvajes. Para probar la realidad del esta-
do de naturaleza Hobbes da el ejemplo, en
nuestra época, de los "americanos", y, en épo-
cas pasadas, de razas "boy civilizadas y flo-
recientes, pero entonces salvajes, pobres,
feas, efImeras y desprovistas del solaz orna-
mento que la paz y la sociedad suelen propor-
cionar a la vida" (De cive, § i, 13); en otro
lado dice que "en varias comarcas de Amen-
ca, si se exceptüa el regimen de pequenas
familias cuya concordia depende de la con-
cupiscencia natural, carecen de gobierno en
absoluto" (Leviatán, cap. xHi). Basándose en
José de Acosta, Locke registra la información
segün la cual "en muchas partes de America
no habIa ningün gobierno" y por lo tarito
"aquellos hombres [ ... ] por largo tiempo no
tuvieron ni rey ni repüblica, sino que vivian
en bandas" (Segundo tratado sobre el gobier-
no' § 102). A través de la identificación del
estado de naturaleza y del estado salvaje, la
s. civil deja de contraponerse no solo a la
sociedad natural, abstracta e idealmente con-
siderada, sino también a la sociedad de los
pueblos primitivos, con la consecuencia de
que la expresión s. civil adquiere en estos nue-
vos contextos también el significado de socie-
dad "civilizada" (donde "civil" no es más adje-
,tivo de civitas sino de civilitas). Por lo demás
ya Hobbes, en un célebre pasaje del De cive,
donde contrapone mediante una serie de anti-
tesis muy marcadas los beneficios del esta-
do a las desgracias del estado de naturaleza
(x, 1), atribuye claramente a la vida en el
estado todos los caracteres que distinguen el
vivir "civil" (entre ellos "el dominio de la
razón, Ia paz, la seguridad, Ia riqueza, la
decencia, la sociabilidad, el refinamiento, la
ciencia y la benevolencia").
La distinción entre las dos acepciones -s.
civil como sociedad polItica" y s. civil como
"sociedad civilizada"— es importante porque,
mientras que en la mayor parte de los escri-
tores de los siglos xvii y xviii los dos signifi-
cados se superponen —en el sentido de que
el estado se contrapone en general al estado
de naturaleza y al estado salvaje, y por lo tan-
to 'civil" significa contemporáneamente
"politico" y "civilizado"—, en Rousseau los
dos significados se separan. Cuando en la
segunda parte del Discurso sobre el origen de
la desigualdad, Rousseau describe el paso del
estado de naturaleza al de Ia s. civil ("ci pri-
mero que, después de haber cercado un terre-
no, pensó en decir esto es mb, y encontró
otros tantos ingenuos que les creyeron, fue
el verdadero fundador de la s. civil"), él usa
s. civil no en el sentido de sociedad polItica
sino exclusivamente en el de "sociedad civi-
lizada" (donde por otro lado "civilizaciOn" tie-
ne, como es sabido, una connotación negati-
va). Esta s. civil descrita por Rousseau es tan-
to menos identificable con Ia sociedad polIti-
ca o estado cuanto que se presenta en algu-
nos paIses como un estado en el que "las
usurpaciones de los ricos, el bandidaje de los
pobres, las pasiones desenfrenadas de todos"
generan un estado de "guerra permanente"
que hace pensar en ci estado de naturaleza
hobbesiano. En otras palabras, mientras que
para Hobbes (y también para Locke) la s. civil
es Ia sociedad polItica y en general Ia socie-
dad civilizada (y civilizada en cuanto politi-
ca), la s. civil de Rousseau es la sociedad civi-
lizada pero no es necesariamente afin una
sociedad politica (la cual surgirá sobre Ia base
del contrato social y será una recuperación
del estado de naturaleza y una superación de
la s. civil), antes bien, es, hobbesianamente,
una sociedad natural.
Iii. EN HEGEL. La tercera acepción es la que fue
hecha célebre por Hegel en los Principios de
la filosofla del derecho. En el sisterna hege-
liano el espIritu objetivo (que sigue al espIri-
tu subjetivo y precede al espInitu absoluto) es
distinto en los tres momentos del derecho
abstracto, de la moralidad y de la eticidad.
