Sunteți pe pagina 1din 11

4,7

Notas sobre 1. Materialismo relacional


el materialismo
Heterogeneidad material

¿A qué se asemeja la estructura social de los


babuinos? Los primatólogos discrepan: unos su-
brayan el poder de las sabias hembras ancianas,
otros creen discernir un patriarcado ‘. Para Ca-
John Law llon y Latour 2, no es tan importante que los ba-
AnneMarie Moil buinos tengan un orden patriarcal como el ca-
rácter somático de ese patriarcado, y lo expresan
del siguiente modo:

La sociedad de los babuinos está jerarqui-


zada y en la cumbre de esa jerarquía hay siem-
(Traducción: Juan M. Iranzo) pre un gran babuino macho en la plenitud de
su potencia física y sexual. Pero es muy duro
gobernar la sociedad babuina debido a que
nada permanece en su sitio durante mucho
tiempo. Por supuesto, en la interacción cara a
cara el babuino dominante intimida a las pe-
queñas babuinas y a menudo las persuade
para que copulen con él. Sin embargo, en
cuanto vuelve la espalda su dominio se ve
amenazado, pues apenas si posee recursos ex-
trasomáticos mediante los que mantener su
dominio. Carece de prisión, bayonetas, archi-
vos o policía secreta. Dicho en nuestra jerga,
no tiene recursos para un distanciamiento es-
pacio-temporal. Sólo cuenta con su intimida-
toria presencia física.

¿Pueden volverse paranoicos los babuinos? No


lo sabemos. Lo ónico seguro es que en este relato
el babuino dominante mantiene la pirámide a tra-
vés de la interacción personal. Es, al menos en
una primera aproximación, un ingeniero social
homogénea Pero —y esta es la clave del asunto—
las personas no son como los babuinos, no son in-
genieros homogéneos sino que más a menudo son
ingenieros heterogéneos son «sociologos-ingenie-
~,

ros» que manejan relaciones sociales y técnicas y


‘~

que producen (y al mismo tiempo conforman) co-


nocimiento científico, economías, estructuras in-
dustriales y tecnologías.

El ensayo de Michel Callon sobre el co-


che eléctrico describe cómo la compañía eléc-
trica francesa Electricité de France decidió
crear y comercializar un vehículo de ese tipo.

John Law: Opto. Sociología y Antropología Social, Univ. Keele. AnneMarie Molí: Dpto. Filosofía, Univ. Limburg.
Politica ySociedad, 14/15(1993-1994), Madrid (pp. 47-57y
Aunque a primera vista parece una mera objetos, las entidades, los actores, los actantes
descripción de una innovación tecnológica, son (algo así como) efectos semióticos: los nodos
verla así desvirtúa el sentido de la narración. de las redes son conjuntos de relaciones o con-
Lo que Callon pretende es describir la inge- juntos de relaciones entre relaciones. Eso signi-
niería heterogénea a gran escala; lo que le fica que los materiales son constituidos inter-
atrae son los procesos necesarios para orde- activamente: puede que sirvan para incrementar
nar, de hecho para crear, toda clase de piezas la estabilidad, pero no son reales, no existen más
y elementos diferentes. Pues para crear un co- allá de sus interacciones. Las máquinas, la gente,
che eléctrico hace falta construir también una las instituciones, el mundo material, la divinidad,
sociedad apta para que éste pueda vivir en todas estas cosas son efectos o productos. Esto es
ella. Y esa es una tarea complicada. lo que denominamos materialismo relacional¿
La historia cuenta cómo se estabuló a los Como un caso panicular de lo anterior puede
electrones en nuevos tipos de acumuladores y decirse que también los actores humanos son
baterías, cómo hubo que organizar en labora- productos relacionales.
torios los esfuerzos de los científicos, cómo
las empresas rivales se escindieron y reorganI- Bruno Latour describe cómo Louis Pas-
zaron para producir las carrocerías de esos teur creó una red de elementos y piezas en el
coches en lugar de motores de combustión in- proceso de desarrollar, poner a prueba y ase-
terna, cómo se indujo a los ayuntamientos a gurar la aceptación de la inmunización contra
creer en un mundo post-industrial donde se el antrax del ganado. Para ello fue preciso reu-
incentivada el transpone público eléctrico y nir y acoplar bacterias, cultivos, microscopios,
cómo se reconstruyeron los consumidores laboratorios, ayudantes de laboratorio, granjas
para que el vehículo eléctrico les resultase un y granjeros, vacas, enfermedades, vacunas y
9
medio práctico para ir de un sitio a otro y no muchas otras cosas -

sólo otra forma de consumo ostentoso 6 Pero ésta es también la historia de Pasteur
«mIsmo». Pero, ¿quién o qué era Pasteur mis-
mo? Bueno, es difícil de decir, dado que Pas-
Materialismo relacional teur era un cuerpo físico, un organismo, un
ciudadano francés, un político-científico y un
Así pues, la tesis es que lo social no es pura- investigador de laboratorio. Depende de dón-
mente social, y que si lo fuera no resistiría mu- de mire uno. Así pues, ésta es la tesis: Pasteur
cho ~.Pero ocurre algo mas: en tanto que «científico que tuvo éxito» es una
red organizada un efecto relacional. Y tam-
ID,

El coche eléctrico es un conjunto de rela- bién, bajo ciertas circunstancias, es un punto


ciones entre electrones, baterías, células gene- de una red.
ratrices, laboratorios, industrias, ayuntamíen-
tos y consumidores. No es más que eso. Por Por tanto, el materialismo relacional no es hu-
supuesto, si queremos hablar sobre «el coche manista: los actores humanos, al igual que los
eléctrico», como hace Callon, entonces resulta objetos inanimados, no son átomos o compo-
útil por mor de la sencillez de la narración no nentes fundamentales, sino más bien efectos se-
deconstruir al mismo tiempo todos estos no- mióticos. Los humanos pueden ser, pero no
dos-que-realmente-son-redes y que, en prIncI- siempre son, actores, y muchos actores pueden
II
pio, también podrían ser deconstruidos. Los ser humanos, pero no siempre lo son -

ayuntamientos, las empresas, los consumido-


res, los electrodos, los laboratorios, etc., tam-
bién son conjuntos de efectos relacionales Monismo
más o menos precarios; de ninguno puede de-
cirse que existan por sí mismos. Si no existen distinciones fundamentales de
principio entre diferentes tipos de entidades eso
Por tanto, la sintaxis de la narración de Callon implica que, en último término, todo es, o podría
es post-estructuralista: los elementos y piezas no ser, de la misma clase. Todo es, o podría ser,
existen en ni por sí mismos, sino que son consti- unido a una red; y todo puede, o podría, ser di-
tuidos en las redes de las que forman parte. Los suelto. Esto es el monismo.

