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APUNTES DE MINERALOGÍA

ÓPTICA

Basado en el Syllabus de Mineralogie Optique de M.


Dumont (Université Libre de Buxelles, 1979) y en el
libro Introducción a los métodos de cristalografía
óptica de Donald Bloss (Ediciones Omega, 1970).
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I. TEORIA DE LA LUZ

1. Introducción histórica.

En el transcurso del tiempo, dos teorías aparentemente contradictorias


se han confrontado para explicar la naturaleza y el comportamiento de
la luz: la teoría corpuscular y la teoría ondulatoria.

La teoría corpuscular es la más antigua y en ella se postula que una


fuente luminosa, como por ejemplo el sol, emite una corriente de
pequeñas partículas que se propagan en línea recta y en todas las
direcciones. Asociado íntimamente con esta teoría se desarrolló la
noción de rayo luminoso, el que constituye la base de la óptica
geométrica. Newton, en el siglo XVIII, fue un gran defensor de esta
teoría.

Sin embargo, la teoría corpuscular se mostró incapaz de explicar una


serie de fenómenos como la polarización, la difracción y los fenómenos
de interferencia, y por ello se fue configurando una nueva teoría que sí
era capaz de explicarlos: la teoría ondulatoria. Esta nueva teoría
postula que la luz se propaga como una onda, resultado de la
transmisión partícula a la partícula de una vibración generada por la
fuente luminosa. Esta teoría fue desarrollada por Huygens (1690),
Young (1799) y Fresnel (1815-1823).

En 1873 Maxwell precisó esta teoría ondulatoria al considerar que si


bien la luz estaba formada por ondas, ellas resultan de la propagación
de un campo electromagnético. De esta manera la luz visible no era un
todo en sí, sino formaba parte del espectro de radiaciones
electromagnéticas, al igual que las radiaciones ultravioleta (1802), los
rayos infrarrojos (1803), los rayos X (1895), los rayos gamma (1900) y
las ondas de radio (1900).

Con el descubrimiento de las diferentes radiaciones electromagnéticas


mencionadas anteriormente, parecía que la teoría ondulatoria se
imponía universalmente y que la teoría corpuscular debía
definitivamente ser abandonada. Sin embargo, a fines del siglo XIX
empezaron a descubrirse ciertos fenómenos que la teoría
electromagnética de la luz era a su vez incapaz de explicar. Por
ejemplo, esta teoría no podía dar una explicación a lo que implicaba el
efecto fotoeléctrico descubierto por Hertz en 1887, y que consiste en el
hecho de que cuando un metal es expuesto a la luz, este metal puede
convertirse en conductor de electricidad.

Diez años más tarde, con el descubrimiento del electrón, se estableció


que este fenómeno era debido a la emisión de electrones por parte del
metal, lo que era originado por el traspaso de energía necesaria para la
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expulsión de esos electrones, de la onda luminosa al metal.


Posteriormente, Max Planck, al estudiar los fenómenos de emisión por
un cuerpo negro, estableció que esos intercambios de energía entre la
radiación electromagnética y el metal no se efectuaban de manera
continua, sino que se producían cada vez que se lograba un múltiplo
entero de una cantidad elemental, llamada cuanta, igual a h  en donde
h es la constante de Planck y  la frecuencia de la radiación.

La existencia de esta relación discontinua entre la materia y la


radiación, condujo a pensar que la luz estaba concentrada en puntos y
no distribuida uniformemente en la radiación; por ello se empezó a
hablar de "granos" de partículas de luz, llamados fotones, lo que trajo
de nuevo a la actualidad la teoría corpuscular de la luz, esta vez bajo la
forma de la teoría de los cuanta.

Sin embargo, esta teoría de los cuanta no podía ofrecer una explicación
sobre los fenómenos de polarización y de interferencia, fenómenos que
si eran explicados por la teoría ondulatoria. Por lo tanto, en vez de 2
teorías contradictorias y antagónicas, la teoría ondulatoria y la teoría
corpuscular parecían ser complementarias. Esto último fue demostrado
por de Broglie (1924) y Schödinger (1926), quienes a través de
desarrollos matemáticos largos y complicados, logran conciliar los
aspectos corpuscular y ondulatorio de las radiaciones
electromagnéticas.

Ahora bien, en mineralogía óptica los problemas que se plantean están


ligados a la propagación de las radiaciones electromagnéticas y no a su
emisión o a los intercambios de su energía con los metales. Por
consiguiente, para comprender cabalmente los fenómenos que ocurren
cuando la luz incide y atraviesa un mineral, bastará la óptica geométrica
y la teoría ondulatoria de Huygens-Fresnel-Maxwell, no siendo
necesario por ello entrar en los desarrollos matemáticos complejos de la
teoría de los cuanta.

2. Nociones fundamentales de la óptica geométrica:


Refracción y reflexión de la luz por un medio isótropo.

Antes de entrar a considerar los fenómenos de la refracción y de la


reflexión, debemos diferenciar los medios isótropos de los medios
anisótropos. Los medios isótropos son aquellos medios en los cuales
las propiedades físicas y ópticas son idénticas cualquiera sea la
dirección que se considere (ejemplos de medios isótropos son los
cristales del sistema cúbico, los vidrios, la mayoría de los líquidos y
todos los gases). Por su parte, los medios anisótropos son aquellos
en los cuales las propiedades del medio varían según la dirección que se
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considere (ejemplos de medios anisótropos son todos los cristales que


no pertenecen al sistema cúbico).

Consideremos ahora un rayo luminoso que se propaga por un medio


isótropo de índice de refracción n1, y que incide sobre otro medio
isótropo de índice de refracción n 2. Dos casos pueden presentarse (Fig.
1):

Figura 1. Refracción y reflexión de un haz de luz en un medio


isótropo. a) El medio isótropo de índice de refracción n 2 es más
denso que el medio de índice n1. b) Reflexión total de la luz al
pasar de un medio más denso n 2 a un medio menos denso n1
(ic indica el ángulo crítico de reflexión total).

Primer caso: n2 > n1

- El rayo reflejado OA' se encuentra en el plano de incidencia,


definido por el rayo incidente OA y la normal de incidencia ON (normal a
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la superficie de contacto entre los 2 medios).

- El ángulo de reflexión i' es idéntico al ángulo de incidencia i.

- El rayo refractado OB se encuentra en el plano de incidencia y


más cerca de la normal que el rayo incidente.

La refracción se traduce entonces por un cambio en la dirección de


propagación de la luz, cuando esta pasa de un medio a otro distinto.

Existe una relación constante, expresada por la Ley de Snell (1621) y


llamada índice de refracción del segundo medio en relación al
primero, entre la razón de los senos de los ángulos de incidencia y de
refracción:

n2,1 = sen i/sen r = n2/n1 = constante (ecuación 1)

en donde n1 y n2 designan los índices de refracción absolutos, es decir


en relación al vacío.

Ahora, el índice de refracción absoluto del aire seco es igual a 1,000274


a una presión de 1 atmósfera y a una temperatura de 15º C. Por lo
tanto, el índice de refracción de un medio respecto al aire -que es lo que
utilizaremos en mineralogía óptica- puede escribirse:

n2 = sen i/sen r

ya que n1 es muy próximo a la unidad.

- Si el rayo incidente es perpendicular al plano de separación de los


2 medios (i = 0), penetra sin desviarse en el segundo medio (r = 0).

Segundo caso: n2 < n1

En este caso la luz pasa de un medio más denso a otro menos denso,
como por ejemplo cuando el rayo refractado que se propaga a través de
n2 en el caso anterior vuelve a entrar en el medio n 1 (parte inferior de la
figura 1A). En este caso el nuevo rayo refractado está más alejado
de la normal de incidencia que el rayo incidente; esto último resulta
obvio además, puesto que lo que ocurre es lo mismo que si
invirtiésemos el trayecto de los rayos en el primer caso considerado.

Cabe subrayar que si las dos interfases n1-n2 son paralelas como es el
caso en la figura 1A, tras la segunda refracción la luz sigue una
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trayectoria paralela a la que tenía antes de la primera refracción.

Por otra parte, al aumentar el ángulo de incidencia, el rayo refractado


se acerca cada vez más a la superficie que separa los 2 medios
considerados, de manera tal que existe un valor límite de ángulo de
incidencia sobre el cual el rayo incidente sufrirá una reflexión total y
no entrará en el segundo medio (Fig. 1B). Este ángulo crítico de
reflexión total (ic), se obtiene reemplazando r por 90º en la ecuación 1,
de tal manera que se obtiene:

sen ic = n2/n1 (ecuación 2)

Finalmente, notemos que las consideraciones anteriores son válidas


para medios isótropos. En un medio anisótropo la situación es más
compleja puesto que ocurre generalmente una doble refracción y
además el índice de refracción varía según la sección del cristal que se
considere. Volveremos sobre este punto al considerar los fenómenos de
doble refracción.

3. Teoría ondulatoria de Huygens.

Huygens (1629-1695), substituye el rayo luminoso por una onda


luminosa. De esa manera el índice de refracción, que se expresaba por
una razón de senos según la Ley de Snell, pasa a expresarse por una
razón de las velocidades de la onda luminosa en los medios
considerados. Para demostrar esto, Huygens ideó una construcción que
sirve además para determinar la normal de onda de la onda refractada,
es decir la dirección de propagación de la onda luminosa (el rayo
refractado) en el medio isótropo considerado.

Consideremos una fuente luminosa (S) situada dentro de un medio


isótropo (Fig. 2). En ese medio la luz va a propagarse en todos los
sentidos con una misma velocidad, de manera que, después de una
unidad de tiempo, todos los rayos luminosos que provienen de S habrán
alcanzado un cuerpo esférico llamado Superficie de la Velocidad de
los Rayos del medio isótropo. El radio de este cuerpo (D) es
exactamente igual a la velocidad de propagación de la luz en ese medio
(V), ya que V = D/ t y t = 1.
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Figura 2. Propagación de una onda luminosa en un medio isótropo


según Huygens. S= fuente luminosa, V= velocidad de la luz, t 1=
unidad de tiempo, SVR= superficie de la velocidad de los rayos del
medio isótropo, F= frente de onda, w= normal de onda.

Para Huygens todos los puntos de la superficie de la velocidad de los


rayos, es decir todos aquellos puntos alcanzados al tiempo t = 1, se
convierten a su vez en fuente luminosa, de manera que, tras una nueva
unidad de tiempo, la luz llega a una nueva superficie esférica de radio
igual a 2V, la cual cubre a todas las nuevas ondas que se originaron en
cada uno de los puntos de la superficie de la velocidad de los rayos
inicial.

A medida que la luz va propagándose, los nuevos cuerpos que se van


generando presentan curvaturas cada vez más pequeñas, por lo cual,
finalmente, estos cuerpos pueden asimilarse a un plano llamado frente
de onda (F). Notemos que, siendo SW la dirección de propagación de
la onda, el frente de onda es paralelo a F', que es la tangente al círculo
de radio V en el punto W. Esta recta SW, que marca la dirección de
propagación de la onda y que es perpendicular al frente de onda, es
llamada normal de onda (W).

En un medio isótropo, la dirección de propagación de los rayos


luminosos siempre coincide con la normal de onda de la onda asociada
a esos rayos. Por consiguiente, al determinar la normal de onda se está
determinando la dirección del rayo refractado. Para visualizar esto,
construyamos el trayecto que tendría un rayo luminoso en un prisma de
vidrio (Fig. 3).
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Figura 3. Construcción de la onda refractada por un prisma de


vidrio según Huygens.

Consideremos un rayo incidente IO al cual se asocia un frente de onda


OS, el cual se propaga en el aire con una velocidad V. Esa onda incide
sobre un prisma de vidrio PAP' de índice de refracción n v. Supongamos
además que la velocidad de la luz en el prisma de vidrio (V v) es inferior
a la velocidad V de la luz en el aire.

En el punto de incidencia O, tracemos 2 círculos concéntricos de radio V


y Vv los cuales representan respectivamente la superficie de la
velocidad de los rayos en los medios aire y prisma.

Si la onda hubiese seguido propagándose en el aire, tras una unidad de


tiempo, su frente de onda ocuparía la posición O'S', tangente al círculo
de radio V y perpendicular a la normal de onda IO', prolongación del
rayo incidente IO. Sin embargo, cuando la onda OS entra en el punto O
del prisma, ella genera una vibración luminosa que se propaga a la
velocidad Vv y que tiene una dirección de propagación diferente a la
onda incidente.
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Para obtener la posición de la onda refractada es necesario trazar el


frente de onda de la luz dentro del prisma. Para ello se traza desde el
punto B la tangente al circulo de radio V v (esto es debido a que B
pertenece al frente de la onda en el aire BS' y al frente de la onda
dentro del prisma BZ, el cual es tangente al círculo de radio V v). La
recta perpendicular a este frente de onda BZ, representa la normal de
onda de la luz dentro del prisma, es decir la dirección del rayo
refractado OR.

Ahora, de acuerdo con la Ley de Snell tenemos que:

nv = sen i/sen r

y, según la figura, i = ION = ABS'= OBO'

por consiguiente: sen i = sen OBO'


= OO'/BO

Por otra parte, según la figura, r = RON'=OBR

por consiguiente: sen r = sen OBR


= OR/BO

Por lo tanto: nv = sen i/ sen r


= (OO'/BO) x (BO/OR)
= OO'/OR

es decir nv = V/Vv (ecuación 3)

Relación que expresa el índice de refracción de un medio en función de


las velocidades de la luz en los dos medios que ella recorre.

En esta relación, V representa la velocidad de la luz en el aire, es decir


C, que es igual a 300.000 Km/s. Ahora, para facilitar los cálculos y
puesto que las velocidades con las cuales se trabaja en mineralogía
óptica son relativamente próximas a C, se considera esta velocidad
como unidad de velocidad (es decir C = 1) y por lo tanto el índice de
refracción en un medio, es igual al inverso de la velocidad de la luz en
ese medio.

Notemos finalmente que la construcción de la onda refractada a la


salida del prisma se efectúa en un orden inverso a aquel aplicado a la
entrada del prisma: en el punto D se construyen dos círculos de radios
respectivos Vv y V. Enseguida se construye la tangente al círculo de
radio Vv y que es perpendicular a la dirección del rayo refractado (ORD),
definiendo con ello el punto E al interceptar esa tangente la
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prolongación de la dirección AP'. A partir de este punto E se traza la


tangente al círculo de radio V, siendo EF el frente de onda a la salida del
prisma y DF su normal de la onda.

EJERCICIO

Un rayo se propaga con una velocidad V0 en un prisma de vidrio isótropo


y con una velocidad V en el aire.

a) Dibuje el rayo refractado a la salida del prisma (punto d).


b) ¿Cual es el índice de refracción del prisma en relación al aire?

4. Teoría ondulatoria de Fresnel.

A diferencia de Huygens que consideraba que la luz vibraba


longitudinalmente, para Fresnel (1788-1827) la luz resulta de la
propagación partícula a partícula de una vibración mecánica de un
medio elástico (éter) que se efectúa transversalmente, es decir
perpendicularmente a la dirección de propagación de la onda luminosa.
Al mismo tiempo Fresnel estableció que esta vibración es periódica, es
decir que ella se reproduce idéntica a si misma tras intervalos regulares
de tiempo, llamados Períodos (T).

Para expresar matemáticamente esta periodicidad, Fresnel adopta la


función sinusoidal y asimila la propagación de la luz a la combinación de
dos movimientos simultáneos (Fig. 4): una oscilación estacionaria según
OY, es decir un movimiento perpendicular a la dirección de propagación
de la luz, y un movimiento rectilíneo según OX de velocidad C
constante, paralelo a la dirección de propagación.

La oscilación estacionaria es un movimiento armónico simple que


puede interpretarse como el resultado la proyección sobre el diámetro
AOM, de la posición de un punto móvil A, B, C, D, E..., que recorre la
circunferencia a una velocidad angular uniforme w (Fig. 4).

La ecuación que describe ese movimiento armónico es:

y = A sen wt (ecuación 4)

en donde y es la elongación de la vibración alcanzada al tiempo t, y A


la amplitud del movimiento vibratorio, es decir el valor máximo de
elongación que corresponde al radio OA de la circunferencia. Cabe
recordar que para una radiación -y esto será utilizado más adelante-, el
cuadrado de la amplitud es proporcional a la intensidad de la radiación.

Ahora, si simultáneamente a este movimiento oscilatorio estacionario se


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produce un movimiento rectilíneo uniforme según el eje OX de


velocidad constante C, el movimiento resultante de esta combinación
describe una curva de forma sinusoidal A, N, P, Q, R,... que grafica la
propagación del movimiento ondulatorio (Fig. 4).

Figura 4. Teoría de Fresnel.

En este movimiento sinusoidal, la longitud de onda  representa la


distancia entre dos puntos sucesivos en la curva que están en idéntica
posición relativa (por ejemplo los dos mínimos sucesivos de la Fig. 4, o
los puntos a1 y a2 de la Fig. 5).

La frecuencia  es el número de vibraciones por unidad de tiempo. En


el caso de las ondas luminosas, ella es del orden de varios miles de
millones de vibraciones por segundo. La frecuencia y la longitud de
onda están ligadas a su vez a la velocidad de la luz, mediante la
siguiente relación:

C=  (ecuación 5)

Ahora, puesto que n = 1 / V y que la frecuencia de una radiación no


varia al penetrar en un medio diferente, el índice de refracción puede
expresarse como sigue:

nA / nB =  B / A (ecuación 6)

Esta ecuación significa, por una parte, que el índice de refracción de un


medio depende de la longitud de onda de la radiación que lo atraviesa
y, por otra parte, que la longitud de onda de una radiación sufre
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pequeñas variaciones cuando ella penetra en un medio diferente.

Combinación de dos ondas de idéntica frecuencia:

La ecuación 4 que describe el movimiento oscilatorio estacionario de


una vibración, está definida para una vibración cuya elongación inicial
es nula. Si una segunda vibración parte con una elongación inicial y 2
(Fig. 5), es decir si al momento de partir ella forma un ángulo  con la
primera vibración, la ecuación que describe su movimiento será:

y = A sen (wt + ) (ecuación 7)

en donde  es un ángulo que representa la diferencia de fase de la


segunda vibración en relación a la primera. Considerando el
movimiento sinusoidal, la diferencia de fase puede también definirse
como la fracción de longitud de onda que le falta a la segunda vibración
para confundirse con la primera.

Figura 5. Diferencia de fase entre dos ondas.

Si dos ondas se propagan según una misma trayectoria y presentan una


idéntica frecuencia y una diferencia de fase  constante entre ellas,
estas ondas se combinan componiendo una nueva onda R, la que puede
construirse gráficamente sumando las elongaciones de las dos ondas,
en cada punto de la dirección de propagación (por ejemplo en la Fig. 6,
la adición de las elongaciones a y b origina la elongación r de la onda
resultante).
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R
B
B
A

Figura 6. Combinación de dos ondas A y B.

Existen algunas denominaciones especiales para determinados valores


de la diferencia de fase y ellas son ilustradas en la figura 7, en donde se
muestra también la onda resultante:

Figura 7. Diferencias de fase y combinación de dos ondas.

Fig. 7asi  = 0º las dos vibraciones están en concordancia de fase,


es decir ellas pasan simultáneamente por el cero y los valores de sus
elongaciones son simultáneamente positivos o negativos. Si las dos
ondas tienen idéntica amplitud, ellas se propagan confundidas.

Fig. 7bsi  = 180º las vibraciones están en oposición de fase, es


decir las dos vibraciones alcanzan simultáneamente una elongación
nula, y cuando una vibración está en su valor máximo positivo la otra
está en su valor máximo negativo. Si la amplitud de las dos ondas es
idéntica, la onda resultante es nula (Fig. c).
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Fig. 7dsi  = 90º las vibraciones están en cuadratura de fase, es


decir cuando una vibración alcanza el máximo de amplitud, sea éste
positivo o negativo, la otra vibración tiene una elongación nula.

5. Teoría electromagnética de Maxwell.

Según Maxwell (1831-1879), la luz es producida por el movimiento


oscilatorio de una carga eléctrica, lo que provoca un cambio periódico
del campo eléctrico E que rodea a la carga y origina al mismo tiempo un
campo magnético oscilatorio H. Estas perturbaciones eléctricas y
magnéticas se propagan simultáneamente como dos ondas acopladas
que se mueven a la velocidad de la luz. Las ondas eléctrica y
magnética están en concordancia de fase, vibran perpendicularmente
entre sí y, en un medio isótropo, vibran perpendicularmente a la
dirección de propagación (Fig. 8).

Figura 8. propagación de una onda electromagnética según


Maxwell.

En esta teoría, la velocidad de propagación de la onda electromagnética


tiene como expresión:

VA = C /  A A (ecuación 8)

en donde  es la constante dieléctrica o permititividad eléctrica del


medio A en el cual se propaga la luz, y  la permeabilidad magnética del
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medio.

En la mayoría de los medios transparentes, como por ejemplo los


cristales, la permeabilidad magnética es igual a 1 y por consiguiente,
considerando que n = C / V, el índice de refracción puede también
definirse como:

n =  A (ecuación 9)

Espectro electromagnético.

Como fue mencionado en la introducción, la luz visible forma parte de


algo mucho más amplio que constituye el espectro de las radiaciones
electromagnéticas (Fig. 9). Dentro de este espectro, las radiaciones se
dividen en función de la longitud de onda que ellas poseen.

Figura 9. Espectro de las radiaciones electromagnéticas.

Como se puede apreciar en la figura 9, las radiaciones que conforman el


espectro visible, es decir aquellas a las cuales nuestra retina es
sensible, constituyen una fracción relativamente estrecha de longitudes
de onda del espectro electromagnético.

Dispersión de la luz solar y luz monocromática.

Si un haz de luz solar, es decir un grupo de ondas solares que poseen


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una misma trayectoria, es enviado sobre un prisma de vidrio (Fig. 10),


se observará a la salida del prisma una serie de colores que pasan
gradualmente de uno a otro y que en su conjunto constituyen los
colores del espectro visible. Este fenómeno -llamado dispersión- resulta
de la separación de las diferentes radiaciones que constituyen la luz
solar, al ser refractadas con diferente ángulo por el prisma, en función
de sus respectivas longitudes de onda.

Figura 10. Dispersión de la luz por un prisma.

Recordemos que: n = sen i / sen r

y que n=1/x (ecuación 5)

por lo tanto sen r = x  sen i (ecuación 10)

Esta última ecuación expresa que las diferentes radiaciones contenidas


en la luz solar poseen ángulos de refracción diferentes, que dependen
exclusivamente de sus respectivas longitudes de onda puesto que i y 
son constantes (mismo ángulo de incidencia para todas las radiaciones
y  no varía al entrar en un medio diferente). Por consiguiente, a la
salida del prisma estas radiaciones están separadas entre sí y poseen
cada una de ellas longitudes de onda específicas.
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Si colocásemos a la salida del prisma una rendija que deje pasar


solamente una radiación de longitud de onda determinada (Fig. 10),
esta radiación, al incidir sobre la retina, produce una sensación que es
interpretada por el cerebro como un color determinado. Moviendo la
rendija de manera tal que cada vez pase una sola longitud de onda
determinada, se puede distinguir 6 colores principales (los colores de
Newton: violeta, azul, verde, amarillo, naranja y rojo), los que al
combinarse restablecen la luz solar; por esta razón la luz solar también
es llamada luz blanca. Por otra parte, si cualquiera de estas
radiaciones incidiese sobre un nuevo prisma, ella no sufriría la
dispersión, mostrando con ello que esta radiación está exclusivamente
compuesta de una longitud de onda específica.

Se llama luz monocromática aquella luz que posee una longitud de


onda determinada y que por lo tanto corresponde a un color
determinado. Por su parte, la luz policromática es aquella que
contiene varias o todas las longitudes de onda del espectro visible.

La ecuación 10 permite también apreciar que las radiaciones


correspondientes al color rojo ( = 7000 Å) son las más desviadas en
relación a la normal de incidencia, en tanto que las radiaciones
correspondientes al color violeta ( = 4000 Å) son las que sufren menor
desviación.

