Sunteți pe pagina 1din 5

«Molesta a algunos que yo sea editor y luego escriba»: Eduardo Rabasa about:reader?url=https://crash.mx/2017/06/20/molesta-a-algunos-que-...

crash.mx

«Molesta a algunos que yo sea editor y luego


escriba»: Eduardo Rabasa

Por Diego Espíritu

Foto: Miguel Ángel Morales

Eduardo Rabasa (Ciudad de México, 1976), autor de La suma de los ceros (SUR+/ Pepitas
de Calabaza) y editor de Sexto Piso, acaba de publicar su segunda novela, Cinta negra. Se
trata de una parodia satírica, o bien, sátira paródica (según se le vea desde la silla afelpada
de su oficina), un fisgoneo irónico por los cubículos de unos gutierritos arquetípicos de la
voracidad empresarial, esa fuerza invisible que tuerce a los hoy llamados despectivamente
godínez con un tupper bajo el brazo. ¿Cuál será la condena de una cotidianidad ideal que
constantemente lleva a Retencio y Dromundo —suerte de mal comediante de humor negro
despreciable y su patiño vilipendiado, ambos con dinámicas muy a la Buster Keaton en
esta novela de la que son protagonistas—?, ¿sería acaso posible lindar así en las orillas de
lo absurdo sin que los personajes se tornen una mera deformación de lo imposible al
perseguir una cinta que no se sabe bien a bien qué es? El reto es pues complejo, pero a
Rabasa lo respaldan las lecturas sesudas de Orwell, DeLillo, entre otras. Él responde:

ABC

«La novela pasada fue algo completamente inesperado. No era lo que yo tenía planeado.
Ocurrió a partir de una crisis. Empecé a escribir más como una cuestión personal e íntima,
de autoexploración: lo hacía en las mañanas porque trabajo y me levanto muy temprano a
escribir; casi nadie sabía, era una cosa secreta, sólo mi novia y yo.» Incluso, dice: «Sin
gran idea de si iba a terminar o no y luego de si sí terminaba, que no lo viera nadie. En ese
sentido sí estaba completamente desvinculado de mi oficio. Ahí me tocó vivir el otro lado
del oficio editorial como autor». Y es que Eduardo ha recibido críticas por su inclusión en
las compilaciones de narrativa México 20 y hace unas semanas en Bogotá 39:

«Ha sido una experiencia muy curiosa, por muchas cosas muy buenas, ha habido mucha
gente buena onda, pero también hubo una parte muy complicada, sobre todo en mi
entorno laboral como con mis propios autores —no con todos—. A muchos les cagó que
publicara un libro; me generó problemas con ellos, digo, nunca me lo han dicho, pero sí
me lo dicen de otras formas». El mundo editorial, nos dice Eduardo, es algo muy vertical
donde el autor se encuentra hasta arriba y «en estas cosas el más puteado siempre soy yo y
digo está bien ser el más puteado pero por razones literarias, que digan las novelas son
malas por A por B o por C, pero lo que molesta es que yo sea editor de Sexto Piso y eso sí

1 de 5 22/06/2017 15:44
«Molesta a algunos que yo sea editor y luego escriba»: Eduardo Rabasa about:reader?url=https://crash.mx/2017/06/20/molesta-a-algunos-que-...

me parece que no tiene nada que ver. Si el libro es malo que se diga, pero no es eso: lo que
molesta es mi figura, el hecho de que yo sea editor y que luego escriba.»

EduardoRabasa_2

plop!

