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TEMA 1.- El sistema matrimonial español.

1. Sistema matrimonial español.

Por sistema matrimonial se entiende la organización de las relaciones entre matrimonio laico o
civil y matrimonio religioso según las normas de la iglesia católica y las normas del Estado. Se
incluyen dentro del sistema matrimonial las relaciones entre los órganos de actuación de los
ordenamientos que hay implicados (tribunales civiles).

La Constitución Española en su artículo 16 consagra el principio de no confesionalidad del Estado


con lo cual ninguna confesión tendrá carácter estatal. Este mismo artículo declara que los poderes
públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las
consiguientes relaciones de cooperación con la iglesia católica y las demás confesiones.

Este principio de no confesionalidad unido al principio de libertad religiosa constituyeron las bases
del sistema matrimonial que aún está vigente en España. Este sistema lo materializó la Ley de 7 de
julio de 1981 que reformó algunos artículos del Código civil para adaptarlo a esos principios
constitucionales.

Previamente a esa ley, en 1979 se firmaron los acuerdos entre la Santa Sede y el Estado español y,
posteriormente en el año 2002 se firmaron también otros acuerdos de cooperación con diferentes
confesiones religiosas. Todos esos acuerdos son los que delimitan las relaciones entre matrimonio
civil y matrimonio religioso.

Al sistema matrimonial español se le califica como sistema de clase única de matrimonio pero de
forma múltiple. El hecho de ser de clase única significa que nuestro ordenamiento solo reconoce
como válido el matrimonio que se contrae de acuerdo con las normas del Estado, es decir que se
celebra cumpliendo los requisitos materiales y de fondo del Código civil. Sin embargo, se admiten
dos formas de celebración del matrimonio (dos formas de prestar el consentimiento):

 Forma civil: prestar el consentimiento matrimonial ante el juez, alcalde o funcionario que el
Código civil determine, es decir, ante un funcionario civil.
 Forma religiosa: prestar el consentimiento matrimonial según los ritos de una iglesia o
confesión religiosa siempre y cuando reúna los requisitos del artículo 60 Cc. Estos son:
o Que se trate de una iglesia o confesión religiosa inscrita en el registro creado al
efecto, es decir, el Registro de Entidades Religiosas dependiente del Ministerio de
Justicia.

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o Que sea alternativo o bien que se trate de una iglesia o confesión religiosa que
mantenga acuerdos de cooperación con el estado español o bien que se trate de una
iglesia o confesión religiosa que haya obtenido el reconocimiento de notorio arraigo
en España.

Actualmente las confesiones religiosas que mantienen relaciones con el Estado español son:
 Iglesia Católica.
 Comisión Islámica.
 Entidades evangélicas
 Comunidades israelíes.

Ese reconocimiento de notorio arraigo lo puede solicitar al gobierno cualquier confesión religiosa
que esté inscrita en el Registro de Entidades religiosas que no mantenga acuerdos de cooperación
con el estado español. Se otorgará en base en la antigüedad que la confesión o iglesia tenga en el
territorio español y también en atención al número de entidades y lugares de culto que tenga en
España.

Cualquiera que sea la forma de celebración del matrimonio este va a tener efectos civiles pero para
el reconocimiento pleno de esos efectos civiles es necesaria la inscripción del matrimonio en el
Registro Civil.

Por otro lado, y con independencia de la forma de celebración del matrimonio, es la jurisdicción
civil la competente para conocer de las cuestiones matrimoniales que se susciten, como la nulidad,
separación y divorcio. Esto resulta de tres artículos, art. 73 de nulidad art. 81 de separación
conyugal y art. 85 de divorcio.

Debemos hacer una matización en lo referido a la Iglesia Católica. Esta tiene reconocida algunas
prerrogativas que no tienen otras confesiones religiosas, en concreto, los que hayan celebrado
matrimonio religioso canónico pueden acudir a su elección para demandar la nulidad de ese
matrimonio a los tribunales civiles y a los tribunales eclesiásticos. Si acuden a los tribunales
eclesiásticos y obtienen una sentencia de nulidad canónica, esta va a tener efectos civiles para lo
cual basta que el tribunal civil declare la sentencia aceptada a derecho del Estado.
2. Concepto y caracteres del matrimonio.