Símbolos de Fraunhöfer.

Al mover la rendija desde la radiación violeta a la roja (Fig. 10), se


encuentran numerosas líneas oscuras que indican que determinadas
longitudes de onda están ausentes en el espectro solar. Fraunhöfer
individualizó estas líneas, llamándolas respectivamente por una letra (A,
B, C, D, E y F). Cada una de estas líneas posee una longitud de onda
bien definida y puesto que el índice de refracción de un medio depende
de la longitud de onda de la luz incidente, ellas se utilizan para hacer
referencia a una longitud de onda particular: por ejemplo la línea D
tiene una longitud de onda  = 5893 Å, y nD se refiere al índice de
refracción medido con esa longitud de onda.

En los trabajos de precisión de mineralogía óptica los índices de


refracción se determinan con radiaciones monocromáticas
correspondientes a las líneas C, D y F. Las longitudes de onda de esas
radiaciones y el medio para obtenerlas están dadas en la tabla 1.

Tabla Nº1: principales radiaciones monocromáticas usadas en


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mineralogía óptica.

L  (Å) Color Medio para producirlas

C 6563 rojo descarga eléctrica en un tubo de H

D 5893 amarillo llama de volatilización del sodio

F 4861 azul descarga eléctrica en un tubo de H

Si en algún texto de mineralogía óptica solo se da un índice de


refracción, este es implícitamente nD puesto que la luz emitida por una
lámpara de vapor de sodio es más accesible para los microscopistas.

Luz natural y luz polarizada.

Como vimos anteriormente, una radiación electromagnética visible


resulta de la propagación simultánea de una onda eléctrica y de una
onda magnética que vibran en planos perpendiculares entre sí y, en un
medio isótropo, perpendicularmente a la dirección de propagación. Sin
embargo -y esto es lo que interesa en mineralogía óptica-
experimentalmente se ha demostrado que la dirección de vibración de
la luz corresponde al desplazamiento eléctrico, y por lo tanto se puede
asimilar la luz a una sola vibración perpendicular a la dirección de
propagación.

En un medio isótropo, la luz natural (o luz ordinaria) vibra en cualquier


dirección perpendicular a la trayectoria y varían de dirección de un
instante a otro (Fig. 11). Por su parte, la luz polarizada plana es
aquella en la cual las vibraciones ocurren en un solo plano.

Figura 11. Direcciones de vibración de la luz natural y


polarizada.

Existen dispositivos especiales, llamados polarizadores, que


convierten la luz natural en luz polarizada: la luz que atraviesa un
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polarizador queda vibrando paralelamente a su plano de vibración.

Ahora, si se colocase un polarizador en el trayecto de un haz de luz de


intensidad IO, la intensidad de la luz que él va a transmitir es igual a I O /
2, ya que ocurre una pérdida de la intensidad inicial debido a la
absorción de las vibraciones que no estaban paralelas a la dirección de
vibración del polarizador.

Si a la experiencia anterior le agregamos un nuevo dispositivo de


polarización, llamado esta vez analizador, la intensidad de la luz
transmitida por el analizador va a variar en función del ángulo  entre
su plano de vibración y el plano de vibración del polarizador: cuando
ambos planos están paralelos la intensidad luminosa es igual a I O / 2;
esta intensidad disminuye gradualmente al aumentar el ángulo ,
llegando a ser nulo cuando  = 90º, es decir, cuando los dos planos de
polarización están ortogonales entre sí.

La intensidad de la luz a la salida del analizador está dada por la Ley de


Malus:

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IA = IP cos  (ecuación 11)

Absorción de la luz y color de transmisión.

Al atravesar un medio transparente, las ondas luminosas disminuyen su


intensidad y por ende su amplitud, ya que la intensidad es proporcional
al cuadrado de la amplitud. Esto se debe a que parte de la energía de la
onda electromagnética es absorbida, bajo la forma de calor, por los
electrones del medio que atraviesa.

La absorción mencionada depende del medio atravesado: hay medios


que presentan una absorción general de todas las longitudes de onda
del espectro de la luz visible y, en tal caso, a la salida del medio
transparente se observará luz blanca de menor intensidad que la luz
incidente (Fig. 12); otros medios presentan una absorción selectiva
absorbiendo ciertas longitudes de onda, en tanto que otras no son
afectadas y, en este caso, la luz transmitida tendrá una coloración
correspondiente a la resultante de las longitudes de onda no absorbidas.
Por ejemplo, un filtro rojo (o una ampolleta pintada) absorbe
preferencialmente la longitudes de onda azules del espectro solar, de
manera que la luz transmitida es una luz rojiza (Fig. 12).

La absorción selectiva puede ser diferente incluso dentro de un mismo


cristal, dependiendo en este caso de la orientación del cristal en
relación a la dirección de vibración de la luz incidente. Esto obviamente
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ocurre solamente en ciertos medios anisótropos, puesto que en ellos


las propiedades varían según la dirección que se considere. Este
fenómeno, que en la práctica se expresa en la variación de la coloración
de un mineral al variar la dirección de vibración de la luz incidente, es
llamado pleocroísmo y se observa solamente con luz polarizada plana,
puesto que de esa manera la luz vibra en una sola dirección.

Figura 12. Absorción general y selectiva por un medio


transparente (Bloss).

Por otra parte, este fenómeno de la absorción selectiva es utilizado en el


equipamiento de los microscopios polarizante modernos. En efecto
estos microscopios utilizan como fuente de emisión una lámpara de
tungsteno, la que genera una luz policromática en la cual las
intensidades de las longitudes de onda "largas", es decir
correspondientes al color rojo, son superiores al resto de las longitudes
de onda del espectro visible (Fig. 12). Para atenuar esa intensidad
superior del color rojo, estos microscopios contienen un filtro azul que
absorbe preferencialmente esas longitudes de ondas, de manera que la
luz que después de pasar por el filtro es enviada al polarizador, con una
intensidad parecida para todas las longitudes de onda del espectro
solar, siendo por ello semejante a la luz solar (por esta razón el filtro
azul se denomina "filtro de luz de día"). Este ajuste en las intensidades
21

de las diferentes longitudes de onda mediante filtros, tiene como


objetivo el que las observaciones que se efectúan con cualquier
microscopio usen un mismo espectro de intensidades y por consiguiente
que ellas sean similares.

6. Doble refracción y dirección de vibración.

Todos los cristales anisótropos presentan el fenómeno óptico de


la doble refracción, consistente en el desdoblamiento del rayo de luz
incidente en dos rayos refractados (birrefringencia). Este fenómeno fue
observado y descrito por primera vez por Erasmo Bartholin en 1669, al
estudiar cristales de calcita transparente (Espato de Islandia).

Si se envía un haz de luz natural perpendicularmente a una cara de un


cristal de calcita transparente y si a la salida del cristal se coloca una
pantalla, se observará en ella dos puntos de igual intensidad, que
manifiestan el fenómeno de la doble refracción por el cristal (Fig. 13).

Figura 13. Doble refracción en un cristal de calcita.

Si se gira el cristal, uno de los puntos permanece fijo en tanto que el


otro describe una circunferencia concéntrica alrededor del punto fijo.
Como las caras del cristal por donde pasa la luz son paralelas, es
evidente que el punto fijo corresponde a un rayo luminoso que no es
desviado al atravesar el cristal, es decir, la trayectoria de este rayo
obedece a la Ley de Snell (i=Oº; r=Oº). Como la trayectoria de este
rayo es la que normalmente debería tener, se le denomina rayo
ordinario (). El otro rayo no obedece a la Ley de Snell y por ello se le
llama rayo extraordinario ().
22

El rayo extraordinario gira al mismo tiempo que el cristal y por lo tanto


este rayo se propaga por una posición bien determinada dentro del
cristal. Esta posición está contenida en la sección principal del cristal,
es decir en el plano definido por la dirección del rayo incidente, la
dirección del rayo ordinario y la dirección del eje c del cristal de calcita
(en este caso corresponde al plano de la hoja).

Si se colocase un filtro polarizador en la trayectoria de los rayos a la


salida del cristal, se observará que los dos rayos transmitidos están
polarizados y que vibran en direcciones ortogonales entre sí: el rayo
extraordinario vibra en el plano de la sección principal y el rayo
ordinario vibra en un plano perpendicular.

Puesto que la luz que se propaga dentro del cristal vibra en direcciones
perfectamente definidas, esto nos permite concluir que en un mineral
anisótropo existen direcciones privilegiadas de vibración, es
decir, la luz que se propaga dentro de ellos está obligada de
vibrar según esas direcciones.

Recordemos que en un medio isótropo las vibraciones ocurren


perpendicularmente a su trayectoria, es decir perpendicularmente a su
normal de onda. Por otra parte, si la incidencia es perpendicular a la
cara plana de un cristal, las vibraciones de los rayos refractados son
siempre paralelas a esa cara; por consiguiente, si consideramos la
incidencia sobre el cristal de calcita de la figura 13, podemos constatar
que en un mineral anisótropo las vibraciones del rayo ordinario también
ocurren perpendicularmente a su trayectoria, en tanto que las del rayo
extraordinario ocurren inclinadas en relación a ella (posteriormente se
estudiará más en detalle la dirección de vibración de este rayo
extraordinario, puesto que ella varía según la dirección que se considere
dentro del cristal).

Finalmente, si la luz incidiese paralelamente al eje c del cristal, se


observará un sólo punto en vez de dos, expresando con ello que dentro
de un medio anisótropo existen direcciones de monorrefringencia
llamadas ejes ópticos. En el caso específico de la calcita, existe un eje
óptico y este está confundido con el eje c del cristal.
23

II. METODOS DE MEDICION DE LOS INDICES DE REFRACCION

En un medio isótropo, en donde las propiedades son las mismas en


todas las direcciones, existe un sólo índice de refracción. Por su parte
en los medios anisótropos, donde las propiedades varían según la
dirección que se considere, existe dos o tres índices de refracción.

Existen diferentes métodos que sirven para evaluar los índices de


refracción de un mineral o de un líquido. A continuación se describirán
los métodos más comúnmente utilizados en mineralogía óptica, así
como también aquellos que por los aspectos teóricos que implican,
hacen fructífero su estudio.

a) Método de la reflexión total.

En este método se utiliza un refractómetro -que es un instrumento que


sirve para medir ángulos de refracción-, que contiene en su interior un
hemisferio de vidrio de índice de refracción n h elevado y conocido
(generalmente entre 1.7 y 1.9), y un lente L que puede girar
concéntricamente en relación al centro I del hemisferio (Fig. 14).

Figura 14. Medición de índices de refracción usando método de


la reflexión total (A) e incidencia tangente (B).

Sobre la parte superior central del hemisferio de vidrio, se coloca el


material cuyo índice de refracción desea determinarse, sea éste un
líquido o la cara pulida de un cristal. Se debe poner atención en que el
índice de refracción de este medio (nmineral) sea inferior al índice de
refracción nh del hemisferio.
24

Si se envía luz monocromática sobre la parte inferior del hemisferio


de vidrio (Fig. 14 A), los rayos de luz incidente normales a los bordes del
hemisferio, van a continuar su trayectoria sin desviarse, llegando al
punto I. En este punto y según el ángulo de incidencia de los diferentes
rayos, algunos serán refractados y reflejados simultáneamente (rayos 1
a 4), en tanto que aquellos cuyo ángulo de incidencia es igual o superior
al ángulo crítico de reflexión total (ic), van a ser totalmente reflejados
(rayos 5 y 6).

Recordemos que habrá reflexión total si i  ic y que en este caso: sen ic


= n2 / n1. En el refractómetro n1 = nh , ic se mide con el lente móvil y
n2, es decir nmineral, se extrae de la fórmula anterior.

Para medir el ic, se mueve el lente hasta que se observe en el ocular un


límite neto entre un campo débilmente aclarado (zona de los rayos que
son refractados y reflejados simultáneamente) y un campo fuertemente
aclarado (zona de los rayos que sufren la reflexión total). El ángulo
entre esta posición y la normal a la cara plana del hemisferio, es el
ángulo crítico de reflexión que se desea determinar.

Ahora, como la posición del rayo reflejado correspondiente al rayo


incidente de ángulo de incidencia ic, posee una dirección totalmente
definida dentro del cristal (contenido en el plano de incidencia y
paralelo a la interfase hemisferio-cristal), este método es muy útil en la
determinación de los índices de refracción de un mineral anisótropo. En
este caso, los índices medidos corresponderán a una dirección
específica dentro del cristal: aquella paralela al eje mayor del
hemisferio.

En un mineral anisótropo generalmente son reflejados dos rayos que


vibran perpendicularmente entre sí, por lo cual se observarán con el
lente móvil dos zonas oscurecidas-iluminadas. Este lente está equipado
de un filtro polarizante, de tal manera que girándolo se puede observar
sucesivamente cada uno de los dos rayos; en cada caso un índice de
refracción es medido.

b) Método de la incidencia tangente.

En este caso la luz penetra lateralmente en el mineral (Fig. 14 B) y es


refractada o reflejada posteriormente por el hemisferio de vidrio; en la
práctica los rayos siguen un trayecto inverso al del método anterior. En
este caso el contraste entre los dos campos estará más acentuado y
esta vez la mitad superior del ocular estará ensombrecida, en tanto que
la mitad inferior estará aclarada.
25

c) Método de la desviación mínima (método del prisma)

En este método se utiliza un refractómetro y un pequeño prisma del


medio cuyo índice de refracción desea determinarse.

Para determinar el índice del prisma, éste se coloca dentro del


refractómetro (ej. refractómetro de Babinet) y a través del colimador se
le envía un haz de luz monocromática (Fig. 15). Al incidir sobre el
prisma, los rayos son desviados y se acercan a la normal de incidencia
puesto que el índice de refracción del prisma es superior al índice de
refracción del aire; a la salida del prisma los rayos también son
desviados, pero esta vez se alejan de la normal de incidencia.

Figura 15. Medición de índices de refracción usando método de


la desviación mínima, mostrando la trayectoria de los rayos
dentro del prima.

El ángulo formado por la dirección de incidencia de la luz sobre el


prisma y la dirección de su salida de él, es llamado ángulo de desviación
(D) y se mide colocando alternativamente el lente en esas dos
direcciones.

Observando la figura, se puede constatar que este ángulo es igual a:

D = (i - r ) + (i'- r')
= (i + i') - (r + r')

Por otra parte, el ángulo (r + r') es idéntico al ángulo formado por las
normales a las caras del prisma, el que por construcción es a su vez
igual al ángulo entre las caras del prisma (A).

De tal manera, la ecuación anterior puede rescribirse como sigue:


26

D = (i + i') - A

En donde A puede medirse desplazando sucesivamente el lente entre


las direcciones de reflexión de las dos caras del prisma, puesto que por
construcción A es igual al ángulo formado por las reflexiones.

Ahora bien, este ángulo de desviación D varía en función del ángulo de


incidencia i y pasa por un valor mínimo cuando i = i', es decir cuando la
dirección de propagación de los rayos dentro del prisma es
perpendicular a la bisectriz del ángulo A. En esas condiciones i = i', r =
r' y por consiguiente D = 2i -A.

Sí D es mínimo, el índice de refracción del prisma es dado por la Ley de


Snell:

np = sen i / sen r
np = sen D+A / sen A
2 2

Por lo tanto cual para obtener el índice de refracción del prisma, solo se
debe efectuar las medidas de los ángulos D y A, determinándose así n p
con una alta precisión (hasta la octava decimal).

d) Método del duque del Chaulnes - espesor aparente de un


cristal.

Este método utiliza el espesor aparente de un cristal para la


determinación de su índice de refracción. El espesor aparente es el
espesor que se evalúa cuando se mira a través del mineral (Fig. 16) y
ocurre porque los rayos que salen del cristal son refractados por un
medio menos denso, alejándose de la normal y originando una imagen
virtual diferente a la imagen real.
27

Figura 16. Medición de índices de refracción usando método del


duque de Chaulnes, mostrando la trayectoria de los rayos
dentro del cristal (Bloss).

La medida del índice de refracción se efectúa como sigue:

1º se enfoca la parte superior del mineral y se lee la graduación del


tornillo micrométrico.
2º se enfoca el porta objeto a través del cristal y se mide el espesor
aparente del mineral (Ea).
3º se enfoca el porta objeto y se mide con el tornillo el espesor real
del mineral (Er).
4º el índice de refracción del cristal está dado por la relación:
n = Er / Ea

La ecuación anterior se demuestra como sigue:

- n = sen i / sen r y, según la figura, i = u y r = d


- Para ángulos pequeños sen u / sen d = tg u / tg d
En la figura sen u = Ox / p'x y cos u = Op' / p'x,
por consiguiente tg u = Ox / Op' = Ox / Ea
- de la misma manera tg d = Ox / Op = Ox / Er
- tg u / tg d = Er / Ea

e) Método de la línea de Becke

Este es un método de inmersión, es decir un método consistente en la


comparación del índice de refracción de un cristal con el índice de
refracción conocido de un líquido (o de un mineral).

En el uso del microscopio polarizante, se determina si el índice del


mineral es superior o inferior al bálsamo de Canadá, que es el
pegamento que adhiere el corte de la roca al porta objeto, y cuyo índice
de refracción es 1,539 (en la práctica se considera que este índice es
igual a 1,54 puesto que la sensibilidad del método es 0.002).

Al aumentar la distancia entre el corte y el objetivo, una franja luminosa


-la línea de Becke- se desplaza hacia el medio con índice de refracción
superior. Inversamente, si se disminuye la distancia, la línea de Becke
se desplaza hacia el medio menos refringente.

Si consideramos dos medios en contacto con índices de refracción n y N


respectivamente (N > n), siempre se podrá encontrar contactos entre
ambos como los observados en la Fig. 17 a y 17 b.
28

En el primer caso, si se envía un haz de luz sobre el corte transparente,


los rayos luminosos adyacentes al contacto entre los dos medios siguen
su trayectoria sin desviarse, mientras que los rayos centrales son
refractados tanto al pasar al medio N como al pasar al aire. Puesto que
estos rayos al pasar de n a N pasan a un medio más refringente, ellos
se acercan a la normal de incidencia; inversamente, al pasar de N al
aire, ellos se alejan de la normal. Estas dos refracciones tienen como
efecto final que estos rayos vienen a aumentar la luminosidad arriba del
mineral más refringente. Puesto que al aumentar la distancia entre el
objetivo y el corte la distancia de focalización se mantiene constante,
los rayos que se observarán focalizados estarán esta vez desplazados
en relación a la primera posición, de tal manera que al hacer este
movimiento la línea brillante se desplazará hacia el medio N.

n N N n

Figura 17. Línea de Becke.

Si repitiésemos la experiencia, pero está vez considerando el caso de la


Fig. 17 b, los rayos centrales al entrar al medio n se alejan de la normal,
produciendo como en el caso anterior la línea de Becke sobre N. Sin
embargo si el contacto entre los dos medios es más pronunciado, se
puede llegar al caso en que algunos rayos incidentes llegarán al medio
n con un ángulo de incidencia superior a i c, por lo que ellos sufrirán una
reflexión total que originará otra línea, la falsa línea de Becke, que se
desplazará en sentido inverso a la línea de Becke. En estos casos,
puesto que no se sabe cuál es la verdadera línea de Becke, se
recomienda buscar otra sección.

Tal como fue descrito, el método de la línea de Becke es un método


simple, rápido y cualitativo, ya que determina si el índice del mineral es
superior o inferior al índice de refracción conocido, pero no indica cuán
inferior o superior es.
29

Este método puede transformarse en un método cuantitativo cuando


por ejemplo se utilizan granos sueltos del mineral cuyo índice de
refracción se desea conocer y se sumergen en líquidos con índices de
refracción diferentes y conocidos. De esta manera, por aproximaciones
sucesivas, se puede llegar a encontrar un líquido cuyo índice de
refracción sea igual al del mineral.

RELIEVE.

Como fue señalado, la línea de Becke no determina cuán diferente es el


índice de la refracción de un medio en relación a otro. Esto puede sin
embargo estimarse de una manera rápida al considerar el relieve, es
decir la profundidad de las sombras a lo largo de los bordes de un grano
o, lo que es lo mismo, la apariencia de resaltar del grano en relación al
medio que lo rodea (sea este otro mineral o un líquido).

Si los índices de líquido y del mineral son similares, el grano presentará


poco o nada de relieve; si estos índices son muy diferentes, el relieve
será elevado. Esto ocurre puesto que mientras más diferente es el
índice de refracción del segundo medio en relación al primero, mayor (o
menor) son los ángulos de refracción, lo que provoca la formación de
sombras y de luminosidades que en su conjunto dan la impresión de
mayor relieve.

Figura 18. Visualización del relieve de un mineral de índice


similar al pegamento (A) y muy diferente de este (B).

Un relieve elevado indica entonces una gran diferencia entre los índices
de refracción de los medios en contacto, pero ello no indica si el índice
del mineral es superior o inferior al del líquido que lo rodea.
30

La combinación entonces de la línea de Becke y del relieve sirve para


formarse rápidamente una idea del índice de refacción de un mineral.

En el trabajo con el microscopio polarizante, se ha establecido una


escala de relieve en relación al bálsamo de Canadá (ver tabla 1),
llamándose relieve positivo aquel cuyo índice de refracción es superior
al del bálsamo y negativo al que es inferior.

Tabla Nº2: Escala de relieve

RELIEVE MINERAL INDICES

moderadamente negativo (-m) fluorita n = 1.434

débilmente negativo (-l) leucita n = 1.508-


1.511

neutro (n) cuarzo  = 1.544  =


1.553

débilmente positivo (+l) labradorita  = 1.560


 = 1.564
 = 1.568

moderadamente positivo (+m) apatito  = 1.667 


= 1.624

fuertemente positivo (+h) augita  = 1.662


 = 1.670
 = 1.688

muy fuertemente positivo (vh) zircón  = 1.923 


= 1.968

extremamente positivo (e) rutilo  = 2.605  =


2.899
31

III. MODOS DE GENERACIÓN DE LUZ POLARIZADA

Se puede obtener luz polarizada de distintas maneras:

a) por reflexión sobre una superficie pulida.


b) por medio de prismas de calcita (NICOL) [doble refracción].
c) por absorción con cristales de turmalina o herapatita (polaroide).

A. Polarización por reflexión:

Este fenómeno fue descubierto por MALUS en 1810 y fue interpretado


por Brewster en 1815. Cuando un haz de luz es reflejado por una
superficie pulida (por ejemplo una ventana, espejo, mesa, camino, etc.),
estos rayos reflejados están parcialmente polarizados (esto explica por
ejemplo que para no ser encandilado, un automovilista utiliza lentes con
polarizadores que anulan esos rayos polarizados). Esta polarización
por reflexión alcanza su máximo de intensidad cuando la dirección del
rayo reflejado es perpendicular a la dirección del rayo refractado,
que también está polarizado (Fig. 19).

Figura 19. Polarización por reflexión.


32

En esas condiciones el medio tiene un índice de refracción que se


expresa por:

n = sen i = sen i = tg i Ley de Brewster


sen r cos i

NOTA: sen r = cos i ya que r es el ángulo complementario de i (i + r =


90°)

El plano de polarización del rayo reflejado, es decir el plano en el cual se


efectúan sus vibraciones, es perpendicular al plano de incidencia, en
tanto que la polarización del rayo refractado se realiza en el plano de
incidencia.

El rendimiento de esta operación es muy bajo: la intensidad del rayo


polarizado reflejado corresponde solamente a alrededor del 7% de la
intensidad del rayo incidente.

B. Polarización por refracción (prisma de NICOL):

Este método, imaginado por William Nicol en 1828, consiste en la


eliminación, por reflexión total, de uno de los 2 rayos
polarizados que transmite el cristal anisótropo (fig. 20). Para
este efecto Nicol usa un prisma de calcita ya que este mineral posee 2
índices de refracción muy distintos ( = 1.486 y  = 1.658).
33

Figura 20. Prisma de nicol.


