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Canto a los retazos de una bandera: Rafael Pombo y la idea de patria ante

la política federal de 1863 y el imperialismo estadounidense

Por: Tito Samuel Martínez Torres

Abstract

La idea de patria atraviesa la obra poética de Rafael Pombo constituyéndose a sí misma no


sólo en el campo físico y delimitado de la nación colombiana, sino también como ideal y
proyecto en constante construcción del que el sujeto nacional debía hacer parte activa. Este
proyecto de nación, que empezaría a construir el poeta desde sus primeras composiciones,
encarna dos ideas que definen al sujeto nacional y determinan la relación intranacional e
internacional de la patria: el deseo de libertad e independencia, y la hidalguía caballeresca.

Palabras clave: Rafael Pombo, patria, Colombia, libertad, hidalguía.

0. Introducción

Basta con buscar en las librerías masificadas la obra del escritor Rafael Pombo para notar la
prioridad editorial por sus ya conocidas fabulas para niños. Cuesta imaginar, esto para el
lector poco aplicado, la gran obra poética tan variada en temas que yace aplastada por las
ediciones en tapa dura, las versiones ilustradas y los libro-álbumes de Fábulas y Verdades y
Cuentos Pintados. Aun así, cabe entender el interés de Pombo por la literatura infantil
como parte de un proyecto de formación que el poeta venía construyendo en obras de
distintos temas. Si bien la inevitable lectura en la infancia de “Simón el Bobito” y “Rin rin
Renacuajo” podría ser considerada como parte de la identidad colombiana, la obra de
Pombo parece preocuparse en muchas otras instancias y de manera más directa de la
construcción de dicho ideal identitario. Los poemas de corte político, que Pombo escribiría
durante toda su vida, resultan de gran interés para la definición de dicha identidad nacional
que el poeta construye. La patria se convierte, en la obra de Pombo, en el lugar donde
convergen, unidas todas por una serie de ideales, las tan variadas tradiciones y culturas que
componen el territorio colombiano.

La intención aquí es analizar la idea de patria que plantea Pombo en un periodo específico
de su carrera artística y política: los años inmediatamente previos y posteriores a 1863; año
en que la Constitución de Rionegro establecería un sistema federal de gobierno para los
recién llamados Estados Unidos de Colombia. Dado el desacuerdo que tuvo el poeta con el
nuevo modelo federalista que adoptaba Colombia la noción de patria, volátil y libre en los
poemas anteriores a este periodo, sufre una transformación en la que el poeta condensa sus
ideas en una más clara figura de nación con propósitos específicos que terminan
oponiéndose al desligue cultural que causa el gobierno federal.

1. Identidad e hidalguía

Previo a la conformación de los Estados Unidos de Colombia, Pombo habría participado


activamente de la vida política y militar. Incluso desde sus años de formación,
correspondientes a la primera de las tres etapas con que Héctor H. Orjuela divide la carrera
artística de Pombo, el poeta mostraba un interés constante por los temas de la nación y,
especialmente, por su independencia. “Entre las poesías [de sus primeros años] se destacan
un canto a la estatua del Libertador (inaugurada en 1846) y un himno patriótico, temprana
tentativa de himno nacional” (Orjuela, La obra poética de Rafael Pombo 136). Este
temprano interés por la figura, ya desde un inicio idealizada, del pasado histórico terminaría
por conformar una clara visión de la patria en Pombo donde la libertad, conseguida con la
sangre de sus próceres, era el más grande baluarte de la Nueva Granada. Esta visión es
compartida por otros mediadores culturales de la época como José Manuel Restrepo, quien
en su libro Historia de la Revolución de Colombia “… expresó la construcción de un
depósito de recuerdos cuyo fin fue crear cierta identidad colectiva, compuesta por las
experiencias vividas, la selección de acontecimientos y la difusión de la imagen de los
héroes patrios” (Lenis Ballesteros 141).
Dada la posición que el poeta asume ante su pasado inmediato, no faltarían en su obra
poética repetidos cantos elegiacos a varios próceres de la independencia 1 de quienes
abstraería los valores que configurarían sus ideas del sujeto granadino. Esta visión exaltada
de la independencia y sus héroes daría forma a una interpretación de la historia patria donde
mito e identidad se convierten en aspectos inseparables (Lenis Ballesteros 141) y donde el
sujeto heredero de ésta tradición estaría identificado por un amor constante por la patria y la
libertad.

Pero en sus composiciones dicha libertad no parece residir únicamente en la independencia


y la soberanía del territorio. Al contrario, cobra un valor universal y humano: se convierte
en un derecho con la necesidad constante de ser defendido. La libertad se transforma
entonces en un ideal caballeresco que parece recordar los episodios de liberación de las
novelas de caballería donde el héroe salva del aprisionamiento a quienes han sido
encerrados injustamente. En su poema La copa de vino, Pombo escribe: “No es en la paz
donde el valor se prueba; / Ni al abrigo de sólida muralla, / Es en el campo atroz de la
batalla / Do vale cada paso un corazón;” (Pombo, Poesías completas) En ésta composición
de 1854 Pombo enaltece la posición caballeresca del deshacedor de agravios, del protector
de los débiles, inscribiéndola como una virtud. Al igual que los próceres que lucharon por
la libertad y la independencia, Pombo coloca a su yo lírico, y con él a los lectores, en la
posición del caballero que defiende aquello que es justo. Nos invita, o quizá nos reta, a
convertirnos en partícipes de la batalla para defender las causas justas, pues no es en
tiempos de paz ni tras los muros que nuestros ideales corren peligro.

