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Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino

Facultad de Ciencias de la Salud


Licenciatura en Psicología
Asignatura: TÉCNICAS DE EXPLORACIÓN PSICOLÓGICA I

ANÁLISIS DE LA ENTREVISTA
Consideraciones generales y pautas de análisis:
El primer paso a seguir es la trascripción textual de la entrevista, incluyendo tanto lo verbal como
las manifestaciones conductuales.
Haremos una división del análisis de la entrevista en dos aspectos:
1) Aspectos fenomenológicos: son aquellos que nos son ofrecidos al estudio por medio de la
observación directa (pero a su vez lo más minuciosa y cuidadosa posible). Consiste en descubrir el
conjunto de síntomas que presenta el paciente a través de sus manifestaciones verbales y corporales. El
estudio sintomatológico se realiza de acuerdo a la concepción psicopatológica clásica, dentro de la que
existe una relación directa entre los síntomas predominantes y las entidades psicopatológicas.
2) Aspectos psicodinámicos: incluyen a los anteriores, pero el objetivo es llegar a conocer la
relación existente entre la sintomatología y la manera peculiar de ser del individuo que la padece. Esta
relación procura seguir una causalidad en lo que la sintomatología mantiene una relación directa con los
dinamismos psicológicos (relación entre las diversas instancias psíquicas que da por resultado una
determinada estructura de personalidad acompañada de una determinada sintomatología, en una
relación que no es lineal).

ESTUDIO DE LOS ASPECTOS FENOMENOLÓGICOS


Semiología Psiquiátrica
Apariencia general, porte y actitud: se tendrá en cuenta cómo entra el paciente al consultorio, el modo de
saludar (si es que lo hace), de dar la mano, sus facies y las diversas tensiones psicomotoras a través de
las que expresa sus emociones.
La entrevista inicial proporciona la oportunidad de notar cualquier signo fisiológico patente de
angustia, como por ejemplo: manos húmedas, el hecho de secarse el sudor de la frente, inquietud,
postura tensa, voz forzada, pupilas dilatadas, actitud de vigilancia defensiva, etc.
Se debe poner atención en la manera de vestir del paciente, porte al caminar, postura, gestos y
voz, así como el cuidado que pone en su persona y en su ropa (Ej.: pacientes maníacos portan medallas,
anillos, pulseras, a la vez que visten desprolijamente; pacientes histéricos tienen un manejo del cuerpo
de tipo seductor; pacientes en estado depresivo dejan relucir dejadez).
También se debe notar si el paciente es accesible, franco, evasivo (pacientes paranoides), si
trata de serle simpático al entrevistador, amanerado, etc.

Funciones Psíquicas
Conciencia: la conciencia está íntimamente fusionada y consustanciada con todo aquello que podemos
percibir y con el yo, como una de las instancias del psiquismo.
En condiciones normales la conciencia entraña lucidez y claridad, pero bajo el imperio de
diversas circunstancias, esa claridad puede perturbarse y experimentar diferentes grados de
debilitamiento, desde una leve turbiedad hasta la falta de conciencia absoluta. La conciencia se puede
hallar obnubilada, pudiéndose distinguir tres grados:
a) Embotamiento o torpeza: es la forma más leve, propia de los estados de fatiga, psíquica o
física muy intensa, en que se produce un marcado entorpecimiento de toda la actividad psíquica.
b) Somnolencia: la perturbación es mayor que en el estado anterior. La percepción y toda la
actividad psíquica se hallan dificultadas debido a una gran propensión al sueño, que apaga la conciencia
normal de la vigilia. Este fenómeno, en condiciones normales, es el que se observa en la transición
sueño-vigilia. En condiciones patológicas, se observa en los comienzos de confusión mental debido a
procesos tóxicos o infecciosos que sumen al individuo en profunda torpeza y somnolencia.
c) Estrechamiento de la conciencia: en estos fenómenos encontramos una refracción del campo
de conciencia, con lo que una parte da la personalidad y sus manifestaciones psíquicas quedan
inactivas, a la vez que la conciencia del mundo externo queda reducida a un campo sumamente
estrecho. En estos casos, están conservadas algunas actividades en el orden motor, pero la memoria no
fija absolutamente nada; la conciencia de los objetos queda reducida a un pequeño círculo y resulta
borrado el resto del mundo. Esto se ejemplifica con el estado de algunos boxeadores en el ring (cuando
se dice que están "groggy"). Son capaces de parar y golpear a menudo su objetivo, no caen al suelo y
siguen todas las reglas del ring, pero no saben retirarse a su triángulo. Estados análogos a éstos pueden
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observarse en muchos epilépticos, en los que el enfermo puede llegar a cometer actos anormales,
antisociales, como agresiones, incendios, etc. Se actúa, se oye, pero no se registra a causa de la falta de
registro de parte de la conciencia.

