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INDlVlDUALlSMO

COLECTIVISMO
COMUNITARISMO
Jaime Castillo
FUBhlCAClON DEL INSTITUTO
DE ESTUDIOS POLITICOS
INSTITUTO DE ESTUDIOS POLITICOS
DERECHOS RESERVADOS
TALLERES GRAFICOS CORPORACION LTDA.
[IMPRESORES)
JUNIO 1971
INDIVIDUALISMO
COLECTIVISMO
COMUNlTARlSMO
1. Algunas nociones
generales :FiI Q S Oía,
~
Sociología, Política.
Tres palabras para definir tres posiciones. Estas tres pos¡-
Ciones estarían en el casillero de la filosofía social, es decir,
son filosóficas, pero es una filosofía que se refiere a la so-
ciedad. La filosofía es algo así como la concepción funda-
mental que el hombre tiene de la realidad. de toda la
realidad, de la realidad tomada en conjunto. Se tiene una
filosofia del hombre. una filosofía de la sociedad. Ser filósofo
as pensar sobre el todo y tener una concepción acerca de
qué es esa realidad total.
Cuando yo digo que el hombre es una persona. estoy afir-
mando una tesis filosófica porque defino lo que es el hombre;
al carácter del hombre es ser persona. Entonces tiene que
entenderse el significado del concepto persona, que es una
afirmación que vale para todos los hombres, que no importa
en qué momento se tome a ese hombre. puede ser del slglo
veinte wmo del siglo mil. o de cualquler momento de la
bistoria pasada. Es una afirmación. que vale. por d oe
lrci así.
para el ser humano. Este tipo de afirmación es una aflrma-
eíón filosbfica que se hace en función de la esencia de la
iealidad.
Pues bien. este tipo de pensamlento se puede aplicar a la
sociedad y se pueden encontrar, entonces, algunas conside-
rcciones fundamentales que valen para la sociedad, para
cualquier sociedad. Lo que yo voy a decir responde entonces
a la filosofía de ia sociedad. Filosofía social no es lo m i m o
que sociología.
Sociólogo es el que estudia la sociedad para establecer sim-
plemente cómo es la sociedad, sin pronunciar ningún juicio
de valor. sin decir, esto es verdadero o es falso. esto vale
B no vzle, sino que simplemente el sociólogo establece la
realidad; establece, por ejemplo, las formas del rnatrirnonlo
a través de la historia, establece la realidad de que, en una
sociedad el factor económico tiene importancia, que influye
en determinadas formas. El sociólogo simplemente establece
hechos, no pronuncia juicios de valor, no valora. no dice
'"esto debo hacer", sino que simplemente se limita a estable-
ter hechos, tal como el físico establece el hecho de que
habiendo tal grado de con¿ensación, el agua cae. El científico
establece los hechos y el sociólogo es un científico que esta-
blece hechos, no valoriza, no determina qué está bien o qué
está mal. El filósofo. en cambio, es el que valoriza, el filó-
sofo es el que dice: "la sociedad está mal, hay que cambiarla
y hay que cambiarla en tal sentido", por eso, cuando Platón,
por ejemplo. escribió su libro sobre la República hace
una obra de filosofía porque dice: "la sociedad tal como yo
la conozco no me gusta, está mal. hay que mejorarla y pam
esto yo señalo las normas a que debe atenerse una verdade-
ra sociedad humana".
Cuando Marx, en el siglo XIX, escribe: la sociedad capitalista
está en crisis y envuelve una gran injusticia; esta sociedaa
capitalista hay que transformarla, y hay que hacer una "verda-
deramente humana". expresión que él usa. allí está haciendo
filosofía. porque está "alorizando la realidad social.
Lo humano es un valor. Las cosas tienen que ser humanas,
no pueden ser inhumanas, y tenemos que luchar porque las
cosas sean humanas. En consecuencia, hay. pues. una dife-
rencia entre filósofo y sociólogo. Por último, ni fildsofo ni
sociólogo son lo mismo que político.
Político es el hombre de acción, es el que finaliza el signl-
ficado de los conceptos anteriores y determina su acei6n.
Digamos: el filósofo dice: "la sociedad está mal. debe ser
reformada": el sociólogo aporta algunos hechos que sirven
al filósofo para decir: "señores hay que transformar la S O C ~
dad en tal dirección": el político es el que encarna esos
conceptos filosóficos y dice, en función de esos ideales:
"yo los llevo a la lucha y yo trabajo por transformar la SO=
ciedad".
E! político es, por tanto. el hombre práctico. El hombre de
acción que actla en función de determinados principios, O
sea en función de determinada filosofía.
En consecuencia, lo que ustedes van a recibir en el curso
de estas charlas son los tres aspectos, les van a hablar dé1
aspecto filosófico. del aspecto sociológico y de aspectos po-
líticos.
Cuando se expone el tema "Individualismo. Colectivismo y
Comlinitarismo". se lo expone en el terreno de la filosofía
social, no de sociología, porque yo no me voy a limitar a
decir: "ciertas cosas existen". sino que se va a decir: estái
mal por esta raz6n y está bien por esta otra razón. Y de las
tres posiciones, yo voy a elegir una y voy a rechazar dos;
de tal manera que estoy valorizando.
2. Individualismo

