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XVIII ENCUENTRO DE HISTORIAL REGIONAL

Venado Tuerto, 3 de octubre de 2009

AGRUPACIÓN DE HISTORIADORES FEDERADOS


DEL SURESTE DE CÓRDOBA Y SUROESTE DE SANTA FE.

Título:

La experiencia sindical de los trabajadores ferroviarios en Rufino (1943-1955) Memoria y


Olvido de una perspectiva regional.

Autora: Carolina Facciotti. Profesora de Egb 3 y Polimodal en Historia, aspirante a Licenciada


de Historia (Unicen)

Dirección: España 250. Rufino, Santa Fe

Teléfono: 03382-15457855

Correo electrónico: carolinafacciotti@hotmail.com

Pertenencia institucional: Instituto Superior de Profesorado Nº 19. Rufino, Santa Fe.

"El olvido es una herramienta de la clase dominante. Se ha dicho que hay un momento inicial de la
memoria en que el río incontenible de lo vivido es tumultuoso.
Arrastra todo a su paso, espumante, y más allá, el río armoniza su cauce.
La memoria es un proceso social. No hay un solo memorioso, y si lo hay, es de algún modo arbitrario,
porque quien narra elige un orden que jamás será espejo del pasado."
El Guardapalabras (memorias de un ferroviario)1

Introducción

La relación clase obrera-peronismo ha originado interesantes debates historiográficos2.


Elementos tales como políticas redistribucionistas, institucionalización del conflicto obrero,

1
Cena, Juan Carlos: “El Ferriciodio”, Ediciones La Rosa Blindada, 2ª Edición actualizada., 2007, pág.9
2
Véase, entre otros: Germani, Gino: ”El surgimiento: el rol de los obreros y de los migrantes internos" en
Desarrollo Económico, Nº51, enero-marzo,1975; Halperin Donghi, Tulio: “Algunas observaciones sobre
Germani, el surgimento del peronismo y los migrantes internos” en Mora y Araujo, M. y Llorente,I
(comp.): El voto peronista, Sudamericana, Bs. As., 1980 ; Murmis, Miguel y Portantiero, Juan Carlos:
Estudios sobre los orígenes del Peronismo, Ediciones del Siglo, Bs.As.,1971; Torre, Juan Carlos:
”Interpretando(una vez más)los orígenes del peronismo”, en Desarrollo Económico, Nº112, 1989 La
vieja guardia sindical y Perón. Sobre los orígenes del peronismo, Sudamericana, Bs. As.1990; Doyon,
Louise: "El crecimiento sindical durante el peronismo" y "Conflictos obreros durante el régimen

1
racionalidad-irracionalidad en el apoyo a Perón, representación de una cultura cuestionadora de
jerarquías sociales y de autoridad, etc. Fueron intensamente abordados3 La intimidad de esta
relación ha sido tomada en general, como definitoria del carácter excepcional del peronismo en
el espectro de las experiencias populistas latinoamericanas.4

En este trabajo abordamos el análisis de la experiencia histórica concreta de los trabajadores


ferroviarios en Rufino durante el periodo escogido, el cual comprende a instancia nacional
todo el primer peronismo, y su posterior proscripción. El objetivo propuesto aquí es producir
conocimiento histórico a partir de un abordaje sustentado en el relato, la vivencia directa de
aquellos trabajadores que han participado en los espacios gremiales como fueron la “Unión
Ferroviaria” y “La Fraternidad” en la ciudad de Rufino.

Por otra parte, hemos elegido el marco de la perspectiva regional, entendiendo que una historia
de los trabajadores a partir de los aportes de esta perspectiva muestra las similitudes y
diferencias y articula las mismas con otras realidades locales ofreciendo visiones renovadas de
nuestra historia nacional.5

A la vez que permite abordar nuevos y complejos problemas destacando la especificidad de


ciertos procesos localizados. En este sentido, también creemos que la región es en nuestra
perspectiva, un espacio humanizado singular, que es modificado y reestructurado, a través de
la actividad humana. Por ello, en rigor, las regiones son “singularidades de una globalidad”, la
“parte de un todo” en donde el concepto de totalidad no puede soslayarse, como tampoco las
conexiones de lo que se supone una región con el sistema global en cual se inserta.6

Raúl Franklin reflexionando acerca de la perspectiva regional, de sus aportes y debilidades,


plantea que (…) los motivos que han llevado a la adopción de una perspectiva regional en las
investigaciones históricas son variados y disímiles pero no es aventurado reconocer que

peronista, 1946-1955, en J.C.Torre (comp.): La formación del sindicalismo peronista, Legasa, Buenos
Aires, 1988; Sidicaro, Ricardo: ”Consideraciones Sociológicas sobre las relaciones entre peronismo y la
clase obrera en la Argentina, 1943-1955” en Boletín de Estudios Latinoamericanos y del Caribe, Nº 31,
diciembre 1981 y Los tres peronismos: Estado y poder económico, S.XX, Bs.As.,2002;
3
Badaloni Laura: Protestas y huelgas de los ferroviarios en Rosario durante el peronismo. ( UNR)
4
Carlos Vilas considera respecto al “populismo”, concepto que incluye al peronismo argentino: “El
populismo combina así, respecto a las masas, movilización y manipulación, organización y represión-
ésta última cada vez que la manipulación es insuficiente para mantener la movilización dentro de los
márgenes legitimados por el Estado, e impedir la autonomización de las organizaciones y las prácticas
populares.” en Vilas, Carlos M.: “El populismo latinoamericano: un enfoque estructural” en Desarrollo
Económico vol.
5
Masés Enrique: La historia de los trabajadores y la perspectiva regional (GEHiSo, Facultad de
Humanidades, Universidad Nacional del Comahue).
6
Campi, Daniel: Historia Regional¿ Por Qué?, en revista Avances de Investigación, Universidad Nacional
de Jujuy, 1993

2
derivaron de una insatisfacción frente a los resultados que arrojaban estudios efectuados desde
una perspectiva muy amplia, generalizadora y homogeneizante7.

