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La evolución de la vida

en la Tierra
La historia de la vida no indica necesariamente progreso.

Ni es predecible. Los organismos han evolucionado a través

de una serie de episodios contingentes y fortuitos

Stephen Jay Gould

a selección natural es una teo­ explicar el cambio evolutivo. Por dos dos y su interpretación adquiere sen­

L ría tan poderosa cuan simple,


que ha resistido el análisis im­
placable y la comprobación tenaz a
razones principales. Primera, existen
otras muchas causas poderosas, sobre
todo en el dominio de la organiza­
tido si las pruebas son pertinentes.
Pero no puede predecirse de antema­
no. Pierre-Simon Laplace, re flejan­
que se ha visto sometida durante los ción biológica, más acá y más allá do el determinismo del siglo XVIII,
135 años transcurridos desde su for­ del tradicional enfoque darwiniano afirmaba que podría especificar todos
mulación. En esencia, sitúa el meca­ centrado en los organismos y en sus los estados futuros si conociera la
nismo del cambio evolutivo en una luchas por el éxito reproductivo. En posición y el movimiento de todas
"lucha" entre los organismos por el el nivel más bajo de sustitución de las partículas del cosmos en un mo­
éxito reproductivo, lo que conduce a pares de bases de ADN, el cambio mento dado; pero la naturaleza de la
una mejor adaptación de las poblacio­ suele ser neutro, y por ende aleato­ complejidad universal hace añicos
nes a un entorno que se transforma. rio. En niveles superiores, de especies esa quimera. La historia incluye de­
(Entre las tácticas para el éxito re­ o faunas enteras, el equilibrio pun­ masiado caos, o una dependencia ex­
productor se incluyen el apareamiento tuado o intermitente produce tenden­ tremadamente sensible de diferencias
temprano y más frecuente o una me­ cias evolutivas mediante la selección minúsculas e inconmensurables en
jor cooperación de los progenitores de especies de acuerdo con su tasa de las condiciones iniciales, lo que con­
en la crianza.) La selección natural, formación y extinción; al tiempo que duce a resultados divergentes sobre
por tanto, es un principio de adapta­ las extinciones en masa barren partes la base de disparidades mínimas en
ción local, no de progreso general. sustanciales de las biotas por moti­ el origen. Y la historia comprende
Pero la selección natural no es la vos que no guardan relación con las también excesiva contingencia: los
única causa del cambio evolutivo; en luchas adaptativas en las épocas "nor­ resultados actuales se deben a largas
numerosas ocasiones puede quedar en­ males" interpuestas entre dos de esos cadenas de estados antecedentes im­
sombrecida por otras fuerzas. Una episodios aniquiladores. predecibles y no a la determinación
aplicación taimada de la teoría evolu­ Vayamos con la segunda razón prin­ inmediata por leyes eternas de la na­
tiva da por sentado que puede encon­ cipal, núcleo de este artículo. Por turaleza.
trarse una explicación biológica sobre adecuada que sea nuestra teoría ge­
el valor adaptativo de cualquier carác­ neral del cambio evolutivo, seguimos l hombre no apareció en la Tierra
ter en su ambiente original. El propio esperando poder documentar y com­ E porque la teoría evolutiva predi­
Darwin insistió en la naturaleza mul­ prender la senda real recorrida por la ga su presencia fundándose en axio­
tifactorial del cambio evolutivo y aler­ historia de la vida. Sin duda, la teo­ mas de progreso y complejidad neural
tó frente a una confianza exclusiva en ría sirve para explicar ese camino y creciente. Los seres humanos surgie­
la selección natural. "Estoy convenci­ puede incluso predecir aspectos ge­ ron, por contra, en virtud de un re­
do, decía, de que la selección natural nerales del modelo geológico de la sultado fortuito y contingente de mi­
ha sido el medio de modificación más vida. Pero la senda real en cuanto les de acontecimientos trabados, cada
importante, aunque no el único." tal no está en absoluto determinada uno de los cuales pudo haber tenido
La selección natural no basta para por nuestra teoría general de la evo­ lugar de manera diferente y haber
lución. Este punto fundamental de la dirigido la historia hacia una senda
complejidad del mundo no suele en­ alternativa que no hubiera conducido
l. PLACA CON EJEMPLARES de Pte­ tenderse bien. Porque las redes y las a la conciencia. Por citar algunos de
ridinium, de Namibia; se trata de un or­ cadenas de acontecimientos históricos entre una multitud: 1) Si nuestro
ganismo prominente de la fauna de Edia­ son intrincadas, se hallan impregna­ linaje irrelevante y frágil no se hu­
cara, que apareció hace unos 600 millones das de elementos aleatorios y caóti­ biera contado entre los supervivien­
de años. Los animales ediacarenses se ex­ cos y se muestran irrepetibles (abar­ tes de la radiación inicial de vida
tinguieron antes de la explosión de la can multitud de objetos únicos que
vida moderna en el Cámbrico. Estos or­
interactúan de forma exclusiva) es
ganismos tenues, acolchados y laminares
por lo que los modelos clásicos de STEPHEN JA Y GOULD enseña bio­
podrían ser los antepasados de formas
modernas, pero también representar un predicción y replicación no pueden logía, geología e historia de la ciencia

