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TEMA 2.- Efectos patrimoniales del matrimonio.

Los efectos patrimoniales integran el régimen económico matrimonial, que es el conjunto de


normas establecidas para ordenar los intereses patrimoniales que suscitan la existencia del
matrimonio, tanto en el marco de las relaciones de los cónyuges entre sí, como las relaciones con
terceros.

Estas normas aparecen recogidas en el Título III del Libro IV del Código civil, que abarca los
artículos 1315 hasta el 1444 Cc.

Las normas que aparecen recogidas aquí se ocupan de varias cuestiones y estas cuestiones son:
 Determinar cuál es el régimen económico al que queda sujeto el matrimonio.
 Delimitar el régimen matrimonial primario.
 Regular la vía que proporciona el Código civil para establecer o modificar el régimen
económico del matrimonio, las capitulaciones matrimoniales, las donaciones por razón de
matrimonio, etc.
 La regulación de los concretos regímenes económicos matrimoniales que conoce el Código
civil (régimen de gananciales, régimen de separación de bienes y régimen de participación
de las ganancias). De cuál sea el régimen económico al que esté sometido el matrimonio
van a depender cuestiones como la pertenencia de los bienes que existan en el matrimonio,
la administración y disposición de los bienes existentes en el matrimonio, la forma de
contribuir al levantamiento de las cargas del matrimonio, el patrimonio responsable frente
a terceros de las deudas que contrae uno y otro.

En el régimen de gananciales, concurren hasta 3 patrimonios:


o Patrimonio común a ambos cónyuges, patrimonio ganancial.
o Patrimonios privativos de uno y otro cónyuge.

Sin embargo, en el régimen de participación en las ganancias y régimen de separación de bienes no


hay patrimonio común sino solamente patrimonios privativos. La diferencia básica entre estos dos
regímenes está en que en el régimen de participación, cuando se extingue, nace, a favor de uno de
los cónyuges el derecho a recibir una parte de las ganancias conseguidas por el otro cónyuge.
1. Régimen económico matrimonial: concepto y clases.

En nuestro ordenamiento jurídico se parte de la necesidad de que todo matrimonio, sin excepción,
desde el momento de la celebración quede sujeto a un determinado régimen económico, de

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manera que se puede afirmar que en nuestro ordenamiento no hay matrimonio sin régimen
económico que determine el estatuto de las relaciones de los cónyuges entre sí y entre terceros.

En nuestro ordenamiento se parte de la vigencia del principio de la autonomía de la voluntad y


partiendo de ello, se admite la libertad de pacto permitiendo que sean los propios cónyuges e
incluso los que aún no se han casado pero lo van a hacer, quienes determinen el régimen
económico de su matrimonio (art. 1315). De este artículo 1315 resulta que la libertad de pacto de
los cónyuges no es absoluta y también que, para que el pacto relativo del régimen económico
matrimonial ha de incluirse en capitulaciones matrimoniales. Es un contrato que queda sujeto a
una forma determinada que establece el código y cuyo fin primordial es establecer, fijar o
modificar el régimen económico del matrimonio.

A través de las capitulaciones matrimoniales los cónyuges pueden elegir uno de los regímenes
económicos que contempla el Código civil. Pueden también si quieren los cónyuges pactar un
régimen económico atípico de los no contemplados en el Código civil configurando todos sus
extremos.

También pueden los cónyuges acogerse a uno de los regímenes económicos típicos pero
introduciendo variaciones en la regulación legal.

Sea cual sea el régimen que los cónyuges pacten en capitulaciones matrimoniales, ese régimen va
a ser el que va a regir las relaciones de los cónyuges entre sí y entre terceros. Puede ocurrir que no
se otorguen capitulaciones matrimoniales o que, habiéndose otorgado, no sean eficaces. En estos
casos, el código civil lo que hace es imponer un determinado régimen económico matrimonial, el
régimen de gananciales que se califica como régimen legal supletorio de primer grado.

También puede ocurrir que se otorguen capitulaciones matrimoniales en las que los cónyuges se
limiten a excluir el régimen de gananciales sin pactar otro régimen supletorio. En este caso para
cubrir el vacío que se produce, establece el Código que según el artículo 1435 el régimen que se
aplicará será el de separación de bienes que se califica como régimen legal supletorio de segundo
grado.

