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CONFLICTO DE NORMAS EN EL ESPACIO

Generalidades

Cuando una relación jurídica o un hecho que produce efectos jurídicos


nace en un Estado determinado y agota todos sus efectos y
consecuencias en él, no se produce, en ese caso, problema alguno
acerca de cuál legislación aplicar, ya que se aplica simplemente la ley
del país en que esa relación surgió y agotó sus efectos. Por ejemplo,
dos chilenos celebran un contrato de compraventa en nuestro país,
donde la cosa vendida se entrega inmediatamente pagándose,
asimismo, de inmediato el precio. Este contrato, en consecuencia,
produce todos sus efectos en Chile. No hay duda de que en este caso
sólo se aplica la legislación chilena, no existiendo posibilidad que a esa
relación se le aplique una legislación distinta a la nuestra.

La situación cambia cuando se trata de relaciones jurídicas a las cuales


es posible aplicarles más de una legislación, o si se quiere, aplicarles
normas de diversos ordenamientos. En este caso, existe la posibilidad
de que se produzca lo que se denomina conflicto de normas en el
espacio. Entonces habrá que decidir, en alguna forma, qué legislación
se aplica a esa relación jurídica. Un ejemplo que se puede dar en este
sentido, es el de un contrato de compraventa celebrado en Francia
sobre bienes situados en Chile, que va a producir sus efectos en
Estados Unidos. La duda que aquí se plantea es, ¿cuál de estas tres
legislaciones se aplica a esa relación jurídica?

Estos problemas, de territorialidad y extraterritorialidad de la ley, hoy día


son más frecuentes que antes. En el pasado también existieron, pero no
tenían la magnitud que hoy presentan. Ello es así porque, en la
actualidad el tráfico de mercaderías y de bienes entre un país y otro es
infinitamente mayor de lo que era en el pasado. Asimismo, los
movimientos de personas entre países no pueden compararse con lo
que fueron algunos siglos atrás, ya que hoy millones de seres humanos
se desplazan de uno a otro.

Sistemas de Derecho Internacional Privado

Para solucionar estos conflictos se han formulado diversas doctrinas o


teorías que, de alguna manera, han sido recogidas por las legislaciones
positivas de los distintos Estados. Estas doctrinas son muchas, pero
básicamente las podemos agrupar en dos grandes tendencias o, como
se dice también, en dos grandes sistemas o principios, denominados
específicamente sistemas de Derecho Internacional Privado. Se llaman
así, porque la rama del Derecho que se ocupa de solucionar los
problemas a que estamos haciendo referencia, se denomina Derecho
Internacional Privado. Estos dos grandes sistemas son:

1° Sistema de la territorialidad del Derecho, y

2° Sistema de la extraterritorialidad del Derecho, llamado también,


sistema de personalidad del Derecho.

Sistema de la Territorialidad del Derecho

Este sistema afirma que el Derecho de un país rige dentro de su


territorio a todas las personas, cosas o situaciones que en él se
encuentran o sucedan. Postula que su Derecho rige dentro de su
territorio, no rigiendo ni aspirando a regir más allá de sus fronteras. Es
decir, no pretende que sus leyes, y en general sus nomas jurídicas,
extiendan su imperio más allá de las fronteras del país. A su vez, señala
que en su territorio no debe aplicarse Derecho extranjero. Esto es así
por un principio de reciprocidad, ya que si cada Estado no pretende a
que sus normas rijan fuera de su territorio, recíprocamente, no admite
que Derecho extranjero se aplique dentro de él.

En la actualidad este principio de la territorialidad del Derecho en la


forma pura y extrema que acabamos de describir, no lo contempla,
prácticamente, la legislación de ningún Estado, ni doctrina alguna lo
postula. Ello porque es impracticable en los hechos, debido a que los
países no pueden aislarse, las comunicaciones al instante, el comercio
mundial, el traslado masivo de personas de un lugar a otro, en suma la
globalización, lo hacen imposible. De tal modo que los Estados que lo
emplean, lo utilizan de manera atenuada, o si se quiere, contemplando
excepciones, muchas de ellas importantes.

En nuestra opinión, el ordenamiento jurídico chileno establece como


principio general el sistema de la territorialidad del Derecho, pero no en
su forma pura y extrema, sino que de manera atenuada, con
excepciones importantes. Decimos esto basándonos en diversas normas
vigentes en él, entre otras, los artículos 14 a 18 del Código Civil, pero
también en preceptos de diversos otros Códigos, incluido el Código de
Derecho Internacional Privado, llamado también Código de Bustamante.
Así, encontramos que el artículo 14 del Código Civil sienta como regla
general el principio de la territorialidad del Derecho, pero a continuación
los artículos 15 al 18 establecen importantes excepciones al mismo, las
que se completan con las normas existentes en otros cuerpos legales.