PDP4g~fl
Notas sobre el materialismo 49

Afirmar esto no comporta negar que haya di- señadores, victimas, espectadores, supervisores,
ferencias. De hecho, la semiótica del materialis- limpiadores, reparadores, adaptadores, admira-
mo relacional intenta describir la formación de dores y explotadores.
diferencias. Tampoco significa negar que esas Bien, ¿y qué? Nosotros sugerimos lo siguiente:
distinciones puedan llegar a equivaler a diferen- que uno puede decir que las máquinas no son
cias cualitativas. Pero comporta asumir que la como la gente. De hecho, para ciertos fines es
distinción es un asunto contingente y que no vie- útil, incluso inevitable, decirlo. Pero los casos es-
ne dado por el orden de las cosas. De hecho, in- tudiados bajo el enfoque de Ciencia, Tecnología
siste en que no existe tal orden de las cosas. Por y Sociedad (CTS) sugieren que la frontera entre
tanto, el materialismo relacional se une a quie- los seres humanos y las máquinas, caso de ser re-
nes atizan la hogera donde arden los dualismos. conocible en absoluto, es un efecto o un produc-
Las divisiones entre lo social y lo natural, la to que podría cambiar —y ha cambiado—. En
mente y el cuerpo, la verdad y el conocimiento, suma, que no está dada por cómo son las cosas.
la ciencia y la política, la estructura y la acción, o
entre hombres y mujeres pueden todas ellas ser
deconstruidas 12
2. Estrategia y materialismo
Hay quien insiste en que es necesario dis-
tinguir entre los humanos y las máquinas por- relacional
que aquéllos son capaces de hablar. Pero esto
carece de sentido general en el materialismo
relacional porque es adoptar una sola de las
posibles diferencias entre personas y máqui- Gradientes de durabilidad
nas e insistir en ella como el último recurso.
¿Por qué habría que hacer algo así? Sherry Los babuinos habitualmente carecen de obje-
Turkle nana historias que muestran estos te- tos que estabilicen sus relaciones recíprocas; los
mas como susceptibles de análisis: humanos, no. Incluso resulta difícil demarcar ní-
Elvira, de cuatro años, dice que (el ordena- tida y claramente a los seres humanos de las ma-
dor) Speak and Spell [Habla y Deletrea] está terialidades con las que viven. En último térmi-
vivo «porque tiene dentro una voz que habla». no, no hay diferencias ontológicas entre las
Ingrid, de cinco años: «Está vivo; habla». Ran- entidades en cuestión. Este es el supuesto funda-
dalí, de ocho años, dice con aire de confianza mental del materialismo relacional. Pero, en pri-
y autoridad que «las cosas que hablan están mer término, y, de hecho, en el segundo y el ter-
vivas». Kelly, de seis años, matiza la respuesta. cero, hay diferencias. ¿Qué hacer con ellas?
Mira con atención la caja de quince por venti-
cínco de Speak and Spell y declara que «está A pocos kilómetros de Utrecht los campos
vivo; hay un hombre dentro que habla». Pero está llenos de grandes bloques de cemento y
Adam, de ocho años... (dice): «Vale, habla, bunkers fuertemente acorazados. Son parte de
pero la verdad es que no sabe lo que dice. No una línea defensiva construida por los nazis
está vivo» ~ Y, como muestran las intermina- (más correctamente, por sus esclavos) durante
bIes polémicas sobre inteligencia artificial, la segunda guerra mundial. Su fin era defender
estos temas no sólo los discuten los nínos. el Reich de los Mil Años. Felizmente, aunque
los bloques de cemento permanecen, no sal-
Así pues, parece que la línea divisoria entre varon a los nazis más de lo que el complejo
las personas y las máquinas es negociable y que sistema diseñado por los holandeses en el si-
a veces es extremadamente difícil trazar esa lí- glo xíx para inundar los polders les salvó de
nea. Todo cuanto vemos es heterogéneo. Pense- ser invadidos en 1940.
mos en esa heterogeneidad. La gente usa empas-
tes, gafas, medicinas, marcapasos, condones, La cuestión es ésta: algunas diferencias de du-
despertadores, ropa, teléfonos, bolsas de la com- rabilidad se mantienen, o son mantenidas, más
pra, dinero, libros, carnets, abonos de transporte tiempo que otras. Los bloques de cemento si-
y bolígrafos. Y las máquinas tienen sus conduc- guen ahí, en los campos holandeses. Cincuenta
tores, pilotos, usuarios, técnicos de servicio, di- años de humedos inviernos europeos no han
50 John Law y AnneMarie Molí