Es así como empieza a configurarse en la obra de Pombo una identidad caballeresca que
busca constituir al sujeto neogranadino como parte activa de la construcción y manutención
de los ideales nacionales2. Su composición Bolívar da cuenta de esto cuando hace del

1
Orjuela escribe: “Podía contar con pormenores episodios enteros de la Independencia y se
exaltaba al hablar de sus héroes favoritos: Bolívar, Sucre, Ricaurte…” (Orjuela, La obra
poética de Rafael Pombo 198) y también resalta “los poemas dedicados a numerosos
patriotas y figuras distinguidas de Colombia a través de su historia: Bolívar, Sucre,
Córdoba, Ricaurte, Caldas, Nariño, Páez, Policarpa Salavarrieta, José Eusebio Caro, Miguel
Antonio Caro, Rafael Reyes, Eliseo Payán, etc.” (201).
2
La identidad religiosa, extremadamente católica como la de Pombo, corre
simultáneamente por estas composiciones. Afín con los ideales caballerescos y la propuesta
libertador aquel que hace: “Ningún hombre como él. Nadie / Como él concibe audaz,
resuelve y hace! / -Nada hay; mas todo de su frente nace. / Su ley, el imposible la recibe.”
(Pombo 190). Al colocar a Bolívar como sujeto activo de la acción de liberación y enaltecer
su valentía y sacrificio, el poeta dignifica la lucha por la libertad y la convierte en un valor
moral y deseable.

Quizá no haya mejor ejemplo de esta idea que la participación lírica y militar que tomaría el
poeta en la campaña contra la dictadura del general Melo; en 1854 Pombo no solo ayudaría
a las fuerzas legitimistas que derrotaron al general, sino que también dedicaría varios
poemas a la campaña y más específicamente a la victoria celebrada el 4 de diciembre. En
su composición El toque de marcha, fechado el 8 de noviembre de 1854, Pombo construye
una enaltecida invitación a luchar por la patria que corre peligro de perder la libertad:
“Hurra! Y a combatir por la República, / Por el honor, por la virtud, por Dios; / Por el
nombre inmortal de tantos mártires / Que aureolan de gloria ese pendón!” (Pombo 23) La
defensa de la patria no puede ser más que una necesidad para el yo poético, que invita al
lector a hacer parte, junto a él, de la campaña. La idea de patria entonces se desliga del
territorio para convertirse en un ideal. Esto se puede ver en otro fragmento del poema
donde Pombo escribe: “Por cuanto guarda de celeste el ánima, / - Patria – y Virtud – y
Libertad – y Amor! - / Por todos esos generosos ídolos / Que hacen del hombre con su culto
un Dios!” (24). Como dice el último verso citado: el culto de dichos ideales, agrupados
además de tal forma que resultan inseparables, se convierten en un medio para alcanzar la
divinidad. El poema considera la lucha no como un acto inherentemente vil, sino que
entiende ésta como el medio por el cual el caballero (que es no solo el poeta sino el sujeto
neogranadino) restituye el orden natural de su comunidad y se consagra como protector de
ésta.

Ahora bien, establecido el comportamiento ideal de caballero que Pombo le atribuye a la


identidad neogranadina, resulta necesario indagar por el espacio real e imaginario que este
sujeto defiende: la patria.

pombista, el sujeto caballeresco es católico y entregado a los designios y valores de la


religión.
2. Los límites de la Patria

Para entender un poco mejor la patria pombista de este primer periodo, resulta muy útil el
modelo propuesto por Benedict Anderson en su libro Comunidades imaginadas; donde el
autor describe la nación como: “una comunidad política imaginada como inherentemente
limitada y soberana” (23). La propuesta de Anderson entiende la idea del nacionalismo
como un imaginario compartido por los distintos miembros de una comunidad donde se
definen los límites del territorio y la identidad.

Como ya he mostrado, la libertad se constituye como núcleo de la identidad neogranadina


en la obra de Pombo, y es la búsqueda y la defensa de dicha idea lo que, según el poeta,
define el carácter del sujeto neogranadino. En los numerales XXIII y XXIV de su poema
Libertad, ésta aparece convertida primero en el máximo baluarte de la humanidad para
luego convertirse en ídolo de adoración del poeta, que éste guarda en lo más hondo del
pecho simbolizando el carácter inseparable que tiene la libertad respecto al alma del poeta:

XIII
Tu excelso pabellón digno del hombre,
Digno de la creación, digno de Dios.
Ese que encierra con tu solo nombre
Cuanto puede pedir la humanidad.

XXIV

¡Oh Libertad! – Moisés americano,


El alma de la virgen de Colón
Un altar tengo en el más hondo arcano
Del pecho; allí te rindo adoración.
(Pombo 127-128)

En estos versos la idea de libertad es configurada a manera de valor primigenio donde


convergen las esencias de lo humano y lo divino, al igual que en El toque de marcha es la
defensa de la libertad aquello que purifica al hombre y lo acerca a la divinidad.

Posteriormente, en el XXIX, Pombo hace referencia a Bolivar como fundador de naciones


libres, colocando a la libertad no solo en el corazón del yo lírico sino también en el corazón
de la patria que habita: “Las lágrimas amigas que vertieron / Libres naciones son que ellos
fundaron / Y en ese estrecho abrazo que se dieron3 / De la América al frente te llevaron.4”
(129). Finalmente, la reincidencia de Pombo en la idea del sacrificio por la libertad,
planteada en numeral XXXI, se convierte de nuevo en invitación a la posición activa del
defensor caballeresco: “La sangre que por ti se ha derramado / Será una ofrenda al
Soberano Bien / Que benigno y contento y apiadado / Hará la tierra imagen del Edén.”
(129). Esta última idea transforma la invitación del yo lírico, quien nos dice que solo al
anteponer la libertad por encima de la propia vida es que se puede alcanzar el doble estado
divino: uno personal, que acerca al sujeto a la divinidad; pero también uno comunitario,
donde la nación libre se convierte en el paraíso. Ningún otro pasaje ilustra mejor esta idea
del paraíso construido a partir de la lucha por la libertad que en su poema En el gran baile
del 6 de enero dado en celebración del triunfo de la causa constitucional donde escribe:

Aquí estás tú, contraste que me pasma


De bien y mal, de risa y aflicción,
Ayer heróica, campo de matanza;
Hoy nido de las gracias y el amor.

