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REVISTA CHILENA DE

PSIQUIATRIA Y NEUROLOGIA
DE LA INFANCIA Y
ADOLESCENCIA
ISSN-0718-3798
Versión impresa

7\ISPJHJP}U6ÄJPHSKLSH
SOCIEDAD DE PSIQUIATRÍA Y NEUROLOGÍA
DE LA INFANCIA Y ADOLESCENCIA

Volumen 24 – N°1 – Marzo 2013

Todos los derechos reservados Rev. Chil. Psiquiatr. Neurol. Infanc. Adolesc. / Volumen 24, Nº 1, Marzo 2013 1
DIRECTORIO

DRA. ALICIA ESPINOZA ABARZÚA


Presidenta

DRA. VIVIANA VENEGAS SILVA


Vicepresidenta

DRA. KERYMA ACEVEDO GALLINATO


Tesorera

PSP. GLORIA VALENZUELA BLANCO


Secretaria General

DRA. MARITZA CARVAJAL GAMÉ


Past - President

DRA. DOLLY FIGUEROA ELLINGER


DRA. MARCELA CONCHA CÁCERES
DR. JUAN FRANCISCO CABELLO ANDRADE
DR. JUAN ENRIQUE GONZÁLEZ GASTELLÚ
Directores

GRUPOS DE ESTUDIO

Grupo de Estudio Trastornos del Desarrollo GTD


Presidenta
Ps. Andrea Moyano

Grupo de Estudio Adolescencia y Adicciones


Presidente
Dr. Alejandro Maturana

Grupo de Estudio Trastornos del Sueño en Pediatría


Presidente
Dr. Tomás Mesa

Grupo de Estudio Enfermedades Neuromusculares y Trastornos Motores de la Infan-


cia y Adolescencia
Presidente
Dr. Ricardo Erazo

2 Rev. Chil. Psiquiatr. Neurol. Infanc. Adolesc. / Volumen 24, Nº 1, Marzo 2103 Todos los derechos reservados
STAFF

DR. RICARDO GARCÍA S.


Editor General
Universidad de Chile/Clínica las Condes

DRA. MURIEL HALPERN G.


Editora Asociada de Psiquiatría / Universidad de Chile

DRA. ISABEL LÓPEZ S.


Editora Asociada de Neurología / Clínica las Condes

DRA. FREYA FERNÁNDEZ K.


Past-Editor/consulta privada

DRA. MARCELA MATAMALA


Asistente Editora de Psiquiatría

DR. XIMENA VARELA / DR. JUAN FRANCISCO CABELLO A.


Asistentes Editores de Neurología

DRA. MARÍA DE LOS ÁNGELES AVARIA B.


Asesora Resúmenes en Inglés / Hospital Roberto del Río

DRA. VIVIANA HERSKOVIC M.


Asesora Resúmenes en Inglés / Clínica las Condes

COMITÉ EDITORIAL NACIONAL

Dr. Carlos Almonte V. Universidad de Chile, Santiago


Dra. Marcela Larraguibel Q. Clínica Psiquiátrica Universitaria, Santiago
Dr. Tomás Mesa L. Universidad Católica de Chile, Santiago
Dr. Fernando Novoa S. Hospital Carlos Van Buren, Valparaíso
Ps. Gabriela Sepúlveda R. Universidad de Chile / Santiago
Dr. Mario Valdivia P. Universidad de Concepción
Dr. Hernán Montenegro A. Universidad de Santiago, USACH
Dra. Mónica Troncoso Sch. Hosp. Clínico San Borja Arriarán, Santiago
Dra. Karin Kleusteuber S. Universidad de Chile, Clínica Las Condes
Dra. Flora de la Barra M. Universidad de Chile, Santiago

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Staff

COMITÉ EDITORIAL INTERNACIONAL

Neurología

Dr. Jaime Campos Hosp. Clínic. de San Carlos, Madrid, España


Dra. Patricia Campos Universidad de Cayetano Heredya, Perú
Dra. Lilian Czornyj Hospital de Niños, Garrahan, Argentina
Dr. Philip Evrard Clinique Saint-Joseph, Francia
Dr. Agustín Legido Universidad de Philadelphia, U.S.A.
Dr. Jorge Malagón Academia Mexicana de Neurología, México
Dr. Joaquín Peña Hospital Clínico la Trinidad, Venezuela

Psiquiatría

Dra. Susana Bradley Universidad de Toronto, Canadá.


Dr. Pablo Davanzo Univ. De California UCLA, U.S.A.
Dr. Gonzalo Morandé Hospital Niño Jesús, España
Dr. Francisco de la Peña Universidad Nacional Autónoma de México
Dr. Daniel Pilowski Universidad de Columbia, U.S.A.

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INFORMACION GENERAL

Origen y Gestión
La revista Chilena de Psiquiatría y Neurología de la Infancia y la Adolescencia, SOPNIA,
es el órgano oficial de expresión científica, y fue creada en 1989, bajo el nombre de Bo-
letín. La gestión editorial está delegada a un Editor de la revista, un Editor asociado de
Psiquiatría y otro de Neurología, más un comité Editorial, quienes tienen plena libertad e
independencia en este ámbito.

Misión y objetivos
La revista tiene como misión publicar artículos originales e inéditos que cuban las áreas
de Psiquiatría y Neurología de la Infancia y Adolescencia y otros temas afines: Pediatría,
Neurocirugía Infantil, Psicología y Educación, de modo de favorecer la integración de
miradas y el trabajo interdisciplinario.

Se considera además la relación de estas especialidades con la ética, gestión asistencial,


salud pública, aspectos legales, epidemiológicos y sociológicos.

Las modalidades de presentación del material son: artículos de investigación, casos clí-
nicos, revisiones de temas enfocados a la medicina basada en la evidencia, comentarios
sobre artículos de revistas y libros, cartas, contribuciones y noticias.

Público
Médicos especialistas, Psiquiatras y Neurólogos de la Infancia y la Adolescencia, otros
médicos, profesionales de salud afines, investigadores, académicos y estudiantes que re-
quieran información sobre el material contenido en la revista.

Modalidad Editorial
Publicación trimestral de trabajos revisados por pares expertos (peer review) que cum-
plan con las instrucciones a los autores, señaladas al final de cada número.

Resúmenes e indexación
La revista está indexada en Lilacs (Literatura Latinoamericana y del Caribe en Ciencias
de la Salud. http://www.bireme.org/abd/E/chomepage.htm.) Índice bibliográfico médico
Chileno. Sitio WEB Ministerio de Salud.
Acceso a artículos completos on line www.sopnia.com

Abreviatura
Rev. Chil. Psiquiatr. Neurol. Infanc. Adolesc. ISSN 0718 – 3798

Diseño
Juan Silva: jusilva2@gmail.com / Cel.: 9799 5964

Toda correspondencia editorial debe dirigirse a Dr. Ricardo García Sepúlveda. Editor Re-
vista Chilena de Psiquiatría y Neurología de la Infancia y Adolescencia, Esmeralda 678,
2°piso, interior, fono/fax: 2632.0884, email: sopniatie.cl, sitio Web: www.sopnia.com San-
tiago, Chile.

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INDICE

Editorial
t 5SBTUPSOPEFM&TQFDUSP"VUJTUB 5&"
Z$POGFSFODJB*OUFSOBDJPOBM
Redeamericas sobre TEA.
Autism Spectrum Disorder (ASD) and Redeamericas International
Conference about ASD.
Dr. Ricardo García Sepúlveda 7

Trabajos Originales
t 4ÓOESPNFEF+PVCFSUSFQPSUFEFTJFUF$BTPT$MÓOJDPT
Joubert Syndrome: report of seven clinical cases
Dra. María Verónica Julio, Dra. Javiera Tello, Dra. Perla David,
Dra. María Antonia Mena 11
t $PNPSCJMJEBE1TJRVJÈUSJDBFO"EPMFTDFOUFTDPO&QJMFQTJB
Psychiatric Comorbidity in Adolescents with Epilepsy
Dra. Karina Rosso, Dra. Yairet Soto, Dr. Enzo Rivera, Dr. Fernando Pinochet 17

Casos Clínicos
t 1BUSØOFMFDUSPFODFGBMPHSÈĕDPDBSBDUFSÓTUJDPFOTÓOESPNFJOWEVQ 
%PTDBTPT
clínicos.
Electroencephalographic pattern in the inv dup (15) syndrome: two case reports
Dra. Jovanka Pavlov, Dra. Francesca Solari, Dra. Fanny Cortés,
Dra. Catalina Torres, Dra. Loreto Ríos 25

Revisiones de Temas
t "DUVBMJ[BDJØOFOFM5SBUBNJFOUPEFMB'BTFEF"MUP3JFTHPEF1TJDPTJT
Psychosis high risk phase. Treatment update.
Dra. Karen Ulloa, Dr. Ricardo García 31
t $JSVHÓBEFMB&QJMFQTJBFOOJ×PTFMFTUBEPEFMBSUF
Epilepsy Surgery in children: the state of the art
Dr. Manuel Campos, Dra. Loreto Ríos, Dra. Francesca Solari, Dra. Isabel López,
Dra. Ximena Varela, Dra. Carolina Álvarez, E.U. Loreto Olate, Dr Felipe Otaiza 43
t *SSJUBCJMJEBEFO/J×PTZ"EPMFTDFOUFTFMEFTBGÓPEFM%4.7
Irritability in Children and Adolescent, DSM-V
Dra. Marcela Abufhele, Dr. Syed S.A. Naqvi 49
t Estrategias de intervención en esquizofrenia resistente a tratamiento en niños
y adolescentes
Intervention strategies in treatment-refractory schizophrenia in children and
adolescents
Dra. Paula Zomosa, Dr. Ricardo García 60

Comentarios de Libros
t 1TJDPUFSBQJB&WPMVUJWBDPOOJ×PTZBEPMFTDFOUFT
Ps. María Gabriela Sepúlveda, Editorial Mediterráneo 74

Reuniones y Congresos 76
Grupo de Estudios 79
Noticias 80
Instrucciones a los Autores 82

6 Rev. Chil. Psiquiatr. Neurol. Infanc. Adolesc. / Volumen 24, Nº 1, Marzo 2103 Todos los derechos reservados
EDITORIAL

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(\[PZT:WLJ[Y\T+PZVYKLY(:+HUK9LKLHTLYPJHZ0U[LYUH-
tional Conference about ASD
Dr. Ricardo García S.1

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TPJVZX\LYLX\PLYLUZLYLZ[\KPHKVZHJ\JPVZHTLU[LHW\U[HUKVX\LSVZJ\HKYVZ
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1. Editor General Revista Chilena de Psiquiatría y Neurología de la Infancia y Adolescencia.


Profesor Asociado U. de Chile.

Todos los derechos reservados Rev. Chil. Psiquiatr. Neurol. Infanc. Adolesc. / Volumen 24, Nº 1, Marzo 2013 7
,KP[VYPHS
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8 Rev. Chil. Psiquiatr. Neurol. Infanc. Adolesc. / Volumen 24, Nº 1, Marzo 2103 Todos los derechos reservados
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[VZ,S‚S[PTVLZ[\KPVLWPKLTPVS}NPJVZVIYL[YHZ[VYUVZWZPX\Pm[YPJVZKLUP|VZ`
HKVSLZJLU[LZ LU SH WVISHJP}U JOPSLUH KL  H  H|VZ TVZ[Y} \UH WYL]HSLUJPH
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Todos los derechos reservados Rev. Chil. Psiquiatr. Neurol. Infanc. Adolesc. / Volumen 24, Nº 1, Marzo 2013 9
,KP[VYPHS
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`JVUTL[VKVSVNxHZHWYVWPHKHZ"MHJPSP[HYLSM\UJPVUHTPLU[VLUYLKKL[VKVZSVZ
NY\WVZ`VYNHUPaHJPVULZHÄULZ`H\UHYLZM\LYaVZWHYHX\LL_PZ[H\UHSLNPZSH-
JP}UHWYVWPHKHX\LHZLN\YLLZ[HZSxULHZKLKLZHYYVSSV

,ZWLYHTVZX\LLZ[H*VUMLYLUJPH0U[LYUHJPVUHSZLH\UNYHULUJ\LU[YVX\LWLY-
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Dra. María Verónica Julio1, Dra. Javiera Tello1, Dra. Perla David2, Dra. María Antonia
Mena2.

Resumen. ,SZxUKYVTLKL1V\ILY[:1LZ\UHHMLJJP}UNLUt[PJHKLOLYLUJPHH\[VZ}TPJHYL-
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Palabras clave::xUKYVTLKL1V\ILY[JPSPVWH[xHWYPTHYPHZPNUVKLSTVSHYYL[YHZVWZPJVTV-
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Abstract. 1V\ILY[Z`UKYVTL1:PZHNLUL[PJH\[VZVTHSYLJLZZP]LKPZVYKLYKLZJYPILKPU  
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Key words:1V\ILY[Z`UKYVTLWYPTHY`JPSPVWH[O`TVSHY[VV[OZPNUKL]LSVWTLU[HSKLSH`

INTRODUCCIÓN que codifican para proteínas ciliares pri-


marias (8). Sin embargo, estos genes dan
El Síndrome de Joubert (SJ) es una afec- cuenta del 50% de los pacientes y no existe
ción genética familiar del neurodesarrollo una correlación clara entre el genotipo y
descrita por primera vez en cuatro niños fenotipo expresado (7). Asimismo puede
en 1969 por Marie Joubert y cols (1). El existir sobreposición de síndromes con
cuadro clásico se caracteriza por hiperpnea otras ciliopatías (9). Hoy en día es posible
episódica, ataxia, retardo mental y anor- identificar estas alteraciones genéticas con
malidad de los movimientos oculares, aso- test moleculares a través de diversas técni-
ciado a agenesia del vermis cerebeloso. El cas de laboratorio tales como reacción en
término Síndrome de Joubert se estableció cadena polimerasa (PCR), detección de ge-
luego de que Boltshauser e Isler describie- nes con fluorescencia, amplificación y se-
ran tres casos clínicos similares. Más de 20 cuenciación de genes, y detección de muta-
años después de la primera publicación, se ciones puntuales, entre otras (3), pudiendo
encontró un signo característico en neu- incluso hacerse el diagnóstico prenatal. En
roimágenes, llamado “signo del molar” general son estudios de alto costo y en Chi-
(SM), que traduce una constelación de le están disponibles en escasos lugares.
anormalidades del vermis cerebeloso y de
la fosa posterior (2). Esta enfermedad cursa con anomalías de
la fosa posterior y conexiones aberrantes
En la mayoría de los casos la forma de he- de la sustancia blanca (10). El SM resulta
rencia de SJ es autosómica recesiva, a ex- de hipo-displasia del vermis cerebeloso,
cepción de un subtipo asociado a X (3, 4). anormalidades en la profundidad de la fosa
Se han descrito una serie de alteraciones interpeduncular a nivel de istmo y puente,
genéticas y anatomopatológicas, relacio- con los pedúnculos cerebelosos superiores
nadas a una alteración en la estructura horizontalizados, engrosados y alargados
y/o función de los cilios de las membranas (2, 6). Este signo también se observa en
celulares, constituyendo una ciliopatía pri- otras entidades constituyendo los llamados
maria (5, 6). Los cilios tienen un rol funda- “desórdenes relacionados a SJ” (DRSJ), que
mental en el desarrollo y funcionamiento además pueden tener alteraciones gené-
de diversos tipos celulares, incluyendo los ticas en común como con el síndrome de
fotorreceptores de la retina, neuronas, cé- Meckel (6, 7). Se han visto otras malfor-
lulas de túbulos renales y de la vía biliar, maciones del SNC en anatomía patológica
entre otros (6, 7, 8). En el desarrollo del asociadas a SJ como la no decusación del
cerebelo y troncoencéfalo, regulan vías de tracto corticoespinal y de los pedúnculos
transducción de señales implicadas en la cerebelosos superiores, aplasia o hipopla-
proliferación celular y migración axonal sia cerebelosa y de los núcleos de la base,
(6). fragmentación de los núcleos cerebelosos,
heterotopía de las neuronas Purkinje-like,
Hasta la fecha se han descrito quince al- displasia pontina y de estructuras espina-
teraciones génicas asociadas a SJ, entre les como de la base del puente, formación
ellas: INPP5E, TNEM216, AHI1, NPHP1, reticular, oliva inferior, columna dorsal
CEP290, TMEM67, RPGRIP1L, ARL13B, y núcleo del tracto solitario, así como al-
CC2D2A, OFD1, KIF7, TCTN1 y TCTN2, teraciones de la médula espinal (6, 7). Se

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describe también una dilatación y distor- sin antecedentes familiares, y se recolecta-
sión del cuarto ventrículo con desviación ron los datos necesarios para este estudio.
rostral simulando unas alas de murciélago
constituyendo un signo que lleva ese nom- RESULTADOS
bre o también llamado “en paraguas” (4,
5, 11). Se ha descrito además la presencia La muestra consistió en siete pacientes, de
de hamartoma hipotalámico y ausencia los cuales seis eran varones. El diagnóstico
de la glándula pituitaria (4). Todas estas se realizó entre la etapa prenatal y los cinco
alteraciones sugieren que el fenotipo cere- años de vida. Tres de los pacientes varones
beloso del SJ emerge de la combinación de eran hermanos. Los padres recibieron con-
un patrón defectuoso (aplasia del vermis) sejo genético en relación al riesgo de re-
con compromiso de la proliferación (hi- currencia de la misma afección, razón por
poplasia generalizada) y migración celular la cual la madre se esterilizó (ligadura de
aberrante (fragmentación de los núcleos trompas); a pesar de ello concibió un tercer
cerebelosos) (7). Finalmente, es importan- hijo también portador de SJ (foto 1). Dados
te destacar la ausencia de alteraciones cere- los antecedentes familiares y los hallazgos
brales en general, en un cuadro que suele característicos en la ecografía, fue posible
asociarse a déficit intelectual; esto pone de hacer el diagnóstico prenatal. En los otros
manifiesto la importancia del cerebelo en seis pacientes el diagnóstico se hizo por el
funciones cognitivas e inteligencia (4). cuadro clínico y por tener una Resonancia
Magnética característica con el SM. No se
La prevalencia estimada de SJ es de 1/80.000 encontraron otras alteraciones en la RM de
a 1/100.000 recién nacidos vivos (RNV) (7, cerebro en la mayoría de los pacientes, ex-
13). En Europa se estima una prevalencia ceptuando al mayor de los hermanos que
de 1/100.000 habitantes (14,15) y en Ara- presentó además el sigo del paraguas an-
bia Saudita una prevalencia de 4,8% de los tes descrito, hipoplasia cerebelosa y de los
RNV con malformaciones del SNC, similar pedúnculos cerebelosos, y alteraciones en
al síndrome de Dandy-Walker; se piensa los núcleos de la base. La clínica de cada
que es un síndrome subdiagnosticado (4, paciente, se resume en la tabla 1. Todos los
5, 6, 16). pacientes presentaron retraso del desarro-
llo psicomotor (RPM) y dismorfias facia-
Así, hasta la fecha se han publicado múlti- les, polidactilia (2), episodios de apnea/hi-
ples estudios que ayudan a describir mejor perpenea (5), ataxia/dispraxia (5), apraxia
la fisiopatología, las alteraciones genéticas oculomotora (2), alteraciones visuales (3),
asociadas, el estudio con imágenes, las ma- enfermedad de Hirschprung (1).
nifestaciones clínicas y el pronóstico de los
niños con este síndrome. El objetivo de De los hermanos, uno tenía marcha atáxi-
este trabajo es describir la presentación clí- ca, apneas y RPM y el otro, principalmente
nica y la edad de diagnóstico de niños con apneas; dos de ellos presentaban alteracio-
este síndrome y compararlos con lo descri- nes en la agudeza visual requiriendo el uso
to en la literatura. de lentes (foto 1 y 2). El único caso feme-
nino inició la clínica con episodios de ap-
PACIENTES Y MÉTODOS neas e hiperpneas y RPM (foto 3 y 4). Uno
de los pacientes presentó apnea/hiperpnea
Se realizó una revisión retrospectiva de llegando incluso a paro respiratorio, requi-
fichas clínicas de pacientes con diagnósti- riendo ventilación mecánica y luego una
co de SJ entre los años 2002-2012 del Po- cirugía de faringoplastia.
liclínico de Neuropediatría de una de las
autoras (PD). Se consideró como criterios No se encontraron en esta muestra de pa-
diagnósticos a aquellos pacientes que te- cientes otras alteraciones descritas en casos
nían las manifestaciones clínicas típicas y de pacientes con SJ, tales como alteraciones
la neuroimagen característica del SJ, con o hepáticas, obesidad y quistes renales.

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En ninguno de los casos se obtuvo estudio mujer), son los que han tenido peor evolu-
de alteraciones genéticas por falta de recur- ción con mayores dificultades en la lectoes-
sos. critura, lenguaje e integración social, espe-
cialmente el varón que sólo recientemente
Actualmente todos estos pacientes pre- ha logrado aprender a escribir. Todos per-
sentan una discapacidad intelectual va- sisten con dispraxia, que ha disminuido
riable de nivel leve a moderada. Todos se luego de las terapias; el mayor de los tres
encuentran en rehabilitación con terapia hermanos persiste con ataxia marcada y el
ocupacional y kinesiología, en programas menor presenta una dispraxia leve. Todos
de integración escolar y con educación di- han logrado escribir con dificultad, el más
ferenciada. Los pacientes con diagnóstico grande con el desempeño más bajo.
más tardío (el mayor de los hermanos y la

Tabla 1. Resumen de Características Clínicas por Paciente

Paciente Sexo Edad Dg Presentación Clínica DI


(años)
RDPM Ap-Hp MA-D AO DF PD EH AV

Caso 1 M 5 Severa

Caso 2 M 2 Moderada
Caso 3 M Prenatal Leve
Caso 4 M 2 Moderada
Caso 5 M 2 Moderada
Caso 6 M 3 Moderada
Caso 7 F 5 Moderada

DISCUSIÓN manifestaciones descritas en la literatura


(8, 9, 12, 13). En concordancia con otros
En el SJ existe una serie de manifestaciones estudios, tampoco se encontró retinopatía
clínicas con una amplia variedad de expre- propiamente tal, pero sí una disminución
sión fenotípica, pero predomina el cuadro de la agudeza visual en dos pacientes (9).
descrito originalmente de hiperpnea, ata- La enfermedad de Hirschsprung, presente
xia, retardo mental (en este caso RPM) y en un caso, es poco frecuente en SJ, pero
anormalidad de los movimientos oculares, también ha sido descrita en la literatura
asociado a alteraciones anátomo-funcio- (17).
nales de la fosa posterior, que pudo con-
firmarse en las neuroimágenes de todos A pesar de no haberse realizado estudio
estos pacientes. Todas las manifestaciones genético en estos pacientes, la presencia
clínicas observadas en nuestros pacientes de tres hermanos con el síndrome mues-
han sido descritas en otros trabajos sobre tra una alteración genética específica con
el SJ: el defecto cognitivo representado posible herencia ligada al X. Esto pone de
como RPM y luego en discapacidad men- manifiesto la necesidad de realizar un es-
tal, la polidactilia, la apraxia oculomotora, tudio genético frente a la sospecha de SJ,
la marcha atáxica, la alteración en el patrón para otorgar a los padres un diagnóstico y
respiratorio ya descrita y las dismorfias pronóstico más específico con consejo ge-
faciales. En esta serie no se encontró, pa- nético oportuno. Considerando que este
cientes con hepatopatía, obesidad, quistes es un síndrome subdiagnosticado y con
renales, situs inversus ni otras múltiples expresión fenotípica variable, disponer

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del recurso genético-molecular, permiti-
ría el diagnóstico en un mayor número de
casos. Independientemente de que estos
pacientes estén en rehabilitación con una
evolución favorable respecto al momento
del diagnóstico, es probable que un diag-
nóstico precoz permita una mejor rehabili-
tación e integración social, que la observa-
da en estos casos, donde los más afectados
en la evolución fueron los de diagnóstico
más tardío y el de mejor evolución fue el
paciente al que se le realizó el diagnóstico
antes de nacer.

El SJ Es un cuadro raro, que requiere de


alta sospecha clínica para su diagnóstico,
tratamiento y rehabilitación precoz. Las te- Foto 3 y 4. Mujer con SJ; dismorfias facia-
rapias personalizadas y un abordaje multi- les y Herencia genética. Aumento de la base
disciplinario, ayudan a una mejor integra- de sustentación, reflejo de alteraciones de la
ción a la sociedad y mejor calidad de vida. fosa posterior.

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*VTVYIPSPKHK 7ZPX\Pm[YPJH LU (KVSLZJLU[LZ JVU


Epilepsia
7Z`JOPH[YPJ*VTVYIPKP[`PU(KVSLZJLU[Z^P[O,WPSLWZ`
Dra. Karina Rosso1, Dra. Yairet Soto2, Dr. Enzo Rivera3, Dr. Fernando Pinochet4.

Resumen. Objetivo:+HYHJVUVJLY`JVTWHYHYSHJVTVYIPSPKHKWZPX\Pm[YPJHLU[YLHKVSLZJLU-
[LZJVU`ZPULWPSLWZPHMetodología:,Z[\KPVHUHSx[PJV[YHUZ]LYZHS:LPUJS\`LYVUSVZWHJPLU-
[LZLU[YLH|VZJVULWPSLWZPHHJ[P]HJVUHSTLUVZ\UHJYPZPZLWPStW[PJHK\YHU[LSVZ
TLZLZWYL]PVZ:LL]HS\HYVUHKVSLZJLU[LZJVULWPSLWZPH`HKVSLZJLU[LZZPULWPSLWZPH
:LSLZHWSPJ}LS40502PKLU[YL]PZ[HLZ[Y\J[\YHKHWHYHSVZWYPUJPWHSLZKPHNU}Z[PJVZWZPX\Pm-
[YPJVZResultados:(SJVTWHYHYSVZHKVSLZJLU[LZJVULWPSLWZPH]LYZ\ZHX\LSSVZZPULWPSLWZPH
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HU[PN\V   ]LYZ\Z   W$" YPLZNV KL Z\PJPKPV HS TVTLU[V KL SH L]HS\HJP}U  
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KLSHL]HS\HJP}U5VO\IVKPHNU}Z[PJVV[YH[HTPLU[VWYL]PVKLV[YHZWH[VSVNxHZConclu-
sión: ,_PZ[L\UHJSHYH[LUKLUJPHHWYLZLU[HYTmZ[YHZ[VYUVZWZPX\Pm[YPJVZLUHKVSLZJLU[LZ
JVULWPSLWZPHX\LLUHX\LSSVZZPULWPSLWZPHSHNYHUTH`VYxHKLLSSVZZPUKPHNU}Z[PJVUP[YH[H-
TPLU[VWYL]PVHSHL]HS\HJP}U+LZ[HJHSHHS[HMYLJ\LUJPHKLYPLZNVKLZ\PJPKPV
Palabras claves: ,WPSLWZPHHKVSLZJLUJPHJVTVYIPSPKHKWZPX\Pm[YPJHWZPJVWH[VSVNxH40502PK

Abstract. Objective:;VWYLZLU[HUKJVTWHYLWZ`JOPH[YPJJVTVYIPKP[`HTVUNHKVSLZJLU[Z
^P[O HUK ^P[OV\[ LWPSLWZ` Methodology! (UHS`[PJHS JYVZZ ZLJ[PVUHS Z[\K` >L HWWSPLK [OL
40502PKHZ[Y\J[\YLKKPHNUVZ[PJPU[LY]PL^[VHKVSLZJLU[ZHNLK`LHYZ^P[OHJ-
[P]LLWPSLWZ`HUKHKVSLZJLU[Z^P[OV\[LWPSLWZ`Results!;OLJVTWHYPZVUIL[^LLUHKV-
SLZJLU[Z^P[OHUK^P[OV\[LWPSLWZ``PLSKLK[OLMVSSV^PUNYLZ\S[Z!^P[OH[SLHZ[VULWZ`JOPH-
[YPJKPZVYKLY ]LYZ\Z W$5:"[^VVYTVYLWZ`JOPH[YPJKPZVYKLYZ ]LYZ\Z 
W$" OPZ[VY` VM `LHY YLWL[P[PVU   ]LYZ\Z   W$" KLWYLZZP]L Z`UKYVTL  
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UHU[S`PUH[[LU[P]L[`WL Conclusion!;OLYLPZHJSLHY[LUKLUJ`[V^HYKTVYLWZ`JOPH[YPJ
KPZVYKLYZPUHKVSLZJLU[Z^P[OLWPSLWZ`[OHUPU[OVZL^P[OV\[LWPSLWZ`TVZ[VM[OLT^P[OV\[H
KPHNUVZPZVY[YLH[TLU[;OLOPNOMYLX\LUJ`VMZ\PJPKHSYPZRPZOPNOSPNO[LK
Keywords: LWPSLWZ`HKVSLZJLUJLWZ`JOPH[YPJJVTVYIPKP[`WZ`JOVWH[OVSVN`40502PK

5L\YVWLKPH[YH<UPKHKKL5L\YVSVNxH0UMHU[xS/VZWP[HS*HYSVZ=HU)\YLU<UP]LYZPKHKKL=HSWHYHxZV
7ZPX\PH[YH0UMHU[PS<UPKHKKL5L\YVWZPX\PH[YxH0UMHU[PS/VZW*HYSVZ=HU)\YLU<UPKHK0UMHU[V1\]LUPS/VZWKLS
:HS]HKVY*m[LKYHKL7LKPH[YxH5L\YVSVNxH`7ZPX\PH[YxH0UMHU[V1\]LUPS<UP]KL=HSWHYHxZV=HSWHYHxZV*OPSL
5L\Y}SVNV,WPSLW[}SVNV:LY]KL5L\YVSVNxH/VZW*HYSVZ=HU)\YLU*m[LKYHKL5L\YVSVNxH<UP]KL=HSWHYHxZV
4tKPJV)PVLZ[HKxZ[PJV<UP]LYZPKHKKL=HSWHYHxZV*VYYLZWVUKLUJPH+YH2HYPUH9VZZV=PZ[H/LYTVZH *LYYV
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5L\YVWZPX\PH[YxH0UMHU[PS/*=)<UPKHK0UMHU[V1\]LUPS/VZWP[HSKLS:HS]HKVY*m[LKYHKL7LKPH[YxH5L\YVSVNxH`
7ZPX\PH[YxH0UMHU[V1\]LUPS<UP]LYZPKHKKL=HSWHYHxZV=HSWHYHxZV*OPSL5VO\IVÄUHUJPHTPLU[VUPJVUÅPJ[VKL
PU[LYtZ

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;YHIHQVZ6YPNPUHSLZ
INTRODUCCIÓN nos del ánimo, trastornos de ansiedad y
trastorno por déficit de atención con hipe-
Durante las últimas décadas han cambiado ractividad (TDAH)(2, 6, 7).
los objetivos del tratamiento de la epilep-
sia. Si bien anteriormente el tratamiento se Un estudio en niños con epilepsia entre 5
focalizaba en la reducción del número de y 16 años encontró que a pesar de que el
crisis, hoy en día se considera que el ma- 60% de los casos cumplía algún diagnósti-
nejo debe ir dirigido a la calidad de vida de co a partir de los criterios DSM IV (Diag-
estos pacientes, determinado en gran parte nostic and Statistical Manual of Mental
por la frecuencia de las crisis, pero sin de- Disorders, versión IV), sólo el 33% había
jar de lado otros aspectos relevantes como recibido un tratamiento psiquiátrico. (5,8).
son los efectos colaterales de los anticon-
vulsivantes, las comorbilidades asociadas o M.I.N.I. Kid (Mini International Neu-
la inserción social y laboral. ropsychiatric Interview for Children and
Adolescents), es una entrevista psiquiá-
La epilepsia se ha descrito desde tiempo trica estructurada, para el diagnóstico de
remotos, Hipócrates (400 A.C.), en su obra los trastornos mentales más frecuentes del
“De Morbo Sacro” (“sobre la enfermedad eje I del DSM IV y CIE 10. Tiene tres ver-
sagrada”) describe: “los melancólicos nor- siones, el M.I.N.I. Kid es la forma extensa
malmente se hacen epilépticos y los epi- para aplicación desde 6 hasta 17 años 11
lépticos melancólicos: lo que determina la meses. Se aplica al niño o adolescente sólo
preferencia es la dirección que la enferme- o acompañado por su padre. La validación
dad toma, si va al cuerpo se produce la epi- del MINI Kid mostró que es una buena he-
lepsia, si a la inteligencia la melancolía” (1). rramienta diagnóstica para los trastornos
del ánimo, trastorno de ansiedad, TDAH y
La adolescencia es un período de alta vul- trastorno de conducta (área bajo la curva
nerabilidad emocional, marcado por la for- = 0.81–0.96, κ = 0.56–0.87). Para los tras-
mación de la identidad y consolidación del tornos psicóticos tenía menor sensibilidad,
desarrollo de la personalidad, período en pero con especificidad aceptable. (8) La en-
el cual los trastornos psiquiátricos son de trevista está separada por módulos, donde
mayor prevalencia. En niños con epilep- cada ítem incuye 2- 4 preguntas de tamiza-
sia, la prevalencia de trastornos de la salud je, que de ser positivas, se aplican todas las
mental varía entre el 16% y 77%. (2, 3, 4) preguntas del tema. Todas las respuestas
Esta gran variabilidad entre los distintos están en formato si /no. La aplicación de
estudios se debe a diferencias metodológi- la entrevista, tiene una duración de 30-45
cas tales como nosología, métodos de eva- minutos.
luación de casos, marco temporal, tipos de
epilepsia, etc. Los diagnósticos que incluye el MINI Kid
son: evaluación del riesgo de suicidabili-
Existen múltiples teorías respecto de la dad, episodio depresivo mayor, trastorno
asociación entre epilepsia y trastornos distímico, episodio maníaco, trastorno de
mentales; se han descrito diversos factores angustia, agorafobia, trastorno de ansiedad
de riesgo, pero con resultados inconsisten- de separación, fobia social, fobia específica,
tes entre los estudios. (2) La mayoría de trastorno obsesivo compulsivo, estado por
los estudios no han encontrado asociación estrés postraumático, abuso y/o dependen-
entre edad de inicio, frecuencia o tipo de cia de alcohol, abuso y/o dependencia de
crisis, lateralización del foco epiléptico y drogas, trastorno de tics, trastorno por dé-
psicopatología en niños con epilepsia. (4,5) ficit de atención e hiperactividad (TDAH),
trastorno de la conducta, trastorno oposi-
Los trastornos psiquiátricos más frecuen- cionista desafiante (TOD), trastornos psi-
temente descritos en la literatura en niños cóticos, trastorno de ansiedad generalizada
y adolescentes con epilepsia son: trastor- y trastorno adaptativo.

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;YHIHQVZ6YPNPUHSLZ
El objetivo de este trabajo es describir y ralizado del desarrollo. De esta manera 34
comparar la comorbilidad psiquiátrica en cumplieron los criterios de inclusión, dos
adolescentes portadores de epilepsia acti- de ellos no aceptaron participar en el es-
va versus adolescentes sin epilepsia. tudio, refiriendo que tenían dificultad para
transportarse hasta el HCVB y otros dos
PACIENTES Y MÉTODO habían cambiado de domicilio. Finalmente
el grupo de estudio quedó constituido por
Se trata de un estudio descriptivo con un 30 casos (Figura 1).
grupo control. A partir de la base estadísti-
ca del Hospital Carlos van Buren (HCVB) Grupo de comparación: Treinta adoles-
de Valparaíso, se revisaron las fichas médi- centes sin diagnóstico de epilepsia, parea-
cas de todos los pacientes adolescentes con dos por edad y género, seleccionados por
diagnóstico de epilepsia en control entre muestreo aleatorio estratificado a partir de
enero y diciembre del año 2010. Se con- Liceo Eduardo de la Barra de Valparaíso.
versó con los padres o cuidadores de cada Se les aplicó la misma entrevista M.I.N.I.
adolescente para completar y actualizar los Kid, con la misma evaluadora para ambos
datos, caracterizando así la fecha de última grupos.
crisis.
Variables analizadas: Según la ficha mé-
Para evaluar la comorbilidad psiquiátrica dica y los datos aportados por los apode-
tanto en el grupo casos como control se rados de cada paciente, se registraron las
utilizó como instrumento el M.I.N.I. Kid, siguientes variables: edad, sexo, comorbili-
“mini international neuropsychiatric inter- dades psiquiátricas, tipo de epilepsia, tipo
view for children and adolescents”. y frecuencia de crisis, fármacos antiepilép-
ticos en uso y respuesta al tratamiento far-
Criterios inclusión: Sujetos de entre 13 y macológico (refractaria o no).
18 años de edad, portadores de epilepsia
activa, definida como la ocurrencia de al Procedimiento: Los adolescentes que cum-
menos una crisis en los 12 meses previos. plieron con los criterios de inclusión fue-
ron contactados telefónicamente para una
Criterios de exclusión: Ausencia de crisis evaluación junto a sus padres con el objeti-
epiléptica durante los últimos 12 meses, vo de explicarles directamente en qué con-
déficit intelectual con coeficiente intelec- sistía el estudio y solicitar su aprobación.
tual menor o igual a 70, trastorno gene- Luego se les aplicó la encuesta M.I.N.I. Kid
ralizado del desarrollo (debido a la impo- directamente a los adolescentes, y a partir
sibilidad de obtener respuestas confiables de su resultado se obtuvo los siguientes
en la encuesta M.I.N.I. Kid), rechazo de diagnósticos, todos como categóricas dico-
consentimiento informado. Se definieron tómicas, con resultado presente o ausente:
estos criterios con el objetivo de hacer el Episodio depresivo mayor, Trastorno distí-
estudio comparable a otros estudios en la mico, Episodio (hipo) maníaco, Trastorno
literatura. de angustia, Agorafobia, Trastorno de an-
siedad de separación, Fobia social, Fobia
Grupo de estudio (o con epilepsia): específica, Trastorno obsesivo compulsivo,
Abuso y dependencia de alcohol, Trastorno
Selección de los individuos: de 95 pacien- asociado al uso de sustancias psicoactivas,
tes entre 13 y 18 años de edad que se ha- Trastorno por déficit de atención con hipe-
llaban en control con diagnóstico de epi- ractividad, Trastorno de conducta disocial,
lepsia en el HCVB, se descartaron 31 por Trastorno negativista desafiante, Trastor-
no haber tenido crisis durante los 12 meses nos psicóticos, Trastorno de ansiedad ge-
previos a la evaluación. Otros 30 pacien- neralizada y Trastorno adaptativo. Además
tes eran portadores de epilepsias asociadas este cuestionario incluye un módulo que
a deficiencia intelectual o trastorno gene- evalúa el riesgo de suicidio pasado con pre-

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Figura 1: Diagrama de flujo de pacientes, para selección del Grupo de estudio.

guntas respecto al deseo de estar muerto, ción normal y prueba U de Mann-Whitney


los intentos por hacerse daño y los intentos para aquéllas con distribución no normal.
de quitarse la vida antiguos; el riesgo de Para comparar las distintas variables cuan-
suicidio actual se refiere a si en el último titativas según el tipo de epilepsia se utilizó
mes ha tenido deseos de estar muerto, ha- la prueba de Análisis de Varianza (ANO-
cerse daño, pensar en quitarse la vida, en VA) de una vía, donde se comparan las me-
cómo quitársela o intentos frustros, cada dias de los grupos. Para evaluar qué grupos
una de estas preguntas con distinto punta- poseen las diferencias más significativas,
je, así se puede clasificar en riesgo de suici- se utilizó la prueba Post-hoc de Bonferro-
dio leve, moderado o alto. ni. Se utilizó el Coeficiente de Correlación
de Pearson para evaluar el grado de aso-
Estudio estadístico: Se realizó estadística ciación entre las variables cuantitativas. Se
descriptiva, utilizándose como medidas consideró estadísticamente significativo p
de resumen la media y la desviación están- < 0,05.
dar (D.E.) en el caso de aquellas variables
con distribución normal, o mediana y ran- Consideraciones éticas: Sin conflicto de
go intercuartílico (R.I.C) para aquellas sin intereses, el proyecto fue aprobado por el
distribución normal. Se usó prueba exacta Comité de Bioética de la Facultad de Me-
de Fisher para ver la asociación entre dos dicina de la Universidad de Valparaíso.
variables dicotómicas entre sí. Se realizó Se aplicaron consentimientos informados
comparación de medias de las variables tanto a los padres como a los adolescentes,
cuantitativas, usándose prueba t de Student en ambos grupos.
para el caso de las variables con distribu-

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Por ser un estudio descriptivo, observacio- Respecto al tratamiento con fármacos an-
nal, analítico, transversal, no hubo ningu- tiepilépticos, 20 estaban en monoterapia y
na modificación del tratamiento. A partir 10 con 2 o más fármacos, 9 de los cuales
del resultado de la entrevista M.I.N.I. Kid, estaban catalogados como epilepsia refrac-
en el grupo de adolescentes con epilepsia taria a tratamiento médico.
se puso al tanto al médico tratante y en am-
bos grupos se derivó a psicólogo y/o psi- La tabla 1 muestra las características de
quiatra en caso de ser necesario. edad, género y antecedente de repitencia
escolar en los 2 grupos. Un 40% del gru-
RESULTADOS po total de adolescentes con epilepsia tenía
antecedente de repitencia escolar, versus el
Caracterización de los grupos de adoles- 13% en el grupo de comparación (p=0,04).
centes con y sin epilepsia: Considerando la epilepsia como factor de
riesgo para repitencia, el OR fue de 4,33
En este grupo, el promedio de edad de ini- (IC: 1,06 –20,93). Según las evoluciones
cio de la epilepsia fue a los 8 años (rango: en la ficha médica, un 23% de los adoles-
0,7 a 14 años), con un promedio de dura- centes con epilepsia tenía el antecedente
ción de la epilepsia de 6,5 años. de TDAH, sin embargo, al momento de la
evaluación, ninguno estaba recibiendo al-
Ocho pacientes presentaban epilepsias gún tipo de tratamiento para el TDAH. Un
sintomáticas, las causas fueron: secuela de 10% de los adolescentes con epilepsia tenía
encefalitis aguda, trastorno de migración registrado en su ficha clínica al menos 1
neuronal, esclerosis mesial temporal, es- episodio depresivo previo a la evaluación.
clerosis tuberosa y traumatismo encéfalo Cinco adolescentes tenían pseudocrisis
craneano, 1 de etiología criptogénica y 22 asociadas a la epilepsia. En tres pacientes
de los 30 pacientes se clasificaron como estaba el registro de bullying previo. Una
epilepsias idiopáticas. 10 correspondían a paciente tenía el antecedente de intento de
epilepsia generalizada y 20 a epilepsia fo- suicidio e intoxicación con carbamazepina
cal. que requirió hospitalización en cuidados
intensivos. En el grupo control, según lo
La frecuencia de las crisis epilépticas, se- referido por los mismos alumnos, ninguno
gún lo reportado por el paciente y/o cui- tenía diagnóstico, ni había recibido trata-
dadores fueron: 4 referían crisis diarias, 6 miento por TDAH ni trastorno de conduc-
correspondían a crisis semanal, 4 pacientes ta al momento de la evaluación.
con crisis mensual y menos que 1 crisis al
mes en 16 de los 30 pacientes.

Tabla Nº 1. Características de los grupos

Epilepsia Sin epilepsia p1

4LKPHUHLKHK90*  


:L_VMLT!THZJ ! !
(U[LJLKLU[LKL9LWP[LUJPHLZJVSHY       
0,04

1. Prueba exacta de Fisher. RIC: rango intercuartílico.

La tabla 2 muestra los diagnósticos que exacta de Fisher para la comparación de


arrojó la entrevista M.I.N.I. Kid en el gru- proporciones.
po de adolescentes con epilepsia y sin epi-
lepsia, y su comparación. Se aplicó prueba Al comparar presencia o ausencia de

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diagnósticos psiquiátricos, el 60% de los el grupo sin epilepsia (p= 0,02). Tomando
pacientes con epilepsia presentó algún en cuenta aquellos con al menos un diag-
trastorno psiquiátrico, mientras que en- nóstico psiquiátrico, el grupo sin epilep-
tre adolescentes sin epilepsia esto ocurrió sia tuvo una mediana de un diagnóstico,
en un 43%, diferencia no estadísticamen- mientras que en aquellos con epilepsia, la
te significativa. Sin embargo, al comparar mediana fue de 2,5 diagnósticos, siendo
aquéllos con más de un trastorno psiquiá- ésta una diferencia estadísticamente signi-
trico, la comorbilidad estuvo presente en el ficativa (p < 0,01).
43% de los pacientes con, versus el 13% en

Tabla Nº 2. Diagnósticos Comorbilidad psiquiátrica en grupo epilepsia y sin epilepsia.

Epilepsia n (%) Controles n (%) p1

,WPZVKPVKLWYLZP]VTH`VY     


9PLZNVKLZ\PJPKPVHU[PN\V     
9PLZNVKLZ\PJPKPVHJ[\HS    
;YHZ[VYUVKPZ[xTPJV     
,WPZVKPVOPWVTHUxHJV     
;YHZ[VYUVKLHUN\Z[PHHJ[\HS     
;YHZ[VYUVKLHUN\Z[PHKLWVY]PKH     
;YHZ[VYUVKLHUZPLKHKKLZLWHYHJP}U    
-VIPHZVJPHS    
(I\ZVKLHSJVOVS    
;YHZ[VYUVWVYKtÄJP[KLH[LUJP}U
OPWLYHJ[P]PKHK     #
;YHZ[VYUVKLSHJVUK\J[H     
;YHZ[VYUVULNH[P]PZ[HKLZHÄHU[L     
;YHZ[VYUVZWZPJ}[PJVZ    

1. Test exacto de Fisher.

La evaluación de riesgo de suicidio ac- En el grupo con epilepsia predomina el


tual consistió en preguntas considerando TDAH subtipo inatento, siendo de 54% en
el último mes, tales como: ¿Deseaste es- el grupo con epilepsia versus un 34% en el
tar muerto? ¿Pensaste en quitarte la vida? grupo sin epilepsia, con una diferencia es-
¿Pensaste en cómo quitarte la vida? ¿Tra- tadísticamente significativa (p < 0,05).
taste de quitarte la vida? Los seis casos con
riesgo de suicidio al momento de la eva- DISCUSIÓN
luación fueron derivados a psicólogo y psi-
quiatra inmediatamente tras la evaluación. Tanto a nivel general, como en el desglo-
se de los trastornos psiquiátricos, se vio
Los diagnósticos, cuya presencia resultó una clara tendencia a tener más trastornos
estadísticamente significativa (p < 0,05) al mentales entre los adolescentes con epi-
comparar entre el grupo de adolescentes lepsia. En TDAH, trastorno de ansiedad
con epilepsia y sin epilepsia fueron: tras- de separación y fobia social, esta diferen-
torno de ansiedad de separación, fobia so- cia fue estadísticamente significativa. Cabe
cial y TDAH. Cabe destacar que en el resto destacar el efecto de diagnósticos conglo-
de los diagnósticos, pese a que no hubo merados en esta población, en que el 27%
diferencia estadísticamente significativa, de los adolescentes con epilepsia tenía más
hubo una clara tendencia a ser mayor en el de tres diagnósticos psiquiátricos.
grupo con epilepsia.

22 Rev. Chil. Psiquiatr. Neurol. Infanc. Adolesc. / Volumen 24, Nº 1, Marzo 2103 Todos los derechos reservados
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La evaluación también incluyó la estima- 60% (2, 11).
ción del riesgo de suicidio, tanto antiguo
como al momento de la evaluación, siendo En nuestra práctica diaria, en pacientes con
éste uno de los aspectos de mayor relevan- epilepsia, debemos buscar estos trastornos,
cia dentro de los resultados, evidenciando principalmente TDAH, trastorno del áni-
que entre los adolescentes con epilepsia, la mo y ansiedad, trastornos de conducta y
mitad había tenido riesgo de suicidio en el sobretodo signos indicadores de suicidio.
pasado y 20% presentaba riesgo de suici- Pese a grandes avances en aspectos técni-
dio al momento de la evaluación. Por otro cos en el área de la epilepsia; vemos que los
lado, hubo una asociación significativa en- adolescentes portadores de epilepsia pre-
tre la presencia de riesgo de suicidio pasa- sentan comorbilidades psiquiátricas fre-
do y actual, el riesgo de suicidio actual con cuentes, que en nuestra realidad, al igual
depresión y trastorno de conducta. Esto que en otros países, están siendo sub-diag-
demuestra las consecuencias de estas co- nosticadas.
morbilidades en el desarrollo de la autoes-
tima y la calidad de vida del paciente en REFERENCIA BIBLIOGRÁFICAS
este sentido, llama la atención que la mitad
de los pacientes haya considerado la posi- 1. Kanner AM. Psychiatric issues in epi-
bilidad de suicidarse previo a la evaluación. lepsy: The complex relation of mood,
anxiety disorders and epilepsy. Epilep-
Entre adolescentes con epilepsia, existe sy Behav 2009 May;15(1):83-7.
mayor fracaso escolar, lo cual se evidenció 2. Plioplys S., Dunn D., Caplan R. 10 year
en este estudio por el antecedente de repi- research update review: Psychiatric
tencia en el 40% de los casos (p=0,04). La problems in children with epilepsy. J
comorbilidad psiquiátrica más frecuente Am Acad Child Adolesc Psychiatry.
fue el TDAH, presente en el 43% de los 2007 Nov;46(11):1389-402.
adolescentes con epilepsia. Se podría decir 3. Baker GA., Spector S, McGrath Y, So-
que probablemente al tratar el déficit aten- teriou H. Impact of epilepsy in adoles-
cional en estos pacientes, mejoraría el pro- cence: a UK controlled study. Epilepsy
nóstico escolar. (12,13) Behav. 2005 Jun;6(4):556-62.
4. Caplan R, Siddarth P, Gurbani S, Ott
En el grupo de adolescentes sin epilepsia, D, Sankar R, Shields WD, et al. Psy-
hubo dos casos de abuso de alcohol (6,6%) chopathology and pediatric complex
y un caso de abuso de drogas (3,3%), ver- partial seizures: seizure-related, cogni-
sus en el grupo con epilepsia en que no tive, and linguistic variables. Epilepsia.
hubo ningún caso de abuso de sustancias. 2004 Oct;45(10):1273-81.
Considerando el sesgo que ocurre al eva- 5. Ott D, Siddarth P, Gurbani S, Koh S,
luar abuso de sustancias, esta diferencia se Tournay A, Shields WD, Behavioral
podría atribuir a que los pacientes en gene- disorders in pediatric epilepsy: un-
ral están en conocimiento de que el uso y met psychiatric need. Epilepsia. 2003
abuso del alcohol y otras drogas puede des- Apr;44(4):591-7.
compensar la epilepsia. Durante las entre- 6. Sheehan DV, Sheehan KH, Shytle
vistas, a modo de descripción cualitativa, RD, Janavs J, Bannon Y, Rogers JE.,
la gran mayoría de los adolescentes evalua- et al. A population survey of mental
dos contestaron con una rotunda negativa health problems in children with epi-
frente a la pregunta si consume alcohol. lepsy. Dev Med Child Neurol. 2003
May;45(5):292-5.
En una revisión de 10 años de los estudios 7. Dunn DW, Kronenberger WG. Child-
de trastornos psiquiátricos en pacientes hood epilepsy, attention problems, and
con epilepsia, se mostró que existe un ran- ADHD: review and practical conside-
go de 33 a 77% de comorbilidad psiquiátri- rations. Semin Pediatr Neurol. 2005
ca, siendo en la presente investigación de Dec;12(4):222-8.

Todos los derechos reservados Rev. Chil. Psiquiatr. Neurol. Infanc. Adolesc. / Volumen 24, Nº 1, Marzo 2013 23
;YHIHQVZ6YPNPUHSLZ
8. Sheehan DV, Sheehan KH, Shytle RD, 11. Jones JE, Watson R, Sheth R, Caplan
Janavs J, Bannon Y, Rogers JE. Relia- R, Koehn M, Seidenberg M. Psychia-
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24 Rev. Chil. Psiquiatr. Neurol. Infanc. Adolesc. / Volumen 24, Nº 1, Marzo 2103 Todos los derechos reservados
CASOS CLINICOS

7H[Y}ULSLJ[YVLUJLMHSVNYmÄJVJHYHJ[LYxZ[PJVLUZxU-
KYVTLPU]K\W!+VZJHZVZJSxUPJVZ
,SLJ[YVLUJLWOHSVNYHWOPJWH[[LYUPU[OLPU]K\WZ`UKYVTL![^V
JHZLYLWVY[Z
Dra. Jovanka Pavlov3, Dra. Francesa Solari4, Dra. Fanny Cortés5, Dra. Catalina Torres1,
Dra. Loreto Ríos2.

Resumen,SZxUKYVTLPU]K\WV[L[YHZVTxHXLZ\UHHUVTHSxHJYVTVZ}TPJHPUMYL-
J\LU[LX\LZLWYLZLU[HJVUYL[YHZVZL]LYVKLSKLZHYYVSSVKPZJHWHJPKHKJVNUP[P]HOPWV[VUxH
LWPSLWZPHYLMYHJ[HYPH`\UWH[Y}ULSLJ[YVLUJLMHSVNYmÄJVJHYHJ[LYxZ[PJV7YLZLU[HTVZKVZWH-
JPLU[LZKLZJYPIPLUKVZ\JSxUPJH`WH[Y}ULSLJ[YVLUJLMHSVNYmÄJVWH[VNUVT}UPJV
Palabras clave!ZxUKYVTLPU]K\W[L[YHZVTxHXLWPSLWZPHYLMYHJ[HYPHLUUP|VZWH[Y}U
LSLJ[YVLUJLMHSVNYmÄJV

Abstract. ;OLPU]K\WZ`UKYVTLVY[L[YHZVT`XPZHYHYLJOYVTVZVTLHIUVYTHSP[`
WYLZLU[PUN^P[OZL]LYLKL]LSVWTLU[HSKLSH`PU[LSSLJ[\HSKPZHIPSP[`O`WV[VUPHYLMYHJ[VY`LWP-
SLWZ`HUKHJOHYHJ[LYPZ[PJLSLJ[YVLUJLWOHSVNYHWOPJWH[[LYU>LWYLZLU[[^VWH[PLU[ZPU^OVT
JSPUPJHSJOHYHJ[LYPZ[PJZHUKWH[VNUVTVUPJLSLJ[YVLUJLWOHSVNYHWOPJWH[[LYUHYLKLZJYPILK
Key words!PU]K\WZ`UKYVTL[L[YHZVT`XYLMYHJ[VY`LWPSLWZ`PUJOPSKYLULSLJ[YVLU-
JLWOHSVNYHWOPJWH[[LYU

INTRODUCCIÓN mosoma extra, formado por dos centróme-


ros (isodicéntrico), más dos porciones de
Es conocida la existencia de síndromes tamaño variable del brazo largo (q) del cro-
epilépticos que tienen patrones electroen- mosoma 15. En la literatura médica tam-
cefalográficos característicos que son de bién se denomina “invdup15”, “dup15q” o
mucha ayuda al clínico, tanto en la sospe- “tetrasomía parcial del cromosoma 15” (3).
cha diagnóstica como en definir el estadío Estudios moleculares han demostrado que,
de la enfermedad. Entre los patrones más dependiendo de la porción del área invo-
descritos están aquellos de Síndrome de lucrada, la alteración puede o no incluir la
Angelman, Síndrome de Rett, Síndrome región correspondiente a los genes impli-
de cromosoma 20 en anillo y lipofucsinosis cados en los síndromes de Prader Willi/
neuronal ceroidea infantil tardía (1). Angelman, lo que explicaría parte de su
fenotipo (4).
El síndrome inv dup (15) o tetrasomía 15q
es una cromosomopatía infrecuente, con Las características fenotípicas no son muy
una incidencia estimada de 1 en 30.000 llamativas y pueden pasar desapercibidas;
recién nacidos vivos (2) y por ende, poco incluyen ángulo palpebral caído, epicanto,
conocida en la práctica clínica. Se trata de orejas de implantación baja y clinodacti-
una cromosomopatía numérica y estructu- lia. Evolucionan desde el período de lac-
ral, producida por la presencia de un cro- tantes con hipotonía, retraso del desarro-

 )LJHKHKL5L\YVÄZPVSVNxH*LU[YV(]HUaHKVKL,WPSLWZPH*SxUPJH3HZ*VUKLZ:HU[PHNV*OPSL
 5L\Y}SVNHPUMHU[PS*LU[YV(]HUaHKVKL,WPSLWZPHZ*SxUPJH3HZ*VUKLZ:HU[PHNV*OPSL
 .LUL[PZ[HJSxUPJH+LWHY[HTLU[VKL7LKPH[YxH*SxUPJH3HZ*VUKLZ:HU[PHNV*OPSL
*VYYLZWVUKLUJPHH!+YH3VYL[V9xVZ7,THPS!SYPVZ'PPHJS

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*HZVZ*SxUPJVZ
llo y comportamiento autista. Las crisis altamente sugerente de isodic (15q).
epilépticas se inician a edades variables,
evolucionando frecuentemente a epilepsia Evoluciona con déficit cognitivo severo y
refractaria, en especial con ausencias atípi- trastorno del desarrollo. A los 9 años inicia
cas, crisis atónicas y crisis de desviación de tratamiento por hipotiroidismo autoinmu-
la mirada hacia arriba durante el sueño no- ne.
REM. El patrón electroencefalográfico se
caracteriza por desorganización lenta del Evaluada por genética a la edad de 11 años,
trazado de base, descargas multifocales con llama la atención la presencia de ángulo
predominancia hemisférica, paroxismos palpebral caído, pliegue epicántico y orejas
generalizados de complejos punta-espiga/ de implantación baja. Dadas las caracte-
onda, de gran amplitud, de 2 a 20 segun- rísticas fenotípicas y el cariotipo, se deci-
dos de duración, en su mayoría asociados de completar estudio con FISH específico
a ausencias atípicas; brotes generalizados para cromosoma 15 el que muestra: ish
poliespiculares y ritmos rápidos durante el (15) (q11q13) (D15S10x2), +dic15(q12)
sueño no-REM, asociado a taquipnea y/o (D15Z1++.D15S10+,PML-), determinán-
rotación de los ojos hacia arriba, y/o com- dose que el cromosoma marcador corres-
ponentes tónicos con disrupción de la ar- ponde a un cromosoma dicéntrico 15(q12)
quitectura normal del sueño (2). (Fig.1).