deshecho todo el trabajo de quienes los constru- la autopista para ir a trabajar o a divertirse.
yeron. Esa es la razón por la que los estrategas Los pobres y los negros, que usaban normal-
militares, los arquitectos y los ingenieros de ca- mente el transporte público, fueron excluidos
minos aman tanto el cemento. Dura. de las carreteras porque los autobuses de tres
¿Es esto congruente con el materialismo reía- metros y medio de alto no podían cruzar bajo
cional? La respuesta sería «sí» si pensásemos en los pasos» 15 Como consecuencia, quedaron
el cemento como «cosa en sí». Pero supongamos excluidos del parque público de iones’ Beach.
que imaginamos que el cemento no es una cosa
en sí. Supongamos, en cambio, que es un conjun- Como los bunkers nazis, los puentes de Ro-
to de relaciones, relaciones (por ejemplo) con el bert Moses sobre la Autopista de Long Island si-
clima. En ese caso, podemos predecir que el cli- guen ahí. Son un testimonio vivo de la proposi-
ma holandes necesitará mil años para «decons- ción de Winner de que «los artefactos hacen
truir» el cemento de los nazis (aunque, por su- política». En concreto, muestran cómo los arte-
puesto, en otras circunstancias, una bomba factos pueden ser diseñados estratégicamente
atómica haría ese trabajo en un microsegundo). para hacer política. Los puentes pueden diseñar-
Así pues, el materialismo relacional no niega se para que mantengan la jerarquía entre los
que haya diferencias, gradientes de durabilidad. rícos y los pobres, entre los blancos y los negros.
El asunto consiste más bien en cómo se miden El supuesto estratégico es éste: si un conjunto de
las cosas entre si. La durabilidad es, por tanto, «relaciones sociales» se incorporan a materiales
otro efecto interactivo, ni más ni menos. que son mas duraderos que la interacción perso-
nal es muy probable que esas relaciones socíales
Lo que se pensó que detendría a los tan- se reproduzcan.
ques aliados no lo hizo. Los ejércitos pasaron
y los bloques de <‘concreto» 14 sirven ahora Actualmente hay muchos negros en Amen-
como refugio a las vacas cuando llueve sobre ca que tienen coche y los pueden conducir
el llano paisaje holandés. El cemento sigue por la Autopista de Long Island siles apetece.
ahí; pero ya no es un elemento de la red nazI. Aunque los puentes no han desaparecido (pe-
Esa red resultó menos durable que algunos de se a su continuo combate contra los inviernos
sus elementos «concretos». de Nueva York) la mayoría de los autobuses
silo ha hecho. Por tanto, los puentes han per-
dido parte de su significado social.
Estrategia y durabilidad material
Pero aquí hay otra cuestión. ¿Por qué apare-
Ahora podemos preguntarnos sobre «la rela- cieron los puentes? Respuesta: los diseñaron.
ción social»: ¿por qué cuando un macho domí- Robert Moses los dibujó sobre un papel. La me-
nante humano se vuelve y mira para otro lado ra posibilidad de incorporar una estrategia a los
resulta que, en ocasiones, lo que podría desha- objetos materiales depende la presencia de pre-
cerse a sus espaldas, de hecho, no se deshace? suntas diferencias en cuanto a la durabilidad del
¿por qué se mantienen los lazos y las relaciones? material, su manipulabilidad y su escala. Ningu-
En otras palabras, ¿cómo se materializa la domi- na estrategia es concebible sin esos gradientes
nación? materiales.
Hay una historia sobre la Autopista de Long
Island que es bien conocida. Tiene relación con A mediados de los años cincuenta algunos
el hecho de que sus pasos elevados son particu- hombres se sentaron en la sala de diseño de
larmente bajos. El asunto es fácil de resumir. Bristol Engines y diseñaron un nuevo propul-
Langdon Winner cuenta que sor a chorro. Unos cuantos diseñadores hicie-
ron crujir sus dedos y se pusieron a jugar con
«Robert Moses... construyó sus pasos eleva- ecuaciones de presión, temperatura y eficien-
dos de acuerdo con unas especificaciones que cia de combustión en hojas de papel. La mcta
harían imposible la circulación de autobuses era inventar un ciclo de combustión eficiente
por sus autopistas... las razones reflejan el ses- y, como una parte de esa tarea, un plan esque-
go clasista y el prejuicio racista de Moses. Los mático de un motor capaz de ejecutar ese ci-
blancos dueños de automóviles... podrían usar cío de combustión. Digamos que se trataba de

POLITICSy

‘u-.
Notas sobre el materialismo 51

un motor conceptual Lo cierto es que era muy materiales o medios que son relativamente sim-
simple: un puñado de símbolos y unos cuan- píes, relativamente maleables y relativamente
tos dibujos lineales sobre unos pliegos de pa- modificables. Esa es la razón por la que los inge-
pel. nieros dibujaron los motores y por la que traba-
El producto de los diseñadores se envió a jaron con símbolos matemáticos. Estos son más
la oficina de delineación. Allí la pregunta fue: fáciles de sustituir y, sin embargo, representaban
¿se podría convertir en una serie de dibujos? (o se suponía que representaban) a la «cosa en
¿Seria posible traducir ese motor conceptual sí» 17
en los planos de un motor ¿Se le podría con-
vencer de que siguiera unido física y mecáni- Si esto no fuese así, todos podríamos cons-
camente en la práctica? ¿Se disponía de los truir motores de avión en nuestro patio trase-
materiales idóneos? Para responder a estas ro durante los fines de semana.
preguntas hizo falta que un número mucho
mayor de delineantes, ingenieros, científicos La estrategia depende de las variaciones de
de materiales, etc. trabajasen duro. Algún escala, de manipulabilidad y de durabilidad. De-
tiempo después produjeron un diseño «real», pende de la multiplicidad material. De hecho,
los planos del motor, una inmensa cantidad este es el modo de definir la representación: el
de dibujos y de instrucciones para los obreros juego que existe entre materiales relacionados
sobre cómo cortar el metal. El resultado era que poseen grados distintos de alterabilidad. Por
complejo, es decir, en comparación con el descontado que este juego comporta riesgos. Un
motor conceptual; pero comparado con el representante maleable puede resultar un mal
producto final, con el «motor real» que se ins- representante; puede llegar a ser ilegítimo. Tam-
talaría en un avión, todavía era relativamente bién esto es una cuestión relacional, un arriesga-
simple. do desplazamiento material: hay algunos moto-
Más tarde, los planos del motor se envíaron res de aviación que estallan una vez construidos.
a la planta. Allí la cuestión era convertirlos en Pero la estrategia es imposible sin representa-
un motor de madera y luego en un motor de ción; o, en todo caso, es difícil de concebir. Así
metal. ¿Por qué un motor de madera? La res- pues, nuestro argumento es este: la representa-
puesta inmediata es que (al menos antes de ción no va inevitablemente unida a la estrategia
los ordenadores) lo que parecía posible sobre (pues hay otros contextos de representación);
el papel no siempre lo era cuando se lo con- pero la estrategia va casi inevitablemente unida a
vertía en tridimensional: las cosas no encaja- una representación «legítima» la
ban. Así pues, se hacían prototipos de made-
ra. Al mismo tiempo, el tornero especialista
intentaba (y no siempre conseguía, pues en Nuevas formas materiales
ocasiones los requerimientos eran imposibles)
traducir las instrucciones. Así comenzaba a Si el lector es un estratega, encontrará senci-
crearse un motor de metal lío, rápido, útil y barato simular lo más durable
La historia del motor de metal es larga. Fue en materiales que lo son menos o, en todo caso,
sometido a prueba y falló. Se probó de nuevo más manejables; pero esto no implica que detrás
y volvió a fallar. Y así una y otra vez. Sólo tras de cada objeto material se pueda identificar un
muchos fallos comenzó a comportarse como estratega, un macho humano —o alguna clase
habían previsto los responsables de las prime- equivalente de actor— luchando por una posi-
ras versiones, del motor conceptual y del mo- ción dominante. Ese supuesto seria demasiado
tor en planos 16 humanista. La solución consiste en afirmar que
las estrategias, los lugares estratégicos o incluso
Toda esta historia habla de estrategia. El asun- las «intenciones» son como las capas de un chip
to es: la estrategia depende de las diferencias, de de silicio. Es decir, son el efecto o el producto
los gradientes del material. Literalmente, es in- de un lugar en el que se unen materiales diferen-
concebible sin ellos. No es posible concebir algo tes o materiales que difieren en durabilidad y
a menos que se pueda representar. O bien (y este manipulabilidad; son un efecto generado por la
es el punto sobre estrategia, lo que la hace posi- posibilidad de la representación material, de la
ble) a menos que se pueda representar mediante traducción producible o del posible intercambio