Amnesia: estado de conciencia propio de los estados confusionales (por ejemplo en los delirios
alcohólicos subagudos). El paciente se esfuerza por comprender y percibir lo que ocurre en torno suyo,
lo que es dificultoso sino imposible debido a la incoherencia que deriva la interpretación de las
numerosas alucinaciones oníricas y representaciones mnemónicas de naturaleza paramnésica
(recuerdos erróneos); como consecuencia se produce desorientación y el paciente se sume en
perplejidad, intranquilidad y angustia.

Estados crepusculares: es otra forma de obnubilación. La sensopercepción entorpecida en forma


incompleta permite al enfermo percibir y comprender situaciones poco complejas. En estos casos, más
que un estrechamiento de conciencia, ocurre que el ambiente circundante es apercibido de un modo
unilateral y al mismo tiempo imperfecto, a base del afecto predominante. Existe una amnesia consecutiva
a estos estados.
Los estados crepusculares de los histéricos se diferencian de los estados de amnesia, que son
consecutivos a modificaciones orgánicas. En los primeros pueden quedar excluidos fragmentos de la
personalidad, la memoria y el mundo externo no ser vivido más que en un sector a ser falsamente
reconocido. Pero esto ocurre de un modo sistemático en el sentido de esperanzas y deseos, todo lo que
hace insoportable la situación queda borrado; por otro lado, es tanto lo que se proyecta al mundo exterior
desde la fantasía, que es imposible dejar de ver el carácter de “arrengement”, de finalidad tendenciosa,
de aportación de material psíquico desde los planos próximos a la conciencia.

Sonambulismo: estado de conciencia parcial y muy reducido. Las personas se levantan durante el
sueño y realizan acciones que no son recordadas al otro día.

Afectividad y estado de ánimo: se debe observar el tipo de afecto que presenta el paciente, su
intensidad, profundidad y su duración.
El estado de ánimo que predomina a menudo es sugerido por la expresión facial del paciente,
por tensiones musculares o por la actitud corporal, se debe tener en cuenta la propiedad del afecto, su
modelación, su reactividad y su oscilación; se notarán estados como euforia, júbilo, alborozo, excitación,
éxtasis, depresión, irritabilidad sombría y apatía o incongruencia (manías, depresiones, paranoia y
esquizofrenia, hiperemotividad en histerias, angustia en fobias, etc.).

Curso del pensamiento: se observa no el contenido del pensamiento, sino el tiempo de las
asociaciones y las características de los procesos de pensamiento. Debe notarse si se presenta una
rapidez poco habitual en las asociaciones, como ocurre en la fuga de ideas (manía), o si se presenta una
lentitud inusual (bradipsiquia: depresión, epilepsia).
Otro trastorno lo constituyen las incoherencias (esquizofrénicos pacientes deteriorados), la
prolijidad del pensamiento (el paciente alcanza finalmente su objetivo ideatorio, pero solo después de
muchos detalles triviales o innecesarios que le hacen perderse en tediosas digresiones (epilépticos,
débiles mentales, casos poco avanzados de psicosis senil).
Existen además variedades de ideas patológicas:
Idea delirante: error patológico elaborado por un juicio perturbado; es irreductible y condiciona la
conducta del individuo. Las ideas delirantes pueden ser: Verosímiles (paranoias), absurdas
(esquizofrenias, manía, delirios fantásticos), displacenteras (hipocondría, melancolía, delirios
persecutorios) y placenteras (megalomanía, delirios místicos, eróticos ).
Idea obsesiva: ideas que por si mismas irrumpen en la conciencia del sujeto, contra su deseo conciente.
Las obsesiones persisten tan tenazmente en la conciencia del enfermo que los procesos concientes, la
lógica y el razonamiento son completamente ineficaces para deshacerse de ellas. A pesar de esto, el
paciente reconoce el carácter erróneo de las mismas.
Idea hipocondríaca: el paciente está seguro que algún órgano de su cuerpo está enfermo aunque se le
diga lo contrario y no se constate nada. (En los neuróticos las ideas hipocondríacas son aquellas en las
que el paciente supone que está enfermo, pero al decírsele que no la tiene, acepta el diagnóstico, hasta
que consulta nuevamente por lo mismo o por "otra enfermedad"; es el paciente "imaginario").

