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LAVADO DE CEREBRO Y SU DESPROGRAMACIÓN PSICOLÓGICA

Escrito por: Psic. Juan Carlos Martínez Bernal


Cédula Profesional: 2888340
BERNAL27@HOTMAIL.COM
“Yo puedo convencer a cualquiera de
cualquier cosa si se lo repito con
bastante insistencia y si el sujeto no tiene
otra fuente de información”
Charles Manson (1976)

“El dogma, la creencia particular de cada grupo,


es lo de menos. Lo que engancha a un individuo a
una secta no es lo que cree sino el cómo lo cree”
Pepe Rodríguez (1989)

Este artículo consta de los siguientes apartados:

-Introducción.
-Perfil de personalidad más susceptible de sufrir lavado de cerebro.
-Fases del lavado de cerebro.
-Técnicas de lavado de cerebro.
-Algunas similitudes con la misoginia de hombres contra mujeres.
-Trastornos mentales provocados por el lavado de cerebro.
-Desprogramación y ayuda a los afectados.
-Conclusiones
-Fuentes consultadas.

INTRODUCCIÓN

Lavado de cerebro (brainwashing) es una expresión que se utiliza para designar el cambio
de idea que resulta de una persuasión o conversión. Implica impedir u obligar
deliberadamente a alguien a hacer algo a través de presiones físicas o mentales Algunos
consideran que las técnicas o programas de lavado de cerebro han pasado por dos
generaciones. La diferencia de los programas de primera generación en relación a lo que los
autores han definido como programas de segunda generación, radica en el hecho de que los
primeros tenían un objetivo específicamente político: técnicas de adoctrinamiento político usadas
en China (Mao-Tsé Tung), Rusia (Stalin), Corea (los militares), Japón (con kamikazes), Alemania
(los nazis), etcétera, hasta llegar a lo que el director de la CIA Stanley Turner declaró el 3 de
agosto de 1977 ante el Congreso de los Estados Unidos de que el proyecto MK-Ultra fue un
programa defensivo (y luego ofensivo) para saber cómo habían conseguido los soviéticos y sus
aliados controlar el cerebro humano mediante drogas o el lavado de cerebro; buscándose la
provocación de la amnesia a voluntad, para conseguir interrogar a un espía enemigo sin que él ni
sus superiores advirtieran que había revelado sus secretos, al tiempo que se lograría suprimir
datos comprometedores de la memoria de los agentes propios antes de enviarlos a misiones en
países enemigos, incidiendo en un aspecto que para muchas personas resulta bastante periférico
en relación a su escala de valores. Mientras que los programas de lavado de cerebro de segunda
generación, apuntan directamente a los aspectos más centrales de la personalidad y de la
autoestima de los individuos (Singer; Ofshe, 1990).

Otras diferencias entre ambos programas vienen determinadas por el momento histórico en que
se producen. Los primeros se dan, sobre todo, desde los años treinta hasta mediados de los
sesenta; mientras que los segundos destacan a partir de los años setenta, aunque unos y otros
tengan comienzos e inicios menos precisos. La metodología concreta es también diferente; los
programas de primera generación acostumbraban llevarse a cabo en situaciones de cautiverio y a
partir de sistemas muy bien estructurados; mientras que en los segundos, no se produce esta
cautividad objetivable y los métodos de transformación psicológica son mucho más sutiles y
menos aparentes. Sin embargo, hoy en día el término se aplica a cualquier actividad de
adoctrinamiento, programación mental o reforma del pensamiento que son utilizadas
principalmente por dictaduras políticas, sectas destructivas o fundamentalistas,
organizaciones sociales radicales (discriminatorias, terroristas, criminales, etc.) e incluso -
aunque suene raro- en el núcleo familiar y en la pareja.

Es posible que personas sensibles hagan suyos criterios rechazables y odiosos si se


implantan en su pensamiento a una edad muy temprana, o si se crea en ellas un estado de
colapso emocional a base de ansiedad, culpa –real o imaginaria- y conflicto moral. Los
verdugos del lavado de cerebro, desde gurús, dictadores, predicadores, terroristas, hasta
líderes sectarios o cónyuges despiadados, persiguen dominar la voluntad del otro. Desatan
el miedo en el corazón sugestionable de la víctima.

La persuasión coercitiva, esto es, una técnica de presión psicológica que propicia la destrucción
de la personalidad previa del individuo que la sufre tiene como fin modificar en gran medida el
concepto que una persona tiene de sí misma, la percepción de la realidad y sus relaciones
interpersonales. Se trata, pues, de una tecnología de control mental encubierta, que actúa sobre la
capacidad de percibir, razonar y responder. Usualmente, los objetivos que se pretenden alcanzar
a través del lavado del cerebro están vinculados a obtener algún tipo de ganancia y/o ventaja de
tipo económico, político o religioso. La palabra coerción puede ser definida como constreñir o
refrenar por la fuerza. En el caso del lavado de cerebro o conversión a través de un líder o de los
medios de comunicación, claramente no se trata del uso de la fuerza física, sino de algo mucho
más sutil, como lo es el uso de técnicas psicológicas para influir sin el consentimiento de la
persona afectada sobre su personalidad. Cuando tienen éxito, influyen en la capacidad racional e
independiente de la víctima de tomar decisiones.

El lavado de cerebro es un proceso muy complejo que consiste básicamente en dos etapas:

Una es el Condicionamiento y se utiliza para controlar la mente de la víctima; por ejemplo,


induciendo la culpa manipulativa, el miedo encubierto, la intimidación, la confusión mental y
moral, logrando confesiones de delitos no cometidos, toma de decisiones irracionales y
propaganda política.

La otra es la Persuasión para causar la incapacidad de pensar en forma independiente, por


ejemplo, implantando impulsos sugestivos en la mente de la víctima. Todos estamos
familiarizados con las técnicas "suaves" de persuasión que se utilizan en las campañas
publicitarias para influir en el comportamiento de compra de los consumidores, es decir, en
su toma de decisiones. En psicología social se denomina a esta actitud respuesta de
conformidad grupal.

En el lavado de cerebro es importante i dentificar lo que se ha dado en llamar Sectas


Destructivas (SD) en base a tres tipos de actuaciones lesivas: en el campo psicológico, en el
social y en el jurídico. Y la propuesta definitoria establecida hace algunos años sobre una SD
(Rodríguez, Pepe, 1984, 1989 y 1994), y que hoy está ya muy consensuada, obvia celosamente
todo criterio calificador que se base en considerandos religiosos, filosóficos, políticos o,
simplemente, de orden moral, para apoyarse únicamente en criterios de defensa de los Derechos
Humanos. Así, pues, la definición que vamos a mantener en este trabajo para identificar a los
grupos o dinámicas de riesgo es la siguiente:

Una Secta Destructiva será todo aquel grupo que, en su dinámica de captación y/o
adoctrinamiento, utilice técnicas de persuasión coercitiva que, por su dinámica vital, propicien la
destrucción (desestructuración) de la personalidad previa del adepto o la dañen severamente. El
que, por su dinámica vital, ocasiones la destrucción total o severa de los lazos afectivos y de
comunicación efectiva del sectario con su entorno social habitual y consigo mismo. Y, por último,
el que su dinámica de funcionamiento le lleve a destruir, a conculcar, derechos jurídicos
inalienables en un Estado de Derecho.

El estar sometido continuamente a una dinámica de persuasión coercitiva, tal como es el caso de
los adeptos de SD, llega a causar una serie de trastornos psicológicos más o menos importantes
que, básicamente, estarán en función de tres factores variables (Rodríguez, 1994): a) la estructura
de personalidad previa del sujeto; b) su nivel de integración en la SD; y c) el tipo de SD y de la
dinámica despersonalizante específica empleada por el grupo.

PERFIL DE PERSONALIDAD MÁS SUSCEPTIBLE DE SUFRIR LAVADO DE CEREBRO

En cualquier situación, y de manera específica en las dependencias, se determinan una serie de


“factores de riesgo” que hacen al individuo especialmente vulnerable al lavado de cerebro. En el
caso de la manipulación psicológica y sus posteriores consecuencias, destacamos a continuación
algunos de los factores detectados, con mayor frecuencia, entre los adeptos y los ex-adeptos de
buena parte de los grupos que se estudian y que coinciden al mismo tiempo con los
condicionantes previos que más favorecen el lavado de cerebro.

¿Cómo es el candidato idóneo? Por lo general, joven, inmaduro, introvertido, idealista y


con labilidad (volubilidad) emocional, aunque también pude ser adulto y poseer las mismas
características. Se trata de personas incapaces de soportar la incertidumbre y que
necesitan creer en una “gran verdad”. De este modo, la secta les va a proporcionar ciertos
elementos de atracción irresistible: la intensificación emocional, la promesa de alcanzar la
felicidad y la tranquilidad de no tener que pensar, sino sólo imitar. Muchos de los captados
acaban de sufrir algún trauma o están viviendo una depresión, lo que los hace más
proclives a ser seducidos.

Las variables individuales también cuentan mucho a la hora de evaluar quienes son susceptibles a
un lavado de cerebro. Una persona consciente, con alta autoestima, independiente, autónoma en
su manera de pensar y con criterios propios; que antes de emitir una opinión trata de contrastar lo
que le dicen con la realidad; y, además, busca la mayor cantidad de información posible, es muy
difícil que sea propensa a ser víctima del control mental. Mientras que aquellas personas
inseguras de sí mismas, sugestionables, nerviosas, inestables emocionalmente, dependientes de
otras personas, que buscan siempre la aprobación y aceptación de los demás, que pueden
encontrarse en el grupo de los resentidos sociales, frustrados y oportunistas, son más
susceptibles de una "conversión" y de morder el anzuelo.

En este sentido, podemos afirmar que los niños son los más propensos a ser víctimas de un
lavado de cerebro, pues son dependientes, inseguros, necesitan de la aceptación y aprobación de
los adultos, son sugestionables y no cuentan con una conciencia madura, un "aparato defensivo" y
criterios de evaluación de la realidad como un adulto.

Un niño sometido a la influencia de la TV de manera sostenida y que, además, en su casa tiene el


ejemplo y modelo de unos adultos que han sido víctimas del lavado de cerebro, termina por estar
convencido de que las cosas son como dice la TV. Después de los niños, podríamos decir, que las
personas más influenciables son aquellas que no están habituadas a ser conscientes de sí
mismos, es decir, ni de su manera de pensar ni de su modo de proceder, especialmente, si de
alguna manera perciben que sus intereses pueden verse afectados. Aquí no importa cuál es el
nivel de educación alcanzado.

Toda persona sometida a la confusión y que sólo cuenta con una misma clase de fuente de
información, en este caso, casi exclusivamente, con la proporcionada por los medios de
comunicación privados pertenecientes a la secta o grupo manipulador, es propensa al lavado de
cerebro.

Los seres humanos tenemos poca tolerancia a la confusión, pues entre otras cosas, nos crea
tensión, un vacío interior, incertidumbre y ansiedad intolerables, de modo que la víctima termina
prefiriendo acomodar su personalidad a las nuevas exigencias en vista de que no halla
información alternativa que le ayude a liberarse de la tensión.

Los incautos, digamos la gente distraída, que presta poca atención a lo que sucede en su entorno,
como decimos en criollo: "que vive en la Luna y no sabe lo que está pasando", también son muy
propensos a los efectos del control mental, particularmente, porque estas son personas que
necesitan que ocurra algo "fuerte" en su entorno para que "aterricen".

Estados en los cuales se presenta una mayor vulnerabilidad para cualquier dependencia y que
esencialmente vienen definidos por situaciones estresantes en la esfera familiar (sistemas
familiares disfuncionales), profesional, laboral y afectiva. Este es en esencia un ámbito muy amplio
por el cual pasan la mayoría de las personas en algún momento de su vida. La máxima
frecuencia, sin embargo, se observa entre los adolescentes y adultos jóvenes, en la medida en
que se encuentran en una etapa difícil de maduración y de cambio.
La estructura patológica o pre-patológica de la personalidad, está caracterizada, sobre todo,
por trastornos histriónicos, personalidades “border-lines”, trastornos paranoides de la personalidad
y personalidades pasivo-dependientes.

Entre las personalidades dependientes es necesario destacar los siguientes aspectos, según la
clasificación de factores de vulnerabilidad propuesta por Asch (1985) :

a) Falta de dirección o de propuestas internas (ego-ideal) : el individuo se encuentra buscando


el significado de su existencia con una ausencia notoria de referentes que le permitan discriminar
entre opciones diversas. Estos estados suelen relacionarse con carencias en los sistemas
familiares de origen.

b) Carencia de un autocontrol adecuado (super-yo): hace referencia a las teorías regresionistas


atribuidas a las conversiones sectarias, en el sentido que las “poderosas fuentes de control de la
secta, compensarían la ausencia de control interno del individuo” (Schwartz, 1981).

c) Baja tolerancia a la ambigüedad: en este punto la literatura especializada hace referencia a


los individuos que buscan una promesa instantánea, por parte de las “sectas”, con respuestas
simplistas de “blanco o negro” (Cox, 1977).

d) Susceptibilidad para alcanzar estados de trance a causa de las dificultades para establecer
diferenciaciones entre el propio yo y un marco de referencia. Se trataría de los casos de individuos
fácilmente influenciables que pueden alcanzar estados hipnóticos o de trance. Serían, pues,
personas que asumirían como propias las directrices y los mensajes recibidos bajo los efectos de
estos estados alterados de conciencia.

Personalidades buscadoras: Se trata de personas sin alteraciones consideradas como


patológicas, que presentan como rasgo característico interés por buscar constantemente,
opciones de tipo filosófico, esotérico, místico-religioso, cultural, etc., y que, ocasionalmente,
pueden topar con una oferta “sectaria”. Algunos de los factores de las personas que
englobaríamos en este apartado, las que denominaríamos como “excesivamente inquietas o
inestables con dificultades para discriminar entre diversas opciones”, son comunes con
determinados aspectos de la anterior clasificación de Asch (1985).

