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UNIVERSIDAD NACIONAL DE CÓRDOBA

FACULTAD DE FILOSOFÍA Y HUMANIDADES


ESCUELA DE LETRAS

HISTORIA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

2018
UNIDAD 1

- Alonso-Cortés Manteca, Ángel (2008) “La clasificación de las lenguas y el origen del lenguaje”. Parte I.
En: Lingüística. Madrid. Cátedra. Págs. 477-513. En: http://eprints.ucm.es/7827/1/alonsocortes_X.pdf
- Bravo García, E. (2011) “El español internacional: valoración actual y usos específicos”. En: Variación
lingüística y contacto de lenguas en el mundo hispánico, págs. 49-71.
- Apunte de cátedra: Cuadro de fonemas y alófonos del español.
- Klee, C. y A. Lynch (2009) El español en contacto con otras lenguas. Washington. Georgetown
University Press. Págs. 1-26.
- Lois, E. (1987) “Modelos de cambio lingüístico. Nuevas tendencias en lingüística histórica. Evaluación
de los aportes teóricos y de su aplicación en investigaciones concretas.” Buenos Aires. Informe
CONICET.
EL ESPAÑOL INTERNACIONAL:
VALORACIÓN ACTUAL Y USOS ESPECÍFICOS
EVA BRAVO GARCÍA
Universidad de Sevilla

El español internacional es una modalidad de uso actual que tiene su ámbito de aplicación y
difusión preferente en el extenso mundo de las comunicaciones y en otros escenarios
profesionales, como la enseñanza de la lengua española y el diseño de programas educativos.
Cumple en ellos una función específica y actúa como factor de homogenización e
intercomunicación. Para conseguir sus objetivos, necesita desarrollar unos criterios de
selección y de estandarización que sean aceptados por amplios grupos sociales y que le
permitan afrontar las necesidades de inmediatez comunicativa y alcance general, frente a la
pluralidad lingüística de los receptores.
La difusión y el calado social que tienen hoy estos medios de comunicación es tal que hace
que esta modalidad llegue a un buen numero de usuarios de la legua española, inserta en una
variedad de productos que interesan a hablantes de todos los niveles sociolectales. Por ello, es
interesante reflexionar acerca de los usos específicos que hoy se asignan a esta modalidad y
cuál es la valoración que cosecha, lo que permitirá ponderar tanto su proyección de futuro
como posibles espacios nuevos de actuación.

1. El "español internacional" en el marco de la lengua española.

El español es hoy una lengua de proyección internacional, reconocida y valorada tanto por el
número de hablantes que la respalda como por la comunidad cultural que la sustenta. En estos
momentos -en los que nos aproximamos a los 400 millones de hablantes- su expansión
prestigiosa es evidente. La geografía del español está formada por un grupo de países que
integra al 98,7% de sus hablantes, que se extienden por el continente americano desde los
Estados Unidos hasta el Cono Sur. El resto se encuentra al otro lado del océano Atlántico,
donde es lengua oficial en España y Guinea Ecuatorial.
En el caso de la Península Ibérica, los últimos decenios muestran una disminución del
número de habitantes para los que el español es su única lengua. La causa fundamental hay
que buscarla en las políticas lingüísticas autonómicas que tienen como finalidad impulsar las
lenguas de sus respectivas regiones en las edades más tempranas y en los niveles iniciales de
enseñanza. En este sentido los datos del último Censo del año 2001 indican que un 41 % de la
población nacional vive en zonas donde hay otras lenguas propias; en ellas, un 42,1% domina
esa otra lengua (la entiende, la sabe leer y escribir), con márgenes muy amplios entre el 56%
de gallegos que se dicen bilingües y el 23% para navarros y valencianos. Si a estos datos se
suman los que la entienden y hablan, la cifra de individuos que se pueden comunicar
verbalmente en una lengua que no es el español sube al 63,6%.
Será interesante cotejar esta situación con los datos que ofrezca el próximo censo, pero todo
hacer prever un aumento de los hablantes "bilingües", pues las actuales políticas lingüísticas
no favorecen una expansión del español ni una situación lingüística equitativa en las
autonomías que reconocen otra lengua.1 Esta situación no tiene paralelismo en
Hispanoamérica, donde los hablantes de español son ampliamente mayoritarios: superan el
99% en Argentina, Chile, Colombia, Cuba, El Salvador y Honduras. Sólo baja del 90% en
Bolivia (87,9%), Guatemala, (86,4%), Perú (82,8%) y Paraguay (63%). Por el contrario, en
España es lengua de uso habitual para un 74%, sólo algo superior al 67,6% de Guinea
Ecuatorial.2

1
Un panorama actual de la situación lingüística peninsular puede encontrarse en Herreras (2006).
2
Los datos que se manejan son resultado del cotejo de distintas fuentes, entre ellas Ethnologue, Agencia EFE,
A lo largo de esta geografía, el español no es simplemente una lengua oficial o comercial,
sino lengua materna, con lo que ello implica en los procesos de transmisión cultural y
lingüística -sin perjuicio para otras lenguas autóctonas que en cada caso son reconocidas y, en
mayor o menor medida, impulsadas. De ahí que en muchas ocasiones no pueda ser
comparable el número de hablantes de español y el de otras lenguas ampliamente extendidas
como el inglés, pues muchos de los hablantes de ésta lo son en determinado ámbito
profesional o social, pero en modo alguno es para ellos una lengua que alimente su cultura e
intereses, que explique su mundo y sus creencias. El elevado índice de comunicatividad del
español y la magnitud de sus nexos culturales se ha puesto de relieve en las últimas décadas,
captando la atención de nuevos ámbitos profesionales y desarrollos de mercado; estos
factores hacen hoy de la lengua española uno de los idiomas prioritarios en el aprendizaje de
una segunda lengua, pues son más de 60 millones de personas las que lo aprendido en todo el
mundo (Ethnologue 2005:560).
Más que los grandes flujos migratorios o un espectacular aumento de la natalidad, son las
sociedades modernas y el uso de los medios de comunicación que ellas han propiciado los
principales agentes de la expansión de un idioma que ofrece hoy numerosas oportunidades de
proyección social. Por todo ello, interesa considerar la importancia del español no sólo a
partir de la tasa de población, sino de la internacionalización de esta lengua como efecto
derivado de su rango cultural y de las demandas que se generan en estas sociedades
avanzadas.

2. Un español con matices.

La lengua es un hecho inseparable de la evolución social de un pueblo y se convierte en


espejo de sus historias y acciones, proyectando una imagen de dicha comunidad fuera de sus
fronteras; por ello el nombre de una lengua en modo alguno es un asunto menor para sus
hablantes. En torno al término que la designa se agolpan sentimientos, matices, relevancias
que determinan la aceptación o rechazo de un nombre que, pese a que inicialmente sólo tenía
un valor descriptivo o se limitaba a marcar una procedencia, acaba siempre levantado
reacciones y creando expectativas. Esta polémica parece afectar a la mayoría de las lenguas
con cierto recorrido histórico y puede llegar a tal punto que en ocasiones parece que el
nombre es tanto o más importante que la propia lengua.
En el caso de la modalidad que nos ocupa, muchas de las designaciones que van apareciendo
obedecen precisamente al deseo de esquivar las connotaciones que ha ido adquiriendo otra
previamente usada, desplegándose cada una en una curiosa variedad de matices, empezando
por el propio nombre del idioma (castellano o español). Prácticamente en todos los casos que
se señalan a continuación, alterna el uso de castellano o español -y en menor medida latino-,
atribuyéndoles connotaciones diferentes utilizadas para decantarse por u otro. En estas
preferencias intervienen matices socio-nacionales, la percepción respecto a la vinculación
histórica con la antigua metrópoli y los sentimientos, a veces encontrados, que esta herencia
suscita. Sin embargo, todas las designaciones que se manejan, focalizan una visión del
español entendido más que nunca como vehículo de expresión de un mundo cultural que,
trascendiendo su cuna peninsular originaria, se identifica con una comunidad lingüística
amplia y centrada en el continente americano. De esta forma, se genera un incuestionado
concepto de hispanidad vertebrado por una lengua común.

2.1. De lo común hacia lo global.

INE (España), cuyas referencias se indican en la bibliografía.


El uso de los términos español panhispánico, panespañol o español global incide en la
consideración de una modalidad que puede ser universalmente válida para todos los usuarios
de la lengua española, sobrepasando las fronteras nacionales. Este tipo de designaciones
destaca el carácter supranacional: es un español de todos, que vale para todos los actos
comunicativos entre hablantes de distintas procedencias geográficas o sociales, seleccionando
rasgos que desplazan el eje lingüístico del modelo peninsular para acercarlo a las formas
hispanoamericanas, a las que se les da un nuevo rango de influencia en el modelo común. En
señalar esta noción plural coinciden diversos autores, como rasgo esencial de la unidad y la
diversidad del español:

La pluralidad de normas en español (normas entendidas como modelos de hablar culturalmente el


español) se ha tenido en cuenta a la hora de elaborar la normativa que nos ofrece el Diccionario
panhispánico de dudas, recientemente publicado.
La norma, entendida ahora como conjunto de reglas, se basa tanto e el español europeo como en
la lengua española desarrollada en el continente americano, lo que hace, por fin, que nuestra
mirada sea panhispánica y no específica de un solo modelo (Aleza 2006:32).

Español panhispánico parece una designación redundante, pero el uso de este adjetivo sólo
quiere oponer esta modalidad a los usos nacionales del español y sobrepasar las tradicionales
distinciones dialectales del tipo "español de España" frente a "español de América".
Panhispánico es, por otra parte, el adjetivo utilizado en documentos de organismos oficiales
como la Real Academia de la Lengua y el Instituto Cervantes. Está incluido en el título del
Diccionario Panhispánico de Dudas (DPD) de la RAE, que define este adjetivo como
'perteneciente o relativo a todos los pueblos que hablan la lengua española' (DRAE).
En la concepción académica, la norma panhispánica está vinculada al hablante culto y aunque
recomienda el conocimiento de todas las variedades del español, puntualiza que

en última instancia, sólo el dominio del registro culto formal que constituye la base de la norma y
el soporte de la transmisión del conocimiento, permite a cada individuo desarrollar todo su
potencial en el seno de la comunidad. Por esa razón, todas las recomendaciones que aquí se
expresan deben entenderse referidas al ideal de máxima corrección que representa el uso culto
formal (DPD 2005).

La Academia insiste en el carácter normativo del estándar culto, el cual puede no


corresponder con el que se utiliza en el mundo mediático, pues muchas necesidades de
comunicación en este ámbito son novedosas y elementos recientemente incorporados aún no
han sido testados en el uso culto. De otra parte, en el español de los medios se acogen
variantes nacionales, siempre que no sean muy marcadas y no produzcan algún tipo de
rechazo en otro sector del público. En conclusión, el uso que la Academia y los medios hacen
del término panespañol no es exactamente sinónimo, aunque la aspiración básica sea en
esencia la misma. En todo caso, en el uso mediático el panespañol no es un modelo en el que
todo lo español cabe, sino sólo aquello que es común, que une y vincula, aquello que tiene
referente en la dilatada cultura que ha brotado de la lengua española; en ese sentido es un
factor que potencia la unidad defendida por esta veterana institución.
En el ámbito de la enseñanza de lenguas, algunas instituciones también usan el adjetivo
panhispánico. En el año 2004 el Instituto Cervantes firmó con la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM) un acuerdo para establecer en este centro un Diploma
Panhispánico de Español, con el fin de ofrecer una titulación de validez general en el ámbito
internacional y con sede en el continente americano. El uso del término panespañol revela ya
el deseo de ambas instituciones de enseñar y promover un español válido para todo los países
americanos y especialmente en el uso internacional de nuestra lengua. El proyecto debe
cumplir el requisito previo –como consta en la documentación del Instituto Cervantes- de
"definir los instrumentos de medición de la competencia lingüística en español como lengua
extranjera con un criterio panhispánico".
La denominación español global se crea por analogía a muchas otras que también contienen
este adjetivo desde que se popularizara la expresión aldea global de Marshall McLuhan; de
aquí economía global, política global, mercado global, etc., con la que se resalta sobre todo
la proyección mundial del sustantivo al que acompaña. En ocasiones se usa en este mismo
sentido, pero con menor frecuencia, español universal o español mundial.
El adjetivo global está también vinculado con una idea de progreso y su amplio uso
comunicativo internacional, que no es sólo reciente ni obedece a un proceso de colonialismo
económico, sino a una asentada identidad entre lengua, cultura y nación:

... es en Hispanoamérica donde el español ha llegado a ser incuestionablemente una ideología de


progreso.
[...] esta ideología de progreso le viene al español de su condición de lengua internacional. Por
supuesto, cuando una lengua internacional (esto es, inter-nacional: que se habla por varias
naciones) funciona, además, como lengua puente , como instrumento de comunicación válido para
intercambios científicos o comerciales entre cualesquiera seres humanos, su condición de lengua
de progreso se hace aún más patente y sus defensores pasan a considerarla lengua global (López
García 2007:41).

2.2. El valor de lo internacional.

Español (o castellano) internacional es una etiqueta que incide en el carácter vinculante de la


lengua compartida por todos los países de habla hispana, una modalidad que trasciende las
características del país propio y, eliminando lo local o rural, hace posible un uso no marcado
en cualquiera de los territorios de habla hispana. Se resalta la internacionalidad como una
virtud, un valor a favor de la difusión y la mejor aceptación de los productos que la
contemplan, al tiempo que se garantiza una comprensión general y un escaso índice de
rechazo.
Esta denominación es la que cuenta con una implicación comercial más directa. La lengua es
un bien económico que repercute en beneficios si se dan ciertas condiciones de mercado.
Constituye un patrimonio inherente a una comunidad social que no sólo no se agota con su
uso, sino que aumenta su valor cuanto más se utiliza y difunde. Su repercusión ha llamado la
atención de expertos del ámbito económico, que reclaman un mayor conocimiento de
predicciones sobre el español en la publicidad, las comunicaciones, la administración y la
educación, que permitan medir el impacto del español como valor económico:

La defensa del español como idioma franco, por el impresionante número de sus hablantes,
por su deseable presencia en los organismos internacionales y por su potencial aptitud como
medio de comunicación en la ciencia y la técnica, necesita el conocimiento lo más preciso
posible del significado económico de cuantas actividades humanas se desarrollan bajo la
necesaria presencia de la lengua española (Martín Municio 2003:13).

De la mano de la globalización, las lenguas más difundidas en los últimos años son vistas
como un valor de cambio y como agentes de producción, es decir, como activos
socioeconómicos que dan recursos y potencian la riqueza de sus usuarios. Aumentar la
difusión de una lengua revierte en una mejora del mercado económico, que no ve
desperdigado sus esfuerzos orientando sus producciones en idiomas diversos, con el
consiguiente ahorro en el coste económico y una clara mejora en la viabilidad.
La competencia internacional de la lengua es un reto en el mundo de la traducción oral y
escrita, pues la elección de un término u otro, una construcción morfológica o una entonación
marcada provocan malentendidos o, cuando menos, enajenan el significado de un acto
comunicativo. Garantizar una comprensión correcta por encima de las barreras nacionales y
sociales es la baza que juegan las importantes empresas de traducción, conscientes de que
ofrecer una redacción unívoca es un reto factible en un idioma tan rico y plural como el
español.
Este concepto de un español internacional tiene gran viabilidad en la enseñanza y aprendizaje
de la lengua y satisface el deseo de los aprendices de obtener una competencia lingüística que
no esté labrada en exceso con marcas nacionales. La denominación español general que
sugiere Francisco Moreno coincide básicamente con estos usos:

Hay profesores y estudiantes que buscan un modelo de "español general" –decididamente


preferimos general a estándar-, un modelo lo más general posible, una norma lingüística
abarcadora. El referente, desde tal posición, podría estar en ese español de las películas de Walt
Disney (español de Disneylandia) o de la CNN que, siendo de muchos lugares, en todos se
entiende sin que las diferencias se aprecien como extrañas (Moreno Fernández 2000:81).

2.3. El uso del adjetivo "neutro".

Español (o castellano) neutro, acento neutro o simplemente neutro, son términos muy
utilizados en el continente americano, especialmente en los países lingüísticamente más
“marcados”, donde con frecuencia la competencia en esta modalidad "neutra" llega a
convertirse en requisito obligatorio para los profesionales de la comunicación y de la
telemercadotecnia. En estos casos neutro significa ausencia total de marca, por lo tanto
manejar ese estilo implica garantizar la ausencia de rasgos nacionales o locales, que son
considerados como interferencias indeseadas en la promoción de los productos y personajes
del mundo mediático (locutores, actores, traductores, etc.).
El neutro no muestra indiferencia ante los rasgos propios nacionales, regionales o locales,
pero sí un afán de superación pues las peculiaridades que vinculan al origen pueden suponer
una limitación real en la práctica profesional; por consiguiente, se establece en estos países
una frontera nítida entre el discurso nacional y el considerado internacional. Todo ello puede
repercutir en el proyección del profesional de los medios tanto dentro como fuera de su
patria, o en el funcionamiento en el mercado de un determinado producto.3 Por eso es muy
frecuente el uso de este adjetivo precisamente en países con rasgos lingüísticos característicos
o que se perciben más singularizados respecto a la norma estándar general, como Argentina,
Chile, Uruguay, etc.
En el caso de Argentina el uso de (español) neutro es tan general, que el hablante popular
llega a entender con frecuencia que neutro es simplemente "lo no argentino". Los distintos
gobiernos de este país han respaldado el uso de esta modalidad, hasta el punto de que una
Ley de 1986 avala la conveniencia del doblaje a idioma castellano neutro ofreciendo
exención de impuestos a los productos que se adecuen a este procedimiento:

El doblaje para la televisión de películas y/o tapes de corto o largo metraje, la presentación
fraccionada de ellas con fines de propaganda, la publicidad, la prensa y las denominadas series
que sean puestas en pantalla por dicho medio y en los porcentajes que fija esta ley, deberá ser
realizado en idioma castellano neutro, según su uso corriente en nuestro país, pero comprensible
para todo el público de la América hispano hablante (Artículo 1).

Una reglamentación posterior a la citada ley, precisa qué debe considerarse como neutro: "Se
entenderá por idioma castellano neutro al hablar puro, fonética, sintáctica y semánticamente,

3
Las preferencias de los espectadores y consumidores son algo complejas, pero en muchos países se cuida
usar una modalidad neutra para productos de ámbito nacional, con el interés de no marcar ningún tipo de
preferencias por normas regionales o locales intranacionales.
conocido y aceptado por todo el público hispanohablante, libre de modismos y expresiones
idiomáticas de sectores".
Pese a su difusión –o quizá por ello-, el adjetivo neutro es el que ha acumulado una mayor
cantidad de opiniones y referencias adversas. En muchas ocasiones podemos encontrarlo
empleado con franco menosprecio, especialmente bajo el argumento de que este calificativo
esconde en realidad un español mermado, que augura una época de carencia comunicativa y
de empobrecimiento idiomático. Con frecuencia, se plantea que si se rompe la conexión con
una identidad nacional ¿qué virtud puede tener una lengua que no es de nadie? Así entendido,
el neutro es una suerte de lengua “descafeinada” con la que ningún individuo puede
identificarse, por lo que no puede tener futuro.
La misma connotación negativa trasluce en término español acultural, utilizado sobre todo en
el mundo de las editoriales para hacer referencia a las creaciones y traducciones que evitan
las marcas de origen. Se publican libros aculturales que, aunque parezcan ir contra la raíz
misma de la creatividad, son bien recibidos en general por las empresas que pretenden tener
una difusión internacional.

2.4. Las marcas geográficas.

Un cuarto grupo de designaciones hace referencia a marcas geográficas, usadas siempre que
se quiere incidir en la contraposición de dos tipos lingüísticos:
a) Un español más tradicional y conservador hablado en España, llamado español castellano,
español de España, español ibérico o simplemente español.
b) Otro unificado, que es el que se utiliza en la América hispanohablante -con especial
atención en incluir a los hispanos de Norteamérica- y poniendo el centro de gravedad en este
continente; es el generalmente llamado español latino o español hispano.
En el ámbito de la traducción audiovisual de procedencia anglosajona, la distinción más
frecuente es español castellano / español latino, para la indicar la modalidad por la que se ha
optado en la traslación. Son etiquetas habituales, que identifican a los productos y los
contraponen a otras variedades locales (español cubano, español argentino, etc.).

Pese a los matices que contienen las designaciones anteriormente descritas, hay que señalar
que en numerosas ocasiones empresas e instituciones las usan indistintamente,
considerándolas sinónimas en lo esencial que es ese carácter general del español; en otros
casos, la preferencia por una de ellas frente a las demás encierra un matiz fruto sólo de una
distinción personal o de la popularidad que haya adquirido en un entorno laboral o social.
Las tendencias actuales parecen apuntar que en el mundo de la traducción se han extendido
las designaciones con el adjetivo neutro; en el del doblaje americano (hispano y anglosajón)
de cine y televisión la preferencia es por latino (entendiendo que el latino es el más general
frente a castellano, vinculado sólo a España); en los productos de mercado y en el ámbito
empresarial se usa con mayor frecuencia español/castellano internacional. Si estos
indicadores se mantienen, español latino y español internacional se están generalizando en
Internet -donde el español es la segunda lengua- como términos para hacer referencia a este
estándar. La intensa aplicación en el mundo de la traducción audiovisual y de la difusión
mediática favorece particularmente el uso de estas dos etiquetas por encima de las demás
posibilidades mencionadas.

3. La selección de la diversidad.

Es un hecho que la lengua la hacemos todos los hablantes de todas las épocas y que, en una
visión diacrónica, los fenómenos que la caracterizan se mueven a lo largo del tiempo tanto
por la escala de estratificación social como a través de la geografía en la que se habla dicho
código idiomático. De aquí que la Real Academia abogue por el uso del estándar culto de
cada época, como estrato fruto de un proceso de nivelación y adecuación comunicativa, y le
atribuye la consideración de norma estándar, es decir, la que sirve como modelo o referencia
de la lengua española en un determinado momento temporal:

Por su carácter de lengua supranacional, hablada en más de veinte países, el español constituye, en
realidad, un conjunto de normas diversas, que comparten, no obstante, una amplia base común: la
que se manifiesta en la expresión culta de nivel formal, extraordinariamente homogénea en todo el
ámbito hispánico, con variaciones mínimas entre las diferentes zonas, casi siempre de tipo fónico
y léxico. Es por ello la expresión culta formal la que constituye el español estándar: la lengua que
todos empleamos, o aspiramos a emplear, cuando sentimos la necesidad de expresarnos con
corrección; la lengua que se enseña en las escuelas; la que, con mayor o menor acierto, utilizamos
al hablar en público o emplean los medios de comunicación; la lengua de los ensayos y de los
libros científicos y técnicos. Es, en definitiva, la que configura la norma, el código compartido
que hace posible que hispanohablantes de muy distintas procedencias se entiendan sin dificultad y
se reconozcan miembros de una misma comunidad lingüística (DPD).

Pero en el ejercicio cotidiano y vital de la lengua, será finalmente la competencia lingüística


personal la que nos dé la pauta acerca de la pertinencia o no de un determinado uso. En los
medios de comunicación, esta competencia dependerá de la formación propia del profesional
y de su autonomía lingüística, es decir, del grado y amplitud de conocimientos lingüísticos y
culturales que le permitan seleccionar, valorar y ponderar el uso de un determinado recurso.
De aquí que actualmente un número considerable de locutores deba prestarse a reaprender su
lengua materna española, pues las peculiaridades locales de su pronunciación o de sus usos
morfológicos le impiden una deseada proyección profesional plena.
Aunque la diversidad lingüística del mundo hispánico es en sí un activo, puede convertirse en
una dificultad a la hora de compendiar los rasgos lingüísticos y el vocabulario con los que se
pueda representar a todos los hablantes. Dicho proceso de selección debe librarse en distintas
esferas:

a) La selección lingüística propiamente dicha rastrea en los distintos planos de la


lengua los rasgos dialectales y sus connotaciones. Es un trabajo delicado donde se pondera no
sólo la vigencia de uso de una determinada variante articulatoria, léxica o morfosintáctica
sino -lo que es más importante- sus evocaciones en el mundo hispanohablante. Con
frecuencia, si notamos que nuestra comunicación no es plenamente entendida, o al menos
tenemos dudas, podemos rectificar nuestra expresión (cambiar una articulación, seleccionar
otra palabra). En ciertos ámbitos no hay una segunda oportunidad y a veces tampoco un
feedback, de ahí el especial cuidado en el acierto comunicativo.

b) La selección dialectal pondera el uso de realizaciones muy idiosincrásicas -y en


algunos casos socialmente estimadas-, pero que marcan inequívocamente un origen. Es el
caso del voseo, por ejemplo, que aunque no es exclusivo de Argentina identifica a este país
dentro del mundo hispánico, en buena medida a causa de la importancia en el pasado de la
exportación de producciones cinematográficas argentinas por el continente americano.
En países con producción nacional parece ganar en la aceptación del mercado interno el
dialecto hablado en la capital, pero éste es sólo el primer escalón en un continuo proceso que
tiene que aspirar a lo panhispánico si aspira también al mercado internacional. De ahí que los
fenómenos lingüísticos autóctonos se trasladen a un nuevo paradigma en el que son
considerados en cuanto a su recepción como rasgos aproximantes o rasgos diferenciadores y
en virtud de ello, incluidos o no en la modalidad internacional.
c) La selección sociolingüística está en relación directa con el medio de comunicación
y con el tipo de programa; los procesos de adaptación son en ocasiones sumamente
complejos. Algunos medios priman la comunicación oral o bien la impresa y requieren estilos
distintos; otros, como la televisión, inciden particularmente en una disolución de la esfera de
lo público y lo privado y esto tiene una clara repercusión en el lenguaje, que debe acercar a
ese mundo privado. En definitiva, el reto consiste en conseguir una aproximación entre la
lengua de la vida cotidiana y la lengua usada de los medios, sin que ésta se baje a lo vulgar ni
se distancie por la vía culta del usuario.
La identidad no proviene sólo del uso de una misma lengua, sino de contextos comunes,
construidos en la interacción cotidiana con hablantes que comparten patrones discursivos y
modelos de contextualización. Este proceso de selección es singularmente factible en una
lengua de baja estratificación como es el español, frente a otras como el inglés en las que
tanto las diferencias lectales como las que existen entre lengua escrita y lengua oral son
significativamente más profundas.

d) La selección internacional, en la que conviene hacer un doble proceso de


discriminación según la difusión que se proyecte y el grado de contacto con el inglés. Esta
doble selección viene requerida dado tanto por la importancia de la proximidad con esta
lengua en el universo de los media como por el hecho de que Estados Unidos es el principal
país generador de productos mediáticos destinados al consumo propio y al mercado
internacional no sólo hispano sino también de cualquier otra lengua.
Una primera nivelación básica es la que se produce en la selección dentro del español en el
propio contexto estadounidense, donde se escoge un uso que vincule a las diversas
comunidades que componen ese melting pot lingüístico hispano frente al inglés (compuesto
por caribeños y mexicanos en su mayoría, pero con importantes componentes de otros
países). Los hispanos que trabajan en los medios tienden a simplificar su español, en parte
por el contacto con el inglés y en parte porque quieren evitar los regionalismos y
particularidades propios si éstos pueden interferir en la comprensión con hispanos de otro
origen con los que trabajan o para los que realizan sus producciones. Es la técnica
rudimentaria que habitualmente se pone en práctica en una redacción cuando hay
profesionales de distinta procedencia hispanoamericana: en primer lugar se ve cómo se dice
algo en cada país, después se busca cuál es la expresión más genérica y comprensible para
todos y, finalmente, se comprueba que no existe connotación indeseable o humorística del
término elegido para individuos procedentes de algún país. El diccionario es una ayuda, pero
lo que determinará la elección es el uso sociolectal.
En un segundo momento, esta selección se exporta al resto del mundo hispanohablante
retocando lo necesario para que llegue con eficacia a todos. Este proceso se da con mucha
frecuencia en la traducción de desarrollos de mercadeo, publicidad, vocabulario profesional
específico, etc. y se debe tanto a la fuerza de los medios de comunicación estadounidenses
como a los deseos de los grupos hispanoamericanos pujantes por introducirse en ese
mercado.

4. Usos específicos del español internacional.


4.1. El mundo de los media.

Crear un español internacional no es sólo determinar un sociolecto popular para las


telenovelas y otro culto para los informativos, sino también muchos otros lectos que sirvan
para identificar a los distintos personajes-tipo y situaciones de interlocución que se producen
en el mundo mediático. No estamos propiamente ante una creación artificial, sino una
decantación de usos que se ensayan y someten a pruebas de adaptación o rechazo.
Las necesidades para desarrollar esta modalidad van más allá de lo que puede ofrecer la
consulta de las obras académicas. Buena parte de la tarea de las Academias de la lengua
consiste en censar lo que ya ha sido filtrado en la norma culta y opinar sobre algunas
variantes y neologismos, pero no tiene la suficiente agilidad para resolver las dudas que sobre
la marcha pueden aparecer en el mundo de los media. Además, los profesionales del sector se
quejan de que en ocasiones esta institución propone usos léxicos excesivamente cultos o
literarios, distantes de la oralidad; otros contenidos están ausentes de forma práctica, como lo
referido a la entonación y la dicción. En este sentido se ha expresado recientemente el
responsable de CNN en español Chris Crommet (2007) quien, a pesar de no ser partidario de
un español absolutamente falto de todo matiz, considera que

las prescripciones tradicionales de las academias de la lengua frecuentemente no se prestan para


los informativos televisivos. No tienen la claridad ni la concisión necesarias. Y no toman en
cuenta que la televisión estamos escribiendo para el oído, no para el ojo. La redacción nuestra es
para ser leída en voz alta y comprendida sobre la marcha por el televidente que la escucha. [...] El
punto fundamental es que procuramos un español simple, directo y expresivo, que proyecte la
idea tan precisamente como sea posible. Al mismo tiempo, pretendemos que sea comprendido por
nuestro público en todas las latitudes a las que llegamos. Pero no queremos acentos desabridos ni
palabras lavadas, ni construcciones gramaticales que, aunque correctas, no sean gratas y
accesibles al oído.

Desde la creación de la imprenta, el desarrollo de medios en soporte escrito ha conferido a la


lengua impresa valor normativo y fuerza estandarizadora. Las nuevas tecnologías conceden
cada vez más importancia a la inmediatez de la expresión oral -con o sin imagen de apoyo-,
por lo que es necesario un reajuste a la hora de esbozar un estándar de lengua hablada. Las
necesidades son diferentes en las entrevistas orales, en la oratoria político-diplomática, en la
comunicación verbal o en las noticias y documentales; estos dos últimos establecen un puente
entre lo escrito y lo oral, pues el texto debe estar ya concebido para trascender a la escritura.
No hablamos como escribimos, pero sí hay en las técnicas lingüísticas mediáticas un esfuerzo
consciente en escribir previamente atendiendo a "cómo va a sonar" después. En lo escrito se
acepta mejor el estándar normativo tradicional, pero en la comunicación oral (videos,
llamadas) o pseudoral (blogs o bitácoras, chats, correo electrónico, servicios de call center,
etc.) que llegan hoy con gran empuje a muchos ámbitos socio-profesionales y alcanzan éxito
en la sociedades avanzadas, es donde hay mayor demanda de usos lingüísticos inmediatos y
claros, universalmente comprendidos.
Las agencias de prensa han intentado atender a esas necesidades urgentes e inmediatas de
ciertos medios creando sus propios sistemas de consulta. A partir de ellos se elaboraron los
libros de estilo que han gozado de cierto protagonismo; sin embargo, el desarrollo de esta
modalidad internacional ha puesto de manifiesto la insuficiencia de estos materiales. El
español internacional no parece estar en los "manuales de estilo" elaborados por y para
distintas empresas, sino en un consenso de un determinado grupo social que desarrolla sus
actividades en el ámbito de los media. En estos compendios se ha ido dando acogida
creciente a temas que no son estilísticos, muchos de los cuales tienen que ver más con una
deontología profesional (recomendaciones de conducta o de ética profesional), posición del
medio respecto a asuntos conflictivos o tabúes para una sociedad, o con posiciones
ideológicas; algunos se detienen incluso en establecer usos y costumbres propios (ropa,
presencia física, gestos, comportamiento profesional, etc.).4
Por otra parte, ya se ha puesto de manifiesto que muchos de estos manuales son copias casi
literales de otro o de varios (Gómez Font 2004), con lo que hay ausencia total de reflexión y

4
Como ejemplo de esta variedad de contenido y del tratamiento de la modalidad lingüística dialectal puede
verse el libro de estilo de Canal Sur (Allas Lorente y Díaz Salgado, 2004).
análisis en la elección de soluciones lingüísticas propuestas, realizadas en ocasiones por
personas ajenas al ámbito filológico. Muchos están concebidos para un medio concreto -de
un país y un público bien determinado-, por lo que no son aplicables a otros contextos
mediáticos y mercantiles; incluso algunos libros de estilo de televisiones regionales se
ocupan más del estándar dialectal de la lengua y de la aceptación de costumbres locales, que
de la proyección internacional de sus emisiones. Dadas las circunstancias, estos prontuarios
parecen tener un uso más restrictivo que creativo y generan cierta insatisfacción en su propio
espacio de difusión profesional.
En España, la Fundación Español Urgente (Fundéu) -fruto de un acuerdo entre la Agencia
EFE y una entidad bancaria- está vinculada con la Real Academia y se ha marcado como
principal objetivo "colaborar con el buen uso del idioma español, especialmente en los
medios de comunicación, cuya influencia en el desarrollo de nuestra lengua es cada vez
mayor". Para ello ofrece desde su creación en el año 2005 un servicio de consulta, así como
actividades y publicaciones que permitan reflexionar sobre la lengua.
Esta entidad aspira a convertirse en referente de los medios de comunicación a ambos lados
del Océano y a proporcionar criterios uniformes de uso, además de respuestas rápidas a
consultas; incluso expide un certificado de calidad idiomática a las publicaciones que se
atienen a sus normas y se ofrece para ser contratada por empresas e instituciones para
controlar la calidad lingüística de sus documentos. Así resume el proceso el presidente de la
Agencia Efe (Grijelmo 2006:17):

El hecho de que una misma noticia pueda publicarse en una veintena de países sin necesidad de
tocarle una coma constituye en sí mismo un camino de ida y vuelta: por una parte, es preciso que
las frases redactadas resulten comprensibles en un territorio tan grande, lo que obliga a ese mimo
con las palabras; y por otro lado (que en realidad es el mismo), esa unidad del idioma en las
noticias contribuye a la unidad del idioma en las sociedades que hablan español.

Las entidades consultoras de este tipo pueden muy bien cumplir una función asesora, para
unificar decisiones sobre lo novedoso en la lengua, pero si se les confiere atribuciones de
dictado lingüístico, existe el riesgo de llevar a un español que ningún hispanohablante sienta
como propio. Junto a estas instituciones consultivas, sería muy conveniente fomentar
actividades que doten de instrumentos al profesional de los medios, para que éste encuentre
por sí mismo las opciones lingüísticas correctas, sin perder la vinculación con su público ni la
creatividad personal tan importante en determinados géneros periodísticos y literarios. En
este sentido, conviene recordar que

sería interesante no identificar correcto con normativo. Si no se nos impone una norma, podemos
aceptarla libremente, pero debemos tener presente que esa norma no es más correcta que otras
posibles simplemente porque la acepten o ensalcen determinadas instancias sociales" (Moreno
Cabrera 2000:16).5

El profesional, en definitiva, debería ser capaz de seleccionar usos del español conocidos y
prestigiosos, gracias a una noción lingüística propia que debe ser desarrollada a lo largo tanto
de su experiencia personal como de su formación académica y laboral. De aquí que en
muchos foros se recomiende a los interesados simplemente leer mucho y escribir mucho para
desarrollar esas destrezas, aumentar la competencia léxica y adquirir una propiedad

5
"Las normas prescriptivas académicas actúan sobre la lengua literaria y por ese mismo hecho suelen ser
aceptadas por todos los hispanohablantes. Pero precisamente porque no es en la lengua literaria en donde
cada región o cada país logran una identificación propia, cada uno recurre a la valoración de sus usos locales
o populares en contraste con las normas literarias y crea lenta, implícita y tendencialmente sus propias
normas (Lara 2004:67).
sintáctica; todo ello repercutirá de manera inmediata en un correcto dominio de la lengua que
los plantes de estudio de las Facultades de Comunicación no parecen cultivar
suficientemente. La solución, pues, debe pasar por fomentar la autonomía lingüística de un
profesional bien formado gramatical y culturalmente, para poder responder en tiempo real a
las dudas e innovaciones que genera su propio quehacer.

4.2. El mercado cultural lingüístico.

El uso de un español estandarizado y adaptado a las necesidades comunicativas del mundo


empresarial, facilita enormemente la coordinación y la gestión. Documentos internos de
empresas con proyección internacional, proyectos, presentaciones, cartas, etc. adquieren
fluidez entre sus destinatarios cuando se pactan usos lingüísticos y un vocabulario que evite
la ambigüedad. Los escenarios de política internacional recurren también a usos
estandarizados en los que la figura del traductor ocupa un lugar esencial. Como no podría ser
de otra manera, algunos aspectos se convierten en áreas preferenciales, como el léxico, y las
firmas cuidan la denominación de sus productos en la documentación interna y externa
(publicidad, imagen de la marca, etc.) velando por la univocidad, adecuación y el éxito
comunicativo.
La habilidad de conseguir una escritura y discurso preciso pasa por la selección lingüística y
la evaluación de las reacciones del público. Pero el ámbito en el que de una manera inmediata
podemos captar esta necesidad de nivelación es el de las jergas profesionales, especialmente
la informática, a la que tenemos acceso cotidiano a cada vez que entramos en Internet; por
ejemplo, en muchas páginas de ventas podemos encontrar el término carretilla en vez de
carro (de la compra), para evitar la confusión con carro ('automóvil'). Esta dificultad es
cotidiana para la empresas de traducción, que no pueden limitarse a las soluciones
"académicas", que en algunos casos están lejanas a la realidad lingüística de sus clientes:

While we generally consider the Real Academia Española (RAE) to be the "final-say" authority
on matters of grammar and lexicography, we find that several terms considered inappropriate by
the RAE are accepted –and preferred by our clients- due to their common use. An example of this
would be the word accesar for to access, a term not recognized by the RAE and yet prominent
and commonplace in Mexico city streets signs. Years ago we were taken to task by an American
client who had spent years living in Mexico for using acceder when "everybody knows" accesar
is the correct term! (Churilov y Paolillo, 2007:16)

Lo que se busca, en realidad, es una solución lingüística integral que permita al profesional
abordar con seguridad el desempeño de su actividad que alcanza a los documentos oficiales e
institucionales, conferencias, instrucciones, etc., en incluso a cierta literatura. Todo ello viene
a probar una vez más la trascendencia cultural y económica que para los intercambios
nacionales tienen las estrategias discursivas mediáticas, que se muestran instrumento eficaz
en el fomento de la coordinación lingüística.
La norma lingüística mediática y su difusión, constituye un factor de relevancia social que
afecta a la implantación de nuevos usos en una comunidad lingüística. Desde una perspectiva
sociológica se argumenta que estos procesos de globalización lingüística constituyen un
factor favorable para la supresión de fronteras sociales, esgrimiendo este hecho precisamente
como una de las ventajas de los actuales medios de comunicación frente a otros más antiguos,
que preseleccionaban el estatus social del individuo con requisitos de formación y nivel
cultural o económico (dominio de destrezas como la lectura o la escritura, habilidades
técnicas, poder adquisitivo, etc.). Una lengua común contribuye a la desaparición de barreras,
al igual que el acceso de todos los grupos sociales a los contenidos mediáticos compensa el
protagonismo en muchas facetas de la clase alta; desde este punto de vista, por ejemplo, se
aduce que los programas reality esbozan un concepto diferente de lucha de clases y lucha por
el territorio. En consecuencia, se valora a los media actuales como más igualitarios y
niveladores de la sociedad. Para los sociólogos, que observan con atención su influencia en el
desarrollo y comportamiento de los individuos, el uso de una lengua común garantiza
igualdad de oportunidades, de influencias y de acceso a todos los productos.

Dentro de este ámbito, un mercado emergente es el de la enseñanza del español, que tiene
una faceta docente y de difusión cultural y otra netamente empresarial. El español
internacional se está mostrando como un instrumento eficaz en los distintos procesos de
enseñanza y aprendizaje de la lengua española, tanto en situaciones en las que esta lengua
está inserta en comunidades bilingües o multiculturales, como en aquellos procesos de
aprendizaje del español fuera de ese entorno.
Sin duda, los medios pueden ser un instrumento de educación quizá no bien ponderado hasta
ahora, pues cada día se diversifican más y surgen nuevas posibilidades. A través de ellos, no
sólo se difunde un modelo al que los hablantes reconocen como culto o correcto y que
consideran digno de imitación, sino que éstos pueden aprender y ampliar su competencia
lingüística gracias al tiempo que pasen haciendo uso de sus ofertas. Hay que considerar,
además, la facilidad de poder practicarlo oyendo televisión, radio, cine, o trabajando con
periódicos digitales. El valor actual de la cultura de masa y la trascendencia de sus modelos
en los jóvenes son factores a los que hay que estar atento, dadas las posibilidades
profesionales que para nuevas generaciones ofrece el entorno de Internet.
El atractivo del español es lingüístico y cultural: la uniformidad en el nivel culto de la lengua
española está reforzada por la unidad de norma; al mismo tiempo, cuenta a su favor con una
unidad ortográfica que se plasma en una amplia cultura científica y una incomparable
tradición literaria. Los aprendices de español proceden de distintas lenguas maternas pero
persiguen una meta común: adquirir la suficiente competencia comunicativa para el uso que
personalmente se hayan marcado. En algunos casos el objetivo es muy alto, pues se desea
desarrollar una actividad profesional o social en cualquier país de habla hispana o en
cualquier empresa que tenga mercado en estos países; en otros, sólo se persigue un nivel
básico de comunicación para la vida cotidiana.
La competencia profesional del docente en lengua española exige hoy un conocimiento del
español unificado que sea susceptible de ser enseñado con éxito. Los estudiantes de lengua en
un país hispano no sólo deben dominar aspectos formales, sociales y creativos de la lengua
materna, sino recursos y estrategias para poderla enseñar –si es su aspiración profesional- en
cualquier lugar del mundo o a hablantes de la más variada procedencia geográfica que
puedan acudir a su país.
Por otra parte, las instituciones oficiales están empezando a mostrar una atención hacia una
modalidad plurinacional. Además del ya citado Diploma de Panespañol de la UAM,
acreditado por el Instituto Cervantes, en el III Congreso Internacional de la Lengua Española
celebrado en Rosario (2004) se propuso un nuevo tipo de evaluación denominado Certificado
Internacional de Español (CIE). Con él se formula un sistema paralelo al que manejan la
UNAM (EPLE, Examen de Posesión de la Lengua) y el Instituto Cervantes (DELE, Diploma
de Español), destinado específicamente al mundo universitario y profesional.
Estas propuestas persiguen alcanzar tanto un sistema de equivalencia internacional de los
diplomas como un instrumento para medir no sólo conocimientos consolidados, sino también
las etapas en el desarrollo de adquisición de la lengua, eligiendo muestras representativas del
habla culta hispanoamericana en un afán de resaltar la unidad dentro de la diversidad. Aún
hemos de ver qué desarrollo tendrá el "Sistema Internacional de Certificación del Español",
aprobado en el contexto del reciente Congreso de Cartagena (2007), que tendrá carácter
panhispánico y promete no obstante "respetar las variedades lingüísticas de los países
hispanohablantes".
En resumen, parece razonable concluir que, por esta y otras iniciativas tomadas en niveles
oficiales, "todo parece apuntar a un posible desplazamiento del liderazgo ideológico,
económico y académico del sector del español para extranjeros hacia el continente
americano" (Moreno Fernández, 2007:4).

La opción de un lenguaje estandarizado podría afectar también a ámbitos fuertemente


vinculados con la creación, la originalidad y el individuo, como es el caso de la literatura. En
Hispanoamérica está creciendo el debate sobre la conveniencia de usar el neutro y su
presumible repercusión en la lectura, ya que a las editoriales les resulta mucho más rentable
adoptar un estándar que garantice un mayor abanico de clientes. La pionera en el mundo
editorial fue Reader's Digest y desde entonces empresas internacionales y publicaciones
periódicas prestigiosas han seguido su ejemplo.
Aparentemente estamos ante un caso paradójico, pues la nivelación lingüística parece ir
directamente contra lo que es relevante en un autor, es decir, su impronta lingüística personal,
su juego con el lenguaje, la selección de una palabra y su singular connotación, etc.; en
resumen, todo el potencial que puede ofrecer el idiolecto del creador, que permite elevar la
lengua por encima de lo común estilizándola y extrayendo nuevas evocaciones.
Sin embargo, el uso de un estándar internacional no afecta a todos los tipos literarios y
tampoco es una tendencia nueva, pues enlaza con las críticas al excesivo criollismo, rasgo
que ha acompañado a una parte sustancial de la creación literaria hispanoamericana y que
marcó singularmente las obras de ciertas épocas, como las elaboradas en torno a los distintos
procesos de independencia. Cada cierto tiempo surgen por parte de los propios escritores
observaciones a favor de una normalización en la expresión y de la búsqueda de la
originalidad creativa, sin llegar a retorcer el lenguaje ni identificar dicha originalidad con lo
críptico, alejando incluso al lenguaje literario de la lengua nacional o la variante regional.6
Pero en el continente americano se alzan voces en contra que hablan de libros aculturales y
ponen de relieve la merma que supone el uso de un español para la transmisión de la cultura
específica de un país o región. Desde este punto de vista, se entiende que si la literatura debe
transmitir una cultura, no podrá hacerlo si utiliza una modalidad lejana a la realidad en la que
ésta se desarrollo; si el universo individual de un autor debe convertirse en el de otra persona,
es preciso que éste se traduzca a un lenguaje claramente vinculante para el receptor, no al
aséptico neutro. Pero los defensores de una mayor generalización en los usos, declaran que la
intención es hacer de la literatura cauce para una lengua nacional estandarizada, pero sin
llegar a extremos: no se pretende publicar a "un Borges neutro", pues como él mismo decía:

¿Qué zanja insuperable hay entre el español de los españoles y el de nuestra conversación
argentina? Yo les respondo que ninguna, venturosamente para la entendibilidad general de nuestro
decir. Un matiz de diferenciación sí lo hay: matiz que es lo bastante discreto para no entorpecer la
circulación total del idioma y lo bastante nítido para que en él oigamos la patria. No pienso aquí
en los algunos miles de palabras privativas que intercalamos y que los peninsulares no entienden.
Pienso en el ambiente distinto de nuestra voz, en la valoración irónica o cariñosa que damos a
determinadas palabras, en su temperatura no igual. No hemos variado el sentido intrínseco de las
palabras, pero sí su connotación. Esa divergencia, nula en la prosa argumentativa o en la
didáctica, es grande en lo que mira a las emociones. Nuestra discusión será hispana, pero nuestro
verso, nuestro humorismo, ya son de aquí. Lo emotivo –desolador o alegrador- es asunto de ellas
y lo rige la atmósfera de las palabras, no su significado (Borges 1998:156).

6
Sirvan como ejemplo estas palabras escritas por Pocaterra en 1913 que reivindican la sencillez y el gusto por
la defensa de una lengua general: "Yo no aspiro a ser criollista del Distrito federal, ni a formar atmósferas
criollas a fuerza de terminologías populares o de "floración de cafeto"; no señor: Cuando yo me puse a
escribir este libro ¡qué lejos estaban de mí los "herméticos" de las Gradillas y las bibliografías de la
camaradería letrada! Mis personajes piensan en venezolano, hablan en venezolano, obran en venezolano".
Tampoco es un modelo que se aplique obligatoriamente a todo tipo de publicaciones; el
mundo editorial recurre con frecuencia al estándar en las traducciones, en obras destinadas a
la exportación, obras científico-técnicas, prensa periódica, revistas y publicaciones derivadas
de productos de Internet (chats, blogs, obras on-line, etc.); en la creación personal son los
propios autores los que deciden su lecto creativo.
Otras voces de preocupación en el ámbito de la literatura surgen en relación con el hábito de
la lectura, pues se teme que esta modalidad internacional pueda provocar un distanciamiento,
sobre todo en lectores iniciales. La lectura puede resultar desanimante si el tema del libro no
es atractivo o no viene incentivado por otras referencias previas como la popularidad de un
autor o de un personaje internacional como Harry Potter. En este sentido, el mismo
argumento –el uso de un estándar del español internacional- es utilizado a favor y en contra
del fomento de la lectura; para unos es una virtud el uso de una modalidad internacional que
saque al hablante de su localismo, mientras que otros resaltan el factor de extrañamiento que
puede provocar el uso de una modalidad que no se siente propia, sobre todo en lectores
iniciales. En otros casos, se constata simplemente que disminuye el número de lectores en el
mundo hispanohablante y aumenta el uso de otras publicaciones con vías de transmisión
diferentes (soporte electrónico, audiolibros, etc.).
Quizás el libro cambie de formato, pero la literatura en español vive desde hace décadas una
época de esplendor, que podemos ver sintetizada hoy en el homenaje recientemente ofrecido
a Gabriel García Márquez por el millón de ejemplares de su obra Cien años de soledad:
Este milagro –dice el escritor bogotano- es la demostración irrefutable de que hay una cantidad
enorme de personas dispuestas a leer historias en lengua castellana, y por lo tanto un millón de
ejemplares de Cien años de soledad no son un millón de homenajes al escritor que hoy recibe,
sonrojado, el primer libro de este tiraje descomunal. Es la demostración de que hay millones de
lectores de textos en lengua castellana esperando, hambrientos, este alimento (Congreso de
Cartagena, 2007).

5. Recapitulación.

La política lingüística y la política mediática no tienen por qué seguir caminos divergentes
cuando el fin es común: llegar a la mayor cantidad de individuos con un estándar que ofrezca
univocidad y corrección. Como fin indirecto, este estándar mediático logra una unidad
lingüística que refuerza los sentimientos de comunidad de lengua frente a variantes o
influencias externas, actuando como elemento a favor de la cohesión. La finalidad primordial
de este español internacional no es la ejemplaridad lingüística o la creación literaria, sino el
deseo de favorecer la accesibilidad para todos los hispanohablantes y la eficacia
comunicativa, asumiendo si fuera preciso soluciones exonormativas comúnmente aceptadas.
En ámbitos donde la intercomunicación fluida sea un requisito esencial, el español
internacional ofrece un patrón lingüístico cuidado, elegante y plural; el hablante, por su parte,
sabe contextualizar perfectamente cuándo usar esta modalidad, cuándo es pertinente y cuándo
no, por lo que no hay motivos para ver en él un amenaza sobre la idiosincrasia lingüística
propia o nacional. Tampoco es legítimo desprestigiar esta modalidad considerándola como
una puerta abierta al extranjerismo, ya que ha demostrado ser un filtro para la entrada del
anglicismo y un banco de pruebas para los neologismos.
La forma que la lengua española adopta en los medios procede del consenso lingüístico de los
hablantes relacionados con su uso, tanto de los profesionales que la hacen como de los
receptores. Es necesario llevar al profesional a desarrollar tanto estrategias de autonomía
lingüística como criterio propio en la toma de decisiones, que le permitan ejercitar su
formación personal y su conocimiento idiomático. En definitiva, saber qué se dice, cómo se
dice y por qué se dice de una determinada manera. Esto comporta pautas de reflexión
lingüística y de aprendizaje que deben reformularse para atender a las necesidades concretas
y al ámbito de desempeño profesional, con frecuencia muy próximo al inglés.
De otra parte, si queremos ayudar al futuro del español, hay que tener muy en cuenta la
aceptación que nuestra lengua tiene en los Estados Unidos. De una parte, los anglohablantes
entienden que el español es una lengua de gran capacidad comunicativa e interés profesional
ya en el entorno de su propio país y, pos supuesto, en ámbitos internacionales. De otra, está el
hablante de herencia: para los hispano-norteamericanos el bilingüismo es una ventaja y no
está en conflicto con su identidad y rango social.7 El español vincula lengua y raza, el inglés
lengua y nación; ambas lenguas están vinculadas y juntas abren un camino conquistado en la
sociedad norteamericana.
Visto desde la situación actual, el español del futuro es sin duda panhispánico, pues es el que
favorece la unidad y cohesión de la lengua y garantizará su vitalidad a través del uso social y
mediático.

6. Referencias bibliográficas.

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M. (coord.) Lengua Española para los medios de comunicación: usos y normas
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estilo. Canal Sur y Canal 2 Andalucía, Sevilla:RTVA.
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Translation", en: Multilingua: South America Guide: Getting Started, (16-17)
www.multiplingual.com
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www.congresodelalengua.gov.co
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informativos", en: Donde dice..., 8, 12-13.
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FUNDÉU, Fundación del español urgente, www.fundeu.es
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Urgente).
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LARA, Luis Fernando (2004): Lengua histórica y normatividad, México: El Colegio de
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MARTÍN MUNICIO, Ángel, (2003): El valor económico de la lengua española, Madrid:
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MCLUHAN, Marshall (1998): La Galaxia Gutenberg. Génesis del “homo typographicus”,
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MORENO CABRERA, Juan Carlos (2000): La dignidad e igualdad de las lenguas. Critica
de la discriminación lingüística, Madrid: Alianza.
MORENO FERNÁNDEZ, Francisco (2000): Qué es español enseñar, Madrid: Arco/Libros.

7
Un panorama del español en los EE.UU. puede verse en Ortiz López y Lacorte (2005).
--- (2007): Conclusiones del encuentro de Profesionales de ELE, 20 de abril, Fundación
Campus Comillas, www.fundacioncampuscomillas.es/agenda
ORTIZ LÓPEZ, Luis A.-LACORTE, Manuel, eds (2005): Contactos y contextos lingüísticos.
El español en los Estados Unidos y en contacto con otras lenguas, Madrid-Frankfurt
am Main: Iberoamericana.
POCATERRA, José Rafael (1990): Política feminista o el doctor bebé, Caracas: Monte
Ávila.
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA (2005): Diccionario panhispánico de dudas (DPD),
Madrid: Santillana, www.rae.es
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA (2001): Diccionario de la Real Academia Española
(DRAE), Madrid: Real Academia Española. www.rae.es
UNIDAD 2

- Apunte de cátedra: Los pueblos primitivos de la Península Ibérica.

- Echenique Elizondo, M. T. (2000) “La noción de sustrato en la actualidad y su aplicación a la historia


del español”. En: Revista de Investigación Lingüística, n° 2, vol. III. Págs. 199-224. En:
http://revistas.um.es/ril/article/download/4541/4411
LOS PUEBLOS PRIMITIVOS DE LA PENÍNSULA IBÉRICA

INTRODUCCIÓN.

Reconstruir el pasado lingüístico remoto del territorio que nos ocupa resulta, en gran
medida, una tarea ardua. Los testimonios con que contamos son escasos y heterogéneos.
En muchos de los casos, no contamos con textos aborígenes; en otros, la misma escritura,
aún no descifrada definitivamente, ha significado un obstáculo. En la mayoría de los pueblos,
debemos manejarnos con referencias que otras civilizaciones nos brindan sobre la Península, y
aún así, en ocasiones no se trata siquiera de testimonios directos.
El panorama es complejo y las investigaciones no siempre han arrojado resultados
definitivos y del mismo nivel respecto de cada uno de los pueblos a considerar. Así, aunque no
se conozcan bien esas lenguas antiquísimas, hay algunas sobre las que se tienen más noticias, ya
sea porque hayan perdurado en el tiempo (piénsese en el vasco), ya sea porque hayan dejado
testimonios más numerosos (celta).
Pero aunque no pudiéramos conocer en igual medida todas ellas, conociendo en parte los
pueblos que las hablaron podemos deducir su actitud ante su propia lengua y su posible reacción
ante la lengua extraña e invasora (latín).
Este trabajo pretende mostrar, aunque suscintamente, los rasgos sobresalientes de las
culturas prerromanas para comprobar la actitud de los usuarios ante su lengua materna (aprecio o
desprecio, conservación u olvido) y poder dilucidar el grado de interferencia que, como
probables sustratos, pudieron ejercer sobre el latín instalado en la Península desde el siglo III
a.J.C.

I. LAS FUENTES PARA EL ESTUDIO DE LOS PUEBLOS.

Las fuentes para el estudio de las primeras poblaciones peninsulares son bastante
heterogéneas.
A los resultados de las investigaciones de arqueólogos y etnólogos sobre el terreno
mismo, hay que agregar la tarea realizada por los lingüistas en aras a poder desentrañar los
escasos testimonios escritos encontrados. A todo esto hay que sumar las noticias que durante
siglos, fueron aportando otras civilizaciones (desde la Biblio a los textos griegos y romanos) y
que se cuentan entre las fuentes más antiguas y preciadas.
Entre estas últimas fuentes, hay algunas de valor incalculable para el conocimiento de las
diversas etnias peninsulares.

