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TRASTORNO EXPLOSIVO
Consiste en episodios de pérdida del control de los impulsos agresivos, dando lugar a actos
violentos, graves o a destrucción de la propiedad. La agresividad manifestada no es en
absoluto proporcional al motivo desencadenante. Trastorno explosivo intermitente
La piromanía (del griego πυρός pyrós, "fuego" y μανία manía "locura") según el DSM-V, es
un trastorno del control de impulsos relacionado con la provocación de incendios y la
atracción por el fuego. Al sujeto que padece piromanía se le denomina piromaníaco o
pirómano. El pirómano no debe ser confundido con el incendiario que es aquella persona
que intencionadamente decide provocar incendios con premeditación, con ánimo de lucro
o simplemente por hacer daño. La piromanía forma parte de la leyenda urbana de la tríada
psicopática, juntamente con la enuresis y el maltrato animal.
Sintomatología
Los síntomas suelen comenzar con la atracción al fuego cuando son niños y adolescentes,
la piromanía si se da en adultos puede ser crónica o episódica, provocando incendios con
frecuencia como una forma de aliviar su tensión, o lo hacen sólo durante los períodos de
inusual de estrés en sus vidas.
CLEPTOMANÍA
Fracaso repetido en aguantar los impulsos de robar objetos que ni son necesarios para el
uso personal ni se toman por su valor. Esos objetos pueden ser luego abandonados,
regalados, escondidos o, simplemente, olvidados.
Normalmente el individuo tiene suficiente dinero como para poder adquirir lo que roba
pero siente como una necesidad y tensión al hacerlo experimentando una intensa
gratificación o alivio después de cometido el acto.
El sujeto que padece cleptomanía no puede evitar el impulso de obtener objetos,
independientemente del valor económico de lo que obtiene; sufre de un deterioro laboral,
familiar y personal. Es un trastorno del control de impulsos y se ha clasificado como una
adicción psicológica. La conducta es precedida por una ansiedad creciente que se alivia
inmediatamente después de poseer el objeto deseado.
Un ladrón puede pasar horas, días e incluso años planeando un gran golpe, mientras el
cleptómano obedece generalmente a un impulso relativo dependiendo del lugar y tiempo
en que se encuentre él.
LUDOPATÍA
El juego patológico se clasifica en el DSM-IV-R en trastornos del control de los impulsos, que
también incluyen la cleptomanía, piromanía y tricotilomanía, en los que estaría implicada
la impulsividad, pero no presenta comorbilidad con dichos trastornos. Si bien el sistema
DSM (III, III-R y IV1) y la CIE-102 incluye este trastorno entre las alteraciones debidas a un
bajo control de los impulsos, lo cierto es que los criterios diagnósticos operativos DSM
tienen exactamente el mismo diseño que el de las adicciones a sustancias, lo que muestra
la concepción subyacente para la enfermedad en ese sistema: se trata de un problema
adictivo "sin sustancia" incluido en un apartado diferente al suyo.
La mentira es una conducta cotidiana en el ser humano y no deja de ser un recurso útil en
algunas ocasiones, ya sea para conseguir sus propósitos o para encajar mejor socialmente.
Una mentira es una afirmación cuya falsedad solo sabe quién la dice y es un intento de
conseguir un objetivo predeterminado.
PEDOFILIA
Desde un punto de vista médico, la paidofilia o pedofilia es una parafilia que consiste en la
excitación o el placer sexual que se obtiene, principalmente a través de actividades o
fantasías sexuales con niños de, generalmente, entre 8 y 12 años. La paidofilia o la pedofilia
es un trastorno psiquiátrico en el que un adulto o un adolescente mayor experimenta una
atracción sexual primaria o exclusiva a los niños prepúberes. Aunque las niñas suelen
comenzar el proceso de la pubertad a los 10 u 11 años, y los niños a los 11 o 12 años, los
criterios para la pedofilia se amplian al punto de corte para la prepubescencia que vendría
rodeando a la edad de 13 años. Una persona que es diagnosticada con pedofilia debe tener
por lo menos 15 años de edad, y por lo menos 5 o 6 años más que el niño prepúber, para
que la atracción sea diagnosticada como pedofilia.
La pedofilia es un rasgo multifactorial en la personalidad del que la padece, y se compone
de aspectos mentales, institucionales, de actividad, de educación sexual, de violencia, de
control de las pulsiones, etc. En este sentido, se suelen distinguir dos tipos de pedofilia: una
primaria o esencial, muy arraigada en el sujeto, y otra secundaria (u otras), que aparecería
motivada por factores circunstanciales.
Las conductas pedófilas son muy heterogéneas, desde casos inofensivos, hasta aquellos en
que alcanzan niveles que entran dentro de lo criminal. A la actividad sexual de un pedófilo
con un menor prepubescente o menos de 12 años se la conoce con el nombre de abuso
sexual infantil o pederastia5 (palabra que, etimológicamente, significa lo mismo
que pedofilia).
Existen diversas asociaciones de pedófilos que reivindican la pedofilia como una forma más
de vivir la sexualidad humana y que, en consecuencia, debe ser aceptada con naturalidad
por parte de la sociedad.
En el uso popular, la palabra pedofilia se suele aplicar a cualquier interés sexual en los niños
o el acto de abuso sexual infantil. Este uso confunde la atracción sexual hacia los niños
prepúberes con el acto de abuso sexual infantil, y no distingue entre la atracción a
prepúberes y púberes o post-púberes menores de edad. Los investigadores recomiendan
que se eviten estos usos imprecisos ya que si bien las personas que cometen abuso sexual
infantil a veces presentan el trastorno, sexual de niños infractores de abuso no son pedófilos
a menos que tengan un interés sexual primaria o exclusiva en los niños prepúberes, y la
literatura indica la existencia de pedófilos que no abusan de los niños.
Los niños de todos los orígenes pueden tener TDAH. Los adolescentes y adultos también
pueden tener TDAH.
Nadie lo sabe con seguridad. El TDAH probablemente es causado por una combinación de
cosas. Algunas posibilidades son:
Algunas personas creen que el azúcar refinado causa el TDAH. Pero, la mayoría de las
investigaciones no apoyan la idea de que el azúcar causa el TDAH.
Juego patológico
Fracaso crónico y progresivo en resistir los impulsos a jugar apareciendo una conducta de
juego que compromete y lesiona los intereses personales, familiares o vocacionales. Los
problemas que van surgiendo como consecuencia del juego tienden a aumentar la propia
conducta de seguir jugando.
Tricotilomanía
Consiste en el fallo repetido para resistir los impulsos de arrancarse el propio cabello. El
individuo experimenta un aumento de la sensación de tensión inmediatamente antes de
realizar la conducta consiguiendo una sensación de alivio o gratificación al arrancarse el
pelo.