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El estado

provincial

Derecho
Público
Provincial y
Municipal

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El Estado Provincial
Los elementos constitutivos del
estado provincial
Las provincias, tal como están concebidas en nuestra estructura federal, son
estados, por lo tanto, poseen los mismos elementos constitutivos que el estado
nación, ellos son: territorio, población y poder.

La Población
Cuando hablamos de población nos referimos a los habitantes, que con cierto
carácter de permanencia, viven en el suelo provincial. Territorio es el espacio, la
tierra, el suelo donde se van a asentar las personas para conformar un estado y así
logran su subsistencia. Y poder, es el poder de imperio, es el conjunto de normas
que van a regir las relaciones de las personas que habitan en ese territorio
determinado, digamos que es la organización jurídica que tiene todo estado.

El Territorio Provincial. Límites y Garantías


Territorio Provincial

El territorio de las provincias encuentra su reglamentación a partir de lo


dispuesto por el Art. 75 inc. 15 de la Constitución Nacional, cuando dice que es
atribución del congreso arreglar definitivamente los límites del territorio de la
Nación, fijar los de las provincias, y resulta natural que así sea, ya que es el
Congreso el órgano en el cual se encuentran representados los intereses generales
de la población (Cámara de Diputados), y los de las distintas provincias que
conforman nuestro estado (Cámara de Senadores).
Por tal motivo, en caso de presentarse conflictos, será la Corte Suprema de
Justicia de la Nación la que entenderá y resolverá los mismos.

Cesión de Territorio y Formación de Nuevas Provincias

El último artículo mencionado de la Constitución Nacional, junto al art. 13,


constituyen el marco que establece que, para formarse nuevas provincias se
requiere, al igual que para ceder territorio, la aprobación de las legislaturas de las
provincias en cuestión, asimismo cada uno de los ordenamientos locales
(Constituciones Provinciales) establecen en qué casos y de qué forma lo
permitirían, luego de ello, el Congreso de la Nación lo aprobaría.

En el caso de la provincia de Córdoba la constitución establece un procedimiento


diferente y distingue los supuestos de abandono de jurisdicción con fines de
utilidad pública, de los de cesión de territorio, con el mismo fin, exigiendo a esos
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efectos la mayoría de dos tercios de los miembros presentes para autorizarlos,


aclarando además, que cuando la cesión importe desmembramiento, la ley que lo
autorice deberá ser sometida a consideración a la ciudadanía.

La integridad territorial de las Provincias en las constituciones

El principio de integridad territorial, significa la garantía de no


desmembramiento del territorio de la provincia, y esto en consecuencia de que,
como ya vimos el territorio en un estado es uno de los elementos constitutivos, es
un elemento de vital importancia, ya que es el espacio físico donde se asentarán
las personas que decidan habitar en ese Estado, es por ello que la constitución de
la provincia de Córdoba lo prevé en su Art. 1, y comprende el suelo, subsuelo, etc.

El Poder. Poder constituyente de las


provincias. Sistemas de reformas
constitucionales. Procedimientos
Toda Constitución es una declaración de la voluntad popular, que se basa en el
reconocimiento de dos pilares esenciales de toda sociedad políticamente
organizada: por un lado, los derechos fundamentales que esa sociedad reconoce
como legítimos para quienes la habitan y, por otro, una declaración de la forma
de organización política que ha elegido para regirse.

Así, todas las constituciones modernas contienen una columna vertebral de


derechos y libertades fundamentales, a cuyo respecto se obliga el Estado para con
los habitantes, y otra de igual relevancia, con la estructura del poder. La forma de
organizar y distribuir el poder es necesaria para delimitar las actuaciones del
Estado e impedir que se puedan lesionar los derechos antes mencionados.

Una Constitución, entonces, no sólo debe contener la organización del Estado,


sino también el marco de desarrollo de la sociedad a la que está dirigida y, dentro
de él, como condición importante para que se realicen aquellas aspiraciones y
valores supremos de los seres humanos que la conforman, el reconocimiento a la
dignidad y a la libertad de las personas, en el marco de un plano de igualdad, es
decir, teniendo como pilar fundamental el respeto a los derechos humanos.