ORA MARITIMA: extenso poema compuesto por el poeta romano Rufo Festo Avieno,
con finalidad didáctica, hacia el año 400. Su importancia radica en haber incorporado a su obra
un periplo del siglo VI a.J.C.
En la antigüedad, era frecuente que los navegantes relataran sus hazañas por el mar. Ese
texto antiquísimo, de autor desconocido, habría sido refundido por Eforo en siglo IV a.J.C. y,
quizá retomado por un maestro del siglo I a.J.C., y habría llegado a manos de Avieno quien lo
incluyera en su composición.
En ese relato, se hace una detenida y pormenorizada enumeración de los pueblos de la
Península brindándonos el panorama que el mundo antiguo debió tener de Hispania hacia el siglo
VI a.J.C. No brinda mayores datos acerca de raza y cultura.
Dentro del grupo que incluye los periplos no puede dejar de mencionarse el de Pytheas,
navegante marsellés del siglo II a.J.C., en quien podemos ver ya emerger la conciencia del
carácter peninsular de Hispania.
Lamentablemente, sólo se conservan los periplos griegos, no conociéndose los fenicios y
cartagineses, cuya información hubiera aportado datos inestimables sobre la región.
Los periplos anteriores al siglo III a.J.C. abundan en noticias vagas e imprecisas. Sólo a
partir de la presencia romana, las noticias se van tornando más numerosas y confiables. Hispania
deja de ser un ámbito misterioso y desconocido.
A los periplos les siguen en importancias las obras de carácter geográfico de autores
griegos y romanos.

GEOGRAPHICA: compuesta hacia el siglo I a.J.C. por Estrabón, originario de Creta


pero establecido en Roma, quien nos ofrece información sobre España en el Libro III de su
monumental trabajo. Su visión es indirecta. Aunque nunca llegó a Hispania, supo valerse de
datos de viajeros, funcionarios y soldados romanos que participaron en la invasión, como así
también, de las obras de historiadores y geógrafos de gran exactitud como Polibio, Posidón y
Artemídoros. El valor de su obra radica en aportar noticias sobre zonas de la Península antes
desconocidas (norte e interior) y de hacerlo con realismo y precisión.

COROGRAFIA: de Pomponio Mela, posterior a Estrabón, probablemente nacido en


Cádiz. Ofrece referencias fidedignas aunque no brinda información lingüística. Realiza una
enumeración detallada de los accidentes litorales del NO y del Cantábrico con la mención de sus
tribus y pueblos.

NATURALIS HISTORIA: compuesta por Plinio el Viejo, funcionario romano en


Hispania, hacia el siglo I. Presenta gran interés para el conocimiento de la toponimia hispánica.

NOMENCLADOR GEOGRAFICO: inventario en griego, de alrededor de 8000 nombres


de pueblos y ciudades, no siempre igualmente preciso, obra del geógrafo griego Ptolomeo. No es
fuente directa.

Finalmente hay que mencionar los ITINERARIOS, objetos materiales, hitos con
anotaciones sobre caminos, ciudades y distancias, útiles para los viajeros. Se conservan dos que
aluden a la Península Ibérica:

ITINERARIO ANTONIANO: reconstruye el camino seguido por Marco Aurelio


Antonino Basiano, Caracalla (186-217). Durante su imperio se promulgó la Constitución
Antoniana, que otorgaba la ciudadanía romana a todos los habitantes del Imperio.

ITINERARIO DE CADIZ A ROMA: compuesto por cuatro vasos que indican los puntos
del recorrido, probablemente exvotos, fruto de la promesa de un enfermo.

Estas fuentes antiguas que resultan muy útiles, junto a los emprendimientos modernos de
la arqueología y la etnografía, para conocer la naturaleza de los pueblos que habitaron la
península a la llegada de los romanos, no nos ayudan a dilucidar los rasgos esenciales de las
lenguas por ellos habladas. El conocimiento de dichas lenguas constituye un verdadero problema
que trataremos de dilucidar.

II. LOS PUEBLOS.Aspectos étnicos, históricos y geográficos.


A la llegada de los romanos a la Península, el panorama que percibieron no fue
precisamente el de la unidad lingüística o cultural, que algunos estudiosos se empeñaron en tratar
de demostrar 1 .
Por el contrario, la Península aparecía fraccionada; pero aún dentro de ese
fragmentarismo pueden verse signos de cierta unidad.

1
Una larga tradición dentro de los estudios hispanistas se empeñó en demostrar la unidad de la lengua primitiva de
España, unidad que se conformaría en torno al vasco y al íbero. De esa opinión participaron Humboldt, Hubner y
Schuchardt, entre otros.
La Península aparecía notoriamente dividida en dos. Al sustrato peninsular heredado de la
Edad del Bronce se han unido dos nuevos elementos de distinta procedencia:

1.- El elemento mediterráneo: no indoeuropeo. Aportado por una colonización de un


importante grado cultural que viene a reforzar elementos mediterráneos anteriores.

2.- El elemento continental: indoeuropeo. Aportado por complejas invasiones que


generaron diversos movimientos de pueblos dentro de la península y cuya acción no se hallaba
acabada a la llegada de los romanos.

Así quedan configuradas dos Españas: una mediterránea e ibérica, otra continental o
europea que suele designarse como España céltica. Se trata de dos mundos cultural y
étnicamente distantes, asentados sobre realidades geográficas diversas y que al momento de la
llegada de los romanos estaban en vías de compenetración.
La España mediterránea, (zona costera del Levante y el Sur, además de Andalucía)
extensión con excelentes condiciones de medio, tierras ricas en minerales, con contactos
marítimos frecuentes con culturas mediterráneas, se encontraba propensa al desarrollo de una
cultura floreciente.
La España continental, (la Meseta, NO y O peninsulares), región escasamente poblada,
con condiciones de medio precarias, cuando no hostiles, zona de constantes migraciones, se
manifestaba menos apta para el desarrollo de tempranas civilizaciones potentes.
Esa diferenciación también halla su correlato en el orden lingüístico; de allí que el
tratamiento dado a los pueblos peninsulares se ordene del siguiente modo:

a) Pueblos no indoeuropeos
Tartesios e Íberos
mediterráneos

Pueblos que vía Africa entraron en Hispania en tiempos muy remotos a fines del
Neolítico o principios de la Edad del Bronce, y se establecieron definitivamente, por lo que
algunos autores los consideran población indígena, base étnica sobre la cual se conformara la
población hispánica.

b) Pueblos indoeuropeos
Ligures-Ambrones-Ilirios
o indoeuropeizados Celtas

Pueblos que en sucesivas oleadas penetrarán por los Pirineos. Hacen su incursión en
Hispania hacia finales de la Edad del Bronce.

c) Pueblo vasco: pueblo de antiquísimo arraigo en la zona pirenaica (2000 a.J.C.) que por
su probable procedencia caucásica y su particular espíritu no puede encuadrarse dentro de
ninguno de los grupos precedentes.

d) Pueblos de escaso paso


fenicios, griegos, cartagineses
por la Península

Pueblos que no se establecieron definitivamente sino que conformaron asentamientos


coloniales que servían a sus fines comerciales, escalas en sus periplos por el Mediterráneo y el
Atlántico. Llegan a Hispania a partir del 900 a.J.C. aproximadamente o antes.
LOS TARTESIOS
La historia de la existencia de este pueblo se ha hecho, a menudo, a base de datos vagos y
con una cantidad no escasa de fantasía.
Aun se discute su localización. Se la supone en un punto cualquiera de la desembocadura
del Guadalquivir, del Guadalete o del Tinto. Sus habitantes procederían del Asia Menor y
estarían emparentados con los etruscos y ambos vinculados con los Tirsenos de Lidia. Habrían
llegado a la Península procedentes de Africa en época remota.
El nombre griego de Tartessós con que se designa en los periplos a su capital, tendría la
misma raíz que el hebreo Tarschish que aparece citado en la Biblia. En Isaías (730 a.J.C.)
encontramos la mención más antigua a las naves de Tarschish. En textos bíblicos posteriores,
Ezequiel, Jeremías, Reyes, etc. se designa con ese nombre a un país lejano de Occidente, rico en
oro y plata, que comerciaba con Tiro en tiempos del rey Salomón. Por tanto, esta ciudad debía
existir hacia el año 1000 a.J.C.
En las fuentes griegas anteriores al 400 a.J.C., realizadas por autores contemporáneos a la
existencia y vigor de Tartessós, aparece mencionada con distintos valores: río Tartessós, la
ciudad misma, el imperio. Estas fuentes ofrecen ciertas garantías de veracidad.
Otros textos del mismo periodo, como el periplo recogido por Avieno, la sitúa en el bajo
Guadalquivir vinculándola con ciudades vecinas como la colonia griega de Mainake u otros
accidentes geográficos como el Lago Ligustino.
En tanto los testimonios posteriores al 400 a.J.C., a pesar de ser numerosos, ya no poseen
la misma fidelidad de los redactados cercanos temporalmente a los primergs tartesios. En estos
últimos, lo histórico a menudo se mezcla con lo mitológico. Los griegos, basándose
probablemente en tradiciones indígenas recogidas en sus viajes, crearon una mitología tartésica
que aparece vinculada al ciclo herakleida (de Hércules).
Hay, sin embargo, noticias ciertas de su historia que nos llegan a través de Herodoto que
menciona al rey Arganthonio, famoso por su longevidad, quien comenzara a reinar en el año 630
a.J.C. La presencia de este exponente de la monarquía nos muestra cuán avanzado se hallaba en
el sur el proceso de individualización del poder. Su apogeo se vio eclipsado por el avance
cartaginés, que, tras la victoria de Alalíe, empezara a gravitar notablemente en la zona
desplazando a los griegos.
De todas las fuentes existentes se deducen los mismos rasgos para este pueblo. Tartessós
siempre se destacó por su alta cultura y su extrema riqueza. En el siglo VI a.J.C. aparece en su
apogeo. A este imperio de límites imprecisos debieron pertenecer los íberos de Huelva, los
cilbicenos de Cádiz, etmaneos e ileates del Guadalquivir medio, los mastienos de Andalucía y
los cynetes del Algarve.
Dados a los frecuentes contactos comerciales a través del Mediterráneo, sus habitantes
siempre se hallaron abiertos a las novedades, ávidos de engrandecer su acervo cultural. Era
proverbial su hospitalidad y la facilidad para relacionarse y mestizarse con otros pueblos,
mediterráneos fundamentalmente.
Su desarrollada cultura se manifiesta en el hecho de que poseyeron una escritura propia,
la que sólo recientemente ha podido ser descifrada. Sus caracteres, aunque legibles, son
herméticos en su interpretación. Por las fuentes sabemos que poseyeron anales escritos y una
legislación en forma métrica que no han logrado conservarse.
Se deduce que debieron ser politeístas en comparación con otros pueblos del mismo
origen. Dedicaban templos a sus dioses, en ocasiones cavados en la roca. Entre los tartesios se
encontraban bien arraigados antiguos cultos mediterráneos, como el del Toro.
Su situación geográfica, en las proximidades del mar, los hizo eminentemente
navegantes. Extendieron sus viajes por el oeste hasta las Islas Británicas, la Bretaña francesa y la
costa NO de España. En estas regiones se han observado elementos culturales comunes, lo que
habla de frecuentes contactos.
En la Ora Maritima se afirma que tartesios navegaban hasta las islas Oestrymnides en
busca del estaño. Este tráfico debe ubicarse en plena época del Bronce. En dicha ruta comercial,
Gádir, colonia fenicia, se convirtió en el emporio del precioso metal y los tartesios debieron tener
el monopolio de las vías de acceso.
La organización política de Tartessós debió asemejarse más a una polis en el sentido
griego de ciudad-estado que a una urbs latina.
En un territorio pronta y profundamente romanizado, cuyos pobladores optaron por
incorporarse tempranamente a los modelos prestigiosos aportados por los invasores y con poco
aprecio por su propia lengua, se produjo el abandono de la lengua materna y la rápida
asimilación del latín. Así lo atestigua Estrabón, quien admite en tiempos de Augusto que los
turdetanos habían adoptado las costumbre romanas y habían olvidado la lengua materna.
En consecuencia, la pérdida de la lengua indígena en los albores de la invasión, hace
imposible la conservación o perduración de sus rasgos en la lengua romance.

LOS ÍBEROS
La designación de "Íberos" no siempre tuvo el mismo alcance. En los primeros textos
griegos aparece designando a los pueblos que habitaban, en general, las costas mediterráneas y
atlántico meridionales, habitantes de Huelva y de la región andaluza y no sólo de las márgenes
del Ebro. Caían bajo esta denominación los cynetes, gletes, tartesios, elbicinios, mastienos, etc.
En cambio, los textos posteriores hacen recaer esta denominación sobre la Península en su
totalidad.
Pero, ¿de dónde procede esta denominación y qué significa? Ya desde Herodoto
(mediados del siglo V a.J.C.) aparece la referencia a Iberíe como derivado del río Iber o Iberus.
De modo semejante aparece en Avieno la mención de Hiberia referida a un río Hiberus. Ambas
fuentes sitúan a dicho río en el SO peninsular, la zona mejor conocida y más frecuentada por
griegos y púnicos, es decir, muy lejos de sus dominios actuales. Por su ubicación cabe
identificarlo con el Tinto o el Odiel. Probablemente este río Iberus fuera un homónimo del gran
Ebro.
Por otro lado, según los estudios realizados por Antonio Tovar, Iberus o Ibarius, sería la
forma jónica del primitivo vasco ibar > ibai (río), ibar (ría). Faltaría precisar dónde se ubicaba
exactamente.
De otra forma, esa vacilación en la aplicación del concepto ha afectado también a los
estudiosos modernos que han visto oscilar sus opiniones: del extremo de pensar que la población
íbera era la única y auténticamente originaria de la península al extremo de recortar tanto sus
límites hasta tornar casi inexistente este pueblo.
Lo cierto es que existió una población étnica y culturalmente ibérica, situada hacia
Levante, de procedencia afromediterránea con importantes puntos en común con las poblaciones
del sur 2 .
Este pueblo, que hacia el siglo VI a.J.C. llevaba todavía una vida primitiva, salvo en la
región de Almería en contacto con Tartessós, llegó a desarrollar una cultura propia y con rasgos
diferenciales.
Supieron asimilar los influjos de otras civilizaciones más avanzadas como la helénica,
dando lugar a un arte peculiar con manifestaciones de una belleza singular como la Dama de
Elche. Asimismo las figuras de los vasos ibéricos tienden al realismo, a la forma natural,
persiguen las líneas curvas dando vida y movimiento a sus representaciones.
Tan vigorosos eran su arte, su espíritu, que ante el avance celta, aún habiéndose operado
un denso mestizaje, culturalmente triunfaría el elemento ibérico.
Su avanzado grado cultural se pone de manifiesto en la posesión de un sistema de
escritura que durante años trató de explicarse a la luz del fenicio o del vasco, pero que sólo
recientemente ha podido ser interpretado gracias a los esfuerzos de M. Gómez Moreno.

2
Según opinión de Caro Baroja y A. García y Bellidos, entre otros, debe admitirse el carácter indígena de la
población íbera (en contraposición a las oleadas celtas) aun aceptando en sus remotísimos orígenes la posibilidad de
que se tratara de un elemento africano occidental muy mestizado con aportaciones mediterráneas.
Lamentablemente existe un gran vacío de información. Las fuentes literarias existentes
manifiestan un total silencio entre el apogeo del antiguo mundo tartésico y las primeras décadas
de dominación romana.
Muchos de los rasgos de su cultura pueden deducirse de la comparación con otros
pueblos de procedencia mediterránea mejor conocidos.
La institución monárquica, al igual que en el sur, existe fuerte en Levante. Algunos reyes
que se destacaron fueron: Edecon, rey de los edetanos, o los ilergetes Indíbil o Ivandenio aunque
fueron más bien caudillos que reyes propiamente dichos al estilo de los tartesios. Estas
monarquías, en pleno proceso de expansión, fortalecimiento e intento de constitución de una
confederación, son más recientes y la llegada de los romanos vino a interrumpir este proceso.
Como en otras culturas mediterráneas, la sociedad estaría estratificada en castas en las
que los extremos serían los nobles y los esclavos. En Levante esta diferenciación social no debió
ser tan marcada. La prueba está en que, ante una amenaza de guerra, todo el pueblo participaba
en la defensa normal de las ciudades.
En el área levantina no podemos hablar estrictamente de ciudades, se trata más bien de
meros poblados. Un ejemplo de poblado ibérico lo constituye Ensérune, construido en lo alto de
un cerro y protegido por importantes defensas. Desde allí se erige en centro de una extensión
agrícola que le está subordinada.
En lo que se refiere a su religión, puede afirmarse que se trata de un pueblo con una
intensa vida espiritual. Así lo prueban la escultura religiosa ibérica y las variadas
representaciones en cerámica. Pero no obstante su importancia, su verdadero sentido no ha
podido ser desentrañado todavía.
En cuanto al ritual funerario, practicaban la incineración (reducción de un cadáver a
cenizas), lo cual parece contrastar con la tradición del país, donde en etapas anteriores se
practicaba la inhumación (enterramiento). Este cambio debió producirse tempranamente. Cuando
los fenicios y griegos llegaron se encontraron con pueblos incineradores. Este cambio podría
obedecer a un doble estímulo: el céltico peninsular y el marítimo de origen helénico.
Este doble influjo explica el hecho de que este cambio ritual se generalizara.
Las sepulturas se hallan agrupadas en necrópolis donde se entierran, junto a las cenizas
dentro de urnas, el ajuar del difunto o sus armas, si era guerrero. A veces, se encuentran túmulos
sobre las sepulturas y en algunas ocasiones, estelas con inscripciones en carcteres ibéricos.
Los íberos se dedicaron principalmente a la agricultura y la ganadería y también de modo
importante desarrollaron trabajos de alfarería. La agricultura no debió ser muy apreciada entre
los íberos, puesto que se elude su tratamiento en los diseños de la cerámica, no ocurriendo lo
mismo con la ganadería, profusamente reflejada.
Si bien el proceso de romanización en la zona levantina tuvo que enfrentarse con la fuerte
identidad ibérica; por otro lado, hay que recordar que éste fue uno de los territorios que
primeramente recibió la presencia romana y que mayor número de colonos de ese origen tuvo
que soportar. Si a esto agregamos el hecho de que la llegada de los romanos viniera a interrumpir
la unificación que intentaba llevarse a cabo, puede entenderse cómo esta zona terminó siendo
totalmente romanizada. Sin embargo, recordemos que los íberos conservaron su escritura en
plena época de Augusto, lo que da cuenta de la pervivencia de usos nativos.

PUEBLOS DE ORIGEN INDOEUROPEO O INDOEUROPEIZADOS


Larga, compleja y no definitivamente resuelta ha sido la discusión sobre la presencia de
pueblos de origen pre-celta en España. Bajo esta denominación abarcamos a los ligures,
ambrones e ilirios.
Podemos encontrar referencias a los ligures desde Hesíodo (siglo VII a.J.C.), pero la
vaguedad con que los designa como "pueblo general del Occidente", en rigor, nada dice sobre su
presencia en la Península.
Avieno sitúa a los ligures fuera de Hispania, en la zona alpina. Sólo hay una referencia,
aislada, al la go Ligustino que estaría indicando la presencia de algún elemento ligur en las
cercanías de Tartessós.
Otros autores los sitúan en territorio íbero del que habrían sido desalojados.
Como se ve, las fuentes antiguas no brindan ninguna información precisa sobre este
pueblo. Sin embargo, los investigadores en aras de explicar la presencia de elementos
indoeuropeos preceltas en Hispania en relación a la antigua población prerromana, han elaborado
dos hipótesis:

1.- HIPÓTESIS LIGUR: el origen de este pueblo continúa siendo un enigma. Se los
encuentra ubicados en el NO de Italia, pero se ignora desde dónde llegaron para instalarse allí.
Para Menéndez Pidal, defensor de la presencia ligur en Hispania, se trataría de un pueblo
de Europa central de carácter mediterráneo en parte indogermanizado, al que se inclina por
llamar "ambrón", según la designación familiar utilizada por Suetonio. Se trataría, entonces, de
un pueblo que desde Italia habría emigrado hacia occidente, quizá conjuntamente con oleadas
migratorias célticas, y que justificaría la presencia de topónimos y sufijos de ese origen en
territorio español.
Otros estudiosos hablan de una población preindoeuropea de las Galias o bien de una raza
no indogermánica, pobladora de la Europa occidental.
Por la seriedad y especificidad de los trabajos desarrollados por Menéndez Pidal, nos
quedamos con su hipótesis que juzgamos la más adecuada para España.

2.- HIPÓTESIS ILIRIA: el más ferviente defensor de esta hipótesis fue el investigador
Pokorny, que en su afán de justificar la presencia iliria en Hispania, atribuyó a dicho origen
infinidad de topónimos, muchos de los cuales son bastante discutibles.
El pueblo ilirio, situado al E de Italia, habría realizado una gran avanzada sobre territorio
ligur (indoeuropeizando a sus habitantes) y posteriormente habría penetrado en España.
Menéndez Pidal acepta con cierto recelo la tesis de Pokorny. Acepta la presencia iliria
patente en los nombres de ríos, propio de un pueblo que coloniza los llanos, a diferencia de los
celtas que han dejado su huella en los nombres de montañas.
En síntesis, este autor establece para España una presencia ambro-ligur-iliria
representativa de la "inmigración de un pueblo centroeuropeo ya en parte indoeuropeizado".
Todo estudio en base a topónimos para determinar la presencia de oleadas preceltas
tropieza con la grave dificultad de haberse perdido todo conocimiento de las lenguas ligur e
iliria. Sólo la comparación con topónimos de las regiones supuestamente habitadas por estos
pueblos en Europa central ha hecho posible la extracción de las escasas conclusiones que se
tienen hasta el momento.

LOS CELTAS
Sobre la masiva presencia celta en la Península, atestiguada por los antiguos y por los
vestigios culturales que dejaron, no hay ninguna duda y sí mucho que decir.
El nombre de "celtas" (κελτοι) aparece entre los autores griegos del siglo V a.J.C. para
designar a las poblaciones bárbaras de la zona templada de Europa. Pueblo de vertero origen
indoeuropeo, su paso y estancia por Hispania se remontan al año 900 a.J.C. El mecanismo de las
invasiones celtas ha sido un largo y complejo proceso de penetración a través de los Pirineos que
se asemeja grandemente a las invasiones germánicas, que siglos más tarde, terminarían con el
Imperio Romano.
Estos movimientos migratorios fueron precedidos por una lenta infiltración de elementos
de la cultura europea (invasión de los campos de urnas) sobre las poblaciones de signo
afromediterráneo, que durante la Edad del Bronce, prepararían el clima para posteriores
invasiones.
P. Bosch explica las invasiones indoeuropeas por presiones que estos grupos de Europa
central habían sufrido por parte de tribus germánicas que a la vez emigraban con ellos.
Este autor reconoce:

1.- Un primer empuje germánico que produce el dislocamiento de los pueblos célticos
centrales que progresivamente se van desplazando a través de Francia hasta penetrar en la
Península.

2.- Un segundo empuje que, a través de Bélgica, reinicia el ciclo de las presiones de un
pueblo sobre otro, motivando un nuevo ingreso en la Península por el norte.

Al llegar a España estos pueblos, presionados por los que les siguen, provocan la
dispersión en todas las direcciones. Por eso aunque los encontramos concentrados en el Norte,
NO y la Meseta, también hallamos núcleos celtas en el Sur. A través de esa misma complejidad
puede explicarse también la presencia de elementos lingüísticos diversos, como ambrones, ilirios
y germanos que vinieron a superponerse y mezclarse con los elementos indígenas.
El influjo de la cultura celta, su presencia en relación con la población indígena, está en
relación directa con el factor densidad poblacional al momento de la invasión.
Al desecarse la Meseta, sus antiguos pobladores se retraen hacia las montañas, donde
desarrollan una vida de tipo pastoril, o hacia las tierras del occidente atlántico, donde con
mejores condiciones de medios naturales desarrollan una rica cultura, hacia fines de la Edad del
Bronce.
Los celtas se sintieron rápidamente atraídos por este foco cultural que se desarrollaría en
el NO y si bien vencedores, fueron fuertemente influidos por la densa población indígena. En
cambio, las tribus indeuropeas establecidas en la Meseta, prácticamente deshabitada, se
encontraban en pleno proceso emigratorio a la llegada de los romanos y sólo las armas y la
diplomacia romana lograron fijarlos en terreno tan inhóspito. Por asentarse en territorio
escasamente poblado por habitantes indígenas, los pueblos celtas de la Meseta conservaron más
plenamente sus rasgos culturales. Otro caso es el de los celtíberos, que siendo los últimos en
llegar a la Península, fueron los menos influidos por el sustrato peninsular y los más reacios a la
romanización.
En la España céltica pueden distinguirse tres grupos principales según los diversos
criterios que, en base al examen lingüístico, han sido aplicados por Antonio Tovar:

a) distribución geográfica de las centurias;


b) distribución geográfica de las gentilidades.

Centurias y gentilidades son formas de organización político-social intermedias entre la


familia y la tribu, que en alguna medida se equiparan a los clanes. Aunque es muy difícil precisar
este concepto pues varía de una tribu a otra. Son formas de organización propias de pueblos
indoeuropeos y que, por el contrario, no aparecen entre los íberos.

c) Área ocupada por restos de lenguas o dialectos celtibéricos.


Aquí el criterio de demarcación que se ha seguido es exclusivamente lingüístico.

A) DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA DE LAS CENTURIAS: este tipo de organización


aparece en la región poblada por los "Calaicos" (extremo noroeste). Calaicos o también galaicos,
su nombre se vincula con el de otros celtas, los galos. A la llegada de los romanos se
encontraban en proceso de expansión por lo que se explica, que tras largas luchas, su nombre se
extendiera a toda la región: Gallaecia.
Esta región, en consecuencia, será tardíamente romanizada (se iniciará la romanización
hacia el último tercio del siglo II a.J.C.) retrasándose en parte, por las sostenidas contiendas que
debieron sobrellevar los romanos con los cántabros, sus vecinos.

B) DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA DE LAS GENTILIDADES: abarca un área mucha


mayor (gran parte de la Meseta y la costa cantábrica, todo el centro y el oeste) y corresponde a
los territorios históricamente ocupados por los astures, cántabros, pelendones, vettones y
carpetanos.
Los astures, situados en la porción más occidental, culturalmente configuraron una zona
de contacto entre los galaicos y los pueblos de la Meseta. Al este de los astures se situaban los
cántabros, quienes se destacaron por la bravura y la resistencia que opusieron a los invasores
romanos. Situados en la zona montañosa, se caracterizaron por una extrema rudeza. La etnología
de este pueblo de costumbres próximas a los vascos y que lo distancian de sus vecinos, no puede
precisarse. Algunos les atribuyen origen ligur-ibérico-celta, otros los hacen indígenas
francocantábricos con influjo ibérico. En síntesis, sólo hipótesis. En cambio, sí puede afirmarse
que el territorio cántabro fue totalmente celtizado como lo demuestran los testimonios
lingüísticos y arqueológicos.
Entre los pueblos de la Meseta se encontraban los vacceos de proverbial belicosidad, ya
conocidos en tiempos de Aníbal, que al momento de la invasión romana estaban emigrando. Pese
a los esfuerzos de Roma, fue muy ardua la tarea de fijarlos y estabilizarlos.
Entre el Tajo y el Duero se encontraban los vettones, pueblo ganadero, de potente
personalidad manifiesta en la larga conservación de la onomástica céltica.
Más al sur, estaban los carpetanos, de origen dudoso, tal vez ligures, en los que se puede
observar la influencia de la avanzada cultura del Sur.
Vinculado con éstos dos últimos, pero en una situación bien diferente, sobre el margen
occidental, se encontraban los lusitanos, que algunos suponen de origen ibérico aunque no haya
podido comprobarse tal aserto. Existen importantes huellas de celtización, pero el elemento
indígena no puede descartarse. Extensión densamente poblada, de ricas ciudades, sus habitantes
fueron temidos por los romanos.

C) ÁREA OCUPADA POR LOS CELTÍBEROS: los celtíberos ocuparon la parte oriental
de la Meseta. Su estudio merece un capítulo aparte por sus rasgos peculiarísimos.
Se trata de un complejo racial que Diodoro (escritor de los tiempos de Augusto) explica
del siguiente modo:

"Estos dos pueblos, íberos y celtas, en otro tiempo habían peleado entre sí por causa del
territorio; pero hecha la paz, habitaron en común la misma tierra; después, por medio de
matrimonios mixtos, se estableció afinidad entre ellos y por esto recibieron un nombre común".

La presencia de los primeros celtas en este territorio data del siglo VI a.J.C. A éstos hay
que agregar oleadas posteriores. Puede remitirse a los siglos IV a III a.J.C. la configuración de
esta nueva personalidad racial del centro peninsular.
Se suele dividir el territorio, así lo hicieron los romanos, en dos:

1) Celtiberia ulterior: hacia el interior, actual provincia de Soria. Región montañosa y


áspera, sólo favorable para la ganadería, donde se observan construcciones defensivas del tipo de
los castros, correspondientes a la cultura hallsttática. En esta zona se asentaron los arévacos y
pelendones, pueblos pastores trashumantes.

2) Celtiberia citerior: hacia el este, limitando con los íberos. Es también en parte, zona
agreste; pero menos pobre que la anterior. En general, es llana y propicia para el cultivo de
cereales y hortalizas. Esto unido a su próspera metalurgia la erigió en una extensión rica.
En su territorio se hallaban comprendidas las tribus de los bellos tittos, los celtíberos
propiamente dichos y los lusones que algunos pretenden vincular con los lusitanos
atribuyéndoles carácter ibérico, lo que no ha podido ser comprobado. Más bien se trata de un
grupo celta y hermano de los celtíberos.

Esta división, como se ve, se fundamenta en diferencias geográficas, que los romanos
supieron aprovechar en su organización.
Pero si los celtíberos han sido frecuentemente considerados y atendidos por las fuentes
romanas ha sido, sobre todo, debido a la índole de su personalidad, por sus rasgos definidores
que de alguna manera heredaría el pueblo español.
Pueblo de un extremo orgullo y gran altivez, los celtíberos, despreciaban el peligro, se
mostraban indiferentes ante el dolor. El amor por la libertad era la bandera que esgrimían ante
los invasores. Pero así como se mostraban crueles con los enemigos que ponían en peligro su
independencia, también sabían ser buenos huéspedes y fieles a la palabra empeñada.
El más claro ejemplo de su valor lo constituye el episodio del sitio de la ciudad celtíbera
de Numancia, a la que sólo tras largo asedio y por el hambre, lograron sojuzgar los romanos.
Junto a los cántabros y vascos, los celtíberos constituyen la mayor oposición que los
romanos tuvieron que superar en la Península.
En todo el dominio celta puede observarse que no se había operado aún el proceso de
individualización del poder, propio de los pueblos ibéricos. La organización política típica era la
Asamblea popular y el Consejo de Ancianos. Sólo esporádicamente surgió el régimen del
caudillaje ante situaciones apremiantes como ante el caso de la presencia invasora romana. No
obstante, han llegado hasta nosotros los nombres de algunos príncipes celtíberos que parecen
denunciar un régimen aristocrático militar más que monárquico.
En lo referente al aspecto social hay que decir que aunque en algunas regiones (ej. zona
cantábrica) se mantuvieron algunos derechos femeninos que pudieran hacer pensar en una
organización matriarcal, tales resabios no son suficientes y pueden explicarse por el fondo étnico
indígena, no así por la configuración celta, fuertemente patriarcal.
Debieron existir diferencias sociales entre los celtas ya que con frecuencia se hace
mención a la presencia de siervos o esclavos, probablemente pertenecientes a una etnia diferente
sojuzgada. Las diferencias sociales parecen extremarse hacia occidente, entre los lusitanos (ej.
relato de las bodas de Viriato).
Pueblo eminentemente guerrero, vemos participar a los celtas como mercenarios en favor
de turdetanos o cartagineses, incluso fuera de la Península. Son característicos del área celta los
hábitats fortificados o fuertemente amurallados a modo de castillos inexpugnables aprovechando
los accidentes geográficos, denominados castros.
Desarrollaron la metalurgia del hierro a la par que dieron origen aun arte, muchas veces
poco valorado, por su aparente simplicidad. Frente a las manifestaciones realistas ibéricas
aparece el arte celta con su tendencia a las formas geométricas, más propio de un pueblo dado a
las abstracciones, vuelto sobre sí mismo.
En cuanto al aspecto religioso, no existió en la Península una clase sacerdotal comparable
a los druidas galos. En gran medida los celtas de la zona NO, al menos, incorporaron en sus ritos
el culto de las divinidades autóctonas, las que parecen estar en íntima relación con la Naturaleza.
En toda el área céltica se practicaron sacrificios de animales con carácter propiciatorio ritual e
incluso en algunas ocasiones, se practicaron sacrificios humanos, los que no debían resultar del
todo extraños en la Península ya que eran frecuentes entre los cartagineses.
La cultura del pueblo celta habría pasado por distintas etapas, atestiguadas de modo
desigual en la Península.
A la civilización de los "campos de urnas" (urnenfelder) que invade todo el Occidente
europeo llegando incluso a Hispania, le sigue la "civilización hallsttática" (yacimiento de
Hallsttat, en Alemania) que se caracteriza por la aparición y desarrollo de la siderurgia aplicada
sobre todo al armamento, y finalmente se completa esta evolución con la "civilización
lateniense" (yacimiento de La Tène, en Francia) o período clásico para esta cultura.
La primera y más antigua corresponde a un notable grado de producción y consumo de
objetos de bronce. El final de la Edad de Bronce parece señalar la desintegración social
igualitaria de los urnenfelder, y la progresiva diferenciación de una clase guerrera privilegiada
(estratificación social), a juzgar por las sepulturas del período hallsttático, ricas en armas
portentosas enterradas junto al muerto. En esta etapa puede apreciarse la coexistencia de ritos
funerarios de inhumación e incineración. El cadáver del jefe era llevado a la sepultura sobre un
carro en un importante ceremonial y enterrado con sus pertenencias (espadas, carro, alimentos,
etc.) en una cámara cubierta por un túmulo.
Del período hallsttático hay evidentes huellas en Hispania aunque en el área celta no ha
podido encontrarse ningún caso de inhumación. Los celtas que entraron en la Península eran
incineradores y sin duda, influyeron en la generalización del cambio de ritual funerario operado.
Las necrópolis peninsulares adoptan ambas formas de enterramiento:
- campos de urnas;
- túmulos.
Al contacto con las civilizaciones griegas y etruscas en la costa septentrional del
Mediterráneo, se opera un progresivo cambio en el mundo hallsttático que, alrededor del siglo IV
a.J.C., asimila completamente las influencias mediterráneas dando lugar a la cultura de La Tène.
Se trata de un arte aplicado a los pequeños objetos: joyas, fíbulas, vajilla, monedas,
cerámica, armas, escudos. En este arte pueden verse en una primera etapa influencias etruscas
(siglos V y IV a.J.C.), luego llega a un equilibrio clásico (siglo IV a.J.C.), el que concluye con un
período manierista (siglos III y II a.J.C.).
Los elementos celtas no son incorporados tal y como se dieron en la Europa occidental.
En Hispania se produce una asimilación y transformación que da lugar a manifestaciones
culturales originales. Son numerosos los objetos de arte donde se aplican los elementos
decorativos latenienses. En Castilla, se han encontrado las típicas espadas largas con
empuñadura detalladamente trabajada, propias de este período.
Como hemos podido observar a lo largo de estas líneas, al presencia celta en la Península
resulta de un peso avasallante, de allí que haya dejado huellas imborrables que se manifiestan en
la índole del pueblo español. El papel de la cultura celta se magnifica si pensamos que constituyó
un factor aglutinante, propiciatorio de una homogeneización lingüística y arqueológicamente
comprobada.
Siendo los últimos en llegar a Hispania y encontrándose en plena expansión, concretando
una simbiosis con las poblaciones de más larga data en la Península y poseyendo una gran
autoestima de sus cosyumbres, se resistieron tenazmente a la dominación romana. En mayor o
menor medida, resultaron un problema para las aspiraciones imperiales. El período de
bilingüísmo debió ser extenso, pues los celtas, orgullosos de su estirpe difícilmente abandonarían
su lengua; de allí que podamos atribuir a la lengua celta el carácter de sustrato respecto del latín
de los conquistadores.

LOS VASCOS
La zona del Alto Ebro aparece habitada por pueblos cuyo origen étnico ha sido difícil de
precisar. En esta región las fuentes antiguas ubican a várdulos, caristios, autrigones y vascones.
De todos ellos, el que reviste una importancia fundamental para nuestro estudio es el
pueblo vasco, cuya lengua desde un pasado remoto se extiende hasta nuestros días, único
ejemplo de pervivencia de una lengua prerromana en la Península. Aun así, resulta tarea ardua
poder reconstruir la lengua hablada por este pueblo en el pasado debido a la escasez de datos
epigráficos de la región y al hecho de que las influencias de pueblos vecinos e invasores
impusieron, sin duda, modalidades que nos alejan de la lengua originaria.
Más difícil resulta aún precisar su origen étnico. Durante mucho tiempo se defendió la
hipótesis de que se trataría de un pueblo de procedencia africana cuya lengua presentaría
coincidencias con las lenguas camíticas como el bereber, el copto, etc.
Más recientemente, ha podido vinculárselos con regiones muy lejanas de la Península,
desde donde habrían emigrado remotamente. Se les adjudica origen caucásico, lo que los hace
evidentemente diversos del resto de los habitantes hispanos. De todos modos, su presencia muy
antigua en Hispania los convierte en aborígenes.
También resulta de particular interés el conocimiento de su personalidad que durante
siglos ha permanecido inalterable.
Pueblo montañés, dedicado al pastoreo, no dado a frecuentes contactos relacionales con
otros pueblos, cerrado y habituado a la vida ruda del medio geográfico, desarrolló un carácter
áspero. En semejantes condiciones no pudieron desarrollar una cultura floreciente y destacada
como los centros del Sur y el Este. Sin embargo, poseyeron un rasgo definitorio: el apego a su
tierra y la conciencia del valor de su raza, por lo que rechazaron todo intento de sojuzgamiento
romano.
De hecho, el vasco fue el territorio más tardíamente dominado y nunca verdaderamente
romanizado. Aunque no puede negarse que de algún modo la cultura superior romana los haya
subyugado. La prueba está en el gran número de voces latinas acogidas por el vascuence aunque
adaptadas a las peculiaridades de su lengua.

Ej.: errota 'molino' < rota 'rueda'; pesta, besta < festa.

Tan fuerte es la conciencia de su identidad y disparidad respecto del resto de Hispania


que jamás fueron realmente incorporados y asimilados a la unidad española; conflicto que hasta
el día de hoy continúa sin resolverse.
Siendo ésta su naturaleza, jamás abandonaron su lengua, representación de la raíz más
profunda de la cultura de un pueblo. De allí que importantes rasgos de su lengua podamos
descubrirlos en el romance castellano. Pero la acción del vascuence no se limita a los tiempos
pretéritos en que ejerciera acción de sustrato, se extiende en etapas posteriores donde siguió
ejerciendo su influjo sobre el romance como adstrato.

PUEBLOS DE PERMANENCIA TRANSITORIA EN LA PENÍNSULA


En este apartado debe considerarse la presencia en la Península de pueblos que, a
diferencia de los anteriormente estudiados, no constituyeron núcleos de población estable debido
a la forma que revistió su asentamiento: colonias que con fines comerciales oficiaban de bases de
reabastecimiento e intercambio en las grandes rutas mercantiles del mundo antiguo. En esta
situación se encuentran las colonias fenicias, griegas y cartaginesas.
Los primeros en fijar su asiento en la Península fueron los fenicios. Tras la decadencia
aquea, Tiro y Sidón heredaron y ampliaron el comercio marítimo por el Mediterráneo.
No se sabe con exactitud cuándo llegaron a Occidente. Timeo (III a.J.C.) recoge una
tradición según la cual antes de la fundación de Gádir, primera colonia fenicia en territorio
hispánico (1100 a.J.C.), los fenicios ya navegaban con fines comerciales la zona, incluyendo el
norte de Africa. Según el testimonio de Estrabón (I a.J.C.) la expansión de los fenicios que
implicaba la fundación de colonias se produjo después de la caída de Troya. Según esta misma
fuente los fenicios habrían extendido sus viajes más allá del Estrecho de Gibraltar. De hecho, la
fundación de Gádir, nombre deformado por los romanos (Gades) y árabes (Qadis), actual Cádiz,
más allá de las columnas de Hércules, así lo indican.
Los fenicios habitaron primitivamente en la costa de Almería hasta Cartagena, luego se
extendieron hasta Málaga, donde los tirios allí establecidos se dedicaron al comercio y a la
industria, principalmente la de salazón. Estas industrias al prosperar en tiempos cartagineses
dieron lugar a las colonias de Malaka, Sexi y Abdera.
El poder fenicio debió ser grande ya que Estrabón alude a la lucha entablada entre tirios y
turdetanos, que terminara con el vasallaje de estos últimos.
Cuando hacia mediados del siglo IX a.J.C. Tiro queda sojuzgada por los asirios y hacia
fines del siglo VIII sufre duros asedios, comienza su declinación y la pérdida del dominio sobre
el mar. La decadencia de Tiro será remediada por el rápido auge de colonias más jóvenes como
Cartago.
Desde el año 654 a.J.C., los cartagineses se establecen en Ibiza, punto estratégico, ya que
era la escala obligada desde Oriente hacia el emporio de los metales. Hasta entonces ese puente
de islas: Italia, Sicilia-Cerdeña-Menorca-Mallorca-Ibiza, era utilizado por los griegos para llegar
a Tartessós. Pero fueron los cartagineses quienes se adelantaron en fundar allí una colonia que
llamaron Ebysos (Ebusus para los romanos, después Ibiza) "tierra de pinos" o "tierras del dios
Bes".
Los griegos desplazados del sur, se asentaron en el este. En las cercanías de Málaka
fundaron la colonia de Mainake y más al norte Massalía (600 a.J.C.), Alalíe (560 a.J.C.) y
Emporion (550 a.J.C.).
Los griegos debieron conservar a duras penas la colonia de Mainake; pero gozaron de
prestigio entre los tartesios. Así lo prueba el hecho de que Arganthonios, rey tartesio, hacia el
siglo VI a.J.C. asumiera una posición filhelenista (los tartesios verían en los griegos a sus
liberadores del monopolio cartaginés) y antipúnica en el conflicto que acarrearía la destrucción
de Alalíe y en consecuencia, la decadencia de Tartessós.
A la thalassokratia focense, que sólo duraría 50 años, le sucede el predominio naval
cartaginés.
Eliminada la competencia griega, Cartago empezó a pensar en la extensión de sus
dominios por el Mediterráneo, lo cual significaba entrar en una nueva rivalidad, esta vez con los
romanos.
La expansión se realizaría por vía terrestre, para lo cual se hacía indispensable el dominio
de la Península Ibérica. La presencia cartaginesa en Hispania nunca fue profunda, se limitó a la
zona costera con algunas incursiones en el interior. Tras la derrota en la Primera Guerra Púnica
se debilita su poder en la Península. Un ejemplo de la oposición que debieron encontrar en la
población hispana lo constituye el hecho de que Amílcar tardó nueve años en someter a los
íberos y nunca fueron asimilados bajo un régimen gubernativo estable como el más tarde
impondría Roma.
Es justamente en ocasión de la Segunda Guerra Púnica que se opera la penetración
romana en Hispania, hecho clave, año cero, para la historia de la lengua española.
La importancia de los pueblos estudiados en este apartado radica en que en mayor o
menor medida han dejado su huella cultural en el sur y este peninsulares. Sobre todo los griegos
en contacto con los íberos han permitido la presencia de elementos de las culturas del
Mediterráneo oriental que, fusionados con los indígenas, han originado un arte muy especial. En
todo caso, todos han contribuido al reforzamiento de los rasgos mediterráneos de los pueblos
preexistentes.
Y aunque como pueblos de permanencia transitoria, sin voluntad de afincamiento,
difícilmente pudieran dejar huellas en lo lingüístico, su presencia debió influir en la constitución
de los sistemas de escritura que florecieron en el este y sur de la Península.

RESUMEN DIDÁCTICO ELABORADO PARA LA CÁTEDRA DE HISTORIA DE LA


LENGUA ESPAÑOLA POR LA PROF. MARÍA TERESA TONIOLO.
UNIDAD 3

- Väänänen, V. (1985) Introducción al latín vulgar. Madrid. Gredos. (Selección de capítulos: págs. 29-55).
- Lloyd, P. (1993) Del latín al español. I. Fonología y morfología históricas de la lengua española. Madrid. Gredos.
(Cap. I, págs. 1-15).
- Rodríguez-Pantoja, M. (2004) “El latín hablado en Hispania hasta el siglo V”. En: Cano, R. (coord.) Historia de la
lengua española. Barcelona. Ariel.

Textos:
- Appendix Probi. Edición de W. Heraeus en Archiv für lateinische Lexikographie und Grammatik. Leipzig. 1899.
Reproducido en Väänänen, V. (1985). [Fragm.]
Appendix Probi 47

baculus non vaclus


10 angulus non anglus
iugulus non iuglus
calcostegis non calcosteis
APPENDIX PROBI septizonium non septizodium
vacua non vaqua
15 vacui non vaqui
Se encuentra en un palimpsesto de Viena, 17, procedente de cultellum non cuntellum
Bobbio, fols. 49-52, a continuación de los Instituta Artium, de Pro- Marsias non Marsuas
bo, de donde el nombre; el códice fue copiado hacia el siglo VIII. † cannelam non canianus
Sittl (ALL 6, 1894, 557) le atribuyó origen africano, junto con Hercules non Herculens
G. Paris. W. A. Baehrens, por el contrario, se inclina a suponerlo 20 columna non colomna
italiano, quizá elaborado en la propia Roma, entre 200 y 320 d. C. pecten non pectinis
Su valor documental para la historia del latín es singularísimo, pues aquaeductus non aquiductus
sus datos vulgares aparecen confirmados en inscripciones y gramá- cithara non citera
ticos. crista non crysta
EDICIONES: Keil GL IV, 197-199 (reproducción de la de End- 25 formica non furmica
licher y Eichenfeld, Analecta Grammatica, Viena, 1837, 413-416); musivum non mus(e)um
W. Foerster, Wiener Studien 14, 1892, 294-296; W. Heraeus, exequiae non execiae
ALL 11, 1900, 301-331, y W. A. Baehrens, Sprachlicher Kommen-tar gyrus non girus
zur vulgärlateinischen Appendiz Probi, Halle, 1922, 5-8. avus non aus
ESTUDIOS: El más completo es el de W. A. Baehrens; además, 30 miles non milex
S. Silva Neto, Fontes do latim vulgar (O Appendix Probi), Río de sobrius non suber
Janeiro, 19462, 19563. figulus non figel
TEXTO: Seguimos la edición de Baehrens: masculus non mascel
lanius non laneo
porphireticum marmor non purpureticum marmur 35 iuvencus non iuvenclus
tolonium non toloneum barbarus non barbar
speculum non speclum equs non ecus
masculus non masclus coqus non cocus
5 vetulus non veclus coquens non cocens
vitulus non viclus 40 coqui non coci
vernaculus non vernaclus
articulus non articlus 13 septizodium Niedermann] septidonium V 28 girus Endlicher] gyrus V

1 marmur1? V
48 Antología del latín vulgar Appendix Probi 49

acre non acrum favilla non failla


pauper mulier non paupera mulier orbis non orbs
carcer non car<car> 75 formosus non formunsus
bravium non brabium ansa non asa
45 pancarpus non parcarpus flagellum non fragellum
Theophilus non Izophilus calatus non galatus
homfagium non monofagium digitus non dicitus
Byzacenus non Bizacinus 80 solea non solia
Capse(n)sis non Capsessis calceus non calcius
50 catulus non catellus iecur non iocur
[catulus non catellus] auris non oricla
doleus non dolium camera non cammara
calida non calda 85 pegma non peuma
frigida non fricda cloaca non cluaca
55 vinea non vinia festuca non fis<tuca>
tristis non tristus ales non <alis>
tersus non tertus facies non fa<cia?>
umbilicus non imbilicus 90 cautes non c<autis>
turma non torma plebes non plevis
60 caelebs non celeps vates non vatis
ostium non osteum tabes non tavis
Flavus non Flaus supellex non superlex
cavea non cavia 95 apes non apis
senatus non sinatus nubes non nubs
65 brattea non brattia suboles non subolis
cochlea non coclia vulpes non vulpis
cocleare non cocliarium palumbes non palumbus
palearium non paliarium 100 lues non luis
primipilaris non primipilarius deses non desis
70 alveus non albeus reses non resis
glovus non glomus vepres non vepris
lancea non lancia fames non famis

45 pancarpus V 47 homfagium V] monofagia Baehrens, omphacium 77 fagellum V 86 cloaca V 89 faces Baehrens facia? Díaz 94 in
Endlicher 53 in marg. ‘utrumque dicitur’ marg. ‘utrumque dicitur’
LATÍN VULGAR. – 4
50 Antología del latín vulgar Appendix Probi 51

105 clades non cladis vico strobili non vico trobili


Syrtes non Syrtis teter non tetrus
aedes non aedis aper non aprus
sedes non sedis 140 amycdala non amiddula
proles non prolis faseolus non fassiolus
110 draco non dracco stabulum non stablum
oculus non oclus triclinium non triclinu
aqua non acqua dimidius non demidius
alium non aleum 145 turma non torma
lilium non lileum pusillus non pisinnus
115 glis non liris meretrix non menetris
delirus non delerus aries non ariex
tinea non ti<nia> pe<rsica> non pessica
exter non extraneus 150 dys <entericus non disinte>ricus
chlamis non clamus opobalsamum non ababalsamum
120 vir non vyr mensa non mesa
virgo non vyrgo raucus non raucus
virga non vyrga auctor non autor
occasio non occansio 155 auctoritas non autoritas
caligo non calligo ip<se> non ip<sus>
125 terebra non telebra linteum non lintium
effeminatus non imfimenatus
botruus non butro ***
grus non gruis terraemotus non terrimotium
anser non ansar 160 noxius non noxeus
130 tabula non tabla coruscus non scoriscus
puella non poella tonitru non tonotru
balteus non baltius passer non passar
fax non facla anser non ansar
vico capitis Africae non vico caput Africae 165 hirundo non herundo
135 vico tabuli proconsolis non vico tabulu proconsulis obstetrix non opstitris
vico castrorum non vico castrae
141 passiolus? V 151 ambabalsamum V 153 racus Niedermann, an
115 liris V] <gl>iris Baehrens recte? 166 opstitris V Díaz (ALMA 1953, 207)
52 Antología del latín vulgar Appendix Probi 53

capitulum non capiclum tolerabilis non toleravilis


noverca non novarca basilica non bassilica
nurus non nura 200 tribula non tribla
82 socrus non socra viridis non virdis
neptis non nepticla constabilitus non constablitus
anus non anucla Sirena non Serena
tundeo non detundo musium vel musivum non museum
rivus non rius 205 labsus non lapsus
175 imago non. . . orilegium non orolegium
pavor non paor hostiae non ostiae
coluber non colober Februarius non Febrarius
adipes non alipes glatri non cracli
sibilus non sifilus 210 allec non allex
180 frustum non frustrum rabidus non rabiosus
plebs non pleps tintinaculum non tintinabulum
garrulus non garulus Adon non Adonius
parentalia non parantalia grundio non grunnio
c(a)elebs non celeps 215 vapulo non baplo
185 poples non poplex necne non necnec
locuples non locuplex passim non passi
robigo non rubigo numquit non nimquit
plasta non blasta numquam non numqua
bipennis non bipinnis 220 noviscum non noscum
190 ermeneumata non erminomata vobiscum non voscum
tymum non tumum nescioubi non nesciocube
strofa non stropa pridem non pride
bitumen non butumen olim non oli
mergus non mergulus 225 adhuc non aduc
195 myrta non murta idem non ide
zizibus non zizupus amfora non ampora
iunipirus non <ie>niperus
198 toleravilis non tolerabilis V 202 constabilitus V 207 ostiae non
175 (imaginis) Truszkowski 180 frustrum non frustrum V 184 celips hostiae V 218 minquit V corr. Heraeus
V? 196 zizibus Foerster] zizipus edd. 197 iunipirus V
UNIDAD 4

A) - Lapesa, R. (1981) Historia de la lengua española. Madrid. Gredos. Cap. 4.


- Apunte de cátedra: El romance en la época visigótica.
B) - Toro Lillo, E. (2006) Los árabes y el elemento árabe en español. Alicante. Biblioteca Virtual Miguel
de Cervantes. En: http://www.cervantesvirtual.com/nd/ark:/59851/bmcw09g6
- Apunte de cátedra: La presencia árabe en España.

Textos:
- Jarchas mozárabes. Ed. digital de Maricela Gámez Elizondo. En: www.jarchas.net.
HISTORIA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

EL ROMANCE EN LA ÉPOCA VISIGÓTICA

La importancia de las invasiones germánicas para la historia lingüística peninsular no


consiste en los escasos elementos góticos o suevos que han subsistido en los romances hispanos.
El hecho trascendental fue que, a raíz de las invasiones, sobrevino una grave depresión cultural y
se dificultaron extraordinariamente las comunicaciones con el resto de la Romania.
El Latín Vulgar de la península quedó abandonado a sus propias tendencias.
Ahora bien, de los siete siglos -poco más- que median entre el fin del mundo antiguo y
los primeros monumentos conservados de las literaturas románicas peninsulares, el período
visigótico es el menos conocido en lo que se refiere a los fenómenos del lenguaje.
Los escritores hispano-godos usan el Bajo Latín, y este mismo idioma se lee en las leyes
de la época, redactadas por eruditos.
España no tiene documentos notariales en la lengua del lugar, de esa época. Francia, sí.

Algunas fuentes:
1. San Isidoro con sus ETIMOLOGÍAS. Sólo explica el material léxico. No hace
comentarios fonéticos.
2. Las llamadas PIZARRAS VISIGÓTICAS (unas 80 o 90). En estas losetas de piedra
negra trabajadas con punzón y expresadas en Bajo Latín, se advierten visibles transformaciones
declinacionales, innovaciones en los regímenes sintácticos y en los verbos. En ellas no se
encuentra el romance, pero sí tendencias hacia el romance. Son difíciles de leer. El latín es
bárbaro. Fueron halladas en Avila, Cáceres, etc. En las pizarras escribieron conjuros, misivas,
algún borrador de texto importante como el testamento del rey Wamba.
Algunas características rescatadas para esta época del lenguaje oral llamado ROMANCE
VISIGÓTICO o PRE-ROMANCE CASTELLANO (fines del siglo VII y siglo VIII) son las
siguientes:

PROCESOS FONÉTICOS: en general proseguían y se generalizaban cambios consonánticos


iniciados en el Latín Vulgar en siglos anteriores.

SONORIZACIÓN DE SORDAS INTERVOCÁLICAS: se nota la resistencia por siglos a


este fenómeno. Aparecen como ejemplos:
ecclesiae > eglesie pontificatus > pontivicatus

EL GRUPO C + YOD (i en situación de diptongo) había llegado a la misma


pronunciación dento-alveolar que d + yod o que t + yod:
calcea > [kaltsa] virdia > [vertsa] potione > [potsone]

EL SONIDO RESULTANTE DE C O K, palatal, se hallaba todavía sonando parecido a


la ch [c], como en italiano:
pace > [pace] cervu > [cervu]
LA PALATALIZACIÓN no se había consumado en el siglo VI, por eso muchos nombres
propios visigodos no tienen tal pronunciación sino dental o interdental:
Rikimunds > Rezmondo (y no [ricimondo]

EN LOS GRUPOS DE CONSONANTES producidos por pérdida de vocal C'L, al igual


que L + YOD y G'L se evolucionó a [l] (elle):
oculum > oclum > oilo > [olo]
auriculam > oricla > oreila > [orela]
tegula > tegla.....[tela]
muliere > muljere....[muler]
LA K DE LOS GRUPOS KT y KS relajada en primero, ya había pasado a i: nocte >
noχte > noite maxilla > maχella > maisella
Los grados χt e it coexistían seguramente.

Otros fenómenos asomaban solamente en determinadas regiones (marcan así un principio


de escisión dialectal):

En la TARRACONENSE, al final de la época visigótica, habían comenzado a reducirse los


diptongos latinos: ai > e, au > o:
carraria > carraira > carrera auru > oro

El grupo mb > seguramente ya sonaba [m]: palumba > paloma

Por el contrario, otras zonas (Bética, Toledo, Valencia, Lusitania y Gallaecia) mantenían ai, au,
mb.

Desde que la corte visigótica se estableció en Toledo, el centro cultural, político y lingüístico de
la Península no estuvo en las comarcas más tempranamente romanizadas (Bética y
Tarraconense), sino en la región central. En esta zona central debió surgir un fenómeno vocálico
muy interesante: la diptongación de o y e tónicas. Al recibir el acento de intensidad, en vez de
sostener el mismo timbre para toda la articulación, se bimatizaron, cerrándose el momento inicial
ee, oo. De allí parten las diptongaciones:
ie uo
e ia y o ua
ue

Esta diptongación espontánea de e y o no alcanzó amplias zonas (Lusitania y parte de Gallaecia,


zonas de Bética y la Tarraconense oriental).

