El Peruano
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sentencia, cuando un interesado toma la iniciativa de hacerla
pronunciar por el juez como consecuencia de los vicios que
afectan el negocio. El acto anulable, no es nulo por sí, pero está
afectado de un vicio que lo invalida, produce efectos, pero estos
pueden ser eliminados si y solo si, el acto es impugnado por la
parte en cuyo interés se ha establecido la invalidez2. SEXTO.- Del
caso de autos, la demandante solicita la anulabilidad del contrato
de compra venta de fecha ocho de agosto de dos mil siete, que
fuera celebrado por su ex conviviente Julio César Portocarrero
Córdova y su esposa Janet Andrea Romero Solís (vendedores
demandados) a favor de Sofía María Tabra Espinoza y Fernando
José León Collantes (compradores demandados), invocando
como causal la simulación, porque perjudica su derecho, ya que el
inmueble sub litis, fue adquirido durante la relación de convivencia
que mantuvo con Julio César Portocarrero Córdova, terreno en el
que construyó su casa para vivir. De los actuados se verifica que,
a fojas cuatrocientos sesenta obra la sentencia de fecha diez de
julio de dos mil doce expedida en el Expediente número
00610-2008-0-0909-JM-FC-01 sobre declaración de unión de
hecho, en la que se establece que ha existido una unión de hecho
entre la demandante Teresa de Jesús Colchado Segura y el
demandado Julio César Portocarrero Córdova por un periodo de
más de doce (12) años, esto es, desde mil novecientos noventa
hasta abril del año dos mil dos, debiéndose reconocer el derecho
a los bienes gananciales que se hubieran generado, como se
indica en la aludida sentencia, la misma que se encuentra
consentida3. SÉTIMO.- El artículo 5 de la Constitución Política del
Estado, establece que la unión de hecho origina una comunidad
de bienes que se sujeta a las disposiciones del régimen de
sociedad de gananciales, en cuanto le fuere aplicable. Asimismo,
el artículo 326 del Código Civil condiciona la aplicación de las
normas del régimen de sociedad de gananciales a la unión de
hecho, a que esta haya durado por lo menos dos años continuos.
De modo que, antes de ese plazo los convivientes deben probar
su participación en la adquisición de los bienes, por cuanto el
carácter común de los mismos no se presume; mientras que, una
vez alcanzado ese plazo, se presume dicho carácter,
correspondiendo la probanza a aquel que alega la calidad de bien
propio. En consecuencia, una vez cumplido el plazo señalado de
dos años continuos, se aplicarán a la comunidad de bienes
existentes entre los convivientes, las reglas de la sociedad de
gananciales. OCTAVO.- De conformidad con las normas antes
mencionadas, tanto en la Carta Magna como en el Código Civil, al
existir a favor de la demandante una sentencia consentida, que
reconoce la unión de hecho que mantuvo con Julio César
Portocarrero Córdova por un periodo de 12 años, y al verificarse
que el inmueble sub litis fue adquirido por el ex conviviente de la
demandante Julio César Portocarrero Córdova, con fecha trece de
enero de mil novecientos noventa y seis, es decir dentro del
periodo mencionado, como él mismo lo acepta en el escrito de
contestación de la demanda y como lo mencionó en la cláusula
primera del contrato objeto de anulabilidad; y tal como, ya se tiene
dicho, reconocida la unión de hecho, se generó una comunidad de
bienes que se sujeta al régimen de sociedad de gananciales; por
lo que los bienes adquiridos durante dicha convivencia tienen la
condición de bienes comunes y los convivientes no pueden
disponer de los mismos como si se tratara de un bien propio, salvo
que esto se demuestre, lo que no ha sucedido en el caso de autos.
NOVENO.- Se debe considerar además, que en la sentencia
expedida en el proceso sobre desalojo4 seguido por la ahora
demandada Sofía María Tabra Espinoza a Teresa de Jesús
Colchado Segura, la ahora demandante, se concluyó que esta
última no ocupa el bien de manera precaria, ya que durante el
proceso sobre prueba anticipada (Expediente 2003-0221-CI ante
el Juzgado Mixto del Módulo Básico de Justicia de Los Olivos) en
la audiencia del siete de julio del año dos mil cuatro, se recibió la
declaración de Samuel Gonzales Espinoza, quien afirmó que
vendió a los convivientes Teresa de Jesús Colchado Segura y
Julio César Portocarrero Córdova el inmueble materia del proceso.