PPAIW
52 John Law y MmeMarie Molí

entre lo más duradero (que será lo representa- blar de la historia de occidente desde los co-
do) y lo menos duradero, más simple y más ma- mienzos de la edad moderna —y también ayuda
nejable (que se convierte en el precario repre- a explicar las absurdas y desorbitadas promesas
sentante) 19 que hacen los profetas de cada «revolución de la
ínformación>’.
¿Por qué ocurrió? ¿Por qué se produjo este
nexo de traducción, esta conexión de repre- La generación de representaciones efíme-
sentación, al modo de los transistores, entre lo ras: esa es la lógica que organiza un departa-
más durable y lo más manipulable? A la gente mento de motores de avión. Emplear el álge-
le gusta contar mitos genésicos sobre esto, mi- bra es relativamente fácil y rápido dado que
tos sobre «el pensamiento», «la mente» o «el los errores o los callejones sin salida algebrai-
control’>, historias sobre los orígenes de la ci- cos no tienen mayor importancia si son des-
bernética. En lugar de eso, nosotros preferi- cubiertos a tiempo y acaban en la papelera.
mos decir que no sabemos cómo empezó En cambio, el descubrimiento de que los di-
todo y limitarnos a señalar que es así como bujos no «representan la realidad» adecuada-
parece ser, que hay nexos de traducción que mente es mucho más caro porque en esa fase
generan la posibilidad de la representación, ya hay un verdadero ejército de personas di-
de la intención y de la estrategia. bujando y un montón de equipamiento espe-
cializado y tiempo y dinero. Incluso en ese
Así pues, no sabemos de dónde viene; pero caso, sin embargo, es mejor descubrir los pro-
sabemos a dónde va. La posibilidad de simular blemas en el departamento de delineación
lo más duradero en materiales que lo son menos que en los circuitos de pruebas; y mucho, mu-
o, en todo caso, que son más manipulables, con- chísimo mejor detectarlos en los circuitos de
lleva la posibilidad de adquirir (¿cómo llamar- pruebas que una vez que el motor ya ha sido
la?) una ventaja representativa. Si, pero sólo si, instalado en un avión.
el asunto consiste en una competición estratégi- Actualmente las cosas han vuelto a cam-
ca, habrá entonces un incentivo para crear nue- biar: ahora es posible simular los diseños, tan-
vos tipos de materiales, materiales que sean más to conceptual como espacialmente, mediante
y más manipulables, materiales que representen CAD [diseño asistido por ordenadorj. Al me-
cada vez más sirviéndose de cada vez menos. nos en teoría, la traducción de la pantalla del
Afirmamos, pues, que la existencia de estrategia ordenador al producto terminado es más se-
hace surgir la posibilidad de nuevas formas mate- gura. Este es otro ejemplo de la inflación de
riales, de una interminable proliferación de re- materiales —la creación de nuevas formas ma-
presentaciones efímeras y de lo que prodiamos teriales estratégicamente relevantes—; y —lo
llamar —si llevamos esta lógica a su extremo— in- que quizá es bastante inusual— se trata de un
fiación material o, aún mejor, escalada de mate- ejemplo que realmente «ha funcionado».
riales.
El razonamiento puede exponerse como sí-
gue: lo que es manipulable un día (como la plu- Narrativas múltiples y heterogeneidad material
ma de ave y el rollo de pergamino) se vuelve me-
nos manipulable al siguiente, con la invención El proyecto del coche eléctrico fracasó. Por
del libro y de la estilográfica. Es decir, se vuelve ejemplo, resultó que los electrodos de las ba-
relativamente menos manipulable: es más fácil terías desarrolladas por los laboratorios de
escribir con pluma estilográfica que con su ana- I+D de EDF no se portaron bien; en concre-
loga de ave. Y el proceso sigue, pues la pluma es to, tendían a contaminarse, y cuando eso ocu-
suplantada por la máquina de escribir y el papel rría no generaban la cantidad de corriente
carbón y a éstos les sigue el procesador de textos eléctrica que se esperaba de ellas. De otro
con sus disquetes, y a éstos las bases de datos y lado, la Renault, de la que se esperaba que, en
sus redes electrónicas. Así, en tanto la lógica sea el nuevo orden de cosas, favoreciese los co-
competitiva (e insistimos sobre «en tanto» por- ches eléctricos rehusó ese papel. Al igual que
que las cosas no tienen porqué ser así) existe una los electrodos, se portó mal: organizó una
presión en la dirección de la inflación de mate- campaña contra el coche eléctrico y alabó las
riales. Grosso modo, esta es una manera de ha- ventajas del coche convencional. Por otra
parte, resultó que el consumidor francés no Andrew: «No tenía ni idea. Cuando acabé mi
estaba «preparado» para desempeñar su nue- último trabajo tiré seis cajas llenas de papeles.
vo rol —el papel «maduro» y ecológicamente ¡No os imaginais qué peso me quité de enci-
responsable que se le asignó en la sociedad ma, qué liberación!
post-industrial de los movimientos sociales—. John: «Propongo que les prendamos fuego».
También el consumidor se portó mal y conti- Terty: «Pero no podemos hacerlo si se supone
nuó comprando «irresponsables y contami- que tenemos que guardarlos».
nantes símbolos de status» para conseguir las Andrew: «Veamos. Nos piden un montón de
ventajas de la diferenciación social. Y resultó, pasta... ¿Por qué no empezamos la historia en
además, que los ayuntamientos franceses no 1990 y decidimos qué vamos a hacer a partir
estaban dispuestos a fomentar el transporte de ahora? De momento les daremos un «no»
público y a imponer las necesarias restriccio- [a su petición de dinero] para ordenar los ar-
nes sobre el coche de gasolina privado. Tam- chivos que ya están ahí. ¿Vale?» 21
bién éstos se negaron a desempeñar los roles
diseñados para ellos en el escenario de la Pensamos que en este extracto hay al menos
EDF. Por tanto, el coche eléctrico fracaso. tres lógicas. La primera, llena de reminiscencias
weberianas, tiene que ver con la legalidad y la ra-
En este caso, el problema de la representa- cionalidad; la llamaremos administración. Sin
ción legítima no pudo ser resuelto. El mundo ninguna duda, su preocupación es que se respete
imaginado, simulado, de la EDF no pudo ser tra- el procedimiento establecido. Es Tim quien la
ducido con éxito a otras formas materiales: los enuncia acentuando la obligación legal de man-
representados no se mantuvieron pasivos y el tener un archivo. La segunda es iconoclasta y no
nexo de traducción entre los materiales se vino aparece apenas en el texto transcrito —excepto
abajo. Pero este es un problema crónico y en ab- por el comentario aislado de John—. Sin embar-
soluto exclusivo de la EDF. Como hemos visto, go, existe evidencia que nos hace pensar que esta
la traducción entre materiales que representan y iconoclasia es una expresión de gracia y carisma
aquéllos que son representados es siempre inse- científicos, una semiótica de la visión. La índole
gura. Puede resultar que aquello que resulta ma- de la tercera lógica estratégica es más clara. Es el
nipulable no habla sino de sí mismo. carácter pragmático, oportunista y (como lo lla-
En suma, los gradientes de materiales estraté- maremos) de empresa que expresa la mayor parte
gicamente organizados, los nexos de traducción, de lo que dice Andrew. De hecho, la propuesta
son siempre inseguros. No hay dualismos ni di- con que Andrew cierra el diálogo conjuga hábil-
cotomías últimas. Lo estable y lo transitorio no mente empresa y administración: por una parte,
están nunca separados indefinidamente. Todas la administración regirá de ahora en adelante y
las estrategias concretas son también inciertas. «haremos lo que se debe hacer»; por otra parte,
Esto quiere decir que la «mejor» estrategia a me- se rechaza la petición de dinero para ordenar los
nudo es «impura», una que consiste en una mez- archivos anteriores, con celo empresarial, por-
cia de diferentes estrategias; y que es peligroso ce- que es demasiado cara —y una biga para la ley 22~
ñirse a una sola 20 Así pues, existen tanto la heterogeneidad na-
rrativa como la estratégica; pero, ¿cuáles son las
Nos hallamos en un gran laboratorio. Los implicaciones materiales de esta afirmación?
gestores están hablando sobre una solicitud Nuestra tesis es que cada lógica estratégica tien-
de dinero para que el bibliotecario ponga en
de a resultar en un conjunto distinto de relaciones
orden los archivos:
materiales, esto es, tiende a caracterizar y distin-
Andrew: «¿Qué archivos? No sabia que los tu- guir entre diferentes clases de materiales —entre
viéramos. ¿Dónde están?» los seres humanos, las máquinas, la sociedad y la
Tim: «En el sótano... Está abarrotado de cajas naturaleza— de un modo diferente. Si esta tesis
que la gente ha ido bajando allí según se han es correcta> resultará que cuando contemplamos
ido encontrando sin sitio en sus despachos’>. la actividad del mundo es como si mirásemos
Andrew: «¿Y qué pasa si cogemos y nos desha- dentro de una especie de caleidoscopio material
cemos de ellos?» donde los fragmentos materiales está siendo
Tim: «Está prohibido por la ley. Tenemos que continuamente organizados y reorganizados y
guardar los archivos de la organización». donde las personas pasan una y otra vez de ser