Fobia: es el miedo desmedido que se siente ante un objeto o experiencia.

Percepción: en los estados orgánicos y en los profundamente tóxicos la conciencia puede estar a tal
grado alterada que se hacen imposibles los procesos mentales para la percepción completa; como
resultado aparecen errores en la percepción, de los que el más patológico es la alucinación (percepción

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sin objeto a través de cualquiera de los sentidos). Distinguimos entre alucinación y alucinosis; en ésta
última se trata de un estado alucinatorio que no despierta ninguna interpretación delirante. Las
alucinaciones son frecuentes en los pacientes psicóticos, estados disociativos histéricos; se presentan
también en el estado de intoxicación aguda y en los síndromes de abstinencia alcohólicos; en éstos son
frecuentes las alucinaciones visuales en las que el paciente ve bichos, arañas, animales monstruosos,
denominadas zoopsias. En estos últimos casos se trata de estados alucinatorios agudos.

ESTUDIO DE LOS ASPECTOS PSICODINAMICOS


Se deberá tener en cuenta los siguientes aspectos:
1) Manifestaciones conductales: percibir al paciente tal como se nos aparece en el primer contacto
que tiene con nosotros. Se debe captar el nivel de autopresentación, a través de su presencia física,
vestimenta, si está desalineado o bien vestido, limpio o con falta de aseo, su porte, calidad de
movimientos (si son bruscos - amanerados - estudiados -impulsivos), su lenguaje corporal, en el que
se puede presentar inhibido, seductor, despectivo, curioso, etc. Todos estos aspectos (que se
desarrollaron en referencia a lo fenoménico) se observan en el primer contacto y es importante tener
en cuenta si el comportamiento del sujeto se mantiene a lo largo de la entrevista o cambia, en
sentido total o parcialmente.

2) Manifestaciones del discurso: Es importante captar el qué, el cómo y con que ritmo verbaliza el
individuo; cotejar esto con la imagen que transmite a través de su manera de hablar. Hay que
analizar el estilo comunicacional con que transmite los diferentes mensajes, tanto lo denotado o lo
que se dice como lo connotado o lo que quiere decir en realidad; esto se logra analizando el discurso
a partir de:
a) Serie auditiva lingüística; tiene que ver con palabras que utiliza, los términos equívocos,
ambiguos, podemos observar también las omisiones, repetición de palabras, muletillas, lapsus, frases
incompletas o corregidas que hacen a la forma particular del sujeto, posibilitándonos una aproximación a
la estructura de personalidad.
b) Serie auditiva para-lingüística: se refiere al tono de voz, el sonido, el volumen, ritmos,
pausas, silencios: por ejemplo: el tono de voz puede ser suave, moderado, imperativo, el ritmo puede
ser: continuo o entrecortado; en cuanto a los silencios, existen diferentes tipos y el entrevistador debe
reconocer si es defensivo, fónico, confusional, etc.
c) Serie no auditiva para-lingüística: se refiere al lenguaje corporal, gestos, mímicas,
posturas.
Hay que hacer una lectura secuencial acerca del contenido del discurso y un análisis del
contenido manifiesto del mismo, el que consiste en observar longitudinalmente el discurso para detectar
la significación dinámica del orden en que el sujeto; presenta la información, como por ej. qué aspecto de
su vida elige para hablar, a cuáles se refiere preferentemente, de qué modo pasa de un tema a otro, las
fracturas del discurso, la alternancia de los temas; por ello hay que tener en cuenta todo aquello que
significa un desvío del clima reinante con anterioridad, los bloqueos, el incremento o disminución de la
ansiedad, que pueden producir variaciones en el estilo comunicacional.