DÉCIMO.- Del contrato de compra venta de fecha ocho de agosto
de dos mil siete, cuya anulabilidad se pretende, se observa que
participan como vendedores Julio César Portocarrero Córdova y
Janet Andrea Romero Solís, actual esposa con quien contrajo
matrimonio el once de mayo del año dos mil dos5, verificándose
que no debió suscribir en el año dos mil siete, el aludido contrato,
pues ella sabía que no había participado en la adquisición del
terreno objeto de litigio, sin embargo lo firma en calidad de
“vendedora”; menos aún Julio Portocarrero Córdova, quien
conocía que dicho terreno lo adquirió durante la convivencia que
mantuvo con la demandante; de este modo, queda comprobada la
causal invocada por la demandante, cual es, la simulación con la
que actuaron los “vendedores” (demandados) al fingir vender una
propiedad que no le pertenece a la co-emplazada, ni al demandado
de modo exclusivo; causal que también vicia la conducta
desplegada por los “compradores” quienes en la cláusula octava
del contrato declaran que el inmueble lo han recibido a su entera
satisfacción; sin embargo, en la cláusula décima manifiestan que
al momento de la celebración del contrato, el inmueble está
ocupado por terceras personas y que iniciarán las acciones
judiciales para el desalojo de los mismos. Hechos que como se
aprecia son contradictorios y no hacen, sino demostrar la causal
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de simulación que vicia el contrato afectando con ello, el derecho
de tercero, en este caso de la demandante Teresa de Jesús
Colchado Segura. UNDÉCIMO.- Siendo así, la sentencia de vista
recurrida al señalar que la demanda es improcedente, por
considerar que la actora carece de legitimidad para obrar, porque
primero se debe dilucidar a quién corresponde el mejor derecho
de propiedad, si a ella o si corresponde a ambos; incurre en
infracción normativa del artículo 221 inciso 3 del Código Civil,
pues como se ha expresado en la presente resolución, son
aplicables al presente caso las reglas del régimen de sociedad de
gananciales; en consecuencia está acreditado su derecho de
propiedad sobre el bien inmueble. Así mismo, infringe el artículo
193 del acotado Código Civil, norma de contenido procesal, que
prevé que la acción para solicitar la nulidad del acto simulado
puede ser ejercitada por cualquiera de las partes o por el tercero
perjudicado, en este caso, la demandante constituye a todas luces
el tercero perjudicado en su derecho; por lo que esta Sala
Suprema debe revocar la aludida sentencia de vista y reformándola
confirmar la sentencia de primera instancia que declara fundada la
demanda. VI. DECISIÓN: Esta Sala Suprema, en aplicación de lo
señalado por el artículo 397 del Código Procesal Civil declararon:
FUNDADO el recurso de casación interpuesto por la demandante
Teresa de Jesús Colchado Segura, mediante escrito de folios
quinientos tres; en consecuencia: CASARON la sentencia de vista
de fecha veinticinco de agosto de dos mil catorce, obrante a fojas
cuatrocientos cuarenta y cinco, expedida por la Primera Sala Civil
de la Corte Superior de Justicia de Lima Norte, y REFORMÁNDOLA
CONFIRMARON la sentencia de primera instancia dieciséis de
julio de dos mil doce, obrante a folios trescientos veintidós, que
declara fundada la demanda de anulabilidad de acto jurídico, en
consecuencia: nulo el contrato de compra venta contenido en la
minuta de fecha ocho de agosto de dos mil siete. DISPUSIERON
la publicación de la presente resolución en el diario oficial “El
Peruano”, bajo responsabilidad; en los seguidos por Teresa de
Jesús Colchado Segura Julio César Portocarrero Córdova y otros,
sobre anulabilidad de acto jurídico; y los devolvieron. Interviene
como ponente la Jueza Suprema señora Tello Gilardi.- SS.
TELLO GILARDI, DEL CARPIO RODRÍGUEZ, RODRÍGUEZ
CHÁVEZ, CALDERÓN PUERTAS, DE LA BARRA BARRERA
1
Betti, Emilio, “Teoría General del Negocio Jurídico”, Editorial Comares, Granada,
2000, pág. 410.
2
Torres Vásquez, Aníbal, “Acto Jurídico”, Editorial IDEMSA, Lima-Perú, 2001, pág.
702.