Individualismo es un concepto que enfatiza el término indl-


viduo. El individualismo es la filosofía que descarisa en el
valor del individuo. El colectivismo se refiere a la coleetl-
vidad, o sea. que estamos realzando el valor de la colectivi-
dad. El comunitarisrno es una síntesis de ambos, es una
síntesis constructiva que deja de lado lo que es erróneo
en individualismo. y en el colectivismo y coge l o que es
verdadero y hace de esto una síntesis superior. Es decir.
es como la verdad implicada en el error de las otras dos
posiciones y convertida en una posición total y sintética.
Ahora bien, nosotros podemos decir que el individualismo
es la comepción que destaca los valores del individuo fren-
te a la sociedad; es decir, cada uno de nosotros somos
ihdviduos, pero al mismo tiempo vivimos en sociedad. La
sociedad nos enmarca y dependemos de la sociedad mucho
más de lo que creemos. No nos damos cuenta en qué
medida dependemos de la sociedad: el solo hecho de que
tengamos que mirar la hora significa que estamos depen-
diendo de la sociedad, por que la hora y esta urgencia de
actuar según la hora. es, en última instancia, una imposición.
por decirlo así. una necesidad social. Nosotros nacimos al
mundo y encontramos que hay relojes y que todo el mundo
se comporta según horarios determinados; uno se encuentra
oon estos hechos y los acepta. El individuo. todos lo somos,
nos encontramos en la sociedad y tenemos que vivir la so-
&dad. Pero si yo concibo l a sociedad como un conjunto de
individuos cada uno de los cuales desea algo y quiere
realizarlo y para realizarlo uno dice: "a mí no me importa la
sociedad. lo que yo pretendo es satisfacer mis necesidades".
puede ser que ese individuo se convierta en una especie
enemiga de la sociedad, está contra la sociedad. El delin-
cuente. por ejemplo. está contra la sociedad, el delincuente
típico diría que no acepta la sociedad, simplemente se rebe-
fa contra la sociedad en la forma del delito. Nosotros decl-
mos que el individualismo es la filosofía que enfatiza el in-
dividuo contra la sociedad. Eso es lo que definimos «>m
individualismo y es en ese mismo sentido que nos parece
un error; porque significa que a ese individuo se le recono-
ce el derecho a estar en contra de la sociedad.
La sociedad está fundada, según esta interpretación, en d
principio filosófíco de que yo, individuo, me puedo alzar con-
tra la sociedad y eso se reconoce como un derecho, o sea,
se implanta un principio filosdfico que destruye la sociedad
misma en forma automática.
Sin embargo, esta filosofía, y aquí es donde debemos tener
comprensión acerca de no ser nunca sectarios ni dogmáticos.
no parte siendo un defecto, un vicio. Parte siendo algo así
como una defensa del individuo. porque pone el acento en
los derechos del individuo contra la sociedad, por una razón
histórica: la filosofía individualista se desarrolla cuando las
sociedades son despóticas. son tiránicas contra las socieda-
des de la época de las monarquías absolutas en Europa; hay
un desarrollo de una filosofía nueva que pide libertad, que
pide reconocer el derecho del ciudadano. Esa filosofía dice
a cada ciudadano: "usted tiene derecho; usted no es un ec-
clavo. usted no tiene por qué aceptar el dominio que por
sobre Ud. ejerce la monarquía, el monarca, la nobleza como
clase superior, sino que Ud. tiene derechos, porque Ud. es
ciudadano y e! ciudadano es un hombre y el hombre tiene de-
rechos por naturaleza".
Cuando se desarrolla toda esta filosofía, nace lo que se llama
el individualismo. Es decir, nace la filosofía del individuo,
que es una protección contra el Estado gigante. Entonces,
naturalmente, aparece lógica, aparece romántica, aparece
como la satisfacción de una necesidad profunda de libertak&
en el hombre. Los individualistas luchan por la libertad con-
tra las tiranías; y las grandes declaraciones de los derechos
del hcmbre respondeh a este movimiento individualista, en
que se reivindica derechos frente a la tiranía. Hay ejemplos
históricos notables de valor, de coraje, de inteligencia en esa
lucha en defensa de estos grandes ideales de libertad, y de
estos ideales de libertad surge el régimen democrático; es
decir, el régimen que consiste en respetar derechos.
La democracia es el régimen que tieiie conciencia de que
cada hombre tiene derechos y que la ley o la norma que rige
a la sociedad debe respetar esos derechos.
De tal manera, el individualismo no es un vicio en sí, no ea
un mal. Digamos. el individualismo sí, pero la filosofía del
individuo no. Pero ¿qué sucede? Sucede lo que sucede con
todas las cosas humanas que corren el peligro de corrom
perse, de echarse a perder, de transformarse en otra cosa
cuando hay un germen de falsedad o de mal en ellas. El in-
dividualismo es una verdad. es un bien en la medida en que
destaca los derechos y se llega a la noción de los derechos
humanos. Porque esos derechos humanos son una protección
para todos los hombres, y en cierto modo, se defienden unos
de otros. La sociedad ya no puede ser tiránica, porque es-
tán las instituciones democráticas que defienden contra la
tiranía. Y si el tirano quiere actuar como tal, exísten ros de-
r ~ c h o sque se ejercen habitualmente hasta incluso el dere-
cho de rebelión.
Pero, al amparo de esta énfasis en que el individuo es el
rey, como dicen los anarquistas, es decir, que el individuo
es todo, y, por lo tanto, yo debo perseguir mis objetivos para
ser feliz. para satisfacer mis necesidades. de tal manera. que
a mí ya no me importa lo que pasa con el otro que está al
lado; cuando el otro individuo deja de ser el prójimo de mí
mismo y pasa a ser aquél a quien puedo vencer legítimamen-
te, porque yo tengo que perseguir mis propios objetivos;
cuando esta filosofía se desarrolla bajo tal concepción, bajo
esta diriámica interna, entonces resulta, que en los diversos
niveles de la vida social se establecen los excesos, los abu-
sos y nuevas formas de tiranía. En lo económico, por ejem-
plo, este criterio individualista significa que el hombre debe
hacerse rico; debe satísfzcer sus necesidades materiales,
para esto necesita una estructura social, económica; esta
estrucfuia económica es la propiedad entendida. como con-
junto de derechos egoístas del individuo. una propiedad que
no tiene sentido social, una propiedad que tiene el sentido
de favorecer los intereses exclusivistas del individuo, del
propietario, por lo tanto. Entonces, este individuo se siente
como libre, y en eso consiste para él su libertad, para actuar
de tal manera que pueda perseguir sus objetivos y utilizar
los medios económicos en tal forma que llegue él a ser
poderosa econ~micamente.
Cuando esto es así, resulta qile toda la sociedad se organiza
bajo el principio de favorecer al individuo que mediante
caalquíer procedimiento utiiiza los medios materiales para
sí. La legi~lación,la estructura política, el parlamento y el
p3d2r ejecutivo sirven 10s Intereses de los individuos, los
cuzles llegan a ser poderosos, sobre la base de esclavizar
económicamente a otros. Entonces se constituyen las clases
sociales dominantes, en que unos pocos dueños de todo, escla-
vizan económicamente, oprimen, o como se dice en mal caste-
llano explotan a otros. Entonces viene la estructura de la socie-
dad capitalista, dividida en clases sociales antagónicas, en que
unos poseen 10s medios de producción y otros solamente su
trabajo. en que el antagonismo social es tremendo, lleno de
odio. de lucha, en fin. de desigualdad y surge más tarde la
necesidad de cambiar esas mismas clases sociales. Es decir,
e! individualismo que empieza como una reivindicación de lo
que hay de profundo y sano en cada hombre, se convierte en
un régjmen social de desigualdad, de opresión. Se convierte
económicamente en un capitalismo. Se convierte socialmente
en la lucha de clases y se convierte filosóficamente en el
predominio del egoísmo sobre la fraternidad.
Tratemos, entonces, de coirtraponer el concepto de colecti-
vismo.
3. Colectivismo