Para no caer en un análisis simplista, que tendería a señalar que las


constituciones proveen a los ciudadanos las garantías necesarias para protegerse
de las intervenciones del Estado, debemos tener en cuenta que en la actualidad, y
con una democracia lo suficientemente madura, se debe comenzar a avanzar en
una nueva forma de ver la Constitución, que consiste en apreciarla no sólo como
instrumento protector de los derechos de las personas frente a los abusos de
poder, sino también como el mecanismo más útil y eficaz para la defensa de las
minorías frente a los intentos de las mayorías de avasallarlas, como motor de
desarrollo de un pueblo en la búsqueda de garantizar, cada vez más
adecuadamente, la calidad de vida de las personas.
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En estos últimos años se han fortalecido las bases de nuestro sistema democrático
de gobierno, por lo que corresponde que demos un paso más y trabajemos en pos
de mejorar la calidad de esa democracia conseguida, porque el ciudadano de hoy
no se conforma ya con el cumplimiento de los requisitos formales de esa ley
suprema; es una persona plenamente consciente de sus derechos y demanda
continuamente un nuevo modelo de desarrollo capaz de traducir esos conceptos
que aún siente abstractos, vacíos de contenidos, en verdaderas herramientas de
transformación social.

El poder constituyente es la expresión más acaba del ejercicio de la soberanía


popular, es la forma en la que el pueblo se da su propio ordenamiento jurídico
político, que regirá sus destinos, se da de manera originaria (la primera vez que se
ejerce) o derivado (cuando reforma su constitución)

La Constitución de la Provincia de Córdoba cuenta como importante reforma, la


del año 1987, la motivación de los convencionales constituyentes fue adaptarla a
las nuevas épocas que se vivían y convertirla en un instrumento moderno y capaz
de dar las herramientas jurídicas esperadas. Fundamentalmente debemos
considerar que ésta fue producto de un profundo consenso, por lo que no hay
definiciones terminantes, impuestas por la fuerza de los votos, sino que se trata
de pautas consensuadas y ampliamente debatidas. Se reformó el Preámbulo, así,
a los principios consagrados históricamente, se le incorporaron valores tales
como la dignidad de la persona humana, la solidaridad, la democracia
participativa y el fortalecimiento de la autonomía municipal.

Luego la Constitución estableció que la Provincia se organizara bajo un Estado


social y democrático de Derecho, que se debían armonizar los derechos de las
personas a ejercer todo tipo de actividad lícita con los intereses propios de la
comunidad, y mantuvo el sistema bicameral en el Poder Legislativo; el Defensor
del Pueblo como órgano encargado de defender los derechos de las personas, el
Consejo Económico Social como órgano de consulta y la elección directa por parte
de los ciudadanos de los integrantes del Tribunal de Cuentas, entre muchas otras
innovaciones. Las modificaciones planteadas sirvieron de fuente a muchas otras
constituciones provinciales e incluso, a la misma Constitución Nacional.

Sin lugar a dudas, no sólo fue la última gran reforma que tuvo nuestra
Constitución provincial sino la más importante, debido a las innovaciones
planteadas y a la forma en la cual se llevó a cabo el proceso de reforma.

En 2001, al abrirse el período de sesiones ordinarias de la Legislatura, el


Gobernador incluyó en su discurso algunos puntos que debían ser producto de
una futura reforma de la Constitución Provincial; lo que fue más que
controvertido doctrinariamente, ya que el Poder Ejecutivo- según disponía la
Constitución de la Provincia de Córdoba de 1987 en su art. 197-, no podía iniciar
la ley que declararía la necesidad de la reforma ni tampoco podría vetarla. Pero lo
cierto es que se dio la reforma, en el año 2001, con los temas habilitados por la ley
8947.

Los fundamentos estaban basados en la necesidad de rediseñar el modelo de


Constitución Provincial que, si bien se había adecuado a las necesidades sociales
con la reforma de 1987, en el transcurso del tiempo y con los profundos debates
que se estaban abriendo en el seno de sociedad con respecto al funcionamiento de
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algunas de las instituciones que componen nuestra vida democrática, se tornaba


necesario la actualización de los contenidos constitucionales.