PW.11Cffi4
administradoras éticas a ser empresarias oportu- infraestructura la que debe tomar el control
nistas o visionarias carismáticas, y viceversa 23 cuando las personas lo pierden. La frontera en-
Las relaciones entre lógicas diversas no tiene tre humanos y máquinas no está fijada de mane-
porqué ser competitivas; también hay mezcla y ra unívoca en un mismo laboratorio, ni siquiera
combinación. Creemos que una combinación de en una sección de un laboratorio, ni tampoco en
estrategias bien puede ser más fuerte que cual- el habla de una mísma persona —ni tan siquiera,
quier estrategia singular en su forma más pura 24 siguiendo en esta línea, en el caso de una misma
Así pues, el argumento no es sólo que los mate- máquina—, sino que puede cambiar en un espa-
riales pueden estabilizar las relaciones humanas cio físico o temporal muy breve.
durante un período más o menos largo. También En resumen, pensamos que hay distintas se-
implica que los materiales están imbricados con mióticas, formas narrativas, lógicas (aunque no
los seres humanos de maneras diversas, dado estamos muy conformes con este término) y que
que saltar de una estrategia a otra signfica trazar se acompañan unas a otras, a veces complemen-
y retrazar la frontera entre la humanidad y las tándose, a veces contradiciéndose, para producír
máquinas: una acción —de hecho, para producir organiza-
ción 25 Hemos observado, además, que esto
«...tíenes que entender lo que estás hacien- comporta consecuencias complejas para la dis-
do», dice un científico que trabaja en el mismo tribución y asignación de características materia-
laboratorio, «porque si no, [el instrumento] no les: que los humanos, las máquinas y todo lo de-
es más que una caja negra en la que pones la más toman formas diversas y tienen diferentes
muestra y de la que sacas los datos. Todas las fronteras comunes dentro de cada una de las for-
órdenes de [este programa informático] son mas divergentes de ordenación.
bastante sencillas y te permitirán procesar los
datos. Pero tienes que tener algún conoci-
miento sobre difracción de rayos X. Es decir,
la filosofía es que deberías tener cierta idea 3. Materialismo heterogéneo
sobre la difracción de los rayos X y para qué
puedes utilizarlas>.
obres machos dominantes huma-
En este fragmento, que incorpora la lógica de
nos! No logran controlar las cla-
la vocación, los seres humanos aparecen retrata-
ves estratégicas de su sociedad
dos como concienzudos y responsables solucio-
como lo hacen los babuinos dominantes. Sus es-
nadores de enigmas mientras que las máquinas
trategias se diluyen como el azucar en el agua.
aparecen como herramientas o ayudas necesita- Son como las capas de los chips de silicio. Las
das de guía. Pero ésta no es la única división po- incorporan a bunkers, aviones, archivos y toda
sible de capacidades y tareas. En otra semiótica
clase de infraestructuras. Pero una estrategia
estratégica —por caso, la de la administración— nunca está sola. Siempre está rodeada de mu-
la responsabilidad de la conducta adecuada se
chas otras. Compitiendo o cooperando, tienen
atribuye a las máquinas y se exime de ella a los
que co-existir.
humanos:
No obstante, si las lógicas estratégicas coexis-
«[Con objeto de garantizar la seguridad res- ten, los objetos materiales que las incorporan no
pecto de la radiación] necesitamos nuevas ins- aparecerán sencillamente en una secuencia don-
talaciones que nos permitan prescindir de los de cada uno es más manipulable que el anterior.
protocolos escritos. Los protocolos [sirven] La cuestión no se reduce a la mera inflación por-
pero lo mejor es [no usarlos] durante mucho que los objetos conviven en el mundo. Puede
tiempo. Antes o después la gente termina sal- que el ordenador esté arrumbando a la máquina
tándoselos. Por tanto, habrá que cambiar el de escribir, pero es improbable que «derrote»
aparataje en un plazo razonable de tiempo.» completamente a la pluma, para no hablar del
bolígrafo, el lápiz o el pincel.
En este texto la gente no domina las máquinas
con sólo saber algo de rayos X —o sobre radia- Vamos a simplificar y a decir que hay una
cion—: no se puede confiar en la gente. Y es la «cosa» llamada «Doppler», un instrumento