En este sentido, nos interesó abordar las peculiaridades propias del escenario local rufinense
utilizando ciertas categorías aptas para analizar nuestra realidad histórica, recuperando las
acciones y percepciones de los trabajadores ferroviarios que han intervenido en la lucha gremial
de aquellos años.

En una primera parte, nuestro trabajo pretende analizar la naturaleza del vínculo entre los
trabajadores ferroviarios y el peronismo en nuestro país. Considerando que, para estos años,
tanto el sindicato de La Fraternidad como La Unión Ferroviaria eran estructuras gremiales
consolidadas respecto del conjunto de los demás gremios. Esta solidez podría explicarse, a
grandes rasgos, por dos razones: Por un lado, por la importancia económica que el ferrocarril
representaba en tanto constituía el principal medio de transporte de los frutos del país hacia los
puertos8 y, por otro lado, por el hecho de que los trabajadores del riel adquirieron una clara
conciencia de la importancia de su actividad para la economía del país. Los sindicatos
ferroviarios eran las organizaciones obreras más importantes de la Argentina en la década de
1930. Sus miembros se consideraban así mismos como una elite dentro de la clase
trabajadora….9.

Aquí vamos a sostener que los trabajadores ferroviarios rufinenses que integraban los dos
sindicatos vivieron la emergencia del peronismo no sin conflictos, pues ambos espacios
gremiales respondían a tradiciones ideológicas disímiles, fundamentalmente socialistas,
comunistas y radicales y que las organización del movimiento sindical peronista actuó sobre una
base ya instalada en el periodo anterior. Estos trabajadores fueron fuertemente politizados, y
directamente influenciados por el peronismo; siendo ellos parte esencial de esa clase trabajadora
que reivindica para sí el discurso peronista10.

El espacio de nuestra investigación se centró en la ciudad de Rufino. En aquel momento esta


ciudad constituía un núcleo ferroviario importante dado que era un paso del ferrocarril de
Buenos Aires al Pacífico, una línea férrea que integraba las ciudades de Buenos Aires- Mendoza

7
Franklin Raúl: “Historia Regional” En avances del Cesor. Rosario, Centro de estudios Sociales y
regionales. Escuela de Historia/ Universidad Nacional de Rosario. Año 1999. Año II/ Nº 2. Pág 119.
8
“ Algunas grandes líneas troncales sirvieron para integrar el territorio y asegurar la presencia del Estado
en sus confines, mientras que otras cubrieron densamente la pampa húmeda, posibilitando- junto con el
sistema portuario- la expansión del agricultura primero y de la ganadería después…” en Luis Alberto
Romero: Breve historia Contemporánea de la Argentina, Bs. As. FCE, 1994, pág. 20.
9
Horowitz, Joel: Los trabajadores ferroviarios en la Argentina. (1920-1943 )La formación de una elite
obrera, en Desarrollo Económico Vol XXV Nº 99. 1985
10
James Daniel: Resistencia e Integración, El Peronismo y la clase trabajadora argentina 1946-1976, Bs.
As. Siglo XXI, 2006. pág

3
que entroncaba con el Ferrocarril del Oeste desde donde se prolongaba hasta la Cordillera de los
Andes, con el objetivo subsiguiente de unir los Océanos Pacífico y Atlántico.11

Para la realización de nuestro trabajo fueron consultadas fuentes periodísticas de la época:


diarios “Noticias” de Rufino y “La Cuidad”.

Las fuentes orales correspondieron a cinco ferroviarios que trabajaban en el Ferrocarril en los
años 40´ y 50´, todos ellos con una activa participación gremial.

También utilizamos las entrevistas grupales, en las cuales fue interesante descubrir indicios
donde los testimonios orales no coincidían o donde episodios que las fuentes escritas registraron
como efectivamente ocurridas desaparecieron de los recuerdos de nuestros informantes. Como
lo ilustra el ejemplo de la nacionalización del ferrocarril, hecho que se recordaba claramente y
con exactitud cronológica por aquellos ferroviarios peronistas y era apenas recordado o muchas
veces “olvidado” por trabajadores de otras extracciones políticas. Para analizar tales olvidos,
intentamos seguir los pasos de Alessandro Portelli para quién la memoria colectiva “Constituye
el hecho histórico relevante y el acontecimiento en sí, quedaba desplazado. Como objeto
privilegiado en la investigación del historiador.12

El trabajo con fuentes orales no se limitó solamente a valorar su aporte en la reconstrucción


factual. Por supuesto, los relatos de nuestros informantes nos ayudaron a conocer mejor los
hechos investigados. También nos permitió una triangulación de información que siempre es
beneficiosa.

Los comienzos de un vínculo perdurable

El gremio ferroviario tuvo desde un principio, una relación muy estrecha con el peronismo y
con Perón13 La Unión Ferroviaria participó activamente en la formación del Partido Laborista
que sirvió de instrumento a Perón para llegar electoralmente al poder. Esto podría explicarse
porque básicamente el peronismo lleva adelante una política de reivindicaciones para la clase
trabajadora, pero no exclusivamente en términos distribucionista sino también en términos de lo

11
Scalabrini Ortiz: Historia de los ferrocarriles argentinos, Bs. As. Pus Ultra Ediciones, 1983, pág. 283
12
“La importancia del testimonio oral puede residir no en su adherencia al hecho sino más bien en su
alejamiento del mismo...” “... la memoria no es un depósito de hechos sino un activo proceso de creación
de significados.” “La información más preciosa puede estar en lo que ocultan los informantes y en el
hecho que lo oculten, antes que en lo que cuentan” en Alessandro Portelli “Lo que hace diferente a la
historia oral” en Schwarztein, Dora (comp.): La Historia Oral, Bs. As., CEAL, 1991, págs. 43 y 45.
13
Ver Del Campo Hugo: Sindicalismo y peronismo. Los comienzos de un vínculo perdurable, FLACSO,
Bs. As. 1983

4
simbólico- cultural, de la valoración de identidades y la pluralidad cultural existente en la
Nación.

