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MUJERES DE LA RURALIDAD, TENDENCIA A LA TRANSFORMACIÓN 1

Una mirada a las familias rurales desde las transformaciones de las familias
latinoamericanas.
Adriana Bonfante Ramírez
Universidad de Cartagena

Maestría en Familias y Género


Trabajo para modulo “Estudios de Familia”
MUJERES DE LA RURALIDAD, TENDENCIA A LA TRANSFORMACIÓN 2

Abstract
El presente trabajo representa una suerte de análisis desde características específicas de
familias de zonas rurales de la costa norte colombiana, específicamente del corregimiento El
Salado (Bolívar), con las características de las dinámicas familiares de América Latina. Para
la construcción del texto se identificaron tres (3) características que trasversalizan el tipo de
familia sujeto de intervención dentro del ejercicio profesional desde el Trabajo Social y se
intentaron establecer relaciones con los cambios y permanencias que se identifican en las
familias latinoamericanas.
Keywords: conflicto armado, ruralidad, jefatura femenina, actividades productivas.
MUJERES DE LA RURALIDAD, TENDENCIA A LA TRANSFORMACIÓN 3

Una mirada a las familias rurales desde las transformaciones de las familias

latinoamericanas.

Antes de entrar de lleno al análisis de la relación entre las familias rurales y las
familias latinoamericanas, es necesario introducir al interlocutor1 en el contexto geográfico
y demográfico al que se circunscribe la intervención profesional. Luego se hará una
descripción de ciertas características que son compartidas por las familias que son sujetos de
intervención en mi labor profesional. Aclarando que dichas características se desarrollan en
mayor o menor intensidad en unas familias más que en otras, dependiendo esto de su
capacidad de agencia y acceso a servicios de políticas públicas.

Contexto Social

Las familias que son intervenidas tienen como lugar de domicilio la sub región de los
Montes de María, más específicamente el corregimiento El Salado. este corregimiento se
ubica hacia el suroriente del municipio de El Carmen de Bolívar. Se llega por tierra desde
Cartagena recorriendo la troncal de occidente en un viaje de aproximadamente dos horas.

1
En la medida en que el lector establece un dialogo con la lectura y esta le genera algún tipo de
opinión, lo considero interlocutor.
MUJERES DE LA RURALIDAD, TENDENCIA A LA TRANSFORMACIÓN 4

Desde El Carmen de Bolívar hacia El Salado el viaje no dura mas de 30 minutos en moto o
40 minutos en un carro particular o los tradicionales jeeps que se encargan de llevar y traer
víveres y personas entre el corregimiento con el municipio y sus diferentes veredas.

Antes de la incursión de actores armados en la zona, los habitantes del corregimiento


autogestionaban las condiciones de bienestar a partir de movimientos políticos de base
ciudadana quienes a través de concesiones con candidatos y funcionarios elegidos
intercambiaban inversión en infraestructura de bienestar y/o dotación de maquinaria para la
labor agrícola, por apoyo en comicios electorales del municipio2. Las políticas de bienestar
del Estado no tenían repercusión en la zona por lo que la comunidad se valía de los recursos
físicos y de capital humano que tenían a la mano para solventar necesidades como:
construcción de puesto de salud, biblioteca, acceso a energía, etc.

La incursión armada ilegal, además de los saldos en vidas humanas dejo la


infraestructura devastada y los pocos (pero fructíferos) negocios que aportaban para
dinamizar la economía, salieron definitivamente. Luego de la visibilización de la masacre, el
Estado lanza su mirada hacia el recóndito El Salado e inicia su intervención, junto a él,
múltiples actores privados inician la etapa de reconstrucción del corregimiento y hoy día se
cuenta con una red de infraestructura como carreteras, puesto de salud, Institución Educativa,
cancha deportiva, biblioteca, viviendas nuevas de interés social, entre otras, que podría
decirse han mejorado la calidad de vida de la población salaera.

El Salado tiene su principal fuente de ingresos en el sector primario, más


específicamente en la agricultura y ganadería, con algunas iniciativas de productos como las
hamadoras, tabaco artesanal, miel y algunas artesanías. En el renglón de servicios se pueden
contar con algunos centros de abastecimiento de productos de la canasta familiar, lugares de
entretenimiento y venta de bebidas alcohólicas, prestación de servicios de transporte en la
modalidad de mototaxi y carros particulares. El panorama económico se torna preocupante,

2
Centro Nacional de Memoria Histórica. El legado de los ausentes. Líderes y personas importantes
en la historía de El Salado. Bogotá, CNMH, 2015. Pag. 32-33
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los proyectos de corte productivo que han llegado a la región no han logrado satisfacer las
necesidades reales relacionadas con el mejoramiento de los recursos básicos para la
agricultura (agua, suelos, semillas, acceso a la tierra y agroindustria) y dejan un sinsabor en
los campesinos quienes se sienten utilizados y engañados con programas y proyectos que
solo llenan estadísticas de atención pero que no logran transformaciones de fondo que
movilicen la economía campesina.