Existen pocos pacientes descritos en la lite-


ratura, habiéndose reportado hasta el año
2005, un total de 100 casos (5).

En este trabajo se reportan dos casos de


tetrasomía 15q, corroborados por estudio
genético (cariotipo y FISH), cuyo patrón
electro-clínico es concordante con lo des-
crito.

CASO CLÍNICO 1

Paciente de sexo femenino, quien consulta


a los 11 años en nuestro centro por crisis
akinéticas. Entre sus antecedentes destaca
haber sido RNPT 34 semanas (PN:2000
g), hospitalizada al nacer, sin patología in-
tercurrente y dada de alta al mes de vida.
Padres no consanguíneos, dos hermanos
sanos. Fig 1. FISH cromosoma 15. Se observan las
cuatro señales control para cromosoma 15 y
Evoluciona con hipotonía y retraso del las dos señales críticas en 15(q11q13). Se de-
desarrollo psicomotor desde el período tectó además, un cromosoma marcador que
de lactante menor, destacando al año, re- mostró dos señales para la región D15Z1 y
traso motor sin sostén cefálico ni lenguaje. 1 para la región D15S10, lo cual correspon-
Desde los ocho meses, su madre refiere la dería a un cromosoma dicéntrico 15(q12).
presencia constante de movimientos este-
reotipados tipo balanceo. Desde el punto de vista de su cuadro epi-
léptico, a los 10 años comienza a presentar
Un cariograma realizado al año en otro crisis akinéticas y episodios al despertar
centro, evidencia alteración cromosómica, caracterizados por apertura ocular y ex-
con cariotipo 47,XX,+mar; con marcador tensión de brazos, con frecuencia aproxi-

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*HZVZ*SxUPJVZ
mada de cuatro veces por día, de 1 a 2 mi- ausencia de grafoelementos fisiológicos de
nutos de duración. Consultan especialista sueño, actividad epileptiforme multifocal
quien solicita EEG que evidencia desor- independiente, más frecuente sobre hemis-
ganización de los ritmos de base, espigas ferio izquierdo con franco incremento en
multifocales y crisis tónicas generalizadas. sueño (Figura 2), y registro de múltiples
Se indica Clobazam presentando agitación crisis generalizadas eléctricas y electro-clí-
secundaria, luego se deja Ácido Valproico nicas. En descargas mayores de 5 segundos
en dosis de 23mg/kg/día, sin respuesta. In- de duración, el correlato clínico se asoció a
gresa a Video monitoreo en nuestro centro, rotación hacia arriba de los ojos (Figura 3)
con una frecuencia de crisis akinéticas de y en aquellas mayores a 60 segundos se le
aproximadamente 4 a 5 por día. Se consta- suma a lo anterior, hipertonía generalizada
ta desorganización del trazado de base con en hiperextensión (postura en opistótono).

-PS[YVKLIHQHMYLJ\LUJPHOa-PS[YVKLHS[HMYLJ\LUJPHOa=LSVJPKHKTTZLN

Fig 2. Brotes generalizados de ritmos rápidos durante el sueño de ondas lentas y actividad
epileptiforme multifocal.

-PS[YVKLIHQHMYLJ\LUJPHOa-PS[YVKLHS[HMYLJ\LUJPHOa=LSVJPKHKTTZLN:LUZPIPSPKHK\=

Fig 3. Crisis de desviación ocular hacia arriba más hipertonía generalizada.

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*HZVZ*SxUPJVZ
Se inicia tratamiento con Levetiracetam en Al examen destaca un niño con discapa-
forma progresiva, mostrando respuesta fa- cidad intelectual, aspecto grácil, fascie es-
vorable, con reducción de 33% de las crisis, pecial, triangular, puente nasal alto, nariz
destacando la desaparición completa de prominente, orejas descendidas y retrog-
crisis tónicas generalizadas durante sueño. natia. Respirador bucal y sialorrea impor-
tante; con marcha independiente, comuni-
CASO CLÍNICO 2 cación a través de lenguaje no verbal, muy
inquieto, pero no agresivo.
Paciente de 12 años, consulta en nuestro
centro por crisis epilépticas refractarias a Ingresa a estudio ya con confirmación ge-
tratamiento. Tiene como antecedentes ser nética de su tetrasomía 15q (a los 6 meses
hijo de padres no consanguíneos, embara- de vida, INTA, Universidad de Chile). Se
zo y parto normales. Evoluciona con sín- realiza RM cerebral donde destaca dismi-
drome hipotónico central y trastorno del nución del patrón de sulcación cortical. El
desarrollo. A los 8 años, inicia crisis atóni- video monitoreo EEG demuestra trazado
cas diarias. Se inicia Clobazam más Ácido de base lento, tanto en vigilia como en sue-
Valproico, lográndose una respuesta par- ño, no configurando patrón de sueño para
cial y observándose la aparición de com- la edad; actividad epileptiforme en forma
ponente mioclónico. Las crisis evolucionan de punta, espiga y poliespiga-onda lenta
agregándose episodios tónicos generaliza- multifocal independiente muy frecuente
dos, con caída al suelo y desconexión del durante sueño y menos durante vigilia y
medio de segundos de duración. Se agrega REM. Frecuente actividad epileptiforme
Topiramato con remisión total de las crisis generalizada en forma de poliespiga-onda
tónicas, se ajusta Clobazam y Ácido Val- lenta de 1 a 5 segundos de duración, se-
proico, sin embargo persiste con frecuen- guida de depresión de voltaje de hasta
tes crisis atónicas 20 por día, algunas aso- 1,5 segundos, en ocasiones lateralizada a
ciadas a caída brusca al suelo. El paciente derecha, sin clínica asociada evidenciable
evoluciona con deterioro clínico progresi- durante el examen (Figuras 4 y 5) Se inicia
vo tanto por el mal control de crisis como tratamiento con Lamotrigina en ascenso
pérdida del contacto con el medio. paulatino, con franca disminución del 95%

-PS[YVKLIHQHMYLJ\LUJPHOa-PS[YVKLHS[HMYLJ\LUJPHOa=LSVJPKHKTTZLN:LUZPIPSPKHK\=

Fig 4. Actividad epileptiforme multifocal.

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-PS[YVKLIHQHMYLJ\LUJPHOa-PS[YVKLHS[HMYLJ\LUJPHOa=LSVJPKHKTTZLN:LUZPIPSPKHK\=

Fig. 5. Brotes generalizados de actividad tipo poliespiga durante el sueño lento.

de las crisis que provocaban caída al suelo inhibitorios. Esto se postula por observa-
y mejoría de su contacto con el medio. ciones en modelos murinos, donde la de-
leción de ambos alelos del gen P implicado
DISCUSIÓN en inv dup (15), produciría falla directa de
la subunidades α5 y β3 del receptor GABA
Los dos casos presentados, tienen las ca- (6). Estas alteraciones gabaérgicas podrían
racterísticas clínicas descritas en la tetra- explicar algunas de las características clí-
somía15q: retraso del desarrollo, compor- nicas en estos pacientes como las crisis
tamiento autista y epilepsia, asociación epilépticas, hiperactividad, agresividad y
que nos debe hacer incluir esta patología desórdenes autistas (7).
entre los diagnóstico posibles frente a esta
presentación, y que en estos casos fue co- El conocimiento de patrones electro-clí-
rroborada genéticamente. En cuanto a su nicos específicos en síndromes genéticos
epilepsia, ambos pacientes tienen las ca- y en especial aquellos no tan frecuente-
racterísticas electro-clínicas que se han mente conocidos, como es el caso de estos
asociado a este síndrome destacando: rit- pacientes con tetrasomía 15q, es de gran
mo de base lento, tanto en vigilia como en importancia, dado que permite al clínico
sueño, actividad epileptiforme multifocal reafirmar o sospechar el diagnóstico gené-
y aparición en sueño de ritmos rápidos, tico, orientarse en el manejo terapéutico y
asociados a crisis clínicas o subclínicas. En pronóstico del síndrome epiléptico especí-
ambos casos las crisis han sido altamente fico, describir características específicas del
refractarias a fármacos antiepilépticos, re- cuadro clínico y/o de su tratamiento a fin
quiriéndose la administración de al menos de entregar a los padres información más
tres fármacos. La respuesta inicial favora- precisa desde el punto de vista pronóstico.
ble con Lamotrigina en uno y Levetirace-
tam en otro, debería considerarse en el REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
manejo de otros pacientes portadores de
este síndrome. 1. Schinzel A, Niedrist D: Chromosome
imbalances associated with epilepsy.
La tetrasomía 15q alteraría la función de Semin Med Genet. 2001,106:119-124.
los receptores GABA y sus mecanismos 2. Battaglia A, Gurrieri F, Bertini E, Bell-

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*HZVZ*SxUPJVZ
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sotas M et al.The inv dup(15) syndro- neurogenetic disorder. Brain Devel.
me: A clinically recognizable syndrome 2005,27:365-369.
with altered behaviour, mental retar- 6. Buxbaum JD, Silverman JM, Smith CJ,
dation and epilepsy. Neurology. 1997, Greenberg DA, Kilifarski M, Reichert
48:1081–1086. J et al. Association between a GA-
3. Battaglia A. The inv dup(15) or idic(15) BRB3 polymorphism and autism. Mol
syndrome (Tetrasomy 15q). Orpha- Psychiatry. 2002;7(3):311-6.
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http://www.ojrd.com/content/3/1/30. Durham-Pierre D, Gardner JM, Mc-
4. Battaglia A, Parrini B and Tancre- Danel HJ, et al. et al. A cluster of three
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Genet.2010,154C:448-455. p locus. Nature 1993;364:448-50.
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30 Rev. Chil. Psiquiatr. Neurol. Infanc. Adolesc. / Volumen 24, Nº 1, Marzo 2103 Todos los derechos reservados
REVISIONES DE TEMAS

(J[\HSPaHJP}ULULS;YH[HTPLU[VKLSH-HZLKL(S[V
9PLZNVKL7ZPJVZPZ
7Z`JOVZPZOPNOYPZRWOHZL;YLH[TLU[\WKH[L
Dra. Karen Ulloa García1, Dr. Ricardo García Sepúlveda2

Resumen. 3HZPU[LY]LUJPVULZLUSHMHZLWYVKY}TPJHKLSHLZX\PaVMYLUPHOHUZPKVVIQL[VKL
\UHJYLJPLU[LPU]LZ[PNHJP}ULUSHZ‚S[PTHZKVZKtJHKHZ:LOHULSHIVYHKVPUZ[Y\TLU[VZWHYH
SHPKLU[PÄJHJP}UKLSHWVISHJP}ULUHS[VYPLZNVKLWZPJVZPZ`LSLZ[\KPVKLLSSHOHKLTVZ[YHKV
X\LLSKL[LYPVYVZPU[VTm[PJVM\UJPVUHS`UL\YVIPVS}NPJVZLPUPJPHYxHWYL]PVHSWYPTLYLWPZVKPV
KLWZPJVZPZ+PZ[PU[HZLZ[YH[LNPHZKLPU[LY]LUJP}UOHUZPKVLMLJ[P]HZLUWYVWVYJPVUHY[YH[H-
TPLU[VKLSTHSLZ[HYJSxUPJV`SHKPZJHWHJPKHKM\UJPVUHSKLLZ[VZWHJPLU[LZHKLTmZKLYL[YH-
ZHYLSPUPJPVKL\U[YHZ[VYUVWZPJ}[PJV(J[\HSTLU[LZLWYVWPJPH\ULUMVX\LKLKL[LJJP}U`
[YH[HTPLU[VWYLJVaIHZHKVLUSHWHY[PJPWHJP}UHJ[P]HKLSWHJPLU[L`Z\MHTPSPHSVZ[YH[HTPLU-
[VZWZPJVZVJPHSLZSVZmJPKVZNYHZVZVTLNH`LSZLN\PTPLU[VJVU\ULUMVX\LJVUZLY]HKVY
YLZWLJ[VHS\ZVKLSVZHU[PWZPJ}[PJVZ
Palabras Clave: (S[VYPLZNVKLWZPJVZPZWY}KYVTVZHU[PWZPJ}[PJVZWZPJV[LYHWPH

Abstract. 0U[LY]LU[PVUZPU[OLWYVKYVTHSWOHZLVMZJOPaVWOYLUPHOH]LILLUVIQLJ[VMHUPU-
JYLHZPUNPU]LZ[PNH[PVUPU[OLSHZ[[^VKLJHKLZ0UZ[Y\TLU[ZOH]LILLULSHIVYH[LK[VPKLU[PM`
WZ`JOVZPZOPNOYPZRWVW\SH[PVUHUKP[ZZ[\K`OHZKLTVUZ[YH[LK[OH[Z`TW[VTH[PJM\UJ[PVUHS
HUK UL\YVIPVSVNPJHS KL[LYPVYH[PVU ^V\SK PUP[PH[L HM[LY [OL ÄYZ[ WZ`JOVZPZ LWPZVKL +PMMLYLU[
PU[LY]LU[PVUZ[YH[LNPLZOH]LILLULMMLJ[P]LPUNP]PUN[YLH[TLU[[V[OLJSPUPJHSPUKPZWVZP[PVUHUK
[OLM\UJ[PVUHSOHUKPJHWVM[OLZLWH[PLU[ZILZPKLZKLSH`PUNWZ`JOVZPZKPZVYKLY°([[OLWYL-
ZLU[[PTLHKL[LJ[PVUHUKWYLJVJPV\Z[YLH[TLU[MVJ\ZOHZILLUWYVWP[PH[LKIHZLKVUHJ[P]L
WHY[PJPWH[PVUVM[OLWH[PLU[HUKOPZMHTPS`WZ`JOVZVJPHS[YLH[TLU[ZVTLNHMH[[`HJPKZHUK
[OLW\YZ\P[^P[OHJVUZLY]H[P]LMVJ\Z^P[OYLZWLJ[[V[OL\ZLVMHU[PWZ`JOV[PJZ
2L`°^VYKZ!/PNOYPZRVMWZ`JOVZPZWYVKYVTLZHU[PWZ`JOV[PJZWZ`JOV[OLYHW`

INTRODUCCIÓN desarrollan antes de la psicosis franca y son


difíciles de revertir (2).
Aproximadamente hace dos décadas se dio
inicio a una creciente investigación en la Los adolescentes con un primer episodio
fase prodrómica de la esquizofrenia, cuyos de psicosis presentan un mayor tiempo de
frutos han ido cambiando el paradigma psicosis no tratada (DUP) que los adultos,
de la intervención en esta devastadora en- lo que se ha relacionado con un inicio más
fermedad instalando en las comunidades lento y silencioso de los síntomas que di-
científica y clínica el concepto de que la ficulta el diagnóstico precoz (3). Una ma-
detección e intervención precoz pueden yor duración de la psicosis no tratada se ha
prevenir las alteraciones significativas en el asociado con una peor respuesta al trata-
neurodesarrollo de estos jóvenes que llevan miento antipsicótico, mayor gravedad de
a las consecuencias más discapacitantes de los síntomas positivos y negativos, desmo-
esta enfermedad (1) y que es sabido que se ralización, depresión y peores resultados

*SxUPJH7ZPX\Pm[YPJH<UP]LYZPKHKKL*OPSL
 *VYYLZWVUKvUJPHHSLTHPS!RHYLUTLS\ZPUH'NTHPSJVT

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9L]PZPVULZKL;LTHZ
funcionales (4). pacientes con AR presentan otros proble-
mas clínicos que los llevan a buscar ayu-
Distintos grupos alrededor del mundo han da. Entre ellos se identifican los síntomas
realizado estudios para caracterizar la fase depresivos, ansiosos, la ideación suicida,
prodrómica, definiéndose hasta ahora los los trastornos por uso de sustancias, las di-
“síntomas básicos” (BS) y los criterios de ficultades escolares y sociales (9). En un
“ultra alto riesgo de psicosis” (UHR), los reciente estudio se exploraron los proble-
cuales representan una primera etapa del mas de salud mental para los cuales estos
pródromos y una fase posterior inmediata- pacientes deseaban ayuda, encontrándose
mente previa a la psicosis, respectivamente como los más frecuentemente reportados
(5). Se crearon instrumentos para identi- el pensamiento desorganizado, la ansie-
ficar a los pacientes en esta fase y ambos dad, la depresión, la irritabilidad o ira, la
modelos han demostrado su capacidad de desmotivación o anergia, los problemas de
predecir la transición a psicosis (Tabla 1). sueño y las ideas inusuales (10).
La tendencia actual es usar ambos criterios
para evaluar a estos pacientes ya que se ha Estudios neurocognitivos han demostrado
observado que la presencia simultánea de la presencia de déficit neurocognitivos de
los UHR y los BS se asocia a un mayor ries- leves a moderados en distintos dominios
go de transición a psicosis (íbid). como memoria de trabajo, memoria ver-
bal (11), memoria visual, procesamien-
La próxima versión del Manual diagnós- to del lenguaje, fluidez verbal, funciones
tico y estadístico de los trastornos menta- ejecutivas y cognición social, los que se
les (DSM V) incluirá una nueva categoría relacionan con algunos síntomas y con el
diagnóstica llamada “Síndrome de psicosis funcionamiento global de estos pacien-
atenuada”, cuyo objetivo es fomentar la in- tes representando a menudo otro foco de
vestigación en esta área y desarrollar trata- preocupación para ellos y/o sus cuidadores
mientos para la prevención de los desórde- (12).
nes psicóticos (6).
Las neuroimágenes han demostrado, por
Un punto relevante en el tratamiento de los su parte, que la reducción en el volumen de
pacientes en alto riesgo de psicosis (AR) es sustancia gris en la corteza frontal y tem-
que la conversión a psicosis ocurrirá sólo poral (13) y la reducción de la integridad
en un 30-40 % de ellos al año, inclusive se de la sustancia blanca frontal (14) aprecia-
han reportado tasas de transición inferio- das en los pacientes con psicosis, son evi-
res en los útimos estudios (7). Por tanto, dentes mucho antes del primer episodio de
el enfoque actual de intervención sitúa psicosis.
los focos no solo en retrasar o prevenir
la aparición de la psicosis, sino en tratar Intervenciones en la Fase de Alto Riesgo
los síntomas que los llevan a ellos o a sus
cuidadores a buscar ayuda, ayudarlos a re- Hasta ahora, se han investigado diversas
tornar a su nivel basal de funcionamiento modalidades de intervención en la pobla-
psicosocial o prevenir un mayor deterioro ción de AR estudiándose la eficacia de tra-
e identificar precozmente la aparición de la tamientos farmacológicos, psicosociales,
psicosis iniciando precozmente un trata- combinados y distintos servicios asisten-
miento, reduciendo con ello el tiempo de ciales para estos pacientes. Se ha demos-
psicosis no tratada (8). trado que tanto tratamientos farmacoló-
gicos como psicosociales son superiores
Clínica y neurobiología de los pacientes al placebo (15) y la simple supervisión en
en Fase de Alto Riesgo de Psicosis retrasar la transición a la psicosis y que los
servicios orientados a la detección e inter-
Además de los síntomas prodrómicos y el vención temprana se asocian a una reduc-
malestar clínico que estos producen, los ción significativa de la DUP en las áreas en

32 Rev. Chil. Psiquiatr. Neurol. Infanc. Adolesc. / Volumen 24, Nº 1, Marzo 2103 Todos los derechos reservados
9L]PZPVULZKL;LTHZ
Tabla 1. Criterios Clínicos de Alto Riesgo de Psicosis (modificado de Fusar-Poli et al., 2012)

Instrumento Síntomas básicos Riesgo genético Episodios psicóticos Síntomas psicóticos


+ Deterioro de breves, limitados, atenuados
funcionamiento intermitentes

CAARMS No evalúa Historia familiar de Presencia de síntomas Síntomas positivos


psicosis o persona psicóticos transito- atenuados subsindró-
con trastorno esqui- rios (trastornos del micos. Por ejemplo:
zotípico y declinación contenido del pensa- ideas de referencia,
en su fx. o un fx. sus- miento, alteraciones paranoides, pensa-
tancialmente bajo sos- perceptivas o lengua- miento mágico, alte-
tenido. je desorganizado). Ca- raciones sensopercep-
da episodio no dura tivas, lenguaje y pen-
más de una semana y samiento extraños,
los síntomas remi- que se han dado en
ten espontáneamente intensidad y frecuen-
en cada ocasión. cia subsindrómica;
Estos síntomas ocu- más de una semana
rren a lo largo del úl- en último año y hay
timo año y hay una una declinación en su
declinación en su fx. fx. o un fx. sustancial-
o un fx. sustancial- mente bajo sostenido.
mente bajo sostenido.

SIPS/SOPS No evalúa Historia en familiar Presencia de síntomas Síntomas positivos


de 1º gr. de psicosis o psicóticos transito- atenuados subsindró-
persona con trastorno rios (trastornos del micos. Por ejemplo:
esquizotípico y decli- contenido del pensa- ideas paranoides,
nación en su fx en ul- miento, alteraciones suspicacia, grandio-
timo mes comparado perceptivas o lengua- sidad, alteraciones
con 1 año atrás. je desorganizado). sensoperceptivas,
Síntomas no son gra- desorganización de
vemente desorganiza- conceptos, sin con-
dos o peligrosos. vicción psicótica;
Intermitentes al me- inicio o empeora-
nos varios minutos miento en último
al día al menos 1 vez año; frecuencia ma-
al mes, iniciados en yor a una semana en
los últimos 3 meses. último mes

SPI-A/SPI-CY Síntomas cognitivo- No evalúa No evalúa No evalúa


perceptivos básicos
(COPER) ≥1/10 en
últimos 3 meses y/o
alteraciones cogniti-
vas (COGDIS) ≥2/9
en últimos 3 meses

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Instrumento Síntomas básicos Riesgo genético Episodios psicóticos Síntomas psicóticos


+ Deterioro de breves, limitados, atenuados
funcionamiento intermitentes

BSIP No evalúa Factores de riesgo ge- Síntomas psicóticos Síntomas positivos


néticos y otros facto- transitorios sobre el atenuados subsindró-
res de riesgo de acuer- corte, menos de una micos al menos va-
do al instrumento (re- semana, autolimita rias veces en una
traimiento social o dos. semana, persistien-
síntomas prodrómi- do en total más de
cos inesp.) o categoría una semana.
no especificada: com-
binación de una can-
tidad de síntomas pro-
drómicos.

que son implementados (16). Los efectos tratamientos psicosociales y farmacológi-


de las intervenciones son particularmente cos más seguros como por ejemplo, los áci-
importantes durante el primer año de in- dos omega 3, tienen varias ventajas frente a
tervención activa encontrándose que son los antipsicóticos: proveen un tratamiento
menos efectivas tras el cese de la interven- efectivo con una mayor aceptación y mejor
ción (17). tolerancia por parte de los pacientes, tie-
nen menor potencial de estigmatización y
Debido a la heterogeneidad de las interven- menor riesgo de exponer a los sujetos fal-
ciones con efectividad demostrada (Tabla sos positivos a los efectos adversos de los
2), la ausencia de una demostrada superio- antipsicóticos (20).
ridad de unas sobre otras y la disminución
de las tasas de transición a psicosis en los Principios Generales de la Intervención
últimos estudios de AR con el consiguiente
aumento en el número de falsos positivos, Aunque cada programa de intervención
el enfoque actual de tratamiento de estos precoz tiene sus rasgos propios, coinciden
pacientes prioriza las intervenciones más en ciertos principios (21):
seguras como tratamiento de primera lí- t 6UJMJ[BDJØOEFFTUSBUFHJBTFEVDBUJWBTDFO-
nea, reservando los tratamientos con ma- tradas en la comunidad para promover la
yor potencial de efectos adversos como los detección precoz de jóvenes en AR
antipsicóticos para los casos en que no se t -BCÞTRVFEBEFBZVEBFTSFRVJTJUPQBSBFM
obtiene respuesta con las primeras (18). ingreso a estos programas.
El grupo australiano PACE de Australia, t 1SPNPDJØOEFMBWJODVMBDJØOEFMQBDJFO-
pionero en la intervención en AR, ha plan- te en el tratamiento. Si la persona no bus-
teado un modelo de estadificación clínica ca ayuda, mantener contacto regular con
que proporciona una guía para el manejo alguien de su familia.
en estos pacientes (Tabla 3). Este modelo t &M USBUBNJFOUP FT PGSFDJEP FO VO DFOUSP
se fundamenta en que los pacientes en las de atención no estigmatizador, acogedor
primeras etapas de una enfermedad tienen para los jóvenes, siendo el compromiso y
una mejor respuesta al tratamiento y un la alianza terapéutica las claves iniciales
mejor pronóstico que aquellos en etapas para garantizar los objetivos de la inter-
posteriores siendo susceptibles de respon- vención.
der a un amplio espectro de tratamientos t 1SPQPSDJPOBS JOGPSNBDJØO DMBSB EF MB
más sencillos y menos agresivos que los evidencia disponible, de modo flexible y
utilizados en la psicosis franca (19). Los cuidadoso, sobre el riesgo de desarrollar

34 Rev. Chil. Psiquiatr. Neurol. Infanc. Adolesc. / Volumen 24, Nº 1, Marzo 2103 Todos los derechos reservados
9L]PZPVULZKL;LTHZ
Tabla 2.
Estudios randomizados controlados en individuos con AR (modificado de Fusar-Poli et al., 2012).

Grupo Tratamiento Grupo Rango Duración NNT Transición


Control de Edad Tto. a 1 Año
(Año) (Meses) Grupo Tto. vs
Control (%)

McGorry et al, 2002 Risperidona Intervención 14-28 6 4 19.3 vs 35.7


1-2 mg + TCC basada en
+ IBN (n=31) necesidades
(n=28)

Morrison et al, 2004 TCC (n=37) Monitorización 16-36 6 5 5.7 vs 21.7


(n=23)

McGlashan Olanzapina Placebo (n=29) 12-36 12 5 16.1 vs 37-9


et al, 2006 5-15 mg
(n=31)

Amminger et al, 2010 Acidos grasos Placebo (n=40) 13-25 3 5 4.8 vs 27.5
omega 3, 1.2 g
(n=41)

Yung et al, Risperidona, TCC + placebo 14-30 6 ----- 4.7 vs 9.1 vs 7.1
2011 0.5-2 mg + TCC (n=44)
(n=43) Tp.Apoyo +
placebo (n=28)

Addington TCC (n=27) Tp. Apoyo 14-30 6 8 0 vs 12.5


et al, 2011 (n=24)

Bechdolf et al, 2012 IPI (n=63) Consejería ------ 12 8 3 vs 16.9


(n=65)

Abreviaturas: TCC, Terapia cognitivo conductual; IBN, Intervención basada en necesidades; IPI, Intervención psicoterapéutica inte-
grada; NNT, número necesario a tratar.

psicosis y sobre los otros síntomas. síntomas psicóticos subumbrales que


t &M DPOTFOUJNJFOUP JOGPSNBEP QPS QBSUF estén presentes.
del paciente y la participación familiar t .POJUPSJ[BDJØO Z TFHVJNJFOUP DVJEB-
en la toma de decisiones son parte fun- doso, evaluando regularmente el estado
damental de la intervención. mental.
t -PTGPDPTQSJODJQBMFTEFMBJOUFSWFODJØO t 7JODVMBDJØOEFMQSPHSBNBBTFSWJDJPTEF
son el manejo de las dificultades actua- atención de psicosis temprana de modo
les y el retraso o posible prevención de la de iniciar oportunamente el tratamiento
psicosis. para el primer episodio de psicosis.
- Ofrecer tratamiento para los distintos
síndromes que pueda presentar y ayu- Intervenciones Farmacológicas
dar en los problemas escolares, labora-
les, interpersonales y/o familiares. El primer ensayo controlado aleatoriza-
- Ofrecer tratamiento para manejar los do se llevó a cabo en la clínica PACE (22)

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comparando el efecto del tratamiento de casos y prestación de asistencia respecto
combinado de psicoterapia cognitivo-con- a vivienda, educación, empleo, psicoedu-
ductual (TCC) más dosis bajas de risperi- cación a la familia y apoyo. El riesgo de
dona con una intervención basada en ne- transición a psicosis fue significativamente
cesidades. Tras seis meses de tratamiento, menor en el grupo usuario de PUFAs que
el grupo experimental mostraba una tasa en el grupo placebo durante el año de se-
de transición a psicosis significativamente guimiento. También se redujeron significa-
más baja que el grupo control, sin embargo tivamente los síntomas positivos, negativos
este efecto se perdía en el seguimiento. No y generales y mejoró el funcionamiento en
se encontraron diferencias significativas en comparación con placebo. Si bien se des-
cuanto a síntomas y funcionalidad entre conoce con exactitud el mecanismo por el
ambos grupos, produciéndose una mejoría cual los PUFAs producen estos beneficios,
general en ambos. se ha demostrado su capacidad de aumen-
tar el glutatión en los lóbulos temporales
El segundo estudio fue desarrollado por el de pacientes con un primer episodio de
grupo de la clínica PRIME en EEUU com- psicosis, el cual se ha sugerido que se en-
parándose la eficacia de olanzapina (5-15 cuentra disminuido en los pacientes con
mg/día) versus placebo (23). En ambos esquizofrenia y tendría un rol protector del
grupos se añadía un paquete de tratamien- estrés oxidativo en las neuronas. Por otra
to psicosocial individual y familiar de diez parte, el efecto sostenido de sus benefi-
semanas de duración que incluía entrena- cios se podría explicar por sus propiedades
miento en resolución de problemas, psi- neuroprotectoras, ya que los PUFAs pue-
coeducación y técnicas básicas de manejo den inducir factores antiapoptóticos y an-
de estrés (24). Los resultados a 12 meses tioxidantes. Otro aspecto muy relevante de
mostraron diferencias casi significativas este estudio es que la incidencia de efectos
en la tasa de conversión a psicosis a favor adversos no fue diferente entre los grupos
del grupo experimental sugiriendo que la de tratamiento lo que convierte a los PU-
olanzapina podía reducir la conversión y/o FAs en una opción más segura que los an-
retrasar el inicio de la psicosis. Además, los tipsicóticos. Además, presentan la ventaja
pacientes que recibieron olanzapina repor- de la aceptación pública, un relativamente
taron niveles más bajos de sintomatología bajo costo y beneficios para la salud gene-
prodrómica en comparación con los pa- ral. Los principales efectos adversos de los
cientes que recibieron placebo. Sin embar- PUFAs son los síntomas gastrointestinales
go, los resultados de este estudio pusieron como náuseas, eructación con olor a pes-
de relieve la fina línea entre el beneficio y cado y heces blandas, siendo libres de otros
el riesgo de la intervención en pródromos, efectos adversos dañinos.
debido al aumento significativo de peso del
grupo que recibió olanzapina. Tratamientos Psicosociales

Posteriormente, un prometedor estudio Terapia de apoyo


fue publicado por Amminger y cols. (25), La terapia de apoyo y las intervenciones
en el cual se comparó la eficacia de los áci- basadas en necesidades han sido evaluadas
dos grasos poliinsaturados de cadena larga principalmente en relación a intervencio-
omega 3 (PUFAs) versus placebo, adminis- nes más elaboradas como una condición
trados por 12 semanas. Ambos grupos re- de control en los pacientes de AR, encon-
cibieron adicionalmente nueve sesiones de trándose en general que son menos efica-
intervenciones psicológicas y psicosociales ces que los tratamientos más elaborados e
basadas en necesidades las que se centra- intensivos (26). Sin embargo, un reciente
ron en los síntomas actuales, relaciones estudio de Yung y cols. (27) muestra di-
sociales y familiares y formación profesio- ferentes resultados. Estos autores compa-
nal de los pacientes. Los médicos tratantes raron la efectividad de la terapia de apoyo
además realizaban una función de gestión con la terapia cognitivo conductual sola

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Tabla 3.
Modelo de estadios clínicos para trastornos psicóticos (Modificado de Yung & McGorry, 2007)

Estadío clínico Definición Población target Intervenciones potenciales

0 Riesgo incrementado de Adolescentes familiares Mejora de conocimientos


psicosis. de primer grado de pa- sobre salud mental.
Asintomático cientes esquizofrénicos Breve entrenamiento habilida-
des cognitivas
Educación familiar
Educación sobre consumo dro-
gas.

1a Síntomas leves o inespecí- Población adolescente Psicoeducación familiar


ficos, incluido déficit referida por médicos de Educación formal en salud
neurocognitivos. atención primaria o mental.
Leve cambio o escuela a consulta de Terapia cognitivo conductual.
disminución funcional. salud mental. Reducción del uso indebido de
sustancias.

1b “Ultra alto riesgo”: sínto- Referidos de escuela, Psicoeducación familiar.


mas subumbrales modera- médicos de atención pri- Educación formal en salud
dos, con moderados cam- maria, servicios de urgen- mental.
bios neurocognitivos y de- cia, agencias de bienestar. Terapia cognitivo conductal.
terioro funcional. Reducción del uso indebido de
sustancias.

2 Primer episodio psicótico Referidos de escuela, Psicoeducación familiar.


médicos de atención Terapia cognitivo conductual.
primaria, servicios de ur- Reducción del uso indebido
gencia, agencias de bien- de sustancias.
estar, agencias especiali- Agentes antipsicóticos
zadas de atención de al- atípicos para el episodio.
cohol y drogas. Rehabilitación.

y asociada a antipsicóticos. La terapia de tos entre los tres grupos, aunque también
apoyo consistía en brindar al paciente apo- plantean como hipótesis menos factible la
yo emocional y social, estrategias básicas posibilidad que los pacientes estén siendo
de resolución de problemas, control del es- identificados en etapas más tempranas del
trés y psicoeducación acerca de la psicosis, pródromos en que sean más sensibles a tra-
sin incorporar técnicas cognitivo conduc- tamientos más simples como la terapia de
tuales. Ellos encontraron que no habían apoyo.
diferencias significativas entre los distintos
grupos en la tasa de transición a psicosis, Terapia Cognitivo Conductual
en la mejoría de los síntomas ni del funcio- Tres ensayos controlados aleatorizados
namiento. Sin embargo, sus autores con- muestran ventajas para la TCC en compa-
cluyen que la razón más probable para esta ración con la monitorización y terapia de
falta de diferencias pudo ser la baja transi- apoyo.
ción a psicosis del grupo en general lo que
dificultó percibir una diferencia significati- Morrison y cols. (28), diseñaron el primer
va de los efectos de los distintos tratamien- ensayo aleatorizado que evaluó la eficacia

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de un tratamiento psicológico en la preven- vista más realistas y estrategias para el con-
ción de la transición a psicosis en pobla- trol de los mismos (fortalecer sus recursos
ción de AR. Consistió en una intervención de afrontamiento) reduciendo el estrés
cognitiva cuyos rasgos centrales se basaron asociado y la vulnerabilidad a desarrollar
en la formulación individual de cada caso más o más graves síntomas. Dada la varia-
y la utilización de técnicas como la norma- da sintomatología de los pacientes en AR,
lización de las interpretaciones que hacen estos autores diseñaron 4 módulos (mane-
los pacientes de sus experiencias inusuales, jo del estrés, síntomas positivos, síntomas
la generación y evaluación de explicaciones negativos / depresión y comorbilidad), de
alternativas, la descatastrofización de los los cuales se escoge colaborativamente con
miedos sobre enloquecer inminentemente el paciente los que se desarrollarán en la
y la comprobación de sus valoraciones por psicoterapia. Los terapeutas que llevan a
medio de experimentos conductuales. Los cabo esta terapia también son responsables
resultados al cabo de un año concluyeron de la prestación de atención personalizada
que una intervención cognitiva de 6 meses y regular a los pacientes lo que implica un
era efectiva para reducir la severidad de trabajo de manejo de casos que se consi-
los síntomas psicóticos subclínicos y para dera vital para facilitar el enganche inicial.
reducir la transición a psicosis en un pe-
riodo de un año (28). Sin embargo, el se- Actualmente se encuentra en curso un es-
guimiento a 3 años solo redujo significati- tudio que investiga la efectividad de la tera-
vamente la probabilidad de prescripción de pia familiar cognitivo conductual diseñada
antipsicóticos, pero no afectó la transición por Miklowitz y cols. para adolescentes
a psicosis definida utilizando la Escala de con trastorno bipolar, adaptada para una
Síntomas Positivos y Negativos (PANSS) o población de jóvenes con AR (31).
los criterios DSM IV. Sin embargo, al con-
trolar por las cogniciones que fueron foco Intervención Psicoterapéutica Integrada
terapéutico, se observaba que la TCC sí re- (IPI)
ducía significativamente la probabilidad de Un reciente estudio demostró una mayor
progresión a psicosis a 3 años (29). efectividad de una intervención psico-
lógica integrada que constaba de TCC,
La terapia en la fase de AR aplicada en este entrenamiento en habilidades sociales,
y otros estudios fue descrita y manualizada remediación cognitiva y psicoeducación
por Phillips y Francey de la clínica PACE multifamiliar, en retrasar la transición a
(30). Está basada en los modelos cogniti- psicosis de personas en AR por un periodo
vos de la psicosis que plantean que los prin- de 2 años, comparada con un grupo con-
cipales síntomas de las psicosis se derivan trol que recibió consejería de apoyo (32).
de alteraciones básicas en el procesamiento Este estudio fue desarrollado en jóvenes
de la información que se traducen en alte- que cumplían los criterios de síntomas
raciones de la percepción y de la experien- básicos, población que se considera en un
cia del paciente psicótico. Junto con esto, etapa del pródromos más temprana que la
el modelo de estrés-vulnerabilidad pro- identificada con los criterios de ultra alto
porciona un marco para este tratamiento riesgo. Ambas intervenciones fueron en-
desde el planteamiento que los factores de tregados en un período de 12 meses. El
estrés ambientales (problemas en relacio- componente central de esta intervención
nes interpersonales, uso de sustancias, etc) es la TCC individual, la que consta de 25
interactúan con la vulnerabilidad biológica sesiones en que se trabajan 5 tópicos: eva-
del sujeto desencadenando la psicosis. Los luación y contrato, psicoeducación, mane-
objetivos de esta intervención consisten jo del estrés, de los síntomas y de las crisis.
principalmente en ayudar al paciente a de- El entrenamiento en habilidades se realiza
sarrollar una comprensión de los procesos en un formato de 15 sesiones grupales cen-
cognitivos que influyen en sus pensamien- tradas en 3 tópicos: humor positivo y dis-
tos y emociones y desarrollar puntos de frute, entrenamiento en percepción social

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y habilidades sociales, entrenamiento en en aspectos de funcionamiento global y
resolución de problemas para el dominio de calidad de la vida. Es relevante que la
de situaciones difíciles. La remediación mayoría de los pacientes reportaron como
cognitiva se enfocaba directamente en los uno de los aspectos eficaces de esta inter-
déficit del pensamiento y la percepción vención el intercambio de experiencias con
que constituyen los síntomas básicos. Se otros pacientes, sin embargo, manifestaron
lleva a cabo en un formato de 12 sesiones su deseo de tener este contacto tras al me-
computarizadas que entrenan funciones nos dos sesiones individuales pues a su in-
como la atención y concentración, la me- greso refieren pensar que nadie más com-
moria y la vigilancia a través de la prácti- parte síntomas como los vividos por ellos
ca repetida de ejercicios por los cuales los prefiriendo estar a solas con un terapeuta.
pacientes van recibiendo un puntaje según Estos autores sugieren ciertas directrices
su desempeño con la finalidad de reforzar de la psicoeducación en esta particular po-
los progresos. Las sesiones psicoeducativas blación dentro de las cuales está el iniciar
multifamiliares fueron 3 y abordaron fun- la psicoeducación en una modalidad indi-
damentalmente la entrega de información vidual para luego pasar a una grupal, infor-
sobre los síntomas, la evolución y el tra- mar el riesgo de psicosis con una actitud
tamiento de la fase de AR con el objetivo que no provoque miedo ni estrés adicional,
de aumentar la comprensión de la familia ayudar a devolver una sensación de “nor-
de esta condición y reducir el estrés y los malidad” y pertenencia de las experiencias,
conflictos interpersonales. La consejería de abordar tareas normativas propias de la
apoyo consistía en una evaluación básica, etapa de desarrolllo y actualización per-
psicoeducación básica sobre la fase de AR manente de los conocimientos por parte
y consejería en un estilo de apoyo, cálido, de los terapeutas adaptando las sesiones
genuino, empático y no estructurado. Se al progreso de este campo de la psiquiatría
realizó en un formato individual durante que avanza más rápido que otras áreas.
un máximo de 30 sesiones. A los 12 y 24
meses de seguimiento, hubo un número DISCUSIÓN
significativamente menor de pacientes en
el grupo de IPI que en el grupo de apoyo La esquizofrenia de inicio precoz es una de
que desarrollaron psicosis subsindrómica, las enfermedades psiquiátricas más devas-
esquizofrenia o trastorno esquizofrenifor- tadoras que afecta a la población infantoju-
me. venil, tanto en términos personales, fami-
liares como sociales. De allí la importancia
Psicoeducación de investigar buscando formas eficaces
Si bien es una intervención sugerida en de intervenir para mejorar el pronóstico
varias guías de tratamiento para los pa- de estos pacientes. Si bien la fase prodró-
cientes en AR y que forma parte de la ma- mica de la esquizofrenia fue reconocida
yoría de las intervenciones psicosociales por los autores clásicos que describieron
demostradas como efectivas en esta fase, esta enfermedad, no es sino hasta las últi-
ha sido escasamente investigada como in- mas décadas que comienza a investigarse
tervención única. En un estudio cualita- cómo intervenir en ella. La investigación
tivo desarrollado por Hauser y cols. (33), ha avanzado enormemente en este cam-
consistente en un programa de 7 sesiones po, sembrando esperanza en la posibilidad
psicoeducativas semanales en población de de influir favorablemente en el tradicional
AR, se observaron puntuaciones más bajas curso negativo de esta enfermedad. En la
en el “locus de control fatalista” (impresión línea del modelo del neurodesarrollo de
de que los síntomas no pueden ser modi- la esquizofrenia, la investigación en los
ficados), efectos positivos atribuidos a una pacientes de AR ha encontrado que estos
mayor compresión de sus síntomas y una pacientes se encuentran “a medio cami-
mayor capacidad para manejarlos a través no”, tanto en las alteraciones estructura-
de la información recibida y una mejoría les como en los déficit neuropsicológicos,

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entre los pacientes esquizofrénicos y los tribuir a la detección precoz de la psicosis,
controles sanos (34). Estos hallazgos son sería conveniente que estas políticas fueran
de fundamental relevancia, pues implican incorporando la evidencia acerca de la fase
que las alteraciones del neurodesarrollo prodrómica de modo de identificar e in-
que se traducen posteriormente en severa tervenir de forma aún más precoz. En este
discapacidad, están ocurriendo desde an- sentido sería interesante, por ejemplo, arti-
tes que diagnostiquemos a los pacientes cular los servicios de atención de pacientes
con los criterios diagnósticos que actual- psicóticos adultos con los de psiquiatría in-
mente usamos. Contamos hoy con instru- fantojuvenil de modo de evaluar a los hijos
mentos clínicos suficientemente validados de pacientes psicóticos e idealmente, ge-
para identificar a los pacientes en AR y se nerar espacios de atención especializados
ha generado evidencia a favor de que las para los pacientes en riesgo de psicosis, que
intervenciones en la fase de alto riesgo de puedan brindar un espacio de atención no
psicosis son eficaces en disminuir la tran- estigmatizador, pero a la vez un tratamien-
sición a psicosis, el malestar clínico y el to oportuno, seguro, clínicamente eficaz y
deterioro funcional de los pacientes. Cabe susceptible de proteger su neurodesarrollo.
preguntarse si es posible, a partir de las in-
tervenciones estudiadas a la fecha u otras, REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
como las psicoterapias integradas (35), tal
como se ha demostrando en el primer epi- 1. McGlashan T. Treatment Timing vs
sodio de psicosis (36), disminuir o preve- Treatment Type in First-episode psy-
nir la pérdida progresiva de sustancia gris chosis: a paradigm Shift in Strategy
en regiones claves como la corteza frontal and effectiveness. Schizophr Bull.
y temporal y de este modo, prevenir o ami- 2012, 38(5): 902–903.
norar el deterioro cognitivo social y no so- 2. McGuire P, Selvaraj S, Howes O. Is cli-
cial, que sabemos juega un rol primordial nical intervention in the ultra high risk
en el funcionamiento psicosocial de estos phase effective?. Revista Brasileira de
pacientes y su futura calidad de vida. Es Psiquiatria. 2011, 33: 161-167.
importante que la investigación pueda ser 3. Joa I, Johannessen J, Langeveld J, Friis
complementada con estos correlatos neu- S, Melle I, Opjordsmoen S, et al. Dura-
robiológicos en los próximos años. tion of untreated psychosis (DUP) and
baseline characteristics in Adolescent
Sin embargo, también quedan muchas versus Adult-onset in first-episode
preguntas por responder en esta área de psychosis within an early detection
investigación. Por ejemplo, la eficacia com- programme. Acta Psychiatr Scand.
parada de los tratamientos basados en la 2009, 119(6):494-500.
evidencia, el impacto a largo plazo de estas 4. McGorry P, Nelson B, Amminger P,
intervenciones, el potencial beneficio de Bechdolf A, Francey S, Berger G, et al.
otras intervenciones seguras y la posibili- Intervention in Individuals at Ultra-
dad de prevenir y no solo retrasar la transi- High Risk for Psychosis: A Review and
ción a la psicosis. Future Directions. J Clin Psychiatry
2009, 70(9):1206–1212.
Por último, algunas reflexiones de nues- 5. Fusar-Poli P, Borgwardt S, Bechdolf
tra realidad nacional. En Chile no existen A, Addington J, Riecher-Rossler A,
estudios en población de pacientes pro- Schultze-Lutter F, et al. The Psychosis
drómicos ni se han validado las escalas de High-Risk State. A Comprehensive
pesquisa de estos pacientes. Sin embargo, State of the Art Review. Arch Gen Psy-
sin duda muchos de estos pacientes están chiatry. 2012, 19: 1-14.
siendo atendidos en los diversos dispositi- 6. Sitio en línea: www.dsm5.org (consul-
vos de salud mental existentes en nuestro tado el 23 de noviembre de 2012)
país. Así como se ha pretendido a partir 7. Ziermans T, Schothorst P, Sprong M,
de políticas públicas como la ley Ges con- van Engeland H. Transition and remis-

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42 Rev. Chil. Psiquiatr. Neurol. Infanc. Adolesc. / Volumen 24, Nº 1, Marzo 2103 Todos los derechos reservados
REVISIONES DE TEMAS

*PY\NxHKLSH,WPSLWZPHLUUP|VZ!LSLZ[HKVKLSHY[L
,WPSLWZ`:\YNLY`PUJOPSKYLU![OLZ[H[LVM[OLHY[
Dr. Manuel Campos1,2, Dra. Loreto Ríos1,3, Dra. Francisca Solari1,3, Dra. Isabel López1,3,
Dra. Ximena Varela1,3, Dra. Carolina Alvarez1,3, E.U. Loreto Olate1, Dr. Felipe Otayza1,2.

Resumen. 3HZ LWPSLWZPHZ YLZPZ[LU[LZ H MmYTHJVZ ZVU HX\LSSHZ KVUKL OH` WLYZPZ[LUJPH KL
JYPZPZ WLZL H \U [YH[HTPLU[V MHYTHJVS}NPJV }W[PTV ,U UP|VZ SH HWYV_PTHJP}U [LYHWt\[PJH
KLIL ZLY HJ[P]H JVUZPKLYHUKV X\L ZL [YH[H KL \U JLYLIYV LU KLZHYYVSSV LU X\L SHZ JYPZPZ
WYVK\JLUKH|VZPYYLJ\WLYHISLZ3H3PNH0U[LYUHJPVUHS*VU[YHSH,WPSLWZPH03(,WYVWVULLU
UP|VZ!”eliminar las crisis lo antes posible para optimizar el desarrollo cognitivo y mejorar el
comportamiento y la calidad de vida”.,U[YL KLSVZUP|VZWYLZLU[HULWPSLWZPHZYL-
ZPZ[LU[LZHMmYTHJVZ`SHTP[HKKLLSSVZYLX\PLYLKL\UHL]HS\HJP}UWYLX\PY‚YNPJH,U*OPSL
HWYV_PTHKHTLU[LUP|VZULJLZP[HYxHUJPY\NxHJHKHH|VZPULTIHYNVUVZLVWLYHUTmZ
KLJHZVZHU\HSTLU[L:PHSVHU[LYPVYHNYLNHTVZSVZJHZVZYLaHNHKVZKLSVZH|VZHU-
[LYPVYLZZPNUPÄJHX\LOH`ZVIYLTPSUP|VZX\LLZWLYHUWVY\UHJPY\NxHKLSHLWPSLWZPH,Z[L
HY[xJ\SVYL]PZHLSLZ[HKVKLSHY[L`U\LZ[YHL_WLYPLUJPHLUJPY\NxHKLLWPSLWZPHLUUP|VZ
Palabras clave: *PY\NxH KL SH LWPSLWZPH LU UP|VZ LWPSLWZPH YLMYHJ[HYPH LWPSLWZPH PU[YH[HISL
LWPSLWZPHMmYTHJVYLZPZ[LU[L[YH[HTPLU[VX\PY‚YNPJVKLSHLWPSLWZPHLUUP|VZ

Abstract. +Y\NYLZPZ[HU[LWPSLWZ`PZKLÄULKHZ[OLWLYZPZ[LUJLVMZLPa\YLZKLZWP[L[OLVW-
[PTHS HU[PLWPSLW[PJ [YLH[TLU[ ;OL [OLYHWL\[PJ HWWYVHJO PU JOPSKYLU PZ TVYL HJ[P]L [OHU PU
HK\S[ZJVUZPKLYPUN[OLPTTH[\YLZ[HNLVMIYHPUKL]LSVWTLU[HUK[OLZLPa\YLZOPNOWV[LU[PHS
VMWYV]VRPUNPYYL]LYZPISLKHTHNL;OL0U[LYUH[PVUHS3LHN\L(NHPUZ[,WPSLWZ`03(,WYVWVZLK
MVYJOPSKYLU[V“eliminate seizures as soon as possible to optimize cognitive development, and
improve behavior and quality of life”(IV\[[V VMLWPSLW[PJJOPSKYLUOH]LYLMYHJ[VY`
LWPSLWZ`HUKOHSMVM[OLTYLX\PYLHWYLZ\YNPJHSL]HS\H[PVU(YV\UKJOPSKYLUPU*OPSLULLK
LWPSLWZ`Z\YNLY`[YLH[TLU[L]LY``LHYI\[UVTVYL[OHUNL[HJJLZZ[VP[0M^LPUJS\KL°JH-
ZLZVMWYL]PV\Z`LHYZ[OL^HP[PUNSPZ[PU*OPSLPZV]LYJOPSKYLU;OPZWHWLYYL]PL^Z[OL
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Key words:,WPSLWZ`Z\YNLY`PUJOPSKYLUYLMYHJ[VY`LWPSLWZ`PU[YHJ[HISLLWPSLWZ`JOPSKZ\YNP-
JHS[YLH[TLU[VMLWPSLWZPLZ

INTRODUCCIÓN La Liga Internacional contra la Epilepsia


(ILAE) define a la “Epilepsia resistente
En todo el mundo las epilepsias resistentes a fármacos” (“drug resistant” en inglés),
a fármacos son el mayor problema para los como la falla de dos o más fármacos
pacientes con epilepsia (1-4), especialmen- anti-epilépticos (FAEs) adecuados, bien
te cuando se trata de niños (5-7), siendo el tolerados, apropiadamente elegidos, y co-
principal reto para los profesionales invo- rrectamente usados, administrados en
lucrados en su tratamiento (8,9). monoterapia o en combinación, para lo-

*LU[YV(]HUaHKVKL,WPSLWZPHZ*SxUPJH3HZ*VUKLZ:HU[PHNV*OPSL
+LWHY[HTLU[VKL5L\YVJPY\NxH*SxUPJH3HZ*VUKLZ:HU[PHNV*OPSL
<UPKHKKL5L\YVSVNxHKL5P|VZ`(KVSLZJLU[LZ+LWHY[HTLU[VKL7LKPH[YxH*SxUPJH3HZ*VUKLZ:HU[PHNV*OPSL
*VYYLZWVUKLUJPHH!+Y4HU\LS*HTWVZ*SxUPJH3HZ*VUKLZ3V-VU[LJPSSH:HU[PHNV*OPSL,THPS!
TJHTWVZ'JSJJS

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9L]PZPVULZKL;LTHZ
grar la libertad de crisis (10). De hecho, la resistentes desde el inicio y un 14% de mal
misma ILAE prefiere no usar los términos curso (crisis que remiten y luego regresan).
“intratable” o “refractaria”, dado que invo-
lucrarían la idea que no existe alternativa Por otro lado, el año 1999 un estudio pros-
terapéutica para estos pacientes. Esta defi- pectivo en Connecticut (16) mostró que la
nición está orientada más bien a adultos, ya incidencia de epilepsia en niños es de 500
que en niños el enfoque es muy diferente; casos por millón de habitantes año (N =
el tiempo de evolución de las crisis, el tipo 613). De ellos, un 25,4% llegan a ser refrac-
de síndrome y la edad del niño, son facto- tarios (127 casos por millón de habitantes
res fundamentales para determinar en for- año), cerca de la mitad necesitará evalua-
ma temprana la refractariedad y plantear ción pre-quirúrgica y 21 niños por millón
una cirugía de la epilepsia lo más precoz de habitantes año requerirían una cirugía
posible, para evitar secuelas neurológicas de la epilepsia, lo cual supera por lejos a las
permanentes de un cerebro en desarrollo. cirugías de tumores intracraneanos en ni-
ños (6 casos por millón de habitantes año).
En adultos se recomienda esperar un máxi-
mo de dos años antes de diagnosticar a un En consideración a lo anteriormente des-
paciente como refractario. Sin embargo, en crito, la mayoría de los niños con Epilepsia
niños dependiendo del síndrome epilépti- recién diagnosticada tienen un pronóstico
co y su etiología, en muchos casos se deben favorable a largo plazo, en particular los
plantear escasos meses entre el inicio de casos de causa idiopática, quienes even-
crisis y la cirugía de la epilepsia refractaria tualmente irán a la remisión. En contraste,
(5, 6, 7, 11). las epilepsias que permanecen resistentes
a fármacos (activa) son aproximadamente
Muchos niños candidatos a cirugía de la un 25 a 33%, llegando a ser intratables y
epilepsia presentan una “encefalopatía epi- requiriendo cirugía entre un 4,5 a 10% del
léptica”, término que se refiere a un grupo total de los casos nuevos. Los FAE proba-
de desórdenes donde el paciente presenta blemente no influencian el curso de la epi-
epilepsia refractaria y/o actividad epilepti- lepsia, estos sólo suprimen crisis.
forme en el EEG, que implica un alto riesgo
de daño cognitivo progresivo y/o déficits Chile tiene 16.500.000 de habitantes. Si to-
neurológicos permanentes. La mayoría de mamos la incidencia de epilepsia de Con-
estas condiciones son edad dependiente y necticut (EE.UU.) (16), cada año habría
afectan a un cerebro inmaduro en desarro- en Chile alrededor de 8.250 niños nuevos
llo (13,14). con epilepsia, de los cuales 2.096 tendrían
“epilepsia resistente a fármacos” (epilepsia
En el presente texto se analizará el estado activa o no controlada) y 347 niños al año
actual de la cirugía de la epilepsia en niños, necesitarían una cirugía de su epilepsia.
con especial acento en Chile, presentando
nuestra experiencia acumulada en los últi- Sin embargo, en la actualidad en Chile no
mos cuatro años. se operan más de 40 niños al año (20 niños
en nuestra institución) (17), existiendo una
EPIDEMIOLOGÍA DE LA EPILEPSIA falencia anual cercana al 88,5% de lo espe-
RESISTENTE EN NIÑOS rado para el país. A lo anterior se deben
agregar los niños en espera de cirugía de
El estudio de Sillanpää del año 2006, repor- los años previos, lo que permite extrapolar
tó 144 niños con epilepsia recién diagnosti- que en Chile hay miles de niños con indi-
cada y con un seguimiento de 37 años (15); cación quirúrgica, pero sin acceso a ella, ya
mostró que el 67% tiene un excelente pro- sea por razones de desconocimiento médi-
nóstico con remisión total de sus crisis, un co, complejidad y/o alto costo del diagnós-
33% tendrán epilepsia de pobre pronóstico tico pre-quirúrgico, falta de centros debi-
sin remisión, de estos un 19% son fármaco damente capacitados y personal entrenado