En el colectivismo, se acentúa el concepto de lo colectivo,


exactamente lo contrario del concepto de lo individual. LO
que vale es la suma de individuos, el conjunto. el grupo, la
colectividad. El pensador que destaca el valor de l o colecti-
vo es, en la expresión filosófico-política habitual. socialista.
Socialismo es. al principio. la afirmación simple de la pri-
macía del bien de todos sobre el bien del individuo. Este
individuo que se alza contra el bien colectivo; el individuo que
pusimos como ejemplo típico [el caso del delincuente), no del
individuo que solamente ejercita derechos. Este último actiia
como auténtico ser humano, y está, por k tanto, ensambla-
do en una sociedad que a su vez respeta los derechos huma-
nos. Pero, se observa históricamente que existe ese abuso.
ya seiialado a propósito del sistema capitalista: unos pocos
mandan a los demás: el poder económico de una clase so-
cial se transforma en un poder político dictatorial; la demo-
cracia es falseada por las diferencias de orden económico.
Cuando se observa eso. viene el pensador colectivista o SO-
cialista y dice: "hay que reivindicar ahora, frente a este abu-
so de los individuos convertidos en clase social dominante,
el valor de la sociedad. Este valor de la sociedad tiene que
pasar a ser el valor fundamental y hay que ordenar la SO-
ciedad en función del valor colectivo".
Este concepto aparece claro porque nos da la noción esen-
cial de que lo social, en todos los diversos sentidos de esta
palabra, es algo que vale, la sociedad no es una suma de
individuos, sino que es más que una suma de individuos, es
un ente colectivo diríamos así, y eso se experimenta a cada
rato, en lo más íntimo de la vida social. Se siente la preslón
de la sociedad en torno, constantemente, Hablar delante de
personas no es lo mismo que hablzr delante de unas bar+
cas vacías. Por un lado las bancas vacías harían m8s fácil la
tarea, porque no cohíben, no inhiben, no asustan. pem, por
otro lado, tampoco estimulan. La sociedad es una realidad
patente para todos nosotros.
Estos estados sicológicos de estimulo o de depresión en
grupo, se experimentan a cada instante. A veces una Per-
sona es "canchera" en un grupo dado, puede actuar con
mucha desenvoltura. se siente bien: en otro momento pu*
de que estén las mismas personas, pero basta que estén en
otro lugar para que haya un estiramiento, para que haya
otra manera de ser, otra forma de conducta; hay veces que
esa persona se atreve a romper el hielo y tiene incluso el
deseo de romperlo; otras veces diría: "que me trague la
tierra", para no estar presente. Eso sucede a cada paso.
Estos estados psicológicos dependen de una serie de cir-
cunstancias, dependen de un conjunto de razones que pesan
en un momento dado. Ello nos demuestra que lo social es
una realidad profunda, que a veces nos estimula y a veces
nos deprime. Y. por eso, lo peor que puede hacer un sistema
es convertir a los hombres en elementos que forman una
masa. lanzada o recogida de acuerdo con ciertas maniobras.
ciertos instrumentos prefabricados. Se puede hacer con un
ser humano todo. se le puede deshacer físicamente, sicoló-
gicamente, moralmente. o se le puede levantar. E1 poder so-
bre la masa. sobre la multitud, sobre la opinión pública, ez
enorme si se sabe manejar. El gran defecto que puede haber
en todo esto. es que, en vez de formar una comunidad de
hombres libres, se haga de éstos. parte de una masa amorfa
que se deja llevar. y por lo tanto. es capaz de cualquier crl-
men y de aceptar cualquier sometimiento.
El pensador colectivista o socialista reivindica el valor de lo
social, sobre todo lo reivindica, moral y políticamente, frente
a la sociedad capitalista-individualista. Establece. pues. nue-
vos derechos. Ya no son los derechos del individuo, son los
derechos de la sociedad frente a los abusos del individuo.
Esto es lo que enfatiza, esto es lo que se convierte en el
centro del nuevo pensamiento. ¿Cuál es, sin embargo. la di-
námica que tiene ese pensamiento? Otra vez lo mismo: s i se
quedara en destacar la primacía de lo social sobre lo indl-
vjdual, todo andaría muy bien. Hasta allí el marco ideológico,
nioral. filos6fico y político está perfecto. En este sentido,
nosotros, todo ser humano auténtico, debiera ser partidarlo
de esa primicia de lo social. Eso corresponde sustancialmen-
te a toda la fjlosofia cristiana. Cuando, en la filosofía cris-
tiana, en la época de Santo Tomás de Aquino para adelante,
por, ejemplo, se habla de la persona y el bien común, o sea,
cuando se usa este concepto tan clásico del bien común, lo
que se está diciendo es precisamente eso: la primacía del
interés de todos, o sea la sociedad entera, sobre los indivi-
duos que se oponen a ella. Y es en función de ese principio
que se puede castigar al delincuente o que incluso se puede
exigir. El patriotismo no pasa de ser una aplicación de prin-
cipios en que lo social prima sobre lo individual.
Pero, ¿qué sucede? Sucede que. al enfatizar la primacía de
lo social, se puede correr el riesgo inverso al que vimos en
el caso del individualismo, o sea se puede correr e l riesgo
de convertir lo social en lo único que vale y en desposeer a
lo social de los valores individuales. es decir, que se mire
la sociedad como un conjunto humano, pero que no se consl-
dere e l derecho individual dentro de esa sociedad. Que se
mire solamente el derecho de l a sociedad frente a los In-
dividuos. pero no el derecho de los individuos frente a la
sociedad. O sea. se ha trastrocado el cuadro del individua-
lismo. Se le ha negado. se ha dado vuelta, y se elige como
verdad lo contrario; se pierde el sentido de que el individuo
tiene derecho frente al poder-omnipotente y que l a socie-
dad era para que no existiese tal poder omnipotente. Ahora
se enfatiza la omnipotencia que está gobernando de arriba
para abajo la sociedad. Y los individuos pasan a ser los que
no tienen 'derechos. los que en verdad están nuevamente su-
jetos a una forma de opresión. una opresión inversa. pero
tan opresión como la anterior.
Sí lo aplicamos a los diversos niveles de la vid3 social. ve-
mos que en lo económico. esta primacía exagerada de lo
social sobre lo individual se transforma en la economía co-
lectivista, es declr, en la economía en que nadie es dueño
de nada. Así como antes la propiedad estaba fundada en el
derecho del individuo y se suponía que el individuo podía
emplear su propiedad sin importarle el interés social; ahora
se supone que el Estado representa el interés social, y la
economía está. por lo tanto. toda en manos del Estado. No
hay nunca un individuo que posea derechos económicos fren-
te a l Estado. ¿Qué es el individuo frente al Estado como
productor? No es nada más que un asalariado; es un nuevo
trabajador exactamente como en un regimen capitalista, don-
de el trabajador, el obrero, no es nada más que alguien que
recibe un salario para una empresa que n,: le pertenece,
que pertenece sólo al capitalista. Acá, en cambio, la empresa
pertenece al Estado y todos los hombres trabajan para el
Estado y reciben sus salarios. Es decir. es la misma relación
de dueño de los medios de producción y trabajador de un
régimen capitalista, pero sustituyendo a la clase patronal
por el Estado.
El régimen colectivista nos lleva. en lo económico. a lo que
llamamos precisamente colectivismo, o estatismo, o socialis-
mo estatista, es decir, un socialismo entendido como que
solamente el Estado es centro del poder económico, social.
e ideológico del país. Esto. conduce en el plano político, así
como antes nos IIev6 a la democracia falsificada. a la demo-
cracia que no es auténtica, donde las condiciones sociales
permiten que un grupo minoritario pueda manejar y controlar
el funcionamiento de las instituciones. contra la opinión
auténtica de los ciudadanos; ahora se nos plantea el manejo
de los hombres a través del estado totalitario. El Estado en
que se supone que el Estado es todo. Estar dentro del Estado
es el único valor. El que quiera levantarse contra el Gobierno
es aplastado. Es un hombre que carece de derechos, de influ-
encias, del derecho incluso de rebelión: porque la rebelión
est5 prácticamente suprimida en este mundo de dictadura
absoluta que es el Estado totalitario.
Es decir. el Estado totalitario es otra manera de presentar la
la opresión del régimen capitalista. El Estado totalitario, puede
decirse. que. en este sentido, es aún más poderoso, porque
el instrumento "Estado". en el siglo XX, puede llegar a ser
tan poderoso que simplemente destruye todo vestigio de per-
sonalidad. Es decir, en un mundo en que incluso los mejores
valores pueden estar totalmente falsificados. El valor de la
solidaridad, fclsificado, el valor de participación en las tareas
comunes, totalmente falsificado. En el fondo, la gente actúa
por miedo, el miedo es como la razón fntirna de la conducta
de una sociedad entera, pero fingEendo los valores espontá-
neos de la naturaleza humana. Se actúa como si fuese solida-
rio con los demás, se actúa como si fuere generoso y des-
prendido, pero en el fondo se está actuando sin adjudicar
un valor a ia sociedad en que se vive, sino que solamente por
un terror congénito que sacude a todos los ciudadanos de
todos los sectores, incluso entre los que están mandando y
especialmente en los que son mandados.
El Estado totalitario se vio en e¡ regimen de Hitler en Alema-
nia. se vio en las diversas formas del fascismo, se vio tam-
bién y se sigue viendo en el comunismo. El comunismo se ha
zafado un tanto del problema, todavia quedan las ramas la
estructura, en los paises comunistas. salvo casos muy -e-
ciales, pero la peor época fue l a época en que dominó Stalin,
cn la Unión Soviética. y creo. que el que no conozca esa
etzpa no tiene derecho a opinar en 1970 sobre nada. Allí se
llegó a extremos de humillación de la persona humana que
recuerdan los peores momentos de la Historia.
Y eso se hizo. y es lo importante como lección que hay que
sacar, en función de una ideología humanitaria y de una revo-
luci6n social igualitaria.
Sin embargo. esa revolución degetieró por la lógica de aquel
concepto. en que se empieza con la primacía de lo social,
pero se enfatiza esto de tal manera que lo social aparece
como desprendido de los individuos concretos de carne y
hueso que forman la sociedad. y cuancio .no se reconoce el
derecho de los individuos concretos, no se los valoriza como
tales, no se les reconoce una esencia que merece respeto.
Sucede que se implanta sobre ellos la estructura despótica
y dictatorial y se vuelve al absolutismo.
No es extra50 que a los enemigos, Stalin los llamara "perros
rabiosos" y no es extraño que a los enemigos de Fidel Castro
se les llame "gusanos", estos términos indican su sicología:
Yo puedo aplastar a un gusano y nadie me dice nada. porque
el gusano no vaie nada: al perro rabioso se le mata de un
tiro porque es perro rabioso. Estos son términos creados por
ellos rnlsmos. son sicológica y moralmente significativos.
Repito y resumo: el colectivismo es también una forma de
vida social, que partiendo de una intención que procura res-
catar un q~elorhumano, sin embargo. por su dinámica corre
el peligro de llegar. otra vez, a contradecirse y a convertirse
en otra forma de opresión.
4. El Comunitarismo