De todo lo dicho se deduce que el régimen de participación de las ganancias, solamente se puede
acceder a él mediante el pacto expreso de los cónyuges a través de capitulaciones matrimoniales.
Esta misma libertad de pacto también la reconoce el Código civil para modificar o alterar el
régimen económico que haya venido aplicando hasta entonces. Los cónyuges pueden modificar el
régimen económico de su patrimonio mediante acuerdo o acto entre ellos materializado en

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capitulaciones matrimoniales. De hecho establece el Código civil en el artículo 1325 que, en
capitulaciones matrimoniales las partes podrán establecer, modificar o sustituir el régimen
económico de su matrimonio.

Sin embargo, el código civil hace una matización importante sobre los terceros en el artículo 1317;
establece que la modificación del régimen económico no perjudicará en ningún caso los derechos
ya adquiridos por terceros. En base a esta norma, los terceros que sean titulares de derechos que
nacieron antes del cambio de régimen económico-matrimonial, para ellos el cambio es irrelevante
como si no se hubiese producido.

2. Régimen matrimonial primario.

El Código civil, en el Título III del Libro IV, incluye un capítulo de Disposiciones Generales en las que
hay una serie de artículos que se ocupan de cuestiones básicas que plantea la convivencia
conyugal, que tienen o pueden tener relevancia económica y son normas aplicables cualquiera que
sea el régimen económico del matrimonio. El conjunto de estas normas es lo que se denomina
régimen matrimonial primario.

Estas normas abarcan 5 cuestiones:


2.1.- Levantamiento de las cargas del matrimonio (= sostenimiento de la familia).

Se refiere al artículo 1318 Cc. Este artículo no especifica pero de otros artículos se deduce que
carga de matrimonio es una expresión equivalente a sostenimiento de la familia entendiéndose
por familia a estos efectos por los cónyuges, los hijos que convivan en el hogar familiar e
incluyendo los hijos de uno solo de los cónyuges siempre que convivan en el hogar familiar.

Como sostenimiento de la familia, abarca la atención de todas las necesidades ordinarias y


extraordinarias de los integrantes del grupo familiar. Cargas del matrimonio no se limita a lo
considerado jurídicamente como alimentos sino que abarca otros gastos que no son tan
habituales.
El artículo 1318 parte de que es obligación de ambos cónyuges contribuir al levantamiento de las
cargas del matrimonio, siendo una manifestación concreta de la obligación de socorro. Ofrece este
artículo dos reglas:

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1º) Los bienes de los cónyuges están sujetos al levantamiento de las cargas del matrimonio. No
especifica cuáles son estos bien porque eso ya depende de cuál sea el régimen económico
concreto del matrimonio.

Cuando el régimen es el de gananciales, es el llamado patrimonio común el que está destinado


preferentemente al levantamiento de las cargas del matrimonio y, si resulta insuficiente, no habrá
más remedio que utilizar los patrimonios privativos de uno y otro cónyuge en proporción a la
cuantía y a la importancia de cada uno.

Cuando el régimen es el de separación de bienes o el de participación en las ganancias, como no


hay patrimonio común ambos cónyuges contribuirán al levantamiento de las cargas del
matrimonio en proporción a sus respectivos recursos económicos.

2º) La intervención judicial como medio para hacer efectivo el deber del contribución al
levantamiento de las cargas del matrimonio.

Esta última regla contempla la hipótesis del levantamiento por parte de cada uno de los cónyuges
de su deber de contribución y lo que hace es legitimar al otro cónyuge para acudir al juez para que
este adopte las medidas que procedan con la finalidad de asegurar el cumplimiento de la
obligación de contribuir.

2.2.- Potestad doméstica (art. 1319).

Es la competencia para realizar eficazmente actos y ordenar pagos correspondientes dirigidos a la


atención de las necesidades ordinarias.

Apunta siempre a gestiones que representan gastos módicos o usuales para lo que se tendrá que
tener en cuenta el nivel de vida de la familia. Se hace necesario prever un mecanismo para que no
existan impedimentos ni peligros para terceros.

El artículo 1319 del código civil establece tres reglas:

1) Atribución de la potestad doméstica.

Señala que cualquiera de los cónyuges podrá realizar los actos dirigidos a atender las necesidades
ordinarias de la familia conforme a los usos y circunstancias de esta. Según esta regla, cualquiera
de los cónyuges está legitimado para tomar la iniciativa en los distintos aspectos a los que se
extiende la gestión del hogar familiar y, lo que cualquiera de los cónyuges haga en este ámbito

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concreto, será plenamente eficaz especialmente en relación a los terceros que puedan verse
implicados.