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9L]PZPVULZKL;LTHZ
para hacer cirugías complejas con estudio si hay crisis diarias.
invasivo, como son los “Centros Avanza- 3) Casos especiales: Epilepsia del lóbulo
dos de Cirugía de la Epilepsia”. temporal, displasia cortical, tumores
con crisis, esclerosis tuberosa, Sturge-
Los centros de epilepsia, según el entre- Weber, hemimegalencefalia, encefalitis
namiento de su personal y los recursos de Rasmussen, hamartoma hipotalámi-
de equipamientos, se dividen en básicos y co, etc…
avanzados (18); los básicos pueden realizar 4) Niños con “Epilepsias catastróficas”:
cirugía de la epilepsia en niños, tales como Existe un grupo de niños con epilepsias
lesionectomías, callosotomías, implanta- muy refractarias desde su inicio, quie-
ción de estimulador de nervio vago y he- nes además cursan con severo daño
misferectomías. Los centros avanzados por neurológico, donde muchas veces la
sus mayores recursos humanos y tecnoló- mala calidad de vida está dada más por
gicos, como el caso de nuestra institución, el déficit neurológico agregado que por
puede realizar además de los procedimien- la frecuencia de crisis. Este es un grupo
tos antes descritos, cirugía invasiva que no muy bien definido en la literatura
implica, implantación de electrodos intra- y cuya denominación de “catastrófica”
cerebrales, cirugía en pacientes sin lesión aun está en discusión, dado que le da
evidente (RM cerebral normal) y cirugías una connotación de irreversibilidad.
en lactantes menores. Muchas veces, por ser epilepsias prima-
riamente generalizadas o multifocales
BASES DE LA CIRUGÍA DE LA EPILEP- independientes, la única alternativa te-
SIA EN NIÑOS rapéutica es una cirugía paliativa, para
mejorar su calidad de vida (18,19).
El cerebro del niño es un cerebro en de-
sarrollo, al año de vida su volumen ya ha CIRUGÍA DE LA EPILEPSIA
alcanzado más del 50% y a los 6 o 7 años
más del 90% del volumen final que tendrá La cirugía de la epilepsia en niños ver-
el encéfalo como adulto. Además en los sus adultos difieren en múltiples aspectos
dos primeros años su produce su mielini- como son: etiologías, tipos de cirugía, mo-
zación. Por lo tanto, cualquier daño que mento de la cirugía (ya analizado previa-
afecte al cerebro en desarrollo, entre más mente) y hallazgos electroencefalográficos
precoz sea, mayor será su secuela posterior pre-operatorios.
(13,19, 20).
Etiología: Un registro realizado por la
Basado en lo anterior la ILAE ha estable- ILAE en cirugía de la epilepsia en niños de
cido que: “Se deben eliminar las crisis tan países desarrollados (22), mostró que las
pronto como sea posible para optimizar el principales etiologías al estudio histopato-
desarrollo cognitivo, mejorar los aspectos lógico fueron: displasias corticales (42,4%),
conductuales y la calidad de vida del pa- tumores (19,1%), atrofia o secuela vascular
ciente” (21). Por lo tanto, la ILAE sugiere, (10%), esclerosis del hipocampo (6.5%). En
que las indicaciones para referir niños a un adultos en cambio, la principal etiología es
centro de cirugía de la Epilepsia son: la esclerosis hipocampal (43.5%), seguida
1) Todo niño con Persistencia de crisis ge- de los tumores (30%) en tanto que las dis-
neralizadas o focales, después de usar plasias corticales ocupan el tercer lugar con
dos o tres FAEs o por efectos inacepta- solo un 13% de los casos (23).
bles de los FAEs. Especialmente impor-
tante si hay más de una crisis por día, Las displasias corticales (DC) son la prin-
aunque la RM inicial sea “negativa”. cipal causa de epilepsia refractaria en ni-
2) Niños bajo dos años: Urgente referir ños (22,24), pero en algunas oportunida-
para prevenir retraso del desarrollo y des son muy difíciles de diagnosticar, ya
encefalopatía epiléptica, especialmente que pueden ser alteraciones microscópicas

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9L]PZPVULZKL;LTHZ
invisibles a la Resonancia Magnética (RM) mente generalizada tiene mejor control de
cerebral, aunque esta sea de alta resolución, crisis que el VNS (20).
como ocurre especialmente en los casos de
DC tipo I (Tabla 1) (25-27). A lo anterior Hallazgos en el EEG pre-operatorio: En
debemos agregar que en niños menores adultos se debe buscar una coherencia
de dos años el cerebro en desarrollo va entre el foco eléctrico y la lesión cerebral
variando la cantidad de agua y progresiva- mostrada por la RM, pero en niños esta
mente va produciéndose la mielinización, premisa no es estricta. En niños y adoles-
entonces las imágenes de RM pueden ser centes seleccionados, portadores de gran-
muy variables en los primeros 24 meses, des lesiones unilaterales en la RM, de tipo
pasando a estabilizarse luego de dos años, congénitas o adquiridas precozmente, a
por lo tanto una RM normal antes de los pesar de tener abundantes descargas ge-
dos años no garantiza que lo será a futuro. neralizadas o contralaterales en el EEG,
La sensibilidad de una RM realizada con los resultados en el control de crisis son
protocolo de epilepsia para detectar DC no iguales post-cirugía, que los pacientes con
supera el 66%. El PET (Positron emission lesiones similares y alteración al EEG ipsi-
tomography) con un 80% es el examen de lateral (30). La expresión difusa del EEG
mayor sensibilidad en el estudio de las DC puede deberse a una interacción entre la
(28). Por lo tanto el abordaje diagnóstico lesión de instalación precoz y el cerebro en
de las DC debe ser multimodal (EEG, RM, desarrollo.
PET, etc.).
NUESTRA EXPERIENCIA
Tipos de Cirugía: Las cirugías más fre-
cuentes en niños en países desarrollados Nuestro Centro Avanzado de Epilepsias, en
son las resecciones lobares (48%), seguidas el período de cuatro años (Julio 2008-Junio
de las hemisferectomías e implantación de 2012) ha intervenido a 110 pacientes de ci-
estimulador del nervio Vago (VNS) con un rugía de la epilepsia, de los cuales 48 casos
15,8% cada una. Las callosotomías ocupan (44%) eran niños, entre 3 meses y 15 años.
apenas el sexto lugar, con un 3,1% (22). Sin De ellos 35 casos fueron cirugías curati-
embargo, es posible que en países en vías vas y 14 paliativas, además de tres cirugías
de desarrollo, esta última tenga un mayor diagnósticas, con implantación crónica
porcentaje, considerando su menor costo, de electrodos sub-durales (Tabla Nº2). La
aunque no existen estadísticas al respecto. patología más frecuentemente encontrada
fue la displasia cortical con 18 casos. De los
Tanto la implantación del VNS, como la 35 casos operados con intención curativa,
callosotomía se consideran cirugías pa- veinticinco (71,4%) están libres de crisis,
liativas, cuya meta es bajar la frecuencia con un seguimiento de 9 a 48 meses. De los
e intensidad de crisis, pero no curar de la diez niños implantados con VNS el 77% de
epilepsia (29). Ambas tienen similares in- los padres están satisfechos con la cirugía y
dicaciones, las diferencias en su indicación muestran mejor calidad de vida.
básicamente tienen una explicación en los
costos asociados (US$ 27,000 solo el costo CONCLUSIONES
del equipo de VNS en Chile) y en los ries-
gos quirúrgicos asociados. Los seguros de La neurobiología y la plasticidad del cere-
salud en países desarrollados suelen pagar bro en desarrollo guían la decisión clínica
el valor de un VNS, pero estos tienen un para la cirugía de la Epilepsia en niños. El
menor costo que en Chile. El VNS tiene propósito es detener las crisis precozmente
como gran ventaja además, que su im- para prevenir mayores daños cognitivos.
plantación no tiene riesgo de mortalidad o
secuelas neurológicas, como si lo tiene la Los niños con crisis refractarias están en
callosotomía, sin embargo la callosotomía riesgo de retraso del desarrollo y muerte
para algunos tipos de epilepsia primaria- prematura. Si las crisis no son controladas

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9L]PZPVULZKL;LTHZ
por FAEs, el médico y los padres deben sa- 3. Hauser WA. Incidence and prevalence.
ber el porqué, realizar todos los estudios En: Engel J Jr, Pedley TA (Eds.), pag:
para determinar la etiología de la epilepsia 47-57. Epilepsy: A comprehensive
y eventualmente realizar una cirugía. textbook. Philadelphia, Lippincott Wi-
lliams & Wilkins, 1999.
Los hallazgos clínicos de casos operados 4. Placencia M. Incidencia, prevalencia
y las etiologías son diferentes en las series y magnitud global de las epilepsias en
pediátricas comparadas a los adultos. América Latina y el Caribe. In: Epi-
lepsias: Diagnóstico y Tratamiento.
La Organización Panamericana de Salud Campos MG y Kanner AM (Ed.), pag:
(OPS) lanzó el 2011 una estrategía y plan 49-68. Mediterráneo. Santiago, Buenos
de acción sobre las Epilepsias en la región, Aires, Montevideo, 2004
cuyo objetivo es mejorar el diagnóstico y 5. Campos MG, Wiebe S. Epilepsy Sur-
tratamiento de las personas con epilepsia gery: Access, cost and quality of life.
en las Américas (31). Chile tiene un com- In: Hans Lüders (Ed.). Textbook of
promiso adquirido con las autoridades Epilepsy Surgery. Informa, UK. pag:
mundiales, para mejorar la calidad de vida 223-229, 2008.
de las personas con epilepsias, especial- 6. Berg AT, Shinnar S, Testa FM, et al.
mente a los más necesitados, como son los Early development of intractable epi-
niños. lepsy in children: a prospective study.
Neurology 2001;56(11):1445-52.
En Chile existen centros básicos y avanza- 7. Berg AT. Epidemiology of intractable
dos de epilepsia, donde se pueden realizar generalized epilepsies. In: Hans Lüders
todos los procedimientos de cirugía de la (Ed.). Textbook of Epilepsy Surgery.
epilepsia en niños. El gran desafio está en Informa, UK. pag: 207-214, 2008.
poder ofrecer esta gran herramienta te- 8. Kwan P, Brodie MJ. Early identifica-
rapéutica a toda la población, por su alto tion of refractory epilepsy. N Engl J
impacto en la calidad de vida de los pacien- Med 2000;342:314-9.
tes y sus familias. Por otra parte es costo 9. Brodie MJ, Barry SJ, Bamagaus
benéfico para el estado, ya que logra rein- GA, Norrie JD, Kwan P. Patterns of
corporar a niños a una vida normal e inde- treatment response in newly diagno-
pendiente en la gran mayoría de los casos, sed epilepsy. Neurology 2012;78:1548-
con lo cual se ahorran grandes cantidades 54.
de recursos. El desafío está planteado y de- 10. Kwan P, Arzimanoglou A, Berg A, et
pende en gran medida de las autoridades al. Definition of drug resistant epilep-
solucionar el problema a miles de niños en sy: Consensus proposal by the ad hoc
Chile portadores de epilepsias refractarias Task Force of the ILAE Commission
y susceptibles de tener un tratamiento qui- on Therapeutic Strategies. Epilepsia
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REVISIONES DE TEMAS

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DSM-V
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Marcela Abufhele MD1,2, Syed SA. Naqvi MD3

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JSxUPJVZ`SVZPU]LZ[PNHKVYLZLUSH‚S[PTHKtJHKH,Z[\KPVZLWPKLTPVS}NPJVZZ\NPLYLUX\LSH
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SLZJLUJPH(‚UTmZLZ\UZxU[VTH[YHUZ]LYZHSX\LLZ[mWYLZLU[LLUSVZJYP[LYPVZKPHNU}Z[P-
JVZKL\UNYHUU‚TLYVKL[YHZ[VYUVZWZPX\Pm[YPJVZLULZ[LNY\WVL[mYLV:PULTIHYNVSHPU-
]LZ[PNHJP}UJPLU[xÄJHZVIYLSHPYYP[HIPSPKHKYLJPtUOHJVTLUaHKVHKLZHYYVSSHYZLLULZWLJPHS
KLIPKVHSKLIH[LZVIYLLS[YHZ[VYUVIPWVSHYLUUP|VZ`HKVSLZJLU[LZ`SHWVZPJP}UX\LKLIL
VJ\WHY SH PYYP[HIPSPKHK LU LS YLJPLU[LTLU[L HWYVIHKV ` WVStTPJV +:4= ,U LZ[H YL]PZP}U
L_HTPUHTVZSHL]PKLUJPHKPZWVUPISLZVIYLSHPYYP[HIPSPKHK`Z\ZYLSHJPVULZWZPJVWH[VS}NPJHZ
L]VS\[P]HZ JVU SH KLWYLZP}U \UPWVSHY ` [YHZ[VYUVZ KL HUZPLKHK NLULYHSPaHKH (ZPTPZTV ZL
WYLZLU[HULSHUmSPZPZ`SHKPZJ\ZP}U[tJUPJHKL[YmZKLSZxUKYVTLKLKLZYLN\SHJP}ULTVJPVUHS
ZL]LYHsevere mood dysregulation:4+`SHQ\Z[PÄJHJP}UKLSHU\L]HJH[LNVYxHPUJVYWVYHKH
LU LS +:4= ;YHZ[VYUV KLZYLN\SHJP}U KLS mUPTV KPZY\W[P]V disruptive mood dysregulation
disorder+4++
Palabras claves: 0YYP[HIPSPKHKLUUP|VZ`HKVSLZJLU[LZ+:4=[YHZ[VYUVIPWVSHYZxUKYVTLKL
KLZYYLN\SHJP}ULTVJPVUHSZL]LYH:4+UVZVSVNxH

Abstract. 0YYP[HIPSP[`OHZYLJLU[S`ILJVTLHTHQVYMVJ\ZVMPU[LYLZ[MVYJSPUPJPHUZHUKYLZLHY-
JOLYZ,WPKLTPVSVNPJZ[\KPLZZ\NNLZ[[OH[PYYP[HIPSP[`PZHJVTTVUJOPLMJVTWSHPU[PUJOPSKYLU
HUKHKVSLZJLU[ZHUKPZWYLZLU[PU[OLJYP[LYPHVMHNYLH[U\TILYVMWZ`JOPH[YPJKPZVYKLYZPU[OPZ
HNLNYV\W/V^L]LYYLZLHYJOVUPYYP[HIPSP[`OHZVUS`YLJLU[S`Z[HY[LKLTLYNPUNTHPUS`ILJH\-
ZLVM[OLYLJLU[KLIH[LHIV\[IPWVSHYKPZVYKLYPUJOPSKYLUHUKHKVSLZJLU[ZHUKP[ZWVZP[PVUPU
[OLYLJLU[S`HWWYV]LKHUKJVU[YV]LYZPHS+:4=/LYL^LYL]PL^[OLÄUKPUNZVUPYYP[HIPSP[`
HUKP[ZKPMMLYLU[PHSS`Z[YVUNYLSH[PVUZOPW[V\UPWVSHYKLWYLZZPVUHUKNLULYHSPaLKHU_PL[`KPZVY-
KLYZJVTWHYLK[VKPZY\W[P]LILOH]PVYZHUKIPWVSHYKPZVYKLY(SZV^LWYLZLU[HUKKPZJ\ZZKP-
MMLYLU[]PL^ZVU[OLÄUKPUNZMYVTYLZLHYJOPU[VZL]LYLTVVKK`ZYLN\SH[PVUHUK[OLWH[O^H`
[V[OLWYVWVZLK+:4=JH[LNVY`VMKPZY\W[P]LTVVKK`ZYLN\SH[PVUKPZVYKLY+4++
Keywords. 0YYP[HIPSP[`PUJOPSKYLUHUKHKVSLZJLU[+:4=IPWVSHYKPZVYKLYZL]LYLTVVKK`Z-
YLN\SH[PVU:4+UVZVSVN`
INTRODUCCIÓN bilidad (enojo fácil) y susceptibilidad a re-
accionar negativamente frente a estímulos.
La irritabilidad es uno de los estados de La emoción que la caracteriza es la rabia,
ánimo más comúnmente experimentados cuya manifestación conductual más reco-
y reconocidos por los seres humanos. En nocida en los niños son los arrebatos de ira
general, hace referencia a una hipersensi- o pataletas (Stringaris, 2011). Cabe señalar

*OPSKHUK(KVSLZJLU[7Z`JOPH[YPZ[9LZLHYJO-LSSV^+LWHY[TLU[VM7Z`JOPH[Y` )LOH]PVYHS5L\YVZJPLUJLZ*L-
KHYZ:PUHP4LKPJHS*LU[LYHUK<*3(:LTLS0UZ[P[\[LMVY5L\YVZJPLUJLHUK/\THU)LOH]PVY
*VYYLZWVUKLUJPH!+YH4HYJLSH(I\MOLSL,THPS!THYJLHI\MOLSL'NTHPSJVT
*OPSKHUK(KVSLZJLU[7Z`JOPH[YPZ[+PYLJ[VY7LKPH[YPJ7Z`JOVWOHYTHJVSVN`*SPUPJ+LWHY[TLU[VM7Z`JOPH[Y` 
)LOH]PVYHS5L\YVZJPLUJLZ*LKHYZ:PUHP4LKPJHS*LU[LY

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aquí que si bien aún no existen definicio- de ánimo episódicos y no-episódicos y, en
nes claras para cuando la irritabilidad se general, del estado de ánimo “irritable” (su
convierte en un síntoma o patología, el variabilidad temporal y severidad), se hace
contexto de la presente revisión examina crucial para el diagnóstico y tratamiento.
aquella irritabilidad (crónica o episódica)
que, por su intensidad, constituye un mo- Relación Irritabilidad y Psicopatología
tivo de consulta y genera una disrupción
del funcionamiento en quien lo padece y La pregunta planteada por Stringaris
su entorno cercano. (2011) es un buen punto de partida para el
análisis: ¿es la “irritabilidad” un equivalen-
Desde el punto de vista nosológico, existen te a la fiebre (realizando una analogía con
múltiples razones por las cuales es impor- la medicina interna), es decir, una mani-
tante investigar y profundizar psicopato- festación presente en una variada gama de
lógicamente en el tema de la irritabilidad condiciones patológicas, en vez de consti-
en niños; una de estas razones dice rela- tuir un síntoma específico? ¿Tiene la irrita-
ción con la alta prevalencia (desde 3.3% al bilidad asociaciones específicas?
20% dependiendo del estudio) (Brotman,
y otros, 2006) y morbilidad asociada a la Asociación con trastornos del ánimo
irritabilidad (Pickles, Aglan, Collishaw, Si aceptamos la definición de irritabilidad
Messer, Rutter, & Maughan, 2009). Como como un estado de ánimo caracterizado
síntoma, está presente en los criterios diag- por la ira y el enojo fácil, es posible hipo-
nósticos de un gran número de trastornos tetizar que estará distintivamente relacio-
psiquiátricos, incluso traspasando la clási- nado con otros trastornos del ánimo. Esta
ca división entre los trastornos internali- predicción ha probado ser correcta, al me-
zantes y externalizantes. La presencia tan nos bajo ciertas condiciones.
amplia y diversa del síntoma irritabilidad
puede constituir un problema clínico al so- En respuesta a la controversia sobre el TBP,
breestimar las tasas de comorbilidad entre Leibenluft y cols. han mostrado evidencia
trastornos (comorbilidad artificial), al mis- contundente sobre la necesidad de distin-
mo tiempo, se convierte en un factor con- guir entre irritabilidad crónica y episódica
fundente para la rigurosidad de las clasifi- (Leibenluft, Cohen, Gorrindo, Brook, &
caciones diagnósticas categoriales actuales, Pine, 2006). La categoría de SMD (severe
amenazando, el sentido propio de existen- mood dysregulation) fue generada, defi-
cia de dichas clasificaciones. Desde otra nida y probada de modo de representar la
perspectiva, la irritabilidad podría consti- irritabilidad crónica y así distinguirla de
tuir un ejemplo de una dimensión aními- las características “episódicas” distintivas
ca que cruza a través de la psicopatología. propias de la manía (Leibenluft, Charney,
Esta hipótesis dimensional se encuentra Towbin, Bhangoo, & Pine, 2003).
aún en investigación y tiene evidentes im-
plicancias clínicas (Stringaris, 2011). Un estudio de seguimiento en población
general sugirió que este síndrome de irrita-
Sin embargo, la razón de mayor relevancia bilidad crónica (SMD) es predictor signifi-
que motiva la creciente investigación en cativo de trastornos depresivos (pero no de
irritabilidad la constituye el debate sobre trastorno bipolar) a 7 años de seguimien-
el trastorno bipolar pediátrico (TBP). El to en jóvenes de 9 a 19 (Brotman, y otros,
diagnóstico de TBP ha tenido un aumento 2006).
de un 500% en la última década (Blader
& Carlson, 2007)(Moreno, Laje, Blanco, La aseveración que niños con irritabilidad
Jiang, Schmidt, & Olfson, 2007), lo que no episódica puede ser una manifestación
genera importantes dudas y controversia de TBP ha sido probada en múltiples estu-
en el ambiente científico. En este contex- dios (Leibenluft, Charney, Towbin, Bhan-
to, el estudio de la distinción entre estados goo, & Pine, 2003) (Brotman, y otros, 2006)

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(Brotman, y otros, 2007) (Rich, Schmajuk, irritabilidad, predijeron TDAH y proble-
Perez-Edgar, Fox, Pine, & Leibenluft, 2007) mas de conducta (Stringaris, Cohen, Pine,
(Carlson, Potegal, Margulies, Gutkovich, & Leibenluft, 2009).
& Basile, 2009). En conjunto, la evidencia
hasta ahora disponible sugiere que es poco Otras asociaciones psicopatológicas
probable que la irritabilidad crónica, sea la En un estudio de seguimiento a 30 años,
manifestación clínica predominante o es- Pickles y cols (2009) demostraron que la
pecifica del TBP. irritabilidad es un predictor significativo
de suicidalidad en adultez. Sin embargo, es
Asociación con Trastorno Oposicionista- importante considerar que, en este estudio,
Desafiante (TOD) depresión y otra psicopatología no fueron
Stringaris y Goodman proponen tres di- evaluadas en relación a la irritabilidad.
mensiones o cualidades distintas dentro
del concepto amplio “oposicionista”: (1) En otro estudio poblacional (Stringaris,
irritabilidad, (2) testarudez (del inglés, Cohen, Pine, & Leibenluft, 2009), la irrita-
“headstrong”) e (3) hiriente/ofensivo (del bilidad evaluada por los padres a la edad
inglés, “hurtful”). Cada una de estas di- promedio de 13.8 años fue un predictor de
mensiones predice distinto tipo de psico- bajos ingresos y deficiente nivel educacio-
patología futura (Stringaris & Goodman, nal en la adultez. En este estudio se destaca
2009), tal como muestra la siguiente tabla: que esta asociación estuvo mediada sólo
parcialmente por la presencia de depre-
Dimensiones Psicopatología asociada sión, distimia y trastorno de ansiedad ge-
neralizada (al momento de los resultados).
Irritabilidad Depresión
Trastorno de ansiedad ge- Irritabilidad en el DSM V
neralizada (TAG)
Es evidente que hay mucho que aún des-
Testarudo Déficit atencional con hipe- conocemos sobre la psicopatología de la
ractividad irritabilidad y que un intento precoz de
Trastorno de conducta-no ubicarla en una taxonomía puede conducir
agresivo a su clasificación indebida. Sin embargo,
varios de los nuevos descubrimientos en
Hiriente/Ofensivo Trastorno de conducta- esta área nos proporcionan una primera
agresivo aproximación sobre cómo hacer frente a la
Agresividad fría/rasgos in- irritabilidad en futuras clasificaciones.
sensibilidad (del inglés, “ca-
llous/unemotional”) Antes de abordar el tema de la nueva cate-
goría, es importante recordar que la nueva
Las asociaciones mencionadas para las tres edición del DSM se ha planteado dos ob-
dimensiones han sido demostradas tanto jetivos, que cobran particular relevancia
en estudios poblacionales longitudinales para el análisis de la irritabilidad (Pine,
como transversales (Stringaris & Good- Alegria, Cook, Costello, Dahl, & al, 2002):
man, 2009). En estos estudios, la expresión (1) la clasificación está orientada a tener
de la irritabilidad se organizó sobre la base una especial consideración con el contex-
de tres síntomas: pataletas, hipersensibi- to del desarrollo, de modo de corregir los
lidad/enojo fácil e iracundo/resentido. La irreales discontinuos entre trastornos de
irritabilidad, y no las otras dos dimensio- la infancia y la adultez. La irritabilidad es
nes de oposicionismo, resultó ser un pre- un excelente ejemplo de cómo, si bien está
dictor específico de depresión, distimia y claramente relacionada en la infancia con
TAG (y no de fobias, trastornos del eje II los trastornos disruptivos, su continuidad
o trastorno bipolar). Por otro lado, la con- psicopatológica en la adultez está más re-
ducta testaruda e hiriente/ofensiva, y no la lacionada con depresión y TAG que con

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trastornos de conducta (2). El DSM-V fuertemente apoyadas por evidencia cien-
debe tener un énfasis marcado en el enfo- tífica contundente.
que dimensional, de nuevo, la irritabilidad
constituye un claro ejemplo, si considera- Con el fin de incorporar la mirada del de-
mos que cuenta con las propiedades psi- sarrollo en el diagnóstico de trastorno bi-
copatológicas de una dimensión: traspasa polar en el DSM-V, los grupos de traba-
varios diagnósticos psiquiátricos y puede jo de: Trastornos de la Infancia (DSM-V
ser medible como un continuo (Stringaris Childhood Disorders Work Group) y el
A. , 2011). de Trastornos del ánimo (DSM-V Mood
Disorders Work Group) trabajaron inte-
Justificación para la introducción de una gradamente, buscando obtener respuesta
nueva categoría diagnóstica en la sección a tres importantes interrogantes: (1) cómo
de Trastornos del Animo del DSM V (Tas- investigadores y clínicos deben operacio-
kforce DV, 2010) nalizar la periodicidad en el contexto de los
Uno de los cambios más dramáticos en el episodios maníacos o hipomaníacos; (2) la
área de la psiquiatría infantil en la última cuestión de si la irritabilidad no episódica
década ha sido el aumento considerable severa constituye una presentación evolu-
en la cantidad de niños diagnosticados tiva de la manía; y (3) el status nosológico
con trastorno bipolar (TB) (Moreno, Laje, de aquellos episodios hipomaníacos de du-
Blanco, Jiang, Schmidt, & Olfson, 2007) ración menor a cuatro días.
(Blader & Carlson, 2007). Se ha desarrolla-
do una escuela de pensamiento entre algu- Para abordar el segundo punto, los grupos
nos investigadores y clínicos que plantean de trabajo analizaron las investigaciones
que la irritabilidad no episódica severa se- llevadas a cabo durante los últimos 8 años,
ría una característica del trastorno bipolar especialmente aquellas que han compara-
pediátrico (TBP) (Biederman, Faraone, do niños y adolescentes con irritabilidad
Wozniak, Mick, Kwon, & Aleardi, 2004) crónica severa con aquellos que presentan
(Mick, Spencer, Wozniak, & Biederman, episodios clásicos del trastorno bipolar, tal
2005). La hipótesis es que la manía no se como los define el DSM-IV. Dentro de és-
manifiesta en la infancia de manera episó- tos, los estudios longitudinales cobraron
dica como describe el DSM-IV, sino como especial importancia.
una irritabilidad crónica y severa.
El camino hacia la nueva categoría diag-
Hasta la fecha todo lo que sabemos acerca nóstica: de SMD a DMDD
de la irritabilidad no episódica severa es Los estudios demuestran que el “clásico”
que constituye una manifestación bastante fenotipo adulto de TB (DSM-IV) se mani-
común en los niños, que estos niños están fiesta claramente en niños prepuberales así
severamente impedidos en su funcionali- como en adolescentes, aunque puede ser
dad y que no encaja bien en ninguna ca- menos frecuente a menor edad. Las inves-
tegoría diagnóstica existente hasta la fecha tigaciones de mayor peso para el análisis
en el DSM. fueron aquellas que comparaban fenotipos
alternativos de TB con el clásico a través de
Por lo anterior, parece importante ubicar distintos marcadores. Para estos fines fue
a este “síndrome” apropiadamente en el definido por un grupo de investigadores
DSM, ya sea en el trastorno bipolar pe- y académicos el síndrome llamado “Des-
diátrico (si corresponde) o en alguna otra regulación emocional severa” (SMD, del
categoría. Si consideramos el objetivo del inglés “severe mood dysregulation”) (Leib-
nuevo manual DSM de mantener la conti- enluft, Charney, Towbin, Bhangoo, & Pine,
nuidad entre las convenciones de los adul- 2003), el cual se caracteriza por:
tos y del niño tanto como sea posible, es - Irritabilidad no episódica, severa
necesario que las modificaciones a la no- - Pataletas o arranques de ira
sología en el período del desarrollo estén - Síntomas de hiperexcitación (aquellos

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del TDAH que coinciden con los crite- sistently negative (irritable, angry, and/
rios B para la manía) or sad) nearly every day
D Criteria A-C have been present for at
Para una completa descripción de cri- least 12 months and symptoms have
terios de inclusión y exclusión para este been absent for less than 3 months at a
diagnóstico ver anexo 1. Los resultados de time
las investigaciones utilizando los criterios E Symptoms in at least two settings (at
diagnósticos de SMD aportan la mayor home, at school, or with peers) and
evidencia empírica y constituyen el sopor- must be severe at least in one setting.
te para la inclusión de la nueva categoría F Aged 6 years or older
diagnóstica. Sin embargo, los grupos de G Onset before 10 years of age
trabajo del DSM-V, realizaron ligeros cam- H & I Does not meet criteria for another
bios en la categoría diagnóstica a la hora mental disorder (e.g., bipolar, major
de incluirla como nueva categoría en el depression, psychosis) but it can coe-
manual. Primero definieron Temper Dys- xist with oppositional defiant disorder,
regulation Disorder with Dysphoria (TDD), ADHD, conduct disorder or substance
muy similar a SMD pero más descriptivo y use disorder.
específico en su nombre. TDD carece de la
denotación de severidad, y fueron elimina- As at November 6th 2011 (Source: APA)
dos los criterios de hiperexcitación, per-
mitiendo aplicar el diagnóstico adicional La mayor parte de la investigación expues-
de TDAH (ver Anexo 2). ta en la presente revisión fue realizada uti-
lizando los criterios SMD (ver anexo 1), sin
Finalmente, el diagnóstico que quedó in- embargo, el grupo de trabajo del DSM-V
cluido en la versión que fue enviada y apro- estipuló que estos resultados son inclusivos
bada por la junta directiva de la Asociación y extrapolables a las otras dos categorías
Americana de Psiquiatría el pasado Di- diagnósticas (TDD-DMDD). De la misma
ciembre es la categoría llamada: Disruptive manera en el texto a continuación serán
Mood Dysregulation Disorder (DMDD), el considerados diagnósticos psicopatológi-
cual sólo presenta cambios menores y es camente similares.
psicopatológicamente equivalente al TDD.
Evidencia de la investigación: SMD vs
Tabla 2 TBP
Summary of diagnostic criteria for dis- Las conclusiones de la revisión demuestran
ruptive mood dysregulation disorder que niños y adolescentes con SMD difie-
proposed for DSM-5. ren de aquellos con TB “clásico” DSM-IV
en múltiples marcadores y variables, ta-
A Severe recurrent temper outbursts in les como los factores sociodemográficos
response to common stressors, which y distribución por sexo; los antecedentes
are: familiares; posible fisiopatología; severidad
t .BOJGFTU WFSCBMMZ PS CFIBWJPSBMMZ  e impacto; y finalmente, en la evolución y
such as in the form of verbal rages, or pronóstico.
physical aggression towards people
or property. En cuanto a los factores sociodemográfi-
t(SPTTMZPVUPGQSPQPSUJPOJOJOUFOTJUZ cos, mientras los estudios en el TB adulto
or duration to the situation or provo- y pediátrico muestran una distribución de
cation. género equitativa entre hombres y muje-
t*ODPOTJTUFOUXJUIUIFDIJMETEFWFMPQ- res, los pacientes diagnosticados con SMD
mental level. muestran clara predominancia masculina
B Temper outbursts occur, on average, (Brotman, y otros, 2006). Asimismo, los
three or more times per week. escasos estudios comparativos disponibles
C Mood between temper outbursts is per- de agregación (y/o co-agregación) familiar

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sugieren que los padres de niños y adoles- la adultez? De ser así, habría un argumen-
centes con TB tienen significativamente to poderoso para cambiar los criterios del
más propensión a tener TB que los padres DSM-IV de manía de forma de incluir la
de los jóvenes con SMD (Brotman, y otros, irritabilidad no episódica en períodos del
2007). desarrollo.

La investigación preliminar sobre los bio- Por otro lado, si los niños y adolescentes
marcadores y neurofisiología de SMD y con SMD (o irritabilidad crónica) no de-
TB indica fuertemente que, si bien ambos sarrollan TBP en la edad adulta, entonces
cuadros comparten ciertos déficits funcio- esos jóvenes no debe ser diagnosticados
nales, existirían diferencias en los circuitos con TBP y debieran ubicarse en otra cate-
neurales que median dichos déficits (Brot- goría diagnóstica.
man, y otros, 2010) (Dickstein, y otros,
2007) (Guyer, y otros, 2007) (Rich, Gri- Tres estudios longitudinales evalúan espe-
mley, Schmajuk, Blair, Blair, & Leibenluft, cíficamente este asunto: dos grandes estu-
2008). dios longitudinales poblacionales (Brot-
man, y otros, 2006) (Leibenluft, Cohen,
En los resultados en cuanto a severidad e Gorrindo, Brook, & Pine, 2006) y uno rea-
impacto, destaca que los niños y adoles- lizado en muestra clínica reclutada por el
centes con SMD están tan severamente NIMH (Stringaris, y otros, 2010). Las con-
afectados en su funcionamiento como clusiones del primer estudio proporcionan
aquellos con TBP. Como ejemplo, en el es- evidencia que SMD predice el desarrollo
tudio del NIMH-IRP (Stringaris, y otros, de trastornos depresivos unipolares, no de
2010) que reclutó 111 TB (media edad: TBP, en la edad adulta temprana. Asimis-
12.9) y 118 SMD (media edad: 11.6) mos- mo, la segunda data indica que la presencia
tró puntajes similares (51.1 para TB vs irritabilidad crónica a la edad de 13,8 años
47.4 para SMD) en la escala de evaluación predijo mayor riesgo de depresión mayor,
global (Children´s Global Assesment Sca- trastorno de ansiedad generalizada y disti-
le). Asimismo, criterios de severidad, tales mia a la edad de 33,2 años.
como el número de medicación recibida y
tasas de hospitalización psiquiátrica fueron La muestra de población clínica sugiere
similares entre ambos diagnósticos (Strin- que niños con SMD no desarrollan episo-
garis, Cohen, Pine, & Leibenluft, 2009). dios maníacos con el tiempo. En cambio en
jóvenes con presentación clásica de TBP,
En EEUU, es altamente probable que mu- la frecuencia de (hipo) manía o episodios
chos clínicos asignen el diagnóstico de mixtos fue 50 veces mayor que en aquellos
TBP a niños con SMD en parte debido a con SMD.
que eso justifica el acceso a mejores recur-
sos de atención de salud. En síntesis, los datos preliminares disponi-
bles sugieren que niños con SMD no ma-
Por último, la evidencia más contunden- nifiestan episodios maníacos en el segui-
te para definir la ubicación del SMD en el miento longitudinal.
nuevo manual DSM-V, proviene de los es-
tudios longitudinales de seguimiento hacia Evidencia de la investigación: SMD y
la adultez. Para probar la hipótesis de si el TOD (Trastorno oposicionista desafiante)
SMD constituye un fenotipo alternativo de o TDAH
TBP que difiere en los patrones de mani- En términos del DSM-IV, aproximadamen-
festación clásicos de TBP debiéramos es- te el 85% de los jóvenes con SMD cumplen
perar que tenga continuidad longitudinal también criterios de TDAH y TOD. Sin
con el fenotipo de TBP clásico. Es decir, la embargo, ninguno de estos diagnósticos
pregunta a responder sería: ¿la irritabilidad es capaz de dar cuenta del significativo
crónica de la infancia evoluciona a TBP en deterioro en la evolución de aquellos con

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SMD y tampoco de la severa sintomatolo- Adicionalmente, la diferenciación de SMD
gía anímica que padecen (Taskforce DV, pacientes de aquellos con TBP tiene signi-
2010). ficativas implicancias en cuanto al trata-
miento farmacológico (Antidepresivos y
Un subgrupo de la comisión de trabajo de estimulantes, se consideran muchas veces
TDAH y Trastornos de la Conducta Dis- contraindicados en niños con TBP).
ruptiva DSM-V elaboraron una propuesta
para asignar un especificador para el diag- Finalmente, tener un diagnóstico separado
nóstico de TOD que podría diferenciar el facilitará el fomento de futuras investiga-
fenotipo SMD / TDD del resto de TOD. Sin ciones en esta área.
embargo, fue finalmente descartado por los
grupos de trabajo argumentando dos razo- Síntesis y Discusión
nes principales: (1) es poco probable que
los clínicos utilizaran un especificador del La irritabilidad severa en niños y adoles-
TOD para diagnosticar jóvenes con SMD/ centes es un síntoma anímico de alta pre-
TDD, ya que TOD no es un trastorno del valencia que ha recibido escasa atención y
estado de ánimo (y el SMD sí lo sería) y (2) relativamente poca investigación. Podría
los pacientes asignados a la categoría TOD plantearse que esta falta de atención ha
no tendrían acceso a niveles de atención y contribuido en forma importante a la ac-
recursos/servicios de la intensidad que re- tual controversia sobre cómo diagnosticar
quiere el grupo con SMD / TDD (Taskfor- y tratar a aquellos niños que presentan irri-
ce DV, 2010). tabilidad severa como motivo de consulta.

¿Por qué un diagnóstico separado en el La propuesta de DMDD como nuevo diag-


DSM-V? nóstico es coherente con las directrices del
Claramente puede ser discutido el hecho de Grupo de Trabajo del DSM-V, que plantea
que es prematuro sugerir la incorporación “un nuevo diagnóstico podría justificarse
de este nuevo diagnóstico en el nuevo ma- como medio para focalizar la atención en la
nual DSM, considerando que los estudios necesidad de generar tratamientos efectivos
han sido realizados predominantemente biopsicosociales para un importante síndro-
por solo un grupo de investigadores en un me clínico, que hasta ahora ha sido descui-
contexto específico. Además, aún existen dado” (Taskforce DV, 2010).
múltiples preguntas sin responder sobre el
tema. Sin embargo, y habiendo considera- La evidencia apoya la teoría de que los jó-
do otras alternativas para la inclusión de venes con irritabilidad no episódica están
estos pacientes, los dos grupos de trabajo en mayor riesgo de trastorno depresivo
consideraron que esta inclusión en la cate- unipolar y trastornos ansiosos en la edad
goría de los trastornos del ánimo, tiene la adulta, no de trastorno bipolar. Por lo que
suficiente evidencia empírica y beneficios niños y adolescentes con DMDD debieran
para pacientes afectados que justifican su tener un “lugar” en el DSM-V y ese lugar
incorporación. no debe ser la categoría del TBP.

Primero, la alta prevalencia en la población Por otro lado, el hecho que el fenotipo
del fenotipo SMD/TDD: 3,2% cumplía cri- SMD/DMDD no sea una forma de TBP
terios de SMD en 1420 niños y adolescen- sino algún tipo de síndrome en un conti-
tes (Brotman, y otros, 2006). nuo fisiopatológico con los trastornos de
ansiedad, depresión unipolar y TDAH,
Segundo, la severidad de su sintomatología tiene profundas implicancias en el trata-
amerita que esta psicopatología cuente con miento.
una “ubicación” en el DSM, de modo que
los clínicos puedan proporcionar el nivel El daño potencial de no añadir la irrita-
de atención de salud requerido. bilidad crónica como categoría, es que el

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diagnóstico de TBP continuará siendo cipalmente de un solo grupo de investi-
asignado a un número sustancial de jóve- gación. Aunque el excelente estudio del
nes que, en la realidad, no cumplen los NIMH demuestra que un subconjunto de
criterios de la enfermedad. Por último, el jóvenes con irritabilidad crónica, severa
grupo de trabajo del DSM-V plantea que no tiene trastorno bipolar, esto no es su-
“no proporcionar a los clínicos una catego- ficiente para justificar la inclusión de una
ría más apropiada para ubicar a estos niños nueva categoría diagnóstica. Incluso más,
tiene el riesgo de no abordar el problema para muchos autores es poco probable que
central y evitar (o retrasar) el fomento de el DMDD sea categorialmente distinto del
mayor investigación sobre el tratamiento TOD (Copeland, Shanahan, & Costello,
de estos jóvenes severamente afectados en 2009).
su funcionalidad y desarrollo” (Taskforce
DV, 2010). Además, la eliminación de los criterios de
hiperexcitación del SMD complica aún
Las razones de la controversia más la aplicación clínica de la evidencia
publicada en dicho síndrome.
Muchos autores, clínicos y profesionales
del área de salud mental infanto-juvenil La irritabilidad y pataletas son algunas de
han manifestado su oposición a la inclu- las quejas más comunes en la consulta psi-
sión de esta categoría como un nuevo diag- quiátrica infanto-adolescente, por lo que
nóstico oficial en el DSM-V. El grupo de DMDD podría llegar a ser el diagnóstico
Axelson, y otros (2011) han planteado sus predeterminado “por defecto” para la gran
aprensiones con la nueva categoría desde mayoría de los niños que presentan este
mucho antes de la aprobación por la Aso- síntoma. Será la responsabilidad del médi-
ciación Americana de Psiquiatría (APA) de co determinar la presencia de los criterios
la nueva versión DSM-V. Para este grupo, de exclusión.
la nueva categoría diagnóstica cuenta con
insuficiente apoyo científico, y su inclusión Las implicancias en el tratamiento del nue-
tendría un impacto adverso en la atención vo diagnóstico aún son inciertas, pudiendo
clínica de pacientes, investigación y per- la aplicación clínica de DMDD dar lugar
cepción del público general acerca de la a desajustes entre pacientes individuales y
psiquiatría infantil. En el comentario pu- los tratamientos basados en la evidencia.
blicado en septiembre del 2011 (Axelson, Por último, la percepción del público acer-
y otros, 2011), se menciona “Hay mejores ca de la psiquiatría infantil tenderá a visua-
formas de abordar las dificultades de diag- lizar a los psiquiatras como patologizando
nóstico asociados con el trastorno bipolar el comportamiento normal y conviertien-
en la infancia que la creación de un nuevo do problemas de conducta y fallas caracte-
diagnóstico, sin fundamento”. rológicas en trastornos médicos (Axelson,
y otros, 2011).
El diagnóstico de DMDD se basa en dos
criterios principales: pataletas y humor Comentario Final
irritable. Al ser las pataletas una mani-
festación conductual del estado anímico Sin duda, la incorporación de una nueva
irritable, entonces el nuevo diagnóstico se categoría diagnóstica como DMDD tiene
basa exclusivamente en la presencia de un como objetivo capturar un fenómeno clí-
único síntoma, el cual, es también un cri- nico relevante: aquellos niños con patale-
terio diagnóstico de una amplia gama de tas severas y frecuentes que ocurren en un
trastornos psiquiátricos en niños y adoles- contexto de humor irritable crónico. De
centes. alguna manera esta categoría cumple con
el objetivo de evitar el sobrediagnóstico de
La evidencia científica para el diagnóstico trastorno bipolar de los últimos años. Si
de DMDD es limitado y proviene prin- bien, DMDD no ha sido sistemáticamente

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estudiado, los hallazgos de las investigacio- mild symptoms (distractibility, intrusi-
nes sobre SMD pueden ser razonablemen- veness) in a second setting.
te extrapolados.
Exclusion criteria:
Es claro que esta nueva categoría no está 1. The individual exhibits any of these
exenta de problemas y aún hay muchas in- cardinal bipolar symptoms:
terrogantes por resolver en cuanto al fenó- - Elevated or expansive mood
meno de la irritabilidad y sus asociaciones - Grandiosity or inflated self-esteem
psicopatológicas. Lo mismo ocurre con las - Episodically decreased need for sleep
implicancias clínicas y sociales que el nue- 2. The symptoms occur in distinct perio-
vo diagnóstico traerá para los pacientes, ds lasting more than 1 day.
sus familias y la comunidad en general. 3. Meets criteria for schizophrenia, schi-
zophreniform disorder, schizoaffective
Anexo 1: illness, PDD, or PTSD
Research diagnostic criteria for severe 4. Meets criteria for substance use disor-
mood dysregulation der in the past three months
(SMD; adapted from Leibenluft et al., 2003) 5. IQ<70
6. The symptoms are due to the direct
Inclusion criteria: physiological effects of a drug of abuse,
1. Aged 7–17, with the onset of symptoms or to a general medical or neurological
before age 12 condition.
2. Abnormal mood (specifically anger or
sadness), present at least half of the day Anexo 2:
most days, and of sufficient severity to Proposed criteria for the DSM-5 category
be noticeable by people in the child’s of temper dysregulation disorder with
environment (e.g. parents, teachers, dysphoria.
peers).
3. Hyperarousal, as defined by at least A. The disorder is characterized by severe
three of the following symptoms: in- recurrent temper outbursts in response
somnia, agitation, distractibility, racing to common stressors
thoughts or flight of ideas, pressured
speech, intrusiveness. 1. The temper outbursts are manifest ver-
4. Compared to his/her peers, the child bally and/or behaviourally, such as in
exhibits markedly increased reactivity the form of verbal rages or physical ag-
to negative emotional stimuli that is gression toward people or property
manifest verbally or behaviorally. For 2. The reaction is grossly out of proportion
example, the child responds to frustra- in intensity or duration to the situation
tion with extended temper tantrums or provocation
(inappropriate for age and/or precipita- 3. The responses are inconsistent with de-
ting event), verbal rages, and/or aggres- velopmental level
sion toward people or property. Such
events occur, on average, at least three B. Frequency: the temper outbursts occur,
times a week. on average, three or more times per
5. The symptoms noted in # 1, 3, and 4 week
above are currently present and have
been present for at least 12 months C. Mood between temper outbursts
without any symptom-free periods ex- 1. Nearly every day, the mood between
ceeding two months. temper outbursts is persistently negati-
6. The symptoms are severe in at least in ve (irritable, angry and/or sad)
one setting (i.e. violent outbursts, as- 2. The negative mood is observable by
saultiveness at home, school, or with others (e.g. parents, teachers, peers)
peers). In addition, there are at least

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D. Duration: Criteria A–C have been pre- to a general medical or neurological con-
sent for at least 12 months. Throughout dition.
that time, the person has never been
without the symptoms of Criteria A–C
for more than 3 months at a time. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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REVISIONES DE TEMAS

,Z[YH[LNPHZKLPU[LY]LUJP}ULULZX\PaVMYLUPHYLZPZ-
[LU[LH[YH[HTPLU[VLUUP|VZ`HKVSLZJLU[LZ
0U[LY]LU[PVU Z[YH[LNPLZ PU [YLH[TLU[YLMYHJ[VY` ZJOPaVWOYLUPH PU
JOPSKYLUHUKHKVSLZJLU[Z
Dra. Paula Zomosa1, Dr. Ricardo García2

Resumen. 3HLZX\PaVMYLUPHKLPUPJPV[LTWYHUV,6:LZHX\LSSHX\LZLPUPJPHHU[LZKLSVZ
H|VZYLSHJPVUmUKVZLJVU\UHTH`VYZL]LYPKHKKLSVZZxU[VTHZ`YLZPZ[LUJPHH[YH[HTPLU[V
3VZLZ[\KPVZZVIYLLZ[YH[LNPHZ[LYHWt\[PJHZLULZX\PaVMYLUPHYLZPZ[LU[LH[YH[HTPLU[V,9;
LUUP|VZ`HKVSLZJLU[LZZVUSPTP[HKVZ`LUT\JOVZJHZVZSHZYLJVTLUKHJPVULZJVYYLZWVU-
KLUH\UHL_[YHWVSHJP}UKLSHZL_PZ[LU[LZLUHK\S[VZZPLUKVULJLZHYPVYL]PZHYX\tL]PKLUJPH
L_PZ[LLZWLJxÄJHTLU[LLU,6:,U[VKVZSVZNY\WVZL[mYLVZLS[YH[HTPLU[VKLLSLJJP}U`
TmZLÄJHaLU,9;LZ*SVaHWPUH:PULTIHYNVZ\\ZVLU,6:Z\LSLZLYSPTP[HKV`JLYJHKL
\U KLSVZHKVSLZJLU[LZUVYLZWVUKLLUMVYTHZH[PZMHJ[VYPHHLZ[LMmYTHJV:PIPLUJVU
\UTLUVYNYHKVKLL]PKLUJPHLUHK\S[VZ`ZPUL]PKLUJPHKPZWVUPISLWHYHUP|VZ`HKVSLZJLU-
[LZV[YHZHS[LYUH[P]HZ[LYHWt\[PJHZW\LKLUZLYJVUZPKLYHKHZLULZ[VZJHZVZ,U[YLtZ[HZZL
PUJS\`LUSHJVTIPUHJP}UJVUV[YVZHU[PWZPJ}[PJVZLZ[YH[LNPHZKLH\TLU[HJP}U\ZVKLHU[P-
KLWYLZP]VZ`LZ[HIPSPaHKVYLZKLSmUPTV`[LYHWPHLSLJ[YVJVU]\SZP]H:LYLX\PLYLKLSKLZHYYVSSV
KLU\L]VZLZ[\KPVZ`LZWLJPHSTLU[LKL[YH[HTPLU[VZTmZZLN\YVZ`LÄJHJLZKLTVKVKL
TLQVYHYLSWYVU}Z[PJV`JHSPKHKKL]PKHKLLZ[VZWHJPLU[LZ
Palabras clave: ,ZX\PaVMYLUPH KL PUPJPV [LTWYHUV LZX\PaVMYLUPH YLZPZ[LU[L H [YH[HTPLU[V
HU[PWZPJ}[PJVZ*SVaHWPUHUP|VZ`HKVSLZJLU[LZ

Abstract. ,HYS`VUZL[ZJOPaVWOYLUPH,6:PZ[OLVUL[OH[ILNPUZILMVYL`LHYZVMHNL0[PZ
YLSH[LK^P[OHNYLH[LYZL]LYP[`VMZ`TW[VTZHUKYLZPZ[HUJL[V[YLH[TLU[:[\KPLZHIV\[PU[LY-
]LU[PVUZ[YH[LNPLZMVY[YLH[TLU[YLZPZ[HU[ZJOPaVWOYLUPH,9;PUJOPSKYLUHUKHKVSLZJLU[ZHYL
SPTP[LKHUKPUTHU`JHZLZ[OLYLJVTTLUKH[PVUZHYLL_[YHWVSH[LKMYVT[OVZLPUHK\S[ZILPUN
ULJLZZHY`[VYL]PL^[OLJ\YYLU[L]PKLUJLZWLJPÄJHSS`PU,6:0UHSSHNLNYV\WZ[OL[YLH[TLU[
VMJOVPJLHUKTVZ[LMMLJ[P]LMVY,9;PZ*SVaHWPUL/V^L]LYP[Z\ZLPZVM[LUSPTP[LKPU,6:
HUKULHY VMHKVSLZJLU[ZKVUV[YLZWVUKZH[PZMHJ[VYPS`[V[OPZKY\N,]LU[OV\NO^P[O
SV^LY SL]LS VM L]PKLUJL PU HK\S[Z HUK UV L]PKLUJL H]HPSHISL MVY JOPSKYLU HUK HKVSLZJLU[Z
HS[LYUH[P]L[OLYHWPLZTH`ILJVUZPKLYLKPU[OLZLJHZLZ;OLZLPUJS\KL[OLJVTIPUH[PVU^P[O
V[OLYHU[PWZ`JOV[PJZH\NTLU[H[PVUZ[YH[LNPLZ\ZLVMHU[PKLWYLZZHU[ZHUKTVVKZ[HIPSPaLYZ
HUK LSLJ[YVJVU]\SZP]L [OLYHW` +L]LSVWTLU[ VM UL^ Z[\KPLZ HUK TVYL LMMLJ[P]L HUK ZHMLY
[YLH[TLU[ZHYLYLX\PYLKPUVYKLY[VPTWYV]LWYVNUVZPZHUKX\HSP[`VMSPMLVM[OLZLWH[PLU[Z
Key Words: ,HYS` VUZL[ ZJOPaVWOYLUPH [YLH[TLU[YLZPZ[HU[ ZJOPaVWOYLUPH HU[PWZ`JOV[PJZ
*SVaHWPULJOPSKYLUHUKHKVSLZJLU[Z

9LZPKLU[LKLSHLZWLJPHSPKHKKL7ZPX\PH[YxH0UMHU[PS`KLSH(KVSLZJLUJPH*SxUPJH7ZPX<UP]LYZP[HYPH<KL*OPSL
7ZPX\PH[YHPUMHU[PS`KLSH(KVSLZJLUJPH7YVMLZVY(ZVJPHKV<UPKHKKL7ZPX\PH[YxHKLS5P|V`KLS(KVSLZJLU[L
*SxUPJH7ZPX\Pm[YPJH<UP]LYZP[HYPH<UP]LYZPKHKKL*OPSL
*VYYLZWVUKLUJPHH!7H\SHAVTVZH*4(]*YPZ[}IHS*VS}U+LW[V+,THPS!WaVTVZH'NTHPSJVT

60 Rev. Chil. Psiquiatr. Neurol. Infanc. Adolesc. / Volumen 24, Nº 1, Marzo 2103 Todos los derechos reservados
9L]PZPVULZKL;LTHZ
INTRODUCCIÓN precoz (TEOSS), se encontró una baja tasa
de respuesta a 3 antipsicóticos distintos a 8
La esquizofrenia de inicio temprano (EOS), semanas de tratamiento (Risperidona 46%,
es un subtipo de esquizofrenia, en la que Olanzapina: 34% y Molindona: 46%) (18).
los síntomas se inician antes de los 18 años,
con una prevalencia estimada de un 0,5 % En la práctica clínica, ante la falta de res-
(1). La evidencia disponible sugiere que la puesta a la monoterapia con antipsicóticos,
EOS correspondería una categoría más se- se suele recurrir a distintas modalidades de
vera de esquizofrenia, asociándose a mayor intervención, que involucran polifarmacia
severidad de los síntomas, mayor discapa- y combinación de psicofármacos, descono-
cidad, deterioro cognitivo y resistencia a ciendo la evidencia que pueda sustentarlos.
tratamiento (2, 3). Existen varias definicio- Estudios recientes, revelan que más de un
nes para referirse a la esquizofrenia resis- 40% de los pacientes esquizofrénicos am-
tente a tratamiento (ERT), en adultos, una bulatorios recibe dos o más antipsicóticos,
de las más aceptadas se refiere a aquellos y más de un 70% se encuentra co-medica-
casos en los que no se ha alcanzado una do con otro psicofármaco (19). Estos he-
mejoría psicopatológica y/o sintomática chos resultan especialmente alarmantes en
significativa, a pesar del tratamiento con niños y adolescentes, considerando que en
al menos 2 antipsicóticos distintos, de al este grupo etáreo se ha descrito una mayor
menos dos categorías químicas diferentes sensibilidad y menor tolerancia a efectos
(al menos uno debe ser un antipsicótico adversos de antipsicóticos (en especial a
atípico), a la dosis antipsicóticas recomen- efectos adversos extrapiramidales (SEP),
dadas, por un período de tratamiento de aumento de peso e hiperprolactinemia).
entre 2 a 8 semanas por droga (4, 5, 6, 7, 8, La mayoría de los estudios disponibles so-
9, 10). En general, sólo se considera la seve- bre ERT incluyen a pacientes mayores de
ridad de los síntomas positivos, dejando de 18 años, por lo que el grueso de las reco-
lado la persistencia de síntomas negativos mendaciones para el manejo de EOS son
y cognitivos, a pesar de su impacto en la extensiones de la evidencia disponible en
funcionalidad y calidad de vida de los pa- adultos, obviando diferencias evolutivas
cientes (11). Si bien la mayoría de los auto- que podrían tener implicancias clínicas
res adopta una definición similar para refe- y terapéuticas(1). En este sentido, se ha
rirse a la resistencia a tratamiento en EOS, planteado que alteraciones en el desarro-
algunos sugieren que se debe considerar el llo de los sistemas de neurotransmisores,
fracaso de 3 ensayos con antipsicóticos, no podrían estar a la base, tanto de la mayor
existiendo por lo tanto consenso acerca de susceptibilidad a efectos adversos como de
los límites de este concepto en EOS, lo que la menor respuesta clínica a antipsicóticos
en la práctica podría retrasar las estrategias que presentan niños y adolescentes (2, 16).
acorde a este diagnóstico (12, 13). De este modo, resulta esencial revisar qué
evidencia y recomendaciones existen espe-
En adultos, se estima que entre un 10 a un cíficamente en ERT en niños y adolescen-
30% de los pacientes presenta una respues- tes.
ta pobre o ausente al tratamiento antipsi-
cótico, y un adicional 30% una respuesta Estrategias de intervención en esquizo-
parcial (4, 9, 14, 15) , cifras que serían aún frenia resistente.
mayores en EOS (16). Un seguimiento a 42
años de pacientes con EOS, mostró que un 1. Descartar pseudoresistencia.
50% de los pacientes continuaba con sín- En primer lugar, al enfrentarse a un posi-
tomas, y un 25% presentaba una remisión ble caso de ERT, se debe revisar cómo se ha
parcial (17). En el mismo sentido, en el es- llevado a cabo el tratamiento antipsicótico
tudio randomizado doble ciego multicén- en términos de dosis, duración suficien-
trico, sobre el tratamiento de los trastornos te y adherencia, considerando que la falta
del espectro de la esquizofrenia de inicio de adherencia ha sido reportada como la