La eticidad a su vez es distinta en los tres
momentos de la familia, de la s. civil y del
estado. Como se ye, Ia s. civil, en esta siste-
matización general de Ia materia tradicional
asignada a Ia filosofIa practica, no coincide
 SOCIEDAD CIVIL
más con el estado sino que constituye un
mornento preliminar. La s. civil no es más la
familia, que es una sociedad natural y la for-
ma primordial de la eticidad, pero tampoco
es todavia el estado, que es la forma toda des-
plegada de Ia eticidad y que en cuanto tal sin-
tetiza en si y supera, negandolas y sublimán-
dolas, las formas precedentes de sociabilidad
humana. Ubicada entre la forma primitiva y
Ia forma ñitima del espiritu objetivo la s. civil
representa para Hegel el momento en el que
La uriidad familiar, a través del surgimiento
de las relaciones económicas antagónicas pro-
ducidas por la necesidad en que se encuen-
tra el hombre de satisfacer sus propias nece-
sidades mediante el trabajo, se disuelve en las
clases sociales (el sistema de las necesidades),
en que Ia lucha de las clases encuentra una
primera mediación en Ia resolución pacifica
de los conflictos a través de la instauración
de Ia icy y de su aplicación (Ia administración
de La justicia), en fin, en que los intereses
comunes encuentran una primera reglamen-
tación puramente externa en Ia actividad de
Ia administración publica y en Ia constitución
de las corporaciones de oficios (policia y
gremios).
Para hacer entender que la s. civil posee
algunas caracteristicas del estado pero no es
ann ci estado, Hegel Ia llama "estado exter-
no" o "estado del intelecto". Lo que falta a
Ia s. civil para ser estado es ci carácter de la
organicidad. El paso de Ia s. civil al estado
se produce cuando ias panes separadas de la
sociedad que nacen de Ia disoluciOn de Ia
familia se unifican en una totalidad orgáni-
ca. "Cuando se confunde ci estado con la s.
civil y es determinado con base en Ia seguri-
dad y proteccion personal, ci interés del mdi-
viduo en cuanto tal se ha transformado en ci
fin iiitimo. Este fin es lo que los habia guia-
do al unirse, de lo que se desprende, ademas,
que ser miembro del estado corre por cuen-
ta dcl arbitrio de cada uno" (§ 258, comenta-
rio). Con Ia separación de s. civil y estado
Hegel quiere atacar las teorias precedentes,
caras a los iusnaturalistas, quc, identifican-
do ci estado con la s. civil, o sea con una aso-
ciación voluntaria que nace de un contrato
para la protección externa de los bienes de
cada individuo, no logran dar cuenta de Ia
real y efectiva majestad del estado en nom-
bre de la cual los ciudadanos son ilamados
1521
en momentos de dificuitades graves también
al supremo sacrificio de ia vida. Una distin-
ción muy similar entre s. civil y estado habia
sido sostenida, antes de Hegel, por August
Ludwig Schlozer (1793), y luego, con una refe-
rencia directa al mismo Schlozer, retomada
y reconfirmada por Ansclm Feuerbach, ci
cual, admitiendo la vieja doctrina de los dos
pactos constitutivos del estado, sostuvo que
con ci primero (ci pactum societatis) los mdi-
viduos dan origen pura y simplemente a la s.
civil y solo con ci segundo (el pactum subiec-
tionis, ai que Feuerbach agrega un tercero, el
pactuni ordinationis civilis) transforman ia s.
civil en estado (Antihobbes, 1798, cap. u).
