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PREMIO NACIONAL DE CRITICA

ALGUNAS OBSERVACIONES DE UN VISITANTE DE MERIDA

- Inferencias y conjeturas a partir de la Bienal de Arte Nuevo Interactivo

que tuvo lugar en Mérida, Península de Yucatán, 2009.-

El hombre que fue Jueves

Ensayo largo

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ALGUNAS OBSERVACIONES DE UN VISITANTE DE MERIDA

Inferencias y conjeturas a partir de la Bienal de Arte Nuevo Interactivo

que tuvo lugar en Mérida, Península de Yucatán, 2009.

1. Formas editoriales para un texto de todos los textos: si se piensa que

las formas de escritura en red son ahora menos revolucionarias por

parecer menos nuevas se trabaja sobre la premisa de considerar el

interés por la escritura en red –y la definición misma de un evento

revolucionario- estrictamente dependiente del advenimiento de lo

nuevo; a pesar del agotamiento que el consenso general parece querer

instituir a imagen plena de una satisfacción común a una estadística, las

formas de lectura y de escritura que se han desarrollado con los medios

electrónicos continúan en construcción y se manifiestan en red bajo el

concurso de diversos filtros editoriales. En lo que tiene que ver con unos

parámetros editoriales las modificaciones más importantes han sido la

posibilidad de no estar –en apariencia- sujeto a criterios editoriales

externos, y la ilusión de una interconectividad permanente y

aparentemente democrática.

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Las formas más relevantes de escritura y lectura en red son quizás las

formas marginales de apertura a una experimentación no permeada por

la intención del progreso. Menos que formas marginales puras, serían

formas marginales radicales. Suponiendo que lo nuevo fuese una

condición suficiente y necesaria para definir lo revolucionario, y si

además se piensa que se puede extender sobre lo nuevo la desconfianza

que se tiene sobre el progreso, valdría la pena intentar establecer al

menos una diferencia, aun cuando fuese transitoria: en tanto lo nuevo

es un advenimiento imprevisto de algo que sucede con o sin

intervención de una totalidad o directriz discernible, el progreso está

subordinado a una directriz económica que es discernible, y que por

ende lo convierte en un asunto predecible caracterizado por un

crecimiento más o menos monótono.

Una revolución en el progreso, es decir, un cambio abrupto en la gráfica

de crecimiento monótono del progreso, no es necesariamente una

revolución en un sentido más amplio; de hecho, parecería sencillo

conjeturar que una revolución en el progreso corresponde a una

inevitable contrarevolución en todas las otras esferas de las categorías

conceptuales de las que el ser humano hace uso para lograr una

descripción mas o menos tosca, mas o menos refinada de sí mismo.

Al interferir de manera tan profunda en la mayoría de las actividades

humanas –subordinando todos los órdenes de decisiones-, y al

condicionar la conducta hasta niveles tan profundos, el progreso ha

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logrado introducir en una precariamente identificada directriz de la

evolución humana el universo de los procesos económicos como un

factor de interferencia: inaugura una forma de la evolución bajo la

directriz de una totalidad económica y despoja a lo nuevo que se sujeta

al progreso de su constitutiva condición de algo imprevisto; el progreso

parece definir así un nuevo tipo de evolución: la evolución sintética.

Lo nuevo radical es aquello que siendo nuevo resulta incompatible con

el progreso y con cualquier otra directriz identificable que pueda

condicionarlo. Está más cerca del azar y de formas sistemáticas

imperfectas de invocar su interferencia, persigue invocar el azar bajo las

formas del azar. Una consecuencia de la definición de lo nuevo radical

es el advenimiento de una relación de opuestos entre sus probabilidades

de realización u ocurrencia, y la resistencia -o inercia- que tienen ciertos

estados de equilibrio estables para abandonar su condición fija; una

resistencia al tránsito entre estados que en otros términos parecería

podría llamarse –metafóricamente-miedo a la “destrucción”. Así como la

estabilidad de los ciclos de la tierra puede generar ritmos y hábitos de

cultivo que son justificadamente reacios al cambio –y el hombre ha dado

prueba de ello al construir inmensos edificios físicos y conceptuales para

prever la evolución de los ciclos estelares- lo nuevo (radical) encierra

una ciega tendencia al cambio: su paradigma es operar el relevo de los

estados fijos a la mayor velocidad posible: una tendencia al relevo

permanente entre estados fijos que implica la destrucción de un estado

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estable para dar paso a otro futuro de naturaleza imprevista cuya

permanencia será tan efímera como sea posible. En sus metáforas

humanas la barrera a lo nuevo parece ser tanto psicológica como de

subsistencia: apego a un orden con sus seguridades establecidas

necesarias a la subsistencia, tanto como una aversión a lo imprevisto y

miedo a la destrucción.