Debemos situarnos en el artículo 32 de la Constitución Española que reconoce expresamente el


derecho a contraer matrimonio. Este artículo dispone que el hombre y la mujer tienen derecho a
contraer matrimonio con plena igualdad única. Este artículo define el matrimonio como una
institución que está presidida por el principio de igualdad conyugal. De acuerdo con este artículo

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no solo el derecho a contraer matrimonio de forma igualitaria sino también que el Estatuto del
estado matrimonial ha de ser el mismo para todos.

Además de eso, el matrimonio es una manifestación de la libertad individual presidido por los
principios de igualdad y de libertad. Este principio supone que bajo ninguna circunstancia se puede
obligar a alguien a contraer matrimonio con una persona determinada.

Este mismo artículo 32 pone de manifiesto que ese derecho a contraer matrimonio está sujeto al
cumplimiento de unos requisitos que deben ir establecidos por ley al igual que los efectos del
matrimonio, la edad, la capacidad, derechos, deberes de los cónyuges, las causas de separación,
disolución y sus efectos.

El matrimonio se define como negocio jurídico formal o solemne por el cual dos personas de
igual o de distinto sexo declaran su voluntad de constituir una relación estable de convivencia
plena. Este acto jurídico genera un Estado civil de cónyuge y también origina una relación jurídica
entre quienes lo celebran que está integrada por una serie de derechos y deberes de diferente
naturaleza (carácter personal y carácter patrimonial). El matrimonio presenta, actualmente, tres
características:

 Unidad de monogamia: nuestro ordenamiento solo permite el matrimonio monógamo; no


se puede estar casado al mismo tiempo con una sola persona. Si son posibles varios
matrimonios sucesivos.

 Solemnidad como formalidad: la prestación del consentimiento matrimonial, además de


ser un acto voluntario y libre ha de venir revestida de las formalidades que la ley establece.
Si estas formalidades no se cubren no se perfecciona el matrimonio.

 Disolubilidad en vida de los cónyuges: hasta el año 1981 el matrimonio solo se podía
disolver por muerte de alguno de los cónyuges. A partir de entonces el divorcio es causa de
disolución del matrimonio en vida de los cónyuges. A partir del 2005 se declara
expresamente que el matrimonio tendrá los mismos requisitos y mismos efectos cuando
ambos contrayentes sean del mismo o de distinto sexo.

En lo referido a la naturaleza jurídica del matrimonio tradicionalmente se le da naturaleza


contractual. En la base del matrimonio está el acuerdo de voluntades entre las personas y el

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consentimiento es el elemento fundamental y principal del matrimonio. En el matrimonio
interviene una autoridad la cual no es parte del matrimonio sino que interviene como fedatario
público testigo cualificado del acto.
Hay importantes diferencias entre el matrimonio y los restantes contratos:

 Por una parte, el objeto del matrimonio no es exclusivamente patrimonial y la


patrimonialidad es la esencia en los demás contratos.
 Según el principio de autonomía de la voluntad las partes no solo gozan de libertad a la hora
de decidir si se celebra o no el contrato sino que también pueden determinar el contenido
de la relación jurídica que entre ellos va a surgir.
 En el marco del matrimonio no existe la contraposición típica de intereses que se dan en los
demás contratos.

En la actualidad se califica al matrimonio como negocio jurídico bilateral de derecho de familia para
así poner de manifiesto que si se tiene un contrato, este es sui generis (no reproduce todas las
características físicas propias de los contratos).

3. Esponsales o promesa de matrimonio.

Los esponsales o promesa de matrimonio existen cuando dos personas se manifiestan


recíprocamente su voluntad de contraer matrimonio entre sí en el futuro. Para que exista
promesa válida de matrimonio se deben cumplir algunos requisitos:
 Voluntad de contraer matrimonio en el futuro.
 No es necesario que la promesa se formalice en documento público o privado.
 Si será necesario que la parte a la que le interese acredite la existencia de la promesa si la
otra parte la niega.
 Personas mayores de edad o emancipadas.
 Que el consentimiento se preste de forma libre sin que nada lo condicione.
Se niega eficacia vinculante a los esponsales con respecto a la prometida celebración de
matrimonio, es decir de la promesa de matrimonio no nace jurídicamente la obligación de
contraerlo. Por tanto no se puede exigir judicialmente el cumplimiento de la promesa y tampoco
tienen efecto ninguno aquellos pactos que se incorporen y en virtud de los cuales se establezca una
prestación para el caso de incumplimiento de la promesa.
Partiendo de la existencia de una promesa válida de matrimonio, el Código civil delega un efecto
que tiene como presupuesto el incumplimiento de la promesa o, lo que es igual, la negativa a
contraer matrimonio cuando esa negativa no tenga una causa que la justifique y se considera

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también incumplimiento de la promesa cuando uno de los promitentes con su conducta provoca la
negativa injustificada del otro promitente a contraer matrimonio.