JV. EN MARX. No es improbable que iriclinado
este tercer modo de entender Ia s. civil hacia
Ia crItica de Ia teoria iusnaturalista, sobre
todo hacia Ia tcoria lockiana —por la cual ci
estado, no siendo otra cosa quc una asocia-
ción de propictarios, no puede ser considera-
do un estado en ci sentido fuerte de la pala-
bra a Ia manera de Hegel—, intervenga un ter-
cer significado de "civil", que en su forma ale-
mana, biirgerlich, significa también "bur-
gués". En rcalidad, algunas páginas de ia
sccción dedicada por Hegel a Ia s. civil, espe-
cialmente las que describen ci sistema de
necesidades, donde entre otras cosas se
encuentra ci reconocimiento de la importan-
cia y de la novedad de Ia economIa politica,
"ciencia quc hace honor al pensamiento", son
una fiel representación de las relaciones eco-
nOmicas entre individuos en conflictos entre
51, caractcristicas de la imagen que la socie-
dad burguesa tiene de si misma.
El paso dcl significado de s. civil —en sus
varias acepciones hasta ahora relevantes— ai
significado de "sociedad burguesa" ha ocu-
rrido con Marx. Cuando en La cuestiOn judla
Marx describe ci proceso a través del cual la
s. civil se emancipa del estado que impide su
iibrc desarrollo y se escinde en individuos
independientes que se proclaman libres e
iguales ante el estado, cuando critica los pre-
tendidos derechos naturales universales y
abstractamenté humanos como derechos
nacidos de la s. civil, es entonces cuando
deviene claro que por s. civil se dcbe enten-
dcr "sociedad burguesa". El proceso de for-
macion de la sociedad civil-burguesa cstá en
efecto contrapuesto al de La sociedad feudal:
1522 SOCIEDAD CIVIL
"La emancipación poiltica fue, a la par, la
emancipación de la s. civil con respecto a Ia
polItica, su emancipación hasta de la misma
apariencia de un contenido general. La socie-
dad feudal se hallaba disuelta en su funda-
mento, en el hombre. Pero en el hombre tal
y como era en su fundamento, en ci hombre
egoista. Este hombre, el miembro de la socie-
dad burguesa, es ahora Ia base, Ia premisa del
estado politico. Y como tal es reconocido por
el en los derechos humanos." (Se nota, entre
otras cosas, que si en este contexto se tradu-
jera "civil" a cambio de "burgues", Ia frase
resultaria casi incomprensible.) El pasaje
canónico de esta nueva acepción es el del
"Prologo" a la Contribución a la crutica de la cas intersubjetivas entre los individuos, mdc-
economla polItica, en donde Marx afirma que
justamente estudiando a Hegel habia arriba-
do a la convicción de que las instituciones
poilticas y juridicas tenIan sus raices en las
condiciones materiales de vida, "cuya totali-
dad agrupa Hegel [ ... 1 bajo el nombre de 's.
civil', pero que es menester buscar la anato-
mIa de la s. civil en la economia politica". No
importa que Marx en este pasaje haya dado
una interpretaciOn deforrnada o por lo menos
unilateral de la s. civil de Hegel, haciendola
coincidir con Ia esfera de las relaciones eco-
nómicas, mientras que, como habIamos vis-
to, la s. civil de Hegel se extiende y abarca
también la regulacion externa (estatal) de
estas relaciones, y es por lo tanto ya una for-
ma preliminar y, en cuanto tal, insuficiente
del estado. Lo que importa destacar es que
en la medida en que Marx hacIa de la s. civil
el ámbito de las relaciones económicas, o sea
de las relaciones que caracterizan Ia estruc-
tura de toda sociedad, o bien 'la base real
sobre la cual se alza un edificio juridico y poli. solo dehmitados entre si por su individuali-
tico", la expresión s. civil, que en los escrilo-
res iusnaturalistas significaba —por lo demás
conforme a la etimologIa— la sociedad poll-
tia y el estado, eu este caso significa (y sig.
nificará desde ahora en adelante cada vez
más, por influjo del pensamiento marxiano)
Ia sociedad preestatal, y por lo tanto tiene Ia
misma función conceptual que tenia en los
escritores iusnaturalistas el estado de natu-
raleza o la sociedad natural, que era cabal-
mente Ia sociedad de las relaciones natura-
les o económicas entre los individuos, y de
cuya insuficiencia nacia laexigencia de pasar
a un estadio superior de agregaciOn (de civi-
lización) como era Ia sociedad polItica o
estado.