En la práctica, frecuentemente, hay un reparto de competencias y cada uno de los cónyuges, ya


sea por pacto entre ellos, se encarga de un sector concreto de las atenciones que implica la vida
principal. Si ese reparto existe, ambos cónyuges deben respetarlo y, si uno de ellos no lo respeta e
invade competencias que son de otro, esa será una cuestión a resolver en la esfera interna pero no
podrá perjudicar a los terceros que se vean implicados.

2) Responsabilidad frente a terceros por las deudas que se contraen en ejercicio de la potestad
doméstica.

Establece el artículo 1319 que cuando el régimen económico sea el de ganaciales, de las deudas
que contrae un cónyuge, responderán solidariamente el patrimonio ganancial y el patrimonio
propio o privativo del cónyuge que lleva a cabo el acto de gestión doméstica.

La responsabilidad del patrimonio ganancial se especifica porque el patrimonio ganancial está


destinado preferentemente al levantamiento de las cargas del matrimonio. La responsabilidad del
patrimonio propio o privativo del cónyuge que lleva a cabo la actividad doméstica se justifica por
ser ese cónyuge quien ha asumido directamente la deuda. El que sea una responsabilidad solidaria
significa que, el tercero podrá actuar, para obtener la satisfacción de su crédito indistintamente
frente al patrimonio ganancial o frente al patrimonio del cónyuge deudor.

Además, el mismo artículo 1319 implica también al patrimonio propio o privativo del cónyuge no
deudor en el sentido de que también lo hace responsable pero de forma subsidiaria (cuando no
existan bienen gananciales suficientes ni bienes propios privativos del cónyuge deudor). Cuando el
régimen económico del matrimonio sea el régimen de participación de bienes, en este caso de las
rentas que contrae uno de los cónyuges para atender necesidades ordinarias de la familia,
responde el patrimonio propio de ese cónyuge y subsidiariamente el patrimonio propio del otro.

La última regla del 1319 es una regla de equiibrio interno entre los patrimonios conyugales. Esta
última regla se situa en el momento en que la deuda que se contrae para atender necesidades
ordinarias de la familia, ha sido ya pagada o satisfecha y lo que afecta esta regla es determinar las
consecuencias que ello va a tener en el ámbito internon cuando la deuda haya sido pagada
íntegramente por uno de los cónyuges. Establece el artículo 1319 que el que hubiere aportado
caudales propios para la satisfacción de las necesidades ordinarias de la familia, tendrá derecho a
ser reintegrado de conformidad con su régimen económico; esto significa que cuando el régimen
económico del matrimonio sea de gananciales, el cónyuge que pagó la deuda con los fondos
propios tendrá derecho a ser reintegrado con cargo al patrimonio ganancial y cuando el régimen

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del matrimonio sea el de separación de bienes o el de participación, el cónyuge que pago
íntegramente la deuda con fondos propios tendrá derecho a ser reintegrado de la parte que
corresponda con cargo a los bienes del patrimonio el otro cónyuge.

3) Protección de la vivienda habitual y de los muebles de uso ordinario de la familia.

Esta protección la materializa el código en el artículo 1320, que pone de manifiesto la


preocupación por salvaguardar la sede física que constituye el alojamiento familiar. La finalidad de
este artículo es que la sede del hogar familiar quede jurídicamente bajo el control de ambos
cónyuges y evitar que uno de los cónyuges pueda dejar al resto de la familia sin alojamiento.

Con esa finalidad, será necesario el consentimiento de ambos cónyuges o, en su caso, la


autorización judicial para disponer de los derechos sobre la vivienda habitual y los muebles de uso
ordinario de la familia.

El consentimiento de ambos cónyuges lo exige el artículo 1320 con independencia de quién sea el
titular de esos bienes y con independencia de quién sea el titular del bien, de manera que aunque
esos bienes permanezcan privativamente a uno de los cónyuges, para disponer de ellos sea
necesario el consentimiento de los dos.