El tratamiento de ambas vocales cuando van seguidas de YOD establece otra división dialectal:
la zona de Castilla no diptongará: podiu > poyo sedeat > sea oculum > ojo
pero el resto de la zona central sí diptongará: pueyo, sieya, güeyo (en leonés y aragonés).1
La diptongación ante yod se oía mucho, estaba extendida.
En época visigóticas parece haber aparecido el refuerzo de la [l] inicial, que se hizo geminada
primero y luego palatal en muchas regiones (León, Cataluña, entre los mozárabes) pero no en
Castilla.
lupu > llobu (en leonés) llop (en catalán)
luna > lluna " lluna "
lingua > llengua " llingua "

Al terminar la época visigótica se hallaba el romance en un estado de formación incipiente, con


rasgos muy primitivos.2 No se había diferenciado grandemente de los romances
extrapeninsulares.3

Como hispanismos incipientes pueden señalarse:


a. la diptongación de o y e en sílaba trabada: porta > puerta, septem > siete;
b. la geminación o palatalización de l inicial: lingu > llengua
Estos dos fenómenos no eran generales en la Penísula ni carecían de paralelos en el exterior
(algunos casos se habían registrado fuera de ella).

Por encima de las variantes regionales que antes comentamos, había una fundamental unidad en
ese español balbuceante, naciente:
• Conservación de f y y iniciales: farina, yenesta (en gran parte del territorio).
• Se oía l en casos provenientes de L + YOD: filo y C'L: olo.
• Se oía χ en casos provenientes de KT y KS: noχte.
• Se oía ai en casos provenientes de KT: faito.
Los fenómenos que acabamos de señalar como características generalizadas en la Península
fueron distintos a los que más tarde propagaría el castellano al expandirse en la época de la
Reconquista: harina, hiniesta, hijo, noche, hecho.

Formas como auro, carraira, palomba, pueyo, etc., opuestas a las castellanas oro, carrera,
paloma, poyo, ocupaban mayor expansión en la época visigótica.
Se hablaba pues un ROMANCE PRE-CASTELLANO. Sólo en Cantabria apuntaban indicios de
un dialecto nuevo.

NOTAS:

1 En zona catalana e, o pasan a ié, ué y se reducen luego a i, u:


folia > fuela > fulla lectu > llieito > llit
2 Ofrecía grados iniciales, al terminar la época visigótica, por los que han atravesado otros
romances, como:
• Una dz intermedia entre la c latina y la asibilación:
radzimo (racimo)
• La y (yermano), era el primer resultado de la g latino-vulgar (germanis)
• La aspiración o debilitamiento del grupo kt, ks: se oía
no te ma ella

3 En los siguientes fenómenos se oía parecido a los romances extrapeninsulares:


• l (de li) : filu
n (de nj) : viña
• it (de kt) : faito, feito
• l (de c'l) : olo (de oculum)

Estos tres fenómenos los compartía con el Occidente de la Romania.

RESUMEN DIDÁCTICO ELABORADO PARA LA CÁTEDRA DE HISTORIA DE LA


LENGUA ESPAÑOLA POR LA PROF. MARÍA TERESA TONIOLO.
HISTORIA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

1. La presencia árabe en España. Consecuencias culturales, políticas y lingüísticas.


2. El aporte árabe al español desde el punto de vista léxico y morfosintáctico. Arabismos
sintácticos, semánticos y fraseológicos. ¿Aportes fonológicos?

La presencia árabe en la Península Ibérica la encontramos desde el siglo VIII al siglo XV,
mas a partir del siglo XI el grado de cultura retrocede notablemente. (En 1492, cae Granada).

Desde la mira de una historia externa a la lengua encontramos:


1. División peninsular en dos Españas: la España cristiana y la España árabe.
A la España cristiana la podemos localizar al norte del Duero y del Ebro, incluyendo
reinos, condados y taifas cristianos.
En esta zona ocurre:
• una pauperización del imperial visigótico.
• una pauperización cultural (una España con una cosmovisión más cerrada).
• un eje religioso: Santiago de Compostela.

A la España musulmana la ubicamos al sur, centro y este (del Atlántico al Mediterráneo).


A medida que la Reconquista se acentúe esta extensión se irá restringiendo.
En esta zona ocurre:
• unificación política alrededor del s. X.
• unificación cultural islámica, gran bagaje cultural y, por siglos, la más alta del
occidente europeo, superior a la cultura cristiana.
• sucesivas capitales (Córdoba, Toledo, Granada).
• progresiva unificación religiosa.

Esta España árabe ejercerá maestrazgo cultural a través de la Escuela de Traductores de


Toledo (s. XII) y la Escuela Alfonsí (s. XIII). La presencia árabe en España constituye la
apertura del mundo medieval que en los primeros tiempos es esencialmente latino-árabe. La
civilización musulmana se destaca por esa época como la principal guiadora de la humanidad.
Sobre las ruinas del Imperio Romano, que fue agresión de Europa contra Asia, se dilata el
flamante imperio damasquino, agresión de Asia contra Europa.

2. Desde el punto de vista de la composición social en la España cristiana vivieron los


cristianos nativos y todos aquellos que huyeron, a lo largo de los siglos, del territorio musulmán:
judíos, cristianos y enanciados (habitantes de frontera, bilingües).
En la España musulmana convivieron judíos, cristianos y árabes puros y no puros
(bereberes, berberiscos, moros, africanos). Los hispano-godos fueron llamados mozárabes y
vivieron entre árabes unos cuantos siglos.
Desde la mira de una historia interna de la lengua observamos:
1. En la zona cristiana, las siguientes lenguas:
a. Bajo Latín Medieval (BLM): registro escrito de los cultos y documentos
oficiales.
b. Latín Popular-Vulgar: registro oral y tecnolecto de notarios.
c. Romance: o romances nacientes.

Con la llegada de los árabes se fragmenta el romance visigótico y, en una segunda etapa,
comienza la fragmentación dialectal al norte debido a la división en reinos y la difícil
comunicación entre ellos (León, Aragón, Navarra, Castilla, Barcelona) por razones geográficas y
de seguridad.
Dentro de esa relativa unidad de rasgos, Cantabria, en el extremo norte, aparece como
única discrepante en lo lingüístico.

2. En la zona árabe, trilingüismo:


a. Árabe
b. Hebreo
c. Romance (dialectos mozárabes): derivado del L.V. transformado en romance
visigótico. Los mozárabes mantuvieron su romance arcaico, inalterado, a juzgar por los
documentos literarios (muwashahas y zéjeles), sobreviviendo en tierra árabe.

Si bien los contactos culturales fueron grandes (los árabes detentaban una cultura
superior en las ciencias, filosofía, artes, etc.), desde el punto de vista lingüístico el árabe no dejó
rastros de real interferencia en los sonidos y en lo morfosintáctico del futuro español; pero sí
trasvasó un cuadal numeroso de vocablos (unos 4 000).
La explicación, por un lado, se encuentra en que el árabe se inscribe dentro de una
familia camito-semítica y los romances hispánicos dentro de la familia del indoeuropeo. Por otro,
en que el verdadero contacto lingüístico se da en el sur, entre el árabe y los dialectos mozárabes,
pero la lengua española es continuación del dialecto castellano y con éste, los contactos no
fueron tan estrechos ni hubo bilingüismo. Cuando los mozárabes emigran al norte, no van
precisamente a Castilla sino a León.
También es importante destacar que tanto Fernando III, quien oficializó el castellano,
como Alfonso X, que hará de él la lengua científica, intentaron siempre mantener la identidad de
su propia lengua aun cuando permitieran la introducción de vocablos.

APORTE ÁRABE AL ESPAÑOL

PLANO LÉXICO
En este plano se registraron muchos sustantivos, pocos adjetivos (azul, añil) y un buen
número de verbos (halagar, acicalar, recamar).
Muchos arabismos perduran en la lengua literaria y dialectal. El elemento árabe es,
después del latino, el más importante del vocabulario español, que le debe (incluyendo
formaciones derivadas) más de 4 000 palabras.
Vocabulario:
- relativo a la agricultura y la jardinería: azúcar, arroz, alcaucil, zanahoria, algodón, azucena,
alhelí, acequia, aljibe.
- relativo a árboles y flores silvestres: toronja, algarroba, retama, arrayán, jara.
- relativo a la construcción y la casa: albañil, alcoba, azulejo.
- relativo al tráfico comercial: tarifas, aranceles, aduana, almacén.
- relativo a la minería: azufre, alumbre, azogue, albayalde.
- relativo a productos farmacéuticos: alcohol, jarabe, alcanfor (del sánscrito).
- relativo a manjares: alfajores, escabeche, arrope, almíbar.
- relativo a la vestimenta, tejidos, bordados: babuchas, borceguíes, jubón, barragán, marfil,
ajorca, alfiler.

La toponimia peninsular de origen árabe es nutridísima: Guadalajara, Guadalquivir,


altiplanicie, Alcalá.
Transmitieron también buen número de voces procedentes de diversas lenguas: ajedrez
(sánscrito), alquimia (griego), albérchigo (pérsico).
También pasaron partículas e interjecciones: ojalá, hala, hasta, de balde.

Nota: llamativamente faltan palabras referentes al sentimiento, vicios, emociones, deseos,


virtudes (algunas: hasana, hazaña, aleve)

APOGEO Y DECADENCIA DEL ARABISMO

La suerte de los arabismos hispánicos ha variado según las épocas. Hasta el siglo XI,
mientras la Península Ibérica estuvo orientada hacia Córdoba, se introdujeron sin competencia.
Desde la Baja Edad Media continúan pujantes pero ya luchan con el latinismo culto y con el
extranjerismo europeo. Desde el año 1 500 se inicia el retroceso. Nuevas técnicas, modas e
intereses suceden a los medievales y la cultura musulmana, en franca decadencia, no podía
ofrecer nada comparable al espléndido Renacimiento.
Frente a los demás romances, en el léxico hispano-portugués donde los arabismos
duraron más.

ARABISMOS SEMÁNTICOS, SINTÁCTICOS Y FRASEOLÓGICOS

1. Encontramos palabras y expresiones completamente románicas en cuanto al origen y


evolución formal de su significante, pero parcial o totalmente arabizadas en su contenido
significativo, pues fueron adquiriendo aceptaciones nuevas por la presencia mental de una
palabra árabe con que tenían algún significado en común:

órgano de la visión filo agudo de la espada


ojo acero
fuente de agua (ár. ayn) energía, fuerza, vehemencia (ár. dokra)
morada
casa
sede, ciudad (P. de Mío Cid) (ár. dar)

2. Los períodos extensos con coordinación copulativa se atribuyen a casos de arabismos


sintácticos. Pero es un tipo de estructura lingüística común en las etapas de lengua de escaso
cultivo literario. No es verdadera influencia lingüística árabe.

3. La lengua romance de la época tradujo igualmente fraseología arábiga en lo que atañe


a:
Que Dios guarde - Si Dios quiere -
Bendiciones y salutaciones Que Dios mantenga - Bendita o maldita
sea la madre que te parió.

Repertorio de cortesías que esta es su casa (cuando se la visita por primera vez)
podrían producir equívocos está a su disposición (cuando tenemos algo que gusta a otro)
a un extranjero ¿Ud. gusta? (cuando estamos comiendo y alguien se acerca)

En el plano de lo fonológico el árabe no influyó. Su estructura gramatical y fónica, como


la de todas las lenguas semíticas, era demasiado distinta del romance para que le fuera posible
dejar huellas.
El español parece no haber incorporado ningún fonema árabe. Aunque Nebrija y otros
estudiosos, observando que las antiguas grafías < ç > < x >, s (sh) y el sonido de la h
(aspirado) no tenían equivalentes en latín ni en griego, pero sí en árabe, creyeron que procedían
de éste. Mas la evolución autóctona de ciertas consonantes y grupos latinos en español habrían
producido los tres sonidos con absoluta independencia respecto del árabe: cabeça, dixo, home,
xabón. Lo que más se suele afrimar es que la s alveolar s pasó a palatal s por influencia
morisca, pero es muy dudoso. Quizás la presencia del árabe reforzó ese paso (los árabes no
sabían pronuncias la s ápico-alveolar y la convertían en palatal).

En lo morfosintáctico la incidencia fue escasa. Podríamos decir que la aparición del


artículo, nacido en el Latín coloquial del demostrativo ILLE, se reforzó por el contacto con el
árabe que lo tiene como categoría muy usual.
a - al a/zúcar al/helí al/mohada
(art. ár.)
Aunque si observamos estrictamente, el artículo árabe ingresó con valor de elemento léxico no
con valor de artículo, sino como parte de una palabra: a z ú c a r
art. palabra sustantivo

En el plano morfológico, lo que sí está probado como aporte del árabe es el sufijo -í de adjetivos
y gentilicios (a veces sustantivados):
marroquí - tunecí - muladí - Alfonsí (a modo de imitación)
Y, sin valor de sufijo propiamente dicho: carmesí - baladí - jabalí.
Como vemos, fuera del léxico y de las transposiciones semánticas comentadas, en lo
morfológico la incidencia es una y en lo fonético nada se ha probado.

Si pensamos en los 800-900 años de contacto entre musulmanes, cristianos, judíos...¿qué de


extraño tiene que la lengua, la religión, las costumbres, el arte, las letras e incluso rasgos básicos
del carácter español exijan que tengamos en cuenta ese entrelace? La España cristiana no fue
algo con existencia propia sobre la cual "cayó" el Islam. Se "hizo" mientras incorporaba e
injertaba en su vida lo que su enlace con la muslamía le forzaba.
Lo más original y universal del genio hispánico toma su origen en formas de vida fraguadas en
los 900 años de contextura cristiano-islámica-judaica.

En la Hispania del sur, bajo el dominio árabe, los romances nacientes a partir del Latín Vulgar se
llamaron "dialectos mozárabes".
Las características de esos dialectos aparecen registradas en las composiciones denominadas
JARCHYAS, fragmentos líricos que actuaban de colofón de las poesías llamadas
MUWASHAJAS. Éstas últimas escritas en lengua árabe, las jarchyas, en romance mozárabe de
la época (siglos IX, X, XI).

JARCHYAS / JARYAS VERSIÓN

Gar, ¿qué farayú? Dí, ¿qué haré?


¿Cóm vivrayú? ¿Cómo viviré?
Est -al- habib espro A este amado espero,
por el morrayu? por él moriré.

Garid vos, ay yermaniellas Decid vos, ¡ay hermanillas!


¿com'contener é mieu mali? ¿cómo contener mi mal?
Sin el-habib non vivreyú, Sin el amado yo no viviré,
ed volarei demandari. y volaré a buscarlo.

RESUMEN DIDÁCTICO ELABORADO PARA LA CÁTEDRA DE HISTORIA DE LA


LENGUA ESPAÑOLA POR LA PROF. MARÍA TERESA TONIOLO.
La invasión árabe. Los árabes
y el elemento árabe en español
© Elena Toro Lillo

La invasión árabe. Los árabes y el


elemento árabe en español

1. Introducción histórica.
En el año 711, grupos provenientes de Oriente y del Norte de África
(árabes, sirios y bereberes), de religión musulmana, al mando de Tarik, derrotaron
al rey visigodo Don Rodrigo en la batalla de Guadalete. Empezó así la dominación
árabe de la Península Ibérica que se prolongaría durante ocho siglos, hasta 1492,
momento en que el último rey nazarí rindió Granada a los Reyes Católicos.

La conquista fue rápida; en menos de ocho años conquistaron toda


Hispania a excepción de una pequeña franja en el Norte de la Península, donde los
núcleos de resistencia dieron lugar a los reinos cristianos peninsulares, que fueron
recortando progresivamente el espacio musulmán.

España se islamizó, su nombre fue Al-Andalus, adoptó en gran parte las


costumbres, la cultura y la lengua del invasor y esa influencia jugó un importante
papel en su evolución histórica.

1.1. Etapas histórica de Al-Andalus


La conquista (711-722): A partir de la derrota de Guadalete, Tarik, y
Muza, gobernador de Ifriqiya, recorrieron la Península y conquistaron sin esfuerzo
las grandes ciudades: Écija, Jaén, Sevilla, Mérida y Toledo (713), Zaragoza (714)
y la zona de Cataluña (716-719). La conquista no ofreció grandes hechos bélicos:
las ciudades hispanogodas ofrecieron poca resistencia, firmando pactos y
capitulaciones, y así la España conquistada, bajo el nombre de Al-Andalus, pasó a
ser provincia del Imperio musulmán.

Emirato dependiente de Damasco (711-755): Al-Andalus se hallaba


sometida al califa de Damasco, aunque sus gobernadores dependían de Ifriqiya
(Túnez). La capital estuvo en un primer momento en Sevilla pero pronto se
trasladó a Córdoba. Durante este periodo fueron frecuentes las luchas entre los
propios musulmanes, de diferentes etnias.

Emirato de Córdoba (756-929):

En el año 756 el príncipe omeya Abd Al-Rahman, único superviviente de


la masacre de toda su familia por parte de los Abbasíes de Damasco, llegó a Al-
Andalus, derrotó al emir Yusuf, representante del poder de Damasco, y se hizo
proclamar emir con el nombre de Abd al-Rahman I. En el año 773 rompió sus
relaciones con los Abbasíes y se proclamó emir independiente.

A pesar de sus intentos de unificación, éstos fracasaron y tanto él como sus


descendientes tuvieron que luchar no sólo contra los cristianos de Norte sino
también en su propio territorio, contra mozárabes y muladíes, como en el caso de
la rebelión de Omar Ibn Hafsun en la Serranía de Ronda, a finales del siglo IX,
que fue duramente reprimida por Al-Hakam I.

Estas luchas internas parecía debilitar el poder musulmán en Al-Andalus


cuando llegó al poder Abd al-Rahman III (912-961).

Califato de Córdoba (912-1031): Abd. Al-Rahman III consiguió devolver


la unidad al reino. Terminó con las revueltas internas y consiguió importantes
triunfos frente a los cristianos del Norte. Bajo su gobierno, la España musulmana
alcanzó su máximo esplendor. En el 929 rompió sus lazos religiosos con Oriente y
se proclamó califa 'Amir al-muminin' (jefe de los creyentes). Instaló su gobierno
en su nueva ciudad, Medina-Azahara, palacio de gran belleza por sus lujosas
estancias, sus jardines y sus fuentes.
Sus sucesores mantuvieron la unidad territorial y política de Al-Andalus.
Bajo el gobierno de Hisam II destacó la personalidad de su visir, un noble
cordobés, Abu Amir Muhammad, conocido por «Almanzor» (el victorioso por
Alá). Realizó múltiples campañas victoriosas contra los cristianos, conquistando
ciudades como Zamora, León, Barcelona y Santiago de Compostela (997). En esta
última ciudad se apoderó de las campanas de la Catedral y las hizo trasladar a
Córdoba a hombros de prisioneros cristianos. A su muerte (1002), las luchas
volvieron a apoderarse de Al-Andalus, lo que supuso el final del Califato.

Durante esta época, Al-Andalus vivió su época de mayor esplendor en arte,


arquitectura, ciencia, medicina, literatura. Córdoba era una de las ciudades más
grandes e importantes del Occidente.

Salón del Trono o Salón Rico. Medina-Azahara. Córdoba

Los reinos de taifas (1031-1492): El Califato se mantuvo oficialmente


hasta 1031. Hisam III fue el último califa nominal, pero sin poder. A su muerte,
Al-Andalus se dividió en treinta reinos: los reinos de Taifas. Entre ellos destacan
los de Valencia, Murcia, Toledo, Sevilla, Granada, Badajoz y Zaragoza. Esta
disgregación del poder animó a los reinos cristianos en su avance hacia el Sur,
conquistando Toledo en 1085, obligando a los reyes taifas a pagar parias y
poniendo la frontera entre ambos reinos en la línea del Tajo.
Ante esto, los reinos taifas llamaron en su apoyo a otros pueblos
musulmanes del Norte de África. En primer lugar a los almorávides «consagrados
de Dios», de origen bereber (1086-1140) y más tarde a los almohades
«unificadores» (1140-1214). Ambos, almorávides y almohades, defensores
estrictos del Islam, persiguieron ferozmente a los mozárabes, obligándolos a huir
hacia los reinos cristianos, en especial hacia Toledo.

Tras la derrota de las Navas de Tolosa (1212) y las sublevaciones del norte
de África, el imperio almohade desapareció definitivamente en 1224.

Los reinos de taifas fueron desapareciendo progresivamente ante la


expansión cristiana. En la segunda mitad del siglo XIII sólo quedaba ya el reino
nazarí de Granada, que se mantuvo durante doscientos cincuenta años, hasta su
conquista definitiva por los Reyes Católicos (1492).

La rendición de Granada. Pradilla

2. Situación lingüística
La llegada de los árabes rompió con todo el desarrollo histórico anterior:
no fueron sólo una superestructura de poder, como había ocurrido con los
visigodos, sino que pusieron en marcha procesos que dieron como resultado una
realidad no continuadora de la Hispania visigótica.
Con los conquistadores llegó, entre otras cosas, una lengua de naturaleza
bien distinta a las románicas: el árabe, con sus diferentes manifestaciones escritas
y orales, que se impuso como lengua oficial y de cultura.

Esta lengua, el árabe, actuó como superestrato del romance andalusí y


como adstrato de los otros romances peninsulares. Fueron muchos los que
dominaban ambas formas lingüísticas: Al-Andalus fue una sociedad bilingüe al
menos hasta el siglo XI o XII.

Rota la sociedad hispanogoda, los hablantes románicos se distribuyeron y


evolucionaron en situaciones completamente nuevas. Se continuaba con el latín de
Emérita, Hispalis, Curduba o Tarraco, pero era una lengua coloquial, carente de
normalización y fragmentada.

Lo que se perpetuó fue el habla de los enclaves de resistencia cristiana de


la zona astur y pirenaica donde, junto a los habitantes de la zona, se refugiaron los
miembros de la maltrecha aristocracia hispanogoda y cristianos que no deseaban
permanecer en Al-andalus. Fue en esos lugares (Oviedo, León, Burgos,
Barcelona ) donde nacieron los nuevos modos lingüísticos que se repartirán por
la Península durante la Conquista cristiana

Al-Andalus se vio inmersa en un nuevo proceso cultural y junto al árabe


coloquial o al escrito, en la zona conquistada se continuaba con el romance
hispánico: el mozárabe, «la variedad lingüística románica hablada en Al-Andalus,
especialmente hasta finales del siglo XI, no sólo por los cristianos que
permanecieron en territorio musulmán, sino también por los muladíes o conversos
al Islam y, en menor medida, por parte de la población conquistadora» (Galmés,
1999: 97). Los árabes la llamaron 'ayamiya ( > aljamía) «lengua de extranjeros»,
aunque esa denominación podía aplicarse a cualquier lengua no arábiga.

Es difícil establecer el alcance de este periodo de bilingüismo: se mantuvo


durante el Califato y las Taifas (siglo XI), pero a partir de ese momento la presión
de los reinos cristianos en la Reconquista y la llegada de nuevos pueblos africanos
(almorávides y almohades) a mediados del XII, hicieron que los mozárabes
emigraran hacia el Norte o fueran deportados. Esto no debió suponer la
desaparición de ese romance pero sí su debilitamiento: en las ciudades
reconquistadas en el siglo XIII no parece existir ningún núcleo de hablantes
mozárabes.

A pesar de ello, es innegable la existencia de este periodo bilingüe, no sólo


por la gran cantidad de arabismos en el romance sino por las constantes
interferencias romances que aparecen en las composiciones árabes: mowassahas,
jarchas y zégeles (Corriente, 1997)

El conocimiento de ese romance hablado en Al-Andalus -el mozárabe-


presenta grandes problemas, debidos sobre todo a la falta de documentación.
Podemos caracterizarlo gracias a los rasgos que se deducen de diferentes fuentes:
glosarios latino-árabes o hispano-árabes, tratados de Medicina o Botánica y los
restos literarios.

Tampoco es fácil delimitar la influencia que pudo tener sobre las otras
lenguas peninsulares; a pesar de que el mozárabe parece compartir ciertos rasgos
con otros dialectos, las fronteras lingüística de la Península fueron marcadas por la
expansión de los reinos cristianos.

Desde el siglo XIII, los musulmanes que vivían en zonas conquistadas por
los cristianos reciben el nombre de mudéjares. Estos siguieron utilizando su
lengua, el árabe, hasta que se prohibió su uso y ellos fueron obligados a
convertirse al cristianismo. Fueron los llamados moriscos, expulsados
definitivamente de la Península en 1609, bajo el reinado de Felipe II.

Con ellos acabó la presencia de comunidades de hablantes árabes en la


Península Ibérica.

La expulsión de los moriscos. V. Carducho. Museo del Prado


3. Influencia lingüística del árabe
A pesar de que, como ya hemos dicho, había hablantes que dominaban las
dos lenguas, las diferencias lingüísticas entre ellas eran tan grandes que el influjo
quedó en los aspectos más externos, sobre todo en el léxico.

Fonología

Tal como afirma Cano (1999:52) no hay en español ningún fonema


prestado del árabe ni ninguna pronunciación particular. «Todos los estudios
realizados sobre correspondencia de fonemas de una lengua a la otra han resultado
negativos: los respectivos sistemas fonológicos fueron siempre impermeables el
uno al otro».

Parece posible, y así lo recogen tanto Lapesa (1981:145) como Cano


Aguilar, que la influencia de los préstamos árabes modificara la frecuencia de
ciertos tipos de acentuación: se incrementaron las palabras oxítonas y
proparoxítonas y se produjo el aumento de polisílabas: almogávar, berenjena...

Morfología

En este campo, tampoco el árabe ha dejado demasiada influencia. Aún así


podemos destacar:

 La anteposición del artículo al- a numerosos sustantivos. La fusión de ese


artículo con el lexema del sustantivo permite el uso de artículos romances:
la almohada, el alhelí, el albarán En muchos casos, las palabras se han
formado con el artículo al- unido a la base latina (almeja < ár. al + lat.
mitulu, alpiste (< ár. al + lat. pistu).
 En el campo derivativo, el árabe nos ha dejado el sufijo -í, para formar
gentilicios (ceutí, marroquí, yemení ) u otros sustantivos o adjetivos
(jabalí, maravedí, muladí, baladí ). El término «alfonsí» aparece en el
siglo XIII para referirse a lo relativo a Alfonso X.
 En el campo de las preposiciones, de origen árabe es hasta (< ar. hatta) y
sus variantes adta, ata, hata, fasta . Lo son también las partículas marras,
de balde, en balde.
 Con respecto a los indefinidos, la voces fulano (< ár. fulan «uno»,
«cualquiera») y mengano (< ár. man kana «el que sea») son también de
procedencia árabe (Lleal, 1990: 190-195; Lapesa, 1981: 133-135)
 Las interjecciones hala, ojalá, guay y la antigua ya «Oh».
Calcos semánticos y Fraseología.

Se interpretan como calcos semánticos aquellas palabras y expresiones


románicas en cuanto a origen y forma pero parcial o totalmente arabizadas en
cuanto a su significado. Así, infante «niño que no habla» pasó a significar «hijo de
noble», «hijo de rey», apoyándose en el termino árabe walad «hijo», «niño»,
«heredero al trono». Parecido fenómeno se observa en hidalgo, fidalgo, hijodalgo;
hijo se relacionó con el árabe ibn «descendiente de primer grado», «relacionado
con». Casos como esos son casa («casa»/«ciudad»), plata («lámina»/«plata»)
(Cano, 1999: 54)

Además de estos calcos semánticos, el romance reprodujo textualmente


algunas fórmulas y frases hechas árabes, que viven en la actualidad con total
vigencia: si Dios quiere, Dios mediante, Dios te guarde, Dios te ampare...

Léxico: Los arabismos

Si en otros dominios, la influencia árabe no es muy notable, en el campo


del léxico sí lo es. Los arabismos del español suponen aproximadamente el 8% del
vocabulario total y se calcula que son unas 4000 palabras, incluyendo voces poco
usadas (Cano, 1999: 53)

Los arabismos abarcan casi todos los campos de la actividad humana y


según Rafael Lapesa (1981: 133) son, después del latino, el caudal léxico más
importante del español, al menos hasta el siglo XVI.

Así, encontramos arabismos referidos al conocimiento y la ciencia como:


algoritmo, guarismo, cifra . álgebra, redoma, alcohol, elixir, jarabe, cénit,
nombres de constelaciones como Aldebarán Referidos a instituciones y
costumbres: alcalde, alguacil, albacea, alcabala , a actividades comerciales:
arancel, tarifa, aduana, almacén, almoneda, almazara, ataujía, zoco, ceca a
urbanismo y vivienda: arrabal, aldea, alquería, almunia, alcoba, azotea, zaguán,
alfeizar, albañil, alarife, tabique, azulejo, alcantarilla, albañal, alfombra,
almohada En el campo de la vida doméstica, el vestido o el ocio encontramos:
laúd, ajedrez, azar, tarea, alfarero, taza, jarra, ajorcas, alfiler, aljuba, albornoz,
babucha, zaragüelles, albóndigas, almíbar, arrope...
Los hay también referentes a las labores agrícolas, en las que los árabes
fueron verdaderamente innovadores en los sistemas de cultivo y regadío: acequia,
aljibe, azud, noria, arcaduz y a plantas, flores y frutos: alcachofa, algarroba,
algodón, alfalfa, alubia, azafrán, azúcar, berenjena, almiar, aceite, azucena,
azahar, adelfa, alhelí, arrayán alerce, acebuche, jara, retama

También encontramos arabismos referidos a productos minerales, como


azufre, almagre, albayalde, azogue, almadén y nombres de aves rapaces, pues la
cetrería era uno de los deportes preferidos por los árabes: sacre, neblí, alcotán,
alcarabán, borní, alcándara

Las continuas luchas con los cristianos también proporcionaron una gran
cantidad de arabismos referentes a la guerra: aceifas, algara, adalid, atalaya,
alcazar, zaga, alfange, adarga, aljuba, adarve, tambor, añafil, alférez, acicate,
acémilas, jaeces, albarda, barbacana
Algunos arabismos se remontan a orígenes diferentes del propio árabe: así
del sánscrito nos llegó ajedrez y alcanfor, del persa, jazmín, azul, naranja,
escarlata y del griego llegaron voces como arroz, alambique, acelga, alquimia
en eso los árabes no hicieron sino continuar la labor de transmisores culturales
como en tantos otros campos.

Toponimia

Otro de los campos en los que la influencia árabe se deja notar es el de la


toponimia; en la Península Ibérica la toponimia de origen árabe es abundantísima
y no solo en las zonas de dominio musulmán sino también, aunque con menor
intensidad, en la Meseta y el Noroeste.

En muchos casos, su significado es descriptivo; así, Algarbe (< algarb «el


poniente»), La Mancha (< mandza «altiplanicie»), Alcalá y Alcolea (< alqalat «el
castillo»), Medina (< madinat «ciudad»), Rábida, Rápita (< ribat «convento
militar») , Iznajar (< hisn «zona o lugar fortificado»)

En otros casos son formas compuestas amalgamados: wadi «río» nos ha


dejado Guadalquivir «río grande», Guadalén «río de la fuente», Guadalajara «río
de las piedras» Abundan los que tienen por segundo elemento un nombre
personal: Medinaceli «ciudad de Selim», Calatayud «castillo de Ayub» o los
muchos Beni- (<ibn «hijo de»): Benicasim («hijos de Casim»). También
encontramos formas híbridas arábigo-romances: Guadalcanal «río del canal»,
Guadalupe «río del lobo». A veces, se forman añadiendo a una voz romance el
artículo árabe al-: Almonaster (< lat. monasterium), Alpuente (< lat. portellum).

Los árabes tomaron de los mozárabes la /c/ con que articulaban la /c/ latina
ante /e, i/. A eso se debe el predominio de /c/ en las transcripciones de voces
romances y sobre todo, la abundancia de ch por c en muchos topónimos de Al-
Andalus: Conchel (Huesca), Carabanchel (Madrid), Elche (Alicante)
Hornachuelos (Córdoba)

Fenómeno propio de árabe hispano es la imela: el paso de /a/ a /e/ y


posteriormente a /i/, que permite explicar topónimos como Hispalis > Isbilia >
Sevilla.

Características fonéticas de los arabismos

El paso de palabras árabes, tomadas del registro oral en la mayoría de los


casos, al romance exigió su reajuste fonológico y acomodación al sistema hispano,
pues muchos de los fonemas árabes no tenían correspondencia en español. Este
proceso se realizó del siguiente modo: (Quilis, 2003: 77-80) (Lapesa, 1981:142-
145)

VOCALISMO

El sistema vocálico de árabe, con tres fonemas /a, i, u/, dos grados de
abertura y distinción de cantidad se acomodó al del romance, con tres grados de
abertura y perdiendo la función distintiva de cantidad.

El diptongo au > o (hauz > alfoz, as-saut > azote)

El diptongo ai > e (mais > almez) o se conservó (baitar > albeitar).

CONSONANTISMO

En general, cabe destacar la conservación del carácter sordo o sonoro de


los fonemas árabes, que una vez adaptados siguieron la evolución de los
españoles. Sin embargo, hay una serie de fenómenos que merece la pena destacar
para poder entender la acomodación de ciertos fonemas árabes no existentes en el
español:
 Dado que el romance no tenía más sibilantes fricativas que la /s/ sorda y la
/z/ sonoras apicoalveolares, las sibilantes fricativas dentales árabes se
acomodaron a las africadas romances /ŝ / y / /, con grafia c o ç y z
respectivamente.
 Las aspiradas árabes se asimilaron con la única aspirada romance, la [ ],
alófono de /f/ y produjeron diferentes resultados: o bien se representaron
por [h], (alharaca, alheña), o bien fueron reemplazadas por /f/. De ahí las
alternancias en algunas formas: rahal /rafal, Alhambra / Alfambra, alholí /
alfolí.
En otros casos dieron como resultados /g/ o /k/: al-'arabiyya > algarbía.
A veces llegaron a desaparecer (sobre todo el 'ain árabe): 'arab > árabe,
al-'arif > alarife.
 Las terminaciones de los masculinos árabes eran consonantes o grupos
consonánticos no admitidos por el español desde el siglo XIV. En estos
casos:
-el romance añadió una vocal de apoyo: sucq > zoco, alard > alarde, algib
> algibe.
-en otros, se sustituyó esa consonante árabe por otra tolerable en romance:
al-'agrab > alacrán, al-muhtasib > almotacén.
 Los nombres árabes terminados en vocal acentuada eran insólitos en
español (sólo en la conjugación había casos: canté, salí), por ello se colocó
una consonante paragógica, asimilando así su forma a los sustantivos
habituales en español: al-kirā' > ant. alquilé > alquiler, al-bannā' > albañí
> albañil.

Una vez admitidos, los arabismos sufrieron los mismos cambios fonéticos
que el romance:

 Palatalización de geminadas: an-nil > añil.


 El grupo /st/ > /s/ (grafía c/ ç): musta'rib > moçarabe > mozárabe,
'ustuwan > çaguán > zaguán.
Este cambio afectó incluso a toponimos latinos: lat. Caesar Augusta > ár.
Saraqusta > Çaragoça > Zaragoza.
 En muchos préstamos antiguos se sonorizaron las oclusivas sordas
intervocálicas: al-qutun > algodón.

El uso de arabismos ha variado según las épocas; durante el Califato,


cuando el centro del poder era Córdoba se introdujeron sin obstáculos ni
competencia; sin embargo, durante la Baja Edad Media empiezan a retroceder
frente a los latinismos y extranjerismos. Después se inicia el retroceso; el propio
Villalobos (1515) recriminaba a los toledanos porque «al usar arabismos afean y
ofuscan la pulidez y claridad de la lengua castellana».

El avance de la conquista cristiana hace retroceder no sólo las fronteras


sino también los usos lingüísticos. Mientras los moriscos estuvieron en España sus
usos y costumbre tenían actualidad, tras su expulsión en 1609 muchos términos
árabes fueron desechados y sustituidos por formas romances, así alfayate y
alfageme fueron sustituidos por sastre, albeitar por veterinario

«Otros se mantuvieron en el habla regional, pero la gran cantidad de ellos


que subsiste con plena vida, muchos de ellos fundamentales, caracteriza el léxico
hispano-portugués frente a los demás romances» (Lapesa 1981: 156)

Yesería con motivos epigráficos. La Alhambra, Granada

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La invasión árabe. Los árabes y el elemento


árabe en español
© Elena Toro Lillo
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Ariza, M. (2009) La lengua del siglo XII. Madrid. Arco Libro. (Selección de capítulos).
Clavería Nadal, G. (2004) “Los caracteres de la lengua en el siglo XIII: el léxico”, en R. Cano (coord.)
Historia de la lengua española. Barcelona. Ariel. (Págs. 473-504).
Lathrop, T. A. (1984) Curso de gramática histórica española. Barcelona. Ariel. (Cap. 2).
Apuntes de cátedra: El fenómeno yod. Listas de palabras sin yod. Listas de palabras con yod.
Penny, R. (2001) Gramática histórica del español. Barcelona. Ariel. (Cap. 3).

Textos:
AA. Cantar de Mío Cid. (1961) Edición crítica y paleográfica de R. Menéndez Pidal. Madrid. C.S.I.C.
Alfonso X (1976) Crónica General de España. Zaragoza. Ebro.
U.N.C. - FFyHH - HISTORIA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

EL FENÓMENO YOD
DEFINICIÓN La YOD es una I como elemento de diptongo, que por tal motivo ofrece una articulación
más cerrada que en otras posiciones. Se escucha como semiconsonante (en radio [radjo]) o
como semivocal (en baile [baile]). En ambos casos, como semiconsonante (grafía fonética j)
o como semivocal (grafía fonética i) su articulación es más cerrada que la i vocal de mirlo o
libro. Los grafemas de la YOD han sido a lo largo de la historia del español <i, y, j>.

IMPORTANCIA
El sonido YOD suele desviar o alterar las resoluciones, transformaciones, tendencias o
“leyes fonéticas” que la historia de la lengua española registra.
EFECTOS
La YOD actúa inflexionando vocales y consonantes: las palataliza.

VOCALES CONSONANTES
La YOD actúa sobre la vocal anterior contagiándole su La YOD palataliza la consonante inmediata
cerrazón, lo que lleva en líneas generales, a cerrar en anterior o posterior y su influjo sobre la vocal está
un grado la vocal precedente. subordinado a su acción sobre la consonante.
a + i / j = e proba(v)i>probé Sobre consonante posterior:
ę + i / j = e lectu>lecho factum > faito > fecho > hecho
ẹ + i / j = i cereu>cirio
ǫ + i / j = o nocte>noche Sobre consonante anterior:
ọ + i / j = u co(g)itat>cuida muliere>muller>muger>mujer
Observaciones: las vocales /i/ y /u/ no reciben
inflexión por ser ya muy cerradas.
Observaciones a los efectos de YOD
1
Cuando la YOD palatalizó muy pronto la consonante, absorbiéndose en ella, no tuvo tiempo de influir sobre
la vocal: tristitiam>tristeza. No inflexiona la i, pues de haberlo hecho no se hubiese abierto en e. [YOD 1ª]

2
Cuando la YOD se conservó por más tiempo sin ser absorbida en la consonante, tanto más influyó sobre las
varias clases de vocales: lacte>laχte>laite>leche. Inflexiona incluso a la a. [YOD 4ª]

3 Es importante tener presente que la YOD flexional de los verbos cuyos infinitivos se inscriben en la historia
de la lengua en los grupos -ere, -ire, presionada la YOD por la analogía de otras formas verbales, siguió
caminos muy apartados, tanto en la inflexión vocálica como en la palatalización de las consonantes:
timeo>timo>temo (no cierra la vocal y desaparece), video>vidio>veo (no afecta a la consonante).

O LENGUA CONTEXTO FÓNICO EJEMPLOS


R Tendencia a reducir a
I diptongo vocales que se vine/a>vinea>vinia>viña
1° Latín
G hallaban fonéticamente en mul/iere> muliere>muller>mujer
origen Vulgar
E hiato, mecanismo propio del arane/a>aranea>arania>araña
N descuido de la lengua oral.
E 2° Surge por vocalización de una lactuca>laχtuca>laituca>lechuga
Romance
S origen consonante agrupada. auriculam>auricla>origla>oreila>orella>oreja
Surge por síncopa (pérdida de de magis>demais>demás
Latín
3° un sonido) en el interior de la amavi>amai>amé
Vulgar y
D origen palabra. sartagine>sartain>sartén
Romance
E majorinu>majrinu>merino
Surge por metátesis
(trastrueque de sonidos en la
4° panaria>panaira>panera
Y Romance representación articulatoria
origen basi/u>basiu>baiso>beso
O que se ofrece en la
D imaginación, antes de hablar).
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EL FENÓMENO YOD
Y INFLEXIONA RESULTADOS ORIGEN
SUB-
O DESCRIPCIÓN EJEMPLOS
CLASE VOCALES CONSONANTES VOCALES CONSONANTES LENGUA MECANISMO
D
Consonantes
Modifica
románicas:
tempranamente No actuó.
Palataliza la
a la consonante Excepción: tristitia>tristeza
tj consonante No las tj>ẑ>ŝ>θ En el latín Diptongación
1ª anterior y verbos: aciariu>aciairu>acero
cj anterior (t o c) y inflexiona. cj>ŝ>θ vulgar. de hiatos.
desaparece. No metio > capitia>cabeza
desaparece.
actúa sobre las mido.
/ẑ/ = <z>
vocales.
/ŝ/ = <ç>

Permanece más Inflexiona Consonante


folia>folla>foja>hoja
lj tiempo. Aparece a las románica palatal:
apicula>abec´la>abeila>abella>abeja
k´l>g´l>il en el contexto vocales Diptongación
regula>reg´la>reila>rella>reja
t´l>il palabra delante abiertas ę, A la consonante lj>l>ž>š>x En el latín de hiatos y
ę>e vetulu>vet´lu>veilo>vello>viejo
2ª o detrás de la ǫ anterior o /ž/ = <g, gg, j> vulgar y en vocalización
ǫ>o
consonante a la impidiendo posterior. Consonante el romance. de
nj consonantes. somniu>sueño
que inflexiona. su románica palatal
gn>in ligna>leña
diptonga-
ng>nj regnu>reino
ción. /n/ = <ñ>
gj Tiene mayor podi/u>podiu>poyo
gj, dj > y
dj permanencia Inflexiona fugi/o>fugio>fuyo>huyo
que las
a las
anteriores. vocales
Tarda en actuar abiertas ę,
sobre las ę>e
ǫ
consonantes e impidiendo ǫ>o
inflexiona A la consonante En el Diptongación fovea>fovia>hoya
3ª su ẹ>i, ọ>u*
bj regularmente a anterior. bj, mj > y Romance. de hiatos. nerviu>nervio
diptonga-
mj las vocales ción. *A veces. bj, mj > bi, vi, mi vindemia>vendimia
abiertas. Vacila labiu>labio
Vacila en
en su acción cerrar más
sobre las a las ya
vocales
cerradas.
cerradas. No
inflexiona a la a.
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EL FENÓMENO YOD (cont.)

Y INFLEXIONA RESULTADOS ORIGEN


SUB-
O DESCRIPCIÓN EJEMPLOS
CLASE VOCALES CONSONANTES VOCALES CONSONANTES LENGUA MECANISMO
D
Es la que más factu>faitu>faichu>fecho>hecho
kt
perdura. Es una Vocalización nŏcte>nǫite>noche
ks
YOD que dura Consonantes del elemento mataxa>madaisa>madeša>madeja
gr
mucho tiempo románicas: velar o de / l / ĭntěgru>entęiro>entero
ult
como tal. multu>muito>mucho
Aparece en el Inflexiona <ch> [ĉ] hasta el
rj materia>madeira>madera
contexto palabra vocales a>e siglo XVII era un
sj Generalmente Metátesis basiu>baiso>beso
generalmente abiertas y ĕ>ę>e sonido africado
pj palataliza la En el capiat>caipa>quepa
4ª adelante de la cerradas. ē>ẹ>i chicheante
consonante romance
consonante a la También ŏ>ǫ>o
posterior.
que inflexiona. inflexiona ō>ọ>u <j> [x] hasta el
Síncopa:
Actúa sobre la a. siglo XVII no era
pérdida grege>gree>grey
todas las velar, sino
de Síncopa cogitat>coida>cuida
vocales, incluso prepalatal frictativa
sonidos amavi>amai>amé
sobre la a. sorda / š /
latinos
Puede no
desaparecer.
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EL FENÓMENO YOD: RESUMEN


El especialista español R. Menéndez Pidal ha sistematizado el fenómeno YOD en cuatro clases siguiendo un principio de orden cronológico, en
cuanto a la acción de esta YOD sobre las consonantes y secundariamente sobre las vocales.

TIPOS DE YOD SUBCLASES CONTEXTOS EVOLUCIÓN


TY, CY evolucionan>ts,s,dz,c>
Primer tipo de YOD
ti, ci z,c (cons. Africada + )
a) contextos LY, C’L, (G’L), T’L li, cl, (gl), tl > ll > j
Segundo tipo de YOD Hay dos subclases
b) contextos NY, GN (in), ni, gn >ñ
a) contextos GY, DY, gi, di > <y
Tercer tipo de YOD Hay dos subclases >y o bi, mi
b) contextos BY, MY, vi, bi, mi >
(no altera la consonante)
a) contextos CT, X (ks, gs), ct, x > ch, x > j
b) contextos RY, SY, PY, ri, si, pi > ir,is,ip > inflex. vocales
Cuarto tipo de YOD Hay tres subclases b’) contexto GR, gr > ir > ir, inflex. vocales
c) contexto de síncopas varias > diptongo e inflexión de vocales
caídas de (g), (d), (v), etc.
Universidad Nacional de Córdoba. Facultad de Filosofía y Humanidades. HISTORIA
DE LA LENGUA ESPAÑOLA.

Ejercite la evolución de de las siguientes palabras desde el latín hasta el español


actual.

1. acūtu 40. farīna 79. nŏvu


2. affinitāte 41. fĕbre 80. ŏlōre
3. amīcu 42. fĕrru 81. ŏrphănu
4. apĕrīre 43. fĕsta 82. ŏssu
5. arbŏre 44. fīlu 83. ŏvu
6. auru 45. flōre 84. pagĭna
7. bĕne 46. formīca 85. paucu
8. bĭbĕre 47. fŏrte 86. pĕnsāmŭs
9. bŏnu 48. frēnu 87. pĕnsātĭs
10. bŭcca 49. græcu 88. pĕnsō
11. cabāllu 50. grŏssu 89. perdĭmŭs
12. cadĕre 51. gŭrdu 90. pĕrdĭt
13. cæcu 52. gŭtta 91. pĕtra
14. cælu 53. hĕdĕra 92. plŭmbu
15. campu 54. hĕrba 93. pœna
16. capŭt 55. hōra 94. pŏrcu
17. castĕllu 56. ĭntĕndĕre 95. pŏst
18. caule 57. jŏvĭs 96. pŭllu
19. causa 58. lacrĭma 97. raupa
20. cĕntu 59. lāna 98. rēgīna
21. chŏrda 60. latrōne 99. scōpa
22. cœna 61. lībrŭm 100. secūru
23. cŏllu 62. lĭngŭa 101. sĭlva
24. cŏlōre 63. lūna 102. solĭtarĭu
25. cŏrnu 64. lŭpu 103. spīna
26. cŏrpu 65. manu 104. spīrĭtu
27. crudelĭtāte 66. martĕllu 105. sŭmŭs
28. crūdu 67. mauru 106. tauru
29. cŭm 68. mĭnus 107. tempŏrānu
30. cŭppa 69. mĭttĕre 108. tĕnĕt
31. cŭrrĕre 70. mŏnstrō 109. thĕsauru
32. dēfĕndo 71. mŏvĕnt 110. trēs
33. delĭcatu 72. natīvu 111. ŭmbĭlīcu
34. dĕnte 73. nĕbŭla 112. ūmĭdu
35. dīco 74. nĕgāre 113. ūsu
36. domĭnĭcŭ 75. nĕgat 114. vĕntu
37. dŭple 76. nĭgru 115. verrūca
38. dūru 77. nŏve 116. vĕstīre
39. fabŭlat 78. nŏvĭtāte 117. vītta
Universidad Nacional de Córdoba. Facultad de Filosofía y Humanidades. HISTORIA DE LA
LENGUA ESPAÑOLA

Lista de palabras para ejercitar las evoluciones que obraron desde el Latín Vulgar (o Clásico)
hasta el Español Actual.

CON PRESENCIA DE YOD Y WAU

1. aciarium 30. fŏrtiam 59. perĭcŭlum


2. acūcŭla 31. fŏveam 60. pĭgrĭtia
3. apĭcula 32. fŭgio 61. platea
4. araneam 33. fūraneum 62. pŏdium
5. area 34. genuculu 63. pōtui
6. aurĭcula 35. gŭrgŭlium 64. praegnare
7. autŭmnum 36. ĭntĕgrum 65. primariam
8. badiu 37. jactare 66. probavi
9. capĭant 38. jenŭarĭu 67. profĕctu
10. caseum 39. lacte 68. pŭteum
11. cĕrĕvĭsĭa 40. lactūcam 69. quotīdĭanu
12. cicŏneam 41. lausia 70. radia
13. coagŭlare 42. lautia 71. rĕgulam
14. concĭlium 43. laxare 72. rēgulam
15. cŏrtĭceam 44. lēctu 73. rīpariam
16. cŭltĕllum 45. lĭgŭla 74. rŏtŭlare
17. cŭmĭnĭtĭare 46. lūctam 75. rŭbeu
18. cuniculum 47. majorīnum 76. sapiat
19. dīrēctu 48. malĭtĭam 77. sapui
20. durĭtĭa 49. mansĭōnem 78. sŏmnium
21. ericium 50. matĕrĭam 79. spĕcŭlum
22. factum 51. miraculum 80. stamĭnea
23. factūram 52. mulierem 81. taxone
24. fastidĭu 53. natĭōne 82. taxu
25. fīcariam 54. nĕrviu 83. tegula
26. fĭlĭctu 55. nŏcte 84. trĭfŏlĭu
27. fīlīum 56. oratĭōne 85. trīstĭtĭam
28. focacea 57. pactare 86. vidua
29. fŏliam 58. panariam
Poema de Mío Cid

Cantar I

1.
De los sos ojos tan fuertemientre lorando
tornava la cabeça & estávalos catando.
Vio puertas abiertas & uços sin cannados,
alcándaras vazías sin pielles & sin mantos
e sin falcones & sin adtores mudados.

Sospiró Mío Çid ca mucho avíe grandes cuidados.


Ffabló Mío Çid bien & tan mesurado:
«¡Grado a tí, Sennor, Padre que estás en alto!
¡Esto me an buelto míos enemigos malos!»
Allí pienssan de aguijar, allí sueltan las rriendas.

2.
A la exida de Bivar ovieron la corneja diestra
e entrando a Burgos oviéronla siniestra.
Meçió Mío Çid los ombros & engrameó la tiesta:
«¡Albriçia, Álbar Ffánnez, ca echados somos de tierra!»

3.
Mío Çid Ruy Díaz por Burgos entrava,
en su conpanna LX pendones.
Exíenlo ver mugieres & varones,
burgeses & burgesas por las finiestras son,
plorando de los ojos tanto avíen el dolor.
De las sus bocas todos dizían una rrazón:
Poema de Mío Cid

«¡Dios, qué buen vassalo! ¡Si oviesse buen sennor!»

4.
Conbidarle íen de grado mas ninguno non osava;
el rrey don Alfonsso tanto avíe la grand sanna,
antes de la noche en Burgos dél entró su carta
con grand rrecabdo & fuertemientre sellada,
que a Mío Çid Ruy Díaz que nadi no l’ diessen posada,
e aquel que ge la diesse sopiesse vera palabra
que perderíe los averes & más los ojos de la cara
e aun demás los cuerpos & las almas.
Grande duelo avíen las yentes christianas;
ascóndense de Mío Çid ca no l’ osan dezir nada.
El Campeador adelinnó a su posada;
así commo legó a la puerta falóla bien çerrada
por miedo del rrey Alfonsso que assí lo avíen parado
que si non la quebrantas’ por fuerça que non ge la abriese nadi.
Los de Mío Çid a altas vozes laman,
los de dentro non les queríen tornar palabra.
Aguijó Mío Çid, a la puerta se legava,
sacó el pie del estribera, una ferida l’ dava.
Non se abre la puerta ca bien era çerrada.
Una ninna de nuef annos a ojo se parava:
«¡Ya Campeador, en buen ora çinxiestes espada!
El rrey lo ha vedado, anoch dél entró su carta
con grant rrecabdo & fuertemientre sellada.
Non vos osaríemos abrir nin coger por nada;
si non, perderíemos los averes & las casas
& demás los ojos de las caras.
Çid, en el nuestro mal vos non ganades nada;
mas ¡el Criador vos vala con todas sus vertudes sanctas!»
Esto la ninna dixo & tornos’ pora su casa.
Ya lo vee el Çid que del rrey non avíe graçia.
Partios’ de la puerta, por Burgos aguijava,
lego a Sancta María, luego descavalga,
fincó los innojos, de coraçón rrogava.
La oraçión fecha luego cavalgava;
salió por la puerta & en Arlançón passava.
Cabo essa villa en la glera posava,
Poema de Mío Cid

64

110.
«¡Mugier donna Ximena, grado al Criaador!
A vos digo, mis fijas don Elvira & donna Sol:
d’este vuestro casamiento creçremos en onor,
mas bien sabet verdad que non lo levanté yo;
pedidas vos ha & rrogadas el mío sennor Alfonsso
atan firmemientre & de todo coraçón
que yo nulla cosa no l’ sope dezir de no.
Metivos en sus manos fijas, amas a dos;
bien me lo creades que él vos casa, ca non yo.»

111.
Penssaron de adobar essora el palaçio;
por el suelo & suso tan bien encortinado,
tanta pórpola & tanto xámed & tanto panno preciado:
¡sabor abríedes de ser & de comer en el palaçio!
Todos sus cavalleros apriessa son juntados,
por los iffantes de Carrión essora enbiaron,
cavalgan los iffantes, adelant adelinavan al palaçio
con buenas vestiduras & fuertemientre adobados;
de pie & a sabor ¡Dios, que quedos entraron!
Reçibiólos Mío Çid con todos sus vasallos,
a él & a ssu mugier delant se le omillaron
e ivan posar en un preçioso escanno.
Todos los de Mío Çid tan bien son acordados,
están parando mientes al que en buen ora nascó;
el Campeador en pie es levantado:
«Pues que a fazer lo avemos ¿porqué lo imos tardando?
¡Venit aca, Álbar Fánnez, el que yo quiero & amo!
Affé amas mis fijas, métolas en vuestra mano;
sabedes que al rrey assí ge lo he mandado,
no lo quiero falir por nada de quanto ay parado;
a los ifantes de Carrión dadlas con vuestra mano
e prendan bendiçiones & vayamos rrecabdando.»
Estoz dixo Minaya: «¡Esto faré yo de grado!»
Levántanse derechas & metiógelas en mano;
a los ifantes de Carrión Minaya va fablando:
«Afevos delant Minaya; amos sodes hermanos.
Por mano del rrey Alfonsso que a mí lo ovo mandado
Poema de Mío Cid

65

dovos estas duennas amas son fijasdalgo


que las tomássedes por mugieres a ondra & a rrecabdo.»
Amos las rreçiben d’amor & de grado,
a Mío Çid & a su mugier van besar la mano.
Quando ovieron aquesto fecho salieron del palaçio
pora Sancta María a priessa adelinnando;
el obispo don Jherónimo vistios’ tan privado,
a la puerta de la eclegia sedíellos sperando,
dioles bendictiones, la missa a cantado.
Al salir de la ecclesia cavalgaron tan privado,
a la glera de Valençia fuera dieron salto;
¡Dios, que bien tovieron armas el Çid & sus vassalos!
Tres cavallos cameó el que en buen ora nascó.
Mío Çid de lo que veíe mucho era pagado,
los ifantes de Carrión bien an cavalgado.
Tórnanse con las duennas, a Valençia an entrado,
rricas fueron las bodas en el alcáçar ondrado;
e al otro día fizo Mío Çid fincar VII tablados,
antes que entrassen a yantar todos los quebrantaron.
Quinze días conplidos en las bodas duraron,
hya çerca de los XV días ya s’ van los fijosdalgo.
Mío Çid don Rodrigo el que en buen ora nascó
entre palafrés & mulas & corredores cavallos
en bestias sines al C son mandados,
mantos & pelliçones & otros vestidos largos;
non fueron en cuenta los averes monedados.
Los vassallos de Mío Çid assí son acordados
cada uno por sí sos dones avíen dados.
Qui aver quiere prender bien era abastado,
rricos tornan a Castiella los que a las bodas legaron.
Hya s’ ivan partiendo aquestos ospedados,
spidiéndos’ de Ruy Díaz el que en buen ora nascó
e a todas las duennas & a los fijosdalgo;
por pagados se parten de Mío Çid & de sus vassallos,
grant bien dizen d’ellos ca será aguisado.
Mucho eran alegres Diego & Ferrando,
estos fueron fijos del conde don Gonçalo.
Venidos son a Castiella aquestos ospedados,
el Çid & sos hyernos en Valençia son rastados;
PRIMERA CRÓNICA GENERAL DE ESPAÑA QUE MANDÓ COMPONER ALFONSO EL SABIO Y SE
CONTINUABA BAJO SANCHO IV EN 1289

EL REGNADO DEL REY DON ALFONSO EL SESTO, QUE REGNO XXVI DESPUES DEL REY DON
PELAYO, ET LA SU ESTORIA SE COMIENÇA.