El último concepto a explicar es el comunitarisrno. La palabra


tiene un defecto desde el puiito de vista idiomátiw porque
parece que no es castellana. El concepto comunitarismo vie-
ne de comunidad y 13 palabra comunidad sí que es fácilmente
comprensible.
Tratemos de fijar qué queremos decir con esto dentro del
mismo análisis comparativo con las otras dos conclusiones.
Comunitarismo es la concepción que destaca simultáneamente
el valor de lo individual y de lo social. Dicho más concreta-
men:e y en un plano político: que destaca y armoniza los
derechos del individuo frente a la sociedad, con los derechos
de la sociedad frefite 21 individuo. Esto solamente puede
conseguirse en caso de disponer da una cierta estructura
conceptual que nos permita explicar esta relación. Si nosotros
concebimos a cada hombre, a cada ser humano. como un
individuo cuyas derechas llegan, incluso. a la destrucción de
la sociedad, no estamos considerendo a ese hombre como
ta!: porque él sería una creatura que destruye su relación
con otros hombres, porque destruye la sociedad que es el
conjunto de las relaciones entre los hombres. Nosotros no
concebirnos a la sociedad como aquella entidad que hace
imposible y que destruye la vida de los hombres, como ciu-
dadanos independientes unos de otros, como seres en suma.
También esa concepción no podria ser humana, porque está
destruyendo una realidad que es la existencia individual de
cada sujeto.
Tenemos, por tanto que concebir al hombre de otra manera;
y por eso es que aquí hay un concepto filosófico detrás de
estas cosas. Tanto en el individualismo como en el colecti-
vismo, el concepto del hombre que está ahí detrás, es el de
un ser que puede ser inhumano. porque puede actuar de tal
manera que destruya las posibilidades humanas de otros. Es
un mero individuo. es una entidad social deshumanizada. Es
decir. la savia propiamente humana se ha restado en la con-
cepción individualista y en la concepción colectivista. Es algo
extraño al hombre lo que los está definiendo. En el mero indi-
viduo. la mera materialidad y la satisfacción de necesidades pu-
ramente materiales e individuales. En el otro. es lo rnlsmo. pero
ahora convertido en una especie de monstruo que es precisa-
mente un poder social sin base moral, sin base propiamente
humana.
Entonces hay que concebir al hombre de otra manera. NOSO-
tros decimos que dentro de la tradición filosófica de origen
cristiano, el hombre es persona, no es un mero individuo.
Tampoco es un ente social puro, sino que es una persona que
vive con otras personas, que convive con otras personas. En
el lenguaje puramente cristiano eso significa ser prójimo de su
prójimo. Todo el cristianismo está, en verdad. en la noción del
prbjimo, cuando se concibe al otro hombre como a un prójimo,
es decir, como a un hermano, como algulen que está cerca y
que vale tanto como uno, se está dando a todos los seres huma-
nos un valor sagrado, un valor que inspira respeto, que inspira
amor. Amar al prójimo en el lema cristiano es exactamente co-
mo definir al hombre corno persona. Persona es lo que cada uno
de nosotros tiene de respetable en si. de superior a crialquier
contingencia física, histórica y social.
Al hombre hay que definirlo como respetable en sí, como que
pwee derechos. Esto que poses derechos no es más que una
traducción iriridice-filosófica. de esta noción fundamental, que
es entrahable en la raíz del ser humano. EI hombre no es
hombre sino que en relacián con otros hombres, en relación
de amor. de amistad, de fusión moral con otros hombres. En-
tonces. vale la concepción de que el hombre es alguien. de
que no es alguien que se le pueda aplastar, no es nunca un
insecto, ni tampoco es la figura del jefe omnipotente por
.encima de los demás hombres. No es un superhombre, no es
la imagen del dicterlor del estado totalitario, cualquiera que
sea su nombre, que se le concibe filosóficamente como su-
perior, como omnisciente, como todopoderoso.
Si se estudian los excesos de megalomanía, los regímenes
de tipo totalitario llegan a las cosas mas fabulosamente igno-
miniosas y grotescas que se pueden imaginar, y posiblemente
nadie lo imagina, si no se ha metido nunca en esos problemas
bastante a fondo. Son cosas que los seres humanos prefieren
olvidar fácilmente para que*no vuelvan.
El hecho es, que si nosotros concebimos al hombre corno per-
sona. conviviendo con otras personas, quiere decir que la
sociedad de que forma parte es también una sociedad de
personas. en la que cada uno vale; cada uno tiene derechos, y
por tanto, la sociedad encarna una especie de relación huma-
na de todos con todos. Eso. reivindica simultáneamente lo que
el individualismo quería señalar, que cada hombre es alguien
que tiene derechos y que es respetado. También reivindica lo
que el colectivismo quiere significar. Es decir. que la sociedad
en sC es también respetada y procura vincular estas dos
cosas. Se vincrilan en el concepto comunidad.
La comunidad es la relación. es estar en común, ser con otro,
estar con otro con una relación aiectiva, moral, profunda. hu-
mana. Se habla, por ejempEo en el lenguaje universitario, de
la comunidad universitaria. reproduciendo con eso e l concepto
básico que dio lugar a la "Universidad" en el siglo Xlll, "Uni-
versitas" era en latín la palabra coi1 ia cual se designaba la
sociedad, la presencia del conjunto de personas dedicada a
la enseñanza; profesores. ~Iumnos,etc. Formaban una totali-
dad, "snIversitas"; estaban para eso, para la tarea de aprender
y de enseñar, formaban entonces un grupo, una comunidad.
Por lo tanto. esta reproducción del término comunidad univer-
sitaria en la forma actual, pretende decir que la Universidad
es un mundo en que todos los que están allí. trabajan para
algo, que es ese quehacer rrniversitario, algo que los une,
algo que los relaciona, les da una solidaridad, una organízación,
una afectividad, una forma de comportamiento. una forma de
ser uno en otro.
Cuando se hablaba en el lenguaje de nuestro gobierno, del
trabajo comunitario, del equipamiento comunitario; cuando in-
cluso en lenguaje religioso se habla de la misa comunitaria,
esa tiene el sentido de que se hacen las cosas en común,
se mira el bien común, el interés de todos, se trabzia para
todos; uno trabaja para los demás, los demás trabajan para
uno. El sentido, por lo tanto. de una cosa viva, no es una cosa
meramente jurídica, exterior, burocrática, sino que es la co-
munidad. El término "comonidad", "comunitario", implica algo
efectivo. profundo, concreto. Es la relacián con otro, explicada
directamente; es una relación de wwirencia, relacián de con-
vivencia que exige todos los valores éticos del hombre en
función de s r r auténticamente hombre, o sea, de amar al pró-
jimo, de solidzrizar con el otro, de respetar los dereclios de
los demás. de ejercitar derechos en friincidn de un contexto
jurídico-social que ES, en definitiva, la verdadera demccracia.
La democracia entendida como en la frase famosa "el gobiei.
no del pueblo, para el pueblo y por el pueblo" es otra forma de
explicar las mismas cosas; es decir, que se constituye una es-
pecie de relación social en que cada uno en vez de sentirse
disminuido frente a los demás. se siente engrandecido por
ese contacto social.
La sociedad, ahora, en ese sentido, no es la sociedad masifi-
cada de un tirano que maniobra sobre la masa. No es tampoco
una sociedad de individuos que no tienen relación entre sí y
se comportan como lobos. El hombre como "lobo del hombre"
es una frase famosa. para explicar la sociedad de egoísmo.
de lucha, la sociedad de desigualdad, de opresión. Se trata,
precisamente, de hacer el esfuerzo para que eso no sea así.
sino que la sociedad sea realmente una comunidad. no sea
un mero estar aqui. sino que sea una comunidad, un estar
para algo, un sentirse dentro de un m a r a común en que la
igualdad, la libertad, los valores, se viven en el respeto dl-
recto, concreto, claro. de hombre a hombre. ser a ser. Habi-
tualmente tiiilizamos y, creo que es una buena orientación,
dos fórmulas de pensadores famosos para explicar lo que
seria el sentido, la significación ética. política y social de una
sociedad comunitaria.
Una expresión es de Jacques Maritain. que habla de lo que
!a sociedad debiera ser; "una comunidad de hombres libres".
La frase es muy buena, porque de inmediato coteja con las
otras dos posiciones al señalar que es una comunidad: esta
comunidad reúne a hombres. y estos hombres son. dentro de
esta comunidad, libres. No había necesidad de decir quizás
esto ÚItimo, porque la palabra comunidad es una relación
exactamente humana, en que a mí se me da todo como ser
humano. yo necesito y yo doy también a los demás lo que
ellos como seres humanos necesitan; quiere decir que todos
somos libres. Pero eso se dice en esa fórmula de Maritain.
como para explicitar mejor. Comunidad en que la libertad es
vivida realmente. o sea, la'comunidad, el pertenecer a algo.
el pertenecer a este grupo, a este país; a esta sociedad. a
esta liumanidad, no es algo que me comprirne. que me limita.
porque habitualmente se piensa que al pertenecer a una socie-
dad o a un grupo. uno está limitado. Hay normas, hay estatu-