Relación de factores potencialmente generadores de trastornos de la personalidad. Para la


adecuada interpretación de este subapartado, es necesario expresar, primeramente, algunas
consideraciones: los factores expuestos tienen un efecto multiplicativo entre ellos, más que aditivo;
la relación de factores hace referencia a hechos evidenciables en el funcionamiento de los grupos;
en cada uno de ellos se dan unos máximos y unos mínimos de intensidad, que vienen
desglosados a través de los diversos puntos que se incluyen.
Entre los factores predisponentes (de riesgo) para sufrir lavado de cerebro se tienen los
siguientes:

Problemas derivados de un sistema familiar disfuncional: Empleo de pautas educativas


extremas (excesivamente autoritarias o laxas). Malos tratos físicos y/o psíquicos en general.
Generación de vínculos sobreprotectores (derivados de la actuación materna especialmente).
Síndrome de "ausencia del padre" (por ausencia real, presencia mínima, o débil relación padre-
hijo). Carencia de dirección paterna y/o incapacidad para guiar la maduración del hijo y dotarle de
estructura y límites que le capaciten para ser un ente autónomo e independiente. Carencias
afectivas y falta de atención paternas que impidan fortalecer y/o reafirmar el vínculo paterno filial y
el sentimiento de seguridad. Pobre comunicación familiar y/o empleo de pautas de comunicación
doble-vinculantes por parte de los padres hacia los hijos. Desconocimiento de la realidad evolutiva
y social del hijo y, por ello, incapacidad para ayudarle a superar sus problemas y contener sus
conflictos emocionales. Situación de conflicto permanente (reconocido o no) entre la pareja
paterna.

Problemas derivados de dificultades de adaptación a la realidad social: Insatisfacción con la


vida cotidiana. Depresión y/o rebeldía ante la realidad social. Sentimiento de alienación.
Dificultades de adaptación a las estructuras y/o normativas sociales mayoritarias. Desarraigo
generalizado. Carencia de un sistema de valores y/o de marcos normativos o autonormativos
sólidos. Tendencia a conceptualizar e interpretar los problemas cotidianos desde perspectivas
religiosas. Sentimiento de falta de plenitud. Desilusión y/o frustración ante las ofertas del ámbito
sociocultural y sus expectativas.

Problemas derivados de una búsqueda religioso-espiritual: Aspiración de perfección y


trascendencia espiritual. Preponderancia del pensamiento mágico sobre el pensamiento racional.
Susceptibilidad y/o atracción hacia los estados de trance y similares. Apetencia por experimentar
nuevos estados alterados de conciencia.

Problemas derivados del desconocimiento de los factores de vulnerabilidad personal ante los
procesos persuasivo-manipuladores: Desconocimiento de la propia fragilidad psicológica.
Desconocimiento del modus operandi de las técnicas de manipulación emocional (persuasión
coercitiva) y de sus resultados. Desconocimiento de las situaciones psicosociales que incrementan
el riesgo de vulnerabilidad. Desconocimiento de la realidad y riesgos de las SD.

Adoctrinamiento en la idea de que lo de dentro es bueno y lo de fuera malo. Este factor


incrementa los rasgos paranoides de la personalidad, provocando un temor creciente hacia todo
aquello que es externo y reforzando el aislamiento (mental, “ideológico”) del grupo. En cierta
manera, se podría establecer un símil con el hospitalismo psiquiátrico o una cárcel, en el cual, el
paciente, después de un largo período de estadía, presenta temores y dificultades para salir al
exterior y valerse por sí mismo. Fruto de esta dinámica es la pérdida de confianza en todo aquello
que no tenga el visto bueno del grupo, hecho que también es influido por la visión negativa que se
da de la realidad externa. Los mensajes de que se nutre esta situación son inherentes a la
doctrina y se introducen a través de diferentes sesiones, en función de las prácticas del grupo
(lecturas, meditaciones, confesiones, plegarias, clases....). El resultado que se acaba observando
es la progresiva disminución de las capacidades críticas y analíticas del adepto.

FASES DEL LAVADO DE CEREBRO

Para entender las fases del lavado de cerebro es necesario primero echarle un vistazo
a la Teoría de la Disonancia Cognoscitiva de Leon Festinger, de índole psicosocial. Ante
una disonancia cognoscitiva (conflicto de tomar una decisión entre dos alternativas) el
cerebro busca neutralizarla a través de un mecanismo psicológico llamado Reducción de la
disonancia y juega un papel definitivo en la estrategia del lavado de cerebro. Recordar que
"cognición" es aquello que una persona conoce sobre sí mismo, de su comportamiento y de lo que
le rodea). Entre dos o más grupos la disonancia puede surgir debido a: (1) una inconsistencia
lógica, (2) valores éticos y culturales, (3) opiniones específicas y (4) experiencias pasadas.

El método para reducir la disonancia cognitiva: Este método para reducir o eliminar la
disonancia es utilizado frecuentemente en el lavado de cerebro. Hay diferentes formas de
conseguirlo dependiendo del tipo de elementos cognitivos involucrados y del contexto cognitivo
total. Son las siguientes:

Primero cambiando un elemento cognitivo de comportamiento: Nuestro comportamiento y


sentimientos ambientales se modifican frecuentemente a medida que adquirimos nueva
información y cambiamos un elemento cognitivo de comportamiento. Por ejemplo, existen muchos
fumadores que no dejan de fumar aun sabiendo que es perjudicial para su salud. Así pues, no
siempre es posible eliminar la disonancia o incluso reducirla substancialmente cambiando nuestro
comportamiento o sentimientos.

Segundo, cambiando un elemento cognitivo del entorno: A veces es posible cambiar un


elemento cognitivo del entorno cambiando la situación a la que el elemento corresponde. Por
ejemplo, una persona puede ser capaz de cambiar su opinión acerca de una personalidad política
sin modificar por ello su idea del entorno político general .

Finalmente, añadiendo nuevos elementos cognitivos: Hemos visto que para eliminar por
completo la disonancia cognitiva es necesario cambiar algunos elementos cognitivos. También
podemos afirmar que la completa eliminación de la disonancia cognitiva no es siempre posible,
pero sí es posible reducirla. También está al alcance de nuestras manos reducir la magnitud total
de la disonancia añadiendo nuevos elementos cognitivos. Por ejemplo, si existiera una disonancia
cognitiva entre elementos cognitivos referentes a los efectos de la conducta de fumar y
cogniciones relacionadas con el comportamiento de continuar fumando, la disonancia total se
podría reducir añadiendo nuevos elementos cognitivos "consonantes" con el acto de fumar.

Concluyendo, creo que la mayor disonancia cognitiva entre dos elementos o entre más
grupos es la que proviene de lagunas culturales y/o a la falta de información entre ellas/estas
culturas. Un posible método para reducir o eliminar la disonancia cognitiva es por lo tanto el
intercambio de información entre los elementos disonantes.

Al cabo de un cierto tiempo, la persona se ha creído absolutamente el discurso


justificatorio y considera que su conducta es apropiada: ya es uno de ellos. Robert Lifton,
autor del libro “Reforma del pensamiento y psicología del totalitarismo”, menciona que en
el período inicial existe una Humillación de la Dignidad del individuo a través de distintas
conductas, entre otras no llamándole nunca por su nombre. Este extremo tiene más
importancia psicológica de la que parece, porque despojar a alguien de su nombre es
como despojarle de sus raíces. Las organizaciones sectarias, incluso las pacíficas,
también eliminan el nombre propio y lo sustituyen por otro, en general esotérico. Y en un
hogar violento, el cónyuge despiadado tampoco se dirigirá jamás a su pareja por su
nombre, sino por interjecciones o acepciones humillantes que contribuirán a la disolución
progresiva de la identidad personal.

La segunda fase es la de Implantación de Culpa. Dicen los psicoanalistas que todos los
humanos guardamos desde nuestra infancia una caja llena de vagas culpas que basta con
destapar. Quizá sea cierto, pero el caso es que el sujeto contagia de la atmósfera de
culpabilidad que se le atribuye, y cualquier palabra que diga, incluso sus propios
pensamientos tendrán para él reminiscencias de traición hacia otros y hacia sí mismo.

Con su personalidad ya muy debilitada, el individuo experimentará la tercera fase, el


Conflicto Total, en la que sentirá pánico a su aniquilación total como persona. Cuando el
ser humano es consciente de que la propia historia ha descarrilado, su caos psicológico es
tal que necesita agarrarse a un clavo ardiendo. Es entonces cuando sus verdugos le
tratarán amablemente, se le tenderá una mano a la que él se aferrará desesperadamente,
una mano que, precisamente, será la que se adueñe de su pensamiento.

A partir de ahora el individuo se vuelve contra sí mismo. Las dos siguientes fases, que
Lifton llama de Canalización de la Culpa y de Deshonra, persiguen que el sujeto critique no
sólo lo que ha hecho en su vida, sino lo que ha sido: un ateo, una mala mujer...Para llegar
así a la fase de progreso y armonía, que conduce a la definitiva confesión final de
aceptación absoluta o de renuncia personal.

Los pasos que siguen las sectas y otras organizaciones coercitivas son parecidos a éstos,
aunque el inicio es más suave. Para la captación inicial no se utiliza la violencia sino la
seducción y la persuasión, para después proceder a su conversión y adoctrinamiento.

La habilidad es grande. Ni una palabra, en los comienzos, sobre el gurú o los fines
políticos-religiosos de la secta o del fin real del manipulador. Sólo se habla de amistad, de
amor, de calor humano. Se aprovecha la soledad, el desamparo, el desconcierto
sentimental de los jóvenes inquietos, indignados por una sociedad injusta e inhumana o
simplemente desempleados, en paro forzoso por falta de oportunidades. Con las primeras
visitas a un centro de la secta la pinza de la trampa se cierra suavemente. Te ofrecen
alimentos suculentos, te rodean y te hacen sentir muy importante. Todos se muestran
solícitos y hace que te sientas en la luna. Había un ambiente acogedor donde se canta,
tocan música y existe mucha simpatía.

Un reportaje de Marie-Gisele Landes, titulado “Mi fin de semana en casa de cierta secta”
es el relato sorprendente del alistamiento por una secta. Llevan a jóvenes desocupados a
un rancho, los llevan a pasar un fin de semana. Raros son los que vuelven. Descentrados,
bombardeados intelectual y emocionalmente, arrastrados en un gira agotadora de juegos,
de canciones, de discursos demagógicos, quedarán comprometidos para la semana
siguiente, durante la cual se pronunciará por primer vez el nombre del gurú...He aquí un
resumen: Estalla un estruendo de aplausos mientras un joven flaco salta al estrado. Es un
dirigente de la comunidad. Micrófono en mano, comienza a todo gas una conferencia
asombrosa. Hablando con demasiada rapidez para que nadie le pueda interrumpir, con
demasiada rapidez para que nadie le pueda comprender realmente: „¿El objeto de nuestra
comunidad? ¡Abrirse a la vida! ¿Están ustedes dispuestos para el amor infinito?‟. Eso no
se pregunta. El salón aúlla de alegría...En una hora y treinta y cinco minutos, el dirigente
suscitará algunos grandes problemas: ¿Por qué tenemos conflictos?, cuya respuesta
fulgurante es, generalmente, „¡Porque sufrimos de falta de amor!...¡Ah!...‟ Los bramidos de
alegría parecen emanar de un rebaño de huérfanos...es triste hasta morir. Yo no puedo
creer que el galimatías de ese títere histérico sea una respuesta a sus preguntas...16:30.
Tercera conferencia. Esta vez es una señora la que aparece en el estrado en medio de las
ovaciones habituales. Katrina. Morena, pálida, autoritaria. Si yo fuera psiquiatra diría que
Katrina ha hecho cuanto ha podido para ofrecer a sus oyentes la imagen de Mamá: blusa
inmaculada, cerrada por una cinta victoriana, falda en exceso larga, gruesos zapatos. Igual
que el anterior dirigente, el estilo de hablar es de „locomotora‟: „Toda la cuestión está en
aprender a vivir...causa, efecto, energía...neutrones, protones, electrones... la guerra se
suscita porque la gente lucha. Si no luchara, no habría guerra‟...Y de nuevo, un fárrago de
ideas vagamente filosóficas, seudo-científicas, retumbantes, incoherentes, abstractas.
Aplausos hasta romperse las manos. Aullidos hasta desgarrarse el pecho. Olor a bosque,
olor a sudor, olor a hierba. El número es tan perfecto que frisa en el hipnotismo...La voz de
Katrina, triunfante, convincente, contando ese mundo ideal de amor y de belleza, los
rostros de los participantes transfigurados por un éxtasis auténtico, el viento en la
techumbre recordando la proximidad del campo admirable donde es posible decidir vivir
mañana, la mano calurosa que oprime la nuestra...

Fase de Abandono. El abandono puede producirse por la aparición de dudas, cansancio o


contradicciones, por un soporte terapéutico externo o por la expulsión por parte del mismo grupo.
En este periodo, el adepto suele experimentar sentimientos de insatisfacción, engaño, frustración
y vacío.

Fase postsectaria. Aparecen distintos trastornos mentales. Entre los síntomas, destacan cambios
en la personalidad con fuertes sentimientos de culpa y miedo, sensaciones de duda y angustia,
con falta de autoconfianza y visión paranoica del mundo exterior al grupo. Se trata de un proceso
en el que la adaptación a la vida autónoma sin el grupo resulta especialmente dolorosa.
TÉCNICAS DE LAVADO DE CEREBRO

Antes de hablar de cómo se aplican estas técnicas exactamente, es importante aclarar que la
hipnosis y las tácticas de conversión son dos cosas bien distintas, siendo mucho más poderosas
estas últimas. No obstante, las dos suelen mezclarse frecuentemente…con poderosos resultados.

