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LOS JOVENES
Taller para pensar y repensar las prácticas
cotidianas del lenguaje no verbal y las
imágenes
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Licenciado en Comunicación Social con orientación en procesos educativos (UBA)
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INDICE
Destinatario…………………………………………………………………… 3
Propósito..……………………………………………………………………… 3
Objetivos………………………………………………………………………… 4
Justificación……………………………………………………………………. 5
Marco teórico…………………………………………………………………. 6
Actividades……………………………………………………………………. 10
Bibliografía……………………………………………………………………. 15
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Destinatarios:
Propósito
El primer propósito pedagógico será conocer los distintos momentos y situaciones en que
los chicos se desempeñan y ponen en juego sus actitudes, modos y costumbres en
relación con la gestualidad. Esto nos permitirá, a partir del primer encuentro ajustar los
siguientes teniendo en cuenta los conceptos previos con los que los chicos cuentan.
Entendemos que de este modo, el aprendizaje resulta mucho más significativo, ya que los
alumnos cuentan con conocimientos previos que, frente a los nuevos que se trabajarán en
el taller, serán reelaborados.
Nos proponemos también, indagar acerca de las representaciones que los alumnos
articulan en torno a los gestos en general y a la expresión corporal en particular, dentro
del aula, en familia, y en el encuentro con sus pares. Entendemos con esto, que existen
distintos tipos de lenguajes: lenguaje verbal y lenguaje no verbal. Esta diferenciación nos
exige tener en cuenta las distintas dinámicas que los chicos crean y recrean en las
interacciones con distintas personas y las esferas sociales en las que se encuentran
(familia, colegio, grupo de amigos, etc.).
Generar un clima de aula en el que los chicos puedan expresarse con total libertad,
respetando al otro y respetándose ellos mismos. Valorando tanto la opinión del otro como
la propia, siendo esta merecedora de ser comunicada y la del otro de ser escuchada y
tenida en cuenta.
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Buscamos como docentes atentos y sostenedores del carisma salesiano, ser capaces de
detectar situaciones emergentes2 en los alumnos. Favoreciendo así la comunicación
honesta con los maestros y maestras, para desde allí acompañarlos en este camino que es
el tránsito por la escuela.
Objetivos
Que los chicos tengan una visión crítica, consciente de los modos en que efectivamente
comunicamos. Para así hacer uso responsable de ellos. Desnaturalizar los gestos,
pensarlos críticamente, tomando conciencia del valor o antivalor3 del gesto. Que los
chicos vean por qué hacen determinados gestos a ciertas personas y en qué momentos.
Que los jóvenes puedan comunicarse abiertamente y con respeto entre ellos sin
mediación de los docentes. Que incorporen la sana costumbre de escuchar, pensar, y
responder. Así, como también reconozcan modos de respetarse a si mismos, al tiempo
que respetan al otro.
Si Dios nos hizo a su imagen y semejanza, cuando respetamos al otro y a nosotros mismos,
también estamos respetando a Dios.
Despertar el interés en la lectura crítica de las imágenes en general. Que puedan realizarse
preguntas fuera del ámbito escolar. Que los intercambios dentro del taller puedan ser
llevados al ámbito privado favoreciendo el dialogo familiar, con los adultos
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Entendemos “emergentes” como aquellas situaciones que resultan inesperadas pero que dan indicio de
realidades individuales (o grupales) que, a criterio del docente puedan revestir de cierto grado de
importancia.
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Por antivalor referimos a distintos lenguajes que no concuerdan con los valores éticos`.
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Justificación
Lo que mueve este proyecto es la idea central de que las imágenes nos rodean y
conforman nuestra subjetividad mientras aprendemos, en mayor o menor medida, a
convivir con ellas. Es necesario entonces que sepamos, como docentes, enseñar a leer las
imágenes.
Hace varias décadas que nos encontramos inmersos en la llamada era digital: la
información circula a velocidades inmensurables en forma de señales eléctricas (bits) de
un punto al otro del planeta. La cantidad de estímulos que recibimos a diario se hacen que
sea necesario prestar atención a los modos en que percibimos e interactuamos con ellos.
De lo contrario, ante tanta información, no siempre fiable, podríamos hacer lecturas
erróneas de la realidad, perdiendo la capacidad crítica y creadora.