El bloque de convencionales constituyentes de Unión por Córdoba estableció


como objetivos de la Reforma, el de prestigiar el Parlamento, escuchar lo que la
sociedad les estaba reclamando, tratar el tema de la crisis de representatividad,
avanzar sobre la eficiencia y la eficacia del Poder Legislativo, reformular el
sistema de privilegios parlamentarios —que estaban siendo duramente
cuestionados por la sociedad— y, por sobre todo, fortalecer el juego entre las
distintas fuerzas políticas, respetando y garantizando el pluralismo.

El bloque de la Unión Cívica Radical, por su parte, manifestó que llegaba al


recinto a reformar la Constitución Provincial, porque el pueblo así lo había
dispuesto y porque creía que el sistema electoral para elegir a los integrantes del
Poder Legislativo debía ser reformado. Sin embargo se evidenció la existencia de
una falta de debate profundo y de consenso político, lo cual se vislumbró en el
cincuenta por ciento de votos en blanco en la elección para los convencionales3

Más allá de lo expuesto, se perdió una oportunidad valiosa de hacer una


verdadera reforma constitucional como las que la historia ha demostrado que
Córdoba es capaz de hacer, cuando así es su voluntad, avanzando en la
incorporación del Consejo de la Magistratura, de dotar al Consejo Económico y
Social de facultades reales, en ir más allá e incluir nuevas pautas para garantizar
aún más la autonomía de los municipios, en dar legitimación procesal al Defensor
del Pueblo y en incorporar de manera directa la garantía del hábeas data, entre
muchos otros temas.

Ahora bien, mirando la constitución de la provincia de Córdoba, en primer lugar


debemos decir que la Constitución de la Nación es la norma jurídico-política que
crea al Estado Federal y sienta las bases fundamentales de la organización de los
Estados provinciales. Satisfechas las bases fundamentales, las provincias tienen
un amplio margen para establecer en sus constituciones la organización de sus
instituciones sin ninguna dependencia.

Distintos sistemas de reforma

Existen diversos sistemas de ejercer el poder constituyente, en el caso de la


provincia de Córdoba, siguió el modelo de Constitución Nación estableciendo, el
sistema de reforma por convención, dejando de lado modelos que se presentan en
muchas otras provincias de nuestro país, como son el sistema de reforma por la
legislatura, con o sin referéndum posterior, o la variante menos usada en nuestro
país, que es el de reforma por convención ad referéndum.

En nuestra provincia de Córdoba como a nivel nacional, la reforma de la


constitución se da en base a una ley declarativa de la necesidad de la reforma que
dicta la legislatura de la provincia en la que se indican los temas a tratar, el plazo
que se dará a la convención, convocándose a elecciones para convencionales
constituyentes.

3
Ver diario de Sesiones de la Convención Constituyente Provincial 2001
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El sistema por enmiendas es el que se da por lo general cuando lo que se busca es


modificar uno o dos artículos de la constitución, entonces la reforma la hace la
legislatura de la provincia; cuando es ad referéndum, se pone en consideración de
la ciudadanía en las próximas elecciones, para que esta decida si está de acuerdo
o no, y si es aprobada, entra en vigencia.

Inconstitucionalidad de la reforma constitucional

La reforma de la constitución puede ser inconstitucional y el primer antecedente


que encontramos es la reforma de 1860, cuando se incorpora Buenos Aires
modificando el texto constitucional de 1853, en clara violación de lo dispuesto en
el Art. 30, cuando decía que esta constitución no podría ser reformada por un
termino de diez años, se recurrió a la teoría del poder constituyente originario
abierto (cuando el mismo se da en más de un acto constituyente, extendiéndose
en el tiempo) y cerrado (cuando se ejerce en un solo acto constituyente) para
poder seguir adelante y salvar la objeción de inconstitucionalidad. En
consecuencia podemos decir que la inconstitucionalidad de una reforma
constitucional se produce cuando se violentan los límites establecidos para el
ejercicio del poder constituyente derivado.