Ayer era tu aliento fuego y pólvora,


Y hoy respiras esencias y azahar
Danzando al son de perezosa polka
Donde tronó el cañón como volcán.
(Pombo 27)

En este poema celebratorio de la victoria contra el general Melo, Pombo construye un locus
amoenus posterior a la batalla, enalteciendo la causa digna por la cual lucharon a través de
la contraposición de la ardua batalla con un mundo paradisiaco que aparece como
recompensa por defender la libertad. La idea de patria queda entonces determinada por la
búsqueda de la soberanía en el campo espacial e ideológico, aborreciendo cualquier tipo de
imposición autoritaria externa al propio manejo de los sujetos de la nación.

La insistencia en la idea de libertad parece responder a la necesidad planteada por Anderson


de delimitar el espacio material y conceptual de la nación. ¿Cómo saber si se es libre y

3
Aquí hace referencia a Colón y su hermano, mencionados en el numeral anterior al que he
citado.
4
De igual forma, este uso de la segunda persona hace referencia a la Libertad; convertida
en receptora de los versos desde el numeral XXIII.
soberano sin poder discernir entre lo neogranadino y lo extranjero? ¿Quiénes son los
individuos que comparten la identidad neogranadina, qué los identifica, qué los hace
distintos a los demás? Sólo respondiendo estas preguntas es que el poeta puede constituir
una identidad nacional.

Sólo al contener en fronteras imaginarias y reales el espacio simbólico y territorial de la


nación es que los individuos pueden generar una identidad compartida. A partir de la
construcción de una otredad, es decir de aquello que los individuos de una nación no son,
empiezan a delimitarse los aspectos identitarios de cada grupo. Homi K. Bhabha lo plantea
de la siguiente forma: “En este sentido, entonces, la perspectiva ambivalente, antagonista,
de la nación como narración establecerá las fronteras culturales de la nación para que éstas
puedan ser reconocidas como umbrales de contención de significado…” (Bhabha 15).
Delimitar aquello que la nación es resulta una prioridad constitutiva en momentos
fundacionales como los que vivía Pombo en la primera parte de su carrera poética. Con la
independencia de la Nueva Granada solo unas cuantas décadas detrás de él, la solidificación
de los valores de a la recién conformada nación independiente, más incluso ahora, que
finalmente el clamor de las batallas se había detenido, era una prioridad inminente en los
círculos culturales. Pero quizá como recuerda el fragmento de El toque de marcha citado en
el apartado anterior, la batalla por la patria y la identidad neogranadina no acaba con la
independencia de España; sino que continua con la apremiante necesidad de unir a los
individuos de la recién conformada nación para defender sus valores libertarios de todos
aquellos que los amenazan.

Laguado Duca aborda el problema de la construcción de identidad nacional en Colombia


(Nueva Granada en ese momento) a partir de la necesidad de la nación de auto-constituirse:

La conciencia de ser una nación que no lograba reconocimiento en Europa a pesar de sus
instituciones republicanas y el total alejamiento de los circuitos inmigratorios, llevaron a las élites
conservadoras –pero también a muchos liberales- a optar por un discurso de autoafirmación nacional.
(Laguado Duca 56)

Esta autoafirmación nacional, como resulta claro, no se trata del territorio físico que
componían a la nación. Al contrario, aquí está explícito el valor simbólico de la nación
como contenedor de significado (en palaras de Bhabha). La necesidad del reconocimiento
hace parte igualmente de las fronteras simbólicas de la nación, sin éste ¿cómo saber
entonces que se es una nación constituida con fronteras que la delimitan y la separan de las
otras? ¿De qué otra forma se podía dejar de ser una colonia insurrecta para finalmente
convertirse en una nación independiente? ¿Cuándo, a fin de cuentas, empezamos a ser una
nación independiente?

Para mostrar el modo en que Pombo autoafirma la identidad neogranadina y la contrapone a


la europea utilizaré dos ejemplos: Sus poemas Todo por mi patria y El bambuco. En el
primer poema, Pombo organiza a la nación a manera de locus amoenus5: de paraíso terrenal
donde las fuerzas de la naturaleza parecen calmadas y acarician la tierra de la Nueva
Granada:

¡Bella es mi Patria! Sobre su ancho suelo


Vacio Natura las colmadas manos,
Y ni una estrella le negó a su cielo,
Ni un fruto a sus montañas y a sus llanos.
Amala el sol con especial desvelo,
Y cortéjanla entrambos océanos...
¡Oh! ¡si como es fecunda, y rica, y bella
Fuera constante y próspera su estrella!
(Pombo, Poesías completas 283-284)

Esta construcción paradisiaca del territorio no responde a una intención documental por
parte del poeta, al contrario, toma la función de un enaltecimiento de la nación y sus
peculiaridades que la diferencian del resto6. Adicionalmente, este engrandecimiento de las
cualidades de la Nueva Granada entra en juego con los versos siguientes donde Pombo