Es en esta era de lo digital, donde la imagen cobra un valor central, aprender a leerlos, a
decodificarlos, es menester para producirlos activamente, como sujetos críticos y
pensantes. La imagen, señala J.C. Amador (2012) “es una reinvención de la realidad que se
vale de la metáfora, la ficción y la imaginación “. Desde allí, planteamos entonces la
intrínseca relación que hay entre los gestos, como portadores de significados nunca
explícitos, y la imagen. Es esta imagen visual la que creo nuevos impulsos a las narrativas
que los jóvenes crean y recrean en la vida cotidiana, acompañando y transformando al
lenguaje verbal (Sanjurjo y Rodríguez, 2004).
El respeto al otro es parte fundamental de las intenciones últimas de este trabajo. Para
ello trabajaremos de manera transversal acerca de cómo recibe el otro los gestos y los
modos en que los chicos eligen decir lo que dicen (entender sobre todo, que hay maneras
de expresarse mejores que otras según la situación). Esto ayudará a trabajar la idea de
empatía con el otro, con la persona a la que se dirigen, que se pongan en su lugar y
comprendan o reconozcan que el otro puede entender algo que quizás uno no quiso decir,
y viceversa.
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De este modo creemos que contribuiremos a formar individuos más cuidadosos de los
mensajes que producen y más conscientes de que la comunicación humana suele ser
confusa, compleja, intrincada, pero que puede mejorarse y vale la pena intentarlo
Marco teórico
El cuerpo, los gestos, las imágenes que vemos y que producimos, tienen la capacidad de
decir algo, de mostrar. Boehm, autor alemán que estudió el modo en que opera el sentido
en las imágenes señala que cuando el observador mira una imagen le adjudica a ese
objeto características distintas de las físicas. Es en ese punto en que pasamos de
experimentar algo, como otra cosa (Boehm, 2014: 31).
Así, podemos plantear lo mismo en relación a la gestualidad: si cada vez que elegimos un
gesto particular estamos abriendo el juego a las representaciones posibles que el otro (un
compañero, un docente, mis padres) pueda interpretar. La idea de que las imágenes se
insertan en un “ser en común”4, sirve para dar cuenta de las dinámicas posibles que una
imagen, que puede ser un gesto, ponen en circulación dentro de ámbitos particulares.
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Esta idea es trabajada en mi tesina de grado “La imagen y las mil palabras: Un recorrido sobre los modos
en conformación de sentido en las imágenes de los paquetes de cigarrillo en la argentina”(2017).
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coestructuración”. Y agrega que de esta forma estamos todo el tiempo comunicándonos a
través de lenguaje no verbal.
Así, por ejemplo, podemos imaginar que un par de cejas levantadas cuando alguien nos
está contando algo, suele ser interpretado como “sorpresa”; lo mismo ocurre con el ceño
fruncido, que indicaría, comúnmente, enojo; o una sonrisa un gesto de aprobación, o
felicidad. Los gestos, las imágenes tienden a operar significativamente dentro de
determinados marcos sociales, de ese “ser en común” que mencionamos anteriormente.
Por esta razón seguimos de cerca el pensamiento de Hernández cuando señala en
relación a las imágenes:
En su texto “Escuela y cultura de la imagen: los nuevos desafíos”, Inés Dussel (2009)
explica que las nuevas formas de circulación de la cultura junto con el capitalismo
moderno exigen la preeminencia de un sujeto critico que la escuela debe encargarse de
formar (Dussel, 2009: 8).
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sorpresa. Y a su vez, estas emociones tienen formas particulares de expresarse que se
repiten en las diferentes especies y culturas (Manes y Roca, 2017: 138-139). Estos autores,
indican que nuestro cerebro está programado para dar significado y “buscar emociones e
intenciones (incluso allí donde pueda dudarse de que en realidad las haya” (Manes y Roca,
2017: 146). Esto es así en cuanto ante el mínimo gesto de otra persona, del chico o chica
que nos gusta realizamos suposiciones de tal o cual cosa. O cuando percibimos cambios
del tono de voz en el momento en que alguien nos está diciendo algo tendemos a
asignarle significados a esos gestos.
Los humanos realizamos cinco tipos de gestos diferentes, según establecieron en 1969 los
psicólogos norteamericanos Ekman y Friesen.
Los gestos emblemáticos tienen una traducción verbal concreta sin necesidad de usar
palabras, y son perfectamente comprendidos sin más explicación. Uno de los más
populares y universales es la típica señal con el puño cerrado y el pulgar hacia arriba, para
indicar que todo va bien. Otros gestos emblemáticos tienen un alcance más limitado en
función de la cultura, como llevar la mano a la sien para saludar o colocarla en el pecho
como expresión de respeto al oír el himno nacional.