1.- Técnicas de captación

La captación sectaria adquiere su máxima rentabilidad cuando los sujetos o colectivos


bordados están inmersos en situaciones de riesgo como su predisposición de tipo de personalidad
y especialmente de circunstancias sociales que le mantienen sobrecargado de angustia y estrés
(desempleo, falta de amor, timidez, drogadicción, etc.), haciéndolo más vulnerable a la
manipulación emocional. Se utiliza el engaño en relación a los verdaderos objetivos del grupo, la
ocultación selectiva de información, la exaltación de determinados aspectos del nuevo reclutado
(virtudes, atributos), a la vez que se le hacen sentir diversas necesidades que no había
manifestado anteriormente. Estas necesidades se van despertando en el adepto como
consecuencia de la influencia del grupo, que sabe cómo provocarlas a partir de informaciones que
el nuevo reclutado entrega a sus dirigentes y compañeros sin darse cuenta de su posterior
utilización. En la mayor parte de las ocasiones, se trata de necesidades de dedicación al grupo
que implican, al mismo tiempo, el abandono de otras tareas que realizaba anteriormente. En esta
fase se utiliza la presión de grupo, la atracción personal (empatía, clima de confianza o rapport,
atracción sexual y persuasión seductora) y diversas técnicas de venta adaptadas a cada
“producto”. Se trata de una fase preparatoria para la posterior manipulación de la cual será objeto
el individuo, haciendo que éste, si presentaba resistencias iniciales, vaya “bajando la guardia” con
lo cual disminuirán sus mecanismos de defensa dejando vía libre a la manipulación. Resulta tanto
más importante resaltar que para que pueda propiciarse la captación sectaria debe darse un
momento oportuno (Rodríguez, 1994) en el que deben coincidir necesariamente las cuatro
condiciones siguientes: 1.- Tener un perfil de personalidad presectaria. 2.- Estar atravesando un
momento de crisis (derivado de una circunstancia puntual y anómala y/o de algún problema largo
tiempo sostenido) especialmente grave y dolorosa que haga rebosar la capacidad del sujeto para
resistir el estrés y la angustia. 3.- Ser contactado de un mundo adecuado (que pueda ser tenido en
cuenta por el sujeto) por un reclutador sectario (conocido o no del sujeto). 4.- Que el mensaje
sectario propuesto encaje con las necesidades, intereses y mentalidad del sujeto. De estas cuatro
condiciones, la primera es determinante, la segunda desencadenante y las otras dos
coadyuvantes.
2.- Técnicas de adoctrinamiento y de conversión

Partiendo del interés y la predisposición generadas en el neófito, estas técnicas se dirigen a


realizar una sustitución, lo más amplia posible, de los elementos que constituyen los diversos
aspectos de la vida del individuo (West, 1989). Conseguir doblegar el pensamiento humano
requiere unas técnicas muy bien sistematizadas, que se han venido utilizando desde los
tiempos de la Santa Inquisición hasta en muchos de los secuestros y de los actos
terroristas de nuestros días. Algunas son de sentido común –mejor dicho, de cruel sentido
común-. Por ejemplo, alguien es más manipulable si su yo está debilitado. Esto se
consigue en primer lugar atacando al organismo: privándole de comida o bebida,
sometiéndole a temperaturas extremas o alterando los ciclos del sueño. Otras medidas se
dirigen a humillar la dignidad personal: impedir que se realicen las necesidades básicas
convenientemente u obligar a usar ropas sucias. Otras persiguen la confusión espacio-
temporal y para ello emplean la privación sensorial y de sueño, por ejemplo: tanto eliminar
todos los estímulos, lo que es sumamente desestabilizador, como sobreestimulándolos –
impedir la penumbra, el silencio y la quietud utilizando luces, ruidos fuertes, tambores,
rezos, letanías o movimientos compulsivos-. También, suele exigírseles la memorización
de versículos o mensajes del grupo.

Para doblegar la voluntad de la víctima e inducirla a hacer algo concreto se procede mediante
aproximaciones sucesivas o pasos graduales. En primer lugar, se utilizan estrategias para refrenar
o inhibir el libre uso de su capacidad de razonamiento, evaluación y crítica, es decir, se inhibe su
forma normal de percibir, razonar y sentir. Para ello, se ponen en duda su percepción de la
realidad, su capacidad para apreciarla y evaluarla, sus conceptos e incluso sus relaciones
interpersonales y, simultáneamente, poco a poco, se va introduciendo una realidad distinta en el
individuo, la cual es calificada de "la verdadera", es decir, de la única verdad. Esta forma de
percibir y pensar la realidad se caracteriza por ser selectiva y simplista. La única información
válida y confiable y que debe ser admitida es la que transmiten los victimarios y la única forma de
apreciarla y valorarla es la que ellos sugieren al inconsciente. Se les hace ver a las víctimas que
deben tener cuidado con las personas que no piensan como ellos y se les hace ver que la
contrainformación es engañosa, distorsionada y que tiene por objetivo manipularlas. Cualquier
intento racional de confrontar el punto de vista impuesto a la víctima es percibido como una
agresión, razón por la que puede observarse que, al intentar hacer esto, la víctima se pone
iracunda e, incluso, puede agredir físicamente.

3.- Técnicas de retención

Son técnicas centradas en el temor, la permanente sensación de amenaza y de indefensión, la


culpabilidad, y el aislamiento (sobre todo mental) de lo que es externo al grupo. Su objetivo básico
es tratar de impedir que el adepto abandone el grupo.

Estos aspectos son inherentes a determinados matices doctrinales así como a la especial
relación de interdependencia entre los miembros del grupo y entre éstos y sus dirigentes. Estos
aspectos, al mismo tiempo, han de acompañarse del rechazo y el alejamiento de los opositores
externos.
Los aspectos de ciencia sagrada o de sacralidad científica que suelen encontrarse en las
argumentaciones de lo que plantean buena parte de los “grupos potencialmente generadores de
trastornos de la personalidad”, pretenden demostrar que lo que defienden ha sido científicamente
demostrado (sin especificar de qué manera), siendo por tanto irrefutable.

Control de las relaciones de los individuos con el mundo exterior al grupo.

Se caracteriza por todo aquello que, de manera más directa o sutil, se relaciona con el control
del entorno del individuo. El caso extremo consiste en el control total, tanto de las relaciones
personales como del acceso a cualquier fuente de información no programada o controlada por el
grupo. El resultado de esta situación actúa en detrimento de la evolución intelectual y racional del
sujeto.

Se observa, tanto en este punto como en todos los otros, que los casos más extremos de
control ambiental, relacionados habitualmente con grupos que utilizan modelos de vida
comunitaria, son cada vez menos representativos de la realidad del fenómeno que estamos
estudiando. Por este motivo, se presentan diversos elementos que es necesario evaluar
específicamente:

a) Prohibición (normalmente formulada de forma sutil) de acceder a fuentes de información


externas a las del grupo o a las legitimadas por él, poniendo un especial énfasis en lo que
respecta a medios de comunicación. Un grado inferior de intensidad viene dado por la misma
limitación que en el caso anterior, pero presentada en términos de recomendación, bien sea
directamente en los planteamientos doctrinales, bien mediante determinadas normativas que se
derivan de ellos.

b) Reinterpretación, a partir de los principios doctrinales del grupo, de cualquier información de


una cierta trascendencia sin que se den evidencias objetivas que sustenten sus planteamientos.

c) Relación de lecturas expresamente prohibidas (libros, artículos, autores...) a los miembros


del grupo, normalmente bajo el argumento de que son perjudiciales para el espíritu del adepto,
dado que contienen planteamientos erróneos o desviados. A un nivel inferior se produce la no
recomendación de lecturas o escritos en términos más generales y sin entrar en una normativa de
prohibición explícita.

d) Desalentar la asistencia a la universidad o a centros de formación equivalentes, bajo el


planteamiento de que en ellos se explican materias poco útiles y que se dan datos contrarios a la
doctrina del grupo y a su interpretación de la realidad (con lo que se presupone
que son erróneos).
e) Prohibición explícita de mantener relaciones con personas que no acepten la postura del
neófito o adepto (resulta poco habitual que se presente de manera tan clara); a un nivel inferior, la
recomendación de restringir las relaciones y contactos con aquellas personas críticas con el grupo
(habitualmente, familiares, amigos y compañeros). Este aspecto, se centra esencialmente en
aquellas personas más cercanas al individuo, que manifiestan una postura crítica en relación a la
pertenencia de la persona al grupo, así como respecto a sus métodos y características. Con ellos,
se provoca el enfrentamiento con familiares y personas cercanas, reduciendo la afectividad y el
apoyo externos.

f) Concienciación de la necesidad de que los contactos y las relaciones del adepto, tanto las
que se realicen después de la adscripción al grupo como las anteriores, tiendan a coincidir con los
planteamientos grupales. La relación de la persona del grupo con los de fuera viene mediatizada
por los mensajes de éste.

g) Inducción a la ruptura de las relaciones de pareja establecidas antes de la incorporación al


grupo y ofrecimiento (más o menos evidente) de una nueva relación pautada desde las directrices
de la organización.

Una vez que la víctima ha alcanzado la fase en que ella reconoce "lo equivocado de su percepción
e ideas anteriores y ha adoptado las creencias, modo de percibir y razonar de sus victimarios,
estos últimos proceden a incitarlo a actuar de una cierta manera. Tanto la inhibición de la forma
habitual de la víctima de percibir, razonar y sentir, como la aceptación de la nueva realidad y el
comportarse de cierto modo, es reforzado por el hecho de que al salir a la calle, encuentra a otras
víctimas que "confirman" que la nueva forma de percibir, razonar y actuar es la única válida.
Incluso, las mejores intenciones del gobierno, o de cualquiera de sus partidarios, al ser filtradas
por el tamiz de la nueva manera de percibir, pensar y sentir, son vistas como amenazantes y
generan el despliegue de una serie de actividades individuales y colectivas de defensa.

Junto a todo esto, se somete al individuo a un aislamiento físico, que puede ser evidente
en el caso de los prisioneros, o sutil si se trata de personas recluidas en las sectas o en el
propio hogar. Esto es así para impedirles el acceso a las fuentes de información habitual y
a la red y soporte social; por ejemplo, a la mujer golpeada no se le deja ver a su madre.
En cambio, se le mantiene en contacto directo e intenso con los agentes de control que les
lanzan constantes mensajes amenazantes en caso de no seguir sus directrices.
Castigándoseles a veces con la reclusión solitaria, y después, en última instancia, con una
forma de exorcismo y de expulsión de la secta con una “maldición”, diciéndoles que si
abandonan el grupo su familia recibiría un castigo de Dios y que a él le iría mal. Por otra
parte, todos los líderes de sectas destructivas aprovechan los desastres o accidentes que
ocurren en el mundo para, de una u otra forma, achacarlos al castigo celestial a unos
humanos incapaces de darse cuenta de la calidad del líder o, más reprensible aún, que se
le han enfrentado. Esto, lógicamente refuerza su poder sobre los adeptos y revalida el
terror que éstos deben sentir si lo abandonan.

Técnicas de Control de la Conducta


Evitan toda autonomía personal que pueda contradecir las intenciones del grupo, cosa que
merma la autoconfianza del sujeto. Se da, en definitiva, un proceso progresivo de degradación del
sistema de valores y de creencias individuales que pasan a supeditarse a la voluntad superior del
yo grupal.

a) Restricción física de la posibilidad de moverse libremente en función de aquello que más le


interesa, sin el permiso (manifiesto o no) del líder o dirigente. Retención de la documentación,
impidiendo que el miembro del grupo pueda marcharse del lugar o lugares que
le son asignados.

b) Dar cuenta de todo lo que se hace, relacionado con una actividad que programa y controla
hasta los detalles más íntimos de la vida personal.

c) Sometimiento a sesiones continuadas o periódicas que implican la práctica de determinados


ejercicios de relajación, meditación y que se relacionan directamente con la búsqueda de
soluciones, alternativas y normas del propio grupo.

d) Desalentar la realización o mantenimiento de las actividades profesionales, lúdicas, de


formación, etc. que se realizaban con anterioridad a la incorporación al grupo.

e) Reconversión y selección de las actividades que el individuo llevaba a cabo con


anterioridad, canalizándolas hacia los objetivos e intereses propios del grupo (por ejemplo,
aportando el sueldo al grupo, en un porcentaje o en su totalidad). No se pretende el total
abandono de las actividades habituales sino una sustitución en la escala de valores.

f) Control del vestido, lenguaje, expresión, como factores que generan identidad con el grupo y
desidentificación con uno mismo (despersonalización).

g) Control de la educación infantil por parte del grupo, al margen de la normativa de enseñanza
del país correspondiente, impidiendo al mismo tiempo la relación de los niños con otros niños que
no pertenecen a la organización.

Técnicas de Control Fisiológico

Este aspecto se dirige a minar elementos básicos de la homeostasis del sujeto para someterlo
más fácilmente.

a) Alteración de los ritmos fisiológicos del sueño (dormir menos cuantitativa y/o
cualitativamente de lo que el organismo necesita para su descanso) de manera continuada y como
norma de funcionamiento del grupo, consecuencia de su propia dinámica y argumentado desde
la doctrina. Modificación de las fases habituales del sueño, disminuyendo los
períodos REM que son los que permiten la recuperación, el descanso cerebral y el mantenimiento
de las capacidades racionales e intelectuales. Estas situaciones, pueden provocar además
diversos cuadros alucinatorios y delirantes.

b) Alteraciones dietéticas. Utilización sistemática de dietas pobres en contenidos proteicos y


ricas en hidratos de carbono, descompensadas desde un punto de vista dietético y que se dirigen
a obtener un más alto nivel de actividad física en detrimento de las capacidades
más racionales e intelectuales. Esta situación se puede producir tanto en comunidades donde
conviven las personas del grupo como en personas que no conviven físicamente, pero que siguen
las mismas normas.

c) Control de las pautas y la conducta sexual del individuo, que puede oscilar desde la castidad
celibataria hasta la total promiscuidad. Otra característica de este apartado, que tiene muchas
matizaciones, viene dada por el hecho de no mantenerse estrictamente siempre en
la misma postura “ideológica” en relación a la sexualidad, sino que en función de las directrices
marcadas por los dirigentes se puede ir variando el criterio y la intensidad del control, con la
correspondiente argumentación doctrinal (pasar del amor libre a las restricciones sexuales o
modificaciones de los propios patrones de conducta homo o heterosexual).

d) Utilización de determinados ejercicios físicos y de control de los ritmos respiratorios


(sesiones de hiperventilación, determinadas relajaciones, etc.) que provocan alteraciones
fisiológicas (modificaciones del PH y modificaciones en la oxigenación celular) y que pueden ser
utilizadas como factores favorecedores de la manipulación, en la medida que alteran los ritmos
cerebrales y el funcionamiento global del organismo, haciéndolos más propensos a la sugestión.

e) Uso de drogas o estupefacientes tranquilizantes, sedantes, depresoras o euforizantes, con


el fin de provocar un estado más propenso a la sugestión.

Estructura totalitaria del grupo pretende imposibilitar la autonomía personal e impedir la libre
elección respecto al grupo y sus mandatos.

a) Jerarquía muy estricta en la cual todo se rige por el principio del acatamiento a las órdenes
del líder o líderes, menospreciando y subyugando a los individuos de la base. Negación de la
posibilidad de plantear determinadas interrogantes relacionadas con aspectos concretos del
funcionamiento o la doctrina del grupo.

b) Culto a la personalidad del líder (cuyo liderazgo está basado muchas veces en su
megalomanía y narcisismo), con lo cual se potencia la tendencia a la dependencia infantil (deciden
por el individuo). En este punto, los rasgos característicos de los líderes de estos grupos,
coincidirían con los de una estructura paranoide de la personalidad o la presencia de trastornos
paranoicos manifiestos. Estas situaciones implican que se trata de personas inteligentes, con un
gran poder carismático, un marcado egocentrismo y la presencia de trastornos narcisistas de la
personalidad; factores todos ellos que comportan una gran capacidad de atracción que posibilita el
sometimiento de los captados a su voluntad.