Es de público conocimiento que la región de los Montes de María fue escenario de


una de las épocas más violentas enmarcadas en el conflicto armado interno colombiano. En
El Salado se dio lugar a una de las masacres mas sangrientas y descarnadas perpetrada por
grupos paramilitares. Esta se desarrollo en febrero del año 2000 y dejo como saldo 60
víctimas mortales3 oriundas de El Salado y sus veredas.

La masacre no fue un hecho aislado, estaba circunscrita a una ocupación del territorio
por parte de grupos al margen de la ley (Guerrilla y Paramilitares), lo que hizo que los
asesinatos selectivos y las amenazas no cesaran luego de ocurridos los hechos, lo que desato
un inminente desplazamiento de cientos de familias hacia las cabeceras municipales de El
Carmen de Bolívar, Barranquilla, Sincelejo y Cartagena principalmente.

Las situaciones descritas anteriormente afectan de manera directa y desproporcionada


a los núcleos familiares: genera quiebres en el capital social, rebasa los recursos con los que
cuentan las familias para afrontar situaciones de crisis y se despliegan acciones encaminadas
a conservar la vida y la integridad al precio que cueste. Una de las afectaciones mas
importantes de estos hechos fue la reestructuración forzosa de las familias debido a asesinatos
y desapariciones de sus miembros, sobre todo de los reconocidos como jefes de hogar y
encargados de la proveeduría económica, sumado a las afectaciones de orden psicológico que
este tipo de sucesos desatan en las personas y la inminente perdida de las pocas posesiones
materiales con que se sorteaban las necesidades cotidianas.

3
Centro Nacional de Memoria Histórica. La masacre de El Salado. Esa guerra no era nuestra.
Bogotá, CNMH, 2010.
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Las familias de El Salado y la trasformación del papel de la mujer.

Así como el conflicto armado interno afecto la dinámica y aparente paz de un pueblo
que había desarrollado sus propias lógicas para hacerle frente a las constantes necesidades a
las que se enfrenta una comunidad rural, también las políticas públicas y los cambios a nivel
nacional, e incluso internacional, afectan su dinámica interna. Como ejemplo se puede
resaltar la constante presencia de ONG´S nacionales e internacionales y cientos de periodistas,
literatos e incluso turistas que han querido llegar a El Salado y llevarse un pedazo de su
historia para hacerla pública y crear conciencia histórica.

A partir de mi intervención profesional en la región, me atrevo a identificar tres (3)


características que considero se replican en la mayoría de las familias de la zona, es de aclarar
que no todas las familias asumen dichas características con la misma intensidad y sus
manifestaciones pueden ser diversas, así como también los mecanismos que despliegan para
enfrentarlas. Las características a las que se hace alusión corresponden a: a) familias víctimas
del conflicto armado colombiano; b) familias domiciliadas en entornos rurales y c) familias
con dificultad de acceso a educación y empleo formal.

Estas características serán analizadas a la luz de dos procesos que resalto como
importantes en el proceso de reivindicación de derechos y visibilización en la lucha de los
derechos equitativos de las mujeres, pero al mismo tiempo se constituyen en generadores de
tensiones frente a las relaciones familiares, sociales y comunitarias: el ingreso de la mujer al
mercado laboral y la creciente jefatura femenina familiar.

Inserción de la mujer en las actividades productivas

Las mujeres pertenecientes a familias rurales siempre han participado del trabajo, no
como parte de un empleo de la oferta oficial, pero si desde las labores que tienen que ver con
las parcelas cercanas a la vivienda, con los productos de pan coger, la atención de animales
y como proveedora de cuidado, protección y afecto a todos los miembros de la familia.
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Las responsabilidades derivadas de la producción agropecuaria, en el caso de las


mujeres, no se oponen a las labores que se espera que desempeñen en su ejercicio materno y
reproductivo, y se desarrollan en mayor medida dentro de los espacios familiares por lo que
su aporte a la economía familiar no es asimilado de manera tácita por sus miembros.