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principal causa de resultados insuficientes 52 semanas a aquellos pacientes que ha-
en el tratamiento con antipsicóticos (4). Se bían presentado respuesta a tratamiento en
deben además descartar otros factores que fase aguda, reportándose que sólo un 12%
estén contribuyendo a la falta de respuesta, completaba el tratamiento original, siendo
como la presencia de reacciones adversas los antipsicóticos utilizados, equivalentes
a fármacos, interacciones farmacológicas, en eficacia, tiempo de discontinuación y
comorbilidades (por ejemplo: trastornos aumento de peso (24).
por uso de sustancias y depresión), enfer-
medades físicas y factores psicosociales 2.1 Clozapina.
asociados (como un ambiente familiar y/o Clozapina ha demostrado ser el antipsi-
social disfuncional) (4, 7, 8, 19, 20, 21). cótico más efectivo en el tratamiento de
esquizofrenia resistente, tanto en adultos
Una vez establecida la resistencia, se debe como en niños y adolescentes, reducien-
realizar una evaluación multidimensional do los síntomas psicóticos y mejorando la
que considere la persistencia de síntomas funcionalidad (4, 6, 7,13, 16, 15, 26, 27, 28,
positivos, negativos y afectivos, disfunción 29, 30). Más aún, se ha descrito que pre-
cognitiva, conductas suicidas, déficits en la sentaría ventajas en comparación a otros
calidad de vida, funcionamiento social, es- antipsicóticos en el manejo tanto de la
colar y familiar, de modo de definir los sín- discinesia tardía como de síntomas nega-
tomas diana y orientar el tratamiento (4). tivos, además de asociarse a una reducción
de conductas suicidas, abuso de alcohol y
2. Estrategias farmacológicas para la re- menor riesgo de SEP (2, 15, 21). A pesar de
sistencia a tratamiento en EOS. que no existen estudios de tipo multicén-
Como consideraciones generales en el tra- trico randomizado controlado que prue-
tamiento antipsicótico en niños y adoles- ben el uso de Clozapina en EOS, estudios
centes, se recomienda utilizar la mínima de este tipo en adultos (CATIE II y CUt-
dosis terapéutica necesaria y preferir la LASS-2) avalan su superioridad (4, 31, 32)
monoterapia, siendo la combinación de y en varias guías clínicas se recomienda su
fármacos una estrategia de último recurso, uso como primera línea de tratamiento en
ya que se asocia a más efectos adversos, in- ERT (Categoría B de evidencia, Recomen-
teracciones farmacológicas, y mayor riesgo dación grado 3) (4, 6, 7,13, 20, 26, 27, 28,
de mala adherencia, especialmente en este 29, 33, 34, 42).
grupo etáreo (1, 22). Los estudios disponi-
bles en niños y adolescentes, tal como en El uso de Clozapina en niños y adolescen-
adultos, apuntan a que el tratamiento con tes ha sido evaluado en estudios de tipo
antipsicóticos típicos y atípicos presentaría abierto y doble ciego randomizados, de-
una eficacia similar (a excepción de Cloza- mostrando ser superior a otros antipsicó-
pina), e independiente del fármaco que se ticos típicos y atípicos (2, 4, 12, 13, 16, 35,
elija, existiría una alta tasa de discontinua- 36, 37, 38-43). En un estudio doble ciego
ción (16, 18, 23, 24, 25). Así lo reportó el realizado en 21 pacientes, se comparó la
estudio TEOSS mencionado previamente eficacia y reacciones adversas de Clozapina
(18). Este incluyó a 116 pacientes de entre (dosis promedio: 176 mg/d) y Haloperidol
8 y 19 años, a los que se asignó aleatoria- (16 mg/d) en el manejo de EOS refractaria.
mente un antipsicótico atípico (Olanzapi- Tras 6 semanas de tratamiento, Clozapina
na o Risperidona) o un antipsicótico típico resultó ser superior a Haloperidol en to-
(Molindona) durante 8 semanas, no en- das las mediciones de psicosis, mejorando
contrándose diferencias significativas entre tanto síntomas negativos como positivos
los 3 grupos de tratamiento, sin embargo, (p: 0.04- 0.002). Sin embargo la presencia
Olanzapina y Risperidona se asociaron a de neutropenia y convulsiones limitaron
un mayor aumento de peso y alteraciones el tratamiento con Clozapina, y un tercio
metabólicas (18). En una segunda fase de de los pacientes debió discontinuarla (35).
este estudio, se realizó un seguimiento de En un estudio aleatorizado doble ciego en

62 Rev. Chil. Psiquiatr. Neurol. Infanc. Adolesc. / Volumen 24, Nº 1, Marzo 2103 Todos los derechos reservados
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EOS refractaria, un 66% de los niños tra- ciones electroencefalográficas y cardiacas
tados con Clozapina mejoró significativa- (22).
mente en la escala psiquiátrica abreviada
(BPRS), en comparación con sólo 33% de 2.2 Estrategias alternativas al uso de Clo-
los tratados con altas dosis de Olanzapina zapina en el tratamiento de esquizofrenia
(> 30mg/d) (13). En un estudio previo de resistente a tratamiento.
características similares se obtuvo una ma- Se han estudiado otras opciones terapéu-
yor mejoría clínica con el uso de Clozapina ticas como alternativa a Clozapina (por
vs Olanzapina, pero la diferencia sólo fue ejemplo en caso de intolerancia o falta de
significativa para los síntomas negativos respuesta a tratamiento) que incluyen el
(36). Con respecto a su efectividad a largo aumento de dosis del fármaco utilizado o
plazo, en un estudio retrospectivo en jóve- el cambio a otro antipsicótico, sin existir
nes coreanos con EOS, se encontró que el evidencia suficiente en niños y adolescen-
uso de Clozapina mostraba beneficios en el tes que soporte estas prácticas (1).
largo plazo disminuyendo las tasas de hos-
pitalización, sin embargo, un 27% desarro- 2.2.3 Aumento de dosis.
llaba una neutropenia (44). En caso de que el paciente presente una
buena tolerancia, consensos de expertos
A pesar la eficacia descrita para Clozapina, sugerían el aumento de la dosis del anti-
su uso no se encuentra aprobado por la psicótico por sobre lo recomendado, sin
FDA para población pediátrica, y tal como embargo la eficacia de esta práctica no se
se ha descrito previamente, presenta efec- encuentra establecida y estudios recientes
tos adversos significativos, lo que limita su no apoyan este principio (4,20).
uso en casos no refractarios. Los de mayor
importancia y gravedad son la presencia de 2.2.4 Cambio a otro antipsicótico.
convulsiones y agranulocitosis que se esti-
ma serían más frecuentes en niños y ado- Olanzapina
lescentes (45, 46). El riesgo de convulsio- Olanzapina es el antipsicótico con mayo-
nes sería mayor a medida que se aumenta res similitudes a Clozapina, en términos
la dosis de Clozapina y especialmente si la de una mayor afinidad por receptores D4
dosificación se lleva a cabo en forma ace- y 5HT2A, en comparación con receptores
lerada, por lo que se recomienda una lenta D2, y una significativa afinidad por recep-
titulación hasta llegar a la dosis terapéuti- tores 5HT 2C, 5HT 3, 5HT6, D3 y D1 (2).
ca, la que en la mayoría estudios en EOS En adultos, distintos metanálisis, basados
va desde un promedio de 176mg/d a 403,1 en estudios randomizados controlados y
mg/d (1, 22). El riesgo de agranulocitosis estudios abiertos sugieren que Olanzapina
es mayor durante los primeros 3 meses de podría ser superior a otros antipsicóticos
tratamiento, con un riesgo acumulado de en el manejo de ERT (15, 47- 53). Sin em-
0,08% al año de tratamiento (45). Reportes bargo, al compararla con Clozapina, estu-
de casos sugieren que frente a este tipo de dios recientes han encontrado que incluso
efectos adversos, el uso concomitante de su uso a altas dosis, tendría al menos la
Litio, podría contribuir a aumentar el re- misma eficacia o inferior en comparación
cuento celular de neutrófilos (46). con Clozapina en el tratamiento de ERT
(13, 54, 55). Estudios en niños y adolescen-
Dado este perfil de efectos adversos, previo tes, han reproducido resultados similares a
al uso de Clozapina se debe realizar una estos últimos (ver en Clozapina) (13, 36),
completa evaluación, sopesando junto a la además de un marcado aumento de peso
familia del paciente, los posibles riesgos y y alteraciones metabólicas asociadas, que
beneficios asociados. Por otra parte, su uso limitan su uso (1, 2, 18, 22, 25).
debe ser guiado por protocolos bien defi-
nidos, con especial énfasis en el monitoreo Risperidona
de efectos adversos hematológicos, altera- A pesar de su documentada eficacia en el

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tratamiento de esquizofrenia en niños y metabólico para Ziprasidona (63).
adolescentes, presenta la desventaja de aso-
ciarse a una mayor frecuencia de síntomas En síntesis, en base a lo descrito previa-
SEP e hiperprolactinemia (especialmente a mente, la evidencia disponible en adultos
dosis altas) en comparación con otros anti- (posiblemente extrapolable a niños y ado-
psicóticos atípicos (18, 25). Estudios sobre lescentes) sugiere que en caso de intole-
el uso de Risperidona en ERT en población rancia a Clozapina, es posible considerar
adulta han sido contradictorios; si bien el cambio a otro antipsicótico atípico pre-
algunos apuntan a que este fármaco sería ferentemente Olanzapina o Risperidona
superior a Haloperidol y similar a Cloza- (Categoría B de evidencia, grado de reco-
pina y Olanzapina, no existe suficiente evi- mendación 3) (4, 15, 34, 42). En base a los
dencia que sustente su elección en ERT por resultados de estudios clínicos, otros antip-
sobre Clozapina (4, 34, 56-58). sicóticos como Amisulpiride, Aripiprazol y
Quetiapina podrían ser efectivos en el tra-
Aripiprazol tamiento de ERT (Categoría C de eviden-
Es un antipsicótico atípico relativamente cia, grado de recomendación 4) (4, 42, 84).
nuevo, que actúa como agonista parcial de
los receptores D2 y 5HT1A, presentando 2.3. Estrategias que involucran polifarma-
un menor impacto a nivel metabólico en cia: combinación y aumentación de antip-
comparación con los otros antipsicóticos sicóticos.
atípicos (a excepción de Ziprasidona) (1, A pesar de ser el tratamiento de elección
2, 22, 25). Existen pocos estudios en adul- en EOS resistente a tratamiento, cerca de
tos acerca de su uso como monoterapia en un 50% de los adolescentes sometidos a un
ERT y ninguno en niños y adolescentes. tratamiento con Clozapina no responde
En un estudio abierto realizado en adultos, satisfactoriamente (16). Frente a este pa-
Aripiprazol mostró ser eficaz en el trata- norama, los clínicos suelen utilizar varias
miento de pacientes que no habían respon- estrategias de aumentación y combinación,
dido a 6 semanas de tratamiento con Olan- a pesar de que existe evidencia escasa o au-
zapina o Risperidona (59), mientras que en sente que soporte su eficacia (15, 20). De-
un reporte de un caso, el uso de altas dosis pendiendo del tipo de síntomas residuales,
de Aripiprazol (60 mg/d), resultó en una las estrategias de aumentación pueden ir
mejoría psicopatológica sin aumento de desde agregar otro antipsicótico, estabili-
efectos adversos (60). zadores del ánimo, benzodiacepinas, anti-
depresivos, terapia electroconvulsiva, etc.
Quetiapina Se recomienda, que en los casos en que se
Existen pocos estudios en adultos que sus- opte por una estrategia de polifarmacia,
tentan su efectividad en ERT, permane- se realice una prueba terapéutica limitada
ciendo de este modo poco claro su papel con un agente a la vez, que incluya un mo-
en ERT en niños y adolescentes (61, 62). nitoreo sistemático, asegurando su eficacia
y seguridad (25).
Ziprasidona
Es un antipsicótico atípico con un perfil de 2.3.1 Estrategias de combinación de antip-
efectos adversos similar a Aripiprazol en lo sicóticos.
que se refiere a efectos metabólicos, pero Existe evidencia limitada que soporte la
que se asocia a una significativa prolonga- efectividad de combinar distintos antip-
ción del intervalo QT en el electrocardio- sicóticos en el tratamiento de la ERT, es-
grama, por lo que su uso en población in- pecialmente cuando Clozapina no es uno
fantil ha sido limitado. Un estudio reciente de ellos (64, 65). Estudios clínicos en
en adultos de tipo randomizado doble cie- adultos y una revisión Cochrane reciente,
go, comparó el uso de Ziprasidona y Clo- han mostrado resultados satisfactorios al
zapina en ERT, encontrando una eficacia combinar Clozapina y otro antipsicótico
comparable, aunque con un mejor perfil atípico (como Risperidona, Aripiprazol,

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Ziprasidona y Quetiapina), sin poder esta- Valproico podría usarse en el manejo de
blecerse en forma categórica cuál de estos la hostilidad y agresividad de pacientes es-
fármacos aportaría mayores beneficios (4, quizofrénicos (Categoría D de evidencia,
64). En base a fortalecer la potencia anti- Recomendación Grado 5) y Litio podría
dopaminérgica de Clozapina, se ha inves- tener alguna utilidad en presencia de sín-
tigado también su combinación con Ami- tomas anímicos (Categoría B de evidencia,
sulpiride o Sulpiride, siendo esta última Recomendación grado 3) (1, 33, 42).
una opción probablemente ventajosa para
el tratamiento de síntomas psicóticos resi- Lamotrigina: Dado el efecto que presen-
duales, sin embargo se requiere de mayores ta en la transmisión glutamatérgica se ha
estudios (66). postulado como una posible estrategia de
aumentación en pacientes esquizofrénicos
En niños y adolescentes, la evidencia so- que presentan respuesta parcial a Cloza-
bre estas prácticas sería aún más precaria. pina, lo que ha sido avalado por estudios
En un estudio realizado en pacientes con clínicos randomizados controlados doble
EOS que habían presentado una respues- ciego en adultos (Categoría B de eviden-
ta parcial al tratamiento con Clozapina, se cia, Recomendación Grado 3) (4, 15, 19,
agregó Aripiprazol en dosis de 8.2 ± 3.6 42, 70). No existe evidencia en población
mg durante un período de 11.1 ± 9.7 me- pediátrica que apoye su uso en ERT, sin
ses. Como resultado se obtuvo una mejoría embargo, estudios en este grupo etáreo
significativa en los puntajes de CGI-S (p: han demostrado que al menos sería segura
0.003), logrando además reducirse la dosis y efectiva en el manejo de otras patologías
de Clozapina (67). En adultos, 2 estudios (trastorno afectivo bipolar y epilepsia) (2).
doble ciego randomizados y controlados,
evaluaron el uso de Aripiprazol en com- Pregabalina: En adultos, ha sido utilizada
binación con Clozapina, encontrando que en forma exitosa en el manejo de ansiedad
si bien no había una reducción en la seve- refractaria en esquizofrenia, sin embargo,
ridad total de los síntomas, si existía una la evidencia que sustenta su uso es limitada
mejoría en los síntomas negativos y en los (Categoría C de evidencia, Recomenda-
parámetros metabólicos (15, 68, 69). ción Grado 4) (4, 19, 42, 71).

Por lo tanto, en base a la evidencia dis- Topiramato: Si bien los resultados sobre su
ponible, se estima que la combinación efectividad en el tratamiento de ERT han
de Clozapina y otro antipsicótico atípico sido inconsistentes (Categoría D de evi-
(posiblemente Risperidona), podría tener dencia, Recomendación Grado 5) y habría
algunas ventajas por sobre la monoterapia riesgo de deterioro cognitivo, existe cierta
con Clozapina ( Categoría C de evidencia, evidencia sobre su eficacia en reducir el au-
grado de recomendación: 4) (1, 42, 64). mento de peso en esquizofrenia (Categoría
B de evidencia, Recomendación Grado 3)
2.3.2 Estrategias de aumentación. (1, 19, 42).
Debido a que no existen estudios siste-
máticos que evalúen el uso de este tipo de Antidepresivos
estrategias en niños y adolescentes, se des-
cribirá la evidencia existente para adultos. Varios antidepresivos (Inhibidores selecti-
vos de la recaptación de serotonina y dua-
Estabilizadores del ánimo y anticonvul- les) han resultado ser efectivos en el ma-
sivantes nejo de síntomas depresivos en pacientes
esquizofrénicos, siendo en general seguros
La evidencia disponible en adultos, no y bien tolerados (19, 72). Más aún, al ser
respalda el uso ni de Carbamazepina, Áci- usados en conjunto con antipsicóticos, los
do Valproico ni Litio como estrategias de antidepresivos podrían ser más efectivos
aumentación en ERT. Sin embargo, Ácido en tratar los síntomas negativos de la es-

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quizofrenia que los antipsicóticos usados contraindicado, o existe una indicación es-
en forma aislada (73); en particular, estu- pecífica para su uso, como la presencia de
dios en Mirtazapina han mostrado resulta- Catatonía, en cuyo caso corresponde una
dos prometedores en estos casos (Catego- importante alternativa terapéutica (Ca-
ría B de evidencia, Recomendación Grado tegoría C de evidencia, Recomendación
3) (4, 42, 74). A pesar de los alentadores grado 4) (4, 42). En general suele ser un
resultados, no existe suficiente evidencia procedimiento bien tolerado, no tiene con-
disponible que permita recomendar el uso traindicaciones absolutas, y logra una rápi-
de antidepresivos en el manejo de esquizo- da reducción de síntomas y mejoría global
frenia resistente en adultos (Categoría F de en el corto plazo (75).
evidencia) y no existen estudios controla-
dos en EOS (4, 42). En adolescentes, los estudios disponibles
indican que su utilidad sería similar a la
Benzodiacepinas encontrada para pacientes adultos (77,
Existe evidencia limitada que apoya el uso 78). Reportes de casos, series pequeñas y
de benzodiacepinas en el tratamiento de revisiones sistemáticas han demostrado
esquizofrenia catatónica, acatisia inducida que la TEC sería eficaz y bien tolerada en
por antipsicóticos (Categoría C de eviden- adolescentes con trastornos del espectro
cia, Recomendación grado 4) y agitación esquizofrénico (75, 77, 78). Sin embargo,
(Categoría B de evidencia, Recomendación tal como ocurre en adultos, se ha reporta-
grado 3) (4, 42). do que su eficacia en trastornos psicóticos
es baja (50-60%), siendo esta mayor en los
Otros casos de catatonía (75%) y trastornos del
Estudios recientes sugieren que fármacos ánimo (75-100%) (78, 79). Por otra parte,
que modulen la transmisión glutamatér- en cuánto a efectos adversos se ha descrito
gica (como agonistas NMDA y otros fár- que en adolescentes habría un mayor ries-
macos glutamatérgicos) podrían ser pro- go de convulsiones prolongadas y tardías
metedores en el manejo de la ERT, pero se (0-10% y 0-5% de los pacientes respectiva-
requieren estudios clínicos bien diseñados mente), con efectos cognitivos similares a
para confirmar esta hipótesis (4,15,19). La adultos (77).
evidencia disponible es inconsistente en
lo que se refiere, tanto al uso de estos últi- La Academia Americana de psiquiatría de
mos fármacos, como al de agentes neuro- niños y adolescentes, recomienda su uso
activos (Beta bloqueadores, AINES, ácidos luego que la farmacoterapia ha fracasado
grasos poliinsaturados) (Categoría D de (incluido un ensayo clínico con Clozapi-
evidencia, Recomendación Grado 5) (4, na), existe intolerancia, contraindicaciones
42). para su uso (ej. Embarazo) o una indica-
ción específica (ej Catatonía). Estos autores
3. Estrategias no farmacológicas en re- plantean que se debe considerar en conjun-
sistencia a tratamiento en EOS. to con la familia, los posibles beneficios y
riesgos, además de otras posibles opciones
3.1 Terapia electroconvulsiva (TEC) terapéuticas (22).
La TEC ha demostrado ser efectiva en el
manejo de pacientes adultos esquizofréni- 3.2 Estimulación magnética transcraneal
cos durante la fase aguda de enfermedad, (rTMS) en el tratamiento de esquizofrenia
siendo más efectiva, al ser usada en com- resistente a tratamiento.
binación con antipsicóticos, especialmen- Sólo existe evidencia limitada que apoye
te en conjunto con Clozapina (Categoría su uso (Categoría C/D de evidencia, Reco-
C de evidencia, Recomendación grado 4) mendación grado 4/5) (42), no siendo su
(20, 15, 42, 75, 76). Su uso, se recomien- uso generalizado en esquizofrenia resisten-
da en pacientes resistentes al tratamiento te, ni menos aún en niños y adolescentes.
farmacológico, que no lo toleran, lo tienen Por otra parte, su uso no se encuentra ac-

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tualmente aprobado por la FDA (4, 21). A adecuados, empeorando aún más el pro-
pesar de lo anterior, es un procedimiento nóstico y calidad de vida de estos pacien-
seguro y un metanálisis reciente mostró tes. Existe amplio acuerdo sobre que una
que su aplicación a baja frecuencia, tendría vez establecida la ERT, el tratamiento de
ventajas significativas con respecto a place- elección y más efectivo a todas las edades,
bo (80). En base a ello, una importante guía lo constituye el uso de Clozapina (4, 6, 7,13,
de tratamiento en adultos (PORT) sugiere 16, 15, 26, 27, 28, 29, 30), fármaco que es-
la aplicación de rTMS a baja frecuencia (1 taría subutilizado en niños y adolescentes,
Hz) en la corteza temporo-parietal izquier- principalmente debido al temor de los clí-
da para el tratamiento de alucinaciones nicos a los efectos adversos asociados a éste
auditivas resistentes al tratamiento antipsi- (12). Al respecto, varios autores coinciden
cótico (15, 33). Por otra parte la estimula- en que los beneficios pueden ser superio-
ción a alta frecuencia (10 Hz) en la corteza res a los riesgos, si se toman las medidas
prefrontal dorsolateral ha mostrado resul- de monitoreo necesarias para prevenirlos
tados prometedores en el manejo de sín- y manejarlos en forma precoz y oportuna
tomas negativos, sin embargo la evidencia (12). Sin embargo, a pesar de el correcto
disponible es contradictoria (4, 81). uso de Clozapina, cerca de la mitad de los
adolescentes con ERT no responde y otro
3.3 Intervenciones psicosociales porcentaje importante no lo tolera (2, 17),
Además del uso de medicamentos, espe- lo que en la práctica se traduce en la im-
cialmente en niños y adolescentes, se debe plementación de terapias alternativas, que
considerar siempre la incorporación de es- suelen involucrar polifarmacia, con limi-
trategias psicosociales acordes al desarro- tada eficacia y evidencia que las sustente.
llo evolutivo del paciente, las que pueden Más aún, al revisar los estudios existentes
contribuir a fortalecer la alianza terapéuti- en población infanto juvenil sobre la efec-
ca, la adherencia al tratamiento y recuperar tividad y seguridad de las distintas estra-
la funcionalidad una vez tratados los sínto- tegias terapéuticas para este tipo de casos,
mas positivos (21, 25). Estos tratamientos nos encontramos con que sólo existen es-
incluyen intervenciones psicoterapéuticas casos estudios y sin la suficiente potencia
específicas (terapia cognitivo conductual) metodológica, por lo que las recomenda-
psicoeducación a la familia y al paciente, ciones actuales se basan principalmente
intervenciones familiares, entrenamien- en extensiones de la evidencia existente en
to en habilidades sociales y rehabilitación adultos. Sin embargo, se considera que la
vocacional/escolar (4, 21, 82, 83). Por otra mayor gravedad de la enfermedad, podría
parte, con el objetivo de mejorar el dete- dar cuenta de bases genéticas y neurobio-
rioro cognitivo, también se recomiendan lógicas particulares en este sub-grupo que
la rehabilitación neurocognitiva y entrena- permanecerían aún poco exploradas y que
miento metacognitivo, los que han mostra- podrían tener implicancias en la respuesta
do resultados moderados (19). a tratamiento en EOS (2). De este modo,
se estima que sería fundamental, por una
Discusión parte, realizar estudios clínicos de mayor
A pesar de que la EOS es una patología potencia metodológica específicamente
relativamente poco frecuente, supone un en niños y adolescentes con ERT, además
verdadero desafío el enfrentarnos a estos de profundizar en el conocimiento de los
pacientes en la práctica clínica, ya que sue- mecanismos neurobiológicos subyacentes
len ser casos de especial gravedad y difícil a la mayor resistencia y efectos adversos
manejo farmacológico, no existiendo a la asociados a los tratamientos en EOS. Lo
fecha consenso sobre cómo delimitar la re- anterior podría guiar el desarrollo de nue-
sistencia a los tratamientos convencionales vas terapias que brinden de un adecuado
en EOS, ni qué algoritmos terapéuticos se- balance entre eficacia y tolerancia para ni-
guir ante este escenario, lo que podría re- ños y adolescentes con EOS, consideran-
trasar la implementación de tratamientos do especialmente, que podrían requerir

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tratamientos de por vida. Con respecto a clínicos randomizados en el área de la
este punto, destaca en la revisión la falta de recomendación.
estudios en EOS que evalúen los resulta- C: Requiere evidencia obtenida de comités
dos de los tratamientos no sólo en el corto de expertos y/o la experiencia clínica de
plazo y sobre los síntomas positivos, sino autoridades respetadas en el tema. In-
también en el largo plazo y considerando dica la ausencia de estudios clínicos de
además su eficacia en el manejo de sínto- buena calidad aplicables a la recomen-
mas negativos y cognitivos, ya que estos dación.
también presentan un alto impacto en la D: No existe evidencia consistente que ava-
funcionalidad y calidad de vida de indivi- le la recomendación.
duos en desarrollo. E: Existe evidencia negativa. La mayoría
de los estudios clínicos randomizados o
Por otra parte, al revisar acerca de las reco- exploratorios no muestran superioridad
mendaciones y estudios disponibles a nivel con respecto a placebo.
nacional, llama la atención la total ausen- F: Falta evidencia. No existen estudios
cia de especificaciones y grupos de trabajo adecuados que apoyen la eficacia o in-
dedicados al manejo de la ERT en niños y eficacia.
adolescentes. Considerando además que
uno de los principales estudios sobre la Grados de recomendación:
efectividad del uso de antipsicóticos en ni- Grado 1: Categoría A de evidencia y un
ños y adolescentes (TEOSS) (18) involucra buen balance riesgo-beneficio.
fármacos no disponibles en el mercado lo- Grado 2: Categoría A de evidencia y un
cal (Molindona), a lo que se suman otras moderado balance riesgo-beneficio.
disparidades de los estudios y recomenda- Grado 3: Categoría B de evidencia.
ciones internacionales, resulta imperioso el Grado 4: Categoría C de evidencia.
desarrollo de investigaciones y algoritmos Grado 5: Categoría D de evidencia.
terapéuticos que reflejen la realidad na-
cional, de modo de guiar al clínico en sus BIBLIOGRAFÍA
decisiones terapéuticas. En este sentido,
tomando en cuenta la complejidad del ma- 1. Maloney AE, Yakutis LJ, Frazier JA.
nejo de la resistencia a tratamiento en EOS, Empirical evidence for psychophar-
pudiera ser recomendable la formación de macologic treatment in early-onset
grupos de trabajo en torno al tema, los que psychosis and schizophrenia. Child
se encuentren capacitados para manejar Adolesc Psychiatr Clin N Am. 2012
a estos pacientes en centros especializa- Oct;21(4):885-909. doi: 10.1016/j.
dos y brindar asesoría a otros psiquiatras, chc.2012.07.011.
de modo de optimizar el tratamiento y la 2. Kranzler HN, Kester HM, Gerbino-
calidad de vida de estos pacientes y sus fa- Rosen G, Henderson IN, Youngerman
milias. J, Beauzile G, Ditkowsky K, Kumra S.
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mizado controlado como parte de un phrenia patients in relation to neu-
cuerpo de trabajos de buena calidad que roleptic resistance. Am J Psychiatry
apunta consistentemente a la recomen- 1997;154:475–82.
dación específica. 4. A. Hasan et al. World Federation of
B: Requiere la existencia de estudios clíni- Societies of Biological Psychiatry
cos bien conducidos pero no estudios (WFSBP) Guidelines for Biological

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Efficacy of slow repetitive transcranial schizophrenia. Eur Psychiatry 21:214–
magnetic stimulation in the treatment 217.
of resistant auditory hallucinations in

Todos los derechos reservados Rev. Chil. Psiquiatr. Neurol. Infanc. Adolesc. / Volumen 24, Nº 1, Marzo 2013 73
*64,5;(906:+,30)96:

Libro: María Gabriela Sepúlveda. Psico- tes de la psicología y la filosofía, mostrando


terapia evolutiva con niños y adolescen- el recorrido de integración realizado, dan-
tes. do cuenta de las bases y fundamentos para
Santiago: Editorial Mediterráneo. 2013. llegar a la conceptualización de la identi-
316 páginas. ISBN: 978-956-220-346-3. dad autónoma e integrada como central en
el desarrollo de la personalidad, siendo la
Claudia Capella1 construcción del significado de la relación
del sujeto con el medio, y fundamentando
La psicoterapia evolutiva se comprende las tres dimensiones de la identidad que
como un proceso de desarrollo, y de favo- plantea, la unidad de sí, la integración de sí
recer el desarrollo del sujeto hacia estruc- y la integración con otros.
turas más diferenciadas, integradas y en
equilibrio adaptativo. Este libro, nos per- En la tercera parte se exponen los princi-
mite comprender el proceso psicoterapéu- pales aspectos teóricos de la terapia, desa-
tico y el cambio en psicoterapia evolutiva rrollando la comprensión de las metas de
con niños y adolescentes, desarrollando el la psicoterapia hacia el desarrollo psicoló-
enfoque constructivista evolutivo. Este en- gico, por lo que se exponen las etapas del
foque integra conceptos piagetianos con desarrollo en sus diferentes ámbitos, y por
conceptos evolutivos, que nos permiten otro lado, se expone la comprensión de la
tener como objetivo en la psicoterapia el psicopatología como un desarrollo que se
favorecer el crecimiento y proceso de desa- desvía en su curso.
rrollo de la persona, en un proceso de cons-
trucción de significados en interacción con En el cuarto apartado, se desarrolla de
el ambiente, siempre considerando la etapa manera novedosa y creativa los procesos
evolutiva en la que se encuentra el sujeto psicológicos a la base de la psicoterapia
para orientar las intervenciones clínicas, constructivista, tales como la toma de con-
lo cual es especialmente relevante cuando ciencia, el recuerdo y la voluntad. Junto
trabajamos con niños y adolescentes. con esto, se desarrollan los procesos de in-
tervención y las etapas de la terapia, dando
El libro se organiza en diferentes niveles: lineamientos claros respecto a las interven-
en un primer lugar desarrolla los aspectos ciones psicoterapéuticas a realizar.
epistemológicos y teóricos fundamentales
del enfoque constructivista evolutivo, de- Para finalizar, el libro contiene una quinta
sarrollando la comprensión de la realidad parte, que contiene dos capítulos, en que
y del sujeto desde esta teoría, como un se exponen aspectos técnico prácticos, ba-
constructor activo de significados, que se sado en las fundamentaciones previas, en
vincula luego con los objetivos terapéuti- que se explica cómo realizamos la planifi-
cos a trabajar. cación terapéutica en cada caso y se mues-
tran métodos y técnicas terapéuticas a
En un segundo momento desarrolla el con- utilizar con los niños y adolescentes en las
cepto de identidad personal, que resulta sesiones, tales como juegos, dibujos, cuen-
central en el constructivismo evolutivo, y tos, cartas, títeres, entre otras. Debido a la
un objetivo a trabajar en la psicoterapia. En progresión y fundamentación de los apar-
esta parte, la autora realiza una interesante tados anteriores, este último adquiere sen-
integración de conocimientos provenien- tido, no siendo sólo un capítulo “manual”
de técnicas, sino una comprensión del uso
de técnicas con un sentido terapéutico.
1. Claudia Capella Sepúlveda. Psicóloga, Master en
Salud Mental Infanto Juvenil, Dra. en Psicología. Aca-
démica Departamento de Psicología, Universidad de De manera completa, el libro nos permite
Chile. Correo electrónico: ccapella@u.uchile.cl entender el modelo teórico constructivista

74 Rev. Chil. Psiquiatr. Neurol. Infanc. Adolesc. / Volumen 24, Nº 1, Marzo 2103 Todos los derechos reservados
*VTLU[HYPVZKL3PIYVZ
evolutivo, y a la vez nos enseña a intervenir losofía, tales como Piaget, Bruner, Ricoeur,
desde éste, de una manera rigurosa y bien entre otros, a partir de los cuales la autora
fundamentada, lo que resulta esencial para desarrolla nuevas teorizaciones.
que las intervenciones psicoterapéuticas Junto con esto, el libro, a la vez que teóri-
resulten beneficiosas para nuestros pacien- camente bien fundamentado, resulta di-
tes. dáctico al ir presentando constantemente
viñetas y vinculaciones teórico prácticas,
De esta forma, el libro resulta ser un gran en lo que se refleja la experiencia docente
aporte a la psicología clínica infanto juve- y clínica de la autora.
nil, debido a que en general carecemos de
libros sobre psicoterapia, pero también y El libro está poblado de viñetas y ejem-
de manera más importante, debido a que plos de casos clínicos, en que el caso de un
presenta un modelo integrador y bien fun- niño con susto a los fantasmas nos permi-
damentado. te comprender conceptos tan complejos
como la asimilación, la acomodación y el
Este es un libro de autor, ya que no es sólo equilibrio. Este es un libro, que nos permite
la integración de conceptualizaciones de todo el tiempo ir integrando teoría y prác-
diferentes autores, este libro plasma las tica. Incluso en los primeros capítulos, que
conceptualizaciones que la autora ha gene- resultan más “teóricos”, se van poniendo
rado a lo largo de los años, y que tanto im- ejemplos, o haciendo discusiones que per-
pacto han tenido en el campo de la psicolo- miten aplicar estos conceptos teóricos a la
gía clínica infanto juvenil a nivel nacional, práctica clínica y la psicoterapia, haciendo
mostrando el libro un proceso sólido de el libro más comprensible y aplicado.
integración y desarrollo de nuevas ideas.
Así, considero el libro será un aporte para
La autora, es una reconocida psicóloga clí- alumnos de psicología y psiquiatras en
nica infanto juvenil a nivel nacional, con formación, así como para psicólogos y
amplia experiencia clínica y docente. Con- psiquiatras en ejercicio, en la medida que
sidero que en este libro se ven reflejados e favorecerá la comprensión de la teoría, y la
integrados estos dos aspectos del desarro- intervención con los casos, siendo de gran
llo profesional de la autora, por un lado utilidad para la clínica, y también para la
como académica, lo que se expresa en el investigación en el área.
rico desarrollo y fundamentación teórica
conceptual, y por otro, como psicóloga clí- De esta manera, creo el libro es claramen-
nica, con ejemplos de casos y desarrollo de te un aporte en avanzar en el desarrollo de
métodos y técnicas terapéuticas. este enfoque teórico y de los aspectos prác-
ticos de éste, con el fin de poder ir teniendo
En este sentido, en relación al desarrollo elementos bien fundamentados que cada
académico, en el libro resultan destaca- vez de mejor manera, nos permitan ir ge-
bles la integración de fundamentos desde nerando intervenciones terapéuticas con
la filosofía, la psicología del desarrollo, la los niños, adolescentes y sus familias, que
psicopatología evolutiva y la psicoterapia favorezcan su desarrollo y bienestar psico-
constructivista. Se revisan e integran dife- lógico, y permitan aliviar su sufrimiento.
rentes autores, desde la psicología y la fi-

Todos los derechos reservados Rev. Chil. Psiquiatr. Neurol. Infanc. Adolesc. / Volumen 24, Nº 1, Marzo 2013 75
REUNIONES Y CONGRESOS

XXXl Congreso de la Sociedad de Psi- patofisiológica de las enfermedades.


quiatría y Neurología de la Infancia y la
Adolescencia. Esta integra la participación de los domi-
“Más allá de la evidencia”, nuevos avan- nios de investigación biomédica con los
ces en Neurologia y Psiquiatría Transla- dominios clínicos, además las modifica-
cional Chile. ciones de los comportamiento sociales y
políticos que permiten optimizar el cuida-
Lugar: Hotel Sheraton Miramar Viña del do integral del paciente; uno de los reque-
Mar. rimientos son reprogramar la educación
Fecha: 23 al 26 de octubre de 2013. biomédica de grado y posgrado, asi como
Informaciones: Sociedad de Psiquiatría y la participación de organizaciones, científi-
Neurología de la Infancia y Adolescencia. cos, legisladores, inversionistas y bioeticis-
Fono/Fax: 2- 632 08 84 tas, entre otros.
E-mail: sopnia@tie.cl
En el año 2008 se fundó, Clinical and
Presentación trabajos libres Translational Science Institute at Children’s
Fecha límite de entrega: 15 de julio de 2013 National (CTSI-CN) para desarrollar una
Modalidad de presentación: sistema Power perspectiva pediátrica única y específica.
Point, para todas las presentaciones.
Enviar a: sopnia@tie.cl La investigación translacional es una de
las actividades más importantes en la me-
En relación al cumplimiento de la Ley de dicina moderna y ha permitido mejorar
deberes y derechos de los pacientes, vi- la práctica clínica, uno de sus principales
gente a contar de octubre de 2012: toda ejemplos son los beneficios logrados de
investigación Clìnica prospectiva inter- la aplicación de las células troncales (stem
vencional y casos clínicos, debe realizarse cells). El éxito de la transferencia de infor-
con CONSENTIMIENTO INFORMADO, mación genómica es una lección valiosa
requisito que deberá quedar expresado en que augura que la investigación translacio-
el método. nal beneficiará la práctica de la medicina
actual.
“Más allá de la Evidencia” Psiquiatría y
Neurología Translacional. Numerosos hospitales de alta especialidad
en el mundo cuentan con unidades de in-
La medicina translacional es un paradig- vestigación translacional, las cuales han
ma emergente de la práctica médica y la generado o se encuentran integradas a lí-
epidemiología intervencionista, y se fun- neas de investigación básicas o preclínicas
damenta en el proceso de la investigación de los centros de investigación biomédicos
translacional. La conjunción de las inves- o de las industrias farmacéuticas biotecno-
tigaciones básicas orientadas al paciente, lógicas.
junto con las investigaciones preclínicas
y las clínicas, se denomina investigación Lo cual remarca la interacción entre la in-
translacional. vestigación básica y la medicina clínica, su-
perando con ello la tradicional separación
La Neurología y Psiquiatría translacional entre la investigación básica y la práctica
es la versión actualizada de la medicina clínica en medicina.
basada en evidencias, con la aplicación
integrada de herramientas novedosas en Se ha aceptado actualmente que la investi-
genómica, proteómica, farmacología, bio- gación en seres humanos es necesaria para
marcadores, diseños, métodos y tecnolo- el avance de nuevos tipos de tratamiento,
gías clínicas que aumentan la comprensión y particularmente los ensayos clínicos con-

76 Rev. Chil. Psiquiatr. Neurol. Infanc. Adolesc. / Volumen 24, Nº 1, Marzo 2103 Todos los derechos reservados
9L\UPVULZ`*VUNYLZVZ
trolados constituyen la mejor herramienta Informaciones: sochineurofisiol@vtr.net
para demostrar la eficacia de nuevas me- 2º Curso de Actualización en salud del
didas terapéuticas. La aplicación de los Adolescente “Necesidades emergentes en
principios de la medicina translacional en la atención clínica del Adolescente”
los ensayos preclínicos y en los estudios
clínicos fases I y II aumenta también el ín- Organizado por el centro SER JOVEN y el
dice de resultados satisfactorios/ inversión departamento de Pediatrìa y Cirugía In-
económica. fantil Poniente de la Facultad de Medicina
de la Universidad de Chile.
La generación de información sobre in- Fecha: 27 y 28 de junio de 2013
vestigación translacional está impactando Lugar: Hotel Marina, Las Condes, Santiago
internacionalmente a los académicos bio-
médicos: cerca de 6000 artículos relacio- Curso de Psicofarmacología, SODEPSI
nados publicados en revistas indizadas en
Pub- Med. Fecha: miércoles 24, 31 de agosto y 7 de
septiembre
Para nosotros los clínicos, médicos, pro- Lugar: café literario Balmaceda, Av. Provi-
fesionales de laboratorio y pacientes, esta dencia 410
herramienta es necesaria para acelerar y Informaciones: 22697517 cyc@consulto-
alcanzar beneficio de las investigaciones riaycapacitacion.cl
acortando la brecha entre “cuanto se sabe y
cuanto podemos aplicar a la práctica clíni- Apoyo Autismo Chile
ca. Es decir que los avances diagnósticos y Curso y Taller auspiciado por SENADIS
terapéuticos prueben ser efectivos en ensa-
yos clínicos para la práctica médica diaria y Curso de capacitación auspiciada por EDI-
por consiguiente en la salud pública. R.
Queden todos invitados (entrevista para el Diagnóstico del Autis-
mo, Edición revisada)
Dra Lucila Andrade Fecha: 24 y 25 de junio de 2013
Presidenta XXXI Congreso Lugar: Auditorio Hospital Naval, Viña del
Mar
Jornadas de Reflexión, Grupo Trastornos Inscripción:
del Desarrollo, GTD SOPNIA apoyo.autismo.chile@gmail.com

Fecha: sábado 31 de agosto de 2013 Taller Básico de PECS, en conjunto con


Lugar: por definir Pyramid Educational Consultans (España)
Informaciones: gtdsopnia@gmail.com Fecha: 23 y 24 de octubre
Lugar: por definir, en el sur del país
18º Jornadas Invernales de Epilepsia de la
Sociedad de Epileptología de Chile Conferencia Internacional Redeamericas
Trastornos del Espectro Autista (TEA)
Fecha: 7 y 8 de junio de 2013
Lugar: Hotel Neruda Fecha: 10 y 11 de septiembre de 2013
Informaciones: socepchi@tie.cl Lugar: Facultad de Medicina de la Univer-
sidad de Chile
XI Jornadas de Neurofisiología Clínica
de la Sociedad Chilena de Neurofisiolo- 53º Congreso Chileno de Pediatría
gía
Fecha: 7 al 9 de noviembre de 2013
Fecha: 6 y 7 de diciembre 2013 Lugar: Centro de Convenciones Centro
Lugar: Facultad de Medicina de la Univer- Parque, Santiago
sidad de Chile

Todos los derechos reservados Rev. Chil. Psiquiatr. Neurol. Infanc. Adolesc. / Volumen 24, Nº 1, Marzo 2013 77
9L\UPVULZ`*VUNYLZVZ
LXVII Congreso Chileno de Neurología, 22° Congreso Europeo de Psiquiatría
Psiquiatría y Neurocirugía, SONEPSYN EPA

Fecha: 16 al 19 de octubre de 2013 Fecha: 1 al 4 de marzo de 2014


Lugar: Hotel Enjoy, Viña del Mar, Chile Lugar: Munich, Alemania
Informaciones: presidencia@sonepsyn.cl
IX Curso de Actualización en Psiquiatría
60° Congreso de la Academia America- del Adolescente: Intento de Suicidio yAu-
na de Psiquiatría Infantil y Adolescente toagresiones en la Adolescencia
AACAP
Fecha: viernes 21 y sábado 22 de junio de
Fecha: 22 al 27 de octubre de 2013 2013
Lugar: Walt Disney World Dolphin Hotel Lugar: Auditorio Lorenzo Sazié. Facultad
de Medicina Norte, Universidad de Chile,
Av. Independencia 1027, Santiago.
Informaciones: Jessica Mazuela, Fono 2978
8605, E-mail: jmazuela@redclinicauchile.cl

78 Rev. Chil. Psiquiatr. Neurol. Infanc. Adolesc. / Volumen 24, Nº 1, Marzo 2103 Todos los derechos reservados
GRUPOS DE ESTUDIO

REUNIONES MENSUALES Grupo Trastornos del Sueño en Pediatría


Se reúnen el segundo miércoles de cada
Grupo Chileno Trastornos del Desarro- mes a las 12:30 hrs. en MGM. Los Leones
llo, Gtd. 1366, Providencia, Santiago
Se reúnen el último sábado de cada mes a Coordinador: Dr. Tomás Mesa
las 9:00 hrs., en el auditorio de la Liga Chi-
lena Contra la Epilepsia, Erasmo Escala Grupo Adolescencia y Adicciones
2220 (entre Cumming y Matucana) metro Se reúnen el último miércoles de cada mes,
república. a las 21:00 hrs. en las dependencias del Ho-
Presidenta: Ps. Andrea Moyano tel Regal Pacific.
Coordinador: Dr. Alejandro Maturana

Grupo de Enfermedades Neuromuscula-


res y Trastornos Motores de la Infancia y
Adolescencia.
Se reúnen el último miércoles de cada mes
a las 13:45 hrs.
Coordinador: Dr. Ricardo Erazo

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NOTICIAS

SITIOS DE INTERÉS A TRAVÉS DE PÁ- Revista Chilena de Neuropsiquiatría:


GINA WEB www.sonepsyn.cl/index.php?id=365
www.scielo.cl/scielo.php?pid=0717-9227-
Sociedades &script=sci_serial
Revista Pediatría Electrónica:
Sociedad de Psiquiatría y Neurología de la www.revistapediatria.cl
Infancia y Adolescencia
www.sopnia.com Child and Adolescent Psychiatry (inglés):
www.jaacap.com
Sociedad Chilena de Pediatría
www.sochipe.cl Child and Adolescent Clinics of North
America
Sociedad Chilena de Psicología Clínica (inglés): www.childpsych.theclinics.com
www.sociedadchilenadepsicologiaclinica.
cl European Child & Adolescent Psychia-
try (inglés): www.springerlink.com/con-
Sociedad Chilena de Psiquiatría, Neurolo- tent/101490/
gía y Neurocirugía
www.sonepsyn.cl Development and Psychopathology (in-
glés):
Sociedad Chilena de Salud Mental http://journals.cambridge.org/action/
www.schilesaludmental.cl displayJournal?jid=DPP

Academia Americana de Psiquiatría del Seminars in Pediatric Neurology (inglés):


Niño y del Adolescente http://www.sciencedirect.com/science/
www.aacap.org journal/10719091

Academia Americana de Neurología (sec- Pediatric Neurology (inglés):


ción Pediátrica) www.elsevier.com/locate/pedneu
http://www.aan.com/go/about/sections/
child Epilepsia (inglés): www.epilepsia.com

Sociedad Europea de Psiquiatría del Revista Europea de Epilepsia (inglés):


Niño y del Adolescente www.seizure-journal.com
www.escap-net.org
Sitios recomendados en Psiquiatría
Sociedad Europea de Neurología Pediá-
trica Seminario Internacional
www.epns.info Vínculo, Trauma y Salud Mental: de la
Neurociencias a la Intenvención
Escuela de Postgrado de la Facultad de Me- Información e inscripciones Sra. Jessica
dicina de la Universidad de Chile Mazuela
www.postgradomedicina.uchile.cl jmazuela@redclinicauchile.cl

Revistas V Simposio Internacional Clínica Psiquiá-


trica Hospital Clínico Universidad de Chile
Revista Chilena de Psiquiatría y Neurolo- Contacto: sdias@clinicauchile.cl
gía de la Infancia y la Adolescencia:
www.sopnia.com/boletin.php Parámetros prácticos
www.aacap.org/page.w

80 Rev. Chil. Psiquiatr. Neurol. Infanc. Adolesc. / Volumen 24, Nº 1, Marzo 2103 Todos los derechos reservados
Noticias
w?section=Practice+Parameters&name= Sitios recomendados para pacientes
Practice+Parameters
Recursos generales (inglés):
Conflictos de interés (inglés): www.aacap.org/cs/root/facts_for_families/
www.aacap.org/cs/root/physicians_and_ informacion_para_la_familia www.aacap.
allied_professionals/guidelines_on_con- org/cs/resource.centers
flict_of_interest_for_child_and_adoles-
cent_psy-chiatrists Trastorno afectivo bipolar (inglés):
http://www.bpkids.org/learn/resources
Autismo (inglés):
www.autismresearchcentre.com Salud Mental

Suicidalidad (inglés): www.afsp.org Programa Habilidades para la Vida: http://


www.junaeb.cl/prontus_junaeb/site/ar-
Déficit atencional: tic/20100112/pags/20100112114344.html
www.tdahlatinoamerica.org
(inglés) www.chadd.org Chile Crece Contigo: www.crececontigo.cl
CONACE: www.conace.cl
Sitios recomendados en Neurología
Octavo estudio nacional de consumo de
Neurología Infantil Hospital Roberto del drogas en población general de Chile 2008:
Río: http://www.conace.cl/portal/index.
www.neuropedhrrio.org php?option=comcontent&view=article&i
d=384:descarga-el-octavo-estudio-nacio-
Otros sitios recomendados para resi- nal-de-consumo-de-drogas-en-poblacion-
dentes general-de-chile-2008&catid=74:noticia-
s&Itemid=559
Temas y clases de neurología:
http://sites.google.com/a/neuropedhrrio. OMS
org/docencia-pregrado-medicina/
Atlas de recursos en Salud Mental del Niño
Artículos seleccionados del BMJ: y del Adolescente: http://www.who.int/
www.bmj.com/cgi/collection/child_and_ mental_health/resources/Child_ado_atlas.
adolescent_psychiatry pdf

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INSTRUCCIONES A LOS AUTORES

(Actualizado en Octubre de 2009) en el texto, ya sea dentro del mismo, o al


pie de tablas o gráficos. El sistema interna-
Estas instrucciones han sido preparadas cional de medidas debe utilizarse en todos
considerando el estilo y naturaleza de la los trabajos.
Revista y los “Requisitos Uniformes para
los Manuscritos sometidos a Revista Bio- El texto se redactará siguiendo la estructu-
médicas” establecidos por el International ra usual sugerida para artículos científicos,
Comité of Medical Journal Editors, actuali- denominada “MIRAD” (introducción, mé-
zado, en noviembre de 2003 en el sitio web todo, resultados y discusión). En artículos
www.icmje.org. de otros tipos, como casos clínicos, revi-
siones, editoriales y contribuciones podrán
Se favorecerá la educación continua de los utilizarse otros formatos.
profesionales de la SOPNIA, mediante tra-
bajos originales, revisiones bibliográficas y 1. Página de título
casos clínicos comentados. El título debe ser breve e informativo. Se
listará a continuación a todos los autores
Se enviará el trabajo en su versión comple- con su nombre, apellido paterno, principal
ta, incluídas tablas y figuras, dirigidas a Dr. grado académico, grado profesional y lugar
Ricardo García Sepúlveda, Editor de la Re- de trabajo.
vista Chilena de Psiquiatría y Neurología Las autorías se limitarán a los participantes
de la Infancia y Adolescencia, a los e-mails: directos en el trabajo. La asistencia técni-
sopnia@tie.cl – sopniasoc@gmail.com. Se ca se reconocerá en nota al pie. En párrafo
incluirá identificación del autor principal, separado se mencionará dónde se realizó
incluyendo dirección, teléfonos, fax, direc- el trabajo y su financiamiento, cuando co-
ción de correo electrónico. rresponda. Se agregará aquí si se trata de
un trabajo de ingreso a SOPNIA. Se agre-
El trabajo se enviará, a doble espacio, con gará un pie de página con nombre comple-
letra arial 12. Para facilitar el proceso edi- to, dirección y correo electrónico del autor
torial, todas las páginas serán numeradas a quién se dirigirá la correspondencia.
consecutivamente, comenzando por la pá-
gina de título en el ángulo superior dere- 2. Resumen
cho. En hoja siguiente se redactará resumen en
español e inglés, de aproximadamente 150
El envío del trabajo se considerará eviden- palabras cada uno, que incluya objetos del
cia de que ni el artículo ni sus partes, tablas trabajo, procedimientos básicos, resultados
o gráficos están registrados, publicados o principales y conclusiones.
enviados a revisión a otra publicación. En
caso contrario se adjuntará información de 3. Palabras Claves
publicaciones previas, explícitamente cita- Los autores proveerán de 5 palabras claves
da, o permisos cuando el caso lo amerite. o frases cortas que capturen los tópicos
Todos los trabajos originales serán some- principales del artículo. Para ello se sugie-
tidos a revisión por pares. Los trabajos re- re utilizar el listado de términos médicos
chazados no serán devueltos al autor. (MeSH) del Index Medicus.

ESTILO 4. Trabajos Originales


Los trabajos deben escribirse en castellano Extensión del texto y elementos de apoyo:
correcto, sin usar modismos locales o tér- hasta 3.000 palabras, 40 referencias y 5 ta-
minos en otros idiomas a menos que sea blas o figuras.
absolutamente necesario. Las abreviaturas Contarán con la siguiente estructura:
deben ser explicadas en cuanto aparezcan

82 Rev. Chil. Psiquiatr. Neurol. Infanc. Adolesc. / Volumen 24, Nº 1, Marzo 2103 Todos los derechos reservados
Instrucciones a los autores
a. Introducción d. Resultados
Se aportará el contexto del estudio, se plan- Se presentará los resultados en una secuen-
tearán y fundamentarán las preguntas que cia lógica con los correspondientes textos,
motiven el estudio, los objetivos y las hipó- tablas e ilustraciones, privilegiando los
tesis propuestas. Los objetivos principales hallazgos principales. Se evitará repetir en
y secundarios serán claramente precisados. el texto la información proveída en forma
Se incluirá en esta sección sólo aquellas re- de tablas o ilustraciones, sólo se enfatizará
ferencias estrictamente pertinentes. los datos más importantes. Los resultados
numéricos no sólo se darán en la forma de
b. Método derivados (p.e.porcentajes) sino también
Se incluirá exclusivamente información como números absolutos, especificando
disponible al momento en que el estudio el método estadístico utilizado para anali-
o protocolo fue escrito. Toda información zarlos. Las tablas y figuras se restringirán a
obtenida durante el estudio pertenece a la aquellas necesarias para apoyar el trabajo,
sección Resultados. evitando duplicar datos en gráficos y ta-
blas. Se evitará el uso no técnico de térmi-
Selección y Descripción de Participantes nos tales como: “al azar”, “normal”, “signifi-
Se describirá claramente los criterios de cativo”, “correlación” y “muestra”.
selección de pacientes, controles o anima-
les experimentales incluyendo criterios de e. Discusión
elegibidad y de exclusión y una descripción Siguiendo la secuencia de los resultados
de la población en que se toma la muestra. se discutirán en función del conocimiento
Se incluirá explicaciones claras acerca de vigente se enfatizará los aspectos nuevos e
cómo y por qué el estudio fue formulado importantes del estudio y las conclusiones
de un modo particular. que de ellos se derivan relacionándolos
con los objetivos iniciales. No se repetirá
Información técnica en detalle la información que ya ha sido ex-
Se identificará métodos, equipos y procedi- puesta en las secciones de introducción o
mientos utilizados, con el detalle suficiente resultados. Es recomendable iniciar la dis-
como para permitir a otros investigadores cusión con una descripción sumaria de los
reproducir los resultados. Se entregará re- principales hallazgos para luego explorar
ferencias y /o breves descripciones cuando los posibles mecanismos o explicaciones
se trate de métodos bien establecidos, o para ellos. A continuación se comparará
descripciones detalladas cuando se tra- y contrastará los resultados con aquellos
te de métodos nuevos o modificados. Se de otros estudios relevantes, estableciendo
identificará con precisión todas las drogas las limitaciones del estudio, explorando las
o químicos utilizados, incluyendo nombre implicaciones de los hallazgos para futuros
genérico, dosis y vía de administración. estudios y para la práctica clínica. Se vin-
culará las conclusiones con los objetivos
c. Estadísticas del estudio, evitando realizar afirmaciones
Se describirá los métodos estadísticos con o plantear conclusiones no debidamen-
suficiente detalle como para permitir al te respaldadas por la información que se
lector informado el acceso a la informa- presenta. En particular se sugiere no hacer
ción original y la verificación de los resul- mención a ventajas económicas y de costos
tados reportados. a menos que el manuscrito incluya infor-
mación y análisis apropiado para ello.
Se cuantificará los hallazgos presentándo-
los con indicadores de error de medida. Se f. Referencias bibliográficas
hará referencia a trabajos estándares para Siempre que sea posible, se privilegiará las
el diseño y métodos estadísticos. Cuando referencias a trabajos originales por sobre
sea el caso, se especificará el software com- las revisiones. Se optará por número pe-
putacional utilizado. queño de referencias a trabajos originales

Todos los derechos reservados Rev. Chil. Psiquiatr. Neurol. Infanc. Adolesc. / Volumen 24, Nº 1, Marzo 2013 83
Instrucciones a los autores
que se consideren claves. Deberá evitarse el Para otro tipo de publicaciones, aténgase a
uso de abstracts como referencias. Cuando los ejemplos dados en los “Requisitos Uni-
se haga referencia a artículos no publica- formes para los Manuscritos sometidos a
dos, deberán designarse como “en prensa”, Revistas Biomédicas”.
“en revisión” o “en preparación” y deberán
tener autorización para ser citados. Se evi- g. Tablas
tará citar “comunicaciones personales” a Las tablas reúnen información concisa y la
menos que se trate de información esencial despliegan en forma eficiente. La inclusión
no disponible en forma pública. de información en tablas, contribuye a re-
ducir la longitud del texto. Las tablas se pre-
Estilo y formato de referencias sentarán en formato word a doble espacio,
Las referencias se numerarán consecutiva- cada una en hoja separada y se numerarán
mente, según su orden de aparición en el consecutivamente según su orden de apa-
texto. Las referencias se identificarán con rición. Se preferirá no usar líneas divisoras
números árabes entre paréntesis. Los tí- internas. Cada columna tendrá un corto
tulos de las revistas deberán abreviarse de encabezado. Las explicaciones y abrevia-
acuerdo al estilo usado en el Index Medi- ciones se incluirán en pies de página. Para
cus (http://www.nlm.nih.gov). los pies de página se usarán los siguientes
símbolos en secuencia: *,†,‡,§,||,¶,**,††,‡‡
Artículo de revista científica Se identificará medidas estadísticas de va-
Enumerar hasta los primeros seis autores riación (desviaciones estándar o errores
seguidos por et al., título del artículo en su estándar de medida).
idioma original, el nombre de la revista.
Usando las abreviaturas del index medicus h. Ilustraciones
abreviations, separados por comas, el año Las figuras serán dibujadas o fotografia-
separado por coma, volumen poner dos das en forma profesional. No deben estar
puntos: y las páginas comprendidas sepa- incluidas en el texto. También podrán re-
radas por guión: Ejemplo Salvo L, Rioseco mitirse en forma de impresiones digitales
P, Salvo S: Ideación suicida e intento sui- con calidad fotográfica. En el caso de ra-
cida en adolescentes de enseñanza media. diografías, TAC u otras neuroimágenes, así
Rev. Chil. Neuro-Psiquiat.1998,36:28-34. como fotos de especímenes de patología,
se enviará impresiones fotográficas a co-
Más de 6 autores lor o blanco y negro de 127 x 173 mm. Las
Ejemplo: Barreau M, Ángel L, García P, figuras deberán ser, en lo posible, autoex-
González C, Hunneus A, Martín A M, et plicatorias, es decir, contener título y expli-
al. Evaluación de una unidad de Atención cación detallada, (barras de amplificación,
Integral del adolescente en una clínica pri- flechas, escalas, nombres, y escalas en los
vada. Boletín SOPNIA. 2003,14(2):25-32. ejes de las gráficas, etc.). Las figuras serán
numeradas consecutivamente de acuerdo
Cuando se cita el capítulo de un libro. Ape- a su orden de aparición en el texto. Si una
llido e inicial de los autores, mencione los figura ha sido publicada previamente, se
autores con igual criterio que para las re- incluirá un agradecimiento y se remitirá
vistas. El título en idioma original, luego un permiso escrito de la fuente original,
el nombre del libro, los editores, el país, independientemente de su pertenencia al
el año de publicación, página inicial y fi- propio autor.
nal. Ejemplo: Pinto F. Diagnóstico clínico
del síndrome de Déficit Atencional (SDA). i. Abreviaciones y Símbolos
Síndrome de Déficit Atencional: López I, Se usará abreviaciones estándar, evitando
Troncoso L, Förster J, Mesa T. Editores. su uso en el título. En todos los casos, se
Editorial Universitaria; Santiago, Chile, explicitará el término completo y su co-
1998:96-106. rrespondiente abreviación precediendo su
primer uso en el texto.

