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Tema 9: el empirismo

TEMA 9
EL EMPIRISMO: LOCKE Y HUME

1. Empirismo Vs. Racionalismo.


2. John Locke.
2.1. La epistemología de Locke
2.2. Las ideas.
2.3. El mundo y los límites del conocimiento.
2.4. La crítica a la idea de sustancia.
3. Hume.
3.1. El conocimiento.
3.2. La validez del conocimiento: la crítica a la causalidad.
3.3. Conclusión: escepticismo y fenomenismo.

1. Empirismo Vs. Racionalismo (MUY IMPORTANTE)


El empirismo es una corriente filosófica que eclosiona en las islas británicas a mediados del
siglo XVII y se desarrolla con fuerza en el siglo siguiente. Es tradicional afirmar que el empirismo
es la doctrina que afirma que la única fuente de conocimiento válida es la experiencia, ya sea
externa o interna. Antes de evaluar sus características peculiares, hay que destacar que, al igual
que en el racionalismo, la cuestión de fondo sigue siendo la misma en toda la época moderna: la
epistemología o teoría del conocimiento. El empirismo sin embargo presenta características
psicológicas, epistemológicas y metafísicas que lo separan radicalmente de los sistemas de
Descartes, Spinoza o Leibniz. A un nivel gnoseológico, el empirismo afirma lo siguiente:

a) La experiencia como fuente única de conocimiento, y en consecuencia, negando


la existencia de ideas innatas.
b) Los límites del conocimiento los traza la experiencia. Según Hume, no podemos ir más
allá de esa misma experiencia.
c) Las ideas y no las cosas son de manera directa el objeto de nuestro conocimiento. El
pensamiento tiene como función primordial la de relacionar ideas entre sí.
d) Un nuevo concepto de razón: se concibe como facultad dependiente de la experiencia y
que actúa dentro de sus límites.
e) La ciencia debe fundamentarse en la verificación y repetición de los hechos, que son su
aval y garantía: inductivismo.
f) Se estudia la génesis del conocimiento: los empiristas se detienen en un estudio
pormenorizado de las facultades del entendimiento humano a la hora de conocer la
realidad que nos rodea: la memoria y la imaginación.
g) En el plano ético y político, dado que la experiencia interna es subjetiva (y cada cual
puede tener la suya), las tesis defendidas suelen estar cerca del relativismo (tenemos
ideas diferentes de moral y religión) y el utilitarismo, y como consecuencia de esto, el
empirismo va a marcar la lucha contra el absolutismo político y a favor de la tolerancia
religiosa.
Diferencias entre Racionalismo y Empirismo

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Ideas innatas en el hombre Negación de las ideas innatas: el hombre como


“tabla rasa”
Autonomía de la Razón frente a la experiencia, a La experiencia empírica como fuente única de
la que se rechaza por poco segura. conocimiento, limitando el alcance de la Razón
Explicación psicológica del conocimiento.

Importancia de las matemáticas. Importancia de la física


Método geométrico. Hechos, rechazo de la especulación.

Derecho Natural Relativismo y iuspositivismo

2. John Locke (1632-1704)


Mr. Locke nace en 1632 en Bristol, fue médico, filósofo y todavía le dio tiempo para ser secretario
del conde Shaftesbury (un pez gordo de la época). Precisamente por defender a su padrino político
tuvo que emigrar por patas de la belicosa y violenta Inglaterra a aquella isla de paz y sosiego que era
la Holanda de la época. Sostenedor de la causa de los Orange, tomaría parte de la Revolución
Gloriosa que explicaremos más adelante. De vuelta, vivió más o menos feliz y comiendo muchas
perdices hasta que el pobre se murió allá por 1704, enarbolando el sentido común como sabia
bandera de la filosofía hasta el final. Ahora basta con conocer sus ideas sobre el conocimiento
humano que hacen de él el padre del empirismo.