Para el caso específico de las mujeres de El Salado, una de las afectaciones del
conflicto armado fue perder a familiares que en la mayoría de los casos se asumían como los
proveedores económicos. Una cantidad importante fue asesinada y otros desaparecieron en
medio de la huida que dio inicio al desplazamiento forzado. Las familias empezaron a sufrir
fracturas en su conformación al desplazarse a la ciudad u otros poblados rurales ya que, al no
contar con los bienes que explotaban para el sustento debían emplearse en otras labores que
les permitieran generar ingresos. Los hombres generalmente se iban de jornaleros a las fincas
de los nuevos territorios que habitaban y las mujeres, al no contar con formación académica
que les permitiera ingresar en el mercado laboral, se empleaban en oficios varios o
emprendían iniciativas incipientes de emprendimiento. El conflicto también hizo mella en
las relaciones conyugales y familiares asociadas a las secuelas psicosociales que dejan este
tipo de sucesos.

Las mujeres que asumieron la jefatura económica de sus hogares se vieron abocadas
a salir del espacio privado del hogar e iniciar la reclamación de lo que ellas consideraban el
Estado debía brindarles: herramientas para afrontar sus nuevas realidades familiares, el lugar
de la jefatura familiar y la proveeduría económica. Al respecto, unos comentarios que surgen
de entrevistas realizadas a mujeres de El Salado:

Mujer #1 “veíamos que estaban llegando muchos proyectos a esta comunidad pero
que a las mujeres no las tenían en cuenta. De pronto era por el tema que estaban
pasando en esos momentos por la comunidad, igualmente las mujeres nos veíamos
muy tristes y muy alejadas de los proyectos. La iniciativa sale de nosotras mismas,
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de las mismas mujeres. Que ¿por qué veían los proyectos y ni siquiera tenían en
cuenta a las mujeres?”4

Mujer #2 “Y bueno, nosotras quedamos frías, todas esas mujeres que estábamos
preocupadas que a todos los maridos les traían (insumos de los proyectos
productivos) y a nosotras nada y como la señora Mariela era cabeza de hogar
porque ella no sembraba maíz, no le dieron nada, era cabeza de hogar, pero no la
tuvieron ni siquiera en cuenta, ni a María Cohen tampoco. Y yo dije: ¿pero si ellas
vinieron ahí que son cabeza de hogar por qué no las tuvieron en cuenta? Porque
eran mujeres.”5

Como puede verse en los relatos, las mujeres no encontraron un eco inmediato en la
institucionalidad que hizo presencia en el territorio para intervenir en la reconstrucción del
pueblo. Su condición de “cabezas de hogar” no tenía el mismo peso significativo para la
institucionalidad, por lo que la intervención realizada tenía un claro sesgo sexista frente a los
lugares que ocupaban cada genero al interior de la familia. En este caso particular las mujeres
debieron demostrar con capacitaciones constantes sobre liderazgo, emprendimiento y en
temas agropecuarios que también eran merecedoras de beneficiarse de los proyectos
productivos, y esto impulsado por el ánimo de proveer a sus familias de lo necesario para
subsistir.

La inserción de la mujer, no en el mercado laboral formal como tal (con algunas


excepciones), pero si en la participación de los espacios de discusión política ciudadana del
corregimiento y en la formulación y ejecución de proyectos productivos para la generación
de ingresos, les abrió un espacio de reconocimiento, aceptación y respeto por parte de la
comunidad en general.

4
Bonfante, A. Entrevista realizada para el informe “Elementos de la dinámica asociativa que
garantizan el éxito/fracaso de una asociación productiva. Estudio de caso MUS - ASOCAVA” en el marco del
proyecto “Recuperación del Desarrollo Económico Local en Zonas de Post Conflicto” ejecutado en un
convenio Fundación Semana – BID. 2016.
5
Ibid.
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Mujer #6 “Eso fue algo que aquí en El salado los hombres empezaron un poco como
a respetarnos, porque aquí antes no nos respetaban. Nos decían: las liberadas, las
Shakiras, nos ponían tantos nombres que nosotras ni les prestábamos atención,
porque si lo hubiésemos hecho, hoy en día no estuviéramos aquí echando el
cuento…”6

A la par que las mujeres se insertaban de manera mucho más visible a la vida pública
dentro de la dinámica del territorio, tiempo que antes era dedicado enteramente al cuidado de
la familia y la prole, no se generó un proceso inverso de mayor participación de los hombres
en las labores del hogar, por lo que las mujeres aún siguen cargando con el peso de la doble
y hasta triple jornada de trabajo: labores domésticas, actividades relacionadas con la
generación de ingresos y participación en espacios de concertación comunitaria y
representación política.