La condición del viajero sucede potencialmente bajo la influencia de esa

fuerza de lo nuevo radical, en donde –sujeto a unas circunstancias que lo

alejan paulatinamente de su esfera de seguridad o estabilidad- la

destrucción de las certezas de un momento presente sucede a cambio

de una proyección de arribo a un estado fijo efímero futuro, cuya

consistencia se desintegra en el instante, cuando no infinitesimalmente

antes, de ser alcanzado. En el relevo entre cada dos estados cada vez

más breves, el viajero queda en estado de relevo, de tránsito

permanente. Entre más largo un viaje, más probable que el viajero se

entregue o sea vencido por la manifestación desbordada de esa

influencia potencial, arrastrado por una cadena de relevos

sucesivamente más frecuentes, hasta abandonarse únicamente a las

seguridades infinitesimales del instante fijo de consistencia cero, y

devenir en puro flujo; en un puro partir, en completa destrucción.

La multitud de personas que se encuentran conectadas en la red

producen un texto a partir de la interconexión de cada uno de sus

registros individuales, o trazas en los servidores, que se aglutinan y

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forman un gran texto, un cluster que es un permanente viajero de las

plataformas electrónicas. A su vez, bajo las interfaces de

interconectividad móviles, las partículas constitutivas del cluster son

elementos en tránsito, posibles viajeros de todos los órdenes, definiendo

el texto como un cluster atmosférico. En términos de la relación entre

software y hardware, la interconectividad es una nueva plataforma de

hardware a través de la que fluye un software en constante proceso de

adaptación a las nuevas cualidades del hardware. Este hardware es en

gran medida resultado del progreso, pero formas de filtro editoriales

marginales, a las que convendría llamar resistentes, pueden mantener

una fracción de ese cluster dentro de los terrenos de lo nuevo radical.

Dentro del cluster, pequeños clusteres de procesos de escritura pueden

tomar el carácter de lo revolucionario, lo nuevo radical, o lo

simplemente estandarizado, de acuerdo a los parámetros

microeditoriales que definen cada pequeño subcluster. Las formas

editoriales que en red contribuyen a generar la ilusión de la interacción

democrática son aquellas que ofrecen los recursos para que un una

misma plataforma centralizada se manifiesten y desarrollen formas

específicas de criterios editoriales, es decir, que encauzan una infinidad

de criterios microeditoriales abrazándolos por extensión, a partir de una

colección y enunciación exhaustiva, y no a partir de una definición

previa (aunque también podría ser de esta forma, aun cuando se corre

el riesgo de aislar el caso singular, que puede además coincidir con lo

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nuevo radical). En la colección o museificación de esta diversidad de

criterios microeditoriales, la gran extensión editorial destruye las

potencialidades reales de ejercicio democrático y reduce este ejercicio a

la apariencia de su ejecución. El activismo editorial puede definirse

como las formas de escritura que comparten lo nuevo radical y que se

proponen escapar a estas formas de museificación por exhibición

exhaustiva de todos los casos posibles.

La existencia marginalmente residual de una escritura nueva radical en

red aparece trivialmente sugerida cada vez que un enlace desemboca,

con mayor o menor frecuencia, en la leyenda “en construcción”. No se

trata de afirmar que la escritura electrónica depende exclusivamente de

una plataforma digital con recursos formales en permanente desarrollo,

es decir, del progreso de sus soportes (hacer depender la escritura

electrónica de sus recursos formales equivale a afirmar que no existen

nuevas escrituras impresas desde que se agotaron los modos de

impresión en papel) es atribuir una probabilidad a una variante según la

cual las ocurrencias de lo experimental –bajo los parámetros editoriales

de lo nuevo radical- lanzarían las palabras en direcciones distintas a las

previstas, a las atribuidas convencionalmente por su relación con un

soporte específico, entendiendo la relación (o pareja) palabra-soporte

como un vector en un plano de coordenadas. La escritura y la

experimentación electrónica no han llegado a un término final, aun

cuando esta interacción y texto escrito desde un cluster tienda a

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canalizarse cada vez más a través de los monopolios o cauces dados por

el progreso, es decir, las plataformas de colección extensiva de

microcriterios microeditoriales. La cualidad que tiene la escritura

electrónica no es la de la novedad espectacular, si no la posibilidad de la

experimentación propuesta desde una escritura en cluster, en donde el

texto que se escribe es el concurso de todos los textos posibles escritos

por todas y cada una de las partículas del cluster y en donde siempre

será posible, para cada palabra, encontrar un nuevo apareamiento en su

relación palabra-soporte, palabra-ocurrencia, además de introducir en

estos apareamientos, terceros elementos de naturaleza desconocida

desde el marco de lo radical.