Es justamente esa gran diferencia de índices que es responsable de que
se pueda observar el desdoblamiento de un punto a simple vista,
cuando se observa a través de un Espato de Islandia. Minerales con
menor diferencias de índices, necesitan un espesor mucho más grande
para observar ese fenómeno.

Para construir un polarizador de este tipo, llamado prisma de Nicol, se


corta un cristal en 2 pedazos y se les vuelve a pegar con bálsamo de
Canadá (fig. 20). Previamente se calcula el ángulo de corte de manera
tal que esa superficie provoque la reflexión total del rayo ordinario
.

Para que haya reflexión total sobre esa superficie, el ángulo de


incidencia del rayo ordinario debe ser superior o igual a:

sen ic = n2 = 1.540 = 0.92883  î  68°15´


sen 90° n1 1.658

Por lo tanto, para que haya reflexión total, se debe cortar el cristal
de tal manera que el rayo ordinario incida sobre la superficie de
´
corte con un ángulo î > 68°15 . Esto se hace de la siguiente manera
(v. Fig. 20): se elige un cristal de calcita alargado en un sentido (3 veces
más largo que ancho; dirección AB'). En esas condiciones, el ángulo de
esta cara con la cara ABCD es igual a 70°52' (valor específico de la
calcita). Se pulen entonces las caras AB y A'B' de tal manera que ese
ángulo sea vecino a 68°. Se corta enseguida el prisma siguiendo una
línea perpendicular a estas caras pulidas. El corte será entonces
paralelo a la normal de incidencia a la entrada del cristal en tanto que
las caras pulidas externas del prisma serán paralelas a la normal de
incidencia a la superficie que separa los medios bálsamo-cristal.
34

De la manera anterior se puede estar seguro que un rayo


luminoso incidente, dirigido paralelamente al alargamiento del cristal,
llegará a la superficie de corte con un ángulo i de incidencia superior al
ángulo 68°15' y por lo tanto sufrirá una reflexión total al entrar en
contacto con el bálsamo de Canadá: Ello ocurrirá puesto que:

aBa’ y BIR son ángulos opuestos por un vértice e iguales a 68°  i =


22°; por su parte r es determinado a partir de la ley de Snell (sen r =
sen 22°/ 1.658  r = 13º) y, como la normal de incidencia es paralela a
la superficie de corte, ese rayo al incidir al bálsamo tiene un i = 77°, es
decir netamente superior a 68º.
Por su parte, el rayo  posee un índice de refracción inferior al del
bálsamo (en esta posición particular es alrededor de 1,516) y por lo
tanto seguirá su trayecto, ligeramente desviado, pero sin sufrir la
reflexión total. Cabe notar que al entrar en el segundo prisma, este rayo
polarizado no se desdobla, ya que su dirección de vibración coincide con
la dirección de vibración  del segundo pedazo de cristal y por lo tanto
sigue su trayectoria vibrando en la misma dirección que tenía
(en la sección principal). Por consiguiente, la luz que sale del prisma
está compuesta exclusivamente de rayos  que vibran en un mismo
plano, obteniéndose así luz polarizada plana.

Antes de la segunda guerra mundial, los dispositivos polarizadores eran


estos prisma de Nicol, de tal manera que la palabra Nicol se transformó
en sinónimo de polarizador. Sin embargo, actualmente estos prismas de
Nicol se reemplazaron por los filtros polaroides.

C) Polarización por absorción (filtros polaroides):

Todos los minerales anisótropos transmiten, al igual que la calcita, dos


ondas de luz polarizada que vibran ortogonales entre si. En el caso de
los minerales con color, las ondas que atraviesan el cristal pueden ser
absorbidas de manera muy desigual según la trayectoria que tome la
luz al atravesarlos. Se habla entonces de minerales pleocroicos, como
por ejemplo la turmalina.
35

Si se corta dos cristales de turmalina paralelamente al eje c del cristal y


si se envía un haz de luz perpendicularmente a uno de ellos, se
constata que la luz está obligada a vibrar según 2 direcciones ( y ). La
vibración lenta, es decir aquella que corresponde al índice de refracción
mayor  y que vibra perpendicularmente al eje c del cristal, es
absorbida de manera casi completa, en tanto que la vibración rápida, es
decir aquella que corresponde al índice de refracción menor  y que
vibra paralelamente al eje c del cristal, no sufre ninguna absorción. De
esta manera, los únicos rayos que atraviesan el cristal son los que están
vibrando en la dirección del eje c, obteniéndose de este modo luz
polarizada plana. ¿Que pasaría si al cristal A se le coloca un cristal B
cuyo eje C sea perpendicular al primero?

Desgraciadamente, la luz polarizada transmitida por una lámina de


turmalina es fuertemente coloreada, lo que molesta la observación de
los fenómenos de polarización y de interferencia. Las investigaciones se
orientaron entonces a ver como se podía suprimir esa coloración.

En 1852, William Bird Herapath descubrió unos cristales delgados


fuertemente absorbentes: el sulfato de yodo quinina. Este material
pleocroico fuertemente absorbente fue llamado herapatita.
Posteriormente Edwin Land fabricó polarizadores a partir de pequeños
cristales pleocroicos de herapatita, incorporados en hojas de materia
plástica o celuloide. Estos cristales son orientados con un campo
eléctrico durante la preparación, de tal manera que con un espesor de
100  se puede absorber completamente una vibración, en tanto que la
otra es transmitida sin absorción sensible y sin coloración. Estos son los
filtros polaroides que equipan los microscopios actuales.
36

IV. SUPERFICIES E INDICATRICES OPTICAS: MINERALES


ISÓTROPOS Y UNIAXIALES.

Introducción
En un cristal anisótropo las propiedades ópticas varían según la
dirección de propagación de la luz en el cristal. Ahora, justamente, son
las variaciones de las propiedades ópticas según la orientación
de los cristales ante un haz de rayos luminosos, las que nos
interesa visualizar para tener una mejor comprensión de los
fenómenos observados con el microscopio polarizante. En ese
sentido, para facilitar esa comprensión se han construido una serie de
superficies que veremos a continuación, entre las cuales cabe
destacar la indicatriz óptica, que es una superficie a partir de la cual
se pueden deducir todos los fenómenos luminosos que pueden ocurrir
en un cristal.

INDICATRIZ ISOTROPA
En los medios isótropos el índice de refracción no varía según la
dirección de propagación de la luz. En consecuencia, la indicatriz
isótropa es una esfera perfecta, con un radio igual al índice de
refracción. Puesto que n=f(), la dimensión de este radio varía de
acuerdo con la longitud de onda de la luz monocromática utilizada para
medir los índices de refracción. Por tanto, las indicatrices de un mineral
difieren ligeramente de radio en función de la longitud de onda de la luz
monocromática utilizada. Por ejemplo un cristal de halita (NaCl) tiene los
siguientes índices y por consiguiente los siguientes respectivos radios
de la indicatriz:

nc = 1.541 (rojo)
nd = 1.544 (amarillo)
nf = 1.553 (azul)
en donde c, d y f son los símbolos de Fraunhöfer.

Para saber como se comporta la luz dentro de un cristal, se coloca


imaginariamente la indicatriz dentro del cristal y se la corta
37

perpendicularmente al rayo incidente. La superficie de corte en la


indicatriz define un círculo cuyo radio corresponde a la dirección de
vibración y es además proporcional al índice de refracción del cristal.

Puesto que por definición en un cristal isótropo no hay dirección


privilegiada de vibración, la luz que entra en el cristal sigue vibrando
en la misma dirección que lo hacia antes de entrar en el cristal. De tal
manera que si la luz no está polarizada (Fig. 21) permanece sin polarizar
al atravesar el cristal. Si la luz incidente está polarizada, ella conserva el
mismo plano de polarización que tenía anteriormente, de tal manera
que si se observase con el microscopio polarizante y en nicoles cruzados
(Fig. 21), el mineral aparecerá siempre extinto (negro). Esto es debido a
que al atravesar el cristal la luz sigue vibrando paralelamente al
polarizador, y por ello es parada por el analizador (ley de Malus). Esta
extinción permanece constante si se gira la platina, ya que siempre la
luz vibrará paralela al polarizador. Obviamente, no se observará esta
extinción si los nicoles no están ortogonales entre sí, pero en este caso
la intensidad de la luz observada será constante al girar la platina (I A =
2
Ip cos y en este caso  es constante).
38

Figura 21. Indicatriz isótropa.

SUPERFICIES ANISOTROPAS

Los minerales anisótropos se dividen en minerales uniaxiales (1 eje


óptico) y biaxiales (2 ejes ópticos). A la primera categoría pertenecen
los minerales de alta simetría (hexagonal A 6, hexagonal romboédrico y
tetragonal), en tanto que a la segunda categoría pertenecen los
minerales de baja simetría (ortorrómbico, monoclínico y triclínico).

SUPERFICIE DE LOS INDICES DE UN MINERAL UNIAXIAL.


La variación de los índices de refracción de un cristal se puede
representar por una superficie, la superficie de los índices, cuyos
radios son proporcionales a los índices de refracción en la dirección de
esos radios. Para construir entonces esta superficie es necesario medir
los índices de refracción.

Medida de los índices de refracción de un mineral uniaxial

Uno de los métodos utilizados para medir los índices de refracción de un


mineral uniaxial, es aquel basado en la reflexión total (v. Fig. 22).
Recordemos que el rayo incidente cuyo ángulo de incidencia es igual al
ángulo crítico, no va a penetrar en el cristal sino va a desplazarse en el
plano de incidencia paralelamente a la interfase hemisferio-cristal. De
tal manera que los índices medidos corresponderán a esa dirección
particular (paralela al eje mayor del hemisferio). En tales circunstancias,
el índice de refracción es dado por n2 = n1 sen ic , en donde n1 es el
índice de refracción del hemisferio e ic el ángulo crítico de reflexión
total. El ángulo crítico de reflexión puede ser medido desplazando el
ocular móvil, hasta ver en él una zona oscurecida y una zona iluminada.
39

Figura 22. Método de la reflexión total en un cristal uniaxial.


En un mineral uniaxial generalmente son reflejados dos rayos: el rayo
ordinario y el rayo extraordinario, de tal manera que, con el ocular
móvil, se observarán dos zonas oscurecidas-iluminadas. El ocular móvil
está equipado de un filtro polarizante que puede girarse para observar
sucesivamente cada uno de los dos rayos. En cada uno de esos casos
un índice de refracción es medido.

Consideremos un cristal hexagonal uniaxial positivo cuyos índices


queremos determinar. Si cortamos una sección del cristal paralela a su
eje c y la colocamos sobre el hemisferio de manera que este esté en la
misma dirección que el eje mayor del hemisferio, un solo índice será
medido puesto que esta es una dirección de monorrefrigencia o
eje óptico. Si hacemos girar el cristal en relación a un eje que esté
confundido con la normal de incidencia, dos índices serán medidos ( y
'). Si giramos más aún el cristal, igualmente obtendremos dos índices
( y '') pero '' será mayor que '. Si volvemos a girar el cristal, el índice
extraordinario seguirá creciendo hasta llegar a un valor máximo cuando
el eje mayor del hemisferio esté perpendicular al eje c del mineral, es
decir cuando se haya girado el cristal de 90º en relación a su posición
inicial (Fig. 23B).
40

Figura 23. Indices de refracción de un mineral uniaxial en


función de los grados de rotación y orientación del cristal.
Si consideramos ahora secciones del cristal cuyas direcciones de corte
respectivas hagan un ángulo de 20, 55 y 90 grados con el eje óptico, y
si repetimos la operación anterior, mediremos siempre dos índices de
refracción ( que permanece constante y  que varía al girar el cristal),
pero, a medida que el ángulo de corte sea mayor al girar el cristal sobre
el hemisferio, el índice extraordinario medido tendrá un valor menos
variable y más próximo al valor máximo de  (comparar los planos 2 y 3
de la Fig. 23C). Cuando la sección considerada esté cortada
perpendicularmente al eje óptico del mineral, de tal manera que los
rayos se propagan perpendicular a él, el índice extraordinario medido
tendrá su valor máximo y éste permanecerá constante al girar el cristal
sobre el hemisferio (v. Fig. 23D).

Podemos concluir entonces que efectivamente el eje óptico es una


dirección de monorrefrigerancia y que por tanto si la luz se propaga
paralela al eje c la birrefringencia es nula. Por otra parte, si la luz se
propaga perpendicularmente al eje c, se observará la mayor diferencia
entre los índices  y  y en esas direcciones habrá birrefringencia
máxima.
41

Ahora, si se integran todas las observaciones ya hechas con el fin de


construir una superficie cuyos radios sean proporcionales a los índices
de refracción medidos, tenemos que:

- Los índices de refracción ordinarios son idénticos en todas las


direcciones posibles y por consiguiente la superficie que expresará esa
igualdad en un plano será un círculo y en el espacio será una esfera.

- Por su parte, los índices de refracción extraordinarios tienen un


mismo valor para las distintas direcciones posibles en el plano
perpendicular al eje óptico y, por consiguiente, la superficie que
expresará esa igualdad en ese plano será un círculo. En los planos que
contienen el eje óptico, la superficie será una elipse con radios iguales a
yn planos oblicuos al eje óptico, el índice extraordinario varía entre
un valor máximo ( y un valor inferior ('; en estos planos, la superficie
que expresará la variación del índice de refracción extraordinario será
también una elipse. Integrando las observaciones efectuadas, la
superficie que expresará en el espacio la variación del índice de
refracción extraordinario es, por consiguiente, un elipsoide de
revolución, el cual es un sólido engendrado por la revolución de un
elipse alrededor de un diámetro principal que es el eje de revolución y
que en este caso es el eje óptico.

Teniendo en cuenta las formas de las superficies de los índices  y , se


llega a la conclusión que la superficie de los índices de un mineral
uniaxial es una superficie doble que contiene una esfera para los índices
ordinarios, de radio igual al índice de refracción ordinario, y un elipsoide
de revolución para los índices extraordinarios, con semi-ejes iguales a 
y (Fig. 24). Ambas superficies son tangentes en el eje c, expresando
con ello que esa es una dirección de monorrefringencia. Por otra parte,
las dos superficies están más separadas en la dirección perpendicular al
eje óptico, expresando con ello que esas direcciones son de
birrefringencia máxima.
42

Superficie de los índices Superficie de la velocidad
de los rayos

Figura 24. Superficie de los índices y de la velocidad de los rayos de un


mineral uniaxial.

Finalmente, nótese que el eje de revolución coincide con el eje de


mayor simetría del cristal (el cual coincide con el eje óptico), y por ello
la posición del superficie de los índices está perfectamente definida
dentro del cristal (existe una y una sola manera de ubicarla dentro del
cristal).

SUPERFICIE DE LA VELOCIDAD DE LOS RAYOS

La superficie de los índices que acabamos de ver, en realidad no es muy


utilizada por la dificultad de su uso. Sin embargo, a partir de este sólido
se puede construir la superficie inversa, llamada superficie de las
velocidades de los rayos (Fig. 24), al pasar de los índices a las
velocidades usando las siguientes relaciones:

1 = V 1 = V
 

Un mineral uniaxial puede ser negativo ( > ) o positivo ( < ). En el


43

primer caso v < v, es decir v es la vibración lenta y v  la vibración


rápida, en tanto que en el segundo caso ocurre lo inverso.

Esta superficie de los rayos es una figura geométrica doble en la cual


los radios de ella son proporcionales a la velocidad de los rayos que se
propagan por esos radios. En ella, la superficie de las velocidades de los
rayos extraordinarios es un elipsoide de revolución en tanto que la
superficie de las velocidades de los rayos ordinarios es una esfera, que
es tangente a la superficie de los rayos extraordinarios en los puntos de
emergencia del eje de revolución (Fig. 24). Esto último expresa el hecho
de que los rayos que se propagan a lo largo del eje de revolución, o eje
óptico, poseen todos la misma velocidad.

La superficie de las velocidades de los rayos es también un cuerpo


doble y por lo tanto su uso es dificultoso. Sin embargo, este sólido nos
permite trazar la trayectoria de los rayos luminosos en el cristal gracias
a la construcción de Huygens.

Modo de uso del superficie de la velocidad de los rayos

Se corta un plano perpendicular a la normal de incidencia que pase por


el centro de la superficie. La superficie de corte comprende un círculo
de radio v y una elipse v. Se prolonga en el dibujo la normal de
incidencia y se construyen los frentes de onda (Fig. 25).
Perpendicularmente a estos frentes de onda, se encuentran las
normales de onda.

Trayectoria del Rayo Ordinario

El rayo ordinario obedece a la Ley de Snell. Se puede usar entonces la


construcción de Huygens para determinar la dirección de este rayo
refractado: el rayo ordinario, al igual que en las substancias
isótropas, será perpendicular al frente de onda. El rayo ordinario
coincide entonces con la normal de onda (v p, 7).

Trayectoria del Rayo Extraordinario


44

A diferencia del rayo ordinario, la velocidad del rayo extraordinario varía


según la dirección de propagación dentro del cristal. En el caso de la
calcita, el índice de refracción extraordinario varía entre 1.486 (valor
mínimo perpendicular al eje óptico) y 1.658 (valor máximo paralelo al
eje óptico); las velocidades varían entre 0.673 y 0.603. Esta última
velocidad es aquella del rayo  en la dirección del eje óptico y ella es
igual a la velocidad del rayo , es decir corresponde a la dirección de
monorrefringencia.

Figura 25. Construcción de Huygens para el rayo extraordinario.

Hagamos la construcción de Huygens para el rayo extraordinario (Fig.


25). Se dibuja la tangente al círculo de radio V que sea perpendicular al
rayo incidente, definiendo el punto B en la superficie que separa los 2
medios refringentes. Se traza enseguida el frente de onda en el medio a
partir de B y que sea tangente a la elipse (línea BB´). Se define el punto
R. La línea OR representa el rayo refractado extraordinario. En el dibujo
podemos constatar lo siguiente:
45

1° El rayo refractado extraordinario NO es perpendicular al frente de


onda y por tanto NO obedece a la Ley de Snell.

2° OK es perpendicular al frente de onda , es decir OK es la normal


de onda  y es esa dirección particular que se aplica la Ley de Snell 
N= sen i
sen r

Por consiguiente la Ley de Snell no puede predecir la trayectoria del


rayo extraordinario, pero sin embargo, ella puede servir para
determinar la dirección de la normal al frente de onda que le
está asociado.

3° OK, velocidad normal, no se puede determinar directamente con


la superficie de la velocidad de los rayos extraordinarios (cae fuera).

4º En el rayo extraordinario, a diferencia del rayo ordinario, el rayo y


la normal de onda no están confundidos.

Nota:
. La normal al frente de onda, o normal de onda, coincide con el
rayo refractado extraordinario solamente en las direcciones de los ejes
principales del elipsoide.

. La vibración del rayo  se efectúa perpendicular a la normal de


onda y no a la trayectoria del rayo , salvo en las direcciones de los ejes
principales.

EJERCICIO
Verificar que el rayo extraordinario no sufre la reflexión total en un
prisma de nicol al entrar en contacto con el bálsamo de Canadá (v. Fig.).
46

1) Trace los rayos refractados  y  y determine los ángulos de


refracción respectivos.

El ángulo de incidencia vale 22° a la normal y unos 65° al eje óptico; se


busca esa dirección en la superficie de la velocidad de los rayos. Se
corta un plano perpendicular a la normal de incidencia que pase por el
centro de esta superficie. Se copian enseguida el círculo v  y la elipse
v dentro del cristal. Se traza enseguida el círculo correspondiente a la
velocidad de la luz en el aire v = 1 (a la escala 1 cm = 0.2 v).
Posteriormente, se traza la tangente a este círculo que sea
perpendicular a la propagación del rayo incidente R, definiendo el punto
x en la interfase. De ese punto x se traza la tangente al círculo y a la
elipse. Ello define, respectivamente, un punto en el círculo y otro punto
en la elipse. Esos puntos se unen con el punto de incidencia I, lo que
define una recta que corresponde al rayo refractado ordinario y
extraordinario, respectivamente. Habiendo trazado los rayos ordinarios
y extraordinarios, los ángulos de refracción se miden directamente
sobre el dibujo (v. Fig.).

 = 13° y  = 19°

2) ¿Cuál es el índice de refracción extraordinario de esa sección,


considerando la velocidad de propagación de la onda extraordinaria?
. La velocidad se mide en el dibujo (0.664) y el índice de refracción
es igual a su inverso.

n= 1  ' = 1 = 1.506


v 0.664

3) Justifique por qué el rayo  no será totalmente reflejado al entrar en


47

contacto con el bálsamo.

El valor de ' recién calculado es inferior al índice del bálsamo de


Canadá (n = 1.54) y por consiguiente no sufrirá una reflexión total al
entrar en contacto con el bálsamo.

4) Calcule el valor del ángulo de refracción a partir del valor de '


calculado (ley de Snell) y concluya al respecto.

= sen i  sen r = sen i = sen 22°  r = 14.4°


sen r  1.506

Este valor es diferente al medido en el dibujo. Por consiguiente el


rayo extraordinario no obedece a la Ley de Snell. Cabe señalar eso si
que el valor obtenido corresponde a la normal de onda extraordinaria.

LA INDICATRIZ UNIAXIAL

Como hemos visto, la velocidad del rayo extraordinario (OR en fig. 25)
se determina gracias a la superficie de la velocidad de los rayos, en
tanto que la velocidad normal al frente de onda extraordinario (OK en
fig. 25) no se puede determinar directamente a partir de ese cuerpo,
puesto que cae afuera de ella.

Ahora, justamente, en óptica cristalina se trabaja con ondas y por lo


tanto el conocimiento de las velocidades normales al frente de onda son
de gran utilidad.

Por la complejidad del uso de las superficies dobles que hemos visto, se
buscó la manera de reemplazar esas superficies por una más simple, y
que permitiera deducir a partir de ella todos los fenómenos luminosos
que se pueden producir en los cristales. Esta superficie, que en algunos
libros de óptica cristalina admiten a priori su existencia, es un elipsoide
de revolución, parecido a aquel de la superficie de la velocidad de los
rayos extraordinarios, y que es llamado elipsoide inverso de Fresnel,
48

elipsoide de los índices o simplemente indicatriz.

Esta superficie convencional puede ser construida gracias a una


propiedad especial de las elipses relativa a los diámetros conjugados.
Un diámetro o radio conjugado de una dirección se construye de la
siguiente manera: si una serie de rectas paralelas de dirección  cortan
a una elipse (Fig. 26), en general, ellas lo hacen cortando a la elipse en
’ ’’ ’ ’’
2 puntos M y M . El punto N es la mitad del segmento M M .

A partir de los puntos N de los distintos segmentos paralelos, se



construye una recta DD que pasa por el centro de la elipse. Esta recta
es el diámetro conjugado a la dirección  (nótese que esa es la
única dirección conjugada posible a ). Como se puede apreciar en
la figura, el diámetro DD' es el conjugado a las tangentes de dirección 
que pasan por los bordes de la elipse. Por lo tanto, el radio conjugado
de  se construye trazando una paralela a esa dirección que sea
tangente a la elipse. Se define así el punto D y uniendo este punto con
el centro se construye OD, radio conjugado de .

Figura 26. Propiedad de los diámetros conjugados de las


elipses.

Consideremos ahora dos radios conjugados r y r' (Fig. 26B). Estos radios
y las tangentes a la elipse en las extremidades de estos radios,
determinan un paralelogramo OMTM' cuya área es constante
49

cualquiera sea el valor de ' (ángulo entre r y el diámetro principal


de la elipse). Ahora, como los semi-ejes a y b de la elipse son radios
conjugados entre sí y perpendiculares entre ellos, se puede escribir la
igualdad:

r x h = a x b = constante

en donde h designa la altura del paralelogramo OMTM', es decir op, ya


que op es perpendicular al radio r (recordar que el área de un
paralelogramo = base x altura).

Esta propiedad de los radios conjugados nos va a permitir visualizar la


variación de los índices de refracción conjuntamente con las
direcciones de vibración, al pasar de la superficie de la velocidad de
los rayos a la indicatriz.