experimento distinto, fracasado, de la vida aplicarse aquí. en la Universidad de Harvard, a cuyo


claustro pertenece desde 1967.
pluricelular. La historia es de hechos aconteci-

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de flujo de energía y de termodiná­
�� MURO IZQUIERDO DE MINIMA COMPLEJIDAD
mica (más biomasa en las presas que
---

•• PRECAMBRICO
- en los depredadores, por ejemplo).
••
- Las tendencias evolutivas, una vez se
••
- han iniciado, pueden tener una pre­
•• decibilidad local; por ejemplo, "ca­
-
•• rreras de armamentos" en las que los
<( -
13 •• depredadores y las presas pulen sus
z -
defensas y armas (una pauta que Gee­
� ·· �����---
0 rat J. Vermeij ha denominado "esca­
w
a:
lL PRESENTE lada" y ha ejemplificado en la robus­
tez, creciente con el tiempo, de las
quelas de cangrejos y de las conchas
de los gasterópodos que eran sus
presas). Pero las leyes de la natura­
leza no nos dicen en absoluto por
qué hay cangrejos y caracoles, por
qué los insectos predominan en el
mundo pluricelular y por qué las for­
mas de vida más complejas de la
COMPLEJIDAD
Tierra son los vertebrados.
2. EL PROGRESO NO GOBIERNA el proceso evolutivo. Ni siquiera constituye una
fuerza propulsora importante del mismo. La vida surge cerca de la "pared izquier­ on � ra 1� opinión según la cual la
da" de su complejidad, la más sencilla de cuantas cabe concebir y pueden conser­
varse. Este estilo de vida, el bacteriano, ha perdurado, es muy común y ha tenido
C .
histona de la VIda es un proce­
so predecible y de complejidad gra­
mucho éxito. Con el tiempo, algunos organismos se desplazan hacia la derecha y
dualmente creciente a través del
extienden así la cola correspondiente de la distribución de complejidad. Muchos se
mueven siempre hacia la izquierda, pero son absorbidos dentro del espacio ya ocu­
tiempo, existen tres rasgos prominen­
pado. El modo de vida bacteriano no ha cambiado nunca de posición; sólo ha crecido. tes del registro paleontológico, en
torno a los cuales vertebraremos el
resto del artículo. Se trata de los
pluricelular animal en la explosión y generalidades de la senda de la siguientes: la constancia de la com­
del Cámbrico, hace 530 millones de vida debemos acudir, más allá de los plejidad modal a lo largo de la his­
años, entonces no habría habido nin­ principios de la teoría evolutiva, al toria de la vida; la concentración de
gún vertebrado. (Sólo se ha encon­ examen paleontológico del modelo los hitos principales en breves explo­
trado un miembro de nuestro tipo o contingente de la historia real: la úni­ siones separadas por prolongados in­
phylum, el de los cardados, entre es­ ca versión que cristalizó entre los mi­ tervalos de relativa estabilidad, y el
tos primeros fósiles: Pikaia. Este ani­ llones de alternativas plausibles. Se­ papel de las condiciones externas
mal nadador, pequeño y simple, que mejante visión de la historia de la (por encima de todas, las extinciones
evidencia en su notocordio su rela­ vida se aleja de los modelos determi­ en masa) a la hora de arruinar las
ción de parentesco con nosotros, es nistas habituales en ciencia y se aparta pautas de las épocas "normales". Es­
uno de los fósiles más raros de la también de las ideas arraigadas en la tas tres características, combinadas
fauna cámbrica de Burgess Shale.) cultura occidental, donde el hombre con temas más generales de caos y
2) Si un grupo de peces de aletas constituye la expresión más sublime contingencia, requieren un nuevo mar­
lobuladas no hubiera desarrollado por de la vida y se erige en administra­ co para conceptualizar la historia de la
evolución huesos de las aletas con dor planetario por antonomasia. vida, razón por la cual este artículo
un fuerte eje central capaz de aguan­ La senda de la vida incluye, sin se cierra con sugerencias para una
tar peso en tierra, entonces quizá los duda, muchas características predeci­ nueva iconografía de la evolución.
vertebrados nunca hubieran colonizado bles a partir de las leyes de la na­ La Tierra tiene 4600 millones de
la tierra firme. 3) Si un gran cuerpo turaleza, pero estos aspectos son de­ años de edad y las rocas más anti­
extraterrestre no hubiera hecho im­ masiado generales para proporcionar guas datan de hace unos 3900 millo­
pacto en el planeta hace 65 millones la "exactitud" que buscamos a la hora nes de años; la superficie de la Tierra
de años, entonces los dinosaurios tal de validar los resultados de la evo­ se fundió en una fase muy temprana
vez seguirían siendo dominantes y los lución: rosas, setas, personas, etcéte­ de su historia, como resultado del bom­
mamíferos insignificantes (situación ra. Los organismos se adaptan a los bardeo por grandes fragmentos de re­
registrada a lo largo de los 100 mi­ principios físicos, y se hallan cons­ siduos cósmicos, durante la coalescen­
llones de años anteriores al suceso). treñidos por ellos. En este sentido, cia del sistema solar, y del calor
4) Si una pequeña estirpe de prima­ no ha de sorprendernos, dadas las generado por desintegración radiacti­
tes no hubiera alcanzado por evolu­ leyes de la gravedad, que los mayo­ va de isótopos de vida corta. Estas
ción la postura erecta en las sabanas res vertebrados en el mar (las balle­ rocas antiquísimas, harto metamorfo­
africanas, hace de dos a cuatro mi­ nas) superen a los más pesados ani­ seadas por el calor y la presión sub­
llones de años, entonces nuestra as­ males en tierra (los elefantes en la siguientes, no conservan fósiles (aun­
cendencia podría haber terminado en actualidad, los dinosaurios en el pa­ que algunos ven, en las proporciones
un linaje de simios que, como el chim­ sado), que, a su vez, son mucho más de isótopos de carbono de las mis­
pancé y el gorila, se habrían conver­ corpulentos que los mayores verte­ mas, señales de producción orgáni­
tido en especies marginales desde el brados que jamás hayan volado (los ca). Las rocas cuya alteración no les
punto de vista ecológico, condenadas pterosaurios del Mesozoico). impide conservar fósiles celulares (se­
probablemente a la extinción pese a Existen reglas ecológicas predeci­ dimentos africanos y australianos de
la complejidad de su conducta. bles que rigen la estructuración de 3500 millones de años de antigüe­
Para entender, pues, los episodios las comunidades mediante principios dad) sí preservan células procariotas