84 Rev. Chil. Psiquiatr. Neurol. Infanc. Adolesc. / Volumen 24, Nº 1, Marzo 2103 Todos los derechos reservados
Instrucciones a los autores
5. Revisión de Temas plantear inquietudes, opiniones e ideas.
Extensión del tema y elementos de apoyo:
hasta 3.500 palabras, 80 referencias y 5 ta- 9. Archivos electrónicos
blas o figuras. Se aceptan archivos electrónicos en Micro-
soft Word. En archivos electrónicos deben
Revisión bibliográfica actualizada de temas anexarse los archivos de las figuras, como
de interés, según las instrucciones ya des- un mapa de bits, archivos TIF, JPEG, o al-
critas. gún otro formato de uso común. Cada fi-
gura debe tener su pie correspondiente.
6. Casos Clínicos
Extensión del texto y elementos de apoyo: 10. Publicaciones duplicadas
hasta 2.000 palabras, 10 referencias y 3 ta- Podrán publicarse artículos publicados en
blas o figuras. otras revistas con el consentimiento de los
autores y de los editores de estas otras re-
De interés práctico, con una revisión del vistas. Las publicaciones duplicadas, en el
tema y comentarios al respecto, en lo de- mismo u otro idioma, especialmente en
más esquema semejante al anterior. otros países se justifican y son beneficiosas
ya que así pueden llegar a un mayor núme-
7. Contribuciones ro de lectores si se cumplen las condiciones
Extensión del texto y elementos de apoyo: que se detallan a continuación:
hasta 2.000 palabras. Aprobación de los editores de ambas revis-
tas.
Pueden incluir experiencias de trabajo, te- En algunos casos puede ser suficiente una
mas en relación a nuestras especialidades versión abreviada.
como aspectos éticos, gestión asistencial, La segunda versión debe reflejar con ve-
salud pública, aspectos legales, epidemio- racidad los datos e interpretaciones de la
lógicos y sociológicos u otros que se consi- primera versión.
deren de interés. Un pie de página de la segunda versión
debe informar que el artículo ha sido pu-
8. Cartas al Director blicado totalmente o parcialmente y debe
Extensión del texto y elementos de apoyo: citar la primera referencia Ej.: Este artículo
hasta 1.500 palabras incluyendo hasta 6 re- está basado en un estudio primero repor-
ferencias y una tabla o figura. tado en (Título de la revista y referencia).
Espacio abierto, en que los socios pueden

Todos los derechos reservados Rev. Chil. Psiquiatr. Neurol. Infanc. Adolesc. / Volumen 24, Nº 1, Marzo 2013 85
86 Rev. Chil. Psiquiatr. Neurol. Infanc. Adolesc. / Volumen 24, Nº 1, Marzo 2103 Todos los derechos reservados
REVISTA CHILENA DE
PSIQUIATRIA Y NEUROLOGIA
DE LA INFANCIA Y
ADOLESCENCIA
ISSN-0718-3798
Versión impresa

7\ISPJHJP}U6ÄJPHSKLSH
SOCIEDAD DE PSIQUIATRÍA Y NEUROLOGÍA
DE LA INFANCIA Y ADOLESCENCIA

Volumen 24 – N°1 – Marzo 2013

Todos los derechos reservados Rev. Chil. Psiquiatr. Neurol. Infanc. Adolesc. / Volumen 24, Nº 1, Marzo 2013 1
DIRECTORIO

DRA. ALICIA ESPINOZA ABARZÚA


Presidenta

DRA. VIVIANA VENEGAS SILVA


Vicepresidenta

DRA. KERYMA ACEVEDO GALLINATO


Tesorera

PSP. GLORIA VALENZUELA BLANCO


Secretaria General

DRA. MARITZA CARVAJAL GAMÉ


Past - President

DRA. DOLLY FIGUEROA ELLINGER


DRA. MARCELA CONCHA CÁCERES
DR. JUAN FRANCISCO CABELLO ANDRADE
DR. JUAN ENRIQUE GONZÁLEZ GASTELLÚ
Directores

GRUPOS DE ESTUDIO

Grupo de Estudio Trastornos del Desarrollo GTD


Presidenta
Ps. Andrea Moyano

Grupo de Estudio Adolescencia y Adicciones


Presidente
Dr. Alejandro Maturana

Grupo de Estudio Trastornos del Sueño en Pediatría


Presidente
Dr. Tomás Mesa

Grupo de Estudio Enfermedades Neuromusculares y Trastornos Motores de la Infan-


cia y Adolescencia
Presidente
Dr. Ricardo Erazo

2 Rev. Chil. Psiquiatr. Neurol. Infanc. Adolesc. / Volumen 24, Nº 1, Marzo 2103 Todos los derechos reservados
STAFF

DR. RICARDO GARCÍA S.


Editor General
Universidad de Chile/Clínica las Condes

DRA. MURIEL HALPERN G.


Editora Asociada de Psiquiatría / Universidad de Chile

DRA. ISABEL LÓPEZ S.


Editora Asociada de Neurología / Clínica las Condes

DRA. FREYA FERNÁNDEZ K.


Past-Editor/consulta privada

DRA. MARCELA MATAMALA


Asistente Editora de Psiquiatría

DR. XIMENA VARELA / DR. JUAN FRANCISCO CABELLO A.


Asistentes Editores de Neurología

DRA. MARÍA DE LOS ÁNGELES AVARIA B.


Asesora Resúmenes en Inglés / Hospital Roberto del Río

DRA. VIVIANA HERSKOVIC M.


Asesora Resúmenes en Inglés / Clínica las Condes

COMITÉ EDITORIAL NACIONAL

Dr. Carlos Almonte V. Universidad de Chile, Santiago


Dra. Marcela Larraguibel Q. Clínica Psiquiátrica Universitaria, Santiago
Dr. Tomás Mesa L. Universidad Católica de Chile, Santiago
Dr. Fernando Novoa S. Hospital Carlos Van Buren, Valparaíso
Ps. Gabriela Sepúlveda R. Universidad de Chile / Santiago
Dr. Mario Valdivia P. Universidad de Concepción
Dr. Hernán Montenegro A. Universidad de Santiago, USACH
Dra. Mónica Troncoso Sch. Hosp. Clínico San Borja Arriarán, Santiago
Dra. Karin Kleusteuber S. Universidad de Chile, Clínica Las Condes
Dra. Flora de la Barra M. Universidad de Chile, Santiago

Todos los derechos reservados Rev. Chil. Psiquiatr. Neurol. Infanc. Adolesc. / Volumen 24, Nº 1, Marzo 2013 3
Staff

COMITÉ EDITORIAL INTERNACIONAL

Neurología

Dr. Jaime Campos Hosp. Clínic. de San Carlos, Madrid, España


Dra. Patricia Campos Universidad de Cayetano Heredya, Perú
Dra. Lilian Czornyj Hospital de Niños, Garrahan, Argentina
Dr. Philip Evrard Clinique Saint-Joseph, Francia
Dr. Agustín Legido Universidad de Philadelphia, U.S.A.
Dr. Jorge Malagón Academia Mexicana de Neurología, México
Dr. Joaquín Peña Hospital Clínico la Trinidad, Venezuela

Psiquiatría

Dra. Susana Bradley Universidad de Toronto, Canadá.


Dr. Pablo Davanzo Univ. De California UCLA, U.S.A.
Dr. Gonzalo Morandé Hospital Niño Jesús, España
Dr. Francisco de la Peña Universidad Nacional Autónoma de México
Dr. Daniel Pilowski Universidad de Columbia, U.S.A.

4 Rev. Chil. Psiquiatr. Neurol. Infanc. Adolesc. / Volumen 24, Nº 1, Marzo 2103 Todos los derechos reservados
INFORMACION GENERAL

Origen y Gestión
La revista Chilena de Psiquiatría y Neurología de la Infancia y la Adolescencia, SOPNIA,
es el órgano oficial de expresión científica, y fue creada en 1989, bajo el nombre de Bo-
letín. La gestión editorial está delegada a un Editor de la revista, un Editor asociado de
Psiquiatría y otro de Neurología, más un comité Editorial, quienes tienen plena libertad e
independencia en este ámbito.

Misión y objetivos
La revista tiene como misión publicar artículos originales e inéditos que cuban las áreas
de Psiquiatría y Neurología de la Infancia y Adolescencia y otros temas afines: Pediatría,
Neurocirugía Infantil, Psicología y Educación, de modo de favorecer la integración de
miradas y el trabajo interdisciplinario.

Se considera además la relación de estas especialidades con la ética, gestión asistencial,


salud pública, aspectos legales, epidemiológicos y sociológicos.

Las modalidades de presentación del material son: artículos de investigación, casos clí-
nicos, revisiones de temas enfocados a la medicina basada en la evidencia, comentarios
sobre artículos de revistas y libros, cartas, contribuciones y noticias.

Público
Médicos especialistas, Psiquiatras y Neurólogos de la Infancia y la Adolescencia, otros
médicos, profesionales de salud afines, investigadores, académicos y estudiantes que re-
quieran información sobre el material contenido en la revista.

Modalidad Editorial
Publicación trimestral de trabajos revisados por pares expertos (peer review) que cum-
plan con las instrucciones a los autores, señaladas al final de cada número.

Resúmenes e indexación
La revista está indexada en Lilacs (Literatura Latinoamericana y del Caribe en Ciencias
de la Salud. http://www.bireme.org/abd/E/chomepage.htm.) Índice bibliográfico médico
Chileno. Sitio WEB Ministerio de Salud.
Acceso a artículos completos on line www.sopnia.com

Abreviatura
Rev. Chil. Psiquiatr. Neurol. Infanc. Adolesc. ISSN 0718 – 3798

Diseño
Juan Silva: jusilva2@gmail.com / Cel.: 9799 5964

Toda correspondencia editorial debe dirigirse a Dr. Ricardo García Sepúlveda. Editor Re-
vista Chilena de Psiquiatría y Neurología de la Infancia y Adolescencia, Esmeralda 678,
2°piso, interior, fono/fax: 2632.0884, email: sopniatie.cl, sitio Web: www.sopnia.com San-
tiago, Chile.

Todos los derechos reservados Rev. Chil. Psiquiatr. Neurol. Infanc. Adolesc. / Volumen 24, Nº 1, Marzo 2013 5
INDICE

Editorial
t 5SBTUPSOPEFM&TQFDUSP"VUJTUB 5&"
Z$POGFSFODJB*OUFSOBDJPOBM
Redeamericas sobre TEA.
Autism Spectrum Disorder (ASD) and Redeamericas International
Conference about ASD.
Dr. Ricardo García Sepúlveda 7

Trabajos Originales
t 4ÓOESPNFEF+PVCFSUSFQPSUFEFTJFUF$BTPT$MÓOJDPT
Joubert Syndrome: report of seven clinical cases
Dra. María Verónica Julio, Dra. Javiera Tello, Dra. Perla David,
Dra. María Antonia Mena 11
t $PNPSCJMJEBE1TJRVJÈUSJDBFO"EPMFTDFOUFTDPO&QJMFQTJB
Psychiatric Comorbidity in Adolescents with Epilepsy
Dra. Karina Rosso, Dra. Yairet Soto, Dr. Enzo Rivera, Dr. Fernando Pinochet 17

Casos Clínicos
t 1BUSØOFMFDUSPFODFGBMPHSÈĕDPDBSBDUFSÓTUJDPFOTÓOESPNFJOWEVQ 
%PTDBTPT
clínicos.
Electroencephalographic pattern in the inv dup (15) syndrome: two case reports
Dra. Jovanka Pavlov, Dra. Francesca Solari, Dra. Fanny Cortés,
Dra. Catalina Torres, Dra. Loreto Ríos 25

Revisiones de Temas
t "DUVBMJ[BDJØOFOFM5SBUBNJFOUPEFMB'BTFEF"MUP3JFTHPEF1TJDPTJT
Psychosis high risk phase. Treatment update.
Dra. Karen Ulloa, Dr. Ricardo García 31
t $JSVHÓBEFMB&QJMFQTJBFOOJ×PTFMFTUBEPEFMBSUF
Epilepsy Surgery in children: the state of the art
Dr. Manuel Campos, Dra. Loreto Ríos, Dra. Francesca Solari, Dra. Isabel López,
Dra. Ximena Varela, Dra. Carolina Álvarez, E.U. Loreto Olate, Dr Felipe Otaiza 43
t *SSJUBCJMJEBEFO/J×PTZ"EPMFTDFOUFTFMEFTBGÓPEFM%4.7
Irritability in Children and Adolescent, DSM-V
Dra. Marcela Abufhele, Dr. Syed S.A. Naqvi 49
t Estrategias de intervención en esquizofrenia resistente a tratamiento en niños
y adolescentes
Intervention strategies in treatment-refractory schizophrenia in children and
adolescents
Dra. Paula Zomosa, Dr. Ricardo García 60

Comentarios de Libros
t 1TJDPUFSBQJB&WPMVUJWBDPOOJ×PTZBEPMFTDFOUFT
Ps. María Gabriela Sepúlveda, Editorial Mediterráneo 74

Reuniones y Congresos 76
Grupo de Estudios 79
Noticias 80
Instrucciones a los Autores 82

6 Rev. Chil. Psiquiatr. Neurol. Infanc. Adolesc. / Volumen 24, Nº 1, Marzo 2103 Todos los derechos reservados
EDITORIAL

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tional Conference about ASD
Dr. Ricardo García S.1

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1. Editor General Revista Chilena de Psiquiatría y Neurología de la Infancia y Adolescencia.


Profesor Asociado U. de Chile.

Todos los derechos reservados Rev. Chil. Psiquiatr. Neurol. Infanc. Adolesc. / Volumen 24, Nº 1, Marzo 2013 7
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8 Rev. Chil. Psiquiatr. Neurol. Infanc. Adolesc. / Volumen 24, Nº 1, Marzo 2103 Todos los derechos reservados
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Todos los derechos reservados Rev. Chil. Psiquiatr. Neurol. Infanc. Adolesc. / Volumen 24, Nº 1, Marzo 2013 9
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Dra. María Verónica Julio1, Dra. Javiera Tello1, Dra. Perla David2, Dra. María Antonia
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Todos los derechos reservados Rev. Chil. Psiquiatr. Neurol. Infanc. Adolesc. / Volumen 24, Nº 1, Marzo 2013 11
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Key words:1V\ILY[Z`UKYVTLWYPTHY`JPSPVWH[O`TVSHY[VV[OZPNUKL]LSVWTLU[HSKLSH`

INTRODUCCIÓN que codifican para proteínas ciliares pri-


marias (8). Sin embargo, estos genes dan
El Síndrome de Joubert (SJ) es una afec- cuenta del 50% de los pacientes y no existe
ción genética familiar del neurodesarrollo una correlación clara entre el genotipo y
descrita por primera vez en cuatro niños fenotipo expresado (7). Asimismo puede
en 1969 por Marie Joubert y cols (1). El existir sobreposición de síndromes con
cuadro clásico se caracteriza por hiperpnea otras ciliopatías (9). Hoy en día es posible
episódica, ataxia, retardo mental y anor- identificar estas alteraciones genéticas con
malidad de los movimientos oculares, aso- test moleculares a través de diversas técni-
ciado a agenesia del vermis cerebeloso. El cas de laboratorio tales como reacción en
término Síndrome de Joubert se estableció cadena polimerasa (PCR), detección de ge-
luego de que Boltshauser e Isler describie- nes con fluorescencia, amplificación y se-
ran tres casos clínicos similares. Más de 20 cuenciación de genes, y detección de muta-
años después de la primera publicación, se ciones puntuales, entre otras (3), pudiendo
encontró un signo característico en neu- incluso hacerse el diagnóstico prenatal. En
roimágenes, llamado “signo del molar” general son estudios de alto costo y en Chi-
(SM), que traduce una constelación de le están disponibles en escasos lugares.
anormalidades del vermis cerebeloso y de
la fosa posterior (2). Esta enfermedad cursa con anomalías de
la fosa posterior y conexiones aberrantes
En la mayoría de los casos la forma de he- de la sustancia blanca (10). El SM resulta
rencia de SJ es autosómica recesiva, a ex- de hipo-displasia del vermis cerebeloso,
cepción de un subtipo asociado a X (3, 4). anormalidades en la profundidad de la fosa
Se han descrito una serie de alteraciones interpeduncular a nivel de istmo y puente,
genéticas y anatomopatológicas, relacio- con los pedúnculos cerebelosos superiores
nadas a una alteración en la estructura horizontalizados, engrosados y alargados
y/o función de los cilios de las membranas (2, 6). Este signo también se observa en
celulares, constituyendo una ciliopatía pri- otras entidades constituyendo los llamados
maria (5, 6). Los cilios tienen un rol funda- “desórdenes relacionados a SJ” (DRSJ), que
mental en el desarrollo y funcionamiento además pueden tener alteraciones gené-
de diversos tipos celulares, incluyendo los ticas en común como con el síndrome de
fotorreceptores de la retina, neuronas, cé- Meckel (6, 7). Se han visto otras malfor-
lulas de túbulos renales y de la vía biliar, maciones del SNC en anatomía patológica
entre otros (6, 7, 8). En el desarrollo del asociadas a SJ como la no decusación del
cerebelo y troncoencéfalo, regulan vías de tracto corticoespinal y de los pedúnculos
transducción de señales implicadas en la cerebelosos superiores, aplasia o hipopla-
proliferación celular y migración axonal sia cerebelosa y de los núcleos de la base,
(6). fragmentación de los núcleos cerebelosos,
heterotopía de las neuronas Purkinje-like,
Hasta la fecha se han descrito quince al- displasia pontina y de estructuras espina-
teraciones génicas asociadas a SJ, entre les como de la base del puente, formación
ellas: INPP5E, TNEM216, AHI1, NPHP1, reticular, oliva inferior, columna dorsal
CEP290, TMEM67, RPGRIP1L, ARL13B, y núcleo del tracto solitario, así como al-
CC2D2A, OFD1, KIF7, TCTN1 y TCTN2, teraciones de la médula espinal (6, 7). Se

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describe también una dilatación y distor- sin antecedentes familiares, y se recolecta-
sión del cuarto ventrículo con desviación ron los datos necesarios para este estudio.
rostral simulando unas alas de murciélago
constituyendo un signo que lleva ese nom- RESULTADOS
bre o también llamado “en paraguas” (4,
5, 11). Se ha descrito además la presencia La muestra consistió en siete pacientes, de
de hamartoma hipotalámico y ausencia los cuales seis eran varones. El diagnóstico
de la glándula pituitaria (4). Todas estas se realizó entre la etapa prenatal y los cinco
alteraciones sugieren que el fenotipo cere- años de vida. Tres de los pacientes varones
beloso del SJ emerge de la combinación de eran hermanos. Los padres recibieron con-
un patrón defectuoso (aplasia del vermis) sejo genético en relación al riesgo de re-
con compromiso de la proliferación (hi- currencia de la misma afección, razón por
poplasia generalizada) y migración celular la cual la madre se esterilizó (ligadura de
aberrante (fragmentación de los núcleos trompas); a pesar de ello concibió un tercer
cerebelosos) (7). Finalmente, es importan- hijo también portador de SJ (foto 1). Dados
te destacar la ausencia de alteraciones cere- los antecedentes familiares y los hallazgos
brales en general, en un cuadro que suele característicos en la ecografía, fue posible
asociarse a déficit intelectual; esto pone de hacer el diagnóstico prenatal. En los otros
manifiesto la importancia del cerebelo en seis pacientes el diagnóstico se hizo por el
funciones cognitivas e inteligencia (4). cuadro clínico y por tener una Resonancia
Magnética característica con el SM. No se
La prevalencia estimada de SJ es de 1/80.000 encontraron otras alteraciones en la RM de
a 1/100.000 recién nacidos vivos (RNV) (7, cerebro en la mayoría de los pacientes, ex-
13). En Europa se estima una prevalencia ceptuando al mayor de los hermanos que
de 1/100.000 habitantes (14,15) y en Ara- presentó además el sigo del paraguas an-
bia Saudita una prevalencia de 4,8% de los tes descrito, hipoplasia cerebelosa y de los
RNV con malformaciones del SNC, similar pedúnculos cerebelosos, y alteraciones en
al síndrome de Dandy-Walker; se piensa los núcleos de la base. La clínica de cada
que es un síndrome subdiagnosticado (4, paciente, se resume en la tabla 1. Todos los
5, 6, 16). pacientes presentaron retraso del desarro-
llo psicomotor (RPM) y dismorfias facia-
Así, hasta la fecha se han publicado múlti- les, polidactilia (2), episodios de apnea/hi-
ples estudios que ayudan a describir mejor perpenea (5), ataxia/dispraxia (5), apraxia
la fisiopatología, las alteraciones genéticas oculomotora (2), alteraciones visuales (3),
asociadas, el estudio con imágenes, las ma- enfermedad de Hirschprung (1).
nifestaciones clínicas y el pronóstico de los
niños con este síndrome. El objetivo de De los hermanos, uno tenía marcha atáxi-
este trabajo es describir la presentación clí- ca, apneas y RPM y el otro, principalmente
nica y la edad de diagnóstico de niños con apneas; dos de ellos presentaban alteracio-
este síndrome y compararlos con lo descri- nes en la agudeza visual requiriendo el uso
to en la literatura. de lentes (foto 1 y 2). El único caso feme-
nino inició la clínica con episodios de ap-
PACIENTES Y MÉTODOS neas e hiperpneas y RPM (foto 3 y 4). Uno
de los pacientes presentó apnea/hiperpnea
Se realizó una revisión retrospectiva de llegando incluso a paro respiratorio, requi-
fichas clínicas de pacientes con diagnósti- riendo ventilación mecánica y luego una
co de SJ entre los años 2002-2012 del Po- cirugía de faringoplastia.
liclínico de Neuropediatría de una de las
autoras (PD). Se consideró como criterios No se encontraron en esta muestra de pa-
diagnósticos a aquellos pacientes que te- cientes otras alteraciones descritas en casos
nían las manifestaciones clínicas típicas y de pacientes con SJ, tales como alteraciones
la neuroimagen característica del SJ, con o hepáticas, obesidad y quistes renales.

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En ninguno de los casos se obtuvo estudio mujer), son los que han tenido peor evolu-
de alteraciones genéticas por falta de recur- ción con mayores dificultades en la lectoes-
sos. critura, lenguaje e integración social, espe-
cialmente el varón que sólo recientemente
Actualmente todos estos pacientes pre- ha logrado aprender a escribir. Todos per-
sentan una discapacidad intelectual va- sisten con dispraxia, que ha disminuido
riable de nivel leve a moderada. Todos se luego de las terapias; el mayor de los tres
encuentran en rehabilitación con terapia hermanos persiste con ataxia marcada y el
ocupacional y kinesiología, en programas menor presenta una dispraxia leve. Todos
de integración escolar y con educación di- han logrado escribir con dificultad, el más
ferenciada. Los pacientes con diagnóstico grande con el desempeño más bajo.
más tardío (el mayor de los hermanos y la

Tabla 1. Resumen de Características Clínicas por Paciente

Paciente Sexo Edad Dg Presentación Clínica DI


(años)
RDPM Ap-Hp MA-D AO DF PD EH AV

Caso 1 M 5 Severa

Caso 2 M 2 Moderada
Caso 3 M Prenatal Leve
Caso 4 M 2 Moderada
Caso 5 M 2 Moderada
Caso 6 M 3 Moderada
Caso 7 F 5 Moderada

DISCUSIÓN manifestaciones descritas en la literatura


(8, 9, 12, 13). En concordancia con otros
En el SJ existe una serie de manifestaciones estudios, tampoco se encontró retinopatía
clínicas con una amplia variedad de expre- propiamente tal, pero sí una disminución
sión fenotípica, pero predomina el cuadro de la agudeza visual en dos pacientes (9).
descrito originalmente de hiperpnea, ata- La enfermedad de Hirschsprung, presente
xia, retardo mental (en este caso RPM) y en un caso, es poco frecuente en SJ, pero
anormalidad de los movimientos oculares, también ha sido descrita en la literatura
asociado a alteraciones anátomo-funcio- (17).
nales de la fosa posterior, que pudo con-
firmarse en las neuroimágenes de todos A pesar de no haberse realizado estudio
estos pacientes. Todas las manifestaciones genético en estos pacientes, la presencia
clínicas observadas en nuestros pacientes de tres hermanos con el síndrome mues-
han sido descritas en otros trabajos sobre tra una alteración genética específica con
el SJ: el defecto cognitivo representado posible herencia ligada al X. Esto pone de
como RPM y luego en discapacidad men- manifiesto la necesidad de realizar un es-
tal, la polidactilia, la apraxia oculomotora, tudio genético frente a la sospecha de SJ,
la marcha atáxica, la alteración en el patrón para otorgar a los padres un diagnóstico y
respiratorio ya descrita y las dismorfias pronóstico más específico con consejo ge-
faciales. En esta serie no se encontró, pa- nético oportuno. Considerando que este
cientes con hepatopatía, obesidad, quistes es un síndrome subdiagnosticado y con
renales, situs inversus ni otras múltiples expresión fenotípica variable, disponer

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del recurso genético-molecular, permiti-
ría el diagnóstico en un mayor número de
casos. Independientemente de que estos
pacientes estén en rehabilitación con una
evolución favorable respecto al momento
del diagnóstico, es probable que un diag-
nóstico precoz permita una mejor rehabili-
tación e integración social, que la observa-
da en estos casos, donde los más afectados
en la evolución fueron los de diagnóstico
más tardío y el de mejor evolución fue el
paciente al que se le realizó el diagnóstico
antes de nacer.

El SJ Es un cuadro raro, que requiere de


alta sospecha clínica para su diagnóstico,
tratamiento y rehabilitación precoz. Las te- Foto 3 y 4. Mujer con SJ; dismorfias facia-
rapias personalizadas y un abordaje multi- les y Herencia genética. Aumento de la base
disciplinario, ayudan a una mejor integra- de sustentación, reflejo de alteraciones de la
ción a la sociedad y mejor calidad de vida. fosa posterior.

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;9()(16:690.05(3,:

*VTVYIPSPKHK 7ZPX\Pm[YPJH LU (KVSLZJLU[LZ JVU


Epilepsia
7Z`JOPH[YPJ*VTVYIPKP[`PU(KVSLZJLU[Z^P[O,WPSLWZ`
Dra. Karina Rosso1, Dra. Yairet Soto2, Dr. Enzo Rivera3, Dr. Fernando Pinochet4.

Resumen. Objetivo:+HYHJVUVJLY`JVTWHYHYSHJVTVYIPSPKHKWZPX\Pm[YPJHLU[YLHKVSLZJLU-
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Palabras claves: ,WPSLWZPHHKVSLZJLUJPHJVTVYIPSPKHKWZPX\Pm[YPJHWZPJVWH[VSVNxH40502PK

Abstract. Objective:;VWYLZLU[HUKJVTWHYLWZ`JOPH[YPJJVTVYIPKP[`HTVUNHKVSLZJLU[Z
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;YHIHQVZ6YPNPUHSLZ
INTRODUCCIÓN nos del ánimo, trastornos de ansiedad y
trastorno por déficit de atención con hipe-
Durante las últimas décadas han cambiado ractividad (TDAH)(2, 6, 7).
los objetivos del tratamiento de la epilep-
sia. Si bien anteriormente el tratamiento se Un estudio en niños con epilepsia entre 5
focalizaba en la reducción del número de y 16 años encontró que a pesar de que el
crisis, hoy en día se considera que el ma- 60% de los casos cumplía algún diagnósti-
nejo debe ir dirigido a la calidad de vida de co a partir de los criterios DSM IV (Diag-
estos pacientes, determinado en gran parte nostic and Statistical Manual of Mental
por la frecuencia de las crisis, pero sin de- Disorders, versión IV), sólo el 33% había
jar de lado otros aspectos relevantes como recibido un tratamiento psiquiátrico. (5,8).
son los efectos colaterales de los anticon-
vulsivantes, las comorbilidades asociadas o M.I.N.I. Kid (Mini International Neu-
la inserción social y laboral. ropsychiatric Interview for Children and
Adolescents), es una entrevista psiquiá-
La epilepsia se ha descrito desde tiempo trica estructurada, para el diagnóstico de
remotos, Hipócrates (400 A.C.), en su obra los trastornos mentales más frecuentes del
“De Morbo Sacro” (“sobre la enfermedad eje I del DSM IV y CIE 10. Tiene tres ver-
sagrada”) describe: “los melancólicos nor- siones, el M.I.N.I. Kid es la forma extensa
malmente se hacen epilépticos y los epi- para aplicación desde 6 hasta 17 años 11
lépticos melancólicos: lo que determina la meses. Se aplica al niño o adolescente sólo
preferencia es la dirección que la enferme- o acompañado por su padre. La validación
dad toma, si va al cuerpo se produce la epi- del MINI Kid mostró que es una buena he-
lepsia, si a la inteligencia la melancolía” (1). rramienta diagnóstica para los trastornos
del ánimo, trastorno de ansiedad, TDAH y
La adolescencia es un período de alta vul- trastorno de conducta (área bajo la curva
nerabilidad emocional, marcado por la for- = 0.81–0.96, κ = 0.56–0.87). Para los tras-
mación de la identidad y consolidación del tornos psicóticos tenía menor sensibilidad,
desarrollo de la personalidad, período en pero con especificidad aceptable. (8) La en-
el cual los trastornos psiquiátricos son de trevista está separada por módulos, donde
mayor prevalencia. En niños con epilep- cada ítem incuye 2- 4 preguntas de tamiza-
sia, la prevalencia de trastornos de la salud je, que de ser positivas, se aplican todas las
mental varía entre el 16% y 77%. (2, 3, 4) preguntas del tema. Todas las respuestas
Esta gran variabilidad entre los distintos están en formato si /no. La aplicación de
estudios se debe a diferencias metodológi- la entrevista, tiene una duración de 30-45
cas tales como nosología, métodos de eva- minutos.
luación de casos, marco temporal, tipos de
epilepsia, etc. Los diagnósticos que incluye el MINI Kid
son: evaluación del riesgo de suicidabili-
Existen múltiples teorías respecto de la dad, episodio depresivo mayor, trastorno
asociación entre epilepsia y trastornos distímico, episodio maníaco, trastorno de
mentales; se han descrito diversos factores angustia, agorafobia, trastorno de ansiedad
de riesgo, pero con resultados inconsisten- de separación, fobia social, fobia específica,
tes entre los estudios. (2) La mayoría de trastorno obsesivo compulsivo, estado por
los estudios no han encontrado asociación estrés postraumático, abuso y/o dependen-
entre edad de inicio, frecuencia o tipo de cia de alcohol, abuso y/o dependencia de
crisis, lateralización del foco epiléptico y drogas, trastorno de tics, trastorno por dé-
psicopatología en niños con epilepsia. (4,5) ficit de atención e hiperactividad (TDAH),
trastorno de la conducta, trastorno oposi-
Los trastornos psiquiátricos más frecuen- cionista desafiante (TOD), trastornos psi-
temente descritos en la literatura en niños cóticos, trastorno de ansiedad generalizada
y adolescentes con epilepsia son: trastor- y trastorno adaptativo.

18 Rev. Chil. Psiquiatr. Neurol. Infanc. Adolesc. / Volumen 24, Nº 1, Marzo 2103 Todos los derechos reservados
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El objetivo de este trabajo es describir y ralizado del desarrollo. De esta manera 34
comparar la comorbilidad psiquiátrica en cumplieron los criterios de inclusión, dos
adolescentes portadores de epilepsia acti- de ellos no aceptaron participar en el es-
va versus adolescentes sin epilepsia. tudio, refiriendo que tenían dificultad para
transportarse hasta el HCVB y otros dos
PACIENTES Y MÉTODO habían cambiado de domicilio. Finalmente
el grupo de estudio quedó constituido por
Se trata de un estudio descriptivo con un 30 casos (Figura 1).
grupo control. A partir de la base estadísti-
ca del Hospital Carlos van Buren (HCVB) Grupo de comparación: Treinta adoles-
de Valparaíso, se revisaron las fichas médi- centes sin diagnóstico de epilepsia, parea-
cas de todos los pacientes adolescentes con dos por edad y género, seleccionados por
diagnóstico de epilepsia en control entre muestreo aleatorio estratificado a partir de
enero y diciembre del año 2010. Se con- Liceo Eduardo de la Barra de Valparaíso.
versó con los padres o cuidadores de cada Se les aplicó la misma entrevista M.I.N.I.
adolescente para completar y actualizar los Kid, con la misma evaluadora para ambos
datos, caracterizando así la fecha de última grupos.
crisis.
Variables analizadas: Según la ficha mé-
Para evaluar la comorbilidad psiquiátrica dica y los datos aportados por los apode-
tanto en el grupo casos como control se rados de cada paciente, se registraron las
utilizó como instrumento el M.I.N.I. Kid, siguientes variables: edad, sexo, comorbili-
“mini international neuropsychiatric inter- dades psiquiátricas, tipo de epilepsia, tipo
view for children and adolescents”. y frecuencia de crisis, fármacos antiepilép-
ticos en uso y respuesta al tratamiento far-
Criterios inclusión: Sujetos de entre 13 y macológico (refractaria o no).
18 años de edad, portadores de epilepsia
activa, definida como la ocurrencia de al Procedimiento: Los adolescentes que cum-
menos una crisis en los 12 meses previos. plieron con los criterios de inclusión fue-
ron contactados telefónicamente para una
Criterios de exclusión: Ausencia de crisis evaluación junto a sus padres con el objeti-
epiléptica durante los últimos 12 meses, vo de explicarles directamente en qué con-
déficit intelectual con coeficiente intelec- sistía el estudio y solicitar su aprobación.
tual menor o igual a 70, trastorno gene- Luego se les aplicó la encuesta M.I.N.I. Kid
ralizado del desarrollo (debido a la impo- directamente a los adolescentes, y a partir
sibilidad de obtener respuestas confiables de su resultado se obtuvo los siguientes
en la encuesta M.I.N.I. Kid), rechazo de diagnósticos, todos como categóricas dico-
consentimiento informado. Se definieron tómicas, con resultado presente o ausente:
estos criterios con el objetivo de hacer el Episodio depresivo mayor, Trastorno distí-
estudio comparable a otros estudios en la mico, Episodio (hipo) maníaco, Trastorno
literatura. de angustia, Agorafobia, Trastorno de an-
siedad de separación, Fobia social, Fobia
Grupo de estudio (o con epilepsia): específica, Trastorno obsesivo compulsivo,
Abuso y dependencia de alcohol, Trastorno
Selección de los individuos: de 95 pacien- asociado al uso de sustancias psicoactivas,
tes entre 13 y 18 años de edad que se ha- Trastorno por déficit de atención con hipe-
llaban en control con diagnóstico de epi- ractividad, Trastorno de conducta disocial,
lepsia en el HCVB, se descartaron 31 por Trastorno negativista desafiante, Trastor-
no haber tenido crisis durante los 12 meses nos psicóticos, Trastorno de ansiedad ge-
previos a la evaluación. Otros 30 pacien- neralizada y Trastorno adaptativo. Además
tes eran portadores de epilepsias asociadas este cuestionario incluye un módulo que
a deficiencia intelectual o trastorno gene- evalúa el riesgo de suicidio pasado con pre-

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;YHIHQVZ6YPNPUHSLZ

Figura 1: Diagrama de flujo de pacientes, para selección del Grupo de estudio.

guntas respecto al deseo de estar muerto, ción normal y prueba U de Mann-Whitney


los intentos por hacerse daño y los intentos para aquéllas con distribución no normal.
de quitarse la vida antiguos; el riesgo de Para comparar las distintas variables cuan-
suicidio actual se refiere a si en el último titativas según el tipo de epilepsia se utilizó
mes ha tenido deseos de estar muerto, ha- la prueba de Análisis de Varianza (ANO-
cerse daño, pensar en quitarse la vida, en VA) de una vía, donde se comparan las me-
cómo quitársela o intentos frustros, cada dias de los grupos. Para evaluar qué grupos
una de estas preguntas con distinto punta- poseen las diferencias más significativas,
je, así se puede clasificar en riesgo de suici- se utilizó la prueba Post-hoc de Bonferro-
dio leve, moderado o alto. ni. Se utilizó el Coeficiente de Correlación
de Pearson para evaluar el grado de aso-
Estudio estadístico: Se realizó estadística ciación entre las variables cuantitativas. Se
descriptiva, utilizándose como medidas consideró estadísticamente significativo p
de resumen la media y la desviación están- < 0,05.
dar (D.E.) en el caso de aquellas variables
con distribución normal, o mediana y ran- Consideraciones éticas: Sin conflicto de
go intercuartílico (R.I.C) para aquellas sin intereses, el proyecto fue aprobado por el
distribución normal. Se usó prueba exacta Comité de Bioética de la Facultad de Me-
de Fisher para ver la asociación entre dos dicina de la Universidad de Valparaíso.
variables dicotómicas entre sí. Se realizó Se aplicaron consentimientos informados
comparación de medias de las variables tanto a los padres como a los adolescentes,
cuantitativas, usándose prueba t de Student en ambos grupos.
para el caso de las variables con distribu-

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;YHIHQVZ6YPNPUHSLZ
Por ser un estudio descriptivo, observacio- Respecto al tratamiento con fármacos an-
nal, analítico, transversal, no hubo ningu- tiepilépticos, 20 estaban en monoterapia y
na modificación del tratamiento. A partir 10 con 2 o más fármacos, 9 de los cuales
del resultado de la entrevista M.I.N.I. Kid, estaban catalogados como epilepsia refrac-
en el grupo de adolescentes con epilepsia taria a tratamiento médico.
se puso al tanto al médico tratante y en am-
bos grupos se derivó a psicólogo y/o psi- La tabla 1 muestra las características de
quiatra en caso de ser necesario. edad, género y antecedente de repitencia
escolar en los 2 grupos. Un 40% del gru-
RESULTADOS po total de adolescentes con epilepsia tenía
antecedente de repitencia escolar, versus el
Caracterización de los grupos de adoles- 13% en el grupo de comparación (p=0,04).
centes con y sin epilepsia: Considerando la epilepsia como factor de
riesgo para repitencia, el OR fue de 4,33
En este grupo, el promedio de edad de ini- (IC: 1,06 –20,93). Según las evoluciones
cio de la epilepsia fue a los 8 años (rango: en la ficha médica, un 23% de los adoles-
0,7 a 14 años), con un promedio de dura- centes con epilepsia tenía el antecedente
ción de la epilepsia de 6,5 años. de TDAH, sin embargo, al momento de la
evaluación, ninguno estaba recibiendo al-
Ocho pacientes presentaban epilepsias gún tipo de tratamiento para el TDAH. Un
sintomáticas, las causas fueron: secuela de 10% de los adolescentes con epilepsia tenía
encefalitis aguda, trastorno de migración registrado en su ficha clínica al menos 1
neuronal, esclerosis mesial temporal, es- episodio depresivo previo a la evaluación.
clerosis tuberosa y traumatismo encéfalo Cinco adolescentes tenían pseudocrisis
craneano, 1 de etiología criptogénica y 22 asociadas a la epilepsia. En tres pacientes
de los 30 pacientes se clasificaron como estaba el registro de bullying previo. Una
epilepsias idiopáticas. 10 correspondían a paciente tenía el antecedente de intento de
epilepsia generalizada y 20 a epilepsia fo- suicidio e intoxicación con carbamazepina
cal. que requirió hospitalización en cuidados
intensivos. En el grupo control, según lo
La frecuencia de las crisis epilépticas, se- referido por los mismos alumnos, ninguno
gún lo reportado por el paciente y/o cui- tenía diagnóstico, ni había recibido trata-
dadores fueron: 4 referían crisis diarias, 6 miento por TDAH ni trastorno de conduc-
correspondían a crisis semanal, 4 pacientes ta al momento de la evaluación.
con crisis mensual y menos que 1 crisis al
mes en 16 de los 30 pacientes.

Tabla Nº 1. Características de los grupos

Epilepsia Sin epilepsia p1

4LKPHUHLKHK90*  


:L_VMLT!THZJ ! !
(U[LJLKLU[LKL9LWP[LUJPHLZJVSHY       
0,04

1. Prueba exacta de Fisher. RIC: rango intercuartílico.

La tabla 2 muestra los diagnósticos que exacta de Fisher para la comparación de


arrojó la entrevista M.I.N.I. Kid en el gru- proporciones.
po de adolescentes con epilepsia y sin epi-
lepsia, y su comparación. Se aplicó prueba Al comparar presencia o ausencia de

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;YHIHQVZ6YPNPUHSLZ
diagnósticos psiquiátricos, el 60% de los el grupo sin epilepsia (p= 0,02). Tomando
pacientes con epilepsia presentó algún en cuenta aquellos con al menos un diag-
trastorno psiquiátrico, mientras que en- nóstico psiquiátrico, el grupo sin epilep-
tre adolescentes sin epilepsia esto ocurrió sia tuvo una mediana de un diagnóstico,
en un 43%, diferencia no estadísticamen- mientras que en aquellos con epilepsia, la
te significativa. Sin embargo, al comparar mediana fue de 2,5 diagnósticos, siendo
aquéllos con más de un trastorno psiquiá- ésta una diferencia estadísticamente signi-
trico, la comorbilidad estuvo presente en el ficativa (p < 0,01).
43% de los pacientes con, versus el 13% en

Tabla Nº 2. Diagnósticos Comorbilidad psiquiátrica en grupo epilepsia y sin epilepsia.

Epilepsia n (%) Controles n (%) p1

,WPZVKPVKLWYLZP]VTH`VY     


9PLZNVKLZ\PJPKPVHU[PN\V     
9PLZNVKLZ\PJPKPVHJ[\HS    
;YHZ[VYUVKPZ[xTPJV     
,WPZVKPVOPWVTHUxHJV     
;YHZ[VYUVKLHUN\Z[PHHJ[\HS     
;YHZ[VYUVKLHUN\Z[PHKLWVY]PKH     
;YHZ[VYUVKLHUZPLKHKKLZLWHYHJP}U    
-VIPHZVJPHS    
(I\ZVKLHSJVOVS    
;YHZ[VYUVWVYKtÄJP[KLH[LUJP}U
OPWLYHJ[P]PKHK     #
;YHZ[VYUVKLSHJVUK\J[H     
;YHZ[VYUVULNH[P]PZ[HKLZHÄHU[L     
;YHZ[VYUVZWZPJ}[PJVZ    

1. Test exacto de Fisher.

La evaluación de riesgo de suicidio ac- En el grupo con epilepsia predomina el


tual consistió en preguntas considerando TDAH subtipo inatento, siendo de 54% en
el último mes, tales como: ¿Deseaste es- el grupo con epilepsia versus un 34% en el
tar muerto? ¿Pensaste en quitarte la vida? grupo sin epilepsia, con una diferencia es-
¿Pensaste en cómo quitarte la vida? ¿Tra- tadísticamente significativa (p < 0,05).
taste de quitarte la vida? Los seis casos con
riesgo de suicidio al momento de la eva- DISCUSIÓN
luación fueron derivados a psicólogo y psi-
quiatra inmediatamente tras la evaluación. Tanto a nivel general, como en el desglo-
se de los trastornos psiquiátricos, se vio
Los diagnósticos, cuya presencia resultó una clara tendencia a tener más trastornos
estadísticamente significativa (p < 0,05) al mentales entre los adolescentes con epi-
comparar entre el grupo de adolescentes lepsia. En TDAH, trastorno de ansiedad
con epilepsia y sin epilepsia fueron: tras- de separación y fobia social, esta diferen-
torno de ansiedad de separación, fobia so- cia fue estadísticamente significativa. Cabe
cial y TDAH. Cabe destacar que en el resto destacar el efecto de diagnósticos conglo-
de los diagnósticos, pese a que no hubo merados en esta población, en que el 27%
diferencia estadísticamente significativa, de los adolescentes con epilepsia tenía más
hubo una clara tendencia a ser mayor en el de tres diagnósticos psiquiátricos.
grupo con epilepsia.

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La evaluación también incluyó la estima- 60% (2, 11).
ción del riesgo de suicidio, tanto antiguo
como al momento de la evaluación, siendo En nuestra práctica diaria, en pacientes con
éste uno de los aspectos de mayor relevan- epilepsia, debemos buscar estos trastornos,
cia dentro de los resultados, evidenciando principalmente TDAH, trastorno del áni-
que entre los adolescentes con epilepsia, la mo y ansiedad, trastornos de conducta y
mitad había tenido riesgo de suicidio en el sobretodo signos indicadores de suicidio.
pasado y 20% presentaba riesgo de suici- Pese a grandes avances en aspectos técni-
dio al momento de la evaluación. Por otro cos en el área de la epilepsia; vemos que los
lado, hubo una asociación significativa en- adolescentes portadores de epilepsia pre-
tre la presencia de riesgo de suicidio pasa- sentan comorbilidades psiquiátricas fre-
do y actual, el riesgo de suicidio actual con cuentes, que en nuestra realidad, al igual
depresión y trastorno de conducta. Esto que en otros países, están siendo sub-diag-
demuestra las consecuencias de estas co- nosticadas.
morbilidades en el desarrollo de la autoes-
tima y la calidad de vida del paciente en REFERENCIA BIBLIOGRÁFICAS
este sentido, llama la atención que la mitad
de los pacientes haya considerado la posi- 1. Kanner AM. Psychiatric issues in epi-
bilidad de suicidarse previo a la evaluación. lepsy: The complex relation of mood,
anxiety disorders and epilepsy. Epilep-
Entre adolescentes con epilepsia, existe sy Behav 2009 May;15(1):83-7.
mayor fracaso escolar, lo cual se evidenció 2. Plioplys S., Dunn D., Caplan R. 10 year
en este estudio por el antecedente de repi- research update review: Psychiatric
tencia en el 40% de los casos (p=0,04). La problems in children with epilepsy. J
comorbilidad psiquiátrica más frecuente Am Acad Child Adolesc Psychiatry.
fue el TDAH, presente en el 43% de los 2007 Nov;46(11):1389-402.
adolescentes con epilepsia. Se podría decir 3. Baker GA., Spector S, McGrath Y, So-
que probablemente al tratar el déficit aten- teriou H. Impact of epilepsy in adoles-
cional en estos pacientes, mejoraría el pro- cence: a UK controlled study. Epilepsy
nóstico escolar. (12,13) Behav. 2005 Jun;6(4):556-62.
4. Caplan R, Siddarth P, Gurbani S, Ott
En el grupo de adolescentes sin epilepsia, D, Sankar R, Shields WD, et al. Psy-
hubo dos casos de abuso de alcohol (6,6%) chopathology and pediatric complex
y un caso de abuso de drogas (3,3%), ver- partial seizures: seizure-related, cogni-
sus en el grupo con epilepsia en que no tive, and linguistic variables. Epilepsia.
hubo ningún caso de abuso de sustancias. 2004 Oct;45(10):1273-81.
Considerando el sesgo que ocurre al eva- 5. Ott D, Siddarth P, Gurbani S, Koh S,
luar abuso de sustancias, esta diferencia se Tournay A, Shields WD, Behavioral
podría atribuir a que los pacientes en gene- disorders in pediatric epilepsy: un-
ral están en conocimiento de que el uso y met psychiatric need. Epilepsia. 2003
abuso del alcohol y otras drogas puede des- Apr;44(4):591-7.
compensar la epilepsia. Durante las entre- 6. Sheehan DV, Sheehan KH, Shytle
vistas, a modo de descripción cualitativa, RD, Janavs J, Bannon Y, Rogers JE.,
la gran mayoría de los adolescentes evalua- et al. A population survey of mental
dos contestaron con una rotunda negativa health problems in children with epi-
frente a la pregunta si consume alcohol. lepsy. Dev Med Child Neurol. 2003
May;45(5):292-5.
En una revisión de 10 años de los estudios 7. Dunn DW, Kronenberger WG. Child-
de trastornos psiquiátricos en pacientes hood epilepsy, attention problems, and
con epilepsia, se mostró que existe un ran- ADHD: review and practical conside-
go de 33 a 77% de comorbilidad psiquiátri- rations. Semin Pediatr Neurol. 2005
ca, siendo en la presente investigación de Dec;12(4):222-8.

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;YHIHQVZ6YPNPUHSLZ
8. Sheehan DV, Sheehan KH, Shytle RD, 11. Jones JE, Watson R, Sheth R, Caplan
Janavs J, Bannon Y, Rogers JE. Relia- R, Koehn M, Seidenberg M. Psychia-
bility and validity of the Mini Interna- tric comorbidity in children with new
tional Neuropsychiatric Interview for onset epilepsy. Dev Med Child Neurol.
children and Adolescents (MINI KID). 2007 Jul;49(7):493-7.
J Clin Psychiatry. 2010 Mar;71(3):313- 12. Hermann B, Jones J, Dabbs K, Allen
26. CA, Sheth R, Fine J. The frequency,
9. Sheehan DV, Lecrubier Y, Sheehan complications and aetiology of ADHD
KH, Amorim P, Janavs J, et al. The Mini in new onset paediatric epilepsy. Bra-
International Neuropsychiatric Inter- in. 2007 Dec;130(Pt 12):3135-48. Epub
view (M.I.N.I.): The Development and 2007 Oct 18.
validation of a Structured Diagnostic 13. Fastenau PS, Jianzhao Shen, Dunn
Psychiatric Interview for DSM IV and DW, Austin JK. Academic underachie-
ICD- 10. J Clin Psychiatry. 1998; 59 vement among children with epilepsy:
Suppl 20:22-33;quiz 34-57. proportion exceeding psychometric
10. Richer LP, Shevell MI, Rosenblatt BR. criteria for learning disability and as-
Epileptiform abnormalities in chil- sociated risk factors. J Learn Disabil.
dren with attention-deficit-hyperac- 2008 May-Jun;41(3):195-207.
tivity disorder. Pediatr Neurol. 2002
Feb;26(2):125-9.

24 Rev. Chil. Psiquiatr. Neurol. Infanc. Adolesc. / Volumen 24, Nº 1, Marzo 2103 Todos los derechos reservados
CASOS CLINICOS

7H[Y}ULSLJ[YVLUJLMHSVNYmÄJVJHYHJ[LYxZ[PJVLUZxU-
KYVTLPU]K\W!+VZJHZVZJSxUPJVZ
,SLJ[YVLUJLWOHSVNYHWOPJWH[[LYUPU[OLPU]K\WZ`UKYVTL![^V
JHZLYLWVY[Z
Dra. Jovanka Pavlov3, Dra. Francesa Solari4, Dra. Fanny Cortés5, Dra. Catalina Torres1,
Dra. Loreto Ríos2.

Resumen,SZxUKYVTLPU]K\WV[L[YHZVTxHXLZ\UHHUVTHSxHJYVTVZ}TPJHPUMYL-
J\LU[LX\LZLWYLZLU[HJVUYL[YHZVZL]LYVKLSKLZHYYVSSVKPZJHWHJPKHKJVNUP[P]HOPWV[VUxH
LWPSLWZPHYLMYHJ[HYPH`\UWH[Y}ULSLJ[YVLUJLMHSVNYmÄJVJHYHJ[LYxZ[PJV7YLZLU[HTVZKVZWH-
JPLU[LZKLZJYPIPLUKVZ\JSxUPJH`WH[Y}ULSLJ[YVLUJLMHSVNYmÄJVWH[VNUVT}UPJV
Palabras clave!ZxUKYVTLPU]K\W[L[YHZVTxHXLWPSLWZPHYLMYHJ[HYPHLUUP|VZWH[Y}U
LSLJ[YVLUJLMHSVNYmÄJV

Abstract. ;OLPU]K\WZ`UKYVTLVY[L[YHZVT`XPZHYHYLJOYVTVZVTLHIUVYTHSP[`
WYLZLU[PUN^P[OZL]LYLKL]LSVWTLU[HSKLSH`PU[LSSLJ[\HSKPZHIPSP[`O`WV[VUPHYLMYHJ[VY`LWP-
SLWZ`HUKHJOHYHJ[LYPZ[PJLSLJ[YVLUJLWOHSVNYHWOPJWH[[LYU>LWYLZLU[[^VWH[PLU[ZPU^OVT
JSPUPJHSJOHYHJ[LYPZ[PJZHUKWH[VNUVTVUPJLSLJ[YVLUJLWOHSVNYHWOPJWH[[LYUHYLKLZJYPILK
Key words!PU]K\WZ`UKYVTL[L[YHZVT`XYLMYHJ[VY`LWPSLWZ`PUJOPSKYLULSLJ[YVLU-
JLWOHSVNYHWOPJWH[[LYU

INTRODUCCIÓN mosoma extra, formado por dos centróme-


ros (isodicéntrico), más dos porciones de
Es conocida la existencia de síndromes tamaño variable del brazo largo (q) del cro-
epilépticos que tienen patrones electroen- mosoma 15. En la literatura médica tam-
cefalográficos característicos que son de bién se denomina “invdup15”, “dup15q” o
mucha ayuda al clínico, tanto en la sospe- “tetrasomía parcial del cromosoma 15” (3).
cha diagnóstica como en definir el estadío Estudios moleculares han demostrado que,
de la enfermedad. Entre los patrones más dependiendo de la porción del área invo-
descritos están aquellos de Síndrome de lucrada, la alteración puede o no incluir la
Angelman, Síndrome de Rett, Síndrome región correspondiente a los genes impli-
de cromosoma 20 en anillo y lipofucsinosis cados en los síndromes de Prader Willi/
neuronal ceroidea infantil tardía (1). Angelman, lo que explicaría parte de su
fenotipo (4).
El síndrome inv dup (15) o tetrasomía 15q
es una cromosomopatía infrecuente, con Las características fenotípicas no son muy
una incidencia estimada de 1 en 30.000 llamativas y pueden pasar desapercibidas;
recién nacidos vivos (2) y por ende, poco incluyen ángulo palpebral caído, epicanto,
conocida en la práctica clínica. Se trata de orejas de implantación baja y clinodacti-
una cromosomopatía numérica y estructu- lia. Evolucionan desde el período de lac-
ral, producida por la presencia de un cro- tantes con hipotonía, retraso del desarro-

 )LJHKHKL5L\YVÄZPVSVNxH*LU[YV(]HUaHKVKL,WPSLWZPH*SxUPJH3HZ*VUKLZ:HU[PHNV*OPSL
 5L\Y}SVNHPUMHU[PS*LU[YV(]HUaHKVKL,WPSLWZPHZ*SxUPJH3HZ*VUKLZ:HU[PHNV*OPSL
 .LUL[PZ[HJSxUPJH+LWHY[HTLU[VKL7LKPH[YxH*SxUPJH3HZ*VUKLZ:HU[PHNV*OPSL
*VYYLZWVUKLUJPHH!+YH3VYL[V9xVZ7,THPS!SYPVZ'PPHJS

Todos los derechos reservados Rev. Chil. Psiquiatr. Neurol. Infanc. Adolesc. / Volumen 24, Nº 1, Marzo 2013 25
*HZVZ*SxUPJVZ
llo y comportamiento autista. Las crisis altamente sugerente de isodic (15q).
epilépticas se inician a edades variables,
evolucionando frecuentemente a epilepsia Evoluciona con déficit cognitivo severo y
refractaria, en especial con ausencias atípi- trastorno del desarrollo. A los 9 años inicia
cas, crisis atónicas y crisis de desviación de tratamiento por hipotiroidismo autoinmu-
la mirada hacia arriba durante el sueño no- ne.
REM. El patrón electroencefalográfico se
caracteriza por desorganización lenta del Evaluada por genética a la edad de 11 años,
trazado de base, descargas multifocales con llama la atención la presencia de ángulo
predominancia hemisférica, paroxismos palpebral caído, pliegue epicántico y orejas
generalizados de complejos punta-espiga/ de implantación baja. Dadas las caracte-
onda, de gran amplitud, de 2 a 20 segun- rísticas fenotípicas y el cariotipo, se deci-
dos de duración, en su mayoría asociados de completar estudio con FISH específico
a ausencias atípicas; brotes generalizados para cromosoma 15 el que muestra: ish
poliespiculares y ritmos rápidos durante el (15) (q11q13) (D15S10x2), +dic15(q12)
sueño no-REM, asociado a taquipnea y/o (D15Z1++.D15S10+,PML-), determinán-
rotación de los ojos hacia arriba, y/o com- dose que el cromosoma marcador corres-
ponentes tónicos con disrupción de la ar- ponde a un cromosoma dicéntrico 15(q12)
quitectura normal del sueño (2). (Fig.1).

