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TEORIA DE
ERRORES
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LABORATORIO DE FISICA I ING. QUÌMICA UNA - PUNO
TEORIA DE ERRORES
I. INTRODUCCIÓN.
Una magnitud física es un atributo de un cuerpo, un fenómeno o
una sustancia, que puede determinarse cuantitativamente, es decir, es un
atributo susceptible de ser medido. Ejemplos de magnitudes son la
longitud, la masa, la potencia, la velocidad, etc. A la magnitud de un objeto
específico que estamos interesados en medir, la llamamos mesurando.
Por ejemplo, si estamos interesado en medir la longitud de una barra, esa
longitud específica será el mesurando.
Para establecer el valor de un mesurando tenemos que usar
instrumentos de medición y un método de medición. Asimismo es
necesario definir unidades de medición. Por ejemplo, si deseamos medir
el largo de una mesa, el instrumento de medición será una regla. Si hemos
elegido el Sistema Internacional de Unidades (SI), la unidad será el metro
y la regla a usar deberá estar calibrada en esa unidad (o submúltiplos). El
método de medición consistirá en determinar cuántas veces la regla y
fracciones de ella entran en la longitud buscada.
En ciencias e ingeniería, el concepto de error tiene un significado
diferente del uso habitual de este término. Coloquialmente, es usual el
empleo del término error como análogo o equivalente a equivocación. En
ciencia e ingeniería, el error, como veremos en lo que sigue, está más bien
asociado al concepto de incerteza en la determinación del resultado de
una medición.
En todo proceso de medición existen limitaciones dadas por los
instrumentos usados, el método de medición, el observador (u
observadores) que realizan la medición. Asimismo, el mismo proceso de
medición introduce errores o incertezas. Por ejemplo, cuando usamos
un termómetro para medir una temperatura, parte del calor del objeto
fluye al termómetro (o viceversa), de modo que el resultado de la
medición es un valor modificado del original debido a la inevitable
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A. Errores sistemáticos.
Son aquéllos que se reproducen constantemente y en el mismo
sentido. Por ejemplo, si el CERO de un voltímetro no está ajustado
correctamente, el desplazamiento del CERO se propagará, en el mismo
sentido, a todas las medidas que se realicen con él.
Atendiendo a su origen los errores sistemáticos se clasifican en:
A.1) Errores teóricos.
Son los introducidos por la existencia de condiciones distintas a
las idealmente supuestas para la realización del experimento. Un
ejemplo de error teórico es el que resulta de la existencia de la
fricción del aire en la medida de g con un péndulo simple.
B. Errores accidentales
Son debidos a causas irregulares y aleatorias en cuanto a
presencia y efectos: corrientes de aire, variaciones de la temperatura
durante la experiencia, etc. Así como los errores sistemáticos pueden
ser atenuados, los errores accidentales para un determinado
experimento, en unas condiciones dadas, no pueden ser controlados.
Es más, los errores accidentales se producen al azar y no pueden ser
determinados de forma unívoca. Para tratar adecuadamente este tipo de
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asociado con X.
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Por ejemplo:
V. CUANTIFICACIÓN DE ERRORES.
Desde el punto de vista de su cuantificación, los errores se
clasifican en: A) Error absoluto y B) Error relativo.
A. Error absoluto
Se define como la diferencia que existe entre el valor real de la
magnitud a medir y el obtenido en una medida. Puesto que es una
diferencia de valores de una misma magnitud, el error absoluto se
expresa en las mismas unidades que la magnitud. Así pues, si x es
el valor medido, x* el valor real y x el error instrumental o
sensibilidad del aparato de medida, se satisface la relación
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B. Error relativo.
Se define como el cociente entre el error absoluto x y el
valor real x* de la magnitud
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Cifras significativas.
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El gráfico de fj versus xj [xj = 0.5 ( yj-1 + yj)] nos da una clara idea de
cómo se distribuyen las altura de los individuos de la muestra en estudio.
