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CONFIAR EN DIOS

1 Pedro 5.6 (RVR60) — 6 Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere
tiempo;

TENEMOS UN CUERPO QUE HAY QUE HUMILLAR

Filipenses 3.20. Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor
Jesucristo; 21 el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la
gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.

JESUCRISTO LO HIZO

Filipenses 2.5–11 (RVR60) — 5 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en
Cristo Jesús,6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que
aferrarse,7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los
hombres;8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose
obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.9 Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo
sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre,10 para que en el nombre de Jesús se
doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra;11 y toda
lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.

A. NUESTROS PROBLEMAS

IMPOSIBLE LOS TROPIEZOS, LAS TENTACIONES,

Lucas 17.1 (RVR60) — 1 Dijo Jesús a sus discípulos: Imposible es que no vengan tropiezos; mas ¡ay de aquel
por quien vienen!

Mateo 16.23 (RVR60) — 23 Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres
tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.

Vs
¿QUIERES PAGAR EL PRECIO?

Mateo 16.24–26 (RVR60) — 24 Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí,
niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. 25 Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo
el que pierda su vida por causa de mí, la hallará. 26 Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el
mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?

B. MÁS ALLÁ DE INTENTAR OBEDECER ES LA ACEPTACIÓN DE LA OBRA DE


DIOS EN NOSOTROS

C. CONFIANZA EN DIOS

CONFIANZA EN DIOS  DIOS LO DICE  EL GOBIERNA

FE  Él gobierna  Todo es para bien  Todo tiene un propósito


C ÓMO DESARROLLAR LA CONFIANZA
a. Su propósito = Construyamos una relación con EL  Con el Creador, Rey, Señor
b. Nos muestra su amor y Confianza  No hay relación con una persona si no confías, si no
tienes la seguridad de que esta persona se interesa de corazón en ti. (También es el principio
del engaño)

1 Juan 4.16–18 (RVR60) — 16 Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros.
Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él. 17 En esto se ha perfeccionado el
amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio; pues como él es, así somos nosotros en este
mundo. 18 En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí
castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor.

c. Aprecio: La madre cocina, lava, asea, plancha, etc. Todos los días y nadie agradece
 ¿Cuándo es de vez en cuando? = Lo reconoces, lo aprecias
 Cuando recibes tanto, tan a menudo y de forma tan consistente, comienzas a darlo
por sentado.
 La apreciación y agradecimiento, genera más entrega por parte del dador y, por lo
tanto, más bendiciones para el receptor.
 Revisa tu vida y observa quienes te dan, lo que los otros hacen por ti.

Debemos asegurar que nuestra relación esté construida en una fuerte base de amor y
confianza que surjan d e l a a p r e c i a c i ó n d e t o d o l o b u e n o q u e
h a h e c h o p o r n o s o t r o s . Eso construye la historia de la relación.

Isaías 43.4–7 (RVR60) — 4 Porque a mis ojos fuiste de gran estima, fuiste honorable, y yo te amé; daré, pues,
hombres por ti, y naciones por tu vida.5 No temas, porque yo estoy contigo; del oriente traeré tu generación, y
del occidente te recogeré.6 Diré al norte: Da acá; y al sur: No detengas; trae de lejos mis hijos, y mis hijas de los
confines de la tierra,7 todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado, los formé y los hice.

Si eres como la mayoría de las personas del mundo, entonces las primeras 10 cosas de tu lista serán:
1. Un cerebro que me permite sentir, moverme, funcionar, pensar y hablar.
2. Pulmones y la capacidad de respirar.
3. Ojos que ven.
4. Oídos que oyen.
5. Piernas y brazos funcionales.
6. Una boca funcional para saborear la comida y hablar apropiadamente.
7. Un sistema digestivo funcional.
8. Mi familia (cada miembro puede ser un ítem por separado).
9. Mi pareja.
10. Un trabajo.