tos, hay constituciones, hay disciplina, hay montones de cosas.
entoxes uno parece limitado. Pero, si la relación es auténtica,
no es de limitación, sino que es de fusión espiritual, es de
identificación moral. Entonces. uno no está limitado, está
limitado cuando la relación no es perfecta.
Si la relación es perfecta, entonces uno no está limitado, sino
que esta realizado, engrandecido en todo sentido.
En consecuencia, lo que la fórmula dice es exactamente el
sentido profundo de la idea: comunidad en que se vive la li-
bertad, y, por lo tanto. cada hombre es hombre, porque es
libre; es decir, porque se realiza él integralmente. Además.
porque esta forma de libertad que él tiene es la de vivir
con los demás, para los demás, en los demás. Es decir, una
comunidad de hombres libres no es la sociedad individuzlista.
porque la sociedad individualista no es comunidad, la sociedad
individualista es la ausencia de comunidad: es aquella socle-
dad en que cada uno se persigue a sí mismo, no persigue un
fin social. no persigue un fin humano que los abraza a todos.
sino que persigue su fin y, por perseguir su fin, pasa a ser
un animal puro y simple. Por lo menos, podemos suponer. no
es siempre en la realidad, que el instinto animal va dirigido,
como no es un instinto social, hacia la necesidad egofsta del
animal.
La sociedad totalitaria. tampoco es una comunidad de hombres
libres. Allí hay un intento de comunidad porque ése es el
sentido al decir: "lo colectivo es lo que vale". Reivindica la
comunidad, pero falta la libertad. No es una sociedad libre,
sino que es 12 sociedad en que precisamente se ha degradado
la comunidad para convertirse en una sociedad dictatorial, en
una sociedad en que unos pocos, otra vez, son los que po-
seen el poder a través del mecanismo llamado Estado.
Es decir. la fórmula de comunidad de hombres libres, nos
orienta hacia una imagen de vida social que no es la sociedad
individualista, que no es la sociedad totalitaria, y por lo tanto
nos abre la puerta para llegar a esa meta. ¿Cuál meta?
La otra fórmula fue expuesta por un sociólogo italiano del siglo
XIX, Toniolo. El empleó la expresión de que la sociedad debe
ser "una comunidad de comunidades", es decir, una asocia-
ción de grupos comunitarios. Los grupos comunitarios cons-
t i t ~ y e nuna sociedad entera. un país por ejemplo, o la huma-
nidad entera, el mundo, las naciones. Las Naciones Unidas
es un intento de sociedad comunitaria: es decir, son grupos
cornunitzrios ligados entre sí. que forman, por tanto, una
comunidad. Se puede decir: "la comunidad de las naciones".
La comunidad de las naciones está constituida por grupos,
entes, digamos, que podemos llamar grupos porque son gru-
pos humanos organizados a escala mundial.
Se intenta hacer una comunidad de comunidades. En cualquier
grupo social pasa lo mismo4 y un grupo social es más humano,
más realizado, más enriquecido, en la medida misma en que
se compone de más grupos, en que es más complejo, más
rico en grupos que lo componen. y que están organizados
formando una trama El organismo biológico, el cuerpo huma-
no. por ejemplo. es típicümente una comunidad de comunida-
des, funcionan los órganos como comunidades que se engra-
nan y constituyen una entidad total.
Todo lo que se hace en este mundo tiene sentido comunitario.
y cuando no se hace con sentido comunitario, resulta que se
hace mal. Puede ser que a veces se tenga éxito, pero ese
éxito trae luego un fracaso. Si se trabaja en el deporte, es
característico que todos los deportistas; .entrenadores, direc-
tores, deportistas que conducen a otros, dicen que lo esencial
es el trabajo de equipo. En un deporte como el fútbol. lo
esencial es el trabajo de equipo, o sea lo comunitario. En
una reunión como ésta lo esencial es el trabajo comunitario.
Por desgracia, sucede. que a veces uno solo tiene que hacerlo
todo. Pero cuando uno solo lo hace todo y lo hace para
el bien de los demás, el mérito es de él: ese mérito de la
persona que se sacrifica por los demás aunque no encuentre
a veces la reacción, el respaldo suficiente. ése pasa a ser
gran valor social. El hombre que muere por otro. ¿Cuál es
el valor del Che Guevara? Que murió por otros, de tal manera
que eso vale siempre. Significa que hay que formar detrás
de cada uno, el grcpc comunitario que actúa unido fuertemente
por una voluntad, un interés, una amistad. Uno se da cuenta
de inmediato, cuando un grupo es un grupo comunitario, o
cuándo se convierte en un grupo absorbido por el individua-
lismo o por el totalitarismo; es decir, cuando uno entra en
una sala y hay esa cosa que se llama el "hielo", un ambiente
frio. ahí no hay comunidad, no hay fraternidad, no hay calor
humano. Cuzndo uno se siente de inmediato bien. es que
está en contacto fraterno. en un contzcto humano, o sea,
es lo comunitario.
De tal manera, que cuando hablamos así, queremos responder
a ciertos hechos históricos, a ciertos hechos sicológicos.
a ciertos hechos políticos, y a ciertos hechos morales: y de
ahí nos saltamos a una concepción política. Hacemos algo
históricamente ipor qué? Porque reaccionamos al plantear la
existencia de un partido comunitario. contra la sociedad tota-
litaria y contra la sociedad individualista. Reaccionamos ante
el hecho de que la historia ha sido una sucesión de luchas
en que predominaron a veces los individualistas y otras veces
los totalitarios. Los comunitarios se metían y estaban presen-
tes de algún modo y algo podían conseguir; pero, en el fondo.
hay como una primacía del dominio de los individualistas o
de los colectivistas.
En el siglo XX. nos encontramos ante estas experiencias.
vemos los estragos del régimen capitalista todavía m el mun-
do; vemos los estragos del régimen colectivista totalitario en
el mundo; lo vemos. y porque apreciamos eso políticamente,
es que nuestro partido es otra cosa. Y por eso es erróneo.
a nuestro juicio, definir a nuestro partida como uno que per-
tenece al casillero de los partidos establecidos. Nuestro par-
tido no cs de "derecha", porque es el mundo del individua-
lismo. No es un partido de la llamada "izquierda" tradicional.
porque esa "izquierda" es el casillero de los partidos colec-
tivistas. que tienden al colectivismo y que con frecuencia
caen en el totalitarismo. Es otra cosa. Por eso esta concep
ción y este movimiento no son lo mismo que lo que existe
y no se apegan a lo que existe, dando por sentado que eso
está bien; sino que somos. en cierto modo, los negadores
de lo que existe y somos los transformadores de la sociedad.
Se podría decir, los revolucionarios auténticos. en el sentido
de que rechazamos el predominio de los valores totalitarios
y el predominio de los valores individualistas. para sustituirlos
por los valores de la personalidad y de la comunidad.
Ahora, esto, llevado a diversos planos, en lo económico, su-
porte una estructura económica ni individualista, ni colectivista:
supone una estructura económica comunitaria. supone por lo
tanto, formas de propiedad distintas, comunitarias, organización
de la producción, de la economía nacional comunitaria, supone
en lo político una democracia social, no una democracia in-
dividualista falseada ni una democracia más falseada aún que
es un Estado totalitario; supone que la democracia se amplía
en sus derechos, no se restringe; se amplia. Supone que en
el orden social desaparece el antagonismo social. desaparecen
18s clases sociales como enemigas unas de otras. Se hace
una sociedad que es una comunidad, o sea, que es algo orgá-
nico, que descensa en lo solidario. En última instancia. es una
forma de vida moral, porque es la forma de vida que se traduce
en la amistad cívica, en la relación concreta, en e l amor, como
valor predominante de una sociedad. Es una estructura eco-
nómico-social y es una estructura política.
Toniolo dice "comunidad de comunidades", o sea, esta eseuc-
tura social es una trama de organizaciones. es algo que está
regido por una norma común en que la sociedad trabaja como
trabaja el cuerpo humano, trabaja para fines colectivos a tra-
vés de diversas organizaciones de tipo comunitario, en que
siempre la prirnacia del bien de todos sobre lo individual está
garantizada y en que cada uno labora, convive, trabaja, con
un sentido de desinterés. No puede ser ya, por ejemplo, una
sociedad en que predomina el interés del lucro, de la riqueza
individual, esto como único incentivo. Tiene que ser un incen-
tivo de tipo social-moral. en que se trabaja para los hambres,
se trabaja para la amistad humana, se trabaja en función de
un auto-sacrificio en besieficio de todos, a sabienda que esos
miles y cientos de miles de auto-sacrificios significan bien
para todos. Es en suma lo que está en la palabra compañeris-
mo. Podríamos definir la sociedad comunitaria como una SO-
ciedad de comvañeros. Así lo hace Maritain, por ejemplo. El
problema, por supuesto, es vivir, es organizar eso, que no se
-
dearade en colectivismo o en individualismo. Para eso se ne-
cesita un instrumento política, un partido; en este caso, tiene
que ser también un partido de compañeros, un partido en que
realmente se vive la amistad.
El partido que no vive la amistad, primero dentro de sí, no