Existiría también otro tipo de líder que, sin presentar esta estructura paranoide, utiliza al grupo
como un modus vivendi, se trataría del clásico “vividor” que fundamenta su existencia en la
explotación y el aprovechamiento del trabajo de los otros. Ambos “modelos de líderes” se
encuentran muchas veces estrechamente interrelacionados, siendo a menudo el producto final un
resultado de ambas componentes. c) Irracionalidad de la doctrina. La razón última y la referencia
doctrinal recae en el líder, cosa que se acompaña de una extremada rigidez, severidad e
incoherencia de las normas que son modificadas a voluntad de los dirigentes, siendo evidente
algunas veces la improvisación e inconsistencia.

d) Aleatoriedad del premio y del castigo modificados según el criterio personal del líder o
líderes, con las lógicas repercusiones que esto tiene sobre el adepto que ya no sabe qué es lo
correcto y qué lo erróneo, y que se ha de someter, por tanto, a las instrucciones de sus
dirigentes, incluso para los detalles más íntimos de su vida. Esto es algo tan poderoso como el
sustrato de los juegos de azar: no se sabe cuándo llegará el premio.

e) Utilización gradual y premeditada de técnicas engañosas con el objeto de someterlo e


impedir la elección de los vínculos del individuo y coartar su capacidad de decisión (técnicas
regresivas). A partir de las situaciones provocadas por el efecto de estas técnicas,
se genera en el adepto un progresivo estado de autoinseguridad y de falta de confianza en sí
mismo.

f) Aplicación de castigos físicos a las personas que no cumplen el principio de autoridad


marcado por los dirigentes. Este sería el extremo máximo en el ámbito de la represión existente en
estos grupos, que aunque no es extensible a la totalidad de ellos, aún se da en determinadas
ocasiones.

Aplicación de castigos psicológicos basados en el aislamiento o en el rechazo por parte de los


dirigentes y de los otros miembros del grupo, o la potenciación del sentimiento de culpabilidad a
partir de determinados mensajes orientados en este sentido. La intensidad con que se produce
esta presión hace que el adepto lo viva de manera tan angustiosa que llega a provocar casos
consumados de suicidios.

g) El culto a la confesión constituye otro sistema de control de probada eficacia, en la medida


que mantiene a los adeptos bajo la obligatoriedad de exponer ante el líder y los compañeros sus
actuaciones y “pensamientos erróneos”. Esta situación provoca un gran nivel de estrés en el
adepto, dado que debe llegar a evitar, incluso en el plano de las ideas, todo aquello que suponga
una desviación de las pautas fijadas.

h) Explotación laboral en el trabajo por parte del grupo, caracterizada por: falta de
remuneración económica y de promoción personal o profesional; ausencia de prestaciones
sanitarias y de seguridad laboral de ningún tipo; jornadas muy prolongadas, sin gozar de los
descansos necesarios y de los períodos de vacaciones pertinentes.

Manipulación del lenguaje

Se centra en la utilización de un lenguaje específico, que puede basarse tanto en la utilización


de terminología propia, no reconocible por terceras personas (palabras que sólo se utilizan entre
los miembros del grupo), como en reinterpretaciones de términos comúnmente utilizados en el
lenguaje diario que para los adeptos adquieren un nuevo significado. Todas las Sectas
destructivas (SD) generan un lenguaje peculiar específico (clichés) cargado con significados
emotivos, para hacerles sentir exclusivos, fuertes, unidos y protegidos, queriendo explicar todo
con esa escasa jerga de palabras. Pero, al ser un lenguaje muy restrictivo (en cuanto al número
de palabras usadas cotidianamente), reduce la capacidad para pensar, sentir y analizar. Esta
técnica de manipulación psicológica genera un fuerte sentimiento de exclusivismo y de
superioridad por parte de los miembros del grupo, ya que contribuye a potenciar la figura del yo
grupal como sistema último de referencia.

Si quieres ver a un religioso o líder sectario ejerciendo control mental en pleno trabajo
seguramente hay bastantes en tu ciudad. Ve a la iglesia o al lugar de reunión temprano y siéntate
detrás, aproximadamente entre la mitad y la última fila. Seguramente se oirá música repetitiva
mientras la gente va entrando para la celebración. Un ritmo repetitivo, idealmente de 45 a 72
golpes por minuto (un ritmo muy similar al del corazón humano), es muy hipnótico y puede generar
una alteración del estado de conciencia con los ojos abiertos a un alto porcentaje de personas y
una vez alcanzado un estado cerebral alfa, una persona es como mínimo 25 veces más
sugestionable de lo que sería en un estado beta de plena conciencia. La música es probablemente
la misma en cada servicio o incorpora el mismo compás y muchas de las personas entrarán en un
estado alterado casi inmediatamente después de entrar en el santuario. Subconscientemente, se
acuerdan de su estado mental en anteriores servicios y responden de acuerdo con la
programación post-hipnótica.

Fíjate en las personas que esperan a que el servicio empiece. Muchos exhibirán signos
externos de trance corporal y sus ojos estarán un poco dilatados. A veces empiezan a
balancearse hacia atrás y adelante con las manos alzadas mientras están sentados. A
continuación saldrá el asistente del pastor, que generalmente habla con una buena "voz
parsimoniosa".
Técnica de la voz parsimoniosa

La "voz parsimoniosa" es un estilo pausado que sigue un patrón y que es utilizado por los
hipnotistas cuando inducen trance. También es usado por algunos abogados, bastantes de los
cuales son hipnotistas altamente entrenados, cuando quieren grabar algo firmemente en la mente
de los jurados. Una voz de este tipo puede sonar como si el orador estuviera hablando al ritmo de
un metrónomo o puede sonar como si estuviera enfatizando cada palabra en un estilo monótono.
Las palabras son expresadas generalmente a una cadencia de 45 a 60 golpes por minuto,
maximizando el efecto hipnótico.

Ahora el asistente del pastor empieza el proceso "constructivo". Induce un estado alterado de
la conciencia y/o empieza a generar la excitación y la expectación en la audiencia. A continuación,
un grupo de jóvenes mujeres en un vestido de gasa "dulce y puro" suelen salir para cantar una
canción. Las canciones de Gospel son magníficas para construir la excitación y la implicación. En
la mitad de la canción, una de las chicas puede incluso pasar a un estado de trance y caer o
reaccionar como si estuviera poseída por el Espíritu Santo. Esto efectivamente incrementa la
intensidad en la habitación. En este punto, la hipnosis y las técnicas de conversión se mezclan y el
resultado es la total capacidad de atención de la audiencia inmersa en la comunicación, mientras
el ambiente se vuelve más excitante o tenso.

Es más o menos en este momento, cuando se ha conseguido inducir un estado alfa en la


masa, pasaran el plato o cesta de recogida de dinero. En el fondo, la voz parsimoniosa de 45
golpes por minuto del asistente del pastor exhortará, "Da a Dios…Da a Dios…Da a Dios…" y la
audiencia da. Dios no puede recibir el dinero pero su representante, que ya es rico, sí lo hará.

A continuación saldrá el predicador. Él induce miedo e incrementa la tensión al hablar de "el


diablo", "ir al infierno", o la próxima llegada del fin del mundo.

En la última reunión a la que asistí el predicador habló de la sangre que pronto manaría de
cada grifo en la tierra. Estaba también obsesionado con la "sangrienta hacha de Dios" a la que
todos habían podido ver pendiendo sobre el púlpito la semana anterior. No tengo ninguna duda de
que todos lo vieron- el poder de la sugestión en cientos de personas hipnotizadas asegura que
como mínimo de un 10 a un 25% de la gente vería cualquier cosa que se les dijera que han visto.

En la mayor parte de las reuniones religiosas, las "testificaciones" o "atestiguaciones" siguen al


sermón base de miedo. Gente del público sube al púlpito para relatar sus historias. "¡Estaba cojo y
ahora puedo caminar!" "¡Tenía artritis y ya no tengo!". Es una manipulación psicológica que
funciona. Después de oír numerosas historias de casos de milagrosas curaciones, el hombre
medio en la audiencia con un problema menor está seguro de que puede curarse. La habitación
está cargada con miedo y excitación intensa.
Ahora, aquellos que quieren ser curados son alineados a un lado de la habitación, o se les pide
que se acerquen al frente. El predicador puede tocarlos en la cabeza firmemente y gritar: "Cúrate".
Esto libera la energía psíquica, y para muchos, la catarsis surge efecto. Algunos individuos
pueden llorar, caerse o incluso sentir espasmos. Si la catarsis es efectiva hay una posibilidad de
curarse. En la catarsis (una de las tres fases cerebrales mencionadas anteriormente), el cerebro
se puede limpiar temporalmente y la nueva sugestión es aceptada.

Para algunos la curación puede ser permanente. Para muchos, durará de cuatro días a una
semana, que es precisamente el tiempo que duraría una sugestión hipnótica dada a un sujeto en
estado sonámbulo. Aunque la curación no dure el individuo vuelve cada semana porque el poder
de la sugestión puede eliminar el problema…o a veces enmascara un problema físico que puede
ser perjudicial para el individuo a largo plazo.

No estoy diciendo que no se den curaciones reales. Se dan. Quizá que el individuo estuviera
listo para dejar ir la energía negativa que causó el problema en primer lugar, quizá fue obra de
Dios. De todas formas sostengo que la explicación yace en términos de funcionamiento del
cerebro.

El uso de técnicas hipnóticas por parte de religiones es sofisticado y los profesionales se están
asegurando de que lo sean aún más sofisticadas. Un hombre en Los Ángeles está diseñando,
construyendo y rehaciendo muchas iglesias a lo largo del país. Les dice a los ministros lo que
necesitan y cómo usarlo. La pista de este hombre indica que la congregación y el ingreso
económico se duplicarán si el ministro sigue sus instrucciones. Admite que el 80% de sus
esfuerzos se basan en el sistema de sonido y de la iluminación.

Un sonido poderoso y el apropiado uso de la iluminación son de vital importancia para producir
un estado alterado de la conciencia- Yo lo he estado usando durante años en mis propios
seminarios. No obstante, mis participantes son plenamente conscientes del proceso y de lo que
pueden esperar como resultado de su participación.

Seis técnicas de Conversión

Las sectas y las organizaciones de potencial humano están siempre buscando nuevos
conversos. Para conseguirlos necesitan crear también una fase cerebral y necesitan hacerlo en un
corto espacio de tiempo, un fin de semana o incluso un día. Lo que sigue son las seis técnicas
principales usadas para producir la conversión.

La reunión o entrenamiento tiene lugar en un área donde los participantes están aislados del
mundo exterior. Puede ser cualquier lugar: una casa privada, un emplazamiento remoto o rural
incluso una sala de baile de un hotel donde a los participantes se les permite sólo un acceso
restringido al baño. En los entrenamientos de potencial humano los controladores darán una larga
charla sobre la importancia de "mantener compromisos" en la vida. A los participantes se les dice
que si no los mantienen su vida nunca funcionará. Aunque no hay nada malo en mantener
compromisos en la vida los controladores destruyen un valor humano positivo con propósitos
egoístas. Cualquiera que no lo haga será intimidado para que lo haga o forzado a abandonar. El
siguiente paso es aceptar acabar el entrenamiento, asegurándose de esta manera un alto
porcentaje de conversiones para las organizaciones. Generalmente aceptarán no tomar drogas,
fumar y a veces, no comer… o se les dará tal corto espacio de tiempo para comer que creará
tensión. La verdadera razón de esto es la de alterar la química interna, lo que genera ansiedad y
con un poco de suerte una ligero disfunción del sistema nervioso, que a su vez incrementa el
potencial de conversión.

Antes de que la reunión se acabe, los acuerdos se utilizan para asegurar que los nuevos
conversos vayan a buscar a nuevos participantes. Se ven forzados a aceptar antes de irse. Puesto
que la importancia de mantener acuerdos es vital en su lista de prioridades, los conversos torcerán
el brazo de todos, intentado convencerlos de que asistan a una sesión introductoria en una fecha
próxima. Los nuevos conversos son creyentes.

Al menos un millón de personas se gradúan y un gran porcentaje se van con un mecanismo


mental de activación que asegura su lealtad si la figura gurú o la organización llama. Piensa en el
potencial político de cientos de miles de programados para hacer campaña por su gurú.

Sé precavido ante una organización de este tipo, que ofrece sesiones de seguimiento después
del seminario. Las sesiones de seguimiento pueden ser reuniones semanales o seminarios
gratuitos dados regularmente en el que la organización intenta que tú sigas o cualquier otro evento
que sirva para mantener el control.

Bien, ahora vayamos al segundo indicador que muestra que se están usando técnicas de
conversión. Se mantiene un horario que produce cansancio físico y mental. Esto se consigue
principalmente con largas horas en que los participantes no tienen la oportunidad de relajarse o
reflexionar.

El tercer indicador: las técnicas usadas para incrementar la tensión en la habitación o


ambiente.

Número cuatro: Incertidumbre. Podría pasar horas relatando varias técnicas para incrementar
la tensión y generar incertidumbre. Básicamente los participantes están preocupados por ser el
centro de atención o encontrarse con los entrenadores. Se juega con los sentimientos de culpa,
los participantes son incitados a relatar sus más íntimos secretos a los demás participantes o
forzados a tomar parte en actividades bajo el pretexto de quitarse las máscaras. Uno de los
seminarios de potencial humano de más éxito fuerza a los participantes a subir a un escenario
enfrente de toda la audiencia mientras son atacados verbalmente por los entrenadores. Una
votación pública conducida hace unos años demostró que la situación más temida con la que un
individuo podía encontrarse es hablar a una audiencia. Se valoraba por encima de lavar ventanas
en un 85 piso de un edificio de oficinas. Así pues, se pueden imaginar el miedo y la tensión que
esta situación genera entre los participantes. Algunos se desmayan pero muchos afrontan el
estrés ahuyentándose mentalmente. Se trasladan literalmente a un estado alfa que
automáticamente les hace mucho más sugestionables de lo que normalmente son y de esta forma
se da otra vuelta en la espiral descendente de la conversión con éxito.