Tal como afirma Daniel García Delgado, el discurso peronista hizo que:

“Los excluidos o menospreciados fueran reivindicados y considerados parte de nuestra


identidad nacional, rescatándose este nuevo estatus en expresiones como las referidas a la “dignidad de
los trabajadores, al pueblo como “lo mejor que tenemos” , o a la resignificación de “los cabecitas
negras” en “los descamisados”, etc.14

Esta idea se refleja en la opinión de Osvaldo, un socialista integrante de La Fraternidad en los


años peronistas y uno de nuestros entrevistados:

( …) El peronismo, lo que pasa es que trajo mucha gente de abajo, gente que estaba mal, que no
accedía a tener buena capacitación., claro se “dejaron llevar” por que antes no eran una persona y
ahora (por Perón), claro tenía los mismos derechos y que se yo… 15.. …

El testimonio, es breve pero contundente; expresa claramente la visión de quién no siendo


peronista describe este aspecto reivindicativo de la política peronista. El atractivo político
fundamental del peronismo reside en su capacidad para definir la noción de ciudadanía dentro
un contexto más amplio, esencialmente social. La cuestión de la ciudadanía en sí misma, y la
del acceso a la plenitud de los derechos políticos, fue un aspecto poderoso del discurso
peronista, donde formó parte de un lenguaje de protesta, de gran resonancia popular, frente a la
exclusión política.16. Por lo tanto el peronismo representó una solución concreta de necesidades
materiales, pero además su éxito reside, en sus cualidades distintivas, en la razón por la cual su
llamamiento político inspiró más confianza a los trabajadores, comparada con las demás fuerzas
políticas que le disputaban la adhesión de la clase trabajadora.

14
García Delgado, Daniel “Raíces cuestionadas: la tradición popular y la democracia”. Bs.As., CEAL,
1999. Biblioteca política Nº 246 pág. 119
15
Entrevista realizada por la autora a Osvaldo Tacchi, junio de 2008. Tachi trabajaba como maquinista,
y era más bien alineado a las ideas socialistas.
16
James, Daniel, op. Cit, pág. 27

5
Entre aquellas fuerzas políticas encontramos socialistas y comunistas, ideologías que
identificaban el movimiento obrero que surgen en el país a partir de la segunda mitad del siglo
XIX, mas precisamente en las décadas del setenta y ochenta. Este fenómeno fue consecuencia
de dos factores importantes: por un lado, de los incipientes cambios que empezaban a operarse
en las relaciones de producción y, por otra parte, de la influencia y experiencia en la lucha
gremial de los inmigrantes que, en contingentes cada vez más numerosos, arribaban al país.

Cuando en 1887, se fundó “La Fraternidad, Sociedad de Maquinistas y Foguistas de


Locomotoras”, su primer estatuto aprobado en 1889 sentó con claridad el carácter gremial-
corporativo de la entidad y declaró la absoluta prescindencia en materia político- ideológico. A
pesar de que el sindicato estuvo muy cerca del Partido Socialista. Este no adoptó un carácter
revolucionario sino, por el contrario, expresó una apostura mucho más pragmática, que buscaba
arrancar concesiones a las autoridades y patrones, pero se mantenía al margen de la lucha
política17 las formas de lucha de La Fraternidad se asemejaban a las sostenidas por el Partido
Socialista; se adoptará en todo momento la vía legalista, tratando de encontrar soluciones a sus
problemas mediante los canales institucionales y recurriendo a la huelga sólo en casos extremos.
Se mostró siempre partidaria del sistema democrático y rechazaban la conquista del estado por
vía revolucionaria. Además y, coincidiendo con la ya antigua predica del Partido Socialista, La
Fraternidad comenzó a bregar por una legislación general del trabajo ferroviario que incluyese
la jornada de ocho horas.

“…Antes se trabajaba 12 horas y nosotros conseguimos las 8 horas, antes de Perón. Dos o tres veces al
año nos daban pasajes gratis para viajar…. . Creo que hay un antes y un después de Perón… nosotros
veníamos de una época muy mala, donde se votaba con un peso en el sobre para votar…Con Perón
tuvimos leyes laborales, las jubilaciones…todo eso... que fue muy importante…” 18

En este sentido, es a partir de la década del cuarenta, donde el movimiento sindical acelera la
influencia ejercida por militantes comunistas y socialistas. Una pieza central de la estrategia
comunista será la crear un partido político fuerte y establecer sindicatos centralizados que
constituyeran su principal apoyo. Aquí en Rufino esta influencia se torna contundente.

17
Gordillo Mónica, “La Fraternidad en el movimiento obrero: un modelo especial de relación (1916-
1922). Bs. As. 1993, Centro Editor de América Latina. Serie “Conflictos y Procesos. Págs. 2 y 3
18
Entrevista realizada por la autora a Osvaldo Tacchi, maquinista integrante socialista de La Fraternidad
Junio 2008

6
“…En general La Fraternidad se componía por socialistas, algunos comunistas y radicales en general
eran ellos los principales, después lógicamente había uno que otro peronista pero era una rareza…” 19

En Noviembre de 1943 es creada la Secretaría de Trabajo bajo la dirección del coronel Perón,
esta secretaría compartió los objetivos organizacionales de los viejos líderes obreros porque
prometían la centralización de la planificación económica dirigida por el Estado y abrían la
posibilidad de incorporar un modelo corporativista parta ordenar las relaciones sociales en el
país.