Como se ye, al término de este proceso de
modificaciones, o tal vez sea mejor decir de
deslizamientos de significado, s. civil ha ter-
minado por tener finalmente un significado
opuesto al que habja tenido en sus inicios. En
otras palabras, en la gran dicotomia sociedad-
estado, propia de toda la filosofia politica
moderna, s. civil representa al principio el
segundo momento y al final el primero, aun-
que cambiando sustancialmente ci significa-
do: en efecto, tanto la sociedad natural" de
los iusnaturalistas como la s. civil de Marx
indican Ia esfera de las relaciones econOmi-
pendientes, abstractamente iguales, contra-
puesta a la esfera de las relaciones politicas,
que son relaciones de dominio a, dicho con
otras palabras, Ia esfera de lo "privado" (en
el sentido en que "privado" es otro sinónimo
de "civil" en expresiones como "derecho pri-
vado" que equivale a "derecho civil") contra-
puesta a Ia esfera de lo puiblico. En La Sagra-
da Familia Marx define a la s. civil con pala-
bras que no difieren de las usadas por los ius-
naturalistas para definir el estado de natura.
leza: "El estado moderno tiene como su base
natural [debe entenderse 'natural'] Ia s. civil
el hombre de la s. civil, es decir ci hombre
independiente unido a otro hombre sOlo con
el vInculo del interés privado y de Ia incons-
ciente necesidad natural." Es más, el carác-
ter especIfico de Ia s. civil (burguesa) asi def i-
nida es el del estado de naturaleza hobbesia-
no, o sea la guerra de todos contra todos: "La
s. civil en su totahdad es esta guerra de todos
los individuos los unos contra los otros, ya
dad, y del movimiento general y desenfrena-
do de las potencias elementales de la vida,
libres de las trabas de los privilegios."
V. EN GRAMSCI. También Gramsci distingue
repetidamente entre s. civil y estado. MOs aOn,
esta distinción es uno de los bibs conducto-
res del análisis histórico y politico —que desa-
rrolla en los Cuadernos de Ia cdrcel— de Ia
sociedad burguesa y del paso de ésta a la
sociedad socialista. Pero esta distinción, no
obstante la identidad de la terminologla, no
coincide con Ia de Marx. Dc tal manera la
expresión s. civil adquiere en la obra madu-
 SOCIEDAD CIVIL
ra de Gramsci un quinto significado. Dice
Gramsci: "Se pueden, por ahora, fijar dos pia-
nos superestructuraics: ci que se puede Ha-
mar de la s. civil, o sea ci conjunto de orga-
nismos comñnmente ilamados privados, y ci
de Ia sociedad poiltica o estado, y que corres-
ponde a la función de hcgemonia que ci gru-
po dominante ejercita en toda Ia sociedad y
el de dominio directo o de mando que se
expresa en ci estado o en ci gobierno juridi-
co." Dc este pasaje, y de otros anaiogos que
se podrIan citar, resulta claramente que, a
diferencia de Marx —para ci cual Ia 5. civil
comprende Ia esfera de las relaciones econó-
micas y por lo tanto pertencce a la estructu-
ra—, Gramsci entiende por s. civil un momen-
to de Ia superestructura, en particular ci
momento de ia hegemonIa quc se distinguc
dcl momento del puro dominio como momen-
to de la dirección espiritual y cultural que
acompafla c integra de hecho en las clases
efectivamente dominantes, y debe acompafiar
e integrar en las clases que tienden al domi-
nio, ci momento dc Ia pura fuerza. Parafra-
seando ci pasaje dc Marx antes citado sc
podrIa decir, para marcar Ia distinción, que
para Gramsci Ia s. civil comprendc no ya
"todo ci conjunto de las relaciones materia-
les" sino todo ci conjunto de las rclaciones
ideologico-cuituraics. Si toda forma de domi-
nio duradero se rige con base en Ia fucrza y
ci consenso, todo regimen politico ticne nece-
sidad no solo de un aparato coactivo —y en
csto consiste ci cstado en el scntido estricto
y tradicional de Ia palabra— sino también de
varias instituciones: desde los diarios hasta
la cscueia, desde las editoriaies hasta los orga-
nismos culturales, instituciones éstas que
están encargadas de Ia trasmisión de los valo-
res dominantes y a través de las cualcs la cia-
sc dominante ejercita su propia hegcmonIa.
