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Medicina y Sociedad

Volumen 32 Número 4 Mes Diciembre Año 2012


Fuente: Ministerio de Salud (Argentina)

En Argentina aumentó la esperanza de vida y disminuyó la mortalidad infantil

“En Argentina continuó el aumento de la esperanza de vida al nacer (75,7 años en 2010) y la tasa
de mortalidad infantil descendió de 25,6 cada 1.000 nacidos vivos en 1990 a 12,1 en 2009”, lo que
significa “una reducción del 52,7%”, señala el informe ‘Salud en las Américas 2012’, de la
Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS), dado a
conocer por la titular del organismo, la argentina Mirta Roses Periago, en el marco de la 28°
Conferencia Sanitaria Panamericana.

Según dicho estudio, en el que se analizan entre otras cuestiones las tendencias, avances y
desafíos de la región en materia de salud, “el país cuenta con amplias capacidades y ha hecho
significativos progresos, destacando la búsqueda de mecanismos para articular mejor el sistema
de salud y fortalecerlo en los distintos niveles y sectores”.

“Los países de la región han sido colectivamente exitosos en hacer más saludable y más próspera
a esta parte del mundo en los últimos 110 años”, dijo en su alocución la directora de la OPS, Mirta
Roses Periago. “Sin embargo –señaló–, al revisar los más recientes desarrollos en la salud de las
poblaciones y sus determinantes en las Américas, debemos poner manos a la obra de forma
urgente y enérgica para hacer de esta región un hogar más equitativo y sostenible para todos sus
habitantes actuales y los que vendrán”.

Respecto de la situación argentina, el informe destaca que “en 2009 se logró interrumpir la
transmisión autóctona del virus de la rubéola. Ese año, los dos casos notificados en el país fueron
los últimos casos de transmisión autóctona del virus en las Américas”, y agrega que “en 2008 se
registró el último caso de rabia humana en el país”.

“Las notificaciones de casos de rabia canina descendieron paulatinamente (6 casos en 2009)”,


mientras que “los últimos casos por transmisión autóctona de sarampión se detectaron en 2000,
en Córdoba; entre 2008 y 2011 ocurrieron varios casos de sarampión importados”, continúa el
análisis.

“En 2009, 81,4% de la población adulta refería haberse controlado la presión arterial en los
últimos dos años. Entre 2005 y 2009 el control de la glucemia en pacientes diabéticos se
incrementó de 69,3% a 75,7%. En 2009, el consumo de tabaco en mayores de 18 años alcanzaba
27,1% (2,6% de reducción respecto a 2005) y la exposición al humo de tabaco ajeno se redujo a
40,4%. La prueba de detección de VIH se realiza en 90% de las embarazadas y 80% de las
infectadas reciben antirretrovirales para prevenir la transmisión vertical del virus”, se detalla en el
subtítulo “La salud y sus tendencias”.
En tanto, en el apartado “Políticas y sistemas de protección social y de salud”, el documento
destaca que el fortalecimiento “de la protección social, aportada por el conjunto de entidades que
gestionan los seguros sociales (obras sociales), a distintos niveles, y en diversos grupos de la
población”, y que “en el último quinquenio, se han incre-mentado notablemente los recursos
financieros, alcanzando un gasto en salud de 10% del producto interno bruto (PIB) en 2008”.

Acerca de la problemática del cáncer, subrayó la creación en 2008 del Programa Nacional de
Cáncer de Cuello Uterino y la introducción en 2011 “de la vacuna contra el virus del papiloma
humano para las niñas de 11 años”. Asimismo –prosiguió– “en el periodo 2007–2010, se observó
el fortalecimiento de los servicios de rehabilitación y la ejecución del Programa Federal de
Recreación y Deporte para las Personas con Discapacidad”.