Cuando Francisco Haghenbeck presentó la novela en la pasada FILU dijo, y parafraseo,


«La obra narra la creación de un universo con una vigencia muy latente no sólo en México
sino en el mundo; podría considerarse a la farsa como el personaje principal del texto.» El
humor y la ironía destilan como elementos y bisagras del registro narrativo, así como la
farsa: «Para mí son elementos muy importantes. Creo que ya estaban presentes en la
primera novela, con mucha más claridad, porque la primera tiene un toque más teórico y
aquí no, es una narración más en forma y creo que se apoya en el humor, la parodia, la
sátira y la farsa. Es una elección de alguna manera y no sé si en mi caso se logra o no se
logra. A mí lo que me atrae de este registro es que no te ata a ningún aspecto específico de
la realidad». La cuestión, pues, es esta: «con un personaje nos identificamos,
empatizamos, lo odiamos (fue el caso de este protagonista), pero si se vuelve caricatura
perdemos ese interés e incluso se cae en el chiste fácil; y no me siento exento de haberme
salvado de ello todo el tiempo. Creo que es un equilibrio delicado.»

Cuando el suelo es lo chusco, no hay que trastabillar con la ocurrencia más pinche: la
anti-poética del plop!, el kabooom de la onomatopeya mal hecho: los aplausos mentira de
la sitcom gringa que nadie recuerda: «el reto acá es que dentro del humor, la parodia, la
sátira y la farsa, sea verosímil, que el lector pueda empatizar con una situación
descabellada, pues al final los personajes son humanos: frente a lo descabellado
que difícilmente ocurriría en la realidad, ¿cómo reaccionaría una persona con una
complejidad mayor? En los casos en los que se logra bien hay muchas posibilidades,
porque incluso, a veces, al distorsionar la realidad, al llevarla al límite o parodiarla,
terminas arrojando mucha más luz sobre lo cotidiano que por lo mismo ya no lo vemos en
su demencia.» ¿De dónde viene el absurdo y hacia dónde va? El miserable Retencio pugna
por el Vo. Bo. del Sr. Sonrisa: «toda esta demencia viene de aquí ¿no? Si estuviera bien
hecho, eso es algo con lo que el lector fácilmente puede conectar, entonces luego vuelve
más verosímil.»

EduardoRabasa_3

Soluciones Inc.

En La suma de los ceros, Rabasa hila el lenguaje desde lugares como Villa Miserias, donde
Max, su protagonista, puja en contra del candidato a presidente de esta misma comunidad
impostada, un régimen donde Foucault y Nietzsche podrían fácilmente verter sus

2 de 5 22/06/2017 15:44
«Molesta a algunos que yo sea editor y luego escriba»: Eduardo Rabasa about:reader?url=https://crash.mx/2017/06/20/molesta-a-algunos-que-...

filosofemas más picudos sobre el poder: suena al fondo «Master of Puppets» mientras
Truman se da cuenta que está siendo filmado por el Big Brother. En Cinta Negra, más que
los referentes distópicos obligados de Orwell, al que ha traducido y el Bartebly de Melville,
las texturas de su prosa recuerdan a una suerte The office mexa, donde la condena
kafkiana parece narrar las aventuras de una adaptación negra de Dwight y Michael Scott:
Retencio y Dromundo rompen la cuarta pared en Soluciones Inc. La elección de la
temática, dice Diego, se debe a un momento particular de las sociedades actuales, que es la
ideología heredada de cierto pensamiento instrumental y de eficientismo que tiene sus
mayores reflectores en Sillicon Valley:

«Entre el punto de partida de la novela y el final hubo un período largo. Al principio era el
arquetipo de esta gente imbuida en este credo corporativo del management, que es una
cosa como de sectas. Hubo un libro que me impresionó mucho, del director de recursos
humanos de Google. Un libro donde explica la filosofía de Google y es uno muy siniestro.
En una encuesta en que la gente año con año dice cuál es la mejor empresa en la que le
gustaría trabajar, siempre gana Google, pero fuera de que puedes ir de chanclas y nadar en
la alberca de pelotas, califican a sus trabajadores con décimas: demencia
institucionalizada, culto a la personalidad bajo un manto new age buena onda. A mí me
parece siniestro. Ese era un poco el punto de partida de la novela: alguien que tenga eso en
la cabeza, que ese fuera su credo, su religión ¿cómo sería?, ¿a qué se dedicaría? Estuve un
buen tiempo atorado ahí. Pensé que sería publicista [el arquetipo del personaje], pero no
me convencía la idea hasta que surgió esta de la empresa donde te solucionan problemas.
Ahí creo podría trasladarse a ese espacio un poco demencial donde pudiera pasar
cualquier cosa, por la propia naturaleza de la empresa.»