Este tipo de gráfico se llama un histograma y la mayoría de las hojas de
cálculo de programas comerciales (Excel, Cuatro- Pro, Origen, etc.) tienen
herramientas para realizar las operaciones descriptas aquí y el gráfico
resultante. En la Fig. 1.3 ilustramos dos histogramas típicos.
Figura Histograma de dos muestras con igual valor medio pero con
distintos grados de dispersión. En este ejemplo, los datos tienen una
distribución Gaussiana o Normal, descripta por la curva de trazo
continúo.
Tres parámetros importantes de una distribución son:
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Discrepancia.
Si una magnitud física se mide con dos (o más) métodos o por distintos
observadores, es posible (y muy probable) que los resultados no
coincidan. En este caso decimos que existe una discrepancia en los
resultados. Sin embargo, lo importante es saber si la discrepancia es
significativa o no. Un criterio que se aplica en el caso especial pero
frecuente, en el que las mediciones se puedan suponer que siguen una
distribución normal, es el siguiente. Si los resultados de las dos observaciones
que se comparan son independientes (caso usual) y dieron como resultados:
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Propagación de incertidumbres
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Entonces:
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LA FÍSICA
EXPERIMENTAL
A NIVEL
NACIONAL E
INTERNACIONA
L
I. LA FÍSICA EXPERIMENTAL EN EL SIGLO XVIII
Ciencia y filosofía en el siglo XVIII
La ciencia moderna surge una vez que se acepta la necesidad –y se
comprende el Interés- de una descripción del mundo natural
independiente de la revelación divina y al margen del finalismo
teológico. Esta nueva disposición es la que caracteriza a los pensadores
de la Revolución Científica. Una revolución que afectó tanto a los
contenidos como a los métodos y a la posición social de la ciencia. Se
rechazaron los viejos modos de la filosofía y se buscaron nuevas
maneras de investigar la naturaleza. Francis Bacón en su Novan
órgano y Descartes en su Discurso del método propusieron sus
opciones. Bacón la realización de experimentos para interrogar al
mundo. Descartes la suficiencia del poder deductivo de la razón para
explicarlo. Frente a ellos Newton se dedicó a poner en práctica una
brillante síntesis de experimentación y formalismo matemático.
El siglo XVIII representa el triunfo final del newtonianismo frente al
cartesianismo. Razón y naturaleza son las dos palabras claves de la
ciencia y la filosofía del XVIII. Los métodos de la lógica formal van
siendo reemplazados por los métodos de las ciencias naturales. Las
leyes de la naturaleza son las auténticas leyes de la razón. Pero esas
leyes, se piensa, han sido libremente elegidas por Dios y, por lo
tanto, no es posible descubrirlas con el simple razonamiento. Se
comprende entonces la necesidad de la experimentación para descubrir
las leyes naturales. Leyes que en realidad revelan la voluntad divina y
prueban la mismísima existencia de Dios (el famoso argumento del
diseño).
El siglo XVIII conocerá, además, una importante reorganización de la
ciencia. A principios del siglo, la Física continuaba en la tradición
aristotélica de estudiar todos los fenómenos naturales, incluyendo los
orgánicos. A lo largo de este siglo y en las primeras décadas del
siguiente se independizan de ella disciplinas como la fisiología, la
botánica o la geología. Al final del siglo la organización de la física se
aproxima ya a la moderna disciplina que hoy conocemos con el
mismo nombre. Y no sólo la organización, también el método. En
efecto, a lo largo del siglo irá madurando la nueva física experimental
que pasará de ser un mero instrumento de exploración y exhibición de
curiosidades a un método de riguroso análisis cuantitativo de la
naturaleza. Un método que permitirá, primero el descubrimiento de leyes
funcionales y más tarde la mate matización de amplias zonas de la
nueva física. En otras palabras, el ideal newtoniano de ciencia.
Instituciones académicas
La primera institución científica que acogió en su seno a la
experimentación física fue la florentina Academia del Cimento,
creada en el siglo XVII por discípulos de Galileo. Parece que su gran
objetivo era el descrédito del aristotelismo. La Academia de
Ciencias de Paris, por la misma época, también recibió la influencia
baconiana. Dedicaron buena parte de esfuerzo a realizar medidas
geodésicas de precisión. En Inglaterra fue la Royal Society de Boyle,
Hooke y Newton la mejor propagandista de de la filosofía experimental.