CONSTRUCCION DE LA INDICATRIZ

Consideremos una sección de la superficie de la velocidad de los rayos


paralela al eje de mayor simetría de la calcita (A3) (Fig. 27 ), es decir
una sección principal, y la trayectoria en ella de los rayos ordinarios y
extraordinarios.
50

Figura 27. Superficie de la velocidad de los rayos de una


sección principal.

En esa figura, Or representa la dirección de propagación de un rayo


extraordinario cuya velocidad es justamente Or, y a la cual corresponde
la onda plana extraordinaria Vr, tangente al elipsoide en r

Sabemos que la vibración del rayo extraordinario está contenida


en el plano de la sección principal (plano del dibujo) y que vibra
ortogonalmente a la normal de onda Of, es decir vibra
paralelamente al frente de onda Vr . Of representa entonces la
normal de onda extraordinaria que se propaga a una velocidad
V .
n

Construyamos ahora el radio conjugado del rayo Or , lo que se hace


trazando una paralela a Or tangente a la elipse. Se define así el punto
R que unido con el punto central define la recta OR  , que es el radio
conjugado de Or. Este segmento OR es perpendicular a Of puesto que
OR es paralela al frente de onda Vr

Podemos escribir entonces:

Of x OR = OA x OC = k
 OR = k = k = K '
Of vN

Podemos constatar entonces que el rayo OR - que es el radio


conjugado de Or - es proporcional al inverso de la velocidad de la
normal de onda extraordinaria, es decir, es proporcional al índice de
refracción de la onda extraordinaria '. Notemos además que OR es
perpendicular a la dirección de la normal de la onda extraordinaria, es
51

decir, la dirección de OR corresponde a la dirección de vibración de la


onda extraordinaria.

Examinemos ahora el caso de la onda ordinaria: siguiendo la misma


dirección Of (normal de onda extraordinaria), se propaga también
un rayo ordinario con una velocidad Or  al cual está asociado la onda
ordinaria rv. En el caso de la onda ordinaria la velocidad del rayo y la
velocidad normal de la onda asociada son idénticas (v  = Or = OC),
puesto que la onda ordinaria se propaga con la misma velocidad en
todas las direcciones.

El índice de refracción de la onda ordinaria  es una constante y por lo


tanto la onda se propaga en todas las direcciones con la misma
velocidad . En el caso de la sección observada en la Fig. 27, la velocidad
v = Or es igual a OC, que es la mitad del eje menor de la elipse.

Aplicando otra vez la propiedad de los radios conjugados tenemos que:


OC x OA = v x OA = K

 OA = K = k 
v

El índice de refracción de la onda ordinaria es entonces proporcional a la


mitad del eje mayor de la elipse, es decir es proporcional al radio de
la sección circular del elipsoide que expresa la velocidad de los
rayos extraordinarios.

Recordemos que esta sección circular es perpendicular al eje de


revolución del elipsoide (que coincide con el eje óptico y el eje C de los
cristales uniaxiales). De tal manera OA = OR(Fig.28), que es el
radio del elipsoide perpendicular a la sección principal
considerada y que corresponde además a la dirección de
vibración de la onda ordinaria, ya que esta vibra perpendicular
al plano de la sección principal (plano de la hoja).
52

Figura 28. Derivación de la indicatriz uniaxial negativa.

Aplicando el mismo método utilizado para el rayo Or a todas las


direcciones de propagación posibles del rayo extraordinario,
obtendremos un cuerpo simple, la indicatriz (fig. 28), que es un
elipsoide de revolución semejante a aquel que expresa la variación de la
velocidad de los rayos extraordinarios. Ahora, si  >  el cristal es
uniaxial positivo y la forma de la indicatriz es prolada (alargada, Fig.
29B), en tanto que si  <  el cristal es uniaxial negativo y, como lo
acabamos de ver, la forma de la indicatriz es oblada (achatada, Fig.
29A) . Nótese que estas indicatrices poseen secciones principales (que
contienen el eje óptico), secciones al azar y una sección circular (Fig.
30).
53

Figura 29. Indicatriz uniaxial negativa y positiva.

Figura 30. Diferentes tipos de secciones de la indicatriz


uniaxial.

ORIENTACIÓN DE LA INDICATRIZ DENTRO DE UN CRISTAL


UNIAXIAL.

Para poder visualizar el comportamiento de la luz dentro del cristal, se


puede posicionar imaginariamente la indicatriz dentro de este. Existe
solo una posibilidad para ello: El eje óptico del cristal, es decir su eje de
mayor simetría, debe coincidir con el eje de revolución de la indicatriz
(Fig. 31).
54

Figura 31. Posicionamiento de la indicatriz uniaxial dentro del


cristal.
APLICACION DE LA INDICATRIZ AL ESTUDIO CON EL
MICROSCOPIO POLARIZANTE

La utilidad de la indicatriz es evidente ya que en el caso de la


observación con el microscopio los rayos incidentes son casi paralelos
entre sí e inciden perpendicularmente sobre el corte transparente.
Ahora, para una incidencia normal (i=0°), las normales de las ondas que
atraviesan el cristal obedecen a la Ley de Snell y sus trayectorias no son
desviadas (r=0°). Ahora, puesto que las vibraciones de las ondas se
efectúan siempre perpendicularmente a las normales de onda,
las direcciones de vibración dentro del cristal serán siempre paralelas a
la superficie del cristal. En consecuencia, las direcciones precisas de las
vibraciones que ocurren dentro de una sección de un mineral dado y sus
índices de refracción correspondientes se pueden determinar
considerando la sección correspondiente de la indicatriz, cortada
perpendicularmente a la normal de onda (Fig. 32).
55

Figura 32. Cortes de la indicatriz para diferentes caras de un


cristal.

Así por ejemplo, siguiendo una normal de onda al azar dentro del cristal
se propagan 2 ondas polarizadas que vibran ortogonalmente entre sí. Si
consideramos la sección perpendicular a esa dirección en la indicatriz,
obtendremos una elipse cuyo radio mayor es igual al índice de
refracción ordinario, en tanto que el radio menor es igual al índice de
refracción ' (' es un valor del índice extraordinario para una sección al
azar). Por otra parte, las direcciones de esos radios de la elipse
corresponden a las direcciones de vibración de esas ondas.

Generalizando lo anterior, si se desea conocer las propiedades ópticas


de un corte de un mineral cuya orientación es conocida, bastará con
considerar la sección homóloga en la indicatriz. Todas las propiedades
ópticas de esa sección pueden deducirse de la sección correspondiente
de la indicatriz.

Ejemplos:
a) Sección perpendicular al eje óptico:
Esta sección está representada en la indicatriz por un círculo de radio
igual a  (v. Fig. 6-16 Bloss), lo que expresa que la luz que se dirige
según el eje óptico - que es una dirección de monorrefringencia- no
sufre la doble refracción. Esta sección circular es análoga a la obtenida
efectuando un corte al azar en la indicatriz isótropa, es decir será una
sección en la cual no existen direcciones privilegiadas de vibración y,
por ende, la luz permanece vibrando dentro del cristal tal como lo hacía
antes de penetrar en él (Fig. 33).
56

Figura 33. Comportamiento de la luz en una sección


perpendicular al eje óptico de un mineral uniaxial, inferido a
partir de la indicatriz.
b) Sección paralela al eje óptico:
En este caso la sección homóloga en la indicatriz es una elipse cuyos
ejes principales son  y  (Fig. 34). Esos ejes representan las direcciones
privilegiadas de vibración del mineral, paralelas a las cuales la luz está
obligada a vibrar cuando atraviesa el cristal. Así, un rayo de luz
ordinaria que incide normalmente al cristal, sufre la doble refracción
originando una onda ordinaria que vibra paralelamente a  y una onda
extraordinaria que vibra paralelamente a  (caso A en Fig. 34).
57

Figura 34. Comportamiento de la luz en una sección paralela al


eje óptico de un mineral uniaxial, inferido a partir de la
indicatriz.

Si la luz incidente es luz polarizada plana, ella se verá afectada de


diferente forma de acuerdo con el ángulo que formen las direcciones
privilegiadas de vibración del mineral con la dirección de vibración de la
luz polarizada incidente. Así, si la luz polarizada incidente vibra paralela
a una de las direcciones privilegiadas de vibración del mineral, no
ocurrirá la doble refracción y la luz proseguirá vibrando en el cristal tal
como lo hacía antes de entrar en el cristal (caso B y C en Fig. 34). En
estos casos no ocurre doble refracción puesto que las segundas
direcciones de vibración ( en el caso B y  en el caso C), están
ortogonales a la dirección de transmisión y por ende, en virtud de la ley
de Malus, no pueden transmitir la segunda onda. Por consiguiente, en
estos 2 casos, la luz pasa vibrando como  y  respectivamente,
presentando en cada caso un solo índice de refracción.

Nota: Lo anterior nos permite comprender por que para la


determinación de la fórmula del pleocroísmo, se lleva sucesivamente las
direcciones de vibración lenta y rápida a la dirección de vibración del
polarizador. Sólo de esa manera se asegura observar en luz polarizada
plana un color que esté asociado exclusivamente a una dirección de
vibración (v. laboratorio). Del mismo modo, para medir los índices de
refracción  y se efectúa un operación similar.

Ahora, si la dirección de vibración de la luz polarizada incidente formase


un ángulo con las direcciones privilegiadas de vibración del mineral
(caso D en Fig. 34), la luz al penetrar en el cristal se descompondrá
vectorialmente en dos rayos que vibraran paralelos a las direcciones
privilegiadas de vibración del mineral. Recordemos que un vector puede
descomponerse en 2 vectores componentes y ser reemplazados por
58

ellos (regla del paralelogramo de las fuerzas).

c) Sección al azar.
Esta sección está presentada en la indicatriz por una elipse cuyos ejes
principales son ' y . Si la luz no está polarizada, el cristal transmite 2
ondas que vibran paralelamente a ' y a  respectivamente.

Trayectoria del rayo extraordinario

Generalmente la trayectoria del rayo extraordinario no está confundida


con la normal de onda extraordinaria. Su posición se determina como
sigue (Fig. 35):

Figura 35. Construcción de la trayectoria del rayo extraordinario


a partir de la indicatriz.
- ella está contenida en el plano de la sección principal, definido por
la dirección de vibración del rayo extraordinario, el eje óptico y la
dirección de la normal de onda extraordinaria.

- ella es el radio conjugado de la dirección de vibración


extraordinaria. Se construye entonces trazando la paralela a la dirección
de vibración que sea tangente a la elipse, definiendo así un punto que
unido al centro representa la dirección del rayo.

EJERCICIO: determine la posición del rayo refractado extraordinario


cuando la luz incide perpendicularmente sobre una sección cortada a
59

45º del eje óptico de un mineral uniaxial positivo y de un mineral


uniaxial negativo. Deduzca a partir de lo anterior el porqué los
minerales uniaxiales positivos eran llamados "atractivos" y los negativos
"repulsivos".

FORMULAS DE LA INDICATRIZ UNIAXIAL

La indicatriz de los cristales uniaxiales es un elipsoide de revolución


cuya fórmula general es:

2 2 2
X + Y + Z = 1
2 2 2
a a c

en donde a y c son los semidiámetros principales correspondientes a los


ejes x y z. El elipsoide posee una sección ecuatorial que es un
círculo y por ello en la ecuación de más arriba a es igual a b.

En el caso de la indicatriz uniaxial a =  y c = , por lo cual la


ecuación de la indicatriz es:

2 2 2
X + Y + Z = 1
2 2 2
  

 se ubica siguiendo Z puesto que siempre coincide con el eje de


mayor simetría, el que está siempre ubicado en esa dirección.

BIRREFRINGENCIA MAXIMA Y BIRREFRINGENCIA DE UNA SECCION AL


AZAR

+ -
La cantidad positiva:  =  -  (U ) o  =  -  (U ) es llamada
birrefringencia máxima del mineral y ella es un valor específico del
-
mineral. Por ejemplo, la birrefringencia máxima de la calcita (U ) y del
+
cuarzo (U ) son respectivamente:
60

CALCITA CUARZO

 = 1.6584  = 1.55336
 = 1.4864  = 1.54425
 = -  = 0.1720  = -  = 0.00911

Todas las secciones que contienen el eje óptico presentan la


birrefringencia máxima. Para tales secciones principales (como por
ejemplo la sección de la figura 36, en donde y = 0), la indicatriz es
cortada en una elipse cuyos semiejes son  y ycuya ecuación es:

2 2
X + Z =1
2 2
 

Figura 36. Sección principal de un mineral uniaxial negativo.

A partir de esta figura podemos deducir la fórmula que permite el


cálculo de ' (birrefringencia de una sección al azar). Consideremos una
sección al azar que corta a la sección principal y cuya traza en ese
plano corresponde a OM (Fig. 36). Esta elipse al azar tiene como
semiejes  y '.
61

Si ' designa el vector OM que hace un ángulo  con el eje x, se puede


escribir las coordenadas polares:

x = ' cos 
z = ' sen 

Reemplazando estos valores en la ecuación de la elipse, obtenemos:

2 2 2 2
' cos  + ' sen  = 1
2 2
 

De donde se deduce:

2 2 2 2 2
' =   =   _______________
2 2 2 2 2 2 2 2
 cos  +  sen   sen +  cos 

En donde ' es el índice de refracción extraordinario de una sección


cualquiera al azar y  el ángulo entre esa sección y el eje C.

Finalmente, la birrefringencia de esa sección ´ es igual a - ´ , lo que


se puede calcular a condición de conocer la inclinación de la sección, es
decir  en relación al eje óptico del mineral que se está considerando.

Por otra parte, la sección perpendicular al eje óptico es una sección


circular cuya ecuación es:

2
x2 + y 2 = 

cuya birrefringencia es nula (sección de monorrefringente) y tiene el


mismo comportamiento que un mineral isótropo.

V. SUPERFICIES E INDICATRIZ OPTICA DE UN MINERAL BIAXIAL

Los minerales de baja simetría, es decir aquellos que poseen a lo


máximo ejes de simetría binarios como los pertenecientes a los
sistemas ortorrómbico, monoclínico y triclínico, presentan 2 ejes ópticos
62

y por esa causa son llamados biaxiales.

Para construir la indicatriz biaxial, se procede de la misma manera que


se hizo con la indicatriz uniaxial, es decir se determina la superficie de
los índices, se deriva enseguida la superficie de la velocidad de los
rayos y finalmente se construye la indicatriz, gracias a los radios
conjugados.

Superficie de los índices de un mineral biaxial


Consideremos un mineral biaxial tal como la Enstatita, que es un
ortopiroxeno, es decir un piroxeno ortorrómbico. Para tener una idea de
la variación de los índices de refracción de este mineral, se pueden
efectuar medidas de los índices en la dirección de los tres ejes binarios
del mineral. Para esto, se utiliza el método de la reflexión total y se
cortan 3 secciones perpendiculares a cada uno de los ejes binarios,
obteniendo las secciones (100), (001) y (010). Si colocásemos estas
secciones sobre el hemisferio de vidrio del refractómetro, de tal manera
que el eje mayor del hemisferio coincida consecutivamente con la
dirección Z de la sección (100), X de la sección (010) e Y de la sección
(001). En cada caso se obtiene 2 rayos reflejados (ya que se trata de un
mineral anisótropo) los cuales determinarán 2 medidas de índices de
refracción correspondientes a las direcciones particulares Z, X e Y
respectivamente .

Con la información obtenida, ya se puede prever que la superficie de los


índices será un sólido doble. Para definir la forma exacta de la
superficie de los índices, se pueden medir los índices de refracción de
las tres secciones consideradas al girarlas en relación a un eje
perpendicular a ellas que pasa por el centro del hemisferio. De esta
manera se pueden medir todos los índices contenidos en los planos
(001), (010) y (100). Los resultados obtenidos se pueden observar en la
figura 37 C, D y B. Se constata entonces que al hacer girar la sección
(001) hay un índice () que se mantiene constante en tanto que el otro
índice varía entre  y . Del mismo modo, en la sección (010)  se
mantiene constante en tanto que el otro índice varía entre  y .
Finalmente, en la sección (100)  se mantiene constante y el otro índice
63

varía entre  y .

Figura 37. Índices de refracción de u n mineral biaxial en


función de los grados de rotación y orientación del cristal.
64

Recordando lo visto en el caso de los minerales uniaxiales, se puede


concluir que en las
secciones particulares que contienen 2 ejes cristalográficos, hay
un rayo que se comporta como rayo ordinario y el otro como
rayo extraordinario.

Si consideramos ahora secciones que no contengan 2 de los ejes


cristalográficos, constatamos que los índices medidos al girar el cristal
varían, mostrando con ello que los rayos de esas secciones son ambos
extraordinarios (v. Fig. E, F, G, H, I, J y K).

Integrando todos los valores obtenidos, tenemos entonces que la forma


de la superficie de los índices es parecida a las figuras 53 (p. 76), que
representa la superficie inversa, es decir la superficie de la velocidad de
los rayos de un mineral biaxial.

La superficie de los índices es difícil de visualizar y es más difícil aún


trabajar con ella. Por consiguiente, se podría pasar a la superficie
inversa -la superficie de la velocidad de los rayos- y, aplicando la
propiedad de los radios conjugados, derivar la indicatriz biaxial. Sin
embargo, para la claridad en la comprensión, trabajaremos primero con
la indicatriz y luego derivaremos la superficie de la velocidad de los
rayos.

INDICATRIZ BIAXIAL.

La indicatriz biaxial es un elipsoide de 3 ejes desiguales y ortogonales


entre sí. El índice mayor ( está dirigido según el eje Z y generalmente
los índices menor ( e intermedio (), están dirigidos según los ejes X
e Y respectivamente (Fig. 38).
65

Figura 38. Indicatriz biaxial.


En la indicatriz, ,  y  representan los índices de refracción y también
las direcciones de vibración principales del mineral (algunos autores
utilizan para esto último los símbolos X, Y y Z). La indicatriz posee 3
secciones principales que son aquellas que contienen 2 de los 3 ejes
del elipsoide (secciones ,  y ).

La indicatriz biaxial presenta dos secciones de birrefringencia nula.


Para encontrar estas secciones se puede hacer girar un plano alrededor
del eje Y que es quién contiene  (Fig. 39). Al girar, este plano cortará a
la indicatriz en secciones elípticas que poseen un radio ecuatorial
constante igual a , y un radio ortogonal al primero que varía entre 
(plano vertical) y  (plano horizontal). Al girar el plano, existe una
posición en la cual el segundo radio es igual a Fig. . En esta
posición la sección cortada en la indicatriz es entonces un círculo y,
como en el caso de los minerales uniaxiales, esta sección es una
sección de birrefringencia nula. La dirección perpendicular a una sección
circular es una dirección de monorrefringencia o eje óptico.
Obviamente, si se hubiese girado el plano en el otro sentido habríamos
encontrado otra sección circular, y por ende un nuevo eje óptico, y por
ello estos minerales son ópticamente biaxiales. Los ejes ópticos definen
un plano llamado plano de los ejes ópticos que contiene siempre los
índices yPor lo tanto, una sección paralela a este plano es una
sección de birrefringencia máxima.
66

Figura 39. Variación de los índices de refracción en la indicatriz,


al girar usando como eje de revolución a  .

Figura 40. Secciones circulares en la indicatriz de un cristal


biaxial.
67

El ángulo agudo entre los 2 ejes ópticos es un valor específico del


mineral y se anota 2V. Si la bisectriz aguda (Bxa) entre los ejes
ópticos corresponde a , el mineral es biaxial positivo; si la bisectriz
aguda entre los ejes ópticos corresponde a , es biaxial negativo ( es
en este caso bisectriz obtusa).

Se usan los símbolos 2V y 2V para designar el ángulo entre los ejes
ópticos medido a lo largo de la dirección  o  respectivamente . Los
ángulos así definidos pueden exceder 90°, pero en un cristal dado 2V +
2V = 180° ya que ellos son ángulos suplementarios. Por ejemplo un
mineral biaxial negativo tiene un 2V = 37° (o 2V = 143°). Ello implica
que  es la bisectriz aguda entre los ejes ópticos, en tanto que  es la
bisectriz obtusa.

El signo del mineral depende de si  se aproxima más a  o a . Si por


ejemplo  difiere muy poco de  y es muy diferente de  (v. Fig. 41A),
entonces el mineral es biaxial positivo ya que las secciones circulares
están solamente un poco inclinada en relación al eje  y, por
consiguiente, los eje ópticos respectivos están poco inclinados en
relación a (ángulo V pequeño y es bisectriz aguda).
68

Figura 41. Estimación del signo óptico en función de los valores


de los índices de refracción de un mineral biaxial.

Si por el contrario (Fig. 41D)  difiere poco de  y es muy superior a ,


entonces la sección circular estará muy inclinada en relación a  y por
consiguiente, los ejes ópticos estarán muy inclinado en relación al eje  .
En este caso el mineral es biaxial negativo puesto que el ángulo 2V es
elevado (2V > 90°).

Finalmente, si  tienen un valor aproximado a la media aritmética entre


 y  (Fig. 41C), V vale 45° y 2V = 90°. En este caso ni  ni  pueden
considerarse como bisectriz aguda y por lo tanto este mineral no es ni
positivo ni negativo.

Aplicaciones de la indicatriz biaxial

La indicatriz biaxial se utiliza del mismo modo que la indicatriz uniaxial,


es decir se considera en la indicatriz la sección homóloga a la sección
de un cristal. Esa sección de la indicatriz tendrá la forma de una elipse
cuyos radios principales corresponderán a los índices de refracción y a
las direcciones de vibración dentro del cristal.

Así, siguiendo la dirección , perpendicular a la sección A (Fig. 42), se


69

propagan 2 ondas que vibran ortogonales entre sí. La sección homóloga


en la indicatriz es una elipse cuyos radios son  y , que son índices y
direcciones de vibración.

Figura 42. Secciones de la indicatriz dentro de un cristal biaxial.


Del mismo modo por  (perpendicular a la sección B Fig. 42) se
propagan 2 ondas cuyos índices y direcciones de vibración son  y , en
tanto que por  (perpendicular a la sección C) se propaga  y .

Las ondas que se transmiten por una dirección al azar vibran también
en 2 direcciones que corresponden a los radios de la elipse de la
indicatriz determinada por el plano perpendicular a la dirección de
propagación de la luz incidente.

Cálculo del ángulo 2V de los ejes ópticos


70

La elipse de birrefringencia máxima tiene como ecuación:

2 2
X + Z = 1 (1)
2 2
 

Sea una sección de máxima birrefringencia (Fig. 43), la traza en ella de


una sección circular SOC y la recta ON perpendicular a SOC, que forma
un ángulo V con el eje OZ, que es la bisectriz aguda del cristal.

V C
V
O X
S

EO
Figura 43. Sección de birrefringencia máxima de un cristal
biaxial y traza de una sección circular SC.
Según la figura: V = ZON = COX

si las coordenadas del punto C son (X, 0, Z), se puede escribir:

tg V = Z (2)
X

El punto c pertenece a la elipse de birrefringencia máxima y también a


la sección circular de radio , cuya ecuación es:

2 2 2
X + Z =  ecuación de un círculo de radio .
71

2
 X2 + Z =1 (3)
2

comparando (1) y (3)

2 2 2 2
X + Z = X + Z
2 2 2
  

2 2 2 2 2 2
X  +Z  =X +Z
2 2 2
  

2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2
X   +Z   =X   +Z  

2 2 2 2 2 2 2 2 2 2
Factorizando  X (  -   ) = Z (  -   )

2 2 2 2 2
 Z = (  -   )
2 2 2 2 2
X (  -   )

2 2 2 2 2 +
(2)  tg v =  ( -  ) =   ( -  ) si B
2 2 2 2 2
 ( -  )  ( -  )

2 2 -
y tg v=   ( -  ) B
2 2
 ( -  )
Esta ecuación permite calcular el ángulo 2V a partir de los valores ,  y
. Ejemplo:
Cálculo del 2V de la forsterita (B+) ( = 1.635;  = 1.651;  = 1.670)
tg V = 0.93; V = 43; 2V = 86; 2V medido = 82º

Los valores obtenidos por cálculo son generalmente menos precisos que
aquellos obtenidos por medida directa, ya que el más pequeño error
cometido en la medida de uno de los índices trae consigo una gran
variación del valor de V (error elevado al cuadrado).