5
Esta descripción retórica (en tanto tiene más que ver con el lenguaje que con la realidad)
del locus amoenus es explicada por Ernst Robert Curtius, quein hace énfasis en una
organización específica de las características, donde los elementos presentes en la
descripción son siempre los mismos. Estos seis elementos constituyentes del locus amoenus
son: el árbol (o los arboles), el prado, una fuente o arroyo, el canto de las aves, las flores y
la brisa (Curtius 280)
6
Me apoyo aquí en los planteamientos de Jan Mukarovsky quien, al aproximarse a los
temas tratados en las llamadas por él “artes temáticas” dice lo siguiente:
Los diferentes tipos de relación con la realidad juegan así un papel importante en la estrcutura de las
artes temáticas, pero la investigación teórica de esta artes no debe nunca perder de vista la verdadera
naturaleza del tema, a saber, la de ser una unidad de entido y no una copia pasiva de la realidad…
(Muravosky 93)
escribe: “Muchas por cierto van más adelante; / Mas le llega su turno a cada una, / Y si
alguien me pregunta en mi camino / ¿Quién eres tú? respondo: un granadino.” (283-284)
Contrapuesta a las demás naciones, Pombo ve en la Nueva Granada un atraso que resulta
obvio, pero confía en que su próspera patria llegará a alcanzarlas y, más aún, se regocija en
la idea de poder ver este avance cuando termina el poema diciendo: “Tu belleza y tu amor
me hacen poeta; / ¡Feliz tú si yo fuera tu profeta!” (283-284) La idea misma del profeta
encapsula el punto de vista con el que Pombo aborda su concepto de patria. Dado que la
esencia de la patria es asociada repetidamente con el paraíso terrenal, deberíamos ver en
ésta también una naturaleza eterna y permanente, pero el avance progresivo con el que
Pombo presenta su patria da cuenta de un estado distinto: la patria debe no solo defenderse
(como caballero), también debe construirse. De esta forma coloca al ideal de patria en un
futuro próximo y alcanzable al que se debe aspirar y, transforma el camino hacia éste en un
viaje de mejoramiento personal y colectivo.

En el segundo ejemplo que utilizaré: El bambuco, el poeta dedica los versos al compositor
colombiano Julio Quevedo quien está próximo a hacer un viaje a Europa. El poema está
escrito a manera de petición de parte del vate, quien pide al compositor que lleve a los
oídos del viejo continente la música sin igual del bambuco, no sobran obviamente
insistentes declaraciones donde el poeta afirma tenerle lastima a la ópera y que, como
neogranadinos, no hay razón para envidiar a Verdi, Lizt y Mozart teniendo el bambuco
como música nacional (Pombo 193-194). En este poema escrito tres años después que el
primer ejemplo, vemos que Pombo ha asumido una nueva actitud ante la relación de la
Nueva Granada con otras naciones, aquí el poeta ya no espera llegar a las posiciones antes
avanzadas de los demás países y al contrario celebra la cultura autóctona con el mismo
regocijo que con el que admira las culturas extranjeras. La petición al compositor no es un
canto desesperado por dar a conocer la patria en el exterior (aunque sin duda algo de esto se
puede rastrear en el poema) sino más bien un deseo de alegrar al resto del mundo con la
cultura cultivada en la Nueva Granada. Para este segundo poema, la idea de patria en
Pombo parece estar constituida por el crecimiento cultural que no hace sino convertirse en
una más de las riquezas tan celebradas en Todo por mi patria, delimitando sus fronteras
físicas e identitarias a partir de lo autóctono.
Pero como ya he dilucidado, el problema de las fronteras imaginarias, físicas e identitarias
en América se convierte en un problema después de las campañas independentistas de las
distintas colonias. Apoyo el planteamiento de Anderson al intentar aproximarse al
nacimiento de la identidad nacional en las colonias. En el cuarto capítulo de su libro el
autor propone que, dado el sistema político de discriminación contra los criollos que el
reino de España había construido en sus colonias, estos mismos criollos habrían terminado
por adquirir una conciencia que difería del imaginario español por más que sus costumbres
se aproximaran más a la de los españoles de Europa que a la de los indios de América: “Sin
embargo, oculta en la irracionalidad se encontraba esta lógica: nacido en las Américas, no
podía ser español auténtico; ergo, nacido en España, el peninsular no podía ser un
americano auténtico” (Anderson 92). Esta distinción entre criollos y españoles se
constituiría como parte del imaginario colectivo americano que llevaría a los procesos de
independencia, aunque tal y como reconoce Anderson, la división del territorio durante
estos procesos respondería solo a las fronteras físicas ya estipuladas por los virreinatos
españoles (85).

La patria de los poemas de Pombo seguiría igualmente los lineamientos físicos de la Nueva
Granada, pero les atribuiría un sentido de pertenencia único. En su poema Bambucos
nacionales escribe:

Yo no soy de Cartagena,
Popayán ni Panamá,
Ni de Antioquia o Magdalena,
Ni del mismo Bogotá.

Una tierra tan chiquita


No me llena el corazón.
Patria grande necesita,
Soy de toda la nación.
(Citado por Orjuela en La obra poética de Rafael Pombo 197)

Este canto a la totalidad de la nación estipula claramente los límites de la patria pombista
mientras que, al tiempo, desdibuja las fronteras regionales considerándose a sí mismo como
nativo de todo el territorio. Tal y como planteaba Laguado Duca, el interés de Pombo
radica en la autoafirmación y delimitación de la nación, pero para conseguirlo debe unificar
el contenido de ésta en una identidad neogranadina que no admite regionalismos. La
diversidad interna sigue existiendo, las distintas regiones permanecen, pero éstas no son
fronteras internas sino riqueza cultural que todos los individuos comparten.