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(bacterias y cianófitos) y estromato­ sódicas. Ni siquiera constituyen una hipótesis están sólo empezando a co­
litos (tapices de sedimento atrapado serie evolutiva. Forman una secuen­ secharse; carecemos todavía de apo­
y compactado por estas células en cia abigarrada de taxones Iejanamente yo paleontológico para formular ge­
aguas marinas someras). Así, la vida emparentados; de acuerdo con la re­ neralizaciones. Con todo, los dos
evolucionó rápidamente en el planeta presentación al uso: una célula euca­ primeros estudios (realizados por Da­
y remonta su origen a la primera riota, una medusa, un trilobite, un nau­ niel W. McShea sobre vértebras de
oportunidad presentada. Este hecho, tiloideo, un euriptérido (pariente de mamíferos y por George F. Boyajian
por sí solo, parece indicar una ine­ la cacerola de las Molucas), un pez, sobre líneas de sutura en ammonites)
vitabilidad, o al menos una predeci­ un anfibio como Eryops, un dinosau­ no demuestran tendencias evolutivas
bilidad, del nacimiento de la vida a rio, un mamífero y un ser humano. No que favorezcan un aumento de com­
partir de los constituyentes químicos hemos de ver en esa secuencia el plejidad.
de la atmósfera y el océano. hilo conductor de la historia de la Además, cuando consideramos que,
vida. Más que en una tendencia, pién­ por cada modo de vida que implica
ras este inicio procariota surgie­ sese en un organismo ocasional que una mayor complejidad, existe pro­
T ron organismos más complejos. salta a la región derecha vacía del bablemente otro tipo de similar ven­
Primero, las células eucariotas, hace espacio de complejidad. Durante todo taja basado en una mayor simplicidad
unos dos mil millones de años; lue­ ese tiempo, el modo bacteriano ha de forma (suele darse en parásitos, por
go, animales pluricelulares hace unos crecido en altura y se ha mantenido ejemplo), entonces la evolución pre­
600 millones de años, con el tránsito en su posición constante. Las bacte­ ferente hacia la complejidad parece a
de la mayor complejidad desde los rias son los triunfadores en el relato priori improbable. Nuestra impresión
invertebrados hasta los vertebrados de la vida. Ocupan una gama de am­ de que la vida evoluciona hacia una
marinos y, por último (si nos atene­ bientes más amplia y se extienden en mayor complejidad obedece, verosí­
mos al criterio de la arquitectura neu­ un rango de constituciones bioquími­ milmente, a un sesgo inspirado por un
ral), reptiles, mamíferos y humanos. cas más vasto que el de ningún otro enfoque localista (nuestra propia es­
Esta es la secuencia que nos ofrecen grupo. Son adaptables, indestructibles pecie), lo mismo que la excesiva aten­
los manuales antañones con las de­ y variadísimas. ción consiguiente a organismos com­
nominaciones de "edad de los inver­ Podría aceptarse que la adquisición plejos, mientras dejamos de lado otras
tebrados", "edad de los peces", "edad de complejidad creciente en el domi­ estirpes que se adaptan igual al ad­
de los reptiles", "edad de los mamí­ nio de la vida representa, en su glo­ quirir una forma más sencilla. El pa­
feros" y "edad del hombre". balidad, una pseudotendencia basada rásito que ha experimentado una de­
Aunque no niego los hechos del en la constricción de la pared iz­ generación morfológica, y se halla a
párrafo anterior, entiendo que nuestra quierda y aun así mantener que la salvo en el interior de su patrón, goza
inclinación por una historia ascen­ evolución en el seno de ciertos gru­ de la misma posibilidad de éxito evo­
dente con los humanos en el ápice ha pos favorece, de forma discriminada, lutivo que su pariente redomadamente
distorsionado la interpretación de la la complejidad cuando el linaje fun­ complejo que ha de habérselas con
senda de la vida al colocar errónea­ dador empiece suficientemente lejos las hondas y los arcos de la azarosa
mente en el centro un fenómeno me­ del muro izquierdo y permita el mo­ fortuna en un hostil mundo exterior.
nor, que surge sólo como secuela vimiento en ambos sentidos. Las Aun cuando la complejidad fuera
lateral de un punto de partida física­ pruebas empíricas de esta interesante mero distanciamiento de una pared
mente limitado. La característica más
notable de la vida ha sido la estabili­
dad de su modo bacteriano desde el
inicio del registro fósil hasta nuestros
días; rasgo que, además, perdurará
mientras la Tierra aguante. Estamos
en la "edad de las bacterias". Lo fue
en el principio y lo será por siempre.
Por razones relacionadas con la quí­
mica del origen de la vida y con la
física de la autoorganización, los pri­
meros seres surgieron en el límite
inferior de la complejidad retenible e
imaginable de la vida. Llamémosle el o
c..
"muro izquierdo" de una arquitectura :2
UJ
de la complejidad. Dado el mínimo ¡::
espacio existente en el registro fósil
entre esta pared y el modo bacteria­
no inicial, sólo cabe una dirección
para el incremento futuro: hacia la
derecha, hacia una mayor compleji­
dad. De vez en cuando, surge por
DIVERSIDAD ANATOMICA
evolución un organismo más comple­
jo y extiende el rango de la diversi­ 3. NUEVA REPRESENTACION DEL ARBOL DE LA VIDA, donde se muestra que
dad en la única dirección disponible. la máxima diversidad en las formas anatómicas (no en el número de especies) se
alcanzó en un momento muy temprano de la historia pluricelular de la vida. Los
En términos técnicos, la distribución
tiempos posteriores dan fe de la extinción de la mayoría de estos experimentos ini­
de la complejidad se hace más ses­
ciales y de un éxito espectacular en el rango de las estirpes supervivientes. Este éxito
gada a la derecha a lo largo de estas se mide por la proliferación de especies, pero no por el desarrollo de nuevas anato­
adiciones ocasionales. mías. Hay más especies hoy que nunca hubo, aunque se hallan restringidas a un
Pero las adiciones son raras y epi- número menor de anatomías básicas.