EduardoRabasa_4

zig-zag

Más que girar en torno a un imaginario muy a la Madmen, Cinta negra está emparentado
a la locura demencial de Dunder Mifflin; además, su estructura episódica pretende esbozar
un escenario distópico propio del humor negro de un capítulo de Black Mirror pero sin los
me-encanta, ni favs o insta-stories. Con todo, se vislumbra un espectro noventero de
características igual de sofocantes. Sin embargo, asegura Eduardo, la influencia de la
novela no proviene de la ficción televisiva, de la cual se declara ignorante: «te voy a decir
algo que va a sonar de una pedantería espantosa: nunca he visto en mi vida una serie. Ni
The Sopranos, ni The Wire; quiero perder mi virginidad con Twin Peaks. Así que no
puedo decir que es algo que estaba en mi mente de alguna manera.»

«Yo lo que trataba con los capítulos es que, dentro de lo posible, fueran episodios
contenidos en sí mismos de tal manera que si leías el siete, probablemente haría falta
contexto y referencias, pero que pudiera ser una especia de unidad y cierre como tal.» Era
mirar sin ver la forma completa, pero sí atisbarla en un zig-zag de reminiscencias y

3 de 5 22/06/2017 15:44
«Molesta a algunos que yo sea editor y luego escriba»: Eduardo Rabasa about:reader?url=https://crash.mx/2017/06/20/molesta-a-algunos-que-...

soluciones rotuladas: «traté de evitar que fuera: uno en la oficina, uno en la casa: evitar la
simetría; aunque sí era consciente de ofrecerle al lector algo que le permitiera distintos
registros y respiros. Lo de la oficina tiene una lógica como de demencia corporativa, pero
tampoco se presta para un arco de emociones o de complejidad de relaciones humanas.
Traté de no hacerlo de una manera simétrica. Intenté de que fuera un ritmo más
armónico.»

EduardoRabasa_5

B39

Por último, regresamos a Bogotá 39: «Esas listas siempre generan polémica, siempre son
subjetivas, siempre son arbitrarias siempre podría estar A, B o C. Yo creo que en el caso de
México habría dos indiscutibles, en mi opinión, Valeria Luiselli y Emiliano Monge. Los
demás como podían haber sido unos, podrían haber sido otros. Con esa parte yo no tengo
ningún problema, incluso con quien diga Eduardo no debe de estar porque sus libros son
malísimos. Creo que es justo si alguien piensa eso: es a lo que te expone el publicar.

«Lo que pasa tanto con México 20 como con Bogotá 39, es que la crítica está dirigida a la
persona: quiénes son como individuos, por su profesión o teorías conspiratorias donde
Salinas de Gortari le pasó la lista a Peña Nieto y Peña Nieto a Conaculta. Creo que eso sí no
se sostiene en ningún sentido; no me molesta la crítica, pero debería estar enfocada en los
libros, hasta sería deseable un debate por razones literarias, donde si alguien escribe un
texto y demuestra que algunos de los que estamos ahí no debemos de estar si no otros, yo
creo que eso es bueno para todos, no me parece mal, pero hay mucho enojo, violencia y
paranoia que sólo emponzoña: esta estrategia medio trumpiana de ‘aviento mierda a ver a
alguien le cae’».

4 de 5 22/06/2017 15:44
«Molesta a algunos que yo sea editor y luego escriba»: Eduardo Rabasa about:reader?url=https://crash.mx/2017/06/20/molesta-a-algunos-que-...

5 de 5 22/06/2017 15:44

S-ar putea să vă placă și