3. El federalismo y la ruptura de la patria

Con la firma de la Constitución de Rionegro de 1863 los ideales patrióticos que venía
sosteniendo Pombo llegaron a chocar con la realidad. Laguado Duca señala como esta
Constitución marcaba la nueva pauta política que organizaría a la nación: “La nueva
Constitución, dictada por el espíritu del partido triunfante [liberales], tuvo disposiciones
que radicalizaban el federalismo anterior” (Laguado Duca 55). Pero este sistema federal
traía consigo problemas frente al alcance del gobierno federal como medio de intervención
en los estados amenazados por rebelión, e incluso, debido a que las elecciones de cada
estado se celebraban en fechas distintas, la nación se encontraba bajo una agitación política
constante (55). Es más que claro que un modelo federal de nación que intentaba dividir las
responsabilidades del gobierno entre los nueve estados conformados, se convirtiera en una
figura amenazante del proyecto de nación unificada que proponía Pombo en su obra. Los
poemas de denuncia no se hicieron esperar y en 1863, mismo año de la firma de la
Constitución, Pombo escribió su poema Soberanía en el que se burla con tono socarrón de
la formación de estados soberanos diciendo: “Ya no más provincia somos, / que éramos
amujerados. / Hoy somos machos: Estados / Soberanos y autónomos.” (Pombo 32)

La celebración irónica de los Estados Soberanos, que en voz de Pombo se deshace de


cualquier idea política para atribuir cualidades masculinas a la nación debe ser entendida de
dos formas: por un lado, al alejarse de las terminologías políticas, mucho más comunes a la
hora de hablar de temas de soberanía, Pombo distancia la discusión del poema de las
verdaderas implicaciones de la conformación de los Estados Unidos Colombianos y
muestra así la creciente brecha de desconocimiento entre el pueblo y sus ordenamientos
políticos. Por otro lado, en su obra poética Pombo parece preferir la femineidad maternal a
la hora de describir la patria: “De la misma forma en que lo hicieron José Eusebio y Miguel
Antonio Caro, la palabra que más frecuentemente se le ocurre a Pombo para nombrar a la
patria es madre” (Orjuela, La obra poética de Rafael Pombo 200), al invertir esta relación
en Soberanía Pombo parece establecer esta nueva forma de patria no deseada que
caracteriza con el deseo de hacer todo por sí mismo de los “machos de pelo en pecho”7. Los
últimos versos resaltan los problemas que implica esta masculinidad y cuestiona si acaso
este deseo de mayor independencia no se convierte entonces en un desmembramiento que
condene a los estados soberanos al ostracismo frente a la política nacional:

Y aunque a nuestra dignidad


Ha precedido un desmiembro
Para dar a cada miembro
Plena fuerza y libertad,
Perdonad
Si os digo que autonomía
no es cuestión de cirugía,
A fin que cuando la invoque
Un prócer, no se equivoque
Llamándola anatomía.
(Pombo 33)

La preocupación que aparece ya desde los primeros poemas que dedica al federalismo de la
Constitución de Rionegro, es frente a la división de una nación que Pombo creía unificada.
Las invitaciones al heroísmo caballeresco de sus poemas anteriores no tenían posibilidad
alguna en una nación que parecía promulgar el interés exclusivamente regional de sus
ciudadanos. ¿Qué idea de patria podía tener el sujeto perteneciente a los Estados Unidos de
Colombia si el propio estado le pedía que se preocupara más de lo que le sucedía a su
región que al país? Si las nuevas leyes hacían cada vez más difícil inmiscuirse como buen
hidalgo en los problemas de los otros estados ¿Cómo era posible hacer parte activa de la
defensa de la patria que Pombo tanto adoraba?

El sentimiento de desesperanza ante el nuevo gobierno, que empieza a inundar la poesía


política de Pombo en estos años, trae como consecuencia el distanciamiento del partido
conservador y sus quejas contra éste. En su poema Cuestiones filológicas Pombo aborda de
nuevo el problema el lenguaje (y aquí puede entenderse una referencia directa al lenguaje

7
Los versos a los que hago referencia son los del apartado III de Soberanía donde el poeta
escribe: “Una vez que somos machos / Y gente de pelo en pecho / Sabremos nuestro
derecho / Sostener con desempacho.” (Pombo 33)
político que rodeaba al federalismo) y como éste parecía incluso capaz de invertir los
significados8, hacia el final del poema están estos versos contra el partido conservador y su
participación en lo que Pombo considera como la ruptura de la nación:

Adoptan lo peor de sus contrarios


Y llamándose conservadores
Fraccionan el país de sus mayores,
O queriendo salvar algún pedazo
Ayudan a cortar el solo lazo
Que hace la fuerza y el poder del todo,
Y entonces éste
(…)
Tambalea y desplómase sin tino.
(Pombo 67)

El reclamo al partido conservador se convierte en un motivo repetido en sus poemas. Dada


la afinidad que tenía Pombo por dicho partido, resulta casi obvio que la participación de los
conservadores en el proceso del federalismo fuera un punto crítico para el poeta; incluso
aunque dicha participación no fuera en muchos casos expresada, sino que se manifestara en
la pasividad del partido ante la Constitución de 1863 y sus consiguientes ajustes políticos.
En su serie de sonetos titulada La gran regeneración empieza diciendo: “El nacional
conservador partido / Parte la Patria y la lección pregona, / Rompiendo imbécil su mejor
corona, / Esa Unidad que nuestra fuerza ha sido.” (Pombo 62). En la metáfora de la corona
rota que utiliza Pombo al inicio del poema existe una idealización del estado anterior de la
nación que se convertirá en marca de sus producciones en la época. Los últimos tercetos del
quinto soneto hacen uso de otra metáfora para idealizar la idea de patria y acercarla de
nuevo al estado apoteósico del que hablaban sus composiciones anteriores, aunque esta vez
sólo para mostrar el vano sacrificio que se ha hecho de ella para construir la nueva
estructura federal:

Todos somos egipcios, grandes cosas


Sacrificamos a una falsa idea,
A un insecto, a una sombra, a un ruido vano.