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izquierda limitante, podríamos inferir 3000 millones de años no aparece,
que las tendencias en esa dirección sin embargo, ningún destello de or­
serían más predecibles y característi­ ganización animal pluricelular. Si tan
cas de la senda de la vida si los in­ buena es la complejidad, y la pluri­
crementos de complejidad se sumaran, celularidad representa su fase inicial
en el curso del tiempo, de una forma en nuestra concepción habitual, ha­
persistente y gradualmente acumula­ brá que convenir en que la vida se
tiva. Pero no hay tal. El registro fósil lo pensó mucho antes de dar ese
nos pone de manifiesto la existencia paso. Demora que cuestiona la idea
de largos retazos de estabilidad rotos de progreso general como motivo
por espasmos episódicos. principal de la historia de la vida,
aun cuando ese retardo pueda justi­
a vida permaneció casi exclusiva­ ficarse por la ausencia de suficiente
L mente unicelular durante las pri­ oxígeno atmosférico durante la ma­
meras cinco sextas partes de su his­ yor parte del Precámbrico o por el
toria, desde los primeros fósiles, de fracaso de la vida unicelular en con­
hace 3500 millones de años, hasta seguir algún umbral estructural que
los primeros animales pluricelulares, actuara de prerrequisito para la plu­
de hace menos de 600 millones de ricelularidad.
años. (Algunas algas pluricelulares Y lo más curioso: los estadios prin­
se desarrollaron hace más de 1000 cipales de la organización de la ar­
millones de años, pero pertenecen al quitectura animal ocurrieron en un
reino vegetal, sin vinculación genea­ corto período, entre hace menos de
lógica con los animales.) Este dilata­ 600 millones de años y hace unos
do período de vida unicelular incluye 530 millones de años, a lo largo de·
la transición desde las células proca­ una secuencia de etapas discontinuas
riotas simples, sin orgánulos, hacia y episódicas, no de acumulación
las células eucariotas, con núcleo, gradual. La primera fauna, llamada
mitocondrias y otras estructuras de ediacarense en honor de la localidad
la arquitectura intracelular; durante australiana (Ediacara) de su descubrí-