Fue este alto grado de cohesión y de homogeneidad, reforzado por su alineamiento alrededor de
una confederación nacional única, el que definió las principales características del movimiento
obrero - argentino, colocándolo en una situación distintiva respecto de los restantes países
latinoamericanos.

Si bien puede afirmarse que la centralización operada en los sindicatos después de 1947
representó en cierta medida la aceleración de una tendencia preexistente, la nueva relación
establecida entre los sindicatos nacionales y la CGT constituyó una dramática ruptura de la
anterior tradición organizativa del movimiento sindical.20

Hacia mediados de 1946 las únicas organizaciones influyentes que aún no se había incorporado
a la CGT, eran la Asociación Bancaria, el Sindicato de Trabajadores de Luz y Fuerza de Buenos
Aires, el SUPE (petroleros), La Fraternidad, el SOMU (marítimos) y la Federación Gremial de
Trabajadores de la Industria de la Carne.

Bajo el régimen peronista el papel de la CGT ya no se limitó a coordinar las políticas de sus
miembros, como lo había hecho hasta 1943. Desde un principio, asumió la función de
mediadora entre los sindicatos y el Estado. Sin embargo, al sucumbir progresivamente bajo el

19
Entrevista realizada por la autora a Luis Vietti, Junio de 2008
20
Doyon Louise, op. cit. Pág. 19

18 La forma más efectiva de presión oficial era la negativa del gobierno a reconocer al sindicato como
legítimo representante en las negociaciones colectivas. Sin embargo, en el caso de los marítimos y los
trabajadores de los frigoríficos, el ingreso a la CGT se produjo después de que éstos fueron intervenidos
en 1960.

7
control del régimen, aquella función fue sustituyéndose pero nunca eliminada por un nuevo y
más represivo rol: el de ejecutar las políticas gubernamentales en el movimiento sindical.

Uno de los síntomas más evidentes de la gradual sustracción de la CGT al control de los
sindicatos se encuentra en la elección de los miembros del Comité Ejecutivo y, en especial, en la
elección de su secretario general. En un movimiento sindical autónomo, las posiciones claves de
una confederación nacional están generalmente reservadas a los sindicatos más poderosos, tanto
en términos económicos como en organización.

En el movimiento sindical peronista, el control de la CGT se acentuó a medida que los nuevos
sindicatos se estabilizaban y, después de 1947, la intromisión de la CGT en los asuntos internos
de los sindicatos adquirió un carácter más represivo al ser utilizada por el gobierno para
implementar sus políticas.

Todas las intervenciones llevadas a cabo antes de 1950 constituyeron una flagrante infracción a
los estatutos de la CGT.

Bajo el régimen peronista, el movimiento obrero argentino se transformó rápidamente en un


movimiento de masas. Esta afiliación masiva, iniciada en 1946, modificó notablemente el
tamaño de los sindicatos que antes de 1943 constituían generalmente pequeñas organizaciones
de menos de 15.000 miembros.

En este sentido, es revelador el testimonio que nos aporta Osvaldo

“….mirá yo creo que no es casual que halla tantos peronistas, por algo hay tantos…lo que pasa que
Perón les dio mucho a los trabajadores, y eso hizo que muchos, que mucha gente se volcara a Perón, a lo
mejor porque antes no tenían otra ideología, entonces con Perón encontraron su ideología…” 21

Entre 1943 y 1945 fueron intervenidas numerosas seccionales del viejo sindicalismo debido a
que los dirigentes locales se resistían a aceptar la interferencia estatal en las organizaciones
gremiales. La rebelión amenazó complicar a las direcciones nacionales en una seria
confrontación con el régimen militar. En las actas de dichas organizaciones se registran largos y
acalorados debates sobre la justicia o no de las medidas toda vez que fue necesario apelar a
ellas. Después de 1946 estos debates desaparecieron y la intervención a las seccionales pasó a
ser una práctica corriente tanto en los viejos como en los nuevos sindicatos.

21
Entrevista realizada por la autora a Aldo Simonutti, quién se desempeñó por muchos años como
presidente de la sección local de la “Unión Ferroviaria”. Junio de 2008

8
La índole heterogénea de la relación entre Perón y los sindicatos fue reflejo de una política
deliberada. Es evidente que el lado legislativo de la actividad de la Secretaría se acordaba sobre
la base de necesidades y demandas de cada gremio y que los beneficios se limitaron
principalmente a los sindicatos organizados y poderosos.

Las mejoras para los gremios más nuevos y débiles no pasaron en general de las exhortaciones y
cierto apoyo en cuanto a personería jurídica y ayuda en las negociaciones y disputas sobre
salarios. Baste comparar el tratamiento relativo que reciben ciertos sindicatos mejor establecidos
con el que recibieron otros de orígenes más recientes.

Por ejemplo, en el caso de los gremios más prestigiosos como La Fraternidad y la Unión
Ferroviaria, Perón estuvo dispuesto o se prestó a hacer muchas concesiones con respecto a los
beneficios sociales y económicos. Su objetivo no fue necesariamente el de ganar a los gremios
ferroviarios para la causa peronista, sino simplemente involucrarlos con la Secretaría de tal
modo que se mantuviesen neutrales o al menos crear grupos entre ellos que estuviesen
dispuestos a cooperar con la Secretaría22

Las ventajas de la cooperación con la Secretaría eran evidentes para los sindicatos. En el caso de
los gremios más antiguos los beneficios que éstos recibieron representó la culminación de
ambiciones de larga data.