8
Los primeros versos de éste poema son: “Se necesita un Nuevo Diccionario / O esta
advertencia “entiéndase al contrario” / Pues nuestra lengua o nuestra vida misma /Es
mentira sin fin y sin sofisma…” (Pombo 66)
La Patria, con sus dotes más preciosas,
Al lucro vil de déspotas de aldea
Y a la palabra “Estado Soberano”.
(Pombo)

La idealización de la patria se encuentra aquí en un estado distinto al de los años anteriores


a 1863. No es, como antes, el venturoso camino hacia la prosperidad a lo que canta el
poeta, al contrario, el futuro brillante de la patria se pierde en una nostalgia lastimera del
pasado ideal donde no existían los estados federales. La idea de la patria del pasado, la
corona unida del poema anterior, se hace más brillante entre más grande crece la distancia
entre los nueve estados.

Esta nación fragmentada a la que se enfrenta Pombo durante la existencia de los Estados
Unidos de Colombia parece cancelar cualquier medio de participación política unificadora
pues, con la intención de disminuir algunas cargas sobre el gobierno central cediendo
poderes a los gobiernos federales, habían terminado por ceder la soberanía del territorio.
Ante esta situación, el poeta tendría que revisar su propuesta de nación para darle una
vuelta que le permitiera sacar a su patria ideal del pasado nostálgico y volverla a poner
frente suyo, allí en el futuro alcanzable donde debía estar.

La posición que parece tomar Pombo ante los riesgos del federalismo retoma los valores
caballerescos de los que había hablado antes y reafirma la posición activa del sujeto en el
proceso de construcción de nación. Ante la incapacidad de unión política, Pombo propone
la rebelión contra el gobierno federal y liberal en su poema Versos del cuartel. "No me
llamen desertor, / Que me voy a mi bandera, / Que no es la roja del diablo / Sino la azul
conservera.” (Pombo 43). La bandera azul que lleva el yo lírico no es, entonces, la del
partido político, sino la de los ideales y valores conservadores, sacando a la ideología
política del enclaustramiento de las instituciones para convertirla en acción de rebeldía.
Pero esta sublevación pasa, en el poema, por una purificación previa de manos de la
confesión cristiana, ratificando el propósito divino de la misión: “Acúsome, padre mío, /
Que sirvo a gente tan mala. / Écheme la absolución, / Que me voy a echarles bala.” (43).
Aquí la idea de patria imaginada por Pombo se desborda de las instituciones que intentan
acapararla para retomar su posición cercana a la religión en la axiología del poeta. De esta
forma, Pombo da un giro que le permite poner al gobierno como enemigo de la patria, y
con ésta de la identidad colombiana totalizadora que hace parte de su proyecto de nación.
Unos cuantos versos después escribe:

Mi mujer me echa al infierno


Si con el gobierno estoy.
Chinita de mi alma, voy
A pelear contra el Gobierno.

Dicen que tengo el deber


De servirles a estos yo.
A Dios y a la patria sí,
A sus enemigos nó. (sic)
(Pombo 44)

En estos versos Pombo contrapone al gobierno a todas las otras instituciones que sí
encuentra valiosas, duraderas y justas: La mujer del yo lírico puede representar a la
institución de la familia, la invocación de dios sería entonces el camino justo de la religión
(que como ya he dicho tenía un peso inmenso en el pensamiento pombista), y la patria,
como ya mencionaba antes, se separa del plano físico de la organización gubernamental de
la nación para convertirse en un ideal político superior. El sujeto caballeresco propuesto por
Pombo encuentra en esta propuesta una nueva forma de participación en la construcción de
la nación: la rebeldía.

Al romper la relación de la patria con la institucionalidad del gobierno, Pombo puede


deshacerse de la intervención política de ambos partidos (el liberal y el conservador) para
elevar la patria a una inmaterialidad ideal cercana a la de la religión. Esta similitud entre
nacionalismo y religión está expresada también en el libro de Comunidades imaginadas,
donde el autor encuentra en el pensamiento nacionalista las mismas preocupaciones acerca
de la muerte y la inmortalidad que existen en las imaginerías religiosas (Anderson 27) y
termina por afirmar que: “La magia del nacionalismo es la conversión del azar en destino”
(Anderson 29). El interés compartido por el pensamiento nacionalista y el religioso frente a
las grandes preguntas del ser humano y su relación con el gran entorno del cosmos que lo
rodea, consagra en sus miembros una idea de pertenencia superior a la organización
institucional que dichos imaginarios toman en el plano físico.
Siguiendo esta consideración, el lector debe entender la configuración que Pombo da al
símbolo de patria en un sentido más amplio que la aserción netamente formal del plano
gubernamental. La patria es un baluarte caballeresco que se construye y se defiende
activamente incluso del propio gobierno pues, en la inestabilidad política del sistema
bipartidista colombiano, las instituciones que hacen parte de la patria pueden actuar en
detrimento de ella.9

4. Fronteras internacionales o la lucha del caballero y el dragón

Pero este modelo pombista de patria complica los límites imaginarios de la nación que
propone construir. No es sólo la conformación de una identidad colombiana que borre las
fronteras regionales del territorio, la propuesta de Pombo también delimita las fronteras
externas de la nación. En este segundo proceso, la identidad nacional de su patria empieza a
compenetrarse con las identidades nacionales de las demás antiguas colonias españolas, a
quienes Pombo, quizá movido por la familiaridad que encuentra en el uso del castellano,
llamará naciones hermanas. El poeta ve en las naciones jóvenes de América los mismos
valores independentistas que conforman la suya y, en un gesto de hermandad lírica, se
preocupa por la manutención de su libertad también.