2.1. Teoría del conocimiento.


La teoría de Locke toma como punto de partida la negación de las ideas innatas en el
hombre. El ser humano es considerado como tabula rasa, así que Locke niega la presencia de
ideas o principios innatos. Para Locke, el innatismo marca un límite arbitrario al conocimiento
científico al suponer evidencias y principios últimos (las ideas “claras y distintas” de Descartes)
que escapan a toda confirmación empírica. Así, con este punto de partida Locke intenta resolver
en su Ensayo sobre el Entendimiento Humano los límites del conocimiento humano y su valor.
Locke prescinde de la metafísica y confiere un importante valor a la psicología como
explicador de ese conocimiento humano: si estudiamos la génesis de ese conocimiento podremos
conocer su validez. La experiencia se constituye en categoría fundamental lockeana: existe una
experiencia de sentido externo (sensación) y otra de carácter interno (reflexión)
Sin embargo las ideas siguen siendo el motivo de reflexión de este pensador (como en los
racionalistas), aunque olvidando su componente metafísico. Para Locke idea es “ todo aquello que
se percibe en la conciencia como noción o especie que pueda emplear la mente al pensar” . Las
ideas pueden ser así referidas a la sensación o la reflexión. Según Locke, las ideas de la
sensación son imágenes de las cosas y las de la reflexión reproducen en la mente todo proceso
psíquico interior. El entendimiento humano es una especie de cajón oscuro en el que se
depositan nuestras percepciones y a través de los mecanismos internos de nuestra mente,
captamos las imágenes de las cosas, pero sin que este añada nada a tales percepciones.

2.2. Clases de ideas.


Locke descubre la existencia de dos tipos fundamentales de ideas: las simples y las
complejas.
a) Las ideas simples pueden ser de varios tipos, dependiendo su procedencia:
a) Ideas de un único sentido (color, sonido, olor etc...)

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b) Ideas determinadas por varios de ellos combinados (extensión, figura,


movimiento). Tanto los anteriores como estos son llamados sensibles propios.
c) Ideas que también provienen desde la introspección como querer, pensar,
recordar, juzgar o crear, for instance. Son llamadas sensibles comunes
d) Ideas construidas a base de percepciones sensibles y reflexiones internas (dolor,
placer, fuerza...)

b) Ideas complejas.
Todo el material de nuestro saber queda reducido a únicamente estas ideas simples. La
mente humana carece de capacidad creativa: no puede inventar ni una sola idea. Sin embargo
nuestra mente se muestra muy activa a la hora de formular las ideas complejas, aunque tan solo
puedan estar producidas por combinación o asociación de las simples. Aquí desempeñan
gran importancia las facultades humanas del recuerdo o la memoria. Dentro de estas ideas
compuestas, las más importantes son las de sustancia, modo y relación.

c) Ideas generales.
Por último, habría que hablar también de ideas generales. Estas ideas son representadas
por el lenguaje y las palabras: hablan únicamente de abstracciones o generalizaciones. Estas
ideas están condicionadas por una visión del lenguaje nominalista y convencional. Lo primero
quiere decir que detrás de nombres generales no existe nada real. Por ejemplo: no hay nada
detrás de la palabra “humanidad”, tan sólo existen cosas singulares, individuos. Sobre la
convencionalidad: el signo o la palabra que expresa la idea tiene una conexión con la cosa
puramente aleatoria y casual. Nosotros llamamos “perro” a nuestros queridos animales de
compañía como podíamos haberlos llamado “marcianos”: pura convención.

2.3. El Mundo y los límites del conocimiento.


Aunque el conocimiento humano recaiga directamente sobre las ideas, Locke admite la
existencia del mundo y de las cosas:
1. La existencia del yo: afirma que el hombre conoce intuitivamente su propia
existencia (y aquí sigue el planteamiento de Descartes y el “pienso luego existo”).
2. La existencia de Dios, conocida por demostración: aunque no tenemos idea
innata suya, Dios ha dejado testimonio de su existencia y facultades. La mera
nada no puede producir un ser real, y por tanto hemos tenido que ser causados
por algo real y provisto de inteligencia, puesto que nosotros lo somos (un poco
como Sto. Tomás: si existimos, es por causa de alguien previo).
3. Sabemos que el mundo existe por una certeza sensitiva. Si las ideas simples que
tenemos en nuestra mente no proceden de nosotros mismos deben de tener, por
lo tanto, una causa distinta de nosotros y que no puede ser otra que la del
mundo externo.