Se organizaron sesiones públicas de exhibición y se nombró un
encargado de experiencias (Hooke fue el primero de ellos). El propio
Newton fue admitido en 1672 por la construcción del primer telescopio
reflector y por otras aportaciones experimentales.
Por el año 1683 la universidad alemana de Altdorf (Nuremberg)
organizaba cursos de física experimental (fueron famosas las
experiencias neumáticas de Otto von Guericke). En 1700, en el Hart
Hall, la universidad inglesa de Oxford abrió sus aulas a la física
experimental. Y en 1707 lo hizo la de Cambridge, en el observatorio del
Trinity College. Las universidades holandesas de la época,
especialmente la de Leyden, desempeñaron un papel muy importante
en el desarrollo de la física experimental. Hombres como
Boerhaave, Gravesande, Musschenbroeck o C. von Wolff,
contribuyeron con una meritoria labor en ese sentido. En Francia, la
primera cátedra de física experimental se abrió en 1752, en el Collège
de Navarre de la Universidad de Paris. En este mismo país los jesuitas
destacaron en la realización y promoción de las actividades
experimentales de la física.
Instrumentos científicos
A comienzos del XVIII existían tres categorías de instrumentos
científicos: los matemáticos, los ópticos y los filosóficos. Tal distinción
no era más que una consecuencia de la propia historia de la
instrumentación científico técnica. Los propios fabricantes se auto
agrupaban en esas mismas categorías. Hasta finales del siglo XVI casi
todos los instrumentos eran matemáticos, útiles de las llamadas
matemáticas mixtas con aplicaciones en la astronomía, la navegación, la
fortificación, la arquitectura, la medida del tiempo, etc. Casi todos ellos
eran instrumentos de medida de posiciones, longitudes, latitudes, tiempo
etc. No pretendían descubrir nada nuevo sobre el mundo, sólo realizar
observaciones cuantitativas.
Los instrumentos ópticos se desarrollan a partir del siglo XVII. Entre
ellos, el microscopio y el telescopio jugarían un importante papel en la
naciente filosofía experimental. Mientras que los fabricantes de
instrumentos matemáticos pertenecían a una larga tradición (tan
reconocida que algunos de sus mejores miembros eran acogidos en las
instituciones científicas y en la universidad), los fabricantes de
instrumentos ópticos se nutrieron de los mejores fabricantes de anteojos.
Por su parte, los instrumentos filosóficos tenían como objetivo la
exploración baconiana de la naturaleza. Las bombas neumáticas, las
máquinas electrostáticas o los planetarios son buenos ejemplos de este
tipo de instrumentos. La popularización de las exhibiciones científicas
acabó estimulando su producción comercial. Los fabricantes de este
grupo de instrumentos no poseían una tradición clara, muchos de ellos
eran los propios científicos ayudados por diferentes tipos de operarios.
Los mejores fabricantes de instrumentos en el siglo XVIII eran los
ingleses. En las tres categorías. Les seguían los franceses y los
alemanes. Los fabricantes de instrumentos de precisión eran
considerados de una categoría especial. Llegaron a tener un gran
prestigio y eran tratados como socios colaboradores de la empresa
científica.
Bibliografía
Bennett, J. A. 1998. La fabricación de instrumentos científicos en la era
industrial. En Elena, A., Ordóñez, J. y Colubi M. Ed. Después de
Newton: ciencia y sociedad durante la Primera Revolución Industrial.
Barcelona:
SENSORES
SENSORES
I. INTRODUCCION
Actualmente sería impensable realizar maniobras más o menos
complicadas, dentro del mundo industrial, sin dos elementos
ampliamente extendidos en nuestros días, por una parte los autómatas
programables y por otra los sensores, que permiten controlar las
variables que afectarán al proceso industrial.