Quizá el mayor problema de la participación activa del ciudadano-caballero de Pombo está


en que los límites de su intervención resultan más complicados. Al menos en sus poemas
los reclamos ante la intervención extranjera, no solo en su nación sino en las que llamaría
naciones hermanas, cobra un papel protagónico. En su poema de 1856 A Costa Rica, el
poeta celebra la victoria costarricense por defender sus fronteras y denuncia los intentos
yanquis de expansión hacia Centroamérica: “¡Hija menor de la ultrajada raza! / Hoy, de ti
orgullosísima, te abraza / Del Nuevo Mundo la mejor mitad.” (Pombo 139) Desde estos
primeros versos el lector ya enfrenta la oposición entre las dos mitades de América: la del
sur, que celebra el logro de los costarricenses y es por esto la mejor mitad, y la del norte,

9
Orjuela dice frene a esto: “El concepto de Patria en Pombo en realidad supera los partidos
pues su ideal es abarcador y pone los intereses del país por sobre toda otra aspiración”
(Orjuela, La obra poética de Rafael Pombo 199)
que por su sed de conquista habría atacado el país centroamericano. En los versos
siguientes, el poeta pasa a resaltar el milagro de la victoria ante Estados Unidos con

Tú, sola tú, de niña con tus galas


Has trozado del águila las alas
Y puesto el “non plus ultra” al Gran Ladrón.
Tú, sola tú, con infantiles manos
De esos que se jactaban soberanos
Has revolcado en polvo la ambición.
(139)

La insistencia del yo lírico en la delicadeza de Costa Rica engrandece la derrota de los


estadounidenses y la desprovee de causas naturales. ¿Cómo pudo la delicada niña salir
victoriosa ante la poderosa figura del gigante del norte? Es la pregunta que estos versos
dejan al lector y la que el poeta responde con los versos de la tercera estrofa “Tú fuiste la
escogida del Destino / Para saltar con tu honda en el camino / Y rendir del Goliat la
fortitud” (139). No es la estrategia militar ni ningún tipo de artificio humano lo que asegura
la victoria costarricense, sino la intervención de la Divina Providencia, la que otorga el
triunfo a Costa Rica por ser su causa la más justa.

Este mismo tipo de denuncia ante la expansión yanqui se ve repetido en composiciones


posteriores donde el poeta contrapone una y otra vez los ideales independentistas de sus
naciones hermanas10 con el apetito furtivo estadounidense que busca dominarlas.

Poemas como Chile y la libertad y Al Perú11, están definitivamente marcados por el mismo
amor por la libertad que estaba en las composiciones dedicadas a su patria, mientras que
por otro lado, en poemas a los Estados Unidos como En la rotonda del capitolio de
Washington12 “… aparecen mezcladas su franca admiraci6n por lo norteamericano con una

10
Entiendo aquí las naciones centro- y suramericanas que hablaban castellano. Si bien es
cierto que Pombo se sentiría expresamente más hermano de repúblicas como Venezuela y
Perú, no solo por su cercanía geográfica sino por sus procesos de independencia y
construcción de nación tan similares, el poeta parecía encontrar en los demás países
americanos de habla hispana un reflejo de los ideales libertarios que tanto exaltaba en su
sujeto nacional idealizado.
11
Ambos poemas están en Poesía inédita y olvidada, Tomo I.
12
Citado por Orjuela en el artículo “Rafael Pombo y la Poesía Antiyanqui de
Hispanoamérica”
crítica asordinada de los errores politicos cometidos por la Repuiblica hermana” (Orjuela,
Rafael Pombo y la Poesía Antiyanqui de Hispanoamérica 28). La crítica tan severa al
expansionismo yanqui llegaría a su cúspide con su intervención en lo que resultaría
convirtiéndose en la separación de Panamá. Naturalmente éste hecho rompe con el proyecto
de nación unificada de Pombo, destrozando el espacio delimitado que ésta había construido
y entregando sus fronteras, al igual que habría pasado en 1863, a la identidad regional.

Todas estas intervenciones yanquis en Centroamérica terminarían por configurar la imagen


poética del dragón en las composiciones de Pombo; imagen que, además, resulta muy bien
elegida cuando se enfrenta a la idea de caballero con la que el poeta identificaba al sujeto
nacional colombiano. El dragón imperialista en que se convierte Estados Unidos es
caracterizado como manifestación del mal, la codicia y la soberbia; un dragón cuyo
objetivo es privar a las naciones centro- y suramericanas de la tan arduamente adquirida
libertad y, por consiguiente, un dragón al que necesariamente debían enfrentarse los
sujetos-caballeros de la nación para defender los valores que la conformaban.

Posterior a la separación de Panamá, propulsada por Estados Unidos, Pombo escribe su


poema A la República de Ecuador donde se refiere a la nación del norte en estos términos:
“Cuando el Dragón del Norte el Arca Istmeña / Nos roba en treta vil de arte judía / Tú sola,
en la cristiana cofradía, / No le besas las garras, halagüeña.” (Pombo 161) Los versos
citados no solo desarrollan la imagen del dragón estadounidense y su ambición, sino que lo
oponen a la figura de Ecuador que se eleva moralmente al hacer parte de la cristiana
cofradía. Los valores religiosos constituyen, al igual que en la mayoría de composiciones
de la obra de Pombo, un ideal de justicia y bondad13 que en estos versos se contraponen a la
vileza de la ambición del dragón.