El quinto indicador de que las técnicas de conversión están siendo utilizadas es la introducción
de jerga -nuevos términos- que solo tiene sentido para "los de dentro" que participan. Se utiliza
también lenguaje vicioso de forma frecuente, con el propósito de poner nerviosos a los
participantes.

La pista final es que no hay humor en las comunicaciones…al menos hasta que los
participantes se han convertido. Entonces, el humor y el hacer reír se fomentan como símbolos de
la nueva felicidad que los participantes han encontrado supuestamente. No estoy diciendo que de
estas reuniones no se saque nada bueno. Se puede pero afirmo que es importante que la gente
sepa que ha pasado y sea consciente de que una involucración continua es perjudicial.

A través de los años he conducido seminarios profesionales para enseñar a la gente a ser
hipnotistas, entrenadores y consejeros. Han acudido a mí muchos de los que conducen
entrenamientos y sesiones para decirme "estoy aquí porque sé que lo que hago funciona, pero no
se porqué". Después de enseñarles cómo y porqué, muchos de ellos han desertado la profesión o
han decidido aproximarse de forma diferente, mucho más comprensiva y de apoyo.

Muchos de estos entrenadores se han convertido en amigos personales y nos asusta a todos
haber experimentado el poder de una persona con un micrófono en una habitación delante de una
audiencia. Añade un poco de carisma y puedes contar un alto porcentaje de personas que quieren
darle su poder porque son auténticos "creyentes".

Las reuniones de sectas o entrenamientos de potencial humano son ambientes ideales para
observar en primera fila lo que técnicamente se conoce con el nombre de "Síndrome de
Estocolmo". Es una situación en la que aquellos que son intimidados, controlados o nacidos para
sufrir, empiezan a querer, admirar e incluso a veces desear sexualmente a sus controladores o
captores.

Pero déjenme prevenirles: Si usted cree que puede asistir a tales reuniones y no afectarse está
probablemente equivocado. Un perfecto ejemplo es el caso de una mujer que fue a Haití formando
parte de una Guggenheim Fellowship para estudiar el vudú en Haití. En su informe relataba cómo
la música inducía finalmente movimientos corporales involuntarios y un estado alterado de la
conciencia Aunque entendía el procedimiento y se creía por encima de él, cuando empezó a
sentirse vulnerable a la música intentó combatirla y se resistió a ella. El enfado o la resistencia
casi siempre aseguran la conversión. Unos momentos después estaba poseída por la música y
empezó a bailar en un trance alrededor de la casa donde se reunían. Se había inducido una fase
cerebral a través de la música y la excitación y se levantó sintiendo que había poco menos que
vuelto a nacer. La única esperanza de atender tales mítines sin ser afectado es ser un Buda y no
dejar que las emociones positivas o negativas salgan a la superficie. Pocas personas son capaces
de tal indiferencia.

Volvamos a las seis pistas hacia la conversión. Quiero mencionar el gobierno de los Estados
Unidos y el campo de entrenamiento militar. El cuerpo de Marina habla de romper/descomponer a
los hombres antes de reconstruirlos de nuevo- como marines. Bueno, esto es exactamente lo que
hacen, del mismo modo que una secta despedaza su gente y la vuelve a construir como alegres
vendedores de flores en la esquina de su calle. Cada una de las seis técnicas de conversión se
usan en el campo de entrenamiento militar. Considerando la necesidad de la existencia de los
militares no estoy juzgando si lo que hacen es bueno o malo. ES UN HECHO que a los hombres
se les lava el cerebro. Aquellos que no se someten son despedidos o pasan la mayor parte de su
tiempo en el calabozo.

La CONFUSION PROGRAMADA: A usted se le asalta mentalmente mientras su alerta se ve


reducida en el primer paso. Esto se realiza con una avalancha de nueva información,
conferencias, discusiones en grupo o encuentros en los que el controlador bombardea a preguntas
al individuo. Durante esta fase de descognición, la ilusión y la realidad se mezclan y la lógica
perversa es más fácil de aceptar.

Una técnica de parada del pensamiento es el canto, y a menudo el canto durante la


meditación. "Hablando en lenguas" podría también ser incluido en esta categoría.

Las técnicas de parada del pensamiento producen un estado alterado de la conciencia. Esto
puede ser muy bueno SI TU estás controlando el proceso, porque tu también controlas el input.
Personalmente uso al menos una programación de auto-hipnosis al día y sé cuan beneficioso es,
pero necesitas saber si tú utilizas estas técnicas hasta el punto de quedarte en un estado alfa
continuo en el que aunque estés más meloso, también serás más sugestionable.

Técnicas de persuasión

La persuasión no es técnicamente lo mismo que el lavado de cerebro sino que es la


manipulación de la mente por otro individuo sin que el sujeto manipulado sea consciente de lo que
causó su cambio de opinión. Sólo tengo tiempo de introducir brevemente unas pocas de las miles
de técnicas que se utilizan hoy en día, pero las bases de la persuasión son siempre las de acceder
a tu HEMISFERIO DERECHO. La mitad izquierda de tu cerebro es analítico y racional. La parte
derecha es creativa e imaginativa. Esto es una supersimplificación pero da una idea de lo que
quiero decir. Así pues, la idea es distraer al hemisferio izquierdo y mantenerlo ocupado.
Idealmente el persuasor genera un estado alterado de la conciencia con los ojos abiertos,
haciéndote cambiar del nivel de conciencia beta al alfa; esto se puede medir con una máquina
EEG.

Primero daré un ejemplo de distracción del hemisferio izquierdo. Los políticos usan estas
técnicas poderosas todo el tiempo y los abogados usan muchas variaciones de lo que llaman
"atando el nudo".

Imagina por un momento que estás observando a un político dar un discurso. Primero intentará
generar lo que se llama un "SI ESTABLECIDO". Son afirmaciones que causaran acuerdo entre los
oyentes; estos incluso moverán la cabeza en señal de asentimiento. A continuación vienen los
TRUISMOS, que generalmente son hechos que podrían ser debatidos pero, cuando el político
tiene a su audiencia asintiendo, lo más probable es que la audiencia no se parará a pensar por sí
misma, y así pues, continuaran asintiendo. Por último viene la SUGESTION. Esto es lo que el
político quiere que haga y puesto que ha estado asintiendo todo el tiempo, usted podría ser
persuadido para que aceptara la sugestión. Ahora si usted lee detenidamente mi discurso político
encontrará que los tres primeros son "sí establecidos", los otros tres son truismos y el último es
una sugestión: "Señoras y señores; ¿están ustedes enfadados por los precios de la comida?
¿Están ustedes cansados de los precios astronómicos de la gasolina? ¿Están ustedes cansados
del descontrol de la inflación? Bien, ustedes saben que el otro partido permitió un 18 % de la
inflación el año pasado; saben que el crimen ha incrementado un 50% en toda la nación en los
últimos 12 meses y que su salario ya apenas cubre sus gastos. Bien, pues la respuesta a todos
estos problemas es la de elegirme a mí, John Jones para senador de los Estados Unidos. "

Creo que ustedes ya han oído todo eso antes, pero quizá también deberían estar atentos a lo
que se llaman órdenes subyacentes. Por poner un ejemplo: en palabras clave el orador hace un
gesto con la mano izquierda, que se ha demostrado experimentalmente que permite acceder
mejor al hemisferio derecho. Los políticos orientados a los medios de comunicación están
cuidadosamente entrenados por una nueva generación de especialistas que usan todos los trucos
habidos y por haber- tantos los viejos como los nuevos- para manipular a la gente de manera que
acepten a su candidato.

Los conceptos y las técnicas de la Programación Neurolingüística están tan fuertemente


protegidos que me di cuenta demasiado tarde que sólo hablar de ello públicamente o en prensa
traía consigo amenazas de llevar a cabo acciones legales. De todas maneras el entrenamiento en
neurolingüística es fácilmente accesible para cualquiera que disponga del tiempo y del dinero
necesario para ello. Es una de las formas de manipulación más sutiles y poderosas a las que he
sido expuesto. Un buen amigo mío que asistió recientemente a un seminario de dos semanas
sobre neurolinguística se encontró con que la mayor parte de la gente con la que habló durante el
receso era gente del gobierno.

Otra técnica es increíblemente engañosa. Se llama TECNICA DE INTERCALADO y la idea es


decir una cosa pero implantar de forma subconsciente una impresión totalmente distinta en las
mentes de los oyentes o de la audiencia.

Déjenme darles un ejemplo: Imagínese que está viendo a un comentador televisivo hacer la
siguiente afirmación: "El SENADOR JOHNSON está ayudando a las autoridades locales a aclarar
los errores estúpidos cometidos por las compañías que contribuyen a los problemas de gasto
nuclear". Parece la afirmación de un hecho pero si el orador enfatiza la palabra adecuada y
especialmente si hace los gestos adecuados en palabras clave le podría a usted dar la impresión
subconsciente de que el senador Johnson es estúpido. Este es el objetivo subliminal de la
afirmación y el orador no puede ser acusado de nada.

Las técnicas de persuasión se utilizan a menor escala pero con la misma efectividad. El agente
de seguros sabe que su discurso de venta es más efectivo si consigue que usted visualice algo en
su mente. A esto se le llama comunicación con el hemisferio derecho. Por ejemplo, él puede hacer
una pausa en medio de su conversación, mirar lentamente a su comedor y decir, "¿puede usted
imaginarse esta casa preciosa quemada hasta los cimientos?" ¡Claro que puede! Esta es una de
sus peores pesadillas y, cuando le fuerzan a visualizarlo usted tiene más probabilidades de ser
manipulado y acceder a firmar la póliza de seguros.

Los Hare Krisnas, que operan en cada aeropuerto, usan lo que yo llamo técnicas de SHOCK Y
CONFUSION para distraer el hemisferio izquierdo y comunicarse con el hemisferio derecho.
Mientras esperaba mi vuelo vi una vez a uno actuar durante aproximadamente una hora. Tenía
una técnica de saltar delante de alguien; inicialmente su voz era alta pero decaía después
mientras hacía su discurso de venta de sacar un libro y contribuir con dinero para la causa.
Generalmente cuando la gente está en shock se retrae inmediatamente. En este caso estaban
sorprendidos por su extraña apariencia, su súbita aparición y la voz alta del devoto Hare Krisna.
En otras palabras, la gente se trasladaba a un estado alfa de seguridad porque no querían afrontar
la realidad delante de ellos. En este estado eran altamente sugestionables, así que respondían a
la segunda sugestión: dar dinero. Todos estamos condicionados de manera que si alguien nos da
algo nosotros debemos darle algo a cambio, en este caso, dinero. Mientras observaba a este
timador, pude darme cuenta- pues estaba suficientemente cerca- de que mucha de la gente a que
paraba presentaba signos de encontrarse en un estado alfa- sus ojos estaban dilatados.
Programación Subliminal

Lo subliminal son sugestiones escondidas que sólo tu subconsciente percibe. Pueden ser
auditivas, enmascaradas por la música o visuales, confundidas en una foto, presentadas de forma
tan rápida en una pantalla de manera que no pueden ser vistas de forma consciente o ser
incorporados a una foto o diseño.

La mayor parte de los casetes de reprogramación subliminal ofrecen sugestiones verbales


grabadas a bajo volumen. Yo dudo de la eficacia de esta técnica- si lo subliminal no es
perceptible, entonces no puede ser efectivo y toda sugestión grabada por debajo del umbral
audible es ineficaz. La técnica subliminal más vieja utiliza una voz que sigue el volumen de la
música de manera que es imposible de detectar sin utilizar un ecualizador paramétrico. Pero esta
técnica está patentada y cuando intenté desarrollar mi propia línea de casetes subliminales, las
negociaciones con el poseedor de la patentes fueron insatisfactorias. Mi abogado obtuvo copias
de las patentes que di a unos ingenieros de sonido de Hollywood y les pedí que creasen una
nueva técnica. Encontraron una forma de modificar y sintetizar psico-acústicamente las
sugestiones de manera que se proyectaran en el mismo acorde y frecuencia que la música, dando
la impresión de que formaba parte de ella; pero nos encontramos con que al usar esta técnica no
hay manera de reducir las diferentes frecuencias para detectar lo subliminal. En otras palabras,
aunque las sugestiones son escuchadas por el subconsciente, no pueden ser monitorizadas ni con
el equipo más sofisticado.

Si fuimos capaces de descubrir esta técnica tan fácilmente, sólo puedo imaginar cuan
sofisticada se ha vuelto la tecnología con una subvención de publicidad o del gobierno ilimitadas.
Me estremezco al pensar en la propaganda y la manipulación comercial a las que estamos
expuestos de forma diaria. Simplemente no hay manera de saber que hay detrás de la música que
se escucha. Puede incluso ser posible enmascarar una segunda voz detrás de la voz que está
usted escuchando.

Las series de Wilson Bryan Key, doctor en publicidad subliminal y campañas políticas
documentan muy bien su mal uso en muchas áreas, especialmente anuncios publicitarios en
periódicos, revistas y posters.

La gran pregunta sobre lo subliminal es: ¿funcionan? Y yo les garantizo que sí lo hacen y no
sólo por las respuestas de aquellos que han utilizados mis casetes sino también por los resultados
de tales programas y de los subliminales que se esconden detrás de la música en los comercios.
Supuestamente el único mensaje es la instrucción de no robar: un departamento comercial de una
cadena de la costa Este de los Estados Unidos informó de una reducción del 37% en robos en los
primeros nueve meses de su incorporación.
En un artículo de 1984 en la revista técnica "Revista Mente-Cerebro" se afirma que un 99% de
nuestra actividad cognitiva puede ser "no consciente" según el director del laboratorio de
Psicofisiología de la Universidad de Illinois. El informe acaba con la afirmación "estos
descubrimientos apoyan el uso de técnicas de aproximación subliminal tales como las sugestiones
grabadas para la pérdida de peso, el uso terapéutico de la hipnosis y la programación
neurolingüística.

Mal Uso en las Masas

Podría relatar muchas historias que apoyan la programación subliminal pero mejor utilizo mi
tiempo para hacerles conscientes de algunos usos aún más sutiles de tal programación.