La promesa de matrimonio es un acto que se realiza de forma voluntaria y consciente (art. 43) y es
un acto que genera la confianza razonable en la futura celebración del matrimonio; esto puede
llevar a realizar ciertos gastos. En base a ello, el artículo 43 Cc considera la ruptura de la promesa
de matrimonio como fuente de responsabilidad que genera la obligación de indemnizar y esa
indemnización abarca dos extremos:
 Gastos hechos en consideración al futuro matrimonio.
 Obligaciones contraídas en consideración a futuro matrimonio, siempre que esas
obligaciones no se puedan resolver sin perjuicio del promitente.

4. Requisitos del matrimonio.

Los requisitos del matrimonio son de tres tipos:

4.1.- Requisitos previos a la celebración.

A) Expediente matrimonial.

Expediente que se tramita en el Registro civil previsto por el art. 56 Cc y también a la legislación de
Registro civil (art. 238 y ss.).

Comprobar que no existen obstáculos legales para la celebración del matrimonio y, en particular,
que los futuros contrayentes reúnen los requisitos de capacidad que establece el Código civil.

El expediente no forma parte de la celebración del matrimonio y si no se tramita, ello no provoca la


invalidez del matrimonio que en su caso se celebra. No es nulo cuando se solicita la inscripción del
matrimonio en el registro civil; en este momento se comprueba si reúne los requisitos para
inscribirlo y si es válido.

Actualmente es competente para instruir el expediente el juez encargado del registro civil
correspondiente al domicilio de los contrayentes.

El expediente se inicia con un escrito o solicitud de los futuros contrayentes donde han de constar
los dato de identidad, los domicilios que hayan tenido en los dos últimos años y una declaración
expresa de que no existen impedimentos u obstáculos con la fecha de disolución, en el caso que
sea necesario, de matrimonios anteriores y también la autoridad elegida para la celebración del
matrimonio.

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Una vez que se ha presentado el escrito, tiene lugar el trámite de edictos y proclamas que son
anuncios del casamiento con la idea de dar a conocer a terceros el matrimonio proyectado para
que si alguien conoce algún impedimento lo ponga en conocimiento del instructor del expediente.

Los edictos se publican por un espacio de 15 días y está pensado para aquellas localidades que
tienen menos de 25.000 habitantes. En los demás casos, este trámite de edictos o proclamas se
sustituye por otro que es audiencia a un pariente, allegado o amigo de uno u otro contrayente a
elección del instructor del expediente.

Mientras se realiza este trámite, establece la ley que el instructor del expediente oirá,
reservadamente y por separado, a los dos contrayentes y practicará las pruebas que considere
oportunas con la finalidad, todo ello, de comprobar que no existen impedimentos legales para la
celebración del matrimonio.

El expediente matrimonial termina con un auto del juez en el cual autorizará o denegará la
celebración del matrimonio. Si el auto es favorable se podrá proceder a la celebración del
matrimonio.

Hay algunos supuestos que están exceptuados de este requisito de expediente previo en el Código
civil. Esto ocurre con:

 Matrimonios celebrados en forma religiosa canónica. Esto se debe a que se prevé un


expediente prematrimonial que hace las veces de expediente previo.
 Matrimonios en peligro de muerte. Aquel matrimonio que se encuentra en una situación
de riesgo para la vida tal que hace que la muerte se considere como próxima. A este
matrimonio se refiere el Código civil en el artículo 52, que permite que se exima del
requisito previo de inscripción en el Registro civil. En estos casos, cuando se solicite la
inscripción del matrimonio en el Registro Civil, el juez encargado del mismo comprobará si
ese matrimonio reúne los requisitos de validez que establece el Cc.