Existen pocos pacientes descritos en la lite-


ratura, habiéndose reportado hasta el año
2005, un total de 100 casos (5).

En este trabajo se reportan dos casos de


tetrasomía 15q, corroborados por estudio
genético (cariotipo y FISH), cuyo patrón
electro-clínico es concordante con lo des-
crito.

CASO CLÍNICO 1

Paciente de sexo femenino, quien consulta


a los 11 años en nuestro centro por crisis
akinéticas. Entre sus antecedentes destaca
haber sido RNPT 34 semanas (PN:2000
g), hospitalizada al nacer, sin patología in-
tercurrente y dada de alta al mes de vida.
Padres no consanguíneos, dos hermanos
sanos. Fig 1. FISH cromosoma 15. Se observan las
cuatro señales control para cromosoma 15 y
Evoluciona con hipotonía y retraso del las dos señales críticas en 15(q11q13). Se de-
desarrollo psicomotor desde el período tectó además, un cromosoma marcador que
de lactante menor, destacando al año, re- mostró dos señales para la región D15Z1 y
traso motor sin sostén cefálico ni lenguaje. 1 para la región D15S10, lo cual correspon-
Desde los ocho meses, su madre refiere la dería a un cromosoma dicéntrico 15(q12).
presencia constante de movimientos este-
reotipados tipo balanceo. Desde el punto de vista de su cuadro epi-
léptico, a los 10 años comienza a presentar
Un cariograma realizado al año en otro crisis akinéticas y episodios al despertar
centro, evidencia alteración cromosómica, caracterizados por apertura ocular y ex-
con cariotipo 47,XX,+mar; con marcador tensión de brazos, con frecuencia aproxi-

26 Rev. Chil. Psiquiatr. Neurol. Infanc. Adolesc. / Volumen 24, Nº 1, Marzo 2103 Todos los derechos reservados
*HZVZ*SxUPJVZ
mada de cuatro veces por día, de 1 a 2 mi- ausencia de grafoelementos fisiológicos de
nutos de duración. Consultan especialista sueño, actividad epileptiforme multifocal
quien solicita EEG que evidencia desor- independiente, más frecuente sobre hemis-
ganización de los ritmos de base, espigas ferio izquierdo con franco incremento en
multifocales y crisis tónicas generalizadas. sueño (Figura 2), y registro de múltiples
Se indica Clobazam presentando agitación crisis generalizadas eléctricas y electro-clí-
secundaria, luego se deja Ácido Valproico nicas. En descargas mayores de 5 segundos
en dosis de 23mg/kg/día, sin respuesta. In- de duración, el correlato clínico se asoció a
gresa a Video monitoreo en nuestro centro, rotación hacia arriba de los ojos (Figura 3)
con una frecuencia de crisis akinéticas de y en aquellas mayores a 60 segundos se le
aproximadamente 4 a 5 por día. Se consta- suma a lo anterior, hipertonía generalizada
ta desorganización del trazado de base con en hiperextensión (postura en opistótono).

-PS[YVKLIHQHMYLJ\LUJPHOa-PS[YVKLHS[HMYLJ\LUJPHOa=LSVJPKHKTTZLN

Fig 2. Brotes generalizados de ritmos rápidos durante el sueño de ondas lentas y actividad
epileptiforme multifocal.

-PS[YVKLIHQHMYLJ\LUJPHOa-PS[YVKLHS[HMYLJ\LUJPHOa=LSVJPKHKTTZLN:LUZPIPSPKHK\=

Fig 3. Crisis de desviación ocular hacia arriba más hipertonía generalizada.

Todos los derechos reservados Rev. Chil. Psiquiatr. Neurol. Infanc. Adolesc. / Volumen 24, Nº 1, Marzo 2013 27
*HZVZ*SxUPJVZ
Se inicia tratamiento con Levetiracetam en Al examen destaca un niño con discapa-
forma progresiva, mostrando respuesta fa- cidad intelectual, aspecto grácil, fascie es-
vorable, con reducción de 33% de las crisis, pecial, triangular, puente nasal alto, nariz
destacando la desaparición completa de prominente, orejas descendidas y retrog-
crisis tónicas generalizadas durante sueño. natia. Respirador bucal y sialorrea impor-
tante; con marcha independiente, comuni-
CASO CLÍNICO 2 cación a través de lenguaje no verbal, muy
inquieto, pero no agresivo.
Paciente de 12 años, consulta en nuestro
centro por crisis epilépticas refractarias a Ingresa a estudio ya con confirmación ge-
tratamiento. Tiene como antecedentes ser nética de su tetrasomía 15q (a los 6 meses
hijo de padres no consanguíneos, embara- de vida, INTA, Universidad de Chile). Se
zo y parto normales. Evoluciona con sín- realiza RM cerebral donde destaca dismi-
drome hipotónico central y trastorno del nución del patrón de sulcación cortical. El
desarrollo. A los 8 años, inicia crisis atóni- video monitoreo EEG demuestra trazado
cas diarias. Se inicia Clobazam más Ácido de base lento, tanto en vigilia como en sue-
Valproico, lográndose una respuesta par- ño, no configurando patrón de sueño para
cial y observándose la aparición de com- la edad; actividad epileptiforme en forma
ponente mioclónico. Las crisis evolucionan de punta, espiga y poliespiga-onda lenta
agregándose episodios tónicos generaliza- multifocal independiente muy frecuente
dos, con caída al suelo y desconexión del durante sueño y menos durante vigilia y
medio de segundos de duración. Se agrega REM. Frecuente actividad epileptiforme
Topiramato con remisión total de las crisis generalizada en forma de poliespiga-onda
tónicas, se ajusta Clobazam y Ácido Val- lenta de 1 a 5 segundos de duración, se-
proico, sin embargo persiste con frecuen- guida de depresión de voltaje de hasta
tes crisis atónicas 20 por día, algunas aso- 1,5 segundos, en ocasiones lateralizada a
ciadas a caída brusca al suelo. El paciente derecha, sin clínica asociada evidenciable
evoluciona con deterioro clínico progresi- durante el examen (Figuras 4 y 5) Se inicia
vo tanto por el mal control de crisis como tratamiento con Lamotrigina en ascenso
pérdida del contacto con el medio. paulatino, con franca disminución del 95%

-PS[YVKLIHQHMYLJ\LUJPHOa-PS[YVKLHS[HMYLJ\LUJPHOa=LSVJPKHKTTZLN:LUZPIPSPKHK\=

Fig 4. Actividad epileptiforme multifocal.

28 Rev. Chil. Psiquiatr. Neurol. Infanc. Adolesc. / Volumen 24, Nº 1, Marzo 2103 Todos los derechos reservados
*HZVZ*SxUPJVZ

-PS[YVKLIHQHMYLJ\LUJPHOa-PS[YVKLHS[HMYLJ\LUJPHOa=LSVJPKHKTTZLN:LUZPIPSPKHK\=

Fig. 5. Brotes generalizados de actividad tipo poliespiga durante el sueño lento.

de las crisis que provocaban caída al suelo inhibitorios. Esto se postula por observa-
y mejoría de su contacto con el medio. ciones en modelos murinos, donde la de-
leción de ambos alelos del gen P implicado
DISCUSIÓN en inv dup (15), produciría falla directa de
la subunidades α5 y β3 del receptor GABA
Los dos casos presentados, tienen las ca- (6). Estas alteraciones gabaérgicas podrían
racterísticas clínicas descritas en la tetra- explicar algunas de las características clí-
somía15q: retraso del desarrollo, compor- nicas en estos pacientes como las crisis
tamiento autista y epilepsia, asociación epilépticas, hiperactividad, agresividad y
que nos debe hacer incluir esta patología desórdenes autistas (7).
entre los diagnóstico posibles frente a esta
presentación, y que en estos casos fue co- El conocimiento de patrones electro-clí-
rroborada genéticamente. En cuanto a su nicos específicos en síndromes genéticos
epilepsia, ambos pacientes tienen las ca- y en especial aquellos no tan frecuente-
racterísticas electro-clínicas que se han mente conocidos, como es el caso de estos
asociado a este síndrome destacando: rit- pacientes con tetrasomía 15q, es de gran
mo de base lento, tanto en vigilia como en importancia, dado que permite al clínico
sueño, actividad epileptiforme multifocal reafirmar o sospechar el diagnóstico gené-
y aparición en sueño de ritmos rápidos, tico, orientarse en el manejo terapéutico y
asociados a crisis clínicas o subclínicas. En pronóstico del síndrome epiléptico especí-
ambos casos las crisis han sido altamente fico, describir características específicas del
refractarias a fármacos antiepilépticos, re- cuadro clínico y/o de su tratamiento a fin
quiriéndose la administración de al menos de entregar a los padres información más
tres fármacos. La respuesta inicial favora- precisa desde el punto de vista pronóstico.
ble con Lamotrigina en uno y Levetirace-
tam en otro, debería considerarse en el REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
manejo de otros pacientes portadores de
este síndrome. 1. Schinzel A, Niedrist D: Chromosome
imbalances associated with epilepsy.
La tetrasomía 15q alteraría la función de Semin Med Genet. 2001,106:119-124.
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48:1081–1086. J et al. Association between a GA-
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30 Rev. Chil. Psiquiatr. Neurol. Infanc. Adolesc. / Volumen 24, Nº 1, Marzo 2103 Todos los derechos reservados
REVISIONES DE TEMAS

(J[\HSPaHJP}ULULS;YH[HTPLU[VKLSH-HZLKL(S[V
9PLZNVKL7ZPJVZPZ
7Z`JOVZPZOPNOYPZRWOHZL;YLH[TLU[\WKH[L
Dra. Karen Ulloa García1, Dr. Ricardo García Sepúlveda2

Resumen. 3HZPU[LY]LUJPVULZLUSHMHZLWYVKY}TPJHKLSHLZX\PaVMYLUPHOHUZPKVVIQL[VKL
\UHJYLJPLU[LPU]LZ[PNHJP}ULUSHZ‚S[PTHZKVZKtJHKHZ:LOHULSHIVYHKVPUZ[Y\TLU[VZWHYH
SHPKLU[PÄJHJP}UKLSHWVISHJP}ULUHS[VYPLZNVKLWZPJVZPZ`LSLZ[\KPVKLLSSHOHKLTVZ[YHKV
X\LLSKL[LYPVYVZPU[VTm[PJVM\UJPVUHS`UL\YVIPVS}NPJVZLPUPJPHYxHWYL]PVHSWYPTLYLWPZVKPV
KLWZPJVZPZ+PZ[PU[HZLZ[YH[LNPHZKLPU[LY]LUJP}UOHUZPKVLMLJ[P]HZLUWYVWVYJPVUHY[YH[H-
TPLU[VKLSTHSLZ[HYJSxUPJV`SHKPZJHWHJPKHKM\UJPVUHSKLLZ[VZWHJPLU[LZHKLTmZKLYL[YH-
ZHYLSPUPJPVKL\U[YHZ[VYUVWZPJ}[PJV(J[\HSTLU[LZLWYVWPJPH\ULUMVX\LKLKL[LJJP}U`
[YH[HTPLU[VWYLJVaIHZHKVLUSHWHY[PJPWHJP}UHJ[P]HKLSWHJPLU[L`Z\MHTPSPHSVZ[YH[HTPLU-
[VZWZPJVZVJPHSLZSVZmJPKVZNYHZVZVTLNH`LSZLN\PTPLU[VJVU\ULUMVX\LJVUZLY]HKVY
YLZWLJ[VHS\ZVKLSVZHU[PWZPJ}[PJVZ
Palabras Clave: (S[VYPLZNVKLWZPJVZPZWY}KYVTVZHU[PWZPJ}[PJVZWZPJV[LYHWPH

Abstract. 0U[LY]LU[PVUZPU[OLWYVKYVTHSWOHZLVMZJOPaVWOYLUPHOH]LILLUVIQLJ[VMHUPU-
JYLHZPUNPU]LZ[PNH[PVUPU[OLSHZ[[^VKLJHKLZ0UZ[Y\TLU[ZOH]LILLULSHIVYH[LK[VPKLU[PM`
WZ`JOVZPZOPNOYPZRWVW\SH[PVUHUKP[ZZ[\K`OHZKLTVUZ[YH[LK[OH[Z`TW[VTH[PJM\UJ[PVUHS
HUK UL\YVIPVSVNPJHS KL[LYPVYH[PVU ^V\SK PUP[PH[L HM[LY [OL ÄYZ[ WZ`JOVZPZ LWPZVKL +PMMLYLU[
PU[LY]LU[PVUZ[YH[LNPLZOH]LILLULMMLJ[P]LPUNP]PUN[YLH[TLU[[V[OLJSPUPJHSPUKPZWVZP[PVUHUK
[OLM\UJ[PVUHSOHUKPJHWVM[OLZLWH[PLU[ZILZPKLZKLSH`PUNWZ`JOVZPZKPZVYKLY°([[OLWYL-
ZLU[[PTLHKL[LJ[PVUHUKWYLJVJPV\Z[YLH[TLU[MVJ\ZOHZILLUWYVWP[PH[LKIHZLKVUHJ[P]L
WHY[PJPWH[PVUVM[OLWH[PLU[HUKOPZMHTPS`WZ`JOVZVJPHS[YLH[TLU[ZVTLNHMH[[`HJPKZHUK
[OLW\YZ\P[^P[OHJVUZLY]H[P]LMVJ\Z^P[OYLZWLJ[[V[OL\ZLVMHU[PWZ`JOV[PJZ
2L`°^VYKZ!/PNOYPZRVMWZ`JOVZPZWYVKYVTLZHU[PWZ`JOV[PJZWZ`JOV[OLYHW`

INTRODUCCIÓN desarrollan antes de la psicosis franca y son


difíciles de revertir (2).
Aproximadamente hace dos décadas se dio
inicio a una creciente investigación en la Los adolescentes con un primer episodio
fase prodrómica de la esquizofrenia, cuyos de psicosis presentan un mayor tiempo de
frutos han ido cambiando el paradigma psicosis no tratada (DUP) que los adultos,
de la intervención en esta devastadora en- lo que se ha relacionado con un inicio más
fermedad instalando en las comunidades lento y silencioso de los síntomas que di-
científica y clínica el concepto de que la ficulta el diagnóstico precoz (3). Una ma-
detección e intervención precoz pueden yor duración de la psicosis no tratada se ha
prevenir las alteraciones significativas en el asociado con una peor respuesta al trata-
neurodesarrollo de estos jóvenes que llevan miento antipsicótico, mayor gravedad de
a las consecuencias más discapacitantes de los síntomas positivos y negativos, desmo-
esta enfermedad (1) y que es sabido que se ralización, depresión y peores resultados

*SxUPJH7ZPX\Pm[YPJH<UP]LYZPKHKKL*OPSL
 *VYYLZWVUKvUJPHHSLTHPS!RHYLUTLS\ZPUH'NTHPSJVT

Todos los derechos reservados Rev. Chil. Psiquiatr. Neurol. Infanc. Adolesc. / Volumen 24, Nº 1, Marzo 2013 31
9L]PZPVULZKL;LTHZ
funcionales (4). pacientes con AR presentan otros proble-
mas clínicos que los llevan a buscar ayu-
Distintos grupos alrededor del mundo han da. Entre ellos se identifican los síntomas
realizado estudios para caracterizar la fase depresivos, ansiosos, la ideación suicida,
prodrómica, definiéndose hasta ahora los los trastornos por uso de sustancias, las di-
“síntomas básicos” (BS) y los criterios de ficultades escolares y sociales (9). En un
“ultra alto riesgo de psicosis” (UHR), los reciente estudio se exploraron los proble-
cuales representan una primera etapa del mas de salud mental para los cuales estos
pródromos y una fase posterior inmediata- pacientes deseaban ayuda, encontrándose
mente previa a la psicosis, respectivamente como los más frecuentemente reportados
(5). Se crearon instrumentos para identi- el pensamiento desorganizado, la ansie-
ficar a los pacientes en esta fase y ambos dad, la depresión, la irritabilidad o ira, la
modelos han demostrado su capacidad de desmotivación o anergia, los problemas de
predecir la transición a psicosis (Tabla 1). sueño y las ideas inusuales (10).
La tendencia actual es usar ambos criterios
para evaluar a estos pacientes ya que se ha Estudios neurocognitivos han demostrado
observado que la presencia simultánea de la presencia de déficit neurocognitivos de
los UHR y los BS se asocia a un mayor ries- leves a moderados en distintos dominios
go de transición a psicosis (íbid). como memoria de trabajo, memoria ver-
bal (11), memoria visual, procesamien-
La próxima versión del Manual diagnós- to del lenguaje, fluidez verbal, funciones
tico y estadístico de los trastornos menta- ejecutivas y cognición social, los que se
les (DSM V) incluirá una nueva categoría relacionan con algunos síntomas y con el
diagnóstica llamada “Síndrome de psicosis funcionamiento global de estos pacien-
atenuada”, cuyo objetivo es fomentar la in- tes representando a menudo otro foco de
vestigación en esta área y desarrollar trata- preocupación para ellos y/o sus cuidadores
mientos para la prevención de los desórde- (12).
nes psicóticos (6).
Las neuroimágenes han demostrado, por
Un punto relevante en el tratamiento de los su parte, que la reducción en el volumen de
pacientes en alto riesgo de psicosis (AR) es sustancia gris en la corteza frontal y tem-
que la conversión a psicosis ocurrirá sólo poral (13) y la reducción de la integridad
en un 30-40 % de ellos al año, inclusive se de la sustancia blanca frontal (14) aprecia-
han reportado tasas de transición inferio- das en los pacientes con psicosis, son evi-
res en los útimos estudios (7). Por tanto, dentes mucho antes del primer episodio de
el enfoque actual de intervención sitúa psicosis.
los focos no solo en retrasar o prevenir
la aparición de la psicosis, sino en tratar Intervenciones en la Fase de Alto Riesgo
los síntomas que los llevan a ellos o a sus
cuidadores a buscar ayuda, ayudarlos a re- Hasta ahora, se han investigado diversas
tornar a su nivel basal de funcionamiento modalidades de intervención en la pobla-
psicosocial o prevenir un mayor deterioro ción de AR estudiándose la eficacia de tra-
e identificar precozmente la aparición de la tamientos farmacológicos, psicosociales,
psicosis iniciando precozmente un trata- combinados y distintos servicios asisten-
miento, reduciendo con ello el tiempo de ciales para estos pacientes. Se ha demos-
psicosis no tratada (8). trado que tanto tratamientos farmacoló-
gicos como psicosociales son superiores
Clínica y neurobiología de los pacientes al placebo (15) y la simple supervisión en
en Fase de Alto Riesgo de Psicosis retrasar la transición a la psicosis y que los
servicios orientados a la detección e inter-
Además de los síntomas prodrómicos y el vención temprana se asocian a una reduc-
malestar clínico que estos producen, los ción significativa de la DUP en las áreas en

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Tabla 1. Criterios Clínicos de Alto Riesgo de Psicosis (modificado de Fusar-Poli et al., 2012)

Instrumento Síntomas básicos Riesgo genético Episodios psicóticos Síntomas psicóticos


+ Deterioro de breves, limitados, atenuados
funcionamiento intermitentes

CAARMS No evalúa Historia familiar de Presencia de síntomas Síntomas positivos


psicosis o persona psicóticos transito- atenuados subsindró-
con trastorno esqui- rios (trastornos del micos. Por ejemplo:
zotípico y declinación contenido del pensa- ideas de referencia,
en su fx. o un fx. sus- miento, alteraciones paranoides, pensa-
tancialmente bajo sos- perceptivas o lengua- miento mágico, alte-
tenido. je desorganizado). Ca- raciones sensopercep-
da episodio no dura tivas, lenguaje y pen-
más de una semana y samiento extraños,
los síntomas remi- que se han dado en
ten espontáneamente intensidad y frecuen-
en cada ocasión. cia subsindrómica;
Estos síntomas ocu- más de una semana
rren a lo largo del úl- en último año y hay
timo año y hay una una declinación en su
declinación en su fx. fx. o un fx. sustancial-
o un fx. sustancial- mente bajo sostenido.
mente bajo sostenido.

SIPS/SOPS No evalúa Historia en familiar Presencia de síntomas Síntomas positivos


de 1º gr. de psicosis o psicóticos transito- atenuados subsindró-
persona con trastorno rios (trastornos del micos. Por ejemplo:
esquizotípico y decli- contenido del pensa- ideas paranoides,
nación en su fx en ul- miento, alteraciones suspicacia, grandio-
timo mes comparado perceptivas o lengua- sidad, alteraciones
con 1 año atrás. je desorganizado). sensoperceptivas,
Síntomas no son gra- desorganización de
vemente desorganiza- conceptos, sin con-
dos o peligrosos. vicción psicótica;
Intermitentes al me- inicio o empeora-
nos varios minutos miento en último
al día al menos 1 vez año; frecuencia ma-
al mes, iniciados en yor a una semana en
los últimos 3 meses. último mes

SPI-A/SPI-CY Síntomas cognitivo- No evalúa No evalúa No evalúa


perceptivos básicos
(COPER) ≥1/10 en
últimos 3 meses y/o
alteraciones cogniti-
vas (COGDIS) ≥2/9
en últimos 3 meses

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Instrumento Síntomas básicos Riesgo genético Episodios psicóticos Síntomas psicóticos


+ Deterioro de breves, limitados, atenuados
funcionamiento intermitentes

BSIP No evalúa Factores de riesgo ge- Síntomas psicóticos Síntomas positivos


néticos y otros facto- transitorios sobre el atenuados subsindró-
res de riesgo de acuer- corte, menos de una micos al menos va-
do al instrumento (re- semana, autolimita rias veces en una
traimiento social o dos. semana, persistien-
síntomas prodrómi- do en total más de
cos inesp.) o categoría una semana.
no especificada: com-
binación de una can-
tidad de síntomas pro-
drómicos.

que son implementados (16). Los efectos tratamientos psicosociales y farmacológi-


de las intervenciones son particularmente cos más seguros como por ejemplo, los áci-
importantes durante el primer año de in- dos omega 3, tienen varias ventajas frente a
tervención activa encontrándose que son los antipsicóticos: proveen un tratamiento
menos efectivas tras el cese de la interven- efectivo con una mayor aceptación y mejor
ción (17). tolerancia por parte de los pacientes, tie-
nen menor potencial de estigmatización y
Debido a la heterogeneidad de las interven- menor riesgo de exponer a los sujetos fal-
ciones con efectividad demostrada (Tabla sos positivos a los efectos adversos de los
2), la ausencia de una demostrada superio- antipsicóticos (20).
ridad de unas sobre otras y la disminución
de las tasas de transición a psicosis en los Principios Generales de la Intervención
últimos estudios de AR con el consiguiente
aumento en el número de falsos positivos, Aunque cada programa de intervención
el enfoque actual de tratamiento de estos precoz tiene sus rasgos propios, coinciden
pacientes prioriza las intervenciones más en ciertos principios (21):
seguras como tratamiento de primera lí- t 6UJMJ[BDJØOEFFTUSBUFHJBTFEVDBUJWBTDFO-
nea, reservando los tratamientos con ma- tradas en la comunidad para promover la
yor potencial de efectos adversos como los detección precoz de jóvenes en AR
antipsicóticos para los casos en que no se t -BCÞTRVFEBEFBZVEBFTSFRVJTJUPQBSBFM
obtiene respuesta con las primeras (18). ingreso a estos programas.
El grupo australiano PACE de Australia, t 1SPNPDJØOEFMBWJODVMBDJØOEFMQBDJFO-
pionero en la intervención en AR, ha plan- te en el tratamiento. Si la persona no bus-
teado un modelo de estadificación clínica ca ayuda, mantener contacto regular con
que proporciona una guía para el manejo alguien de su familia.
en estos pacientes (Tabla 3). Este modelo t &M USBUBNJFOUP FT PGSFDJEP FO VO DFOUSP
se fundamenta en que los pacientes en las de atención no estigmatizador, acogedor
primeras etapas de una enfermedad tienen para los jóvenes, siendo el compromiso y
una mejor respuesta al tratamiento y un la alianza terapéutica las claves iniciales
mejor pronóstico que aquellos en etapas para garantizar los objetivos de la inter-
posteriores siendo susceptibles de respon- vención.
der a un amplio espectro de tratamientos t 1SPQPSDJPOBS JOGPSNBDJØO DMBSB EF MB
más sencillos y menos agresivos que los evidencia disponible, de modo flexible y
utilizados en la psicosis franca (19). Los cuidadoso, sobre el riesgo de desarrollar

34 Rev. Chil. Psiquiatr. Neurol. Infanc. Adolesc. / Volumen 24, Nº 1, Marzo 2103 Todos los derechos reservados
9L]PZPVULZKL;LTHZ
Tabla 2.
Estudios randomizados controlados en individuos con AR (modificado de Fusar-Poli et al., 2012).

Grupo Tratamiento Grupo Rango Duración NNT Transición


Control de Edad Tto. a 1 Año
(Año) (Meses) Grupo Tto. vs
Control (%)

McGorry et al, 2002 Risperidona Intervención 14-28 6 4 19.3 vs 35.7


1-2 mg + TCC basada en
+ IBN (n=31) necesidades
(n=28)

Morrison et al, 2004 TCC (n=37) Monitorización 16-36 6 5 5.7 vs 21.7


(n=23)

McGlashan Olanzapina Placebo (n=29) 12-36 12 5 16.1 vs 37-9


et al, 2006 5-15 mg
(n=31)

Amminger et al, 2010 Acidos grasos Placebo (n=40) 13-25 3 5 4.8 vs 27.5
omega 3, 1.2 g
(n=41)

Yung et al, Risperidona, TCC + placebo 14-30 6 ----- 4.7 vs 9.1 vs 7.1
2011 0.5-2 mg + TCC (n=44)
(n=43) Tp.Apoyo +
placebo (n=28)

Addington TCC (n=27) Tp. Apoyo 14-30 6 8 0 vs 12.5


et al, 2011 (n=24)

Bechdolf et al, 2012 IPI (n=63) Consejería ------ 12 8 3 vs 16.9


(n=65)

Abreviaturas: TCC, Terapia cognitivo conductual; IBN, Intervención basada en necesidades; IPI, Intervención psicoterapéutica inte-
grada; NNT, número necesario a tratar.

psicosis y sobre los otros síntomas. síntomas psicóticos subumbrales que


t &M DPOTFOUJNJFOUP JOGPSNBEP QPS QBSUF estén presentes.
del paciente y la participación familiar t .POJUPSJ[BDJØO Z TFHVJNJFOUP DVJEB-
en la toma de decisiones son parte fun- doso, evaluando regularmente el estado
damental de la intervención. mental.
t -PTGPDPTQSJODJQBMFTEFMBJOUFSWFODJØO t 7JODVMBDJØOEFMQSPHSBNBBTFSWJDJPTEF
son el manejo de las dificultades actua- atención de psicosis temprana de modo
les y el retraso o posible prevención de la de iniciar oportunamente el tratamiento
psicosis. para el primer episodio de psicosis.
- Ofrecer tratamiento para los distintos
síndromes que pueda presentar y ayu- Intervenciones Farmacológicas
dar en los problemas escolares, labora-
les, interpersonales y/o familiares. El primer ensayo controlado aleatoriza-
- Ofrecer tratamiento para manejar los do se llevó a cabo en la clínica PACE (22)

Todos los derechos reservados Rev. Chil. Psiquiatr. Neurol. Infanc. Adolesc. / Volumen 24, Nº 1, Marzo 2013 35
9L]PZPVULZKL;LTHZ
comparando el efecto del tratamiento de casos y prestación de asistencia respecto
combinado de psicoterapia cognitivo-con- a vivienda, educación, empleo, psicoedu-
ductual (TCC) más dosis bajas de risperi- cación a la familia y apoyo. El riesgo de
dona con una intervención basada en ne- transición a psicosis fue significativamente
cesidades. Tras seis meses de tratamiento, menor en el grupo usuario de PUFAs que
el grupo experimental mostraba una tasa en el grupo placebo durante el año de se-
de transición a psicosis significativamente guimiento. También se redujeron significa-
más baja que el grupo control, sin embargo tivamente los síntomas positivos, negativos
este efecto se perdía en el seguimiento. No y generales y mejoró el funcionamiento en
se encontraron diferencias significativas en comparación con placebo. Si bien se des-
cuanto a síntomas y funcionalidad entre conoce con exactitud el mecanismo por el
ambos grupos, produciéndose una mejoría cual los PUFAs producen estos beneficios,
general en ambos. se ha demostrado su capacidad de aumen-
tar el glutatión en los lóbulos temporales
El segundo estudio fue desarrollado por el de pacientes con un primer episodio de
grupo de la clínica PRIME en EEUU com- psicosis, el cual se ha sugerido que se en-
parándose la eficacia de olanzapina (5-15 cuentra disminuido en los pacientes con
mg/día) versus placebo (23). En ambos esquizofrenia y tendría un rol protector del
grupos se añadía un paquete de tratamien- estrés oxidativo en las neuronas. Por otra
to psicosocial individual y familiar de diez parte, el efecto sostenido de sus benefi-
semanas de duración que incluía entrena- cios se podría explicar por sus propiedades
miento en resolución de problemas, psi- neuroprotectoras, ya que los PUFAs pue-
coeducación y técnicas básicas de manejo den inducir factores antiapoptóticos y an-
de estrés (24). Los resultados a 12 meses tioxidantes. Otro aspecto muy relevante de
mostraron diferencias casi significativas este estudio es que la incidencia de efectos
en la tasa de conversión a psicosis a favor adversos no fue diferente entre los grupos
del grupo experimental sugiriendo que la de tratamiento lo que convierte a los PU-
olanzapina podía reducir la conversión y/o FAs en una opción más segura que los an-
retrasar el inicio de la psicosis. Además, los tipsicóticos. Además, presentan la ventaja
pacientes que recibieron olanzapina repor- de la aceptación pública, un relativamente
taron niveles más bajos de sintomatología bajo costo y beneficios para la salud gene-
prodrómica en comparación con los pa- ral. Los principales efectos adversos de los
cientes que recibieron placebo. Sin embar- PUFAs son los síntomas gastrointestinales
go, los resultados de este estudio pusieron como náuseas, eructación con olor a pes-
de relieve la fina línea entre el beneficio y cado y heces blandas, siendo libres de otros
el riesgo de la intervención en pródromos, efectos adversos dañinos.
debido al aumento significativo de peso del
grupo que recibió olanzapina. Tratamientos Psicosociales

Posteriormente, un prometedor estudio Terapia de apoyo


fue publicado por Amminger y cols. (25), La terapia de apoyo y las intervenciones
en el cual se comparó la eficacia de los áci- basadas en necesidades han sido evaluadas
dos grasos poliinsaturados de cadena larga principalmente en relación a intervencio-
omega 3 (PUFAs) versus placebo, adminis- nes más elaboradas como una condición
trados por 12 semanas. Ambos grupos re- de control en los pacientes de AR, encon-
cibieron adicionalmente nueve sesiones de trándose en general que son menos efica-
intervenciones psicológicas y psicosociales ces que los tratamientos más elaborados e
basadas en necesidades las que se centra- intensivos (26). Sin embargo, un reciente
ron en los síntomas actuales, relaciones estudio de Yung y cols. (27) muestra di-
sociales y familiares y formación profesio- ferentes resultados. Estos autores compa-
nal de los pacientes. Los médicos tratantes raron la efectividad de la terapia de apoyo
además realizaban una función de gestión con la terapia cognitivo conductual sola

36 Rev. Chil. Psiquiatr. Neurol. Infanc. Adolesc. / Volumen 24, Nº 1, Marzo 2103 Todos los derechos reservados
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Tabla 3.
Modelo de estadios clínicos para trastornos psicóticos (Modificado de Yung & McGorry, 2007)

Estadío clínico Definición Población target Intervenciones potenciales

0 Riesgo incrementado de Adolescentes familiares Mejora de conocimientos


psicosis. de primer grado de pa- sobre salud mental.
Asintomático cientes esquizofrénicos Breve entrenamiento habilida-
des cognitivas
Educación familiar
Educación sobre consumo dro-
gas.

1a Síntomas leves o inespecí- Población adolescente Psicoeducación familiar


ficos, incluido déficit referida por médicos de Educación formal en salud
neurocognitivos. atención primaria o mental.
Leve cambio o escuela a consulta de Terapia cognitivo conductual.
disminución funcional. salud mental. Reducción del uso indebido de
sustancias.

1b “Ultra alto riesgo”: sínto- Referidos de escuela, Psicoeducación familiar.


mas subumbrales modera- médicos de atención pri- Educación formal en salud
dos, con moderados cam- maria, servicios de urgen- mental.
bios neurocognitivos y de- cia, agencias de bienestar. Terapia cognitivo conductal.
terioro funcional. Reducción del uso indebido de
sustancias.

2 Primer episodio psicótico Referidos de escuela, Psicoeducación familiar.


médicos de atención Terapia cognitivo conductual.
primaria, servicios de ur- Reducción del uso indebido
gencia, agencias de bien- de sustancias.
estar, agencias especiali- Agentes antipsicóticos
zadas de atención de al- atípicos para el episodio.
cohol y drogas. Rehabilitación.

y asociada a antipsicóticos. La terapia de tos entre los tres grupos, aunque también
apoyo consistía en brindar al paciente apo- plantean como hipótesis menos factible la
yo emocional y social, estrategias básicas posibilidad que los pacientes estén siendo
de resolución de problemas, control del es- identificados en etapas más tempranas del
trés y psicoeducación acerca de la psicosis, pródromos en que sean más sensibles a tra-
sin incorporar técnicas cognitivo conduc- tamientos más simples como la terapia de
tuales. Ellos encontraron que no habían apoyo.
diferencias significativas entre los distintos
grupos en la tasa de transición a psicosis, Terapia Cognitivo Conductual
en la mejoría de los síntomas ni del funcio- Tres ensayos controlados aleatorizados
namiento. Sin embargo, sus autores con- muestran ventajas para la TCC en compa-
cluyen que la razón más probable para esta ración con la monitorización y terapia de
falta de diferencias pudo ser la baja transi- apoyo.
ción a psicosis del grupo en general lo que
dificultó percibir una diferencia significati- Morrison y cols. (28), diseñaron el primer
va de los efectos de los distintos tratamien- ensayo aleatorizado que evaluó la eficacia

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de un tratamiento psicológico en la preven- vista más realistas y estrategias para el con-
ción de la transición a psicosis en pobla- trol de los mismos (fortalecer sus recursos
ción de AR. Consistió en una intervención de afrontamiento) reduciendo el estrés
cognitiva cuyos rasgos centrales se basaron asociado y la vulnerabilidad a desarrollar
en la formulación individual de cada caso más o más graves síntomas. Dada la varia-
y la utilización de técnicas como la norma- da sintomatología de los pacientes en AR,
lización de las interpretaciones que hacen estos autores diseñaron 4 módulos (mane-
los pacientes de sus experiencias inusuales, jo del estrés, síntomas positivos, síntomas
la generación y evaluación de explicaciones negativos / depresión y comorbilidad), de
alternativas, la descatastrofización de los los cuales se escoge colaborativamente con
miedos sobre enloquecer inminentemente el paciente los que se desarrollarán en la
y la comprobación de sus valoraciones por psicoterapia. Los terapeutas que llevan a
medio de experimentos conductuales. Los cabo esta terapia también son responsables
resultados al cabo de un año concluyeron de la prestación de atención personalizada
que una intervención cognitiva de 6 meses y regular a los pacientes lo que implica un
era efectiva para reducir la severidad de trabajo de manejo de casos que se consi-
los síntomas psicóticos subclínicos y para dera vital para facilitar el enganche inicial.
reducir la transición a psicosis en un pe-
riodo de un año (28). Sin embargo, el se- Actualmente se encuentra en curso un es-
guimiento a 3 años solo redujo significati- tudio que investiga la efectividad de la tera-
vamente la probabilidad de prescripción de pia familiar cognitivo conductual diseñada
antipsicóticos, pero no afectó la transición por Miklowitz y cols. para adolescentes
a psicosis definida utilizando la Escala de con trastorno bipolar, adaptada para una
Síntomas Positivos y Negativos (PANSS) o población de jóvenes con AR (31).
los criterios DSM IV. Sin embargo, al con-
trolar por las cogniciones que fueron foco Intervención Psicoterapéutica Integrada
terapéutico, se observaba que la TCC sí re- (IPI)
ducía significativamente la probabilidad de Un reciente estudio demostró una mayor
progresión a psicosis a 3 años (29). efectividad de una intervención psico-
lógica integrada que constaba de TCC,
La terapia en la fase de AR aplicada en este entrenamiento en habilidades sociales,
y otros estudios fue descrita y manualizada remediación cognitiva y psicoeducación
por Phillips y Francey de la clínica PACE multifamiliar, en retrasar la transición a
(30). Está basada en los modelos cogniti- psicosis de personas en AR por un periodo
vos de la psicosis que plantean que los prin- de 2 años, comparada con un grupo con-
cipales síntomas de las psicosis se derivan trol que recibió consejería de apoyo (32).
de alteraciones básicas en el procesamiento Este estudio fue desarrollado en jóvenes
de la información que se traducen en alte- que cumplían los criterios de síntomas
raciones de la percepción y de la experien- básicos, población que se considera en un
cia del paciente psicótico. Junto con esto, etapa del pródromos más temprana que la
el modelo de estrés-vulnerabilidad pro- identificada con los criterios de ultra alto
porciona un marco para este tratamiento riesgo. Ambas intervenciones fueron en-
desde el planteamiento que los factores de tregados en un período de 12 meses. El
estrés ambientales (problemas en relacio- componente central de esta intervención
nes interpersonales, uso de sustancias, etc) es la TCC individual, la que consta de 25
interactúan con la vulnerabilidad biológica sesiones en que se trabajan 5 tópicos: eva-
del sujeto desencadenando la psicosis. Los luación y contrato, psicoeducación, mane-
objetivos de esta intervención consisten jo del estrés, de los síntomas y de las crisis.
principalmente en ayudar al paciente a de- El entrenamiento en habilidades se realiza
sarrollar una comprensión de los procesos en un formato de 15 sesiones grupales cen-
cognitivos que influyen en sus pensamien- tradas en 3 tópicos: humor positivo y dis-
tos y emociones y desarrollar puntos de frute, entrenamiento en percepción social

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y habilidades sociales, entrenamiento en en aspectos de funcionamiento global y
resolución de problemas para el dominio de calidad de la vida. Es relevante que la
de situaciones difíciles. La remediación mayoría de los pacientes reportaron como
cognitiva se enfocaba directamente en los uno de los aspectos eficaces de esta inter-
déficit del pensamiento y la percepción vención el intercambio de experiencias con
que constituyen los síntomas básicos. Se otros pacientes, sin embargo, manifestaron
lleva a cabo en un formato de 12 sesiones su deseo de tener este contacto tras al me-
computarizadas que entrenan funciones nos dos sesiones individuales pues a su in-
como la atención y concentración, la me- greso refieren pensar que nadie más com-
moria y la vigilancia a través de la prácti- parte síntomas como los vividos por ellos
ca repetida de ejercicios por los cuales los prefiriendo estar a solas con un terapeuta.
pacientes van recibiendo un puntaje según Estos autores sugieren ciertas directrices
su desempeño con la finalidad de reforzar de la psicoeducación en esta particular po-
los progresos. Las sesiones psicoeducativas blación dentro de las cuales está el iniciar
multifamiliares fueron 3 y abordaron fun- la psicoeducación en una modalidad indi-
damentalmente la entrega de información vidual para luego pasar a una grupal, infor-
sobre los síntomas, la evolución y el tra- mar el riesgo de psicosis con una actitud
tamiento de la fase de AR con el objetivo que no provoque miedo ni estrés adicional,
de aumentar la comprensión de la familia ayudar a devolver una sensación de “nor-
de esta condición y reducir el estrés y los malidad” y pertenencia de las experiencias,
conflictos interpersonales. La consejería de abordar tareas normativas propias de la
apoyo consistía en una evaluación básica, etapa de desarrolllo y actualización per-
psicoeducación básica sobre la fase de AR manente de los conocimientos por parte
y consejería en un estilo de apoyo, cálido, de los terapeutas adaptando las sesiones
genuino, empático y no estructurado. Se al progreso de este campo de la psiquiatría
realizó en un formato individual durante que avanza más rápido que otras áreas.
un máximo de 30 sesiones. A los 12 y 24
meses de seguimiento, hubo un número DISCUSIÓN
significativamente menor de pacientes en
el grupo de IPI que en el grupo de apoyo La esquizofrenia de inicio precoz es una de
que desarrollaron psicosis subsindrómica, las enfermedades psiquiátricas más devas-
esquizofrenia o trastorno esquizofrenifor- tadoras que afecta a la población infantoju-
me. venil, tanto en términos personales, fami-
liares como sociales. De allí la importancia
Psicoeducación de investigar buscando formas eficaces
Si bien es una intervención sugerida en de intervenir para mejorar el pronóstico
varias guías de tratamiento para los pa- de estos pacientes. Si bien la fase prodró-
cientes en AR y que forma parte de la ma- mica de la esquizofrenia fue reconocida
yoría de las intervenciones psicosociales por los autores clásicos que describieron
demostradas como efectivas en esta fase, esta enfermedad, no es sino hasta las últi-
ha sido escasamente investigada como in- mas décadas que comienza a investigarse
tervención única. En un estudio cualita- cómo intervenir en ella. La investigación
tivo desarrollado por Hauser y cols. (33), ha avanzado enormemente en este cam-
consistente en un programa de 7 sesiones po, sembrando esperanza en la posibilidad
psicoeducativas semanales en población de de influir favorablemente en el tradicional
AR, se observaron puntuaciones más bajas curso negativo de esta enfermedad. En la
en el “locus de control fatalista” (impresión línea del modelo del neurodesarrollo de
de que los síntomas no pueden ser modi- la esquizofrenia, la investigación en los
ficados), efectos positivos atribuidos a una pacientes de AR ha encontrado que estos
mayor compresión de sus síntomas y una pacientes se encuentran “a medio cami-
mayor capacidad para manejarlos a través no”, tanto en las alteraciones estructura-
de la información recibida y una mejoría les como en los déficit neuropsicológicos,

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entre los pacientes esquizofrénicos y los tribuir a la detección precoz de la psicosis,
controles sanos (34). Estos hallazgos son sería conveniente que estas políticas fueran
de fundamental relevancia, pues implican incorporando la evidencia acerca de la fase
que las alteraciones del neurodesarrollo prodrómica de modo de identificar e in-
que se traducen posteriormente en severa tervenir de forma aún más precoz. En este
discapacidad, están ocurriendo desde an- sentido sería interesante, por ejemplo, arti-
tes que diagnostiquemos a los pacientes cular los servicios de atención de pacientes
con los criterios diagnósticos que actual- psicóticos adultos con los de psiquiatría in-
mente usamos. Contamos hoy con instru- fantojuvenil de modo de evaluar a los hijos
mentos clínicos suficientemente validados de pacientes psicóticos e idealmente, ge-
para identificar a los pacientes en AR y se nerar espacios de atención especializados
ha generado evidencia a favor de que las para los pacientes en riesgo de psicosis, que
intervenciones en la fase de alto riesgo de puedan brindar un espacio de atención no
psicosis son eficaces en disminuir la tran- estigmatizador, pero a la vez un tratamien-
sición a psicosis, el malestar clínico y el to oportuno, seguro, clínicamente eficaz y
deterioro funcional de los pacientes. Cabe susceptible de proteger su neurodesarrollo.
preguntarse si es posible, a partir de las in-
tervenciones estudiadas a la fecha u otras, REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
como las psicoterapias integradas (35), tal
como se ha demostrando en el primer epi- 1. McGlashan T. Treatment Timing vs
sodio de psicosis (36), disminuir o preve- Treatment Type in First-episode psy-
nir la pérdida progresiva de sustancia gris chosis: a paradigm Shift in Strategy
en regiones claves como la corteza frontal and effectiveness. Schizophr Bull.
y temporal y de este modo, prevenir o ami- 2012, 38(5): 902–903.
norar el deterioro cognitivo social y no so- 2. McGuire P, Selvaraj S, Howes O. Is cli-
cial, que sabemos juega un rol primordial nical intervention in the ultra high risk
en el funcionamiento psicosocial de estos phase effective?. Revista Brasileira de
pacientes y su futura calidad de vida. Es Psiquiatria. 2011, 33: 161-167.
importante que la investigación pueda ser 3. Joa I, Johannessen J, Langeveld J, Friis
complementada con estos correlatos neu- S, Melle I, Opjordsmoen S, et al. Dura-
robiológicos en los próximos años. tion of untreated psychosis (DUP) and
baseline characteristics in Adolescent
Sin embargo, también quedan muchas versus Adult-onset in first-episode
preguntas por responder en esta área de psychosis within an early detection
investigación. Por ejemplo, la eficacia com- programme. Acta Psychiatr Scand.
parada de los tratamientos basados en la 2009, 119(6):494-500.
evidencia, el impacto a largo plazo de estas 4. McGorry P, Nelson B, Amminger P,
intervenciones, el potencial beneficio de Bechdolf A, Francey S, Berger G, et al.
otras intervenciones seguras y la posibili- Intervention in Individuals at Ultra-
dad de prevenir y no solo retrasar la transi- High Risk for Psychosis: A Review and
ción a la psicosis. Future Directions. J Clin Psychiatry
2009, 70(9):1206–1212.
Por último, algunas reflexiones de nues- 5. Fusar-Poli P, Borgwardt S, Bechdolf
tra realidad nacional. En Chile no existen A, Addington J, Riecher-Rossler A,
estudios en población de pacientes pro- Schultze-Lutter F, et al. The Psychosis
drómicos ni se han validado las escalas de High-Risk State. A Comprehensive
pesquisa de estos pacientes. Sin embargo, State of the Art Review. Arch Gen Psy-
sin duda muchos de estos pacientes están chiatry. 2012, 19: 1-14.
siendo atendidos en los diversos dispositi- 6. Sitio en línea: www.dsm5.org (consul-
vos de salud mental existentes en nuestro tado el 23 de noviembre de 2012)
país. Así como se ha pretendido a partir 7. Ziermans T, Schothorst P, Sprong M,
de políticas públicas como la ley Ges con- van Engeland H. Transition and remis-

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42 Rev. Chil. Psiquiatr. Neurol. Infanc. Adolesc. / Volumen 24, Nº 1, Marzo 2103 Todos los derechos reservados
REVISIONES DE TEMAS

*PY\NxHKLSH,WPSLWZPHLUUP|VZ!LSLZ[HKVKLSHY[L
,WPSLWZ`:\YNLY`PUJOPSKYLU![OLZ[H[LVM[OLHY[
Dr. Manuel Campos1,2, Dra. Loreto Ríos1,3, Dra. Francisca Solari1,3, Dra. Isabel López1,3,
Dra. Ximena Varela1,3, Dra. Carolina Alvarez1,3, E.U. Loreto Olate1, Dr. Felipe Otayza1,2.

Resumen. 3HZ LWPSLWZPHZ YLZPZ[LU[LZ H MmYTHJVZ ZVU HX\LSSHZ KVUKL OH` WLYZPZ[LUJPH KL
JYPZPZ WLZL H \U [YH[HTPLU[V MHYTHJVS}NPJV }W[PTV ,U UP|VZ SH HWYV_PTHJP}U [LYHWt\[PJH
KLIL ZLY HJ[P]H JVUZPKLYHUKV X\L ZL [YH[H KL \U JLYLIYV LU KLZHYYVSSV LU X\L SHZ JYPZPZ
WYVK\JLUKH|VZPYYLJ\WLYHISLZ3H3PNH0U[LYUHJPVUHS*VU[YHSH,WPSLWZPH03(,WYVWVULLU
UP|VZ!”eliminar las crisis lo antes posible para optimizar el desarrollo cognitivo y mejorar el
comportamiento y la calidad de vida”.,U[YL KLSVZUP|VZWYLZLU[HULWPSLWZPHZYL-
ZPZ[LU[LZHMmYTHJVZ`SHTP[HKKLLSSVZYLX\PLYLKL\UHL]HS\HJP}UWYLX\PY‚YNPJH,U*OPSL
HWYV_PTHKHTLU[LUP|VZULJLZP[HYxHUJPY\NxHJHKHH|VZPULTIHYNVUVZLVWLYHUTmZ
KLJHZVZHU\HSTLU[L:PHSVHU[LYPVYHNYLNHTVZSVZJHZVZYLaHNHKVZKLSVZH|VZHU-
[LYPVYLZZPNUPÄJHX\LOH`ZVIYLTPSUP|VZX\LLZWLYHUWVY\UHJPY\NxHKLSHLWPSLWZPH,Z[L
HY[xJ\SVYL]PZHLSLZ[HKVKLSHY[L`U\LZ[YHL_WLYPLUJPHLUJPY\NxHKLLWPSLWZPHLUUP|VZ
Palabras clave: *PY\NxH KL SH LWPSLWZPH LU UP|VZ LWPSLWZPH YLMYHJ[HYPH LWPSLWZPH PU[YH[HISL
LWPSLWZPHMmYTHJVYLZPZ[LU[L[YH[HTPLU[VX\PY‚YNPJVKLSHLWPSLWZPHLUUP|VZ

Abstract. +Y\NYLZPZ[HU[LWPSLWZ`PZKLÄULKHZ[OLWLYZPZ[LUJLVMZLPa\YLZKLZWP[L[OLVW-
[PTHS HU[PLWPSLW[PJ [YLH[TLU[ ;OL [OLYHWL\[PJ HWWYVHJO PU JOPSKYLU PZ TVYL HJ[P]L [OHU PU
HK\S[ZJVUZPKLYPUN[OLPTTH[\YLZ[HNLVMIYHPUKL]LSVWTLU[HUK[OLZLPa\YLZOPNOWV[LU[PHS
VMWYV]VRPUNPYYL]LYZPISLKHTHNL;OL0U[LYUH[PVUHS3LHN\L(NHPUZ[,WPSLWZ`03(,WYVWVZLK
MVYJOPSKYLU[V“eliminate seizures as soon as possible to optimize cognitive development, and
improve behavior and quality of life”(IV\[[V VMLWPSLW[PJJOPSKYLUOH]LYLMYHJ[VY`
LWPSLWZ`HUKOHSMVM[OLTYLX\PYLHWYLZ\YNPJHSL]HS\H[PVU(YV\UKJOPSKYLUPU*OPSLULLK
LWPSLWZ`Z\YNLY`[YLH[TLU[L]LY``LHYI\[UVTVYL[OHUNL[HJJLZZ[VP[0M^LPUJS\KL°JH-
ZLZVMWYL]PV\Z`LHYZ[OL^HP[PUNSPZ[PU*OPSLPZV]LYJOPSKYLU;OPZWHWLYYL]PL^Z[OL
Z[H[LVM[OLHY[HUKV\YL_WLYPLUJLPULWPSLWZ`Z\YNLY`PUJOPSKYLU
Key words:,WPSLWZ`Z\YNLY`PUJOPSKYLUYLMYHJ[VY`LWPSLWZ`PU[YHJ[HISLLWPSLWZ`JOPSKZ\YNP-
JHS[YLH[TLU[VMLWPSLWZPLZ

INTRODUCCIÓN La Liga Internacional contra la Epilepsia


(ILAE) define a la “Epilepsia resistente
En todo el mundo las epilepsias resistentes a fármacos” (“drug resistant” en inglés),
a fármacos son el mayor problema para los como la falla de dos o más fármacos
pacientes con epilepsia (1-4), especialmen- anti-epilépticos (FAEs) adecuados, bien
te cuando se trata de niños (5-7), siendo el tolerados, apropiadamente elegidos, y co-
principal reto para los profesionales invo- rrectamente usados, administrados en
lucrados en su tratamiento (8,9). monoterapia o en combinación, para lo-

*LU[YV(]HUaHKVKL,WPSLWZPHZ*SxUPJH3HZ*VUKLZ:HU[PHNV*OPSL
+LWHY[HTLU[VKL5L\YVJPY\NxH*SxUPJH3HZ*VUKLZ:HU[PHNV*OPSL
<UPKHKKL5L\YVSVNxHKL5P|VZ`(KVSLZJLU[LZ+LWHY[HTLU[VKL7LKPH[YxH*SxUPJH3HZ*VUKLZ:HU[PHNV*OPSL
*VYYLZWVUKLUJPHH!+Y4HU\LS*HTWVZ*SxUPJH3HZ*VUKLZ3V-VU[LJPSSH:HU[PHNV*OPSL,THPS!
TJHTWVZ'JSJJS

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9L]PZPVULZKL;LTHZ
grar la libertad de crisis (10). De hecho, la resistentes desde el inicio y un 14% de mal
misma ILAE prefiere no usar los términos curso (crisis que remiten y luego regresan).
“intratable” o “refractaria”, dado que invo-
lucrarían la idea que no existe alternativa Por otro lado, el año 1999 un estudio pros-
terapéutica para estos pacientes. Esta defi- pectivo en Connecticut (16) mostró que la
nición está orientada más bien a adultos, ya incidencia de epilepsia en niños es de 500
que en niños el enfoque es muy diferente; casos por millón de habitantes año (N =
el tiempo de evolución de las crisis, el tipo 613). De ellos, un 25,4% llegan a ser refrac-
de síndrome y la edad del niño, son facto- tarios (127 casos por millón de habitantes
res fundamentales para determinar en for- año), cerca de la mitad necesitará evalua-
ma temprana la refractariedad y plantear ción pre-quirúrgica y 21 niños por millón
una cirugía de la epilepsia lo más precoz de habitantes año requerirían una cirugía
posible, para evitar secuelas neurológicas de la epilepsia, lo cual supera por lejos a las
permanentes de un cerebro en desarrollo. cirugías de tumores intracraneanos en ni-
ños (6 casos por millón de habitantes año).
En adultos se recomienda esperar un máxi-
mo de dos años antes de diagnosticar a un En consideración a lo anteriormente des-
paciente como refractario. Sin embargo, en crito, la mayoría de los niños con Epilepsia
niños dependiendo del síndrome epilépti- recién diagnosticada tienen un pronóstico
co y su etiología, en muchos casos se deben favorable a largo plazo, en particular los
plantear escasos meses entre el inicio de casos de causa idiopática, quienes even-
crisis y la cirugía de la epilepsia refractaria tualmente irán a la remisión. En contraste,
(5, 6, 7, 11). las epilepsias que permanecen resistentes
a fármacos (activa) son aproximadamente
Muchos niños candidatos a cirugía de la un 25 a 33%, llegando a ser intratables y
epilepsia presentan una “encefalopatía epi- requiriendo cirugía entre un 4,5 a 10% del
léptica”, término que se refiere a un grupo total de los casos nuevos. Los FAE proba-
de desórdenes donde el paciente presenta blemente no influencian el curso de la epi-
epilepsia refractaria y/o actividad epilepti- lepsia, estos sólo suprimen crisis.
forme en el EEG, que implica un alto riesgo
de daño cognitivo progresivo y/o déficits Chile tiene 16.500.000 de habitantes. Si to-
neurológicos permanentes. La mayoría de mamos la incidencia de epilepsia de Con-
estas condiciones son edad dependiente y necticut (EE.UU.) (16), cada año habría
afectan a un cerebro inmaduro en desarro- en Chile alrededor de 8.250 niños nuevos
llo (13,14). con epilepsia, de los cuales 2.096 tendrían
“epilepsia resistente a fármacos” (epilepsia
En el presente texto se analizará el estado activa o no controlada) y 347 niños al año
actual de la cirugía de la epilepsia en niños, necesitarían una cirugía de su epilepsia.
con especial acento en Chile, presentando
nuestra experiencia acumulada en los últi- Sin embargo, en la actualidad en Chile no
mos cuatro años. se operan más de 40 niños al año (20 niños
en nuestra institución) (17), existiendo una
EPIDEMIOLOGÍA DE LA EPILEPSIA falencia anual cercana al 88,5% de lo espe-
RESISTENTE EN NIÑOS rado para el país. A lo anterior se deben
agregar los niños en espera de cirugía de
El estudio de Sillanpää del año 2006, repor- los años previos, lo que permite extrapolar
tó 144 niños con epilepsia recién diagnosti- que en Chile hay miles de niños con indi-
cada y con un seguimiento de 37 años (15); cación quirúrgica, pero sin acceso a ella, ya
mostró que el 67% tiene un excelente pro- sea por razones de desconocimiento médi-
nóstico con remisión total de sus crisis, un co, complejidad y/o alto costo del diagnós-
33% tendrán epilepsia de pobre pronóstico tico pre-quirúrgico, falta de centros debi-
sin remisión, de estos un 19% son fármaco damente capacitados y personal entrenado