La autorización judicial está prevista para suplir el consentimiento de uno de los cónyuges que será
el cónyuge que esté imposibilitado para aceptarlo o bien que se niega a prestar el consentimiento
al acto de disposición que nuestro cónyuge propone. El juez autorizará el acto de disposición
cuando considere que existen circunstancias suficientes que aconsejan su realización y siempre
que quede a salvo el interés de la familia.

Los bienes que son objeto de especial protección del artículo 1320 son la vivienda habitual y los
muebles de uso ordinario de la familia.

La vivienda habitual es donde los cónyuges establecieron el hogar familiar. Quedan excluidos de
especial protección los inmuebles, tales como viviendas de temporada, de segunda residencia y
también los que sean de uso exclusivamente profesional. Estos otros inmuebles que quedan
excluidos están sujetos a las normas que coresponda según cual sea el régimene conómico y según
a quien corresponda la titularidad del mismo.

En cuando los muebles de uso ordinario de la familia, son los que se conocen como el ajuar
doméstico; son todos los objetos que se encuentran dentro de la vivienda y que están destinados
al uso indistinto de los integrantes del grupo familiar. Se consideran excluidos aquellos objetos que
sean de extraordinario valor.

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Por otro lado, los actos para los que se exige el consentimiento de ambos cónyuges o autorización
judicial son los actos de disposición. Se interpreta en un sentido amplio abarcando todos aquellos
actos que priven o puedan privar del uso de un bien; quedan comprendidos los actos de
enajenación (venta), los actos de constitución de gravámenes como una hipoteca o un usufructo y
los actos de renuncia.

La sanción que procede cuando uno de los cónyuges lleva a cabo un acto de disposición relativo a
la vivienda habitual sin contar con el consentimiento del cónyuge y sin contar con autorización
judicial la contempla el artículo 1322 Cc, que se refiere a aquellos actos que realice un cónyuge sin
consentimiento del otro cónyuge cuando ese consentimiento sea necesario según la ley y la
sanción que establece es la posibilidad de anular el acto de disposición a instancia del cónyuge
cuyo consentimiento se omitió.

Si el cónyuge cuyo consentimiento se omitio ejercita la acicón de nulidad queda sin efecto el acto
de disposición realizado por el otro cónyuge y se evitará que se culmine la adquisición por parte
del tercero que contrato con este cónyuge. No obstante, el codigo civil deja a salvo de las
consecuencias de la nulidad a los terceros que sean adquirentes de buena fe que es el tercero que
contrató on uno de los cónyuges confiando en la veracidad de la información que este le daba al
manifestarle que el inmueble dentro del contrato no constituía la vivienda habitual de la familia. La
manifestación errónea o falsa del disponente no perjudicará al adquirente de buena fe.

Derecho de predetacción o derecho de supervivencia- art. 1321; cuando el matrionio se disuelve


por fallecimiento de uno de los cónyuges, el Código civil garantiza al otro cónyuge la conservación
del ajuar de la que ha venido siendo vivienda habitual de la familia. En este sentido se le
entregarán a ese cónyuge las ropas, el mobiliario y los enseres que constituían el ajuar de la
vivienda habitual común de los esposos. No importa, a estos efectos, si esos bienes eran
gananciales o privativos del cónyuge que ha fallecido. quedan excluidos expresamente las alajas,
los objetos histórico-artísticos y otros de extraordinario valor. Estos bienes seguirán como destino
que correspondan en función a quién fuera el titular de esos bienes.

Señala el mismo artículo que esos bienes, se entregarán al cónyuge sobreviviente sin computárselo
en su haber, es decir, que no se consideran como pago de la parte que le corresponda en la
liquidación del régimen de gananciales, si tuviera este, ni tampoco se considera como el pago de
una parte de la herencia del cónyuge fallecido.

El artículo 1324 se ocupa del valor de la confesión de un cónyuge sobre el carácter o la condición
privativa de un bien. Establece que para probar entre cónyuges que determinados bienes son
propios de uno de ellos será bastante la confesión del otro cónyuge. Si uno de los cónyuges declara

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o manifiesta que un bien pertenece al otro cónyuge esa declaración o confesión es medio de
prueba suficiente entre los directamente implicados.

La declaración o confesión sobre el carácter privativo de un bien vincula al cónyuge que la hace y
vincula también a los herederos voluntarios del cónyuge confesante de manera que si muere el
cónyuge confesante, sus herederos voluntarios no podrán reclamar el bien al otro cónyuge y si lo
hicieran, el otro cónyuge podrá oponerse legitimamente alegando la confesión.