l. Vauxia (grácil) 10. Pikaia 21. Habelia 33. Burgessochaeta


2. Branchiocaris 11. Micrornitra 22. Emeraldel/a 34. Sidneyia
3. Opabinia 12. Echmatocrinus 23. Burgessia 35. Odaraia
4. Amiskwia 13. Chancel/oria 24. Leanchoilia 36. Eiffelia
5. Vauxia (robusta) 14. Pirania 25. Sanctacaris 37. Mackenzia
6. Malaria 15. Choia 26. Ottoia 38. Odontogriphus
7. Aysheaia 16. Leptomitus 27. Louisel/a 39. Hallucigenia
8. Sarotrocercus 17. Dinomischus 28. Actaeus 40. Elrathia
9. Nectocaris 18. Wiwaxia 29. Yohoia 41. Anomalocaris
19. Naraoia 30. Peronochaeta 42. Lingulel/a
20. Hyolithes 31. Selkirkia 43. Scenella
32. Ancalagon 44. Canadaspis
45. Marre/la
46. Olenoides

'.

'•
-.
miento inicial y conocida ya en ro­ sos, desde el asentamiento de los di­ te nuevos phyla. Pero otros conceden
cas de todos los continentes, consta nosaurios hasta el origen de la cons­ que la diversidad del Cámbrico igua­
de frondes, láminas y rodetes, estruc­ ciencia humana. Pero, en el fondo, ló, al menos, la gama moderna. Así
turas muy planas y formadas por nu­ fueron variaciones sobre temas esta­ pues, hasta la tesis más cauta sostie­
merosos segmentos finos que se blecidos durante la explosión del Cám­ ne que los 500 millones de años de
agrupan en forma de acolchados. Se brico. No podemos, pues, hablar de posibilidades ulteriores no han dila­
debate ahora la naturaleza de la fau­ tendencias predecibles e inexorables tado el rango de vida animal alcan­
na ediacarense. No parece tratarse de en la dirección del progreso y la com­ zado en el Cámbrico, conseguido en
meros precursores de formas poste­ plejidad al interpretar este cuadro: sólo cinco millones de años.
riores. Quizá constituyeron un expe­ tres mil millones de años de unice­ Tampoco sabemos por qué se ex­
rimento de vida animal distinto que lularidad, seguidos de cinco millones tinguió la mayoría de los experimen­
fracasó, o tal vez representaron una de años de intensa creatividad y des­ tos iniciales, en tanto que algunos
gama completa de organización di­ pués rematados por más de 500 mi­ sobrevivieron para convertirse en
ploblástica (de dos capas), de la que llones de años de variaciones sobre nuestros tipos modernos. Uno se siente
el actual phylum Cnidarios (corales, pautas anatómicas ya afincadas. tentado a afirmar que los vencedores
medusas y sus afines) queda como ganaron gracias a su mayor comple­
un remanente mínimo y alterado. o sabemos por qué la explosión jidad anatómica, mejor ajuste ecoló­
En cualquier caso, se extinguieron N del Cámbrico logró establecer gico u otra característica predecible
antes de que evolucionara la biota los principales tipos anatómicos con de lucha darwinista. Pero ·no se apre­
cámbrica. El Cámbrico empezó des­ semejante celeridad. De la ecología cian rasgos distintivos que aúnen a los
pués, con la "pequeña fauna de con­ nos llega una atractiva explicación vencedores. Hemos, pues, de abrir­
chas", un conjunto de fragmentos y "externa": la explosión del Cámbrico nos a la alternativa radical que pro­
piezas, de difícil interpretación. Lue­ representa una ocupación inicial del pone que cada uno de esos ensayos
go, hace unos 530 millones de años, "baúl ecológico" de nichos para or­ originales recibió poco más que el
se inició otra eclosión de vida (o ganismos pluricelulares; cualquier equivalente de un boleto en la mayor
"pulso"), la famosa explosión del Cám­ experimento encontró su espacio. El lotería que jamás se haya jugado en