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para hacer cirugías complejas con estudio si hay crisis diarias.
invasivo, como son los “Centros Avanza- 3) Casos especiales: Epilepsia del lóbulo
dos de Cirugía de la Epilepsia”. temporal, displasia cortical, tumores
con crisis, esclerosis tuberosa, Sturge-
Los centros de epilepsia, según el entre- Weber, hemimegalencefalia, encefalitis
namiento de su personal y los recursos de Rasmussen, hamartoma hipotalámi-
de equipamientos, se dividen en básicos y co, etc…
avanzados (18); los básicos pueden realizar 4) Niños con “Epilepsias catastróficas”:
cirugía de la epilepsia en niños, tales como Existe un grupo de niños con epilepsias
lesionectomías, callosotomías, implanta- muy refractarias desde su inicio, quie-
ción de estimulador de nervio vago y he- nes además cursan con severo daño
misferectomías. Los centros avanzados por neurológico, donde muchas veces la
sus mayores recursos humanos y tecnoló- mala calidad de vida está dada más por
gicos, como el caso de nuestra institución, el déficit neurológico agregado que por
puede realizar además de los procedimien- la frecuencia de crisis. Este es un grupo
tos antes descritos, cirugía invasiva que no muy bien definido en la literatura
implica, implantación de electrodos intra- y cuya denominación de “catastrófica”
cerebrales, cirugía en pacientes sin lesión aun está en discusión, dado que le da
evidente (RM cerebral normal) y cirugías una connotación de irreversibilidad.
en lactantes menores. Muchas veces, por ser epilepsias prima-
riamente generalizadas o multifocales
BASES DE LA CIRUGÍA DE LA EPILEP- independientes, la única alternativa te-
SIA EN NIÑOS rapéutica es una cirugía paliativa, para
mejorar su calidad de vida (18,19).
El cerebro del niño es un cerebro en de-
sarrollo, al año de vida su volumen ya ha CIRUGÍA DE LA EPILEPSIA
alcanzado más del 50% y a los 6 o 7 años
más del 90% del volumen final que tendrá La cirugía de la epilepsia en niños ver-
el encéfalo como adulto. Además en los sus adultos difieren en múltiples aspectos
dos primeros años su produce su mielini- como son: etiologías, tipos de cirugía, mo-
zación. Por lo tanto, cualquier daño que mento de la cirugía (ya analizado previa-
afecte al cerebro en desarrollo, entre más mente) y hallazgos electroencefalográficos
precoz sea, mayor será su secuela posterior pre-operatorios.
(13,19, 20).
Etiología: Un registro realizado por la
Basado en lo anterior la ILAE ha estable- ILAE en cirugía de la epilepsia en niños de
cido que: “Se deben eliminar las crisis tan países desarrollados (22), mostró que las
pronto como sea posible para optimizar el principales etiologías al estudio histopato-
desarrollo cognitivo, mejorar los aspectos lógico fueron: displasias corticales (42,4%),
conductuales y la calidad de vida del pa- tumores (19,1%), atrofia o secuela vascular
ciente” (21). Por lo tanto, la ILAE sugiere, (10%), esclerosis del hipocampo (6.5%). En
que las indicaciones para referir niños a un adultos en cambio, la principal etiología es
centro de cirugía de la Epilepsia son: la esclerosis hipocampal (43.5%), seguida
1) Todo niño con Persistencia de crisis ge- de los tumores (30%) en tanto que las dis-
neralizadas o focales, después de usar plasias corticales ocupan el tercer lugar con
dos o tres FAEs o por efectos inacepta- solo un 13% de los casos (23).
bles de los FAEs. Especialmente impor-
tante si hay más de una crisis por día, Las displasias corticales (DC) son la prin-
aunque la RM inicial sea “negativa”. cipal causa de epilepsia refractaria en ni-
2) Niños bajo dos años: Urgente referir ños (22,24), pero en algunas oportunida-
para prevenir retraso del desarrollo y des son muy difíciles de diagnosticar, ya
encefalopatía epiléptica, especialmente que pueden ser alteraciones microscópicas

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invisibles a la Resonancia Magnética (RM) mente generalizada tiene mejor control de
cerebral, aunque esta sea de alta resolución, crisis que el VNS (20).
como ocurre especialmente en los casos de
DC tipo I (Tabla 1) (25-27). A lo anterior Hallazgos en el EEG pre-operatorio: En
debemos agregar que en niños menores adultos se debe buscar una coherencia
de dos años el cerebro en desarrollo va entre el foco eléctrico y la lesión cerebral
variando la cantidad de agua y progresiva- mostrada por la RM, pero en niños esta
mente va produciéndose la mielinización, premisa no es estricta. En niños y adoles-
entonces las imágenes de RM pueden ser centes seleccionados, portadores de gran-
muy variables en los primeros 24 meses, des lesiones unilaterales en la RM, de tipo
pasando a estabilizarse luego de dos años, congénitas o adquiridas precozmente, a
por lo tanto una RM normal antes de los pesar de tener abundantes descargas ge-
dos años no garantiza que lo será a futuro. neralizadas o contralaterales en el EEG,
La sensibilidad de una RM realizada con los resultados en el control de crisis son
protocolo de epilepsia para detectar DC no iguales post-cirugía, que los pacientes con
supera el 66%. El PET (Positron emission lesiones similares y alteración al EEG ipsi-
tomography) con un 80% es el examen de lateral (30). La expresión difusa del EEG
mayor sensibilidad en el estudio de las DC puede deberse a una interacción entre la
(28). Por lo tanto el abordaje diagnóstico lesión de instalación precoz y el cerebro en
de las DC debe ser multimodal (EEG, RM, desarrollo.
PET, etc.).
NUESTRA EXPERIENCIA
Tipos de Cirugía: Las cirugías más fre-
cuentes en niños en países desarrollados Nuestro Centro Avanzado de Epilepsias, en
son las resecciones lobares (48%), seguidas el período de cuatro años (Julio 2008-Junio
de las hemisferectomías e implantación de 2012) ha intervenido a 110 pacientes de ci-
estimulador del nervio Vago (VNS) con un rugía de la epilepsia, de los cuales 48 casos
15,8% cada una. Las callosotomías ocupan (44%) eran niños, entre 3 meses y 15 años.
apenas el sexto lugar, con un 3,1% (22). Sin De ellos 35 casos fueron cirugías curati-
embargo, es posible que en países en vías vas y 14 paliativas, además de tres cirugías
de desarrollo, esta última tenga un mayor diagnósticas, con implantación crónica
porcentaje, considerando su menor costo, de electrodos sub-durales (Tabla Nº2). La
aunque no existen estadísticas al respecto. patología más frecuentemente encontrada
fue la displasia cortical con 18 casos. De los
Tanto la implantación del VNS, como la 35 casos operados con intención curativa,
callosotomía se consideran cirugías pa- veinticinco (71,4%) están libres de crisis,
liativas, cuya meta es bajar la frecuencia con un seguimiento de 9 a 48 meses. De los
e intensidad de crisis, pero no curar de la diez niños implantados con VNS el 77% de
epilepsia (29). Ambas tienen similares in- los padres están satisfechos con la cirugía y
dicaciones, las diferencias en su indicación muestran mejor calidad de vida.
básicamente tienen una explicación en los
costos asociados (US$ 27,000 solo el costo CONCLUSIONES
del equipo de VNS en Chile) y en los ries-
gos quirúrgicos asociados. Los seguros de La neurobiología y la plasticidad del cere-
salud en países desarrollados suelen pagar bro en desarrollo guían la decisión clínica
el valor de un VNS, pero estos tienen un para la cirugía de la Epilepsia en niños. El
menor costo que en Chile. El VNS tiene propósito es detener las crisis precozmente
como gran ventaja además, que su im- para prevenir mayores daños cognitivos.
plantación no tiene riesgo de mortalidad o
secuelas neurológicas, como si lo tiene la Los niños con crisis refractarias están en
callosotomía, sin embargo la callosotomía riesgo de retraso del desarrollo y muerte
para algunos tipos de epilepsia primaria- prematura. Si las crisis no son controladas

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por FAEs, el médico y los padres deben sa- 3. Hauser WA. Incidence and prevalence.
ber el porqué, realizar todos los estudios En: Engel J Jr, Pedley TA (Eds.), pag:
para determinar la etiología de la epilepsia 47-57. Epilepsy: A comprehensive
y eventualmente realizar una cirugía. textbook. Philadelphia, Lippincott Wi-
lliams & Wilkins, 1999.
Los hallazgos clínicos de casos operados 4. Placencia M. Incidencia, prevalencia
y las etiologías son diferentes en las series y magnitud global de las epilepsias en
pediátricas comparadas a los adultos. América Latina y el Caribe. In: Epi-
lepsias: Diagnóstico y Tratamiento.
La Organización Panamericana de Salud Campos MG y Kanner AM (Ed.), pag:
(OPS) lanzó el 2011 una estrategía y plan 49-68. Mediterráneo. Santiago, Buenos
de acción sobre las Epilepsias en la región, Aires, Montevideo, 2004
cuyo objetivo es mejorar el diagnóstico y 5. Campos MG, Wiebe S. Epilepsy Sur-
tratamiento de las personas con epilepsia gery: Access, cost and quality of life.
en las Américas (31). Chile tiene un com- In: Hans Lüders (Ed.). Textbook of
promiso adquirido con las autoridades Epilepsy Surgery. Informa, UK. pag:
mundiales, para mejorar la calidad de vida 223-229, 2008.
de las personas con epilepsias, especial- 6. Berg AT, Shinnar S, Testa FM, et al.
mente a los más necesitados, como son los Early development of intractable epi-
niños. lepsy in children: a prospective study.
Neurology 2001;56(11):1445-52.
En Chile existen centros básicos y avanza- 7. Berg AT. Epidemiology of intractable
dos de epilepsia, donde se pueden realizar generalized epilepsies. In: Hans Lüders
todos los procedimientos de cirugía de la (Ed.). Textbook of Epilepsy Surgery.
epilepsia en niños. El gran desafio está en Informa, UK. pag: 207-214, 2008.
poder ofrecer esta gran herramienta te- 8. Kwan P, Brodie MJ. Early identifica-
rapéutica a toda la población, por su alto tion of refractory epilepsy. N Engl J
impacto en la calidad de vida de los pacien- Med 2000;342:314-9.
tes y sus familias. Por otra parte es costo 9. Brodie MJ, Barry SJ, Bamagaus
benéfico para el estado, ya que logra rein- GA, Norrie JD, Kwan P. Patterns of
corporar a niños a una vida normal e inde- treatment response in newly diagno-
pendiente en la gran mayoría de los casos, sed epilepsy. Neurology 2012;78:1548-
con lo cual se ahorran grandes cantidades 54.
de recursos. El desafío está planteado y de- 10. Kwan P, Arzimanoglou A, Berg A, et
pende en gran medida de las autoridades al. Definition of drug resistant epilep-
solucionar el problema a miles de niños en sy: Consensus proposal by the ad hoc
Chile portadores de epilepsias refractarias Task Force of the ILAE Commission
y susceptibles de tener un tratamiento qui- on Therapeutic Strategies. Epilepsia
rúrgico para curarla. 2010;51:1069-77.
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Defining the spectrum of international

48 Rev. Chil. Psiquiatr. Neurol. Infanc. Adolesc. / Volumen 24, Nº 1, Marzo 2103 Todos los derechos reservados
REVISIONES DE TEMAS

0YYP[HIPSPKHKLU5P|VZ`(KVSLZJLU[LZ!LSKLZHMxVKLS
DSM-V
0YYP[HIPSP[`PU*OPSKYLUHUK(KVSLZJLU[+:4=
Marcela Abufhele MD1,2, Syed SA. Naqvi MD3

Resumen. ,S LZ[\KPV KL SH PYYP[HIPSPKHK JVTV ZxU[VTH OH JVIYHKV NYHU PU[LYtZ WHYH SVZ
JSxUPJVZ`SVZPU]LZ[PNHKVYLZLUSH‚S[PTHKtJHKH,Z[\KPVZLWPKLTPVS}NPJVZZ\NPLYLUX\LSH
PYYP[HIPSPKHKLZ\UTV[P]VKLJVUZ\S[HOHIP[\HSLUZLY]PJPVZKLWZPX\PH[YxHPUMHU[PS`KLSHHKV-
SLZJLUJPH(‚UTmZLZ\UZxU[VTH[YHUZ]LYZHSX\LLZ[mWYLZLU[LLUSVZJYP[LYPVZKPHNU}Z[P-
JVZKL\UNYHUU‚TLYVKL[YHZ[VYUVZWZPX\Pm[YPJVZLULZ[LNY\WVL[mYLV:PULTIHYNVSHPU-
]LZ[PNHJP}UJPLU[xÄJHZVIYLSHPYYP[HIPSPKHKYLJPtUOHJVTLUaHKVHKLZHYYVSSHYZLLULZWLJPHS
KLIPKVHSKLIH[LZVIYLLS[YHZ[VYUVIPWVSHYLUUP|VZ`HKVSLZJLU[LZ`SHWVZPJP}UX\LKLIL
VJ\WHY SH PYYP[HIPSPKHK LU LS YLJPLU[LTLU[L HWYVIHKV ` WVStTPJV +:4= ,U LZ[H YL]PZP}U
L_HTPUHTVZSHL]PKLUJPHKPZWVUPISLZVIYLSHPYYP[HIPSPKHK`Z\ZYLSHJPVULZWZPJVWH[VS}NPJHZ
L]VS\[P]HZ JVU SH KLWYLZP}U \UPWVSHY ` [YHZ[VYUVZ KL HUZPLKHK NLULYHSPaHKH (ZPTPZTV ZL
WYLZLU[HULSHUmSPZPZ`SHKPZJ\ZP}U[tJUPJHKL[YmZKLSZxUKYVTLKLKLZYLN\SHJP}ULTVJPVUHS
ZL]LYHsevere mood dysregulation:4+`SHQ\Z[PÄJHJP}UKLSHU\L]HJH[LNVYxHPUJVYWVYHKH
LU LS +:4= ;YHZ[VYUV KLZYLN\SHJP}U KLS mUPTV KPZY\W[P]V disruptive mood dysregulation
disorder+4++
Palabras claves: 0YYP[HIPSPKHKLUUP|VZ`HKVSLZJLU[LZ+:4=[YHZ[VYUVIPWVSHYZxUKYVTLKL
KLZYYLN\SHJP}ULTVJPVUHSZL]LYH:4+UVZVSVNxH

Abstract. 0YYP[HIPSP[`OHZYLJLU[S`ILJVTLHTHQVYMVJ\ZVMPU[LYLZ[MVYJSPUPJPHUZHUKYLZLHY-
JOLYZ,WPKLTPVSVNPJZ[\KPLZZ\NNLZ[[OH[PYYP[HIPSP[`PZHJVTTVUJOPLMJVTWSHPU[PUJOPSKYLU
HUKHKVSLZJLU[ZHUKPZWYLZLU[PU[OLJYP[LYPHVMHNYLH[U\TILYVMWZ`JOPH[YPJKPZVYKLYZPU[OPZ
HNLNYV\W/V^L]LYYLZLHYJOVUPYYP[HIPSP[`OHZVUS`YLJLU[S`Z[HY[LKLTLYNPUNTHPUS`ILJH\-
ZLVM[OLYLJLU[KLIH[LHIV\[IPWVSHYKPZVYKLYPUJOPSKYLUHUKHKVSLZJLU[ZHUKP[ZWVZP[PVUPU
[OLYLJLU[S`HWWYV]LKHUKJVU[YV]LYZPHS+:4=/LYL^LYL]PL^[OLÄUKPUNZVUPYYP[HIPSP[`
HUKP[ZKPMMLYLU[PHSS`Z[YVUNYLSH[PVUZOPW[V\UPWVSHYKLWYLZZPVUHUKNLULYHSPaLKHU_PL[`KPZVY-
KLYZJVTWHYLK[VKPZY\W[P]LILOH]PVYZHUKIPWVSHYKPZVYKLY(SZV^LWYLZLU[HUKKPZJ\ZZKP-
MMLYLU[]PL^ZVU[OLÄUKPUNZMYVTYLZLHYJOPU[VZL]LYLTVVKK`ZYLN\SH[PVUHUK[OLWH[O^H`
[V[OLWYVWVZLK+:4=JH[LNVY`VMKPZY\W[P]LTVVKK`ZYLN\SH[PVUKPZVYKLY+4++
Keywords. 0YYP[HIPSP[`PUJOPSKYLUHUKHKVSLZJLU[+:4=IPWVSHYKPZVYKLYZL]LYLTVVKK`Z-
YLN\SH[PVU:4+UVZVSVN`
INTRODUCCIÓN bilidad (enojo fácil) y susceptibilidad a re-
accionar negativamente frente a estímulos.
La irritabilidad es uno de los estados de La emoción que la caracteriza es la rabia,
ánimo más comúnmente experimentados cuya manifestación conductual más reco-
y reconocidos por los seres humanos. En nocida en los niños son los arrebatos de ira
general, hace referencia a una hipersensi- o pataletas (Stringaris, 2011). Cabe señalar

*OPSKHUK(KVSLZJLU[7Z`JOPH[YPZ[9LZLHYJO-LSSV^+LWHY[TLU[VM7Z`JOPH[Y` )LOH]PVYHS5L\YVZJPLUJLZ*L-
KHYZ:PUHP4LKPJHS*LU[LYHUK<*3(:LTLS0UZ[P[\[LMVY5L\YVZJPLUJLHUK/\THU)LOH]PVY
*VYYLZWVUKLUJPH!+YH4HYJLSH(I\MOLSL,THPS!THYJLHI\MOLSL'NTHPSJVT
*OPSKHUK(KVSLZJLU[7Z`JOPH[YPZ[+PYLJ[VY7LKPH[YPJ7Z`JOVWOHYTHJVSVN`*SPUPJ+LWHY[TLU[VM7Z`JOPH[Y` 
)LOH]PVYHS5L\YVZJPLUJLZ*LKHYZ:PUHP4LKPJHS*LU[LY

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aquí que si bien aún no existen definicio- de ánimo episódicos y no-episódicos y, en
nes claras para cuando la irritabilidad se general, del estado de ánimo “irritable” (su
convierte en un síntoma o patología, el variabilidad temporal y severidad), se hace
contexto de la presente revisión examina crucial para el diagnóstico y tratamiento.
aquella irritabilidad (crónica o episódica)
que, por su intensidad, constituye un mo- Relación Irritabilidad y Psicopatología
tivo de consulta y genera una disrupción
del funcionamiento en quien lo padece y La pregunta planteada por Stringaris
su entorno cercano. (2011) es un buen punto de partida para el
análisis: ¿es la “irritabilidad” un equivalen-
Desde el punto de vista nosológico, existen te a la fiebre (realizando una analogía con
múltiples razones por las cuales es impor- la medicina interna), es decir, una mani-
tante investigar y profundizar psicopato- festación presente en una variada gama de
lógicamente en el tema de la irritabilidad condiciones patológicas, en vez de consti-
en niños; una de estas razones dice rela- tuir un síntoma específico? ¿Tiene la irrita-
ción con la alta prevalencia (desde 3.3% al bilidad asociaciones específicas?
20% dependiendo del estudio) (Brotman,
y otros, 2006) y morbilidad asociada a la Asociación con trastornos del ánimo
irritabilidad (Pickles, Aglan, Collishaw, Si aceptamos la definición de irritabilidad
Messer, Rutter, & Maughan, 2009). Como como un estado de ánimo caracterizado
síntoma, está presente en los criterios diag- por la ira y el enojo fácil, es posible hipo-
nósticos de un gran número de trastornos tetizar que estará distintivamente relacio-
psiquiátricos, incluso traspasando la clási- nado con otros trastornos del ánimo. Esta
ca división entre los trastornos internali- predicción ha probado ser correcta, al me-
zantes y externalizantes. La presencia tan nos bajo ciertas condiciones.
amplia y diversa del síntoma irritabilidad
puede constituir un problema clínico al so- En respuesta a la controversia sobre el TBP,
breestimar las tasas de comorbilidad entre Leibenluft y cols. han mostrado evidencia
trastornos (comorbilidad artificial), al mis- contundente sobre la necesidad de distin-
mo tiempo, se convierte en un factor con- guir entre irritabilidad crónica y episódica
fundente para la rigurosidad de las clasifi- (Leibenluft, Cohen, Gorrindo, Brook, &
caciones diagnósticas categoriales actuales, Pine, 2006). La categoría de SMD (severe
amenazando, el sentido propio de existen- mood dysregulation) fue generada, defi-
cia de dichas clasificaciones. Desde otra nida y probada de modo de representar la
perspectiva, la irritabilidad podría consti- irritabilidad crónica y así distinguirla de
tuir un ejemplo de una dimensión aními- las características “episódicas” distintivas
ca que cruza a través de la psicopatología. propias de la manía (Leibenluft, Charney,
Esta hipótesis dimensional se encuentra Towbin, Bhangoo, & Pine, 2003).
aún en investigación y tiene evidentes im-
plicancias clínicas (Stringaris, 2011). Un estudio de seguimiento en población
general sugirió que este síndrome de irrita-
Sin embargo, la razón de mayor relevancia bilidad crónica (SMD) es predictor signifi-
que motiva la creciente investigación en cativo de trastornos depresivos (pero no de
irritabilidad la constituye el debate sobre trastorno bipolar) a 7 años de seguimien-
el trastorno bipolar pediátrico (TBP). El to en jóvenes de 9 a 19 (Brotman, y otros,
diagnóstico de TBP ha tenido un aumento 2006).
de un 500% en la última década (Blader
& Carlson, 2007)(Moreno, Laje, Blanco, La aseveración que niños con irritabilidad
Jiang, Schmidt, & Olfson, 2007), lo que no episódica puede ser una manifestación
genera importantes dudas y controversia de TBP ha sido probada en múltiples estu-
en el ambiente científico. En este contex- dios (Leibenluft, Charney, Towbin, Bhan-
to, el estudio de la distinción entre estados goo, & Pine, 2003) (Brotman, y otros, 2006)

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(Brotman, y otros, 2007) (Rich, Schmajuk, irritabilidad, predijeron TDAH y proble-
Perez-Edgar, Fox, Pine, & Leibenluft, 2007) mas de conducta (Stringaris, Cohen, Pine,
(Carlson, Potegal, Margulies, Gutkovich, & Leibenluft, 2009).
& Basile, 2009). En conjunto, la evidencia
hasta ahora disponible sugiere que es poco Otras asociaciones psicopatológicas
probable que la irritabilidad crónica, sea la En un estudio de seguimiento a 30 años,
manifestación clínica predominante o es- Pickles y cols (2009) demostraron que la
pecifica del TBP. irritabilidad es un predictor significativo
de suicidalidad en adultez. Sin embargo, es
Asociación con Trastorno Oposicionista- importante considerar que, en este estudio,
Desafiante (TOD) depresión y otra psicopatología no fueron
Stringaris y Goodman proponen tres di- evaluadas en relación a la irritabilidad.
mensiones o cualidades distintas dentro
del concepto amplio “oposicionista”: (1) En otro estudio poblacional (Stringaris,
irritabilidad, (2) testarudez (del inglés, Cohen, Pine, & Leibenluft, 2009), la irrita-
“headstrong”) e (3) hiriente/ofensivo (del bilidad evaluada por los padres a la edad
inglés, “hurtful”). Cada una de estas di- promedio de 13.8 años fue un predictor de
mensiones predice distinto tipo de psico- bajos ingresos y deficiente nivel educacio-
patología futura (Stringaris & Goodman, nal en la adultez. En este estudio se destaca
2009), tal como muestra la siguiente tabla: que esta asociación estuvo mediada sólo
parcialmente por la presencia de depre-
Dimensiones Psicopatología asociada sión, distimia y trastorno de ansiedad ge-
neralizada (al momento de los resultados).
Irritabilidad Depresión
Trastorno de ansiedad ge- Irritabilidad en el DSM V
neralizada (TAG)
Es evidente que hay mucho que aún des-
Testarudo Déficit atencional con hipe- conocemos sobre la psicopatología de la
ractividad irritabilidad y que un intento precoz de
Trastorno de conducta-no ubicarla en una taxonomía puede conducir
agresivo a su clasificación indebida. Sin embargo,
varios de los nuevos descubrimientos en
Hiriente/Ofensivo Trastorno de conducta- esta área nos proporcionan una primera
agresivo aproximación sobre cómo hacer frente a la
Agresividad fría/rasgos in- irritabilidad en futuras clasificaciones.
sensibilidad (del inglés, “ca-
llous/unemotional”) Antes de abordar el tema de la nueva cate-
goría, es importante recordar que la nueva
Las asociaciones mencionadas para las tres edición del DSM se ha planteado dos ob-
dimensiones han sido demostradas tanto jetivos, que cobran particular relevancia
en estudios poblacionales longitudinales para el análisis de la irritabilidad (Pine,
como transversales (Stringaris & Good- Alegria, Cook, Costello, Dahl, & al, 2002):
man, 2009). En estos estudios, la expresión (1) la clasificación está orientada a tener
de la irritabilidad se organizó sobre la base una especial consideración con el contex-
de tres síntomas: pataletas, hipersensibi- to del desarrollo, de modo de corregir los
lidad/enojo fácil e iracundo/resentido. La irreales discontinuos entre trastornos de
irritabilidad, y no las otras dos dimensio- la infancia y la adultez. La irritabilidad es
nes de oposicionismo, resultó ser un pre- un excelente ejemplo de cómo, si bien está
dictor específico de depresión, distimia y claramente relacionada en la infancia con
TAG (y no de fobias, trastornos del eje II los trastornos disruptivos, su continuidad
o trastorno bipolar). Por otro lado, la con- psicopatológica en la adultez está más re-
ducta testaruda e hiriente/ofensiva, y no la lacionada con depresión y TAG que con

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trastornos de conducta (2). El DSM-V fuertemente apoyadas por evidencia cien-
debe tener un énfasis marcado en el enfo- tífica contundente.
que dimensional, de nuevo, la irritabilidad
constituye un claro ejemplo, si considera- Con el fin de incorporar la mirada del de-
mos que cuenta con las propiedades psi- sarrollo en el diagnóstico de trastorno bi-
copatológicas de una dimensión: traspasa polar en el DSM-V, los grupos de traba-
varios diagnósticos psiquiátricos y puede jo de: Trastornos de la Infancia (DSM-V
ser medible como un continuo (Stringaris Childhood Disorders Work Group) y el
A. , 2011). de Trastornos del ánimo (DSM-V Mood
Disorders Work Group) trabajaron inte-
Justificación para la introducción de una gradamente, buscando obtener respuesta
nueva categoría diagnóstica en la sección a tres importantes interrogantes: (1) cómo
de Trastornos del Animo del DSM V (Tas- investigadores y clínicos deben operacio-
kforce DV, 2010) nalizar la periodicidad en el contexto de los
Uno de los cambios más dramáticos en el episodios maníacos o hipomaníacos; (2) la
área de la psiquiatría infantil en la última cuestión de si la irritabilidad no episódica
década ha sido el aumento considerable severa constituye una presentación evolu-
en la cantidad de niños diagnosticados tiva de la manía; y (3) el status nosológico
con trastorno bipolar (TB) (Moreno, Laje, de aquellos episodios hipomaníacos de du-
Blanco, Jiang, Schmidt, & Olfson, 2007) ración menor a cuatro días.
(Blader & Carlson, 2007). Se ha desarrolla-
do una escuela de pensamiento entre algu- Para abordar el segundo punto, los grupos
nos investigadores y clínicos que plantean de trabajo analizaron las investigaciones
que la irritabilidad no episódica severa se- llevadas a cabo durante los últimos 8 años,
ría una característica del trastorno bipolar especialmente aquellas que han compara-
pediátrico (TBP) (Biederman, Faraone, do niños y adolescentes con irritabilidad
Wozniak, Mick, Kwon, & Aleardi, 2004) crónica severa con aquellos que presentan
(Mick, Spencer, Wozniak, & Biederman, episodios clásicos del trastorno bipolar, tal
2005). La hipótesis es que la manía no se como los define el DSM-IV. Dentro de és-
manifiesta en la infancia de manera episó- tos, los estudios longitudinales cobraron
dica como describe el DSM-IV, sino como especial importancia.
una irritabilidad crónica y severa.
El camino hacia la nueva categoría diag-
Hasta la fecha todo lo que sabemos acerca nóstica: de SMD a DMDD
de la irritabilidad no episódica severa es Los estudios demuestran que el “clásico”
que constituye una manifestación bastante fenotipo adulto de TB (DSM-IV) se mani-
común en los niños, que estos niños están fiesta claramente en niños prepuberales así
severamente impedidos en su funcionali- como en adolescentes, aunque puede ser
dad y que no encaja bien en ninguna ca- menos frecuente a menor edad. Las inves-
tegoría diagnóstica existente hasta la fecha tigaciones de mayor peso para el análisis
en el DSM. fueron aquellas que comparaban fenotipos
alternativos de TB con el clásico a través de
Por lo anterior, parece importante ubicar distintos marcadores. Para estos fines fue
a este “síndrome” apropiadamente en el definido por un grupo de investigadores
DSM, ya sea en el trastorno bipolar pe- y académicos el síndrome llamado “Des-
diátrico (si corresponde) o en alguna otra regulación emocional severa” (SMD, del
categoría. Si consideramos el objetivo del inglés “severe mood dysregulation”) (Leib-
nuevo manual DSM de mantener la conti- enluft, Charney, Towbin, Bhangoo, & Pine,
nuidad entre las convenciones de los adul- 2003), el cual se caracteriza por:
tos y del niño tanto como sea posible, es - Irritabilidad no episódica, severa
necesario que las modificaciones a la no- - Pataletas o arranques de ira
sología en el período del desarrollo estén - Síntomas de hiperexcitación (aquellos

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del TDAH que coinciden con los crite- sistently negative (irritable, angry, and/
rios B para la manía) or sad) nearly every day
D Criteria A-C have been present for at
Para una completa descripción de cri- least 12 months and symptoms have
terios de inclusión y exclusión para este been absent for less than 3 months at a
diagnóstico ver anexo 1. Los resultados de time
las investigaciones utilizando los criterios E Symptoms in at least two settings (at
diagnósticos de SMD aportan la mayor home, at school, or with peers) and
evidencia empírica y constituyen el sopor- must be severe at least in one setting.
te para la inclusión de la nueva categoría F Aged 6 years or older
diagnóstica. Sin embargo, los grupos de G Onset before 10 years of age
trabajo del DSM-V, realizaron ligeros cam- H & I Does not meet criteria for another
bios en la categoría diagnóstica a la hora mental disorder (e.g., bipolar, major
de incluirla como nueva categoría en el depression, psychosis) but it can coe-
manual. Primero definieron Temper Dys- xist with oppositional defiant disorder,
regulation Disorder with Dysphoria (TDD), ADHD, conduct disorder or substance
muy similar a SMD pero más descriptivo y use disorder.
específico en su nombre. TDD carece de la
denotación de severidad, y fueron elimina- As at November 6th 2011 (Source: APA)
dos los criterios de hiperexcitación, per-
mitiendo aplicar el diagnóstico adicional La mayor parte de la investigación expues-
de TDAH (ver Anexo 2). ta en la presente revisión fue realizada uti-
lizando los criterios SMD (ver anexo 1), sin
Finalmente, el diagnóstico que quedó in- embargo, el grupo de trabajo del DSM-V
cluido en la versión que fue enviada y apro- estipuló que estos resultados son inclusivos
bada por la junta directiva de la Asociación y extrapolables a las otras dos categorías
Americana de Psiquiatría el pasado Di- diagnósticas (TDD-DMDD). De la misma
ciembre es la categoría llamada: Disruptive manera en el texto a continuación serán
Mood Dysregulation Disorder (DMDD), el considerados diagnósticos psicopatológi-
cual sólo presenta cambios menores y es camente similares.
psicopatológicamente equivalente al TDD.
Evidencia de la investigación: SMD vs
Tabla 2 TBP
Summary of diagnostic criteria for dis- Las conclusiones de la revisión demuestran
ruptive mood dysregulation disorder que niños y adolescentes con SMD difie-
proposed for DSM-5. ren de aquellos con TB “clásico” DSM-IV
en múltiples marcadores y variables, ta-
A Severe recurrent temper outbursts in les como los factores sociodemográficos
response to common stressors, which y distribución por sexo; los antecedentes
are: familiares; posible fisiopatología; severidad
t .BOJGFTU WFSCBMMZ PS CFIBWJPSBMMZ  e impacto; y finalmente, en la evolución y
such as in the form of verbal rages, or pronóstico.
physical aggression towards people
or property. En cuanto a los factores sociodemográfi-
t(SPTTMZPVUPGQSPQPSUJPOJOJOUFOTJUZ cos, mientras los estudios en el TB adulto
or duration to the situation or provo- y pediátrico muestran una distribución de
cation. género equitativa entre hombres y muje-
t*ODPOTJTUFOUXJUIUIFDIJMETEFWFMPQ- res, los pacientes diagnosticados con SMD
mental level. muestran clara predominancia masculina
B Temper outbursts occur, on average, (Brotman, y otros, 2006). Asimismo, los
three or more times per week. escasos estudios comparativos disponibles
C Mood between temper outbursts is per- de agregación (y/o co-agregación) familiar

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sugieren que los padres de niños y adoles- la adultez? De ser así, habría un argumen-
centes con TB tienen significativamente to poderoso para cambiar los criterios del
más propensión a tener TB que los padres DSM-IV de manía de forma de incluir la
de los jóvenes con SMD (Brotman, y otros, irritabilidad no episódica en períodos del
2007). desarrollo.

La investigación preliminar sobre los bio- Por otro lado, si los niños y adolescentes
marcadores y neurofisiología de SMD y con SMD (o irritabilidad crónica) no de-
TB indica fuertemente que, si bien ambos sarrollan TBP en la edad adulta, entonces
cuadros comparten ciertos déficits funcio- esos jóvenes no debe ser diagnosticados
nales, existirían diferencias en los circuitos con TBP y debieran ubicarse en otra cate-
neurales que median dichos déficits (Brot- goría diagnóstica.
man, y otros, 2010) (Dickstein, y otros,
2007) (Guyer, y otros, 2007) (Rich, Gri- Tres estudios longitudinales evalúan espe-
mley, Schmajuk, Blair, Blair, & Leibenluft, cíficamente este asunto: dos grandes estu-
2008). dios longitudinales poblacionales (Brot-
man, y otros, 2006) (Leibenluft, Cohen,
En los resultados en cuanto a severidad e Gorrindo, Brook, & Pine, 2006) y uno rea-
impacto, destaca que los niños y adoles- lizado en muestra clínica reclutada por el
centes con SMD están tan severamente NIMH (Stringaris, y otros, 2010). Las con-
afectados en su funcionamiento como clusiones del primer estudio proporcionan
aquellos con TBP. Como ejemplo, en el es- evidencia que SMD predice el desarrollo
tudio del NIMH-IRP (Stringaris, y otros, de trastornos depresivos unipolares, no de
2010) que reclutó 111 TB (media edad: TBP, en la edad adulta temprana. Asimis-
12.9) y 118 SMD (media edad: 11.6) mos- mo, la segunda data indica que la presencia
tró puntajes similares (51.1 para TB vs irritabilidad crónica a la edad de 13,8 años
47.4 para SMD) en la escala de evaluación predijo mayor riesgo de depresión mayor,
global (Children´s Global Assesment Sca- trastorno de ansiedad generalizada y disti-
le). Asimismo, criterios de severidad, tales mia a la edad de 33,2 años.
como el número de medicación recibida y
tasas de hospitalización psiquiátrica fueron La muestra de población clínica sugiere
similares entre ambos diagnósticos (Strin- que niños con SMD no desarrollan episo-
garis, Cohen, Pine, & Leibenluft, 2009). dios maníacos con el tiempo. En cambio en
jóvenes con presentación clásica de TBP,
En EEUU, es altamente probable que mu- la frecuencia de (hipo) manía o episodios
chos clínicos asignen el diagnóstico de mixtos fue 50 veces mayor que en aquellos
TBP a niños con SMD en parte debido a con SMD.
que eso justifica el acceso a mejores recur-
sos de atención de salud. En síntesis, los datos preliminares disponi-
bles sugieren que niños con SMD no ma-
Por último, la evidencia más contunden- nifiestan episodios maníacos en el segui-
te para definir la ubicación del SMD en el miento longitudinal.
nuevo manual DSM-V, proviene de los es-
tudios longitudinales de seguimiento hacia Evidencia de la investigación: SMD y
la adultez. Para probar la hipótesis de si el TOD (Trastorno oposicionista desafiante)
SMD constituye un fenotipo alternativo de o TDAH
TBP que difiere en los patrones de mani- En términos del DSM-IV, aproximadamen-
festación clásicos de TBP debiéramos es- te el 85% de los jóvenes con SMD cumplen
perar que tenga continuidad longitudinal también criterios de TDAH y TOD. Sin
con el fenotipo de TBP clásico. Es decir, la embargo, ninguno de estos diagnósticos
pregunta a responder sería: ¿la irritabilidad es capaz de dar cuenta del significativo
crónica de la infancia evoluciona a TBP en deterioro en la evolución de aquellos con

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SMD y tampoco de la severa sintomatolo- Adicionalmente, la diferenciación de SMD
gía anímica que padecen (Taskforce DV, pacientes de aquellos con TBP tiene signi-
2010). ficativas implicancias en cuanto al trata-
miento farmacológico (Antidepresivos y
Un subgrupo de la comisión de trabajo de estimulantes, se consideran muchas veces
TDAH y Trastornos de la Conducta Dis- contraindicados en niños con TBP).
ruptiva DSM-V elaboraron una propuesta
para asignar un especificador para el diag- Finalmente, tener un diagnóstico separado
nóstico de TOD que podría diferenciar el facilitará el fomento de futuras investiga-
fenotipo SMD / TDD del resto de TOD. Sin ciones en esta área.
embargo, fue finalmente descartado por los
grupos de trabajo argumentando dos razo- Síntesis y Discusión
nes principales: (1) es poco probable que
los clínicos utilizaran un especificador del La irritabilidad severa en niños y adoles-
TOD para diagnosticar jóvenes con SMD/ centes es un síntoma anímico de alta pre-
TDD, ya que TOD no es un trastorno del valencia que ha recibido escasa atención y
estado de ánimo (y el SMD sí lo sería) y (2) relativamente poca investigación. Podría
los pacientes asignados a la categoría TOD plantearse que esta falta de atención ha
no tendrían acceso a niveles de atención y contribuido en forma importante a la ac-
recursos/servicios de la intensidad que re- tual controversia sobre cómo diagnosticar
quiere el grupo con SMD / TDD (Taskfor- y tratar a aquellos niños que presentan irri-
ce DV, 2010). tabilidad severa como motivo de consulta.

¿Por qué un diagnóstico separado en el La propuesta de DMDD como nuevo diag-


DSM-V? nóstico es coherente con las directrices del
Claramente puede ser discutido el hecho de Grupo de Trabajo del DSM-V, que plantea
que es prematuro sugerir la incorporación “un nuevo diagnóstico podría justificarse
de este nuevo diagnóstico en el nuevo ma- como medio para focalizar la atención en la
nual DSM, considerando que los estudios necesidad de generar tratamientos efectivos
han sido realizados predominantemente biopsicosociales para un importante síndro-
por solo un grupo de investigadores en un me clínico, que hasta ahora ha sido descui-
contexto específico. Además, aún existen dado” (Taskforce DV, 2010).
múltiples preguntas sin responder sobre el
tema. Sin embargo, y habiendo considera- La evidencia apoya la teoría de que los jó-
do otras alternativas para la inclusión de venes con irritabilidad no episódica están
estos pacientes, los dos grupos de trabajo en mayor riesgo de trastorno depresivo
consideraron que esta inclusión en la cate- unipolar y trastornos ansiosos en la edad
goría de los trastornos del ánimo, tiene la adulta, no de trastorno bipolar. Por lo que
suficiente evidencia empírica y beneficios niños y adolescentes con DMDD debieran
para pacientes afectados que justifican su tener un “lugar” en el DSM-V y ese lugar
incorporación. no debe ser la categoría del TBP.

Primero, la alta prevalencia en la población Por otro lado, el hecho que el fenotipo
del fenotipo SMD/TDD: 3,2% cumplía cri- SMD/DMDD no sea una forma de TBP
terios de SMD en 1420 niños y adolescen- sino algún tipo de síndrome en un conti-
tes (Brotman, y otros, 2006). nuo fisiopatológico con los trastornos de
ansiedad, depresión unipolar y TDAH,
Segundo, la severidad de su sintomatología tiene profundas implicancias en el trata-
amerita que esta psicopatología cuente con miento.
una “ubicación” en el DSM, de modo que
los clínicos puedan proporcionar el nivel El daño potencial de no añadir la irrita-
de atención de salud requerido. bilidad crónica como categoría, es que el

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diagnóstico de TBP continuará siendo cipalmente de un solo grupo de investi-
asignado a un número sustancial de jóve- gación. Aunque el excelente estudio del
nes que, en la realidad, no cumplen los NIMH demuestra que un subconjunto de
criterios de la enfermedad. Por último, el jóvenes con irritabilidad crónica, severa
grupo de trabajo del DSM-V plantea que no tiene trastorno bipolar, esto no es su-
“no proporcionar a los clínicos una catego- ficiente para justificar la inclusión de una
ría más apropiada para ubicar a estos niños nueva categoría diagnóstica. Incluso más,
tiene el riesgo de no abordar el problema para muchos autores es poco probable que
central y evitar (o retrasar) el fomento de el DMDD sea categorialmente distinto del
mayor investigación sobre el tratamiento TOD (Copeland, Shanahan, & Costello,
de estos jóvenes severamente afectados en 2009).
su funcionalidad y desarrollo” (Taskforce
DV, 2010). Además, la eliminación de los criterios de
hiperexcitación del SMD complica aún
Las razones de la controversia más la aplicación clínica de la evidencia
publicada en dicho síndrome.
Muchos autores, clínicos y profesionales
del área de salud mental infanto-juvenil La irritabilidad y pataletas son algunas de
han manifestado su oposición a la inclu- las quejas más comunes en la consulta psi-
sión de esta categoría como un nuevo diag- quiátrica infanto-adolescente, por lo que
nóstico oficial en el DSM-V. El grupo de DMDD podría llegar a ser el diagnóstico
Axelson, y otros (2011) han planteado sus predeterminado “por defecto” para la gran
aprensiones con la nueva categoría desde mayoría de los niños que presentan este
mucho antes de la aprobación por la Aso- síntoma. Será la responsabilidad del médi-
ciación Americana de Psiquiatría (APA) de co determinar la presencia de los criterios
la nueva versión DSM-V. Para este grupo, de exclusión.
la nueva categoría diagnóstica cuenta con
insuficiente apoyo científico, y su inclusión Las implicancias en el tratamiento del nue-
tendría un impacto adverso en la atención vo diagnóstico aún son inciertas, pudiendo
clínica de pacientes, investigación y per- la aplicación clínica de DMDD dar lugar
cepción del público general acerca de la a desajustes entre pacientes individuales y
psiquiatría infantil. En el comentario pu- los tratamientos basados en la evidencia.
blicado en septiembre del 2011 (Axelson, Por último, la percepción del público acer-
y otros, 2011), se menciona “Hay mejores ca de la psiquiatría infantil tenderá a visua-
formas de abordar las dificultades de diag- lizar a los psiquiatras como patologizando
nóstico asociados con el trastorno bipolar el comportamiento normal y conviertien-
en la infancia que la creación de un nuevo do problemas de conducta y fallas caracte-
diagnóstico, sin fundamento”. rológicas en trastornos médicos (Axelson,
y otros, 2011).
El diagnóstico de DMDD se basa en dos
criterios principales: pataletas y humor Comentario Final
irritable. Al ser las pataletas una mani-
festación conductual del estado anímico Sin duda, la incorporación de una nueva
irritable, entonces el nuevo diagnóstico se categoría diagnóstica como DMDD tiene
basa exclusivamente en la presencia de un como objetivo capturar un fenómeno clí-
único síntoma, el cual, es también un cri- nico relevante: aquellos niños con patale-
terio diagnóstico de una amplia gama de tas severas y frecuentes que ocurren en un
trastornos psiquiátricos en niños y adoles- contexto de humor irritable crónico. De
centes. alguna manera esta categoría cumple con
el objetivo de evitar el sobrediagnóstico de
La evidencia científica para el diagnóstico trastorno bipolar de los últimos años. Si
de DMDD es limitado y proviene prin- bien, DMDD no ha sido sistemáticamente

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estudiado, los hallazgos de las investigacio- mild symptoms (distractibility, intrusi-
nes sobre SMD pueden ser razonablemen- veness) in a second setting.
te extrapolados.
Exclusion criteria:
Es claro que esta nueva categoría no está 1. The individual exhibits any of these
exenta de problemas y aún hay muchas in- cardinal bipolar symptoms:
terrogantes por resolver en cuanto al fenó- - Elevated or expansive mood
meno de la irritabilidad y sus asociaciones - Grandiosity or inflated self-esteem
psicopatológicas. Lo mismo ocurre con las - Episodically decreased need for sleep
implicancias clínicas y sociales que el nue- 2. The symptoms occur in distinct perio-
vo diagnóstico traerá para los pacientes, ds lasting more than 1 day.
sus familias y la comunidad en general. 3. Meets criteria for schizophrenia, schi-
zophreniform disorder, schizoaffective
Anexo 1: illness, PDD, or PTSD
Research diagnostic criteria for severe 4. Meets criteria for substance use disor-
mood dysregulation der in the past three months
(SMD; adapted from Leibenluft et al., 2003) 5. IQ<70
6. The symptoms are due to the direct
Inclusion criteria: physiological effects of a drug of abuse,
1. Aged 7–17, with the onset of symptoms or to a general medical or neurological
before age 12 condition.
2. Abnormal mood (specifically anger or
sadness), present at least half of the day Anexo 2:
most days, and of sufficient severity to Proposed criteria for the DSM-5 category
be noticeable by people in the child’s of temper dysregulation disorder with
environment (e.g. parents, teachers, dysphoria.
peers).
3. Hyperarousal, as defined by at least A. The disorder is characterized by severe
three of the following symptoms: in- recurrent temper outbursts in response
somnia, agitation, distractibility, racing to common stressors
thoughts or flight of ideas, pressured
speech, intrusiveness. 1. The temper outbursts are manifest ver-
4. Compared to his/her peers, the child bally and/or behaviourally, such as in
exhibits markedly increased reactivity the form of verbal rages or physical ag-
to negative emotional stimuli that is gression toward people or property
manifest verbally or behaviorally. For 2. The reaction is grossly out of proportion
example, the child responds to frustra- in intensity or duration to the situation
tion with extended temper tantrums or provocation
(inappropriate for age and/or precipita- 3. The responses are inconsistent with de-
ting event), verbal rages, and/or aggres- velopmental level
sion toward people or property. Such
events occur, on average, at least three B. Frequency: the temper outbursts occur,
times a week. on average, three or more times per
5. The symptoms noted in # 1, 3, and 4 week
above are currently present and have
been present for at least 12 months C. Mood between temper outbursts
without any symptom-free periods ex- 1. Nearly every day, the mood between
ceeding two months. temper outbursts is persistently negati-
6. The symptoms are severe in at least in ve (irritable, angry and/or sad)
one setting (i.e. violent outbursts, as- 2. The negative mood is observable by
saultiveness at home, school, or with others (e.g. parents, teachers, peers)
peers). In addition, there are at least

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D. Duration: Criteria A–C have been pre- to a general medical or neurological con-
sent for at least 12 months. Throughout dition.
that time, the person has never been
without the symptoms of Criteria A–C
for more than 3 months at a time. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

E. The temper outbursts and/or negative 1. Axelson, D., Birmaher, B., Findling, R.,
mood are present in at least two settings Fristad, M., Kowatch, R., Youngstrom,
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must be severe in at least in one setting. ding the inclusion of temper dysregu-
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H. In the past year, there has never been J., Mick, E., Kwon, A., & Aleardi, M.
a distinct period lasting more than 1 (2004). Further evidence of unique
day during which abnormally elevated developmental phenotypic correlates
or expansive mood was present most of pediatric bipolar disorder: Findings
of the day for most days, and the ab- from a large sample of clinically refe-
normally elevated or expansive mood rred preadolescent children assessed
was accompanied by the onset, or wor- over the last 7 years. J Affect Disord , 82
sening, of three of the ‘‘B’’ criteria of Suppl 1:S45-58.
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occurs in the context of a highly positive disorder or severe mood dysregula-
event or its anticipation. tion. Am J Psychiatry, 164(8):1238.
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I. The behaviors do not occur exclusi- Lunsford, J., Horsey, S., Reising, M., y
vely during the course of a psychotic or otros. (2010). Amygdala activation du-
mood disorder (e.g. major depressive ring face emotion processing in chil-
disorder, dysthymic disorder, bipolar dren with severe mood dysregulation
disorder) and are not better accounted vs. ADHD vs. bipolar disorder. Am J
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positional defiant disorder, ADHD, con- Biol Psychiatry, 60(9):991.
duct disorder and substance use disorders). 7. Carlson, G., Potegal, M., Margulies,
D., Gutkovich, Z., & Basile, J. (2009).
The symptoms are not due to the direct Rages—what are they and who has
physiological effects of a drug of abuse, or them? J child adolesc psychopharmacol,

58 Rev. Chil. Psiquiatr. Neurol. Infanc. Adolesc. / Volumen 24, Nº 1, Marzo 2103 Todos los derechos reservados
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REVISIONES DE TEMAS

,Z[YH[LNPHZKLPU[LY]LUJP}ULULZX\PaVMYLUPHYLZPZ-
[LU[LH[YH[HTPLU[VLUUP|VZ`HKVSLZJLU[LZ
0U[LY]LU[PVU Z[YH[LNPLZ PU [YLH[TLU[YLMYHJ[VY` ZJOPaVWOYLUPH PU
JOPSKYLUHUKHKVSLZJLU[Z
Dra. Paula Zomosa1, Dr. Ricardo García2

Resumen. 3HLZX\PaVMYLUPHKLPUPJPV[LTWYHUV,6:LZHX\LSSHX\LZLPUPJPHHU[LZKLSVZ
H|VZYLSHJPVUmUKVZLJVU\UHTH`VYZL]LYPKHKKLSVZZxU[VTHZ`YLZPZ[LUJPHH[YH[HTPLU[V
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Key Words: ,HYS` VUZL[ ZJOPaVWOYLUPH [YLH[TLU[YLZPZ[HU[ ZJOPaVWOYLUPH HU[PWZ`JOV[PJZ
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INTRODUCCIÓN precoz (TEOSS), se encontró una baja tasa
de respuesta a 3 antipsicóticos distintos a 8
La esquizofrenia de inicio temprano (EOS), semanas de tratamiento (Risperidona 46%,
es un subtipo de esquizofrenia, en la que Olanzapina: 34% y Molindona: 46%) (18).
los síntomas se inician antes de los 18 años,
con una prevalencia estimada de un 0,5 % En la práctica clínica, ante la falta de res-
(1). La evidencia disponible sugiere que la puesta a la monoterapia con antipsicóticos,
EOS correspondería una categoría más se- se suele recurrir a distintas modalidades de
vera de esquizofrenia, asociándose a mayor intervención, que involucran polifarmacia
severidad de los síntomas, mayor discapa- y combinación de psicofármacos, descono-
cidad, deterioro cognitivo y resistencia a ciendo la evidencia que pueda sustentarlos.
tratamiento (2, 3). Existen varias definicio- Estudios recientes, revelan que más de un
nes para referirse a la esquizofrenia resis- 40% de los pacientes esquizofrénicos am-
tente a tratamiento (ERT), en adultos, una bulatorios recibe dos o más antipsicóticos,
de las más aceptadas se refiere a aquellos y más de un 70% se encuentra co-medica-
casos en los que no se ha alcanzado una do con otro psicofármaco (19). Estos he-
mejoría psicopatológica y/o sintomática chos resultan especialmente alarmantes en
significativa, a pesar del tratamiento con niños y adolescentes, considerando que en
al menos 2 antipsicóticos distintos, de al este grupo etáreo se ha descrito una mayor
menos dos categorías químicas diferentes sensibilidad y menor tolerancia a efectos
(al menos uno debe ser un antipsicótico adversos de antipsicóticos (en especial a
atípico), a la dosis antipsicóticas recomen- efectos adversos extrapiramidales (SEP),
dadas, por un período de tratamiento de aumento de peso e hiperprolactinemia).
entre 2 a 8 semanas por droga (4, 5, 6, 7, 8, La mayoría de los estudios disponibles so-
9, 10). En general, sólo se considera la seve- bre ERT incluyen a pacientes mayores de
ridad de los síntomas positivos, dejando de 18 años, por lo que el grueso de las reco-
lado la persistencia de síntomas negativos mendaciones para el manejo de EOS son
y cognitivos, a pesar de su impacto en la extensiones de la evidencia disponible en
funcionalidad y calidad de vida de los pa- adultos, obviando diferencias evolutivas
cientes (11). Si bien la mayoría de los auto- que podrían tener implicancias clínicas
res adopta una definición similar para refe- y terapéuticas(1). En este sentido, se ha
rirse a la resistencia a tratamiento en EOS, planteado que alteraciones en el desarro-
algunos sugieren que se debe considerar el llo de los sistemas de neurotransmisores,
fracaso de 3 ensayos con antipsicóticos, no podrían estar a la base, tanto de la mayor
existiendo por lo tanto consenso acerca de susceptibilidad a efectos adversos como de
los límites de este concepto en EOS, lo que la menor respuesta clínica a antipsicóticos
en la práctica podría retrasar las estrategias que presentan niños y adolescentes (2, 16).
acorde a este diagnóstico (12, 13). De este modo, resulta esencial revisar qué
evidencia y recomendaciones existen espe-
En adultos, se estima que entre un 10 a un cíficamente en ERT en niños y adolescen-
30% de los pacientes presenta una respues- tes.
ta pobre o ausente al tratamiento antipsi-
cótico, y un adicional 30% una respuesta Estrategias de intervención en esquizo-
parcial (4, 9, 14, 15) , cifras que serían aún frenia resistente.
mayores en EOS (16). Un seguimiento a 42
años de pacientes con EOS, mostró que un 1. Descartar pseudoresistencia.
50% de los pacientes continuaba con sín- En primer lugar, al enfrentarse a un posi-
tomas, y un 25% presentaba una remisión ble caso de ERT, se debe revisar cómo se ha
parcial (17). En el mismo sentido, en el es- llevado a cabo el tratamiento antipsicótico
tudio randomizado doble ciego multicén- en términos de dosis, duración suficien-
trico, sobre el tratamiento de los trastornos te y adherencia, considerando que la falta
del espectro de la esquizofrenia de inicio de adherencia ha sido reportada como la

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principal causa de resultados insuficientes 52 semanas a aquellos pacientes que ha-
en el tratamiento con antipsicóticos (4). Se bían presentado respuesta a tratamiento en
deben además descartar otros factores que fase aguda, reportándose que sólo un 12%
estén contribuyendo a la falta de respuesta, completaba el tratamiento original, siendo
como la presencia de reacciones adversas los antipsicóticos utilizados, equivalentes
a fármacos, interacciones farmacológicas, en eficacia, tiempo de discontinuación y
comorbilidades (por ejemplo: trastornos aumento de peso (24).
por uso de sustancias y depresión), enfer-
medades físicas y factores psicosociales 2.1 Clozapina.
asociados (como un ambiente familiar y/o Clozapina ha demostrado ser el antipsi-
social disfuncional) (4, 7, 8, 19, 20, 21). cótico más efectivo en el tratamiento de
esquizofrenia resistente, tanto en adultos
Una vez establecida la resistencia, se debe como en niños y adolescentes, reducien-
realizar una evaluación multidimensional do los síntomas psicóticos y mejorando la
que considere la persistencia de síntomas funcionalidad (4, 6, 7,13, 16, 15, 26, 27, 28,
positivos, negativos y afectivos, disfunción 29, 30). Más aún, se ha descrito que pre-
cognitiva, conductas suicidas, déficits en la sentaría ventajas en comparación a otros
calidad de vida, funcionamiento social, es- antipsicóticos en el manejo tanto de la
colar y familiar, de modo de definir los sín- discinesia tardía como de síntomas nega-
tomas diana y orientar el tratamiento (4). tivos, además de asociarse a una reducción
de conductas suicidas, abuso de alcohol y
2. Estrategias farmacológicas para la re- menor riesgo de SEP (2, 15, 21). A pesar de
sistencia a tratamiento en EOS. que no existen estudios de tipo multicén-
Como consideraciones generales en el tra- trico randomizado controlado que prue-
tamiento antipsicótico en niños y adoles- ben el uso de Clozapina en EOS, estudios
centes, se recomienda utilizar la mínima de este tipo en adultos (CATIE II y CUt-
dosis terapéutica necesaria y preferir la LASS-2) avalan su superioridad (4, 31, 32)
monoterapia, siendo la combinación de y en varias guías clínicas se recomienda su
fármacos una estrategia de último recurso, uso como primera línea de tratamiento en
ya que se asocia a más efectos adversos, in- ERT (Categoría B de evidencia, Recomen-
teracciones farmacológicas, y mayor riesgo dación grado 3) (4, 6, 7,13, 20, 26, 27, 28,
de mala adherencia, especialmente en este 29, 33, 34, 42).
grupo etáreo (1, 22). Los estudios disponi-
bles en niños y adolescentes, tal como en El uso de Clozapina en niños y adolescen-
adultos, apuntan a que el tratamiento con tes ha sido evaluado en estudios de tipo
antipsicóticos típicos y atípicos presentaría abierto y doble ciego randomizados, de-
una eficacia similar (a excepción de Cloza- mostrando ser superior a otros antipsicó-
pina), e independiente del fármaco que se ticos típicos y atípicos (2, 4, 12, 13, 16, 35,
elija, existiría una alta tasa de discontinua- 36, 37, 38-43). En un estudio doble ciego
ción (16, 18, 23, 24, 25). Así lo reportó el realizado en 21 pacientes, se comparó la
estudio TEOSS mencionado previamente eficacia y reacciones adversas de Clozapina
(18). Este incluyó a 116 pacientes de entre (dosis promedio: 176 mg/d) y Haloperidol
8 y 19 años, a los que se asignó aleatoria- (16 mg/d) en el manejo de EOS refractaria.
mente un antipsicótico atípico (Olanzapi- Tras 6 semanas de tratamiento, Clozapina
na o Risperidona) o un antipsicótico típico resultó ser superior a Haloperidol en to-
(Molindona) durante 8 semanas, no en- das las mediciones de psicosis, mejorando
contrándose diferencias significativas entre tanto síntomas negativos como positivos
los 3 grupos de tratamiento, sin embargo, (p: 0.04- 0.002). Sin embargo la presencia
Olanzapina y Risperidona se asociaron a de neutropenia y convulsiones limitaron
un mayor aumento de peso y alteraciones el tratamiento con Clozapina, y un tercio
metabólicas (18). En una segunda fase de de los pacientes debió discontinuarla (35).
este estudio, se realizó un seguimiento de En un estudio aleatorizado doble ciego en