3
Véase a folios 465 del expediente principal, la resolución número 27 del 16 de
octubre de 2012.
4
Véase folios 221 a 224 que corresponden a los actuados del proceso sobre
desalojo número 00927-2007-0-0909-JM-CI-01.
5
Véase a folios 95 del expediente 2002-01196-0-0901-JR-FA-03, sobre filiación
extramatrimonial convertido a declaración de paternidad por prueba de ADN, el
acta de matrimonio entre Julio César Portocarrero Córdova y Janet Andrea Romero
Solís.
C-1485495-20
CAS. N° 567-2015 LAMBAYEQUE
Nulidad de Asiento registral. Sumilla.- Cancelación de asiento
registral por caducidad. La cancelación del asiento registral por
caducidad procede en el caso de gravamen inscrito o de su
asiento registral pueda determinarse el vencimiento del crédito
garantizado. Art. 3 de la Ley 26639 y 87 del Reglamento de
Inscripciones del Registro de Predios. Lima, veinticinco de agosto
de dos mil quince. La SALA CIVIL PERMANENTE DE LA CORTE
SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA: vista la causa
número quinientos sesenta y siete – dos mil quince, en audiencia
pública llevada a cabo en la fecha y producida la votación con
arreglo a Ley, emite la siguiente sentencia: 1. ASUNTO: En este
proceso de nulidad de asiento registral, es objeto de examen el
recurso de casación interpuesto por la demandante Aris
Industrias SA a fojas doscientos noventa y uno, contra la
resolución de vista de fecha once de diciembre de dos mil catorce,
obrante a fojas doscientos setenta y nueve, expedida por la
Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lambayeque,
que revoca la sentencia apelada de fecha veintiocho de mayo de
dos mil catorce, de fojas doscientos veintiséis que declara fundada
la demanda y reformándola la declara infundada. II.
ANTECEDENTES 1. Demanda Mediante escrito presentado ante
el órgano jurisdiccional respectivo con fecha dieciocho de mayo
de dos mil doce, de fojas ochenta y tres. Aris Industrias SA
interpone demanda contra Confecciones y Negocios Gordillo SA
Huberdino Gordillo Bernal, Eva Oblitas de Gordillo y la
Superintendencia Nacional de Registros Públicos, solicitando la
nulidad de asiento registral de cancelación de hipoteca contenida
en el asiento número 00004 de la Partida Registral número
P10125855 de la Zona Registral número II – Sede Chiclayo,
Oficina Registral de Chiclayo respecto del inmueble sito en Calle
San José número quinientos veintiséis Distrito y Provincia de
Chiclayo. Departamento de Lambayeque, alegando que dicha
hipoteca ha sido cancelada en contravención de lo dispuesto en el
artículos 87 del Reglamento de Inscripciones del Registro de
Predios, que establece que tratándose de inscripciones
correspondientes a gravámenes que garantizan obligaciones que
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remitan al computo del plazo a un documento distinto al título
archivado y dicho documento no conste en el Registro, no resulta
procedente cancelar la hipoteca en virtud de lo dispuesto en la Ley
número 26639. 2. Contestación de la demanda Mediante
escritos de fojas ciento quince y ciento veinticinco, Confecciones y
Negocios Gordillo SAC y Huberdino Gordillo Bernal contestan la
demanda, respectivamente, negándola y contradiciéndola en los
siguientes términos. - No es cierto que haya actuado de mala fe al
solicitar la cancelación de la hipoteca del inmueble citado. - En
este caso existe un plazo de vencimiento de la obligación
garantizada, pues de la cláusula cuarta se desprende que en
relación a la primera cuota de doce mil dólares americanos se
pacto que ésta se pagaría en el plazo de noventa días a partir del
día siguiente de elevada a escritura pública, lo que ocurrió el
veintisiete de marzo de mil novecientos noventa y ocho, entonces
el plazo de la primera cuota vence el veinticinco de junio de dicho
año. - En relación a la segunda y demás cuotas, se pactó que
éstas se cancelarían a los treinta días de cancelada la cuota inicial
de doce mil dólares americanos, entonces si el plazo de la primera
cuota vencía el veinticinco de junio de mil novecientos noventa y
ocho, el plazo de la segunda cuota vencía el veinticinco de julio del
mismo año, por lo tanto este era el último plazo de vencimiento de
dicha obligación, por lo que ésta habría caducado el veinticinco de
julio de dos mil diez, de conformidad con el artículo 3 de la Ley
número 26639. Mediante escrito de fojas ciento cuarenta y cinco,
la Superintendencia Nacional de Registro Público contesta la
demanda negándola, y contradiciéndola en los siguientes
términos: - Los Registradores Públicos, en cumplimiento de sus
funciones tienen la obligación de verificar que los documentos
requeridos y presentados por las partes interesadas, en este caso,
los títulos adjudicados a favor de particulares sean los pertinentes
para su calificación y posterior registro. - De acuerdo con la
autonomía en el ejercicio funcional reconocida a los Registradores
Públicos en el artículo 3 de la Ley número 26639, en el acto de
inscripción registral no existe irregularidad, pues a criterio del
Registrador en la calificación integral del título se determinó que
cumplía los requisitos exigidos por el Reglamento para su
inscripción. 3. Sentencia de primera instancia El Juzgado Civil
de Lambayeque expide la sentencia de fecha veintiocho de mayo
de dos mil catorce, obrante a fojas doscientos veintiséis, que
declara fundada la demanda en consecuencia, nulo el asiento
registral número 00004 de la Partida Registral número P10125855.