Los autómatas por precio, versatilidad y facilidad de programación se
han convertido en los sustitutos de las maniobras en los entornos
industriales, y debido a las crecientes necesidades de los procesos
industriales modernos, cada vez hay que controlar más variables que
afectan a estos procesos, por lo que los sensores han entrado de lleno
en estas maniobras.
Hoy por hoy, sería difícil encontrar procesos automáticos que no estén
gobernados por elementos de gobierno, sensores y autómatas.
Procesos como contadores, detectores de presencia, detectores de
objetos, control de niveles, medidas de seguridad, chequeo de
contenidos, inspecciones de calidad automáticos, posicionamiento y
verificación y un largo etcétera serian impensables sin esta combinación
de elementos.
1. Sensores analógicos
Un sensor analógico es aquel que puede entregar una salida variable
dentro de un determinado rango (ver figura de la derecha). Un Sensor
analógico, como por ejemplo una Fotorresistencia (estos componentes
miden intensidad de luz), puede ser cableado en un circuito que pueda
interpretar sus variaciones y entregar una salida variable con valores
entre 0 y 5 volts.
2. Sensores Digitales.
Un sensor digital es aquel que entrega una salida del tipo discreta (ver
figura de la izquierda). Es decir, que el sensor posee una salida que
varía dentro de un determinado rango de valores, pero a diferencia de
los sensores analógicos, esta señal varía de a pequeños pasos pre-
establecidos.
Por ejemplo consideremos un botón pulsador, el cual es uno de los
sensores más básicos. Posee una salida discreta de tan solo dos
valores, estos pueden ser abiertos o cerrado. Otros sensores discretos
pueden entregar una salida del tipo binario, como es el caso de un
conversor Analógico/Digital, el cual entrega una salida de 8 bits capaz de
Subdividir las variaciones de la entrada en hasta 256 escalones.
Conversión Analógica/Digital:
Los micros controladores generalmente operan con valores discretos.
Los controladores como el Motorola 68HC11, el PIC 16F84, etc.,
trabajan con valores binarios de 8 bits.
Una parte importante a la hora de trabajar con señales analógica es la
posibilidad de transformar las mismas en señales digitales mediante el
uso de un conversor A/D (analógico/digital) y entregar su salida sobre un
bus de 8 bits (1 Byte). Esto permitirá al micro controlador poder tomar
decisiones en base a la lectura obtenida. Cabe destacar que en la
actualidad existen micro controladores que ya poseen este conversor
integrado en si mismos, lo que permite ahorrar espacio y simplificar el
diseño.
En la siguiente figura se puede ver un ejemplo de cómo se comportaría
un conversor A/D (analógico/digital):
Estructura de un sensor.
VI. TIPOS DE SENSORES
Como hemos dejado en claro en nuestro sitio, son muchos los tipos de
sensores que existen en la actualidad, ya que podemos conseguirlos
tanto para los sistemas de seguridad, como para nuestra vivienda o bien
incluso en fábricas, industrias y comercios suelen utilizar diferentes tipos
de sensores para cada caso. Ahora bien un detalle que resulta
importante de destacar es que muchas personas suelen confundir lo que
son los detectores con los sensores, pero lo cierto es que ambas cosas
representan diferentes elementos.
En primer lugar es cierto que existen diferentes detectores de la misma
manera que existen en el mercado diferentes tipos de sensores, no
obstante debemos decir que la razón principal por la cual las personas
los confunden es porque los detectores funcionan con sensores en su
sistema. Para que podamos entender de una manera mucho más clara
podemos decir que por ejemplo, si tenemos un detector de metales, el
cual nos ayuda a encontrar todo tipo de material metálico, debemos
decir que le mismo puede hacer este trabajo gracias a que posee
sensores metálicos que le avisan al sistema del detector en qué lugar se
encuentra el metal para que éste lo detecte específicamente en el lugar.
Es por eso que vemos como a medida que un detector de metales se
acerca al elemento en cuestión, una alarma comienza a sonar cada vez
más fuertes; esa es la alarma del sensor.
