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UNIDAD DIDÁCTICA I.

- LA CORRECCIÓN DE ESTILO EN EL MUNDO EDITORIAL

CONOCIMIENTOS NECESARIOS PARA UN CORRECTOR

COMPETENCIA LINGÜÍSTICA
Para la realización de este curso se parte del convencimiento de que el alumno cuenta
con una base gramatical y un bagaje cultural lo suficientemente amplio como para
dedicarle tiempo únicamente a aquellas cuestiones que por su dificultad, su
indefinición o su tendencia al error merezcan especial atención.
Como hemos indicado anteriormente, una de las principales virtudes de un buen
corrector debe ser cuestionar continuamente aquello sobre lo que está trabajando y, de
la misma manera, hacer una autoevaluación sobre sus conocimientos y habilidades.
Este curso puede ser un buen momento para que detectes tus puntos débiles y localices
las cuestiones sobre las que deberías trabajar con mayor dedicación. Cuantas más
cuestiones manejes con soltura, menores serán las dificultades que te presentarán los
documentos con los que trabajes. Queremos recordarte cuáles son las áreas de
verdadera utilidad en el trabajo de un corrector.

- Gramática. Se trata de que conozcas a fondo cuáles son las normas gramaticales que
rigen el castellano y, sobre todo, aquellas otras que presentan ambigüedad, disparidad
de criterios entre los expertos o distintas posibilidades de formación (régimen de
verbos, participios dobles, concordancias y otros problemas de sintaxis).
- Léxico y morfología. Hay que conocer la formación correcta de las palabras y de
sus derivados, así como el significado preciso de cada término. Existen dos tendencias
erróneas muy extendidas: una es la invención de términos y el uso de derivados
rellenos de morfemas redundantes y completamente inútiles; la otra es la atribución a
algunas palabras de significados que en realidad no les pertenecen.
Por último, hay que intentar tener un mínimo conocimiento del léxico propio de la
materia que estemos corrigiendo. Hay algunas disciplinas que tienen un vocabulario
muy especializado cuyo desconocimiento puede llevarnos a cambiar términos que en
realidad son correctos o a pasar por alto incorrecciones flagrantes. No se trata de que
seas un experto en todas las materias de estudio, lo que te recomendamos es que
pongas un poco de interés: te puede ser muy útil en tu trabajo.
- Ortografía. Además de las normas básicas de ortografía y acentuación, es
fundamental que prestes especial atención a las palabras que tienen doble acentuación,
acentuación ocasional o excepcional y sobre todo que estés informado acerca de las
actualizaciones sobre la acentuación de pronombres demostrativos, interrogativos, etc.
Otra cuestión de ortografía bastante problemática es la forma correcta de escribir los
términos extranjeros castellanizados por la RAE.
- Valoración textual. El corrector debe adaptarse a las necesidades del texto que está
corrigiendo y a los contenidos que quiere transmitir, no se corrigen todos los textos de
la misma forma. Habrá textos más formales y menos formales, habrá textos
especializados y textos dirigidos a una generalidad, habrá textos que quieran persuadir
y otros que pretendan exponer simplemente. Un corrector de estilo analizará cada uno
de estos textos y procederá en consecuencia.
- Sentido y coherencia textual. Tendrás que analizar la estructura discursiva e
intervenir en aquellos casos en los que se produzcan altibajos significativos, solucionar
las faltas de conexión entre los contenidos del texto y presentar un discurso lleno de
significado interno.

CAPACIDAD DE INVESTIGACIÓN
Es muy habitual que a un corrector se le presenten dudas mientras está realizando su
trabajo, no solo de tipo gramatical u ortográfico, para lo que cuenta ya con suficientes
herramientas y destrezas, sino que en muchas ocasiones estas dudas pertenecen a
ámbitos de materias ajenas a la corrección.
UNIDAD DIDÁCTICA I.- LA CORRECCIÓN DE ESTILO EN EL MUNDO EDITORIAL

Cuando se corrige un libro sobre una materia especializada o sobre un tema concreto es
inevitable que las dudas se multipliquen, pensemos, por ejemplo, en la multitud de
términos que puede incluir un libro sobre historia naval o sobre mecánica cuántica,
términos que por lo general quedarán fuera de nuestro espectro intelectual y que en
muchos casos nos generarán problemas.
No se trata de que el corrector sea un experto en todas y cada una de las materias sobre
las que corrige, pero sí es importante que conozca materiales, recursos y fuentes de
documentación suficientes para solventar esos problemas. Es importante que conozca
libros, enciclopedias o diccionarios especializados y que los elija por sus características
prácticas, es decir, que sean capaces de solucionar las dudas de una manera rápida y
concreta; rentabilizar el tiempo es fundamental en el trabajo del corrector. A lo largo
del curso te mostramos una bibliografía de consulta que puede ser muy útil y que
tendrás que completar según tus necesidades.

SENTIDO COMÚN
Ya hemos insistido en algún punto sobre este aspecto, pero te lo volvemos a recordar
brevemente. Un corrector cerrado en sus convicciones y con poca capacidad de análisis
objetivo y de adaptación es un elemento peligroso para un editor. Se obtiene mayor
beneficio y satisfacción manteniendo una actitud dialogante.
Esta postura no solo la tienes que aplicar con tus clientes sino también con los
documentos.
Analiza bien el trabajo que tienes entre manos y déjate llevar por sus características y
por las directrices que te han marcado para su corrección; si pretendes establecer tu
trabajo independientemente de lo que te «diga» el texto, lo normal es que fracases.

POR ÚLTIMO, UNA ADVERTENCIA


Una de las habilidades fundamentales de un corrector de estilo, que en algunas
ocasiones no está completamente valorada, es la de mantener la distancia con el texto,
es decir, no apoderarse de él.
Los correctores de estilo no son los autores de los textos. Deben analizarlos,
diseccionarlos, sacar conclusiones y, por último, intervenir en ellos. Todos los textos
tienen puntos fuertes y puntos débiles, la habilidad propia del corrector de estilo es
buscar las pistas que le ayuden a detectar las necesidades y las carencias de los textos
que tienen que corregir, y actuar en consecuencia.
La labor del corrector es hacer que los textos sean correctos, no que sean buenos. El
hecho de que los textos sean buenos o no, depende de los autores; si además de ser
correcto un texto es bueno, mucho mejor, pero si el resultado no es el mejor de los
posibles, la responsabilidad de ello es del autor. El corrector de estilo no puede
apoderarse del trabajo del autor.

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