El alcance de la confesión es distinto en relación con otros terceros. Si la confesión que efectúa un
cónyuge no tiene una base cierta y el bien pertenece al cónyuge confensante, puede derivar un
perjuicio para los acreedores del cónyuge confesante y puede perjudicar también a los herederos
forzosos del cónyuge confesante. Para evitar estos perjuicios y partiendo de que la confesión es un
medio de prueba muy débil que se da entre cónyuges, el Código en el artículo 1324 establece que
la confesión, por sí sola, no perjudicará ni a los acreedores ni a los herederos forzosos del cónyuge
confesante, lo que significa que si no se puede demostrar por otra vía que el bien pertenece
realmente al cónyuge favorecido por la confesión, esa confesión es irrelevante para los acreedores
y los herederos forzosos.

3. Las capitulaiones matrimoniales.

A) Concepto y naturaleza.

Las recoge el código civil en los artículos 1325 a 1335. Son un contrato por razón de matrimonio
que se ha celebrado ya o que se va a celebrar cuya finalidad primordial es determinar
voluntariamente el régimen que va a regular los intereses patrimoniales de los cónyuges.

Las capitulaciones matrimoniales se pueden otorgar antes o después de la celebración del


matrimonio. En cualquier caso, el matrimonio juega un papel esencial en la producción de efectos
de las capitulaciones. Si las capitulaciones se otorgan antes de la celebración del matrimonio, no
comenzarán a surtir efecto hasta que se celebre el matrimonio. Según el artículo 1324 Cc, si el
matrimonio no llega a celebrarse en el plazo de un año, las capitulaciones matrimoniales caducan.

Establece el Código en el artículo 1325 que, en capitulaciones matrimoniales se podrá moificar,


estipular o sustituir el régimen económico del matrimonio o cualquieras otras disposiciones por
razón del mismo. Esto da pie para diferenciar el contenido propio típico de las capitulaciones y el
contenido impropio de las capitulaciones.

El contenido propio típico lo integran los pactos relativos al régimen económico matrimonial y, en
este ámbito concreto, las capitulaciones son una manifestación de la autonomía de la voluntad de
los cónyuges. El contenido impropio de las capitulaciones lo forman aquellas otras estipulaciones o

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disposiciones distintas del señalamiento del régimen económico matrimonial que no son
esenciales para las capitulaciones matrimoniales y que pueden proceder de personas ditintas de
los cónyuges, por ejemplo, las capitulaciones matirmoniales se pueden utilizar para hacer una
donación en relación con un matrimonio, también para hacer una promesa de mejorar a los
descendientes y también para efectuar el reconocimiento de la filiación.

B) Sujetos y capacidad.

Pueden concurrir varios tipos de sujetos:

 Sujetos esenciales: son los cónyuges o los futuros cónyuges. Su intervención es necesaria
para establecer el régimen económico del matrimonio.

 Sujetos accidentales: son otras personas distintas de los cónyuges que intervienen en el
otorgamiento de las capituaciones matrimoniales concediendo o prometiendo algún
derecho. La intervención de estas otras personas no es necesaria pero cuando intervienen
no son parte en los acuerdos relativos al régimen económico matrimonial sino que solo son
parte en aquellas estipulaciones relativas al derecho que conceden o prometen. Por
ejemplo, un padre que con ocasión del marimonio de su hijo le hace una donación de una
vivienda a través de dicho contrato.

 Sujetos asistentes: Son los que están llamados a completar la capacidad de uno o de los dos
cónyuges según el artículo 1330 Cc

Cuando el Código civil habla de capacidad para otorgar capitulaciones matrimoniales la limita
exclusivamente a los cónyuges y el Código civil liga la capacidad para otorgar capitulaciones
matrimoniles a la capacidad para contraer matrimonio de manera que tienen capacidad para
otrogar capitulaciones las mismas personas que tienen capacidad para contraer matrimonio.
El Cc tiene dos reglas especiales de capacidad:

o Menores (art. 1319 Cc): hay que considerarla prácticamente derogada por la Ley de
Jurisdicción Voluntaria de junio de 2015 porque el artículo 1329 Cc se refiere al
menor no emancipado que con arreglo a la ley pueda casarse y ese menor sea el que
teniendo 14 años obtiene la dispensa judicial del imedimento de edad; pero esto ha
sido eliminado por la ley.