brico; durante la misma, todos los baúl no se ha vaciado nunca; hasta nuestro planeta; defiende también
phyla modernos de vida animal, me­ las grandes extinciones en masa de­ que cada linaje superviviente habita
nos uno, dejaron huella en el regis­ jaron especies en cada función prin­ hoy en la Tierra más por el azar del
tro fósil. (Este intervalo de floreci­ cipal, y la ocupación del espacio sorteo que por cualquier lucha pre­
miento filético abarcó cinco millones ecológico por parte de éstas cerró el decible por la existencia. La historia
de años.) Los Briozoos, organismos paso a innovaciones fundamentales. de la vida animal pluricelular encaja
marinos sésiles y coloniales, no sur­ Esa explicación externalista debe mejor en un relato de gran reducción
gieron hasta el principio del período complementarse con otra de carácter de las posibilidades iniciales, con la
subsiguiente, el Ordovícico, pero este "interno", basada en la genética y el estabilización de supervivientes afor­
retraso bien pudiera deberse a nues­ desarrollo: los primeros animales tunados, que en la narración al uso
tro fracaso en la búsqueda de repre­ pluricelulares gozarían de una flexi­ que habla de una expansión ecológi­
sentantes cámbricos del grupo. bilidad para el cambio genético y la ca uniforme y de progresiva comple­
Vendrían luego episodios portento- transformación embriológica que irían jidad morfológica.
perdiendo a medida que los organis­ Este modelo de largos períodos de
mos "se bloquearan" en un conjunto estasis, rotos por súbitos episodios
de patrones estables y prósperos. de cambio que establecen nuevos equi­
4. DIVERSIDAD registrada en los albo­
res de la vida pluricelular animal, duran­ Este período inicial de flexibilidad librios, pudiera generalizarse en va­
te el período Cámbrico (hace 530 millo­ a la vez interna y externa produjo rias escalas de tiempo y magnitud,
nes de años). Los organismos que se una gama de anatomías de inverte­ para crear una suerte de estructura
ilustran aquí se encuentran en la fauna brados que podría haber excedido fractal de sibisemejanza. Según el mo­
de Burgess Shale. Comprenden algunas (en los escasos millones de años que delo de especiación por equilibros in­
formas familiares (esponjas, braquiópo­
operó) el rango entero de vida ani­ termitentes, las tendencias que operan
dos) que han sobrevivido. Pero muchos
mal que respira hoy en todos los en el seno de las estirpes se fraguan
organismos (como el gigantesco Anomalo­
caris, abajo a la derecha, el mayor de to­ ambientes de la Tierra (tras 500 mi­ a través de episodios acumulados de
dos los animales del Cámbrico) no resis­ llones de años para su ulterior ex­ especiación instantánea ("instantánea"
tieron m ocho tiempo; su peculiaridad pansión). Las opiniones se dividen a a escala geológica), y no a través de
anatómica nos impide clasificarlos entre este respecto. Para unos, la gama ana­ cambios graduales en el interior de
los phyla conocidos. tómica de esta explosión inicial superó poblaciones continuas.
la de la vida moderna, al haberse ex­ Aun cuando la teoría evolutiva im­
tinguido muchos experimentos tempra­ plicara, para la senda de la vida, una
nos y no haber surgido posteriormen- potencial dirección interna (afirma­
ción cuestionada por los datos y los
argumentos aducidos), la imposición
41 ocasional en el ambiente de un cam­
bio rápido, . profundo e incluso catas­
trófico, habría bloqueado dicha pauta.