2.4. La crítica a la idea de sustancia.

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Por la importancia que tiene la idea compleja de sustancia a lo largo de la filosofía


racionalista merece que detengamos un instante nuestra atención. Ya vimos que era el caballo
de batalla en muchas disputas entre los racionalistas. Locke aborda la idea de sustancia desde
planteamientos empiristas: esta es para Locke “ un conjunto de ideas simples que van
continuamente unidas entre sí, a las que se unifica en torno a un sujeto y se llaman con un solo
nombre (...) No imaginamos cómo esas ideas simples pueden subsistir por sí mismas y nos
acostumbramos a suponer algún substrato en donde subsistan y a esto le llamamos sustancia”.
¿Qué queda de las cosas entonces? Nosotros conocemos las cosas del mundo a través de
los sentidos y de las distintas cualidades de esas cosas. Reconocemos en ellas cualidades
primarias (sensibles comunes) que son objetivas, inseparables de los cuerpos (figura, extensión,
movimiento, reposo...), mientras que las cualidades secundarias no son más que afecciones que
en cada uno de nuestros sentidos producen las cualidades primarias. La realidad de la
“sustancia” por tanto no pasa de ser una mera suposición que permite a esas cualidades
permanecer unidas. La sustancia está “debajo” de esas cualidades, pero no podemos nunca
llegar a conocerla porque nuestro conocimiento válido está sometido a la experiencia.
Locke es un pensador prudente y de sentido común, y no le gustan las aburridas
metafísicas de los racionalistas continentales: él supone que existe tal idea por que el
pensamiento y el lenguaje es más fácil así, pero no por una razón filosófica o científica que la
pruebe en la experiencia. Nuestro autor, sin embargo, antes de montar ruido, prefiere suspender
el juicio y se niega a una crítica radical de estas elucubraciones metafísicas.

3. David Hume (1711-1776)

David Hume, (Edimburgo, Scotland, 1711-1776) suele considerarse el exponente más radical del
empirismo anglosajón. Nacido “al antiguo estilo” (en su casa), sus padres querían que hiciera derecho y se
convirtiera en hombre de provecho, pero él estaba emperrado con la filosofía, y acertó, porque su libro A
treatise on Human nature, Tratado de la Naturaleza Humana se ha convertido en la piedra angular de esta
corriente y su reflexión más profunda. Sin embargo para aquella época la obra constituyó un fracaso
editorial, ¡oh desgracia de aquellos adelantados a su tiempo!. Además le tocó aguantar a Monsieur
Rousseau, que estaba como las maracas de Machín. Este señor opositó a la cátedra de la universidad de
Edimburgo, pero se quedó en bibliotecario y leyó ochocientos cuarenta mil libros, hecho que le permitió
escribir otras muchas cosas que por desgracia, no podemos estudiar, como el suicidio, la historia de los
normandos y los sajones o asuntos similares. Otra vez será. Hopefully.

Su punto de partida es similar al de John Locke. La experiencia es la única fuente legítima


de conocimiento humano, no existen ideas innatas, y lo que hay que indagar es el proceso a
través del cual esa experiencia empírica se convierte en las ideas (representaciones mentales)
con las que trabaja el entendimiento.

3.1. ¿Cómo conocemos?


En el origen de todo están las percepciones sensibles, y para explicar el origen de las ideas,
Hume hace una distinción entre dos tipos de percepciones: las impresiones e ideas.
- Impresiones: Son las percepciones que “entran con mayor fuerza y violencia”, como dice
el propio Hume, y se incluyen en ella las sensaciones, sentimientos o pasiones. Por ejemplo, ver a

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Jaime (sensación) y sentir cariño hacia él (sentimiento). En definitiva, datos provenientes de la


experiencia.

- Ideas: son las percepciones debilitadas, copias o imágenes de las impresiones anteriores,
y que suelen ser el contenido del entendimiento humano. For instance, recordar a segundo de
bachillerato cantando en el concierto (este recuerdo no tiene la misma fuerza que cuando lo
hemos vivido en directo).
A esta división habría que añadir también la diferencia entre percepciones e ideas simples
(el color rojo) y complejas (la idea de sustancia), cuando son susceptibles de división o no.