Sistema de la Extraterritorialidad del Derecho

Este sistema, llamado también sistema de la personalidad del Derecho,


es el contrario del anterior. Postula la tesis que sostiene que las
personas no se rigen por la ley del territorio en que se encuentren, sino
que por la ley de su origen, cualquiera sea el lugar en donde se hallen.
Nótese bien, decimos la ley de su origen y no, por ejemplo, por la ley de
su nacionalidad, porque no siempre se ha entendido por origen de una
persona a su nacionalidad. Es así, como en algunas oportunidades, se
ha dicho que el origen de una persona no es su nacionalidad, sino que
se encuentra dado por su domicilio, o bien, por la etnia o tribu a la cual
pertenece, o, incluso por su religión, cuando la religión es el factor
cultural determinante en una cierta época.

Pero, al igual que en el caso anterior, el principio de la


extraterritorialidad, hoy no se aplica de manera absoluta, por los muchos
problemas que conllevaría. Se dice que este principio, en forma
absoluta, se habría aplicado únicamente en la época de las grandes
invasiones bárbaras al Occidente de Europa, en los tiempos de la caída
del Imperio Romano, pues los pueblos germanos impusieron su
costumbre que establecía que cada grupo étnico se rige por las leyes de
su origen. En la actualidad, en su forma pura y absoluta resultaría
impracticable, por tanto, los países que lo adoptan lo hacen de manera
atenuada. Sería impracticable, entre otras, por las siguientes razones:

1° Es atentatorio contra la soberanía de los Estados. Un Estado nunca


puede renunciar a tener alguna clase de jurisdicción sobre todos los
habitantes que viven en su territorio. Si, por el contrario, le aplicáramos a
las personas exclusivamente la ley de su origen, todos los extranjeros
que viven en un determinado país no quedarían, en absoluto, regulados
por las normas de éste, lo cual es absurdo.

2° En muchas ocasiones, la aplicación del Derecho extranjero es


contraria al orden jurídico de un país. Por ejemplo, si viene un ciudadano
de un Estado musulmán, en que se admite la poligamia, a domiciliarse
en Chile con sus cuatro mujeres, pretendiendo que esos matrimonios
tengan validez legal en nuestro país, ello no va a ser aceptado por
estimarse contrario al ordenamiento jurídico chileno, pues en nuestro
país, el único matrimonio válido es el monogámico.

3° En los hechos, aplicar íntegramente el principio de la


extraterritorialidad del Derecho sería imposible, esto porque en cada
país los jueces tendrían que conocer el Derecho de todo el mundo, lo
cual en verdad no se puede. Pues, si ya es muy difícil conocer las
normas del ordenamiento jurídico propio, es simplemente imposible
conocer la totalidad de los ordenamientos jurídicos del mundo. Por ello,
los Estados que aceptan el principio a que estamos haciendo referencia,
lo admiten con importantes restricciones.
Aquí, conviene hacer presente que los países americanos en general
tienden a seguir, aunque de manera limitada, el principio de la
territorialidad del Derecho. En cambio, los países europeos en general,
aunque también de manera limitada, tienden a seguir el principio de
extraterritorialidad del Derecho.

A modo de ejemplo, podemos hacer presente que la mayoría de los


países americanos conceden nacionalidad por nacer en el territorio del
respectivo país. En el caso de Chile, éste otorga nacionalidad, en primer
lugar, por haber nacido en territorio chileno (ius solis). En cambio, los
países europeos suelen no otorgar nacionalidad por el hecho de nacer
en su territorio, sino que establecen el principio que dispone que los
hijos siguen la nacionalidad de los padres (ius sanguinis).

Algunas doctrinas de Derecho Internacional Privado

Nosotros, hasta el momento, hemos expuesto los dos grandes sistemas


de Derecho Internacional Privado. Ninguno de los cuales, como lo
señalamos, se aplica en su forma pura o absoluta. Ahora, vamos a
exponer algunas doctrinas que no hacen sino que detallar y matizar
estos dos grandes sistemas.

Como siempre ocurre, las doctrinas de Derecho Internacional Privado


que se han propuesto acerca de cómo solucionar conflictos de normas
en el espacio son muchas. Una vez más, haremos alusión sólo a
algunas. Son las siguientes:

1° La doctrina o sistema de los estatutos;

2° La doctrina o sistema de la nacionalidad del Derecho, y

3° La doctrina o sistema de la comunidad del Derecho.