Hacia 1945 Perón ya había ganado la neutralidad de algunos gremios poderosos y bien
organizados. En muchos casos la neutralidad de éstos era sólo una falta de certeza, pero en
muchos otros era un encubrimiento de opiniones divididas acerca de la cuestión del apoyo a la
Secretaría. Por último, se había granjeado también una enemistad perenne con un amplio grupo
de dirigentes gremiales, de extracción socialista y comunista, con quienes había tenido
conflictos.

Hasta fines de 1945 las opiniones divididas dentro del sector laboral no salieron a la luz, dado
que no existían presiones para tomar una decisión y una acción clara para un lado o para el otro.
Sin embargo, durante todo el año 1945, esta situación se fue deteriorando cada vez más. La
primera evidencia la tienen los círculos gremiales hacia mediados de 1945 cuando una serie de
gremios liberales socialistas (como La Fraternidad), preocupados cada vez más por las
implicancias de la política laboral de Perón, se retiran de la CGT. Raramente se acudió a la
violencia abierta y es posible que en aquellas ocasiones en que se usó, no contara con la

22
Litle, W. op. cit. Pág. 8

9
aprobación de Perón.23 La persecución a los sindicatos y a sus dirigentes fue un medio más
comúnmente de advertencia y de presión.

Después de la elección de Perón en 1946, La Fraternidad se embarcó en una política de


autodefensa y colaboración cauta con el nuevo gobierno. Se reafilió a la CGT y participó
ocasionalmente en manifestaciones que no contradecían su sensibilidad política, tales como las
celebraciones por la nacionalización de los ferrocarriles.

Como todos los demás gremios, La Fraternidad quería consolidar su posición frente al
empleador y a la Secretaría de Trabajo y para ello necesitaba asegurarse el estatuto y el
escalafón. Es evidente que no había ninguna posibilidad de que La Fraternidad se aferrara a sus
principios hasta tal punto de provocar un choque manifiesto con el Estado.

La política de reintegración al Estado peronista no era imperativa sólo por motivos económicos
sino que tenía su propia justificación moral. Jesús Fernández, quien había dirigido la oposición
contra Perón en 1945, expresaba este punto de vista en un debate del comité ejecutivo donde se
discutía la cuestión de la reafiliación a la CGT:

“El partido de Perón está formado por trabajadores organizados en sindicatos y está compuesto por
gente de todos los partidos. Pero nosotros no podemos comportarnos así, a veces sonriendo a veces
poniendo buena cara. En otros gremios es diferente: ambición, apetitos. Si algún gremio u otro se quema
los dedos es por causa de alguna candidatura al Senado, etcétera. Este es el motivo de las adhesiones
formales y de los homenajes. Aquí no tenemos caudillos. .. Acá todos se comportan de acuerdo al
entendimiento de cada uno, no somos simples espectadores sino activistas de un movimiento sobre el
cual podemos imponer nuestra moral y ética sindicalistas, porque esta es la manera que siempre
fuimos y porque nos apoyan nuestros afiliados. No podemos permitir que nuestra voz no sea escuchada
por la CGT” 24.

Sin embargo, a pesar del deseo de compartir los beneficios materiales que conllevaba el control
peronista de los sindicatos, a pesar de poder justificar con habilidad este comportamiento y
acallar sus dudas, La Fraternidad nunca perdió su actitud crítica y bien se daba cuenta de lo que
otros gremios habían perdido con Perón. Por ejemplo, si bien prestó su respaldo al gobierno en

23
La Fraternidad fue uno de los pocos lugares donde se realizó una intervención violenta. Según relatos
hechos a la autora, esto se hizo en colaboración con la Fundación Eva Perón y no con la CGT, la
Secretaria de Trabajo o la Presidencia.

24
Actas del Comité ejecutivo de La Fraternidad, Nº 6, Julio de 1945

10
la reforma de la Constitución Nacional y la incorporación de los derechos del trabajador en ella,
señala que:

El Decálogo del Trabajo que, para honor de la Argentina, debería incluirse en el Estatuto de
las Derechos Humanos de las Naciones Unidas, sería una obra incompleta y abstracta si a pesar de
habérselo incorporado a nuestra Carta Magna no se amplificara (para) consagrar este derecho
universal (el derecho a la huelga), en defensa de la clase trabajadora en todo el mundo. . .

En un largo discurso que el Coronel Perón dijo el 27 de agosto de 1944 ante trabajadores
ferroviarios en Pergamino, Provincia de Buenos Aires expresa claramente su posición respecto
de los partidos políticos que hasta ese momento representaban a los sindicatos gremiales
argentinos:

..La política o las ideologías foráneas de cualquier tipo. son sin duda el virus de la peor enfermedad de
la clase obrera. Los políticos siempre han aprovechado este factor para dividir a la clase obrera... en los
movimientos gremiales el obrero sólo ha defendido a su sindicato y nunca se ha puesto a1 servicio de
aquellos que no pertenecen a su misma organización (...)25

En pasajes posteriores Perón será aún más contundente:

(…)Entiéndase bien, sindicatos gremiales, no sindicatos políticos. No queremos empleados y


obreros de una misma actividad divididos en socialistas, comunistas, radicales o
conservadores. No queremos que los trabajadores argentinos sigan el juego de políticos
inescrupulosos, ni dirigentes venales que se venden al mejor postor.