Me he encontrado sentado en un auditorio en la ciudad de Los Ángeles con unas diez mil
personas que estaban reunidas para escuchar a una figura carismática. Veinte minutos después
de entrar en el auditorio me di cuenta de que estaba entrando y saliendo de un estado alterado.
Aquellos que me acompañaban experimentaban lo mismo. Puesto que es nuestro trabajo, nos
dimos cuenta de lo que estaba pasando, pero aquellos a nuestro alrededor no. Por una cuidadosa
observación lo que parecía ser una demostración espontánea era, de hecho, una hábil
manipulación. La única manera en que podían haber creado ese trance con los ojos abiertos era
una vibración de 6 a 7 ciclos por minuto que era introducida en la sala detrás del sonido del aire
acondicionado. Esta vibración en particular genera un estado alfa, que hacía a la gente altamente
susceptible. Del 10 al 25% de la población es capaz de llegar a un nivel sonambulístico de
alteración de la conciencia. Para esta gente, la sugestión del orador, si no es amenazadora, podría
ser aceptada como una orden potencial.

Ondas de frecuencia por debajo de los 6 ciclos por segundo hacían que los sujetos se
volvieran tristes e incluso provocó la interrupción de ciertas funciones orgánicas. A 8.2 ciclos por
segundo, se sintieron eufóricos…un sentimiento de elevación, como si hubieran estado meditando
durante muchos años. De 11 a 11.3 ciclos por minuto las ondas producían una agitación depresiva
que llevaba al comportamiento amotinado.

El Neurófono

El doctor Patrick Flanagan, a principios de los sesenta, durante su adolescencia, Pat fue
nombrado como uno de los mejores científicos del mundo por la revista "Life". Entre sus muchas
investigaciones se encontraba un aparato que llamó Neurófono- un instrumento eléctrico que
permite programar con éxito sugestiones a través del contacto directo con la piel. Cuando intentó
patentar el invento, el gobierno le pidió que probara su funcionamiento. Cuando lo hizo, La
Agencia Nacional de Seguridad confiscó el Neurófono. Le llevó a Pat dos años de batallas legales
recuperar su invento.
Al usar el invento, no se oye o ve nada, se aplica sobre la piel, que Pat dice que tiene
receptores especiales. La piel contiene más receptores para el calor, el tacto, el dolor, la vibración
y los campos eléctricos que ninguna otra parte de la anatomía del ser humano.

En una de sus pruebas más recientes Pat condujo dos seminarios idénticos para una audiencia
militar- una noche un seminario y el otro la siguiente noche puesto que la habitación no era
suficientemente amplia como para acomodarlos a todos. Debido a que el primer grupo se mostró
frío y poco cooperativo, Patrick se pasó el día siguiente preparando un casete especial para pasar
en el segundo seminario. El casete daba instrucciones de ser extremadamente efusivos y
cooperadores y que sus manos hormiguearan. El casete se pasó a través del Neurófono, que
estaba conectado a un cable que colocó a lo largo del techo. No había altavoces, pero aún así el
mensaje se transmitió con éxito del cable directamente a los cerebros de la audiencia. Ésta fue
efusiva y cooperadora, sus manos hormiguearon y respondieron de acuerdo con la programación
y de otras maneras que no puedo mencionar aquí.

Cuánto más descubrimos acerca de cómo funcionan los seres humanos, gracias a avanzadas
técnicas de investigación, más aprendemos a controlar a los seres humanos, y lo que
probablemente me asusta más es que el método para establecer este control ya existe. La
televisión de su sala y de su dormitorio está haciendo algo más que entretenerle.

Antes de continuar quiero decirles algo acerca de los estados alterados de la conciencia.
Cuando usted entra en un estado alterado. Esto conduce a la liberación de los opiáceos del propio
cuerpo: las encefalinas y las beta-endorfinas, que son estructuralmente casi idénticas al opio. En
otras palabras, sienta bien… y por lo tanto usted vuelve por más.

Pruebas recientes realizadas por el investigador Herbert Krugman señalaban que mientras los
telespectadores estaban viendo la televisión, la actividad del hemisferio derecho sobrepasaba la
del hemisferio izquierdo en una proporción de 2 a 1. En otras palabras, los espectadores estaban
en un estado alterado… más veces en trance que no. Estaban obteniendo su dosis de beta-
endorfinas.

Para medir los intervalos de atención, el psicofisiólogo Thomas Mulholland, del hospital
veterano de Bedford en Massachusetts, conectó a jóvenes telespectadores a una máquina EEG
que estaba diseñada para apagar la TV siempre que los cerebros de los niños produjeran más
ondas alfa que de otro tipo. Aunque se les había pedido que se concentraran, sólo unos pocos
pudieron mantener el aparato encendido más de 30 segundos.

La mayor parte de espectadores ya están hipnotizados. Profundizar el trance es sencillo. Un


forma fácil es colocar un marco negro y blanco cada 32 marcos en la película que se proyecte.
Esto crea un ritmo de 45 pulsaciones por minuto que sólo es percibido por el subconsciente- el
ritmo ideal para generar una hipnosis profunda.

Los anuncios o sugestiones presentados después de estos programas productores de ondas


alfa son mucho más fáciles de aceptar por el espectador. El alto porcentaje de la audiencia que
tiene la capacidad de entrar en un estado sonambulístico profundo es bien capaz de confundir las
sugestiones con órdenes- siempre y cuando tales órdenes no insten al individuo a hacer algo
contrario a su moral, religión o autoprotección.

El método para el control ya está aquí. A la edad de 16 años, los niños han pasado de 10000 a
15000 horas mirando el televisor- que es más tiempo del que pasan en la escuela. La televisión
está encendida un promedio de 6 horas y 44 minutos aproximadamente- un incremento de 9
minutos desde el año pasado y tres veces la tasa media de incremento durante los años setenta.

Obviamente esto no va a mejorar…estamos avanzado rápidamente hacia un mundo de nivel


alfa, muy parecido posiblemente al mundo Orwelliano de "1984", plácido, de ojos vidriosos y
respondiendo obedientemente las instrucciones.

Un proyecto de investigación realizado por Jacob Jacoby, un psicólogo de la Universidad de


Purdue descubrió que de 2700 personas entrevistadas un 90% entendía mal cosas tan simples
como los anuncios y "Barnaby Jones". Sólo minutos después de empezar a ver la TV, el típico
telespectador se perdía del 23 al 36% de las cosas que había visto. Desde luego, estaban
entrando y saliendo del trance. Si entras en un estado de trance profundo, tienen que ordenarte
recordar, de otra forma usted olvida de forma automática.

Yo sólo he rozado la punta del iceberg. Cuando se empiezan a mezclar mensajes


enmascarados por la música, las imágenes subliminales proyectadas en la pantalla, efectos
visuales hipnóticos, ritmos musicales repetitivos que inducen trance,… se consigue un lavado de
cerebro muy efectivo. Cada hora que usted pasa delante del televisor se condiciona más y más, y
en caso de que pensara que debe existir un ley en contra de cualquiera de esas cosas, piense
otra vez. No existe. Hay mucha gente poderosa que obviamente prefiere las cosas tal y como
están ahora. ¿Es posible que planeen algo?

ALGUNAS SIMILITUDES DEL LAVADO DE CEREBRO CON LA MISOGINIA DE HOMBRES


CONTRA MUJERES

Susan Forward, en su excelente libro “Cuando el amor es odio”, menciona que existen
hombres que tienen misoginia, es decir, que odian a las mujeres y las manipulan en su propio
beneficio (consciente o inconscientemente). El autor de este artículo cree que existen algunas
similitudes con aspectos del lavado de cerebro, en el sentido que interviene la manipulación y la
persuasión, muchas veces consciente, para controlar y perjudicar, en este caso, a la mujer.

Veamos: La mujer en una relación misógina se siente culpable de todo lo que funciona en la
relación; su pareja es excesivamente celoso y posesivo; con frecuencia se siente perpleja,
desorientada o fuera de lugar cuando está con él. El varón la confunde cambiando de lo dulce a la
cólera sin justificación. La mujer tiene que ensayar y medir lo que le dirá para que él n se enfade.
Cuando usted hace algo que le disgusta a él, este vocifera, la amenaza o se refugia en un silencio
colérico. También, él desvaloriza tus opiniones, sentimientos y logros. Has renunciado a personas
o actividades que eran importantes en tu vida. Se agencia el derecho de controlarte la forma en
que vives y en que te conduces. Se concentran demasiado en cómo las hace sentir la otra
persona, en vez de atender a quién es en realidad.

El razonamiento erróneo de una mujer “ciega” en una relación misógina es “Si esta persona me
hace SENTIR estupendamente, DEBE SER maravilloso”. Dividen el paisaje emocional de sus
relaciones en primer plano y fondo. En el primer plano están todas las características maravillosas
que encuentran en la persona, y que son los rasgos sobre las cuales se concentran,
exagerándolas e idealizándolas. Cualquier cosa que apunte a un problema la relegan al fondo,
restándole toda importancia (esto sería la famosa “venda” en los ojos).

En una relación misógina, la mujer frecuentemente utiliza el mecanismo de racionalización, es


decir, vemos y reconocemos lo que nos desagrada, pero en vez de negar su existencia le damos
un nombre diferente buscando buenas razones para encontrar algún sentido.

No hay nada que confunda tanto ni deje tan perpleja a la gente como la conducta oscilante de
bondad a violencia, que provoca una tensión enorme, porque uno nunca sabe qué esperar. Es
algo muy parecido al modelo de conducta de los adictos a los juegos de azar: algunas veces
consiguen lo que quieren, pero la mayoría de las veces no. De manera similar, el comportamiento
afectuoso del hombre mantiene a alguien en la seguridad de que sus reacciones violentas son
pasajeras, de que “ese” no es realmente él. Es el “vaivén” emocional que crea dependencia. La
dualidad de sus acciones y las fuentes cambiantes de su cólera eran el “gancho” que la mantiene
atrapada. Si él tiene la capacidad de ser tan encantador, entonces la causa de que las cosas
vayan mal tiene que ser algo que yo hago. El misógino refuerza esta creencia recordándote que él
sería siempre un encanto, si tú dejaras de hacer esto o modificaras lo otro, o fueras un poquitín así
o menos asá. El misógino desplaza la culpa a la mujer, atacándolas en los puntos que él conoce
como vulnerables y él cree no tiene ningún sentimiento de culpabilidad.

El misógino agravia la autoestima de la mujer. Si ese agravio no tropieza con ninguna


resistencia inicial, es darle permiso para que persista en ese comportamiento. Lo lamentable es
que uno cree que al no enfrentarse con él ni cuestionar su comportamiento cuando él lastima la
sensibilidad de la mujer cree esta estar expresando el amor que siente por él. Algunas mujeres
renuncian a su talento y su capacidad, e incluso los desconocen y niegan, con tal de obtener el
amor y la aprobación de sus parejas.

Se insiste, es abuso cualquier comportamiento encaminado a controlar y subyugar a otro ser


humano mediante el recursos al miedo y la humillación, y valiéndose de ataques físicos y
verbales. Son abusos la prepotencia, la arbitrariedad, las expresiones de desprecio, los reproches
exagerados, tácticas de intimidación, comentarios denigrantes, insultos y otras actitudes
destinadas a hacer que uno se sienta incapaz e impotente, agresividad pasiva, estallidos de
cólera, críticas constantes, amenazas implícitas, control financiero y control sexual, negar,
reescribir acontecimientos para negar acusaciones, y prohibir que te quejes o que llores.

Los misóginos adoptan el disfraz de un intento de enseñar a mejorar a uno, pero nunca le es
suficiente. Existiendo una polarización del control de la relación: sí, el campeón es él. Reducen tu
mundo: iniciándose esto con frecuencia de una manera sutil, indirecta, benigna, hasta el punto que
es posible incluso que tú lo sientas como un halago. Hasta el punto de que habrás restringido
radicalmente tu mundo para adecuarte a las necesidades de él.

La dependencia amorosa en la mujer hace que esta sufra dolor si se ve privada de él, por eso
tolera comportamientos sumamente agresivos. No se está hablando aquí del masoquismo. Cada
vez que el funcionamiento del amor y el dolor se alterna, como en estas relaciones misóginas, se
plantea inevitablemente la pregunta de si en realidad la mujer no disfruta de la situación ¿Es
realmente así como quiere ella que sean las cosas? La respuesta es no. Hay pruebas
conductuales abrumadoras de que en realidad la mujer busca maneras de conseguir que su
hombre sea más bondadoso y afectuoso. El masoquismo se define como un estado en el cual una
persona obtiene placer ante el dolor. La mujer enganchada en una relación con un misógino
intenta desesperadamente evitar que le hagan daño. El comportamiento oscilante del misógino
provoca en la mujer la creencia de que es ella a quien le toca reparar lo que anda mal,
enfrascándose en una estéril búsqueda de la llave mágica que le abra la puerta de la felicidad. Por
lo que las cíclicas disculpas de él son falsas esperanzas que la mantiene atada en la ruleta.

Así que está más que claro que los anteriores aspectos en una relación misógena son
similares a los que se reproducen en un lavado de cerebro en una secta y en otras situaciones.

TRASTORNOS MENTALES PROVOCADOS POR EL LAVADO DE CEREBRO

Una idea común entre éstos creyentes es que la salvación está en la fe y no en las obras.
No tiene importancia lo que se hace, sino sólo aquello en lo que se cree. Personas “de un
solo libro” o de “una sola idea”, ignoran lo que es disentir, mientras han aprendido a
mezclar política y religión, y la mezcla de estas circunstancias resulta altamente efectiva a
la hora de llevar a cabo acciones brutales, como un atentado o un suicidio colectivo.

Un hecho interesante acerca del lavado de cerebro o "conversión", es que, usualmente las
víctimas de la conversión jamás llegan a darse cuenta de haber sido víctimas del lavado del
cerebro. Estas personas están convencidas de que los cambios ocurridos en su personalidad han
sido el producto de su propia voluntad, de su experiencia con la realidad y sus propios
razonamientos. Más aún, aunque resulte increíble, aquellos quienes han sido víctimas del lavado
de cerebro, generalmente, defienden apasionadamente a sus manipuladores.

Respecto a la defensa que hacen las víctimas de sus manipuladores, Dick Sutphen nos dice, que
en el caso de los grupos religiosos, las víctimas llegan, incluso, a sostener que a ellos
simplemente "les han mostrado la luz" o "han sido transformados de una manera milagrosa".

Quien padece la crueldad de un secuestro prolongado quizá desarrolle simpatía por sus
captores, lo que se conoce como Síndrome de Estocolmo, como mecanismo de
sobrevivencia emocional. Un miembro de una secta y, en mucha mayor medida, un
fundamentalista terrorista encuentran en su renuncia o inmolación una razón superior, una
gran misión. En este último caso, su yo ha sido anulado, pero su incertidumbre se ha
convertido en clarividencia, su vulnerabilidad en poder y la oscuridad en verdad.