A. Detectores de ultrasonidos.
Los detectores de ultrasonidos resuelven los problemas de detección de
objetos de prácticamente cualquier material. Trabajan en ambientes
secos y polvorientos. Normalmente se usan para control de
presencia/ausencia, distancia o rastreo.
B. Interruptores básicos
Se consiguen interruptores de tamaño estándar, miniatura, subministra,
herméticamente sellados y de alta temperatura. Los mecanismos de
precisión se ofrecen con una amplia variedad de actuadores y
características operativas. Estos interruptores son idóneos para
aplicaciones que requieran tamaño reducido, poco peso, repetitividad y
larga vida.
D. Interruptores manuales
Estos son los sensores más básicos, incluye pulsadores, llaves,
selectores rotativos y conmutadores de enclavamiento. Estos productos
ayudan al técnico e ingeniero con ilimitadas opciones en técnicas de
actuación y disposición de componentes.
E. Productos encapsulados
Diseños robustos, de altas prestaciones y resistentes al entorno o
herméticamente sellados. Esta selección incluye finales de carrera
miniatura, interruptores básicos estándar y miniatura, interruptores de
palanca y pulsadores luminosos.
F. Productos para fibra óptica
El grupo de fibra óptica está especializado en el diseño, desarrollo y
fabricación de componentes optoelectrónicas activos y sub montajes
para el mercado de la fibra óptica. Los productos para fibra óptica son
compatibles con la mayoría de los conectores y cables de fibra óptica
multimodo estándar disponibles actualmente en la industria.
G. Sensor infrarrojo
La optoelectrónica es la integración de los principios ópticos y la
electrónica de semiconductores. Los componentes optoelectrónicas son
sensores fiables y económicos. Se incluyen diodos emisores de
infrarrojos (IREDs), sensores y montajes.
L. Sensores de humedad
Los sensores de humedad relativa/temperatura y humedad relativa están
configurados con circuitos integrados que proporcionan una señal
acondicionada. Estos sensores contienen un elemento sensible
capacitivo en base de polímeros que interacciona con electrodos de
platino. Están calibrados por láser y tienen una intercambiabilidad de
+5% HR, con un rendimiento estable y baja desviación.
M. Sensores de posición de estado sólido
Los sensores de posición de estado sólido, detectores de proximidad de
metales y de corriente, se consiguen disponibles en varios tamaños y
terminaciones. Estos sensores combinan fiabilidad, velocidad,
durabilidad y compatibilidad con diversos circuitos electrónicos para
aportar soluciones a las necesidades de aplicación.
O. Sensores de temperatura
Los sensores de temperatura se catalogan en dos series diferentes: TD
y HEL/HRTS. Estos sensores consisten en una fina película de
resistencia variable con la temperatura (RTD) y están calibrados por
láser para una mayor precisión e intercambiabilidad. Las salidas lineales
son estables y rápidas.
P. Sensores de turbidez
Los sensores de turbidez aportan una información rápida y práctica de la
cantidad relativa de sólidos suspendidos en el agua u otros líquidos. La
medición de la conductividad da una medición relativa de la
concentración iónica de un líquido dado.
Q. Sensores magnéticos
Los sensores magnéticos se basan en la tecnología magnetoresisitiva
SSEC. Ofrecen una alta sensibilidad. Entre las aplicaciones se incluyen
brújulas, control remoto de vehículos, detección de vehículos, realidad
virtual, sensores de posición, sistemas de seguridad e instrumentación
médica.
R. Sensores de presión
Los sensores de presión están basados en tecnología piezoresistiva,
combinada con micro controladores que proporcionan una alta precisión,
independiente de la temperatura, y capacidad de comunicación digital
directa con PC. Las aplicaciones afines a estos productos incluyen
instrumentos para aviación, laboratorios, controles de quemadores y
calderas, comprobación de motores, tratamiento de aguas residuales y
sistemas de frenado.