El relieve dado por Gramsci al momento de
la hcgemonIa no significa quc él haya aban-
donado la tesis marxiana de la prioridad de
la estructura económica sino que más bien
mucstra que ha querido diferenciar con más
fucrza, dentro del conjunto de los elementos
superestructurales, ci momcnto de la forma-
ción y de la trasmisión de los valores (actual-
mente se diria de la "socialización") de aquel
mOs propiamente politico de la coacciOn.
En esta historia de los varios significados
de s. civil lo quc más importa destacar es que
1523
en Ia mcdida en que Gramsci llama s. civil ai
momento de Ia ciaboraciOn dc Ia ideologia y
de Ia técnica dcl consenso —a Ia quc da par-
ticular relieve— modifica ci significado mar-
xiano de Ia cxpresión y en parte retorna al sig-
nificado tradicional, segOn ci cuai s. civil,
siendo sinónimo de "estado", pertenece, mar-
xianamcnte habiando, no a Ia estructura sino
a Ia superestructura. En suma, Gramsci se ha
servido de Ia cxpresión s. civil no para con-
traponer la estructura a Ia superestructura
sino para distinguir —mejor de io que lo
habIan hecho los marxistas precedentes— en
ci ámbito de Ia superestructura ci momento
de ia dirección cultural respecto dcl dominio
politico.
VI. EN EL LENGUAJE GE HOY. Dc todos los signifi-
cados anteriormente mencionados ci más
comOn en ci lenguaje politico actual es ci
genéricamente marxiano. Una prueba de esto
es que, mientras que Ia contraposición entre
s. civil y estado es muy comOn en la literatu-
ra polItica continental, quc ha sentido con
mayor interisidad ci infiujo dci marxismo (se
pucdc dar como ejemplo ci iibro de P. Fame-
ti que ileva precisamentc como tituio Siste-
ma politico e società civile, 1971), es casi des-
conocida en Ia literatura polItica de iengua
ingiesa, donde ci "sistema politico" es consi-
derado frecucntemcntc como un subsistcma
respecto del "sistema social" en su conjun-
to, y donde Ia exprcsión s. civil es sustituida
por el término más genérico dc "sociedad". En
la contraposición s. civil-estado se enticndc
por s. civil la esfera de las relaciones entrc
individuos, eritre grupos y entre clases socia-
ics quc se desarrollan fucra de las rciaciones
dc poder que caracterizan a las instituciones
estatales. En otras palabras, Ia s. civil es
rcprescntada como ci tcrreno dc los conflic-
tos económicos, ideologicos, sociales y reli-
giosos, respecto de los cuales ci cstado tienc
Ia tarca de resoiverlos ya sea mediándolos o
suprimiendolos; o como Ia base de la que par-
ten las dcmandas respecto de las cuaics ci sis-
tema politico está obligado a dar respuestas;
o como ci campo de las varias formas dc movi-
iización, dc asociación y de organización dc
las fuerzas sociales que se dirigen hacia Ia
conquista del poder politico. Rctomando la
distinción weberiana cntre poder de hecho y
poder lcgItimo, Sc puede también decir que
1524 SOCIEDAD DE MASAS
Ia s. civil es el ámbito de las relaciones de
poder de hecho y que el estado es la sede de
las relaciones de poder legItimo. Asi entendi-
do, s. civil y estado no son dos entes sin rela-
ciones entre si sino que entre uno y otro existe
una interrelación permanente. Uno de los
modos más frecuentes de definir a los parti-
dos politicos es ci de mostrar la función de
articulaciOn, de agregación y de trasmisión
de las demandas que provienen de la s. civil
y están destinadas a resultar objeto de deci-
sión poiltica. La contraposición entre s. y esta-
do ha sido usada frecuentemente con fines
polémicos para afirmar, por ejemplo, que la
s. civil se mueve más rapidamente que el esta-
do, que ci estado no está en condiciones de
comprender todos los fermentos que provie-
nen de la s. civil, que en Ia s. civil se forma
continuamente un proceso de deslegitimacion
que el estado no siempre está en condiciones
de detener. Una vieja formulaciOn de esta
antitesis es Ia que contraporle el poder real
al poder legal. De aquI la frecuente afirma-
ción de que la soluciOn de Ia crisis que ame-
naza Ia supervivencia de un estado debe ser
buscada ante todo en Ia s. civil, donde se pue-
den formar nuevas fuentes de legitimacion y
por lo tanto nuevas areas de consenso. En los
momentos de ruptura se predica el retorno
a la s. civil, de la misma manera que los ius-
naturalistas predicaban ci retorno al estado
de naturaleza.
