Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
Inicio de Relaciones Diplomáticas del Paraguay con los Estados Unidos de Norteamérica.
Misión de José Graham.
Las relaciones paraguayas con el Estado norteamericano se inician a partir del conflicto paraguayo con Juan Manuel Rosas,
gobernante de Buenos Aires. Este conflicto inicia desde el reconocimiento de la Independencia Paraguaya por parte del Imperio
Brasilero, cuyo enviado, aparte de firmar un tratado alianza, buscó inteligencias entre el Paraguay y los enemigos de Rosas, cuyo
centro de operaciones era la Provincia de Corrientes. Carlos Antonio López se resistió a las combinaciones políticas, consistiendo
sólo un tratado de comercio y navegación con Corrientes. El bloqueo del Paraguay fue la respuesta de Rosas.
Las gestiones de Corrientes, desde donde el general José María Paz dirigía la guerra contra Rosas, encontraron mejor acogida.
Estimulado por el Brasil, se avino López a firmar el 11 de noviembre de 1845, un tratado de alianza para enviar tropas a cambio del
reconocimiento de la independencia y de la libre navegación. El 4 de diciembre, el presidente López declaró la guerra al gobernador
de Buenos Aires. Su hijo, Francisco Solano, joven general de 18 años, al frente de un ejército expedicionario, cruzó el Paraná y se
incorporó a las fuerzas del General Paz. La intervención militar paraguaya tuvo resultados inesperados. Estalló un motín que reveló
el desagrado con que el pueblo paraguayo concurría a una guerra fuera de sus fronteras. Dominada y ejemplarmente castigada la
rebelión, el presidente López aprovechó las desinteligencias entre Paz y el gobernador Madariaga, que terminaron con la destitución
del primero, para desligarse de la alianza. Las tropas repasaron el Paraná, casi sin haber disparado un tiro.
Ese año, llega al país Eduardo Augusto Hopkins, en carácter de Agente Especial del gobierno norteamericano. Traía dos misiones
fundamentales:
a) Recoger para su gobierno informaciones generales sobre el Paraguay, con vistas al reconocimiento de la independencia nacional; y
b) Ofrecer la mediación norteamericana en el conflicto entre el Paraguay y Buenos Aires.
Al gobierno americano le interesaba la navegación de los ríos, la apertura de toda la Cuenca de la Plata, inclusive el Paraguay, al
comercio internacional. En cumplimiento de su misión, Hopkins viajó a Buenos Aires. Rosas, al enterarse de la condición previa
exigida por el Paraguay; el reconocimiento de su independencia, rechazó esta posibilidad, pero se comprometió a no tomar armas
contra la República. Poco después se dirigía a Asunción el Cónsul norteamericano José Graham y el Secretario de Legación Jorge L.
Brent, en cumplimiento de la gestión mediadora, la que finalmente fue retirada a causa de la oposición de Rosas. De esa manera, las
relaciones con Norteamérica quedaron reducidas a la nada.
La Cuestión con Edward Augustus Hopkins: El 8 de noviembre de 1845 llegaba al Paraguay un joven norteamericano de apenas 23
años de edad. Venía como agente especial del gobierno de los Estados Unidos de América. Era el enviado del presidente Buchanan y
entre sus instrucciones, precisamente, figuraba allanar la salida del Paraguay hacia el mundo exterior, además de sondear las
condiciones para un reconocimiento de la Independencia paraguaya por los Estados Unidos de Norteamérica, como lo habíamos
citado precedentemente.
A fines de 1853 estaba de regreso, quien había formado la “United States and Paraguay Navegation Co.” Y además venía investido de
las funciones de Cónsul de su país.
El 11 de octubre de 1853, Hopkins llegó a Asunción, donde fue recibido deferentemente por el Gobierno paraguayo y, López (Carlos
Antonio) dispensó muchos favores a Hopkins en el deseo de ayudarle en sus negocios. Le permitió la libre introducción de las
máquinas y accesorios de sus instalaciones industriales. Le autorizó a comprar propiedades raíces y esclavos. Mandó desalojar un
Convertido de web en PDF a http://www.htmlapdf.com con el api html a pdf
espacioso cuartel en San Antonio para que los empleados de la compañía lo ocuparan gratuitamente, mientras levantaban sus
viviendas propias y construían los cobertizos destinados al aserradero. En Asunción, Hopkins estableció una cigarrería.
