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por ello, que el recorrido que se ha de realizar para mostrar la naturaleza y alcance
Los hábitos, tal como los expone Tomás de Aquino, son aquellas cualidades que
con el Aquinate, los hábitos al ser disposiciones que se ordenan hacia la naturaleza
del sujeto lo perfeccionan y lo orientan al alcance de su fin 2, así los hábitos son
alcance de su definición y establecen una relación entre el intelecto del sujeto y las
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esta disposición innata que surge luego de las primeras experiencias sensibles del
en que son adquiridos por parte del sujeto, estos son: los hábitos adquiridos, los
hábitos infusos, los hábitos entitativos y los hábitos innatos. Los hábitos adquiridos,
son aquellos que nacen de las operaciones del sujeto, estas operaciones dan lugar
virtudes; los hábitos infusos, son la fe, la esperanza y la caridad. El hábito entitativo
es la gracia.
Los hábitos innatos son aquellos que se dan a priori, el lugar en el que estos se
medida en que se ejerce una operación, estos, tal como o expone Juan Fernando
acuerdo con el filósofo español Mario José Posada “por ser innatos, los hábitos
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estado nativo como tabula rasa —o como potencia espiritual pasiva—, sino en el
intelecto agente (en tanto que se convierte con el acto de ser humano)6”
su tema es la esencia humana; el hábito de los primeros principios tiene como tema
la advertencia y conocimiento del acto de ser extra mental o acto de ser del universo,
propio ser8; de acuerdo con ello, mientras más digno y superior sea el modo de
en que la sabiduría se define como el juicio que se realiza de acuerdo con las
por su esencia" (De Veritate, q. 10, a. 8); "La mente tiene conocimiento habitual de sí por el que
conoce que existe" (ibíd., ad 1)
9 Cfr. Sellés, J. El hábito de la sabiduría según Leonardo Polo. Pamplona. Studia Poliana n°3.
2001. P.77
10 Tomás de Aquino, Suma de Teología. II-II, q 19, a 7.
11 Tomás de Aquino, Suma de Teología. II-II, q 45, a 1.
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saber, mediante la luz del entendimiento agente.”12 Razón de ello que se considere
conocimiento del acto de ser propio del sujeto en la medida en que esta juzga desde
Aquino permite responder a los grandes temas nucleares del pensamiento humano,
palabras del aquinate, la sabiduría es la visión del principio, la cual viene dada por
mientras que, desde el punto de vista práctico, la sabiduría, al ser el correcto juicio
destinada a la sabiduría, y la inferior, a la ciencia. Pero la razón superior, dirige su atención a las
razones supremas, es decir, las divinas, y busca examinarlas y consultarlas. Examinarlas, en
cuanto contempla en ellas lo divino; consultarlas, en cambio, en cuanto que juzga lo humano por lo
divino, dirigiendo las acciones humanas con reglas divinas.
15 Cfr. Sellés, J. El hábito de la sabiduría según Leonardo Polo. p. 73
16 Tomás de Aquino, Suma de Teología. II-II, q 45, a 3. “la sabiduría incumbe, primero, la
contemplación de las cosas divinas, que es la visión del principio; después, dirigir los actos
humanos en conformidad con las razones divinas. Sin embargo, de esa dirección de la sabiduría
sobre los actos humanos no se sigue amargura o trabajo; antes bien, la amargura se trueca en
dulcedumbre y el trabajo en descanso.”
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De acuerdo con las interpretaciones de filósofos contemporáneos como Juan
Fernando Sellés, José Ignacio Murillo, Salvador Pía Tarazona y Leonardo Polo, para
intencionalidad como esta referencia del objeto que se conoce al concepto que de
del sujeto17, ello quiere decir que “el conocimiento que se da por medio de la
pensadores como Leonardo Polo y Juan Fernando Sellés como un conocer que no
se conmensura con el acto de ser personal, puesto que este no puede ser sujeto de
abstracción, ya que el acto de ser propio del sujeto le viene dado de forma innata19
por el entendimiento agente, de ello resulta que se pueda pensar que el hábito de
la sabiduría, siguiendo a Leonardo Polo, como una especie de luz transparente que
pone de manifiesto que el acto de ser de la persona no es algo que pueda ser
poseído, porque este no es algo acabado20, ello quiere decir que, de acuerdo con
en acto antes de que abstraiga de los fantasmas. Y tampoco puede tener conocimiento habitual de
cosas distintas a sí, a saber, de las que no están en él mismo antes de la abstracción predicha, por
el hecho de que las especies de los otros inteligibles no le son innatas. Pero su esencia le es
innata, de modo que no tiene necesidad de adquirirla de los fantasmas [...]. Y por eso, la mente,
antes de que abstraiga de los fantasmas, tiene noticia habitual de sí, por la cual puede percibir que
existe”
20 Cfr. Polo, L. Antropología Trascendental Tomo I: La Persona Humana. p. 128
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Polo, “el hábito de la sabiduría se describe como actuosidad insistente en la
transparencia del intelecto personal en tanto que esa insistencia no tiene nada que
Ello implica que la sabiduría no es conocimiento que ilumine el acto de ser del
sujeto cual faro que le indica a los navegantes que la costa está cerca o le advierte
con su luz aquello que se encuentra en el camino, lo que quiere decir Polo con su
este conocer como es una mirada desde el intelecto agente hacia el acto de ser
personal y el acto de ser divino tal como lo plantea Tomás de Aquino, no de forma
Es importante aclarar que, al ser el acto de ser divino y personal el tema del
hábito de la sabiduría implica que este conoce aquello que es superior a él, por lo
primordial humana”23.