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Marcos 7.14–23 (RVR60) — 14 Y llamando a sí a toda la multitud, les dijo: Oídme todos, y entended: 15 Nada
hay fuera del hombre que entre en él, que le pueda contaminar; pero lo que sale de él, eso es lo que
contamina al hombre. 16 Si alguno tiene oídos para oír, oiga. 17 Cuando se alejó de la multitud y entró en
casa, le preguntaron sus discípulos sobre la parábola. 18 El les dijo: ¿También vosotros estáis así sin
entendimiento? ¿No entendéis que todo lo de fuera que entra en el hombre, no le puede contaminar, 19
porque no entra en su corazón, sino en el vientre, y sale a la letrina? Esto decía, haciendo limpios todos los
alimentos. 20 Pero decía, que lo que del hombre sale, eso contamina al hombre. 21 Porque de dentro, del
corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, 22 los
hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez.
23 Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre.
E JEMPLOS D E E NVIDIA
1. CAIN Y ABEL
Génesis 4.2–7 (RVR60) — 2 Después dio a luz a su hermano Abel. Y Abel fue pastor de ovejas, y Caín fue
labrador de la tierra.3 Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a
Jehová.4 Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con
agrado a Abel y a su ofrenda;5 pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran
manera, y decayó su semblante.6 Entonces Jehová dijo a Caín: ¿Por qué te has ensañado, y por qué ha decaído
tu semblante?7 Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con
todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él. 8 Y dijo Caín a su hermano Abel: Salgamos al campo.
Y aconteció que estando ellos en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel, y lo mató.
3. ESAÚ A JACOB
Génesis 27.41 (RVR60) — 41 Y aborreció Esaú a Jacob por la bendición con que su padre le había bendecido,
y dijo en su corazón: Llegarán los días del luto de mi padre, y yo mataré a mi hermano Jacob.
4. DAVID Y SAUL
1º Samuel 18.6–13 (RVR60) — 6 Aconteció que cuando volvían ellos, cuando David volvió de matar al filisteo,
salieron las mujeres de todas las ciudades de Israel cantando y danzando, para recibir al rey Saúl, con
panderos, con cánticos de alegría y con instrumentos de música.7 Y cantaban las mujeres que danzaban, y
decían: Saúl hirió a sus miles, Y David a sus diez miles. 8 Y se enojó Saúl en gran manera, y le desagradó este
dicho, y dijo: A David dieron diez miles, y a mí miles; no le falta más que el reino. 9 Y desde aquel día Saúl no
miró con buenos ojos a David. 10 Aconteció al otro día, que un espíritu malo de parte de Dios tomó a Saúl, y él
desvariaba en medio de la casa. David tocaba con su mano como los otros días; y tenía Saúl la lanza en la
mano. 11 Y arrojó Saúl la lanza, diciendo: Enclavaré a David a la pared. Pero David lo evadió dos veces. 12 Mas
Saúl estaba temeroso de David, por cuanto Jehová estaba con él, y se había apartado de Saúl; 13 por lo cual
Saúl lo alejó de sí, y le hizo jefe de mil; y salía y entraba delante del pueblo.
5. OTROS CASOS
José y los hermanos
José es amado por Dios y escogido (Habla Dios en sueños)
Los hermanos lo envidian
Los hermanos lo venden
Dios tenía un propósito y se cumplió (Siempre se cumple el propósito con ellos o sin ellos)
Cada uno cumplió una misión (Formar una tribu = Formaron el pueblo)
PROMESA:
Isaías 66.1–5 (RVR60) — 1 Jehová dijo así: El cielo es mi trono, y la tierra estrado de mis pies; ¿dónde
está la casa que me habréis de edificar, y dónde el lugar de mi reposo?2 Mi mano hizo todas estas
cosas, y así todas estas cosas fueron, dice Jehová; pero miraré a aquel que es pobre y humilde
de espíritu, y que tiembla a mi palabra. 3 El que sacrifica buey es como si matase a un hombre;
el que sacrifica oveja, como si degollase un perro; el que hace ofrenda, como si ofreciese sangre de
cerdo; el que quema incienso, como si bendijese a un ídolo. Y porque escogieron sus propios caminos,
y su alma amó sus abominaciones, 4 también yo escogeré para ellos escarnios, y traeré sobre ellos lo
que temieron; porque llamé, y nadie respondió; hablé, y no oyeron, sino que hicieron lo malo delante
de mis ojos, y escogieron lo que me desagrada. 5 Oíd palabra de Jehová, vosotros los que tembláis a
su palabra: Vuestros hermanos que os aborrecen, y os echan fuera por causa de mi nombre, dijeron:
Jehová sea glorificado. Pero él se mostrará para alegría vuestra, y ellos serán confundidos.
EL MUNDO ES MIO
Iba hoy en el ómnibus y vi a una joven hermosa de cabellos de oro. La envidié, me pareció tan feliz, y deseé
ser tan preciosa como ella. De pronto se levantó de su asiento para bajar. Y entonces, cuando iba por el pasillo,
vi que tenía unos duros aparatos de acero. Era una víctima de la poliomielitis. Pero al pasar junto a mí, sonrió.
¡Oh, Dios, perdóname que me haya quejado! Tengo útiles mis dos pies. El mundo es mío.
Me detuve a comprar unos dulces. El muchacho que vendía tenía cierto atractivo. Me puse a conversar con
él. Y me dijo: —Qué gusto da conversar con personas como usted. Yo soy ciego.
¡Oh, Dios, perdóname mis quejas! Tengo mis dos ojos. El mundo es mío.
Caminando por la calle vi a un niño de hermosos ojos azules. Miraba a los otros jugar. Parecía que no sabía
qué hacer. Me detuve junto a él y le dije: —¿Por qué no vas a jugar con los otros, hijito?
Siguió mirando el juego sin contestar palabras, y entonces me di cuenta de que era sordo.
¡Oh, Dios, perdóname de que me haya quejado! Tengo mis dos oídos. El mundo es mío.
Con pies que me llevan a donde yo quiero, con ojos para ver la gloria del crepúsculo, con oídos para oir lo
que deseo saber.
¡Oh, Dios, perdóname si aún me quejo. Tú me has enriquecido. El mundo es mío.—Autor desconocido.1