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5. REPRESENTACIONES CLASICAS DE LA HISTORIA DE LA VIDA; revelan la El impacto que sobre la vida pro­
distorsión dimanante de la concepción según la cual la evolución entraña un principio ducen las extinciones en masa no es
básico de progreso y complejidad creciente. En estas pinturas de Charles R. Knight,
azaroso. Unas estirpes sucumben y
de un número de 1942 de la revista National Geographic, el primer recuadro muestra
otras sobreviven según carezcan o po­
invertebrados de Burgess Shale. Pero en cuanto, por evolución, entran los peces (2),
sean características evolucionadas.
ya no hay escena subsiguiente que muestre ningún otro invertebrado, aunque no
desaparecieron ni dejaron de evolucionar. Cuando surgen los vertebrados terrestres Pero si la causa desencadenante de
(3), se esfuman los peces, pese a ilustrarse el retorno al mar de estirpes de vertebrados la extinción fue súbita y catastrófica,
terrestres (4). La secuencia siempre termina con mamíferos (5), aunque peces, in­ las razones para resistir o morir pue­
vertebrados y reptiles todavía existen; y, desde luego, con seres humanos (6). den ser independientes del valor ori­
ginal que tuvieran rasgos consegui­
dos por evolución y decisivos en las
Estos cambios ambientales, que de­ presentaron en 1979 datos que indi­ luchas darwinistas durante los tiem­
sencadenan la extinción en masa de caban que el impacto de un gran pos normales. Este modelo de "reglas
un elevado porcentaje de especies, objeto extraterrestre (ellos sugerían diferentes" de la extinción en masa
pueden obligar a descarrilar cualquier un asteroide de siete a diez kilóme­ confiere un carácter accidentado e
dirección interna, reconduciendo la tros de diámetro) desencadenó la úl­ impredecible a la senda de la vida,
senda de la vida de suerte tal que la tima gran extinción, en el límite en­ toda vez que los linajes no pueden
pauta emergente parezca errática y tre el Cretácico y el Terciario, hace anticipar futuras contingencias de tal
concentrada en episodios, más que uni­ 65 millones de años. La hipótesis de magnitud y de acción tan dispar.
forme y direccional. Desde los albo­ los Alvarez recibiría un sólido res­ Citaré dos ejemplos de la extin­
res de la paleontología se han venido paldo con el descubrimiento de la ción del Cretácico-Terciario, desenca­
identificando extinciones en masa; las "pistola humeante", un cráter del ta­ denada por un impacto hace 65 millo­
principales divisiones de la escala de maño y edad apropiados situado en nes de años. Cierto estudio publicado
tiempo geológico se establecieron en aguas que bordean Yucatán. en 1986 señalaba que las diatomeas
las fronteras marcadas por tales desas­ sobrevivieron a la extinción mucho
tres. Pero hasta las postrimerías de los el trabajo de David M. Raup, J. J. mejor que otros grupos unicelulares
años setenta, los paleontólogos solían D Sepkoski, Jr., y David Jablonski del plancton (en particular, cocolito­
considerar las extinciones en masa me­ se desprende que la vida pluricelular forales y radiolarios). Observaba que
ras intensificaciones de acontecimientos animal ha experimentado cinco prin­ muchas diatomeas habían desarrolla­
ordinarios, que conducían (como máxi­ cipales extinciones en masa (al final do una estrategia de quiescencia por
mo) a una aceleración de las tenden­ del Ordovícico, en el Devónico tar­ enquistamiento, quizá para sobrevivir
cias reinantes en tiempos normales. dío, al final del Pérmico, al final del a través de períodos estacionales de
En el marco de la teoría gradualista de Triásico y al final del Cretácico) y condiciones desfavorables (meses de
la extinción en masa, tales episodios un número mayor de episodios me­ oscuridad en las especies polares, fa­
tardaban varios millones de años en nores a lo largo de 530 millones de tales para estas células fotosintetiza­
desarrollarse (y se atribuía el carácter años. No tenemos pruebas evidentes doras, y disponibilidad esporádica
repentino de desapariciones y apari­ de que cada uno de esos eventos, del silicio necesario para construir
ciones a un artefacto de un registro salvo el último, fuera desencadenado sus esqueletos). Otras células planc­
fósil imperfecto); se limitaban a ace­ por un impacto catastrófico, pero sí tónicas no habían desarrollado nin­
lerar el ritmo de los procesos ordi­ queda establecido que las extinciones gún mecanismo de vida latente. Si el
narios (se pensaba, por ejemplo, en en masa fueron más frecuentes, rápi­ impacto de finales del Cretácico pro­
una competencia darwinista más in­ das, aniquiladoras y diferentes en su dujo una nube de polvo que bloqueó
tensa en los tiempos duros, lo que efecto que lo imaginado hasta enton­ la luz durante varios meses o por
conducía a una sustitución más efi­ ces por los paleontólogos. Esas cua­ más tiempo, entonces las diatomeas
caz de las formas menos adaptadas). tro notas encierran los supuestos ra­ sobrevivirían gracias a un azar, los
La nueva interpretación de las ex­ dicales de la extinción en masa de mecanismos de quiescencia apareci­
tinciones en masa las convirtió en los que se parte para entender la dos por evolución para una función
hitos decisivos de la senda de la senda de la vida como algo más con­ completamente distinta, a saber, la
vida que ejercían efectos radicalmen­ tingente y aleatorio que predecible y de capear las sequías estacionales en
te diferentes. Luis y Walter Alvarez direccional. tiempos normales. Las diatomeas no