S. Sensores de Movimientos:
Este tipo de sensores es uno de los más importantes en robótica, ya que
nos da información sobre las evoluciones de las distintas partes que
forman el robot, y de esta manera podemos controlar con un grado de
precisión elevada la evolución del robot en su entorno de trabajo
Sensores de deslizamiento:
Este tipo de sensores se utiliza para indicar al robot con que fuerza ha
de coger un objeto para que este no se rompa al aplicarle una fuerza
excesiva, o por el contrario que no se caiga de las pinzas del robot por
no sujetarlo debidamente.
Su funcionamiento general es simple, ya que este tipo de sensores se
encuentran instalados en el órgano aprehensor (pinzas), cuando el robot
decide coger el objeto, las pinzas lo agarran con una determinada fuerza
y lo intentan levantar, si se produce un pequeño deslizamiento del objeto
entre las pinzas, inmediatamente es incrementada la presión le las
pinzas sobre el objeto, y esta operación se repite hasta que el
deslizamiento del objeto se ha eliminado gracias a aplicar la fuerza de
agarre suficiente.
T. Sensores de Velocidad:
Estos sensores pueden detectar la velocidad de un objeto tanto sea
lineal como angular, pero la aplicación más conocida de este tipo de
sensores es la medición de la velocidad angular de los motores que
mueven las distintas partes del robot. La forma más popular de conocer
la velocidad del giro de un motor, es utilizar para ello una dinamo
tacométrica acoplada al eje del que queremos saber su velocidad
angular, ya que este dispositivo nos genera un nivel determinado de
tensión continua en función de la velocidad de giro de su eje, pues si
conocemos a que valor de tensión corresponde una determinada
velocidad, podremos averiguar de forma muy fiable a qué velocidad gira
un motor. De todas maneras, este tipo de sensores al ser mecánicos se
deterioran, y pueden generar errores en las medidas.
Existen también otros tipos de sensores para controlar la velocidad,
basados en el corte de un haz luminoso a través de un disco perforado
sujetado al eje del motor, dependiendo de la frecuencia con la que el
disco corte el haz luminoso indicará la velocidad del motor.
U. Sensores de Aceleración:
Este tipo de sensores es muy importante, ya que la información de la
aceleración sufrida por un objeto o parte de un robot es de vital
importancia, ya que si se produce una aceleración en un objeto, este
experimenta una fuerza que tiende ha hacer poner el objeto en
movimiento.
Supongamos el caso en que un brazo robot industrial sujeta con una
determinada presión un objeto en su órgano terminal, si al producirse un
giro del mismo sobre su base a una determinada velocidad, se provoca
una aceleración en todo el brazo, y en especial sobre su órgano
terminal, si esta aceleración provoca una fuerza en determinado sentido
sobre el objeto que sujeta el robot y esta fuerza no se ve contrarrestada
por otra, se corre el riesgo de que el objeto salga despedido del órgano
aprehensor con una trayectoria determinada, por lo que el control en
cada momento de las aceleraciones a que se encuentran sometidas
determinadas partes del robot son muy importantes.
VIII. CONCLUSIONES.
Estos son solo algunos de los sensores más comúnmente usados en
robótica debido a su practicidad y bajo costo.
Existen muchos otros un poco más sofisticados, como ser los
transmisores y receptores ultrasónicos, con los cuales se pueden
construir sistemas de sonar muy útiles a la hora de detectar objetos a
distancia y así poder esquivarlos sin necesidad de tomar contacto con
ellos.
IX. BIBLIOGRAFIA.
EN LAS CONSTRUCCIONES
EL PROBLEMA
Los campos electromagnéticos son rara vez tenidos en cuenta como factores
de contaminación en el área de la construcción, pese a las evidencias de sus
efectos sobre la vida y, en especial, sobre la salud humana.
Toda corriente eléctrica produce campos magnéticos y todo campo magnético
variable induce campos eléctricos. Sin embargo, un campo magnético estático
puede producir una corriente eléctrica en un cuerpo si éste se mueve a través
del campo.
De esa forma los campos magnéticos artificiales, mucho más intensos que los
naturales, pueden alterar los procesos biológicos. La abundancia de artefactos
eléctricos y aparatos electrónicos, así como los medios de transmisión de
electricidad y radiofrecuencias, han hecho de nuestra civilización tecnológica
un pandemónium de campos electromagnéticos de todo tipo. Los continuos
avances tecnológicos hacen que la incidencia de este tipo de contaminación
vaya en aumento.
