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LA VERDAD EN EL CONOCIMIENTO: ¿ES POSIBLE QUE EN EL

CONOCIMIENTO HUMANO HAYA VERDADES O CERTEZAS


INDISCUTIBLES?

Juan Carlos Boscoscuro.


Instituto de Formación Docente y Técnica N° 126.

jcboscoscuro@hotmail.com.

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Resumen: el presente trabajo está dirigido a definir si durante el desarrollo


histórico del conocimiento humano encontramos certezas incuestionables de las
que ya nadie discute y se dan como ciertas, o por contrario, si esas verdades
fueron construidas acordes a la necesidad de cada época, siendo entonces
determinados por la sociedad y la cultura histórica y por lo tanto sujetas al cambio.

Palabras claves: verdad, certeza, conocimiento, saber, discurso, poder,


cultura, sociedad, objetividad, subjetivad.

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Introducción:

La propuesta del presente trabajo es en primer lugar, hacer un análisis histórico


sobre la verdad del conocimiento. Hoy vemos que el hombre parte de certezas
indiscutibles que le permiten transitar su vida como son las creencias o el sentido
común, las ciencias y la tecnología que le dan sentido existencial; en segundo
lugar analizar si hay objetividad en el saber del cuál nadie discute, o si el
conocimiento es una construcción subjetiva de la sociedad y la cultura,
determinada por factores políticos, económicos e ideológicos, etc.; en tercer lugar,
establecer como se construye el conocimiento a partir de posturas críticas por
parte de dos filósofos contemporáneos como lo son Nietzsche y Foucault, que
marcan un cambio en la mirada filosófica del saber. Finalmente se fundamentará
una conclusión final.

El conocimiento y la verdad en la historia hombre.

Vivimos en un mundo lleno de certezas. Desde que el ser humano despierta sabe
que sale el sol por el Este a determinada hora y que luego por el oeste se pierde y
da comienzo la noche, que los días tienen 24 horas. El mes tiene 30 o 31 días y el
año 365 o 336, dependiendo si es bisiesto o no. Prendemos el televisor
escuchamos noticias meteorológicas que nos dice que el día de hoy va a hacer
calor, un día espléndido de sol, pero mañana amanecerá nublado y tal vez al final
de la noche llueva.

Durante toda su historia el hombre para poder vivir necesito de certezas y fue
construyendo verdades. Con la aparición de la racionalidad filosófica, Tales de
Mileto, fue el primero en predecir un eclipse de sol, el día 26 de mayo del año 565
a.C, a las 13,25 hs. Ese día comienza el pensamiento filosófico y sus
especulaciones. Todos los filósofos presocráticos buscaron entender el origen del
universo, su primera causa o principio: agua, aire, fuego, apeirón, átomo,
números, el ser, el nous, los cuatro elementos, etc.

Luego, aparecen en escena, los clásicos antiguos creando diferentes mundos.


Platón se esfuerza por diferenciar dos aspectos del conocimiento: el de la
apariencia o doxa (mundo sensible) es el conocimiento que no necesita
demostración, siendo una simple opinión que guía al hombre en la vida cotidiana;
el otro ámbito del conocimiento es el de la realidad o episteme (mundo inteligible),
el verdadero conocimiento, el de la razón o inteligencia humana. Luego Aristóteles
se dedicó a organizar todo ese conocimiento acumulado y nos habla por primera
vez de ciencias como un saber demostrativo y enseñable que explica las cosas
por sus causas, como un saber universal y lógico.

Durante el medioevo, el conocimiento se convirtió en un dogma, la única verdad


estaba en la biblia que era la fuente de todo conocimiento: Dios. Nadie podía
cuestionar su palabra develada. A finales de la edad media, el hombre
renacentista duda de todo y vuelve a colocarse en el centro del conocimiento y
lucha contra el orden medieval, contra la dominación social de la iglesia, contra el
orden teleológico, basado en la verdad develada. Esta lucha se realiza con varios
actores del arte y el conocimiento. Las ciencias como la matemática, la física o la
astronomía, Copérnico, Newton, Galileo Galilei y Kepler, dan comienzo a la
modernidad, dejando atrás la edad media. La razón humana será la protagonista
de este nuevo orden mundial que se inicia.

