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Reseña del prólogo y cap 1, 2 y 3 del texto de Marto, M (comp)

(2004),“Nociones comunes experiencias y ensayos entre investigación y


militancia” Editorial Traficantes de sueños, Madrid.

Por MARIANICER C FIGUEROA A

Introducción

Una investigación militante o investigación


activista, es una metodología cualitativa
introducida por Norman K. Denzin en donde la
actividad investigadora es, a su vez, una práctica
política que como tal busca comprender y
transformar con aquello con que nos articulamos
dado que mantenemos un compromiso explícito
de trabajar en colaboración, para alcanzar
objetivos políticos compartidos. Parafraseando las
palabras de Charles Hale (2006), la investigación
militante puede ser definida como una
metodología por la cual afirmamos un
compromiso político con un grupo organizado en
lucha y que genera conocimientos “desde, con y
para” este grupo.

La investigación desde esta perspectiva se aleja


de su función instrumentalista en tanto que es una
investigación sin "objeto", en la cual la mirada no
está puesta “sobre” un fenómeno social, sino “desde y con” los que hacen parte
del mismo, de allí la concepción de coinvestigación. Por ello la trayectoria a
recorrer en busca de sentidos, subjetividades, discursos heréticos y los
desplazamientos de sentidos, así como el cronotopos de las acciones, se
definen y realizan con los actores de estas tramas, bajo la premisa que la
teoría y la práctica de aquello en lo que se es activista, no se deja en manos de
externos, sino que surge del ámbito de cooperación de los que militan en
aquello desde donde se investiga.

De los trayectos vividos por varios colectivos de militantes que desde la


perspectiva de la coninvestigaciòn han asumido el deseo de producir un
conocimiento que beba directamente del análisis concreto del territorio de vida
rebeldía para aliarlas con la acción colectiva para la transformación social son
las cuestiones que se abordan en el texto “Nociones comunes experiencias y
ensayos entre investigación y militancia”. En el mismo se plantean las
iniciativas, experiencias y trayectorias de investigación militante de colectivos
españoles e italianos que han decidido preguntarse sobre la relación entre
teoría y práctica y sobre cómo aliar el pensamiento y acción para potenciar las
experiencias de transformación de las cosas en su estado presente.
Por lo tanto, este libro tiene un doble objetivo: criticar la ontología y los modos
de hacer de la investigación tradicional, y avanzar hacia un modelo que se
acerque desde una perspectiva interpretativa y desde la inspiración crítica del
saber a dinámicas de producción de saberes que estén ligadas de manera
inmediata y fructífera con procesos de autorganización y de lucha.

El libro está organizado en tres partes en las que se aborda los siguientes
temas:

1. En el primer bloque se discute sobre el interés de utilizar la encuesta y la


coinvestigación como herramientas de trabajo político y de
transformación;
2. En el segundo, se describen tres experiencias actuales de investigación
militante hablan sobre su propia trayectoria y sobre cómo piensan desde
ahí la investigación militante;
3. En el tercer bloque, se presentan tres entrevistas/conversaciones con
personas o grupos que han pasado por distintas experiencias de
investigación militante o investigación-acción.

Para fines de este trabajo, se presenta una reseña del amplio prólogo del libro
elaborado por Marta Malo, que resume referentes históricos y fuentes de
inspiración de la Investigación Militante. De igual manera se presenta un
resumen de las ideas bases presentes en el primer bloque del libro en el cual
se hace un acercamiento al uso de la encuesta y la actividad de
coinvestigación como dispositivos para el aprendizaje colectivo y la
transformación de realidades.

