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Aristóteles – A.

Saber y ciencia

una cosa sacamos al menos en claro, que es algo plenamente «inmixto e


ininfluible» por el sentido (¢migªj, ¢paqªj). Es agente creador que obra
por sí mismo, como el artista ante el bloque de mármol. Y por aquí vemos
claramente cuánta afinidad media entre la concepción aristotélica sobre el
origen del conocimiento y la de Platón.
Tampoco en éste la idea es un producto del sentido, sino que es algo
anterior por su naturaleza. En el no‡j aristotélico pervive aún el apriorismo
platónico. El que la experiencia sensible aporte el material no representa
nada nuevo; también Platón requería a su modo la colaboración de los
sentidos. Y si Aristóteles polemiza contra Platón sobre este punto, habrá
que convenir en que su polémica roza muy a menudo tan solo aspectos peri-
féricos, mientras en el fondo su espíritu sigue las huellas de su maestro.
Aristóteles como empirista. En otro aspecto tiene más justificación el
enfrentar el empirismo de Aristóteles con Platón. No en lo que propia-
mente toca al principio y origen del conocimiento, que en esto Aristóteles
es racionalista como Platón. Sino más bien en el aspecto práctico y metó-
dico. En este terreno sí que ha avanzado mucho más allá que Platón en
orden a explorar y consultar en más amplia medida la experiencia. Platón
es, sobre todo, el espíritu sintético y especulativo; Aristóteles, en cambio,
organiza formalmente la investigación de los casos particulares, recoge las
experiencias de esta observación; preceptúa y fomenta esa observación; se
pone en contacto continuo con las opiniones de otros y lanza también sus
aporías para, por todos lados, impulsar y registrar la experiencia. Esto se
aprecia sobre todo en su Historia de los animales, cuyas observaciones aún
hoy día se recogen y valoran, en su colección de constituciones políticas,
así como de documentos y materiales para la historia del espíritu y de la
cultura. Aquí desciende continuamente al detalle, se mueve en la línea de
la extensión y busca con fruición lo concreto, mientras que Platón tiene
ante los ojos primero que nada las grandes ideas universales, y desde ellas
entiende lo particular.

Bibliografía

Bocheski, Historia de la lógica formal, ed. de Millán Bravo Lozano, Madrid,


Gredos, 1967; G. Colli, Organon. Introduzione, traduzione e note, Milán, Adel-
phi, 2003; M. De Corte, La doctrine de l’intelligence chez Aristote, París, Vrin,
1934; I. Düring, Aristóteles: exposición y presentación de su pensamiento, México,
UNAM, 2005, págs. 148s («Los Analíticos»); M. T. Ferejohn, The origins of
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Scientia, 1980); P. Gohlke, Die Entstehung der aristotelischen Logik, Berlín, Junker

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