Los fundamentos que sustentan dicha decisión son los siguientes:
- El Juez aprecia que, de acuerdo a lo pactado por las partes, la
primera cuota ascendente a doce mil dólares americanos se
pagaría en el plazo de noventa días a partir del día siguiente de la
elevada a escritura pública el convenio, no existiendo duda
respecto a cuándo se suscribió el convenio, por lo que el plazo de
vencimiento de esta primera cuota resulta clara, sin embargo,
respecto de la cuotas o pagos parciales de mil quinientos dólares
cada uno se acordó que la primera de estas cuotas seria cancelada
a los treinta días de cancelada la cuota inicial pactada, es decir ,
no se pacto una fecha fija de vencimiento sino que dependía de
cuando se iba a producir el pago de la cuota de doce mil dólares
americanos. - Sostiene que debe tenerse en consideración que
para el vencimiento de la primera cuota de mil quinientos dólares
americanos no se tomó como referente una fecha determinada si
no un plazo a partir de verificarse determinado hecho, esto es, el
pago de la cuota de doce mil dólares americanos, por lo que no
constando este hecho concreto en el titulo inscrito, el Registrador
Público no podía establecer la fecha de vencimiento de la primera
cuota ni de las siguientes para a partir de allí determinar si ya
había transcurrido el plazo de diez años. - Agrega a ello que el
cómputo del plazo para el pago de la primera cuota de mil
quinientos dólares americanos no dependía del vencimiento del
plazo de la cuota de doce mil dólares americanos sino de la fecha
efectiva de su pago, lo cual no aparece del Registro por tanto
carece de sustento fáctico la precisión del Registrador contenida
en el mismo asiento, respecto a que el plazo de caducidad se
computa a partir el veintiocho de mayo de dos mil. 4. Sentencia
de vista Apelada dicha decisión la Primera Sala Civil de la Corte
Superior de Justicia de Lambayeque expidió la sentencia de vista
de fecha once de diciembre de dos mil catorce, obrante a fojas
doscientos setenta y nueve que revoca la apelada que declara
fundada la demanda y reformándola la declara infundada. Las
razones esenciales que sustentan dicha decisión son las
siguientes: - La caducidad de la hipoteca a la que hace referencia
la Ley número 26639 es la consecuencia del transcurso del
terminó rescriptorio para iniciar el cobro de la obligación
garantizada, partiendo de esta premisa no se podría concebir que
mientras no se acredite el pago de la primera cuota no pueda
establecerse el vencimiento de las cuotas siguientes pues
llegaríamos al absurdo de creer que mientras es obligado no
cumpla con pagar la primera cuota no podría intentarse el
vencimiento de las demás cuotas tornándose incierto el derecho
del actor a ejecutar la garantía para el cobro total de su acreencia,
ello mayor sustento si apreciamos la cláusula sétima de la acotada
escritura. - En tal orden de ideas, la Sala Superior llega a la
conclusión que, luego de verificarse el vencimiento del plazo de la
última cuota pactada hasta la fecha de cancelación de la hipoteca
inscrito en Registro Público correspondientes, había transcurrido
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el plazo fijado para que opere la caducidad a la que sea contrae la
citada Ley numero 26639, pues en todo ese tiempo el acreedor no
habría accionado judicialmente para el cobro de su deuda. III.