Hay un supuesto que no está exceptuado del requisito previo de expediente matrimonial, pero este
expediente si presenta una particularidad. Esto ocurre en el caso del matrimonio secreto o
matrimonio de conciencia. Se regula en el artículo 54 Cc que dice que para celebrarlo es necesario
solicitar autorización al Ministerio de Justicia, la cual se otorgará cuando concurra una causa grave
que sea suficientemente probada.

La particularidad que presenta el matrimonio secreto es que el expediente matrimonial se tramita


reservadamente, es decir, sin el trámite de los edictos y proclamas del que hemos hablado.

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4.2.- Requisitos simultáneos a la celebración.
Hay dos clases de requisitos que han de concurrir en el momento de celebración del matrimonio.

A) Requisitos materiales o de fondo.

Son necesarios cualquiera que sea la forma de celebración del matrimonio (civil o religiosa). Son:

1. Capacidad para contraer matrimonio (arts. 46 y 47 Cc)

El Código civil la formula de una manera negativa en el sentido de que determina quiénes no
pueden contraer matrimonio (y de ello se deduce quiénes sí pueden). Los impedimentos
matrimoniales pueden ser:

o Impedimentos absolutos: son obstáculos legales a la celebración del matrimonio en


todo caso, es decir, en cualquier persona. Son el impedimento de edad y el
impedimento de vínculo.
o Impedimentos relativos: son obstáculos legales a la celebración del matrimonio pero
con personas determinadas. Son el impedimento de parentesco y el impedimento de
crimen. Algunos impedimentos relativos si son susceptibles de dispensa

Los impedimentos absolutos no son susceptibles de dispensa mientras que los


impedimentos relativos si lo son. La dispensa es la remoción o eliminación del
impedimento que existe habilitando al sujeto para celebrar un matrimonio plenamente
válido y eficaz. La dispensa la otorga el juez extrajudicial a petición del contrayente
afectado por el impedimento y lo hará en función del artículo 48 Cc cuando concurra
una justa causa.

El artículo 46 Cc recoge lo que se califican como impedimentos absolutos disponiendo que


no puedan contraer matrimonio.

o Menores de edad no emancipados. Se deducen que sí pueden los mayores de edad y


los menores de edad emancipados (a partir de los 16 años). En virtud del Cc se
reputa como emancipado al menor que teniendo 16 años viva independientemente
de sus padres con el consentimiento de los mismos.

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o Personas ligadas por vínculos matrimoniales (impedimento de vínculo). La existencia
de un matrimonio impide contraer válidamente otro matrimonio cualquiera que sea
la forma de celebración del matrimonio que existe. No hay, sin embargo,
impedimento de vínculo cuando el matrimonio que se ha celebrado no produce
efectos civiles (pej: matrimonio celebrado según los ritos de una confesión religiosa
no reconocida por el Estado: gitanos.) Este impedimento no es susceptible de
dispensa.

El artículo 47 Cc habla de los impedimentos relativos. Señala que no pueden contraer


matrimonio entre sí:

o Parientes en línea recta o colaterales hasta el tercer grado. El parentesco en línea


recta comprende a personas que descienden unas de otras; en este caso el
impedimento no es susceptible de dispensa en ningún grado.

Cuando el parentesco es en línea colateral, que es el que se da entre personas que


no descienden unas de otras pero tienen un tronco en común, es dispensable en un
tercer grado (tíos y sobrinos).

o Los condenados por haber tenido participación en la muerte dolosa del cónyuge o la
persona con la que hubiera estado unida por análoga relación de afectividad a la
conyugal (impedimento de crimen). Este impedimento es susceptible de dispensa
por el juez por justa causa.

2. Consentimiento matrimonial (art. 45 Cc).

En la base del matrimonio está el acuerdo de voluntades de quienes lo celebran y el


consentimiento es el elemento fundamental del mismo. El Código civil dice que no hay matrimonio
sin consentimiento matrimonial.

El consentimiento matrimonial debe ser prestado por ambos contrayentes concurriendo ambos al
acto de celebración del matrimonio, es decir, personalmente. Sin embargo, en ambas
circunstancias se permite que el consentimiento lo exprese una persona distinta de la que va a
quedar vinculada por ese consentimiento; esto se conoce como matrimonio por poder.