Capitulo 845. De como uinieron los leoneses et los castellanos al rey don Alffonso yl recibieron por sennor,
et de la yura quel tomo el Çid.

Aqui dize assi la estoria que pues que el rey don Alffonso llego a Çamora finco sus tiendas en el
campo que dizen de sant Yague. Et luego fue a uer a su hermana la inffante donna Vrraca. Et tomo su
conseio con ella como farie alli de su fazienda. Et la inffante donna Vrraca assi como dizen las estorias
era muy entenduda duenna. Et el rey don Alffonso auido su conseio con ella enuio sus cartas por toda la
tierra que uiniessen alli a fazer le uassallage. Quando los de Leon et los gallegos. Et los asturianos
sopieron que el rey don Alffonso era uenjdo; fueron muy alegres con su uenida. Et uinieron luego a
Çamora et recibieron le y por rey. et sennor. Et fizieron le y luego uassallage et omenage de guardar
gele. Despues desto llegaron los castellanos. Et los nauarros et recibieron le otrossi por sennor. a tal
pleyto que yurasse que non muriera el rey don Sancho por su conseio. Pero al cabo non le quiso
ninguno tomar la yura maguer que la el rey quisiesse dar. Si non Roy Diaz el Çid solo quel non quiso
recebir por sennor. nin besar le la mano. fasta quel yurasse que non auie el ninguna culpa en la muerte
del rey don Sancho. Et ell yuro gelo assi como agora aqui [160v] diremos. Cuenta la estoria que quando
el rey don Alffonso uio que Roy Diaz el Çid non le querie besar la mano como todos los otros altos
omnes et los perlados et los Conceios fizieran que dixo assi. Amigos. pues que uos todos me
recibiestes por sennor. Et me otorgastes que me dariedes Cibdades. Et Castiellos. Et todo lo al. que mio
era el Regno; querria que sopiessedes por que me non quiso besar la mano mio Çid Roy Diaz. Ca algo
le fiz yo ya. assi como lo prometi; a mio padre el rey don fernando quando nos le comendo. a mj et a
mios hermanos. Quando el rey don Alffonso dizie estas palabras a la Corte; oyelas Roy Diaz mio Çid. Et
leuantosse estonces et dixo. Sennor. quantos omnes uos aqui uedes. pero que ninguno non uos lo dize;
todos an sospecha que por uuestro conseio fue muerto el rey don Sancho. Et por ende uos digo que si
uos non saluaredes ende assi como es derecho; que yo nunqua uos bese la mano. Dixol essa ora el rey.
Çid mucho me plaze delo que auedes dicho. Et aqui lo conuengo et lo yuro a Dios et a santa Maria et a
uos; que nunqua lo yo mande nin fuy en el conseio. nin me plogo ende quando lo sope. maguer que me
el auie echado de tierra. Et por ende uos ruego a todos como a uassallos que me consegedes de tal
fecho. Dixieron le estonces los altos omnes quel yurasse con .xij. de sus caualleros en la eglesia de
santa Gadea de Burgos. Et que daquella gujsa fuesse saluo. Al rey plogol mucho deste Juyzio. Et
caualgaron et fueron se pora Burgos sobre razon de fazer esta salua. Et desque fueron y tomo Roy Diaz
Çid el libro de los euangelios. Et pusol sobre ell altar de santa Gadea. Et el rey don Alffonso puso en el
las manos. Et començo el Çid a coniurarle en esta guisa. rey don Alffonso uenides me uos iurar que non
fuestes uos en conseio de la muerte del rey don Sancho mio sennor? Respondio el rey don Alffonso.
Vengo. Dixo el Çid. Pues si uos mentira yurades; plega a Dios que uos mate un traydor que sea uuestro
uassallo. assi como lo era Vellid adolffo del rey don Sancho mio sennor. Dixo estonces el rey don
Alffonso. Amen. Et mudo se le estonces toda la color. Dixo otra uez el Çid. rey don Alffons. uenides me
uos yurar por la muerte del rey don Sancho. que njn la conseiastes nin le mandastes uos matar.
Respondio estonces el rey don Alffonso. Vengo. Et si uos mentira yurades; mate uos un uuestro
uassallo a enganno et a aleue. assi como mato Vellidadolffo al rey don Sancho. mio sennor. Respondio
el rey don Alffonso. Amen. Et [161r] mudo se le la color otra uez. Aun le coniuro el Çid otra uez. Et assi
comol coniuraua el Çid; assi lo otorgaua el rey don Alffonso. Et xij. de sus caualleros con el. Despues
que la yura fue tomada et acabada; quiso Roy Diaz el Çid besar la mano al rey don Alffonsso. mas non
gela quiso el dar. segund cuenta la estoria. Ante diz quel desamo dalli adelante. maguer que era muy
atreuudo et muy hardit cauallero. Pero despues estudieron en uno. A las uezes abenidos; a las uezes
desabenidos. tanto quel echo de tierra el rey. Mas al cabo fueron amjgos assi lo sopo merecer el Çid.
UNIDAD 6

Girón Alconchel, J. (2004) “Cambios gramaticales en los Siglos de Oro”. En Cano, R. (coord.) Historia
de la lengua española. Barcelona. Ariel.
Lapesa, R. (1980) Historia de la lengua española. Cap. XV: Extensión y variedades del español actual.
Madrid. Gredos.

Texto:
Valdés, J. Diálogo de la lengua. Edición modernizada presentada por el Instituto Cervantes. Sigue la
edición de E. Boehmer (1895) Romanische Studien. Leipzig. [Frag.]
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Diálogo de la lengua

Juan de Valdés

MARCIO - VALDÉS - CORIOLANO - TORRES

M. Pues los moços son idos a comer y nos an dexado solos, antes que venga alguno
que nos estorve, tornemos a hablar en lo que comencé a deziros esta mañana.
V. No me acuerdo de qué cosa queréis dezir.
M. ¿Cómo no? ¿No os acordáis que os dixe cómo, de aquello en que avíamos
platicado, me era venida a la memoria una honesta curiosidad, en la qual muchos
días ha desseo platicar con vos?
V. Ya me acuerdo; no tenía cosa más olvidada.
M. Pues nosotros por obedeceros y serviros avemos hablado esta mañana en lo que
vos avéis querido y muy cumplidamente os avemos respondido a todo lo que nos
avéis preguntado, cosa justa es que, siendo vos tan cortés y bien criado con
todo el mundo como todos dizen que sois, lo seáis también con nosotros,
holgando que hablemos esta tarde en lo que más nos contentará, respondiéndonos
y satisfaziéndonos a las preguntas que os propornemos, como nosotros avemos
hecho a las que vos nos avéis propuesto.
V. Si no adornárades esta vuestra demanda con tanta retórica, liberalmente me
ofreciera a obedeceros; agora, viendôs venir ataviado en vuestra demanda con
tantas razones, sospechando me queréis meter en qualque cosa enojosa, no sé qué
responderos, si primero no me dezís claramente qué es lo que queréis de mí.
M. Lo primero que de vos queremos es que, sin querer saber más, nos prometáis ser
obediente a lo que os demandaremos.
V. Confiando en vuestra discreción que no querréis de mí cosa que no sea razonable
y honesta, os prometo ser obediente.
M. No me contento con esso y quiero que a todos tres nos deis vuestra fe que lo
haréis assí.
V. ¿A qué propósito me queréis obligar tan estrechamente? ¿Avéisos por ventura
concertado todos tres para el mohíno? Ora sus, sea lo que fuere, digo que os
doy mi fe que responderé como mejor supiere a todo lo que esta tarde me
querréis preguntar. ¿Estáis contentos?
M. Yo por mi parte estoy contentíssimo.
C. A mí harto me basta.
T. Pues para mí no era menester más que la primera promessa.
V. Sus pues, començad a preguntar, que me tenéis confuso hasta saber qué misterios
son éstos que queréis entender de mí.
M. ¿Misterios? Y cómo, ¡si bien supiéssedes!
V. Sea lo que fuere, acabad ya; por amor de Dios, dezidlo.
M. Soy contento. Bien os devéis acordar cómo, al tiempo que agora ha dos años
partistes desta tierra para Roma, nos prometistes a todos tres que
conservaríades y entreterníades nuestra amistad, como avéis hecho, con vuestras
continuas cartas. Agora sabed que, después de vos ido, nosotros nos concertamos
desta manera: que qualquiera de nosotros que recibiesse carta vuestra la
comunicasse con los otros, y esto avemos hecho siempre assí, y con ello avemos
tomado mucho descanso, passatiempo y plazer, porque con la lición refrescávamos
en nuestros ánimos la memoria del amigo ausente, y con los chistes y donaires,
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de que continuamente vuestras cartas venían adornadas, teníamos de qué reír y
con qué holgar; y, notando con atención los primores y delicadezas que
guardávades y usávades en vuestro escrivir castellano, teníamos sobre qué
hablar y contender, porque el señor Torres, como hombre nacido y criado en
España presumiendo saber la lengua tan bien como otro, y yo, como curioso della
desseando saberla assí bien escrivir como la sé hablar, y el señor Coriolano
como buen cortesano quiriendo del todo entenderla (porque, como veis, ya en
Italia assí entre damas como entre cavalleros se tiene por gentileza y galanía
saber hablar castellano), siempre hallávamos algo que notar en vuestras Cartas,
assí en lo que pertecía a la ortografía, como a los vocablos, como al estilo; y
acontecía que, como llegávamos a topar algunas cosas que no avíamos visto usar
a otros, a los quales teníamos por tan bien hablados y bien entendidos en la
lengua castellana quanto a vos, muchas veces veníamos a contender reziamente
quando sobre unas cosas y quando sobre otras, porque cada uno de nosotros o
quería ser maestro o no quería ser discípulo. Agora que os tenemos aquí, donde
nos podéis dar razón de lo que assí avemos notado en vuestra manera de scrivir,
os pedimos por merced nos satisfagáis buenamente a lo que os demandaremos: el
señor Torres, como natural de la lengua, y el señor Coriolano, como novicio en
ella, y yo, como curioso della.
V. Si me dixérades esto antes de comer, pusiéradesme en dubda si lo dezíades de
verdad o no, pero, considerando que es después de comer y creyendo que con
mostraros hombre del palacio avéis querido celebrar vuestro combite, me
resuelvo en no erceros nada de lo que dezís, y digo que, si queréis saber algo
de mí, devéis dexar los donaires por agora, pues sabéis que si yo tomo la mano,
ganaréis conmigo «lo que suele ganar un cossario con otro».
C. Mejor manera de burlar me parece la vuestra, pues, quiriendo «hazer del juego
maña», pensáis libraros de la fe que nos avéis dado; y engañáisos, porque de
ninguna manera os la soltaremos si primero no nos respondéis muy entera y
cumplidamente a todo lo que os preguntáremos sobre la materia propuesta, en la
qual se os ha dicho realmente lo que en vuestra ausencia passava y lo que
queremos de vos.
V. ¿Queréis que os diga la verdad? Aun con todo esso pienso que me burláis.
T. Si no queréis creer a ellos, creedme a mí, que todo lo que os dizen es la pura
verdad.
V. Más quisiera que fuera la pura mentira, porque me parece cosa tan fuera de
propósito ésta que queréis que apenas oso creeros.
M. Maravíllome mucho que os parezca cosa tan estraña el hablar en la lengua que os
es natural. Dezidme, ¿si las cartas de que os queremos demandar cuenta fueran
latinas, tuviérades por cosa fuera de propósito que os demandáramos cuenta
dellas?
V. No, que no la tuviera por tal.
M. ¿Por qué?
V. Porque he aprendido la lengua latina por arte y libros, y la castellana por
uso, de manera que de la latina podría dar cuenta por el arte y por los libros
en que la aprendí, y de la castellana no, sino por el uso común de hablar; por
donde tengo razón de juzgar por cosa fuera de propósito que me queráis demandar
cuenta de lo que sta fuera de toda cuenta.
M. Si os demandássemos cuenta de lo que otros escriven de otra manera que vos,
terníades razón de scusaros, pero demandándôsla de lo que vos escrivís de otra
manera que otros, con ninguna razón os podéis escusar.
V. Quando bien lo que dezís sea assí, no dexaré de scusarme, porque me parece cosa
fuera de propósito que queráis vosotros agora que perdamos nuestro tiempo
hablando en una cosa tan baxa y plebeya como es punticos y primorcicos de
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lengua vulgar, cosa a mi ver tan agena de vuestros ingenios y juizios que por
vuestra honra no querría hablar en ella, quando bien a mí me fuesse muy sabrosa
y apazible.
M. Pésame oíros dezir esso. ¿Cómo? ¿Y paréceos a vos que el Bembo perdió su tiempo
en el libro que hizo sobre la lengua toscana?
V. No soy tan diestro en la lengua toscana que pueda juzgar si lo perdió o lo
ganó; séos dezir que a muchos he oído dezir que fue cosa inútil aquel su
trabajo.
M. Los mesmos que dizen esso os prometo se aprovechan muchas vezes dessa que
llaman cosa inútil, y ay muchos que son de contraria opinión, porque admiten y
apruevan las razones que él da por donde prueva que todos los hombres somos más
obligados a ilustrar y enriquecer la lengua que nos es natural y que mamamos en
las tetas de nuestras madres, que no la que nos es pegadiza y que aprendemos en
libros. ¿No avéis leído lo que dize sobrêsto?
V. Sí que lo he leído, pero no me parece todo uno.
M. ¿Cómo no? ¿No tenéis por tan elegante y gentil la lengua castellana como la
toscana?
V. Sí que la tengo, pero también la tengo por más vulgar, porque veo que la
toscana sta ilustrada y enriquecida por un Bocacio y un Petrarca, los quales,
siendo buenos letrados, no solamente se preciaron de scrivir buenas cosas, pero
procuraron escrivirlas con estilo muy propio y muy elegante; y, como sabéis, la
lengua castellana nunca ha tenido quien escriva en ella con tanto cuidado y
miramiento quanto sería menester para que hombre, quiriendo o dar cuenta de lo
que scrive diferente de los otros, o reformar los abusos que ay oy en ella, se
pudiesse aprovechar de su autoridad.
M. Quanto más conocéis esso, tanto más os devríades avergonçar vosotros, que por
vuestra negligencia ayáis dexado y dexéis perder una lengua tan noble, tan
entera, tan gentil y tan abundante.
V. Vos tenéis mucha razón, pero esso no toca a mí.
M. ¿Cómo no? ¿Vos no sois castellano?
V. Sí que lo soy.
M. Pues ¿por qué esto no toca a vos?
V. Porque no soy tan letrado ni tan leído en cosas de ciencia quanto otros
castellanos que muy largamente podrían hazer lo que vos queréis.
M. Pues ellos no lo hazen y a vos no os falta abilidad para poder hazer algo, no
os devríades escusar dello, pues, quando bien no hiziéssedes otra cosa que
despertar a otros a hazerlo, haríades harto, quanto más que aquí no os rogamos
que scriváis, sino que habléis; y, como sabréis, «palabras y plumas el viento
las lleva».
T. No os hagáis, por vuestra fe, tanto de rogar en una cosa que tan fácilmente
podéis cumplir, quanto más aviéndola prometido y no teniendo causa justa con
que scusaros, porque lo que dezís de los autores que os faltan para defenderos
no es bastante, pues sabéis que para la que llamáis ortografía y para los
vocablos os podéis servir del autoridad del Vocabulario de Antonio de Librixa
y, para el estilo, de la del libro de Amadís de Gaula.
V. Sí, por cierto, muy grande es el autoridad dessos dos para hazer fundamento en
ella, y muy bien devéis aver mirado el Vocabulario de Librixa, pues dezís esso.
T. ¿Cómo? ¿No os contenta?
V. ¿Por qué queréis que me contente? ¿Vos no veis que, aunque Librixa era muy doto
en la lengua latina (que esto nadie se lo puede quitar), al fin no se puede
negar que era andaluz y no castellano, y que scrivió aquel su Vocabulario con
tan poco cuidado que parece averlo escrito por burla? Si ya no queréis dezir
que hombres imbidiosos por afrentar al autor an gastado el libro.
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T. En esso yo poco m'entiendo, pero ¿en qué lo veis?
V. En que, dexando aparte la ortografía, en la qual muchas vezes peca, en la
declaración que haze de los vocablos castellanos en los latinos se engaña
tantas vezes que sois forçado a creer una de dos cosas: o que no entendía la
verdadera sinificación del latín (y ésta es la que yo menos creo) o que no
alcançava la del castellano, y ésta podría ser, porque él era de Andaluzía,
donde la lengua no sta muy pura.
T. Apenas puedo creer esso que me dezís, porque a hombres muy señalados en letras
he oído dezir todo el contrario.
V. Si no lo queréis creer, id a mirarlo y hallaréis que por aldeano dize VICINUS,
por brío en costumbres MOROSITAS, por cecear y ceceoso BALBUTIRE y BALBUS; por
loçano LASCIUUS, por maherir DELIGERE, por moço para mandados AMANUENSIS, por
mote o motete EPIGRAMMA, por padrino de boda PARANIMPHUS, por ración de palacio
SPORTULA, por sabidor de lo suyo solamente IDIOTA, por villano CASTELLANUS y
por rejalgar ACONITUM. No os quiero dezir más porque sé que entendéis poco de
la lengua latina y porque me parece bastan estos vocablos para que, si los
entendéis, creáis que los hombres de letras que dezís no devían tener tantas
como vos pensáis, o no lo devían aver mirado con tanta atención como yo, y para
que veáis que no me puedo defender con el autoridad de Librixa.
T. Confiesso que tenéis razón.
V. Es tanta que, si bien la entendiéssedes, soy cierto me terníades antes por
modesto en el notar poco, que por insolente en el reprehender mucho. Mas quiero
que sepáis que aún ay otra cosa por qué no estoy bien con Librixa en aquel
Vocabulario, y es ésta: que parece que no tuvo intento a poner todos los
vocablos españoles, como fuera razón que hiziera, sino solamente aquéllos para
los quales hallava vocablos latinos o griegos que los declarassen.
T. Abasta lo dicho; yo estava muy engañado.
V. Pues, quanto al autor de Amadís de Gaula, quánta autoridad se le deva dar,
podéis juzgar por esto: que hallaréis, si miráis en ello, que en el estilo peca
muchas vezes con no sé qué frías afetaciones que le contentan, las quales creo
bien que o se usavan en el tiempo que él escrivió (y en tal caso no sería dino
de reprehensión) o que quiso acomodar su estilo al tiempo en que dize que
aconteció su historia, y esto sería cosa muy fuera de propósito, porque él dize
que aquella su historia aconteció poco después de la passión de nuestro
Redentor; y la lengua en que él escrive no se habló en España hasta muchos años
después. Esto mesmo se puede dezir de los vocablos. Quanto a la ortografía, no
digo nada, porque la culpa se puede atribuir a los impressores y no al autor
del libro.
M. Ora sus, no perdamos tiempo en esto; si no tenéis libros en castellano con cuya
autoridad nos podáis satisfazer a lo que de vuestras Cartas os preguntaremos, a
lo menos satisfazednos con las razones que os mueven a escrivir algunas cosas
de otra manera que los otros, porque puede ser que éstas sean tales, que valgan
tanto quanto pudiera valer el autoridad de los libros; quanto más que, a mi
parecer, para muchas cosas os podréis servir del Quaderno de refranes
castellanos que me dezís cogistes entre amigos estando en Roma, por ruego de
ciertos gentiles hombres romanos.
T. Muy bien avéis dicho, porque en aquellos refranes se vee muy bien la puridad de
la lengua castellana.
C. Antes que passéis adelante, es menester que sepa yo qué cosa son refranes.
V. Son proverbios o adagios.
C. ¿Y tenéis libro impresso dellos?
V. No de todos, pero siendo muchacho me acuerdo aver visto uno de algunos mal
glosados.
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C. ¿Son como los latinos y griegos?
V. No tienen mucha conformidad con ellos, porque los castellanos son tomados de
dichos vulgares, los más dellos nacidos y criados entre viejas, tras del fuego
hilando sus ruecas; y los griegos y latinos, como sabéis, son nacidos entre
personas dotas y están celebrados en libros de mucha dotrina. Pero, para
considerar la propiedad de la lengua castellana, lo mejor que los refranes
tienen es ser nacidos en el vulgo.
T. Yo os prometo, si no fuesse cosa contraria a mi professión, que me avría
algunos días ha determinadamente puesto en hazer un libro en la lengua
castellana como uno que diz que Erasmo ha hecho en la latina, allegando todos
los refranes que hallasse, y declarándolos lo menos mal que supiesse, porque he
pensado que en ello haría un señalado servicio a la lengua castellana.
V. También era Julio César de vuestra professión, pero no tuvo por cosa contraria
a ella con la pluma en la mano escrivir de noche lo que con la lança hazía de
día, de manera que la professión no os escusa. ¿No avéis oído dezir que «las
letras no embotan la lança»?.
T. Vos dezís muy bien y yo lo conozco; dadme a mí el sujeto que tuvo César, que
scrivía lo que él hazía y no lo que otros dezían, y estonces veréis si tengo
por deshonra escrivir; pero porque parece que scrivir semejantes cosas a ésta
pertenece más a hombres de haldas que de armas, no me he querido poner en ello.
V. Pues aunque yo no hago professión de soldado, pues tampoco soy hombre de
haldas, pensad que no os tengo de consentir me moláis aquí preguntándome
niñerías de la lengua; por tanto me resuelvo con vosotros en esto que, si os
contentan las cosas que en mis Cartas avéis notado, las toméis y las vendáis
por vuestras, que para ello yo os doy licencia; y que, si os parecen mal, las
dexéis estar, pues para mí harto me basta aver conocido por vuestras respuestas
que avéis entendido lo que he querido dezir en mis cartas.
M. Porque lo que en vuestras Cartas avemos notado es de calidad que ni lo podemos
tomar por bueno, porque no todos lo aprovamos del todo, ni lo podemos desechar
por malo, porque ay cosas que nos satisfazen y ay otras que no entendemos, es
menester que en todo caso nos deis cuenta, no solamente de lo que avéis
escrito, pero aun de lo que dello depende o puede depender. Vuestra fe y
palabra nos avéis dado y, aunque no queráis, la avéis de cumplir.
V. «No se haría más en el monte de Toroços» o, como acá dezís, «en el bosque de
Bacano»; y pues, como dizen en mi tierra, «donde fuerça viene, derecho se
pierde», yo me determino en obedeceros. Empeçad a preguntar, que yo os
responderé. Pero ya que assí lo queréis, será bien que todos tres os concertéis
en el orden que queréis llevar en vuestras preguntas, porque no os confundáis
en ellas; hazedlo assí, y entre tanto me salliré yo al jardín a tomar un poco
de aire.
M. Muy bien dezís; en merced os lo tenemos; andad con Dios, que presto os
llamaremos.
T. Pues avemos cogido y prendado a Valdés, aún no lo dexemos de ninguna manera sin
que primero lo esaminemos hasta el postrer pelo; porque yo lo tengo por tal,
que ninguna cosa escrive sin fundamento, y apostaría que tiene en sus Papeles
notadas algunas cosillas sobrêsta materia de que le queremos hablar. Esto creo
assí, porque no vi en mi vida hombre más amigo de scrivir; siempre en su casa
«sta hecho un San Juan Evangelista», la péñola en la mano, tanto que creo
escrive de noche lo que haze de día, y de día lo que ensueña de noche.
M. Bien dezís; y pues vos, que sois el más diestro en la lengua, sabréis mejor lo
que conviene preguntar, a vos toca ordenarlo de manera que no nos confundamos.
T. Antes yo me remito a qualquiera de vosotros que sois leídos, que yo más
m'entiendo de desordenar que de ordenar.
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M. Si os queréis governar por mí, haremos desta manera. En la primera parte le
preguntaremos lo que sabe del origen o principio que an tenido assí la lengua
castellana como las otras lenguas que oy se hablan en España; en la segunda lo
que pertenece a la gramática; en la tercera lo que le avemos notado en el
escrivir unas letras más que otras; en la quarta la causa que lo mueva a poner
o quitar en algunos vocablos una sílaba; en la quinta le pediremos nos diga por
qué no usa de muchos vocablos que usan otros; en la sesta le rogaremos nos
avise de los primores que guarda quanto al estilo; en la sétima le demandaremos
su parecer acerca de los libros que stan escritos en castellano. Al último
haremos que nos diga su opinión sobre quál lengua tiene por más conforme a la
latina, la castellana o la toscana. De manera que lo primero será del origen de
la lengua, lo segundo de la gramática, lo tercero de las letras (adonde entra
la ortografía), lo quarto de las sílabas, lo quinto de los vocablos, lo sesto
del estilo, lo sétimo de los libros, lo último de la conformidad de las
lenguas. ¿Conténtaos esta manera de proceder?
T. Es la mejor del mundo, con tal condición que la guardemos de tal manera que
ninguno se pueda sallir della.
C. Yo desseo siempre prevenir por no ser prevenido, y assí querría que pusiéssemos
escondido en algún lugar secreto un buen escrivano, para que notasse los puntos
principales que aquí se dixessen, porque podría ser que con este principio
engolosinássemos a Valdés de tal manera que le hiziéssemos componer qualque
diálogo de lo que aquí platicaremos.
M. Avéislo pensado muy bien; hágase assí: poned a messer Aurelio que, como sabéis,
es entendido en entramas lenguas, y ordenadle lo que ha de hazer, mientras que
yo voy a llamar a Valdés, que lo veo passear muy pensativo; pero mirad que
mandéis que el casero ste a la puerta, para que, si viniere alguno, sea quien
fuere, diga que no estamos aquí, porque no nos estorven; y, porque los que
vinieren lo crean y se vayan con Dios, mandad que los moços se passen a jugar
hazia la parte de la mar, porque de otra manera no haríamos nada.
C. Dezís muy bien; presto será hecho.
V. Ora sus, vedme aquí «más obediente que un fraile descalço quando es conbidado
para algún vanquete».
M. Soy cierto que la plática no puede andar sino bien y, porque no perdamos
tiempo, con licencia destos señores quiero yo tomar la mano.
T. Yo por mí tanto recibiré merced que vos hagáis todas las preguntas principales,
de manera que nosotros dos andemos sobresalientes.
M. Aceto la merced, y començando a preguntar, digo, señor Valdés, que lo primero
que querría saber de vos es de dónde tuvieron origen y principio las lenguas
que oy se hablan en España, y principalmente la castellana, porque, pues avemos
de hablar della, justo es que sepamos su nacimiento.
V. Muy larga me la levantáis; quanto que esto más es querer saber historias que
gramática, y, pues vosotros holgáis desto, de muy buena gana os diré todo lo
que acerca dello he considerado. Estad atentos, porque sobrêllo me digáis
vuestros pareceres. Y, porque la lengua que oy se habla en Castilla, de la qual
vosotros queréis ser informados, tiene parte de la lengua que se usava en
España antes que los romanos la enseñoreassen, y tiene también alguna parte de
la de los godos que sucedieron a los romanos, y mucha de la de los moros, que
reinaron muchos años, aunque la principal parte es de la lengua que
introduxeron los romanos, que es la lengua latina, será bien que primero
esaminemos qué lengua era aquella antigua que se usava en España antes que los
romanos viniessen a ella.
Lo que por la mayor parte los que son curiosos destas cosas tienen y creen, es
que la lengua que oy usan los vizcaínos es aquella antigua española. Esta
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opinión confirman con dos razones harto aparentes: la una es que, assí como las
armas de los romanos, quando conquistaron la España, no pudieron passar en
aquella parte que llamamos Vizcaya, assí tampoco pudo passar la lengua al
tiempo que, después de averse hecho señores de Spaña, quisieron que en toda
ella se hablasse la lengua romana. La otra razón es la disconformidad que tiene
la lengua vizcaína con qualquiera de las otras lenguas que el día de oy en
España se usan, por donde se tiene casi por cierto que aquella nación conservó
juntamente con la libertad su primera lengua. Desta mesma opinión fui yo un
tiempo, y creí que cierto fuesse assí, porque la una razón y la otra me
contentaron; pero aviéndolo después considerado mejor, y aviendo leído un poco
más adelante, soy venido en esta opinión: que la lengua que en España se
hablava antiguamente era assí griega como la que agora se habla es latina;
quiero dezir que, assí como la lengua que oy se habla en Castilla, aunque es
mezclada de otras, la mayor y más principal parte que tiene es de la lengua
latina, assí la lengua que estonces se hablava, aunque tenía mezcla de otras,
la mayor y más principal parte della era de la lengua griega. En esta opinión
he entrado por dos puertas. La una es leyendo a los historiadores, porque hallo
que griegos fueron los que más platicaron en España, assí con armas como con
contrataciones, y ya sabéis que estas dos cosas son las que hazen alterar y aun
mudar las lenguas; quanto más que se lee que griegos vinieron a abitar en
España, por donde es de creer que, no solamente guardaron su lengua, pero que
la comunicaron con las otras naciones, las quales, por ser, como es, rica y
abundante, la devieron de acetar. La otra puerta por donde soy entrado en esta
opinión es la consideración de los vocablos castellanos, porque, quando me
pongo a pensar en ellos, hallo que muchos de los que no son latinos o arávigos
son griegos, los cuales creo sin falta quedassen de la lengua antigua, assí
como quedaron también algunas maneras de dezir, porque, como sabéis, el que
habla en lengua agena siempre usa algunos vocablos de la suya propia, y algunas
maneras de dezir.
M. Cosa nueva es para mí, no lo que toca a las historias, sino lo que dezís que la
lengua castellana tenga tanto de la griega, y, si no me lo tuviéssedes a mal,
no lo querría creer hasta ver primero cómo lo prováis.
V. Aunque el creer sea cortesía, yo huelgo que desto que os he dicho no creáis más
de lo que viéredes.
M. Acetamos la licencia, y mirad que no os admitiremos los vocablos griegos que la
lengua castellana ha tomado de la sagrada escritura, como son escandalizar,
atesorar, evangelio, apóstol, ni otros que son como anexos a éstos, assí como
ciminterio y martilojo, ni tampoco los que parece sean de la medicina, como
cristel, paroxismo, efímera, gargarismo, porque quiero que en sí muestren su
antigüedad, porque de otra manera no valerá nada vuestra razón.
V. Bien me podría servir de alguno de los que avéis dicho, pero no quiero sino
dexarlos por no contender, y deziros algunos otros que a mi ver muestran ser
antiguos assí bien que bastan harto para que creáis que lo que digo es verdad;
éstos son apeldar por huir, malatía por enfermedad, cillero por 'el lugar donde
ponden la harina', fantasía por presunción, gaçafatón por 'cosa mal dicha',
tío, rávano, cara, carátula, cadira por silla; también creo que quedassen del
griego trévedes y chimenea, y aun brasa y abrasar, porque BRASO quiere dezir
hiervo, y açomar, masa, moço, mesta, cañada, barrio, cisne, pinjado, artesa,
tramar, truhán, mandra, celemín, glotón, tragón y tragar. Ay también algunos
que comiençan en pan-, y tienen del griego, como son pantuflos, pandero,
panfarrón, y otros muchos que deve aver en que yo no he mirado; ay también
otros vocablos que, aunque tienen del latín, parecen claramente ser forjados a
la sinificación de otros griegos que sinifican lo que ellos; destos es
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dexemplar, que en algunas partes de Spaña usan por disfamar; el qual vocablo
creo yo sea forjado desta manera: que soliendo dezir, como el griego dize
PARADIGMA que quiere dezir EXEMPLUM, el español, quiriendo hablar latín, habló
a su modo y dixo dexemplar; así como el francés, porque, hablando su lengua,
por sí dice OUI-DA, quando viene a hablar latín, no se contenta con dezir ITA,
sino añádele el -DA de su lengua y dize ITA-DA. Esto me parece que os deve
bastar quanto a los vocablos. Quanto a las maneras de dezir, si miráis en ello,
hallaréis muy muchas.
M. Ea, dezid algunas.
V. Porque Luciano, de los autores griegos en que yo he leído, es el que más se
allega al hablar ordinario, os daré dél los exemplos.
M. Más los quisiera de Demóstenes.
V. Y aun yo holgara de dároslos siquiera de Isócrates, pero contentáos con que os
dé de lo que tengo. Quando en castellano queremos dezir que 'uno tiene bien de
bivir' dezimos que tiene buena passada; desta mesma manera, quiriendo dezir
esto mesmo, dize Luciano CE DIARCI TON PORON; y en castellano, quiriendo dezir
'nuestra hazienda' o 'su hazienda' dezimos lo nuestro o lo suyo («Quien da lo
suyo antes de su muerte, merece que le den con un maço en la frente», adonde
dize lo suyo por 'su hazienda') y Luciano en la mesma sinificación dize TA
IMETERA. También, si en castellano amenazamos a un moço o muchacho, quiriendo
dezir que lo castigaremos, dezimos «Pues si yo te empieço», y de la mesma
manera dize Luciano MU CATIRXATO, que quiere dezir me empeçó, por 'me dio'.
Para confirmación desta mi opinión, aliende de lo dicho, puedo también alegar
la conformidad de los artículos y otras cosas, si no os contentáis con lo
alegado.
M. Antes abasta harto lo que avéis dicho, y de verdad parece harto aparente y
razonable esta vuestra opinión, y yo tanto de oy más la terné también por mía,
y lo mesmo creo que harán estos dos señores. Agora, presuponiendo que es assí
como vos dezís, que la lengua que en España se hablava antes que los romanos,
aviéndola enseñoreado, le introduxessen su lengua, era assí griega como es
latina la que agora se habla, proseguid adelante.
V. La vida me avéis dado en no querer contender sobrêsto, porque por no porfiar me
dexara vencer, haziendo mi cuenta que «más vale quedar por necio que ser tenido
por porfiado». Pero mirad que, si alguno querrá dezir que la lengua vizcaína es
en España aun más antigua que la griega, yo tanto no curaré de contender sobre
lo contrario, antes diré que sea mucho en buena hora assí como lo dirá, con
tanto que a mí me conceda el señor Torres lo que digo.
T. No os concederé yo tan presto lo que avéis concluido, porque Gayo Lucio y los
tres Cipiones, Claudio Nerón y Sempronio Graco, siendo romanos, latinos y
griegos, no hablaran con turdetanos, celtiberos, o iberos y cántabros por
intérpretes, si la lengua antigua de Spaña fuera griega, ni los mercadantes de
Fenicia avían necessidad de intérprete en el contratar de sus mercaderías con
los antiguos de Spaña, antes que cartagineses y romanos la combatiessen.
V. Abasta que la lengua latina, como he dicho, desterró de Spaña a la griega, la
qual assí mezclada y algo corrompida se platicó en España hasta la venida de
los godos, los quales, aunque no desterraron la lengua latina, todavía la
corrompieron con la suya, de manera que ya la lengua latina tenía en España dos
mezclas, una de la griega, según mi opinión, y otra de los godos. El uso desta
lengua assí corrompida duró por toda España, según yo pienso, hasta que el rey
don Rodrigo en el año de setecientos y diez y nueve, poco más o menos,
desastradamente la perdió, quando la conquistaron ciertos reyes moros que
passaron de África, con la venida de los quales se començó a hablar en España
la lengua aráviga, eceto en Asturias, en Vizcaya y Lepuzca, y en algunos
8
lugares fuertes de Aragón y Cataluña, las quales provincias los moros no
pudieron sujuzgar, y assí se salvaron muchas gentes de los cristianos, tomando
por amparo y defensión la aspereza de las tierras, adonde, conservando su
religión, su libertad y su lengua, estuvieron quedos hasta que en Asturias,
adonde se recogió mayor número de gente, alçaron por rey de Spaña al Infante
don Pelayo, el qual con los suyos començó a pelear con los moros, y,
ayudándoles Dios, ivan ganando tierra con ellos, y assí como los sucessores
deste rey sucedían en el reino, assí también sucedían en la guerra contra los
moros, ganándoles quando una cibdad y quando otra, y quando un reino y quando
otro. Esta conquista, como creo sabéis, duró hasta el año de mil y
quatrocientos y noventa y dos, en el qual año los Reyes Católicos de gloriosa
memoria, ganando el reino de Granada, echaron del todo la tiranía de los moros
de toda España. En este medio tiempo no pudieron tanto conservar los españoles
la pureza de su lengua, que no se mezclasse con ella mucho de la aráviga,
porque, aunque recobravan los reinos, las cibdades, villas y lugares, como
todavía quedavan en ellas muchos moros por moradores, quedávanse con su lengua;
y, aviendo durado en ella hasta que pocos años ha el Emperador les mandó se
tornassen cristianos o se saliessen de Spaña, conversando entre nosotros, annos
pegado muchos de sus vocablos. Esta breve historia os he contado, porque, para
satisfazeros a lo que me preguntastes, me pareció convenía assí. Agora, pues
avéis visto cómo, de la lengua que en España se hablava antes que conociesse la
de los romanos, tiene oy la castellana algunos vocablos y algunas maneras de
dezir, es menester que entendáis cómo de la lengua aráviga ha tomado muchos
vocablos; y avéis de saber que, aunque para muchas cosas de las que nombramos
con vocablos arávigos tenemos vocablos latinos, el uso nos ha hecho tener por
mejores los arávigos que los latinos; y de aquí es que dezimos antes alhombra
que tapete, y tenemos por mejor vocablo alcrevite que piedra sufre, y azeite
que olio, y, si mal no m'engaño, hallaréis que para solas aquellas cosas que
avemos tomado de los moros no tenemos otros vocablos con que nombrarlas que los
arávigos, que ellos mesmos, con las mesmas cosas, nos introduxeron; y, si
queréis ir avisados, hallaréis que un al- que los moros tienen por artículo, el
qual ellos ponen al principio de los más nombres que tienen, nosotros lo
tenemos mezclado en algunos vocablos latinos, el qual es causa que no los
conozcamos por nuestros. Pero, con todos estos embaraços y con todas estas
mezclas, todavía la lengua latina es el principal fundamento de la castellana,
de tal manera que, si a vuestra pregunta yo uviera respondido que el origen de
la lengua castellana es la latina, me pudiera aver escusado todo lo demás que
he dicho; pero mirad que he querido ser liberal en esta parte, porque me
consintáis ser escasso en las demás.
T. Creo yo, según lo que conozco de vuestra condición, que, aunque os roguemos
seáis escasso, seréis liberal, especialmente desta mercancía en que con la
liberalidad no se desmengua el caudal.
M. No os ha respondido mal; y vos nos avéis muy bien satisfecho a nuestra
pregunta, porque, assí vuestra opinión acerca de la primera lengua, como acerca
de la corrupción de la latina, parece no se puede negar; pero, pues tenemos ya
que el fundamento de la lengua castellana es la latina, resta que nos digáis de
dónde vino y tuvo principio que en España se hablassen las otras quatro maneras
de lenguas que oy se hablan: como son la catalana, la valenciana, la portuguesa
y la vizcaína.
V. Diréos no lo que sé de cierta ciencia, porque no sé nada desta manera, sino lo
que por conjeturas alcanço, y lo que saco por discreción; por tanto me contento
que vosotros a lo que dixere deis el crédito que quisiéredes; y, con este
presupuesto, digo que dos cosas suelen principalmente causar en una provincia
9
diversidades de lenguas: la una es no estar toda debaxo de un príncipe, rey o
señor, de donde procede que tantas diferencias ay de lenguas, quanta diversidad
de señores; la otra es que, como siempre se pegan algo unas provincias
comarcanas a otras, acontece que cada parte de una provincia, tomando algo de
sus comarcanas, su poco a poco se va diferenciando de las otras, y esto no
solamente en el hablar, pero aun también en el conversar y en las costumbres.
España, como sabéis, ha estado debaxo de muchos señores, y es assí que, dexado
a parte que aun hasta Castilla estuvo dividida, no ha muchos años que Cataluña
era de un señor al qual llamavan conde, y Aragón era de otro señor al qual
llamavan rey; los quales dos señores vinieron a juntarse por casamientos, y
después por armas conquistaron el reino de Valencia que era de moros; y,
andando el tiempo, lo uno y lo otro vino a juntarse con Castilla; y los reinos
de Granada y Navarra tenían también sus señoríos, aunque ya agora, a su
despecho, el uno y el otro están debaxo de la corona de Castilla; y Portugal,
como veis, aun agora sta apartada de la corona de Spaña, teniendo como tiene
rey de por sí. La qual diversidad de señoríos pienso yo que en alguna manera
aya causado la diferencia de las lenguas, bien que qualquiera dellas se
conforma más con la lengua castellana que con ninguna otra; porque, aunque cada
una dellas ha tomado de sus comarcanos, como Cataluña que ha tomado de Francia
y de Italia, y Valencia que ha tomado de Cataluña, todavía veréis que
principalmente tiran al latín, que es, como tengo dicho, el fundamento de la
lengua castellana, de la qual, porque os tengo dicho todo lo que sé y puedo
dezir, no curo de hablar más. De la vizcaína querría saberos dezir algo, pero,
como no la sé ni la entiendo, no tengo que dezir della sino solamente esto,
que, según he entendido de personas que la entienden, también a ella se le an
pegado muchos vocablos latinos, los quales no se conocen, assí por lo que les
an añadido, como por la manera con que los pronuncian. Esta lengua es tan agena
de todas las otras de Spaña, que ni los naturales della son entendidos por ella
poco ni mucho de los otros, ni los otros dellos.
La lengua catalana diz que era antiguamente lemosina, que es agora lenguadoc;
hase apurado tomando mucho del latín, sino que no le toma los vocablos enteros;
y tomando algo del francés puro, y también del castellano y del italiano. La
valenciana es tan conforme a la catalana, que el que entiende la una entiende
casi la otra, porque la principal diferencia consiste en la pronunciación que
se llega más al castellano, y assí es más intelegible al castellano que la
catalana. La portuguesa tiene más del castellano que ninguna de las otras,
tanto que la principal diferencia que a mi parecer se halla entre las dos
lenguas es la pronunciación y la ortografía.
M. Siendo esto que dezís assí, ¿cómo en Aragón y Navarra, aviendo sido casi
siempre reinos de por sí, se habla la lengua castellana?
V. La causa desto pienso que sea que, assí como los cristianos que se recogieron
en Asturias debaxo del rey don Pelayo ganando y conquistando a Castilla
conservaron su lengua, assí también los que se recogieron en algunos lugares
fuertes de los montes Pirineos y debaxo del rey don Garci Ximénez, conquistando
a Aragón y Navarra conservaron su lengua, aunque creo que también lo aya
causado la mucha comunicación que estas dos provincias an siempre tenido en
Castilla. Y la causa por que, según yo pienso, en el Andaluzía y en el reino de
Murcia la vezindad de la mar no ha hecho lo que en las otras provincias, es que
los castellanos conquistaron estas provincias en tiempo que ya ellos eran
tantos que bastavan para introducir su lengua, y no tenían necessidad del
comercio de otras naciones para las contrataciones que sustentan las
provincias.
M. Bien me satisfazen essas razones, y, quanto a esto, con lo dicho nos
10
contentamos, y assí queremos que dexéis aparte las otras quatro lenguas y nos
digáis solamente lo que toca a la lengua castellana.
V. Si me avéis de preguntar de las diversidades que ay en el hablar castellano
entre unas tierras y otras, será nunca acabar, porque, como la lengua
castellana se habla no solamente por toda Castilla, pero en el reino de Aragón,
en el de Murcia con toda el Andaluzía, y en Galizia, Asturias y Navarra, y esto
aun hasta entre la gente vulgar, porque entre la gente noble tanto bien se
habla en todo el resto de Spaña, cada provincia tiene sus vocablos propios y
sus maneras de dezir; y es assí que el aragonés tiene unos vocablos propios y
unas propias maneras de dezir, y el andaluz tiene otros y otras, y el navarro
otros y otras, y aun ay otros y otras en tierra de Campos, que llaman Castilla
la Vieja, y otros y otras en el reino de Toledo. De manera que, como digo,
nunca acabaríamos.
T. No os queremos meter en ese labirinto; solamente, como a hombre criado en el
reino de Toledo y en la corte de Spaña, os preguntaremos de la lengua que se
usa en la corte, y, si alguna vez tocaremos algo dessotras provincias,
recibiréislo en paciencia.
V. Mientras me mandárades acortar la materia y no alargarla, de buena voluntad os
obedeceré.
M. ¿Creéis que la lengua castellana tenga algunos vocablos de la hebrea?
V. Yo no me acuerdo sino de solo uno, el qual creo se le aya pegado de la
religión; éste es abad, de donde viene abadessa, abadía y abadengo.
C. Este último vocablo es muy nuevo para mí; no passéis adelante sin dezirme qué
quiere dezir abadengo.
V. Porque en la lengua castellana de real se dice realengo 'lo que pertenece al
rey', quisieron los clérigos, con su acostumbrada humildad, por parecer a los
reyes, que de abad se llamase abadengo 'lo que pertenece al abad o abadía'.
T. ¿Paréceos a vos que fueron muy necios?
V. No m'empacho con clérigos. También saco por costal o talega es hebreo, de donde
lo ha tomado el castellano, assí como casi todas las otras lenguas que an
sucedido a la hebrea.
M. ¿Ay algunos vocablos deduzidos de la lengua italiana?
V. Pienso yo que jornal, jornalero y jornada an tomado principio del GIORNO que
dezís acá en Italia; es verdad que también se lo puede atribuir assí Cataluña.
T. Verdaderamente creo sea assí como dezís; nunca avía mirado en ello.
V. Bien creo que aya también algunos otros vocablos tan propios castellanos que,
sin tener origen de ninguna otra lengua, con el tiempo an nacido en la
provincia.
M. Quanto al origen de la lengua basta harto saber lo que nos avéis dicho. Agora
querríamos saber de vos, en lo que pertenece a la gramática, qué conformidad
tiene la lengua castellana con las otras lenguas de que ha tomado vocablos con
que ataviarse y componerse.
V. Muy larga me la levantáis, si queréis meterme en reglas gramaticales; pero,
porque no digáis que no os obedezco, diré lo que assí de presto se me ofrecerá.
M. Nosotros nos contentamos con esso.
V. Quanto a la conformidad, digo que se conforma la lengua castellana con la
griega en esto, que tiene, como ella, sus artículos.
T. ¿A qué llamáis artículos?
V. A el, la y lo, los y las.
T. Ya lo entiendo.
M. ¿De qué manera usáis destos artículos?
V. El ponemos con los nombres masculinos diziendo el hombre, y la ponemos con los
nombres femeninos diziendo la muger; y lo juntamos a los nombres neutros
11
diziendo lo bueno; pero déste solamente tenemos singular, y no plural como de
los otros, que tenemos los para masculino, diziendo los hombres, y las para
femenino, diziendo las mugeres.
C. ¿Y para los otros casos tenéis artículos?
V. Para el genitivo masculino tenemos del, diziendo del hombre, y para el femenino
de la, diziendo de la muger. Aunque yo creo, assí en el un género como en el
otro, sobre el artículo del nominativo se añade un de, sino que en el masculino
se pierde la e, y por no dezir deel hombre dezimos del hombre.
T. Sin dubda creo que sea assí.
V. Estos mesmos artículos sirven para el ablativo, porque quando dezimos «Del lobo
un pelo y ésse de la frente», aquel del lobo sta en ablativo. De la mesma
manera en el dativo y acusativo ponemos sobre el artículo del nominativo una a,
sino que en el masculino perdemos la e, diziendo «Dixo el asno al mulo: ¡harre
allá! orejudo», adonde aquel al sta por a el. En el femenino no se pierde nada,
porque dezimos «Dixo la sartén a la caldera: ¡tira allá! cul-negra». De la
mesma manera hazemos en el artículo neutro que en femenino, porque assí
poniendo un de sobre el artículo del nominativo formamos el del genitivo y
ablativo, y poniendo una a formamos el del dativo y acusativo, porque dezimos
de lo para genitivo y ablativo, y a lo para dativo y acusativo: «De lo contado
come el lobo», etcétera; y assí como en el singular dezimos el, del y al en el
género masculino, y la, de la y a la en el femenino, assí en el plural en el
masculino dezimos los, de los y a los, y en el femenino las, de las y a las; el
artículo neutro ya he dicho que no tiene plural.
M. Harto basta lo dicho quanto a la conformidad de los artículos; proseguid
adelante.
V. Con la lengua hebrea se conforma la castellana en no variar los casos, porque
en el singular tienen todos ellos una sola terminación, y en el plural otra,
assí como bueno y buenos, hombre y hombres. Con la mesma lengua se conforma en
poner en muchos vocablos el acento en la última, y en usar algunas vezes el
número singular por el plural; y assí dize mucha naranja, passa o higo, por
muchas naranjas, passas o higos. Confórmase también en juntar el pronombre con
el verbo, diziendo dadle y tomaráse como parece por este refrán: «Al ruin dadle
un palmo, y tomaráse quatro». Con la lengua latina se conforma principalmente
en algunas maneras de dezir, y en otras, como avéis oído, se conforma con la
griega. Confórmase también con el latín en el a.b.c, aunque difieren en esto,
que la lengua castellana tiene una j larga que vale por gi, y tiene una que
nosotros llamamos cerilla, la cual haze que la c valga por z; tiene más una
tilde que en muchas partes puesta sobre la n vale tanto como g.
T. De manera que, según esso, podremos bien dezir que el a.b.c. de la lengua
castellana tiene tres letras más que el de la latina.
C. Aun hasta en esto queréis ganar honra; sea mucho en buena hora.
V. Quanto a la gramática, con deziros tres reglas generales que yo guardo, pensaré
aver cumplido con vosotros; las quales a mi ver son de alguna importancia para
saber hablar y escrivir bien y propiamente la lengua castellana.
T. Conmigo tanto, y aun sin dezir ninguna, cumpliríades.
M. ¿Por qué?
T. Porque nunca fui amigo destas gramatiquerías.
M. Y aun por esto es regla cierta que «tanto aprueva uno quanto alcança a
entender»; vos no sois amigo de gramatiquerías, porque no sabéis nada dellas,
y, si supiéssedes algo, dessearíades saber mucho, y assí por ventura seríades
amigo dellas.
T. Puede ser que sería assí, no lo contradigo. Dezid vos vuestras tres reglas;
quiçá, sabidas, aprovaré la gramática.
12
V. La primera regla es que miréis muy atentamente si el vocablo que queréis hablar
o escrivir es arávigo o latino, porque, conocido esto, luego atinaréis cómo lo
avéis de pronunciar o escrivir.
M. Sta bien, pero esso más pertenece para la ortografía y pronunciación que para
la gramática.
V. Assí es la verdad, yo os digo lo que se me ofrece; ponedlo vosotros en el lugar
que quisiéredes.
M. Bien dezís, pero sería menester que nos diéssedes alguna regla la qual nos
enseñasse hazer diferencia entrêssos vocablos.
V. Quanto que yo no os sabría dar más que una noticia confusa, la qual os servirá
más para atinar que para acertar.
M. Con essa nos contentaremos; dezídnosla.
V. Quanto a lo primero, presuponed que por la mayor parte todos los vocablos que
viéredes que no tienen alguna conformidad con los latinos y griegos son
arávigos; en los quales casi ordinariamente veréis h, x o z, porque estas tres
letras son muy anexas a ellos, y de aquí procede que los vocablos que tienen F
en el latín, convertidos en el castellano, la F se torna en h, y assí de FAUA
dezimos hava; y aun por la mesma causa en muchas partes de Castilla convierten
la S latina en x, y por sastre dizen xastre; lo mesmo hazen comúnmente
convirtiendo la C latina en z, y assí por FACIUNT dizen hazen; las quales todas
son pronunciaciones que tienen del arávigo, pero son tan recibidas en el
castellano que, si no es en el sastre y otros como él, en los demás se tiene
por mejor la pronunciación y escritura aráviga que la latina. Esto os he dicho
porque, si viéredes un vocablo con una destas tres letras, no penséis luego que
es arávigo hasta aver esaminado si tiene esta mudança de letras o no. Quanto a
lo demás, sabed que casi siempre son arávigos los vocablos que empieçan en al-,
como almohada, alhombra, almohaça, alhareme; y los que comiençan en az-, como
azaguán, azar, azagaya; y los que comiençan en col-, como colcha, colgajo,
cohecho; y los que comiençan en ça-, como çaherir, çaquiçamí, çafio; y los que
comiençan en ha-, como haxa, haragán, harón; y los que comiençan en cha-, chi-,
cho-, chu-, como chapín, chinela, choça, chueca; y los que comiençan en en-,
como enhelgado, enhaziado, endechas; y los que comiençan en gua-, como
Guadalherza, Guadalquevir, Guadarrama; y éstos por la mayor parte son nombres
de ríos o de lugares; y los que comiençan en xa-, xe-, como xáquima, xerga. De
los vocablos latinos enteros no es menester daros regla, pues sin ella vosotros
los conoceréis, como también atinaréis en los corrompidos poniendo en ello un
poco de diligencia y trabajo; pero advertid que, assí como en los vocablos
arávigos no sta bien al castellano aquel pronunciar con la garganta que los
moros hazen, assí tampoco en los vocablos latinos no conviene pronunciar
algunas cosas tan curiosamente como las pronunciáis los latinos; esto digo por
la superstición con que algunos de vosotros hablando castellano, pronunciáis la
s.
M. Digo que tenéis mucha razón, y que tengo este aviso por muy bueno, considerando
que tampoco nosotros pronunciamos en el latín los vocablos que tenemos de la
lengua griega y de la hebrea con aquella eficacia y vehemencia que los
pronuncian los griegos y hebreos.
V. La segunda regla consiste en saber poner en cada vocablo su propio artículo;
quiero dezir juntar con el nombre masculino y neutro sus propios artículos, y
decir: «El abad de donde canta de allí yanta» y «Al ruin quando lo mientan
luego viene»; y juntar con el nombre femenino los artículos femeninos, diziendo
assí: «La muger y la gallina por andar se pierde aína», y «El polvo de la oveja
alcohol es para el lobo»; de manera que ni al nombre masculino pongáis artículo
femenino, ni juntéis con el femenino artículo masculino.
13
UNIDAD 7

Bibliografía:
- Bravo García, E. (2010) “El español de América en la historia y en su contexto actual”. En: Ferrero, C.
y N. Lasso-von Lang (eds.) Variedades lingüísticas y lenguas en contacto en el mundo de habla hispana.
Bloomington. Author House.
- Fontanella de Weinberg, M.B. (1992) El español de América. Cap. II: “La conformación de las distintas
variedades del español americano”. Madrid. Mapfre.
- Sánchez Méndez, J.P. (2003) Historia de la lengua española en América. “Introducción”. Valencia.
Tirant Lo Blanch.
- Obediente Sosa, E. (2000) Biografía de una lengua. Cap: “El español en América”. Costa Rica. LUR.
Textos:
- Diario del primer viaje de Cristóbal Colón Edición de Varela Marcos, J. y J. M. Fradejas Rueda (2006)
Valladolid. Ayuntamiento de Valladolid.
VARIEDADES
LINGÜÍSTICAS
Y LENGUAS EN
CONTACTO EN EL
MUNDO DE HABLA
HISPANA
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EDITORAS
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CARMEN FERRERO
NILSA LASSO - VON LANG
SEGUNDA EDICIÓN

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This book is a work of non-fiction. Unless otherwise noted, the author and the publisher make no explicit
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First published by AuthorHouse 10/12/2010

ISBN: 1-4208-2205-5 (e)


ISBN: 1-4208-2204-7 (sc)

Printed in the United States of America


Bloomington, Indiana

This book is printed on acid-free paper.

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V
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S
EL ESPAÑOL DE AMÉRICA EN LA HISTORIA Y EN SU
CONTEXTO ACTUAL
Eva Bravo
Universidad de Sevilla, España

1. Introducción: el español de España y el español de América.


Hablamos un mismo idioma. Esto es lo que nos hace ser miembros de una misma comunidad
idiomática que, con sucesos históricos y sociales diferentes a ambos lados del Océano, nos permite
comprendernos y compartir una herencia cultural. Es la impresión que tienen un hablante de
cualquier país hispanoamericano y un hablante de España cuando intercambian una comunicación
en la que la lengua española se utiliza de diferente manera, poniendo en marcha distintos recursos
lingüísticos, pero que crea sin duda un vínculo común. La intuición del hablante popular percibirá
diferencias fundamentalmente entonativas, que no sabe describir muy bien, pero que otorga una
cualidad más musical a la entonación del español americano. Curiosamente, ambos se tienen aprecio
sociolingüístico: el hablante de la Península Ibérica piensa que en América se habla una lengua más
pura, más ajustada a los usos correctos, mientras que el hablante americano sigue viendo en la norma
peninsular un modelo digno de ser tenido en cuenta.
La variación lingüística es inherente a una lengua de expansión histórica y geográfica tan amplia
como el español. Por una parte, dentro de España hay discordancias lingüísticas muy notables, hasta
el punto de que un hablante español del sur puede sentirse más próximo al hispanoamericano, con el
S
F

que comparte rasgos de pronunciación e incluso de morfosintaxis, que con un hablante norteño, cuya
articulación de las consonantes establece una ruptura más acusada. El caso más llamativo es Canarias:
U
U

el hablante de algunas zonas de estas islas puede “ser confundido” con un venezolano o un caribeño
V

incluso por los propios peninsulares, ya que la coincidencia entonativa y de articulación puede ser
H

sorprendente. De otra parte, dentro del continente americano hay también radicales diferencias en la
articulación de consonantes y vocales, en los usos morfosintácticos y en la entonación y el léxico;
estos últimos factores sin duda por directa influencia de sustrato indígena y por el contacto del
español y lenguas autóctonas en la actualidad. Haciendo una simplificación extrema, podemos decir
que se percibe una pronunciación distinta entre las llamadas “tierras altas” de América (cordilleras y
altiplanicie), de consonantes tensas y vocales breves e incluso elididas; y las “tierras bajas” (costas
e islas) donde por el contrario son las consonantes las que se articulan con extremada relajación,
hasta el punto de que pueden llegar a perderse mientras las vocales se alargan o abren reforzando su
articulación.