La tecnología genera campos electromagnéticos en todas las frecuencias e
intensidades. Después de largas polémicas, investigaciones realizadas en todo
el mundo han demostrado que las alteraciones biológicas debidas a la acción
de campos electromagnéticos artificiales intensos, tanto de alta frecuencia
(antenas de radio, TV, microondas, radar, etc.) como de baja frecuencia (líneas
de alta tensión, pantallas de televisores y computadoras, transformadores, etc.)
pueden producir cambios en la temperatura corporal, desequilibrio en los
electrolitos de la sangre, dolor muscular en las articulaciones, dificultad en la
percepción de los colores, fatiga, inapetencia, disfunciones en el sistema
nervioso central, estrés, disminución de la cantidad de plaquetas en la sangre,
etc..
Los campos electromagnéticos débiles como los generados por una instalación
eléctrica de 220 V y 50 Hz, pueden provocar tensión nerviosa y alterar el
equilibrio de grasas y colesterol en la sangre, aumentar la producción de
cortisona y subir la presión sanguínea, lo que puede desembocar en trastornos
cardiacos, renales, gastrointestinales, nerviosos y otros.
Las radiaciones electromagnéticas de baja intensidad que emiten los aparatos
eléctricos, así como los provenientes de una mala instalación eléctrica en
viviendas o lugares de trabajo, pueden tener una incidencia desfavorable en el
desarrollo de cáncer, afectar las funciones reproductoras, provocar alergias y
depresiones.
LAS PRUEBAS
Diversas investigaciones indican un aumento de las tasas de mortalidad por
leucemia en profesionales relacionados con el trabajo en campos
electromagnéticos y en niños que habitan casas cercanas a tendidos de alta
tensión.
El gobierno de Suecia, basándose en las investigaciones de Lenmart
Tomenius, ha reconocido en su legislación la incidencia de los campos
electromagnéticos generados por las líneas de alta tensión en la estadística de
los casos de leucemia infantil.
En 1974, a raíz de las investigaciones de V. P. Korobkova, la Unión Soviética
dicta una ley según la cual las líneas de alta tensión que generen campos de m
s de 25 Kv/m deben situarse a una distancia mínima de 110 metros de cada
edificación.
En Alemania, el ingeniero Egon Eckert probó que la mayoría de los casos de
muerte súbita de lactantes se produce en la cercanía de vías electrificadas,
emisoras de radio, radar o líneas de alta tensión.
En 1979 la epidemióloga estadounidense Nancy Whertheimer provocó un
escándalo al evidenciar estadísticamente que la mayoría de los hogares de
Denver donde residían niños afectados de cáncer estaban expuestos a fuertes
campos electromagnéticos provenientes de los transformadores y líneas
primarias del tendido eléctrico callejero.
También se ha detectado una mayor incidencia de nacimientos de niños con
malformaciones en hijos de trabajadores en unidades de conmutación eléctrica,
así como abortos y alteraciones de la gestación ligados al uso de mantas
eléctricas y computadoras.
La Universidad de Heidelberg, Alemania, ha demostrado que los cables
eléctricos de 220 voltios y 50 Hz instalados en viviendas generan campos que
elevan la presión parcial de oxígeno en la sangre, así como los valores del
hematocrito.
Teniendo en cuenta que la actividad eléctrica cerebral del ser humano
manifiesta una periodicidad que va de 14 a 50 Hz en el estado de conciencia
de vigilia y entre 8 y 14 si se está relajado, se deduce que un campo externo
de 50 Hz como el de la red eléctrica común puede inducir estados de
nerviosidad o como se le ha dado en llamar “electroestrés”.