P~tIAy
de diagnóstico médico que funciona sin inte- tos»? También podríamos decir que este Dop-
resar el cuerpo del paciente. Digamos que lo pler «es» diferente de aquel.
que hace es emitir ultrasonidos y recibir las
ondas reflejadas y que emplea como informa- Tendemos a asumir que existe un referente
ción la diferencia de frecuencia entre las dos. ahí fuera —una herramienta (Doppler) que ha-
Digamos que este instrumento se sirve del he- ce ciertas cosas o que actúa de ciertas formas
cho de que las longitudes de onda reflejadas concretas—. Quizá nos basta la idea de que los
por algo que se aleja son mayores que las re- usos que «le» damos o las interpretaciones a
flejadas por algo que se aproxima. Por tanto, que «le» sometemos son variables y negocia-
este instrumento es capaz de medir la veloci- bies. Pero, ¿qué pasaría si prescindimos del
dad de la sangre que circula por un vaso siem- «le»? Lo que ocurre es que nos encontramos
pre que se haga incidir el ultrasonido con un con que no hay un sólo Doppler, sino mu-
grado menor de unos cuarenta y cinco gra- chos. ¿Muchos Dopplers? ¿A que es descon-
dos 26 certante? ¿No?
El Doppler se usa para diagnosticar pacien- El cirujano Z utiliza una versíon levemente
tes con arterioesclerosis. Pero hace venticinco modificada del Doppler en su consulta. El pa-
años no existía y, por tanto, puede narrarse la ciente yace sobre la camilla y Z le unta algo de
historia de su aparición como una innovación. gel sobre el empeine y coloca el Doppler so-
El Doppler es un instrumento más manejable bre la piel, encima de un vaso sanguíneo, de
que el procedimiento que le «precedió» en el manera que el gel actúe como conductor in-
diagnóstico de la arterloesclerosis. Esa técni- termedio de los ultrasonidos. El aparato dice
ca, denominada angiografía, consistía en ra- «psiú, psiú» y Z atiende al tono de ese sonido,
diografiar los vasos tras haber inyectado en el pues le informa de la velocidad del flujo san-
flujo sanguíneo una solución de contraste. guineo. Esta información puede ser traducida,
Pero la angiografía no ha desaparecido; al por ejemplo, al idioma de la angiografía. Las
contrario, aún se practica. En realidad, es la imagenes angiográficas muestran la anchura
técnica decisiva en los hospitales donde el de la cavidad arterial. La traducción se realiza
Doppler no se ha «infiltrado» completamente. así: cuanto más agudo es el tono que emite el
En otros lugares, la angiografía se utiliza para Doppler más rápido es el flujo sanguíneo y
confirmar los resultados del Doppler si estos menor la amplitud del vaso.
insinúan que un paciente podría padecer un La comadrona Q tiene un pequeño Dop-
problema arterial. Y en algunos otros sitios la pler parecido en su consultorio. Proviene de
prueba con el Doppler sirve para determinar la misma fábrica, se llama igual y ha sido pro-
si un paciente tiene problemas arteriales pero ducido siguiendo los mismos planos. Su pa-
la angiografía se utiliza para decidir el técnica ciente yace sobre la camilla y Q le unta algo
quirúrgica para intervenirle. En suma, el Dop- de gel sobre el vientre y coloca el Doppler so-
pler y la angiografía comparten el trabajo de bre la piel, encima del lugar donde debería
«diagnosticar los pacientes con arterioesclero- estar el feto, de manera que el gel actúe como
sis» y entre ellos no hay una sola sino muchas conductor intermedio de los ultrasonidos.
divisiones del trabajo. También ella oye el <‘psiú, psiú», pero ella es-
cucha la frecuencia del sonido, pues le informa
Como las estrategias de que hablamos antes, de la regularidad y el pulso cardiaco del em-
nunca están solas; incorporan máquinas, objetos brión en curso. Esta información puede tradu-
materiales, técnicas; se relacionan entre sí. Nues- cirse, por ejemplo, a un lenguaje clínico. Si el
tro punto de partida fue éste: que las materiali- latido suena rápido y regular Q podrá decir:
dades no existen como entidades aisladas sino «Su bebé parece estar perfectamente», pero si
en relación con otras entidades. Sin embargo, y el latido es lento e irregular advertirá: «Me te-
éste es el punto que queremos acentuar ahora, mo que algo no va bien en este embarazo».
no sólo se relacionan con aquéllas que compar-
ten una red con ellas, sino que también entran a ¿No nos hallamos ante «distintos Dopplers»,
formar parte de otras redes. En cada una de uno que mide la velocidad de la sangre y otro
estas redes nuevos «aspectos» de su identidad que informa sobre los latidos de un corazón?
devienen importantes. ¿O acaso no son «aspec- ¿No hay uno que se utiliza para ver sí un pacien-