3) Equilibrio entre lo verbal y lo no verbal: analizar el equilibrio entre lo verbal y lo no verbal es


establecer el grado de coherencia o discrepancia entre ambos aspectos (lo no verbal, es menos
controlado que las verbalizaciones).

4) Motivo de consulta: siguiendo a Arzeno y Ocampo, realizamos una distinción entre motivo de
consulta manifiesto y motivo de consulta, latente.
El motivo manifiesto es el síntoma que preocupa a quien solicita la consulta hasta el punto de
operar en él como señal alarma; es decir, que algo le ha preocupado, reconoce que no puede arreglarlo
solo y debe solicitar ayuda (en algunos casos la ayuda la solicita un tercero); en la mayoría de los casos,
el motivo manifiesto es, más o menos dentro de una gama extensa de síntomas que aquejan al paciente,
lo menos ansiógeno. El psicólogo, mientras escucha, puede elaborar ciertas hipótesis respecto del
verdadero motivo que trae al paciente a la consulta, El motivo puede ser otro, más serio y relevante que
el invocado en primer término, al que lo denominamos motivo latente, subyacente o profundo de
consulta.

5) Ansiedades predominantes: la ansiedad es el agente motor de la relación interpersonal y puede


provenir tanto del entrevistado como del entrevistador. Se debe estar atento y detectar cuándo y en
qué momento la ansiedad comienza a superar los límites a y que el S que pone en marcha
mecanismos defensivos. Se considerarán los tipos de ansiedades desarrollados por Rolla (de
descubrimiento, de mantenimiento y de separación), observando la secuencia en que se producen y
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la ausencia de alguno de los tipos de ansiedad que comúnmente se producen en una entrevista.

6) Transferencia y Contratransferencia: en la entrevista se produce una actualización de


sentimientos, actitudes y conductas por parte del entrevistado que corresponden a pautas que éste
ha establecido en el curso de su desarrollo, especialmente en relación con su medio familiar. Esta
reactualización es inconsciente como tal para el entrevistado. La situación de entrevista es bicorporal
y tripersonal, en el sentido de que participan una "multitud imaginaria" de personajes en su
transcurso. El entrevistador debe averiguar que tipo de reediciones se llevan a cabo y los distintos
lugares que imaginariamente le va asignando el entrevistado.

En el movimiento contratransferencial se incluyen todos los fenómenos que aparecen en el


entrevistador, como emergente del campo psicológico que se configura en la entrevista. Son los
impactos que recibe el entrevistador en la situación de entrevista y que según Rolla se manifiestan como
señales "síntomas" en el entrevistador, ante las que éste último debe estar muy atento para no perder su
objetividad. El estudio de la contratransferencia es útil para detectar lagunas en una entrevista, o por el
contrario nos puede indicar el excesivo interés por parte del entrevistador en un aspecto que no es
demasiado relevante en el entrevistado, pero que puede haberlos abordado o no por razones
contratransferenciales.

7) Aspectos referidos a lo pulsional:


a) En relación con la distribución de la libido, averiguaremos:
- sí el yo se encuentra catectizado lo mismo que el mundo objetal, si existe suficiente narcisismo
para asegurar su respeto de si mismo, su autoestima, sin llegar a una sobrestimación de si, indebida
independencia objetal, etc.; describir el grado de dependencia de la propia estima de las relaciones
objetales;
b) En relación con la libido objetal:
- nivel y calidad de las relaciones objetales (narcisista, anaclítica, constancia objetal, preedípica,
edípica, post edípica);
- si en el momento de la evaluación, el nivel más alto alcanzado se mantiene o ha sido
abandonado regresivamente.
c) En relación a la agresión se averiguará:
- de acuerdo con su monto, la presencia o ausencia de agresión en el cuadro manifiesto;
- de acuerdo con su calidad, la correspondencia o no con el desarrollo de la libido alcanzado por
el sujeto;
- de acuerdo a la dirección: si está dirigida hacia el mundo objetal o hacia el propio yo