Siendo las ideas el material del conocimiento humano ubicado en la razón, existen después
dos facultades del entendimiento humano, la memoria y la imaginación, que permiten una
coordinación y mezcla de estas ideas. Cuando recordamos impresiones de forma vívida y realista,
estamos utilizando la memoria. Cuando sin embargo, utilizamos las ideas a nuestro libre albedrío
y pierden la vivacidad de las impresiones, estamos utilizando la imaginación.
En resumidas cuentas, al igual que Locke, el origen de todas las ideas humanas provienen
de la experiencia empírica, y todo aquello que podemos conocer, sea real o no, proviene de la
capacidad de asociar unas ideas con otras. Ahora bien, ¿bajo qué elementos se unen unas ideas
con otras? Parecen existir una serie de factores que permiten la relación de unas ideas más que
otras. Hume lo explica a través de las ideas de contigüidad, la semejanza y la causa y
efecto.

EL PROCESO DE CONOCIMIENTO FACULTADES DEL El entendimiento no


ENTENDIMIENTO HUMANO crea ideas, solo
Sensación Memoria Imaginación Las asocia o unifica

Ideas complejas:
Experiencia Impresiones Ideas (asociación de relación de ideas
empírica (exp. directa) (representación simples) por:
debilitada) 1. Contigüidad S-T
2. Causa-efecto
Ideas simples 3. Semejanza

3.2. La validez del conocimiento: crítica a la causalidad.


Es evidente que el objeto de nuestro conocimiento es el mundo sensible, en lo que serían
impresiones y la mayoría de las ideas simples. Si tengo delante de mi vista (órgano sensitivo) a
Jesús U., no dudaré en aseverar que él existe. Decimos que es verdad que existe Jesús si hay
una adecuación entre la impresión y la idea.
Sin embargo, los problemas empiezan para Hume cuando por ejemplo, Jesús abandona la
clase y lo único que mantengo es una idea del mismo, basado en una impresión sensible sobre la
memoria. Nosotros afirmamos que Jesús sigue existiendo por una contigüidad en el espacio y el
tiempo (imaginamos que está bajando las escaleras, por ejemplo). Igualmente, sabemos que si

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calentamos agua a cien grados a una presión normal, el agua se evaporará. La relación aquí es
de causa y efecto. Pero según Hume, no tenemos ninguna certeza que Jesús estará en las
escaleras, ni que el agua se seguirá evaporando en los siguientes experimentos que realicemos.
Según Hume, las relaciones de ideas no nos aseguran ninguna fiabilidad absoluta,
en cuanto que se basan en evidencias empíricas concretas e individuales, sin ninguna
conexión entre sí.
De las tres relaciones de ideas planteadas anteriormente (causalidad, contigüidad y
semejanza), la causalidad va a ser la que más interés va a suscitar en Hume, porque esta
causalidad es la que permite buena parte de la reflexión filosófica (pensemos que Aristóteles o
Santo Tomás planteaban la causalidad como argumento central en sus explicaciones de Dios,
f.i.), y son las que permiten la aparición de las ideas complejas (como la misma idea de
sustancia).

a) Crítica a la causalidad.
La causalidad, según Hume, se reduce a una contigüidad en el espacio y una sucesión en el
tiempo. Si nosotros tiramos un lápiz de la mesa al suelo, pensaremos que la consecuencia será el
choque del lápiz con el suelo. Pero el problema es que si el tiempo y el espacio no son absolutos,
sino solo dos elementos puramente empíricos, basados en una experiencia sensible y concreta
nunca podremos establecer una conexión necesaria entre una cosa (causa: caída del lápiz) y otra
(efecto: choque con el suelo) más allá de una impresión determinada. Así podemos aseverar que
en ese caso, la causa-efecto ha funcionado, pero no podremos predecir para el futuro que
eso vaya a acontecer (el lápiz puede quedarse flotando en el aire).

b) Crítica a las ideas complejas.