De lo leído para abrir sentidos

Marta Malo, parte su exposición haciendo referencia al recelo histórico


existente en los movimientos de transformación con relación a las formas de
producción y transformación del saber, identificados de la siguiente forma:

1. Recelo de las ciencias que ayudan a una mejor organización del mando
desde disciplinas que continúan operando dentro de una lógica
humanista que se impone desde modelos eurocentricos, que genera
conocimientos atados o sujetos a esencialismos,
2. Recelo de los mecanismos de captura de los “saberes menores” por
parte de instancias encargadas de mantener la gobernabilidad y por
ende sujetas a relaciones de poder que responden a intereses nada
transparentes, ya sea por parte del Estado o de entes privados.
3. De las formas ideológicas e icónicas del saber supuestamente
revolucionario, que queda atrapado desde la “Arqueología del saber” y
las reglas de enunciación de las Disciplinas y por ende las producciones
de sentido quedan de antemano reguladas
4. De las posibles derivas intelectualistas e idealistas de saberes nacidos
en los movimientos sociales y de transformación que se convierten en
saberes sobre el mundo, subyugados por el ego de un investigador
despolitizado, que poco se desterritorializa de los códigos dominantes y
que su accionar, en nombre de los desposeídos, mantiene estática las
relaciones de poder.

Frente a estas prácticas absolutistas apegadas a los preceptos modernos del


establishment, se han generado nuevas maneras de enfrentar las experiencias
para producir conocimientos, lenguajes e imágenes propios, a través de
procedimientos también propios de articulación entre teoría y praxis, partiendo
de la realidad concreta, y reconociendo las subjetividades que produce la
experiencia y sus resultados, con el objeto de ir creando un horizonte teórico
adecuado y operativo, muy pegado a la superficie de la vida, donde la
simplicidad y concreción de los elementos de los que se ha partido, adquieren
significado y potencia desde lo común, para poder intervenir en lo real y
contribuir a la transformación ideológica y social del orden actual.

Muchas de estas iniciativas de búsqueda de la relación entre el pensamiento, la


acción y la transformación parten de cuestionar y reflexionar su accionar sobre
las siguientes interrogantes:

1. ¿Cómo romper con los filtros ideológicos y los marcos heredados?


2. ¿Cómo producir conocimiento que beba directamente del análisis
concreto del territorio de vida y cooperación y de las experiencias de
malestar y rebeldía?
3. ¿Cómo poner a funcionar este conocimiento para la transformación
social?
4. ¿Cómo hacer operativos los saberes que ya circulan por las propias
redes?
5. ¿Cómo potenciarlos y articularlos con la práctica?

... en definitiva, cómo sustraer nuestras capacidades mentales, nuestro


intelecto, de las dinámicas de trabajo, de producción de beneficio y/o
gobernabilidad, y aliarlas con la acción colectiva (subversiva,
transformadora), encaminándolas al encuentro con el acontecimiento
creativo
Como muestra de que estos planteamientos no son nuevos, Marta Malo 1 hace
un breve repaso por cuatro fuentes de inspiración que permita situar la
discusión y las trayectorias actuales de investigación militante e investigación-
acción, teniendo como referentes la encuesta y la coinvestigación obrera, los
grupos de autoconciencia de mujeres y la epistemología feminista, el análisis
institucional y, por último, la Investigación Acción Participante o IAP. Veamos a
continuación la reseña de ideas bases de cada uno de ellos:

1. Con relación a la Encuesta y la coinvestigación obrera, se hace


referencia a la encuesta como instrumento que trasciende a la extracción de
la información útil o a sacar datos de la experiencia directa, sino, hacer que
los obreros piensen (críticamente) sobre su realidad concreta. Por su parte
la idea de la “coinvestigación”, entendida como una investigación social que
rompe con la división entre sujeto investigador y objeto investigado y que
fue utilizada en la década de los 60 y 70 como dispositivo de análisis de las
formas de explotación y dominio en la fábrica y en los barrios y como
mecanismo de rastreo de las formas de insubordinación obreras, pero
también impulsada desde los propios espacios obreros, como método para
la construcción de las plataformas reivindicativas dirigidas especialmente a
hacer una historia de la lucha de clases “narrada por sus propios
protagonistas”.

La autora de este prólogo hace referencia a las divergencias respecto al


modo para llevar adelante la encuesta obrera, sobre los fines que ésta
debería proponerse y el método utilizado para su aplicación.