Y ni siquiera has comenzado a penetrar la superficie de todas las cosas invaluables que tienes en la vida y
que son un regalo de Dios.
 ¿Por cuánto dinero venderías un ojo? ¿Un millón de dólares?
 ¿Por cuánto venderías a uno de tus hijos? Es ridículo incluso pensar en eso.
Dios ya te ha dado el equivalente a miles de millones de dólares incluso antes de que llegues a la cocina para
tomar el café de la mañana.

Tu conexión con el bien que Dios ha hecho por ti y el grado en


que sientas Su amor determinarán cómo interpretarás las
situaciones difíciles.
d. Comunicación:
 Reconociendo la Intención  Amor y Confianza  Aprecio
 Decides comunicarte

La comunicación es la base de una relación fuerte para dos cosas  Encontrar la verdad o ser engañados

Cuando hablas:

 Fortaleces las relaciones

Incluso si no tienes dominado este comportamiento y sientes que este asunto de


la confianza es un poco raro, ¡hazlo! Es como tirarte hacia atrás confiando en que la
otra persona te agarrará; sólo relájate. Es un ejercicio que puedes intentar y en el
que con la práctica irás mejorando. Fíjate si funciona.

Salmo 121.1–8 (RVR60) — 1 Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro? 2 Mi socorro viene
de Jehová, Que hizo los cielos y la tierra. 3 No dará tu pie al resbaladero, Ni se dormirá el que te guarda. 4 He
aquí, no se adormecerá ni dormirá El que guarda a Israel. 5 Jehová es tu guardador; Jehová es tu sombra a tu
mano derecha. 6 El sol no te fatigará de día, Ni la luna de noche. 7 Jehová te guardará de todo mal; El guardará
tu alma. 8 Jehová guardará tu salida y tu entrada Desde ahora y para siempre.
Mateo 6.25–34 (RVR60) — 25 Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué
habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo
más que el vestido? 26 Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro
Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? 27 ¿Y quién de vosotros podrá, por
mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? 28 Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los
lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; 29 pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se
vistió así como uno de ellos. 30 Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste
así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? 31 No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos,
o qué beberemos, o qué vestiremos? 32 Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre
celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. 33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su
justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. 34 Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de
mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.

Hebreos 12.2 (RVR60) — 2 puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de


la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el
oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.
1 Pedro 5.6 (RVR60) — 6 Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere
tiempo;

i. Constantes en la oración (v. 12)