Los gestos ilustradores son los que acompañan el discurso, forman parte del mismo y lo
enriquecen. Se emplean para representar visualmente lo que se dice. Se disparan de
forma automática, antes que las palabras a las que van vinculados. Forman parte de
nuestra personalidad, por lo que debemos tener cuidado a la hora de cambiarlos
intencionadamente, para no resultar artificiales. Un ejemplo seria cuando movemos las
manos en determinadas direcciones al momento de hablar.
Los gestos reguladores son los que utilizamos para facilitar el flujo de la comunicación y
para interactuar con los demás. Con ellos indicamos, por ejemplo, que hemos terminado
de hablar o que esperamos una respuesta. Ofrecer la mano para saludar, o levantarla para
“frenar” a nuestro interlocutor, son gestos ilustradores frecuentes.
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Los gestos adaptadores son aquellos movimientos que realizamos tocando nuestro propio
cuerpo o manipulando algún objeto, como ajustarnos los puños de la camisa o llevarnos la
mano a la boca. Están vinculados fundamentalmente al manejo de las emociones. Se
incrementan con la tensión y el estrés -como los típicos tics nerviosos-. También nos
sirven para controlar o disimular nuestro estado emocional, o para ayudarnos en la
concentración.
Los gestos manifestadores de afecto también están vinculados a las emociones, pero se
diferencian de los adaptadores por su papel en la socialización: nos sirven para comunicar
a los demás nuestros sentimientos. Se aprecian fácilmente por las expresiones faciales
que los acompañan, y por los movimientos de las extremidades superiores y la postura
corporal de acercamiento.
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ACTIVIDADES
Actividad transversal
Los días que se dictará el taller, desde la primera hora, habrá en el aula una cartelera de
‘’estados de ánimo’’. Al ingresar los alumnos deberán pegar un emoji que represente su
estado de ánimo. La idea es que al finalizar, puedan cambiarlo por un emoji que los
identifique después del día de escuela.
Encuentro 1 –Presentación-
I. Les preguntamos a los chicos qué piensan ellos que son los gestos y
tomamos nota en el pizarrón.
II. Deberán en una hoja, y por grupo, definir qué emociones creen que
representan las imágenes que ven: asco, alegría, enojo, miedo, tristeza y sorpresa.
(Dividiremos el grupo en subgrupos de 4 a 6 personas)
III. Les contamos que el cerebro está adaptado para reconocer 6 tipos de
emociones. Mostramos imágenes que representan esas seis emociones: asco, alegría,
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enojo, miedo, tristeza y sorpresa, y vemos como también pueden aparecer en otro tipo de
imágenes y representaciones: letras, figuras geométricas, ¡canciones!
IV. La idea ahora es que cada grupo busquen en distintas revistas imágenes
que nos generen algún tipo de emoción, según la categoría que le tocó a cada uno.
Deberán recortarlas y pegarlas en una cartulina que luego puede ser puesta en los pasillos
del colegio.
Estas dos primeras actividades tendrán como fin que los chicos piensen
críticamente sus propias acciones y gestos. ¿Cuáles gestos son los más
comunes? ¿Los puedo reconocer? ¿Por qué? ¿Qué produzco yo cuando elijo
reaccionar de determinada forma? ¿Puedo pensar en frío estas reacciones
para intentar cambiarlas? ¿Puedo actuar mejor?
Mostramos a los chicos los emojis que tenemos, uno por uno, y tienen que ir anotando en
hoja aparte, con una o dos palabras lo que ellos sienten y ven. Luego haremos una puesta
en común acerca de lo que vimos y anotamos. Se puede producir un debate grupal.
Ponerme en el lugar del otro. Idea de empatía. ¿Me pongo en el lugar del
otro cuando tengo alguna discusión, o cuando le digo algo que pienso?
¿Pienso en lo que puede estar sintiendo o pensando la otra persona? ¿Me
gustaría que el otro también se pusiera en mi lugar?
II. En base a algún fragmento seleccionado los chicos deberán inventar cómo
sigue la historia. Crear una nueva, aunque hayan visto la película e incluir alguna escena
adicional con algún gesto inventado por ellos.
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Encuentro 4 –Cierre-
II. Nos dividimos en 4 o 5 grupos (como las clases anteriores e intentamos ponernos
de acuerdo acerca de cómo unir con flechas cada categoría.
III. Ponemos en común lo seleccionado por cada equipo. Cada equipo puede
responder alternativamente alguna de las categorías (para que no todos los
equipos tengan que responder todas las categorías, puede ser muy largo).
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BIBLIOGRAFIA
Boehm, Gottfried (2014): Decir y mostrar: elementos para una crítica de la imagen,
México, Universidad Nacional Autónoma de México-Instituto de Investigaciones
Estéticas.
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