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El matrimonio por poder se regula en el artículo 55 Cc, el cual permite que uno de los contrayentes
actúe, en el acto de celebración del matrimonio, a través de un apoderado (persona con poder
especial). Sin embargo este mismo artículo establece que es necesaria la asistencia personal del
otro contrayente. Este poder se extinguirá por:

o Muerte del poderdante.


o Muerte del apoderado.
o Revocación del poderdante.
o Renuncia del apoderado.

Si el poder se extingue ya no se podrá utilizar y si se utilizase, el matrimonio celebrado sería nulo.

Para celebrar el matrimonio es necesaria una autorización que se solicitará cuando se esté
tramitando el expediente previo del matrimonio y el instructor del expediente autorizará el
matrimonio por poder cuando uno de los contrayentes no resida en el distrito o demarcación del
juez o autoridad que haya de celebrar el matrimonio.

Aunque esta figura del artículo 55 se llama matrimonio por poder, no se trata de un auténtico
poder de representación; el apoderado es aquí un simple mensajero de un consentimiento ajeno
que está plenamente formado y configurado en todos sus extremos. Tendrá que dar los datos de la
persona que vaya a contraer matrimonio con toda la información para conocer su identidad.

Requisitos del consentimiento matrimonial:

 Puro: la ley no permite sujetar el consentimiento matrimonial a condición, término y modo.


Cuando se incorpora alguno de estos elementos, no provoca la nulidad del matrimonio que
se celebra sino que el Código civil establece que la condición, término o modo se entenderá
como no incorporada y el matrimonio será válido.

 Conciencia: implica la aptitud mental para conocer el significado y alcance del acto que va a
realizar. La falta de aptitud mental suficiente provoca la ausencia de consentimiento y, por
tanto, la invalidez del matrimonio celebrado. En este sentido, no pueden contraer
matrimonio válido aquellas personas que no estén en el pleno uso de su razón por
encontrarse en un estado que no les permite discernir la transcendencia de sus actos.

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Esta aptitud mental suficiente ha de existir en el momento de la celebración del matrimonio,
de ahí que el Código civil en el artículo 56.2 establezca que si alguno de los contrayentes
estuviera afectado por deficiencia o anomalía psíquica se exigirá dictamen médico sobre su
aptitud para prestar el consentimiento. Este dictamen médico es una medida que prevé la
ley con la finalidad de comprobar la capacidad natural del sujeto. En este artículo se
prescinde por completo de la incapacitación judicial de manera que la norma es aplicable
tanto cuando el sujeto (alguno de los contrayentes) está incapacitado por causa de
enfermedad mental como cuando no está incapacitado pero padece una anomalía psíquica.

Esto pone de manifiesto que no se impide tajantemente al que padece una anomalía
celebrar matrimonio. El dictamen médico lo ha de solicitar el juez que instruya el
expediente previo al matrimonio cuando él mismo detecta alguna anomalía psíquica o
cuando otra persona lo ponga en su conocimiento.

Si el dictamen médico es favorable vincula al instructor del expediente matrimonial que


tendrá que autorizar la celebración del matrimonio. Si el dictamen fuera equivocado el
matrimonio se podrá declarar nulo pero se tendrá que demostrar que en el momento en
que se prestó el consentimiento el sujeto no tenía aptitud mental suficiente.

 Voluntad efectiva de contraer matrimonio. Esta voluntad no existe en los supuestos de


simulación. El matrimonio simulado es aquel en el que se presta el consentimiento pero
existe un acuerdo previo que excluye los efectos que la ley liga al matrimonio. Es una mera
apariencia que se utiliza para conseguir ciertos efectos o fines que no son propios directos
del matrimonio. Ej: matrimonio de complacencia.
 Ausencia de vicios o defectos de la voluntad. Los vicios o defectos de la voluntad afectan al
consentimiento y pueden provocar la invalidez del matrimonio que se haya celebrado. El
Código civil cuando regula el matrimonio contempla como posibles vicios el error y la
coacción.
o El error es una falsa de presentación de la realidad que lleva a celebrar un negocio
jurídico que no se habría celebrado si se hubiera tenido un conocimiento exacto de
las circunstancias. En el ámbito del matrimonio no todo error es relevante, es decir,
no todo error es causa de nulidad del matrimonio sino que para que el error sea un
error relevante, de acuerdo con el artículo 73, ha de recaer sobre la identidad del
otro contrayente, o bien, sobre sus cualidades personales que han de ser de entidad,
es decir, han de ser cualidades que para la generalidad son determinantes a la hora
de prestar el consentimiento matrimonial.