Por un lado, aquellos que desde los postulados de la teoría marxista con
temas y métodos elaborados por la sociología industrial norteamericana,
entendían la encuesta como un instrumento cognoscitivo de la realidad
obrera transformada, dirigido a proporcionar el estímulo para una
renovación teórica y política de las instituciones del movimiento obrero
oficial. Desde esta perspectiva la encuesta considera los «efectos» que las
transformaciones productivas tenían sobre los trabajadores, sobre sus
condiciones físicas y psicológicas, sobre su situación financiera y sobre
otros aspectos particulares de su vida

Por el otro, aquellos que desde una teoría de la composición de clase, que
más tarde se completaría con una teoría de la autovalorización obrera,
consideraban la encuesta como el presupuesto de una intervención política
encaminada a organizar la conflictividad obrera.

Como elementos fundamentales de la teoría de la composición de clase se


hace referencia al reconocimiento de que existe en los obreros un conflicto
subterráneo contra la organización capitalista del trabajo; la concepción de
que la jerarquía empresarial en realidad no es más que una respuesta a las
luchas obreras; y la intuición de que todo ciclo de luchas deja residuos
1
Marta Malo es licenciada en historia y militante del Ferrocarril Clandestino y la
Asociación Sin Papeles de Madrid. Ha participado y participa en diversos procesos
de investigación militantes en colectivos españoles como Precarias a la Deriva y el
Observatorio Metropolitano.
políticos que se cristalizan en la estructura subjetiva de la fuerza, como
producto sedimentado de las luchas precedentes desarrollados por sujetos
múltiples, en una fase histórica determinada y en un contexto económico y
social específico. Al mismo tiempo, como resultado constantemente
renovado por el proceso de autovalorización que permite recorrer el hilo
silencioso y con frecuencia invisible, de los malestares y las
insubordinaciones cotidianas, que producen subjetividad rebelde.

Ahora bien, en el capitulo 1 del libro Antonio Conti al referirse a la encuesta


como método político hace referencia a la importancia de reconocer al
trabajo lingüístico , desde un máximo nivel de problematicidad, como
construcción de un lugar en el que hablarse, relatar y hacer circular las
experiencias en colectivo, es construcción inmediata de conciencia y
organización y de sentido socialmente compartido que surge de la cuenca
de la inteligencia colectiva y de la cooperación social que permite:

1. Circulación de informaciones, con la que los colectivos se convierten


en un gigantesco archivo social de saberes difusos.

2. Construcción de relaciones que es la habilidad totalmente biopolítica


para extender la propia red de conocidos, en la cual se entremezclan
políticas de la amistad y políticas de la «colocación» laboral, afectos
e intereses, sin solución de continuidad.

3. Mutualismo de base entendida como la disposición de las


comunidades a ayudarse recíprocamente, intercambiándose bienes
y servicios bajo la modalidad del don, reconociendo en los otros las
propias dificultades.

Desde esta perspectiva para la investigación militante cobra un importante


valor la categoría de cooperación social que no sólo vive antes del
trabajo, sino también dentro y más allá de él, como lugar privilegiado de
constitución de lo político dado que en este colector de saberes y
afectos, es donde se encuentran las constantes posibilidades de
constitución de la subjetividad. Es ahí donde está hoy en día lo político,
lo que significa decir que es de ahí de donde hay que partir para
encontrar el cabo de la madeja de los procesos de precarización, si no
se quiere sólo comprender tales procesos, sino también intervenir
políticamente.

Los obstáculos para el desarrollo de la encuesta militante también son


identificados por Conti, al referirse a las dificultades que traen consigo
los siguientes aspectos:

• La Desconfianza que ha traido consigo los dictados de las


ciencias sociales que han sido y son instrumento y codificación de
saberes adecuados para la reestructuración productiva y para
la reproducción del poder de mando capitalista; y la posibilidad de
producir «palabrería», «algo que acabe en un libro o en un
artículo», es decir, la degeneración tecnicista e intelectualista de
producir saberes desligados de una trayectoria política de
autoorganización, de autonomía obrera. Ante este aspecto se
recuerda que el éxito de la investigación militante no se mide en
función de la meticulosidad de los datos obtenidos, de la precisión
de su reconstrucción de la estructura de producción, ni de la
sofisticación de sus propuestas políticas, sino de su producción de
cooperación social crítica y antagonista, de la amplitud de su red
política, de alli que la encuesta, por definición, no puede ser obra
de pocos, sino de muchos: horizontal, capilar, extendida.