Tabla 1

Diferencias geográficas

Articulación CONSONANTES VOCALES

tierras altas Articulación tensa debilitamiento p=s (pues)


y/o pérdida tons (entonces)

tierras bajas Debilitamiento y/o abertura y/o pué (pues)


pérdida alargamiento entonse (entonces)

1
CARMEN FERRERO/NILSA LASSO - VON LANG

Desde este punto de vista, las “tierras altas” americanas coinciden en general más con la
pronunciación del norte de España; las “tierras bajas” con las variedades lingüísticas peninsulares
del sur: el andaluz y el canario. Esto es así hasta tal punto que se ha defendido la existencia de una
variedad lingüística llamada español atlántico (Catalán 1958), que comprendería las características
del español de América y del andaluz y canario, constituyendo un macrodialecto que cuenta hoy
con un abrumador número de hablantes (98%) (Lapesa 1985:43). Incluso los hablantes de tierras
altas americanas coinciden parcialmente con esta variedad meridional de la península en usos de
pronunciación (seseo, yeísmo, etc.) o de morfosintaxis (ustedes), en los que se apartan de los usos
castellanos norteños (Lapesa 1985:52).

2. Un punto de partida común.


2.1. Del latín al romance y del castellano al español.
El fin de la Edad Media española está marcado por el matrimonio de Isabel I de Castilla y
Fernando II de Aragón, los Reyes Católicos (1474-1516), que desarrollan una política encaminada a la
unificación de los distintos reinos peninsulares y a la expulsión del Islam de la Península Ibérica. Ésta
culmina con la toma de Granada en 1492, unos meses antes de que Colón zarpara hacia su aventura. A
la unidad política y religiosa se le suma la unidad lingüística, pues el rey Fernando abandona su lengua
materna aragonesa en favor del castellano, que será a partir de ese momento la lengua del reino y del
vínculo sociopolítico que el reinado de los Reyes Católicos representa. En este punto, el castellano ha
dejado de ser la lengua de uno de los reinos peninsulares y se ha convertido en el español1, la lengua
de la unidad cultural, social y política2. No debemos entender esta expansión del castellano como una

H
mera imposición de estado. Su generalización frente a otras lenguas peninsulares (navarro, leonés,

V
aragonés, gallego, etc.) estaba avalada por su vitalidad lingüística, el creciente prestigio social que

U
fue ganado a lo largo de los siglos precedentes y la realidad de los hablantes. Los pobladores de los

U
territorios peninsulares que se iban ocupando tras ganarlos al Islam, hablaban castellano, en el que

F
mezclaban a veces palabras de otras lenguas romances, según la procedencia de estos individuos. Los

S
literatos y hombres cultos de la época reconocen una mayor propiedad lingüística del castellano y
una superioridad en su vocabulario y en sus estructuras gramaticales. El latín sigue siendo la lengua
de cultura y de los temas elevados, pero la sociedad real va introduciendo en ellos cada vez más el
uso del castellano. Por eso, cuando Cristóbal Colón se pone al servicio de la Corona española, adopta
este idioma para sus escritos y aunque en su primer viaje llevó intérpretes en lenguas orientales,
todo el descubrimiento y población de las Indias occidentales se hace en español. Tras la muerte
de la reina Isabel en 1504, sobrevienen años de incertidumbre en la sucesión y en el futuro de esta
reciente unidad, hasta que ocupa el trono su nieto Carlos I en 1516, quien respaldará definitivamente
el lugar que ocupa el castellano. Con él España adquirirá una proyección europea, no sólo por los
territorios que la Corona española tiene en Flandes e Italia, sino también porque Carlos es nombrado
Emperador de Alemania en 1519 y desde entonces sus viajes y su actividad diplomática y militar
en Europa serán incesantes. Él personalmente adoptó el castellano como lengua de sus relaciones
sociales, dentro y fuera de España, utilizándola incluso en actos políticos delicados. Con Carlos I
el español desborda la geografía peninsular y se consolida como una lengua de cultura y de una
proyección social incomparable, y su reinado coincide precisamente con la época en que se dibuja la
geografía americana y se toma conciencia del alcance del descubrimiento de Colón.

1
Una esclarecedora síntesis histórica del nombre de la lengua en España y en América puede encontrarse en el trabajo
ya tradicional de A. Alonso (1943).
2
Al oeste de la Península Ibérica estaba el Reino de Portugal, que en distintos momentos pertenecerá a la Corona
española y lingüísticamente emparentado con la lengua que se habla aún hoy en el noroeste de la península, el
gallego, de tal manera que desde el punto de vista de la historia dialectal se habla de gallego-portugués.
3
Por las características de este trabajo, no puedo detenerme en detalles sobre la expansión actual de estos rasgos en

2
VARIEDADES LINGÜÍSTICAS Y LENGUAS EN CONTACTO EN EL MUNDO DE HABLA HISPANA

Sin este respaldo de los hablantes y de la política lingüística llevada a cabo por estos gobernantes,
no podría explicarse ni la difusión por América de la lengua española, ni el desarrollo de la ingente
actividad literaria que se llevará a cabo en los siglos XVI y XVII, que dará sus frutos en obras de
autores trascendentales para la estilización de la lengua y su cohesión hasta hoy.
2.2. La norma lingüística en la época del descubrimiento de América.
Llegados a este punto podemos preguntarnos qué variedad del castellano es la que se toma
como modelo lingüístico de buen hablar y qué características conforman la norma castellana del
siglo XVI. Sin duda, podemos decir que es el entorno de Carlos I el que marca el concepto de
lengua prestigiosa, núcleo al que pertenecen importantes caballeros que además de su carrera militar
comparten actividades literarias encarnando el ideal del cortesano: el tópico de “las armas y las
letras” que simboliza el poeta Garcilaso de la Vega (c.1501-1536). Cuando el sucesor al trono, Felipe
II, establece la corte en Madrid en 1561, la norma se vinculará con los rasgos lingüísticos de la
documentación administrativa y de los círculos culturales que se van desarrollando en esta ciudad,
dando lugar a la llamada norma madrileña.
Por otra parte, la floreciente actividad económica de esta época tiene en Sevilla un centro de
importancia para las actividades mercantiles, especialmente las vinculadas con América. En esta
ciudad el castellano llevado por los repobladores a lo largo de la etapa medieval, ha ido tomando unas
características propias que la diferencian del uso cortesano. El habla de Sevilla adquirió prestigio
sociolingüístico por el auge de la ciudad como capital más importante de Andalucía y puerta de
América, por las actividades económicas y culturales que en ella se desarrollan, entre ellas la imprenta,
y el consecuente nivel socioeconómico de sus habitantes. Surge así la norma sevillana como uso
prestigioso de un castellano más innovador y con mayor empuje social.
S
F

Tabla 2
U
U

NORMA LINGÜÍSTICA
V
H

Edad Media Norma toledana centro cultural potenciado por Alfonso X


Escuela de traductores de Toledo

Norma castellana o establecimiento de la corte en Madrid


Siglo XVI madrileña centralización de la gestión administrativa

Norma sevillana centro mercantil


salida para América

En estas circunstancias está claro que la conquista y población de América se va a hacer en


castellano y, puesto que la flota y toda la comunicación con las Indias se gestiona durante dos siglos
desde puertos andaluces (primero Sevilla y después Cádiz), es obvio que la norma sevillana se llevó
a América, sobre todo en los primeros momentos de su población.

3. Desarrollo histórico del español en América.


El asentamiento en el Nuevo Mundo empezó en el Caribe, de ahí a Tierra Firme (México y
Centroamérica); cruzando el territorio hacia el Pacífico se llegó a Perú y desde allí, atravesando los
Andes hacia Chile y Argentina. Así se iban desgranando por territorio americano los pobladores
y su lengua española, donde entran en contacto a cada paso con la realidad lingüística indígena y

3
CARMEN FERRERO/NILSA LASSO - VON LANG

crean núcleos urbanos que pronto tomarían singular importancia y se constituyen en nuevos centros
culturales y administrativos americanos, como es el caso de México y Lima.
3.1. Teorías sobre el origen de la modalidad americana.
Desde finales del siglo XIX y durante las primeras décadas del XX, se han formulado distintas
teorías sobre el origen del español hablado en América, sus características y componentes esenciales.
Las opiniones se han agrupado en tres hipótesis de trabajo que dieron lugar a: la teoría indigenista, la
teoría poligenética, y la teoría andalucista.

Tabla 3

TEORÍAS SOBRE EL ORIGEN DEL ESPAÑOL DE AMÉRICA.

Teoría Rodolfo Lenz influencia de la lengua indígena a través del


indigenista (finales s. XIX) componente materno

P. Henríquez Ureña (1925) sustrato indígena


Teoría A. Alonso nivelación autóctona y
poligenética original variedades
peninsulares

H
V
semejanzas entre

U
Teoría M.L. Wagner (1927) teoría climatológica tierras bajas

U
andalucista americanas y el

F
andaluz

S
P. Boyd-Bowman (1964) datos de la emigración emigración andaluza
en el 1/3 del s. XVI

a) La teoría indigenista fue defendida por primera vez por R. Lenz, quien en su obra Estudios
chilenos (1892-1893) establecía el origen de muchas de las peculiaridades fonéticas del español
americano en la lengua indígena. Centró su estudio en la confrontación de rasgos del español de Chile
con una lengua autóctona: el araucano. Sus conclusiones fueron contundentes: el español de nivel
popular que se habla en Chile “es principalmente español con sonidos araucanos.” Lenz fundaba su
opinión en dos hechos: de una parte, en la primera población de Chile se dio el mestizaje más que
en otras zonas de América; de otra, la base del aprendizaje infantil es la lengua de las madres y, en
el caso de Chile, esas madres y nodrizas eran siempre indias que, aunque hablaran español, lo harían
con una fuerte influencia de su lengua vernácula.
Desgraciadamente, los rasgos que Lenz atribuía a indiscutible sustrato araucano, no eran extraños
en otros territorios de América y aún de España, por lo que su teoría quedaba débilmente probada.
Sin duda el mestizaje influyó en el español hablado en Chile, pero no en los rasgos ni en la intensidad
que auguró este investigador.
b) A partir de 1920, el dominicano P. Henríquez Ureña (1925, 1931) publicó diferentes trabajos en
los que defendía el origen autóctono de las peculiaridades americanas, como síntesis de las diversas
influencias peninsulares y de las culturas indígenas, dando lugar a una mezcla con identidad propia.
Empezaba así a formularse la teoría poligenética, que encontró apoyo en los trabajos del español A.
Alonso (1967:12): La base del español americano es la forma americana que fue adquiriendo en su

4
VARIEDADES LINGÜÍSTICAS Y LENGUAS EN CONTACTO EN EL MUNDO DE HABLA HISPANA

marcha natural el idioma que hablaban los españoles del siglo XVI, los de 1500 y los de 1600, y unos
decenios del XVII.
La idea que compartían ambos investigadores es que la base del español americano era fruto de
un proceso de nivelación autóctono en el que hay que contar con el componente indígena y con las
distintas precedencias peninsulares (entre ellas la andaluza), pero del que surgió una síntesis propia
y original.

c) La teoría andalucista tuvo una primera formulación en los trabajos de M.L. Wagner (1927,1930),
que observó similitudes entre las tierras bajas de América y la variante lingüística andaluza, por lo que
aventuró la llamada “teoría climatológica.” En síntesis esta teoría sugiere que los colonos españoles
tendían a asentarse en territorios de clima similar al de su región de origen; así se justificaría la
abundante aparición de rasgos andaluces en la franja costera americana, frente a la menor incidencia
de los mismos en las zonas del interior.
Esta teoría sufrió posteriores matizaciones por parte de otros autores como R. Menéndez Pidal
(1962), quien señaló la conveniencia de hablar con más propiedad de tierras marítimas o “de flota”
y tierras del interior. Las marítimas son aquéllas en contacto habitual con los barcos que llegaban
de España; estas flotas estaban pensadas, organizadas y equipadas en Andalucía y salían del puerto
de Sevilla cargadas de mercancías y futuros pobladores. En los primeros años del descubrimiento
los pasajeros eran andaluces o españoles de otra procedencia pero que tenían que pasar un tiempo
considerable en Sevilla mientras preparaban su pasaje. Las tierras del interior, por el contrario,
estaban más próximas a las cortes virreinales a las que llegaban los individuos que iban a desempeñar
cargos en la administración indiana y que lingüísticamente eran más afines a los usos cortesanos de
S

la metrópoli.
F

El apoyo definitivo a la teoría andalucista lo proporciona el estudio de P. Boyd-Bowman (1964-


U

68) sobre el origen de los primeros pobladores. Las listas de pasajeros a Indias le proporcionan datos
U

que demuestran que la presencia andaluza en el primer siglo del descubrimiento se mantuvo en torno
V

al 40% y en algunos momentos son muy elocuentes sobre la aportación meridional:


H

El 81% de todos los nuevos pobladores de México llegados entre 1560-70 procedieron
de la parte sur de la península: Andalucía, Extremadura y Castilla la Nueva. Entre 7.218
pobladores identificados, los 3.174 (el 44.0%) eran andaluces, y de estos últimos 2.209 (o
sea el 70% aproximadamente) procedían de la provincia (y en la mayoría de los casos de la
misma ciudad) de Sevilla. (Boyd-Bowman, 1972:59)

Indudablemente la presencia de andaluces no es igual en todos los territorios americanos, aunque


todos ellos recibieron en mayor o menor medida individuos de esa procedencia. El Caribe fue desde
1492 hasta el siglo XVIII, el punto de llegada y de partida del emigrante que iniciaba su aventura
americana y el lugar en el que los marineros andaluces vivían durante unos meses esperando que se
organizara la flota de regreso. El área caribeña recibió, por lo tanto, las características andaluzas de
los primeros momentos y la de los siglos siguientes y las difundió hacia el interior del continente a
través de las expediciones que desde ella se organizaban.
La teoría andalucista aún recibirá un apoyo definitivo con el estudio de los documentos históricos.
Los defensores de la teoría poligenética no tenían posibilidades de conocer los datos de la emigración
que proporcionaría P. Boyd-Bowman casi cincuenta años después. Tampoco se percataron de la
antigüedad de los rasgos andaluces en la documentación peninsular, mal conocida incluso hasta
hoy. Siendo así que ellos encontraban los rasgos lingüísticos caracterizadores en la documentación
americana desde los primeros momentos, era lógico pensar en un origen autóctono. Desde los años
70 y hasta la actualidad, el acercamiento a la documentación guardada en los archivos de España y
América ha servido para cotejar la datación de los fenómenos y asegurar que los andaluces hunden
sus raíces en la época medieval, por lo que perfectamente pudieron ir en el habla de los pobladores

5
CARMEN FERRERO/NILSA LASSO - VON LANG

americanos. Y no sólo esto: tenemos constancia de que autores de procedencia castellana como el
cronista Bernal Díaz del Castillo, adquieren estos rasgos tras llevar un tiempo en América, prueba de
la vitalidad y empuje con que nació esta nueva variedad del español.

3.2. Rasgos de procedencia andaluza en la variedad americana. Las diferencias de la norma


sevillana se centran en la pronunciación y afecta fundamentalmente a las consonantes y sobre todo a
aquellos procesos que se estaban desarrollando a finales de la Edad Media y aún no tenían una única
solución3:
3.2.1. Seseo/ceceo: la realización en las hablas andaluzas de una única sibilante donde el castellano
mantiene hasta hoy una distinción. De esta forma la distinción castellana entre casa (edificio para
habitar) - caza (acción de cazar) podría tener dos soluciones:
a) una realización única como /s/ (grafía s): casa, dando lugar a lo que llamamos seseo;
b) o una realización única interdental /Ө/ (grafía z o c+e,i): caza, fenómeno conocido como
ceceo.
Desde los primeros momentos de la aparición de este fenómeno, el seseo se identifica con el
habla urbana de Sevilla y adquiere prestigio lingüístico. El ceceo se extiende sobre todo por el campo
y adquiere la connotación de rural y, además, se identifica con un defecto de articulación: el verbo
medieval “zacear” significaba balbucir4 o ser algo tartamudo. Su difusión rural y el recuerdo de un
defecto en la pronunciación hicieron que el seseo (la s como solución única) fuera considerado una
alternativa más culta.
3.2.2. El yeísmo: en las hablas andaluzas se produce una única palatal central /y/ (grafía y)

H
donde el castellano tiene dos, una palatal central /y/ (grafía y ) y una lateral /.l/ (grafía ll): poyo

V
(banco de piedra)- pollo (cría de la gallina). Este es un fenómeno antiquísimo que hunde sus raíces

U
probablemente en el romance hablado en Andalucía antes de la invasión árabe.

U
3.2.3. Debilitamiento de consonantes implosivas (final de sílaba), que afecta principalmente a:

F
a) la /-s/ sufre un proceso de debilitamiento que origina realizaciones aspiradas [h] (mihmo,

S
floreh) e incluso la pérdida total de la consonante: má(s), do(s), etc. Pese a que la -s es también la
marca de plural, no hay peligro en la comunicación ya que se ponen en marcha otros recursos para
garantizar la comprensión de un plural (abertura de la vocal anterior, pronombres, numerales, etc.).
b) la /- d/ se realiza muy débil o se pierde por completo: ciudá(d) calidá(d), etc.
c) las consonantes líquidas /-r, -l/ suelen tener como resultado la pérdida total en posición final
de palabra colo(r), igua(l), mejo(r), come(r); en el interior de las mismas se neutralizan con resultado
vibrante en la mayor parte de Andalucía: /-r/ - /-l/ > [-r], arma (alma), arto (alto), etc., aunque hay
algunas zonas donde la solución es la lateral [l].

el mediodía peninsular, ni sobre las diversas soluciones que ofrecen en esta región. Para una información gráfica
y detallada, son de gran utilidad los atlas dialectales confeccionados sobre Andalucía, Canarias y algunos países
americanos.
4
Así aparece recogido por A. de Nebrija, autor de la primera gramática de la lengua castellana en 1492: “cecear:
balbutio”
5
Algo parecido ocurre actualmente en España, donde algunas regiones han revitalizado o “reinventado” el uso de

6
VARIEDADES LINGÜÍSTICAS Y LENGUAS EN CONTACTO EN EL MUNDO DE HABLA HISPANA

Tabla 4
Español peninsular Español americano

distinción articulación única


Seseo
casa /caza [kása]

distinción articulación única


Yeísmo
pollo / poyo [póyo]

debilitamiento: ciudad
mantenimiento
Consonantes implosivas aspiración: ehpañoleh
/-s, -l, -r, -d/
pérdida: má (mar, mal, más)

Estos rasgos, junto a otras características articulatorias, fueron caracterizando el castellano que se
hablaba en el sur de España y concretamente en el habla de Sevilla, ciudad que se convirtió en centro
cultural y prestigioso tanto desde el punto de vista: a) cultural: por la imprenta, el mecenazgo de
algunas familias y una floreciente producción literaria; b) económico, como reguladora del comercio
atlántico; y c) social, ya que el habla de sus pobladores se convirtió en modelo lingüístico. Esta norma
se difunde fuera de las fronteras españolas hacia Canarias y América y entra en contacto con la lengua
S
F

de otros peninsulares desde una fuerte posición de prestigio.


U

3.3. Los frutos de una política lingüística.


U

En esta situación lingüística de tanto empuje y vitalidad y con ese afán de unidad, es lógico que
V

la Corona española no hubiera dudado en imponer, por fuerza o de grado, su lengua en América. Los
H

primeros veinte años del descubrimiento fueron confusos, pero cuando se va dibujando América y
conociendo la magnitud del descubrimiento, se hace necesario un nuevo planteamiento. No se trata,
como en la reconquista peninsular, de extender el castellano sobre el árabe, sino que se plantean aquí
temas más delicados de gobierno y de conciencia. Es éste uno de tantos asuntos en la historia de
España en que el hecho histórico y sus repercusiones sociales, no puede ser comprendido sin tener en
cuenta el factor religioso.

La principal justificación para la conquista de territorios era la expansión de la fe católica. Así lo


había expresado el Papa en repetidos documentos, en los que encomendaba el descubrimiento de los
nuevos territorios a España y Portugal estableciendo una línea de demarcación definida en la bula Inter
caetera (1493). En la mentalidad de la época y para la conciencia de los reyes españoles -los Reyes
Católicos primero y luego sus sucesores Carlos I y Felipe II- no era éste un detalle sin importancia.
Se trataba de conquistar y conocer las riquezas y las posibilidades comerciales de las nuevas tierras,
pero también de atraer a la religión a tantas almas. En este sentido, Portugal tiene un planteamiento
estrictamente comercial y por lo tanto radicalmente distinto del de los monarcas españoles. Si ambas
monarquías hubieran compartido este interés exclusivamente mercantil, posiblemente no se hubieran
asentado tantos pobladores en la América hispana y la Corona española hubiera optado por un sistema
menos comprometido, como el establecimiento de factorías y puertos donde hacer el intercambio,
sin implicación humana en la empresa. Pero la conciencia religiosa hizo que desde los primeros
momentos enviara a las Indias Occidentales numerosos individuos miembros de diferentes órdenes
religiosas, con la tarea de evangelizar (Borges 1960). De otra parte, los territorios descubiertos nunca
fueron considerados colonias, sino parte del territorio español con el mismo rango que cualquier otra
provincia peninsular; es decir, el conquistador español iba al Nuevo Mundo a asentarse, a establecer

7
CARMEN FERRERO/NILSA LASSO - VON LANG

allí su vida y su familia y a mejorar su posición social mediante el esfuerzo del descubrimiento. Era
la posibilidad de saltar las barreras que la estratificación de la nobleza imponía en el viejo mundo.
Lo espontáneo y natural a la llegada de estos individuos era usar su lengua, sobre todo por la
tremenda diversidad lingüística que ofrecían estos territorios y así se hizo en los primeros momentos
de asentamiento en el Caribe. Pero enseguida la opinión de los misioneros fue terminante: había que
acercarse al indio en su lengua; es decir, la Corona española debía favorecer que se mantuvieran y
aprendieran las lenguas indígenas para ganar el afecto de los naturales y su sincera conversión a la fe
católica (Ricard 1947). Era esto algo más fácil de decir que de llevar a la práctica, ya que estas lenguas
eran muchas y muy diferentes entre sí, la mayoría no tenía alfabeto ni otro sistema de escritura y, desde
luego, no había gramáticas para aprenderlas. Los misioneros usaron el procedimiento de inmersión
en la vida indígena para aprender las lenguas autóctonas, convirtiéndose en asombrosos políglotas
y preocupándose de conocer y poner por escrito las costumbres y todo el universo cultural indígena.
Fruto de este empeño es una cantidad ingente de gramáticas, vocabularios, historias de los naturales,
etc., pero también de traducción de libros religiosos (vidas de santos, confesionarios, homilías,
obras teatrales, composiciones poéticas, etc.) que hicieran posible a otros sacerdotes aprender dichas
lenguas a su llegada a América y dedicarse con rapidez a la predicación.
La política lingüística llevada a cabo en la América española está estrechamente unida a la
evangelización. Bajo este filtro, desde fecha muy temprana se levantaron opiniones a favor de la
castellanización del indio y otras a favor de las lenguas autóctonas. Había buenas razones para
defender ambas, pero también para argumentar en contra de una y otra y, justo es decir que tanto
la Corona como la Iglesia dudaron en sus decisiones (Castañeda Delgado 1990). En 1580, Felipe II

H
establece las cátedras de lenguas generales indígenas, que garantizan el conocimiento por lo menos

V
de las lenguas mayoritariamente conocidas por los naturales, ya que correspondían a los grandes

U
imperios extendidos antes de la llegada de los españoles como el náhuatl en México, el quechua en

U
Perú, el chibcha en Colombia o el guaraní en Paraguay. Como consecuencia, estas lenguas indígenas

F
se extienden y aumentan en número de hablantes tras la llegada de los españoles. Una aliada vital en

S
esta empresa fue la imprenta: en México la funda el obispo fray Juan de Zumárraga en 1539 (quizás
en 1535) y el primer impreso que se conserva es precisamente una Breve y más enjundiosa Doctrina
Cristiana en lengua mexicana y castellana; en Perú se establece en 1583 y el primer impreso limeño
fue una doctrina trilingüe en español, quechua y aimara.

El mestizo tuvo un papel en la acción hispanizadora. De los primeros hijos de los conquistadores
sabemos que unos volvieron al mundo indígena, otros se incorporaron a la vida colonial y algunos
marchan a España, como el Inca Garcilaso de la Vega que escribió diversas obras históricas. Recibieron
una cuidada educación que en nada se distinguía de la que se proporcionaba al criollo descendiente de
españoles y desde 1513 hay disposiciones de la Corona española que mandan enseñar latín a indios
escogidos en las Antillas. Los frailes daban una instrucción sumaria a la generalidad, dedicando más
atención a los niños y antes de que hubiera colegio para españoles, fray Pedro de Gante funda el
Colegio de San Francisco de Borja en Cuzco el año 1523; allí estudió el Inca Garcilaso. En México,
los franciscanos fundan el Colegio Imperial de Santa Cruz de Tlatelolco en 1536. Se enseñaban las
artes liberales como la gramática y, en latín, retórica, poética, lógica, filosofía y medicina e incluso
tuvo entre sus enseñanzas la medicina indígena.
Pero la sociedad americana del siglo XVI y sus ciudades se estaban construyendo en español, por
eso desde los primeros momentos se procuró que el indígena pudiera acceder antes o después a la
lengua que no lo restringiría al ámbito rural y que le podría permitir el acceso a un puesto en la nueva
sociedad colonial (Rosenblat 1963). El español era la lengua de integración y proyección social y
su ignorancia podía significar en algunos casos la marginalidad. La política lingüística de la Corona
y de la Iglesia oficial se volvió decididamente a favor del castellano a partir de 1770. En esa fecha,
una Real Cédula del rey Carlos III impone el empleo del español a petición del arzobispo de México,

8
VARIEDADES LINGÜÍSTICAS Y LENGUAS EN CONTACTO EN EL MUNDO DE HABLA HISPANA

aunque hay razones para dudar de que tuviera mucha eficacia. De todas formas, para esta época los
movimientos de insurgencia que desembocarán en los distintos procesos de independencia de los
países hispanoamericanos están ya en marcha y empieza otro capítulo de la política lingüística sujeto
a las vicisitudes de gobierno de cada país. Hasta esta época el balance general que podemos hacer es
que no se logró la plena hispanización, en el sentido de que aún quedaban masas de indígenas que
sólo conocen su lengua autóctona, pero el español es la lengua de integración y de prestigio urbano en
la sociedad americana. Este rápido desarrollo de las lenguas indígenas o del español (según los casos
y las opiniones) es también el responsable de que no tuvieran fuerza en América los pidgines y apenas
se hayan producido lenguas criollas que se mantengan (como el palenquero o el papiamento).

El fruto esencial de este proceso de expansión lingüística y sociocultural llevado a cabo tras el
descubrimiento de América es que, en el territorio que perteneció a la Corona española, hoy se habla
español y, aunque la hispanización no se haya producido al cien por cien en todos los individuos,
es sin duda la lengua en la que se ha constituido la sociedad y, concretamente, la sociedad urbana.
Aunque un individuo utilice su lengua autóctona en la vida cotidiana, en el desarrollo de la experiencia
personal se enfrentará con la necesidad de entender o de producir un texto en español, además de que
determinadas facetas de la vida y de las ocupaciones y trabajos se desarrollan exclusivamente en esta
lengua. El español es una lengua prestigiosa que cohesiona las zonas urbanas a las que llegan hablantes
de distintas lenguas indígenas. No tiene ambientes sociales “vetados,” más allá de aquéllos ámbitos
donde el uso monolingüe de una lengua indígena impida la intercomprensión; en contrapartida, las
lenguas aborígenes no se usan en ciertos ambientes o trabajos. Sería impensable que un profesional
de la banca descuelgue el teléfono y hable en lengua indígena, excepto si conoce al cliente que hay al
S

otro lado de la línea, mientras que sí lo hará con total naturalidad y aceptación en español e incluso en
F

inglés, según la zona. En conclusión, la pervivencia y uso actual de las lenguas indígenas no lesiona
U

la funcionalidad del castellano y éste presta un servicio como lengua de intercomunicación5.


U
V

Tabla 5
H

POLÍTICA LINGÜÍSTICA

Ejecutor Propuestas

la Corona Audiencia y Castellanización del indio.


representantes Respetar las lenguas indígenas.
Difusión de las lenguas generales.
Enseñanza del latín (colegios).
la Iglesia Iglesia oficial

órdenes mendicantes

una lengua autóctona convirtiéndola en lengua oficial de su Comunidad Autónoma y así aparece reconocido en la
Constitución. En estos momentos se debate en el gobierno la propuesta de que estas lenguas puedan utilizarse en el
Congreso de los Diputados y en el Senado, ofreciendo traducción a los que no la entienden. Cuando los diputados
tomen un café o charlen en el pasillo, entre ellos sin duda hablarán la lengua común; es decir, entre hablantes de las
distintas lenguas autóctonas de sus respectivas regiones, el medio de comunicación es necesariamente el español.
6
Los lexicólogos no se ponen de acuerdo a la hora de distinguir de forma unánime entre americanismo e indigenismo,
hasta el punto de que algunos prefieren soslayar la cuestión hablando de “indoamericanismos.” En este trabajo

9
CARMEN FERRERO/NILSA LASSO - VON LANG

4. Los usos lingüísticos americanos en su contexto actual.


El español americano presenta diferencias:
a) Diatópicas: derivadas de su proceso de expansión y del contacto con las distintas lenguas
autóctonas. La modalidad hablada concretamente en el Caribe costero e insular y en las llamadas
tierras bajas, comparte en general rasgos comunes con las hablas de Andalucía; mientras que el
español de las zonas altas (altiplanicies y zonas del interior) tiene características comunes con el
norteño de la Península Ibérica.
b) Diastráticas: por las características de la competencia lingüística de los individuos, podemos
distinguir un uso de la lengua según los usos sociales y considerar la existencia de hablantes cultos,
medios y populares. Cada comunidad lingüística tiene sus usos estratificados de manera que aquéllos
que en una comunidad pertenecen al habla prestigiosa, en otra pueden tener una connotación
abiertamente vulgar o popular. De ahí que un rasgo lingüístico pueda estar muy extendido por
Hispanoamérica, pero con valoraciones sociolingüísticas muy diferentes entre los diferentes grupos
que lo conocen.
c) Diafásicas: cada hablante según las circunstancias de la comunicación (el tema, el interlocutor,
su estado de ánimo, etc.) alterna estilos de lengua que son perfectamente identificables por los
miembros de su comunidad y confieren variedad de registros y adecuación a sus actos de comunicación.
Indudablemente, el individuo culto es más capaz de alternar y cambiar de estilo de lengua o de
incorporar a su estilo de habla familiar rasgos lingüísticos de un nivel social considerado popular. Sin
embargo, el individuo popular, cuanta menos instrucción tenga, menos posibilidades tiene también de
poder cambiar de registro, quedando atado a su único y reducido conocimiento del idioma.

H
V
Un elemento no siempre suficientemente valorado es la ortografía. La escritura es un factor

U
unificador muy potente que ha demostrado su alta eficacia en procesos de disgregación lingüística.

U
Aunque el español se pronuncie de forma distinta siempre se escribe igual, lo que se convierte en

F
un apoyo vital para el afianzamiento de la norma lingüística estándar. En este sentido, hay que

S
mencionar la fidelidad de los países hispanoamericanos a la forma de escritura normativa y el
prestigio sociolingüístico que tiene en toda Hispanoamérica el individuo que conoce y maneja con
competencia las normas de expresión escrita. Tras los distintos procesos de independencia de los
países hispanoamericanos, en algunos trató de difundirse una “ortografía americana,” adecuando las
grafías a sus usos lingüísticos. Los distintos intentos no pasaron de ser experimentos con poco éxito
que fueron abandonados para recuperar la ortografía convencional.
Los países de América se han implicado en la Real Academia de la Lengua Española, creada en
1713, estableciendo las academias correspondientes en sus capitales a veces sólo unos años después
de sus propios procesos de independencia. Desde la primera, fundada en Bogotá (Colombia) en 1871
hasta la Academia Norteamericana de la Lengua Española (creada en New York en 1973) un total de
veintidós componen esta institución que recoge las demandas de renovación lingüística y establece
propuestas y pautas normativas sobre la lengua española. Con mayor o menor seguimiento, la Academia
ha desempeñado un papel importante como punto de convergencia lingüística y unificación idiomática.
Aunque transitoriamente algunos países americanos cayeron tras su independencia política bajo la
órbita cultural de Inglaterra o Francia, llevados por el natural rechazo que un proceso de emancipación
suscitaba hacia todo lo que fuera español, la ruptura total nunca se dio y es opinión común que las
mejores páginas de la literatura española del siglo XX están escritas por autores hispanoamericanos.
Durante décadas la Academia ha sido el referente para la enseñanza y la instrucción pública americana
y su seguimiento repercute indudablemente en la unidad cultural.
Las peculiaridades lingüísticas del español americano están adscritas, en general, a uno o varios
de los niveles diastráticos, diatópicos o diafásicos mencionados anteriormente.

10
VARIEDADES LINGÜÍSTICAS Y LENGUAS EN CONTACTO EN EL MUNDO DE HABLA HISPANA

Tabla 6

VARIEDADES LINGÜÍSTICAS

tierras altas (altiplanicies e interior)


Diatópica
tierras bajas (costas e islas)

Oral Literatura científica y de creación


Diastrática Lengua culta Lengua académica
Escrita

Oral Conversación
Lengua estándar Entrevistas
Escrita Medios de comunicación

Lengua coloquial Oral Determinados programas y


secciones de prensa
Escrita Conversación informal
S
F

tema
U

Diafásica Circunstancias interlocutor


U

de la comunicación asunto
V

receptor
H

estado de ánimo, etc.

Sólo hay dos fenómenos, uno de pronunciación y otro de morfología, que se dan de manera
general y con independencia de los niveles sociolingüísticos en todos los territorios de habla española
en América: el seseo y el uso del pronombre ustedes como fórmula de tratamiento de confianza.
Para la interpretación y adecuada valoración de éstos y otros fenómenos que caracterizan hoy la
variedad americana del español, hemos de tener presente dos fuerzas que configuran esta modalidad:
el arcaísmo y la innovación. Aunque contrarias, interactúan en el mantenimiento y desarrollo de
ciertos rasgos muy peculiares, dándole una peculiar fisonomía.
4.1. Características de pronunciación.

4.1.1 El seseo. La realización s es única, general y prestigiosa. Desde los primeros momentos se
adoptó esta solución simplificadora de la distinción castellana entre /s/ y /z/: casa/caza, poso/pozo,
caso/cazo. La realización única [s] en estos y otros dobletes no provoca confusiones de significado,
ya que es el propio contexto gramatical o de situación el que con frecuencia desambigua el significado
de la palabra: “Vamos a casa” (edificio) / “Vamos de casa” (acción de cazar). La articulación de esta
/s/ tiene variedades en cuanto a modo y punto de articulación, con realizaciones muy próximas al
timbre ceceoso que se pueden escuchar en El Salvador, Honduras, Nicaragua, Venezuela (costa) y con
menor frecuencia en localidades de Puerto Rico, México y Colombia. El tipo de /s/ más extendido, la
predorsal convexa, es el más difundido en el sur de España y prestigioso en Sevilla.
4.1.2. El yeísmo y el rehilamiento. La distinción de los dos fonemas palatales castellanos
lateral /l/ y central /y/ se mantiene en algunas zonas de Colombia, Ecuador, Perú y Chile, donde es

11
CARMEN FERRERO/NILSA LASSO - VON LANG

realización prestigiosa; sin embargo, son muy extensas las regiones yeístas con neutralización en
una única realización palatal central [y] que puede tener variantes articulatorias que caminan hacia el
debilitamiento de esta consonante y otras que constituyen un refuerzo de la misma.
La palatal [y] llega a articularse prácticamente como una semivocal [i] o semiconsonante [j] en
el norte de México y en Nuevo México, en casi toda Centroamérica, costa atlántica de Colombia y
costa norte de Perú. Se trata de un proceso de desconsonantización de /y/, es decir, una disminución
de la tensión articulatoria que se produce sobre todo en el contexto intervocálico, lo que hace que no
se produzca la fricción que distingue [y] de [i]: cuio (cuyo), poio (poyo, pollo), maior (mayor). En
las hablas chicanas o en los dialectos del suroeste de los Estados Unidos, el debilitamiento llega al
extremo de que no se pronuncia la palatal, sobre todo cuando está en contacto con las vocales palatales
del español /e,o/: tortía (tortilla), cuchío (cuchillo), ea (ella), etc. Por el contrario, el
llamado rehilamiento es un refuerzo articulatorio ya que consiste en realizar la consonante palatal
con una fricatización sonora, tensa y estridente. Es muy característica de Argentina y Uruguay, pero
se encuentra también en otras zonas de Centroamérica, México, Colombia y de manera dispersa en
otros territorios. Por énfasis o emotividad puede aparecer en hablantes de otras zonas y del mediodía
peninsular, aunque nunca con la frecuencia e intensidad que podemos oír en la zona rioplatense:
(poyo, pollo), (callo, cayo), (yo), etc.
Esta realización existía ya en el siglo XVIII y es prestigiosa, pero tiene una variante ensordecida
que se articula sin vibración de las cuerdas vocales. Es un fenómeno variable, que no está condicionado
por el contexto fónico; más bien guarda relación con factores sociolingüísticos como clase social,
sexo, edad y registro popular: en la capital de Uruguay, Montevideo, aparece más entre mujeres que

H
entre hombres y es más característica del habla popular; en Bahía Blanca (Argentina) es muy peculiar

V
y propia del habla de mujeres jóvenes.

U
U
4.1.3. Los fonemas /l/ y /r/. Es clara la influencia de las hablas andaluzas en la tendencia al

F
debilitamiento articulatorio de estas consonantes en posición final de sílaba, que puede llevar a

S
distintas soluciones:
a) Debilitamiento articulatorio.
b) Pérdida total, especialmente en posición final de palabra: caló (calor), iguá (igual).
c) Neutralización: un resultado único que en Andalucía y en la costa del Pacífico suele ser la
vibrante [r]: carma (calma), arto (alto). En el Caribe costero e insular, la solución más frecuente
es [l]: amol (amor), calta (carta) aunque en algunas zonas como Puerto Rico esta realización está
estigmatizada y tiende a evitarse en los estilos más cuidados de habla.

d) Vocalización: de forma esporádica se da en hablantes del sur de España y en algunos de Cuba,


República Dominicana, Puerto Rico y Colombia: taide (tarde), poique (porque), cuai (cual).
e) Otras soluciones son la articulación de estas consonantes como una aspirada [h] o una sibilante
[s], indicadores del debilitamiento articulatorio y de la falta de seguridad que el hablante tiene en su
identificación.
En otras posiciones, la /r/ tiene articulaciones peculiares en América, como la asibilación o la
velarización. La asibilación es característica de Chile que afecta a la articulación de la vibrante cuando
va sola o agrupada [tr]; su timbre en estos casos se acerca mucho a la /s/ castellana. La velarización se
produce principalmente en Puerto Rico aunque no es general, y consiste en una realización posterior
en la zona velar, con variantes de realización, algunas de ellas muy fricativas (semejantes al oído a la
articulación francesa). Ambos fenómenos tienen que ver con factores sociolingüísticos y son propios
del hablante popular o rural, que entran sólo ocasionalmente en la conversación informal del hablante
culto.
4.1.4. La /s/ implosiva puede tener una realización aspirada [h] o llegar incluso a su pérdida
total y vincula las hablas andaluzas con el español hablado en buena parte de América: el Caribe,

12
VARIEDADES LINGÜÍSTICAS Y LENGUAS EN CONTACTO EN EL MUNDO DE HABLA HISPANA

Centroamérica, Venezuela; costas de México, Colombia, Ecuador y Perú, Chile y Argentina, donde
este debilitamiento es característico de la zona porteña y entra incluso en regiones del interior:
mo[h]ca, má[h], li[h]ta, etc. La pérdida total se puede dar tanto en posición interior como final de
palabra, aunque en este último caso, el mantenimiento es más frecuente cuando la palabra que le
sigue empieza por vocal. El debilitamiento y la pérdida afectan al entorno fónico:
a) La vocal que precede a la /s/ suele abrirse y/o alargarse un poco. Este fenómeno tiene consistencia
en Andalucía oriental donde el sistema vocálico del español se desdobla en diez unidades: vocales
cerradas para el singular / vocales abiertas para el plural. Así se recupera la marca morfológica.
b) Si a la /s/ le sigue una consonante sonora, p.ej. /b, d, g/, el efecto que produce en ella puede
ser el ensordecimiento; si es sorda (/p, t, k/) un refuerzo articulatorio, especialmente cuando hay un
factor emotivo o enfático: [áhko]> [áhko]> [ákko] (asco).
En cuanto a los factores sociolingüísticos, en determinadas hablas americanas como Chile y
Panamá, se ha observado que la aspiración marca el nivel popular, mientras que la elisión es
propia de los niveles más bajos. No obstante, es difícil establecer una pauta general, porque en la
República Dominicana la elisión está muy generalizada, más que en otras zonas, y sube en la escala
sociolingüística hasta los sociolectos altos sin distinción de contextos fónicos; en Puerto Rico y Cuba,
la aspiración es norma y la elisión es más frecuente en posición final.
En posición explosiva (inicial de sílaba), la aspiración de la /s/ se produce en hablas populares
de Andalucía y del Caribe, pero siempre con marcado carácter popular: [nohótro], [sinko hentavo],
[peheta].
4.1.5. Otras características consonánticas tienden hacia el debilitamiento articulatorio, coincidiendo
plenamente con las hablas andaluzas que afecta a los siguientes fonemas:
S
F

a) Velar /x/, grafías j, g (+e,i), que se articula más suave que en España o incluso claramente
U

aspirado (al igual que en las hablas andaluzas): [h]ente (gente), mu[h]er (mujer) y aparece en toda
U

la escala social.
V

b) Palatal central africado (grafía ch), que se articula como fricativo: [-s]ico (chico), mu[-s]o
H

(mucho), etc. Es una articulación muy extendida en algunas zonas, como Panamá capital, donde
parece que está favorecida por el contexto fónico intervocálico y es más frecuente en hablantes
jóvenes. En otros lugares como Puerto Rico, la realización fricativa es marcadamente popular, aunque
se encuentra en la conversación menos formal de hablantes cultos.
c) El dental sonoro /d/ tiende a perderse en posición final de palabra y a relajarse y/o perderse en
posición intervocálica: calidá, ciudá, deo, cantao, etc. Es un fenómeno interesante desde el punto de
vista sociolingüístico, pues aunque se da con total distribución en el habla de Madrid y está bastante
extendido y aceptado en el habla popular español, sin embargo en América suele tener una fuerte
estigmatización, como ocurre en puntos tan distantes entre sí como Puerto Rico y Buenos Aires.
d) El fonema nasal dental /n/ en posición final sufre procesos de velarización y debilitamiento
articulatorio que pueden llegar a la pérdida total y a la nasalización de la vocal precedente: [mánso]
> [maηso]> [m˜anso] > m˜aso]. Tiene aceptación general en el Caribe, costas de Perú y Ecuador.
e) El labiodental fricativo /f/ tiene realizaciones labializadas [v] o aspiradas [h]; la articulación
velarizada [x] (juerte, jue) se considera rural y está fuertemente estigmatizada.
4.2. Morfología.
Nos detendremos únicamente en dos hechos pronominales que ejemplifican el arcaísmo y la
innovación del español de América, además de ser marcadores de las formas de tratamiento en el
español hablado en América: el voseo y ustedes.
4.2.1. El voseo es hoy un uso exclusivamente americano y de aceptación social. En la época
medieval existía la forma vos (construida con verbo en 2ª persona del plural) como tratamiento de
respeto para un tú. Esta forma fue perdiendo el valor de cortesía hasta el punto de que a finales
de la Edad Media indicaba ya confianza e incluso menosprecio. Hubo que recurrir entonces a otra

13
CARMEN FERRERO/NILSA LASSO - VON LANG

expresión para indicar la distancia social: vuestra merced (de la que proviene el actual usted). Estos
cambios llegaron a América y se difundieron desde sus principales cortes virreinales, México y Lima.
Pero a los lugares más alejados o de más difícil contacto con ellas tardaron mucho en llegar y aún más
en generalizarse, hasta el punto de que cuando se producen los procesos de independencia el cambio
aún no se ha introducido plenamente. En esos territorios alejados de los focos culturales, se conserva
hoy vos como tratamiento de confianza (equivalente o sustituyendo a tú).

Se han producido algunos cambios en las desinencias verbales, ya que los verbos de la 1ª y 2ª
conjugación (-ar, -er) reducen su diptongo (vos cantás, vos comés) y pierden la -d en el imperativo
(cantá, comé, salí). Y puesto que para algunos hablantes sustituye a tú, también se emplea vos con
verbo en 2ª persona del singular (es decir, morfología de tú): vos cantas, vos comes, vos sales, e
igualmente pueden aparecer con pronombre complemento de tú (vos te callás, vos te callas, tú te
callas).

Tabla 7

TRATAMIENTO DE CONFIANZA
2ª PERSONA DEL SINGULAR

Estándar español tú + 2ª pers. sing. tú cantas, comes, duermes

H
V
tú + 2ª pers. sing. tú cantas, comes, duermes

U
Estándar americano

U
vos + 2ª pers. sing. vos cantas, comes, duermes

F
+ 2ª pers. plural vos cantás, comés, dormís

S
Para el estándar peninsular es la pervivencia de una forma y un uso arcaizante, pero en Argentina,
Uruguay, amplias zonas de Centroamérica y Ecuador, Perú, Chile, etc. goza de plena vitalidad y
aceptación en el ámbito familiar, ya que tú es más formal y a veces puede indicar una cierta falta
de confianza o distancia social. El uso según clases sociales, grado de formalidad de la situación
y niveles de educación varía de región a región: desde lugares donde sólo aparece entre las clases
menos educadas y en la lengua hablada muy familiar de las clases cultas, hasta zonas como Argentina
y Uruguay, donde es usada por todas las clases sociales, en todos los ambientes y tanto en la lengua
escrita como en la oralidad. Su vitalidad actual está firmemente arraigada en buena parte por el
prestigio de que goza el habla argentina.
4.2.2. El uso de ustedes como tratamiento de confianza es el único rasgo morfológico común a
todo hispanohablante y tiene plena aceptación y prestigio en toda la gradación sociolingüística. En el
español estándar tiene dos usos claramente asignados: ustedes (+ 3ª pers.) es la forma de plural para
el tratamiento de respeto, mientras que la confianza se marca con vosotros (+ 2ª pers. verbal). No
obstante, en Canarias y en buena parte de Andalucía se ha extendido también el uso de ustedes como
forma de confianza, aunque algunos hablantes andaluces seleccionan la 2ª persona verbal (ustedes
cantáis) y otros alternan entre ambas formas verbales: ustedes sabéis / ustedes saben.

14
VARIEDADES LINGÜÍSTICAS Y LENGUAS EN CONTACTO EN EL MUNDO DE HABLA HISPANA

Tabla 8

FÓRMULAS DE TRATAMIENTO
2ª PERSONA DEL PLURAL

Confianza Respeto

Español estándar vosotros + 2ª pers. plural ustedes + 3ª pers. plural


(vosotros cantáis) (ustedes cantan)

vosotros + 2ª pers. plural


Estándar andaluz (vosotros cantáis) ustedes + 3ª pers. plural
(ustedes cantan)
+ 2ª pers. plural
ustedes (ustedes cantáis)

+ 3ª pers. plural
(ustedes cantan)
S

Estándar americano ustedes + 3ª pers. plural


F

(ustedes cantan)
U
U

El hablante americano (al igual que el canario) construye siempre con el verbo en 3ª persona y
V

ustedes tiene un doble significado como tratamiento de respeto y de confianza. Es un uso general en
H

todos los niveles y situaciones, ya que la forma vosotros se aprende en la escuela pero es rara en la
vida cotidiana y se considera hiperculta.
4.3. Léxico
Las principales características del léxico hispanoamericano se gestan en el mismo proceso del
descubrimiento. A partir de las primeras noticias de América difundidas por Colón a su regreso,
la naturaleza de los territorios recién descubiertos se muestra como algo desbordante y el adjetivo
“maravilloso” será recurrente en las primeras descripciones. Para explicar ese “nuevo mundo” el
léxico patrimonial del castellano del siglo XVI sufre un proceso de expansión semántica, a partir
del cual las palabras castellanas simples adquieren un nuevo significado aplicado exclusivamente
a América, dando lugar a los llamados americanismos léxicos6. Es el léxico castellano el que se
adapta a la descripción de la realidad americana, utilizando los recursos lingüísticos de sufijación
o estructuras sintagmáticas, hasta que poco a poco se van conociendo y adaptando a español las
palabras que proporcionaban las lenguas autóctonas.
Es muy interesante tener presente que desde los primeros momentos de su incorporación al caudal
léxico del español estas palabras de procedencia indígena tienen indudable prestigio; de hecho, se

llamo americanismo al vocablo que, procedente del fondo léxico patrimonial del español, amplía su significado para
designar una realidad americana: piña para el fruto llamado en guaraní ananás, pimiento de Indias en vez del náhuatl
chile. El indigenismo es la palabra que etimológicamente procede de una lengua autóctona americana (ananás,
chile).
7
En el español popular peninsular la designación es hoy coche (con motor) y coche de caballos. Carro designa el
vehículo tirado por animales y destinado a transportar cargas. Tanto en el español peninsular como en el americano

15
CARMEN FERRERO/NILSA LASSO - VON LANG

incorporan inmediatamente al lenguaje literario y aparecen en las obras de los grandes autores de
la época: Cervantes, Lope de Vega, Calderón. Desde el español y con la base del prestigio que esta
lengua tiene en la Europa de la época y su predominio en Indias, estos vocablos se difundirán al
inglés, francés, italiano, etc. Conocer y utilizar en los textos los americanismos e indigenismos era
signo de experiencia de la realidad americana, “ser perito,” circunstancia muy valorada en la sociedad
peninsular del XVI; por eso es significativo que hagan gala de él más los autores peninsulares y
criollos que los mestizos. Esto explica en parte que algunos términos patrimoniales fueran aceptados
y utilizados por criollos de las ciudades, consiguiendo desplazar al indigenismo autóctono. Y así
el puma siguió llamándose tigre, lagarto al inquietante yacaré y perrillo al singular escuincle
mexicano.
La desaparición en la lengua hablada de indigenismos procedentes de distintas lenguas que
designan una misma realidad sólo fue un proceso natural de selección y economía léxica, nunca un
rechazo al término indígena, puesto que el conquistador y poblador de América utilizan, si les era
posible, no uno sino varios vocablos para mostrar su profundo y exacto conocimiento de la tierra. El
descubridor incorpora desde los primeros momentos los indigenismos y los utiliza de manera natural
y cuando entra en contacto con otras lenguas, da cuenta de los sinónimos, pero continúa utilizado
y difundiendo el primero que aprendió. Esto explica que las primeras palabras de la lengua taína
aprendidas en el Caribe, pasen en boca de los conquistadores a México y desde allí se difundan en el
estándar por toda América del sur. Es la sociedad criolla americana del XVI la que hace la selección,
basada en el prestigio lingüístico que tiene la lengua de estos primeros hombres.
El vocabulario del español de América se caracteriza de una parte por esa enorme capacidad

H
para innovar, para crear palabras nuevas utilizando los procedimientos lexicogenésicos del propio

V
español; y de otra por el arcaísmo, es decir, por la pervivencia de palabras y significados que ya

U
han desaparecido del uso estándar del español peninsular. Éste es el caso de carro, una palabra muy

U
general hoy en el español americano, que originariamente se utilizaba para designar “el vehículo

F
de carga con ruedas tirado por animales.” Cuando se dedica al transporte de dos o más pasajeros,

S
el español peninsular del siglo empezó a utilizar el galicismo coche, préstamo de escaso éxito en
el español americano; y cuando la revolución industrial aplica el motor a este medio de transporte,
el español peninsular utiliza popularmente coche (en niveles más cultos automóvil) mientras que
Hispanoamérica sigue fiel a la designación tradicional, amplía el significado del vocablo y lo llama
carro hasta la actualidad.7
Desde el punto de vista del estándar peninsular, el español americano utiliza arcaísmos porque
en él perviven palabras que tienen escasa vitalidad en la norma para el hablante peninsular o están
relegadas a usos dialectales, pero para el hablante americano tienen plena vigencia, como es el caso
de la palabra pollera (falda), vidriera (escaparate), o la preferencia por los adverbios de lugar acá y
allá frente a la selección peninsular (aquí, allí).
Finalmente, apuntaba antes una mayor facilidad que parece caracterizar al español americano
hasta hoy para crear palabras con los procedimientos de designación internos del español sin recurrir
a préstamos de otras lenguas, rasgo este fuertemente apreciado por el hablante peninsular que suele
pensar que, en general, el hablante americano, incluso el más popular, usa una lengua española más
propia y tradicional. De hecho, los estudios sociolingüísticos sobre el habla de las principales ciudades
americanas, muestran que en ellas hay menor presencia de préstamos en general y de anglicismos
en particular, que en el español de España, incluso en aquellos países de mayor proximidad o
vinculación con Estados Unidos (Lope Blanch 1979): parquear y parqueo frente al galicismo general

hay numerosas designaciones específicas y muchísimas más en hablas familiares o jergales.


8
La norma castellana culta (madrileña “académica”) tiene sobre cada una de las fragmentadas normas locales de
Hispanoamérica la ventaja de su prestigio histórico; pero cuando la norma americana es general -común a todas
o a la mayor parte de las hablas prestigiosas del Nuevo Mundo-, su peso contrarresta plenamente esa prioridad de

16
VARIEDADES LINGÜÍSTICAS Y LENGUAS EN CONTACTO EN EL MUNDO DE HABLA HISPANA

en España aparcar y aparcamiento; tocino frente al peninsular beicon (bacón); o el tan mencionado
e internacional signo de la circulación “stop” que en muchos países de América y concretamente de
la zona caribeña está sustituido por el castizo “alto.”

5. Conclusión: el prestigio lingüístico y el estándar.


Las últimas décadas del siglo XX han mostrado un desplazamiento del centro de gravedad en
cuanto a la norma prestigiosa de la lengua española. El modelo no se encuentra ya indiscutiblemente
en el habla de la antigua metrópoli8, sino que cada vez más se atiende a un estándar americano
considerado como culto y prestigioso y que muestra sin complejos en la oralidad los rasgos que
he descrito en este trabajo. Ya que las soluciones lingüísticas aceptadas no lo son por cuestiones
etimológicas sino por motivos extralingüísticos (prestigio, difusión social, vitalidad, simplificación,
etc.) hay que prestar atención al número de hablantes de esta modalidad y su creciente aceptación
social. Los medios de comunicación y la publicidad son claros receptores de estas tendencias y,
atentos a su consumidor final, cada día conceden más cabida a estos usos en sus producciones. El
efecto llega incluso a España, donde se emiten una gran cantidad de producciones hispanoamericanas
que tienen buena acogida de audiencia9.
En la América que habla español, ninguna ciudad tiene más prestigio lingüístico que otra. Cada
capital es modelo en su país, pero está claro que la emigración del campo a la ciudad confiere al habla
urbana una apreciación social indiscutible. La actitud de los hablantes será fundamental para el futuro
de la lengua y está clara hoy por hoy la voluntad de unidad lingüística en el mundo hispánico. Se trata
de conseguir una unidad en el respeto a la diversidad lingüística.
S
F
U
U
V
H

raigambre histórica (Lope Blanch 1986:31). No creo, sin embargo que estemos, como augura este autor, a las puertas
de un “divorcio lingüístico” entre el español de España y el americano, sino más bien ante una mayor aceptación y
permeabilidad en el español de los usos característicos del español atlántico.
9
A España están empezando a llegar películas dobladas en el llamado “español internacional,” que no es más que
una síntesis de la forma de hablar de los distintos actores hispanos en los Estados Unidos encargados del doblaje.
De igual forma, desde hace unos años las principales productoras de teleseries hispanoamericanas acordaron utilizar
un español normalizado que no recoja rasgos demasiado peculiares de un país, para poder vender sus producciones
dentro del mercado americano y sin que la forma de hablar las hiciera demasiado extraña.
10
Esta investigación, incluida dentro del proyecto de tesis doctoral “Cambio lingüístico inducido por contacto: el caso
de Guatemala. Estudio del sistema de pronombres átonos en áreas de contacto con la lengua maya tzutujil,” ha sido
financiada por la Fundación Caja Madrid.
11
La familia maya está formada por 30 lenguas, que a su vez se subdividen en cuatro ramas o subgrupos lingüísticos.
En la actualidad se estima que son habladas por unos 3,5 millones de personas en los territorios del altiplano
guatemalteco, sur de México y Belice. Entre el 50% y el 60% de la población guatemalteca pertenece a alguna etnia

17
CARMEN FERRERO/NILSA LASSO - VON LANG

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H
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V
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U
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U
V, Santo Domingo: Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña, 1979: 219-228.