En cuanto a “Medio ambiente y seguridad humana”, el informe refiere que “las condiciones de
saneamiento han continuado mejorando. En 2010, 83,9% de la población tenía acceso a agua de la
red pública (79,7% en la región metropolitana y 94,3% en la Patagonia)”, en tanto que
“actualmente, 74% de los municipios cuenta con planes mu-nicipales de manejo de residuos
sólidos”.

Desafíos y perspectivas

Entre otros puntos, en este subtítulo el informe de la OPS aborda diversas problemáticas, entre
ellas la de mortalidad materna e infantil. Sobre el particular, se señala que “entre 1990 y 2008, la
mortalidad materna no ha presentado cambios, oscilando entre 40 a 42 muertes anuales cada
100.000 nacidos vivos, con importantes diferencias entre y dentro de las provincias (es dos a tres
veces más alta en las provincias más pobres, respecto al promedio nacional). En 2009, la
mortalidad materna alcanzó a 55 cada 1.000 nacidos vivos, un aumento de 38,5% atribuido a la
pandemia de la influenza A(H1N1)”.

“Aunque la mortalidad infantil ha continuado descendiendo (12,1 cada 1.000 nacidos vivos en
2009), ésta podría reducirse más en caso de que se actué sobre la proporción prevenible,
especialmente en las afecciones originadas en el período perinatal (49,3%). La mortalidad infantil
varía entre 8,3 y 24,2 cada 1.000 nacidos vivos en las provincias de nivel extremo”, añade.

En cuanto a las enfermedades crónicas no transmisibles, el documento refiere que “causan el 80%
de las muertes (2008), destacando que 33% es causado por enfermedades cardiovasculares y 20%
por cáncer”, y advierte que “se mantiene una alta proporción de factores de riesgo en la
población: inactividad física (68,9%), sobrepeso (64,2%), obesidad (29,7%), hipertensión arterial
(36,7%) y tabaquismo diario (23,6%)”.

Por último, se argumenta que “se espera que en los próximos cinco años continúe el progreso
económico, social y democrático. A pesar de los esfuerzos hacia una mayor equidad en salud,
seguirán existiendo inequidades y des-igualdades entre diversos grupos de la población, en
detrimento de grupos marginados. Ello implica la prioridad de mejorar las condiciones de salud en
las provincias del norte y la zona marginal del área metropolitana”.
Situación regional

En cuanto a la situación de los países de la región, el estudio de la OPS resalta que “en 1900 una
persona que nacía en América del Norte tenía una esperanza de vida de 48 años, mientras que en
el resto de la región la esperanza de vida era de 29 años. En 2010, se elevó a 78 y 74 años
respectivamente”.

“Sin embargo, persisten diferencias entre los países de la región. Por ejemplo, en promedio, quien
nació en Chile puede cumplir 79,2 años, pero el que lo hizo en Bolivia puede alcanzar los 66,8; es
decir, 12,4 años menos. Estas diferencias también se reproducen hacia el interior de los países. En
Colombia, en 2010, la mortalidad de menores de 5 años fue 11,3 veces mayor en el quintil de
población más pobre, comparado con el más rico”, agrega.

En referencia a la mortalidad infantil, ésta “también registró una baja considerable en los últimos
110 años. Uno de cada cuatro niños que nacía en 1900 en América Latina y el Caribe moría antes
del año de vida, mientras que en la actualidad el 98% sobrevive y tiene altas probabilidades de
llegar a la tercera edad. Sin embargo, la tasa de mor-talidad infantil en América Latina y el Caribe
varía en cada país: mientras que en Cuba fue del 4,8 cada 1.000 nacidos vivos, en Canadá del 5,1 y
en Chile del 7,8, en Bolivia fue de 50 y en Nicaragua de 33 cada 1.000, según la úl-tima información
disponible de 2009”.

“Otros problemas como la mortalidad materna, la desnutrición, la tuberculosis, la malaria y la falta


de acceso a agua segura y saneamiento, que usualmente afectan a grupos de población en
situación de exclusión social, suelen estar ocultos en los promedios regionales, que generalmente
muestran grandes avances en salud”.

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