2. Movilidad y memoria de la red: la escritura electrónica incluye un

enorme repertorio de recursos que se derivan, y también desbordan, la

oposición entre la inmovilidad de la escritura tradicional (impresa en

soportes físicos convencionales como el papel) y la movilidad de la

escritura digital en soporte electrónico, con la cualidad de la

permanente actualización. No se trata de un contraste entre extremos,

sino de contrastes finos entre grados de una misma escala, que se

hacen más o menos evidentes según el grado de aproximación o

ampliación: la actualización y la capacidad de respuesta a otros textos

en el cluster del texto electrónico se caracteriza por un “lag time”

mucho menor que la réplica en medios impresos. Ahora conviene

establecer diferentes intensidades o cualidades de la inmovilidad: si la

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inmovilidad se refiere a la permanencia o a la cualidad más reconocida

de la red, la actualización. La red y el texto impreso se diferencian, o

asemejan, en grados de estas combinaciones, más que en valores

binarios extremos (opuestos) de cada una de las escalas. En términos de

capacidad de actualización, el impreso es fijo, y la red parece dúctil y

móvil. Si la inmovilidad se refiere a la memoria, el cluster en red es

abismalmente insondable, pues la memoria digital conoce y puede dar

cuenta de cada estadio de su desarrollo, y así, en la misma forma en

que se construye un texto wiki, el cluster está inmóvil y contenido no

solamente en su estadio final, sino en cada uno de sus estadios

intermedios. Algo puede ser permanente y ágil en su actualización,

permanente y lento, efímero y ágil, efímero y lento. El transcurrir de la

red permanece, fracción por fracción y traza por traza, registrado para

su total e inequívoca reconstrucción arqueológica en cualquier momento

futuro, presente o pasado. Es una memoria sin facultad o deseo de

olvido y tiene todas las virtudes derivadas de esta condición, tanto como

las limitaciones.

3. Las obras escritas para la red tienen más de un nivel de lenguaje:

además del texto simple derivado de la lectura directa de la

permutación del alfabeto ordinario, tiene de una parte un lenguaje de

programación y en el otro extremo, en la otro parte, un lenguaje

aparencial, o lo que es manifiesto en la interface de traducción. Esta

escritura en un doble nivel hace que lo que subyace como simple código

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de texto, es decir, lo que no desborda el universo de las letras y signos

conocidos, se manifieste a través de un proceso de traducción en una

interface que reúne varios órdenes de las experiencias humanas

posibles. Este proceso de traducción redefine el sentido de la escritura

como una experiencia que se encuentra vinculada a diversos procesos

de traducción, desde unos simples hasta otros complejos. La presencia

de las interfaces dividen los textos en dos categorías: una en donde las

interfaces electrónicas resultan innecesarias para realizar el proceso de

lectura, y otra categoría, donde se encuentran los textos que solo

pueden ser traducidos a través de la ayuda de estas interfaces. Es

posible que como resultado de una evolución sintética, en una vida

sintética futura, las interfaces se encuentren integradas a una extensión

de lo que hasta ahora conocemos como inteligencia biológica humana,

unificando estas dos categorías de textos en una categoría única.

4. Esta forma de escritura y de lectura, o la cualidad acumulativa y

desdoblada del texto del cluster, imprime a la experiencia humana un

cambio en la percepción y definición de las leyes editoriales: el escritor

en red debe tener en cuenta que cualquier ley editorial debe contemplar

el hecho de la estructura de bases de datos subyacente, en permanente

expansión, que soporta y guarda en su memoria todos los sucesos de la

red, cada estadio. En la red no existe el texto, o código de

programación, salvo como registro en una base de datos, y la historia de

un texto final o en proceso – en construcción- es tan solo la sucesión de

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registros ordenados en relación de un antes y un después. Así, un texto

es un registro que remite, o contiene, todos los otros registros anteriores

a él que fueron parte de su proceso de asiento, y se asienta en el

proceso de los registros posteriores. Estas leyes editoriales involucran

factores como la interconectividad, la capacidad de actualización, la

infalibilidad arqueológica, los niveles de lenguaje, la evolución y la vida

sintética y el organizar estas cualidades en el marco de intenciones de

unos parámetros editoriales cercanos al progreso o a lo nuevo radical.

5. La escritura en red, que da lugar al cluster de textos y obras en red,

puede dividirse (de manera no obstante bastante arbitraria y artificial)

entre aquellas que participan festivamente de las promesas y bondades

del progreso tecnológico, y otras que aun dependiendo de los soportes y

medios electrónicos, es decir formando parte integral de un mundo

tecnológico, guardan distancia o conservan algún grado de sospecha

frente a la promesa del progreso. La división entre sospecha y no

sospecha es arbitraria, tanto como lo es la aspiración general que

parece poseer el desarrollo tecnológico como totalidad, la tendencia a

sustituir al ser humano por vidas electrónicas o formas de vida sintética.

