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Tycho Brahe ha sido considerado como el más grande observador del periodo anterior a la
invención del telescopio e innovador en los estudios astronómicos.
Más tarde, en 1562, dejó Dinamarca para completar su educación y marchó a la Universidad
de Leipzig con la intención de estudiar leyes, aunque la mayor parte del tiempo la dedicaba a
sus primeras observaciones astronómicas. Durante su estancia allí, a raíz de una conjunción
entre Júpiter y Saturno que se produjo el 24 de agosto de 1563, fue cuando se dio cuenta de
los errores en que incurrían las previsiones astronómicas: hasta de un mes, e incluso en las
tablas más precisas varios días.3
Por esta época Tycho Brahe ya iba alcanzando cierto renombre como erudito y el 14 de mayo
1568 el rey Federico le ofreció el primer puesto de canónigo que quedara vacante en la
catedral de Roskilde, puesto que en aquel entonces no conllevaba obligaciones religiosas y se
dedicaba a estudiosos por designación real.6
Tycho continuó con sus viajes, visitando de nuevo Wittenberg y, después de una temporada
en Basilea se instaló a principios de 1569 en Augsburgo donde continuó con sus observaciones
astronómicas ayudándose de un gigantesco cuadrante de 6 metros de radio que se hizo
construir. Sin embargo, tuvo que regresar a Dinamarca en 1570 a causa de la grave
enfermedad de su padre, Otto, que finalmente fallecería en mayo de 1571.
Tycho se instaló con su tío materno Steen y desvió su atención hacia la química hasta que en
1572 observó un extraño acontecimiento en la Casiopea: había aparecido una nueva estrella
que fue visible durante dieciocho meses. Sus observaciones sobre el astro, hoy conocido como
la supernova SN 1572 o Nova Tycho, las resumió en un libro titulado De nova stella, en el que
aparece por primera vez en el vocabulario astronómico la palabra nova.8
Al año siguiente Tycho empezó a vivir con Cristina (o Kirstine), una muchacha de la zona de
Knudstrup con la que nunca contrajo matrimonio formalmente, probablemente a causa de la
diferencia de posición social. De todas formas la convivencia de la pareja fue un éxito y
tuvieron ocho hijos, de los cuales cuatro niñas y dos niños sobrevivieron a la infancia y fueron
reconocidos después de su muerte como descendientes legítimos.9
Vista del estrecho de Sund con la isla de Hven en el centro.
En 1574 Tycho Brahe daba clases y realizaba sus observaciones astronómicas en Copenhague,
aunque un tanto insatisfecho de las condiciones de su trabajo barajó instalarse en Basilea.
Ante eso, y en vista de su creciente prestigio, para retenerlo el rey primero le ofreció que se
instalara en un castillo real y después, en vista de su negativa, accedió a regalarle la pequeña
isla de Hven, con el añadido de la construcción de una casa y la concesión de una renta. El
documento de la cesión se firmó el 23 de mayo de 1576 y, además de la casa, Tycho también
levantó el que más tarde sería conocido como el observatorio de Uraniborg, bautizado así en
honor de Urania, la musa de la astronomía.
En el palacio se mezclaban un lujo increíble con aposentos decorados con pinturas y estatuas
y todos los instrumentos y talleres necesarios para la construcción de los instrumentos de
medida diseñados por Tycho. Pronto el fastuoso Uraniborg se convirtió en un completo
instituto de investigación, poseyendo incluso su propia imprenta con la que publicar sus
trabajos de investigación. Su fama era tal que atrajo estudiantes y astrónomos de muchas
regiones, llegando a haber hasta 40 estudiosos trabajando simultáneamente en sus
instalaciones. El más conocido de sus estudiantes fue Longomontano (Christen Sørensen
Longberg, 1562–1647).
Posteriormente Tycho mandó construir el observatorio Stjerneborg ('Castillo de estrellas') al
descubrir que el emplazamiento del Uraniborg no era lo bastante estable para sus
instrumentos de precisión. La mayor parte de los instrumentos estaban situados en
subterráneos. En 1597 Tycho perdió el favor del joven rey Cristián IV y abandonó la isla de
Ven. Los observatorios de Uraniborg y Stjerneborg fueron objeto de pillajes y rapiñas por los
pescadores, cayendo rápidamente en ruinas.
En 1565, a causa de una diferencia de opinión con otro estudiante por un problema
matemático, se batió en duelo y quedó mutilado de la nariz, debiendo llevar el resto de su
vida una postiza de oro, plata y cera. Gozaba del favor del rey de Dinamarca Federico I quien,
en 1576, le cedió la pequeña isla de Hven, en el estrecho de Sund, hoy territorio sueco. Aquí,
Tycho hizo construir el observatorio más grande de su época, al que llamó Uraniborg, una
"ciudad del cielo" llamada así en honor a Urania, la musa de la astronomía. Dotó el
observatorio de monumentales y perfeccionados instrumentos, algunos de los cuales fueron
ideados por él mismo: cuadrantes murales, sextantes, esferas armilares, escuadras y
gnomones con gigantescas escalas graduadas para obtener la mejor precisión entonces
posible en la determinación de las coordenadas celestes y de las otras medidas astronómicas.
Tycho Brahe publicó los resultados de su trabajo, provocando con él una verdadera revolución
en el campo de las creencias astronómicas: por primera vez se demostró que las esferas
superlunares no eran en absoluto inmutables, contrariamente a la opinión de Aristóteles.
En 1588, el astrónomo desmintió, no con simples disertaciones, sino con pruebas basadas en
sus observaciones y medidas, otra teoría que en aquel tiempo era universalmente aceptada:
la de la naturaleza atmosférica de los cometas. Siguió con sus instrumentos al cometa
aparecido el 13 de noviembre de 1577, midió su paralaje y, por lo tanto, la distancia, y
concluyó que se encontraba a aproximadamente 230 radios terrestres, es decir, más allá de la
Luna, que está a 60 radios terrestres.
Tycho rechazó el sistema copernicano no por ignorancia, sino por coherencia con sus
observaciones. Él razonó de esta manera: si la Tierra girara a lo largo de una órbita alrededor
del Sol, como pensaba Copérnico, el observador debería notar un desplazamiento anual
(paralaje) en las posiciones de las estrellas fijas. Como Tycho nunca pudo medir ese
desplazamiento, se convenció de que Copérnico estaba en un error. El razonamiento de Tycho
era inaceptable: fue la insuficiente precisión de sus instrumentos lo que no le permitió
apreciar el pequeño paralaje que tienen las estrellas.
Después de la muerte del rey de Dinamarca, acaecida en 1588, abandonó la isla de Hven y se
instaló en el castillo de Benatky, próximo a Praga, convirtiéndose en matemático oficial del
emperador Rodolfo ll. Aquí se le une en 1600 el joven J. Kepler, con el cual tuvo una fructífera
colaboración en los últimos años de su vida. Al morir dejó a Kepler las observaciones realizadas
a lo largo de años y años de estudio, con la esperanza de que éste pudiera demostrar su teoría
del Universo. Kepler se sirvió de los trabajos de Tycho para formular sus famosas leyes sobre
los movimientos planetarios, que, en cambio, sirvieron como confirmación de la teoría de
Copérnico sobre el sistema solar.