Jefatura femenina familiar

Como se ha descrito en líneas anteriores, una de las consecuencias del paso del
conflicto armado por el territorio lo constituyo la reestructuración de los grupos familiares
debido a la viudez, las desapariciones de miembros de las familias, el desplazamiento, el
reclutamiento forzado y voluntario, la violencia sexual, e incluso la encarcelación de líderes
comunitarios acusados de militar en las líneas de la guerrilla.7

6
Op. Cit.
7
Noticia sobre encarcelamiento de Luis Torres Redondo, líder comunitario de El Salado acusado de
ser colaborador de la guerrilla de las FARC. Luego se pudo comprobar su inocencia y se le otorgó asilo
político en España. Actualmente ejerce su labor de liderazgo en El Salado. Información proveniente de
comunicación directa y recuperada de: https://www.justiciaypazcolombia.com/luis-torres-redondo/
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La incursión de las mujeres en actividades productivas y las reestructuraciones


familiares dieron paso para el reconocimiento del papel de la mujer como representante de
su familia ante la comunidad.

Distribucion jefe de hogar por género

33% 33%

34%

MASCULINO FEMENINO COMPARTIDO


Gráfico 1. Distribución jefe de hogar por género. Fuente: Fundación Carvajal y Fundación Semana, 2011. Linea base de entrada aplicada a la
poblacion de El Salado, Bolívar.

De esto da cuenta una información recogida a través de la aplicación de una línea


base en el corregimiento en el año 2011 por la Fundación Carvajal en compañía de Fundación
Semana para iniciar su etapa de intervención en el territorio.

Según la sistematización de la información, se contaban con 213 hogares y un


numero de 781 habitantes. La grafica permite observar que la jefatura femenina supera a la
masculina en un punto porcentual y los hogares con jefatura compartida se igualan a los
hogares con jefatura masculina. Sin lugar a dudas esto representa un cambio importante en
las dinámicas familiares de las familias salaeras, donde la jefatura siempre había permanecido
en cabeza del patriarca, quien a su vez la sustentaba en el trabajo de la tierra y su producción.

Las funciones económicas y educativas del patriarca han perdido terreno frente a las
realidades de la nueva ruralidad donde las mujeres han venido ganando protagonismo como
agentes económicas y tomadoras de decisiones. Al incorporarse la mujer y el resto de la
familia al sistema educativo, el proyecto de vida familiar se diversifica y la labor
socializadora de las labores productivas y las rutinas domesticas ceden protagonismo. Sin
embargo, no puede afirmarse que estos cambios ocurren de manera homogénea en todos los
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hogares, se necesitaría un estudio particular de cada familia para determinar las reales
afectaciones particulares.

Se puede intuir que este cambio en las dinámicas familiares, donde la autoridad
centrada en el padre se ve cuestionada por los nuevos papeles que asume la mujer dentro de
la vida familiar y publica, generan tensiones y traumatismos en las relaciones conyugales y
parento filiales, ya que como se mencionaba al comienzo, los hombres no han iniciado su
tránsito hacia las labores que, en el imaginario colectivo, corresponden a las mujeres y
madres asumir.

“Los conflictos de pareja se agudizan porque el hombre quiere ser atendido, sea o no
el proveedor y porque se resiste a asumir nuevos roles domésticos. Se trata ni más ni
menos que de una lucha por el poder, que se está dando al interior de muchas familias
que se encuentran en el límite entre la concepción tradicional de familia y la nueva
realidad convalidada constitucionalmente. En estos casos, también se ha visto un
franco deterioro de la salud femenina causado por las dobles y triples jornadas o por
el stress que produce en la mujer, la violencia familiar y el conflicto conyugal.”8

8
Echeverri, L. Transformaciones recientes en la familia colombiana. Revista de Trabajo Social.
Número 1. Año 1998. Pag 56
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Bibliography

Bonfante, A. Elementos de la dinámica asociativa que garantizan el éxito/fracaso de una asociación

productiva. Estudio de caso MUS – ASOCAVA. Fundación Semana – BID. Informe en el marco

del proyecto Recuperación del Desarrollo Económico Local en Zonas de Post Conflicto. 2016.

Centro Nacional de Memoria Histórica. El legado de los ausentes. Líderes y personas

importantes en la historia de El Salado. Bogotá, CNMH, 2015.

Centro Nacional de Memoria Histórica. La masacre de El Salado. Esa guerra no era nuestra.

Bogotá, CNMH, 2010.

Echeverri, L. Transformaciones recientes en la familia colombiana. Revista de Trabajo Social. Número 1.

Año 1998. Pag 56

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