POLLT!~#4y
te tiene problemas en las piernas porque sus venas se a estas incertidumbres. Una es ignorarlas, in-
están atascándose y otro que se emplea para com- tentar restaurar el orden de las cosas, asumir que
probar el estado general de salud de un embrion? existe eso que los psicólogos llaman constancia-
Así pues, surge de pronto un nuevo conjunto de de-los-objetos. La alternativa es explorar el ca-
cuestiones: ¿Es el Doppler de este hospital «el mis- rácter de nuestros compromisos con el orden
mo» que el de aquel otro? ¿Es el Doppler que se material de las cosas. Esta alternativa es empíri-
emplea en esta técnica «el mismo» que sirve para ca; se cuestiona hasta qué punto existe la conti-
aquella otra? El Doppler que utiliza este técnico, nuidad material. Y una vez se considera que ésta
¿es «el mismo» que usa aquél? ¿Es el Doppler que se ha conseguido, se pregunta por los métodos,
se empleó ayer en este hospital «el mismo» que se estratégias o cualquier otra cosa que se emplee
está utilizando hoy? Esta es la clase de cuestiones para generar esa continuidad. En suma, esta es la
con las que nos enfrentamos si abandonamos una oferta del materialismo relacional: crear nuevas
hipótesis profundamente arraigada: la hipótesis de y emocionantes preguntas empíricas sobre la
la continuidad material. propia organización de lo material.
Ya habíamos adelantado algo de esto cuando
analizamos las diferentes estrategias semióticas
de los gestores. En ese contexto encontramos NOTAS
que las fronteras entre las grandes clases mate- Véase Haraway (1990).
riales son variables; que, por ejemplo, la demar- 2 Véase Callon y Latour (1981).
cación entre lo humano y lo mecánico dentro de ~ VéaseLaw(1987:113).
la semiótica de la administración es bastante di- Véase Callon (1987).
ferente de la que rige para la narrativa de la vo- Véase CaIlon (1980).
6 Electicité de France fracasé: las carreteras francesas si-
cación. Pero en este punto avanzamos otro paso,
guen llenas de coches que consumen combustibles deriva-
pues ya no estamos hablando sobre posibles dis- dos del petróleo.
continuidades entre grandes clases materiales, Véase también Latour (1987a, 1 987b) y Law (1991b).
sino que nos referimos a las posibles disconti- 8 VéaseLatour(1983; 1984).
nuidades entre (¿o intra?) materiales singulares. «La ciencia», dice Latour parodiando el célebre lema
de Clausewitz, «es la politica por otros medios».
Nuestra propuesta es que deberíamos abando- « En la práctica, cualquier clase de Pasteur podría ser
nar el supuesto, consolador pero superfluo, de tratada como un guión, como un efecto relacional o como el
que, de un modo u otro, todos los Dopplers que ordenamiento de una red, lo mismo su cuerpo que su vida
puedan aparecer serán lo mismo. «personal», su carácter como actor político, etc. Véase Ak-
rich (1992) para una noción de «guión» desarrollada en el
estilo semiótico de este artículo.
¿Cómo queda, después de esto, la sociedad De hecho, el término <actante se prefiere al de «actor»
humano-material en comparación con la de en algunas de las afirmaciones de la teoría. Véase, por ejem-
los babuinos? ¡En el mismo instante en que pío, Irréductionsen Latour (1984).
uno vuelve la espalda y mira para otro lado el 2 Sobre la última dicotomía, véase un planteamiento

mundo puede repentinamente haber cambia- análogo en Molí (1991).


“‘ Turkle (1984:45). Véase también Woolgar (1991).
do! Aún peor: el cambio puede proseguir in- >~ El empleo del anglicismo concreto por «cementon
cluso mientras intentamos observar con obsti- no es admisible en el español de España, a diferencia de lo
nada concentración las múltiples realidades que ocurre en gran parte de Latinoamérica. No obstante,
que nos rodean... nos hemos permitido este barbarismo para conservar el hu-
morismo del texto original. [N. del T.l
‘~ Véase Winner (1986a» la cita procede de la pg. 23.
El materialismo relacional es corrosivo (es de- >6 La historia del motor QL 320 se describe por extenso
cir, corrosivo para el orden analítico de cosas, en Law(1992).
para los supuestos que tendemos a incorporar en >7 Véase Latour (1990) para un desarrollo del argumen-