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son superiores a los radiolarios ni a relegó a un "origen animal" y Freud, su auge hasta la dominancia, aconte­
otros grupos planctónicos que su­ con el inconsciente, hizo añicos el ció durante la época de los dinosau­
cumbieron en mucho mayor número; mito del hombre racional. rios, y hoy cuentan con más de la
simplemente, se encontraron dotadas En ese sentido freudiano, la revo­ mitad de todas las especies de ver­
de un rasgo evolutivo favorable que lución darwinista sigue siendo in­ tebrados. ¿Por qué colocar al hombre
les permitió la transición a través del completa. Aunque se acepta el hecho en el remate de todas las secuencias?
impacto y sus secuelas. de la evolución, la mayoría continúa Tras nuestro orden, el de los prima­
Los dinosaurios perecieron al final mostrándose reacia a abandonar la tes, antiguo entre los mamíferos, sur­
del Cretácico, lo que dejó a los ma­ confortable idea de evolución enten­ gieron muchos otros linajes.
míferos el dominio del mundo de los dida como progreso o preñada al me­ No completaremos la revolución de
vertebrados. Muchos suponen que los nos con un principio básico de avan­ Darwin hasta que encontremos otra
mamíferos resistieron estos tiempos ce; progreso que haría predecible, si representación visual de la historia
difíciles por alguna razón de supe­ no inevitable, la aparición de la con­ de la vida. J. B. S. Haldane proclamó
rioridad general sobre los dinosau­ ciencia humana. No destruiremos el que la naturaleza es "más excéntrica
rios. Pero tal conclusión parece im­ pedestal mientras continuemos defen­ de lo que podemos suponer", pero
probable. Mamíferos y dinosaurios diendo, como principio fundamental, estos límites podrían ser sólo impe­
habían coexistido durante 100 millo­ el progreso o la adquisición de com­ dimentos sociales, sin nada que ver
nes de años; durante ese lapso los plejidad· creciente, mientras no acep­ con nuestras neuronas. Nuevas imá­
mamíferos persistieron con la talla temos la posibilidad de que Horno genes pueden hacer saltar tales he­
de una rata o incluso menor, sin dar sapiens constituya una ramita minús­ rrajes. Arboles (yo diría arbustos que
ningún "paso" para desalojar a los cula, surgida en el último momento, se ramifican copiosos y lujuriantes),
dinosaurios. Ante la falta de un ar­ del arbusto frondoso de la vida; un y no escalas de los seres y secuen­
gumento sólido que justifique el pre­ pequeño brote que no aparecería una cias, guardan la llave de esa transi­
dominio de los mamíferos basado en segunda vez si pudiéramos replantar ción conceptual.
una superioridad general, habrá que el arbusto desde su semilla.
convenir en que la casualidad cons­ Somos animales visuales. Las ilus­ emos de aprender a ilustrar la
tituye la explicación más plausible. traciones que dibujamos traicionan H gama completa de la variación.
Parece verosímil que los mamíferos nuestras más profundas convicciones Hemos de reconocer que el árbol
sobrevivieran gracias, en parte, a su y exhiben nuestras limitaciones con­ pudo haber contenido un número má­
tamaño pequeño (que posibilita po­ ceptuales. Los artistas pintan la his­ ximo de ramas en los comienzos de
blaciones mucho mayores -resisten­ toria de la vida fósil en una secuencia la vida pluricelular y que la historia
tes, por ende, a la extinción- y con desde los invertebrados al hombre, subsiguiente es, en su mayor parte,
menos especialización ecológica, o más pasando por peces, primeros anfibios un proceso de eliminación y de su­
lugares donde refugiarse). Esa talla terrestres, reptiles, dinosaurios y ma­ pervivencia afortunada de unos po­
pequeña quizá no fuera una adapta­ míferos. cos. Las ramitas apicales son brotes
ción positiva para los mamíferos, sino No hay escena que muestre otro accidentales, no culminaciones prede­
síntoma de su incapacidad permanen­ invertebrado tras la aparición de los cibles del arbusto que las sustenta.
te para penetrar en los lares de los peces, ¡pero los invertebrados no de­
dinosaurios dominantes. Pero seme­ saparecieron ni dejaron de evolucio­
jante carácter "negativo" en tiempos nar! Después de la llegada de los BIBLIOGRAFIA COMPLEMENTARIA
normales pudo trocarse en razón cla­ reptiles terrestres, se esfuman las re­
THE BURGESS SHALE. Henry B. Whitting­
ve para su supervivencia. presentaciones de peces (los cuadros ton. Yale University Press, 1985.
Sigmund Freud acostumbraba decir marinos pintan sólo reptiles que re­ EXTINCTION: A SCIENTIFIC AMERICAN
que las grandes revoluciones de la tornan al mar, como ictiosaurios y BooK. Steven M. Stanley. W. H. Free­
historia de la ciencia compartían un plesiosaurios). Pero los peces no de­ man, 1987.
rasgo singular y paradójico: derrocar jaron de evolucionar una vez que LA VIDA MARA V !LLOSA: BURGESS SHALE Y

la arrogancia humana de los pedes­ una pequeña estirpe colonizó la tie­ LA NATURALEZA DE LA HISTORIA. S. J.
Gould. Crítica, 1991.
tales en que se había subido. Copér­ rra firme. La verdad es que el prin­
EL LIBRO DE LA VIDA. Dirigido por S. J.
nico desplazó nuestro hogar desde el cipal hito de la evolución de los ·

Gould. Crítica, 1993.


centro hasta la periferia; Darwin nos peces, el origen de los teleósteos y

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