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El Imperio Carolingio surgió bajo la dinastía Carolingia luego de que Pipino el Breve derrocara a los mayordomos de palacio. Pipino resistió los avances árabes y estableció una alianza con el Papado para defenderse de los lombardos. Carlomagno centralizó el poder y organizó el territorio en condados y marquesados administrados por condes y marqueses. La economía se basaba en la agricultura de subsistencia en villas señoriales. La sociedad estaba estratificada entre privilegiados como el emp
El Imperio Carolingio surgió bajo la dinastía Carolingia luego de que Pipino el Breve derrocara a los mayordomos de palacio. Pipino resistió los avances árabes y estableció una alianza con el Papado para defenderse de los lombardos. Carlomagno centralizó el poder y organizó el territorio en condados y marquesados administrados por condes y marqueses. La economía se basaba en la agricultura de subsistencia en villas señoriales. La sociedad estaba estratificada entre privilegiados como el emp
El Imperio Carolingio surgió bajo la dinastía Carolingia luego de que Pipino el Breve derrocara a los mayordomos de palacio. Pipino resistió los avances árabes y estableció una alianza con el Papado para defenderse de los lombardos. Carlomagno centralizó el poder y organizó el territorio en condados y marquesados administrados por condes y marqueses. La economía se basaba en la agricultura de subsistencia en villas señoriales. La sociedad estaba estratificada entre privilegiados como el emp
A partir de que los llamados “reyes holgazanes” -nombre con que pasaron a la historia los mayordomos de palacio francos- fueron desalojados del poder del reino por Pipino el Breve, surgió una nueva dinastía, destinada a cambiar el panorama geopolítico de Europa occidental. Se trata de la dinastía carolingia. Uno de los mayores logros de Pipino fue la resistencia contra los pueblos árabes que, hechos fuertes en el califato de Al-Ándalus, que cubría gran parte de la Península Ibérica, amenazaban con cruzar los Pirineos y avanzar sobre el resto de Europa. Al mismo tiempo, otros pueblos, procedentes del este, también intentaban conquistar el territorio franco. Para hacer frente a estas amenazas Pipino entendió que debía contar con la alianza de otros reinos cristianos y que, para ello, nada mejor que establecer una alianza estratégica con el Papado romano, cabeza de la cristiandad en Occidente. Pipino no titubeó en acudir en ayuda del Papa Esteban, cuyos territorios pontificios en la Península Itálica peligraban ante el avance de los lombardos, la derrota de los mismos fomentó una relación más estrecha entre ambos poderes, de modo que el reino franco se convirtió en el brazo armado del Papa. ORGANIZACIÓN POLÍTICA En materia de organización política sobresalió Carlomagno por su mentalidad moderna. La estructura política del imperio fue totalmente diferente de la de los anteriores reinos. De hecho, no escatimó esfuerzos para centralizar el poder, al mismo tiempo que procuró establecer una administración eficiente, pese a que no crecieron grandes ciudades ni una abundante burocracia. Aunque la ciudad de Aquisgrán había sido definida como la capital del imperio, la realidad indicaba que el epicentro se encontraba allí donde estuviera el emperador. La organización territorial también fue sometida a criterios de nuevo tipo. Los territorios dominados por Carlomagno, en especial los de reciente conquista, estaban divididos en condados y marquesados. En los condados, los condes se encargaban de la administración del ejército, la justicia y la policía. En los marquesados o marcas, los marqueses se ocupaban de cuidar las zonas fronterizas peligrosas a través de acantonamientos militares permanentes. El trabajo desempeñado por los condes y marqueses era compensado mediante la cesión de grandes extensiones de tierra para su explotación, donación que incluía en calidad de siervos a los campesinos que vivían en ellas. ESTRUCTURA ECONÓMICA Esta etapa de la Edad Media se caracterizó por contar con una economía muy poco desarrollada. En los campos se llevaban a cabo tareas agrícolas de subsistencia, debido a lo rudimentario de la tecnología productiva. A través de estas labores, las familias obtenían solamente lo suficiente para mantenerse. Por la escasez de excedentes y la frecuencia de las guerras en los más diversos frentes, el comercio fue casi limitado y las ciudades perdieron su anterior importancia. Carlomagno, pese a su oposición a la expansión árabe, se percató de la superioridad técnica del Islam y se esforzó por modernizar el mundo agrario. Estas condiciones cristalizaron en una nueva estructura social que se conformó alrededor de las propiedades o villas que eran propiedad de los terratenientes, convertidos en verdaderas unidades de producción. Estaban formadas por dos áreas: la “reserva”, que era el sitio donde se levantaban las grandes casonas de los señores, las de los siervos, la capilla y los restantes edificios, y los “mansos”, nombre con que se designaba a las tierras destinadas a las labores agrícolas. ESTRATIFICACIÓN SOCIAL Finalmente, la sociedad carolingia quedó estructurada en dos grandes sectores: los privilegiados y los “no” privilegiados. En la cúspide se hallaba el emperador, después el alto clero -arzobispos, obispos y abades- y la alta nobleza, seguidos de los señores, caballeros y bajo clero, estos constituían el sector privilegiado; en tanto que los “no” privilegiados eran los burgueses o comerciantes, y artesanos adinerados, por debajo de estos se encontraban los campesinos con tierras, pequeños artesanos y comerciantes, y en la base estaban los siervos, campesinos pobres y jornaleros.