BIBLI0GRAFIA: N. Bobbio, Sulla nozione di socie-
tà civile, en De Homine, 1968; P. Farneti, Siste-
ma politico e società civile, Turin, Giappichelli,
1971; J. Habermas, Strukturwandel der Offen-
tlichkeit, 1962; M. Riedel, Burgerliche Gesells-
chaft, en Historisches Lexikon zur politisch.
sozialen Sprache in Deutschland, Stutgart, Klett-
Cotta, vol. ii.
[NORBERTO BOBBIOJ
sociedad de masas
Sus cRITicos. Desde el
I. LA socIEDAD DE MASA5 Y
punto de vista descriptivo, la s. de masas se
puede definir como una sociedad en Ia cual
la gran mayoria de la población está impli-
cada, segtin modelos de conducta generaliza-
dos, en Ia produccion a escala amplia, en la
distribución yen el consumo de bienes y ser-
vicios, asI como en la vida poiltica, a través
de modelos generalizados de participaciOn, y
en Ia vida cultural, a través de los medios de
comunicación de masas. La s. de masas apa-
rece en un estadio avanzado del proceso de
modernizaciOn, ya sea en cuanto a desarro-
ho econOmico, con Ia concentración de la
industria en la producción de bienes masivos
y ci surgimiento de un sector terciario cada
vez más vasto, ya sea en cuanto a urbaniza-
ciOn, con Ia concentración de Ia mayor parte
de Ia población y de las instituciones y acti-
vidades sociales más importantes en las gran-
des ciudades y en las megalopolis, ya sea en
cuanto a burocratizaciOn, con el predominio
de Ia racionalidad formal respecto a la sus-
tancial y con la progresiva reducciOn de los
márgenes de Ia iniciativa individual. Este con-
junta de condiciones determina el tipo y ci
estiho predominante en las relaciones socia-
les de una s. de masas. Tienden a perder peso
los vInculos naturales, como los de Ia fami-
ha y la comunidad local, en beneficio de las
organizaciones formales y de las relaciones
suscitadas por los medios de comunicaciOn
de masas, con ci consiguiente aumento de las
relaciones entre sujetos distantes y al mismo
tiempo un empobrecimiento y despersonali-
zación de tales relaciones, que implican
aspectos solo parciales y limitados de Ia per-
sonalidad de los individuos.
La s. de masas, en su compleja estructura,
es un fenOmeno reciente, de nuestro siglo;
pero, al mismo tiempo, es ci resultado de un
largo proceso de modernizaciOn, que ha sig-
nificado un progresivo compromiso social,
politico y cultural de las grandes masas de Ia
poblaciOn. No hay pues que extrañarse silas
interpretaciones y las crIticas que se han plan-
teado sobre Ia s. de masas, especialmente
sobre sus consecuencias politicas. reflejan en
parte viejas posiciones mantenidas ante el
ingreso de las masas en Ia escena social y poll-
tica, y en parte en cambio reflejan posiciones
nuevas. Ante ci advenimiento de las masas en
las sociedades europeas se tomaron funda-
mentalmente tres actitudes diversas: una
valoraciOn completamente positiva por par -
te de los demócratas y de los socialistas, par
ejemplo por parte de Marx; una critica que
podemos liamar aristocrática de un Dc Mais-