Durante esta época diferencias corrientes filosóficas discuten sobre la teoría del
conocimiento: El empirismo y el racionalismo, fueron las pioneras y junto a ellas
sus métodos que fundamentaban las ciencias. Las ciencias formales, utilizaban el
deductivo y las ciencias fácticas como las ciencias naturales y positivas, el
inductivismo; y posteriormente el método hipotético deductivo popperiano dando
fundamento a las ciencias sociales.
Kuhn en su libro: “la estructura de las revoluciones científicas”, sostiene que los
cambios que se producen en el saber científico obedecen a causas históricas y
sociológicas. Los criterios de las ciencias son una cuestión de acuerdos entre los
miembros de una comunidad científica sobre cuáles son los problemas a resolver
y que procedimientos utilizar. La ciencia sería una cuestión de consenso. Kuhn
introduce el concepto de paradigma para indicar la producción científica de un
período determinado ligada a una forma de ver el mundo consolidada y aceptada
por una comunidad científica. Las revoluciones científicas y los cambios de
paradigmas modifican la forma de ver el mundo sustituyendo el paradigma anterior
por uno nuevo.

Con la aparición en escena del filósofo loco Nietzsche, todas aquellas verdades
edificadas en la historia del pensamiento comenzaron a ser de-construidas a
martillazos. Los martillos tuvieron tanta repercusión en sus vibraciones que las
verdades edificadas, se fueron desvaneciendo y dando inicio al cambalache
posmoderno. Ya no quedan certezas, tradiciones, autoridad, valores, ética,
moralidad alguna. Nada es absoluto, todo es relativo. Nada es objetivo, todo es
subjetivo. “No hay hechos, solo hay interpretaciones”.1

La época actual pone en cuestionamiento todo y todo abarca también al


conocimiento humano y la epistemología2, que reflexiona sobre las ciencias. En
este ámbito hoy se discute sobre si hay una objetividad científica pura, neutral de
toda contaminación política, económica, social, cultural, étnica, religiosa. ¿Es
posible ello? La respuesta es que hay diferentes posturas al respecto. Están
aquellos defensores que opinan que sí y definen a la ciencia como la búsqueda
del conocimiento por el conocimiento mismo, en la búsqueda desinteresada que
se rige por un único valor: la verdad. Y sus retractores como Nietzsche y otros
autores que piensan que el conocimiento es una construcción social, estando el
conocimiento demarcado por diferentes intereses y por lo tanto, la realidad es una
construcción de la sociedad.

La construcción social del conocimiento.

La expresión sociología del conocimiento irrumpe con Max Scheler dentro de un


contexto filosófico y se ocupa de la relación entre el pensamiento humano y el
contexto social donde se origina. Los antecedentes inmediatos de la sociología del
conocimiento son Marx su idea básica: la conciencia del hombre está determinada
por su ser social. También tomó de este autor el concepto de 'ideología' (ideas que

1
Friederich Nietzsche.
2
“Epistemología”, significa “estudio del conocimiento” o “estudio de la ciencia”, y puede entenderse como
la rama de la filosofía que estudia los problemas del conocimiento. Vease. Mario Heler. Garantía de verdad.
Cap. II, pág. 34
sirven como armas para intereses sociales), y la de 'falsa conciencia'
(pensamiento alejado del verdadero ser social del que piensa). El anti-idealismo
de Nietzsche introdujo perspectivas adicionales en cuanto al pensamiento humano
como instrumento de lucha por la supervivencia y el poder. Hizo su propia teoría
de la falsa conciencia analizando el significado social del engaño y el autoengaño,
y de la ilusión como condición necesaria para la vida. Para Nietzsche el
conocimiento es el arte de la desconfianza El historicismo, por su parte, destacó la
relatividad e historicidad inevitable del pensamiento humano.

Nietzsche y la Verdad.

La realidad del conocimiento humano depende del sujeto y de la cultura en la que


vive, de sus costumbres y de su creencia. Nietzsche sigue el camino de Marx en
cuanto a que las condiciones materiales determinan al sujeto, la cultura, la historia,
la sociedad en la que el hombre vive va a determinar la forma de pensar y su
forma vivir.

No existe la objetividad en el mundo, cada cultura, cada época vive en un mundo


diferente que valora e interpreta la realidad de manera diferente.