La doctrina o sistema de los estatutos

La teoría de los estatutos es una que surgió en el norte de Italia


aproximadamente en el siglo XIV. Tuvo una larga duración e influencia
en toda Europa, encontrándose representantes de ella, en los diversos
países, más o menos hasta el siglo XVIII. Por tanto, esta doctrina no
tiene una formulación única, sino que varía, dependiendo de las distintas
épocas y lugares. Lo primero que debemos señalar es que la doctrina de
que ahora nos ocupamos se llama así, de los estatutos, porque sus
fundadores denominaban estatutos a las normas jurídicas.

Básicamente, esta escuela sostiene el principio de la territorialidad del


Derecho, pero admite en ciertos casos, ya sea por cortesía, por
reciprocidad, o por razón de ciertas situaciones especiales, la aplicación
de Derecho extranjero.

La doctrina o sistema de los estatutos

La escuela afirma que, para determinar qué Derecho se aplica en caso


de que haya conflicto de normas en el espacio, es decir, en el caso que
más de una legislación pretenda aplicarse a una misma relación jurídica,
había que distinguir entre distintos tipos de estatutos. Enseñaba, que
había tres clases de ellos, a saber:

1° Estatutos reales, son las normas aplicables a las cosas;

2° Estatutos personales, son las normas aplicables a las personas, y

3° Estatutos mixtos, en determinadas relaciones jurídicas no es posible


distinguir con exactitud la situación jurídica de las cosas y de las
personas, por ello, se hace necesaria esta clase de estatutos. Un
ejemplo, nos dicen, lo encontramos en la sucesión por causa de muerte,
en que no se puede hacer tal distinción.

La doctrina o sistema de los estatutos

Teniendo esto presente, los partidarios de la doctrina de los estatutos,


sostenían que:

1° En lo referente a los estatutos reales, es decir, los aplicables a las


cosas, nos dice que éstas se rigen por las normas jurídicas del lugar en
que se encuentran. En otras palabras, las cosas se rigen por la ley del
territorio en que están situadas.

2° En lo que respecta a los estatutos personales, es decir, los aplicables


a las personas, nos dice que éstas se rigen por la ley de su origen,
entendiendo por tal a la ley de su domicilio, no a la de su nacionalidad.
Por tanto, a las personas se les aplica la ley del domicilio.

3° En lo que respecta a los estatutos mixtos, en algunos casos, se aplica


la ley de las personas y, en otros, la ley del lugar en que las cosas se
encuentran.

La doctrina o sistema de los estatutos

Además de estos principios, la escuela que ahora consideramos,


señalaba algunas reglas específicas para ciertas situaciones jurídicas
concretas. Así, por ejemplo, decía que las formas de los contratos
debían regularse por la ley del lugar en que se celebran y que los
efectos de ellos debían regirse por la ley del lugar a que las partes
acordaran someterse.
Dos críticas básicas se formulan a la teoría de los estatutos:

1° Que la distinción entre estatutos reales y personales y, sobre todo


mixtos, es imprecisa, y

2° Como deja, en alta medida, el aceptar o no la aplicación del Derecho


extranjero a la cortesía de los Estados y a la reciprocidad, ello crea una
gran inseguridad jurídica.

Doctrina o sistema de la nacionalidad del Derecho

Tuvo gran auge en Europa en el siglo XIX. Su principal exponente fue el


jurista italiano Pascuale Mancini. En síntesis, sostiene que a cada
persona debe aplicársele, no la ley del lugar en que se encuentra, sino
que la ley de su nacionalidad. De este modo, por ejemplo, si un francés
reside en Chile no debe aplicársele la ley chilena, sino la francesa, y, así
sucesivamente a todas las personas de las distintas nacionalidades. Sin
ninguna duda, una tesis como ésta, representaba al nacionalismo
europeo y también el expansionismo europeo del siglo que acaba de
mencionarse.

Las críticas que se le formulan a esta escuela son, esencialmente, las


mismas que se hacen al sistema de extraterritorialidad del Derecho.
Veamos específicamente cuáles son ellas.

En primer lugar, se señala que es atentatoria contra la soberanía de los


Estados, porque pretende aplicar indiscriminadamente Derecho
extranjero en el territorio de otro Estado soberano. En la actualidad se
afirma que, si bien un país puede admitir la aplicación de Derecho
extranjero, ese mismo país tiene que determinar en qué casos lo acepta
y en cuáles no.

En segundo lugar, hay una razón de orden público para no admitir, en


algunos casos, la aplicación de Derecho extranjero. Muchas
instituciones de Derecho extranjero pueden hallarse en contradicción
con los principios básicos que inspiran el ordenamiento jurídico nacional,
es decir, pueden ser contrarias al orden público.