RECURSO DE CASACIÓN Mediante escrito presentado con
fecha nueve de enero del año en curso obrante a fojas doscientos
noventa y uno, la demandante interpone recurso de casación,
proponiendo las siguientes infracciones normativas. Infracción
normativa de los artículos 3 de la Ley número 26639 y 87 del
Reglamento de Inscripciones en el Registro de Predios,
aprobado por Resolución de la Superintendencia Nacional de
los Registros Públicos número 248-2008-SUNARP-SN;
alegado que, de acuerdo a la escritura pública del veintisiete de
marzo de mil novecientos noventa y ocho, los demandados
celebraron con la recurrente un contrato de escritura pública de
transacción con constitución de garantía hipotecaria en virtud de
la cual reconocieron a favor de la actora una deuda por el monto
de cuarenta y ocho mil seiscientos ochenta y cinco dólares
americanos con sesenta y dos centavos de dólar, constituyendo
para tal efecto una hipoteca sobre el inmueble sito en Calle San
José número quinientos veintiséis, Distrito y Provincia de Chiclayo,
Departamento de Lambayeque, asimismo mediante cartas
notariales de fecha primero de octubre y veintiséis de noviembre
de dos mil diez, los demandados ofrecieron cancelar la deuda
remitiendo un proyecto de minuta de cumplimiento de transacción
y cancelación de hipoteca, hecho que nunca se concretó luego, a
solicitud de los demandados se inscribió una cancelación de
hipoteca de fecha veintiocho de noviembre de dos mil doce en
aplicación de los dispuesto en el artículo 3 de la Ley número
26639 consignándose en el asiento que desde el veintiocho de
mayo de dos mil han transcurrido más de diez años. Este Supremo
Tribunal, mediante resolución de seis de abril de dos mil quince
declaró la procedencia del recurso interpuesto por las infracciones
normativas antes citadas. IV. CUESTIÓN JURÍDICA EN DEBATE
La cuestión jurídica en debate consiste en determinar si resulta
arreglada a ley la decisión del Registrador Público de cancelar por
caducidad el asiento registral correspondiente a la inscripción de
la escritura pública de transacción e hipoteca celebrado entre las
partes procesales. V. FUNDAMENTO DE ESTA SALA SUPREMA
PRIMERO.- Que, es necesario señalar que el recurso de casación
civil tiene por fines esenciales alcanzar la adecuada aplicación del
derecho objetivo y la uniformidad de la jurisprudencia nacional por
la Corte Suprema de Justicia, conforme así lo dispone el artículo
384 del Código Procesal Civil, modificado por la Ley número
29364. Por ello la Corte Suprema mediante el control de las
decisiones jurisdiccionales, debe evaluar si el juez de mérito
aplico o no correctamente el derecho. SEGUNDO.- Que, en este
caso se aprecia que San Miguel Industrial S.A. (ahora Aris
Industrial SA, la actora), Confecciones y Negocios Gordillo,
Huberdino Gordillo Bernal y su cónyuge Eva Oblitas de Gordillo
elevaron a escritura pública de fecha veintisiete de marzo de mil
novecientos noventa y ocho la transacción y constitución de
garantía hipotecaria respecto del inmueble sito en Calle San José
número quinientos veintiséis, Chiclayo, a fin de garantizar la
obligación de la empresa Confecciones y Negocios Gordillo SA.,
por la suma de cuarenta y ocho mil seiscientos ochenta y cinco
dólares americanos. En la cláusula cuarta de dicho acto jurídico
las partes pactaron la siguiente forma de pago, a) la primera cuota
de doce mil dólares americanos se pagaría en el plazo de noventa
días a partir del día siguiente de elevada a escritura pública; y, b)
en relación a la segunda y siguiente cuotas, se pacto que estas se
cancelarían a los treinta días de cancelada la cuota inicial de doce
mil dólares americanos. La citada escritura pública se inscribió en
