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1. INTRODUCCIÓN
El estudio del movimiento de los cuerpos se puede realizar desde dos puntos de vista: no teniendo
en cuenta las causas que lo producen de lo que se ocupa la cinemática y analizando las causas que
lo originan objetivo de la dinámica.
Un cuerpo puede estar sometido a una serie de fuerzas y encontrarse en equilibrio, de este campo se
encarga la estática. Una parte importante de esta rama de la física la constituye el estudio de la
estática de fluidos.
En el presente tema analizaremos todos estos aspectos.
5. ESTÁTICA DE FLUIDOS
La materia ordinaria se presenta en alguno de los tres estados siguientes: sólido, líquido o gaseoso.
Existe un cuarto de la materia denominado plasma que es esencialmente un gas ionizado con igual
número de cargas positivas que negativas.
Es un hecho suficientemente conocida que es la intensidad de las fuerzas de atracción
intermolecular quien determina el estado de agregación de cualquier sustancia material a la tª
ambiente cuando aquellas son suficientemente débiles frente al movimiento de agitación térmica,
las moléculas, átomos o iones constitutivos de la sustancia en cuestión poseen cierta libertad de
movimiento, toda vez que la estructura característica del estado sólido se ha desmoronado, esta
libertad relativa les permite adaptarse a la forma del recipiente que los contiene.
Sin embargo, la proximidad de sus núcleos hace que mantengan prácticamente constante su
volumen es decir, apenas si pueden comprimirse, estamos, evidentemente ante un estado líquido.
Si en término relativos, las fuerzas intermoleculares se debilitan aún más, entonces la distancia
media entre moléculas aumenta notablemente y las partículas se mueven casi con total libertad,
interaccionando unas con otras tan solo por efecto de las colisiones. Esta es la situación
característica del estado gaseoso. Una sustancia en tal estado no posee ni forma ni volumen
constantes, como se deduce de lo ya expuesto.
Ambos estado de agregación de la materia se denominan fluidos, término que alude a su capacidad
de fluir.
Existen, obviamente, diferencias de tratamiento a la hora de estudiar ambos estados, ya que tiene,
entre otras diferencias de compresibilidad. De hecho, dos partes de la física se ocupan de ellas
separadamente, la hidrostática y la aerostática.
Para estudiar las propiedades de los líquidos efectuaremos ciertas simplificaciones, supondremos
que sus moléculas no padecen ningún tipo de rozamiento entre ellas, es decir, ignoraremos las
fuerzas de viscosidad que actúan tangencialmente, considerando, por consiguiente, los fluidos
perfectos.
5.3. Consecuencias
Principio de Pascal: si mediante cualquier procedimiento se aumenta la presión, p 0 de acuerdo con
la ecuación fundamental de la hidrostática, la presión p en un punto genérico del fluido
experimentara el mismo aumento, es decir, cualquier cambio de presión que tiene lugar en el seno
de un fluido se transmite con la misma intensidad a cualquier otro punto del mismo.
Esta es la expresión del principio de Pascal que constituye el fundamento de múltiples aplicaciones
en mecánica e ingeniería, la prensa hidráulica es un ejemplo conocido.
Principio de Arquímedes: todo cuerpo sumergido en un fluido experimenta una fuerza vertical
hacia arriba igual al peso del líquido desalojado.
Consideremos un fluido en equilibrio, y en su interior una superficie cerrada que contiene un cierto
volumen del mismo, sobre el que actuará la fuerza de la gravedad. Puesto que el fluido está en
equilibrio, las presiones ejercidas por el resto del fluido sobre la superficie considerada, nos darán
una resultante vertical dirigida hacia arriba, llamada empuje, que será igual al peso del líquido, y
que estará aplicada en el centro de gravedad de la masa fluida.
Supongamos ahora que el volumen antes considerado está ocupado por un cuerpo cualquiera,
tendremos un empuje igual que en el caso anterior, pero según sea su valor con respecto al peso del
cuerpo, éste estará en equilibrio, flotará o se hundirá.
Si la densidad de un fluido es ρ, el empuje según el principio de Arquímedes será:
E = V·ρ·g siendo la ρ densidad del cuerpo, su verdadero peso P = v·ρ·g, por lo tanto el peso
aparente del cuerpo sumergido será: ρ0 – ρ = V·g. Si ρ 0 > ρ el cuerpo se hunde, si ρ 0 < ρ el cuerpo
flota y si son iguales el cuerpo estará en equilibrio en el seno del fluido.
Presiones sobre paredes y fondos: existe una aparente contradicción, que se conoce con el nombre
de paradoja hidrostática, consistente en que la presión sobre el fondo de un recipiente no depende
de la cantidad de líquido, no de la forma del recipiente, sino solamente del nivel que el líquido
alcance en él.
5.4. Equilibrio de sólidos en fluidos
Equilibrio de los cuerpos sumergidos: de acuerdo con el principio de Arquímedes, el equilibrio de
un cuerpo sumergido requiere que las fuerzas de empuje y las del peso sean iguales en módulo y se
apliquen sobre el mismo punto. Sin embargo, el cuerpo no es homogéneo, el centro de gravedad o
punto de aplicación del peso y el centro de empuje o centro geométrico del volumen del cuerpo no
coinciden. Por tanto, las condiciones de equilibrio serán diferentes según el cuerpo sea o no
homogéneo.
En el primer caso, bastará con que el empuje E = ρ·g·V sea igual al peso P = m·g = ρ 0 ·g·V siendo ρ
y ρ0 las densidades del líquido y del sólido, respectivamente, esta condición se da obviamente
cuando las densidades son iguales, con lo que el equilibrio del cuerpo es indiferente, y se quedará
sumergido en la profundidad a la que se le abandone.
Por el contrario, si el cuerpo no es homogéneo, aunque las fuerzas E y P coincidan, por coincidir ρ 1
con la densidad media ρ2 del sólido, los puntos de aplicación de ambas fuerzas están separados,
generándose un par de fuerzas que harán girar el cuerpo en cuestión y el equilibrio será inestable
hasta que por la acción del par el centro de gravedad y el centro de equilibrio se encuentren
alineados con E y P.
Los peces poseen una vejiga natatoria emparentada embriológicamente con los pulmones y que, en
muchos osteíctios modernos, se llenan de gas que se emplean como cámaras de flotación. El pez
puede ascender o descender en el seno del agua variando su densidad respecto a la densidad del
agua del medio acuático donde habita.
El pez puede introducir gases auxiliado desde el torrente sanguíneo o bien los expulsa desde se
vejiga, pudiendo situarse a distintas profundidades y alcanzando un equilibrio estable.
6. BIBLIOGRAFÍA
- Tripler, P. Física. Ed. Reverté S.A., 1990.