La oración crea la atmósfera de comunión y dependencia de Dios que permite sobrellevar con esperanza
todas las situaciones de estrés que nos depara la vida, y con humildad y equilibrio las de abundantes
bendiciones (1 Ti. 5:5; Ef. 6:18; Lc. 18:1).
j. Compartiendo para las necesidades de los santos (v. 13).
La generosidad práctica está al alcance de todos. Lo que hace falta es tener un ojo y una mano atentos, tanto
para saber mirar como para saber compartir. Si hacemos las cosas pequeñas cada día, al final de la vida
habremos realizado logros importantes, y tendremos tesoros acumulados en los cielos. Hay quienes por no
poder hacer mucho, dejan de hacer lo poco. Dios nos demandará según lo que podemos, no según lo que no
podemos (2 Co. 8 y 9).
k. Practicando la hospitalidad (v. 13)
Esta condición es tan importante que figura entre los requisitos que deben reunir los ancianos (Tit. 1:8). El
que cierra su puerta, tal vez no advierte que también está cerrando su mano y su corazón a los demás, y
preparando las condiciones para su propio aislamiento. En tiempos bíblicos la hospitalidad se hacía crucial para
los que iban de una ciudad a otra. Puede ser que con los aprietos de las ciudades modernas y el gran déficit
habitacional, no podamos tener una habitación para huéspedes, pero es seguro que disponemos de una silla y un
momento para compartir un desayuno, un almuerzo o una cena. La hospitalidad bendice al que la recibe, pero
mucho más al que la otorga (He. 13:2).
2. Deberes hacia los demás (vv. 14–21)
14
Bendecid a los que os persiguen; bendecid y no maldigáis. 15Gozaos con los que se gozan; llorad con los
que lloran. 16Unánimes entre vosotros; no altivos, sino asociándoos con los humildes. No seáis sabios en
vuestra propia opinión. 17No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres.
18
Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres. 19No os venguéis vosotros
mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré,
dice el Señor. 20Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues
haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza. 21No seas vencido de lo malo, sino vence con el
bien el mal.
El verbo bendecir (gr. EULOGEO) proviene de dos palabras griegas, EU, que significa bueno, bien, y
LOGOS, palabra. Bendecir, entonces, es hablar bien de. Cuando se usa de los seres humanos con respecto a
otros seres humanos, significa hablar bien y con alabanza, invocar la bendición de Dios o la intervención de
Dios para cumplir su voluntad.
a. Consideración (v. 14)
Una vez que Pablo declara cómo deben conducirse los cristianos con aquellos que sufren con ellos, el
apóstol continúa mostrando cómo deben conducirse con quienes han producido ese sufrimiento.
Bendecir y no maldecir. Bendecir a los que nos persiguen incluye con más razón bendecir a los demás. Si
nos persiguen y hablan mal de nosotros mintiendo, por causa de nuestra identificación con el Señor, nos hacen
bienaventurados. ¿Podemos acaso maldecir a alguien que nos hace dichosos? La exhortación es razonable;
debemos bendecirlos, desearles el bien, y esto, dentro y fuera de la comunidad de la iglesia (ver Lc. 2:34; 6:27,
28; 1 Co. 10:16; 1 P. 2:23).
b. Compartir alegrías y tristezas (v. 15)
Una alegría compartida es una doble alegría. Cuando tenemos una buena noticia queremos compartirla con
otros. ¿Hacemos así con la buena noticia del evangelio? Una tristeza compartida es media tristeza. Cuando
estamos tristes necesitamos contárselo a alguien. Con razón Santiago dice: “¿Está alguno alegre? Cante …
¿Está alguno afligido? Haga oración” (5:13). Acá se nos exhorta a compartir las alegrías de los demás y también
sus tristezas. En ambas situaciones les ayudamos, a ellos y a nosotros. Recordemos que el Señor hizo el primer
milagro en una fiesta de boda y el último en un cementerio (Caná y Betania).
c. Unanimidad y humildad (v. 16)
Se requiere la unanimidad en el funcionamiento interno del cuerpo, para lo cual puede ser necesario bajar al
nivel de los humildes. En Fil. 2 Pablo exhorta a considerar a los demás como superiores a nosotros mismos.
Además, tenemos que evitar la tentación de desear imponer nuestras opiniones.
d. Un espíritu no vengativo (vv. 17 y 19)
Significa dar un mejor trato que el que se ha recibido. Esto lleva a procurar lo bueno delante de todos los
hombres, y a no tomar venganzà por cuenta propia (v. 19), sino esperar el momento del juicio de Dios (Dt.
32:35).
e. Un espíritu pacífico (v. 18)
Se nos exhorta a estar en paz con todos los hombres que acepten estar en paz con nosotros. Debemos tomar
la iniciativa, aunque el resultado de la paz no siempre sea posible. A veces o bien la gente no está dispuesta a
vivir en paz con nosotros, o imponen condiciones de reconciliación que incluirían de nuestra parte un
compromiso moral o espiritual inaceptable (ver Lc. 12:51–53).
f. Ceder para ganar (v. 20)
Dar de comer y de beber al enemigo (Pr. 25:21, 22). Es algo que el mundo no sabe hacer. La interpretación
de la parte final es dudosa: “haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza”. La V.P. le da una
interpretación figurada: “así harás que le arda la cara de vergüenza”.
g. Conquistar el mal con el bien (v. 21)
La apariencia general es que el mal es más fuerte que el bien. Sin embargo, el triunfo final es del bien y
debemos hacer valer su aplicación presente, sabiendo que somos “más que vencedores por medio de aquel que
nos amó” (8:37). El teólogo John Stott comenta: “Pagar mal con mal es ser vencido por el mal; pagar mal con
bien es vencer al mal con el bien. Este es el camino de la cruz.”1

1 SOMOZA, JORGE S.: Comentario bı́blico del continente nuevo: Romanos. Miami, FL : Editorial Unilit, 1997

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