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o La coacción, que comprende tanto la física como la moral. La física existe cuando a
través del empleo de una fuerza irresistible se obtiene el consentimiento para el
matrimonio; la moral es la presión psicológica que se ejerce mediante amenaza
frente a otro sujeto causando en este temor a sufrir un mal que solo podrá evitar si
presta su consentimiento. Ambas coacciones pueden proceder de uno de los
contrayentes sobre el otro o de un tercero sobre uno o sobre los dos.

o El Cc menciona el error y la coacción pero no habla del dolo aunque si se reconduce


a través del error, porque es un error provocado mediando engaño.

B) Requisitos formales.

Las formalidades hacen referencia a la competencia para celebrar el matrimonio, a las personas
que han de presenciar el acto de celebración del matrimonio y también a la ceremonia en sí
misma.

En lo que se refiere a la competencia, de acuerdo con el artículo 57 del Código civil, el matrimonio
se ha de celebrar por una autoridad que sea competente para ello y que tenga competencia
funcional y competencia territorial.
La competencia funcional (art. 51 Cc) da competencia para celebrar el matrimonio los jueces
encargados del Registro Civil y los alcaldes que pueden delegar en algún concejal. La elección entre
juez o alcalde corresponde a los interesados contrayentes que podrán manifestar su voluntad, en
ese sentido, cuando se esté instruyendo el expediente previo matrimonial; si no manifiestan nada,
será el juez.

En aquellos matrimonios que se celebren en el extranjero y alguno de los contrayentes sea español
será competente el funcionario diplomático o consular encargado del Registro civil del lugar.

En lo que se refiere a la competencia territorial (art. 57 Cc), se establece que la autoridad


competente para celebrar el matrimonio será el juez, alcalde o funcionario correspondiente al
domicilio de los contrayentes; si tienen domicilios distintos, lo será del domicilio de uno u otro
contrayente según ellos elijan.

También está prevista la posibilidad de que el matrimonio se celebre en un lugar distinto al del
domicilio de los contrayentes, dice que a petición del contrayente se permite que el juez instructor

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delegue en otro juez o alcalde que desarrolle su función en una localidad diferente a la de los
contrayentes.

En relación con el matrimonio en peligro de muerte se amplía la competencia para celebrar el


matrimonio. El artículo 52 Cc señala que este matrimonio se podrá celebrar ante un juez o un
alcalde que no sea el correspondiente al domicilio de los contrayentes sin necesidad de efectuar
ninguna solicitud. Si la situación de riesgo para la vida afecta a un militar, podrá celebrar el
matrimonio el oficial o el jefe superior inmediato. Si se da a bordo de una nave o aeronave, podrá
celebrar el matrimonio el capitán de la nave.

El consentimiento matrimonial se debe prestar en presencia de dos testigos. El Código civil dice
que deben ser personas mayores de edad que se exige incluso en supuesto de matrimonio en
peligro de muerte salvo imposibilidad acreditada.

Con respecto a la ceremonia, el Código civil en el artículo 58 dispone que la ceremonia comenzará
con la lectura de los artículos 66, 67 y 68 Cc. Esto será un recordatorio del principio de igualdad
conyugal y de los deberes que van a surgir entre ellos a partir de la celebración del matrimonio.
Una vez leídos esos artículos, la autoridad que celebre el matrimonio preguntará a los contrayentes
si consienten libremente contraer matrimonio y si estos responden que sí los declarará unidos en
matrimonio.

4.3.- Requisitos posteriores a la celebración.

Consiste en la inscripción del matrimonio en el Registro civil. Es un requisito necesario para todo
matrimonio cualquiera que sea su forma de celebración. Hasta ahora, la inscripción del matrimonio
se realiza en el libro de matrimonios del Registro civil correspondiente al lugar de celebración del
mismo. Sin embargo, está prevista la posibilidad de trasladar la inscripción, a petición de los
interesados, al Registro civil correspondiente al domicilio de los ya cónyuges.

Tratándose de matrimonio civil establece el artículo 62 Cc, que el juez, alcalde o funcionario que lo
haya celebrado practicará la inscripción o levantará acta con su firma, la firma de los contrayentes y
la de los testigos. Esto depende de cuál sea la autoridad que haya celebrado el matrimonio.

