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COLEGIO NTRA. SRA.

DE LA MEDALLA MILAGROSA
MATERIA: LITERATURA MUNDIAL
PROFESORA: CATERINA ITATÍ MORALES
CURSO: 5º AÑO. Modalidad: Economía y Gestión de las Organizaciones
AÑO: 2011

ALUMNO:
FECHA:

Documento de Información Nº 3:
“El teatro isabelino y la obra “Hamlet” de Wiliams Shakespeare.

La vida del Autor

Nació el 23 de abril de 1564, y se sabe a ciencia cierta que fue bautizado al día siguiente, en
Stratford-upon-Avon. Tercero de ocho hermanos, fue el primer hijo varón de un próspero
comerciante, y de Mary Arden.

En 1582 se casó con Anne Hathaway, hija de un granjero, con la que tuvo una hija, Susanna, en
1583, y dos mellizos —un niño, que murió a los 11 años de edad, y una niña— en 1585. Al
parecer, hubo de abandonar Stratford ya que le sorprendieron cazando ilegalmente en las
propiedades de sir Thomas Lucy, el juez de paz de la ciudad.
La reputación actual de Shakespeare se basa, sobre todo, en las 38 obras teatrales de las que se
tienen indicios de su participación, bien porque las escribiera, modificara o colaborara en su
redacción. Aunque hoy son muy conocidas y apreciadas, sus contemporáneos de mayor nivel
cultural las rechazaron, por considerarlas, como al resto del teatro, tan sólo un vulgar
entretenimiento.

Sus obras fueron representadas en la corte de la reina Isabel I y del rey Jacobo I con mayor
frecuencia que las de sus contemporáneos, y se tiene constancia de que sólo en una ocasión
estuvo a punto de perder el favor real. Fue en 1599 cuando su compañía representó la obras de
la deposición y el asesinato del rey Ricardo II, a petición de un grupo de cortesanos que
conspiraban contra la reina Isabel, encabezado por un ex-favorito de la reina, Robert Devereux,
y por el conde de Southampton, aunque en la investigación que siguió al hecho, la compañía
teatral quedó absuelta de toda complicidad.

A partir del año 1608, la producción dramática de Shakespeare decreció considerablemente,


pues al parecer se estableció en su ciudad natal donde compró una casa llamada New Place.
Murió el 23 de abril de 1616 y fue enterrado en la iglesia de Stratford.

Sus obras

Shakespeare cuenta con cuatro periodos de producción de sus obras. En el tercer período
el dramaturgo inglés escribió sus mejores tragedias y las llamadas comedias oscuras o amargas.
Las tragedias de este periodo son las más profundas de todas sus obras y aquellas en las que la
poesía de la lengua se convierte en un instrumento dramático, capaz de registrar las evoluciones
del pensamiento humano y las distintas dimensiones de una situación dramática. Hamlet (hacia
1601), su obra más universal, va más allá de las otras tragedias centradas en la venganza, pues
retrata de un modo escalofriante la mezcla de gloria y sordidez que caracteriza la naturaleza
humana. Hamlet siente que vive en un mundo de engaños y corrupción, sentimiento que le viene
confirmado por el asesinato de su padre y la sensualidad desenfrenada de su madre. Estas
revelaciones le conducen a un estado en el que los momentos de angustia e indecisión se
atropellan con frenéticas actuaciones, situación cuyas profundas razones continúan hoy siendo
motivo de distintas interpretaciones.
El teatro Isabelino

El teatro renacentista inglés se desarrolló durante el reinado de Isabel I a finales del siglo XVI.
En aquel tiempo, se escribían tragedias academicistas de carácter neoclásico que se
representaban en las universidades; sin embargo, la mayoría de los poetas isabelinos tendían a
ignorar el neoclasicismo o, en el mejor de los casos, lo usaban de forma selectiva. A diferencia
del teatro continental (creado con el objetivo de ser presentado ante un público de elite) el teatro
inglés se basó en formas populares, en el vital teatro medieval, y en las exigencias del público
en general. Bajo la influencia del clima de cambio político y económico en la Inglaterra del
momento, así como de la evolución de la lengua, dramaturgos como Thomas Kyd y Christopher
Marlowe dieron lugar al nacimiento de un teatro dinámico, épico y sin cortapisas que culminó
en el variado y complejo trabajo del más grande genio del teatro inglés, William Shakespeare.

Las obras seguían una estructura clásica en lo relativo a actos y escenas; se empleaba el verso
(aunque a menudo se intercalara la prosa); se recogían recursos escénicos de Séneca, Plauto y la
Commedia dell’arte; se mezclaban tragedia, comedia y pastoral; se combinaban diversas
tramas; las obras extendían su acción a través de grandes márgenes de tiempo y espacio;
convivían personajes de la realeza con los de las clases bajas; se incorporaba música, danza y
espectáculo; se mostraba violencia, batallas y sangre. Los temas de la tragedia solían ser
históricos más que míticos, y la historia era utilizada para comentar cuestiones del momento.

Las obras se representaban durante los meses más cálidos en teatros circulares y al aire libre. El
escenario consistía en una plataforma que invadía parcialmente el equivalente al actual patio de
butacas, por entonces un área para estar de pie destinada a las clases bajas. En los meses más
fríos, las obras se montaban en teatros privados para un público de elite. El estilo de
interpretación en los principios del teatro isabelino era exagerado y heroico como las obras
mismas pero, ya en tiempos de Shakespeare, actores como Richard Burbage habían empezado a
modificar su trabajo hacia un estilo más natural y contenido, tal y como se refleja en el famoso
discurso a los intérpretes en la obra de Shakespeare Hamlet. El decorado era mínimo, y constaba
de algunos accesorios o paneles. Las localizaciones eran sugeridas, y por tanto quizá cobraban
más vida en la propia mente de los espectadores por la poesía de las obras.

Tanto la tragedia como la comedia isabelinas alcanzaron su auténtico florecimiento en la obra de


Shakespeare. Más allá de su talento, de la riqueza de su estilo y de la complejidad de sus
argumentos (en todo lo cual supera a los demás dramaturgos isabelinos), su comprensión del ser
humano confiere a su obra una grandeza inmortal y le convierte en la figura más importante de
la literatura inglesa. En sus comedias muestra el encanto pero también los aspectos ridículos de
la naturaleza humana. Sus grandes tragedias bucean en las profundidades del alma. En sus
últimas obras, gracias a la creación de una atmósfera misteriosa y exótica, y a los rápidos
cambios entre buena y mala fortuna, anticipa los dramas de la época siguiente.

Los autores del teatro isabelino se inclinaron por una división del texto en cinco actos. Con esta
premisa, los dramaturgos ingleses recurren a cinco vías para estructurarlo: 1) concentran en un
personaje el interés del drama; 2) adoptan un enredo menor; 3) juegan con tramas compuestas;
4) proponen un drama dentro del drama; y 5) consiguen crear un clima de suspense, mediante
escenas estáticas que anticipan una rápida resolución.

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