• Superada la desconfianza, es importante hacer caer la corteza


dura de los mitos oficiales y de los lugares comunes y producir
las condiciones para que la situación que se investiga se someta
a crítica y aparezca, por consiguiente, como una condición
transformable, por una organización de base y por sus
luchas. Para hacer esto, hace falta sacar a cada individuo del
aislamiento de su propia experiencia, privilegiando, por lo tanto, la
confrontación y la circulación de las experiencias.

• Tercer punto hace referencia a la importancia de alentar una


racionalidad crítica post encuesta como un trabajo extensivo que
se acompaña de un «desarrollo intensivo» en la que ya no hay
distinción entre el militante que promueve la encuesta y la
subjetividad del trabajo vivo, por eso el encuestado extiende a
sus contactos para promover tal racionalidad a escala colectiva y
propiciar la organización política dentro del colectivo social al que
pertenece y en donde se desarrollan procesos de investigación
militante.

Estos planteamientos sirven para insistir que la encuesta es un método


que no está centrado en el conocimiento objetivo, sino en la construcción
de relación y por ende un método absolutamente subjetivo, en el que la
atención se dirige por completo al proceso de construcción social de la
conciencia crítica del trabajo vivo y no como una mera actividad
cognoscitiva. En este sentido el objetivo de la encuesta no es la
interpretación del mundo, sino la organización de su transformación.

Ahora bien este enfoque de la encuesta obrera impone, por si mismo, un


paso a acciones de coinvestigación como proceso de inserción subjetiva de
los intelectuales- militantes que investigaban en el territorio-objeto de
investigación, y de implicación activa en el proceso de investigación de los
sujetos que habitaban ese territorio, lo cual, a su vez, convertía a estos
últimos en sujetos investigadores.

Guido Borio, Francesca Pozzi y Gigi Roggero, en el capitulo 3 del libro, se


acercan a contextualizar a la coinvestigación como acción política, a
sintetizar esta práctica como

• Actividad de transformación de lo existente,


• Lugar de formación y de cooperación diferente

• Acción de producción de un conocimiento distinto, experimentación


de prácticas organizativas y espacio de resubjetivación.

La coinvestigación, a diferencia de la encuesta tradicional, también de la


obrera, no confía a organismos externos y especializados la producción
de conocimiento por lo que la elaboración de la estrategia política de las
propias trayectorias es interna, no externa, al ámbito de cooperación de
los coinvestigadores, dado que el control del conocimiento es la política
y la política no puede de ningún modo quedar reducida a los parámetros
de la ciencia galileana. A partir de este planteamiento, los autores
refieren que encuesta y coinvestigación no son lo mismo y por ello
evidencias tres grandes diferencias:

• La encuesta es extemporánea, es decir, dura un lapso de tiempo


determinado y después se acaba; la coinvestigación, por el
contrario, se configura como una procesualidad abierta, un
devenir en espiral que sedimenta nuevos estratos de conoci-
miento y de prácticas, de los que volver a partir para cons- truir a
su vez otros nuevos.

• La encuesta se coloca en una dimensión principalmente


cognoscitiva, la coinvestigación es actividad concreta de trans-
formación de lo existente.

• Mientras que la encuesta presupone una separación entre la


producción de conocimiento y la elaboración de la trayectoria
política, la coinvestigación se propone una circularidad (pero no
una confusión) entre los dos momentos. Es decir, conocimiento y
acción política son dimensiones distintas entre sí, pero no
separadas. Con frecuencia, más que por sus resultados, la
coinvestigación es importante en tanto que espacio de
autoformación política de los militantes. A su vez, la
coinvestigación proporciona sistematicidad y eficacia a la acción
política.

Es de hacer notar también que la encuesta y la coinvestigación no se


contraponen por completo. Por el contrario, la encuesta puede constituir una
fase específica de la coinvestigación.