En una composición posterior, titulada esta vez El Dragón, Pombo escribe: “Federación –
lazo paterno que une– / Resultó en español hacha que parte / Con que el Dragón del Norte
rasga impune / De Isabel y Colón el estandarte.” (Pombo 162) Al igual que en el poema
Cuestiones filológicas, Pombo se aproxima al problema de la farsa a partir de las

13
Hablo aquí de “la mayoría” para no caer en generalizaciones que totalicen la obra del
poeta. Como excepcion a éste planteamiento puedo usar de ejemplo su Hora de Tinieblas,
donde Pombo despotrica de las creencias católicas y el castigo de sufrir en la tierra.
posibilidades del lenguaje, esta vez a través de la traducción engañosa donde “Federación”,
término que hace referencia a la organización gubernamental de Estados Unidos, se
convierte, en español, en el hacha que rompe las uniones del “lazo paterno”; entendido aquí
como la comunión filial y la identidad que comparten las naciones americanas. El
estandarte rasgado por el dragón sería, entonces, la idea de patria pombista: la de una
nación unificada por los ideales compartidos de sus sujetos que, con la separación de
Panamá, se desploma. Pero ante la urgencia de mantener unida a la patria que el “Dragón
del Norte” desea separar el poeta lanza a viento su llamado, igual que haría durante la
conformación de los estados federales en 1863, a que el pueblo tome su posición activa de
caballero y defienda los ideales de la patria. “Cuando a todo latino mancomune / Aquel
lazo, él será nuestro baluarte; / Mientras que todo el que la unión desecha / Sólo al común
antípoda aprovecha.” (162) Aquí, el lazo que une a los latinos a partir de una sola identidad,
desdibuja los límites de la nación a partir del impulso caballeresco de proteger los ideales
libertarios, transformando la patria en un ideal de fronteras desdibujadas donde el amor por
los valores que la fundan deben desbordarse de sus límites físicos.

Esta idea de patria panamericana no excluye las fronteras físicas de las naciones pues,
como resulta obvio por los títulos de los poemas celebratorios que Pombo dedica a las
repúblicas hermanas, la presencia de los nombres de cada país se constituye como gesto
que reconoce la independencia de cada uno. Al contrario, la identidad compartida entre
Colombia y los demás países latinoamericanos, que Pombo ve en los valores
independentistas que subyacen en el génesis de todas estas naciones, poco se preocupa por
los límites físicos que las dividen y, en cambio, estos límites solo le interesan en tanto que
deben ser preservados ante la amenaza imperialista del dragón estadounidense que busca
romperlos. Es así como la idea de patria pombista conserva los límites de las naciones
mientras que, al tiempo, los subvierte en busca de la continuación de su proyecto libertario
y unificador de identidad. Los límites de la nación son aceptados y reafirmados en tanto se
convierten en recipientes de sentido donde los sujetos depositan la identidad que todos
comparten, es decir su identidad nacional. Pero al tiempo dichos límites pueden ser
violados si la razón de su ruptura (nunca permanente) se justifica dentro del sistema de
valores caballerescos que conforman la patria: como la protección de la libertad y la
defensa de la unidad identitaria de una nación.
5. Conclusiones

Finalmente, al recoger los procesos de transformación a los que se enfrenta la idea de patria
en la obra poética de Rafael Pombo, cabe concluir que dicho proceso se debe a la evolución
de la concepción de patria al enfrentarse y dialogar con un contexto político, nacional e
internacional, por el que pasaría Colombia entre 1854 y 190514. La exaltación de los valores
independentistas, unificadores y libertarios de la nación, y su constitución de un sujeto
caballeresco (activo) permanecerían a lo largo de su obra, pero el contexto
institucionalmente adverso al que se tendría que enfrentar la concepción de patria unificada
que tenía Pombo llevan al poeta a la reconfiguración de los mecanismos de participación.

Es por esto que frente a la fragmentación a la que se enfrenta la soberanía del estado
después del establecimiento de los Estados Unidos de Colombia, la patria adquiere un valor
ideal que se desprende de la institucionalidad y le permite al sujeto caballeresco enfrentarse
a las configuraciones políticas malogradas que las instituciones federalistas pudieran darle a
la nación. Pero este nuevo estado conceptual de la patria y los límites nacionales que intenta
generar, se verían posteriormente amenazados por las invasiones imperialistas de Estados
Unidos; momento en que una nueva reconfiguración de los alcances de la identidad
caballeresca terminaría por ser necesaria. El ideal de patria panamericana reúne a las
naciones latinoamericanas bajo los mismos valores libertarios del heroísmo independentista
y la hidalguía. Si bien en un principio Pombo identificaría con estos valores a los sujetos
nacionales de su patria, en la construcción de éste nuevo modelo panamericanista, el poeta
disuelve los límites imaginarios del espacio nacional para instaurar una comunión entre
naciones hermanas, cobijadas todas bajo el mismo ideal de la patria.

14
Tomo estos años por ser los que remiten a las fechas de producción del poema más
antiguo y del más nuevo citados en éste trabajo. Aunque, adicionalmente, son fechas
también cargadas de un contexto político problemático pues como he mostrado en el texto,
en el primer caso la Nueva Granada se encontraba en el desarrollo de campañas militares
contra la dictadura del general Melo, mientras que la segunda fecha nos sitúa como lectores
en los años inmediatamente posteriores a la separación de Panamá y la inestabilidad
política que esto traería a Colombia.
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