Por otra parte, cuando el ángulo 2V es pequeño o la birrefringencia es


72

baja, se puede usar la siguiente fórmula aproximada:

2
tg V =  + 
 + 

Ejemplo: Augita ( =1.671;  =1.672;  =1.703)

Cálculo de la birrefringencia de una sección al azar:

Consideremos una sección al azar dentro de una indicatriz biaxial


positiva. La normal a esa sección representa la dirección de propagación
de las ondas, y  y ' los ángulos que hace esa normal con cada uno de
los ejes ópticos.

Se puede demostrar que:

1 - 1 =  1 - 1  sen  . sen '


2 2 2 2
' '  

Cuando la birrefringencia es baja, es decir cuando  no es muy diferente


de , esta fórmula se simplifica:
' =  . sen  . sen '

en donde '= '- ' (sección al azar) y  =  -  (sección de máxima


birrefringencia)

- si la normal de onda está ubicada siguiendo un eje óptico:


  o '= 0  sen  o sen ' = 0 y  = 0 (sección de birrefringencia
nula).
- si OD coincide con    = '= 90°  sen  = 1  ' =  (sección
de birrefringencia máxima).

2
- si mineral uniaxial  2V = O   = ' y '=  sen 
73

Direcciones de vibración en un cristal biaxial

En una sección principal de un mineral biaxial, es decir en una sección


que contiene 2 de los ejes del elipsoide, las vibraciones se efectúan
siguiendo los ejes principales. Por ejemplo en una sección perpendicular
a , existen 2 vibraciones: , perpendicular al plano  y 
perpendicular al plano 

En el caso de los minerales biaxiales generalmente se tienen secciones


con 2 vibraciones extraordinarias, las que están dirigidas según los ejes
de la sección elíptica considerada en la indicatriz. Estas direcciones de
vibración están determinadas por la Regla de Biot-Fresnel (1820-1827):
“sea una normal de onda a una sección al azar de un cristal biaxial y los
dos planos determinados por dicha normal con cada uno de los ejes
ópticos: las direcciones de vibración de las 2 ondas que se propagan por
esa normal de onda están contenidas, respectivamente, en los planos
bisectores entre esos 2 planos" (Fig. 44).

Figura 44. Regla de Biot-Fresnel.


Trayectoria de rayos
Como lo vimos en el caso de los minerales uniaxiales, la trayectoria del
rayo extraordinario es el radio conjugado de la dirección de vibración y
74

está contenido en el plano definido por la normal de onda y la dirección


de vibración. Su posición en un cristal biaxial será analizada para
diferentes casos:

A) Propagación de la normal de onda por uno de los ejes


principales de la indicatriz.
En este caso la sección en la indicatriz perpendicular al rayo incidente
contiene 2 ejes del elipsoide puesto que ,  y  (X, Y y Z en Fig. 45) son
ortogonales entre sí. A cada eje le está asociado un rayo, que es el radio
conjugado de cada una de las dos direcciones de vibración. En este caso
particular, la trayectoria de los 2 rayos refractados coincide con la
normal de onda y, por consiguiente, esos rayos se comportan como
ordinarios.

Figura 45. Trayectoria de los rayos cuando la normal de onda se


propaga por un eje de la indicatriz.

B) Propagación de la normal de onda por un plano definido por


75

2 semiejes de la indicatriz.
En este caso una dirección de vibración siempre coincide con un
semieje de la indicatriz (Z en Fig. 46) y por lo tanto la dirección de
propagación de la onda que le está asociada coincide con la normal de
onda y, por ende, se comporta como rayo ordinario (RPo en Fig. 46).

'

Figura 46. Trayectoria de los rayos cuando la normal de onda se


propaga por un plano que contiene 2 ejes de la indicatriz.

Por su parte, el rayo que se propaga en el plano definido por dos ejes de
la indicatriz, se comporta como extraordinario (RP) y su trayectoria
corresponde al conjugado de la dirección de vibración en el plano
definido por esa dirección de vibración y la normal de onda (en amarillo
en Fig. 46).

C) Propagación de la normal de onda por una dirección al azar.


A una normal de onda le están asociadas 2 direcciones privilegiadas de
vibración que están indicadas por la elipse de la indicatriz que es
perpendicular a dicha normal de onda. Los semiejes mayor y menor de
76

esta elipse ’ y ’ (Fig. 47), representan las direcciones privilegiadas de


vibración asociadas a la normal de onda WN y son proporcionales a los
índices de refracción ' y ' respectivamente.

’
’

Figura 47. Trayectoria de los rayos en una sección al azar de un


cristal biaxial.

Las direcciones de vibración ’ y ’ definen a su vez con la normal de


onda WN, dos planos que también cortan a la indicatriz según una
elipse por donde se propagan los rayos refractados. Un solo rayo de
esas elipses –el rayo conjugado- está asociado a la normal de onda y a
una de sus 2 direcciones privilegiadas de vibración. Estos rayos
corresponden a RPE1 y RPE2, los que están respectivamente contenidos
en el plano definido por la normal WN y la dirección de vibración
privilegiada ’ o ’. RPE2, dirección de propagación de uno de los rayos
extraordinarios, es el radio conjugado de ’ en esa elipse, mientras que
RPE1 es el radio conjugado de ’ en la otra elipse. Generalmente, si la
birrefringencia es baja, el ángulo WN- RP E1 (o RPE2) es pequeño de tal
manera que la dirección del rayo y la normal pueden considerarse como
77

paralelas.

SUPERFICIE DE LAS VELOCIDADES DE LOS RAYOS


Para construir la superficie de las velocidades de los rayos, que
recordemos es una superficie doble, se debe aplicar las propiedades de
los radios conjugados de las elipses. Otra manera para obtenerla es
pasar directamente de la indicatriz a la superficie de la velocidad de los
rayos, al considerar distintas direcciones específicas de propagación de
la luz dentro del cristal. Ello se realiza de la siguiente manera:

A) Propagación de la normal de onda por uno de los ejes


principales de la indicatriz. En este caso los rayos coinciden con los
rayos normales al frente de onda extraordinario (v. Fig. 45).

Por lo tanto, siguiendo el eje  de la indicatriz se propagan 2 ondas


cuyas velocidades respectivas son:

V = 1 y V = 1
 

Del mismo modo por el eje  se propagan dos ondas cuyas velocidades
son:

V = 1 y V =1
 

en tanto que por el eje  se propagan 2 ondas cuyas velocidades


respectivas son :

V = 1 y V = 1
 

Podemos ahora, llevando estos valores a un sistema X, Y, Z, ortogonales


entre sí, deducir que la superficie de las velocidades de los minerales
biaxiales será una superficie doble.
78

B) Propagación de la normal de onda por un plano definido por


2 semiejes de la indicatriz.
En este caso una dirección de vibración siempre coincide con un
semieje de la indicatriz (v. Fig. 46). Consideremos sucesivamente los 3
planos principales:

Plano  : Todos los rayos que vibran perpendicular a este plano poseen
una misma velocidad V = 1/. La superficie de las velocidades de estos
rayos es entonces un círculo de radio V. Estos rayos se comportan por
consiguiente como rayos ordinarios.

Por otra parte los rayos que vibran en ese plano  poseen velocidades
variables entre V y V. Por consiguiente, la superficie de las
velocidades de estos rayos es un elipse cuyos semiejes son V  y V y
que se sitúa dentro del círculo que representa las velocidades de los
rayos que vibran perpendicularmente al plano considerado (Fig. 48).
Estos rayos se comportan entonces como rayos extraordinarios. Ahora
para trazar la trayectoria del rayo extraordinario, basta con trazar la
perpendicular a normal de onda que sea tangente a la elipse de los
rayos extraordinarios y de ahí unir ese punto con el punto central.

Figura 48. Indicatriz y Superficie de la Velocidad de los Rayos


en el plano  .

Plano :Todos los rayos que vibran perpendicular a este plano tienen
79

la misma velocidad V = 1/ y la superficie de la velocidad de estos


rayos es un círculo de radio V. Por su parte, los rayos que vibran dentro
de este plano  poseen velocidades variables entre V y V; su
superficie de velocidades es entonces una elipse con esos valores como
semiejes. (Fig. 49).

Figura 49. Indicatriz y Superficie de la Velocidad de los Rayos


en el plano  .
Plano  : Este plano contiene los ejes ópticos, es decir es el plano de
birrefringencia máxima (Fig. 50). Los rayos que vibran perpendicular a
este plano, tienen una velocidad constante (V) y su superficie de
velocidades es un círculo. Los rayos que vibran dentro de este plano,
tienen una velocidad variable entre V y V y su superficie es una elipse
con esos valores como semiejes. Esta elipse corta entonces el círculo en
cuatro puntos. Las rectas que pasan por esos son llamadas ejes de
refracción cónica (E.R.C.) o ejes ópticos secundarios.
80

Figura 50. Indicatriz y Superficie de la Velocidad de los Rayos


en el plano  .

Un eje de refracción cónica es una dirección en la cual se desplazan dos


ondas: una onda que se comporta como ordinaria y una onda que se
comporta como extraordinaria (Fig. 51); sin embargo, la normal de la
onda extraordinaria se desplaza a una velocidad diferente a la onda
ordinaria. Además, el rayo extraordinario tiene una dirección diferente
que se determina trazando la tangente a la elipse que sea perpendicular
al ERC. Ese punto obtenido se une al punto central de la elipse y ese
segmento es el rayo extraordinario.

Constatamos entonces que los rayos que se propagan por el ERC


poseen trayectorias diferentes y sus normales de ondas poseen
velocidades diferentes (fig. 51). Ahora, como el índice de refracción es
igual al inverso de la velocidad, las normales de onda poseen índices de
refracción diferentes. Ello implica que habrá una birrefringencia, y por
tanto el E.R.C. no es un eje óptico primario, que es una dirección de
monorrefringencia.

ERC
1/ Rayo  No, No, rayo ordinario
V normal  ≠ V normal 

1/

1/

1/ 1/ 1/ 


81

Figura 51. Rayo ordinario y extraordinario asociado a un eje


óptico secundario.



1/ Rayo 

1/ No, No, rayo ordinario


V normal  = V normal 
1/

1/ 1/ 1/ 


Figura 52. Rayo ordinario y extraordinario asociado a un eje
óptico primario.
El eje óptico primario se determina por su parte trazando una recta que
sea simultáneamente tangente a la elipse y al círculo (comparar Fig. 52
a 51). De esta manera las velocidades normales extraordinarias y
ordinarias son iguales, al igual que sus inversos (los índices de
refracción), correspondiendo esta dirección a una de monorrefringencia.

El ángulo entre estos E.R.C. es 2W. La separación entre los ejes ópticos
y los E.R.C. es generalmente pequeña (13' en el caso de la ortoclasa,
57' en el caso del diópsido), pero puede alcanzar valores apreciables en
el caso de minerales con alta birrefringencia (ej. azufre  = 0.297, 2V-
82

2W = 7°08').

C) Propagación de la normal de onda por una dirección al azar.


En este caso las direcciones de vibración no coinciden con ningún eje
del elipsoide biaxial. (v. Fig. 47). Por la normal de onda se propagan 2
ondas que se comportan como ondas extraordinarias y por ende su
superficie de las velocidades es, en esas direcciones, una elipse.

Al integrar las observaciones anteriores se percibe que la superficie de


las velocidades de los rayos de un mineral biaxial es una superficie
doble compleja (v. Fig. 53).

Figura 53. Superficie de la velocidad de los rayos de un mineral


biaxial.

La superficie completa muestra que, a diferencia de los cristales


uniaxiales. en donde la superficie de los rayos ordinarios es
independiente de la de los rayos extraordinarios, aquí las superficies
son continuas. Ello se debe a que mientras en los minerales uniaxiales
existen 2 clases de rayos netamente separados (ordinario y
extraordinario), en los cristales biaxiales hay 2 rayos extraordinarios
que pueden comportarse como ordinarios si su dirección de vibración es
83

perpendicular a una sección principal del elipsoide. Esta condición


puede ser alcanzada por cualquiera de los 2 rayos, cuando la dirección
de propagación está contenida en una sección principal. La salida de los
E.O. secundarios, o E.R.C., corresponden a depresiones de la superficie
("ombligos").

Hasta ahora hemos considerado un solo plano de la indicatriz. En el


espacio, todos los rayos cuya normal de onda coincida con el eje óptico
van a formar un cono hueco, cuyo eje central es justamente el eje de
refracción cónica (ERC) (Fig. 54).

Figura 54. Cono de luz formado por todos los rayos cuya normal
de onda coincide con el eje óptico.

Cuando el espesor del corte o la birrefringencia es baja, el ERC coincide


con el E.O. y por lo tanto este cono es muy pequeño o no existe. De tal
manera que las secciones circulares se comportan como las secciones
circulares de los minerales uniaxiales, los cuales no presentan la
refracción cónica interna. Así, la luz natural que incide normalmente a la
sección circular, continua sin polarizar durante el paso por esta sección
84

mientras que la luz polarizada conserva el mismo plano de vibración


que tenía antes de su entrada en el cristal.

ORIENTACION DE LA INDICATRIZ
En los cristales uniaxiales, el eje óptico coincidía con el eje de mayor
simetría (eje C). En los cristales biaxiales la posición de la indicatriz
varía de un sistema a otro.

En el sistema ortorrómbico (Fig. 55A), los ejes principales de la


indicatriz (,  y ) coinciden con los tres ejes binarios de simetría o, lo
que es lo mismo, con los ejes cristalográficos X, Y, Z (a, b, c). En
términos generales, la posición de la indicatriz está de esta manera fija,
pero sin embargo ,  y  pueden estar dirigidos según cualquiera de
los 3 ejes binarios. Por lo anterior existe 6 orientaciones posibles
(factorial de 3).

A B

Figura 55. Orientación de la indicatriz en un mineral


ortorrómbico (A) y monoclínico (B).

En el sistema monoclínico (Fig. 55B), uno de los ejes de la indicatriz


coincide con el eje de simetría binario de estos cristales, es decir
coincide con el eje cristalográfico Y. Los otros 2 ejes se encuentran en el
plano XZ pero no coinciden con ninguno de estos ejes cristalográficos.
85

La posición de la indicatriz está entonces fija en uno sólo de sus ejes y


varía la posición de los otros 2 de un mineral a otro.

En el sistema triclínico ninguno de los ejes principales del elipsoide


coincide con los ejes cristalográficos. La orientación de la indicatriz es
por tanto al azar pero para un mineral determinado ella está
perfectamente definida.

FIGURAS DE TRÖGER
Teniendo en cuenta que en un mineral dado la posición de la indicatriz
está perfectamente determinada, el mineralogista alemán Tröger ideó
una representación muy clara de los caracteres ópticos en el mismo
dibujo del cristal, trazando en él la posición del plano de los ejes ópticos
(O.A.P.) con líneas discontinuas, los puntos de salida de los ejes ópticos
con un semi-círculo, cuya curvatura está dirigida hacia la bisectriz
aguda del mineral, y las direcciones de vibración principales del mineral
,  y (Fig. 56).

Figura 56. Figuras de Tröger del olivino.

Con estas figuras se puede rápidamente observar:


- el sistema cristalográfico del mineral, ya que este depende de la
orientación de ,  y  en relación a los ejes cristalográficos.
- la sección de birrefringencia máxima, es decir la sección paralela
86

al plano de los ejes ópticos.


- el signo del mineral, al determinar si la bisectriz aguda del ángulo
+ -
2V corresponde a  (B ) o  (B ).
- ángulo de extinción, que es el ángulo que forma la dirección
privilegiada de vibración del mineral con el largo del cristal o con
la traza del clivaje.
- signo de elongación, al observar si el largo del cristal coincide con
 (largo lento) o con  (largo rápido).
- sección de birrefringencia mínima, que son aquellas secciones
perpendiculares a un eje óptico.

Estas figuras nos permiten además, conociendo las propiedades ópticas


de una sección observada al microscopio, reconocer a que sección del
mineral ella corresponde.
87

VI. FENOMENOS DE INTERFERENCIA EN MEDIOS CRISTALINOS


ANISOTROPOS

Los fenómenos de interferencia que ocurren en medios cristalinos


anisótropos se traducen en la polarización cromática, es decir en
los colores de interferencia que se observan en nicoles cruzados.
Ellos fueron descubiertos e interpretados por Fresnel y Arago en 1911.

Si se observa con el microscopio polarizante en nicoles cruzados, el


campo visual aparece oscuro si las direcciones de vibración del
polarizador y del analizador están perfectamente ortogonales entre sí.
Si se coloca un cristal anisótropo entre el polarizador y el analizador, y si
se gira la platina de 360º, se observarán 4 posiciones de extinción,
en las cuales las direcciones privilegiadas de vibración del mineral
coinciden con las direcciones de vibración del polarizador y del
analizador (Fig. 57).

Figura 57. Posiciones de extinción y de aclaración máximo al


girar la platina.

Entre esas posiciones de extinción el cristal aparece con una coloración,


llamada color de interferencia o color de polarización, que es
diferente del color del mineral observado en luz polarizada plana.

Cuando se gira la platina, este color de interferencia no varía pero su


intensidad cambia, obteniéndose con ello una posición de
88

aclaramiento máximo cuando se ha girado la platina de 45º en


relación a la posición de extinción (Fig. 57).

Si en vez de luz polarizada se enviase luz natural, es decir si se sacase


el polarizador, no se observarán los colores de interferencia, incluso si el
analizador está puesto. Por
consiguiente, para observar el color de interferencia se requiere luz
polarizada y que los nicoles estén cruzados. Este color de
interferencia resulta de la interferencia entre las 2 ondas
transmitidas por el cristal anisótropo.

Fresnel y Arago definieron las siguientes leyes de interferencia:

1) 2 ondas polarizadas en un mismo plano interfieren entre ellas.


2) 2 ondas polarizadas en planos perpendicular no interfieren entre
ellas.
3) la luz natural al pasar por un cristal anisótropo es descompuesta
en 2 vibraciones polarizadas en planos perpendiculares, pero ello
no produce fenómenos de interferencia incluso si se hace coincidir
los planos de polarización de estas 2 vibraciones por medio de su
paso a través del analizador.
4) si se envía luz polarizada plana sobre el cristal, la luz es
descompuesta en 2 vibraciones polarizadas en planos
perpendiculares. Si a estas vibraciones se las hace pasar por el
analizador, los planos de vibración van a estar confundidos y
habrá interferencia entre las 2 ondas.

Para que ocurra entonces la interferencia entre 2 ondas, estas deben:


- vibrar en un mismo plano
- poseer una misma frecuencia
- ser coherentes, es decir que los cambios de fase se produzcan
simultáneamente y que las diferencias de fase se mantengan
constantes.

Estas condiciones se obtienen con la utilización del microscopio


polarizante.
89

Fresnel dio la explicación matemática de los fenómenos de interferencia


en el caso de la luz monocromática.

Estudiemos el caso más general, es decir consideremos el caso de una


sección orientada al azar de un mineral biaxial. Si la luz polarizada
incidente no es paralela a ninguna dirección privilegiada del cristal, ella
se descompondrá vectorialmente en 2 rayos al entrar en el cristal,
vibrando cada onda paralela a una dirección privilegiada de vibración
del mineral (Fig. 58).

Sea OP, la dirección de vibración del polarizador que deja pasar


solamente a la luz polarizada en esa dirección, cuya elongación en el
tiempo t es OY = A sen  t

Esta vibración al entrar al cristal se descompone en 2 vibraciones OT y


OT' dirigidas siguiendo los ejes ' y ' de la elipse de la indicatriz (Fig.
58).

’

t’ o t r
A
 

T’  T
R
Y
’
P
90

Figura 58. Interferencia de la luz en un mineral biaxial.

Estas 2 vibraciones tienen una elongación en la entrada del cristal igual


a:
OT = OY cos  = A cos  . sen t
OT'= OY sen  = A sen  . sen t

Al partir de ese momento, las dos ondas poseen la misma velocidad


angular y están en concordancia de fase, pero poseen velocidades de
propagación diferentes. Ellas van a atravesar el cristal de espesor e con
distintas velocidades y por consiguiente en tiempos t' y t' diferentes
(e = v t).
Para la vibración OT Para la vibración OT'
V' = 1 y t' = e = e ' V' = 1 y t' = e = e '
' v' ' V'
Como ' < ' t' < t' por lo tanto ' representa la vibración rápida, en
tanto que ' representa la vibración lenta.

Se llama retardo (R) del cristal, la diferencia de tiempo entre las 2


vibraciones en atravesar el cristal:

R = t' - t' = (e ') - (e ') = e ( ' - ') = e '

A la salida del cristal, a este retardo le corresponde una diferencia de


fase  que se puede expresar en función de la velocidad angular de la
vibración ( ):

= R  = R 2
T

en donde T es el período. Por su parte :

V=T= 
C
91

  = R 2  puesto que C = 1

Al salir del cristal, las 2 vibraciones presentan una diferencia de fase 


que es constante (puesto que ella depende solamente de la longitud
de onda utilizada -que es constante- y del retardo del cristal, que es
constante ya que el espesor y la birrefringencia son valores
característicos del cristal y de la sección estudiada) y permanece
constante hasta el analizador puesto que al salir del cristal las 2
ondas retoman la velocidad de la luz en el aire.

En realidad, al salir del cristal las ondas no están obligadas de vibrar


siguiendo una dirección específica como ocurre cuando atravesaban el
cristal, de tal manera que entre el analizador y el cristal las 2 ondas
interfieren, llegando una sola onda al analizador. Sin embargo, lo
anterior tiene igual resultado si se considera que las dos ondas se
propagan separadamente.

Si las 2 vibraciones OT y OT' tuviesen la misma velocidad, es


decir un índice de refracción idéntico, ellas atravesarían con el mismo
tiempo el cristal y por lo tanto el retardo sería nulo. La diferencia
de fase sería también nula. Ahora, puesto que las ondas tienen
idéntica velocidad en el aire, llegan al analizador con esa misma
diferencia de fase. En el analizador, las 2 vibraciones OT y OT' se
descomponen cada una en 2 vectores paralelos al analizador y
polarizador (ot y ob para OT y ot' y ob' para OT'). Nótese que las
vibraciones ob y ob’ son perpendiculares al analizador.

De estos nuevos vectores, ob y ob', que coinciden en posición, son


detenidos por el analizador (su dirección de vibración es perpendicular a
la dirección de vibración del analizador y por lo tanto I A= 0), en tanto
que los vectores ot y ot' atraviesan el analizador ya que vibran en ese
mismo plano. Sin embargo, estas vibraciones están en oposición de
fase ( =  ; v. Fig. 58) y sus elongaciones son idénticas:
92

Hay que subrayar el hecho que el analizador tiene como efecto


introducir una diferencia de fase de 180º entre las 2 vibraciones. Esta
diferencia de fase es una constante para todas las ondas que entran al
analizador.

ot = OT sen  = A cos  sen t sen  = A sen 2  sen t


2

ot'= OT' cos  = A sen  cos  sen t = A sen 2  sen t


2

Las ecuaciones muestran que las elongaciones son las mismas


cualquiera sea el valor de  y, por lo tanto, por interferencia ambas
ondas se anulan mutuamente y el mineral se mantiene extinto
cualquiera sea la posición de la platina.

Consideremos ahora el caso más general: las 2 vibraciones


recibidas por el analizador presentarán entre ellas una diferencia de
fase igual a ( + ), las que fueron adquiridas respectivamente al
atravesar el cristal (  ) y en la entrada del analizador ().

Generalmente, al salir del cristal estas 2 vibraciones no tienen la misma


elongación. Si OT' representa la vibración lenta, ella no interferirá
con la vibración OT, sino con otra vibración rápida OR que entrará al
cristal con un retardo R = t'- t', cuya elongación no será, en
general, la misma que OT' (v. Fig. 58).

Esta vibración OR, tendrá como elongación:


OR = A cos  sen (t- R) ya que OY = A sen (t- R)

 = R y el signo negativo de R indica que la onda entra después.