el asiento número 0003 de la Partida Registral número P10125855,
con fecha seis de abril de mil novecientos noventa y ocho, como
es de verse de fojas sesenta y nueve luego de ello, la solicitud de
cancelación de dicha inscripción se presentó el diecinueve de
octubre de dos mil once por la sociedad conyugal demandada
Huberdino Gordillo y Eva Oblitas de Gordillo, siendo que dicha
cancelación quedo inscrita el veintiocho de noviembre de dos mil
once. TERCERO.- Que, el artículo 3 de la Ley numero 26639,
publicada el 25 de setiembre de mil novecientos noventa y seis,
señala que: “Las inscripciones de las hipotecas, de los gravámenes
y de las restricciones a las facultades del titular del derecho
inscrito y las demandas y sentencias u otras restricciones que a
criterio del juez se refieran a actos o contratos inscribibles, se
extinguen a los diez años de las fechas de las inscripciones, si no
fueran renovadas. Las norma contenida en el párrafo anterior se
aplica, cuando se trata de gravámenes que garantizan créditos, a
los diez años de la fecha de vencimiento del plazo del crédito
garantizado” CUARTO.- Que, la norma antes acotada debe ser
interpretada en consonancia con lo dispuesto en el artículo 87, del
reglamento de Inscripciones del Registro de Predios, aprobado
por Resolución de la Superintendencia Nacional de los Registro
Público numero 248-2008-SUNARP-SN, estipula que: “En el caso
de gravámenes que garantizan créditos a que se refiere el
segundo párrafo del artículo 3 de la Ley número 26639, la
inscripción caduca a los diez años contados desde la fecha del
vencimiento del crédito, siempre que éste pueda determinarse del
contenido del asiento o del título”. QUINTO.- Que, debe recordarse
que la finalidad de la Ley numero 26639, respecto a la extinción de
la hipoteca consiste en limpiar las partidas registrales de aquellas

89138 CASACIÓN
garantías reales que no han sido ejecutadas, sancionando a la vez
la inacción del acreedor hipotecario, quien tiene expedida la vía,
dentro del diez años otorgado por la Ley, para iniciar acción en la
vía judicial con el objeto de hacer efectivo el pago de la deuda,
situación que demostraría la diligencia del acreedor, enervando la
presunción de que transcurrido el plazo señalado en la ley, la
hipoteca se habría extinguido como consecuencia del transcurso
del termino de prescripción para iniciar el cobro de la obligación
garantizada. SEXTO.- Que, en virtud de lo antes expuesto, se
puede concluir con claridad que para determinar la caducidad de
la inscripción del gravamen que garantiza créditos debe
observarse la fecha del vencimiento del crédito. En efecto, en el
caso concreto se tiene que el gravamen pactado por las partes
tienen fecha de vencimiento, lo que se puede vislumbrar de la
cláusula cuarta de la escritura pública de fecha veintisiete de
marzo de mil novecientos noventa y ocho, que dice lo siguiente: a)
la primera cuota de doce mil dólares americanos se pararía en el
plazo de noventa días a partir del día siguiente de elevada a
escritura pública, esto es, veintiocho de junio de mil novecientos
noventa y ocho. Asimismo; en cuanto a la segunda y siguientes
cuotas, se pactó que estas se cancelarían a los treinta días de
cancelada la cuota inicial de doce mil dólares americanos, pago
que se entiende se efectuaría el veintiocho de junio de mil
novecientos noventa y ocho, por lo tanto , el pago de la ultima
cuota vencía a mas tardar el veintiocho de mayo de dos mil,
siendo esto así, se tiene que desde esta ultima fecha hasta la
fecha de cancelación de la hipoteca ha transcurrido más de diez
años, plazo establecido en el artículo 3 de la ley número 26639
para que opere la caducidad del asiento de inscripción respectivo.