25
Perón Juan Domingo, discursos pronunciado ante ferroviarios en Pergamino. Agosto, 1944

11
El quiebre fugaz de un vínculo perdurable: Las huelgas ferroviarias del 50´y 51

Durante los primeros años del peronismo se torna notable la disminución de los conflictos
laborales que queda reflejado por la caída del número de paros y huelgas 26. La mayor
institucionalización de las relaciones laborales hizo que el recurso a la huelga dejara de ser el
medio habitual para alcanzar las demandas. Pero una vez que los sindicatos hubieron sido
reconocidos como interlocutores legítimos y que emergió una legalidad laboral que garantizaba
derechos básicos a los trabajadores, el activismo sindical se volvió un anacronismo
injustificable desde el punto de vista oficial. Hacia principios de 1949, ya no había lugar para las
demandas obreras o huelgas, que pasaron a ser consideradas como un “crimen” contra las metas
de la revolución peronista.

Por otra parte, el deterioro de los términos de intercambio significaría un fuerte golpe a la
dinámica de la prosperidad peronista. En 1949 la inflación alcanzó un record histórico y hubo
por tanto, una pérdida de terreno en materia de salarios. El aumento del costo de vida había
llevado a varios gremios, entre ellos, los ferroviarios, a exigir una recomposición salarial. La
crisis había provocado que el gobierno se planteara limitar los onerosos subsidios destinados a
algunas industrias y a los propios Ferrocarriles nacionalizados.

El conjunto de huelgas ocurridas en este periodo involucró a los ferroviarios, los bacancarios y
los gráficos, gremios que habían alcanzado posiciones relativamente ventajosas antes de la
llegada de Perón al poder. A partir de entonces experimentaron, sin embargo, una declinación
respecto de las ventajas obtenidas por los trabajadores de la industria. Una de las causas de ello
fue la consolidación al frente de dichos sindicatos de dirigentes que dieron más importancia al
mantenimiento del beneplácito oficial que a la satisfacción de las demandas de sus bases. En
estas circunstancias, los trabajadores apelaron a huelgas y paros antes de 1950: Los bancarios
realizaron una huelga no autorizada en 1948 y los ferroviarios organizaron paros periódicos

26
Doyon, Louise: Nueva Historia Argentina, Cap. VII “La Formación del sindicalismo peronista”,
Sudamericana Bs. As. 2002¸ pág. 381-382

12
entre 1947 y 1949 sin el apoyo de las autoridades sindicales. En el caso de los ferroviarios será
donde habrá de producirse el más grave de los conflictos.27

La nacionalización de los ferrocarriles en 1947 significo para el Estado una fuerte carga
financiera porque se encontró con un sistema de transporte obsoleto, tecnológicamente superado
y en un lamentable estado de conservación. Frente a la necesidad de modernizar estos servicios,
el gobierno opto por dar marcha atrás en la política de mantener los salarios ferroviarios en pie
de igualdad con aquellos en rápida expansión, y acudió a diversas tácticas dilatorias entre 1947
y 1950. En este marco, en noviembre de 1950 comenzó una huelga en línea general Roca por
aumentos salariales. Tres días después el conflicto se extendió a otras tres líneas. En la primera
semana de diciembre las autoridades de la Unión Ferroviaria intervinieron ocho seccionales
implicadas en el movimiento de fuerza, el gobierno rescindió el acuerdo, redujo el aumento
salarial concedido y despidió y encarcelo a los líderes de la huelga. Un mes después, en enero
de 1951, comenzó una nueva huelga que abarco a todas las líneas ferroviarias, con el objetivo de
reclamar la libertad de los dirigentes presos.

Numerosos sindicatos y agrupaciones que respondían al peronismo, publicaron comunicados


repudiando la huelga ferroviaria y se solidarizaron con el gobierno nacional.

Ante estos acontecimientos, se puso en funcionamiento una suerte operativo de recuperación del
control sindical y político. Sumado a las medidas de orden nacional como la intervención de la
Unión Ferroviaria por la CGT, la expulsión del Ministro de Transporte Castro 28 por parte de
Perón y la definición por decreto del conflicto salarial.

Un orador por la CGT denunció en su discurso la conexión que señaláramos al principio entre
la huelga y la conspiración comunista.

“sirviendo de inconsciente instrumento a un grupo de contrarios a nuestro movimiento,


nuestros compañeros ferroviarios se han visto sorprendidos y enredados en los manejos de nuestros
enemigos encubiertos que los han arrastrado a una huelga que pudo perjudicar enormemente a la
economía del país... ya el 18 de julio29 intentaron una salida que significó un golpe de atención para los

27
Doyon, L. op. Cit., pág 376
28
Castro accedió a negociar en Buenos Aires con un organismo paralelo a la Unión Ferroviaria que
dirigía la huelga: la “Comisión Consultiva de Emergencia”. Perón lo despidió por haber desautorizado a
la dirección oficial del sindicato a quien salió a defender.[nota de la autora]

13
dirigentes ferroviarios. Aquello fracasó, pero las gentes que viven infiltradas en todos los gremios y que
hay que limpiar de raíz y aplastar como a las víboras, volvieron a preparar un nuevo golpe”. 30

El artilugio de la conspiración comunista era utilizado asiduamente por el gobierno peronista y


las organizaciones afines, inclusive cuando resultaba incomprobable. En nuestra investigación
en particular, fue imposible soslayar la presencia real de militantes de esa extracción. Sin
embargo, no debemos obviar que la mayoría del gremio ferroviario era peronista y que su
participación en la huelga no significó en absoluto una ruptura con el gobierno. Nos parece que
se trató de una coyuntura especial donde reclamos muy sentidos por la base peronista del
gremio coincidieron con una militancia comunista decidida a defenderlos. Se sumaba a esto el
evidente alejamiento de la dirección del sindicato de sus bases; cada vez más dispuesta a acatar
ciegamente las directivas del gobierno.