En Argentina, un trabajo de investigación exhaustivo en este campo ha sido
llevado a cabo por el CONICET. En un informe publicado por el Centro de
Divulgación Científica de la Facultad de Farmacia y Bioquímica, el Prof. Adolfo
Portela (autor de un manual del Ministerio de Salud y Acción Social sobre las
normas vigentes en cuanto a exposición a radiofrecuencias) declara que la
zona de mayor riesgo en el rango de radiofrecuencias est entre los 30 y los
300 megahertz, la m s utilizada en enlaces de telecomunicación de corta
distancia, las emisoras de TV y FM y la telefonía celular. La exposición severa
a estas radiaciones afecta principalmente la vista, el sistema nervioso central,
el hígado y las glándulas de secreción interna. Actualmente se pretende bajar
la potencia de estas emisiones aumentando la sensibilidad de las antenas.
CAUSAS Y SOLUCIONES
Los electrodomésticos
Distintos aparatos, tanto en el hogar como en la oficina pueden estar afectando
la salud de quienes cotidianamente resultan expuestos a sus radiaciones
electromagnéticas. Esto se ve agravado por la mala calidad de sus
transformadores internos. El radio-despertador es uno de ellos, en especial por
la larga exposición (8 horas) y la cercanía a nuestras cabezas, produciendo
insomnios, dolores de cabeza, pesadillas, fatiga matinal. La distancia de
seguridad aconsejada es de por lo menos 1 m, aunque lo mejor sería prescindir
de ellos o cambiarlos por similares a pilas.
Los hornos de microondas son objeto de fuertes controversias. El generador de
microondas crea un fuerte campo electromagnético que puede perjudicar la
salud de quien trabaja continuamente en las cercanías de estos aparatos en
funcionamiento, en lugares tales como bares, restaurantes, pizzerías y
supermercados. Pero el mayor peligro radica en la posible fuga de emisiones
de microondas, lo que exige el control periódico del cierre del horno. Un horno
cuyo sistema de desconexión automático falle en el momento de ser abierto por
un niño, si se encuentra a la altura de sus ojos, puede provocarle la ceguera
inmediata.
Artefactos de iluminación
Pese a las ventajas energéticas de los tubos fluorescentes, la habitual mala
calidad en las reactancias permite la formación de campos electromagnéticos
importantes. Por ello, para grandes instalaciones se aconseja centralizar las
reactancias en un gabinete metálico común y alejado de las personas. Por otro
lado, por ser este tipo de luz pulsante, aunque no nos demos cuenta, se
desaconseja su uso en lugares que requieren de atención visual, como tableros
de dibujo o talleres. La vibración de la luz puede compensarse montando tres
tubos juntos conectados a fases distintas. El campo electrostático que emiten
los tubos fluorescentes puede corregirse apantallando los tubos con una rejilla
metálica y conectándola a tierra. En general se aconseja que la distancia entre
un tubo fluorescente y las personas sea de 1,5 m.
Las lámparas incandescentes, de menor rendimiento que las fluorescentes,
carecen en cambio de efectos electromagnéticos perniciosos, aunque su
instalación defectuosa puede producir campos eléctricos bastante fuertes. Para
evitarlo hay que verificar que el interruptor al apagarse interrumpa la fase y no
solamente el neutro.
Los transformadores asociados a lámparas halógenas o dicroicas son también
una importante fuente de campos electromagnéticos, por lo que se aconseja
alejar estos transformadores de las personas que trabajan bajo este tipo de
iluminación o centralizar la instalación.
Los transformadores
En general todo transformador irradia un campo electromagnético que puede
resultar nocivo para las personas que se hallen en sus cercanías en tiempos
prolongados. Lo ideal es utilizar transformadores toroidales, que tienen mayor
rendimiento, menor consumo y mínima contaminación electromagnética.
BIBLIOGRAFIA
Vivir en casa sana, Mariano Bueno, Ed. Martínez Roca.
El gran libro de la casa sana, Mariano Bueno, Ed. Martínez Roca.
Edificación Solar Biológica, Pierre Robert Sabady, Ed. CEAC.
The Nontoxic Home & Office, Debra Lynn Dadd, Tarcher Inc.
Efectos biológicos de los campos electromagnéticos de frecuencia baja,
artículo de la Revista de la Asociación Española de Medicina del Trabajo.