SETIMO.- Que, este orden de ideas, permite a esta Sala Suprema
llegar a la conclusión de que no se evidencia la infracción de las
normas antes citadas, por lo que debe desestimarse el recurso así
propuesto. VI.- DECISIÓN Por tales fundamentos, esta Sala
Suprema, en aplicación del dispuesto en el artículo 397 del Código
Procesal Civil: 1.- Declara INFUNDADO el recurso de casación
interpuesto por Aris Industria SA a fojas doscientos noventa y
uno; en consecuencia. NO CASARÓN la resolución de vista de
fecha once de diciembre de dos mil catorce, obrante a fojas
doscientos setenta y nueve, expedida por la Primera Sala Civil de
la Corte Superior de Justicia de Lambayeque, que revoca la
sentencia de fecha veintiocho de mayo de dos mil catorce, de
fojas doscientos veintiséis, que declara fundada la demanda, y
reformándola la declara infundada. 2. DISPUSIERON publicar la
presente resolución en el Diario Oficial “El Peruano”, bajo
responsabilidad de ley, en los seguidos por Aris Industrias SA con
Confecciones y Negocios Gordillo S.A. y otros, sobre nulidad de
asiento registral, y los devolvieron, interviene como ponente el
señor juez Supremo Almenara Bryson. Integra esta Sala Suprema
el señor Juez Supremo Miranda Molina por impedimento del señor
Supremo Walde Jauregui. SS. DEL CARPIO RODRIGUEZ,
MIRANDA MILINA, CUNYA CELI, CALDERON PUERTAS. El
Relator de la Sala que suscribe certifica: Que el señor Juez
Supremo Almenara Bryson, Presidente de esta Sala Suprema no
suscribe la presente resolución, habiendo dejado su voto en
relatoría de conformidad con lo acordado el día de la votación,
según consta en la tablilla y registro correspondiente, por cuanto
presenta una dolencia física en el miembro superior derecho, lo
que le imposibilita la suscripción. C-1485495-21
CAS. Nº 797-2015 PIURA
Ejecución de garantías. Lima, dos de setiembre de dos mil quince.
VISTOS; con la razón emitida por el Secretario de este Supremo
Tribunal, obrante a fojas cuarenta y seis del cuaderno de casación;
y, CONSIDERANDO: PRIMERO.- Que, viene a conocimiento de
esta Sala Suprema el recurso de casación interpuesto por la
ejecutada Eiliana Solano Valverde, mediante escrito de fojas
ciento treinta y cuatro, contra la resolución de vista obrante a
fojas ciento dieciséis, su fecha diecisiete de diciembre de dos
mil catorce, que confirma la apelada de fojas cincuenta y uno, su
fecha veintiuno de agosto de dos mil catorce, que ordena sacar a
remate el inmueble consistente en el lote número siete, manzana
número catorce, Centro Poblado Zona Urbano Tambogrande,
Distrito de Tambogrande, Provincia y Departamento de Piura; en
tal sentido, corresponde examinar los requisitos de admisibilidad
y procedencia del recurso, acorde a la modificación establecida
en la Ley 29364. SEGUNDO.- Que, en cuando a los requisitos
de admisibilidad previstos en el artículo 387 del Código Procesal
Civil, modificado por la Ley 29364, se tiene que el presente recurso
satisface tales exigencias, pues: I) se impugna una resolución
expedida por la Sala Superior que como órgano de segundo
grado, puso fin al proceso; II) se interpone ante la Segunda
Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Piura, que emitió
la resolución impugnada; III) ha sido presentado dentro del plazo
legal, según consta del cargo de notificación obrante a fojas ciento
veintitrés; y, IV) se adjunta el arancel judicial a fojas ciento treinta y
dos, subsanado a fojas cuarenta y dos del cuaderno de casación.
TERCERO.- Que, en relación a los requisitos de procedencia
previstos en el artículo 388 del Código Procesal Civil, modificado
por la Ley 29364, se advierte que la recurrente no ha consentido
la resolución de primera instancia que fue desfavorable a sus
intereses, pues interpuso recurso de apelación a fojas ochenta y
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cinco, por lo que satisface el presupuesto establecido en el inciso 1
de la norma procesal anotada. CUARTO.- Que, para establecer el
cumplimiento de los requisitos contemplados en los incisos 2, 3 y
4 del precitado artículo 388 del Código adjetivo, debe señalarse en
qué consiste la infracción normativa o el apartamiento inmotivado
del precedente judicial. Mediante este medio impugnatorio, la
impugnante denuncia la infracción normativa del artículo 139
inciso 3 de la Constitución Política del Estado, así como de
los artículos I del Título Preliminar y 122 incisos 4 del Código
Procesal Civil, argumentando que la Sala Superior solo se
pronuncia respecto al argumento referido a la indebida notificación
de la demanda, omitiendo pronunciarse respecto a lo expuesto en
su recurso de apelación, en el que señaló que el actor jamás le
entrego el monto de dinero puesto a cobro, ya que solo le prestó
la suma de ocho mil novecientos nuevos soles, importe que fue
cancelado en su totalidad conforme acredita con los depósitos
realizados en el Banco de la Nación, más aun si se tiene en
cuenta que en el contrato de préstamo con garantía hipotecaria
no se acredita el medio de pago, por lo que el Juez debió exigir
excepcionalmente el documento o titulo valor que acredite la
obligación. También señala que, de conformidad con el artículo
722 del Código Procesal Civil, en los procesos de ejecución de
garantías la contradicción tiene como fin último enerva la aparente
certeza de la existencia del derecho que otorga el titulo que es
materia de ejecución, siendo que el precitado articulo 722 prevé
los únicos motivos por los que el ejecutado puede contradecir el
mandato de ejecución y, en este caso, la recurrente cuestiona la
certeza de la obligación pues a cobro, por lo que considera que
son planteamientos de defensa que deben ser objeto de debate.