Los avatares sufridos en su viaje al Paraguay mellaron sus posibilidades económicas, por lo que recibió fuertes sumas en préstamo
del Gobierno paraguayo, para la puesta en funcionamiento de sus emprendimientos comerciales e industriales.
Las implicancias de un paseo a caballo. Un día de mediados de 1854, Edgard Hopkins y su más que pariente madame Guillemot,
esposa del diplomático francés en el Paraguay, emprendieron un paseo a caballo hasta el establecimiento industrial de San Antonio,
donde los esperaba Clement Hopkins. “Los tres jóvenes visitaron las diversas instalaciones de la compañía, pasearon por la ribera del
río, y a mediodía volvieron para almorzar… “A las 4 de la tarde hicieron los preparativos para el regreso a Asunción, pero quien
escoltaría a madame Guillemot sería Clement, no Edward, quien resolvió pernoctar en San Antonio. Ambos jóvenes montaron sus
caballos y emprendieron el regreso. A poco de andar dieron con un hato de bueyes conducido por un soldado de caballería y algunos
ayudantes, que venía en dirección opuesta. En condiciones ordinarias, este encuentro, inocente y fortuito, se habría sepultado en el
anónimo de hechos triviales que forman el cañamazo del trajín cotidiano; pero en ese recodo de la historia tomó un giro
imprevistamente melodramático, y acarreó una de las complicaciones internacionales más novelescas del continente”. Con temeraria
impertinencia Clement Hopkins apostrofó de mala manera al soldado paraguayo, de nombre Agustín Silvero, para que le allanara el
camino a un ciudadano americano y su compañera francesa, atropellando la tropa de ganados y dispersándola, lo cual enfureció a
aquel y reaccionó asestando un sablazo a la espalda del extranjero. La pareja volvió a San Antonio, contaron a Edward lo ocurrido.
Aquí ardió Troya: un oscuro soldado de “un país semi primitivo” se atrevió a apalear a nada menos que al hermano del cónsul de los
Estados Unidos. Esta situación solo podría resolverse por medio de un desagravio público para lavar semejante ultraje. Esta ingrata
situación, llevada a la exageración por el cónsul Hopkins, llevó al desenlace de un verdadero escándalo diplomático de proporciones
inopinadas. El lunes siguiente –el hecho ocurrió el sábado anterior–, Edward Hopkins se presentó a la Casa de Gobierno con ropa de
trabajo y empuñando un rebenque; a empellones, entró hasta la misma oficina del presidente López y, en medio de improperios y
amenazas, exigió al Gobierno paraguayo una reparación desproporcionada de la ofensa recibida. López, con tranquilidad pasmosa, le
despachó sugiriéndole que presentara sus reclamaciones al ministro de Relaciones Exteriores (José Falcón). Pero así como lo recibió
con calma, no le perdonó su osadía e impertinencia. Salieron a relucir numerosos reclamos por las inconductas del cónsul, los
préstamos a su compañía, etc. El resultado final fue el retiro de patente de cónsul, anuló una compra de tierras que había hecho
Hopkins, ordenó el retiro de su aserradero de la propiedad de San Antonio, la clausura de su fábrica de cigarros, además de una serie
de medidas punitivas. Como corolario, ordenó la expulsión del cónsul. Hopkins apeló al capitán Page, del Water Witch, y, luego de
una serie de incidentes, consiguió salvoconductos para salir del país, que lo hizo el 30 de septiembre de 1854.