hará nunca una sociedad comunitaria; hará una sociedad de-
gradada en colectivismo o en individualismo, inevitablemente.
cualquiera que sea el aporte material que se hace a la sociedad.
Las sociedades colectivistas son características. Han aporta-
do en lo me:eriai y en muchos otros aspectos; pero fallaron
en lo c~rnuni:ario. Falsificaron lo comunitario. Son capaces
de volverse unos contra otros peor que en cualquier otro mo-
mento de ?a historia. EI régimen capita!ista prometió libertad.
igualded, fraterniaad. No realizó estas cosas, realizó la socie-
dad del riinero. Los otros tampoco cumplieron: realizaron sola-
mente el Estado totalitario. En suma, es un desafío; el desafío
de vivir la amistad en un nivel social, vivir el compañerismo
en xn irivel social. En el entendido de que nunca la amistad
o el amor disminuye a [a gente. Si yo soy amigo de alguien
no soy ni inferior ni superior a él. soy exactamente igual; eso
es la amistad. El amor es igual. De hl manera, que lo social
no disminuye, lo social engrandece. lo social realiza al ser
humano. Alguien sin amistad por otro. sin amor por otro no
es nadie. Ese es el defecto de muchos y a veces en política
influye cuando se califica a ciertas personas. Se trata de cier-
tas cosas que la gente ve, que hace que se sea un hombre
que no cae simpático. porque aparece como despojado de
relación humana. despojado de amor. despojado de amistad.
Esos son errores que, justamente, alguna vez se pagan polí-
ticamente.
Ahora bien, nosotros debemos hacer el esfuerzo de entender
que esto, no es algo qrie nosotros realizamos perfectamente.
No es verdad. Esto es un proceso, es un esfuerzo, es una
voluntad tensa hacia adelante a través de todas las condiciones
de tip3 indlvidualista y de tipo colectivista que permanente-
mente están apareciendo. La naturaleza humana no es perfec-
ta, es imperfecta y lo imperfecto en po!itica significa caer en
el individualismo. o caer en el cclectivisrno. en diversas formas
de opresión y en diversas formas de prepotencias. Eso es lo
que uno tiens que cultivar. El partido es el momento en que
uno se prepara para eso. De tal manera que la vida dentro
del partido pasa a ser absolutamente fundamental para juzgar
nuestra tarea fuera. Y por eso mismo. al hablar estas cosas,
estamos tocando al mismo tiempo. todos los temas.
Quizás hemos puesto demasiado el acento en la fibra de lo
moral. Pudiera ser que un economista o un soci81ogo dijera
que prácticamente no se ha dicho nada en materia de estruc-
turas concretas. Hemos querido intencionalmente que así sea.
porque aquí estamos en el plano de la filosofía social en que
el factor moral va íntimamente unido con el factor político y
con el factor social.
Terminamos diciendo que esta sociedad comunitaria, o este
comunitarismo, importa por sí mismo l a realización integral
del ser humano, la relación social más adecuada, la existencia
social. bajo la forma de una comunidad de hombres libres y
bajo la forma de una comunidad orgánica, rica, múltiple, com-
pleja, que trabaja para fines humanos por encima de los fines
individuales y biológícos; y por fin, esta concepcíón es una
especie de ruta. es un camino, no es una meta alcanzada. no
es una perfección vivida. Es una conquista y hay que conquis.
hrla luchando, teniendo presente la meta, la finalidad, que
seguramente se extenderá e n el curso del tiempo, pero que
en fin, podemos visualizarla como una meta, y al mismo t i e m
po, usando métodos que estén de acuerdo con e s a meta, por-
que, y esto daría para mucho, usar métodos que no sean
fraternos, que no sean basados en derechos, que no sean
democráticos, que no estén vinculados a la meta, se trata
del sentido humanista que vamos persiguiendo, e s o e s lo mis-
mo que no llegar jamás. Ei maquiavelismo, dice Maritain, nunca
vence. Maquiavelismo e s usar. precisamente, métodos que
degradan el fin. Métodos malos para conseguir fines buenos.
Esa e s la tentación de todos los políticos y todos nosotros
caemos, por supuesto. Pero esa tentación hay que tratar d e
superarla en la política exterior y en la política interna. El
maquiavelismo degrada lo que perseguimos.
Solamente un concepto en que nuestros métodos sean igual-
mente valederos e n lo poiítico, en lo social y en lo moral.
como los fines que perseguimgs, e s el camino auténtico. Cuan-
do nosotros perseguimos la democracia con métodos antide-
mocráticos. no hacemos democracia. Cuando prrseguimos la
justicia con métodos injustos, no hacemos la justicia. Cuando
perseguimos la libertad con métodos contrarios a la libertad,
no hacemos la libertad. De tal manera que por esto e s que
nuestra doctrina e s muy exigente y por esto e s que cuando
fallamos. fallamos más estrepitosamente que cualquiera, por-
que s e nos pide más, porque estamos presentándonos como
representantes d e una exigencia máxima y la falla ante la
exigencia máxima que uno mismo ha propuesto como ejemplo,
es mucho más grande que aquel que ha puesto una exigencia
mínima y por lo tanto no s e le exige nada. Así pues, el mili-
tante, el simpatizante, el amigo del partido, cie la D. C., tiene
que s e r alguien que ejemplariza por s u conducta en todo sen-
tido. Y el partido debe ejemplarizar también en todo lo que
hace en la política chilena.
EN TORNO
AL SOCIALISMO
1. La def inicion
del Sociaiisxio
La promesa encarnada en el Gobierno de Allende es la im-
plantación del socialismo.
Hay. sin embargo, cierta sutileza en la forma de presentar el
asunto. Las esferas oficiales mantenían al comienzo la imagen
de la campaña: no hablaban de socialismo y preferían la
expresión de "Gobierno Popular", a fin de evitar riesgos de
índole ideológica. Por otra parte, las colectividades politicas
de Gobierno hablan más abiertamente sobre la realización
del socialismo, como su finalidad concreta.
A este objetivo se oponen dos clases d e actitudes: primero.
la de quienes carecen de interés en la sustitución del régi-
men social de tipo cepitalista; segundo, la de quienes desean
el cambio de sistema, pero al hacerlo quisieran desde ahora
precaver la posibilidad de que la sustitución sea en beneficio
de un socialismo colectivista, o sea, una estatización absoluta
de la sociedad. Ello es entendido como una etapa inevitable
hacia el Estado totzlitario.
LOS primeros podrían ser denominados derechistas. Los se-
gundos corresponden a las ideas de la Democracia Cristiana
y del socialismo democrático.
ES perfectamente explicable que los defensores del actual
Gobierno chileno traten de vincular a unos y a otros como
adversarios del socialismo en sí. Pero, sin duda, la pretensión
no es justa. No lo es ni en la teoría, ni en la práctica.
En efecto, la definición del socialismo es oscura hoy en día.
Desde el plinto de vista de la doctrina. el problema de una
contraposición entre un socialismo estatista y un socialismo
verdadero es real. Hay una vasta discusión dentro del pensa-
miento socialista tradicional sobre el significado de Ii doc-
trina. Desde los anarquistas, pasando por las diferentes ten-
dencias dentro del marxismo y sus interpretaciones posterio-
res a la revolución rusa, hasta los teóricos de un socialismo
democrático, la controversia es muy amplia.
Por otra parte, en el plano político el debate también es pro-
fundo. El socialismo colectivista, cuyo modelo es el comu-
nismo de la época d e Stalin. y que descansa en un Gobierno
dictatorial. una economía estatizada y un régimen d e salarios
cenidos a los intereses del sistema y no a los principios SO-
cialistas, ha empezado a ser puesto en oposición a las ten-
dencias descentralizadoras y comunitarias (autogestión), y al
proyreso de las libertades públicas. Los países socialistas
están, salvo excepciones, empleados en un proceso inverso.
Sin abandonar lo que de un modo generalísimo y por tradición
llaman socialismo, crean condiciones que van provocando más
y más diferencias. A veces, el abismo e s tan grave que los
regímenes s e niegan el uno al otro su condición de socialistas.
Y, en otras, s e hace necesaria la intervención d e fuerzas ar-
madas extranjeras para evitar el paso a formas d e Gobierno
estimadas como adversas a la idea común.
Al plantear estas cosas, nos coiocamos en el terreno d e los
hechos históricos. La tendencia a no razonar sobre esto o a
descalificar a quienes suscitan la discusión e s un dogmatis-
mo de la peor especie.
Parecería más 16gico aceptar los términos del debate. Cree-
mos sinseramente que Chile puede caminar por la senda d e
los cambios con más lucidez y mayor unidad si una contro-
versia legítima y seria pudiera servir para precaver los riesgos
del totalitarismo. Al fin y al cabo, ellos existen. Nuestra
generación los conoce más o menos de cerca. Y no estaría
demás tampoco que los jóvenes d e hoy tomaran conciencia
del hecho. S e trata de no caer en eso. ¿Por qué los chilenos
no hemos de ap~ovecharla experiencia ajena y ponernos d e
acuerdo para lograr que el proceso d e cambios s e verifique
sin necesidad de sufrir las terribles consecuencias del siste-
ma totalitario? Para ello, e s indispensable terminar con la
rnitoiogía del "socialismo" en abstracto, y dejar de sustituir
el raciocinio por el calificativo preelaborado.
2. Socialismo y