2. Sobre Los grupos de autoconciencia de mujeres y la epistemología


feminista nacen en el seno del feminismo radical estadounidense a finales
de la década de 1960 concebida

• Como práctica de análisis colectivo de las formas en las que cada


mujer siente y experimenta, el “despertar de la conciencia latente”
con relación a su propia opresión
• Como accionar para propiciar la reinterpretación política de la propia
vida y poner las bases para su transformación al convertirse en
auténticas expertas de su opresión, construyendo la teoría desde la
experiencia personal e íntima y no desde el filtro de ideologías
previas.
• Como práctica que buscaba revalorizar la palabra y las experiencias
de un colectivo sistemáticamente inferiorizado y humillado a lo largo
de la historia.

Desde esta perspectiva, en donde lo personal es político, constituyó un


método científico de investigación que partió de estudiar la naturaleza y no
los libros y someter todas las teorías a la prueba de la práctica viva y de la
acción, bajo la certeza de que la única vía para construir un movimiento
radical pasaba por partir de sí, no como algo sólo para ayudar a otras
mujeres, sino como acción para descubrir la verdad sobre sus propias vidas
antes de luchar radicalmente por nadie. En ese sentido, los grupos de
autoconciencia se consideraban simultáneamente como prácticas para
llegar a la verdad y generar teoría y un medio para la acción y la
organización radical contra la realidad opresiva de género

Para la década de los 70 la práctica de la autoconciencia se extendió hasta


tal punto que, hacia la década de 1970, se registró una tendencia hacia la
institucionalización y la formalización de la autoconciencia, que convertía
esta práctica en un conjunto de reglas metodológicas con aires de autoridad
de las disciplinas y los investigadores que voltearon a ver a los grupos de
mujeres. Al respecto se hizo necesario recordar que la base de la
autoconciencia sólo era analizar nuestras experiencias en nuestras vidas
personales y en el movimiento, leer sobre la experiencia de lucha de otra
gente y conectar estos dos ámbitos a través de la autoconciencia [para]
mantenernos en el camino, moviéndonos lo más rápido posible hacia la
liberación de las mujeres.

De igual manera, en el boom de los grupos de autoconciencia se alertó


sobre un excesivo énfasis en la idea de que en todas las mujeres existía
una conciencia latente de la propia opresión que no había más que hacer
aflorar, lo que hizo que algunos grupos acabaran creyendo en una
conciencia verdadera como objeto preexistente y no como algo a crear, se
centraran más en la interpretación de la opresión que en el rastreo de las
prácticas subterráneas de rechazo y rebeldía. Pero, con todo, la práctica de
la autoconciencia fue uno de los motores centrales del feminismo de la
década de 1970, germen de toda una epistemología feminista que mujeres
intelectuales de distintas disciplinas desarrollarían desde la década de 1970
hasta la actualidad.

Si bien son muchas las ramas de la epistemología se destacan dos


nociones comunes insertas en las mismas:

• La crítica despiadada que se hace a la ciencia positivista


contemporánea androcentrista y falogocentrista y a las relaciones de
poder que hay en juego en toda investigación. De allí que la
epistemología feminista propone la idea de un sujeto de
conocimiento sexuado en un territorio concreto desde el que se
habla, se actúa, se investiga y se produce conocimientos situados.
• La recuperación y la valoración de la práctica subterránea de todos
los grupos sometidos, y al relato en la producción y la transmisión de
conocimiento.

3. El análisis institucional

Surge en Francia a partir de las corrientes de la pedagogía y de la


psicoterapia «institucionales», cuyo propósito es la apertura de un espacio
crítico que pretende explorar desde la propia institución y su capacidad para
descubrir y analizar su base material, su historia y la de sus miembros, su
lugar en la división técnica y social del trabajo, las relaciones que la
estructuran, etc. Para ello se parte en primer lugar del reconocimiento de la
falsedad de la neutralidad de la intervención que conlleva todo proceso
analítico o educativo y en segundo lugar, concibiendo lo social, la expresión
colectiva y lo político, a partir de la implicación en el análisis institucional de
todos y cada uno de sus miembros. De igual manera se entiende que el
conjunto del sistema institucional se comunica y articula en el Estado, de allí
su relación directa entre el análisis institucional y la militancia o acción
política.