Las víctimas de lavado de cerebro suelen pasar desapercibidas y actuar "normalmente" mientras
no se les toque el tema de la controversia. Es en ese momento en que se pueden apreciar todos o
algunos de los siguientes comportamientos: sus respuestas son automáticas. Dan la impresión de
ser como zombis, pues mientras hablan, sus ojos desorbitados, brillan y casi no parpadean. No
utilizan argumentos de peso para mostrar sus desacuerdos y lo mismo vale para los argumentos
que emplean para defender a su grupo. Hay una completa disociación con la realidad. A pesar de
las evidencias, no las aceptan como tales. Su convicción no es racional sino emotiva. No hay
modo de hacerlos entrar en razón. Evitan el diálogo y este es sustituido, generalmente, por la
agresión o la descalificación de su interlocutor. Son susceptibles y fácilmente irascibles. Son
personas que prefieren estar en compañía de aquellos que piensan como ellas y evitan el contacto
con aquellas personas que pudieran hacerles poner en duda su manera de percibir, pensar y
sentir. De allí, que apreciemos el fenómeno, nunca antes visto en términos de diferencias de
opinión, de víctimas que prefieran renunciar a sus hijos y a su pareja, romper relaciones con
familiares cercanos y amigos y hasta renunciar al trabajo.

Los trastornos psíquicos y físicos derivados de la pertenencia a una SD son el factor que primero
llamó la atención de los expertos en sus estudios (Clark y otros, 1981; Galanter, 1982; Spero,
1982; Langone, 1983, Ash, 1985), pero también han sido la razón fundamental para que, al igual
que ha sucedido con las toxicomanías, en el abordaje de la problemática de las SD haya primado
una visión exclusiva y excesivamente medicalizada en detrimento de la psicosocial, que resulta
mucho más importante, adecuada y eficaz tanto para comprender el fenómeno como para abordar
los conflictos que genera.

Más trastornos: Incremento de las pautas de rigidez en el carácter. Disminución drástica del
sentido del humor. Tendencia al reduccionismo maniqueo de la realidad. Incremento de la
pasividad personal y de la dependencia de terceras personas. Deterioro progresivo de la
emocionalidad, que se vuelve lábil, distante, achatada, falta de espontaneidad y oscilante entre la
depresión y la euforia. Alteración de las pautas habituales de atención y percepción al estar
focalizadas selectivamente por el estrecho -y emocionalmente intenso- marco doctrinal de la
secta. Transformación de la propia personalidad con pérdida progresiva de rasgos caracteriales
definitorios en favor de pautas de identidad dominantes en el grupo sectario ("robotización").
Dificultad para tomar decisiones. Dificultad para expresar necesidades de forma concreta.
Dificultad para concentrarse. Problemas para fijar la atención sobre algo concreto. Deterioro de la
capacidad para realizar juicios objetivos e independientes. Capacidad intelectual más o menos
mermada (se satura muy fácil y rápidamente la capacidad de percepción y análisis). Problemas de
memoria. Pérdidas del sentido de realidad. Alteración severa de la jerarquía de valores anteriores
al ingreso en la secta. Desidentificación severa con el propio pasado biográfico. Disminución de
los mecanismos adaptativos. Alteraciones en los mecanismos de defensa del yo. Regresión
infantil (infantilización de rasgos del carácter, actitudes y hábitos, retroceso en la calidad de la
escritura e, incluso, aniñamiento de algunos rasgos físicos del rostro). Ralentización del proceso
evolutivo personal (se corta y/o dificulta extremadamente el proceso de maduración y se instala al
sujeto en la inmadurez). Incremento de las tendencias narcisistas (presunción, vanidad, falta de
autocrítica, despreocupación, egolatría, etc.). Aparición de estados alterados de conciencia
(flotaciones), junto a episodios de disociación, alucinaciones, ideación delirante o paranoide,
obsesiones, etc. Desarrollo de cuadros netamente psicopatológicos. Trastornos de la ingesta (con
alteraciones de peso y vitalidad). Trastornos hormonales. Trastornos de la conducta sexual.

Todas estas alteraciones no son fruto de una causa mórbida única (salvo si tomamos por tal el
propio concepto de SD), sino que son el resultado combinado de diferentes procesos lesivos que,
para un clínico, tienen etiologías, diagnósticos y tratamientos diversos y específicos. A estos
problemas, además, deben añadirse los que suelen padecerse al abandonar la secta, a
consecuencia del llamado trastorno de estrés postraumático y de otras causas que no entraremos
a valorar aquí.

Entre los síntomas destacan: los cambios bruscos, o más progresivos, en la personalidad de
los adeptos con fuertes sentimientos de culpa y de miedo; presencia de estados alterados de
conciencia; disminuciones en la calidad de las relaciones familiares y extra-grupales; sensaciones
de incertidumbre, duda y angustia; falta de autoconfianza; visión paranoica del mundo exterior.
Todas estas alteraciones se irán repitiendo y ampliando en artículos y documentos de posterior
publicación (Markowiz, 1983; Goldberg, 1982; Hochman, 1984).

El reconocimiento definitivo del trastorno como tal viene expresado por su aparición en el
manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, publicado por la Asociación
Americana de Psiquiatría; el DSM III, que en la edición del año 1980 incorporaba ya, en el
apartado de los trastornos disociativos, el trastorno disociativo atípico como alteración provocada,
además de por otras causas, por la pertenencia a una “secta” (no se introduce el matiz de “secta
destructiva”). Y reafirmado en el DSM-IV.
Con este referente queda abierta, entonces, una vía diagnóstica en la cual se pueden aglutinar
diversos signos y síntomas comunes a muchas de las personas que pasan por una experiencia
“sectaria”. Globalmente, este trastorno implica que, como consecuencia de las diversas técnicas
mencionadas anteriormente, se vaya generando en el adepto una nueva personalidad que entra
en competencia con su personalidad anterior, situación que explicaría el concepto de disociación.
El hecho, pues, de que ambas personalidades convivan en un mismo individuo provoca las
reacciones de familiares y amigos del adepto que observan como se ha producido una, para ellos
inexplicable, transformación de su manera de comportarse. Esta transformación determina que, en
ocasiones, no lo reconozcan dado que “parece un extraño, es como si fuera otra persona” ; y en
cambio, en otras situaciones “sea la misma persona de siempre”.

A pesar de la existencia de esta categoría diagnóstica, es necesario profundizar de manera


más específica en diversos aspectos. Estos aspectos contribuyen a caracterizar las alteraciones
que se producen como consecuencia de la manipulación psicológica ejercida en el seno de los
“grupos potencialmente generadores de trastornos de la personalidad”.

En esta línea, es necesario diferenciar las alteraciones generadas durante la estancia en el


grupo, como consecuencia directa de las técnicas de control mental, de los efectos observados
cuando los adeptos lo abandonan. En la primera situación, se observa, sobre todo, una radical
transformación de la personalidad, acompañada de los síntomas mencionados anteriormente y
caracterizada, en buena medida, por esta disociación entre la personalidad previa y la implantada
por el grupo. Es importante en este punto remitirse a lo ya tratado en el apartado de los factores
de especial vulnerabilidad, ya que es necesario aclarar que, aunque existan determinadas
situaciones que favorecen estos estados, no se trata por regla general de personas con patologías
previas a su incorporación al grupo. Estos síntomas dan lugar a lo que West ha definido como
síndrome de adoctrinamiento sectario (West, 1988).

En cuanto a los trastornos “post-grupo”, la propuesta realizada por Singer y Ofshe (1986; 1990)
resulta de utilidad porque establece los dos grandes grupos de alteraciones más comúnmente
observados en los ex-adeptos. En el primer grupo, se incluye lo que denominan reacción
mayoritaria que viene determinada por el estado anímico y mental en que se encuentran
habitualmente los adeptos cuando dejan los grupos. Se habla aquí de diversos grados de anomia
en el sentido que el individuo se siente desidentificado y extraño con el mundo externo al grupo,
“como si se tratara de un inmigrante en una nueva cultura”. Es un proceso en el cual la adaptación
a la vida autónoma sin el grupo le resulta especialmente dolorosa.

En el segundo grupo de alteraciones de esta clasificación se mencionan las psicopatologías


más frecuentemente encontradas en los adeptos, como consecuencia de su pertenencia a los
grupos “potencialmente generadores de trastornos de la personalidad”:
1) La Psicosis Reactiva Esquizoafectiva: viene determinada por la aparición de episodios
psicóticos de duración variable (de 1 a 5 meses, pero que pueden durar hasta un año o incluso
más tiempo), que aparecen en personas sin una historia personal ni familiar previa de trastornos
mentales o en personas con familiares que han presentado desordenes previos.

2) La Ansiedad Inducida por Relajación (Heide,1984) : constituye una forma de ansiedad


producida por determinadas prácticas de relajación y meditación, habituales en un sector
importante de estos grupos.

3) Las Reacciones Misceláneas: como último apartado de esta clasificación, incluyen déficits
cognitivos del orden de dificultades de concentración, incapacidad para mantener la atención,
déficits de la memoria (sobre todo de los acontecimientos más recientes), automutilaciones,
fobias, suicidio y homicidio; y factores psicológicos con consecuencias orgánicas, como infartos de
miocardio, angor, muertes súbitas, ulcus pépticos recurrentes, asma, etc.

Desde el punto de vista diagnóstico, resulta también de interés la aproximación realizada por
Sirkin y Wynne (1990) porque consideran que el cuadro psicológico provocado por los “grupos
potencialmente generadores de trastornos de la personalidad”, debería definirse como trastorno
relacional, tal y como se describe en el DSM-III-R. Las alteraciones incluidas en esta categoría
diagnóstica, hacen referencia, sobre todo, a los trastornos provocados entre los miembros de una
familia. No obstante, según Sirkin, es útil su consideración en los casos de trastornos relacionales
externos al núcleo familiar. En nuestro caso, lo que se evalúa es la calidad de la relación entre el
adepto y el grupo, determinándose en la mayoría de los casos una seria dificultad del adepto, para
desenvolverse independientemente de las directrices marcadas por el grupo. Los individuos que
son incapaces de mantenerse mentalmente separados del grupo y que parecen incapaces de
evaluar su conducta o sus sentimientos de manera independiente a la doctrina o a las órdenes del
grupo sufrirían, pues, un trastorno relacional.

El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV), refiere los siguientes
trastornos asociados al lavado de cerebro:

-Trastorno disociativo no especificado [Código 300.15]: Se incluye esta categoría para los
trastornos en los que la característica predominante es un síntoma disociativo (p. ej., alteración de
las funciones normalmente integradas de la conciencia, memoria, identidad, o de la percepción del
entorno) que no cumple los criterios para el diagnóstico de trastorno disociativo específico.
Incluyendo Estados Disociativos que pueden presentarse en individuos que han estado sometidos
a períodos de prolongada e intensa persuasión coercitiva (por ejemplo, lavados de cerebro,
modificación del pensamiento o indoctrinación en sujetos cautivos).

-Trastorno Psicótico Compartido (Folie a deux) (Código 297.3): A). Se desarrolla una idea delirante
en un sujeto en el contexto de una relación estrecha con otra(s) persona(s) que ya tiene(n) una
idea delirante establecida. B). La idea delirante es parecida en su contenido a la de la persona que
ya tenía la idea delirante. C) La alteración no se explica mejor por la presencia de otro trastorno
psicótico (p. ej., esquizofrenia) o de un trastorno del estado de ánimo con síntomas psicóticos, y
no es debida a los efectos fisiológicos directos de alguna sustancia (p. ej., una droga, un
medicamento) o a una enfermedad médica.
-Trastorno por Estrés Postraumático (Código 309.81): A. La persona ha estado expuesta a un
acontecimiento traumático en el que han existido (1) y (2): (1) la persona ha experimentado,
presenciado o le han explicado uno (o más) acontecimientos caracterizados por muertes o
amenazas para su integridad física o la de los demás (2) la persona ha respondido con un temor,
una desesperanza o un horror intensos. Nota: En los niños estas respuestas pueden expresarse
en comportamientos desestructurados o agitados. B. El acontecimiento traumático es
reexperimentado persistentemente a través de una (o más) de las siguientes formas: (1) recuerdos
del acontecimiento recurrentes e intrusos que provocan malestar y en los que se incluyen
imágenes, pensamientos o percepciones. Nota: En los niños pequeños esto puede expresarse en
juegos repetitivos donde aparecen temas o aspectos característicos del trauma (2) sueños de
carácter recurrente sobre el acontecimiento, que producen malestar. Nota: En los niños puede
haber sueños terroríficos de contenido irreconocible. (3) el individuo actúa o tiene la sensación de
que el acontecimiento traumático está ocurriendo (se incluye la sensación de estar reviviendo la
experiencia, ilusiones, alucinaciones y episodios disociativos de flashback, incluso los que
aparecen al despertarse o al intoxicarse). Nota: Los niños pequeños pueden reescenificar el
acontecimiento traumático específico (4) malestar psicológico intenso al exponerse a estímulos
internos o externos que simbolizan o recuerdan un aspecto del acontecimiento traumático (5)
respuestas fisiológicas al exponerse a estímulos internos o externos que simbolizan o recuerdan
un aspecto del acontecimiento traumático. C. Evitación persistente de estímulos asociados al
trauma y embotamiento de la reactividad general del individuo (ausente antes del trauma), tal y
como indican tres (o más) de los siguientes síntomas: esfuerzos para evitar pensamientos,
sentimientos o conversaciones sobre el suceso traumático (2) esfuerzos para evitar actividades,
lugares o personas que motivan recuerdos del trauma. (3) incapacidad para recordar un aspecto
importante del trauma (4) reducción acusada del interés o la participación en actividades
significativas (5) sensación de desapego o enajenación frente a los demás (6) restricción de la
vida afectiva (p. ej., incapacidad para tener sentimientos de amor) (7) sensación de un futuro
desolador (p. ej., no espera obtener un empleo, casarse, formar una familia o, en definitiva, llevar
una vida normal). D. Síntomas persistentes de aumento de la activación (arousal) (ausente antes
del trauma), tal y como indican dos (o más) de los siguientes síntomas: (1) dificultades para
conciliar o mantener el sueño (2) irritabilidad o ataques de ira (3) dificultades para concentrarse (4)
hipervigilancia (5) respuestas exageradas de sobresalto. E. Estas alteraciones (síntomas de los
Criterios B, C y D) se prolongan más de 1 mes. F. Estas alteraciones provocan malestar clínico
significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.
Especificar si: Agudo: si los síntomas duran menos de 3 meses, o Crónico: si los síntomas duran 3
meses o más. Especificar si: De inicio demorado: entre el acontecimiento traumático y el inicio de
los síntomas han pasado como mínimo 6 meses.