En tercer lugar, como ya lo hicimos presente, este principio es


impracticable, al menos en su forma pura y absoluta. Ello porque es
imposible que un juez pueda dominar el Derecho de todo el mundo, o al
menos de la mayor parte de éste, lo que se requeriría, si a cada
extranjero que vive en un determinado Estado tuviera siempre que
aplicársele la ley de su nacionalidad.
El propio Mancini se percató que su doctrina de la nacionalidad del
Derecho no podía aplicarse íntegramente y de manera absoluta. Por
este motivo, estableció las siguientes excepciones a ella:

1° No puede admitirse el Derecho extranjero cuando éste se halla en


contradicción con el orden público, o los principios básicos, del
ordenamiento del país en que pretende ser aplicado;

2° La forma de los actos jurídicos debe regirse por la ley del país en que
se celebran, y

3° Los efectos de los contratos, es decir, los derechos y obligaciones


que de ellos nacen, se rigen por la ley del país a que las partes
acuerden someterse, ya sea de manera expresa o tácita.

Doctrina o sistema de la comunidad del Derecho

Quien la propuso fue Savigny, en el tomo VIII de su obra “Sistema de


Derecho Romano Actual”. Se dice que esta teoría constituye un vuelco
fundamental en la forma de analizar y de resolver los problemas de
conflictos de normas en el espacio. Ello porque Savigny sostiene que
para solucionar los problemas relativos a estos conflictos, se debe partir
de la relación jurídica y no de la norma. En otros términos, se debe
comenzar con el análisis de la relación jurídica, para luego determinar
qué normas o legislación se le aplica. Existiendo dudas sobre si a una
relación jurídica se le han de aplicar las normas de una legislación o la
de otra, nos dice que se le deberán aplicar las que sean más conformes
con su naturaleza. Es decir, se ha de aplicar la norma que sea más
conforme con la naturaleza de la relación jurídica, no importando si se
trata de Derecho nacional o extranjero.

Este planteamiento de Savigny lleva a aceptar, en amplia medida, la


aplicación de Derecho extranjero. Afirma que es posible aplicar Derecho
extranjero sin mayores inconvenientes, porque, según sostiene, existe
una comunidad internacional, que algunos, interpretando al jurista a que
estamos haciendo referencia, la han entendido como la comunidad
internacional de los países civilizados. Esta comunidad internacional,
que es por así decirlo de carácter político y sociológico, implica o
conlleva la existencia de una comunidad jurídica internacional. Significa,
por consiguiente, que las instituciones del Derecho de los países que la
conforman son básicamente las mismas. Por lo tanto, en razón de esta
igualdad básica entre tales instituciones de los distintos Estados, no
existe inconveniente de fondo para aplicar Derecho extranjero.

Pero, en principio, por una razón de orden público, no puede aplicarse


Derecho extranjero perteneciente a aquellos países que se colocan al
margen de la comunidad jurídica internacional, que tienen instituciones
que son muy distintas a la de los países civilizados, que son atentatorias
de su orden público interno. Por ejemplo, si un país acepta la esclavitud,
ello lo hace colocarse al margen de tal comunidad. Por tanto, esa
institución y otras similares no pueden aplicarse en los países
civilizados.

Savigny, con todo, nos da algunas reglas especiales, además del


principio general ya señalado, acerca de la aplicación del Derecho
cuando existen conflictos de normas en el espacio. Estas reglas
especiales son:

1° Las personas se rigen por la ley de su domicilio, no por la ley de su


nacionalidad;

2° Las cosas, sean muebles o inmuebles, se rigen por la ley del lugar
donde se encuentran;

3° La forma de los actos y contratos se regula por la ley del lugar en que
se celebran;

4° Los efectos de los actos jurídicos y los contratos, es decir, las


obligaciones y derechos que surgen de tales actos y contratos, se rigen
por la ley del país en que las obligaciones han de cumplirse, y

5° Las sucesiones por causa de muerte se rigen por la ley del último
domicilio que el causante tuvo en vida.

Los conflictos de normas en el espacio en el Derecho chileno

Ya hemos adelantado que el tema relativo a los conflictos de leyes en el


espacio o problemas de territorialidad y extraterritorialidad del Derecho,
se encuentra básicamente reglamentado en los artículos 14 al 18 del
Código Civil y también en el llamado Código de Derecho Internacional
Privado o Código de Bustamante, el que no es otra cosa que una
convención internacional suscrita y aceptada por varios países, entre
otros, el nuestro.

El Código recién nombrado, regula con mayor detalle las materias que
son reglamentadas de una manera general en los artículos 14 al 18 del
Código Civil, y, también en otras normas que se encuentran en diversos
códigos y leyes. Por último, simplemente, vamos a reiterar que nuestro
ordenamiento jurídico recoge en su normativa el principio de la
territorialidad del Derecho, pero de una manera atenuada y con
importantes excepciones.

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