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18
Biografia
de una
1en gua
Nacimiento, desarrollo y expansión del español
-------- ·--~--~------

Enrique Obediente Sosa


EL ESPAÑOL EN AMÉRICA

l. ESPAÑA EN AMÉRICA

La presencia española en el continente americano comienza


con la llegada de Cristóbal Colón el12 de octubre de 1492 a la isla
de Guanahani, llamada por él San Salvador. Después de pasar por
otras islas del archipiélago de las Bahamas, el Almirante se dirigió
al sur y descubrió la isla de Cuba;. navegando de allí hacia el
oriente, llegó a Haití, denominada por él Española. Allí levantó el
fuerte de Navidad (25 de diciembre), primer establecimiento
europeo en América, donde Colón dejó una guarnición de
cuarenta hombres, luego de lo cual regresó a España convencido
de haber llegado a las costas orientales de la India.

Las tierras que Colón llamó "las Indias" fueron repartidas


entre España y Portugal mediante la bula Inter cetera del papa
Alejandro VI (1493); allí se trazaba una línea divisoria que iba de
norte a sur, a una distancia de cien leguas al occidente de las islas
Azores y de Cabo Verde, atribuyendo a España las tierras situadas
al oeste, y a Portugal las que quedaban al este de dicha línea. Esta
división no satisfizo a Portugal, pues le dejaba poco espacio
marítimo libre frente a la costa africana. Protestó entonces y
obtuvo de España una modificación del anterior reparto,
concretado en el Tratado de Tordesi!las (1494), que sustituyó la
línea anterior por otra que corría 370 leguas al oeste de las islas de
Cabo Verde.

El segundo viaje de Colón (1493-1496) fue organizado para


colonizar las tierras descubiertas. En este viaje llegaron 1.500
hombres con los elementos necesarios para el arraigo de los
expedicionarios: herramientas, semillas y animales. Al desembarcar
en la Española constató que el primer asentamiento no existía: los
Biografía de una lengua
Enrique Obediente Sosa

indígenas habían destruido el fuerte y matado a los españoles. del Magdalena, se organizó la colonización de lo que sería llamado
Funda entonces una nueva colonia a la que llamó !sabela en honor Nueva Granada, y desde Coro, establecida en 1527, la del actual
de la rema de Castilla. Esta colonia, sin embargo, tampoco logró territorio de Venezuela.
afianzarse debido a lo msalubre del lugar; Bartolomé Colón,
her~ano del desc~bridor, decide entonces trasladarla al sur de la En aproximadamente media centuria España había
Isla. se fundaba as¡ Santo Domingo (1496).
explorado, conquistado y colonizado (al menos en buena parte) las
tierras que habrían de formar su imperio en el poniente del
Asiento de las primeras autoridades coloniales de América mundo.
Sant~ Dommgo se convirtió pronto en una verdadera ciudad
espanola, punto de llegada de todos los que venían a hacer la Uno de los primeros objetivos de los españoles en América
"empresa a~_ericana"; fue, por tanto, el foco originario americano fue extraer la mayor cantidad de riquezas para llevarlas a la
de !ffadiaciOn. española, punto de partida de expediciones y metrópoli, cosa que exigía un fuerte aparato administrativo, puesto
conqmstas hacia el resto de las Antillas y el continente. desde el comienzo en manos de militares y eclesiásticos. Crearon
puntos estratégicos de poderío allí donde se encontraban las
Diver~as explora~iones en el área del Caribe prepararon la riquezas, para cuya explotación no tenían otra salida que recurrir
gran e~edic10n de Hernan Cortés, quien logró alcanzar la meseta a la mano de obra indígena. El rey recompensaba los afanes y
de_ Anahuac (15!9-1521), donde se hallaba lo mejor de la civiliza- sacrificios de la conquista otorgando títulos, cargos públicos, bienes
CIOn Ydelimpeno aztecas, y donde pudo establecerse para futuras raíces, pero los cargos de honor no podían aportar riqueza
conqmstas Y~xplorac10~es. A partir de aquí se realizó la conquista económica si no se disponía de mano de obra abundante. Surge así
Y col~mzac10n de Amenca Central y se organizaron también la encomienda, por la que el beneficiario disfrutaba del trabajo y
expediciOnes al norte con la esperanza de encontrar países tributo de los indios a cambio de instruirlos. Hoy no cabe duda de
m~rav!llosos donde abundara el oro. Por el sur, los españoles se que muchos encomenderos tomaron en serio su obligación de
one,ntaron, una vez d~scubierto . el Mar del Sur (el océano instruir a sus encomendados en la fe y primeras letras, pero es
Pacifico), haCia los terntonos del Imperio inca. Las noticias que igualmente cierto que una buena parte de aquéllos vio a "sus
;obre las nquezas delBüú habían traído los exploradores indujeron indios" únicamente como instrumentos de producción.
'l FranCI~co PI~arro y Diego de Almagro a organizar en 1524 la
oxpedl_ciOn hacia esas tierras, pero no fue sino hasta 1531 cuando A causa del afán por lograr grandes beneficios y para
iespues de m~chas y variadas vicisitudes, lograron hacer la; acallar las voces que protestaban por el trato dado a los indios, se
mmeras conqUistas en el mmenso territorio del imperio de los inicia la trata de negros, comercio que dio origen a la introduccíón
ncas. ~esde estas tierras andmas se organizó la conquista de Chile en América de un nuevo elemento étnico-cultural: el africano.
· del Río de la Plata.
La presencia europea en América transformó el modo de
Mientras esto ocurría en el sur del continente, se conquista- vida de los indios, pero al mismo tiempo las culturas indígenas
·a, desde otros focos, la parte norte de Suramérica. En efecto, causaron un impacto en los usos y costumbres de los europeos. Es
esde Santa Marta, fundada en 1525 cerca de la desembocadura necesario tener en cuenta el momento histórico en que tienen

384 385
Biografía de una lengua

Extensión del español en América


lugar los contactos entre colonizadores e indígenas, y también la
influencia del cristianismo y los fenómenos de mestizaje para
comprender las crisis derivadas de los contactos que llevaron a
coexistir, de manera más o menos sutil, a hombres provenientes de
diversos lugares de la tierra. Desde el caso de la extinción o
exterminio de los indígenas en unos lugares, hasta el de otros en
que los indígenas eran la masa dominante de población, los
resultados del encuentro entre colonizadores y naturales ofrecen
matices variados según las características de los protagonistas de
ese encuentro. Esto repercutiría en la estructura social y cultural
de las distintas regiones americanas sometidas al dominio de la
corona de Castilla.

España creó todo un aparataje administrativo ad hoc para


las colonias americanas, de modo que la justicia, el comercio, la
educación, en fin, todos los aspectos de la vida en este lado del
mundo quedaron minuciosamente reglamentados, al menos en ' · OCEANO ATLÁNTICO
1
teoría. ~·
~ ~-
Hacia comienzos del siglo XIX, el territorio americano
sujeto a España estaba dívidido en las cuatro circunscripciones de
primera jerarquía (o virreinatos) siguientes (entre paréntesis, año
de creación de la entidad):

Nueva España (1535): abarcaba México y parte del sur y el


oeste de los Estados Unidos.
Perú (1542):circunscripción territorial que comprendía toda OCEANO PACÍFICO
la América del Sur bajo dominio español, excepto la costa
venezolana; fue perdiendo extensión con la creación de los
virreinatos de Nueva Granada y del Río de la Plata, hasta quedar
reducido al actual Perú.
Nueva Granada (creado en 1717, fue suprimido en 1724,
para ser reconstituido en 1739): comprendía Panamá, Colombia,
Venezuela y Ecuador.

386
'
Enrique Obediente Sosa

Rio de La Plata (1776): comprendía las actuales repúblicas


de Argentina, Uruguay, Paraguay, Chile y Bolivia.

Ese inmenso territorio contaba, según la estimación que


hiciera Humboldt hacia 1823, con una población de 16.785.000
habitantes, repartidos en los siguientes grupos: indios 46%, mesti-
zos 30%, criollos 18%, negros 5%, españoles 2%.

El ejemplo de las colonias inglesas del norte, las ideas


liberales europeas del. siglo XVIII, la ineficacia del sistema
administrativo centralizado llevaron al descontento de la
aristocracia criolla y al establecimiento de bases para la revolución,
que se tradujo en violentos y sangrientos combates que tuvieron
lugar a todo lo largo y ancho del continente. El imperio español
comenzó así a desintegrarse y se inició un repliegue del dominio
territorial de España en la medida en que los americanos iban
ganando las batallas, siendo la última la de Ayacucho (1824). Con
el triunfo del movimiento independentista surgieron diversas
repúblicas que se correspondían, en líneas generales, con los
territorios administrativos de la época colonial. España conservó
solamente las islas de Cuba y Puerto Rico, perdidas en 1898 como
consecuencia de la guerra con los Estados Unidos, con lo cual se
puso fin al imperio colonial español.

2. LA IMPLANTACIÓN DEL ESPAÑOL EN AMÉRICA

El proceso de hispanización lingúística de América


comenzó hace cinco siglos, cuando se inició el trasplante a nuevos
y extensos territorios de la lengua oriunda de Castilla. El español
r americano es, por tanto (y valga la perogrullada), una extensión del
r español europeo: no puede soslayarse, en efecto, el hecho histórico
r
irreversible de que la lengua española tuvo una expansión colonial.
I
i
Por ello se ha comparado el proceso, y con razón, al de expansión
del latín en Europa.

i 387
t
t
-- ,"-' \.....,, 0 L ~, \....- G

Tal proceso se inicia con el mismo Colón, quien escribe en


su Diario que tiene la intención de llevar algunos indios a España Pedro Borges1 que
para que aprendan español, y después hacerlos volver para que
sirvan de intérpretes a los conquistadores. Esto lo llevó a cabo en , no arece haberse seguido una
dos ocasiones pero fracasó, bien porque los indios murieron en con anterioridad a esta epobcab,l p e su enseñanza estuviera
1 ¡ 'spro a eesqu
España, bien porque, dado el mosaico lingüístico americano, el norma gener~ y o ma antenidas por los misioneros en
sujeta a las diferentes posturas m 1 s franciscanos y agustinos lo
papel de intérprete de aquéllos quedó abortado al no conocer sino este punto. Aunque constad quMe, o desde la década de 1520 y
su propia lengua. _ elas e exrco .
ensenaron en sus escu , 1 oncilio de MéXIco, nos
- 1 erpetuo e tercer e 1
que. su ensenanza
, o . par que no fu e asign . atura obligada en as
La penetración de la cultura española se hizo posible en la arnesganamos a opm , bio en los internados. De
medida en que surgían intérpretes, comúnmente llamados lenguas; 1 tales ' pero SI en caro . da la
' estar generaliza
escuelas e emen l
, . ' d b"'
éstos eran indios que, por gusto o forzados, habían convivido con · MeXICO no e IO
hecho, en de miSmo 1585 se aboga por su
- rlo puesto que en . .
españoles aprendiendo su lengua. Los hubo también españoles que, costumbre e hensena . ·ustificar su conveniencra,
t se tiene que J d
por convivir con los indígenas, aprendieron su idioma; éstos eran enseñanza Y as a . araníes mucho más avanza as
o frailes o sobrevivientes de expediciones anteriores que, para mientras que en las reducci~nes gul ·glo XVIII sólo lo hablaban
q 'dldemasenesi _
seguir viviendo, se vieron en la necesidad de insertarse en ue. la .mayona e tas ían contactos ' fr ecu entes con los espanoles
comunidades autóctonas. los mdiosdeque
a pesar m~n en. en e11as de eolegios para niños nobles.
la enstencia

La hispanización de América fue, por consiguiente, un h .nstitutos enseñaban latin y no


proceso lento. A medida que avanzaba la conquista, los españoles - Es 1de notar
. ual queque m~c osd¡ades , donde las asignaturas, lo
las umvers¡
se encontraban con nuevas lenguas, lo cual los desesperaba. La espanol,
mismo quea 1g
en Europa, se dictaban en aquella lengua.
Corona recomendaba la enseñanza del español pero los que
estaban en el lugar de los acontecimientos, particularmente los . . ra conveniente o no enseñar
misioneros, veían qne esto era imposible debido tanto al desinterés La Corona vac!laba entre .s! e . d!.ctada por la apremiante
· di as convemenc1a .
de los indios por aprenderlo como a la dificultad que implicaba el español a los m gen , . o era el adoctrinamiento en
para ambas partes habérselas con lenguas de estructuras tan labor evangelizadora. Como ~-pnm~n principio que fueran los
disímiles. la fe cristiana, se recomedn. o en las lenguas indigenas, y que
.. l s que apren ¡eran .. 1 go
miSIOneros o , 1os m . d!·os que qms1eran; ue ,
·
aprendieran espa ñol solo . "bl e verter bien el contem"do
Dos elementos, sin embargo, fueron decisivos en este - d que era JmposJ .
proceso de hispanización: la introducción de la imprenta (la t convencida Es pana e ordena ue «a todos los indws sea
primera, en México en 1535) y la creación de una estructura de la fe en las lenguas m~genas~n ella laqdoctrina Christiana, para
educativa colonial. Es sabido que las escuelas y colegios impartían enseñada la lengua Espanola;/ 1 Misterios de nuestra Santa Fe
que se hagan más capaces e os
las asignaturas en la propia lengua del territorio, y que no es sino
a partir del siglo XVIII cuando se introduce la enseñanza del
español debido a las órdenes reales que insistían en ello. Dice

388
I - - - - - - - - .- - - -. M drid Albambra, 1986, citado por
1. En Misión y civilizactón en Amenca,

Quilis 1992b, pág. 48.


a •

l 389
Ent"ique Obediente Sosa
CatL
o zc_a, aprovechen para su salvac .ó .
su gobzerno y modo de vivir>• (Rea; ~!dconszgan otras utilidades en dominios y sólo se hable el castellano)), como reza en su título.
marzo de 1634)' Esa e ula de Felipe IV del 2 de
• S «Otras Util (;l d
med~da, a tener las herramient~ a es» se referían, en buena Sólo quedarían virtualmente exentos de esta disposición
enganar por los españoles y pod n~cesanas para no dejarse aquellos lugares «en que se hallen inconvenientes en su práctica,
tes que, por lo general traducíaer ¡queJarse sin ayuda de intérpre- [para lo cual] deberán representármelo con justificación, a fin de que
convenía. ' °
n que les convenía y según les en su inteligencia resuelva lo que fuere de mi Real agrado, por ser así
mi voluntad», tal como concluye dicha Real Cédula.
Según apunta Quilis (1992b, pág. 58),
A decir verdad, lo que impulsó realmente la hispanización
En ~te tono transcurren los años h . de América fue el mestizaje; en efecto, las uniones de españoles e
En el aparece la figura del b'. asta el remado de Carlos III indias fueron el puente más firme y seguro entre los dos pueblos
·
An tomo arzo JSpo de M'"· 6 100 ·
Lorenzana y Bu"t . . 1 don Francisco
1 ron amigo p al d y culturas. Siendo los españoles escasos y las españolas más escasas
exponente del despotis il ' erson el rey y típico
para que los indios mex::no ustradft ~n 1768, publicó las Reglas aún, sin los mestizos no habría sido posible ni la conquista ni la
hispanización del Nuevo Mundo.
tem?oral, donde abogaba ~::;~de zces en lo espiritual y en lo
obii~atoria del español no sólo cona; ente ~~r la enseñanza
me~o único para lograr los ob"etivo:es ~e~Igtosos, sino como Pero la implantación del español en América repercutió
soctales de la Corona en 1 I ~di políticos, económicos y obviamente sobre la misma lengua recién llegada, al entrar en
insistió ante el rey hasta quas .. n as. El arzobispo Lorenzana contacto con los idiomas autóctonos. Las realidades desconocidas
letra las recomendacion e este aceptó y siguió al pie de Ia que se iban desplegando ante los ojos atónitos de descubridores y
mientras que el absolnt· est Fprolpuestas por su súbdito. Así conquistadores debían ser nombradas por bocas españolas,
. JS a e zpe II fue b" '
ma t ena de lengua ellib 1 C a Ierto y hberal en necesidad que daría origen a nuevas acepciones de viejas palabras
abril de 1770proU:uJg e:a arios III fue absolutista. El16 de hispanas y a la introducción de palabras de las lenguas habladas
a 1a <amosa Real Cédul fi l
que se destie!Ten los diferentes id. a «a n de conseguir por los naturales, y ello desde los mismos inicios. Ya en el Diario
zomas de que se usa en aquellos t de Colón aparecen las primeras palabras antillanas, en un conjunto
l
, v·zsto lo cualpar integrado por canoa, hamaca, ajes, cacique, cazabe, nitaine, tuob,
'ece una exageración lo d"
en sn E:oquencia espaflola en arte de 16o'!~e. ~ce Bartolomé Jiménez Patón t caona, nocay, ají y tiburón. Añádanse a esta lista bohío y guanín,
1 ambas interpretadas erróneamente por Colón, que pensó que
soy .testigo apasionado alabando cosa tan . porque no me imputen que
digrudad, y excelencia de la lengua E - propna nuestra como no es la
r eran nombres propios de lugar, topónllnos como Cuba; también
t caribe, primer gentilicio antillano que aparece en un texto
con lo que otros muchos antes que spa;::'la: no quiero prouar mi intento
r castellano3 .
ánimo tan Español como el mio ni~~ an ~ho por ser tan hijos suyos Y de
Indias todas que se han ganad n decu que es tan general que en las
o se enseña po rt
que los Romanos conquistaron el m
.
r a e como la Lanna en tiempo
t
de Lüdtke 1998, pág. 17. undo ... » (el resaltado es nuestro). Tomado I
t 3
López Morales 1998, págs. II-12.
390
r' 391

r
t
La introducción y asimilación general de palabras indígenas
no se dieron, sin embargo, de la noche a la mañana ni como un . , mueho de lo que see mostraba
los significados difena bajo sencillas
tanto cuidaba en la
simple trasvase de formas, más o menos adaptadas a la estructura . . El padre Las Casas, qu . .
fonológica del castellano; al contrario, fue un proceso más bien apanenctas. . . t dría que escnbtr: «a veces
transmisión de los amencamsmos, . e~ muchas de las nuestras, y
lento y complejo llevado a cabo en varias etapas. De acuerdo con
una palabra en aquella lengua reqhme d las suyas». y el Inca
Manuel Alvar (1992) la "recepción de americanismos" pasó por las Prebende mue as e . d ·
siguientes etapas. una nuestra com 11 os diría que «cast no eJan
Garcilaso, al escuchar a los caste- a~ ~e sabe más iñora de diez
vocablo sin corrupción» y «el espano q e un ~ismo vocablo
1') En un primer momento, los descubridores proceden a describir, las muchas cosas qu .
mal que bien, en castellano las realidades americanas que les eran partes las , nueve,
( , 39) porEn la me d"d 1 a en
que la lengua se aindtaba,
nuevas. Se refieren entonces, por ejemplo, a las hamacas como significan». , pag.año la · se fue re1egando ' "pero quedó -desde b ,los
redes de algodón, los pumas son llamados leones y las quenas, la expresiOn esp . . . b"l" .. e que otros hombres aca anan
P di el dtcctonano t mgu "'
flautas. Este procedimiento, que nada matiza, no puede evidente- rimeros . as- . .
bazles)) «&ran d es se ñores y caciques))' «aJles o
escribir <(arezto y ' o·
mente dar cuenta de aquello que los descubridores pretenden dar
a conocer a sus compatriotas; aquellas palabras, utilizadas en ;:lientos», ~naborías o vasallos•" (pág. 39).
América, han comenzado a significar otras cosas, han dejado de
- 1 fue americanizando• al mismo
tener sus resonancias castellanas para adquirir otras, con lo cual De esta manera el e~pano se "b ht"spanizando. Siguiendo
comienza "el acriollamiento de las voces tanto para designar nuevas 1 mdigenas se 1 an . --
realidades como adaptar el español a su nueva circunstancia" (pág. atiempo que
Manuel las enguas
AJvar , 40-42)' el proceso de americamzacton
(1992, pags.
38). del español,

2') El paso siguiente fue "buscar la forma en que el europeo tenga


conciencia de las discrepancias" (pág. 38). Surge así la oposición
sistemática entre cosas de la tierra o de las Indias y las de España
¡ q
Española: los espano
·~n a la nueva rea¡1"dad' se inició en la
ue no es sino adaptaciO d"
- les apren reron e
f il"t, 1 penetrac1on
aprendizaje, se ac 1 o a
¡ taíno y gracias a este
'
. , de te'rminos locales: a
nte para designar a todo un
lengua dejó de e;nplearse ~~~em:radisíaca, pero se aindió; no
¡

o de Castilla, sirviéndose del posesivo para marcar la diferencia:


mundo que surgta co~o V:tslO dp 's se hizo mestiza en todas
"cuando Colón habla de ratones de India se refiere a las 'hutías'; si . · , mo que a ema
sólo se amencamzo, s t . onio inalienable de to a
d
Díaz del Castillo pondera las camisas de la tierra está pensando en aquellas voces que pasaban a ser pa nm
los 'huipiles'; cuando las Relaciones de Yucatán hablan de las 1
gallinas de las grandes de esta tierra se refieren a los 'pavos', lo
mismo que si hablan de gallos de los indios [... )" (pág. 38). ás voces aportaron al españo! de los
t ' Las lenguas indígenas que m . ¡ XVI son el náhuatl, el taíno y el
conquistadores y pob!adores del s~~ el 80% de los indigeuisn;os. Los
3•) La tercera etapa consistió en la adopción del término quichua, que en conjunto repr:se el de la flora, la alimentaCióny los
amerindio. "Peripecia no exenta de riesgos, porque el español oía r campos semánticos más favorecidosn~~~a nueva realidad natural Y social de
lo que su propio sistema le permitía oír o porque el contenido de ¡ oficios, algo que era de esperarse a
. Ver Zamora Munné 1976 para una
relación pormenorizada de los

t Aménc~. ¡
indigerusmos en la engua. de los conquistadores.
392
393
+
t
1

~.--
t
Ent'ique Obediente Sosa
la comunidad. Y gracias al español las lenguas de Am • ·
tuvi . . ibl . enea
eron ~~r~;m1 es migraciones, porque en la Española el En ese proceso de americanización, la lengua española
castellano ~ICIO su proceso de adaptación a la nueva realidad, llegó incluso a adoptar un morfema: el sufijo {-eco, -a}(del náhuatl
pero tambten el de adopción de palabras que le entraban a -écatl), formador de gentilicios, el que encontramos en 'guatemal-
raudal~; lo qu~ se ~prendió en Santo Domingo o en Cuba era
teco', 'yucateco', !azteca', etc.
ya espanol patnmomal como aquél que venía de Castilla¡ y· ·
[...] a leJa.
. Sabemos que todo esto era más que cierto: en su
admrrable Vocabula!W en lengua castellana y mexicana (1571) 3. RASGOS DEFINITORIOS DEL ESPAÑOL AMERICANO:
fra~ ~onso ~e Melina da como entrada en la sección castellan~ REVISIÓN CRÍTICA
a term,mos tamos (ax; ~atata, batea, batey, canoa, maíz, etc.) y en
Yncatan tenemos preciosos testimonios, algunos de los cuales El español hablado y escrito en América presenta una serie
vamos a transcribir (los términos subrayados son siempre taínos): de características que Jo diferencian de la lengua común del
«arman la casa con varazón entretejida y la atan con unas Jatas centro-norte de España. A este respecto se ha hecho ya un Jugar
q~e llaman ar, y en español se dicen bejucos)); «hay grandes común decir que, en relación con la modalidad castellana de la
ceihas, q~e llaman los naturales yaxché"; «el maíz se llama en su lengua, los rasgos que diferencian y definen al español americano
lengua YJllil», etc. [... ]. son los siguientes: su esencial y originario andalucismo, su notable
. . El español se va aindiando, al mismo tiempo que homogeneidad, el estar lleno de vulgarismos y arcaísmos, además de
hisp. .an~ a las lenguas indígenas. Pero los americanismos se la notable presencia de marinerismosy, por supuesto, de amerindis-
ha~xan xdo castellanizandq; cada uno oyó como pudo, y las mos y afronegrismos.
vanantes fueron muchas y se perpetuaron deformadas. De un
mundo tan modesto como el antillano hemos visto una
proye.cción inusitada sobre las grandes culturas de América al 0
Esto, tomado muchas veces sin someterlo a crítica, ha sido
que sm .I~s españoles ja~ás se hubiera producido.[ ... ] Así,pa~ó más el producto de una impresión generalizada que el resultado de
un a~UVIon de voces antillanas al español de Méjico o del Perú, previos y profundos estudios de la lengua usual tal como se ejercita
lo illlSmo que las plantas o los animales [... ]. en Jos diversos territorios de la América hispanohablante. A partir
. • [... ] El español iba mestizando también a las lenguas de Jos años '60, sin embargo, comenzó una nueva etapa de la
mdígenas y cobraba nueva fisonomía con los intercambios. dialectología hispanoamericana marcada por el empeño de
Charles de Rochefort [...] vio cómo los caribes "han tomado filólogos y lingüistas de estudiar seriamente las distintas hablas del
muchas de las palabras de los españoles, por haber sido estos los continente con una metodología adecuada, así como por ir directa-
priD:~ros cristianos con los que establecieron contacto,>. y Pedro mente a las fuentes documentales origínales, todo con el fin de
Gu~xerrez ~e Santa Clara, cronista del Perú, escribió en sus determinar cuán verdadera o falsa era la caracterización que se
Quznque_nanos [c. 1603]: «En los reinos del Perú y en todas sus había hecho del español americano.
pr.ovmc~as .hay muchas y diversas palabras castellanas que los
illlSmo md10s naturales de ellas las hablan [...] y estas dichas Juan Lope Blanch ha puntualizado en parte el tema que
palabras castellanas no tienen aquel significado que suenan sino nos ocupa en un excelente artículo titulado La falsa imagen del
que quieren decir otras cosas en su modo de hablar». '
español americano, artículo publicado en 1992 y en el que expresa

394
395
lo siguiente:
cambios comunes experimentados por Andalucía y América eran,
no obstante el fondo de verdad ue para Henríquez Ureña, meros desarrollos paralelos convergentes.
e:stas ,apreciac~ones sobre el espa~ol ~:~ ~a.ber en a!gunas de Su postura, basada en comparaciones entre una y otra modalidad
snnpl~zcan ellas, en gran medida en~, cons~dero que de hablas, quiso confirmarla mediante los datos estadísticos de que
amencana, cuando no la d f ' la realidad Imgüistica disporúa sobre el origen de los españoles que poblaron América,
Pienso, en consecuenct'a e orman y aun alteran radicalmente. datos que presentó clasificando a aquellos pobladores, dialectal-
.
h ISpanoamericanas ' que esa caracte · ·... d
debe ser p e· d nzacion e las hablas mente, en cuatro grupos: hablantes de español del norte peninsular
· . re 1Sa aomat· d
e, mclusive, rechazada en otros ( , 31 IZa a en unos casos (41,7%), hablantes de español del sur peninsular (42,5%),
pags. 5-316).
hablantes de dialectos intermedios (6,7%) y hablantes de zonas
En lo que sigue trataremos de · ,. laterales (9%); no constituyendo, pues, los meridionales una
uno de los puntos de la cuesf, reVJsar cnttcamente cada
aplastante mayoría, mal podría pensarse que hubiera podido
delinear más nítidamente lo e Ion planteada con el objeto de
imponerse su dialecto, fue la conclusión a la que llegó.
del español americano. oncermente a los rasgos definitorios
En el otro extremo de la polémica estaba Wagner, quien,
en 1920, defendía el andalucismo del español americano,
3.1. Andalucismo
matizando, no obstante, su postura con dos importantes precisio-
nes: la primera, que más que influencia andaluza habría que hablar
Una de las preguntas más deb . de influencia meridional, concepto, por supuesto, más amplio, y la
americano ha sido la relativa a sus , a ti das. respecto al español segunda, que extensos territorios de América habrían quedado
americano ¿es la conti·nu . , ongenes dialectales: el español fuera de tal influencia.
, ac10n de un d' 1 .
especifico? ¿O es el resultad d Ia ecto penmsular
españoles? ¿0, por el contrario e~ e una mezcla de dialectos La polémica entre ambos filólogos terminó (sin zanjarse)
de este continente? La cuestió~ etuna m~dahdad propia y original con la publicación en 1931 de los datos demográficos ya señalados,
rótulo 'base del esnan- l . ' Iqueta a cornentemente con el aspecto este retomado años después por Pe ter Boyd-Bowman, para
, . r o amencano' dio p'
polemica entre dos famosos filóÍ . Ie a una ya legendaria
r quien las teorías formuladas no pasaban de ser ingeniosas hipótesis
Henríquez Ureña y Max Le Id Wogos. el domimcano Pedro r mientras no se aclararan, por una parte, la demografía, y por la
opo
como era de esperarse, otros filólog
como de América.
agner a la
r '... que se sumaron,
os Y tnguistas tanto de España
J otra, la cronología de la colonización americana con las circunstan-
cias específicas que marcaron el proceso en cada uno de los
territorios americanos. En cuanto a la demografía, la investigación
El primero de los nombrad
., realizada por Boyd-Bowman sobre documentación procedente,
titulada Observaciones sobre el españo~sd e;:
u?a serie ?e artículos principalmente, del sevillano Archivo General de Indias arroja
1921 y 1931 rechazaba 0 .
'
e menea publicados entre
, P r mexacta y vaga 1 ..
•l como resultado que, para el período 1493-1600, el mayor
andaluza del espan-ol a . • a supuesta fihación porcentaje de españoles emigrados era efectivamente oriundo de
mencano y afir b
la lengua usual en América t , , ma a que, por el contrario, r Andalucía; aunque el autor reconoce que la lista de pasajeros a
ema un ongen Independiente; los
t Indias elaborada por él (más de 56.000 personas) no representa
396
I 397
'
f
t
Biografía de una lengua
Enrique Obediente Sosa

más del 20% de la emigración total del período, permite, sin


em~argo, entrever claramente las tendencias de la emigración habían generalizado allí para los dias del descubrimiento; 2•) en
penmsular. Podemos resumir sus cifras en el cuadro siguiente: tierras meridionales ya se había dado la aclimatación de no pocos
elementos léxicos de otros dialectos peninsulares por las
Españoles emigrados entre 1493 y 1600 por regiones particulares circunstancias de repoblamiento de esas tierras a raíz
del proceso de reconquista. Esto quiere decir que el dialecto
Andalucía 36,9% andaluz ya estaba configurado para el momento de la colonización
Extremadura 16,4% americana, no sólo en sus peculiaridades de tipo fonético sino
Castilla la Nueva 15,6% también de léxico, el cual incluía vocablos que, procedentes de
Castilla la Vieja 14,0%
Otras
otras tierras españolas (sobre todo occidentales), echaron raíces en
17,1%
el habla de Jos andaluces. Esa modalidad de lengua española fue
la que salió de España rumbo a las Indias, y si ésa era el habla del
(En 'Otras' incluimos los _valores correspondientes al aporte del contingente mayoritario de emigrados no debería extrañar que
resto de las regwnes espanolas y de extranjeros (2,8% del total)). exista un particular "parentesco" entre ella y la modalidad
americana. Al respecto dice Frago Gracia (1994b) en su obra de
Las cifras de Boyd-Bowman indican a las claras dos cosas: claro y revelador título Andalucía y español de América: Historia de
1ª) que en la empresa americana participaron gentes de todas ]as un parentesco lingüístico, lo siguiente5:
regwnes españolas; 2•) que hay una nítida preponderancia de
andaluces. Si se añade el hecho de que las pocas mujeres Por esta vía (por la ruta de la intensa actividad mercantil
emigradas eran también de Andalucía (55,4% en promedio para el entre América y Andalucía] vinieron los indoamericanismos
período es~diado), entendemos que los naturales de esta región léxicos y por el mismo camino, pero en dirección contraria, hacia
hayan podido eJercer un Importante papel en la difusión de su el Nuevo Mundo afluyeron muchas palabras andaluzas que no
habla. ~te hecho se ve reforzado aún más por la indiscutible tardarían en transformarse en lo que los lingüistas llamamos
pnmaCia andaluza en el período inicial o antillano (1493-1519), americanismos léxicos. Ningún grupo regional español con más
momento en que se forma la modalidad lingüística que habría de asiduidad ni en mayor número que el andaluz hizo la carrera de
llevarse a Tierra Firme. Indias. [... ]
[ ... ]
Por lo 4.ue en páginas anteriores se ha ido argumen-
Otro aspecto del problema que debía ser dilucidado tenía tando, se llega a la- conclusión de que el andaluz condicionó
que ver con la cronología de los cambios lingüísticos comunes al enormemente la configuración del español americano tanto en
mediodia peninsular y a América; pues bien, hoy no cabe ya la su vertiente fonética como en la del léxico. Si en este segundo
menor duda de que aquéllos ya se habían cumplido en Andalucía nivel lingüístico pudo ser determinante, como de hecho lo fue,
antes de que tomara cuerpo la empresa americana. A Frago Gracia el papel de enlace entre España y América que a Andalucía le
le cabe probablemente el mérito mayor de haber demostrado dos correspondió -otro tanto cabe decir en la cuestión de los
hechos de particular relevancia en el tema que estamos discutien-
do: 1") que los cambios fonéticos propios del sur de España ya se

398
fi 5
Las citas están tomadas de las páginas 189-194.

[ 399
indoamericanismos-, otro factor hubo de ser más importante en diez y Nueve djas del mes de mayo de quinjentos y diez
la transmisión del fonetismo andaluz a los no andaluces en Anos en este dja: podja ser las ~inco oras despues de
Indias. Es obvio, pues, que de un fenómeno sociocultural, en el medyo dja estando en las casas del Reverendo senor luys
más amplio sentido del término, se trata, consecuencia del de soria canonjgo en la santa yglesja desta yibdad de
contacto interdialectal que trajo consigo la emigración, cuyo seujlla que son en esta dicha yibdad en la colla9ion de
contingente destacadamente más numeroso fue el formado por santa maria en la calle de ximjos en presencia de mj el
los oriundos del sur, y ello durante los tres siglos que van del bachille [sic] mateo de la quadra y de los testigos dj uso
XVI al XVIII. escriptos el dicho senor lnys de soria Razono por
Bastantes andaluces regresaron a su terruño [... ] pero palabra y dixo que por quanto A el era enbjada vna caxa
muchísimos más [... ] permanecieron el resto de sus vidas en el de madera la qual era la que Ante sy tenja y el la queria
Nuevo Mundo [... ]. Y estos fueron los que en América escnben hazer Abrir y ver las cosas que (en) ella venjan que
textos idénticos en lo fonético a los redactados por sus parientes pedja y pidjo A mj el dicho escribano publico mjrase y
de Andalucía, y, en definitiva, quienes allí sembraron y cultivaron viese y dello le diese testimonjo y fe quando menester lo
la semilla de su peculiaridad lingüística.6 vviese ['hubiese']. E luego el dicho senor canonjgo
mando de9arrajar la dicha caxa la qual era vieja de
Para ilustrar lo expresado arriba por Fraga Gracia, madera de longor de cinco palmos. E Asy Abjerta la
reproducimos a continuación la transcripción de parte de un dicha caxa se hallaron las cosas sygujentes seys jarros de
documento sevillano de 1510 que refleja el habla andaluza', y en barro de las yndias dos hamacas vna caratula tres bateas
el que además aparecen dos seguros indigenismos léxicos (hamaca vna hachuela con vna piedra Atravesada verde de forma
y macana) y otro probable (batea)': de hacha vn vestydo de prumaje un tyrador de frecha
syn cuerda vna macana vna copa que pares9ia de oro y
en~ima de todo lo sobredicho vn líens;o basto de dos
domjngo diez y nueve de mayo dja del espíritu santo de
1510
varas poco mas o menos por cobertor de lo sobredicho
[... ].
En la muy noble y muy leal gibdad de seujlla domjngo
collacjon: collación o colación 'barrio', 'territorio de una parroquia'
deqarrajar. descerrajar
6
Recordemos que todas las conclusiones a las que llega Frago Gracia son frecha: flecha; la forma con -r- era la más usual en la Edad Media.
producto del análisis de documentos originales de la época escritos tanto en
España como en América.
7
Pero afirmar la preponderancia del andaluz no significa
Recuérdese lo dicho en los apartados correspondientes a la lengua de los negar el influjo de otras regiones en la configuración del español
siglos XV y XVI. americano. Esto lo tiene muy claro Frago Gracia, quien continúa
8 diciendo:
Para las divergencias sobre el origen de 'batea', ver Corominas y Pascual,
s. v. Transcribimos el texto a partir del facsimil reproducido en Frago Gracia
!994b, láminas XXVIII y XXIX. Hemos transcrito como y la conjunción ¿Todo, en la historia del español americano, se debe a
copulativa, representada casi siempre en el documento por el signo tironiano. los andaluces? Imposible imaginar siquiera tal supuesto [... ].

400 401
Enrique Obediente Sosa
Biografía de una lengua

vinculado a la Generación del Centenario, movimiento intelectual


España entera, con sus diferencias lingüísticas regionales y sus mexicano que, entre otras cosas, rechazaba la visión de Hispanoa-
distintas aportaciones migratorias, participó en la colonización de mérica como un mero reflejo de España, es decir, como un
América. [... ]
continente sin originalidad, sin identidad propia, y en consecuencia,
[...]
como una realidad culturalmente secundaria y subordinada. Ahora
Hubo, pues, influencias multidialectales, en mayor o
menor medida, según las áreas, niveladas por un efecto de bien, como toda identidad cultural está acompañada de una
síntesis, además de contacto con las lenguas indígenas y con el identidad lingüística, Henríquez Ureña se vio forzado a rechazar
elemento africano, aparte de que en la segunda mitad del siglo a priori el andalucismo, pues la subordinación lingüística implicaba
xvrn la emigración norteña, tomada en su conjunto, pasa a subordinación cultural; para él, el español y lo español que recibió
predominar sobre la de la mitad sur peninsular. Pero Andalucía América fue modificado ya en tiempo de la colonia tanto por el
es un compendio de la dialectología española, pues recoge no medio como por las mezclas, con lo cual el continente adquirió
pocos occidentalismos norteños [... ].Y en cuanto al canario, de entonces una identidad propia. Se trataba, en suma, en la postura
innegable presencia en el español de América, habría que del dominicano, de reinvindicar para la América de lengua
considerar lo apuntado por Alvar: 11hablamos también de española un puesto digno y propio en el concierto de las culturas
andalucismo a secas, sin tener en cuenta que puede no ser ya de del mundo.
un andalucismo directo, sino adaptado en las Islas Canarias y,
desde ellas, trasplantado al Nuevo Mundo11 • De otro lado, José del Valle (1998) cree que también
detrás de la teoría andalucista hubo "prejuicios ideológicos": "Los
Y concluye el investigador aragonés con estas palabras: motivos ideológicos que yacen bajo la teoría andalucista hay que
buscarlos, a mi modo de ver, en la relación entre el problema de
No, no todo lo hizo Andalucía en América, pero sí más los orígenes del español de América, la construcción de la historia
que las otras regiones españolas, de las que había recibido
cultural hispánica y el tema de la unidad frente a la variedad en el
bastantes aportes lingüísticos que luego naturalizaría y haría
propios, y si se pasa por alto este fundamental principio, toda
español" (págs. 136-137). Partiendo del análisis de diversos estudios
investigación diacrónica americanista que se emprenda resultará sobre la unidad y la variedad de la lengua española, que
fallida. Porque a sus hijos, especialmente a los que al Nuevo demuestran todos preocupación por la posible fragmentación
Mundo emigraron sin retorno, les tocó el papel de actores lingüística y el consecuente debilitamiento de la cultura hispánica,
principales en la deslumbrante escena sociolingüística, donde sin
entreactos se representó el nacimiento del español americano.
r el autor concluye que detrás de la teoría andalucista estaba el
ánimo de justificar la concepción unitaria de la lengua. "No basta
-dice del Valle- con observar coincidencias lingüísticas en ambas
Pero volvamos una vez más a la polémica andalucista. Hoy orillas y afirmar que esas peculiaridades del habla llegaron a
sabemos que detrás de las posturas originales pesaban razones de América en boca de andaluces. Es necesario demostrar la solidez
tipo ideológico que explican y en cierto modo justifican las
posiciones encontradas de los adberentes de dichas teorías. El
primero en estudiar la ideología que yace bajo la teoría de
fí del tronco común, y es ésta la labor en que se empeñan los
andalucistas" (pág. 140). Por otra parte, del Valle trae a colación
una cita de Menéndez Pida! (quien se declaró a sí mísmo
¡'
Henríquez Ureña fue Guillermo Guitarte (1958), según el cual es "sustancialmente dentro de la vieja opinión andalucista»), para el
necesario tener en cuenta que el filólogo dominicano estaba
403
402
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cual <<Si un idioma no es el reflejo del alma de un pueblo, es una


síntesis de la historia del desenvolvimiento intelectual del pueblo entonces. Hoy por hoy muchos investigadores que se ocupan de los
que lo habla•, lo que lleva al joven investigador a sacar la siguiente orígenes del español americano prefieren enfocar ~1 asunto desde
conclusión: "Quiere esto decir que si la lengua sintetiza la historia d. stinta óptica. Partiendo del hecho mcuestiOnable de la
de un pueblo, la fragmentación de aquélla será síntoma de la h~terogeneidad de la lengua en su modalidad americana (aspecto
desintegración de éste. Es por eso que la historia, y, con ella, la antes no ignorado pero sí minimiza~o), co~sider~n que, enpnmer
historia lingüística común son legitimadores esenciales de la lugar, no existe un español de Amenca, smo multzples v~ne_dades
identidad cultural de cualquier comunidad y, por lo tanto, la teoría de español en América si se toman en cuenta cnten~s diatopic;'S
andalucista es necesaria para forjar la unidad lingüística, histórica (geográficos), diastráticos (según clases sociales) y diafasicos (s~gun
y cultural de España y América" (pág. 140). estilos y registros de habla) 10 • En segundo lugar,. qu~ dicha
modalidad es el resultado de un proceso de comeiZaCión que
Producto de la polémica andalucista es la expresión español obedeció a diversos factores estrechamente vmculados:
atlántico, acuñada en 1958 por Diego Catalán para afirmar, contra
la postura antiandalucista, "las conexiones lingüísticas entre a) En primer término, a la integración, .en el perío~o
América y los puertos atlánticos de España". Tal expresión, basada · · ·al de elementos de distinto ongen dialectal pemnsular e Isleno
en las similitudes de carácter fonético-fonológico que se observan ~~~o ' roducto de la acomodación lingüística de los diversos
entre las hablas americanas y las del suroeste peninsular, no gozó interlo~tores. Como ya se dijo, hubo pluralidad de ongen _de los
de una aceptación generalizada; para algunos investigadores, la españoles que intervinieron en la conquista y colomzaCion del
expresión no es feliz, pues, por utilizar un término geográfico, territorio americano; en efecto, acudieron p_ara llevar a cabo tal
parece no incluir a las hablas americanas del Pacífico; para otros, empresa hombres de todas las regiones espanolas ( au~que con un
simplifica demasiado la realidad lingüística del español, pues no neto predominio de gentes del sur de España), que debian reumrse
existe tal entidad unitaria que abarque a las hablas andaluzas, en Sevilla, único puerto autorizado durante n:ucho tiempo para el
canarias y americanas, y si bien ese "español atlántico" posee unos ran viaje; allí permanecían meses y aun anos antes de que la
cuantos rasgos comunes, en él no pueden incluirse, por ejemplo, ~ edición saliese. Durante ese tiempo de espera,. y luego a :o
las tierras interiores o altas de la América hispana'. h~o de la travesía, se fue creando una especie de comé \que sena
reforzada luego en suelo americano): castellano mendionalcon
Hoy la polémica andalucista carece de vigencia, al menos 1 entos dialectales del habla de las diversas regiOnes de ongen
en los términos en que fue planteada en la primera mitad del siglo ~:'~s viajeros, constituyeron, pues, la base del españ~l .que se
XX: basta comparar los argumentos y razones de aquellos filólogos trasplantó a América. Ello explica el que la lengua en Amenca sea¡
con los de, por ejemplo, Frago Gracia, cuyo andalucismo es de en líneas generales, similar a la modalidad mendiOnal de
otro tono y basado en hechos incontrovertibles desconocidos para castellano y no a la septentrional, y que, por otro lado, pen:Ivan en
amplias zonas ciertos dialectalismos penmsulares e ISlenos que
9
Para más detalles, ver J. Enguita Utrilla 1992 en César Hemández (coord.)
1992, págs. 100-101.
10 De lo que acabamos de expresar nos ocuparemos con más detenimiento en
las páginas siguientes.
404
405
Biografía de una lengua

identidad criolla".
nunca llegaron a generalizarse en la lengua común de España.
Entre esos dialectalismos españoles que florecieron en América se En resumidas cuentas, y para cerrar este punto, el originario
pueden señalar los siguientes: en el nivel fonético, la presencia de andalucismo no es una invención caprichosa, es una realidad
lar asibilada, común en la Rioja, Navarra y Vascongadas y buena histórica; ya desde el siglo XVII hubo observador;~ que compara-
parte de América, pero ausente de la norma general castellana; en ron el españo!.americano con el dialecto andaluz ; ahora bien,
el nivel léxico, los llamados meridionalismos (andalucismos y
canarismos) y occidentalismos. Entre los andalucismos podemos si alguna huella dejó el andaluz en el esp~ñol de An:érica, ello
mencionar limosnero lmendigo',juma borrachera',ñoña ~excremen­
1 no pudo tener lugar sino en el mismo penodo colonial, cuan~o
hubo una comunicación verdaderamente intensa entre Andalue1a
to', prometer 'asegurar', etc.; canarismos que echaron ralees son . . ul . 13
botarate ~manirroto', ensopar 'mojar', mordida 'rnordisco',parejero y los domm1os tramarmos .
'confianzudo', 'vanidoso'. En cuanto a los occidentalismos Esa habla que, llegada al Nuevo Mundo, sufrió un pro<;<'so
(galleguismos y leonesismos, principalmente) llegados a América de reajuste y nivelación en las Antillas, fue la que, desde allí, se
directamente o a través de bocas andaluzas, tenemos bosta difundió por el resto del continente, de modo que es ese dialecto
'excremento del ganado vacuno y caballar', botar 'tirar, arrojar', específico de la lengua española el que constituye el lazo que une
cardumen 'banco de peces',fundo 'finca', laja 'piedra grande y lisa', el español de América al español de España en la época colomal.
lamber 'lamer',piola 'cordel', renco 'cojo', tranquera 'puerta rústica Afirmar otra cosa es querer negar las e~Iden~¡as y comphcar y
en un alambrado', etc. entenebrecer la historia del español amencano ·

b) En segundo término, el proceso de coineización también 3.2. Homogeneidad


es el resultado de la asunción de las variables que adquirieron
prestigio y las que significaron una simplificación, como valores Respecto a la homogeneidad o uniformidad del español
propios de la nueva comunidad (la constituida por los "españoles americano varias cosas hay que precisar. En torno a este tema ha
americanos"), variables así convertidas en definitorias de su nueva habido ophüones encontradas: por una parte, la de los que afirman
y propia identidad cultural. Así, como la lengua que atravesó el
Atlántico no era enteramente uniforme (estaba llena de no pocas
fluctuaciones, antiguas unas, recientes otras, y fonéticamente n Más detalles al respecto en J. del Val!e 1998' págs. 140-146, y Frago
fragmentada -recuérdese lo dicho sobre la lengua de los siglos XV Gracia 1994b.
y XVI-), el trasplante a América sirvió en cierto modo de
catalizador de un proceso de nivelación dialectal que sirvió 12 Ver testimonios en Frago Gracia 1994b, págs. 17-18.
también para que floreciera el consiguiente sentimiento de
13 Frago Gracia 1994b, pág. 18.

14 cf. Lüdtke 1998, en particular pág. 31.

407
406
que el español que se habla en América es homogéneo o unitario; conquistadores y colonizadores, Juego durante la travesía, y,
por otra, la de los que creen que es heterogéneo y diverso. finalmente, con la convivencia en las nuevas uerras (sltuacwnes
Consideramos que Lope Blanch (1982) tiene razón al afirmar que todas que los obligaban a conformar una . lengua bastante
"el español hablado en América, no obstante su unidad esencial, homogénea), explique, en buena parte, la esencial urudad, siendo
revela una profunda diversidad" (pág. 66) pero que la diversidad consecuencia de la llegada de la lengua a es:os
extensos territorios en distintos momentos y de la Implantaci?n,
dentro de la acusada diversidad de las hablas hispanoamericanas, más 0 menos desigual, de dialectalismos peninsulares y cana;ws,
existe una esencial homogeneidad en lo que a la estructura indigenismos y africanismos en lo que hoy es la Amenca
general de la lengua respecta. El sistema fonológico, el morfosin- hispanohablante.
táctico y aun el léxico es, básicamente, el mismo. Se trata, claro
está, de una misma lengua. (pág. 75). En este punto de la diversidad debe añadirs~ un factor de
suma importancia: el sociohistórico, refer:do .al distmto grado de
Diez años después señala el investigador hispanomexicano desarrollo cultural de los diversos terntonos colomales y su
que si con los términos 'homogeneidad' o 'uniformidad' se quiere desigual relación con la metrópoli. Este hecho no ha de perderse
decir que los hispanoamericanos se entienden entre sí cualquiera de vista si se quieren entender ciertas pecuhandades divergentes
sea su procedencia nacional ello es indudablemente cierto: todos del español americano; recordemos que en el_ proceso de
hablamos la misma lengua española. "Pero de ahí a decir que el irradiación hacia América de las novedades lmguisticas que se
español de la enorme América es sólidamente homogéneo media producían en España a lo largo de los siglos XVI-XVIII, los
un abismo" (1992, pág. 316). Basta ver las distintas realizaciones de primeros receptores fueron obviamente los pobladores de los
ciertos fonemas o parte del léxico cotidiano de un hispanoamerica- centros urbanos de primera categoría (las capitales vnremales,
no común para darnos cuenta de que no existe un español de este sobre todo) y los puertos que más tráfic? mantenían co_n las
lado del mundo que sea una especie de bloque monolítico en el ciudades portuarias españolas. Esto explican~, ciertamente solo en
que todo es idéntico desde Río Grande hasta Tierra del Fuego. parte, el que muchos particularis:nos mendwnales fueran con el
Esta realidad, añadimos nosotros, no es algo críptico capaz de ser tiempo desplazados de ciertos terntonos am~ncanos, de modo que
apreciada sólo por especialistas, por el contrario, es un hecho del fenómenos usuales allí en el siglo XVI expenmenta~on un proceso
que todo hispanoamericano se da cuenta y del que tiene de sustitución, por lo cual aquéllos no se dan mas en. e~ habla
conciencia; en efecto, todo americano hispanohablante sabe si el actual; la temprana difusión de mendionalismos no sigmficc, pues,
otro es de su misma región (continental o nacional) o si, por el necesariamente su arraigo en todas partes.
contrario, es oriundo de otra región distinta de la propia. La
heterogeneidad del español americano es, pues, un hecho
innegable tanto como lo es su unidad esencial. 3.3. Vulgarismo

Resumiendo, podemos decir que seguramente el proceso En lo que concierne al carácter vulgar del español
de nivelación lingüística que se dio, primero en el sur de España americano debido supuestamente, a la baja condición soCial de
antes del viaje, en tanto que punto de encuentro de futuros quienes tr~splanta;on la lengua a América, el gran filólogo que fue

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Biografía de una lengua
- - - - - - - --------- - - - - -
Enrique Obediente Sosa
Ángel Rosenbla~ ya demostró hace más de treinta años 15 que la
ellllgmción espanola fue, al menos en su origen, de relativamente 1497, dieron dos provisiones. La primera, que cualesquiera
alto mvel cultural, superior en promedio al de las sociedades personas, hombres o mujeres, que hubiesen cometido hasta ese
europeas de la é~?ca. Contrariamente al tópico, la conquista y día crimen de muerte o heridas, o cualquier otro delito (salvo
pnmera colomzac10n de América no se hicieron con malhechores herejía, crimen de lesa majestad, alta traición, alevosía, muerte
m delicuentes, pero, señala Rosenblat (1977, pág. 9), "como en segura o hecha con fuego o saeta, falsificación de moneda,
sodonúa, o haber sacado moneda, oro o plata u otras cosas
toda falsedad suele haber algo de cierto, conviene analizarlo".
vedadas del reino), fuesen a servir a la Española a la orden del
Antes que dar un breve resumen de su exposición, permítasenos Almirante, y sirviesen a su costa dos años los que mereciesen
reproducu parte del análisis rosenblatiano del tema que nos ocupa. muerte, y un año los demás, y que pasado ese tiempo pudiesen
volver libres a Castilla. La segunda, que los delincuentes que
C~l~n no encontraba tripulantes para su insólito viaje. mereciesen ser desterrados a una isla o a cavar metales, los
Una prOVISlon real del 30 de abril de 1492 dio "seguro, o desterrasen a la Española por el tiempo que les pareciese a los
salvoconducto, a los que fuesen con él para que no les hicieran justicias del reino. ¿Cuántos penados se acogieron a esas ventajas
daño, .en sus personas o bienes, por razón de ningún delito y cuáles fueron los resultados?
cometido hasta ese día ... n. Consta que se acogieron a esa Femández de Oviedo, que escnbía en la Española, dice
provisión cuatro personas de la cárcel de Palos [.. .]. [... ] que las tres carabelas que envió Colón desde Canarias
Los cuatro desterrados volvieron con Colón a la trajeron trescientos hombres sentenciados y desterrados a estas
Península [.. .].
islas. Con los demás -agrega-, fueron la salvación de la tierra:
Al preparar la armada de 1493Jos Reyes recomendaron 11
porque entre aquella gente hubo muchos hombres valientes y
(29 de mayo): «Toda la gente que fuere en los navíos, si ser especiales personas".
pudiere, sean personas conocidas e fiables ... ll [ ••• ] .
[ ... ]
Sobraron los voluntarios para las diecisiete naves las Las dos primeras carabelas de Colón salieron de
mejores de Andalucía, en las que fueron unos 1.500 hombres, Sanlúcar en febrero de 1498 [...].Llevaba 90 hombres a sueldo:
seleccionados severamente. Pero ante el fracaso de esta 9 escuderos (es decir, hidalgos), 12labradores, 68 ballesteros o
primorosa expedición (las Indias quedaron infamadas, pues peones de trabajo y pelea, un marinero. Además un cléri~o y un
muchos habían vuelto "enfermos e pobres e de tan mala color, cirujano. Y diez 11homicianos": seis castellanos, y dos muJeres Y
que parecían muertos 11, dice Fernández de Oviedo), Colón pensó dos varones ude egibto 11 (es decir, dos parejas de gitanos).
de nuevo, para su tercer viaje, en los penados de las cárceles.( ... ] El resto de la expedición -Colón con seis naves- salió en
Respondiendo a su súplica, los Reyes Católicos, el22 de junio de mayo. No hay nínguna noticia de que llevara delincuentes [... ].
[ ... ]
En la armada de Ovando (1502), en la que llegaron más
" En "Bases del español en América. Nivel social y cultural de los de 2.500 personas, venía también un desterrado: Sebastián de
conquistadores y pobladores del siglo XVI", Actas de la Primera Reunión Ocampo, que había sido condenado a .muerte "por ci.~rta
Latinoamericana de Lingüfstica y Filologfa (Viña del Mar, 1964), Instituto cuestión" con un vecino de Jerez. Era un h1dalgo gallego cnado
Caro Y Cuervo, Bogotá, 1973, págs. 293-371, trabajo rehecho y ampliado en de Isabel la Católica [... ].
Los conquistadores y su lengua, Universidad Central de Venezuela, Caracas, Una Real Cédula delll de abril de 1505, de la reina
1977. doña Juana, revocaba la autorización de enviar malhechores a

410
411
Cv ccc
India. Sin duda llegaron, ocultos en las bodegas o con autoriza- rezién venido de España[ ... ]; oyremos al Es~añol nacido~:!~:
ción especial[... ]. Son ingrediente inevitable de toda sociedad, y Indias hablar tan pulido, cortesano y cunos~, y ~n 'fi . 1
en las Indias podían contar con mayor campo de acción, con eámbulos delicadeza y estilo retórico, no ensena~o nt artt Cla '
mayor impunidad. Pero ya se ve que no tuvieron peso real en la ;:o natura~ que parece ha sido criado toda s';;'da en corte, y
obra colonizadora, y asignarles importancia es dejarse llevar por encompama -- de gente muy hablada y discreta.
una leyenda y perder la perspectiva de la formación americana.
(1977, págs. 9-14).
Aunque esta fue la situación de la población en las grandes
Todo comentario al texto es, creemos, superfluo. . d I di no es menos cierto que en terntonos m~~os
cmdades e n as, . . fueron llegando a Amenca