o Incapacitados judicialmente (art. 1330 Cc): según el cual los incapacitados


judicialmente solo podrán otorgar capitulaciones matrimoniales con la asistencia de

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sus padres, tutor o jurado. El artículo 56.2 prescinde por completo de la
incapacitaicón. Este artículo hay que interpretarlo en consonancia con el régimen
actual vigente de la incapacitación del artículo 760 LEC que establece que la
sentencia de incapacitación establecerá el alcance o extensión de la incapacitación e
interpretando el artículo 1321, el resultado será que sera necesaria la asistencia de
los padres, tutor o curador cuando el acto de otorgamiento de las capitulaciones
matrimoniales sea uno de los actos que no pueda realizar el incapacitado por sí solo.

C) Forma, contenido y modificación.

Para la validez de las capitulaciones matrimoniales deben tener una forma determinada; han de
constar en escritura pública. Esta forma impuesta por el artículo 1317 es un requisito de carácter
esencial de manera que si no se cubre esa forma, por mucho acuerdo de voluntad que exista no
tendrá ningún efecto entre ellos ni respecto a terceros. En este caso, se aplicaría el régimen
económico de gananciales.

Hay también en el código civil algunas normas que están relacionadas con el contenido de las
capitulaciones matrimoniales las cuales señalan los límites a la libertad de pacto de los cónyuges.
La libertad de pacto de los cónyuges la reconoce expresamente el artículo 1315 Cc que impone que
el régimen económico del matrimonio será el que las partes estipulen en las capitulaciones
matrimoniales; esa libertad de pacto abarca varias facultades:

 Decidir los cónyuges cuál va a ser el régimen económico de su matrimonio.


 Modificar, cuantas veces se quiera, el régimen económico que se haya venido aplicando
hasta entonces y para ello basta el acuerdo de los cónyuges manifestado en capitulaciones
matrimoniales.
 Posibilidad de incorporar condiciones o términos.

La libertad de pacto es amplia pero no es absoluta, tiene limitaciónes en el artículo 1325 que se
concretan en el 1328. Este artículo declara la nulidad de aquellas estipulaciones que sean
contrarias a las leyes o buenas costumbres y que sean limitativos de la igualdad de derechos que
corresponde a los cónyuges (límites: LEY, BUENAS COSTUMBRES, PRINCIPIO DE IGUALDAD).

Las leyes a las que se alude son las normas imperativas, las que se imponen de forma absoluta a la
voluntad de las partes.

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Las buenas costumbres representan un modelo de conducta que se corresponde con los valores de
la sociedad de este momento.

El principio de igualdad conyugal lleva a rechazar aquellas estipulaciones que no sean recíprocas
para uno y el otro cónyuge o que impliquen la pérdida definitiva de un derecho para uno de los
cónyuges en particular.

Cuando se vulnera alguno de estos límites la sanción que procede es la de nulidad absoluta o
radical pero no de todo el contrato de capitulaciones matrimoniales sino del pacto o estipulación
concreta que rebasa alguno de estos límites.
D) Publicidad.
El régimen económico de un matrimonio es una cuestión que no solo afecta a los cónyuges
directamente implciados sino que también interesa o puede interesar a los terceros. De cuál sea el
régimen económico del matrimonio va a depender custiones tales como el patrimonio responsable
de las deudas que contraigan los cónyuges. Estas circunstancias aconsejan que se prevéa un
sistema de publicidad que permita a los terceros conocer cuál es en cada caso el régimen
económico del matrimonio.
En nuestro ordenamiento, la publicidad del régimen económico matrimonial va unida a la
publicidad de las capitulaciones matrimoniales porque estas son el instrumento mediante el cual
los cónyuges pueden cambiar el régimen económico de su matrimonio. A estos efectos, nuestro
ordenamiento se sirve de los instrumentos de publicidad generales principalmente del registro
civil.
El Código, en el artículo 1333 establece que, en toda inscripción del matrimonio se hará mención
de las capitulaciones matrimoniales que se hubieran otorgado y de los demás hechos que
modifiquen el régimen económico del matrimonio. A pesar del rigor con el que se formula este
precepto, la mención de las capitulaciones matrimoniales no es obligatoria; esto lo pone de
manifiesto el artículo 77 de la Ley del Registro Civil. Este artículo dispone que, al margen de la
inscripción del matrimonio, se podrá hacer mención de los pactos relativos al régimen económico
matrimonial.
Esta mención es una mera indicación de cuál es el régimen económico aplicable al matrimonio y
esta se acompaña de los datos relativos a la escritura pública de capitulaciones matrimoniales.
Este artículo 77 LRC establece que, en ningún caso, los terceros de buena fe resultarán
perjudicados sino desde la fecha de la mención en el RC. En base a este artículo, el régimen
económico que se haya pactado solamente se puede hacer valer frente a terceros a partir de la
fecha de su mención registral; existiendo esta mención, ningún tercero podrá alegar
desconocimiento del régimen económico del matrimonio. Sin embargo, si no existe mención
registral, los terceros podrán confiar legítimamente en que el régimen económico aplicable al