La autora hace referencia a Félix Guattari como representante del


movimiento institucionalista, quien acuñara el término “análisis institucional”
en torno a 1964/1965, en una sesión de un grupo de reflexión sobre
psicoterapia institucional, demarcando su posición al respecto frente a la
corriente de Daumezon, Bonafé y Le Guillant que se limitaban al análisis
intramuros de la institución psiquiátrica, aislándolo así del conjunto del
socius, y frente a la especialización de la práctica analítica, que le coloca da
una persona o grupo experto la responsabilidad exclusiva de los procesos.

En esta línea, el análisis institucional considerará a los movimientos


sociales como agenciamientos de enunciación analíticos privilegiados y
encontrará ejemplos en este sentido en el

Este enriquecimiento llevará a incorporar dos vertientes en el proceso


analítico institucional: por un lado, una investigación sobre la investigación,
es decir, un análisis que tuviera en cuenta el hecho de que los
investigadores no pueden comprender su objeto sino con la condición de
que ellos mismos se organicen y se cuestionen a propósito de cosas que no
tienen nada que ver, aparentemente, con el objeto de su investigación, y por
otro, la idea de «transdisciplinariedad» en la investigación, que permitirá
desbloquear falsos problemas.

Investigación-Acción Participante

Fruto de la confluencia en Latinoamérica de escuelas críticas de


investigación y pedagogía social y con claras conexiones con el análisis
institucional francés, pretenderá articular la investigación y la intervención
social con los conocimientos, los saberes-hacer y las necesidades de las
comunidades locales, poniendo en primer término el dialogo interpersonal y
la acción colectiva, como lugar de validación de cualquier teoría y dando así
una absoluta primacía a los saberes prácticos, siempre al servicio de la
transformación de la realidad, generando de este modo, que la praxis social
(transformadora) sea al mismo tiempo objeto de estudio y resultado de la
IAP. Esto requiere del reconocimiento de todo sujeto social de la realidad
social que se investiga, como actor del proceso de coinvestigación,
mientras que los sujetos exteriores a la comunidad pueden funcionar como
elemento dinamizador, pero nunca sobredeterminante. De igual manera
se requiere de una articulación y retroalimentación constante entre el
conocimiento técnico/científico que se pone en juego en el proceso y los
saberes populares ya existentes, prestando permanente atención a los
distintos planos de la subjetividad, lo que constituyen una fuente de
inspiración para todo intento de hacer de la investigación una herramienta
de transformación.

Investigación militante ayer y hoy

Muchos de los conceptos abordados en las 4 fuentes de inspiración antes


citadas son tomados en la actualidad como elementos fuerzas de iniciativas
que buscan articular la investigación y la acción y la teoría y la praxis. Si
bien muchas de las experiencias de hoy en día se insertan en iniciativas
móviles, cambiantes y dispersas, la autora logra distinguir aspectos en
comunes que se citan a continuación:

1. En primer lugar, una fuerte inspiración materialista que busca el


encuentro con los elementos de la realidad concreta y, a partir de ahí,
procede de lo concreto a lo abstracto, siempre para volver a lo
concreto y a la posibilidad de su transformación. De ahí, la absoluta
primacía otorgada en todas las experiencias a la acción, a las
prácticas, en donde la interpretación del mundo va siempre asociada
a algún tipo de acción o práctica

2. En segundo lugar, identifica como elemento común a la crítica de


toda teoría desencarnada, que pretenda (falsamente) enunciarse
desde un lugar neutro desde el que todo se ve.

3. La coproducción de conocimiento crítico genera cuerpos rebeldes y


prácticas comunes por lo tanto, el proceso de producción de
conocimiento no es separable del proceso de producción de
subjetividad. De ahí el interés de articular formas colectivas de
pensamiento e investigación: las prácticas de coinvestigación,
autoconciencia y transversalidad van todas en este sentido.

