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GUERRA RELIGIOSA
Estos decían que Francisco Pizarro tuvo éxito al conquistar Cajamarca gracias a la
victoria de su Dios cristiano sobre las huacas. Ahora estas se han fortalecido y estaban
listas para vencerlo y expulsar a los invasores.
El Taki Onkoy fue liderado por Juan Chocne, acompañado de dos mujeres que se hacían
llamar Santa María y María Magdalena, figuras del cristianismo.
Todos ellos fueron reprimidos durante el proceso de extirpación de creencias y cultos
de la religión andina en 1572.
Pese a ello, la reconquista sobrevivió y algunos seguidores del Taki Onkoy continuaron
con sus cultos andinos a escondidas.
Hoy su tradición es continuada por muchos “dansaq” o danzantes de tijeras.
572 es el año en que los historiadores dan por concluido el proceso de conquista, lo que
no quiere decir que los españoles no tuvieran que sufrir aún un buen puñado de
rebeliones indígenas.
En general, la chispa que las provocaba era algún tipo de abuso del que se presentaba la
correspondiente queja a las autoridades sin que éstas atendieran la cuestión, optándose
por echarse al monte reivindicando el romántico pasado perdido.
SIGNIFICADO:
Este movimiento, surgido en los primeros años de la conquista (en la segunda mitad del
S.XVI), fue un intento de resurgir o retornar a la cosmovisión del mundo incaico. Era el
retorno a los viejos y añorados dioses del Incario (y por qué no, de todo el mundo
prehispánico), que a fuerza o engaño fueron diezmados, en contraste con las ideas
cristianas.
El Taky Onkoy fue, claramente, una respuesta directa al avance del cristianismo sobre
estas tierras. Una respuesta religiosa, que desencadenaría posteriormente, en una
avanzada cultural y política, defendiendo la idea del retorno de las huacas, los dioses
incaicos (Wiracocha, Inti, Pachacámac, Killa, Chascas, etc), como sostén de nuestras
vidas.
DESARROLLO:
Este movimiento andino, surgido en Huamanga (Ayacucho), allá por los años 1560, fue
claramente, una guerra santa, una lucha por la no-muerte de las divinidades protectoras
del Incario, que estaban siendo olvidadas por los indígenas, ante el avance de la religión
de los "barbudos". Una "guerra", que luego de propagarse por el centro y sur del Perú
actual, continuó hasta Bolivia. De inmediato, fue duramente reprimida por el visitador
Cristóbal de Albornoz, quien al capturar a su representante máximo el indio JUAN
CHOCNE (o ¿También Juan Chocno) y a sus líderes más próximos, fueron obligados a
deponer sus creencias, en forma pública.
GEOGRAFIA
El distrito de Yanahuara se asienta entre la sierra y la puna seca de América del Sur y
forma parte de la Reserva Nacional de Salinas y Aguada Blanca, la reserva fue
concebida inicialmente como una zona de protección de las vicuñas y fuente principal
de reserva de agua de la ciudad de Arequipa y sus áreas adyacentes. La flora presente es
de tipo arbustivo (totorales), y gramíneas – arbustivas así como algunas plantas
arrosetadas y cespitosas. La vegetación arbórea lo constituyen relictos de queñua
(polypis rugulosa, sin: besseri).
POBLACION
Yanahuara posee una población de 20.021 habitantes, con una densidad de 9100.5
hab/km2, distribuidas en alrededor de 5 áreas, llámense, Yanahuara tradicional
(Yanahuara vieja), el área antigua del distrito caracterizado por su pintoresco aspecto
español; Juan XXIII y Umacollo, áreas de época republicana con alta densidad
poblacional; Piedra Santa el área más moderna de del distrito, con lujosos condominios
y apartamentos; Pampa de Camarones, un pueblo tradicional alejado de la Yanahuara
Vieja, y rodeado por la campiña Arequipeña, en general la población de Yanahuara
tiene una mayor calidad de vida que el resto de Arequipa, principalmente debido a la
situación económica de sus residentes, que son atraídos por las características del
distrito.
DE RECOLECTORES A CAZADORES
Antes de que los Incas existieran y conquistaran el suroeste andino, antes de que esta
franja de continente fuera llamada por el Incario, Kuntisuyo (región Kunti), mucho
antes de todo ello, vivieron diseminadas allí varias naciones que alcanzaron un alto
grado de progreso. Así lo revelan los vestigios que dejaron y su presencia constante en
la documentación temprana de los conquistadores europeos que, para su beneficio,
supieron conservar.