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matrimonio es el régimen de gannaciales y no se podrá imponer otro. De esta forma, la falta de
mención registral equivale a falta de otorgamiento de capitulaciones matrimoniales.
4. Donaciones por razón de matrimonio.

Son un posible contenido de las capitulaciones matrimoniales. Se recogen en los artículos 1336
hasta 1343 Cc; se definene en el artículo 1336 Cc señalando que son donaciones por razón de
matrimonio que cualquier persona hace antes de celebrarse, en consideración al mismo, y en favor
de uno o de ambos esposos. Son donaciones típicas que hacen los amigos o los padres cuando dos
novios se casan.

Las características de las donaciones por razón de matrimonio (artículo 1336 Cc):
 Son auténticas donaciones; actos a título gratuito que se realizan con ánimo de lideralidad.
El hecho de que sean auténticas donaciones justifican la norma que aparece en el artículo
1337, que señala que estas donaciones se rigen pror las reglas ordinarias en cuanto no se
modifiquen por los artículos siguientes. Dicho de otra manera, que en todo lo no previsto
por las donaciones por razón de matrimonio se aplican las normas reguladoras de
donaciones ordinarias.
 Son donaciones prenunciales porque se realizan antes de celebrarse el matrimonio. Las
donaciones que se realicen después del matrimonio aunque con ellas se favorezcan a unos
cónyuges, son donaciones ordinarias y quedan sujetas a su regulación.
 Se hacen en consideración a un concreto matrimonio futuro. El matrimonio es el motivo
determinante de la donación y esta circunstancia es la que justifica el régimen en parte
especial que dispensan las donaciones por razón del matrimonio.
 El donante por razón del matrimonio puede ser cualquier persona, incluidos los futurops
cónyuges. Puede haber donaciones que realice un tercero a favor de uno o de los dos
futuros cónyuges o donacinoes que haga uno de los futuros cónyuges a favor de quien se va
a casar con él. El donatario sólo puede serlo uno de los futuros cónyuges.
 Las donaciones por razón de matrimonio se pueden hacer en capitulaciones matrimoniales
o fuera de las mismas. Si se hacen en capitulaciones matrimoniales, le alcanza
necesariamente la exigencia de forma del artículo 1317 Cc. Si se hacen fuera de
capitulaciones matrimoniales, rigen las normas generales de forma establecidas para las
donaciones ordinarias.

Las normas especiales o específicas que el código civil dedica a las donaciones por razones de
matrimonio abarcan 4 ámbitos:

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1. Capacidad para efectuar donaciones por razón de matrimonio.
El Cc ha venido ligando esta capacidad a la capacidad para contraer matrimonio y, en este sentido,
el artículo 1329 Cc dispone que el menor no emancipado que, con arreglo a la ley, pueda casarse,
podrá realizar donaciones por razón del matrimonio con asistencia de sus padres o tutores. Es el
menor que teniendo 14 años haya obtenido la dispensa pero la ley ha suprimido la dispensa de
manera que ya no va a haber menores no emancipados que, con arreglo a la ley, puedan casarse.
Al quedar derogado este artículo, en materia de capacidad para efectuar donaciones por razón de
matrimonio, se van a regir por las normas reguladoras de las relaciones ordinarias.