4. Como último elemento común se identifica la prioridad concedida a


los objetivos y al proceso sobre cualquier tipo de método formalizado
que impida la verdadera conexión entre experiencia y pensamiento,
entre análisis y práctica de transformación. Por encima de cualquier
método, están las operaciones reales que el proceso de investigación
militante es capaz de poner en marcha. La investigación militante es,
en este sentido, siempre, un viaje abierto, que sabemos de dónde y
cómo parte pero no adónde nos llevará.

Finalmente y a modo de cierre del prólogo, la autora plantea una breve


cartografiá de la investigación militante como trayectorias y rumbos que se
están trazando en esta materia:

1) Experiencias de producción de conocimiento sobre/contra los


mecanismos de dominación, que combinan la crítica del sistema de
expertos, con la potenciación de saberes menores y la puesta en marcha de
procesos colectivos de conocimiento, frente a la tendencia dominante a su
individualización y privatización.

2) Conjunto de iniciativas que persiguen producir pensamiento desde las


propias prácticas de transformación, desde su interioridad, para potenciar e
impulsar esas mismas prácticas en un procedimiento virtuoso de la práctica
a la teoría a la práctica, en ocasiones impulsado por el encuentro singular
entre subjetividades no semejantes y en otras ocasiones puesto en marcha
a partir de la iniciativa de gentes que participan de la misma práctica que se
pretende pensar.

3) Iniciativas que toman la investigación como palanca de interpelación,


subjetivación y recomposición política, que utilizan los mecanismos de
encuesta, entrevista y grupo de discusión en busca de nociones comunes
que la describan y formas de resistencia y cooperación

Estos trazos gruesos sobre la cartografía dan muestra de una composición


social rica, híbrida y virtuosa que, busca reapropiarse de su capacidad de
crear mundos, alejándose de la lógica académica tradicional, que generen
dispositivos de aprendizaje colectivo.

¿Investigación militante para construir el sentido del Conocimiento Libre


con tecnoactivistas de la Red CLED y RADECOM?

Una vez leído y reseñado el planteamiento de los diferentes autores de los tres
primeros capítulos del libro que aquí se reseña, se reafirma la importancia de
asumir a la investigación militante como parte del sustento teórico y
metodológico de la tesis doctoral que me he planteado desarrollar sobre el
sentido del Conocimiento Libre en la red desde el hacer-conocer de
educadores-tecnoactivistas que participan en dos redes digitales a saber: la
Red en Conocimiento Libre y Educación (CLED) 2 y la Red de Aliados para la
Defensa del Conocimiento como Bien Público (RADECON) 3.

Esta afirmación se sustenta en los aportes de interés para mi investigación de


los planteamientos desde la perspectiva de la investigación militante pero
específicamente como acto de conivestigación, implica:

• Que el interés que denoto aquí y ahora como tecnoactivista del


conocimiento libre y por ende declarado subjetivo pero también político,
necesariamente requiere compartirse con los miembros de las redes en
las que se va a desarrollar la investigación, de manera que lo individual
pase a ser abordado por los tecnoactivistas de RADECON y CLED que
se vean interpelados a coinvestigar. Este paso necesario implica
concebir que la generación de conocimiento nunca es una práctica
individual, por más que las lógicas capitalistas que operan en los lugares
académicos así lo exijan.

• Que el lenguajeo con los pares tecnoactivistas necesariamente debe ser


problematizador para poder acceder a lo que en el texto se denomina la
zona gris que está en medio, de fronteras muy lábiles y en continuo
movimiento y por ende la zona de la potencia, del espacio de lo posible,
del lugar de la ambivalencia fuerte, del combustible del movimiento. Esto
lleva a reconocer la necesidad de pensar en los dispositivos que puedan
hacer emerger la ambivalencia de los procesos, la marca del conflicto y
del rechazo, de la alteridad de los comportamientos, de la construcción
aquí y ahora de formas de cooperación diferentes, tal como también es
planteado por Latour en su Teoría del actor red cuando hace referencia a
la importancia del discenso; de allí su frase de encontrar tierra firme en
una buena tierra movediza.

