Paola Andrea Cerón Guarnizo

Sociología Política
Reseña
Abril 6, 2018
LOS ORIGENES DEL TOTALITARISMO

Hannah Arendt fue una filosofa alemana que nació el 14 de octubre de 1906 en Hannover y
estudió en las universidades de Marburgo, Friburgo y Heidelberg, en esta última universidad
obtuvo su doctorado en humanidades. Fue una de las mujeres más influyentes del siglo XX
y entre sus obras más destacadas se encuentra “los orígenes del totalitarismo” publicada en
1951 y la cual tiene como objetivo analizar los orígenes y corrientes que han influido en la
aparición del fenómeno del totalitarismo en la historia. En la tercera parte de los orígenes del
totalitarismo, la autora busca dar respuesta a las preguntas: ¿Qué ha sucedido?, ¿Por qué
sucedió? ¿Cómo ha podido suceder?, en los 4 capítulos que compone el tercer tomo en donde
realiza un análisis de la Alemania Nazi y la Rusia Bolchevique.

En primer lugar se debe destacar el poder de las masas en los regímenes totalitarios, ya que
estas hacen referencia a ciertos grupos de personas que se destacan por su indiferencia no
son integradas en ninguna organización que esté basada en el interés común como partidos
políticos, gobernación municipal o en las organizaciones profesionales y los sindicatos.
Igualmente se debe destacar que el hombre que compone las masas se caracteriza por ser
aislado y tener una falta de relaciones sociales. Generalmente, las masas componen la
mayoría de esas personas que se consideran neutrales y políticamente indiferentes.

Los movimientos totalitarios necesitan el apoyo de las masas para gobernar, debido a que su
dependencia se basa principalmente del número de masas que logren movilizar. Asimismo,
los movimientos totalitarios buscan organizar las masas, no a los ciudadanos con opiniones
acerca del gobierno de los asuntos políticos, pues solo donde existen grandes masas
superfluas que pueden ser derrochadas sin un resultado desastroso es posible un totalitarismo,
como sucedió en el auge del movimiento nazi en Alemania y los movimientos comunistas de
Europa después de 1930 que se caracterizaron por reclutar a los miembros de esta masa,
quienes los individuos a los que los otros partidos han renunciado por considerarlos apáticos.

El éxito de los movimientos totalitarios entre las masas significo el final de dos espejismos
de los países gobernados democráticamente. El primero consistía en creer que el pueblo en
su mayoría había tomado una había tomado una posición activa dentro del gobierno y que
simpatizaba con su propio partido. El segundo espejismo argumentaba que las masas
neutrales no importaban y eran verdaderamente neutrales, por lo cual constituían un factor
indiferenciado de la nación. Por otra parte, cuando ocurrió la caída del sistema de clases, que
conllevo a la ruptura del sistema de partidos, transformo a las dormidas mayorías tras los
partidos en una masa inorganizada e inestructurada de furiosos individuos que no tenían nada
en común excepto su desconfianza en los miembros de los partidos. Las dimensiones de esta
masa de hombres insatisfechos aumentos rápidamente en Alemania y Austria después de la
primera guerra mundial.
Se debe destacar que una de las características principales del totalitarismo es que el
individuo se encuentra en una sociedad atomizada y aislada lo cual permitió el surgimiento
de las masas y en consecuencia que el totalitarismo consiga un apoyo rápido, pues lo que va
a unir a estos individuos que componen las masas es la idea total. Por lo tanto, se puede
definir un movimiento totalitario como aquella organización de masas compuesta por
individuos aislados y atomizados.

Es muy importante destacar el papel de la propaganda en los movimientos totalitarios, ya que

a partir de esta se puede ganar a las masas. En los países totalitarios la propaganda y el terror
son dos caras de la misma moneda, ya que la primera viene del interior va hacia el exterior
con el objetivo de vender la idea totalitaria y de igual forma busca adoctrinar a los individuos.
Por otra parte, el terror siempre ha sido parte de los regímenes totalitarios incluso cuando
estos llegan al poder y su verdadero horror está en que este se impone sobre población
sometida. Por lo tanto la propaganda es una herramienta del totalitarismo mientras que el
terror constituye la verdadera esencia de su forma de gobierno.

Los movimientos totalitarios existen en un mundo no totalitario, por lo que debe recurrir a la
propaganda para expandir una idea ficticia. Como ocurrió en la Alemania Nazi que busco a
través de la propaganda vender la idea de un mundo perfecto a través de la raza aria y esta
idea se dirige hacia el exterior donde están aquellos estratos de la población del país o países
extranjeros que no son totalitarios. La propaganda busca hacer un énfasis especial en la
naturaleza científica, ya que busca demostrar la existencia de razas superiores e inferiores a
través de hechos empíricos y asimismo el líder de las masas desea profesar una infalibilidad
a través de un lenguaje científico profético que corresponde a las necesidades de las masas.
Cuando el líder realizaba sus profecías siempre las basaba en la victoria a pesar de las derrotas
pues las masas deseaban la victoria.