La región.
Definición
Su recepción en las constituciones de la
Nación y de las Provincias.
El art. 124 de la ley suprema dispone, en su primera parte: “Las provincias
podrán crear regiones para el desarrollo económico y social y establecer
órganos con facultades para el cumplimiento de sus fines.”

En el proyecto de reforma constitucional se propuso la creación de regiones, y en


los fundamentos los convencionales constituyentes expresaron que: “La
regionalización es un instrumento apto para el desarrollo económico y social de
importantes sectores de nuestro territorio. En tal sentido, el proyecto prevé la
posibilidad de crear regiones en un marco de coordinación y consenso, evitando
la imposición, desde escritorios de tecnócratas, de estructuras carentes de
sustento real. En primer lugar, una regionalización para el desarrollo
económico y social esto significará que, más allá de la existencia de órganos
para el cumplimiento de sus fines, no se podrán afectar ni las autonomías
provinciales ni las autonomías municipales.
Naturalmente, tendrá que ponerse énfasis en el desarrollo de las economías
regionales para asegurar una Argentina que no siga siendo un desierto, como
decía Alberdi, con algunas pequeñas islas de desarrollo económico, sino que
exista la posibilidad de un desarrollo equilibrado de la Argentina.”
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Aunque el mapa regional se encuentra casi formalizado con las regiones ya


constituidas del gran Norte Argentino, Patagonia, Nuevo Cuyo y Centro (faltando
solo la integración de la Provincia de Buenos Aires y de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires), no se aprecia un avance de dicho proceso y mucho menos que la
conformación de las mismas haya servido para el objetivo planteado.

Las graves situaciones institucionales, económicas y sociales atravesadas,


sumadas a la ausencia de una política arquitectónica, seguramente han influido
en ello. Sólo se advierte que, últimamente una cierta actividad destacable en la
Región Centro, que depende del entusiasmo circunstancial de los gobernadores
de turno. Seguimos, por ende, sin lograr una modificación del ordenamiento
territorial con proyectos estratégicos como los corredores bioceánicos.

Las provincias y las relaciones


internacionales
La Reforma de 1994 dispuso la facultad de las provincias de celebrar acuerdos
internacionales, y esto, a simple vista para que estaría en contraposición con la
delegación del manejo de las relaciones exteriores que hicieron las provincias a la
nación a la hora de conformar el Estado Federal. Ahora bien, deteniéndonos en su
análisis, lo que los convencionales constitucionales establecieron, fue la
disposición por la que las provincias, en un mundo global, necesitan interactuar
con otros estados nacionales, o provincias de otros estados, es por ello que se les
permite firmar acuerdos internacionales (no los llama tratados) con
determinados requisitos a cumplir. Se debe observar los siguientes requisitos:
que no sean acuerdos contrarios a la política exterior fijada por el gobierno
nacional, que no comprometan el crédito público y que sean puestos en
conocimiento del Congreso, esto es relevante, puesto que el Congreso de la
Nación no presta su consentimiento, sino que controla el cumplimiento de las
pautas establecidas en la Carta Magna (Art. 124 CN).
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Referencias en Bibliografía
Anderson, George, Una introducción al federalismo. Editorial Marical Pons.
Madrid. España. 2008.

Bird, Richard y Stauffer, Thomas (comps.), Intergovernmental Fiscal Relations in


Fragmented Societies. Institute of Federalism. 2001. Friburgo, Suiza.

Hernández, Antonio María, Federalismo, Autonomía Municipal y Ciudad


Autónoma de Buenos Aires en la reforma constitucional de 1994. Editorial
Depalma. 1997. Buenos Aires, Argentina.

Hernández, Antonio María y otros, Derecho Público Provincial y Municipal.


Editorial Lexis Nexis. 2008. Buenos Aires. Argentina.

Hernández, A. M. y otros. (2008). Derecho Público Provincial (1ª Ed.). Buenos


Aires: Lexis Nexis.

Hernández, J. M. (2003). Derecho municipal: parte general. México: Universidad


Nacional Autónoma de México.

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