En cuanto a campesinos, apenas si los hubo entre los


~~~~~~~~:~o~nd~~~~~~~~~:r~~~~a formación cultur~l" (Lo~se
primeros pobladores; sobre el particular dice Lope Blanch (1992, 1992 - 325). En la sociedad amencana hab¡a, pu ,
pág. 323) que Blanch ' pag. . ma Es aña de entonces,
como en toda sociedad, como en la mis B1 ~ (1992 pág 326)
gente de todo tipo y nivel, y precisa Lope anc , .
en el Catálogo de pasajeros a Indias consta que, entre 1539 y 1559 que
(es decir, en época ya de paz, con la conquista de los territorios
americanos en gran parte consumada, situación favorable para Ia lo que no debe olvidarse es la elevada proporción d: hombr~
letrados y aun verdaderamente cultos e~t:e l~s quel ;c~e=inó
emigración de campesinos, poco afectos a las armas), de un total
de 4.540 asientos, sólo aparecen 25 labradores y un hortelano, en conquista y primera colonización de Amenca,n~ ::ranen:toria-
1
cambio, figuran 827 hombres de letras' (clérigos, bachilleres, ue las colonias españolas del Nuevo Mundo . . . ilo
q fu . de delincuentes ni destierro de crmunales, lll as
licenciados, etc.), lo cual -en relación con los 2.000 emigrantes mente re glO bres analfabeta~, sino virreinatos que llega;o~ a
cuya profesión consta- representa el41 %, frente a sólo 1,3% de de muchedum . l cultural Tildar de vulgar o de
labriegos. alcanzar sorprendente ntve . rushco
., y
a todo el español de América es incurrir en genera1tzaclon
simplificación caprichosa y falsa.
De haber sido gente inculta en su mayoría, como lo
pretendieron algunos, la que vino a poblar América, ¿se habrían
fundado tan tempranamente (primera mitad del siglo XVI) las 3.4. Arcaísmo
universidades de Santo Domingo, Lima y México? Y ese grado de
cultura se reflejaba, obviamente, en la lengua, que los americanos
Pasemos ahora a revisar lo de los ar~aísmos, de los que,
manejaban, al parecer, mejor que los mismos españoles, según supuestamente, está plagado el español amencano.
testimonio del médico andaluz Juan de Cárdenas, quien en 1591
observaba lo siguiente:
Los especialistas en dialectología hispánica, particularmente
Para dar muestra y testimonio cierto de que todos los nacidos en
Indias sean a una mano de agudo, tracendido y delicado ingenio,
quiero que comparemos a un [aldeano] de los de acá con otro .16 .
Problemas y secretos maravzllosos de las Indias ' tomado de Lope Blanch
1992. pág. 325, nota 27.
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Biografía de una lengua Enrique Obediente Sosa

los españoles, han venido diciendo que una de las características De las citas arriba recogidas aparece claro que los autores
relevantes del español extrapeninsular, y más concretamente del mencionados, al hablar de arcaísmos en las variedades extrapenin-
español americano, es el arcaísmo, es decir, el mantenimiento de sulares del español, hacen, más que una referencia temporal de
voces, de significaciones, de formas gramaticales y de estructuras ciertos elementos lingüísticos respecto al sistema español, una
sintácticas anticuadas. La noción de arcaísmo hace referencia, pues, referencia geográfico-dialectal donde el punto de comparación es
al tiempo, al considerar ciertos elementos lingüísticos como el habla de Castilla. La norma castellana, identificada erróneamen-
desaparecidos o en vías de desaparición en relación con el presente te a veces como español general, se erige en patrón o modelo, de
de un sistema dado. Por no citar sino a algnnos de esos dialectólo- allí que consideren arcaico todo elemento de la lengua que haya
gos, encontramos en la famosa y clásica Dialectología Española de desaparecido de aquélla; lo cual equivale a decir que es arcaico
Alonso Zamora Vicente (1979) las signientes afirmaciones todo aquello que no esté en uso en España, y ello a pesar de que
referidas al español de América: "el fondo patrimonial idiomático en la mayoría de las comunidades hispanohablantes extrapemnsula-
[americano] aparece vívamente coloreado por el arcaísmo" (pág. res (que, de paso, constituyen casi el 90% de los que hablan
378); "el voseo no es otra cosa que un rígido arcaísmo" (pág. 407); español) se mantengan vívos aquellos elementos. Ya, de hecho, es
"el léxico americano es [... ] abundante en arcaísmos" (pág. 423). contradictorio hablar de "mantenimiento de arcaísmos", pues la
Rafael Lapesa, por su parte, nos dice ignalmente en su Historia de noción de vitalidad en el uso y la de anticuado se excluyen
la Lengua Española (1980) que "en la morfología y sintaxis el mutuamente. Hoy no es posible identificar la lengna española c~n
español de América mantiene arcaísmos" (pág. 581 ), y su léxico, en una de sus modalidades; hay, ciertamente, una norma comun
el que "perduran arcaísmos" (pág. 597), abunda en paíabras que en panhispánica, pero hay también al mismo tiempo tantas normas
España "han desaparecido" (pág. 591)17• De entre los arcaísmos particulares como naciones hispanohablantes. Por eso el concepto
léxicos, Zamora Vicente (1979) señala, entre otros, los signientes: de arcaísmo es relativo, al ignal que el de vulgansmo, pues
barrial 'barrizal', botar 'arrojar, echar a la basura', bravo 'enojado', depende de lo que considere tal una u otra norma.
candela 'fuego', cuero 'piel', curioso 'hábil', dizque 'dicen que,
supuestamente', esculcar 'registrar',frazada 'manta', fundo 'finca', El problema de fondo es la definición misma del término
lindo 'bonito', liviano 'ligero', llamado 'llamamiento', pararse •arcaísmo'; éste, de acuerdo con la definición del DRAE, es un
'ponerse de pie', prometer 'asegnrar', sentirse 'resentirse, estar elemento anticuado en relación con un momento determmado; se
trata, por tanto, de un término no absoluto sino relativo, como lo
dolido'.
es cualquier cosa que tenga que ver con el tiempo. Pero, ¿cual e~
el criterio para saber si una forma o una estructura son anticuadas.
·Durante "cuánto tiempo debe una palabra no ser usada para que
17
De otras modalidades del español no peninsular se ha dicho lo mismo; ~ase a ser •anticuada"'?, como se pregnnta Albe~to ~ineau (1984,
bástenos estas citas: "no es raro el uso de algún arcaísmo castellano" en el pág. 632). La respuesta no es simple po;que Impl:cana tener tatos
español de Filipinas (Zamora Vicente 1979, pág. 453). Antonio Qnilis objetivos de frecuencia durante un penodo sufiCientemente argo,
(1992b, pág. 274) afirma, por su parte, que la lengua hablada en Guinea y en el que estén representados todos los dialectos. y tod?s los
Ecuatorial mantiene "voces y giros que en el español general han dejado de registros de una determinada lengna, empresa SI no nnposible al
usarse".

414 415
Enrique Obediente Sosa

menos muy difícil de llevar a cabo. Por ello es preferible restringir absoluto ninguna garantía respecto al uso; todos los lingüistas
el concepto de arcaísmo y limitarlo a dialectos particulares, saben que hay formas y estructuras que prácticamente no aparecen
considerados en sí mismos, sin establecer comparaciones con otros jamás en la lengua literaria pero que se usan a diario en el
dialectos. Así podemos acercarnos más a la realidad si nos interactuar comunicativo de la gente. Además, ¿por qué privilegiar
referimos a los arcaísmos de tal o cual dialecto en Jugar de en este punto a la lengua escrita sobre la oral? No olvidemos que
pretender hablar de los arcaísmos de la lengua, los cuales se toda lengua es mucho más que su registro literario.
reducirían muy probablemente a aquellas palabras cuyo referente
fue una realidad que dejó de existir en el uso, tales como adarga, Deberíamos, entonces, restringir el concepto de arcaísmo
tonsura, maravedí, etc., y unas pocas estructuras morfosintácticas -ya lo hemos dicho- a aquellos elementos que han dejado de
(por ejemplo, las formas verbales de 2• plural en -des o los tiempos usarse de manera general en un dialecto dado, sin hacer referencia
compuestos de los verbos intransitivos con el auxiliar ser), pequeño al dialecto del vecino. Más aún, creemos que nos acercamos más
conjunto, dentro de la totalidad del sistema, que, a nuestro juicio, a la verdad si calificamos tales elementos de no usuales en tal o
constituye los únicos y verdaderos arcaísmos de la lengua. Por cual dialecto sin incluir el aspecto temporal que contiene la
poner un caso, el pronombre vos sólo podría ser considerado definición del término 'arcaísmo', que preferimos quede reservado
arcaísmo en el español de España, mas no en el de América dada -insistimos en ello- a formas, significados y estructuras realmente
su vitalidad en extensas zonas de este continente, en consecuencia, pretéritos de la lengua, del sistema en su totalidad.
desde el momento en que es usual en una de las modalidades de
la lengua no puede ser calificado de arcaísmo en el sistema. Es
esta también la opinión de Zamora y Guitart (1982, pág. 146), Esto de los "arcaísmos americanos" está en estrecha
quienes sólo admiten el concepto de arcaísmo para un dialecto relación con el estado de la lengua que trajeron los colonizadores,
determinado, dando como ejemplo la voz fiñe 'niño', arcaísmo en que, como es sabido, es el de los siglos XVI y XVII. Mientras en
la lengua actual de Cuba. En Venezuela podrían ser, por ejemplo, España algunos de los elementos de la lengua de ese período, o de
locha, fracción monetaria que no existe más, o la expresión la anteriores, se fueron relegando poco a poco, en América quedaron
cátedra, equivalente a 'bueno, chévere' (Esa película es la cátedra), arraigados en el uso general de los hablantes. En la conservación
voces no usuales ya e incluso desconocidas por buena parte de la de ciertos elementos lingüísticos así como en la asimilación de
población. otros nuevos venidos más tarde desde España, influyó también,
cosa que a veces se olvida, el hecho de que no todos los territorios
Otros autores, por su parte, limitan la noción de arcaísmo americanos recibieron el español al mismo momento m con la
a aquellas formas y estructuras desaparecidas de la lengua común misma intensidad: mientras el área del Caribe y México lo
y literaria, se hallen o no vigentes en hablas dialectales, pero esto recibieron tempranamente, el Cono Sur lo va a hacer más tarde,
en lugar de resolver el problema lo complica porque, en primer lo cual explica, en parte, las diferencias dialectales entre ambas
lugar, no es nada fácil establecer con rigurosa exactitud las zonas. Recuérdese que la lengua española está en pleno proceso
fronteras de "la lengua común" y, en segundo lugar, el hecho de de transformación durante el tiempo de la empresa americana, por
que alguna forma no aparezca en la lengua literaria no es en lo tanto, áreas colonizadas en tiempos relativamente distantes van

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Biogt"afia de una lengua


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a presentar diferencias de acuerdo con el estado de la lengua de


los colonizadores". Pero es el caso que muchas de las voces dadas como
marinerismos americanos no son realmente tales; en efecto, no
pocos de esos términos ya tenían en España, en otros tiempos o en
3.5. Marinerismos determinadas circunscripciones dialectales, la significación que son
las corrientes hoy en el español de América; por ello decíamos al
Mención aparte merecen los llamados marinerismos léxicos principio que en esto de los marinerismos se mezcla lo temporal
del español americano porque en ellos se entremezcla lo temporal con lo dialectal. Analicemos algunos de los más comúnmente
(algunos, como veremos, forman parte de los mal llamados dados y veamos en qué medida son realmente marinerismos
'arcalsmos') con lo dialectal peninsular, sin que falte en otros la americanos o términos que, marineros en su origen, están en la
original innovación americana. ' ' lengua general o en determinada área dialectal española.

Se entiende por marinerismos lé¡¡jcos el conjunto de voces abarrotar. Con diversas acepciones traslaticias en las que es común
que ~an expenmentado una ampliación del significado para la idea de 'llenar al máJtimo', 'abarrotar' es un término marino que
refenrse a realidades de tierra firme. El cambio obedece, como se significó primero asegurar la estiba de un buque llenando los
ha afirmado, a un hecho histórico: la. multitud de hombres de mar huecos con barrotes; esos espacios fueron después llenados con
que participaron en el proceso de conquista y colonización de cualquier objeto, en especial con artículos alimenticios que
Aménca favoreci~ la e~tensión. de su jerga, la cual, desde muy ocupaban poco espacio; de ahí la palabra abarrotes como nombre
temprano, se cargo de SignificaciOnes no marineras al ser aplicada de estos fardos. En América, 'abarrotes' amplió su significación al
a otras realidades con las que el referente original marino tenía designar los mismos artículos que los fardos contenían, y luego el
alguna semejanza. Hay que tener presente, sin embargo, que los establecimiento donde se vendían. Además, combinando las ideas
mannensmos se extienden no sólo por boca de marinos sino de 'llenar' y de 'mercaderías' surgió la de 'saturar de productos el
también por boca de todos los demás pasajeros, quienes durante mercado, de manera que se deprecian por su excesiva abundancia'.
la preparación del viaje y en el transcurso de la travesía se
impregnaban de aquel léxico del que no podían fácilmente amarrar. Se dice que en su acepción de 'atar, sujetar cualquier
d~sembamzarse una vez Ileg~dos a tierra; a la extensión y cosa', es un marinerismo americano por extensión de su primera
afia~amiento de los mannensmos en tierra firme contribuyó significación: 'sujetar el buque en el puerto por medio de anclas y
también, ciertamente, el que las comunicaciones en América se cadenas'. Procedente del neerlandés a través del francés (lengua en
hicieran principalmente por vía acuática (marítima y fluvial), por que sólo tiene uso náutico), el verbo ha sido en español de empleo
tanto, en embarcaciOnes, con lo cual el lenguaje marinero siguió general: "en muchos de los ejemplos castellanos más antiguos se
forzosamente en uso después de haber cruzado el océano. trata de amarrar un hombre a un árbol o a una columna"
(Corominas y Pascual, s. v. ), de modo que lo que ocurre en el
español americano es la conservación del significado no restringido
1
y su preferencia por este verbo frente a 'atar' u otros sinrilares.
' Ver Moreno de Alba 1993, págs. 16-17.

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Biografía de una lengua

balde. La palabra, cuya significación primera es la de 'cubo para no es de extrañar dada la semejanza que existe entre uno y otro
sacar y transportar agua en las embarcaciones', extendió su objeto".
significado para referirse a 'cualquier recipiente parecido al cubo,
estadía. Aunque valga por 'detención' en general, se ha especializa-
destinado a diversos usos', significación que, ciertamente, es la
usual en América. Dicen Corominas y Pascual (s. v.) que el empleo do en España como 'detención de un buque en puerto', mientras
marítimo del vocablo es "el más generalizado en España, y la que en América es el término usual para si~car lo. q~e en la
Acad[emia)lo dio como único hasta que Román fue causa de que península se hace mediante el vocablo 'estanCia, es dec1r, perma-
se rectificara parcialmente esta definición. Román se fundaba en nencia durante cierto tiempo en un lugar determinado'. En este
el uso americano, que ha generalizado balde a cualquier clase de cambio influyó, sin duda, la especialización que en buena parte de
cubo", pero en seguida añaden que "lo mismo ocurre en Asturias América adquirió la voz 'estancia': 'hacienda, finca'.
[... ], en Galicia, Portugal, Canarias, el Alto Aragón [... ] y en
Andalucía". De acuerdo con sus investigaciones, el vocablo "es un fletar. Del sentido original de 'alquilar un buque' .se pasó al de
préstamo del gallego-portugués (de donde su empleo, sobre todo •contratar cualquier tipo de transporte'; del sustantlvo correspon-
náutico y marítimo). Allí no es un utensilio de fabricación diente, dicen Corominas y Pascual que en "el castellano de
moderna, sino de factura tradicional y empleo universal y aun América generalizó flete su significado en el de 'pago de cualqmer
rústico, no sólo marítimo". De modo que en la acepción dada medio de transporte', de acuerdo con la tendencia continent~l a
como americana se trataría otra vez de la conservación de un
dialectalismo.

botar. "Significó antiguamente 'lanzar, arrojar, tirar', con aplicación


.
extender los términos marinos al uso terrestre". En algunos pruses
americanos flete pasó a designar el caballo mismo con que se
'
practicaba el transporte, y luego todo caballo .

a cualquier objeto [... ], extensión semántica hoy conservada casi en guindar. La significación general de 'subir algo .a lo alto' ~iene del
toda América [... ] y en las hablas leonesas y gallegoportnguesas lenguaje de los marinos, para qmenes el verbo s¡gnif¡cab~ levantar
[... ]. En el resto de España el vocablo alcanzó menor vitalidad y algo por medio de guindastes o poleas'. De este significado
pronto tendió a tomar el matiz de 'arrojar con violencia' [... ),y a surgieron fácilmente otros: 'colgar', 'descolgar' y 'ahorcar', que se
especializarse en empleos especiales, como 'echar al agua un barco' encuetran tanto en América como en Astunas.
[1535) [... ). En América es uno de los tantos occidentalismos
hispánicos" (Corominas y Pascual, s. v. ). Estamos, como se mazamorra. Término náutico que designaba la 'comida hecha a
desprende de lo dicho, ante el caso de mantenimiento en América base de migajas de galleta destinada a la tripulación de un barco',
de un antiguo significado que se hizo dialectal en la Península.

" Para la etimología y el movimiento semántico del étimo a los derivados,


chinchorro. Es, en su origen, término marino con que se designa un
tipo de red para pescar y una especie de bote pequeño; en ver Corominas y Pascual s. v. 'chinche'.
América pasó a designar principalmente un tipo de hamaca, lo cual 20 Ver Morínigo 1993, s. v. 'flete'.

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Biografia de una lengua Enrique Obediente Sosa
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término que "se popularizó y generalizó en América: F[ernánde ]z lenguaje de los marinos: 'dilección que se toma para encaminarse
de Oviedo emplea maqamorra por lo menos cuatro veces a un lugar, especialmente tratándose de buques'; con este sentido
aplicándolo a unas puches de maíz, a una pasta de cacao o a una se popularizó tempranamente, reflejo de lo cual es "el empleo, hoy
especie de gachas preparada con leche de coco" (Corominas y general en tierras de América, para 'dilección' en general, en viajes
Pascual, s. v. ). Hoy designa en América diversos platos que tienen o meros paseos por tierra'' (Corominas y Pascual, s. v. ).
en común el ser hechos de maíz, y en sentido traslaticio, 'mezco-
lanza, confusión'. sucucho. De voz náutica con la significación de 'rincón estrecho
que queda en las partes más cerradas de las ligazones de un
rancho. Quienes consideran que esta palabra es un marinerismo buque', se hizo general en América con la acepción de 'rincón,
parten de la acepción 'lugar de la embarcación donde se aloja a la chiribitil', acepciones también registradas en Andalucía (Cádiz) y
marinería'; la cuestión, sin embargo, no es simple, pues habría que Galicia.
preguntarse si fue esa la significación primera del término, o si, por
el contrario, es una ampliación de la originaL Corominas y Pascual zafar. En castellano ha sido término náutico con el sentido de
(s. v.) afirman que el término significó en un principio 'alojamien- 'desembarazar la nave de cosas innecesarias'. Pero ya existía desde
to'; "en los SS. XVI y XVII rancho era palabra bien conocida en antiguo en gallego (s. XIII) con el sentido de 'irse', de ahí pasó
todos los países donde se ha hablado cast., designando toda clase luego a aplicarse a la nave que era desencallada. Estas significacio-
de viviendas provisionales o simplemente lugares donde se alojaban nes han permitido el empleo más amplio que el verbo tiene en
o acomodaban, con carácter más o menos pasajero, toda clase de América, donde, como intransitivo, transitivo o pronominal
gente nómada o viajera: soldados, indios, marinos, pescadores, (zafarse), ha adquiridido los valores de 'liberar', 'desatar', 'escapar'
gitanos, pastores y vagabundos. Era sobre todo una palabra de e incluso el de 'descoyuntar un hueso'. Como se ve, el uso
soldados, y éstos la aplicaron a las chozas y guaridas de los indios americano de este verbo refleja tanto innovación como conserva-
americanos, de donde quedó luego como nombre de vivienda ción de acepciones dialectales antiguas21 •
pobre y rural de los habitantes de América, aun los criollos. [... ] al
uso americano contribuirían los marinos [... ] pero fue sobre todo
a los soldados conquistadores del Nuevo Mundo a quienes cupo la 3.6. Amerindismos
mayor parte en la difusión y arraigo de este vocablo en América,
que es donde hoy conserva mayor vitalidad [... ] con algunas Nadie puede negar que el español americano tiene
variantes de sentido". Frago Gracia (1999, pág. 288) señala que de elementos procedentes de las lenguas indígenas; como era de
"procedencia meridional es rancho 'finca de campo, estancia"'. esperarse, las lenguas aborígenes americanas debían necesariamen-
te dejar su huella en el español trasplantado al Nuevo Mundo,
rnmbo. Designó primitivamente cada uno de los 32 espacios en que como ocurre siempre en situaciones de lenguas en contacto. Lo
se divide la rosa de los vientos y en que se considera repartido el
horizonte; era, por tanto, un término cosmográfico; pero pronto
predominó la acepción derivada una vez que el vocablo pasó al
n Para detalles sobre la etimología, ver Corominas y Pascual, s. v.

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Bíografía de una lengua


Enrique Obediente Sosa

que hay que revisar, sin embargo, es el grado y difusión de los 2•) Por el otro, los que están presentes en el habla porque
mismos. No nos referimos aquí a los elementos amerindios la realidad lingúística lo propicia, es decir, el bilingüismo existente
específicamente léxicos, que pasaron al español general, y' de éste' en ciertos espacios americanos donde alguna lengua aborigen está
a otras lenguas europeas, por la necesidad de nombrar las nuevas aún en uso. En este caso no sólo pasan vocablos sino incluso
realidades que América le ofrecía al mundo22, sobre lo cual precisa elementos morfológicos; por ejemplo, en las regiones de habla
Lope Blanch (1992, pág. 330) lo siguiente: quichua aparece el morfema posesivo {-i} de esta lengua en voces
españolas, quizás con valor expresivo: naranjitay 'mi naranjita'; en
La mayor y más importante -en cuanto generalizada dentro de
el área del guaraní encontramos el morfema de plural {-kuera}
la lengua española general- contnbución léxica de las lenguas
reemplazando al español {-(e)s}: amigokuera 'amigos', pero en
indoamericanas al enriquecimiento de la española la
proporcionaron las lenguas de las Antillas, tahíno, arahuaco y
ambos casos el fenómeno queda restringido al habla informal,
caribe, por haber sido las primeras que entraron en contacto con familiar. Por eso dice Lope Blanch (1992, pág. 330) que "el edificio
la lengua castellana. Esos antillanismos quedaron integrados, gramatical de la lengua española -su estructura morfosintáctica y
desde antiguo, al vocabulario hispánico general, de manera que aun la fonológica- se mantiene firme y compacto, sin que la
no contribuyen a caracterizar al español americano frente al influencia de los idiomas amerindios haya penetrado apenas en él".
europeo.
Otros elementos que han sido considerados como herencia
Nos referimos, entonces, a aquellos otros que sólo se dan de las lenguas indigenas son la entonación y el ritmo del español
en el español de determinados territorios americanos y que americano. No han faltado, ciertamente, quienes afirmen que tales
proceden de alguna de las lenguas autóctonas. Respecto a estos elementos prosódicos de las hablas hispanoamericanas, distintos
elementos hay que hacer la siguiente distinción: según las diversas regiones y bien diferentes de lo que se encuentra
en la Península, sean de origen prehispánico, opinión esta no
1•) Por un lado, aquéllos que forman parte del léxico aceptada por todos los investigadores. Los estudios realizados hasta
español de un determinado territorio por responder a referentes el momento no han sido concluyentes. Una cosa, sin embargo, es
(naturales o culturales) más o menos únicos o particulares a él, y cierta: en cuanto a entonación y ritmo, algunos hispanoamericanos
que desde antiguo están en uso a pesar de la desaparición de la (particularmente de la zona del Caribe) pueden eventualmente ser
lengua indígena de que proceden. Nótese, no obstante, que, de tomados por canarios pero nunca por peninsulares, pues no hay en
manera general, estos indigenismos léxicos no son numerosos en las hablas españolas europeas nada semejante a ninguno de los
ningún territorio hispanoamericano, aunque la frecuencia de uso
de algunos de ellos sí puede ser muy elevada23 •
llegan a 200 las voces que se conocen y usan en el habla urbana, con un
22
índice de aparición de apenas el 0,09%, y el de Zaída Pérez para Venezuela
Ver el punto 2.2. d) del capitolo La España Imperial. (Presencia indfgena en el español de Venezuela, Tesis doctoral, Universidad
23
Central de Venezuela, Caracas, 1996), donde de un corpus de 180 palabras
Véanse, por ejemplo, el estudio de Lope Blanch para México (Léxico de origen indigena sólo 12 fueron reconocidas por más del 50% de los
indfgena en el español de México, El Colegio de México, 1979), donde no informantes.

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Biografía de una lengua Enrique Obediente Sosa

dejos o tonillos propios de América. africanas, como: a) la no inversión del sujeto en las frases
interrogativas ('¿Qué tú quieres?'); b) la doble negación ('yo no
quiero no'); e) construcciones del tipo 'hijo macho'/'hija hembra'.
3. 7. Africanismos
Aunque no se descarta la posibilidad de influencia africana en
algunos de estos casos de orden gramatical, es de todo punto
El español americano está teñido de africanismos, sobre inexacto considerarlos todos como resultado de tal influencia, y
todo en los territorios donde la población negra o mulata fue o es mucho menos aún los de tipo fonético de acuerdo con lo que ya
aún importante: Antillas, litoral continental del Caribe, costa del hemos tenido la ocasión de examinar26•
Pacífico desde Panamá hasta Perú, región de La Plata24 • Pero esa
huella africana no tiene ni la profundidad ni la extensión que Al parecer, no se ha tomado suficientemente en considera-
algunos han querido ver, particularmente los criollistas25 , muchos ción el que
de los cuales han atribuido a influencia africana ciertos rasgos
fonéticos y gramaticales del español de América que otros estudios los africanos llegados a América hablaban multitud de lenguas,
han encontrado en testimonios hispánicos anteriores al momento de modo que nunca constituyeron un sustrato, una fuerza
en que se produjo el contacto del español con el elemento negro, lingüística núnimamente uniforme, lo cual sin duda limitó mucho
e incluso en zonas en las que tal contacto nunca se dio. su posibilidad de interferir en la lengua dominante (Frago Gracia
1999, pág. 195).
Se han dado como rasgos fonético-fonológicos producto de
la influencia de las lenguas africanas, entre otros, los siguientes: a) Aduce este investigador como prueba de ese "panorama
el paso de /j/ y /lf/ a /JI/ (llamar > ñamar, chato > ñato); b) la babélico" varias citas del P. Sandoval (ss. XVI-XVII), de las cuales
confusión de /-V y /-r/; e) el debilitamiento de /-s/. Y de carácter sólo retenemos la última: •pues nos consta que en un navío donde
gramatical, algunos que serían calcos lingüísticos de lenguas vienen más de seiscientos negros de tan variadas y diversas castas
como hemos dicho, y que no se entienden si no es cuál y cuál los
unos con los otros», ante lo cual se pregunta Frago Gracia (1999,
24
De esta región desapareció prácticamente la población negra debido, pág. 196):
principalmente, a su liquidación como consecuencia de ponerla expresamente
como carne de cañón en las guerras de independencia, a la venta de negros ¿Era fácil, así, que las lenguas africanas de los esclavos influyeran
al· Brasil antes de que allí se suprimiera la esclavitud, y a matanzas notablemente en la de sus dueños? Muchas lenguas de los
planificadas para deshacerse de este componente poblacional. La historia dominados frente a solo una de los dominadores, aquéllos
señala que en un momento del período colonial, 40% de la población de incapaces de comunicarse en sus respectivos idiomas nativos y el
Buenos Aires era negra. español como único medio de aglutinar idiomáticamente a todos,
25
De las hablas criollas de base española -como la de San Basilio de
Palenque en el norte de Colombia- no hablaremos aquí por no ser,
estrictamente hablando, modalidades de la lengua española. Para aquéllas y 2
' Para más rasgos fonéticos de supuesta influencia africana, ver el resumen
las hablas semicriollas, ver Perl y Schwegler (eds.) 1998. que trae Lipski 1994, págs. 144-147.

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españoles y criollos con indios y negros, mestizos y mulatos [... ]. procedentes de lenguas del continente negro se desconoce su
Evidentemente, superficial penetración es la que pudieron obrar etimología. No pocos autores han dado como africanismos no sólo
aquellos idiomas africanos en el de los conquistadores [... ]. términos de los cuales se ignora la lengua origínaria sino aun otros
[...] que son de probada raíz hispánica, tales como burundanga,
[...] Efectivamente, las lenguas africanas limitada acción
mondongo, tángana y probablemente bululú, palabra que, al
ejercieron sobre el español, fuera de los enclaves donde el
cimarronaje redundara en hablas auténticamente mezcladas o
parecer, es de origen expresivo. Compulsando diversos trabajos y
criollas, y ello en casos en que el palenque o cumbe probable- diccionarios podemos actualmente afirmar que son ciertamente
mente sería lugar de predominio de un grupo africano sobre afronegrismos las palabras que siguen'':
otros minoritarios.
banana, bemba, bongo, cachimba, -o-cacimba, cumbé, macaco,
En cuanto a africanismos léxicos, algunos de ellos fueron mambo, mandinga, marimba, ñame, quilombo, quimbombó (o
introducidos en la lengua no por los esclavos sino por los propios quingombó) y zombi.
españoles, como es el caso de ñame, banana, guineo, malagueta. No
olvidemos que ya antes de la colonización americana y mucho De las siguientes, sólo puede decirse que muy probablemente lo
antes que se diera la trata de esclavos en América (s. XVI), sean: funche, guarapo, malanga, mucama, ñangotarse y samba.
España había entrado en contacto con el africano subsahariano, no
sólo por las correrías mercantiles a lo largo de la costa occidental Podemos concluir este apartado de los africanismos con las
de África sino por la misma entrada de negros (desde el siglo XV) siguientes bien ponderadas palabras de Lipski (1994, pág. 152):
en suelo español, via Portugal, los cuales alcanzarían a formar
[fodo indica] que ninguna innovación importante en la
grandes concentraciones en Sevilla, Cádiz, Huelva e incluso pronunciación, la morfología o la sintaxis del español de América
Valencia. Esta presencia africana sirvió para que la sociedad se _debe exclusivamente a la presencia de hablantes de lenguas
española conociera elementos propios de ese continente. Es africanas o a alguna forma de lengua afro-hispánica, criolla o de
entonces de este modo como los españoles, y más particularmente otro tipo. El español colonial contenía ya las semillas de la
los andaluces y canarios, conocen ciertos frutos de la tierra que reducción consonántica, la nasalización vocálica, las preguntas sin
introducirían luego, con sus nombres autóctonos, no sólo en inversión, la anteposición de los sujetos de los infinitivos, la
España sino también en América. Ciertamente, en sú arraigo y conservación de los pronombres sujeto explícitos, etc. En zonas
difusión pudo haber intervenido la población de origen africano donde grandes cantidades de africanos hablaban de forma
que habría de asentarse en tierras americanas. distinta a los colonos blancos, la contribución africana se limitó
a reforzar procesos ya en marcha y a llevarlos a su conclusión
lógica. Esto no significa negar la indudable influencia africana en
El léxico de origen africano se encuentra, por lo demás,
mal estudiado27 ; de la mayoría de vocablos supuestamente
28
Nos limitamos a algunos vocablos (todos registrados en el DRAE, excepto
mambo) que son más o menos usuales, o por lo menos bien conocidos, en el
27
Ver Lipski 1994, pág. 143. español de América, menos, quizá, en el español de España.

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Biografía de una lengua Enrique Obediente Sosa

gran parte del español de América; solamente es una llamada de 4. ¿EL ESPAÑOL DE AMÉRICA O EL ESPAÑOL EN AMÉRI·
atención sobre la costumbre de atribuir orígenes africanos a CA?
fenómenos que con toda probabilidad existían ya en el español
peninsular e hispanoamericano.29
Ya adelantamos, cuando tratamos del andalucismo del
español americano, que actuahnente los investigadores, partiendo
del hecho de la heterogeneidad (relativa) de la lengua en el
* * * conjunto de las naciones hispanoamericanas, están de acuerdo en
que no existe un español de América sino múltiples variedades de
español en América. El uso de una u otra preposición ha sido
Todo Jo que llevamos examinado nos lleva a la necesidad
objeto de polémica desde hace algunos años, pues, como veremos,
de profundizar un poco sobre lo que se esconde (o se hace permite distintas interpretaciones.
patente) en la expresión español de América.
Ya en los años cuarenta, González de la Calle se hacia la
siguiente reflexión:

muy pronto el castellano hablado en América mereció ser


considerado [... ] como el castellano de América, el castellano
americano [...]. El castellano de América, en medio de sus
obligadas diversidades y de sus múltiples matices, es indudable-
29
mente tal: castellano de América [...]. Castellano en América y
Comentando esta cita de Lipski, dice Frago Gracia (1999, al final de la castellano de América; es decir, idioma localizado y enraizado en
nota 137, pág. 192): "(pero no se trata de probabilidad, sino de seguridad)", un continente y convertido en carne y sangre de ese mismo
y le reprocha a Lipski el "no negar <la indudable influencia africana en gran continente? 0
parte del español de América»". Aunque, como ya vimos, tal influencia es
magrísima, no podemos objetivamente negarla, al menos en el léxico, así sea
mínima, prueba de lo cnal los dos datos siguientes: "El examen de las
Moreno de Alba (1993, págs. 13-14) es de la opinión que
primeras doce horas de grabación para el estudio de la norma culta de La debiera preferirse la preposición en porque "lingüísticamente
Habana reveló la presencia de cuatro afronegrismos: conga, 11Uljá, 11Ullanga hablando, no hay una entidad americana que pueda oponerse,
y ñame, lo que constituye tan solo el 0,01 por 100 del total de palabras de como un todo, a otra totalidad (el español europeo)". Más explícito
estos textos. [... ]. Aun trabajando con nómina pasiva, con el vocabulario que resulta Orlando Alba (1992, pág. 63) cuando sostiene que hablar
se reconoce aunque no se usa, solo se consiguieron 34. [ ... ]. En Puerto Rico de 'español de América' frente a 'español de España', supone
se hicieron estudios de vitalidad a partir de una nómina de 131 afronegrismos
[... ].La norma activa está constituida solo por el26,7 por 100; el restante
73,2 por 100 recoge el vocabulario que está en proceso hacia la mortandad
30
o que ya ha llegado a la etapa final" (López Morales 1998, págs. 100-101). "Orientaciones doctrinales para la investigación lingüística y filológica del
Como se ve, los afronegrismos léxicos, de mayor vitalidad en otros tiempos, castellano en América", en Universidad Nacional de Colombia, 1 (1944),
aún no han desaparecido del todo, algo queda todavía. págs. 42 y 59, citado por Moreno de Alba 1993, pág. 14.

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Biografía de una lengua Enrique Obedíente Sosa

la existencia de dos realidades o entidades lingüísticas unitarias, estructuras menores. [... ] la lengua española sigue siendo el
susceptibles de ser clasificadas o encasilladas dentro de categorías sistema lingüístico de comunicación común a veinte naciones, no
homogéneas. Implican [tales designaciones], de hecho, un grado obstante las particulares diferencias -léxicas, fonéticas y, en
elevado de generalización que simplifica exageradamente la menor grado, morfosintácticas- que esmaltan el uso en unas y
variada realidad lingüística del extenso mundo hispanohablante. otras. Diferencias que -repito una vez más- se producen entre
[... ].Lo que se suele llamar «español de América» es un conjunto todos esos veinte países, sin permitimos establecer dos grandes
de dialectos, un suprasistema o diasistema, es decir, una modalidades bien diferenciadas -española y americana- por
abstracción irrealizable en sí misma ya que no es un «modo de cuanto que, además, existe mayor afinidad entre algunas
hablar)) único. modalidades americanas y españolas que entre ciertas
modalidades hispanoamericanas entre sí.
Joaquín Montes, por el contrario, no acepta sino la
expresión 'español de América' porque, a su juicio, Esa unidad esencial entre el español americano y el
europeo ha sido una constante; ya lo había señalado en 1606
el uso de en [... ] parece envolver una concepción del español Bernardo de Aldrete en su obra Del origen y principio de la lengua
americano como algo ajeno, importado y no creado (o cocreado) castellana o romance que oi se usa en España:
por los americanos en su uso diario a lo largo de cinco sigloi1 .
La lengua de España, i de partes tan remotas, como éstas [Orán,
A esta objeción responde Moreno de Alba (1993, págs. 13- Melilla, La Gomera, las cíudades de México y el Perú, y las
14) diciendo que "ciertamente parece convincente esa opinión, Filipinas] todas es vna; los que van destos re:inos a aquellos no
pues no puede uno sino estar de acuerdo en que español de hallan lengua diuersa, algunos vocablos, i dialectos diferentes,
América, como español de México o español de España, son como los ai en Cordoua, Seuilla, Granada, i en cada ciudad,
entidades históricas identificables", pero, aunque el español aldea, pero la lengua vna.
americano tiene su propia fisonomía, no es menos cierto que
mantiene "su unidad esencial con el europeo". Lo cual ya había Por nuestra parte, estamos de acuerdo en seguir hablando
sido señalado por Lope Blanch (1982, pág. 76), pues las investiga- del 'español de América' si de tiene un valor espacial: con ello se
ciones (por si alguna duda quedara) han demostrado que las estaría significando una modalidad geográfica del idioma español;
estructuras mayores son las mismas en las hablas urbanas de si, por el contrario, de tiene un valor privativo o exclusivo, no
Hispanoamérica y de España: podemos aceptarlo, porque sólo hay un español, una lengua
española, con tantas variedades o dialectos como regiones y grupos
La estructura fundamental de la lengua española es la misma en sociales hispanohablantes. Por ello consideramos preferible el
todas partes; difieren sólo sus elementos secundarios o sus empleo de la preposición en para referirnos no sólo al español
americano sino a todas las variedades de español, las habladas en
Castilla, en Andalucía, en Guinea, en Venezuela, en Paraguay, etc.
31
"Breve noticia sobre la investigación lingüística en la Cuba de hoy",
Thesaurns, Boletín del Instituto Caro y Cuervo, XLN, 1989, pág. 644.
Citado por Moreno de Alba 1993, pág. 13.

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Biografia de una lengua
Enrique Obediente Sosa

Esto es más necesario hoy en día cuanto que, gracias a las por algunos autores tratando de delimitar áreas dialectales", pero
investigaciones realizadas en los últimos años, se ha podído todos los intentos de división realizados hasta ahora han resultado
comprobar que la casi totalidad de los rasgos considerados antes insatisfactorios, bien por los parámetros escogidos, bien por la
como propios, exclusivos u oriundos de la lengua empleada en escasez de trabajos monográficos macro y microrregionales que
América no son tales, pues han sido detectados en España en den cuenta del habla de todo el continente, lo cual ha impedido
documentos que datan de antes de la colonización americana, trazar isoglosas que reflejen de manera confiable la real situación
rasgos que no llegaron a formar parte de lo que habría de ser la dialectal de América.
norma centro-norteña peninsular moderna, bien porque cayeron
allí en desuso, bien por tratarse de dialectalismos que no calaron Quisiéramos para concluir este apartado retomar las
en aquélla; piénsese, por ejemplo, en el yeísmo: Amado Alonso lo nociones de sustrato, adstrato y superestrato aplicadas esta vez a la
creía anterior en América que en España (1967a, pág. 12), cuando historia del español comprendida su expansión americana. En esta
hoy sabemos que no es así. Por ello suscribimos la afirmación de óptica, el sustrato estaría constituido, también, por aquellos
Lapesa (1980, pág. 569) según la cual para todos los fenómenos elementos de lenguas autóctonas desaparecidas que dejaron huellas
lingüísticos que se dan en el español de América existen "preceden- en el español general, por ejemplo, las palabras procedentes del
tes en el Medíodía peninsular, algunos de los cuales remontan a taíno que se hablaba en las Antillas, como ajf, barbacoa, batata,
los siglos X y XII", pero -agregamos nosotros- hay otros hechos bohío, cacique, canoa, enagua, guayaba, hamaca, huracán, maíz,
cuyos precedentes están en el norte de España, como ya hemos manf, sabana, etc. El adstrato lo formarían los elementos
tenido ocasión de ver32 • Lo auténticamente americano estaría, en procedentes de una lengua aún viva introducidos a consecuencia de
consecuencia, prácticamente restringido a los aportes amerindios una situación geográfica o social particular; es el caso, por ejemplo,
y, en mucho menor medida, afroamericanos. Con esto no del morfema español {-eco, -a} de origen náhuatl. El superes trato,
queremos decir, sin embargo, que América no haya producido en fin, lo constituirían los elementos africanos que entraron al
innovaciones en la lengua o que carezca de originalidad (de lo cual español con la llegada de los esclavos negros; sus lenguas desapare-
hablaremos en el punto siguiente), pero sí resaltar que, considera- cieron no sin antes dejar huellas (mínimas, como ya sabemos) en
da globalmente, la estructura general y fundamental del español la nuestra; valgan como ejemplos las palabras banana, mambo,
americano es la misma que la del español del otro lado del quilombo, etc.
Atlántico.

Frente a la esencial unidad de la lengua española está, ya


lo hemos dicho, su innegable diversidad, manifiesta entre una y
otra orilla del Océano y entre las distintas regiones americanas.
Esta diversidad del español americano ha querido ser evidenciada

32
Para la historia del español americano, ver Frago Gracia 1999, libro de 33
Para una visión amplia y crítica del tema, ver Orlando Alba 1992; Moreno
indispensable lectura. de Alba 1993, págs. 117-140; Moreno Fernández (ed.) 1993.

434 435
Biografia de una lengua Enf'ique Obediente Sosa
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5. CARACTERÍSTICAS GENERALES DEL ESPAÑOL EN 5.1. Fonología
AMÉRICA34
Siendo, en líneas generales, el castellano meridional la
Pretender exponer las características generales del español modalidad española implantada en América, se deduce que buena
americano es casi una temeridad, e incluso una contradicción, si parte de los rasgos de la lengua hablada en este continente los
recordamos lo dicho sobre la diversidad de la lengua. Pero como tenga en común con aquella modalidad. Lo primero, pues, que hay
no es menos cierto que hay una serie de elementos que le dan una que señalar es que toda América es zona de seseo; es decir, el
relativa homogeneidad respecto a otras modalidades del español, sistema consonántico hispanoamericano carece del fonema
es por lo que nos atrevemos a dar una visión sucinta, general y interdental /9/, lo cual constituye la única diferencia fonemática de
ciertamente simplificada de los rasgos más sobresalientes que le carácter general existente entre el español americano y la norma
imprimen ese color particular a la lengua usual de los americanos. castellana; las otras diferencias son de carácter más localizado o de
No quisiéramos que el lector perdiera de vista lo expuesto sobre tipo fonético, entre las cuales señalamos las siguientes.
los rasgos definitorios del español en América, lo cual le perntitirá
apreciar en su justa dimensión en qué consiste lo característico,
la gran originalidad de esta modalidad: en la incorporación y 1) La mayoría de los dialectos americanos (al igual, por lo demás,
asimilación, al mismo tiempo, de una serie de elementos hispánicos que los españoles, como ya tuvimos ocasión de ver) son yeistas, o
que en España están dispersos en el tiempo o en los espacios sea, no tienen en su inventario consonántico el fonema lateral
dialectales; esa síntesis, en la que se hallan, por supuesto, palatal /Á/, confundiéndolo con el fricativo /j/, de modo que, por
aportaciones lingüísticas de otro origen; ~s lo que nos per.ntite ejemplo, calló y cayó son vocablos homófonos. La situación, no
afirmar, y no creemos exagerar, que Amenca es un compendio de obstante, no es tan simple como pudiera parecer dada la existencia
la dialectología hispánica. del llamado zeismo, a saber, la existencia en algunas áreas de un
segmento fricativo prepalatal, el cual puede ser sonoro ([3]),
ensordecido ([3]) o francamente sordo (ffi), dependiendo de las
localidades y de factores extra y sociolingüísticos, tales como clase
social, sexo, edad y registro de habla; este segmento prepalatal se
ha convertido en caracterizador, para el hablante común, del
34 La descripción que sigue sólo pretende dar una idea de conjunto de lo que
español rioplatense.
· es el español americano, conscientes como estamos de la imposibilidad de
presentarlo aquí en todos sus detalles, no sólo por todo lo ya dicho sino
De acuerdo con Zamora y Guitart (1982, págs. 92-93), se
también porque el objetivo primero de esta obra es de carácter histórico y no han atestiguado en América al menos las cuatro situaciones
tanto dialectológico propiamente dicho. Para más detalles remitimos al lector, siguientes:
de modo particuíar, a las siguíentes obras: César Hernández Alonso (coord.)
1992; Tomo LXXll (fascícuíos 3° y 4°, 1992) de la Revista de Filologfa -dialectos con /31 y /j/ en oposición fonológica, siendo el
Española, completamente dedicado al español de América; John Lipski 1994; primero de los términos equivalente funcional del fonema /Á/ de la
Mannel Alvar (dir.) 1996b; Humberto López Morales 1998.

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Biografía de una lengua Enrique Obediente Sosa


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norma castellana. Los hablantes de estos dialectos distinguen entre En posición final de sílaba (interna y de palabra),
ca/3ló 'calló' y ca/j/ó 'cayó'. -encontramos, como realizaciones de /-s/, los segmentos [-s], [-h] y
el cero fonético (elisión), dependiendo de las regiones y de factores
-dialectos con solo /31, el cual aparece en lugar tanto de /f./ sociolingüísticos más o menos complejos.
como de /j/, "con excepción de las palabras que empiezan con hie-
en la escritura", que tienen ü.J; así, 'calló' y 'cayó' se realizan ambas
ca[3]ó, pero 'hielo' se pronuncia [J.]elo, como en la norma 3) Aunque el español de América conserva, de manera general, la
castellana. oposición entre las dos vibrantes apicales (la simple /r/y la múltiple
Ir!), ocurre en él, sin embargo, un fenómeno fonético que se da en
-dialectos con un único segmento /31 como realización de no pocas regiones 35 , a saber, la presencia de lar asibilada ([f]).
las grafías <ll, y, hie->. Este elemento aparece como realización de /r/ (pe[f]o, [f]osa), de
/-r/ en posición final (ma[t]) y en los grupos <tr> y <dr>
-dialectos con /31 y /Á/, siendo el primero el equivalente (teat[f]o, pod[f]é); no realiza nunca, como se ve, el fonema
funcional de /j/; sus hablantes distinguen, pues, ca/3ló 'cayó' de vibrante simple en posición intervocálica, con lo cual queda
asegurada la oposición fonológica.
ca/f./ó 'calló'.
Otro hecho, aunque mucho menos extendido, es la
En cuanto al fonema /j/, presenta, según las regiones, articulación velar o uvular de la vibrante múltiple; si bien se ha
diversas realizaciones. En algunas se dan los alófonos fricativo [J.] encontrado en algunos puntos del Caribe hispanohablante, se
y africado [d.5] de la misma manera como en la norma castellana considera como peculiar de Puerto Rico, donde, no obstante, es
(ma[J.]o- cón[d.5]uge); en otras, tales alófonos son más variantes pronunciación variable relacionada con factores sociolingüísticos.
libres que variantes contextuales; en otras, finalmente, /j/ tiende
sistemáticamente a pronunciarse débilmente, como [j]: ma[j]o,
[j]egar 'llegar', [j]elo 'hielo'. 4) El fonema continuo posterior sordo lx/ se realiza en América
bien como una fricativa velar no estridente [x], bien como una
faríngea [h], bien como una glotal [h], más raramente como una
2) Aunque existen en América, al igual que en España, divers::s palatal [~](sonido este que, hasta donde sepamos, sólo se registra
realizaciones del fonema fricativo alveolar sordo /s/, las mas en Chile). Así, pues, el único fonema continuo posterior sordo del
generalizadas aquí (que no las únicas) son las no apicales, es decir, sistema presenta toda una gama de alófonos: unos orales (velar y
las de tipo predorsal, lo cual hace que el español americano suene, palatal), otros suborales (faríngeo y glotal), repartiéndose las
en líneas generales, menos siseante que el peninsular. En ciertas regiones según el predominio de unos u otros. Nótese, sin
zonas se registra el fenómeno denominado ceceo, que -como
sabemos- consiste en pronunciar el fonema /s/ con un timbre
similar al de [9], fenómeno, sin embargo, menos extendido que en 35
Incluso en Venezuela, a pesar del silencio al respecto en los tratados de
Andalucía. dialectología: ver nuestro trabajo de 1996.

438 439
Biografía de una lengua Enrique Obediente Sosa

embargo, que es común el que en una misma región, e incluso en vocalismo breve y relajado de las tierras altas ([p"s]'pues', ["n'ton-
un mismo hablante, se den más de uno de los alófonos menciona- s<•lsj'entonces'), frente al estable y pleno de las tierras bajas", y 2)
dos. la alternancia de i-e y de u-o en territorios de adstrato quichua
y aimara (m[i]sa por 'mesa', ch[e]cas por 'chicas', c[u]lumpio por
'columpio', j[o]sticia por 'justicia'). En este último caso, sin
5) De acuerdo con el tratamiento de las consonantes posnucleares,
embargo, se trata de confusiones producidas por hablantes que
Zamora y Guitart (1982, págs. 157 y ss) distinguen dos grandes
tienen esas lenguas indigenas como lengua materna y no han
tipos de dialectos en español: los conservadores y los radicales,
adquirido plenamente todavía el españoL
según la menor o mayor distancia, respectivamente, entre lo
fonológico y lo fonético. Así, un dialecto en el que la pronuncia-
Últimamente se han hechos estudios experimentales que
ción de /'esto/ sea(' esto] será conservador (como el de Salamanca), han revelado fehacientemente que existen diferencias vocálicas
en tanto que uno en el que se pronuncie [' ehto] será considerado (fonéticas) entre hispanohablantes monolingúes, en lo que a grado
radical (como el de Cuba). Refiriéndose específicamente al Nuevo de abertura y localización se refiere, llegando incluso a proponerse
Mundo, dicen los autores que los dialectos radicales americanos se tal variabilidad como parámetro diferenciador de subáreas
caracterizan por dos fenómenos generales: dialectales, diferencias que constituyen, al menos en algunos
territorios, marcadores o indicadores de identidad regional".
-la posteriorización de obstruyentes y nasales en posición
posnuclear: los segmentos pertenecientes a esas clases se realizan
como velares o glotales, por ejemplo: a[g]mirar 'admirar', re[7]til 5.2. Morfosintaxis
'reptil', e[h]cuela 'escuela', a[h]tosa 'aftosa', ca[u]ció[.!J] 'canción',
etc. En este nivel podemos señalar los siguientes fenómenos.

-la neutralización fonética de las líquidas: /-l/ y /-r/ finales 1) Ausencia general en todo el continente de la segunda persona
se pronuncian con el mismo segmento fonético: a[l]te por 'arte' plural vosotros (y las formas verbales y pronominales correspon-
(lambdacismo), a[r]guno por 'alguno' (rotacismo), fenómeno cuya dientes), reemplazada, como en Andalucía, por ustedes, que funcio-
extensión y valoración social varía de uno a otro territorio. na como plural tanto de usted como de tú. El sistema pronominal
para la segunda persona es, pues, distinto del de la norma estándar
castellana (NEC):
6) En el español americano no hay diferencias en lo que respecta
al sistema fonológico vocálico. La variabilidad, que es de orden
fonético, es menos conspicua, al menos hasta donde se sabe,
porque aquí es necesario apuntar que el vocalismo americano ha 36
Ver Henríquez Ureña 1921 y Ángel Rosenblat 1967.
sido menos estudiado que el consonantismo; la literatura
37
dialectológica apenas si reporta dos hechos notables: 1) el Sobre esto, véanse, por ejemplo, Maria Vaquero 1996 y Enrique
Obediente et al. [en prensa].

440 441
Biografía de una lengua Enrique Obediente Sosa

NEC América
pi. sg. pi.
El mantenimiento de esta forma de tratamiento se debe a
sg.
IÚ vosotros tú ustedes razones de tipo sociohistórico. Recordemos que vos, de forma de
usted ustedes usted ustedes tratamiento respetuoso que era, fue pasando a lo largo de los
siglos XVI y XVII a forma para dirigirse a inferiores, pero el
pronombre había llegado al Nuevo Mundo cuando aún conservaba
2) Mantenimiento, en muchas regiones, del pronombre personal para muchos su anterior valor. Ahora bien, en la sociedad
vos como forma de tratamiento informal. El uso de este tratamien- americana que estaba gestándose, los conquistadores y primeros
to no es, sin embargo, el mismo en todos los territorios voseantes, pobladores, que se sentían nobles por ser los pioneros de la
dependiendo de si en el habla coexiste con él o no el pronombre empresa americana, adoptaron las formas de cortesía y tratamiento
tú, en cuyo caso el empleo de vos está ligado a determinadas que se estilaba entre los miembros de la aristocracia española, y
situaciones de comunicación. ello con el fin de marcar su rango en el grupo humano donde
estaban insertos. Es el proceso de hidalguización del que habla
Las regiones de voseo no tienen, sin embargo, las otras Rosenblat (1973, pág. 371):
formas pronominales correspondientes (os y vuestro): Vos venís y te
[... ] ya en la misma hueste conquistadora, y aún más al
llevás tus libros. Aunque hay varias formas verbales que acompañan
constituirse la sociedad hispanoamericana, se produjo una
al pronombre vos según las regiones, las más difundidas son, para nivelación igualadora hacia arriba, una 'hidalguización' general.
cada una de las conjugaciones, -ás, -és, -ís: vos tomás, vos comés, La victoriosa empresa de la conquista hizo que todos se sintiesen
vos decís. En el imperativo sólo aparecen las formas sin -d final, señores, con derecho a títulos, y adoptasen como modelo los
usuales en España hasta el siglo XVII: tomá, comé, vení 38• usos, entre ellos los usos lingüísticos, de las capas superiores.

Pero, ¿,por qué existe el voseo en América? Consideramos Ello dio pie para que se establecieran rígidos comparti-
oportuno detenermos un poco en este punto para entender mejor mientos donde la movilidad social era nula. En este medio
el fenómeno. En capítulos anteriores ya tuvimos ocasión de conservador, las jerarquías estaban más claramente definidas que
examinar el origen y evolución del pronombre vos, forma que en la misma España: basta pensar en los innumerables grupos o
pervive en aproximadamente una tercera parte de la América estamentos sociales en que se repartían los individuos según el
hispanohablante. Su uso, considerado por algunos dialectólogos linaje, la prosapia y los mil matices del color de piel. Por ello echó
como un "arcaísmo", según anotamos en su lugar, es uno de los raíces tan fuertes el vos y vuestra merced, siendo el tú mucho
rasgos característicos del español americano, "aun cuando pueda menos usual, como se ve en las cartas privadas que los emigrados
observarse también su presencia en algún pueblo de Andalucía o a Indias escribieron a sus parientes residenciados en la metrópoli".
de otras regiones de España" (E. Rojas 1992, pág. 144).

38 Para una visión completa, histórica y sincrónica, del voseo, ver Páez
39
Urdaneta 1981. Ver la recopilación de cartas privadas hecha por Enrique Otte (1993).

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Biografia de una lengua Enrique Obediente Sosa

Pero llegó un momento en que la sociedad española cuanto a formas de tratamiento infonnal:
comenzó a experimentar cambios que se vieron reflejados en la
lengua, particularmente en las formas de tratamiento, y esas -regiones de uso exclusivo de tú
innovaciones sociolingüísticas cruzaron el Atlántico... Pero -regiones de uso predominante de vos
entonces, ¿por qué unas regiones americanas adoptaron los nuevos -regiones de uso compartido de tú y vos
usos españoles y otras no? La respuesta hay que buscarla, según -regiones de uso predominante de usted.
Lapesa (1992, pág. 276), en el -regiones de uso compartido de tú y ustecfú

mayor o menor influjo de las cortes virreinales de Méjico y Lima,


de las universidades y demás focos irradiadores de las 3) En América, contrariamente a lo que ocurre en España, el uso
modificaciones que la norma lingüística iba experimentando en de los sufijos de diminutivo {-illo, -e te, -ín} es prácticamente nulo;
España; también responden a la más temprana o más tardía formas como librillo, pobrete, pequeñfn suenan extrañas a los
e:q¡ancipación respecto de la metrópoli Unos y otros factores hispanoamericanos.
intervienen en una realidad tan significativamente sociocultural
como es la repartición geográfica de los tratamientos de
confianza. En las áreas donde ese influjo cultunil fue más 4) En la esfera del verbo hay que señalar que "tanto desde el
poderoso, o más duradera la dependencia de España, la antigua punto de vista de la frecuencia cuanto de la significación o sentidos
contienda entre tú cantas, tienes o dizes y vos cantás o cantáis,
que cada tiempo del paradigma verbal puede adquirir, se perciben
tenés o tenéis y dezís dirigidos a un solo interlocutor, se resolvió,
diferencias [en el español americano ]·en relación con el español
como en España, a favor de tú cantas, tienes y dices. Pero en las
zonas más alejadas de las cortes, como la América Central, que