DESPROGRAMACIÓN Y AYUDA A LOS AFECTADOS

¿Cuánto duran los efectos de un lavado de cerebro? Varía. Pueden durar la vida entera, o ser
tan sólo algo pasajero. Todo depende de la ayuda que reciba el afectado.

En los Estados Unidos se inició en la década de los setentas una técnica para destruir los
efectos del lavado de cerebro, llamada “desprogramación”, creada por Ted Patrick, siendo
ampliamente censurada, tanto por la violencia de los procedimientos que utiliza –calificados de
lavado de cerebro al revés- como por los precios exorbitantes que hacía pagar a su clientes. En la
actualidad, se ha avanzado mucho y se cuentan con técnicas nuevas de índole conductista y
humanista.

La terapia de rehabilitación de un sectario, cuando se está en condiciones de realizarla, es


laboriosa, lenta y requiere una adecuada capacitación por parte del especialista que la emprenda.

La desprogramación es una controvertida técnica de recuperación que, en todo caso, debe ser
entendida como primer paso de desbloqueo mental del sectario, pero que nada tiene que ver con
una terapia propiamente dicha.

Es de lógica que no pueda tratarse una dependencia en medio del ambiente que la genera. Por
eso, la desprogramación, tiene más posibilidades de éxito si se hace alejada de la secta. No hay ni
torturas, ni vejaciones. Al adepto, al contrario, se le trata a cuerpo de rey, sólo que no puede
abandonar el recinto (con frecuencia una casa de campo) en el que se encuentra. Hay, eso sí, un
delito de retención ilegal, que no es poco.

Actualmente, el sistema del secuestro ya ha pasado al baúl de los recuerdos y los especialistas
utilizan otro tipo de aproximaciones terapéuticas que, sin mermar su eficacia, requieren el
consentimiento del adepto.

Una desprogramación, básicamente, consiste en una confrontación dialéctica entre un sectario y


uno o varios especialistas y/o ex adeptos. Bajo un esquema muy simple, pero con una realización
muy compleja, se trata de poner en discusión y analizar una serie de informaciones sobre la secta
en cuestión y, a través de ello, llegar a hacer una brecha en el bloque de “seguridad” monolítico e
irracional que caracteriza al sectario. Recordar que un método para reducir o eliminar la
disonancia cognitiva es por lo tanto el intercambio de información entre los elementos disonantes.

Con la primera duda, el adepto retoma sus olvidados mecanismos críticos y analiza lo que le
ofrece el desprogramador a la luz del sentido común, lejos del dogmatismo de la secta. A través
de la duda (por eso las SD, sin excepción, prohíben que sus adeptos duden de los líderes y de la
doctrina), por medio de la información objetiva (que impiden igualmente las SD), es el propio
adepto quien se desprograma a sí mismo. El técnico desprogramador no pasa de ser un director
de orquesta más o menos hábil. Y para que logre la recuperación, deben confluir de forma eficaz
tres elementos: la información básica aportada en los textos, la estructura narrativa (nada casual)
a través de la que se presenta y, notablemente, la incidencia del texto en algún lector sectario pero
de mente mínimamente abierta a la posibilidad de confrontación. Sin este último factor no puede
existir “autodesprogramación” alguna.

No hay más secretos ni magia oculta en la técnica de la desprogramación. Pero ese es el paso
más fácil. Lo realmente laborioso es el proceso de terapia y rehabilitación que, de modo necesario,
debería sucederle. Una terapia que abarca tanto al ex adepto como al entorno humano (red
social: familia, amistades, pareja, etc.) que lo va a acoger durante su primera fase de
recuperación.

El recién salido de una SD presenta una serie de factores que es preciso conocer y ayudarle a
superar. En su perfil psicológico destacan problemas de depresión, soledad, autovaloración
negativa, culpabilidad, bajo nivel de autonomía adaptativa en la conducta cotidiana, embotamiento
de la agudeza mental, tendencia a caer en estados alterados de conciencia, desajustes derivados
del hecho de volver a ser una persona normal (fin del complejo de elegido), rencor hacia la secta o
a la ex pareja, temor a la secta o a la ex pareja, dificultad de justificación (de su propia
experiencia) y complejo de “jarrón exótico”, de bicho raro al que todos pretenden observar con
lupa.

El elemento fundamental para poder abordar eficazmente las diferentes problemáticas


derivadas de la dependencia sectaria es, como en el campo de las toxicomanías, la prevención
(Rodríguez, 1994). Pero la prevención, en materia de sectas, está ausente tanto en la praxis como
en los discursos especializados, debido, entre otras razones, al enfoque maniqueo que, desde su
origen, ha orientado a los especialistas de este campo y, en consecuencia, al rechazo a asumir las
implicaciones psicosociales -profundamente críticas con el sistema familiar, educativo y social- que
se derivan del acercamiento profundo y falto de prejuicios a la realidad de las sectas y de sus
adeptos/adictos.

La personalidad previa del sujeto, tal y como ya señalamos, es la clave para poder prevenir o
para valorar el tipo de problemas que podrán derivarse de la pertenencia a una SD.

En cualquier caso, hasta la fecha, el denominado "problema de las sectas" aún no ha sido
abordado adecuadamente desde las perspectivas política, judicial, clínica, asistencial y preventiva.

Tendemos a olvidarnos de las personas más importantes, y que gracias a ellas es como se
puede lograr llegar al adepto para ayudarlo: LA FAMILIA. Ellas son una de las partes más
perjudicadas en todo este proceso. Y no debemos olvidar que las familias afectadas son las
primeras que se mueven para poder resolver este problema.

Pero esto les puede traer problemas porque no hay una fórmula mágica que sirva para todos,
por lo que los profesionales les ayudaran a comprender la situación y asesorarles de cual debe ser
su actitud antes las diferentes situaciones planteadas por el adepto. Vamos a hacer un pequeño
análisis de todo el trabajo y esfuerzo que hacen y deben hacer las familias para ayudar a ese
familiar que se encuentra en contacto con un grupo totalitario o destructivo.
Los familiares (y en algunos casos los amigos) son los primeros que detectaran los cambios que
se producen en la persona que entra en contacto con algún grupo totalitario. Algunos de estos
pueden ser: cambios en la relación con la familia, en su forma de pensar y hacer, en la forma de
hablar y el vocabulario que utilizan, en la dieta alimentaria, en las actividades, en los amigos, en
las mentiras y engaños, etc.

Una vez han detectado estos cambios, es cuando procuran averiguar si se deben o no a la
relación con algún grupo totalitario o sectario. Cuando esto se confirma, es cuando los familiares
pueden tener diferentes reacciones, según las características familiares, las situaciones del
ambiente que puedan influenciarles, el grado de preocupación, etc. Y en muchos casos, cuando
ya lo han probado todo y no han obtenido resultados, es cuando se deciden a buscar ayuda
externa a la familia.

A partir de este momento se les va a pedir su colaboración para que mantengan un conjunto
de actitudes, que no les va a resultar fácil llevarlas a cabo, pues el nivel de tensión y angustia es
elevado y el resultado no se ve de forma inmediata, sino que puede tardar un tiempo, lo que en
algunos casos puede generar una gran desesperación. Con todo este esfuerzo, los familiares son
los que conseguirán que el adepto pueda plantearse dudas y por tanto que acepte hablar del tema
con ellos o con algún profesional especializado.

Una vez se ha conseguido que el adepto, razonando y pensando, se de cuenta del engaño al
que ha estado sometido, la familia seguirá jugando un papel muy importante, ya que servirá de
soporte para todo aquello que, en este caso, el ex-adepto necesite en un primer período de
tiempo, pero intentando no caer en una actitud muy paternalista y de sobreprotección. Conforme
va avanzando el tiempo y se va viendo que la situación va volviendo, poco a poco, a la
normalidad, la familia también irá volviendo a esta normalidad, relajándose al ver que el problema
está solucionado.

Por otra parte, la experiencia acumulada por el autor Pepe Rodríguez permite cuestionar
seriamente el abordaje clásico de los "problemas de sectas" en los que se toma al grupo como
causa y origen únicos del problema.

Desde la perspectiva sistémica, el problema adquiere una dimensión tan diferente que, en
buena parte de los casos tratados, suele llegarse a la resolución del conflicto familiar -base y
núcleo de las consultas- sin necesidad de tener que abordar directamente el fondo sectario del
caso (aunque, por otra parte, al experto le será muy útil conocer a fondo, de antemano, la
dinámica, estructura y creencias del grupo en cuestión para diseñar sus abordajes).
El proceso cronológico diseñado por este autor para el abordaje integral de un problema
sectario es el que esquematizamos en los nueve puntos siguientes (Rodríguez, 1994):

1) Aproximación evaluadora global al problema consultado. 2) Evaluación del sistema familiar.


3) Evaluación global de la personalidad y circunstancias del sectario. 4) Abordaje terapéutico del
sistema familiar. 5) Diseño y puesta en práctica de las estrategias de aproximación con finalidad
descondicionadora y terapéutica. 6) Abordaje específico para ayudar al sujeto a superar su
dependencia de la SD. 7) Abordaje terapéutico del síndrome postsecta. 8) Abordaje terapéutico de
los conflictos originados en el perfil de personalidad presectaria. 9) Apoyo para el reajuste a la vida
fuera de la SD y la adquisición de nuevos compromisos vitales para el futuro.

En los más de veinte años que Pepe Rodríguez lleva tratando cuestiones de sectas, se han
producido cambios notables en las características socioeconómicas de los sectarios y en las
tipologías predominantes entre las sectas. Pero, para no alargar innecesariamente este artículo,
resumiremos sólo algunos datos de los 209 casos (un 47% de las demandas recibidas) atendidos
por el autor durante los últimos cinco años. El 85% de los casos han buscado la ayuda del autor a
partir de la lectura de sus libros y/o de sus intervenciones en medios de comunicación, el 15%
restante ha sido derivado desde estamentos diversos (profesionales clínicos, policías, abogados,
funcionarios, etc.). El 65% de las consultas totales se refiere a hijos afectados por sectas y el 35%
a parejas en la misma situación; el 54% de los afectados son varones y el resto -46%- mujeres. La
mayoría de las demandas de asistencia han sido iniciadas por mujeres (62%) -38% varones- y se
refieren en un 59% a sus hijos, en un 39% a su pareja y en un 2% a otros (los varones han
consultado en un 70% por su pareja, en un 27% por sus hijos y en un 3% por otros). La demanda
inicial de la práctica totalidad de los casos es la de "sacar de la secta" al familiar afectado. El 68%
de las consultas se referían a grupos poco o nada conocidos públicamente. La intervención sólo
se ha formalizado en el 56% de los casos consultados (en un 22% del total no se intervino por
faltar las condiciones sociofamiliares básicas), lográndose resultados satisfactorios para todas las
partes implicadas en el 78% de los casos tratados.

La ayuda psicológica -terapia individual, de pareja o familiar- ha sido necesaria, a muy


diferentes niveles, en todos los casos tratados. En un 3% de los casos ha sido precisa la
asistencia psiquiátrica por la presencia de procesos psicóticos y en otro 2% se ha necesitado la
ayuda de psicofármacos.

CONCLUSIONES

Los resultados de la aún muy escasa asistencia privada especializada sirven para bien poco
ante la magnitud del fenómeno sectario. Hoy por hoy, la rehabilitación psicosocial de los
sectadependientes es un tema explícitamente ignorado por todas las políticas asistenciales,
mientras que el asesoramiento y asistencia "público" a los afectados está exclusivamente en
manos privadas.

Urge, por tanto, que las administraciones públicas, desde la asistencia comunitaria, se
impliquen en la organización de una red preventiva, informativa y asistencial que sea objetiva,
eficaz, descentralizada (que llegue a todo el país) y gratuita, a la que pueda acceder todo el
mundo sin excepción.

Cabe el consuelo de pensar que la mayoría de las personas que han sido sometidas a
algún tipo de lavado de cerebro no se suicidan, ni se inmolan, ni se vuelven locos, ni
mueren en sus lugares de confinamiento, ya se trate de cárceles o del dormitorio de su
casa. Los que se liberan y recuperan la vida normal experimentan dos intensas
sensaciones, una negativa y otra positiva: por un lado, tienen miedo a que se repita la
experiencia, existiendo a veces rasgos de paranoia y, al mismo tiempo desean
inconscientemente que suceda de nuevo para liberarse de la culpa que el lavado de
cerebro deja para siempre; y, por otra parte, experimentan un incremento de la empatía
hacia los demás y una mayor sensibilidad hacia los propios sentimientos, después de
haber tocado fondo en el sufrimiento.

Aunque el proceso de control mental y su resultado sea similar cualquiera que sea el
ámbito en el que se practique, obviamente no es igual el caso de una persona que ha sido
forzada, como un prisionero, que el de aquel que voluntariamente ha aceptado una
situación (un cónyuge), o como es el de quien se adhiere a una secta. En México se
calcula que hay mucha violencia (física y psicológica) intrapareja y más de cien grupos
sectarios, muchos de ellos legales (registrados como iglesias) –aunque lo legal no es
necesariamente lo deseable- y se sospecha que un 2 por 100 de los jóvenes han estado
en mayor o menor medida vinculado a alguno de ellos.

En este artículo no se pretendió decir que las técnicas persuasivas sean de por sí “malas”
sino que usadas por personas con fines de manipulación, persuasión negativa y lavado de
cerebro emerge un peligro del cual poca gente es consciente. Técnicas tan poderosas
como las de la PNL (gramática transformacional, anclajes, entre otras), musicoterapia,
meditación, lenguaje hipnótico, etcétera es claro que también se usan para fines positivos
de superación personal y en ámbitos diversos no necesariamente malévolos.

No es evidentemente fácil fijar la frontera entre la libertad de los unos y de los otros, entre
la libertad legítima de creer y de propagar las propias ideas y el terrorismo ideológico o la
manipulación de los cerebros. El “derecho al error”, que es uno de los fundamentos de una
sociedad libre y democrática, no es una invitación a la estafa. Dicho de otro modo, si bien
se debe dejar a cada cual en libertad de engañarse, se debe negar a un movimiento-
grupo-secta la libertad de engañar deliberadamente a alguien y perjudicarlo.

FUENTES:

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