2
La Red CLED fue creada en Junio del 2009 con el propósito de conformar y fortalecer una
comunidad virtual sobre el Conocimiento Libre. Fue creada como un acuerdo de los
organizadores y participantes de las I Jornadas en línea sobre Conocimiento Libre y Educación
llevadas a cabo en Mayo del 2009, a partir del cual surgió la iniciativa de continuar con el
intercambio y de allí la posibilidad de crear una red social en internet que permita mantener un
espacio continuo para el desarrollo e intercambio de experiencias, conocimientos, recursos y
aprendizajes en torno al Conocimiento Libre. Cuenta en la actualidad con 115 miembros y se
encuentra albergada en http://www.cled.org.ve/
3
La Red de Aliados para la Defensa del Conocimiento como Bien Público (RADECON), es una
red social en línea propuesta por la Fundación Centro Nacional de Desarrollo e Investigación
en Tecnologías Libres CENDITEL en Venezuela, cuya premisa desde su creación en se
encuentra fundamentada en la idea de que el conocimiento no debe ser privatizado ni
comercializado, todo ello con la finalidad de que la sociedad en general pueda hacer uso de
este conocimiento para beneficio de todos los que la integran con la finalidad de conformar un
grupo de trabajo orientado a promover el conocimiento como un bien público. En este sentido,
la red tiene como premisa la idea de que el conocimiento no debe ser privatizado ni
comercializado, todo ello con la finalidad de que la sociedad en general pueda hacer uso de
este conocimiento para beneficio de todos los que la integran.
• Si bien en alguna oportunidad se llego a pensar en accionar procesos de
observación periférica para identificar desde al lado cómo se mueve,
construye y reconstruye ambas redes por sus participantes, un accionar
de este tipo no solo se vuelve contradictoria a los planteamientos aquí
reseñados, sino que debe dar paso para la revisión en conjunta con
tecnoactivistas de los procesos que se generen, de manera que pueda
generarse la cuenca de la cooperación social, y por ende la posibilidad
de constitución de lo político dado que tal como se señala literalmente
en el texto, es en este colector de saberes y afectos, es donde se
encuentran las constantes posibilidades de constitución de la
subjetividad. Esto me lleva a plantear la posibilidad de trazar acciones
previas con los pares para conocer los aspectos desde los cuales asumir
la coinvestigación, acción que se enmarcaría en uno de los propósitos
de este tipo de investigación que es la generación de experiencias de
formación y de cooperación diferente

• Finalmente tras el abordaje del texto, se hace necesario dejar plasmado


la presencia de dudas y ansiedades que me asaltan, con relación a las
trayectorias de transformación y de organización que deberían surgir a
partir de la investigación, trayectorias que desde mi herencia
colonizadora absolutista y cartesiana de las ciencias sociales que dirige,
define y predice, podría quedar a merced de la arqueología del saber
que erige mi ego como investigador y por ende el deseo de llegar a
concretar procesos en esta materia.

Desde estos planteamiento, toca asumir la investigación del entramado socio


técnico de CLED y RADECON, como un proceso eminentemente dialógico, que
requiere de una vigilancia personal para reconocer la existencia de distintos
tipos de saberes y la existencia de una inteligencia cultural y social desde la
cual se tejen sentidos que a su vez nos unen y desunen alrededor de lo que
entendemos y sentimos sobre el conocimiento libre.

Bibliografía

Borio, G; Pozzi, F y Roggero G. (2004), “La Coinvestigación como acción


política”, en Marto, M (comp) (2004), Nociones Comunes. Experiencias y
ensayos entre investigación y militancia, Traficantes de sueños, Madrid.

Conti, Antonio (2004), “La encuesta hoy”, en Marto, M (comp) (2004), Nociones
Comunes. Experiencias y ensayos entre investigación y militancia, Traficantes
de sueños, Madrid.
Malo, Marta (2004), “Introducción”, en Marto, M (comp) (2004), Nociones
Comunes. Experiencias y ensayos entre investigación y militancia, Traficantes
de sueños, Madrid.

Marto, M (Comp) (2004), Nociones Comunes. Experiencias y ensayos entre


investigación y militancia, Traficantes de sueños, Madrid.

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