Ella originará en el analizador, la vibración:

or = A sen 2 sen (t - R)


2
93

Es esta vibración Or la que va a interferir en el analizador con la


vibración lenta ot', para dar una vibración resultante y r , de manera que
y = ot' - 0r  0 y por tanto el mineral aparece iluminado.

yr = A sen 2 sen t - A sen 2 sen (R - t)


2 2

yr varía si se hace girar la platina, alcanzando un valor máximo si  =


45º (posición de aclaramiento máximo).

Para darle a la vibración yr una ecuación de forma general, hay que


eliminar la variable t, lo que se obtiene con artificios matemáticos y,
entre otras cosas, elevando al cuadrado. Recordemos que cuando se
eleva al cuadrado se obtiene A2 y que justamente el cuadrado de la
amplitud es proporcional a la intensidad luminosa.

De esta manera, finalmente se obtiene:

IA= I sen2 2 sen2 


P

e '

en donde:

IA = intensidad de la luz a la salida del analizador


Ip = intensidad de la luz a la salida del polarizador
 = ángulo entre las direcciones privilegiadas de vibración de la
sección del mineral y las direcciones de vibración del polarizador y
del analizador.
e = espesor de la sección al azar del cristal considerado.
' = birrefringencia de la sección del cristal considerado.
 = longitud de onda de la luz monocromática utilizada

Esta fórmula concierne solamente la intensidad, la cual varía, no así el


color de interferencia, que es constante.
94

Esta fórmula nos permite definir los diferentes casos en los cuales la
intensidad luminosa a la salida del analizador será nula. En luz
monocromática habrá extinción si:

IA = 0 cuando:

- Ip = 0 es decir si la luz no entra al microscopio

-=0 es decir cada vez que las direcciones privilegiadas de


vibración del mineral, coinciden con las direcciones de
polarización del microscopio.

2
- sen  e ' = 0 es decir cuando:

- e = 0 : es decir no hay un corte transparente sobre la platina o


hay un hoyo o un vacío en él.

- '= 0 : es decir el cristal es isótropo o es una sección


perpendicular a un eje óptico de un mineral
anisótropo.

- e ' = 1 o es igual a un número entero cualquiera k


2
En este último caso se obtiene sen k  0, por lo cual esta condición
particular puede escribirse:

e ' = k e ' = k   R = k  (k=entero)


Esta condición se realiza entonces cuando los retardos introducidos por


un corte transparente son iguales a múltiplos de la longitud de onda de
la luz monocromática utilizada (Fig. 59A).
95

Figura 59. Efecto de la interferencia cuando R = k (A) y cuando


R = K /2 (B).

Del mismo modo IA= máxima si  = 45º y en esa posición


2
sen  e ' = 1

lo que se cumple cuando e ' = 1


 2

es decir cuando R= k'  (k'= número entero impar)


2

Por otra parte, si a la salida del corte R =  (n>2)


n

es decir, si el retardo es igual a una fracción de  , las ondas al salir del


cristal interfieren originando una onda elíptica (o circular si R = 4).
96

Estas ondas siempre originan 2 componentes al llegar al analizador, uno


de los cuales lo atravesará. Es decir, ocurre lo mismo que si no se
considerase la interferencia a la salida de cristal, es decir, si dentro del
aire las ondas rápida y lenta siguiesen vibrando separadas. Como ocurre
lo mismo, no se considerará la polarización elíptica ni circular,
facilitando así la comprensión.

2
En cuanto a la intensidad , si R =  se obtiene que sen /4 = 1/2 y IA
= Ip/2 ,
4
es decir el analizador transmite 50% de la intensidad máxima que
transmitiría cuando
R = k 
2

Generalizando lo visto anteriormente, si el cristal está en posición de


máximo aclaramiento, la intensidad transmitida por el analizador está
dada por una función sinusoidal:

2
IA = 100 sen  e '

en donde el 100 expresa que a lo máximo la intensidad transmitida por


el analizador, es igual a la intensidad transmitida por el polarizador.
Gracias a esta ecuación podemos hacer un gráfico que exprese la
variación de IA de función del retardo o de la diferencia de fase
introducida por el cristal anisótropo para una longitud de onda dada
(Fig. 60).
97

Figura 60. Intensidad de la luz transmitida por el analizador en


función del retardo.
Aplicaciones
a) Si se observase en nicoles cruzados un cristal corindón ( = 1.655, 
= 1.633 : U-) de 50 micrones de espesor, cortado paralelamente al eje C
del cristal y dispuesto a 45º del polarizador. ¿Cuál es la intensidad
luminosa transmitida por el cristal si es iluminado sucesivamente por
-9
radiaciones monocromáticas verde ( =550 10 m) y amarillo ( = 592
-9
10 m)?

El cristal introduce un retardo igual a R = e '


-6 -3
= 50 10 22 10
-9
= 1100 10 m

-9
para la radiación verde  = 550 10 m y el retardo introducido por el
cristal es justamente igual a 2Como el R = 2 la intensidad
transmitida por el analizador es nula.

para la radiación amarilla ( = 592 10-9 m) la situación es más


complicada: hay que calcular los retardos para las intensidades
máximas y mínimas, y luego extrapolar:

La IA será máxima si R = n (n = número entero impar), de tal


manera que si:

n = 1 R = 296 y si n =3 R = 888 (R = 592 x 3 = 888).


2

La IA será mínima si R = n (n= número entero), de manera que si n =


1 , R = 592 y si
n = 2 , R =1184. Por resolución gráfica se obtiene que IA = 28%.
98

b) Experiencia de la cuña de cuarzo


Como acabamos de ver, habrá extinción cuando el retardo (R = e )
introducido por un cristal anisótropo sea igual a un número entero de la
longitud de onda de la luz monocromática utilizada. Esta condición
significa que si se cortase una cuña delgada de un cristal y se la
observase en nicoles cruzados con luz monocromática, se observarán
franjas oscuras regularmente espaciadas si la cuña posee un ángulo de
apertura constante.

Ejercicio: Una cuña de cuarzo se cortó paralelamente al eje óptico del


cristal (es decir ella corresponde a una sección de birrefringencia
máxima (Fig. 61). El ángulo de la cuña vale 1º y la birrefringencia
máxima del cuarzo es de 0.009. Si se observa esa cuña en nicoles
cruzados, en su posición de máximo aclaramiento y con luz
monocromática verde (= 510 10-9 m), ¿a que distancias se observarán
las 3 primeras franjas oscuras?

Figura 61 Interferencia en el caso de una cuña de cuarzo.

POLARIZACIÓN CROMÁTICA
Si en nicoles cruzados repitiésemos la experiencia de la cuña de cuarzo
utilizando esta vez luz blanca, observaríamos que la cuña aparece
99

coloreada con una sucesión de colores que se repiten periódicamente y


que constituyen la gama de tonos de polarización cromática (tonos de
Newton).

Para explicar esos colores, retomemos el ejercicio sobre la cuña de


cuarzo. Como vimos, los retardos correspondientes a las 3 primeras
franjas oscuras utilizando luz monocromática verde (  = 510 m) son:

R1= 510 m R2= 1020 m R3= 1530 m

Si se observase con luz blanca en nicoles cruzados, esos retardos


corresponden a tonos naranja o rojos. Es decir, en luz monocromática
verde se observaría una franja oscura pero en luz blanca se observa una
coloración naranja.
Se puede repetir el ejemplo usando luz amarilla (  = 598 m): en luz
monocromática se observa una franja oscura en tanto que en luz blanca
se observa un tono morado-azul.

Se puede concluir entonces, que los tonos de polarización o colores


de interferencia, corresponden a los colores complementarios de
los colores eliminados por interferencia usando luz blanca. En
realidad, los fenómenos son un poco más complejos y para
comprenderlos cabalmente hay que volver a la ecuación fundamental y
buscar con ella lo que hace que la intensidad varíe a la salida del
analizador.

Recordemos que la intensidad será máxima si  = 45º (posición de


aclaramiento máximo). Este factor tiene solamente un rol sobre la
intensidad. Por su parte, el factor
2
sen  e '

juega un rol sobre la intensidad y sobre los fenómenos de interferencia.

De una manera general, los colores de polarización resultan de la


combinación de 2 factores principales:
100

a) de la intensidad relativa de las diferentes radiaciones de


espectro visible que poseen longitudes de ondas diferentes y que se
combinan en un punto de retardo determinado. Por ejemplo si la
intensidad de la radiación amarilla es máxima y la correspondiente a
los otros colores es menor, la coloración observada tendrá un matiz
amarillo más marcado. Del mismo modo hay que considerar la
eliminación de ciertas radiaciones cuando R = k , es decir cuando la
intensidad de un color es nula.

b) de la luminosidad variable de las diferentes radiaciones. En


general el ojo es más sensible a los colores de la parte central
del espectro visible (verde, amarillo, naranja) que a los colores de los
extremos del espectro (violeta y rojo). Esto explica que el primer color
percibido es el amarillo mientras que la primera radiación que pasa por
su intensidad máxima es el violeta y luego el azul (estos colores violeta
y azules se observan tan raramente que ellas son diagnósticos de
ciertos minerales con baja birrefringencia como las cloritas y las
zoisitas. Estos colores anómalos de interferencia son llamados "AZUL DE
BERLIN" o "ULTRA AZUL").

Se puede efectuar un estudio más detallado de la coloración resultante


al observar las variaciones de las intensidades de las principales luces
monocromáticas con respecto a un retardo creciente (Fig. 62) que, al
combinarse para un retardo dado, originan los colores ilustrados en la
tabla de Michel Levy (Fig. 63).

Primer orden 2º orden 3er orden 4º orden


IA
N G Bl Am Na R Vi A V AmNaR Vi A V Am R Vi
az a
let
ul
vio

o
a rill
o
am
roj

R
101

Figura 62. Variación de la intensidad de las luces


monocromáticas en función de un retardo creciente.

Figura 63. Tabla de Michel Levy.


Por un retardo creciente se observa lo siguiente (Fig. 62):
- por un retardo nulo se ve negro
- si el retardo aumenta, las curvas de las diversas radiaciones aumentan
gradualmente con dominio de las radiaciones que tienen más
pequeñas (violeta, azul): el color obtenido es un gris azul-violeta, cada
vez más claro a medida que crece el retardo.
- cuando las curvas de la región media del espectro (verde, amarillo,
naranja) alcanzan su mayor intensidad, es decir cuando el retardo es
igual a la mitad de esas , las curvas extremas (violeta y rojo) también
tienen valores próximos a la intensidad máxima y, por ende, el color
resultante es un blanco originado por la adición de todos los colores.

Del mismo modo, gracias a la eliminación de los colores muy


102

luminosos, especialmente la radiación amarilla para retardos de


alrededor de 590 m y 1180 m es decir para retardos situados entre
las máximas intensidades del rojo y violeta, se puede observar el paso
matizado del rojo al azul por el intermedio de colores violetas, llamados
violeta tonos sensibles. Son justamente estos colores violetas que
sirven para subdividir la tabla en : 1er orden (caracterizado por colores
grises y blanco), 2do orden que comienza con el primer violeta (colores
vivos), 3er orden (colores "desteñidos").

- En seguida, al aumentar el retardo, las diversas curvas se van


separando cada vez más entre ellas. En razón de la separación de las
máximas de las distintas ondas, en el segundo orden cada color llega a
su máximo separadamente mientras los otros tienen una intensidad
más baja. Por consiguiente los colores de interferencia observados serán
nítidos y es por ello que el segundo orden presenta colores vivos.

- En el tercer orden, en razón de la discordancia cada vez mayor, el azul


está más separado del máximo amarillo y por ende el campo verde del
tercer orden es más amplio. Tras esto y al final del tercer orden, los
máxima de intensidad correspondientes a los diferentes colores van a
comenzar a acercarse (ver máximo violeta que se acerca a máximo
amarillo) y por consiguiente los colores de interferencia resultantes van
a empaparse de blanco y a "desteñirse" (colores lavados). Por ello el
tercer orden termina con un violeta poco nítido.

- A partir del cuarto orden, este fenómeno de "empaparse de blanco" es


más pronunciado puesto que las curvas están muy juntas al mismo
tiempo que otras están separadas. El color es conservado con casi la
mitad de su intensidad, y se obtiene una luz coloreada poco matizada
que da la impresión de un blanco (blanco de orden superior). La
intensidad de este blanco es sensiblemente igual a la mitad del
blanco del primer orden, puesto que la mitad de las radiaciones se
suprimen mientras que en el primer blanco ellas eran todas casi
integralmente conservadas.

Evaluación de la birrefringencia
103

Michel Levy tuvo la idea de superponer la sucesión de colores de


interferencia observados en nicoles cruzados a un sistema de
coordenadas en donde la ordenada es el espesor y la abscisa es el
retardo, y trazó además en ese diagrama una serie de oblicuas que
pasan por el origen (Fig. 63). Las pendientes de estas rectas oblicuas
están definidas por la relación:

tg  = e = e = 1
R e ´ ´

En otras palabras, la pendiente de la rectas son iguales al inverso de la


birrefringencia de la sección observada y es justamente por ello que
esta tabla sirve para evaluar la birrefringencia.

Cabe tener presente que en la tabla de Michel Levy (Fig. 63) están
puestos en las parte superior las birrefringencias máximas de algunos
minerales y que el único valor característico de un mineral es
justamente su birrefringencia máxima (las otras secciones tendrán
una birrefringencia que dependerá de la orientación del corte).

La evaluación de la birrefringencia a partir del retardo solo


puede efectuarse si se conoce el espesor de la sección. En
petrografía microscópica, es decir en la descripción de rocas en corte
transparente, todos los cortes se efectúan con un espesor de 30.
Como el espesor es de esta manera constante, los petrógrafos
tienen tendencia a confundir el retardo (es decir los colores de
interferencia) con la birrefringencia.

El espesor de 30  del corte transparente se controla con los colores de


interferencia observados en nicoles cruzados en minerales como el
cuarzo o los feldespatos: si estos, cuya birrefringencia máxima es del
orden de 0.009, presentan colores de interferencia máximos blancos
(R=270 m), el espesor es 30; si los colores de interferencia son
amarillos o naranjos el corte es más grueso.
104

Para evaluar correctamente la birrefringencia en grano suelto, se debe


evaluar previamente el espesor del grano, lo que se hace según el
método del duque de Chaulnes.

Evaluación del retardo

En la escala de los colores de interferencia (Fig. 63), se observa una


repetición de colores similares que los ha conducido a subdividirlos en
distintos órdenes. Este hecho puede conducir a que, si el cristal no
presenta cuñas naturales en sus bordes, la determinación del orden al
cual corresponde un color determinado sea muy difícil de efectuar. Por
ejemplo, el amarillo se observa para retardos iguales a 350 m (1er
orden), 900 m (2 orden). Si el mineral presenta una cuña en uno de
sus bordes, se cuentan el número de morados observados en ella y se
sabe el orden al cual corresponde.

Si no se observan cuñas, se utilizan "placas auxiliares" que se


superponen al cristal generando una variación del retardo observado. La
vibración lenta () de estas placas está ubicada perpendicularmente al
alargamiento de la placa, de tal manera que al introducirla en el
microscopio está a 45º de las direcciones de polarización del
microscopio.

La superposición de láminas cristalinas está regida por la siguiente


regla: "si se superponen 2 cristales habrá adición o sustracción
de los retardos si, respectivamente, sus direcciones de
vibración lenta y rápida coinciden o están opuestas". Esta regla
es válida no solamente en el caso en que las direcciones de vibración
coincidan rigurosamente en la posición de máximo aclaramiento, es
decir a 45º de la posición de extinción, sino también desde el momento
en que las direcciones de vibración lenta o rápida están situadas en el
mismo cuadrante del ocular. La única diferencia con la posición de
máximo aclaramiento, será una diferencia de intensidad.
105

Ejercicio:

Si se pusiera una lámina de zircón (  = 1.926;  = 1.985 : U+) cortada


paralelamente al eje óptico del cristal, sobre el corindón del ejercicio
anterior (v. Página 90) ¿cuál debe ser el espesor del zircón y como
debe colocarse sobre el corindón para que éste aparezca con intensidad
luminosa nula en nicoles cruzados? Explique.

a) ez =? si Rz = Rc

* Corindón: Rc = ec c
= 50 10-6 . 22 10-3
= 1100 10-9 m
* Compensación si R = 0
es decir cuando R introducido por zircón sea igual a 1100 10-9m

es decir R c = ez  z
1100 = ez (1.985-1.926)
ez = 18,6 10-6m

b) para que haya sustracción de los retardos la vibración lenta del zircón
debe coincidir con la vibración rápida del corindón.

El corindón es U- , y como el eje C coincide con , en esa dirección


está la vibración rápida.

El zircón es U+ y por tanto en esa dirección está ubicada la


vibración lenta.

Por consiguiente habrá sustracción de los retardos cuando el eje c


del zircón coincida con el eje c del corindón.

La propiedad de las láminas cristalinas superpuestas permite entonces


evaluar el retardo y precisar las direcciones de vibración lenta y
rápida del cristal, es decir como está ubicado dentro del cristal
106

 y .

Para estas operaciones, las láminas o placas auxiliares utilizadas son


(Fig. 64):

- placa de yeso tono sensible (GIPS ROT.I): lámina de yeso (010)


de ´ = 0.009 y de 0.064 mm de espesor. Esta lámina introduce
un retardo de 575 m, es decir el violeta del segundo orden.

- placa de cuarzo tono sensible (QUARTZ ROT.I): R = 551 m


(rojo 1er orden) que corresponde a la  del amarillo emitido por
una lámpara de sodio.

- placa mica cuarto de onda (Glimmer /4): lámina de muscovita


(001) de ´ = 0.006 y de e = 0.026 mm. Ella origina un retardo de
alrededor 158 m correspondiente a los tonos gris-azul del primer
orden, es decir a un cuarto de la longitud de onda de la luz
amarilla del sodio.

- cuña de cuarzo (QUARZKEIL): cuña como la utilizada en el


ejercicio de la página 91, de 4 a 6 cm de largo y cuyo retardo
varía entre 0 y 1650 m (es decir cubre los 3 primeros órdenes).
107

Figura 64. Principales placas auxiliares.

Por el retardo que introduce, la placa mica cuarto de onda permite


distinguir la vibración lenta de la vibración rápida, pero no permite
precisar el orden correspondiente al retardo observado.

Por su parte, la placa de yeso T.S. puede determinar si las direcciones


de vibración del cristal corresponden a la vibración lenta o rápida, y el
retardo si este pertenece al segundo orden.

Si el color de interferencia pertenece al tercer orden, se debe utilizar la


cuña de cuarzo. Ella se usa de la siguiente manera:

1 ) colocar el  del mineral (determinado gracias a la lámina


mica cuarto de onda) en su posición de aclaramiento máximo, de
manera que se produzca una sustracción al introducir la cuña.

2 ) se introduce lentamente la cuña de tal manera de llegar a


que se compense los retardos en el centro del ocular (en nicoles
cruzados el retardo debe ser nulo, es decir debe observarse una
línea negra).

3 ) se retira lentamente la cuña de cuarzo del microscopio y se


cuentan los violetas que aparecen.

4 ) al número de violetas se le agrega 1 y se obtiene el orden del


color observado.

Los compensadores

Las láminas o placas auxiliares que permiten compensar exactamente


un color de polarización determinado sustrayendo retardos, son
108

llamados compensadores (Fig. 65). En ese sentido la cuña de cuarzo


sería un compensador, pero se reserva este nombre a los aparatos que
permiten la evaluación de un retardo, no por una simple estimación
cualitativa del color de interferencia, sino por una lectura
cuantitativa de ese retardo.

Figura 65. Compensador de Berek.


Existen diferentes tipos de compensadores:

. Compensador de Cesaro: Es una cuña de cuarzo en la cual el


retardo es medido con un tornillo graduado al ser introducido al
microscopio.

. Compensador de Fedorov: está constituido por un


empilamiento de láminas de muscovita /4 que son más pequeñas
que las que cubren, lo que forma una escala de retardos
crecientes (158, 316, 474, 632... m).

. Compesador de Berek: compensador que contiene una lámina


de calcita cortada perpendicular al E.O. que puede girar alrededor
de un eje de rotación dirigido paralelamente al alargamiento del
109

compensador. La rotación de la calcita es medida por un tornillo


graduado. Cuando el compensador está solo y la lámina de calcita
está horizontal, la birrefringencia de la calcita es nula (sección
perpendicular al E.O.) y se observa en el microscopio, en nicoles
cruzados, una cruz negra ya que el objetivo cumple el rol de lente
condensador. Si se hace girar la lámina de calcita aumenta el
retardo, ya que aumenta espesor y birrefringencia (R = e'), y se
ve en el microscopio pasar los distintos colores de la escala de
Newton. Para evaluar el retardo de un mineral, se coloca su ' en
la posición de máximo aclaramiento (cuadrante NE), se introduce
el compensador en posición horizontal (R = 0) y se observa el
color del mineral. Se gira la lámina de calcita hasta que aparezca
una franja de compensación que se la sitúa en el centro de los
retículos, midiendo la graduación observada. Se repite la misma
operación en el otro sentido, de manera tal que se obtiene una
segunda medida. El valor de inclinación de la lámina está dado
por el promedio de esas dos medidas. Ahora, para calcular el
retardo se observa la curva confeccionada por la fábrica que
construye el compensador.

VII. OBSERVACIONES EN LUZ CONOSCOPICA (CONVERGENTE)

Los fenómenos de interferencia observados en nicoles cruzados


permiten distinguir inmediatamente un mineral isótropo de un mineral
anisótropo. Sin embargo, una sección perpendicular a un eje óptico
de un mineral anisótropo puede confundirse con un mineral
isótropo; en este caso, para saber si se trata de un mineral isótropo o
110

anisótropo, se puede proceder de la misma manera que con el cristal de


calcita del compesador de Berek, es decir se puede inclinar la lámina
cristalina en relación a la dirección de la luz incidente: si se trata de un
mineral isótropo permanecerá siempre extinto con la inclinación, en
cambio si se trata de un mineral anisótropo, el tomará un color de
interferencia que será más elevado mientras más pronunciada sea la
inclinación.

En vez de inclinar el corte, es mucho más fácil inclinar la trayectoria de


los rayos luminosos y es ese, justamente, el procedimiento que se
emplea para el examen de los minerales en luz conoscópica o
convergente.

El dispositivo que se utiliza, llamado conoscopio (Fig. 66), comporta 2


lentes convergentes que están dispuestos a cada lado del corte
transparente.

El primer dispositivo convergente, llamado condensador, es


desplazable y tiene como objetivo hacer converger los rayos incidentes
polarizados que salen del polarizador en la base del corte transparente.

El segundo dispositivo convergente, llamado colector, tiene como


objetivo agrupar los rayos que salen divergiendo del corte transparente
y hacerlos converger en su plano focal. En el microscopio polarizante
este rol es asumido por el objetivo de mayor aumento.

Puesto que los rayos van a converger "más arriba" que el corte (v. Fig.
66), los fenómenos de interferencia y las figuras que ellas originan se
obsevarán en el plano focal del colector. Por consiguiente no es
posible observar al mismo tiempo el corte transparente (c) y las
franjas de interferencia (I).

Para observar las franjas de interferencia en luz conoscópica, es


necesario entonces sacar el ocular y mirar directamente en el tubo del
microscopio, a través del analizador, lo que ocurre en el plano focal del
objetivo. Para evitar esta maniobra, los microscopios polarizantes están
111

equipados de un lente suplementario desplazable (el lente de


"Bertrand-Amici"), situado entre el ocular y el analizador, que permite
observar directamente el plano focal del objetivo.

colector

condensador

Figura 66. Conoscopio y sus componentes.