2. Objeto que se puede donar.


Hay unanorma específica para las donaciones por razón de matrimonio relacionadas con el objeto.
El artículo 341.1 Cc ofrece una regla que coincide con la norma que el artículo 634 para las
donaciones ordinarias que implica que las donaciones ordinarias pueden comprender los bienes
presentes de los contratantes. Pero el artículo 1341.2 contiene una regla que difiere de la que
establece el artículo 635 para las donaciones ordinarias; dispone que la donación no podrá
comprender bienes futuros. El apartado 2 del artículo 1341 permite expresamente a los futuros
cónyuges donarse entre sí bienes futuros, es decir, los bienes que va a tener el donante en un
momento posterior a la donación. Esto de donarse bienes futuros se permite siempre que se haga
la donación por razón de matrimonio, antes de celebrarse, en capitulaciones matrimoniales y que
se haga para el caso de muerte.

Cuando se realiza una donación de estas características lo que está haciendo el donante es ordenar
su sucesión, es decir, está determinando a quién quiere que vayan a parar sus bienes, o parte de
ellos, cuando él muera. Por esta razón se entiende que este apartado 2 encierra un pacto sucesorio
que excepcionalmente admite el Código civil (el cc prohibe los pactos sucesorios salvo casos
excepcionales). El Cc, cuando permite la donación de bienes futuros la permite por la medida
marcada por las disposiciones reguladoras de la sucesión testamentaria; si la donación es inoficiosa
(cuando perjudique la legítima de un heredero forzosa) procederá la reducción de esa donación
con arreglo a la ley.

3. Eficacia o efectos de las relaciones por razón de matrimonio.


Hay dos artículos, el artículo 1339 y 1340 Cc. El primero de esos artículos contempla la donación
por razones de matrimonio que hace un tercero a favor de ambos cónyuges y establece el artículo
1339 que los bienes donados conjuntamente a los cónyuges perteneceran a ambos en pro indiviso
ordinario y a partes iguales salvo que el donante haya dispuesto otra cosa. Según este artículo,

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cada uno de los donatarios será titular de una cuota respecto del bien o de la acción y esas cuotas
serán iguales salvo que el donante haya establecido otra participación distinta.
El artículo 1340 Cc está relacionado con la obligación de saneamiento. En el marco de las
relaciones ordinarias, el artículo 638 Cc excluye las obligaciones de saneamiento y las excluye por
el carácter gratuito que tiene la donación. Pero también en el artículo 1340 tiene en cuenta que se
trata de una donación por razón de matrimonio y ha podido influir en la celebración del
matrimonio.

El artículo 1341 impone al donante de mala fe la obligación de saneamiento que se concreta en


una indemnización del daño o perjuicio que haya sufrido el donatario.

4. Régimen de ineficacia.
Se recoge en los artículos 1342 y 1343 Cc. El 1342 Cc establece que quedarán sin efecto las
donaciones por razón de matrimonio si no llegaran a aprobarse en el plazo de un año siendo el
matrimonio el motivo determinante de estas donaciones, la no celebración del matrimonio en ese
plazo actua como na especie de condición resolutoria sin importar cuál haya sido la razón concreta
por la que no se haya celebrado el matrimonio.

El artículo 1343 Cc contempla el régimen de revocación de las donaciones por razón de


matrimonio. Es un supuesto de ineficacia sobrevenida que se produce a través del reconocimiento
al donante de una facultad de dejar sin efecto la donación cuando concurra cualquiera de las
causas que la ley prevé. En el marco de las donacines por razón de matrimonio, el artículo 1343
dice que estas donaciones son revocables por las causas comunes salvo por la supervivencia o
superveniencia de hijos y, además de esa especialidad, el mismo artículo añade nuevos supuestos
de ingratitud y de incumplimiento de carga aplicables a las donaciones por razón de matrimonio.
Tratándose de donaciones efectuadas por un tercero, el artículo 1343 considera incumplimiento
de carga la anulación del matrimonio por cualquier causa y también la separación del conyuge y el
divorcio pero siempre que sean imputables según la sentencia al cónyuge donatario. Esto último
no se puede aplicar a partir de la Ley de 8 de julio del año 2005 porque esta ley suprimió por
completo las causas de separación o divorcio porlo que no va a haber ningún cónyuge al que le
sean imputables estas causas.

Tratándose de donaciones efectuadas entre los cónyuges, el artículo 1343 considera


incumplimiento de carga la anulación del matrimonio si el cónyuge donatario hubiere actuado de
mala fe.

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También este último artículo considera como ingratitud que el donatario incurra en causa de
desheredación y también considera como tal que al cónyuge donatario le sea imputable la
separación o el divorcio.

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