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Cuando el matrimonio se celebra ante el juez encargado del Registro civil, el matrimonio se hace en
las propias dependencias del mismo y ante quien está legitimado para practicar asientos en los
libros registrales. Sin embargo, hay casos en los que se hace fuera de las oficinas del registro y se
hace ante quien no está legitimado para practicar los asientos registrales y en estos casos se
levanta acta que luego se lleva al registro.

Una vez celebrado el matrimonio se entregará a los contrayentes un documento acreditativo de la


celebración del matrimonio. Este documento acreditativo es el libro de familia; en los demás casos,
lo que se le entrega al contrayente es una certificación de acta de celebración del matrimonio y
cuando se inscriba en el registro se le dará el libro de familia.

Tratándose de matrimonio en forma religiosa, la inscripción se realiza presentando en el Registro


civil la certificación de la confesión religiosa acreditativa de la celebración del matrimonio. El Juez
encargado del Registro civil a la vista de la documentación comprueba que el matrimonio que se
pretende inscribir reúne los requisitos y si no los reúne el juez denegará la inscripción en el
registro.
La inscripción del matrimonio en el Registro civil en nuestro ordenamiento no tiene carácter
constitutivo, es decir, no es la inscripción la que constituye el estado civil de cónyuge sino que lo
que lo hace es la prestación del consentimiento matrimonial.

La inscripción matrimonial tiene en nuestro ordenamiento carácter simplemente declarativo en el


sentido de que lo que hace es declarar, manifestar, dar a conocer, un Estado que previamente se
había adquirido, lo que tiene especial importancia para los terceros. Al mismo tiempo, la
inscripción es un medio de prueba de la celebración del matrimonio. Señala el artículo 69 de la Ley
del Registro civil que la inscripción da fe del acto del matrimonio que se ha celebrado y del lugar,
fecha y hora en que se contrae.
Además de ello, el código civil en los artículos 60 y 61 establecen que el matrimonio (religioso o
civil) produce efectos civiles desde su celebración. Esto pone de manifiesto que sea la prestación
del consentimiento matrimonial lo que desencadena los efectos del matrimonio. Sin embargo,
estos mismos artículos añaden que para el pleno reconocimiento de dichos efectos civiles, será
necesaria la inscripción del matrimonio en el Registro civil. Esta norma lleva a diferenciar dos
ámbitos:
 Relación de los cónyuges entre sí. El matrimonio produce todos sus efectos personales y
patrimoniales desde el mismo momento de la celebración, se inscriba o no el matrimonio
en el Registro civil. Por tanto, cualquiera de los cónyuges podrá hacer valer estos efectos
frente al otro cónyuge.

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 Terceros. Aquí la regla es diferente. Si el matrimonio no está inscrito en el Registro Civil, los
efectos que del mismo deriven no se pueden oponer frente a terceros. Cuando se inscribe el
matrimonio tiene lugar ese pleno reconocimiento de efectos que indican los artículos 60 y
61 del Cc, lo que significa que a partir de la inscripción ya sí se podrán hacer valer los efectos
del matrimonio respecto de terceros pero con un límite que señala el Código en el artículo
61 y es que la inscripción no perjudicará los derechos ya adquiridos por terceros de buena
fe. Por ejemplo, un matrimonio se casa pero no se inscribe, el marido procede a vender un
bien ganancial sin consentimiento del otro. después de la venta, se inscribe el matrimonio
en el registro civil. Si el comprador del bien es de buena fe, el cónyuge cuyo consentimiento
se omitió no podrá impugnar esa compraventa. Buena fe significa desconocimiento de la
discrepancia que existe entre el registro civil y la realidad extraregistral.

La celebración del matrimonio da origen a una relación jurídica, la relación conyugal, que tiene
efectos en el orden personal y en el orden patrimonial.

5.-Efectos del matrimonio.

La regulación del Código civil se inspira en tres principios:

 Principio de igualdad de los cónyuges del artículo 32 CE.


El artículo 66 Cc declara que los cónyuges son iguales en derechos y deberes; esto pone de
manifiesto que la ley no toma partido por ninguno de los cónyuges en particular y que el
matrimonio no restringe la capacidad de obrar de ninguno de los cónyuges y ninguno de los
cónyuges puede atribuirse la representación del otro sin que le hubiese sido concedida. Un
cónyuge puede actuar en representación del otro siempre que se le haya este concedido un poder
de representación o bien cuando concurra causa de representación legal y así lo haya establecido el
juez.