Condiciones de interferencia en luz conoscópica

Consideremos la trayectoria de los rayos polarizados convergentes al


entrar a un cristal uniaxial (Fig. 67): el rayo AB, al entrar al cristal de
espesor e, origina un rayo ordinario BC y un rayo extraordinario BD. Al
salir del corte, los 2 rayos transmitidos CF y DG, retoman una
dirección paralela a la dirección incidente AB.
112

Podemos imaginar que siempre existirá un rayo paralelo a AB tal que


AºBº cuyo rayo ordinario (más cercano a la normal de incidencia) va a
coincidir al salir del cristal con el rayo extraordinario BD generado por el
rayo incidente AB. En consecuencia, admitiremos que a cualquier rayo
transmitido por una lámina cristalina en luz conoscópica, se
puede asociar 2 ondas planas polarizadas que vibran
ortogonalmente entre sí y que presentan una diferencia de fase
constante, es decir un retardo constante.

Figura 67. Trayectoria de los rayos en un cristal uniaxial en luz


conoscópica.

Evaluación del retardo.


La expresión del retardo del rayo conoscópico D a la salida de la lámina
cristalina (Fig. 67) está dada por una ecuación extremadamente
complicada puesto que intervienen en ella la onda extraordinaria
generada por un rayo incidente y la onda ordinaria generada por otro
rayo incidente. Sin embargo, esa ecuación puede simplificarse si se
admite que el espesor es pequeño y que los ángulos r y r' son similares.
113

Estas condiciones son realizadas en la observación con el microscopio


polarizante y en esas condiciones, podemos considerar que el rayo
conoscópico está compuesto de una onda ordinaria y de una
onda extraordinaria generadas por un mismo rayo incidente.

En luz ortoscópica el retardo es directamente proporcional al espesor (R


= e '). En luz conoscópica, la distancia recorrida por un rayo es
diferente al simple espesor y depende de la inclinación a la normal de
incidencia: mientras más inclinado esté, mayor será su recorrido dentro
del cristal.

Si e es el espesor del corte y r el ángulo de refracción, el recorrido de


un rayo (), está dado por la relación (Fig. 68):

e /cos r

Figura 68. Recorrido del rayo conoscópico ( ) dentro de un


cristal.

Reemplazando en la ecuación del retardo, obtenemos para la luz


conoscópica:

R =  ' = e '
cos r

en donde ' es la birrefringencia de la sección perpendicular al rayo que


114

está atravesando el cristal.

Figuras y tipos de figuras de interferencia

Las ondas generadas por el cristal, al interferir en el plano focal del


objetivo, van a producir 2 tipos de figuras: las isógiras y las curvas
isocromáticas. La isógira es la cruz negra y las curvas isocromáticas
son los anillos coloreados.

A) Curvas isocromáticas
Para comprender el origen de estas curvas isocromáticas, consideremos
la observación conoscópica en luz monocromática naranja de una
sección de un cristal de calcita (mineral uniaxial) cortada
perpendicularmente al eje óptico (Fig. 69A).

En esas condiciones, se observa una isógira, es decir una cruz negra


cuyos brazos están dirigidos paralelamente a las direcciones de
polarización del microscopio y una serie de círculos negros concéntricos,
en tanto que el resto del campo visual estará iluminado con un color
naranja (Fig. 69A). Si se giran la platina, la imagen permanece sin
variaciones.

Si se observase ahora en luz blanca (Fig. 69B), la isógira permanece


inalterada en tanto que los círculos concéntricos negros serían
reemplazados por círculos concéntricos coloreados, los cuales hacia el
exterior reproducen los colores de Newton. Lo observado en esta
experiencia es idéntica entonces a lo observado con la experiencia de la
cuña de cuarzo (p. 90-91). Por analogía, se puede explicar el origen de
las curvas coloreadas como resultante de la interferencia de las onda
monocromáticas que interfieren para un retardo dado con diferentes
intensidades. De esta manera las líneas negras observadas en luz
monocromática resultan de un retardo = k .
115

Figura 69. Figura conoscópica en una sección perpendicular al


eje óptico de un mineral uniaxial: (A) luz monocromática, (B) luz
policromática.

Variación del retardo.


Las curvas isocromáticas poseen un mismo color de interferencia, es
decir un mismo retardo. La variación del retardo depende de la
variación de y de la ´ ( R =  ´).

Por consiguiente, para tener una idea de la variación del retardo de los
rayos que salen del cristal, se puede estudiar sucesivamente la
variación del factor  y la variación del factor ', y luego integrar
ambos estudios.

a) Variación del factor 

Puesto que  = e/cos r y r depende de la inclinación del rayo


refractado, este factor no depende del tipo de mineral ni de la sección
estudiada. En otras palabras, la variación de este factor es idéntica
cualquiera sea el mineral observado o, para un mineral dado, cualquiera
sea la orientación o la birrefringencia de este.

- Si r = 0, el rayo no es desviado (lo que ocurre con el rayo central)


y se comporta como rayo ortoscópico (cos 0º = 1 y el retardo =
e ').

- Si r aumenta, cos r disminuye y  cada vez es más grande.


Idénticas variaciones se traducen en el plano superior del cristal
116

(Fig. 70) por una serie de circunferencias concéntricas alrededor


del rayo central. Ellas corresponden al lugar de emergencia de los
rayos con idéntico recorrido dentro del cristal. El radio de estas
circunferencias será obviamente mayor si r es mayor.

Figura 70. Variación de  en relación al rayo central del


microscopio.
- Si r es muy grande, los rayos no serán observados puestos
que por su trayectoria ellos caerán fuera del campo visual. Si
r = 90º , cos 90º = 0 y  = infinito.

En la figura 70, se observa el dibujo de esos círculos de igual recorrido


que corresponden a los valores de r iguales a: 5º , 10º , 15º , 20º , 25º y
30º (círculos con trazo discontinuo).
Ahora como el retardo es proporcional a , el retardo será mayor si
aumenta , es decir si r aumenta, o lo que es lo mismo si nos alejamos
del rayo central.

b) Variación de la birrefringencia
117

A cada rayo en luz convergente le está asociado una birrefringencia (')


que le es específica. Evidentemente, esa ' depende de la
birrefringencia máxima ( del mineral, de la sección del mineral
considerada y de la inclinación del rayo que recorre esa sección.

La ' está dada por la ecuación:

' =  sen  sen '

en donde  y ' son los ángulos que forman la normal de onda con
cada uno de los ejes ópticos.

Para estudiar la variación de ' y su influencia en el retardo,


consideremos un mineral uniaxial, para el cual esa formula se reduce a:

' =  sen2 

La variación de la ' va ha depender de la orientación de la sección del


mineral que se esté considerando. Por ello se analizará primero una
sección perpendicular al eje óptico y luego una sección paralela a este.

A) Sección perpendicular al EO: en este caso  = r

- Para un rayo que se propaga por el eje óptico (Fig. 71),  = 0º ,


sen  = 0 y ' = 0 (puesto que el rayo central es un rayo
ortoscópico y el eje óptico es una dirección de monorrefringencia).
EO
M

O
118

Figura 71. Variación de la birrefringencia en una sección


perpendicular a un eje óptico de un mineral uniaxial.

Para un rayo inclinado OM (Fig. 71) que presenta un ángulo r con


el eje óptico, la elipse de la indicatriz perpendicular a esa
dirección va a tener como semiejes ' y , y por tanto su
birrefringencia no es nula.

Puesto que el eje óptico es un eje de revolución, al girar el rayo


OM, encontraremos una infinidad de rayos que presentarán un
mismo ángulo r con el eje óptico. Esos rayos forman entonces un
cono centrado en el EO que contiene los rayos que poseen una
misma birrefringencia.

- Mientras mayor sea r mayor será la ' y por ende, ya que el


retardo es proporcional a la ', mayor será el retardo.

Podemos concluir entonces que en una sección perpendicular al EO el


retardo aumenta al alejarse del rayo central, puesto que aumentan
simultáneamente  y la ' (Fig. 72).
119

Figura 72. Variación del retardo en una sección perpendicular al


eje óptico de un mineral uniaxial.

Comparación del retardo entre un mineral de alta y baja


birrefringencia
Conociendo r y la  máxima del mineral, se puede calcular la
birrefringencia ' de una sección al azar. Consideremos 2 ejemplos:

Calcita Cuarzo
=0.172  = 0.009

Si r = 30º y aplicando ' =  sen2r ya que en este caso r = 

'CC =0.043 'Q = 0.00225

y podemos calcular R = e ' en donde e = 30


cos r

Rcuarzo = 0.0779 10-9

Rcalcita = 1.49 10-9

Al comparar entonces un mineral de baja birrefringencia (cuarzo) a otro


de alta birrefringencia (calcita), para los mismos valores de r y
mismo espesor, el retardo será mayor para el mineral de más alta
birrefringencia. Si considerásemos todas las isocromas, aquellas del
mineral de más alta birrefringencia estarán más "apretadas" (el
primer morado estará más cerca del centro) que aquellas del mineral de
más baja birrefringencia).
120

Del mismo modo, si se considera un mismo mineral, la isocromas


estarán más cerradas si el espesor del cristal es mayor, ya que
el R es proporcional al espesor (Fig. 73).

Figura 73. Variación del retardo en función del espesor del


cristal.

B) Sección paralela al eje óptico


Consideraremos sucesivamente 3 planos para esta sección (Fig. 74):

- Plano perpendicular al eje óptico: todos los rayos que se propaguen en


este plano tendrán una birrefringencia máxima puesto que ' = sen2
 y  = 90º

Ahora, aunque la birrefringencia es la misma para todos estos rayos, el


retardo aumenta al alejarse del rayo central (es decir mientras más
inclinados estén) puesto que su recorrido aumenta dentro del cristal
(Fig. 74).

- Plano que contiene el eje óptico: la birrefringencia de los rayos varía


"rápidamente" en este plano entre la birrefringencia máxima (rayo
121

central) y la birrefringencia nula (ya que la luz se propaga por el eje


óptico). En este caso, a pesar que el recorrido aumenta con la
inclinación de los rayos, el retardo disminuye al alejarse del
rayo central puesto que la disminución de la birrefringencia es
muy fuerte (Fig. 74).

- Plano bisector de los 2 planos anteriormente considerados. En este


caso la birrefringencia varía "lentamente" entre la birrefringencia
máxima (rayo central) y la mitad de esa birrefringencia que posee el
rayo más inclinado (ya que este rayo forma un ángulo de 45º con el eje
óptico y como ' = sen2 y = 45º , ' = /2). El retardo aquí
permanece constante puesto que si bien la birrefringencia disminuye
con la inclinación de los rayos, esta disminución es compensada por el
aumento del factor Fig. 74).

Por consiguiente, en una sección de paralela al EO se puede reconocer


la posición del eje óptico observando hacia donde disminuye el retardo
(Fig. 74).
122

Figura 74. Variación del retardo para una sección paralela al eje
óptico de un mineral uniaxial.

Superficie de igual retardo (superficie de Bertin)

Al igual que lo hecho cuando se integró la variación de los índices de


refracción en una superficie llamada superficie de los índices, se puede
construir una superficie que exprese la variación del retardo en luz
conoscópica. Esta superficie es llamada superficie de igual retardo o
superficie de Bertín.

- En el caso de los minerales biaxiales tenemos que:


' =  sen  sen '

Para una curva isocromática dada, es decir para un mismo retardo,


tenemos que:
R = sen  sen ´

Para un retardo determinado, la forma de la curva de igual retardo


estará dada por

 = R/sen  sen ´

en donde R y  son valores constantes, de tal manera que:

= K puesto que R y  constante.


sen  sen ´

Esta ecuación, que expresa la variación del recorrido de los rayos que
poseen igual retardo cuando varía  y ', es la ecuación en
coordenadas polares de una superficie muy complicada: la superficie de
Bertín.

- En el caso de los minerales uniaxiales esta superficie es un


123

hiperboloide de revolución, en donde el eje óptico es el eje de


revolución (Fig. 75). En el caso de los minerales uniaxiales de baja
birrefringencia, el hiperboloide presenta pocas capas de igual retardo,
en tanto que las capas son más numerosas para los minerales de alta
birrefringencia.

Aplicación
Si, para un mineral dado se posee la superficie de Bertin, se puede
deducir la forma general de las curvas isocromáticas que se observarán
en un corte cristalino de orientación conocida: bastaría con considerar el
aspecto de la sección homóloga de la superficie de Bertín del mineral
estudiado.

Figura 75. Superficies de igual retardo (superficies de Bertin).

MINERALES UNIAXIALES
En las secciones perpendicular al eje óptico se observa, si el mineral es
de alta birrefringencia, isocromas centradas y en la sección de
124

birrefringencia máxima una leve disminución del retardo en los


cuadrantes opuestos donde está ubicado el eje óptico.

MINERALES BIAXIALES
1. Sección perpendicular a un E.O.: las isocromas son curvas cuya
forma está comprendida entre una circunferencia y un ovoide; ellas se
fusionan cerca del ápice de los conos.

2. Sección perpendicular a la bisectriz aguda: para una superficie


de retardo conocido, la forma de la curva depende de la birrefringencia
del mineral y de su espesor: si ellos aumentan aparecerán unas curvas
en forma de ocho (lemniscatas) cada vez más apretadas entre sí y
centradas en 2 puntos fijos (melátopos).

3. Sección perpendicular a la bisectriz obtusa: la disposición de las


isocromas es idéntica a la sección la perpendicular a la bisectriz aguda,
pero los melátopos no aparecen jamás en el campo del microscopio.

4. Sección paralela al plano de los ejes ópticos: se observa una


figura análoga a aquella vista en una sección paralela al eje óptico de
un mineral uniaxial. En realidad, no se obtienen verdaderas líneas
isocromáticas: a lo máximo, el color que ocupa casi todo el campo
disminuye en dirección a la bisectriz aguda y aumenta en la dirección
de la bisectriz obtusa.

LAS ISÓGIRAS
Las isógiras son las curvas o cruces negras observadas en luz
convergente blanca. En los minerales de baja birrefringencia sus figuras
de interferencia no presentan generalmente líneas isocromáticas; la
isógira será entonces el único elemento que permitirá identificar la
sección estudiada. En las isógiras, la intensidad luminosa es nula y de
acuerdo con Fresnel esto ocurre cuando las direcciones de vibración del
mineral coinciden con las direcciones de polarización del microscopio.
Por consiguiente, para poder comprender las isógiras, es esencial
conocer las direcciones de vibración de la luz convergente en el cristal.
125

Esta información está dada por las esferas isótacas.

Cristales uniaxiales
En cualquier dirección de un mineral uniaxial, se propagan en luz
conoscópica 2 ondas polarizadas que vibran en planos ortogonales entre
sí. La onda extraordinaria vibra en el plano de la sección principal (plano
que contiene el eje óptico y los rayos incidentes y refractados), en tanto
que la onda ordinaria vibra en un plano perpendicular a la sección
principal. A partir de ese antecedentes, Becke (1905) construyó la
esfera isótaca que es la que nos indica las direcciones de vibración (Fig.
76). Esta esfera está orientada en relación al eje óptico y en ella se
trazan las siguientes líneas:

a) Líneas meridianas: son las resultantes de la intersección con la


esfera de una serie de planos que pasan por el eje óptico. Estas líneas
meridianas corresponden a las direcciones de vibración de las ondas
extraordinarias.

b) Líneas paralelas al plano ecuatorial de la esfera: Son líneas


construidas a partir de la unión de distintos puntos correspondientes a
la intersección con la esfera de los rayos conoscópicos ubicados a una
misma distancia del eje óptico. En un punto dado, la tangente a estas
líneas indica la dirección de los rayos ordinarios.
126

Figura 76. Isotaca uniaxial.

Cristales biaxiales
Las líneas de vibración son en este caso más complicadas que en el
caso de los minerales uniaxiales (Fig.77). Para trazar las direcciones de
vibración en cada punto se usa el teorema de Biot-Fresnel: las
direcciones de vibración de las 2 ondas corresponden a la bisectriz
aguda y obtusa de los planos formados por la dirección de propagación
de las ondas y los ejes ópticos.

Construyendo para distintos puntos de propagación las direcciones de


vibración, se constata que las líneas de dirección de vibración de la
esfera son elipses esféricas centradas por una parte en la bisectriz
aguda (BxA) y por otra parte en la bisectriz obtusa (BxO). Estos 2 tipos
de elipses se cortan ortogonalmente en cada punto de propagación; las
tangentes en cada punto a estas elipses indican las direcciones de
vibración de las ondas.
127

Figura 77. Isotaca biaxial.

Los esquiódromos
Las esferas isotacas permiten visualizar fácilmente las direcciones de
vibración pero son poco prácticas si se desea estudiar la evolución de
una isógira al girar la platina. Por consiguiente, Becke propuso proyectar
la esfera isótaca en planos correspondientes a diferentes secciones del
mineral. Tal proyección origina los esquiódromos.

Para conocer la forma de una isógira, se superpone a un esquiódromo


dado un calco con un dibujo de la direcciones de vibración del
microscopio. En cada punto en donde las direcciones de vibración del
mineral sean paralelas a las direcciones de vibración del microscopio, la
intensidad luminosa será nula y ese punto pertenece a la isógira.

Caso minerales uniaxiales:

a) Sección perpendicular al eje óptico


El esquiódromo presenta una serie de circunferencias concéntricas
(tangente a las cuales vibra el rayo ordinario) y una serie de rectas
radiales (paralelo a las cuales vibra el rayo extraordinario) (Fig. 78). La
isógira tiene forma de una luz negra y la rotación del esquiódromo (o lo
que es lo mismo, de la platina) no modifica la forma de la isógira,
128

puesto que la figura presenta una simetría infinita alrededor del centro
del esquiódromo, que es el melátopo o punto de emergencia del eje
óptico.
Al alejarse del centro, la isógira presenta una curvatura que proviene
del giro de las direcciones de vibración de los rayos a causa de las
pérdidas por reflexión en la superficie de los lentes.

Figura 78. Esquiódromo de una sección perpendicular al eje


óptico de un mineral uniaxial.

b) Sección paralela al eje óptico


El esquiódromo presenta líneas paralelas y líneas meridianas. Cuando el
eje óptico es paralelo al polarizador o al analizador (Fig. 79A), todo el
centro de la figura pertenece a la isógira. Si se gira ligeramente el
esquiódromo (5 a 10º), las direcciones de vibración dejan de ser
paralelas y la isógira desaparece (las zonas blancas de la Fig. 79B
129

crecen en dos cuadrantes opuestos y la cruz se descompone en 2


brazos de hiperbole que salen del campo del ocular por los otros
cuadrantes, que corresponde justamente a la dirección del eje óptico).
Esta es la FIGURA DE FLASH.

Figura. 79. Esquiódromos de una sección paralela al eje óptico


de un mineral uniaxial: cuando el eje óptico es paralelo (A) o
inclinado (B) al polarizador.

VIII. PRINCIPALES FIGURAS DE INTERFERENCIA

MINERALES UNIAXIALES
130

A. Sección perpendicular al eje óptico (Fig. 80)


Se observa una cruz negra centrada - la isógira - que no se deforma
cuando se gira la platina. Si el mineral tiene alta birrefringencia o gran
espesor se observarán curvas isocromáticas, que son círculos
concéntricos en relación al melátopo (punto de emergencia del eje
óptico). Ellas son más numerosas y más apretadas mientras más
elevada es la birrefringencia del cristal o mayor es el espesor del corte.

Figura 80. Figura conoscópica de una sección perpendicular al


eje óptico de un cristal de cuarzo: (A) espesor normal, (B)
cuarzo grueso.

B. Sección inclinada al eje óptico


Mientras el centro de la cruz se encuentre en el campo visual, la
interpretación de la figura no sufre dificultad: se observa una rotación
descentrada de la figura descrita aquí arriba y la figura gira en el
mismo sentido del giro de la platina (Fig. 81). Si la inclinación de la
131

sección en relación al eje óptico es superior a 50º , el centro de la cruz


permanecerá fuera del campo visual y solo se verá pasar los brazos de
la cruz paralelamente a las direcciones de polarización del
microscopio (Fig.82). El ensanchamiento hacia la periferia de los
brazos de la cruz, permite ubicar rápidamente el centro de ella.

Figura 81. Figura conoscópica de una sección inclinada al eje


óptico de un mineral de alta birrefringencia.
132

Figura 82. Figura conoscópica de una sección más inclinada al


eje óptico.
Si la inclinación de la sección es muy fuerte, los brazos de la cruz
pierden su rectitud y nitidez y por ello esta figura puede confundirse con
una sección oblicua a un eje óptico de un cristal biaxial cuyo 2V es
medio a bajo (caso de confusión de cuarzo con ortoclasa).

Cuando un brazo de la cruz se superpone a uno de los hilos del retículo,


en esa dirección estará ubicado ‘, puesto que en luz conoscópica ‘ es radial al
melátopo. En esta posición, el cristal estará en extinción en luz
ortoscópica, ya que el rayo central (ortoscópico) pertenece a la isógira
(Fig. 83). Perpendicularmente a ' está ubicado .

Figura 83. Figura conoscópica de una sección inclinada al eje


óptico y de baja birrefringencia (A), y más inclinada y de alta
birrefringencia (B), mostrando la posición de  y .

En grano suelto esto puede servir para determinar la posición de ’ y 


y, a partir de ello, determinar la fórmula del pleocroismo o medir los
respectivos índices por métodos de inmersión. En grano suelto, en
algunos casos es necesario medir  para reconocer el mineral usando
tablas ad-hoc. Sin embargo, cuando el mineral presenta un clivaje
marcado no se puede medir  directamente. En tales casos se mide ´y
se infiere  como sigue:
133

a) Se mide  y ' por métodos de inmersión.


b) Se calcula ángulo entre normal a la platina y EO (Fig. 84): si el
melátopo cae dentro del campo visual del ocular, se determina a
partir de las medidas de R y D en unidades del micrómetro del ocular
(Fig. 84).

Figura 84. Ángulo  entre el eje óptico y rayo central.

c) Se usa entonces el Diagrama de TOBI (Fig. 85):  y D/R son las


coordenadas de un punto y por ese punto pasa una tangente que da el
valor de .


134


Figura 85. Diagrama de Tobi ( vs D/R y  en escala diagonal).
d) Conociendo , ' y  de un grano, se calcula mediante:

2 2 2 2
 = '  sen 
2 2 2
 - (' cos )

Si melátopo cae fuera del campo visual ( > 50º),  se puede


determinar como sigue:
a) se gira la platina hasta que los 2 extremos de un brazo de la isógira
toquen sucesivamente el extremo del hilo del retículo (Fig. 86 A y B).
Sean 310º y 330º las lecturas en la platina y 20º la diferencia entre
ellas = S1.
b) se repite la misma operación para el otro brazo de la isógira,
utilizando el mismo hilo de retículo para la medida. Sea S 2 = 23º la
diferencia en el giro de la platina
c)  es el ángulo medido más pequeño entre S 1 y S2 y  se determina en
fig. 87.

Figura 86. Medida de los ángulos necesarios para estimar  ,


cuando > 50º.

En el caso particular de los carbonatos, el clivaje romboédrico hace que


los granos sueltos no presenten secciones de máxima birrefringencia
135

(el eje óptico siempre estará inclinado en relación a las caras del
romboedro). Dado el clivaje romboédrico, los granos sueltos tienen una
misma orientación en relación al eje óptico, por lo que el ángulo  es fijo
y, puesto  se conoce, se puede inferir directamente el valor de 
gracias al diagrama de Loupekine (Fig. 88).

Figura 87. Diagrama para determinar a partir de  y  .


136

Figura 88. Diagrama para estimar  en el caso de los


carbonatos.
C. Sección paralela al E.O. (Fig. 89).
Estas figuras no presentan generalmente líneas isocromáticas puesto
que la variación del retardo es generalmente muy baja. La casi totalidad
del campo está ocupada por el mismo color de interferencia que se
observaría en luz ortoscópica, disminuyendo ligeramente en los
extremos de los 2 cuadrantes donde está ubicado el E.O. y aumentando
ligeramente en los bordes de los cuadrantes opuestos. Por ejemplo si el
color de interferencia central es azul de 2º orden, se verán 2 pequeñas
manchas rojas en los bordes siguiendo el E.O. y 2 pequeñas manchas
verde-amarillo de 2º orden en los bordes de la dirección perpendicular
al E.O.
137

Figura 89. Figura conoscópica observada en una sección


paralela al eje óptico de un mineral uniaxial (Figura de flash).