Durante la ilustración, el sujeto cartesiano crea un método válido para alcanzar la


verdad. Para Nietzsche la razón es una herramienta para vivir.

El lenguaje es la principal herramienta de la razón y tiene como función principal


el engaño dominando la realidad a estrechos esquemas.

La filosofía y la ciencia intentan imponer un orden a la naturaleza que no existe.


Intenta que todo sea sistemático, ordenado, que funcione mediante leyes férreas,
cuando eso es una burda simplificación. La realidad es muta permanentemente.

Las verdades absolutas no existen, solo existen interpretaciones. Afirmar un


sistema de valores como auténtico o una concepción de la realidad como algo
verdadero es falso. Puesto que cada individuo es un ser distinto y cada vida es
diferente, cada percepción es una única interpretación de las cosas.

El engaño de la verdad surge de las necesidades vitales que nos impulsan a vivir
en sociedad y que para evitar la guerra de todos contra todos, nos conduce a
admitir algo válido para todo el mundo, una verdad común: LA VERDAD ES UNA
MENTIRA CONVENCIONALMENTE ADMITIDA. LA VERDAD ES LA MENTIRA
MAS EFICIENTE.

La verdad es una mentira convencional y útil para mantener el domino de los


individuos a los que esta verdad mentirosa favorece.
Una arqueología del saber.

Michel Foucault motivado por Nietzsche propone una nueva forma de interpretar el
conocimiento, a través de la utilización de un instrumento como análisis de los
discursos y los conceptos creados del conocimiento, el saber y la verdad. El
discurso como una cosa provista de significación, de dominación que imponen
criterios y establece relaciones asimétricas. La arqueología del saber se detiene
en lo que se dice porque más allá del discurso no hay nada. Entonces, la eficacia
del discurso se encuentra en quien elabora el discurso dominante como una
aprehensión de lo inteligible y, por lo tanto, el saber será una forma de entender el
mundo en cada momento histórico creado a partir de diferentes discursos. Si se
habla entonces del conocimiento éste será el sistema práctico e ideológico del
discurso que se emite a través de conceptos y enunciados.

En síntesis, de acuerdo a lo que dice Foucault, un discurso es eficaz cuando se


realiza dentro de un conjunto de prácticas sociales realizadas en el eje: discurso-
saber-conocimiento. El conocimiento queda subordinado al saber cómo producto
del discurso permitiendo un determinado dominio social a través de la
construcción de la verdad. La verdad será entonces una construcción, un objeto
que incluye un práctica social y el ejercicio del poder. Los discursos construyen
entidades como objetos, conceptos y fenómenos sociales, de lo que se habla.

Conclusión.

Después de analizar el pensamiento de Nietzsche y Foucault, dos filósofos que


marcan una manera de pensar en la que la duda está presente en todo el análisis
realizado, cuestionando todas las certezas construidas a lo largo de la historia del
hombre y marcando el comienzo de la época actual: la postmodernidad. Esta
época se caracteriza por la subjetividad y la relatividad de todo saber. Ya no hay
saberes absolutos en los que creer. Todo está puesto en duda porque el
conocimiento es una construcción social y cultural o una práctica social. Ya no hay
fundamentos epistemológicos que la sostenga. No hay certezas en los
conocimientos, solo es posible lograr acuerdos globales sobre un modo de ser de
los hechos o estados del mundo.

En síntesis, nuestro mundo es un mundo de creencias en representaciones de


hechos referidos y no un mundo de saberes o de certezas inamovibles. La
preocupación por el conocer no solo debe de consistir en la construcción de
saberes de contenidos teóricos, sino en el aprendizaje de un saber hacer, una
praxis útil para mejorar la calidad de vida de los hombres y de una convivencia
pacífica con nuestro planeta, única morada posible para la humanidad
Referencias.

Michel Foucault. Arqueología del saber. Ed. Siglo XXI. Año 2002.

Alan Sokal, Marcelino Cereijido, Esther Díaz Pablo Kreimer, Ricardo Cabrera.
Conocimiento científico: ¿es objetivo o es una construcción social?. PDF.

Gordon Childe. Los orígenes de la civilización. Brevarios. Fondo de Cultura


Económica. Año 1990.

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