Expedición Naval contra el Paraguay: En 1857, el Presidente James Buchanan informó de los referidos incidentes Hopkins-
Water Witch al congreso y éste autorizó al Presidente a adoptar las medidas pertinentes. En consecuencia fue alistada una poderosa
fuerza naval de 19 barcos de guerra y apoyo, al mando del Comodoro Willian Subrick. El comisionado presidencial James Buttler
Convertido de web en PDF a http://www.htmlapdf.com con el api html a pdf
Bowlin, debía exigir:
a) Reparación por las pérdidas y daños sufridos por la compañía de Hopkins;
b) Excusas por el ataque al “Water Witch”; e,
c) Indemnización para la familia del marinero muerto en ocasión de los disparos a dicho buque.
La llegada de la poderosa flota al Río de la Plata, en diciembre de 1858, provocó graves preocupaciones; el presidente Urquiza
decidió ofrecer su mediación, la que adelantada en la ciudad de Paraná al comisionado Bowlin, fue aceptada. Urquiza, acompañado
del General Guido y selecta comitiva, embarcados en una unidad de la flota paraguaya, llegaron en Asunción en enero de 1859.
Don Carlos aceptó entrar en negociaciones toda vez que la flota norteamericana quede fuera de las aguas territoriales nacionales;
acepto el comisionado norteamericano la condición, y el 24 de enero arribó a la Asunción en compañía del comodoro Schubrick, a
bordo del “Fulton”.
Merced a la diligente gestión de Urquiza, se llegó a un acuerdo sobre las siguientes bases:
a) Explicaciones al gobierno de los EE.UU sobre los incidentes;
b) Saludo a la bandera norteamericana con una salva de 21 cañonazos, a ser retribuido en igual forma por el Fulton al pabellón
paraguayo;
c) Pago de una indemnización de 10 mil dólares a los deudos del marinero del Water Witch; y,
d) La reclamación de la “United States and Paraguay Navegation Co.” Se acordó someter a una decisión arbitral.
La Convención Bowlin – Vázquez.
Firmado el 4 de febrero de 1859, establecía en sus principales cláusulas: Que la Republica del Paraguay, concedía a los ciudadanos de
los Estados Unidos de América, la libre navegación del río Paraguay, en todo el curso que pertenece a la República, con sujeción a los
reglamentos policiales y fiscales del país, pudiendo descargar todo o parte de sus cargamentos en los puertos de la República, y las
mismas concesiones a los ciudadanos paraguayos que llegaren a arribar a los puertos norteamericanos.
Este fallo haría exclamar, cuarenta años después, al ilustre político y publicista paraguayo don Manuel Gondra:
-¡Hay algo más grande que la escuadra norteamericana, y es la justicia norteamericana!
Referencias bibliográficas:
- Historia Diplomática del Paraguay, Luis G. Benítez.
- http://archivo.abc.com.py/2009-02-08/articulos/493459/-una-parada-al-carro
- http://www.militar.org.ua/foro/casi-guerra-del-paraguay-con-los-estados-unidos-t18501.html#.T3Eb5GCcbXg.twitter
Fabio Candia
fabiocandia@hotmail.com
www.facebook.com/fabitoocandia
www.twitter.com/FabitoCandia
Compartir
No hay comentarios:
Publicar un comentario
‹ Página principal ›
Ver versión web
Datos personales
Fabio Candia
Joven, 25 años, ovetense, paraguayo, Abogado, egresado de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de
Asunción. Estudiante del primer año de la carrera de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Nacional de Asunción. Actualmente
ejerciendo el cargo de director de Juventud como también de Acceso a la Información Pública en la Gobernación del V Departamento de Caaguazú. En el
gremialismo, en representación de la Facultad ejercí cargos como miembro de la Federación Universitaria Ovetense, ocupando varios cargos (de confianza
y electivos). Past Vice Presidente del Centro de Estudiantes de la Facultad de Derecho UNA 2014-2015. Colorado de tradición y convicción, electo
miembro titular de seccional 339 de Coronel Oviedo, ocupando el cargo de Secretario Politico. Socio del Rotaract Club Ajós, del Rotary International.
Reservista de las FFAA de la República del Paraguay, remesa 2009, 2da. División de Infantería, R.I. 14 "Curupayty". "Con el carácter revolucionario sin
anular las inquietudes del espíritu".
Ver todo mi perfil