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EOS refractaria, un 66% de los niños tra- ciones electroencefalográficas y cardiacas
tados con Clozapina mejoró significativa- (22).
mente en la escala psiquiátrica abreviada
(BPRS), en comparación con sólo 33% de 2.2 Estrategias alternativas al uso de Clo-
los tratados con altas dosis de Olanzapina zapina en el tratamiento de esquizofrenia
(> 30mg/d) (13). En un estudio previo de resistente a tratamiento.
características similares se obtuvo una ma- Se han estudiado otras opciones terapéu-
yor mejoría clínica con el uso de Clozapina ticas como alternativa a Clozapina (por
vs Olanzapina, pero la diferencia sólo fue ejemplo en caso de intolerancia o falta de
significativa para los síntomas negativos respuesta a tratamiento) que incluyen el
(36). Con respecto a su efectividad a largo aumento de dosis del fármaco utilizado o
plazo, en un estudio retrospectivo en jóve- el cambio a otro antipsicótico, sin existir
nes coreanos con EOS, se encontró que el evidencia suficiente en niños y adolescen-
uso de Clozapina mostraba beneficios en el tes que soporte estas prácticas (1).
largo plazo disminuyendo las tasas de hos-
pitalización, sin embargo, un 27% desarro- 2.2.3 Aumento de dosis.
llaba una neutropenia (44). En caso de que el paciente presente una
buena tolerancia, consensos de expertos
A pesar la eficacia descrita para Clozapina, sugerían el aumento de la dosis del anti-
su uso no se encuentra aprobado por la psicótico por sobre lo recomendado, sin
FDA para población pediátrica, y tal como embargo la eficacia de esta práctica no se
se ha descrito previamente, presenta efec- encuentra establecida y estudios recientes
tos adversos significativos, lo que limita su no apoyan este principio (4,20).
uso en casos no refractarios. Los de mayor
importancia y gravedad son la presencia de 2.2.4 Cambio a otro antipsicótico.
convulsiones y agranulocitosis que se esti-
ma serían más frecuentes en niños y ado- Olanzapina
lescentes (45, 46). El riesgo de convulsio- Olanzapina es el antipsicótico con mayo-
nes sería mayor a medida que se aumenta res similitudes a Clozapina, en términos
la dosis de Clozapina y especialmente si la de una mayor afinidad por receptores D4
dosificación se lleva a cabo en forma ace- y 5HT2A, en comparación con receptores
lerada, por lo que se recomienda una lenta D2, y una significativa afinidad por recep-
titulación hasta llegar a la dosis terapéuti- tores 5HT 2C, 5HT 3, 5HT6, D3 y D1 (2).
ca, la que en la mayoría estudios en EOS En adultos, distintos metanálisis, basados
va desde un promedio de 176mg/d a 403,1 en estudios randomizados controlados y
mg/d (1, 22). El riesgo de agranulocitosis estudios abiertos sugieren que Olanzapina
es mayor durante los primeros 3 meses de podría ser superior a otros antipsicóticos
tratamiento, con un riesgo acumulado de en el manejo de ERT (15, 47- 53). Sin em-
0,08% al año de tratamiento (45). Reportes bargo, al compararla con Clozapina, estu-
de casos sugieren que frente a este tipo de dios recientes han encontrado que incluso
efectos adversos, el uso concomitante de su uso a altas dosis, tendría al menos la
Litio, podría contribuir a aumentar el re- misma eficacia o inferior en comparación
cuento celular de neutrófilos (46). con Clozapina en el tratamiento de ERT
(13, 54, 55). Estudios en niños y adolescen-
Dado este perfil de efectos adversos, previo tes, han reproducido resultados similares a
al uso de Clozapina se debe realizar una estos últimos (ver en Clozapina) (13, 36),
completa evaluación, sopesando junto a la además de un marcado aumento de peso
familia del paciente, los posibles riesgos y y alteraciones metabólicas asociadas, que
beneficios asociados. Por otra parte, su uso limitan su uso (1, 2, 18, 22, 25).
debe ser guiado por protocolos bien defi-
nidos, con especial énfasis en el monitoreo Risperidona
de efectos adversos hematológicos, altera- A pesar de su documentada eficacia en el

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tratamiento de esquizofrenia en niños y metabólico para Ziprasidona (63).
adolescentes, presenta la desventaja de aso-
ciarse a una mayor frecuencia de síntomas En síntesis, en base a lo descrito previa-
SEP e hiperprolactinemia (especialmente a mente, la evidencia disponible en adultos
dosis altas) en comparación con otros anti- (posiblemente extrapolable a niños y ado-
psicóticos atípicos (18, 25). Estudios sobre lescentes) sugiere que en caso de intole-
el uso de Risperidona en ERT en población rancia a Clozapina, es posible considerar
adulta han sido contradictorios; si bien el cambio a otro antipsicótico atípico pre-
algunos apuntan a que este fármaco sería ferentemente Olanzapina o Risperidona
superior a Haloperidol y similar a Cloza- (Categoría B de evidencia, grado de reco-
pina y Olanzapina, no existe suficiente evi- mendación 3) (4, 15, 34, 42). En base a los
dencia que sustente su elección en ERT por resultados de estudios clínicos, otros antip-
sobre Clozapina (4, 34, 56-58). sicóticos como Amisulpiride, Aripiprazol y
Quetiapina podrían ser efectivos en el tra-
Aripiprazol tamiento de ERT (Categoría C de eviden-
Es un antipsicótico atípico relativamente cia, grado de recomendación 4) (4, 42, 84).
nuevo, que actúa como agonista parcial de
los receptores D2 y 5HT1A, presentando 2.3. Estrategias que involucran polifarma-
un menor impacto a nivel metabólico en cia: combinación y aumentación de antip-
comparación con los otros antipsicóticos sicóticos.
atípicos (a excepción de Ziprasidona) (1, A pesar de ser el tratamiento de elección
2, 22, 25). Existen pocos estudios en adul- en EOS resistente a tratamiento, cerca de
tos acerca de su uso como monoterapia en un 50% de los adolescentes sometidos a un
ERT y ninguno en niños y adolescentes. tratamiento con Clozapina no responde
En un estudio abierto realizado en adultos, satisfactoriamente (16). Frente a este pa-
Aripiprazol mostró ser eficaz en el trata- norama, los clínicos suelen utilizar varias
miento de pacientes que no habían respon- estrategias de aumentación y combinación,
dido a 6 semanas de tratamiento con Olan- a pesar de que existe evidencia escasa o au-
zapina o Risperidona (59), mientras que en sente que soporte su eficacia (15, 20). De-
un reporte de un caso, el uso de altas dosis pendiendo del tipo de síntomas residuales,
de Aripiprazol (60 mg/d), resultó en una las estrategias de aumentación pueden ir
mejoría psicopatológica sin aumento de desde agregar otro antipsicótico, estabili-
efectos adversos (60). zadores del ánimo, benzodiacepinas, anti-
depresivos, terapia electroconvulsiva, etc.
Quetiapina Se recomienda, que en los casos en que se
Existen pocos estudios en adultos que sus- opte por una estrategia de polifarmacia,
tentan su efectividad en ERT, permane- se realice una prueba terapéutica limitada
ciendo de este modo poco claro su papel con un agente a la vez, que incluya un mo-
en ERT en niños y adolescentes (61, 62). nitoreo sistemático, asegurando su eficacia
y seguridad (25).
Ziprasidona
Es un antipsicótico atípico con un perfil de 2.3.1 Estrategias de combinación de antip-
efectos adversos similar a Aripiprazol en lo sicóticos.
que se refiere a efectos metabólicos, pero Existe evidencia limitada que soporte la
que se asocia a una significativa prolonga- efectividad de combinar distintos antip-
ción del intervalo QT en el electrocardio- sicóticos en el tratamiento de la ERT, es-
grama, por lo que su uso en población in- pecialmente cuando Clozapina no es uno
fantil ha sido limitado. Un estudio reciente de ellos (64, 65). Estudios clínicos en
en adultos de tipo randomizado doble cie- adultos y una revisión Cochrane reciente,
go, comparó el uso de Ziprasidona y Clo- han mostrado resultados satisfactorios al
zapina en ERT, encontrando una eficacia combinar Clozapina y otro antipsicótico
comparable, aunque con un mejor perfil atípico (como Risperidona, Aripiprazol,

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Ziprasidona y Quetiapina), sin poder esta- Valproico podría usarse en el manejo de
blecerse en forma categórica cuál de estos la hostilidad y agresividad de pacientes es-
fármacos aportaría mayores beneficios (4, quizofrénicos (Categoría D de evidencia,
64). En base a fortalecer la potencia anti- Recomendación Grado 5) y Litio podría
dopaminérgica de Clozapina, se ha inves- tener alguna utilidad en presencia de sín-
tigado también su combinación con Ami- tomas anímicos (Categoría B de evidencia,
sulpiride o Sulpiride, siendo esta última Recomendación grado 3) (1, 33, 42).
una opción probablemente ventajosa para
el tratamiento de síntomas psicóticos resi- Lamotrigina: Dado el efecto que presen-
duales, sin embargo se requiere de mayores ta en la transmisión glutamatérgica se ha
estudios (66). postulado como una posible estrategia de
aumentación en pacientes esquizofrénicos
En niños y adolescentes, la evidencia so- que presentan respuesta parcial a Cloza-
bre estas prácticas sería aún más precaria. pina, lo que ha sido avalado por estudios
En un estudio realizado en pacientes con clínicos randomizados controlados doble
EOS que habían presentado una respues- ciego en adultos (Categoría B de eviden-
ta parcial al tratamiento con Clozapina, se cia, Recomendación Grado 3) (4, 15, 19,
agregó Aripiprazol en dosis de 8.2 ± 3.6 42, 70). No existe evidencia en población
mg durante un período de 11.1 ± 9.7 me- pediátrica que apoye su uso en ERT, sin
ses. Como resultado se obtuvo una mejoría embargo, estudios en este grupo etáreo
significativa en los puntajes de CGI-S (p: han demostrado que al menos sería segura
0.003), logrando además reducirse la dosis y efectiva en el manejo de otras patologías
de Clozapina (67). En adultos, 2 estudios (trastorno afectivo bipolar y epilepsia) (2).
doble ciego randomizados y controlados,
evaluaron el uso de Aripiprazol en com- Pregabalina: En adultos, ha sido utilizada
binación con Clozapina, encontrando que en forma exitosa en el manejo de ansiedad
si bien no había una reducción en la seve- refractaria en esquizofrenia, sin embargo,
ridad total de los síntomas, si existía una la evidencia que sustenta su uso es limitada
mejoría en los síntomas negativos y en los (Categoría C de evidencia, Recomenda-
parámetros metabólicos (15, 68, 69). ción Grado 4) (4, 19, 42, 71).

Por lo tanto, en base a la evidencia dis- Topiramato: Si bien los resultados sobre su
ponible, se estima que la combinación efectividad en el tratamiento de ERT han
de Clozapina y otro antipsicótico atípico sido inconsistentes (Categoría D de evi-
(posiblemente Risperidona), podría tener dencia, Recomendación Grado 5) y habría
algunas ventajas por sobre la monoterapia riesgo de deterioro cognitivo, existe cierta
con Clozapina ( Categoría C de evidencia, evidencia sobre su eficacia en reducir el au-
grado de recomendación: 4) (1, 42, 64). mento de peso en esquizofrenia (Categoría
B de evidencia, Recomendación Grado 3)
2.3.2 Estrategias de aumentación. (1, 19, 42).
Debido a que no existen estudios siste-
máticos que evalúen el uso de este tipo de Antidepresivos
estrategias en niños y adolescentes, se des-
cribirá la evidencia existente para adultos. Varios antidepresivos (Inhibidores selecti-
vos de la recaptación de serotonina y dua-
Estabilizadores del ánimo y anticonvul- les) han resultado ser efectivos en el ma-
sivantes nejo de síntomas depresivos en pacientes
esquizofrénicos, siendo en general seguros
La evidencia disponible en adultos, no y bien tolerados (19, 72). Más aún, al ser
respalda el uso ni de Carbamazepina, Áci- usados en conjunto con antipsicóticos, los
do Valproico ni Litio como estrategias de antidepresivos podrían ser más efectivos
aumentación en ERT. Sin embargo, Ácido en tratar los síntomas negativos de la es-

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quizofrenia que los antipsicóticos usados contraindicado, o existe una indicación es-
en forma aislada (73); en particular, estu- pecífica para su uso, como la presencia de
dios en Mirtazapina han mostrado resulta- Catatonía, en cuyo caso corresponde una
dos prometedores en estos casos (Catego- importante alternativa terapéutica (Ca-
ría B de evidencia, Recomendación Grado tegoría C de evidencia, Recomendación
3) (4, 42, 74). A pesar de los alentadores grado 4) (4, 42). En general suele ser un
resultados, no existe suficiente evidencia procedimiento bien tolerado, no tiene con-
disponible que permita recomendar el uso traindicaciones absolutas, y logra una rápi-
de antidepresivos en el manejo de esquizo- da reducción de síntomas y mejoría global
frenia resistente en adultos (Categoría F de en el corto plazo (75).
evidencia) y no existen estudios controla-
dos en EOS (4, 42). En adolescentes, los estudios disponibles
indican que su utilidad sería similar a la
Benzodiacepinas encontrada para pacientes adultos (77,
Existe evidencia limitada que apoya el uso 78). Reportes de casos, series pequeñas y
de benzodiacepinas en el tratamiento de revisiones sistemáticas han demostrado
esquizofrenia catatónica, acatisia inducida que la TEC sería eficaz y bien tolerada en
por antipsicóticos (Categoría C de eviden- adolescentes con trastornos del espectro
cia, Recomendación grado 4) y agitación esquizofrénico (75, 77, 78). Sin embargo,
(Categoría B de evidencia, Recomendación tal como ocurre en adultos, se ha reporta-
grado 3) (4, 42). do que su eficacia en trastornos psicóticos
es baja (50-60%), siendo esta mayor en los
Otros casos de catatonía (75%) y trastornos del
Estudios recientes sugieren que fármacos ánimo (75-100%) (78, 79). Por otra parte,
que modulen la transmisión glutamatér- en cuánto a efectos adversos se ha descrito
gica (como agonistas NMDA y otros fár- que en adolescentes habría un mayor ries-
macos glutamatérgicos) podrían ser pro- go de convulsiones prolongadas y tardías
metedores en el manejo de la ERT, pero se (0-10% y 0-5% de los pacientes respectiva-
requieren estudios clínicos bien diseñados mente), con efectos cognitivos similares a
para confirmar esta hipótesis (4,15,19). La adultos (77).
evidencia disponible es inconsistente en
lo que se refiere, tanto al uso de estos últi- La Academia Americana de psiquiatría de
mos fármacos, como al de agentes neuro- niños y adolescentes, recomienda su uso
activos (Beta bloqueadores, AINES, ácidos luego que la farmacoterapia ha fracasado
grasos poliinsaturados) (Categoría D de (incluido un ensayo clínico con Clozapi-
evidencia, Recomendación Grado 5) (4, na), existe intolerancia, contraindicaciones
42). para su uso (ej. Embarazo) o una indica-
ción específica (ej Catatonía). Estos autores
3. Estrategias no farmacológicas en re- plantean que se debe considerar en conjun-
sistencia a tratamiento en EOS. to con la familia, los posibles beneficios y
riesgos, además de otras posibles opciones
3.1 Terapia electroconvulsiva (TEC) terapéuticas (22).
La TEC ha demostrado ser efectiva en el
manejo de pacientes adultos esquizofréni- 3.2 Estimulación magnética transcraneal
cos durante la fase aguda de enfermedad, (rTMS) en el tratamiento de esquizofrenia
siendo más efectiva, al ser usada en com- resistente a tratamiento.
binación con antipsicóticos, especialmen- Sólo existe evidencia limitada que apoye
te en conjunto con Clozapina (Categoría su uso (Categoría C/D de evidencia, Reco-
C de evidencia, Recomendación grado 4) mendación grado 4/5) (42), no siendo su
(20, 15, 42, 75, 76). Su uso, se recomien- uso generalizado en esquizofrenia resisten-
da en pacientes resistentes al tratamiento te, ni menos aún en niños y adolescentes.
farmacológico, que no lo toleran, lo tienen Por otra parte, su uso no se encuentra ac-

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tualmente aprobado por la FDA (4, 21). A adecuados, empeorando aún más el pro-
pesar de lo anterior, es un procedimiento nóstico y calidad de vida de estos pacien-
seguro y un metanálisis reciente mostró tes. Existe amplio acuerdo sobre que una
que su aplicación a baja frecuencia, tendría vez establecida la ERT, el tratamiento de
ventajas significativas con respecto a place- elección y más efectivo a todas las edades,
bo (80). En base a ello, una importante guía lo constituye el uso de Clozapina (4, 6, 7,13,
de tratamiento en adultos (PORT) sugiere 16, 15, 26, 27, 28, 29, 30), fármaco que es-
la aplicación de rTMS a baja frecuencia (1 taría subutilizado en niños y adolescentes,
Hz) en la corteza temporo-parietal izquier- principalmente debido al temor de los clí-
da para el tratamiento de alucinaciones nicos a los efectos adversos asociados a éste
auditivas resistentes al tratamiento antipsi- (12). Al respecto, varios autores coinciden
cótico (15, 33). Por otra parte la estimula- en que los beneficios pueden ser superio-
ción a alta frecuencia (10 Hz) en la corteza res a los riesgos, si se toman las medidas
prefrontal dorsolateral ha mostrado resul- de monitoreo necesarias para prevenirlos
tados prometedores en el manejo de sín- y manejarlos en forma precoz y oportuna
tomas negativos, sin embargo la evidencia (12). Sin embargo, a pesar de el correcto
disponible es contradictoria (4, 81). uso de Clozapina, cerca de la mitad de los
adolescentes con ERT no responde y otro
3.3 Intervenciones psicosociales porcentaje importante no lo tolera (2, 17),
Además del uso de medicamentos, espe- lo que en la práctica se traduce en la im-
cialmente en niños y adolescentes, se debe plementación de terapias alternativas, que
considerar siempre la incorporación de es- suelen involucrar polifarmacia, con limi-
trategias psicosociales acordes al desarro- tada eficacia y evidencia que las sustente.
llo evolutivo del paciente, las que pueden Más aún, al revisar los estudios existentes
contribuir a fortalecer la alianza terapéuti- en población infanto juvenil sobre la efec-
ca, la adherencia al tratamiento y recuperar tividad y seguridad de las distintas estra-
la funcionalidad una vez tratados los sínto- tegias terapéuticas para este tipo de casos,
mas positivos (21, 25). Estos tratamientos nos encontramos con que sólo existen es-
incluyen intervenciones psicoterapéuticas casos estudios y sin la suficiente potencia
específicas (terapia cognitivo conductual) metodológica, por lo que las recomenda-
psicoeducación a la familia y al paciente, ciones actuales se basan principalmente
intervenciones familiares, entrenamien- en extensiones de la evidencia existente en
to en habilidades sociales y rehabilitación adultos. Sin embargo, se considera que la
vocacional/escolar (4, 21, 82, 83). Por otra mayor gravedad de la enfermedad, podría
parte, con el objetivo de mejorar el dete- dar cuenta de bases genéticas y neurobio-
rioro cognitivo, también se recomiendan lógicas particulares en este sub-grupo que
la rehabilitación neurocognitiva y entrena- permanecerían aún poco exploradas y que
miento metacognitivo, los que han mostra- podrían tener implicancias en la respuesta
do resultados moderados (19). a tratamiento en EOS (2). De este modo,
se estima que sería fundamental, por una
Discusión parte, realizar estudios clínicos de mayor
A pesar de que la EOS es una patología potencia metodológica específicamente
relativamente poco frecuente, supone un en niños y adolescentes con ERT, además
verdadero desafío el enfrentarnos a estos de profundizar en el conocimiento de los
pacientes en la práctica clínica, ya que sue- mecanismos neurobiológicos subyacentes
len ser casos de especial gravedad y difícil a la mayor resistencia y efectos adversos
manejo farmacológico, no existiendo a la asociados a los tratamientos en EOS. Lo
fecha consenso sobre cómo delimitar la re- anterior podría guiar el desarrollo de nue-
sistencia a los tratamientos convencionales vas terapias que brinden de un adecuado
en EOS, ni qué algoritmos terapéuticos se- balance entre eficacia y tolerancia para ni-
guir ante este escenario, lo que podría re- ños y adolescentes con EOS, consideran-
trasar la implementación de tratamientos do especialmente, que podrían requerir

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tratamientos de por vida. Con respecto a clínicos randomizados en el área de la
este punto, destaca en la revisión la falta de recomendación.
estudios en EOS que evalúen los resulta- C: Requiere evidencia obtenida de comités
dos de los tratamientos no sólo en el corto de expertos y/o la experiencia clínica de
plazo y sobre los síntomas positivos, sino autoridades respetadas en el tema. In-
también en el largo plazo y considerando dica la ausencia de estudios clínicos de
además su eficacia en el manejo de sínto- buena calidad aplicables a la recomen-
mas negativos y cognitivos, ya que estos dación.
también presentan un alto impacto en la D: No existe evidencia consistente que ava-
funcionalidad y calidad de vida de indivi- le la recomendación.
duos en desarrollo. E: Existe evidencia negativa. La mayoría
de los estudios clínicos randomizados o
Por otra parte, al revisar acerca de las reco- exploratorios no muestran superioridad
mendaciones y estudios disponibles a nivel con respecto a placebo.
nacional, llama la atención la total ausen- F: Falta evidencia. No existen estudios
cia de especificaciones y grupos de trabajo adecuados que apoyen la eficacia o in-
dedicados al manejo de la ERT en niños y eficacia.
adolescentes. Considerando además que
uno de los principales estudios sobre la Grados de recomendación:
efectividad del uso de antipsicóticos en ni- Grado 1: Categoría A de evidencia y un
ños y adolescentes (TEOSS) (18) involucra buen balance riesgo-beneficio.
fármacos no disponibles en el mercado lo- Grado 2: Categoría A de evidencia y un
cal (Molindona), a lo que se suman otras moderado balance riesgo-beneficio.
disparidades de los estudios y recomenda- Grado 3: Categoría B de evidencia.
ciones internacionales, resulta imperioso el Grado 4: Categoría C de evidencia.
desarrollo de investigaciones y algoritmos Grado 5: Categoría D de evidencia.
terapéuticos que reflejen la realidad na-
cional, de modo de guiar al clínico en sus BIBLIOGRAFÍA
decisiones terapéuticas. En este sentido,
tomando en cuenta la complejidad del ma- 1. Maloney AE, Yakutis LJ, Frazier JA.
nejo de la resistencia a tratamiento en EOS, Empirical evidence for psychophar-
pudiera ser recomendable la formación de macologic treatment in early-onset
grupos de trabajo en torno al tema, los que psychosis and schizophrenia. Child
se encuentren capacitados para manejar Adolesc Psychiatr Clin N Am. 2012
a estos pacientes en centros especializa- Oct;21(4):885-909. doi: 10.1016/j.
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de modo de optimizar el tratamiento y la 2. Kranzler HN, Kester HM, Gerbino-
calidad de vida de estos pacientes y sus fa- Rosen G, Henderson IN, Youngerman
milias. J, Beauzile G, Ditkowsky K, Kumra S.
Treatment-refractory schizophrenia
Anexo 1. Categorías de evidencia y gra- in children and adolescents: an update
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apunta consistentemente a la recomen- 1997;154:475–82.
dación específica. 4. A. Hasan et al. World Federation of
B: Requiere la existencia de estudios clíni- Societies of Biological Psychiatry
cos bien conducidos pero no estudios (WFSBP) Guidelines for Biological

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nes AM. 2000. A comparison of the adjunctive treatment with aripiprazo-
effects of quetiapine (‘seroquel’) and le on body weight and clinical effica-
haloperidol in schizophrenic patients cy in schizophrenia patients treated
with a history of and a demonstra- with clozapine: a randomized, double-
ted, partial response to conventional blind, placebo-controlled trial. Int J
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dy Group. Int Clin Psychopharmacol 1125.
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Efficacy of slow repetitive transcranial schizophrenia. Eur Psychiatry 21:214–
magnetic stimulation in the treatment 217.
of resistant auditory hallucinations in

Todos los derechos reservados Rev. Chil. Psiquiatr. Neurol. Infanc. Adolesc. / Volumen 24, Nº 1, Marzo 2013 73
*64,5;(906:+,30)96:

Libro: María Gabriela Sepúlveda. Psico- tes de la psicología y la filosofía, mostrando


terapia evolutiva con niños y adolescen- el recorrido de integración realizado, dan-
tes. do cuenta de las bases y fundamentos para
Santiago: Editorial Mediterráneo. 2013. llegar a la conceptualización de la identi-
316 páginas. ISBN: 978-956-220-346-3. dad autónoma e integrada como central en
el desarrollo de la personalidad, siendo la
Claudia Capella1 construcción del significado de la relación
del sujeto con el medio, y fundamentando
La psicoterapia evolutiva se comprende las tres dimensiones de la identidad que
como un proceso de desarrollo, y de favo- plantea, la unidad de sí, la integración de sí
recer el desarrollo del sujeto hacia estruc- y la integración con otros.
turas más diferenciadas, integradas y en
equilibrio adaptativo. Este libro, nos per- En la tercera parte se exponen los princi-
mite comprender el proceso psicoterapéu- pales aspectos teóricos de la terapia, desa-
tico y el cambio en psicoterapia evolutiva rrollando la comprensión de las metas de
con niños y adolescentes, desarrollando el la psicoterapia hacia el desarrollo psicoló-
enfoque constructivista evolutivo. Este en- gico, por lo que se exponen las etapas del
foque integra conceptos piagetianos con desarrollo en sus diferentes ámbitos, y por
conceptos evolutivos, que nos permiten otro lado, se expone la comprensión de la
tener como objetivo en la psicoterapia el psicopatología como un desarrollo que se
favorecer el crecimiento y proceso de desa- desvía en su curso.
rrollo de la persona, en un proceso de cons-
trucción de significados en interacción con En el cuarto apartado, se desarrolla de
el ambiente, siempre considerando la etapa manera novedosa y creativa los procesos
evolutiva en la que se encuentra el sujeto psicológicos a la base de la psicoterapia
para orientar las intervenciones clínicas, constructivista, tales como la toma de con-
lo cual es especialmente relevante cuando ciencia, el recuerdo y la voluntad. Junto
trabajamos con niños y adolescentes. con esto, se desarrollan los procesos de in-
tervención y las etapas de la terapia, dando
El libro se organiza en diferentes niveles: lineamientos claros respecto a las interven-
en un primer lugar desarrolla los aspectos ciones psicoterapéuticas a realizar.
epistemológicos y teóricos fundamentales
del enfoque constructivista evolutivo, de- Para finalizar, el libro contiene una quinta
sarrollando la comprensión de la realidad parte, que contiene dos capítulos, en que
y del sujeto desde esta teoría, como un se exponen aspectos técnico prácticos, ba-
constructor activo de significados, que se sado en las fundamentaciones previas, en
vincula luego con los objetivos terapéuti- que se explica cómo realizamos la planifi-
cos a trabajar. cación terapéutica en cada caso y se mues-
tran métodos y técnicas terapéuticas a
En un segundo momento desarrolla el con- utilizar con los niños y adolescentes en las
cepto de identidad personal, que resulta sesiones, tales como juegos, dibujos, cuen-
central en el constructivismo evolutivo, y tos, cartas, títeres, entre otras. Debido a la
un objetivo a trabajar en la psicoterapia. En progresión y fundamentación de los apar-
esta parte, la autora realiza una interesante tados anteriores, este último adquiere sen-
integración de conocimientos provenien- tido, no siendo sólo un capítulo “manual”
de técnicas, sino una comprensión del uso
de técnicas con un sentido terapéutico.
1. Claudia Capella Sepúlveda. Psicóloga, Master en
Salud Mental Infanto Juvenil, Dra. en Psicología. Aca-
démica Departamento de Psicología, Universidad de De manera completa, el libro nos permite
Chile. Correo electrónico: ccapella@u.uchile.cl entender el modelo teórico constructivista

74 Rev. Chil. Psiquiatr. Neurol. Infanc. Adolesc. / Volumen 24, Nº 1, Marzo 2103 Todos los derechos reservados
*VTLU[HYPVZKL3PIYVZ
evolutivo, y a la vez nos enseña a intervenir losofía, tales como Piaget, Bruner, Ricoeur,
desde éste, de una manera rigurosa y bien entre otros, a partir de los cuales la autora
fundamentada, lo que resulta esencial para desarrolla nuevas teorizaciones.
que las intervenciones psicoterapéuticas Junto con esto, el libro, a la vez que teóri-
resulten beneficiosas para nuestros pacien- camente bien fundamentado, resulta di-
tes. dáctico al ir presentando constantemente
viñetas y vinculaciones teórico prácticas,
De esta forma, el libro resulta ser un gran en lo que se refleja la experiencia docente
aporte a la psicología clínica infanto juve- y clínica de la autora.
nil, debido a que en general carecemos de
libros sobre psicoterapia, pero también y El libro está poblado de viñetas y ejem-
de manera más importante, debido a que plos de casos clínicos, en que el caso de un
presenta un modelo integrador y bien fun- niño con susto a los fantasmas nos permi-
damentado. te comprender conceptos tan complejos
como la asimilación, la acomodación y el
Este es un libro de autor, ya que no es sólo equilibrio. Este es un libro, que nos permite
la integración de conceptualizaciones de todo el tiempo ir integrando teoría y prác-
diferentes autores, este libro plasma las tica. Incluso en los primeros capítulos, que
conceptualizaciones que la autora ha gene- resultan más “teóricos”, se van poniendo
rado a lo largo de los años, y que tanto im- ejemplos, o haciendo discusiones que per-
pacto han tenido en el campo de la psicolo- miten aplicar estos conceptos teóricos a la
gía clínica infanto juvenil a nivel nacional, práctica clínica y la psicoterapia, haciendo
mostrando el libro un proceso sólido de el libro más comprensible y aplicado.
integración y desarrollo de nuevas ideas.
Así, considero el libro será un aporte para
La autora, es una reconocida psicóloga clí- alumnos de psicología y psiquiatras en
nica infanto juvenil a nivel nacional, con formación, así como para psicólogos y
amplia experiencia clínica y docente. Con- psiquiatras en ejercicio, en la medida que
sidero que en este libro se ven reflejados e favorecerá la comprensión de la teoría, y la
integrados estos dos aspectos del desarro- intervención con los casos, siendo de gran
llo profesional de la autora, por un lado utilidad para la clínica, y también para la
como académica, lo que se expresa en el investigación en el área.
rico desarrollo y fundamentación teórica
conceptual, y por otro, como psicóloga clí- De esta manera, creo el libro es claramen-
nica, con ejemplos de casos y desarrollo de te un aporte en avanzar en el desarrollo de
métodos y técnicas terapéuticas. este enfoque teórico y de los aspectos prác-
ticos de éste, con el fin de poder ir teniendo
En este sentido, en relación al desarrollo elementos bien fundamentados que cada
académico, en el libro resultan destaca- vez de mejor manera, nos permitan ir ge-
bles la integración de fundamentos desde nerando intervenciones terapéuticas con
la filosofía, la psicología del desarrollo, la los niños, adolescentes y sus familias, que
psicopatología evolutiva y la psicoterapia favorezcan su desarrollo y bienestar psico-
constructivista. Se revisan e integran dife- lógico, y permitan aliviar su sufrimiento.
rentes autores, desde la psicología y la fi-

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REUNIONES Y CONGRESOS

XXXl Congreso de la Sociedad de Psi- patofisiológica de las enfermedades.


quiatría y Neurología de la Infancia y la
Adolescencia. Esta integra la participación de los domi-
“Más allá de la evidencia”, nuevos avan- nios de investigación biomédica con los
ces en Neurologia y Psiquiatría Transla- dominios clínicos, además las modifica-
cional Chile. ciones de los comportamiento sociales y
políticos que permiten optimizar el cuida-
Lugar: Hotel Sheraton Miramar Viña del do integral del paciente; uno de los reque-
Mar. rimientos son reprogramar la educación
Fecha: 23 al 26 de octubre de 2013. biomédica de grado y posgrado, asi como
Informaciones: Sociedad de Psiquiatría y la participación de organizaciones, científi-
Neurología de la Infancia y Adolescencia. cos, legisladores, inversionistas y bioeticis-
Fono/Fax: 2- 632 08 84 tas, entre otros.
E-mail: sopnia@tie.cl
En el año 2008 se fundó, Clinical and
Presentación trabajos libres Translational Science Institute at Children’s
Fecha límite de entrega: 15 de julio de 2013 National (CTSI-CN) para desarrollar una
Modalidad de presentación: sistema Power perspectiva pediátrica única y específica.
Point, para todas las presentaciones.
Enviar a: sopnia@tie.cl La investigación translacional es una de
las actividades más importantes en la me-
En relación al cumplimiento de la Ley de dicina moderna y ha permitido mejorar
deberes y derechos de los pacientes, vi- la práctica clínica, uno de sus principales
gente a contar de octubre de 2012: toda ejemplos son los beneficios logrados de
investigación Clìnica prospectiva inter- la aplicación de las células troncales (stem
vencional y casos clínicos, debe realizarse cells). El éxito de la transferencia de infor-
con CONSENTIMIENTO INFORMADO, mación genómica es una lección valiosa
requisito que deberá quedar expresado en que augura que la investigación translacio-
el método. nal beneficiará la práctica de la medicina
actual.
“Más allá de la Evidencia” Psiquiatría y
Neurología Translacional. Numerosos hospitales de alta especialidad
en el mundo cuentan con unidades de in-
La medicina translacional es un paradig- vestigación translacional, las cuales han
ma emergente de la práctica médica y la generado o se encuentran integradas a lí-
epidemiología intervencionista, y se fun- neas de investigación básicas o preclínicas
damenta en el proceso de la investigación de los centros de investigación biomédicos
translacional. La conjunción de las inves- o de las industrias farmacéuticas biotecno-
tigaciones básicas orientadas al paciente, lógicas.
junto con las investigaciones preclínicas
y las clínicas, se denomina investigación Lo cual remarca la interacción entre la in-
translacional. vestigación básica y la medicina clínica, su-
perando con ello la tradicional separación
La Neurología y Psiquiatría translacional entre la investigación básica y la práctica
es la versión actualizada de la medicina clínica en medicina.
basada en evidencias, con la aplicación
integrada de herramientas novedosas en Se ha aceptado actualmente que la investi-
genómica, proteómica, farmacología, bio- gación en seres humanos es necesaria para
marcadores, diseños, métodos y tecnolo- el avance de nuevos tipos de tratamiento,
gías clínicas que aumentan la comprensión y particularmente los ensayos clínicos con-

76 Rev. Chil. Psiquiatr. Neurol. Infanc. Adolesc. / Volumen 24, Nº 1, Marzo 2103 Todos los derechos reservados
9L\UPVULZ`*VUNYLZVZ
trolados constituyen la mejor herramienta Informaciones: sochineurofisiol@vtr.net
para demostrar la eficacia de nuevas me- 2º Curso de Actualización en salud del
didas terapéuticas. La aplicación de los Adolescente “Necesidades emergentes en
principios de la medicina translacional en la atención clínica del Adolescente”
los ensayos preclínicos y en los estudios
clínicos fases I y II aumenta también el ín- Organizado por el centro SER JOVEN y el
dice de resultados satisfactorios/ inversión departamento de Pediatrìa y Cirugía In-
económica. fantil Poniente de la Facultad de Medicina
de la Universidad de Chile.
La generación de información sobre in- Fecha: 27 y 28 de junio de 2013
vestigación translacional está impactando Lugar: Hotel Marina, Las Condes, Santiago
internacionalmente a los académicos bio-
médicos: cerca de 6000 artículos relacio- Curso de Psicofarmacología, SODEPSI
nados publicados en revistas indizadas en
Pub- Med. Fecha: miércoles 24, 31 de agosto y 7 de
septiembre
Para nosotros los clínicos, médicos, pro- Lugar: café literario Balmaceda, Av. Provi-
fesionales de laboratorio y pacientes, esta dencia 410
herramienta es necesaria para acelerar y Informaciones: 22697517 cyc@consulto-
alcanzar beneficio de las investigaciones riaycapacitacion.cl
acortando la brecha entre “cuanto se sabe y
cuanto podemos aplicar a la práctica clíni- Apoyo Autismo Chile
ca. Es decir que los avances diagnósticos y Curso y Taller auspiciado por SENADIS
terapéuticos prueben ser efectivos en ensa-
yos clínicos para la práctica médica diaria y Curso de capacitación auspiciada por EDI-
por consiguiente en la salud pública. R.
Queden todos invitados (entrevista para el Diagnóstico del Autis-
mo, Edición revisada)
Dra Lucila Andrade Fecha: 24 y 25 de junio de 2013
Presidenta XXXI Congreso Lugar: Auditorio Hospital Naval, Viña del
Mar
Jornadas de Reflexión, Grupo Trastornos Inscripción:
del Desarrollo, GTD SOPNIA apoyo.autismo.chile@gmail.com

Fecha: sábado 31 de agosto de 2013 Taller Básico de PECS, en conjunto con


Lugar: por definir Pyramid Educational Consultans (España)
Informaciones: gtdsopnia@gmail.com Fecha: 23 y 24 de octubre
Lugar: por definir, en el sur del país
18º Jornadas Invernales de Epilepsia de la
Sociedad de Epileptología de Chile Conferencia Internacional Redeamericas
Trastornos del Espectro Autista (TEA)
Fecha: 7 y 8 de junio de 2013
Lugar: Hotel Neruda Fecha: 10 y 11 de septiembre de 2013
Informaciones: socepchi@tie.cl Lugar: Facultad de Medicina de la Univer-
sidad de Chile
XI Jornadas de Neurofisiología Clínica
de la Sociedad Chilena de Neurofisiolo- 53º Congreso Chileno de Pediatría
gía
Fecha: 7 al 9 de noviembre de 2013
Fecha: 6 y 7 de diciembre 2013 Lugar: Centro de Convenciones Centro
Lugar: Facultad de Medicina de la Univer- Parque, Santiago
sidad de Chile

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9L\UPVULZ`*VUNYLZVZ
LXVII Congreso Chileno de Neurología, 22° Congreso Europeo de Psiquiatría
Psiquiatría y Neurocirugía, SONEPSYN EPA

Fecha: 16 al 19 de octubre de 2013 Fecha: 1 al 4 de marzo de 2014


Lugar: Hotel Enjoy, Viña del Mar, Chile Lugar: Munich, Alemania
Informaciones: presidencia@sonepsyn.cl
IX Curso de Actualización en Psiquiatría
60° Congreso de la Academia America- del Adolescente: Intento de Suicidio yAu-
na de Psiquiatría Infantil y Adolescente toagresiones en la Adolescencia
AACAP
Fecha: viernes 21 y sábado 22 de junio de
Fecha: 22 al 27 de octubre de 2013 2013
Lugar: Walt Disney World Dolphin Hotel Lugar: Auditorio Lorenzo Sazié. Facultad
de Medicina Norte, Universidad de Chile,
Av. Independencia 1027, Santiago.
Informaciones: Jessica Mazuela, Fono 2978
8605, E-mail: jmazuela@redclinicauchile.cl

78 Rev. Chil. Psiquiatr. Neurol. Infanc. Adolesc. / Volumen 24, Nº 1, Marzo 2103 Todos los derechos reservados
GRUPOS DE ESTUDIO

REUNIONES MENSUALES Grupo Trastornos del Sueño en Pediatría


Se reúnen el segundo miércoles de cada
Grupo Chileno Trastornos del Desarro- mes a las 12:30 hrs. en MGM. Los Leones
llo, Gtd. 1366, Providencia, Santiago
Se reúnen el último sábado de cada mes a Coordinador: Dr. Tomás Mesa
las 9:00 hrs., en el auditorio de la Liga Chi-
lena Contra la Epilepsia, Erasmo Escala Grupo Adolescencia y Adicciones
2220 (entre Cumming y Matucana) metro Se reúnen el último miércoles de cada mes,
república. a las 21:00 hrs. en las dependencias del Ho-
Presidenta: Ps. Andrea Moyano tel Regal Pacific.
Coordinador: Dr. Alejandro Maturana

Grupo de Enfermedades Neuromuscula-


res y Trastornos Motores de la Infancia y
Adolescencia.
Se reúnen el último miércoles de cada mes
a las 13:45 hrs.
Coordinador: Dr. Ricardo Erazo

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NOTICIAS

SITIOS DE INTERÉS A TRAVÉS DE PÁ- Revista Chilena de Neuropsiquiatría:


GINA WEB www.sonepsyn.cl/index.php?id=365
www.scielo.cl/scielo.php?pid=0717-9227-
Sociedades &script=sci_serial
Revista Pediatría Electrónica:
Sociedad de Psiquiatría y Neurología de la www.revistapediatria.cl
Infancia y Adolescencia
www.sopnia.com Child and Adolescent Psychiatry (inglés):
www.jaacap.com
Sociedad Chilena de Pediatría
www.sochipe.cl Child and Adolescent Clinics of North
America
Sociedad Chilena de Psicología Clínica (inglés): www.childpsych.theclinics.com
www.sociedadchilenadepsicologiaclinica.
cl European Child & Adolescent Psychia-
try (inglés): www.springerlink.com/con-
Sociedad Chilena de Psiquiatría, Neurolo- tent/101490/
gía y Neurocirugía
www.sonepsyn.cl Development and Psychopathology (in-
glés):
Sociedad Chilena de Salud Mental http://journals.cambridge.org/action/
www.schilesaludmental.cl displayJournal?jid=DPP

Academia Americana de Psiquiatría del Seminars in Pediatric Neurology (inglés):


Niño y del Adolescente http://www.sciencedirect.com/science/
www.aacap.org journal/10719091

Academia Americana de Neurología (sec- Pediatric Neurology (inglés):


ción Pediátrica) www.elsevier.com/locate/pedneu
http://www.aan.com/go/about/sections/
child Epilepsia (inglés): www.epilepsia.com

Sociedad Europea de Psiquiatría del Revista Europea de Epilepsia (inglés):


Niño y del Adolescente www.seizure-journal.com
www.escap-net.org
Sitios recomendados en Psiquiatría
Sociedad Europea de Neurología Pediá-
trica Seminario Internacional
www.epns.info Vínculo, Trauma y Salud Mental: de la
Neurociencias a la Intenvención
Escuela de Postgrado de la Facultad de Me- Información e inscripciones Sra. Jessica
dicina de la Universidad de Chile Mazuela
www.postgradomedicina.uchile.cl jmazuela@redclinicauchile.cl

Revistas V Simposio Internacional Clínica Psiquiá-


trica Hospital Clínico Universidad de Chile
Revista Chilena de Psiquiatría y Neurolo- Contacto: sdias@clinicauchile.cl
gía de la Infancia y la Adolescencia:
www.sopnia.com/boletin.php Parámetros prácticos
www.aacap.org/page.w

80 Rev. Chil. Psiquiatr. Neurol. Infanc. Adolesc. / Volumen 24, Nº 1, Marzo 2103 Todos los derechos reservados
Noticias
w?section=Practice+Parameters&name= Sitios recomendados para pacientes
Practice+Parameters
Recursos generales (inglés):
Conflictos de interés (inglés): www.aacap.org/cs/root/facts_for_families/
www.aacap.org/cs/root/physicians_and_ informacion_para_la_familia www.aacap.
allied_professionals/guidelines_on_con- org/cs/resource.centers
flict_of_interest_for_child_and_adoles-
cent_psy-chiatrists Trastorno afectivo bipolar (inglés):
http://www.bpkids.org/learn/resources
Autismo (inglés):
www.autismresearchcentre.com Salud Mental

Suicidalidad (inglés): www.afsp.org Programa Habilidades para la Vida: http://


www.junaeb.cl/prontus_junaeb/site/ar-
Déficit atencional: tic/20100112/pags/20100112114344.html
www.tdahlatinoamerica.org
(inglés) www.chadd.org Chile Crece Contigo: www.crececontigo.cl
CONACE: www.conace.cl
Sitios recomendados en Neurología
Octavo estudio nacional de consumo de
Neurología Infantil Hospital Roberto del drogas en población general de Chile 2008:
Río: http://www.conace.cl/portal/index.
www.neuropedhrrio.org php?option=comcontent&view=article&i
d=384:descarga-el-octavo-estudio-nacio-
Otros sitios recomendados para resi- nal-de-consumo-de-drogas-en-poblacion-
dentes general-de-chile-2008&catid=74:noticia-
s&Itemid=559
Temas y clases de neurología:
http://sites.google.com/a/neuropedhrrio. OMS
org/docencia-pregrado-medicina/
Atlas de recursos en Salud Mental del Niño
Artículos seleccionados del BMJ: y del Adolescente: http://www.who.int/
www.bmj.com/cgi/collection/child_and_ mental_health/resources/Child_ado_atlas.
adolescent_psychiatry pdf

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INSTRUCCIONES A LOS AUTORES

(Actualizado en Octubre de 2009) en el texto, ya sea dentro del mismo, o al


pie de tablas o gráficos. El sistema interna-
Estas instrucciones han sido preparadas cional de medidas debe utilizarse en todos
considerando el estilo y naturaleza de la los trabajos.
Revista y los “Requisitos Uniformes para
los Manuscritos sometidos a Revista Bio- El texto se redactará siguiendo la estructu-
médicas” establecidos por el International ra usual sugerida para artículos científicos,
Comité of Medical Journal Editors, actuali- denominada “MIRAD” (introducción, mé-
zado, en noviembre de 2003 en el sitio web todo, resultados y discusión). En artículos
www.icmje.org. de otros tipos, como casos clínicos, revi-
siones, editoriales y contribuciones podrán
Se favorecerá la educación continua de los utilizarse otros formatos.
profesionales de la SOPNIA, mediante tra-
bajos originales, revisiones bibliográficas y 1. Página de título
casos clínicos comentados. El título debe ser breve e informativo. Se
listará a continuación a todos los autores
Se enviará el trabajo en su versión comple- con su nombre, apellido paterno, principal
ta, incluídas tablas y figuras, dirigidas a Dr. grado académico, grado profesional y lugar
Ricardo García Sepúlveda, Editor de la Re- de trabajo.
vista Chilena de Psiquiatría y Neurología Las autorías se limitarán a los participantes
de la Infancia y Adolescencia, a los e-mails: directos en el trabajo. La asistencia técni-
sopnia@tie.cl – sopniasoc@gmail.com. Se ca se reconocerá en nota al pie. En párrafo
incluirá identificación del autor principal, separado se mencionará dónde se realizó
incluyendo dirección, teléfonos, fax, direc- el trabajo y su financiamiento, cuando co-
ción de correo electrónico. rresponda. Se agregará aquí si se trata de
un trabajo de ingreso a SOPNIA. Se agre-
El trabajo se enviará, a doble espacio, con gará un pie de página con nombre comple-
letra arial 12. Para facilitar el proceso edi- to, dirección y correo electrónico del autor
torial, todas las páginas serán numeradas a quién se dirigirá la correspondencia.
consecutivamente, comenzando por la pá-
gina de título en el ángulo superior dere- 2. Resumen
cho. En hoja siguiente se redactará resumen en
español e inglés, de aproximadamente 150
El envío del trabajo se considerará eviden- palabras cada uno, que incluya objetos del
cia de que ni el artículo ni sus partes, tablas trabajo, procedimientos básicos, resultados
o gráficos están registrados, publicados o principales y conclusiones.
enviados a revisión a otra publicación. En
caso contrario se adjuntará información de 3. Palabras Claves
publicaciones previas, explícitamente cita- Los autores proveerán de 5 palabras claves
da, o permisos cuando el caso lo amerite. o frases cortas que capturen los tópicos
Todos los trabajos originales serán some- principales del artículo. Para ello se sugie-
tidos a revisión por pares. Los trabajos re- re utilizar el listado de términos médicos
chazados no serán devueltos al autor. (MeSH) del Index Medicus.

ESTILO 4. Trabajos Originales


Los trabajos deben escribirse en castellano Extensión del texto y elementos de apoyo:
correcto, sin usar modismos locales o tér- hasta 3.000 palabras, 40 referencias y 5 ta-
minos en otros idiomas a menos que sea blas o figuras.
absolutamente necesario. Las abreviaturas Contarán con la siguiente estructura:
deben ser explicadas en cuanto aparezcan

82 Rev. Chil. Psiquiatr. Neurol. Infanc. Adolesc. / Volumen 24, Nº 1, Marzo 2103 Todos los derechos reservados
Instrucciones a los autores
a. Introducción d. Resultados
Se aportará el contexto del estudio, se plan- Se presentará los resultados en una secuen-
tearán y fundamentarán las preguntas que cia lógica con los correspondientes textos,
motiven el estudio, los objetivos y las hipó- tablas e ilustraciones, privilegiando los
tesis propuestas. Los objetivos principales hallazgos principales. Se evitará repetir en
y secundarios serán claramente precisados. el texto la información proveída en forma
Se incluirá en esta sección sólo aquellas re- de tablas o ilustraciones, sólo se enfatizará
ferencias estrictamente pertinentes. los datos más importantes. Los resultados
numéricos no sólo se darán en la forma de
b. Método derivados (p.e.porcentajes) sino también
Se incluirá exclusivamente información como números absolutos, especificando
disponible al momento en que el estudio el método estadístico utilizado para anali-
o protocolo fue escrito. Toda información zarlos. Las tablas y figuras se restringirán a
obtenida durante el estudio pertenece a la aquellas necesarias para apoyar el trabajo,
sección Resultados. evitando duplicar datos en gráficos y ta-
blas. Se evitará el uso no técnico de térmi-
Selección y Descripción de Participantes nos tales como: “al azar”, “normal”, “signifi-
Se describirá claramente los criterios de cativo”, “correlación” y “muestra”.
selección de pacientes, controles o anima-
les experimentales incluyendo criterios de e. Discusión
elegibidad y de exclusión y una descripción Siguiendo la secuencia de los resultados
de la población en que se toma la muestra. se discutirán en función del conocimiento
Se incluirá explicaciones claras acerca de vigente se enfatizará los aspectos nuevos e
cómo y por qué el estudio fue formulado importantes del estudio y las conclusiones
de un modo particular. que de ellos se derivan relacionándolos
con los objetivos iniciales. No se repetirá
Información técnica en detalle la información que ya ha sido ex-
Se identificará métodos, equipos y procedi- puesta en las secciones de introducción o
mientos utilizados, con el detalle suficiente resultados. Es recomendable iniciar la dis-
como para permitir a otros investigadores cusión con una descripción sumaria de los
reproducir los resultados. Se entregará re- principales hallazgos para luego explorar
ferencias y /o breves descripciones cuando los posibles mecanismos o explicaciones
se trate de métodos bien establecidos, o para ellos. A continuación se comparará
descripciones detalladas cuando se tra- y contrastará los resultados con aquellos
te de métodos nuevos o modificados. Se de otros estudios relevantes, estableciendo
identificará con precisión todas las drogas las limitaciones del estudio, explorando las
o químicos utilizados, incluyendo nombre implicaciones de los hallazgos para futuros
genérico, dosis y vía de administración. estudios y para la práctica clínica. Se vin-
culará las conclusiones con los objetivos
c. Estadísticas del estudio, evitando realizar afirmaciones
Se describirá los métodos estadísticos con o plantear conclusiones no debidamen-
suficiente detalle como para permitir al te respaldadas por la información que se
lector informado el acceso a la informa- presenta. En particular se sugiere no hacer
ción original y la verificación de los resul- mención a ventajas económicas y de costos
tados reportados. a menos que el manuscrito incluya infor-
mación y análisis apropiado para ello.
Se cuantificará los hallazgos presentándo-
los con indicadores de error de medida. Se f. Referencias bibliográficas
hará referencia a trabajos estándares para Siempre que sea posible, se privilegiará las
el diseño y métodos estadísticos. Cuando referencias a trabajos originales por sobre
sea el caso, se especificará el software com- las revisiones. Se optará por número pe-
putacional utilizado. queño de referencias a trabajos originales

Todos los derechos reservados Rev. Chil. Psiquiatr. Neurol. Infanc. Adolesc. / Volumen 24, Nº 1, Marzo 2013 83
Instrucciones a los autores
que se consideren claves. Deberá evitarse el Para otro tipo de publicaciones, aténgase a
uso de abstracts como referencias. Cuando los ejemplos dados en los “Requisitos Uni-
se haga referencia a artículos no publica- formes para los Manuscritos sometidos a
dos, deberán designarse como “en prensa”, Revistas Biomédicas”.
“en revisión” o “en preparación” y deberán
tener autorización para ser citados. Se evi- g. Tablas
tará citar “comunicaciones personales” a Las tablas reúnen información concisa y la
menos que se trate de información esencial despliegan en forma eficiente. La inclusión
no disponible en forma pública. de información en tablas, contribuye a re-
ducir la longitud del texto. Las tablas se pre-
Estilo y formato de referencias sentarán en formato word a doble espacio,
Las referencias se numerarán consecutiva- cada una en hoja separada y se numerarán
mente, según su orden de aparición en el consecutivamente según su orden de apa-
texto. Las referencias se identificarán con rición. Se preferirá no usar líneas divisoras
números árabes entre paréntesis. Los tí- internas. Cada columna tendrá un corto
tulos de las revistas deberán abreviarse de encabezado. Las explicaciones y abrevia-
acuerdo al estilo usado en el Index Medi- ciones se incluirán en pies de página. Para
cus (http://www.nlm.nih.gov). los pies de página se usarán los siguientes
símbolos en secuencia: *,†,‡,§,||,¶,**,††,‡‡
Artículo de revista científica Se identificará medidas estadísticas de va-
Enumerar hasta los primeros seis autores riación (desviaciones estándar o errores
seguidos por et al., título del artículo en su estándar de medida).
idioma original, el nombre de la revista.
Usando las abreviaturas del index medicus h. Ilustraciones
abreviations, separados por comas, el año Las figuras serán dibujadas o fotografia-
separado por coma, volumen poner dos das en forma profesional. No deben estar
puntos: y las páginas comprendidas sepa- incluidas en el texto. También podrán re-
radas por guión: Ejemplo Salvo L, Rioseco mitirse en forma de impresiones digitales
P, Salvo S: Ideación suicida e intento sui- con calidad fotográfica. En el caso de ra-
cida en adolescentes de enseñanza media. diografías, TAC u otras neuroimágenes, así
Rev. Chil. Neuro-Psiquiat.1998,36:28-34. como fotos de especímenes de patología,
se enviará impresiones fotográficas a co-
Más de 6 autores lor o blanco y negro de 127 x 173 mm. Las
Ejemplo: Barreau M, Ángel L, García P, figuras deberán ser, en lo posible, autoex-
González C, Hunneus A, Martín A M, et plicatorias, es decir, contener título y expli-
al. Evaluación de una unidad de Atención cación detallada, (barras de amplificación,
Integral del adolescente en una clínica pri- flechas, escalas, nombres, y escalas en los
vada. Boletín SOPNIA. 2003,14(2):25-32. ejes de las gráficas, etc.). Las figuras serán
numeradas consecutivamente de acuerdo
Cuando se cita el capítulo de un libro. Ape- a su orden de aparición en el texto. Si una
llido e inicial de los autores, mencione los figura ha sido publicada previamente, se
autores con igual criterio que para las re- incluirá un agradecimiento y se remitirá
vistas. El título en idioma original, luego un permiso escrito de la fuente original,
el nombre del libro, los editores, el país, independientemente de su pertenencia al
el año de publicación, página inicial y fi- propio autor.
nal. Ejemplo: Pinto F. Diagnóstico clínico
del síndrome de Déficit Atencional (SDA). i. Abreviaciones y Símbolos
Síndrome de Déficit Atencional: López I, Se usará abreviaciones estándar, evitando
Troncoso L, Förster J, Mesa T. Editores. su uso en el título. En todos los casos, se
Editorial Universitaria; Santiago, Chile, explicitará el término completo y su co-
1998:96-106. rrespondiente abreviación precediendo su
primer uso en el texto.

84 Rev. Chil. Psiquiatr. Neurol. Infanc. Adolesc. / Volumen 24, Nº 1, Marzo 2103 Todos los derechos reservados
Instrucciones a los autores
5. Revisión de Temas plantear inquietudes, opiniones e ideas.
Extensión del tema y elementos de apoyo:
hasta 3.500 palabras, 80 referencias y 5 ta- 9. Archivos electrónicos
blas o figuras. Se aceptan archivos electrónicos en Micro-
soft Word. En archivos electrónicos deben
Revisión bibliográfica actualizada de temas anexarse los archivos de las figuras, como
de interés, según las instrucciones ya des- un mapa de bits, archivos TIF, JPEG, o al-
critas. gún otro formato de uso común. Cada fi-
gura debe tener su pie correspondiente.
6. Casos Clínicos
Extensión del texto y elementos de apoyo: 10. Publicaciones duplicadas
hasta 2.000 palabras, 10 referencias y 3 ta- Podrán publicarse artículos publicados en
blas o figuras. otras revistas con el consentimiento de los
autores y de los editores de estas otras re-
De interés práctico, con una revisión del vistas. Las publicaciones duplicadas, en el
tema y comentarios al respecto, en lo de- mismo u otro idioma, especialmente en
más esquema semejante al anterior. otros países se justifican y son beneficiosas
ya que así pueden llegar a un mayor núme-
7. Contribuciones ro de lectores si se cumplen las condiciones
Extensión del texto y elementos de apoyo: que se detallan a continuación:
hasta 2.000 palabras. Aprobación de los editores de ambas revis-
tas.
Pueden incluir experiencias de trabajo, te- En algunos casos puede ser suficiente una
mas en relación a nuestras especialidades versión abreviada.
como aspectos éticos, gestión asistencial, La segunda versión debe reflejar con ve-
salud pública, aspectos legales, epidemio- racidad los datos e interpretaciones de la
lógicos y sociológicos u otros que se consi- primera versión.
deren de interés. Un pie de página de la segunda versión
debe informar que el artículo ha sido pu-
8. Cartas al Director blicado totalmente o parcialmente y debe
Extensión del texto y elementos de apoyo: citar la primera referencia Ej.: Este artículo
hasta 1.500 palabras incluyendo hasta 6 re- está basado en un estudio primero repor-
ferencias y una tabla o figura. tado en (Título de la revista y referencia).
Espacio abierto, en que los socios pueden

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