Cuando el E.O. está situado paralelo a las direcciones de vibración del


microscopio (extinción en luz ortoscópica), la casi totalidad del campo
está ocupado por una cruz espesa. Girando ligeramente la platina (5 a
10º) se restablece completamente el aclaramiento del campo. En el
transcurso de ese movimiento la isógira se disloca rápidamente: se
observan 2 brazos de hiperbole salir del campo en 2 cuadrantes
opuestos, que son justamente los cuadrantes donde se encuentra el E.O
(Fig. 89). Si se continúa con el giro de la platina, se ve aparecer
bruscamente 2 manchas oscuras por los mismos cuadrantes anteriores,
restableciendo la isógira gruesa. La rapidez con la cual se disloca la
isógira justifica el nombre de "figura de flash" que se le da.

El aspecto de esta figura es idéntica a aquella presentada por una


sección paralela al plano de los E.O. de un cristal biaxial.

Determinación del signo óptico de los minerales uniaxiales

Los minerales uniaxiales pueden ser positivos (cuando  > ) o


negativos (cuando  <  ). En otras palabras el cristal será positivo
cuando  corresponda a la vibración lenta (puesto que  >  y por
tanto VV) o negativo cuando  corresponda a la vibración rápida.

La determinación del signo de un mineral uniaxial, consiste entonces en


determinar si  corresponde a la vibración lenta o rápida, lo que se
efectúa con la ayuda de las placas auxiliares en las cuales la dirección
de vibración lenta es conocida.
138

A. Sección perpendicular al E.O. (Fig. 90).


Ya hemos visto que la dirección de vibración de  es radial (Fig. 90), por
consiguiente la superposición de una placa auxiliar va a traer consigo
una adición de los retardos en los cuadrantes NE-SW si  es la vibración
lenta (caso mineral uniaxial positivo) o una sustracción de los retardos
en esos mismos cuadrantes si  es la vibración rápida (caso mineral
uniaxial negativo). En cada caso mencionado, ocurrirá lo contrario en
los cuadrantes NO-SE.

Figura 90. Direcciones de vibración en una sección


perpendicular al eje óptico.
Caso de la placa de yeso ():
La figura observada es una cruz y colores blancos de interferencia si el
mineral tiene baja birrefringencia (Fig. 91A). Si la birrefringencia es
elevada, se observan la cruz y anillos isocromáticos concéntricos (Fig.
91B).

Para determinar el signo se sigue el siguiente procedimiento (Fig. 91):

-Se observa el primer blanco y se inserta la placa con su vibración lenta


en dirección NE-SW.
-Si blanco pasa a azul  ocurrió una adición de retardos, por lo cual 
es la vibración lenta. Si blanco pasa a amarillo  sustracción  
vibración rápida (caso fig. 91).
139

Figura 91. Determinación del signo en el caso de un mineral


uniaxial negativo de baja y alta birrefringencia.

Si el mineral posee alta birrefringencia se observan anillos


isocromáticos (Fig. 91B). Al introducir la placa y si  es la vibración lenta
(U+), estos anillos se desplazan hacia dentro de los cuadrantes NE-SO y
hacia afuera en los cuadrantes opuestos. Esto se debe a que el retardo
del yeso adicionado al del mineral, permite la formación de anillos
isocromáticos para rayos menos inclinados respecto al eje óptico en los
cuadrantes NE-SW, en tanto que en los cuadrantes opuestos se
requieren rayos más inclinados para obtener el mismo retardo que
antes, pues deben compensar el retardo sustraído por la placa de yeso.
Si el signo es negativo, el efecto es opuesto.

Caso mica /4:


Es preferible su uso si la birrefringencia es elevada y si se tienen
dificultades para distinguir los colores.
Al introducir la placa mica /4, los colores blancos se transforman en
140

negros (sustracción de retardo) en dos cuadrantes opuestos (Fig. 92):


. si esos cuadrantes son los NW-SE (es decir en los cuadrantes NE y
SW hay adición) el mineral U+
. si estos cuadrantes son los NE-SW (hay sustracción, es decir la
-
vibración rápida es paralela al  de la placa) el mineral es U .

Uniaxial positivo Uniaxial negativo
Figura 92. Determinación del signo en una sección
perpendicular al eje óptico de un mineral uniaxial, usando la
placa mica cuarto de onda.

Caso cuña de cuarzo:


Esta placa auxiliar tiene la vibración lenta en la dirección NE-SW e
introduce un retardo creciente a medida que ella se inserta; ello tiene
como consecuencia un movimiento de los anillos isocromáticos según
su signo (Fig. 93). Su uso es conveniente en minerales de alta
birrefringencia y en figuras descentradas, en las cuales el melátopo no
aparece en el campo visual.
141

Figura 93. Desplazamiento de las curvas isocromáticas en una


sección perpendicular al eje óptico de un mineral uniaxial,
según su signo.

Al introducir la cuña progresivamente (Fig. 93) las isocromas se


desplazan hacia fuera del melátopo en los cuadrantes de sustracción y
hacia el melátopo en los cuadrantes de adición.
Si hacia dentro en cuadrantes NE-SW: signo +
Si hacia fuera en cuadrantes NE-SW: signo -

B) Secciones inclinadas al eje óptico


En estos casos se gira la platina hasta que el cuadrante NE de la cruz
ocupe el centro del campo visual y se introduce ahí la placa. La
interpretación es idéntica a la ya expuesta.

C) Sección paralela al eje óptico


En estas secciones se observará la figura de flash. Recordemos que en
la dirección del eje óptico está ubicado . Por consiguiente la
determinación del signo óptico consiste en ver si el E.O. corresponde a
la dirección de vibración rápida ( -) o lenta ( +).
En primer lugar se determina la dirección del E.O. Esto se puede hacer
observando los cuadrantes en los cuales hay una disminución del
retardo en sus bordes (si el mineral tiene alta birrefringencia) o
identificando los cuadrantes por donde salen los hipérboles al dislocar la
isógira.
Habiendo ubicado de esta manera el E.O., se le sitúa en la posición de
máximo aclaramiento en los cuadrantes NE-SW y se introduce la placa
142

ya sea en luz conoscópica o en luz ortoscópica.

Si E.O. vibración rápida ( -): sustracción de retardos


Si E.O. vibración lenta ( +): adición de retardos

La adición o sustracción ocurre en todo el campo del ocular ya que vibra


en dirección NE-SW.

FIGURAS DE INTERFERENCIA: CRISTALES BIAXIALES

A) Sección perpendicular a un eje óptico


En estas secciones se observará un brazo único de isógira y escasas
curvas isocromáticas si la birrefringencia es muy elevada (Fig. 94). El
melátopo de uno de los ejes ópticos estará ubicado en el centro de los
retículos en tanto que el otro eje óptico cae generalmente fuera del
campo visual, a menos que el ángulo 2V sea pequeño.

Figura 94. Figura conoscópica de una sección perpendicular a


uno de los ejes ópticos de un mineral biaxial (A), esquiodromos
(B y C) y gráfico para estimar el ángulo 2V.

Al girar la platina, la isógira gira alrededor del eje óptico en sentido


contrario al movimiento de la platina. Para observar mejor este
movimiento de la isógira, observemos el esquiódromo de la Fig. 94B: en
esta figura el plano de los ejes ópticos está ubicado en la línea del
143

polarizador y las curvas de las direcciones de vibración son concéntricas


por una parte a la bisectriz aguda y por otra parte a la bisectriz obtusa.
La isógira será una recta espesa, curvada en sus 2 bordes. El índice 
estará ubicado perpendicularmente a la isógira, puesto que esta última
indica la posición del plano de los ejes ópticos.

Si se gira la platina (Fig. 94C), la isógira gira en sentido contrario


al de la platina ya que las direcciones de vibración en ese sentido
coinciden con las direcciones de polarización del microscopio,
transformándose en una isógira curva cuya dirección opuesta indica la
posición de la bisectriz aguda. Si el plano de los ejes ópticos está a 45º
de las direcciones de vibración del microscopio,  está ubicado
tangente a esa curva.

El grado de curvatura de la isógira es directamente proporcional al


ángulo 2V, lo que permite estimar rápidamente el 2V con el microscopio
(Fig. 94D). Si se observa una línea recta el 2V = 90º. Si la curva es más
pronunciada, el 2V disminuye.

En esta sección las curvas isocromáticas solo serán observadas si la


birrefringencia del mineral es muy elevada. Ellas son de forma ovoloidal,
casi circular, concéntricas al melátopo (v. Fig. Bertin) y al girar la platina
no se deforman.

B) Sección perpendicular a la bisectriz aguda


Las curvas isocromáticas tienen aquí la forma de lemniscatas que
rodean 2 ovoides en el interior de los cuales se encuentran los 2
melátopos. Estos melátopos definen perfectamente la traza del plano de
los ejes ópticos (Fig. 95). Si el 2V > 55º los melátopos se sitúan fuera
del campo del ocular.

La forma de la isógira varía según la orientación del plano de los ejes


ópticos en relación a las direcciones de vibración del microscopio. En el
esquiodromo (Fig. 95A y B) se puede observar que las direcciones de
vibración van a dibujar elipses concéntricas y excéntricas a la bisectriz
aguda. El plano de los ejes ópticos contiene los 2 puntos concéntricos
144

de las elipses. Por consiguiente, en la Fig. 95A el plano de los ejes


ópticos está en la dirección N-S. En este caso la isógira tiene forma de
una cruz negra con un brazo más delgado que se estrecha en los
melátopos (Fig. 95C). Ese brazo corresponde a la ubicación del plano de
los ejes ópticos en tanto que el otro brazo es más grueso y corresponde
a la dirección de  (perpendicular al plano de los ejes ópticos).

Cuando se gira la platina, la traza del plano de los E.O. se mueve en


relación a las direcciones de vibración del microscopio y la isógira se
descompone en 2 brazos de
Esquidromos

Figura

Figura 95. Esquiódromos y figuras de interferencia en una


sección perpendicular a la bisectriz aguda de un mineral biaxial.
145

hipérbole que giran en relación a los melátopos respectivos (Fig. 95C y


D). El giro de las isógiras es de nuevo inverso al movimiento de la
platina. Continuando el movimiento, las isógiras vuelven a unirse y
forman de nuevo la cruz negra. Durante el giro las lemniscatas no se
deforman.

En estas secciones perpendiculares a la bisectriz aguda y cuando el


plano de los E.O. está a 45º del polarizador, es posible evaluar el
ángulo aparente 2E entre los ejes ópticos y deducir el ángulo
real 2V mediante un cálculo (METODO DE MALLARD, Fig. 96).

Figura 96. Diagrama explicativo del método de Mallard para


medir el ángulo 2V en una sección perpendicular a la bisectriz
aguda de un mineral biaxial.

En efecto, en estas figuras no se observa el ángulo real 2V sino el


146

ángulo aparente 2E a causa de la refracción de los rayos al salir del


cristal (Fig. 96).

Imaginaremos 2 rayos que se propagan por los ejes ópticos. Estos rayos
forman un ángulo 2V entre ellos. Al salir del cristal, estos rayos son de
nuevo refractados en el aire, formando un ángulo 2E entre ellos (se
alejan de la normal puesto que el aire es un medio menos refringente
que el cristal).

Los ejes ópticos son direcciones de monorrefringencia en las cuales el


índice de refracción es . De manera que, invirtiendo el trayecto de los
rayos, se tiene la siguiente relación:

 = sen i = sen E (ecuación 1)


sen r sen V

 sen V = sen E (ecuación 2)

Por otra parte, observando la figura se obtiene que:

D = CT sen E

en donde CT es una constante llamada constante de Mallard (K)


que depende del ocular utilizado. La anterior ecuación queda entonces
como sigue :

sen E = D (ecuación 3)
K

reemplazando:

sen V = D (ecuación 4)
 K

En donde K se deduce a partir de la observación de un mineral cuyo 2V


y  se conocen, en tanto que la distancia D se mide con el ocular
147

graduado.

Ejemplo del cálculo de K en un cristal de aragonita:

 = 1.681
2V= 18º 11'
2E= 30º 52'
D = se mide y es específico al ocular, al microscopio y al mineral

A partir de esos datos se puede determinar K utilizando la fórmula

K= D
sen V

Este método se puede usar si los melátopos están ubicados en el campo


del ocular, es decir si el 2V es inferior a 50-55º.

Si se desea medir el 2V para ángulos superiores a 50º , se debe utilizar


un objetivo de inmersión y poner una gota con un líquido de índice
elevado entre el corte y el objetivo. De esta manera al salir los rayos
del cristal se acercan a la normal. En este caso la fórmula se transforma
en:

sen V = D nL
K

C) Sección perpendicular a la bisectriz obtusa


Como acabamos de ver, para un ángulo 2V > 55º los melátopos caen
generalmente fuera del campo visual. En esos casos, es muy difícil de
hacer la distinción entre la bisectriz aguda y la bisectriz obtusa. Esta
distinción es más difícil si el ángulo 2V se acerca a 90º, caso en
el cual la designación de bisectriz aguda o bisectriz obtusa pierde
significado.
148

Como lo muestra el examen de la superficie de Bertin o la comparación


de los esquiódromos de una bisectriz aguda y de una bisectriz obtusa, el
aspecto general de las figuras de interferencia en estos 2 casos es
idéntica, aunque teóricamente la cruz negra es más difusa en el caso de
la bisectriz obtusa. El criterio de distinción más seguro para
distinguirlas, si se considera un mismo mineral, es la velocidad de
dislocación de la isógira que será siempre más lenta en el caso de la
bisectriz aguda.

Esta velocidad de dislocación puede apreciarse midiendo el ángulo de


rotación de la platina para dislocar la cruz perfectamente formada,
hasta hacerla salir totalmente del campo visual. Este ángulo de
dislocación será siempre más grande para la bisectriz aguda
que para la bisectriz obtusa. Por otra parte, se debe tener también
presente que esta figura también puede confundirse con la figura
de flash.

Se puede también medir , el ángulo de giro necesario para que al


dislocar la isógira hasta que cada una de las hipérboles sea tangente al
borde del campo visual (Fig. 97). Así se mide NE, luego se mide NW,
SE y SW. Estos ángulos son idénticos solamente en el caso que la
figura de interferencia esté perfectamente centrada. Si está ligeramente
descentrada se saca , el promedio entre estos 4 valores. Con ese valor
se va al diagrama de KAMB (Fig. 98) en dónde hay trazadas curvas que
corresponden a calibraciones con distintos índices de refracción. Este
diagrama se usa con como ordenada, y se proyecta ese valor hacia las
curvas del interior correspondientes al índice de refracción  del cristal;
en abscisa se lee el ángulo V. Si V < 45º la figura observada
corresponde a la bisectriz aguda y si V > 45º ella corresponde a la
bisectriz obtusa. En la figura se puede observar que una rotación
pequeña corresponde a la bisectriz obtusa y una rotación elevada a la
bisectriz aguda.
149

Figura 97. (A) Figura de interferencia biáxica ligeramente


descentrada en posición de extinción, (B) misma figura después
que la platina ha girado  .

Figura 98. Diagrama para determinar V a partir de  .


d) Sección paralela al plano de los ejes ópticos
El aspecto de las figuras de interferencia en estas secciones de máxima
birrefringencia no se diferencia de la figura de interferencia de una
sección paralela al eje óptico de un mineral uniaxial. Todo lo dicho en
relación al eje óptico en esas figuras se aplica aquí a la bisectriz aguda:
es decir el retardo que disminuía en los bordes de la dirección del eje
150

óptico de un mineral uniaxial, aquí disminuye en los bordes donde está


situado la bisectriz aguda. Asimismo las hipérboles salen en dirección
de la bisectriz aguda al girar la platina.

Estas secciones no permiten distinguir si se trata de un mineral uniaxial


o biaxial. Más aún esta figura, si la  del mineral es baja, puede ser
confundida con la bisectriz obtusa. En este caso el ángulo de dislocación
de la cruz es el criterio determinante para discriminar. Como referencia
podríamos considerar que para una figura de flash: el ángulo es
pequeño (< 10º ), para la bisectriz obtusa el ángulo es superior (10-
15º ), y para la bisectriz aguda el ángulo es mayor aún (>15º).

Determinación del signo:

En los cristales biaxiales el signo óptico depende si la bisectriz aguda


corresponde a  o . Para determinar el signo entonces hay que ver si
la bisectriz aguda coincide con la vibración lenta ( B+) o con la vibración
rápida ( B-), lo que se efectúa con las placas auxiliares.

A) Sección perpendicular a la bisectriz aguda:

En esta sección se deben considerar 2 casos:

a. Cuando la traza del plano de los ejes ópticos está a 45 de


las direcciones de vibración del analizador y del
polarizador (Fig. 95D):

En este caso se observan 2 hipérboles centradas en los


melátopos.

Consideremos el caso de un mineral biaxial negativo (para un


mineral biaxial positivo el razonamiento es idéntico solo que debe
reemplazarse  por  en la bisectriz aguda) (Fig. 99):
151

Figura 99. Direcciones de vibración para rayos con distinta


orientación, cuando el rayo central coincide con la BXa, que en
este caso es  .

. si un rayo se propaga por la bisectriz aguda, se observa  y



. si los rayos están inclinados hacia el melátopo, se observa
' y .
. más inclinado se observa solo  (sección circular)
. si el rayo se propaga más inclinado que melátopo, se
observa ' y . Cabe notar que ' está vibrando radialmente en
tanto que  vibra tangencialmente. Ahora, puesto que el mineral
considerado es biaxial negativo, se puede generalizar
concluyendo que la vibración radial más inclinada que el
melátopo corresponde al índice de refracción que es
152

justamente bisectriz aguda.

Por consiguiente, si se agrega una placa auxiliar habrá sustracción en


los cuadrantes 1 y 3 y adición en el centro. Si el mineral es B + habrá
adición en los cuadrantes 1 y 3 y sustracción en el centro (Fig. 100).

Figura 100. Figura conoscópica en una sección perpendicular a


la BXa cuando el plano de los EO está a 45º del polarizador y
efecto con placa  insertada (B negativo).

b. cuando la traza del plano de los ejes ópticos está dirigido


en la dirección de vibración del polarizador o del
analizador. En estos casos la figura observada es una cruz negra
con un brazo más ancho (dirección de  ) y un brazo más delgado
que contiene los 2 ejes ópticos (Fig. 95C).

Ahora, como se observa en luz convergente, cada rayo que sale del
cristal ha atravesado direcciones distintas en la indicatriz. Consideremos
un mineral biaxial negativo:
. si el rayo se propaga por la bisectriz aguda se observa  y 
vibrando ortogonales entre si.
. si el rayo está inclinado en el plano situado a 45º del plano de los
ejes ópticos, se observará ' y '. Se puede observar que si  es
bisectriz aguda, ' vibra tangencialmente y ' vibra radialmente.
153

Es decir, generalizando, la vibración radial corresponde al índice


de refracción que es bisectriz aguda (v. esquiódromo Fig. 95).

Por consiguiente al agregar una placa auxiliar:


- habrá adición en los cuadrantes NE-SW y sustracción en los
cuadrantes SW-SE si bisectriz aguda =  (B+)
- habrá sustracción en los cuadrantes NE-SW y adición en los
cuadrantes NW-SE si bisectriz aguda =  (B-) .

El efecto al introducir la placa auxiliar es idéntico al obtenido en una


sección perpendicular al E.O. de un cristal uniaxial.

B). Sección perpendicular a un eje óptico


La interpretación de este tipo de figuras se deduce fácilmente de
las figuras relativas a la bisectriz aguda (Fig. 101).
154

Figura 101. Determinación del signo óptico en una sección


perpendicular a uno de los ejes ópticos de un mineral biaxial.

C) Sección paralela al plano de los ejes ópticos


Las figuras son idénticas a las secciones paralelas al eje óptico de un
cristal uniaxial. Todo lo dicho en relación a la dirección del eje óptico en
los minerales uniaxiales se aplica aquí a la dirección de la bisectriz
aguda.
155

DIAGRAMAS DE ORIENTACION
Los diagramas de orientación ilustran las propiedades ópticas de una
sección de un mineral observado en corte transparente. Ello se hace
proyectando en un dibujo de la sección observada, todas las
propiedades ópticas de la sección (Fig. 102). La construcción de los
diagramas de orientación permite el análisis fino de las propiedades del
mineral, ayudándonos con ello a su identificación.

Figura 102. Diagrama de orientación de la hornblenda.

Una de las informaciones que se coloca en un diagrama de orientación


son los ángulos de extinción. Hay extinción cada vez que la dirección de
vibración del polarizador coincide con una dirección privilegiada de
vibración del mineral. El ángulo de extinción es entonces la cantidad de
grados que hay que mover la platina para que la dirección privilegiada
de vibración del mineral coincida con la del polarizador.

Este ángulo sin embargo, para que tenga sentido y utilidad en la


156

determinación óptica de un mineral, debe medirse en secciones cuya


orientación óptica se conozca. Por ejemplo, una sección paralela al
alargamiento de un ortopiroxeno tendrá extinción recta (Fig. 103A), pero
la sección (100) de un clinopiroxeno también tendrá extinción recta (Fig.
103B), y ello puede prestarse a confusión. Para poder distinguir en ese
caso un ortopiroxeno de un clinopiroxeno, es necesario efectuar otras
consideraciones, las que se traducen en la utilización de los diagramas
de orientación.

Figura 103. Secciones de la indicatriz indicando las direcciones


de vibración de un ortopiroxeno (A) y de un clinopiroxeno (B).

Para la construcción de un diagrama de orientación se buscan las


secciones que muestran los colores de interferencia más bajos (sección
perpendicular a un eje óptico) y más elevados (sección paralela a un eje
óptico de un mineral uniaxial o al plano de los ejes ópticos de un
mineral biaxial).

a) Sección perpendicular a un eje óptico:


se determina en luz conoscópica si mineral es uniaxial o biaxial,
157

su signo óptico y si es biaxial se estima además el ángulo 2V.

- si es uniaxial se pasa a luz ortoscópica, a LPP, y se dibuja la sección


poniendo cuidado en dibujar bien la forma del cristal (hexagonal-
trigonal) y la presencia de clivajes.

- si es biaxial hay que girar la platina de tal manera que el plano de los
ejes ópticos quede a 45º del polarizador. En esta posición la ubicación
del plano de los ejes ópticos y de  estarán perfectamente definidos. Se
pasa entonces sin mover la platina a luz polarizada plana y se dibuja el
cristal, graficando en él la información obtenida en luz conoscópica.

b) Secciones de  máxima (paralela al eje óptico de un mineral uniaxial


o paralela al plano de los ejes ópticos de un mineral biaxial).

- se coloca el mineral en extinción, se pasa a luz polarizada


plana y se dibuja la sección (forma, clivajes). Trazar una línea N-S
y una E-O, correspondiendo ellas a las direcciones privilegiadas
de vibración del mineral.

- si el mineral es uniaxial (determinado previamente en sección


perpendicular eje óptico) hay que determinar la elongación. Recordar
que si el mineral es U+  es la vibración lenta y si es U-  es la
vibración rápida. Ello trae consigo que si el mineral es U + y la
elongación es largo lento, el alargamiento del cristal coincide con el eje
C. Si la elongación es largo rápido, el alargamiento del cristal es
perpendicular al eje C.

- si el mineral es biaxial se pasa a nicoles cruzados y se gira platina de


45º. Con la placa auxiliar se determina la posición de  y  y se las
marca en el dibujo

Por otra parte, podemos hacer la figura de flash y según los 2


cuadrantes donde salga los brazos de la isógira, estará la bisectriz
aguda. Como hemos ya estimado el 2V, podemos también dibujar los
ejes ópticos.
158

Los diagramas de orientación pueden construirse además para


secciones cristalográficas características, cuyos colores de interferencia
son intermedios entre los observados en las secciones perpendiculares
E.O y paralela al plano de los ejes ópticos. Por ejemplo la sección de 2
clivajes de un anfibol.

Finalmente, la integración de todos estos diagramas de orientación


reconstruye la figura de Trögger.

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