las historias que contamos acerca del mundo). lo sobre el carácter de la represeniación.
‘~ Hemos introducido cautelarmente el precautorio «casi»
Nos habíamos habituado a afirmar que las clases porque existen algunos usos del término <estrategia» en la
de lo humano y lo mecánico, de lo social y lo na- obra de Michel Foucauit y de los teóricos de las redes-actor
tural, tienden a variar. Ahora se convierte en algo que sugieren que ésta es concebible incluso en ausencia de un
igualmente cuestionable la continuidad entre oca- sujeto cognoscente. Véase en particular Foucauit (1981:95).
« Cooper denomina a esta distinción «jerarquía semio-
siones o actuaciones de humanos, máquinas, rela- técnica». Véase Cooper (1992).
ciones sociales o elementos naturales concretos. 20 Por cierto que esto es exactamente lo contrario de lo
Pensamos que hay dos maneras de enfrentar- que BoitanskiyThevenot (1991) dicen sobre las mezclas en
KNoRR, Karin D., KROHN, Roger y WHtTIZEY, Richard D.
su analisis de las maneras que emplea la gente para justificar (eds.) (1980): Tite Social Process of Scientific Investigation:
sus acciones. Estos autores mantienen que una justificación Sociology of tite Sciences Yearbook Vol. 4. Dordrecht and
que se basa en dos o tres lógicas es menos estable que aque-
Boston, Reidel.
lía que sólo emplea una. LATOUR, Bruno (1983): «Give Me a Laboratory and 1 Wiil
21 Agradecemos a los Editores de Tite Sociological Re- Raise the World», en Knorr-Cetina, K.D. y Mulkay, Mi.
view y a los gerentes por su autorización para reproducir (1983). Pp. 141-170.
esta conversación. LATOUR, Bruno (1984): Les Micro bes, Guerre et Pa& suiví de
22 Véase una versión ampliada de este argumento en Law ¡rréducdons. Paris, Collection Pandoe, A.M.Métailié (tra-
(1993). ducido al inglés como Tite Pasturization of France Cam-
23 Entre los gestores de un laboratorio la mayoría de la
bridge (Mass.), Harvard University Press, 1988).
accion y de la conversación están organizadas en términos LATOUR, Bruno (1987a): Science in Achon: How w Follow
de estas tres semióticas, pero hay una cuarta —la de la voca- Sciendss and Engineers Through Society Milton Keynes,
cion— que considera a las personas como diestras resolve-
Open University Press. (Traducido al español como Cien-
doras de enigmas. Por supuesto, no podemos dejar de seña- cia en Acción Labor, 1992).
lar que en otros contextos se pueden encontrar otras lógicas.
LATOUR, Bruno (1987b): «Tite Princefor machines as well as
24 Véase esta misma idea desarrollada de un modo algo for Machinations», en Elliol, (1987). Pp. 20-43.
diferente en Latour (1991). LATOUR, Bruno (1990). «Drawing Things Together», en
25 Véase Cooper y Burrel (1988) para la noción de pro-
Lynch, Mi. yWoolgar, 5. (1990) Pp. 19-68.
ducción de organización. LArouR, Bruno (1991): Nous Navons Jamais Sé Modernes.
26 Para una discusión más detallada de éste caso véase
Paris, La Découverte.
Molí (1992). LATOUR, Bruno y WOOLGAR, Steve (1979): Laboratory Líe:
tite Social Construction of Scient:fic Facn. Beverly Hilis,
BIBLIOGRAFÍA Sage. Reimpreso en Princeton, Princeton University
Press, 1986.
AICRICH, Madelaine (1992): «The De-Scription of Technical LAW, John (1987): «Technology and Heterogeneous Engi-
Objects, en Bijker, W. y Law, J. (1992). Pp. 205-224. neering: the Case of Ihe Portuguese Expansion», en Bij-
BSJXER, Wiebe E., HucHes, Thomas P. y PINCH, Trevor J. ker, W.E., Hughes, T.P. y Pinch, T. (1987). Pp. 111-134.
(eds.) (1987): Tite social Construction of Technical LAW, John (ed.) (1991a): A Sociology of Monsters: Essays on
Systems: New Directions in tite Sociology and History of Te- Power, Technology and Dornination. Sociological Reviw
chnology Cambridge (Mass.), MIT Press. Monograph, 38. Londres, Routledge and Kegan Paul.
BIJKER, Wiebe E. y LAw, John (eds.) (1992): Shaping Te- LAW, John (1991b): «Monsters, Machines and Sociotechni-
chnology/Building Society: Studies in Sociotechnical Chan- cal Relations», en Law, J. (1991a). Pp. 1-23.
ge, Cambridge (Mass.) y Londres, MIT Press. LAw, John (1992): «The Olympus 320 Engine: a Case Study
CALLON, Michel (1980): Síruggles and Negotiations to De- in Design, Autonomy aud Organisational Control», Te-
fine What is Problematic and What is Not: the Sociology
chnology & Cukure 33. Pp. 409-499.
of Transíation», en Knorr, K.D., Krohn, R. y Whitley, LAW, John (1993): Modernity, Myth and Materialism. Oxford,
R.D. (1980). Pp. 197-219. Blackwell, forthcoming.
CALLON, Michel (1987): «Society in the Making: the Study of LYNcH, Michael y WooLGAR, Steve (eds.) (1990): Representa-
Technology as a Tool for Sociological Analysis>, en Bij- (ion in Scienttfic Pracilve. Can,bridge (Mass.), MIT Press.
ker, W.E., Hughes, T.P. y Pinch, T.J. (1987). Pp. 83- t03. LYOTARO, Jean-Francois (1984): Tite Posnnodern Condition:
CALLON, Michel y LATOIJR, Bruno (1980): «Unscrewing the
a Report on Knowledgc Manchester, Manchester Univer-
Big Leviathan: How Actors Macrostructure Reality, and sity Press.
How Sociologisís Heip íhem lo Do So», en Knorr-Ceíina, MOLL, Annemarie (1991): «Wombs, Pigmentation and Pyra-
lCD. y Cicourel, A. (1981). Pp. 277-303. mids: Shouid Anti-Racists and Feminists try lo Confine
CooPeR, Robert (1992): «Formal organization as Represen- ‘Biology” To Its Proper Place», en Hermsen, J.J. y van
tation: Remote Control, Displacement and Abbrevia- Lenning,A. (1991). Pp. 149-163.
tion»,enReed,M.yHughes,T.P. (1992). MOLL, Annemarie (1992): «What is New? Doppler and its
Cooprsít, Robert y BuRRELL, Gibson (1988): «Modernism, Others: an Empirical Philosphy of lnnovations», Univer-
Postmodernism and Organizational Analysis: an Intro-
9.Pp. 91-112. siteit van Limburg, numeo.
duction». Organiza don Swdies, PIcKERÍNG, Andy (1992): «The mangle of Practice». Depart-
ELuor, Brian (ed.) (1987): Technology and Social Process,
Edimburgo, Edinburgh L.Jniversity Press. ment of Sociology, University of Illinois, Champaign-Ur-
FoucÁuLr, Michel (1981): Tite HistoryofSexuality, VoL i:an bana, mimeo.
Introduction. Harmondswoth, Penguin. REnO, M. y Huonas, M. (eds.) (1992): Rnhinking Organisa-
HERM5EN, Joke J. y VAN LENNtNO, Alkeline (eds.) (1991): don Londres, Sage.
Sharing tite D,fferences: Feminisí Debates in HollanaS Lon- Tunxuz, Sherry (1984): Tite Second Self Computees ansi tite
dres y Nueva York: Routiedge. Human Spirk. Nueva York, Simon and Schuster.
KNoRR-CEríNA, Karin D. y CícourtrL, Aaron V. (eds.) WtNNER, Langdon (1986a): «Do Artifacts Have Politics», en
(1981): Advances in Social Theory ansi Methodology: To- Winner, L. (1986b). Pp. 19-39.
ward an irnegradon of Micro— ansi Macro-Sociologies. Bos- WtNNER, Langdon (1986b): Tite Whale ansi ¡he Reactor a
ton, Routledge and ICegan Paul. Search for Limits itt an Age ofHigh Technology. Chicago,
KNoRR-CErINÁ, Karind D. y MULKAY, Michael 3. (eds) Chicago University Press.
(1983): Science Observed: Perspectives on tite Social Studies WOOLGAR, Síeve (1991): «Configuring the User: the Case of
of Science. Londres: Sage. Usability Trials», en Law, J. (1991 a). Pp. 5 8-99.

S-ar putea să vă placă și