Una manifestación concreta de este principio de igualdad se recoge en el artículo 70 Cc que viene a
establecer la regla de determinación convencional del domicilio conyugal. Dice que los cónyuges
fijarán de común acuerdo el domicilio conyugal y añade que en caso de discrepancia resolverá el
juez teniendo en cuenta el interés de la familia. Este artículo pone de relieve que la decisión del
juez no puede ser arbitraria, ni siquiera discrecional sino que debe condicionarse al interés de la
familia lo que significa que el juez deberá dirigirse por aquella opción que sea la más conveniente
para el grupo familiar teniendo en cuenta las circunstancias y exigencias de los integrantes.

 Principio de actuación en interés de la familia (art. 67 Cc).

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Supone que todas las decisiones que se adopten y los actos que se realicen han de redundar en
beneficio del grupo familiar de manera que los cónyuges deben abstenerse de aquellos actos que
perjudiquen las exigencias de los integrantes del grupo familiar.

 Principio de libre contratación entre cónyuges.


Señala el artículo 1323 que los cónyuges pueden transmitirse, por cualquier título, bienes y
derechos y celebrar entre sí toda clase de contraltos.

5.1.- Efectos personales.


Son conocidos como los deberes conyugales y se establecen en los artículos 67 y 68 Cc. Son
deberes que establece la ley, con carácter recíproco, no se pueden excluir mediante pacto de los
cónyuges y tampoco desequilibrar.

Además, los deberes conyugales tienen un marcado carácter ético o moral y por esa razón, para
determinar el alcance concreto se ha de estar a los valores imperantes en la sociedad en cada
momento y por esa razón los deberes conyugales no son coercibles indirectamente, es decir, no se
puede imponer su cumplimiento forzoso.

La infracción de los deberes conyugales se sanciona por vías indirectas y estas vías son tres:
o Causa de desheredación.
o Causa que permite revocar ciertas donaciones, las donaciones por razón de matrimonio.
o Permite demandar la separación y el divorcio sin tener que esperar el plazo de 3 meses
desde la celebración del matrimonio que establece el Código civil.

Los deberes conyugales son:

 Respeto. Implica evitar comportamientos que atenten o menoscaben la dignidad del otro
cónyuge o el libre desarrollo de su personalidad. El Cc en los artículos 81 y 86 establece que se
podrá demandar separación o divorcio sin necesidad de que haya transcurrido ningún plazo de
tiempo desde la celebración del matrimonio cuando exista riesgo para la vida, la integridad
física o moral o la libertad en cualquiera de sus manifestaciones.

 Socorro. El Cc en el artículo 67 señala que los cónyuges deben socorrerse mutuamente. Implica
que el cónyuge debe prestar asistencia completa al otro cónyuge (desde el ámbito material

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hasta el espiritual). Incluye un deber de alimentos entre los cónyuges y también, el deber de
ambos cónyuges de contribuir al levantamiento de las cargas del matrimonio.

 Fidelidad. El artículo 68 del Cc dispone que los cónyuges están obligados a guardarse fidelidad.
Deben abstenerse de mantener relaciones sentimentales, íntimas o sexuales con una tercera
persona.

 Convivencia. El artículo 68 Cc dice que los cónyuges están obligados a vivir juntos. La
convivencia es una consecuencia natural y es la base de la comunidad conyugal. El Cc en
consonancia con lo que es habitual, además de ese deber de convivencia consagra en el artículo
69 una presunción de convivencia de los cónyuges; se presume, salvo prueba en contrario que
los cónyuges viven juntos y en esta presunción tiene su base otra presunción que es la de
paternidad del marido (art. 116).

A pesar de los términos en que se pronuncia el artículo 62, el deber de convivencia es


compatible con situaciones temporales de distanciamiento físico de los cónyuges por causa
justificada. El incumplimiento o la infracción del deber de convivencia se producen cuando uno
de los cónyuges abandona unilateral e injustificadamente el domicilio conyugal.

 Deber de compartir responsabilidades familiares. Se instaura a partir de 2005. Dice que los
cónyuges deberán compartir las responsabilidades domésticas y el cuidado de las personas a su
cargo tanto ascendientes como descendientes.

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