Memoria y olvido

Los viejos ferroviarios que entrevistamos tenían innumerables historias de Perón viajando en
trenes, a veces con Evita. Recordaron al General asomado a la ventana de un vagón, con su
amplia sonrisa, dedicando una palabra cálida y personal al obrero que se le acercaba o
estrechando su mano. Lluvias de pelotas, frazadas, juguetes cayendo sobre multitudes que
recibían agradecidas fueron imágenes comunes en los relatos.

“Perón y Evita vinieron [a Rufino] en el Tren Presidencial... vinieron para acá...


entonces en la Estación se pararon entonces salimos todos los ferroviarios y
vinimos a la Estación. Y... Evita les tiró una pelota... se la agarró otro y Evita
[dijo]“No es para el pibe” 31

“En el año 46’ 47’ que tuve la oportunidad de darle la mano (...) Yo ya estaba en el
kilómetro 465... Como no había máquinas como hay ahora, eran todas a vapor y

30
Diario “La Capital” 3/2/52
31
Entrevista realizada por la autora a José Barrionuevo. Junio, del 2008

14
tenían que darle agua,... había una toma de agua. Entonces cortaron la máquina
para que venga un kilómetro antes de llegar adonde estaba el lugar donde se
proveían de agua cortaron la máquina un kilómetro antes y vino la máquina sola. Y
entonces, todos los que eran ferroviarios, los pocos ferroviarios que había corrimos
para conocer a Juan Domingo Perón. Nos preguntó Juan Domingo Perón y Evita,
porque iban los dos, por qué veníamos tan agitados. Y le dijimos. “Pero no... Ya...
Anotá Evita... No corten más la máquina. No tienen por qué correr nada” Y ahí
empezó a preguntar ¿cómo está el campo? Anote. Anote Evita. ¿Les hace falta
tarros para los tambos? ¿Les hace falta trigo? ¿Les hace falta esto? ¿Les hace falta
ropa? Máquinas de coser... Lo que vos le pedías ellos anotaban y después te
mandaban todo”.32

Los obreros peronistas entrevistados guardaban una lealtad sin fisuras hacia Perón. Esto debió
tomarse en cuenta al analizar algunos olvidos sorprendentes en sus relatos: prácticamente
ninguno de los ferroviarios peronistas recordó la huelga de 1950. Ante la pregunta directa sobre
el tema atinaron a responder con hechos ocurridos diez años después, en 1961, durante el
gobierno de Frondizi. Si se los detenía y se les señalaba el error contestaban que no se
acordaban de una huelga ferroviaria contra Perón. Uno de ellos, recordaba que las locomotoras
no salían y no se podía hacer el trabajo pero nada más33. Teniendo en cuenta la enorme
repercusión en la prensa y la importancia que le dio el gobierno no dejó de resultarnos
desconcertante. Ante tales lapsus, nos pareció necesario ensayar algunas líneas (aunque sean
provisorias) que intentaran explicarlos. Una hipótesis probable podría apuntar a señalar que así
como cualquier ser humano construye una lógica para estructurar sus propios recuerdos que le
resulte lo menos doloroso posible también la memoria colectiva funciona activamente en la
organización del pasado. Alessandro Portelli partió de esta premisa para analizar como un hecho
pudo ser recordado por un grupo social asociándolo con una fecha posterior y no en la que
realmente ocurrió34. Este mecanismo, Portelli lo explicó a un nivel simbólico y a un nivel
psicológico. En el caso que nos interesó, fue posible pensar que a nivel simbólico el peronismo
y el propio Perón significaron para la mayoría de los ferroviarios un reconocimiento de sus
derechos que no sólo se limitaba a lo económico sino que expresaba también un
cuestionamiento social más difuso a las formas de jerarquía social y a los símbolos de
autoridad35. Dentro de este esquema, Perón aparecía en el imaginario de los trabajadores como

32
Entrevista a José Luis Monzón realizada por la autora, Rufino, abril 2008. Monzón trabajó como peón,
telegrafista y señalero en el Ferrocarril Belgrano y era peronista. [nota de la autora]
33
Entrevista realizada por la autora a Andrés Boneto. Mayo de 2008
34
Ronald Fraser, Ronald: “La historia Oral, como historia desde abajo” en Revista Ayer Nº 12, Marcial
Pons Editor, España, 1993.
35
James, Daniel: 17 y18 de octubre de 1945, en Torre, J.C.: El 17 de octubre de 1945, 1995.

15
el “líder de los obreros”, el “1º trabajador”, “el que devolvió la dignidad a los obreros”. A nivel
psicológico, los acontecimientos (tanto la huelga contra Perón como el despido de ferroviarios)
fueron manipulados a través del olvido para que no dejasen evidencias de la acción
“antiobrera” del gobierno peronista. El énfasis de los relatos estaba en que Perón finalmente,
escuchó y realizó lo que quería el pueblo.36

Otra cuestión sugestiva fue detectar como, si bien la ideología -llamesmoslá- “oficial
peronista”- fue utilizada por los informantes para ordenar sus relatos, también se colaron en
ellos elementos que pertenecían a su propia subjetividad que entraban en tensión con aquella
versión. Ejemplo de esto resultó la opinión que tenían los ferroviarios peronistas de los
militantes comunistas. La opinión oficial los tildaba de “antipatrias”, “antipueblo”,
“saboteadores”, etc. Durante la propia huelga ferroviaria, Perón apareció públicamente
denunciando en diversos discursos al Partido Comunista. Ya vimos también como los
representantes de la CGT local llamaban a “aplastar como víboras a los infiltrados”. Los
militantes comunistas habían sido ubicados en el lugar del “otro”, del “que actúa desde las
sombras” intentando destruir la armonía de la comunidad organizada. En los testimonios
recogidos estas apreciaciones aparecieron, aunque no pocas veces junto a comentarios
contradictorios. Para referirse a ellos se usaron palabras despectiva tales como “contreras” y se
los consideró fuente permanente de discordia.