peninsular" (Moreno de Alba 1993, pág. 182). Lo más notable al
nunca fue virreinato, el Río de la Plata, que no llegó a serlo respecto es lo siguiente:
hasta 1777, y los Llanos de Colombia y Venezuela, triunfó un
sistema mixto, a la vez arcaizante y renovador, con formas a) la preferencia del español americano por la perífrasis de
pronominales correspondientes a tú y a vos, distribuidas según futuro ir a + infinitivo en detrimento de la forma sintética en -ré41 ;
sus funciones, y con formas verbales desusadas en España desde
los siglos XVI y XVII o que la evolución fonética o la analogía b) el distinto valor tempo-aspectual del pretérito simple y
había hecho ambivalentes (vos cantás, vos tenés, vos sos, vos te del compuesto en una y otra modalidad. El pretérito simple tiene
guardás tu plata; vení, poné, tomá; vos estás, vos das, vos vas, vos carácter perfectivo aunque la enunciación incluya el momento
eras, vos fuistes, vos venías, vos quisieras, etc.) con vacilaciones o
diversas preferencias entre vos tengas y vos tengás, vos querrás y
vos querrés, sin que falten en algunas zonas vos cantáis, tenéis o
tenís. 40
Sobre esta alternancia en el español de Venezuela, ver Álvarez y Barros
[en prensa].
Todo lo que llevamos dicho explica, en buena medida, el
que hoy se distingan en América cinco situaciones distintas en 41
Es tendencia también en el castellano septentrional según vimos en 2. 7)
del capítulo El español en España.

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Biografía de una lengua Enrique Obediente Sosa

prese?-te ('Ya llegué'); el compuesto, por su parte, expresa acciones 5.3. Léxico
durativas que, aunque iniciadas en el pasado, se continúan en el
pres~nte ('Estos último~ meses ha llovido mucho'); es, pues, en el El léxico es, sin duda, el componente más "superficial" y
espa~ol an:enca~o, un Imperfecto. Esta es la razón por la que el móvil de toda lengua, en el que se refleja la manera como una
pretento Slffiple aparece dominantemente en los casos donde el comunidad aprehende y ordena la realidad; ello explica el que sea
español general de la Pemnsula prefiere el compuesto: «Buenos en este componente donde encontremos las mayores diferencias
días. ¿Cómo pasó la noche?»" (Lapesa 1980, págs. 587-588) 42 • entre el español americano y el de España, porque el mundo
hispanoamericano no es idéntico al europeo. Pero esas diferencias
no deben ocultarnos el hecho fundamental y primario de que, en
5) En cuanto a la sintaxis, lo más notorio en el español hablado y esencia, el vocabulario en una y otra modalidad de la lengua es el
escrito.enAn:érica quizá sea la ilógica pluralización del pronombre mismo; no nos cansaremos de insistir en ello: se trata de la misma
lo (ob¡eto directo) cuando va acompañado de un se (objeto y única lengua, salpicada, sí, de particularidades en cada uno de los
mdirecto plural): 'se l?s dije' por 'se lo dije', construcción que se díversos países, regiones y comarcas donde se piensa, se habla y se
explica por la necesidad que siente el hablante de llevar a escribe en español; en todos esos territorios hay una' visión general
superficie una marca de plural (ausente en el pronombre se) que del mundo' igual, producto de ese "filtro" que constituye toda
de¡e patente que el objeto indirecto está constituido por varias lengua.
personas. Otro hecho notorio es la anteposición del posesivo en
construcciones vocativas ('¡Ven acá, mi niño!'), la del pronombre Las diferencias en el léxico vienen dadas por todos aquellos
sujeto en las oraciones interrogativas ('¿Y qué tú opinas?', '¿Por elementos que ya tuvimos ocasión de analizar, a saber, regionalis-
mos peninsulares e isleños, "arcaísmos", marinerismos, amerindis-
qué vos decís que fui yo?') y la del pronombre sujeto de infinitivo
mos y africanismos, y sobre los cuales no vamos a volver, el
('Dámelo para yo hacerlo', 'a un mes de ella irse') 43 • conjunto de los cuales pudiéramos etiquetar con el rótulo de
americanismos léxicos. Pero este concepto no es tan evidente como
pudiera creerse en un primer momento; efectivamente, diversas
42
Para otros fenómenos menos generales, o de los cuales no pueda afirmarse concepciones hay de lo que constituye un americanismo.
aún que difieren con respecto al uso en España (por ejemplo, la preferencia Esencialmente encontramos entre los especialistas dos visiones
de la forma en -ra sobre la forma en -se del pretérito de subjuntivo), ver
Moreno de Alba 1993, págs. 182-189 y la bibliografía que cita.
¡.' respecto a lo que debe ser considerado como tal:

f_
43
Para más fenómenos de orden sintáctico, ver Kany 1969; téngase, sin
a) La primera, basada en un criterio etimológico o
embargo, en cuenta que ciertas construcciones recogidas por Kany no son ni
propias ni exclusivas de la modalidad americana de la lengua, al menos no
históriCo, afirma que son americanismos los términos nacidos en
lo son hoy, como, por ejemplo, la pluralización de /u;¡/Jer impersonal ('habían An:érica. Esto llevaría a identificar americanismo con indigenismo,
muchas personas'), o la inversión de las expresiones nada más, nunca más, pero, ¿pueden considerarse reahnente americanism(JS -preguntan
que en buena parte de América, así como en Andalucía y Canarias, son más los oponentes- vocablos que son comunes a todos los hispanoha-
nada, más nunca.

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Enrique Obediente Sosa
blantes, vocablos que forman parte del acervo léxico general, corr~o
tomate, chocolate, canoa, etc.? Dejando de lado lo de los americanismos, señalemos, para
terminar esta brevísima relación, algo que es mdrscutrble en lo que
b) La segunda es la que toma como criterio el uso general al uso del vocabulario respecta: América, frente a España,
actual. Según esto, son americanismos las voces que en América manifiesta cierta preferencia por determinados términos. En efecto,
tienen distinta o nueva acepción, indiferentemente de su origen, mientras la lengua usual en la Península designa con un vocablo tal
¡
como estancia, lagarto, coger, concha, etc. El problema que se 0 cual cosa o acción, el español amen_ca~o preflere en ~gunos
plantea con este criterio es que si se consideran americanismos las casos otro para los mismos referentes; asi, termmos cuasismonllllos
palabras que se usan en toda América y son totalmente inusuales 1 de la lengua son perfectos sinónimos (referenciales y funciOnales)
en España, muy probablemente no encontremos ninguna; hay, al comparar entre sí ambas modalidades lingüístlcas. Son qemplos
ciertamente, términos conocidos en toda Hispanoamérica pero que 1¡ • • - 45
de ello los siguientes :
también lo son aunque sea en algunas partes de España; de igual
manera que hay otros que sólo son usuales en ciertas regiones o
r América España
países de América. f
almuerzo comida
apartamento plSO
Otros especialistas, más eclécticos, piensan que deben ser 1 apurarse apresurarse, darse prisa
¡
considerados americanismoSias voces de uno y otro grupo, pero bravo 1 enojado enfadado
-nos preguntamos- ¿los 'regionalismos americanos' (voces de 1 carro* coche
reducida difusión espacial) son también 'americanismos '? Como se !
¡
cachete mejilla
ve, no es fácil zanjar la cuestión, razón que ha llevado a ciertos ' chequera talonario de cheques
lexicógrafos a proponer que en lugar de diccionarios de cocinar cocer
americanismos y de otros -ismos (mexicanismos, venezolanismos, 1 comida cena
conserje portero
etc.), se elaboren diccionarios generales que registren, en lo
demorarse tardar
posible, todo el vocabulario usual de un determinado país, sea cual desempleado parado
sea el origen de cada palabra y su difusión en el mundo hispanoha- dirección señas
blante44.
1
~
44 't
f
el Diccionario del habla actual de Venezuela de Núñez y Pérez (1994). Sobre
El proyecto más avanzado, hasta donde sepamos, es el del Diccionario del el punto de los diccionarios, véase Hacia un nuevo dzccwnano de
español de México, coordinado por Luis Fernando Lara, proyecto del que americanismos en López Morales 1998, págs. 175-184.
han salido el Diccionario jimdamental del español de México (Fondo de 45
Cultura Económica, 1982), el Diccionario básico del español de México (El Marcamos con un asterisco pospuesto las palabras que el Diccionario de
Colegio de México, 1986) y el Diccionario del español usual en México {El .¡; la Real Acadenria considera americanismos. Nótese que hacemos una
Colegio de México, 1996). Otro diccionario que, en cierta medida, se ' comparación sobre la base de lo que es más general, por ello puede ser que
inscribe en esta óptica pero a una escala mucho menor que los mexicanos es algún lector no esté de acuerdo respecto a uno u otro vocablo por la
experiencia del uso de su propio dialecto.
448
449

- -- -
Biografía de una lengua
Enrique Obediente Sosa

durazno melocotón
echar/poner gasolina repostar
modalidades, en conjunto, constituyen ese gran sistema conocido
estampilla sello universalmente como español. Hay que resaltar, además, que las
fósforo cerilla d1ferenc1as entre la lengua usual en Europa y la americana se han
jugo zumo ido atenuando en los últimos años gracias al intenso intercambio
lindo bonito cultural que existe entre ambas partes: la literatura, el cine y ]a
manejar* conducir televisión están desempeñando un importantísimo papel en la
manubrio manillar nivelación lingüística del español, sin que esto signifique un
media* calcetín abandono o desprecio por el propio color local.
papa patata
pararse* levantarse, ponerse de pie
pelear reñir 6. MUESTRAS DE ESPAÑOL AMERICANO
pena* vergüenza
plomero fontanero
suéter* jersey
Además de las ya dadas en otros capítulos, presentamos
tomar beber
aquí algunas muestras del español escrito no literario procedentes
vidriera escaparate del período colonial, y otras de la lengua literaria moderna que
reflejan el español hablado en los países de donde son oriundos los ·
autores; finalmente, un segmento de transcripción de habla real46•
A esta lista podemos agregar formas que sólo son distintas,
respecto a las usuales en el español europeo, por el lugar d~J A) Fragmentos de documentos de la época colonial procedentes de
acento, siendo las más comunes (s1 no las umcas) las s1gmentes. la actual Venezuela (en nada diferentes, por lo demás, de los
escritos en otros territorios americanos y de los producidos por las
América España mismas fechas en España). Se trata de: 1) un informe oficial de un
funcionario ciertamente culto; 2) una carta particular de un
chofer chófer emigrado andaluz a su esposa residente en Sevilla (ambos del siglo
várice varice XVI); 3) finalmente otro, más tardío (finales del XVIII): un
video video pasquín que esclavos negros hicieron circular en Caracas. Los tres
documentos están tomados de E. Rojas (comp. y ed.), 1999, rv.
Venezuela, números 2, 4 y 22, respectivamente.
* * *
A pesar de las diferencias señaladas (fonéticas, morfosintác- 46
Para muestras de habla, ver los distintos coqms recogidos para el proyecto
ticas y léxicas), la modalidad americana, conform~da por d¡versas multinacional Estudio del español hablado culto, proyecto auspiciado por la
variedades es eso una modalidad de una !lllsma y umca lengua, de Asociación de Lingüistica y Filología de América Latina (ALFAL). La
manera an~Joga a'lo que encontramos en España. Ambas grandes muestra que reproducimos está tomada de Carmen L. Domínguez y Elsa
Mora (coords.) 1998, págs. 149 y 165.

450 451
~yUUUUUUUU~~~~~~~~~~~~
. Biografía de una lengua Enrique Obediente So·sa

1) Carta que envía Andrés de Villacorta, teniente de alcaide de la hecho por su hermano por el tiempo pasado [... ) no se
fortaleza de Cumaná, participando a las autoridades de Cubagua hescusa a ninguna manera que no traigais vna libra de
la destrucción de dicha fortaleza por un terremoto (Nueva Cádiz, ~afran [...) visto esta presente vuestra merced me hara
1º de septiembre de 1530). merced vn dia despues aber rre~ebido estas de yr en
debosion en romeria a nuestra senora de otrera [...]
[... ) oy jueves primero de setiembre de mill y quinientos
y treynta años a ora de las nueve se levanto la mar de
tal manera ques cosa milagrosa a los que la vieron y esto 3) Pasquín que circuló en Caracas (8 de mayo de 1790)
dentro desta tierra donde estaba situada esta fortaleza
y con ello dio vil bramido la mar y tenblo la tierra en que desgrasias, que de llantos. que de muertes. Ce Ace
tres vezes media ora y abriese por muchos lugares y con saver al publico como hestamos citados para que la Real
el tenblor cayo esta fortaleza hasta los ~imientos hagolo cedula que a Benido de Su Majestad a favor de nosotros
saber a vuestras mer~edes todos para que en nombre del los hesclavos ce publique Mas a fuersa que con boluntad
Rrey les rrequiero provean gente y armas y lo que de los blancos y de la Real audiencia cin señalar dia ni
mucho conviniere para sustentar esta tierra donde no yo hora. A pesar de todos los blancos y blancas de hesta
hare [sic]lo que soy obligado hasta la muerte y vuestras Ciudad de Caracas.
mercedes hagan el socorro-con brevedad [... )

B) Textos literarios
2) Carta de Agostino a su mujer Ana de Santiago en Sevilla
(Borburata, 23 de enero de 1564). 1) En la sombra flotaba el aliento de José Ramón,
los brazos de José Ramón, las manos de José Ramón.
[... ]le podreis dezir de mi parte y mustrarle hesta carta ~Van a venir, José Ramón. Que van a venir.
que si hel biene que hautes que sean dos años podria ~No, Rosita, no. No seas así. No seas maluca. No
dar de comer a su hermano y haun a su padre. [... ].e si Rosita. Un ratico no más.
acaso ni uno ni otro destos dos quisiesen benir rrogar a Le sentía el aliento sofocante sobre los ojos,
pedro de la puente vuestro cunado que hos quiera dar sobre los oídos, llenando la sombra.
a Joan su criado porque hos acompane u hos sirba e ~Déjeme quieta, José Ramón. Por vida suya. Déjeme
quando todo hos faltare buscar un moso donde quiera quieta. Mire que voy a gritar. Voy a gritar.
por alli que benga con bos. [... ) yo rrogare al señor ~Rosita, si yo te quiero. Y o es que te quiero, Rosita.
francisco de arra~ayn por mis cartas que able a tos esos ~Suélteme.
otros señores de mi parte e que hos faborescan aquel
~Rosita.
que pudieren. Cierto querría hescnbir a todos particular-
~Suélteme. Fresco. ¡No me toque! ¡No me toque!
mente pero no puedo a causa que no ay papel en esta
~Rosita. Rosita linda.
tierra [... ]. yo hube vna nueba en las yslas que no me
contento mucho que me dezian que francisco ramos ~¡Suélteme! No me apurruñe. Me está ahogando.
estaba en la caree! en lisbona por vna fian~a que abia Las dos caras sudorosas se tocaban. Jadeaban.

452
Biogt'afia-de una lengua
Enrique Obediente Sosa·-

Hablaban. sigilosamente entre el jadeo..


-Una especie de manía mosaica. Te la pasás bajando del
-Jesús, José Ramó-n. No.
Sinaí.
No oía la voz del hombre. Lo sentía multipli-
-Me gusta -dijo Oliveira- que las cosas queden siempre
cado, inmenso.
lo más claras posibles. A vos parece darte lo mismo que
-No. ¡Puaj! Esa boca le sabe a puro aguardíente y a
en plena conversación Gekrepten intercale una historia
tabaco en rama. ¡Suélteme! ¡No me muerda! absolutamente fantasiosa de un dentista y no sé qué
-Ay Jesús. No. Eso no. pollera. N o parecés darte cuenta de que esas irrupcio-
Se debatía con fuerza. Asfixiadamente. nes, dísculpables cuando son hermosas o por lo menos
-No, negrita. ¿Qué fue? Un ratico nada más. inspiradas, se vuelven repugnantes apenas se limitan a
-No. Eso no. escindir un orden, a torpedear una estructura. Cómo
Era entre ahogo y llanto. hablo, hermano. (Julio Cortázar (1914-1984), Rayuela,
-Ya está bueno, José Ramón. Y a está bueno. Déjeme. 1963)
-Quietecita, mi amor, quietecita. Si no pasa nada.
Calladítos así. Calladítos. Sabroso. (Arturo Uslar Pietri
(1906), "La noche del rabopelado" en Treinta hombreS y 3) ¡Diles que no me maten, Justinol Anda, vete a decirles
sus sombras, 1949) eso. Que por caridad. Así diJes, que lo hagan por
caridad.
maluca: mala -No puedo. Hay allí un sargento que no quiere oír
apunuñar. apretar, manosear hablar nada de ti.
-Haz que te oiga. Date tus mañas y dile que para sustos
ya ha estado bueno. Dile que lo haga por caridad de
2) -¿Todo eso te sucedió? -dijo Oliveira. Dios.
-Oaro -dijo Gekrepten-. ¿No ves que se lo estoy -No se trata de sustos. Parece que te van a matar de a
contando a Talita? veras. Y yo ya no quiero volver allá.
-Son dos cosas distintas. -Anda otra vez. Solamente otra vez, a ver qué consigues.
-Ya empezás, vos. ~No. No tengo ganas de ir. Según eso, yo soy tu hijo. Y,
-Ahí tenés ~le dijo Oliveira a Traveler, que lo miraba si voy mucho con ellos, acabarán por saber quién soy y
cejijunto-. Ahí tenés lo que son las cosas. Cada uno cree les dará por afusilarme a mí también. Es mejor dejar las
que está hablando de lo que comparte con los demás. cosas de este tamaño.
-Y no es así, claro -dijo Traveler-. Vaya noticia. -Anda, Justino. DiJes que tengan tantita lástima de mí.
-Conviene repetirla, che. N omás eso diles.
-V os repetís todo lo que_ supone una sanción contra Justino apretó los díentes y movió la cabeza
alguien. díciendo:
-Dios me puso sobre vuestra ciudad -dijo Oliveira. -No.
-Cuando no me juzgás a mí te la agarrás con tu mujer. Y siguió sacudíendo la cabeza durante mucho
-Para picarlos y tenerlos despiertos -díjo Oliveira. rato.
-Dile al sargento que te deje ver al coroneL Y cuéntale

454 455
Enrique Obediente Sosa
Biografía de una lengua

lo viejo que estoy. Lo poco que valgo. ¿Qué ganancia del día, de dos de la tarde a.:. cinco y media, seis de la tarde, y
sacará con matarme? Ninguna ganancia. Al fin y al cabo nos mandaban aquellos trabaJonones y... ay, no jotra era fuerte
él debe de tener un alma. Dile que lo haga por la a nú me costaba mu,cho esfuerzo, entonces yo saq~é todas la~
bendita salvación de su alma. materias en e:'-!'añol, primero, ¿porqué? por el horario ... ¿ve?,
Justino se levantó de la pila de piedras en que que me pemutra entonces llegar a cocinar y ...
estaba sentado y caminó hasta la puerta del corral. Inv.: Ciaro. .
[... ]
Luego se dio vuelta para decir:
Inv.: Y era el fin de semana para ustedes.
-Voy, pues. Pero si de perdida me afusilan a mi
Hab.: Y~ era el fin ... con n~osotros, agarrábamos y nos íbamos para el
también, ¿quién cuidará de mi mujer y de los hijos? .
paramo, o nos acostabamos aquí ... a ver televisión ... o nos íbamos
-La Providencia, Justino. Ella se encargará de ellos.
para Jají... o nos íbamos p~ra Tabay, o nos íbamos para la finca,
Ocúpate de ir allá y a ver qué cosas haces por mi. Eso
pero siempre juntos, ya cuando N. empezó a crecer (<no que yo
es lo que urge. (Juan Rulfo (1918-1986), "Diles que no
no voy porque... >J, entonces nos íbamos los dos. Pero él nunca me
me maten" en El llano en llamas, 1953)
faltó e.n ese aspecto.
Inv,: Las marramucias las hacía pero en el día.
47
Hab.: Pero entre semana, ay, entre semana era un vagabundo. Decía
C) Muestra de habla una señora de se:rvicio que yo tuve ('uy, ese esposo suyo sí es
vagabundo» [[risas]] Sí... y que éL. a mi no me faltaba nada en
Hab.: ... el primer semestre eso fue ... como ... como que si no hubiera ... mi casa.
como que si yo ... no estuviera estudiando, o sea, a mí no me
[...]
costó, no me costó en lo absoluto, no tuve necesidad de
amanecer, pero cuando empecé Inglés, no joda... marramucia: cochinería, acción baja o grosera
Inv.: ·Ahí empezó lo bueno ...
Hab.: Coño, ahí tenía yo que estudiar... día y noche ¿oyó?, porque
empezando que mandan un ... muchísimos trabajos, segundo que
yo ... este ... de lo que me acuerdo es de bachillerato ... del
vocabulario más que todo, de gramática no, y exigen mucho de
gramática, de Inglés, y e ... y entonces yo estaba ... me costaba
mucho, hab ... tenía que estudiar mucho, me me esforzaba mucho
¿ve?, con todo y con eso la llevaba con dieciséis, y era baja la
nota, para mí era baja ...
Inv.: Sí, y mucho esfuerzo ...
Hab.: Sí, y era mucho el esfuerzo que tenía que hacer y entonces ...
este ... y tenía que... y tenía clases a las siete de la mañana a doce

47 El hablante es una mujer de Mérida de Venezuela de 41 años, secretaria,


con estudios uníversitarios incompletos.

456
HISTORIA DE LA LENGUA
ESPAÑOLA EN AMÉRICA

JUAN SÁNCHEZ MÉNDEZ


Universitat de Valencia

tlrant lo blllanch
Valencia, 2003
UNIVERSIDAD DE SEVILLA
rae. Filología· Biblioteca
'" n,

16
Juan Sánchez Méndez

cios. El uso que cada uno hace de ese legado común nunca debe
convertirse en algo que nos separe. No nos referimos a la
unidad de la lengua o su temida fragmentación a laque muchos
han dedicado brillantes páginas, sino a la tolerancia hacia el
otro y sus diferencias, tan legítimas como las nuestras. Como
veremos a lo largo de estas páginas, a pesar de las diferencia que Primera Parle
han escandalizado a unos en pro de la unidad idiomática o que INTRODUCCiÓN
otros han potenciado en busca de una pretendida identidad, se
mantiene por encima de todo una unidad que, lejos de ser
monolítica, es variada, flexible, amplia y rica en variedades y
1. CUESTIONES GENERALES SOBRE LA EVOLU-
formas que, por paradójico que pudiera parecer, pertenecen a
una tradición común, a una historia conjunta que nos une en
CIÓN DE LA LENGUA ESPAÑOLA EN AMÉRICA
lugar de separarnos a través de los siglos. No existe hasta el momento ningún estudio que se haya
ocupado de la historia del español de América de modo global.
Esto no quiere decir que la diacronía de la lengua en el Nuevo
Mundo no haya interesado a numerosos investigadores desde,
Juan Sánchez Méndez al menos, finales del siglo XIX, si bien, el auge de los estudios
de índole histórica se desarrollará a partir de la segunda mitad
Universitat de Valencia
del siglo :XX.
La mayoría de los trabajos y estudios históricos, algunos de
gran valor, se ha centrado siempre en aspectos parciales de la
evolución lingüística: bien en el Oligen y desarrollo de determi-
nados rasgos, bien en la historia de la lengua en determinadas
,
'"
1 regiones del continente. Todos ellos hacen posible esbozar un
panorama general de los principales hitos y hechos que carac-
I terizan el devenir histórico de la lengua en América. Pero,
lamentablemente, no es posible en estos momentos sintetizar
conclusiones a partir de estudios diacrónicos que nos permitan
entender la evolución lingüística de Hispanoamérica en sus
detalles, ya que la misma visión general adolece a veces de
carencia de datos sobre algunas zonas, por lo que han de ser
inferidos a partir de lo que conocemos del estado actual de la
lengua y de los dispersos hechos que nos vienen del pasado.
Mientras hay algunos países como México o Argentina que
cuentan con abundantes estudios de índole histórica, otras
zonas apenas han comenzado a presentar investigaciones con-
18 Juan Sál1chez Mél1dez 19
Historia de la lengua espail01a en América

cluyentes en época reciente, como Puerto Rico. Pero para el zaron a aparecer hasta mediados del siglo xx. Aunque eran
resto de regiones contamos sólo con una vaga descripción otros los intereses que en ese momento acuciaban a la investi-
aproximativa, cuando no inexistencia total de estudios. Por lo gación y dejaban en un segundo plano la evolución histólica,
tanto, el lector encontrará inevitables lagunas en la exposición dos fueron, principalmente, las razones que impidieron no sólo
de todo lo que sigue, que están a la espera de un estudio la elaboración de un estudio totalizador del espaüol americano
científico exhaustivo que arroje luz sobre estos y otros proble- (cfr. G. de Granda, 1994, 17-18), sino también la investigación
mas de la historia de la lengua en América. histórica de muchos de sus aspectos: por un lado, el gran
Adoptaremos un criterio y punto de vista general (a veces desconocimiento, hasta mediados del siglo XX, de la realidad
demasiado general por la escasez de datos) en detrimento de lingüística americana. Basta revisar la bibliografía existente
detalles concretos de importancia, cuyo desconocimiento, a hasta ese momento para comprobar que gran parte del esfuer-
falta de ser estudiados, nos obliga a actuar con cautela a fin de zo de la investigación estaba centrado en el estudio de los
evitar imprecisiones y falsedades. Sin contar con estudios de principales rasgos que definían al español de América
seguimiento exhaustivo de aspectos lingüísticos y de reooiones globalmente. Como veremos más adelante, apenas aparecían
enteras particulares, sólo podemos servirnos de obras de ~lcan­ consideraciones diacrónicas como centro de interés, si no era
ce general que se apoyan muchas veces en observaciones para apoyar o rechazar determinadas características. Por otro
parciales. Por lo tanto, este libro pretende ser más una intro- lado, la investigación estaba condicionada por la inadecuación
d~cci?n a la historia de la lengua española en América que una o carencia de fl.lentes apropiadas para el estudio de la evolución
hIstoria en sÍ. Nuestro principal objetivo, más que el de intentar de la lengua en el continente. Hasta época muy reciente no han
abarcar todos los aspectos posibles, ha consistido en una comenzado a publicarse creptomatías que ofrecen transcrip-
sistematización y ordenación de lo que sabemos hasta ahora l. ciones de documentos coloniales suficientemente fiables.
El hecho de que la historia de las distintas variedades america- Podemos seüalarcuatro etapas en la investigación diacrónica
nas del español (y a veces las variedades mismas) sea en del espaüol americano a lo largo del siglo XX (B. Fontanella,
ocasiones poco y mal conocida invita a la prudencia. 1992). La primera llega hasta la década de los aüos 60. Durante
Si bien las consideraciones diacrónicas de diversa índole este tiempo los trabajos estaban más centrados en la discusión
sobre el español americano aparecen desde el primer momento de distintas teorías sobre el origen de diversos fenómenos más
en los trabajos del gran filólogo colombiano Rufino José Cuer- o menos generales que caracterizan el español de América que
vo, con el que se inicia en propiedad el estudio científico del en su evolución en sÍ. Tres fueron las principales posiciones que
español en América, los estudios de perfil histórico no comen- se expusieron, de las cuales las dos últimas originaron una
apasionada y agria discusión que ocupó varias décadas de
réplicas y contrarréplicas entre ilustres lingüistas. Esto, en
última instancia, manifestaba la ausencia de una documenta-
El Proyecto Coordi11ado para el Estudio Histórico del Espmlo[ de América ción exhaustiva que arrojase luz sobre los problemas aborda-
de la Asociación de Lingüística y Filología de América Latina (ALFAL) dos. Tan urgente se hizo conocer el origen de los principales
pretende llenar las lagunas existentes a través de trabajos realizados rasgos del español americano y tan contrastadas -y enfrenta-
d~sde las distintas zonas y la confrontación sincrónica y diacrónica de las
dIversas variedades americanas a fin de ofrecer un estudio global de
das- fueron las hipótesis vertidas al respecto que se abandonó
todos los aspectos implicados. casi por completo toda aquella investigación de la historia del
20 Juan Sál1chez Mélldez Historia de la lel1gua espafíola en América 21

español americano que no guardase relación con la etapa de últimas teorías, pero a medida que la documentación, tanto
orígenes. americana como peninsular, iba arrojando luz sobre el tema, la
investigación fue decantándose cada vez más hacia los argu-
La primera de las posiciones teóricas sobre el origen de los
mentos andalucistas, si bien con importantes matizaciones que
fenómenos más característicos de las modalidades americanas
fue postulada por R. Lenz, quien, a principios de siglo, sostuvo veremos más adelante.
que los rasgos más característicos del español de Chile podrían Tal predilección por la defensa de estas teorías dio frutos
deberse a influencia de substrato indígena. Esta hipótesis fue muy provechosos y no sólo avanzó en nuestro conocimiento
seguida con entusiasmo por otros lingüistas en un momento en sobre unos tiempos cruciales e importantes de gestación de las
el que las teorías de substrato comenzaban a aplicarse modalidades americanas, sino que estimuló el avance en otros
sistemáticamente entre los romanistas para explicar la frag- campos de interés (como los estudios demográficos sobre la
mentación lingüística de la Romania y las caracteristicas más colonización en la primera centuria en América) y abrió nuevas
sobresalientes de algunos romances. América se había conver- vías de investigación, que, en conjunto, configurarán el estadio
tido en el campo de experimentación ideal en el que transplantar siguiente.
las teorías más importantes sobre la fragmentación del latín A fines de la década de los sesenta se inicia una segunda
para ver cómo operaban en la diversificación del castellano. etapa caracterizada por monografías y trabajos aislados limita-
Esta teoría fue abandonándose poco a poco a medida que dos a un lapso temporal corto y a una zona poco extensa,
aumentaba el conocimiento de la realidad dialectal hispánica. generalmente para tratar en profl.l11didad algún problema lin-
A su vez, el centro de interés se fue desplazando hacia otros güístico específico basándose en un rico corpus de documen-
temas, como el del origen de los principales rasgos del español tos. Una investigación ejemplar en este sentido fue la de OIga
americano (seseo, yeísmo, confusión de líquidas, etc.). Cock Hincapié (1969), sobre el origen y evolución del seseo en
La segunda teoría a la que se han adherido numerosos Colombia. Lo importante de los estudios que se desarrollan en
investigadores de prestigio (Wagner, Menéndez Pidal, Lapesa, esta época es que tienen en común el haber utilizado documen-
etc.) sostiene que la génesis de la mayor parte de los rasgos tos contemporáneos a los hechos para analizar y seguir en
generales del español americano se d<,;be al influjo que los profundidad la evolución de un determinado rasgo (fonético,
andaluces y gentes venidas de otras regiones meridionales de la morfológico o sintáctico) en un período limitado mediante la
Península y Canarias tuvieron en la conformación de las diver- utilización de una rigurosa metodología lingüística.
sas hablas (teoría andalucista). Frente a esta teoría surge
A partir de la década de los ochenta empieza una nueva etapa
contemporáneamente otra completamente opuesta, denomi- en la investigación de historia de la lengua española en Améri-
nada teoría poligenética, en la que destacan otros notables ca. Junto con la continuación de estudios específicos, comien-
lingüistas como P. Henríquez Ureña o D. Alonso. Para estos zan a aparecer importantes contribuciones referidas a la tra-
autores los rasgos más destacados del español americano se
yectoria total y plurisecular de la lengua en todos, o en muchos
debieron a un desarrollo independiente al margen de las len-
de sus niveles, en varios territorio más o menos amplios: por
guas indígenas y del andaluz. Las similitudes de muchos de ejemplo, Puerto Rico, estudiado magistralmente por M. Álvarez
estos rasgos con los meridionales de España se debieron en Nazario (1982 y 1991); Quesada Pacheco (1992) para Costa
todo caso a un desarrollo paralelo, no a una influencia directa. Rica; Tucumán, en el Noroeste de Argentina, investigado en
Hasta los años sesenta siguió debatiéndose en torno a estas dos profundidad y con rigor por E. Rojas (1985); la zona bonaeren-
22 Juall Sállchez Mél1dez Historia de la lengua espail0la eH América 23

se de la que se ocupó exhaustivamente B. Fontanella o el un novedoso marco teórico del que hablaremos más adelante,
estudio de J. Sánchez Méndez, para Venezuela y Ecuador ha venido publicando diversos artículos, agrupados en 1994, en
(1988). Estos trabajos se caracterizan por apoyarse en un los que trata con rigor la formación y evolución de las varieda-
riquísimo acopio documen tal y la mayoría constituye modelos des americanas. No hemos de olvidar el importante y volumi-
de construcción histórica rigurosa y completa. El hecho de que noso conjunto de trabajos editado por César Hernández (1992),
se trate de estudios globales permite tanto la visión de conjunto en el que se recogen contribuciones de diferentes autores, que
de la evolución de los distintos fenómenos lingüísticos como la permiten una valiosa visión de conjunto sobre la evolución
comparación fyuctífera entre diversas zonas. histórica Y la situación actual de la lengua en los distintos
Junto a estos trabajos siguieron apareciendo a lo largo de la países.
década de los ochenta y noventa otros estudios más limitados Asimismo, se han multiplicado los esfuerzos para paliar la
en el espacio y el tiempo, como, el de A. García CmTillo (1988) escasez de fuentes documentales transcritas de forma rigurosa
para México en el siglo XVI, el de Eva M" Bravo (1987) para la y fiable, como la importante colección de documentos colonia-
Audiencía de la Guadalajara en el siglo XVII, el de Luis Choy les Mexícanos de Concepción Company o el proyecto aprobado
(1999) para el español de Cuba en el siglo XVI. Otras investiga- en 1987 de la Asociación de Lengua y Filología de América
ciones se han centrado en un solo autor, como el estudio Latina (ALFAL), Proyecto coordinado de estudios de la historia
imprescindible de J. M. Lope Blanch (1985) sobre el habla de del espafiol de América, que ya ha publicado dos volúmenes de
Diego de Ordaz (que a varios años de su primera publicación transcripciones de documentos de toda la América colonial.
constituye un modelo por su rigor metodológico), o en una Por otro lado, los problemas generales para el estudio
determinada obra en la que aparece una voluntad lingüística diacrónico del español de América, la periodización de su histo-
digna de estudio para conocer el estado de lengua en la época ria, los puntos concretos que quedan pendientes de explicación
en la que esa obra se escribió, como, por ejemplo, el de M.
satisfactoria, etc. han sido tratados y señalados, entre otros, por
Román (1994) sobre el ilustrado dominicano Peguero. G. L. Guitarte (1991), W. Roth (1986), J. Lüdtke (1998), M. Alvar
En la década de los años noventa se inicia la cuarta etapa. (1996) o R. Lapesa (1996), quien plantea importantes cuestiones
Aunque necesariamente de modo esquemático, comienzan a pendientes para describir adecuadamente la evolución de la
aparecer trabajos que presentan la totalidad de los procesos y lengua en el continente, a la vez que muestra los pm-ámetros
tendencias evolutivas que han dado lugar históricamente a la desde los que encauzar esta investigación. Por su parte, J. A. Fraga
constitución del español de América. A la vez, parten de un (1999) ha dedicado también un extenso estudio a la historia del
nuevo enfoque teórico en el que insertar los hechos basado en español de América, en el que se ocupa, principalmente, de las
la aplicación de los modelos de la sociolingüística y la antropo- influencias regionales y de otras lenguas en la conformación de
logía para hablar de amplios procesos de koinización y las distintas hablas americanas.
estandarización, que, mediante el diferente cumplimiento de Todo este esfuerzo, producto del interés creciente por el
ambos en las áreas americanas, se constituyen en la raíz desde tema desde la década de los ochenta, nos permite establecer un
la que explicar las distintas modalidades. En 1992 aparece el marco general desde el que diseñar las líneas generales que han
importante manual de B. FontanellaEI español de América, que guiado la historia del español en el Nuevo Mundo desde 1492
dedica aproximadamente la mitad de su libro a la evolución hasta la época moderna. A ello dedicaremos las siguientes
histórica de la lengua. Paralelamente, G. de Granda, dentro de páginas.
24 Juan Sdl1chez Mél1dez Historia de la lengua espail01a en América 25

2. PERIODIZACIÓN DE LA HISTORIA DE LA LEN- etapas clásica y moderna del español general), por lo que su
GUA ESPAÑOLA EN AMÉRICA segmentación en períodos supone muchas veces un «hilar
fino», de ahí la falta de unanimidad proyectada en diversas
2.1. Introducción propuestas de clasificación a la luz de las diferentes teorías que
explican la configuración del español americano.
Aunque hay buenas razones metodológicas para dividir la
historia interna y eterna de una lengua en períodos, el proceso No obstante, la propia historia de la lengua en América
del cambio lingüístico es en sí mismo imperceptible y continuo. contiene unas características en su evolución que facilitan y
La segmentación de este continuo histórico tiene siempre un justifican su segmentación, como son:
componente de arbitrariedad con el que cada estudioso proyec- 1. El hecho de tratarse de una lengua transplantada, utiliza-
ta su propio modelo de segmentación. Sin embargo, es fácil
da por distintos grupos con una variada gama de usos lingüísticos
percibir que las lenguas cambian más deprisa en unos períodos y dialectales en un nuevo espacio y una nueva sociedad que han
que en otros debido a multitud de factores que en cada momen- de construir, lo que da razón de una especial complejidad
to conviene precisar. Hay una ilusión de discontinuidad moti-
sociolingüística;
vada en la coincidencia de estos factores, como, por ejemplo,
los huecos en la documentación histórica entre diversos perío- 2. La distinta evolución lingüística, histórica y social de cada
dos o la relativa estabilidad de las lenguas literarias a través de una de las nuevas variedades que se van formando en la
porciones muy largas de tiempo. Además, marcar segmentos inmensidad americana a medida que se cumple su consolida-
discretos en el cOl1til1uum histórico tiene la utilidad de hacer ción;
aprehensible la evolución misma de los hechos lingüísticos y la 3. Las diferentes situaciones de lenguas en contacto;
contextualización apropiada para cada una de las etapas que se
van cumpliendo. 4. Los deseos de reivindicación de los patrones propios en
detrimento de los generales o la adscripción a una tradición
Por su parte, la división en etapas de la historia del español cultural distinta contrapuesta a la común, motivada por anhe-
en América presenta algunas particularidades que conviene los de independencia lingüística. Si admitimos que los hechos
tener presente. No es lo mismo establecer una segmentación en externos al sistema lingüístico inciden sobre los hechos inter-
periodos en un corte temporal amplio que en otro relativamen- nos del propio sistema, también podemos admitir que las
te corto, como es el del español del Nuevo Mundo. La división especiales circunstancias históricas de todo tipo que se imbrican
en períodos concretos de la evolución lingüística que lleva, por en el español llevado a América desde 1492 tendrán una
ejemplo, desde el latín vulgar hablado en la Península hasta los incidencia mucho más profunda en su distinta configuración
romances modernos actuales ofrece un lapso temporal lo que, por ejemplo, en la Península.
suficientemente largo como para descubrir en él «etapas» más
o menos delimitadas, ya que en cada caso el contexto histórico,
social, cultural y lingüístico cambia considerablemente. De
esta manera podemos percibir claramente las diferencias entre
la etapa de romanización, prerromance, medieval, clásica y
contemporánea. Sin embargo, la historia del español en Amé-
rica tiene quinientos años (que corresponderían sólo a las
26 Juan Sál1chez !v1élldez Historia de la lel1gua espwlola en América 27

2.3. La propuesta de Guillermo Guitarte


Cuenro Período colonial Independiente
Sobre las dos etapas distinguidas por Cuervo, Guillermo
Guitarte Orígenes Florecimiento del Peaje u la Época Estado actual
mundo colonial época inde- indepen- Guitarte (1979/83) estableció cinco etapas más precisas que
pendiente diente ayudaban a entender y contextualizar mejor los diversos esta-
Fraga
dios de la historia del español americano. Su propuesta gozó de
Tres de las principales propuestas de periodización gran aceptación, si bien ha sido matizada y modificada después
a la luz de las nuevas teorías que han aparecido en la actualidad.
Guitarte establece cinco períodos que comprenden tres etapas
2.2. La propuesta de Cuervo y dos lapsos de transición entre ellas. Resumiendo su trabajo,
el autor distingue los siguientes períodos:
La primera división de la historia del español americano la
ofreció el lingüista colombiano Rufino José Cuervo, iniciador 1) Orígenes y f017naciól1 del espafiol americano (1492 hasta
de los estudios lingüísticos sobre el español de América. Cuervo las conquistas de México y Perú en 1519 y 1531 respectivamen-
distinguió dos grandes etapas que denominó colonial e inde- te). Abarca el lapso en que los dominios castellanos en América
pendiente. Para dichas etapas estableció criterios distintos de se reducen a las islas y costas meridionales del Caribe. Esta
los meramente políticos, pues la etapa colonial abarcaba hasta etapa se caracteriza por el transplante del español al Nuevo
casi finales del XIX, mucho después de la independencia de las Mundo por medio de gentes venidas de distintas regiones
distintas repúblicas americanas. En la época colonial se produ- dialectales peninsulares y su adaptación a las nuevas tierras y
jo la adaptación del castellano a la nueva realidad (su circunstancias, lo que da lugar al surgimiento de una nueva
americanización propiamente dicha), a la vez que con el tiem- modalidad ultramarina en la que ya aparecen las característi-
po se producía su distinta configuración regional según las cas propias de lo que podríamos denominar español america-
diversas circunstancias históricas que actuaron en cada zona y no. La importancia de este período radica en que encien-a la
su desarrollo dentro de una tradición cultural y lingüística clave para entender la singularidad del español americano.
común a todas, que era España. En la época independiente, Otros autores, como Boyd-Bowman (1956), lo denominan
después de cuatro siglos, el español de cada área americana ya etapa antillana, que Guitarte rechaza por su exclusivismo
había alcanzado y consolidado sus rasgos definitorios y los geográfico y no temporal.
centros de influencia cultural y lingüística serán distintos para Durante este período la lengua se acomoda a las nuevas
cada república, lo que permite la creación de distintas normas circunstancias y este español, ya americanizado, será el que se
hispánicas dentro de una tradición común. Esta tradición se expanda por el continente en las siguientes décadas. En su
consolida en este período de acercamiento a una norma culta acomodación será decisiva la confluencia de hablantes de
compartida por todos, frente a los intentos de escisión y las distinta procedencia dialectal y la nivelación lingüística que
fuerzas centrifugas del convulso y apasionado siglo XIX ame- lleva a la creación de una modalidad colonial del castellano
ricano. como resultado de un proceso de selección y simplificación. En
esta nivelación destacaron los andaluces, mayoritarios. En la
siguiente época de expansión continental la nueva vmiante
amerícana pasará del Caribe al continente, donde tendrá que
28 Juan Sál1chez Mél1dez Historia de la lengua espail0la en América 29

convivir con otros modos de habla no meridionales llegados bién supone el surgimiento de la cultura propiamente hispano-
con las oleadas migratorias procedentes del norte y centro americana, manifestada, entre otras cosas, por la existencia de
peninsular. Esto explicaría la generalización de rasgos fonéti- una literatura desarrollada que seguirá los modelos y corrien-
cos típicamente meridionales, como el seseo, producto de esta tes artísticas de los grandes autores del Siglo de Oro español.
primera nivelación. Los primeros que utilizaron esta modali- Esta literatura, más hispánica aún que hispanoamericana, será
dad fueron «los isleños», primer tipo americano en el que se la base en la que cristalice la literatura propiamente americana
resuelve la cristalización de la cultura colonial. El lenguaje de fines del XVIII.
especial de estos isleños o «lenguaje de las islas» debió de 3) Peaje a la época independiente (último tercio del XVIII a
convertirse en marca de gmpo frente a los que se iban incorpo- primeros decenios del XIX). Es un período de transición
rando después, y fue el llevado a México y Perú, lo que explica marcado por la convulsión cultural y social que evolucionó
que los panamericanismos procedan en su mayor parte de este hacia la independencia de las distintas repúblicas. Esta etapa
momento. Las Antillas, por tanto, se convierten en el trampolín está dominada por la Ilustración americana, que, aunque más
de la conquista y, consecuentemente, de la expansión del breve que la española, fue de gran profundidad y sus conse-
español. Su importancia es tal que por sí solas conforman todo cuencias tendrán gran calado en la época siguiente. El ilustrado
un período histórico. hispanoamericano desarrollará un nuevo lenguaje, con el que
2) Florecimiento del mundo colonial (siglo XVI al último expresa una línea de pensamiento que trata de buscar su propia
tercio del XVIII). Este período describe la consolidación y el identidad. Por eso, no sólo será el maestro de los generales y
desarrollo del español como lengua de una sociedad colonial políticos que consigan la independencia, sino que también se
variada en la que interactúan factores de diversa índole y de constituye en el fundador propiamente dicho del pensamiento
gran complejidad sociolingüística. y la literatura hispanoamericana de la época siguiente.
La característica general a lo largo de esta etapa es el 4) Época independiente (siglo XIX). Constituye también otro
transplante cultural en el que, frente al período anterior, en que período de transición. El siglo XIX hispanoamericano es espe-
predominaba la iniciativa individual, ahora se impone el domi- cialmente convulso y rico en acontecimientos de todo tipo que
nio de los procesos institucionales que regulan el nuevo marco afectan a todos los órdenes de la vida, entre ellos el intelectual
de convivencia. Cada región indiana se distinguirá por su grado y el lingüístico. Junto a esto, se produce la hispanización de la
diverso de vinculación con España y con el resto, y en ambas mayor parte del territorio americano a la vez que nuevos y
orillas se irán concluyendo todos y cada uno de los cambios que numerosos contingentes migratorios colocarán al español en
caracterizan la inestabilidad del sistema en el Siglo de Oro. A la contacto con otras lenguas europeas, como, por ejemplo, el
vez que se va conformando la mayoría de los pueblos hispano- italiano.
americanos, los nuevos aportes migratorios y las nuevas co- Desde lo que nos interesa, el siglo XIX estará caracterizado
rrientes de repoblación, que introducen progresivamente la por una lucha y conflicto continuo entre los ideales de la época
lengua por el continente, van creando diferentes centros de colonial y los nuevos revolucionarios surgidos con la indepen-
prestigio lingüístico desde los que comienzan a irradiarse dencia. A su vez, cada país inicia una historia al margen del
rasgos lingüísticos más aceptados socialmente, en gran parte resto. En los intelectuales y en la sociedad americana
de origen castellano norteño. Además de la constitución de las decimonónica aflorarán de manera marcada muchos de los
distintas variedades lingüísticas americanas, el período tam- conflictos que ya fueron anunciados en la Ilustración y que
30 Jual1 Sál1chez Mélldez Historia de la lengua espai'iola eH América 31

ahora tratan de llevarse a sus últimas consecuencias. Por un españoles o americanos. Dicho de otra forma, la identidad
lado, surgen nuevos centros de prestigio lingüístico y americana no excluye, sino que necesariamente incluye la
estandarización en cada zona. Hay una consciente separación herencia peninsular, que en ningún momento subordina Amé-
del modelo peninsular que representa el paulatino aflorar de rica a España, sino que en todo caso une a todos los hablantes.
las características del español de América a modelos y estilos Por esta razón no es de extrañar que gran parte de los mejores
superiores de habla. A la vez que se acentúa la divergencia con gramáticos del español del siglo XIX sean precisamente hispa-
respecto a España, el aislamiento mutuo y la debilitación de la noamericanos como Bello, Baralt o Cuervo, en quienes es
tradición hispánica común fomentan divergencias análogas constante e! deseo de continuar un modelo culto de lengua al
entre los distintos países. que han de subordinarse todos, españoles y americanos.
Producto de la nueva situación social y política son los 5) El siglo XX. Una vez asumidas y encauzadas plenamente
planteamientos, apasionados muchas veces, procedentes de las consecuencias de la independencia, este último período
grupos adversarios a la norma hispánica común, que tratarán, supone el siglo de la integración, la tolerancia y el respecto por
aunque de forma dispersa y sin unas propuestas coherentes, de las diferencias de! otro dentro de un nuevo marco hispánico
establecer una norma lingüística propia de América o de cada común que, con e! transcurso del siglo, se irá consolidando y
nueva nación. Se trata de un proyecto de independencia lin- definiendo mejor. El modernismo inicia un reencuentro con la
güística que explica no sólo, en parte, los intentos de reforma tradición anterior a la de la independencia sin renunciar a los
ortográfica que no llegaron a prosperar, sino también la fútil y presupuestos propiamente hispanoamericanos. El sentido de
absurda idea de que se podían crear «lenguas nacionales», participación en la vida de una lengua común lleva a la creación
como «la lengua nacional de los argentinos» de finales del XIX de las distintas academias americanas de la lengua, concebidas
sobre la base de un lenguaje popular idealizado. Tras esta como parte integrante de la Real Academia Española. A su vez,
actitud se escondían graves y contradictorios conflictos inter- se consolidan las distintas normas del español de manera que
nos surgidos de una crisis de identidad que trataba de buscarse la norma común a todos los hispanos se verá enriquecida por
en los nuevos presupuestos ideológicos e históricos nacidos las particularidades (muchas menos de las que se cree) de las
con la independencia. Si la situación no fuese de por sí bastante otras normas legítimas. No hemos de olvidar, por otro lado,
compleja, hay que sumarle también la inclinación intelectual otros aspectos cruciales de este siglo, como la consolidación de
hacia otros modelos no españoles, como el francés, cuya una literatura brillante que será conocida a nivel mundial,
cultura y lengua deslumbró y entusiasmó a gran parte de la junto a los nuevos retos que impone la vida moderna: creci-
intelectualidad americana que se sustraía, así, al modelo espa- miento demográfico enorme, industrialización, cultura de
ñol. masas, el contacto e influjo del inglés de Estados Unidos, etc.
Por otro lado, el ideal de lengua colonial, lejos de desapare- Posteriormente, en otro trabajo Guitarte (1992) sintetiza
cer, será defendido con ahínco por otro grupo nutrido de estas cinco etapas en tres períodos:
intelectuales cuyo modelo de habla culta seguirá siendo el
a) Período de unidad como un todo en la época colonial, en
peninsular. Más que de apego a los modelos coloniales, lo que
el que el único centro del mundo hispánico era Madrid, con el
hay detrás de estos hombres es un temor a la fragmentación subcentro sevillano. América era zona periférica, cuyo modelo
lingüística y un deseo de salvaguardar la herencia y la lengua
lingüístico seguía siendo el de la Corte, difundido a través de las
común a todos los hispanos, independientemente de que sean
ciudades virreinales.
32 Juan Sál1chez Méndez Historia de la lengua espaiíola en América 33

b) Período de divergencia. Todo el siglo XIX. Se produce la Fraga (1990), sobre el modelo de Guitarte y aplicando
independencia de las distintas repúblicas americanas y se criterios sociolingüísticos a la investigación histórica, amplía
desarrolla un fuerte nacionalismo y una gran actividad intelec- este período de orígenes a una etapa mucho mayor, de un siglo
tual encauzada a la búsqueda de una nueva identidad. Se ymedio, que denomina etapa fundacional. Ese sería el lapso de
reduce la comunicación entre las distintas áreas, lo que condu- tiempo necesario para que quedasen configuradas básicamen-
ce a la evolución divergente de las distintas variedades ameri- te las principales modalidades americanas, que constituirán la
canas del español. Es también la época de intentos de escisión base de las siguientes adaptaciones y cambios según los distin-
lingüística y de reformas ortográficas. tos factores históricos que posteriormente influirán en su
evolución. La época antillana supone la primera nivelación,
c) Período de convergencia. El siglo XX. Aparición de las
Academias Asociadas de la lengua española, aparición de las presidida por el predominio de las formas andaluzas. En la
normas americanas y unidad de un modelo culto de lengua. Los siguiente etapa de expansión por el continente, esa lengua
andaluzada, americanizada en el caribe por la nivelación
modernos medios de comunicación de masas acercan entre sí
dialectal de los primeros colonos, pasa al resto de zonas
las distintas variedades y se hace más intensa la comunicación
entre los distintos países de habla española. americanas, en la que ha de convivir con modelos de habla no
meridionales que van llegando con las sucesivas oleadas
migratorias del centro y norte de España. Durante todo el siglo
2.4. Otras propuestas de periodización XVI se produce el asentamiento de los europeos en el continen-
te, se fundan ciudades, se establece y se mejora el sistema de
Las distintas matizaciones que ha recibido la clasificación gobierno colonial, basado en las cortes virreinales, las audiencias
de Guitarte, por lo demás aceptada en sus presupuestos bási- y las gobernaciones indianas. De esta forma, a mediados del XVII,
cos, se han centrado, sobre todo, en la primera etapa de ya están conformadas las diferentes variedades del español ame-
formación del español de América, que Guitarte circunscribe al ricano según la mayor o menor presencia de rasgos meridionales
período antillano. En general se destaca la brevedad del perío- o castellanos en su base y en su evolución posterior.
do que el autor maneja: demasiado breve para que aparezca
Por otro lado, otros estudiosos, como G. de Granda (1994),
una generación de hablantes nativos en esta nueva modalidad. señalan que la división que propone Guitarte es demasiado
A la vez, se señala que la aclimatación del español al Nuevo
historicista, esto es, da demasiada importancia a los hechos
Mundo, o su americanización, en las Antillas es la primera,
históricos externos al sistema en detrimento de los hechos
pero no la única.
lingüísticos internos, que quedan distorsionados o condiciona-
Las Antillas suponen el origen de una de las modalidades dos cuando se subordinan en exceso a los hechos históricos.
caribeñas del español americano, y su importancia radica no Aunque volveremos a tratar el tema en el apartado de la teoría
tanto en haber sido la primera como en el hecho de ser un de la koinización y estandarización, adelantaremos que Gran-
componente más (pero decisivo, pues explica la generalización da rechaza como primaria la dimensión socio histórica y propo-
de algunos de sus rasgos, como, por ejemplo, el seseo, en todas ne partir, como estructura básica para la segmentación histó-
las variedades americanas) en las siguientes nivelaciones rica, de una dimensión exclusivamente lingüística, según los
dialectales que se producirán en el continente y que serían el diferentes tipos de procesos lingüísticos que intervienen en la
origen del resto de las modalidades americanas. conformación de cada variedad americana, sin olvidar la di-
34 Juan Sál1chez Mélzdez

mensiónhistórica, pero subordinada ala primera. En este caso,


Granda señala una primera etapa amplia que llegaria hasta
mediados del siglo XVI, en la que un español koiné andaluzada
se difundiria por toda América. Después actuarian las oleadas
estandarizadoras, en unas regiones más que en otras, que irian
diluyendo los rasgos meridionales a medida que se incorpora- Segunda Parle
ban los rasgos norteños del castellano, más prestigiosos y ORíGENES DEL ESPAÑOL DE AMÉRICA
susceptibles de estandarizarse. (SIGLO XVI)
Por lo tanto, y resumiendo, no hubo un momento inicial en
la formación del español de América, sino varios de ellos, según
las distintas zonas de asentamiento de los colonos. En todo 3. PRINCIPALES LENGUAS Y PUEBLOS DE LA AMÉ-
caso, más que de un período determinado conviene hablar de RICA PREHISPÁNICA
un proceso que se extendió a lo largo del siglo XVI por todo el
continente. La etapa antillana es el origen de una de las 3.1. Introducción
modalidades del español de América, que, por ser la primera,
exportará sus rasgos al intervenir en las sucesivas nivelaciones El momento inicial de presencia humana en América se
dialectales que se irán fraguando en América a medida que se estima entre cuarenta a cincuenta mil años antes de la llegada
vayan estableciendo los nuevos colonos. de Colón. Se trata de las grandes migraciones de pueblos de
origen asiático que en varias oleadas cruzaron el Estrecho de
Por otro lado, también conviene matizar la brevedad del Bering, convertido en puente natural en los tiempos de la
tercero de los períodos distinguidos por Guitarte, "peaje a la última glaciación (L. Sánchez, 1981).
época independiente». En todo caso, a la luz de los documentos
coloniales, se observa que desde mediados del siglo XVIII se Cuando los europeos llegan a las tierras americanas encon-
percibe un cambio cualitativo importante en los escritos, que traron que estaban pobladas por grupos humanos que tenían
manifiestan una preocupación lingüística mucho mayor que instituciones de variado nivel. Descubrieron también monu-
los textos anteriores: restitución de los grupos cultos mentos y leyendas que revelaban la preexistencia de civilizacio-
consonánticos, simplificación de la ortografía siguiendo la nes de cierta antigüedad. Había sociedades constituidas en
propuesta académica, vocabulario de la ilustración, acerca- distintos niveles, que se preocupaban de perpetuar su memoria
miento a modelos lingüísticos más prestigiosos y ocultación de por medio de monumentos, tenían imaginación poética plas-
meridionalismos, etc. Esto nos lleva a iniciar este tercer perío- mada en leyendas y, en algunos casos, la organización indígena
do en la segunda mitad del siglo XVIII, en la que ya se han hallada había alcanzado un alto y peculiar grado de desarrollo
consolidado desde hace tiempo las distintas modalidades en muchos aspectos.
lingüísticas americanas, comienza a gestarse la ilustración y las Cuando se inicia la colonización europea, el continente
reformas borbónicas de todo tipo empiezan a dar sus frutos, aparece dividido en tres grandes áreas culturales o superáreas
permitiendo una mayor comunicación entre las distintas regio- (Laviana, 1996,6-7.):
nes entre sí y con la metrópoli y una articulación más eficaz del
1. La América tribal, que ocupaba el tercio septentrional de
mundo colonial.
Norteamérica y el tercio meridional de Sudamérica. Entre los

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