La eficacia de la propaganda radica en el momento en que se logra convencer a las masas a

través de la consistencia del sistema al que hacen parte. Por otra parte, no buscan reconocer
el carácter inesperado de la realidad y en cambio aceptan cualquier ideología que logre
explicar los hechos como simples leyes. Esta evasión de la realidad es una decisión que se
toma contra el mundo en que las masas son forzadas a vivir y que desean escapar
constantemente, por lo cual la fuerza de la propaganda descansa en su capacidad de aislar las
masas del mundo real. En el caso de la propaganda nazi basaba su ficción en la historia acerca
de una conspiración judía provocada por las interrelaciones internacionales de un pueblo
judío disperso por todo el mundo, por lo que el tema judío se convirtió en el centro de la
propaganda combinado con un antisemitismo que se transformó en un principio de
autodefinición.
Cuando los movimientos socialistas llegaron al poder, ya se habían transformados en partidos
nacionales. Sin embargo esta transformación jamás opero en los movimientos totalitarios
bolchevique y nazi. La forma de gobierno de los movimientos totalitarios se basa en la
“revolución permanente” donde se busca que la idea total este en constante movilización con
el fin de que el gobierno no llegue a caer en un absolutismo producido por la concentración
del movimiento en un territorio determinado. El dirigente totalitario debe impedir de
cualquier forma que exista una normalización y estabilización de las leyes o instituciones, ya
que puede acabar con la acción globalizante del movimiento que consiste en expandir la idea
totalitaria y con ello la esperanza de una conquista mundial.

En el momento en que el Estado se transforma en un totalitarismo, debe procurar mantener

una fachada a través la maquinaria de gobierno en donde busca conservar las instituciones
ya existentes, como lo fue la constitución de Weimar, la cual paso a ser marginada pero nunca
abolida. Asimismo, el movimiento busca hacer una duplicación de algunas de algunos
organismos en las instituciones y en consecuencia la multiplicación resulto extremadamente
útil para el constante desplazamiento del poder.

La única regla que existe mientras se está bajo un gobierno totalitario es que cuanto más
visible son los organismos del gobierno, menor será su poder y al contrario en cuanto menor
se sepa de sus instituciones será más poderosa y de igual forma la dominación totalitaria
forma busca restringir la libertad y espontaneidad del individuo con el objetivo de que solo
conserve la idea total.

En cuanto al papel de la policía secreta se debe mencionar en primer lugar que la revolución
iniciada por los movimientos totalitarios después de haber conquistado el poder se esfuerza
para mantener las fuerzas esenciales entre Estado y movimiento debido a que el Estado sirve
como una fachada para el movimiento. El objetivo principal de la policía secreta es influir en
la política interna de los países y preparar el terreno para que el dominador totalitario se sienta
en su propio terreno.

Con la policía secreta, se empieza a brindar especial énfasis al enemigo objetivo, que si se
coloca en el contexto de la Alemania nazi, seria claramente el judaísmo. De igual forma la
policía es una herramienta del Estado totalitario totalmente dependiente de este y que debe
estar disponible siempre que el gobierno desee detener a cierto sector de la población. En
cierto punto la policía termina convirtiéndose en el ejecutor de los movimientos totalitaristas
y los movimientos desean otorgar un poder para que puedan ejercer el control sobre el
territorio y los convierta en la organización dominante.

Finalmente, se debe destacar el papel de los campos de concentración como un laboratorio

que de los regímenes totalitarios para poner a prueba que el en el totalitarismo todo es posible.
Lo que buscaban con el campo era impartir el terror y dar una muestra del poder del
movimiento totalitario sobre los judíos declarados enemigos principales a combatir. Existen
diferentes fases para el terror, el primero que es totalmente sangriento y tiene el propósito
exclusivo de derrotar a los adversarios. Sin embargo, el terror total comienza cuando el
régimen totalitario ya no tiene nada que temer frente a sus opositores. Finalmente el gobierno
totalitario siempre transformo a las clases en masas, suplanto el sistema de partidos por un
movimiento de masas, desplazo el centro del poder del ejercito a la policía y estableció una
política exterior encaminada a la conquista mundial.

Desde mi punto de vista, pienso que el libro de Hannah Arendt desarrolla completamente y
de manera clara el proceso en el cual los totalitarismo llegan al poder, partiendo de dos hechos
concretos que marcaron la historia la Alemania nazi y la Rusia bolchevique. De igual forma,
estoy de acuerdo en la comparación de la cebolla que usa Hannah Arendt para representar la
forma de gobierno de un totalitarismo, la cual se divide por unas capas específicas, las
externas que son la fachada que es visible en el exterior que es el mundo no totalitario y el
interior en el cual el movimiento compuesto por el jefe del partido fue expandir su idea
totalitaria. En cuanto a la estructura de libro, le permite al lector desarrollar una mayor
comprensión de los movimientos totalitarios y de igual forma ampliar su conocimiento de
manera más detallada.

REFERENCIAS
- Arendt, Hannah (2006) [1951]. Los orígenes del totalitarismo. Madrid: Alianza
editorial. Capítulos 10, 11, 12,13.
- Urabayen, Julia, Hannah Arendt, en Fernández Labastida, Francisco – Mercado, Juan
Andrés (editores), Philosophica: Enciclopedia filosófica on line,
URL: http://www.philosophica.info/archivo/2011/voces/arendt/Arendt.htm.