Les regímenes que hoy en día se autodenominan socialistas


se caracterizan por haber implantado una economia colecti-
vizada.
En ella, el Estado dispone de todo el poder económico. El
modelo, a este respecto, lo suministra la Unión Soviética.
Ahí el 91% de los fondos de producción pertenecen al Es-
tado. El resto, hasta alcanzar casi el 100%, corresponde al
sistema cooperativo, el cual, a su vez, cae dentro del campo
de influencia de aquél.
A este sistema se le llama socialismo. El nombre no es muy
legítimo. En verdad, ninguno de los teóricos clásicos lo de-
nomharori de ese modo.
Marx y Engels aceptaron la necesidad de una transición en
que el Estado conservaríe su papel, en manos de la clase
obrera triunfante. Llamaron a esa etapa "dictadura del pro-
letariado". .Nunca la designaron como socialismo. Los bol-
chevique~,en sus comienzos, tampoco lo hicieron. Sólo más
tarde surgió la diferencia entre socialismo y comunismo.
ambas como fases sucesivas del proceso revolucionario.
Es un hecho sin embargo -cualquiera que sea el nombre
usado- que se admite un período en que el Estado seguirá
existiendo y se le encargará la tarea de mantener dominados
los residuos de las antiguas clases sociales.
Resulta así que se denomina hoy socialista a una estructura
en que la propiedad del Estado es la forma más alta de pro-
piedad y en que la forma estatal de producción es la forma
más alta de producción.
Desde el ángulo político y técnico, esto no se presenta como
el fruto de una competencia democrática, sino como una
finalidad del Estado, conseguido mediante la dictadura s i es
necesario.
Las razones que abonan tal orientación son varias. El "so-
cialismo", antes descrito, debe crear las condiciones para
el paso al comunismo. Esto significa lograr la propiedad única
de todo el pueblo, terminar con la diferencia entre el campo
y la ciudad. forjar la base material de la economía. Para ello.
se estima indispensable fortalecer la función de la propiedad
estatal.
El socialismo, así entendido. remunera a los trabajadores
según su capacidad y no según sus necesidades. Mantiene.
asimismo. un régimen político autoritario. porque supone que
aún no han sido eliminadas por completo las resistencias de
10s sectores burgueses.
Tenemos aquí, pues, una definición del socialismo bastante
distinta de las aspiraciones teóricas generales o aún de los
sueños de muchos jóvenes o adultos. Se trata de un proceso
his:órico concreto. El capitalismo individualista ha desapare-
cido. No existen las antiguas clases dominantes. Las relacio-
nes de trabajo se establecen entre el Estado y los asalariados.
El empresario tradicional no juega ningún papel. No se espera
de su empuje el éxito econón?ico. Todo ha de provenir de la
oi ganización estatal.
De este modo, cuando se habla entre nosotros de implantar
el socialismo conviene saber a qué nos estamos refiriendo.
Puede ser usado el término como \designando una sociedad
sin opresión, fundada en la fraternidad y en la propiedad
social de todo el pueblo. Puede ser también la etapa de tran-
sición [la dictadura del proletariado) que los discípu!os de
hlarx llaman hoy indebidamente socialismo. Para entenderse
sería preciso aclarar este punto.
El análisis teórico y práctico de la realidad de nuestro tiempo
conduce a una crítica muy profunda del socialismo entendido
como colectivismo o estatismo económico. Tampoco se pue-
de tratar la materia como si aquella no existiese. Convendrá
también estudiarla con más detención.
3. Autocrítica del
Colectivismo
El colectivismo, corno sistema "socialista" de liberación, que
spstituye al capitalismo y zbre una nueva era en la historla
de la Humanidad, está siendo objeto de una dura critica In-
terna.
Ella es teórica y práctica. Por una parte, comienza a reinter-
pretar el significado de la doctrina marxista. usada hasta
hace poco como una mera expresión alienada de un Estado
totalitario. Por la otra, enjuicia las bases sociales surgidas
de la sustitución de la sociedad capitalista por la sociedad
colectivista.
En el fondo, el hecho clave de la controversia es, aunque no
siempre se diga así. la existencia del Estado totalitario. La
crítlca en ese sentido, es antigua. Las objeciones de Rosa
Luxemburgo a Lenin y Trotsky; las de éste a Stalln, y las
de Djillas a todo el sistema comunista, descansan en la tesis
de que la sociedad soviética ha usado la teoría socialista
para construir un nuevo e inmenso poder opresivo.
El hecho fue ratificado por el propio stalinlsmo cuando, en
1956, Klt:uschev denunció las inhumanidades de la era i n m e
diata anterior. Pero el proceso de crítica había sido Iniciado
desde antes por los yugaslavos.
La obra de los seguidores de Tito es enorme desde el punto
de vista doctrinario y político. Sus posiciones han logrado
triunfar. El comunismo sovi6tico dejó de atacarlo, porque el
dogmatismo de sus réplicas iniciales no son ya aceptadas
por nadie. Confróntese a este respecto el tomo publicado
en Chile bajo el título de "La Cuestión Yugoslava", autores
varios, Austral, Santiago. 1959. Una resolución oficial del P. C.
chileno, transcrita allí, sefiala que el revisionismo yugoslavo
"no se explica sino por la influencia sobre los comunistas
yugoslavos de los restos de la burguesía que hay en ese
país y. sobre todo. de la burguesía imperialista, en especlal
de la norteamericana, con la cual el Gobierno de Tito mnntlene
relaciones que no corresponden a las de un verdadero regimen
socialista" (p. 116-117).
Sería imposll;le reproducir aquí los textos innumerables en
que los teóricos y políticos yugoslavos han destruido prfic-
ticamente la iesls del estatismo económico y de la dictadura
política dentro del Estado comunista tradicional.

iomaremos s5!o los siguientes:

El Programa de la Liga de los Comunistas Yugoslavos, des-


pués de aceptar el papel del Estado, sobre todo en los países
en subdesarrollo, dice:
"Al ejercer cu función económica, el Estado tiene tendencia
a privar a la economía d e su fuerza motriz interna, de modo
a establecerse y presentarse el mismo como una necesidad
socid. Cuando estas tendencias ganan fuerza, el Estado puede
transformarse en factor de estancamiento y retardo al desa-
rrollo social y obstaculizar la acción de s u s mecanismos
sociales llamados a organizar el desarrollo del socialismo.
Nuestra experiencia y la de los demás países socialistas
muestra que la gestión exclusiva de la economía y de todos
los asuntos sociales por intermedio del aparato estatal lleva
a una estagnación creciente de la gestión, a la confusión
czda vez más estrecha d-l aparato del Estado y del Partido,
a su robustecimiento y, por último, a su tendencia a separarse
de la sociedad y a imponerse como fuerza sobre ella". (El
Camino Yugoslavo, Prensa Latinoamericana. 1958, pág. 471.
El recuitado de tales análisis e s demoledor para el viejo
edificio de la economía colectivizada. Si uno advierte que la
evolución posterior del mundo socialista marcha por el mismo
sendero, puede deducir la ausencia de realismo de los diri-
gentes que s e opusieron a los cambios.
Hoy en día, s e dan, de hecho, tres modelos de socialismo
marxista: el chino, el soviético y el yugoslavo. El primero
permanece dentro del más cerril dogmatismo ideológico en
cuanto a los problemas de la relación entre el Estado y la
sociedad. El segundo s e niega a aceptar los progresos cuan-
do ocurren en países ajenos (Yugoslavia, Hungría, Checoslo-
vaquia), pero internamente sufre la influencia de las mismas
ideas. El tercero, por fin rompe con la tesis del colectivismo
y concibe la teoría socialista de manera muy diferente.
En esencia, la posición yugoslava s e basa en descentralizar
la economía, devo!ver el poder económíco y social a la co-
munldad misma y avanzar progresivamente hacia formas de
libertad intelectual y política.
Es evidente que la actitud expresada en la autogestión obrera,
por ejemplo, (o sea, la organización de las empresas sobre
la base de una comunidad de trabajadores, de una planifica-
ci6n democrática y de una responsable libertad del mercado)
nada tlene que ver con el colectivismo.
El problema pasa a ser un asunto de discrepancia te6rlca
fundamental.
Esto confirma nuestra posición en orden a que es absurdo
plantear en Chile la meta del socialismo sin preguntarse an-
tes cuál de las diversas vfas va a ser escogida.
4. Socialismo y

Si entendemos el socialismo de acuerdo con el esquema


colectivista a que nos hemos referido con anterioridad, de-
beríamos concluir que no tiene nada que ver con la tesls
de una sociedad comunitaria, profesada por el Partido Demó-
crata Cristiano chileno.
En cambio, si lo interpretamos conforme a las exigencias del
pensamiento desarrollado en Yugoslavia y Checoslovaquia prin-
cipalmente, cabría decir que hay analogías muy importantes.
De hecho. la desestatización. la confianza en la organización
de base y la comunidad de los trabajadores como pieza clave
de la economra nacional, importan el desapareclmlento del
Estado burocrático, centralizado y dsctatorial. Se abre paso,
de esta manera. la idea de la sociedad auténticamente demo-
crática, en la cual la comunidad de hombres libres resuelve
sus problemas sin coacción de ninguna especie.
Es exactamente lo mismo a que aluden los pensadores crls-
tianos que han permitido desarrollar la tesis comunitaria.
Por la misma razón, algunos militantes de la Democracia Crls-
tiana creen posible formular la expresión "socialismo comu-
nitario" para describir en forma edecuada su propia doctrina.
A l respecto. hemos pensado sienpre que no hay en ello un
error, ya que se aspira a destacar, por un lado, e l aspecto
soclal. antiindividualista y, por otro, l a nota demociátiea, orc
gánica, antiestatista de la posición.
Solamente tenemos que oponer a dicha fórmula la circuns-
tancia do que el término "comunitarísrno" vale por sí: es
más fuerte, más vivo. mbs concreto que el de "socialismo".
Rechóza tanto el individualismo como el colectivismo y no se
vincula a la tradicibn de l a dictadura colectivista de nuestro
tiempo.
Abrigarnos el convencimiento de que la revolución consiste
cn sustituir la sociedad cegitalista o la sociedad colectivista
por o?ra que merezca el nombre de comunidad de hombres
libres.
Sabemos perfectamente que lo dicho más arriba tiene una
contestación inmediata y única d e parte d e los defensores
del colectivismo. S e podría decir que oponemos una concep
ción reaccionaria, de pura cepa capitalista y destinada a im-
pedir el advenimiento del socialismo. [Conf. por ejemplo,
el artículo del Sr. Bernardo Riera, La Nación. 23 de enero,
intitulado "Las inquietudes de Castor" allí s e dice que el
comunitarismo no ha podido explicar s u s diferencias con el
sistema capitalista].
La argumentación tiene poco valor. Ella es ritual en estos
casos. Fue usada por el bloque d e teóricos soviéticos -si-
guiendo actitudes oficiales- durante la época d e la lucha
contra las tesis yugoslavas, y repetidas fielmente por los
Partidos Comunistas. (Conf. el tomo "La Cuestión Yugoslava",
Austral. 1959, Santiago, y el folleto. entre muchos, de tres
autores, hoy desplazados, B. Ponomoriov, F. Konstantinov y G.
Andripoy: "¿Puede existir una tercera posición entre el So-
cialismo y el Capitalismo?, ediciones, Revista Estudios, 1960.
Confróntese tambien todo el debate sobre las reformas che-
coslovacas, polacas, etc.).
Con mayor razón. pues, el argumento s e dará contra una
tesls que, como la nuestra, no necesita apoyarse en la teoría
marxista. Ante tales críticas, dan deseos de recordar el con-
sejo que, al morir, les daba Palmiro Togliatti, después de
una vida entera dedicada al dogmatismo: "Es necesario volver
a aprender una vía democrática normal ... valver a aprender
la plena independencia del julclo y del carácter ..." ¡Hace
mucha falta!
Y, por e s o mismo creemos tener razón cuando afirmamos
que el camino hacia el colecti\rismo s e separa de la vía ver-
daderamente revolucionarla, verdaderamente humanista.
Y con el mismo raciocinio afirmamos que el anuncio d e un
socialismo amblgiio, e n el cual. premeditadamente. s e evita
analizar la posibilidad d e caer en una sociedad colectivista y
autoritaria, en que no s e desea atacar la lección d e las expe-
riencias contemporáneas, e s un error o un autoengafio In-
menso. Es el caso de nuestro pafs. Aqui. como hemos visto,
los partidos de Gobierno nos hablan d e un socialismo ideal.
que debe unir al pueblo entero y con el cual e s preciso
colaborar; pero, al mismo tiempo rechazan el debate sobre
la forma precisa que tomará la realización de dicho socialismo.
S e ataca a quienes plantean la duda sobre el significado de
su experiencia, y los mismos hombres de Gobierno s e satls.
facen con un planteamiento de buenas intenciones y con se-
guridades verbales.
El problema es más hando que eso. Se trata de saber si
las medidas que se adoptan marchan hacia la estatlzacidn
económica del país. En caso de que los gobernantes piensen
como inevitable la etapa de transición en que el Estado absor-
be toda forma de actividad económica, el resultado final ser6
un Estado totalitario en Chile.
Nuestra posición, por el contrario, es: i r hacia los cambios
sociales de tal manera que el pafs aproveche la experiencia
comunitaria, de autogestión. de socialismo democrdtico, como
quiera decirse, que fluye de la realidad actual.
INDIVIDUALISMO. COLECTIVISMO.
COMUNITARISMO
1 . Algunas nociones generales: filosofie. sociologla
politica . . . . . . . . . . . . . . . . . 5

3 . Colectivismo. . . . . . . . . . . . . . . 11

4 . El Cornunitarismo . . . . . . . . . . . . . . f6

EN TORNO AL SOCIALISMO

1 . La definición del Socialismo . . . . . . . . . 29

2 Socialismo y Colectivismo . . . . . . . . . . . 31

3 . Autocrítica del Colectivismo . . . . . . . . . . 33

4 . Socialismo y Comunitarlsmo . . . . . . . . . . 36

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