- De las sustancias, palabra clave en el racionalismo, Hume dice: “La idea de sustancia
debería derivarse, entonces, de una impresión de la reflexión, si es que existe. Pero nuestras
impresiones de reflexión parece reducirse a las pasiones y sentimientos, y por lo tanto, no parece
posible que estas representen a ninguna sustancia”. La sustancia es una colección de ideas
simples unidas por la imaginación.
- De las palabras abstractas, cabe decir lo mismo que el nominalismo y Locke: son
palabras huecas que no obedecen a ninguna impresión sensible y por lo tanto no apuntan a
ninguna realidad auténtica.

3.3. El desarrollo del escepticismo o fenomenismo.


La consecuencia directa de esta crítica a la causalidad supone un auténtico torpedo a la
línea de flotación de toda la filosofía tradicional. Si negamos la causalidad negamos prácticamente
todo el conocimiento cierto que nos facilitaba la filosofía y la ciencia. No existe evidencia absoluta
más allá de las experiencias sensibles más inmediatas, y en cuanto estas desaparecen, dejan de
existir como certezas. Si alguien se esconde en un armario, nosotros suponemos, por fuerza de la
costumbre o el hábito, que alguien sigue dentro del armario, pero nunca podremos tener una
certeza absoluta que tiene que ser así, puesto que la percepción directa de esa persona ha

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dejado de existir. La consecuencia de esto es bastante evidente: Hume defiende un


escepticismo absoluto para el campo de la filosofía y la teoría del conocimiento, en lo que se
conoce como fenomenismo (solo podemos conocer las impresiones de los fenómenos,
lo perceptible por experiencia sensible). Pensemos, por ejemplo como afecta a
determinadas “creencias”:
- Al sujeto o “yo” de Descartes o Locke. Ellos creían que por intuición, el sujeto
no podía negarse. Pero eso solo podía aplicarse en realidad cuando nosotros tenemos conciencia
de ese yo, cuando estamos dudando por ejemplo. En el momento en el que dormimos o
pensamos en las musarañas, dejamos de existir como conciencia, según Hume. El “Yo” sería, en
el fondo, una colección de impresiones que acostumbramos a unir constantemente para nuestra
vida cotidiana.
- Sobre el mundo, solo existe lo perceptible con nuestros sentidos, la realidad
más cercana a nosotros. Si María S. sube a la luna y muestra una foto de la tierra, Hume diría
que eso sencillamente es una percepción aislada. Y la palabra “mundo” en definitiva, no tiene
más validez que una palabra abstracta.
- Sobre Dios, no solo un empirista se plantea que está más allá de la experiencia
empírica, sino que en cuanto negamos la causalidad, no podemos dar ningún crédito a todas las
pruebas tradicionales (como por ejemplo Santo Tomás).
a) Crítica a la idea de Dios como primera causa. Igual que no podemos predecir ningún
acontecimiento futuro por la crítica a la causalidad, tampoco podemos hacerlo hacia
el pasado y más allá de la experiencia fenoménica. Es decir, el argumento “ Dios
existe porque tiene que haber una causa primera que explique todo ”, Hume podría
decir “Eso puede ser o no ser. No es argumento seguro.”
b) Crítica al argumento de la causa final. De la misma manera no podemos argumentar
que existe Dios por el argumento de una causa final o diseño inteligente (quinta vía
de Santo Tomás). Según Hume, la idea de que un mundo complejo como el nuestro
necesita un creador que lo ha diseñado antes, es meramente un paralelismo
incorrecto que los hombres hacen al compararlo con sus creaciones (un cuadro por
ejemplo) y sus creadores humanos (un pintor).

3.4. Conclusión: la ética.


En el fondo, y de cara a su antropología y ética, Hume defiende el hecho que la razón
humana presenta unos límites imposibles de superar en la filosofía y la ciencia, los límites de la
experiencia sensible. ¿Qué queda entonces en el hombre? Precisamente, lo previo a la razón: los
sentimientos, las pasiones. Eso es lo que va a fundamentar su ética, que se conoce como
emotivismo. No existen razones de peso para fundamentar lo bueno o lo malo; es en el fondo
una opción de sentimientos. Y en cuanto que los sentimientos son subjetivos, individuales, la
conclusión que acaba defendiendo Hume es el relativismo (todo vale) y el utilitarismo (la
acción buena es la que nos reporta más placer y menos dolor, prediciendo las consecuencias de
una acción).

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