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Muhammad Yunus,
el banquero de los pobres
Traducción:
José Pedro Tosaus Abadía
Diseño de cubierta:
Fernando Peón / <fpeon@ono.com>
Impresión y encuadernación:
Grafo, S.A. – Basauri (Vizcaya)
Índice
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Agradecimientos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
4. El final de la pobreza
Un trabajo de «lobby» en todo el mundo . . . . . . . . . 103
6. Nuevas ideas
La familia de empresas Grameen . . . . . . . . . . . . . . . 137
6 MUHAMMAD YUNUS, EL BANQUERO DE LOS POBRES
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Deseo dar las gracias de todo corazón a las siguientes per-
sonas por su aportación directa o indirecta a la publicación
de este libro:
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El instructivo shock
de la economía realmente existente
«Sí, pero ¿existen acaso tantas cosas con las que personas
sin ningún tipo de formación puedan hacerse indepen-
dientes? ¿Cómo van a saber qué negocio funciona, cómo
se mueven los mercados? Para muchas cosas les falta, pe-
se a todo, algún tipo de cualificación...». Preguntas de es-
«MIS NUEVAS PROFESORAS SON LAS POBRES» 57
te tipo se le plantean al Banco Grameen desde hace ya más
de 30 años. Legiones enteras de maestros de la economía
toman pie de tales clichés y mitos para desarrollar estrate-
gias de desarrollo para los pobres, aun cuando nunca se
han tomado la molestia de hablar con ningún pobre ni de
colaborar en absoluto con ellos.
Yunus ha dicho muchas veces lo que opina acerca de
la mayor parte del gremio de asesores en el campo de la
colaboración planetaria para el desarrollo. Cuando en el
año 1986, en una teleconferencia con motivo del Día
mundial de la Alimentación, se le invitó a debatir con el
entonces presidente del Banco Mundial, Barber Conable,
formuló su crítica abiertamente: «En todo proyecto que
financia el Banco Mundial, sus expertos y asesores asu-
men en definitiva el control. No descansan hasta transfor-
marlo todo con arreglo a sus ideas». Es verdad que luego,
en tiempos del siguiente presidente del Banco Mundial,
James Wolfensohn, se llegó a conversaciones muy fructí-
feras, y que el Banco Mundial creó incluso una oficina
para el fomento de los proyectos de microcréditos; pero
la lógica del negocio global de los asesores se mantie-
ne tenaz, y Yunus enumera sus problemas con claridad
meridiana:
«Todos sabemos en qué medida los países del Tercer
mundo se han vuelto dependientes de los fondos de dona-
tivos. Pero muy rara vez se indica en qué medida depen-
den también de los asesores las administraciones de las or-
ganizaciones donantes. Si se le encomienda un proyecto a
un asesor, por debajo subyace siempre la suposición de
que el país receptor debe ser guiado paso a paso a lo largo
de todas las fases de la definición, preparación y ejecución
de dicho proyecto. Los asesores tienen un efecto parali-
58 MUHAMMAD YUNUS, EL BANQUERO DE LOS POBRES