Los comunistas eran buenos gremialistas, pero no le daban para adelante al gremio siempre
tenían problemas…que había que parar que yo…...eran muy “politiqueros” 37. Ellos decían una cosa y
nosotros decíamos todo al revés…no nos peleábamos ni nada porque teníamos que estar juntos en el
trabajo, pero la idea no era la misma (…) Ellos estaban con el comunismo por delante del gremio… Pero
igual ante las huelga todos éramos concientes que teníamos que estar unidos, más allá de lo que pensara
uno o el otro….38

Por un lado, mostraban la desconfianza hacia la izquierda y por el otro el respeto como
compañeros y luchadores honestos así como el rechazo por los tratos injustos que recibían.

36
Dentro de un marco histórico diferente, el fascismo italiano, Luisa Passerini estudia “silencios” y
respuestas de sus entrevistados a las que considera “inconsistentes”, en el sentido de que muestran
diferencias con el cuadro aceptado de los principales procesos históricos” Ver Passerini, Luisa: “Ideología
del trabajo y actitudes de la clase trabajadora hacia el fascismo” en Schwarztein, D. (comp.): La Historia
Oral , CEAL, Bs. As., 1991.
37
Las comillas son mias.
38
Entrevista realizada por la autora a José Barrionuevo. Junio de 2008
Para ilustrar el grado de convivencia de ambos gremios en Rufino, es importante destacar que las cedes
tanto de La Fraternidad, como de La Unión Ferroviaria funcionaban juntas en el mismo local. (nota de la
autora)

16
Estos indicios, originados en una relación cotidiana y en experiencias comunes dentro de los
lugares de trabajo, rebaten algunas representaciones sobre el “fantasma comunista” y nos abren
interrogantes sobre el alcance de las ideologías dominantes.39

Aldo Simonutti dirigió la Unión Ferroviaria en Rufino, a pesar de ser comunista en un gremio
que en general era del peronismo. Por muchos años se mantuvo en la presidencia de gremio.

Es interesante la manera en que vive su despertar político como trabajador ferroviario:

“Cuando yo estaba haciendo el servicio militar en Huinca Renancó en el año 46, por primera vez las
urnas fueron custodiadas por militares, era el 1º periodo de Perón, a mi eso me pareció una cosa muy
importante…Digamos…la custodia por parte de las FF.AA: parecía que le daba más seguridad al voto.
Claro con le tiempo comprendí que no era tan así… y en ese momento tuve mi despertar político (….) que
se yo a mi la figura de Perón y Evita me conmovieron mucho y entonces cuando vine para acá (Rufino)
me incorporé a la Juventud Peronista…indiscutiblemente la figura de Perón creó una situación muy
buena para los trabajadores. Pero acá noto que no me sentía atraido… y bueno por algunas
vinculaciones me incorporé al Partido Comunista, ahí encontré a gente realmente de mucho nivel y
realmente muy honesta…”40

Reflexiones Finales

Al finalizar el presente trabajo son dos las conclusiones a las que arribamos. Por un lado,
comprobamos que el surgimiento del peronismo en Rufino representó, para aquellos
trabajadores que se incorporaron al ferrocarril en los años cincuenta, un espacio político
“nuevo” donde, a partir de su emergencia en nuestros país, inmediatamente se identificaron y
y se sintieron representados. Estos trabajadores recientemente incorporados y sin una filiación
política previa o sin una tradición de militancia anterior tomaron esta ideología de un modo

39
Ver James, D.: “Historia contadas en los márgenes. La vida de Doña María: historia oral y
problemática de géneros, en Entrepasados, año II, Nº3, oct.-dic, 1987. El autor analiza formas de
autorrepresentación de una mujer de clase obrera donde encuentra reflejos de las ideologías dominantes
mezclados con otros propios de la subjetividad de la informante.[nota de la autora]
40
Entrevista a Aldo Simonutti registrada en un video realizado por el canal de TV local Canal 6 el
20/04/2001 en el programa “La Tarde y la Gente”. Simonutti fue militante del Partido Comunista y
presidente por muchos años de la Unión Ferroviaria. También fue el primer concejal que representó al PC
en nuestra.

17
absoluto y ferviente en perfecta consonancia con el fenómeno mas amplio que involucró a la
gran mayoría de los trabajadores argentinos por aquellos años.

Por otro lado, pudimos comprobar claramente como el relato histórico que construyeron
nuestros informantes estaban teñidos de una particular visión de los hechos que resultaban
coherentes con sus experiencias ideológicas y de clase que atravesaban muchas veces sus
discursos.

En el caso de trabajadores ferroviarios de tradición peronista resultó claro comprobar como


desde su recuerdo reconstruían los tiempos del peronismo de un modo idealizado donde la
descripción que se nos hace de la experiencia sindical en aquellos años remite a los “tiempos
dorados” comparados con los tiempos posteriores donde se sucedieron.

En su narración, respetaron los parámetros del discurso oficial peronista aunque incluyeron
elementos que respondían a su propia subjetividad. Estos matices, tal vez nos obliguen a
intentar una mirada más compleja respecto a la reconstrucción histórica de la conciencia obrera.

En relación a los ferroviarios comunistas, sus relatos destacaron la persecución política, la


cárcel, la tortura, reconociendo a regañadientes los logros que la política peronista deparó a los
trabajadores. Estos “logros peronistas”, que muchas veces constituyeron las demandas históricas
del socialismo y el comunismo, se explicaban de manera peyorativa, pues se trataban de
medidas logradas por un régimen con el cual no comulgaban políticamente.

18
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James, Daniel:17 y18 de octubre de 1945, en Torre, J.C.: El 17 de octubre de 1945, 1995.
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19
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