QUINTO.- Que, del examen de las alegaciones antes descritas,
se aprecia que estás no satisfacen los requisitos exigidos en
los incisos 2, 3 y 4 del artículo 388 del Código Procesal Civil,
modificado por la Ley 29364, pues no se describe en forma
clara y precisa en qué consisten la infracciones normativas, no
se demuestra la incidencia directa que tendría aquellas sobre la
decisión impugnada, menos aun se indica la naturaleza del pedido
casatorio, por las siguiente razones: El recurso de casación es un
medio impugnatorio de carácter extraordinario, pues su función
consiste en controlar la correcta aplicación de la ley, esto es,
su labor está reservada a observar sólo los errores de derecho,
excluyéndose de dicho control la valoración de las pruebas. Por
ello, la causal de infracción normativa debe sustentarse en el error
de derecho que incida directamente en la decisión impugnada,
es decir, que influya o repercuta en la parte dispositiva del fallo,
alterando el sentido del mismo, pues no basta la sola invocación
de las normas de derecho material o procesal que se consideran
infringidas, ya que el impugnante debe explicar la naturaleza
jurídica de dicha infracción, la que debe estar desprovista de
cualquier análisis a la valoración probatoria efectuada por los
jueces de mérito. Ahora bien, del análisis realizado al recurso
propuesto se hace evidente que mediante la supuesta infracción
del deber de motivar las resoluciones judiciales, lo que en realidad
pretende la recurrente es que este Tribunal Supremo analice los
argumentos que no propuso oportunamente en la etapa procesal
prevista para el proceso único de ejecución, esto es, mediante
el escrito de contradicción contemplado en el articulo 690-D
del Código Procesal Civil, norma incorporada por el Decreto
Legislativo 1069, publicado en veintiocho de junio de dos mil ocho;
además de ello también se advierte que la impugnante pretende
que se valoren los medios probatorios que considera acreditan el
pago de la deuda puesta a cobro, no obstante, ello implica que esta
Sala Suprema examine y revalore pruebas, labor que es ajena a
uno de los fines del recurso de casación, previstos en el artículo
384 del Código Procesal Civil, modificado por la Ley 29364,
esto es, observar la adecuada aplicación del derecho objetivo al
caso concreto. Por estas consideraciones y en aplicación de los
dispuesto en el artículo 392 del Código Procesal Civil, modificado
por la Ley 29364: Declararon IMPROCEDENTEN el recurso de
casación interpuesto por Eiliana Solano Valverde, mediante
escrito de fojas ciento treinta y cuatro contra la resolución de vista
obrante a fojas ciento dieciséis, su fecha diecisiete de diciembre de
dos mil catorce, que confirma la apelada de fojas cincuenta y uno,
su fecha veintiuno de agosto de dos mil catorce; DISPUSIERON
la publicación de la presente resolución en el Diario Oficial “El
Peruano”, bajo responsabilidad; en los seguidos por José Félix
Sarango Elías con Eiliana Solano Valverde, sobre ejecución de
garantías; y los devolvieron. Interviene como ponente el señor
Juez Supremo Almenara Bryson. SS. ALMENARA BRYSON,
WALDE JÁUREGUI, DEL CARPIO RODRIGUEZ, CUNYA CELI,
CALDERÓN PUERTAS C-1485495-22
CAS. N° 855-2015 LIMA
Indemnización por Daños y Perjuicios. INDEMNIZACIÓN Para
que se configure la responsabilidad civil, se requiere la presencia
copulativa de sus elementos: imputación, antijuricidad, factor de
atribución, nexo causal y el daño. En el presente caso, la
antijuricidad no está previamente establecida dentro de las
normas que regulan las funciones de los emplazados, esto es, la
obligación de comunicar a la Gerencia de Administración, el
deceso de cinco pingüinos a fin de tramitar el cobro del seguro.
Artículo 1321 del Código Civil. Lima, diecinueve de abril de dos