8) Aspectos yoicos:
a) Déficit referido a la percepción, motricidad, proceso secundario, memoria, etc.
b) Estado de organización de las defensas:
El yo emplea diferentes mecanismos para mantener alejados de la conciencia los elementos
inconscientes y sus derivados. Aunque estos mecanismos son automáticos y no conscientes en si
mismos, los resultados que producen son manifiestos y accesibles al observador. Un ejemplo lo
constituyen las formaciones reactivas, que por definición atraen la atención del observador a la
contraparte reprimida de aquello que se exhibe de manera manifiesta. Un ejemplo típico es el carácter
obsesivo, en donde la manifestación de la tendencia al orden, a la limpieza, a la obstinación, a la
puntualidad, a la parsimonia, a la indecisión, al atesorar, al coleccionar, etc, pone al descubierto las
tendencias sádico anales inconscientes de las que se derivan las inclinaciones anteriormente
nombradas, la timidez y la modestia, también a modo de ejemplo, pueden ser resultantes de conflictos
referentes a un nivel fálico, pudiendo ser la reversión de tendencias exhibicionistas previas en
personalidades histéricas.
Se considerarán:
- defensas utilizadas;
- si la defensa es empleada específicamente contra las pulsiones individuales (que deben
identificarse) o, por lo general, contra la actividad pulsional y su satisfacción como tal.
- si la defensa está equilibrada, es decir, si el yo tiene a su disposición muchos mecanismos
importantes o si está restringido a unos pocos de manera excesiva produciendo rigidez.
- si la defensa es efectiva, especialmente en el control de la ansiedad, si ello resulta en
equilibrio, labilidad, movilidad o paralización dentro de la estructura.
- existencia o no de una interferencia secundaria en la actividad defensiva con los logros del yo,
es decir, el precio pagado por el individuo para mantener lo organización defensiva.

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9) Aspectos estructurales y dinámicos (conflictos):
a) conflictos internalizados entre el yo, super yo y el ello después que las acciones del yo han
hecho suyas las exigencias del mundo objetal y las representan para el ello (y para la parte del yo
coincidente con el ello), provocando sentimientos de culpa.
c) Conflictos internos entre impulsos insuficientemente fusionados o sus representantes
incompatibles (tales como ambivalencia no resuelta, actividad-pasividad, masculinidad-femineidad,
identificaciones contradictorias entre si, etc.).

10) Otros aspectos generales:


- Potencial de sublimación. Los individuos difieren ampliamente en el grado en que las
gratificaciones desplazadas con fines inhibidos y neutralizadas pueden recompensarlos por la realización
frustrada de los impulsos. La aceptación de estos primeros tipos de gratificación puede reducir la
necesidad de soluciones patológicas.
- La actitud general del sujeto hacia la ansiedad. Se examinará hasta que punto las defensas
están basadas exclusivamente en medidas fóbicas y en contracatexis que están estrechamente
relacionados con la patología y hasta qué punto existe una tendencia a dominar activamente las
situaciones de peligro (externas e internas), lo que constituye un signo de una estructura del yo
básicamente saludable y bien equilibrada.

Bibliografía
Paz, José H. Psicopatología, sus fundamentos dinámicos. Buenos Aires. Nueva Visión.
Fenichel, Otto Teoría psicoanalítica de las neurosis. Buenos Aires. Paidós
Ocampo, Arzeno, Grassano de Ficcolo y colab., Las técnicas proyectivas y el proceso psicodiagnóstico.
Buenos Aires. Nueva Visión.
Rolla, Edgardo, La entrevista en psiquiatría. Galerno
Ey, Henri Tratado de psiquiatría. Barcelona. Masson

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