Los Mascas, del ayllu Callapa, constituyeron un enclave incaico de mitmaqs en el sector
de la Chimba. En la documentación figuran señaladamente como Callapas, aunque no
falta manuscrito en que se esclarece que se trata de un ayllu Callapa de la nación Masca
Esta contaba además con otros ayllus conocidos como: Collana, Hilota, Cupi, Chapoca,
Anoca, Alcoca y Achuma; pero, tales denominaciones se fueron perdiendo desde 1587,
en que figuran documentadas ante el escribano Antonio de Herrera, en cartas de pago
por abastecer a la alhóndiga mistiana, con parte de su producción triguera, alimento
cuyo cultivo trataban de impulsar cada vez más los españoles” (ada; pr.49:fs. 20-20v)
Más que todos ellos, subsistió con posteridad únicamente el nombre de ayllu Callapa,
perdiéndose todo vestigio de los demás ayllus, así como el nombre mismo de la nación
de la cual dependían: la Masca en el siglo XVII y siguientes fue registrado únicamente
el nombre de Collapa.
LA COLONIA
Francisco Pizarro dio a los Chilques, junto con los Yanaguaras y Chumbivilcas, a Luis
de León, primero. Luego, el Presidente de la Gasca dio las tres mismas etnias a Baltasar
Díaz; y, finalmente, las recibió el licenciado Gómez Hernández, de la Audiencia de
Lima, ratificando esta adjudicación el virrey Andrés Hurtado de Mendoza. El destino de
los Chilques fue, durante el virreinato, seguir siempre a la zaga de los Yanaguaras y de
los Chumbivilcas.
Cabe destacar también que Gómez Hernández firmo contrato con Gaspar Báez para la
construcción en la Chimba del Monasterio de Santo Domingo. En la visita a este pueblo
Álvarez y Jiménez reparó en una aberración administrativa. Los yanaguarenses se
distinguían por sus actividades en la agricultura “a que las mujeres concurran con igual
valor que los hombres, sin perjuicios de aquellas horas o días que destinaban los
primeros al comercio de ganado vacuno y ovejuno para el abasto de la ciudad, y las
segundas para el ejercicio de regatonería” el hilado y tejido. Los forasteros y originarios
sin tierras se dedicaban a la artesanía.
Los pobladores construyeron sus viviendas con orden y concierto, pero dejando
estrechas callejuelas “traídas a cordel. Molestó, sin embargo, el Gobernador Intendente
que junto a productivos huertos cultivados de hermosas flores y frutas sabrosas, se
establecieran chiqueros y corralones que contaminaban el ambiente que no olía
precisamente a rosas y claveles-y fueron focos de propagación díptera. Para entonces
estaba fabricándose varios edificios públicos, como las Casas del Cabildo, cómodas y
amplias que constaban de “varias piezas de tejado con portalería a la Plaza, fuera de la
que interiormente, tenía ya delineada con pilares de cal y piedra. A continuación-
prosigue relatando la “memoria -sigue la cárcel que consta de los piezas para hombres y
mujeres, con la debida separación y sus respectivos desahogos y asimismo la Plaza
destinada al maestro de la Escuela para los Hijos naturales.... El clima y temperamento
que es de suyo benigno y saludable facilita las producciones de Maíz, Trigo, Papas y
Alfalfa, la de muchas fragantes y vistosas flores que ordinariamente surten y sirven a
hermosear los templos y funciones profanas en que se necesitan. La situación que
cualquier parte de él se registra toda igualmente que las campiñas que la rodean
dilatándose la vista hasta los pueblos de Paucarpata y Characato distante este último
más de dos leguas de dicha Ciudad.
Las reducciones surgen como una política de control tanto económico (paga del tributo)
como religioso (reunir a los indios para evangelizar mejor). También se define la idea
de que los indígenas vivieran agrupados en núcleos urbanos (polis), es decir en (policía)
y no dispersos en sus chacras y sementeras.
Esta idea fue planteada ya orgánicamente por el oidor Matienzo en 1567 y llevada a la
práctica por el virrey Toledo durante sus visitas a diversas zonas del Perú, Aunque
existen reducciones anteriores fruto de esta política de “reducir”, “concentrar” la
población indígena, fue recién en el último tercio del siglo XVI cuando alcanzó validez
y aplicación universal en todo el Virreinato del Perú.
Sus efectos fueron en algunas zonas altamente traumáticos porque obligaron a las
comunidades a abandonar las tierras de secular pertenencia, porque mezclaron etnias
recortando poderes a los curacas y en definitiva alteraron las relaciones de producción,
reciprocidad e intercambio que existía en el mundo andino.
YANAHUARA EN EL SIGLO XX
“El aprovechamiento del agua para los molinos y la apertura de la nuevas acequias, así
como la reutilización y sangrías realizadas a las construidas por los indígenas,
conformaron una tarea esencial en la organización del territorio inmediato a la traza de
la ciudad. Yanahuara, abastecida por la acequia de Chullo, conformaría el sistema del
norte, luego vendría la peligrosa torrentera de San Lázaro que obligaría a continuas
reparaciones y muros de contención en su desembocadura en el Chili
En el aspecto urbano Yanahuara adquiere importancia a inicios del siglo XX, cuando se
comienza la construcción de “palacetes de estilo ecléctico o historicista, de la llamada
corriente: “internacional y primer racionalismo” , como la casa Riquetts, ubicada en la
calle Quesada.