Independientemente de la añoranza que nos produce lo que hemos

convenido en llamar “humano”, esta pretensión de sustitución acarrea el

riesgo de precipitar la destrucción de la especie antes de haber logrado

introducir su calculado reemplazo. El desarrollo tecnológico –como

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entretenimiento de consumo o progreso- propone un aumento de la

depredación y del deterioro natural que la totalidad cree poder

solucionar a través de un mayor desarrollo tecnológico. En algún lugar

de este proceso ha de suceder que se alcanza ese grado de desarrollo

máximo –que se entreve como la sustitución del ser humano y el

nacimiento de una vida sintética con leyes evolutivas intervenidas- o se

acaban las materias primas objeto de la depredación y motor de ese

cambio. En esta apuesta el hombre pone en riesgo su permanencia

como especie tanto como la permanencia de la vida misma en las

formas que le son familiares. Entre tanto el cluster se desarrolla bajo la

tendencia heredada de convertirse en una forma textual autónoma,

independiente de las personas que conforman, con sus interacciones, el

hardware que las condiciona.

6. Activismo editorial y advenimiento de lo sintético: el activismo

editorial descansa en un principio de oposición binaria, idéntico al que

caracteriza al mundo digital. Se trata de un proceso de votación

permanente que determina una diferencia –o escogencia- entre lo nuevo

radical y todas las otras ocurrencias de lo nuevo y que arroja unos

resultados de acuerdo a unos parámetros de interpretación de esa

circulación (por ejemplo, incentivar lo experimental radical, o por el

contrario, incentivar la predicción). La votación ocurre cada vez que un

individuo interconectado toma una decisión de tránsito o circulación en

red, cada vez que el tránsito humano queda registrado en las formas de

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aprehensión de algún tipo de algoritmo diseñado para tal fin. La

definición de este algoritmo debe permitir la diferenciación del tránsito

en red de origen humano de otras formas de tránsito, a las que

podremos también llamar “sintéticas” y debe contar con una definición

original, o definición cero, de lo nuevo radical además de un registro

total de todas las conexiones y decisiones de tránsito en red (y ante la

incapacidad de una memoria y combinatoria sobre la totalidad, contar

con un algoritmo asociado que le permita tomar muestras

representativas). Sin embargo, para efectos de la tendencia de lo

sintético y del ansia del progreso, podemos considerar esa máquina

total, con memoria y poder de cálculo ilimitado.

Al observar con un registro total el tránsito en la red, el algoritmo puede

desarrollar la facultad de modificar la definición de lo nuevo radical. Al

hacerlo, estaría afectando su complemento, lo nuevo no radical, zona en

donde se ubicaría el progreso.

El resultado del algoritmo es la generación de unos propios parámetros

editoriales a partir de la colección estadística del tráfico: se reduce a

incentivar lo nuevo radical, o a incentivar las otras formas de lo nuevo

(los motores de búsqueda son un ejemplo claro de los parámetros

editoriales desarrollados por algunos de estos algoritmos). La capacidad

de ajuste y modificaciones que sufren los algoritmos se delega también

en otros algoritmos, de manera que se tiene un universo de algoritmos

que se afectan entre sí, y el ser humano en la base, es decir,

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constituyendo el emisor cero o primario en la cadena del cluster, o de la

interconexión total; esta jerarquización al menos temporal evita una

completa autoreferencia sintética porque la directriz que comparte la

totalidad binaria es la del progreso, y son los hombres y sus decisiones

todavía el motor atómico necesario para el progreso. Habría que hacerse

la pregunta sobre qué es un progreso sintético. Eventualmente el

progreso se liberará de su relación de dependencia humana, y los

algoritmos que corrigen algoritmos se multiplicarán en ambos sentidos

sin límite alguno, llegando a una autoreferencialidad y a una vida

plenamente sintética. El valor humano, dentro de lo sintético, está

limitado a los aportes que puede hacer a favor de su advenimiento pero

es todavía indispensable.

El proceso de votación es ideal, y como tal, solo una máquina de calcular

puede, eventualmente, determinar la magnitud de cada uno de los

conjuntos con precisión instantánea, cada vez que la comparación es

requerida. El cálculo de la extensión de cada conjunto depende del

concurso de tres variables: el registro histórico de las individuos

interconectados y su historia de tránsito, una definición no ambigua de

lo nuevo radical, y el registro histórico de los hábitos de navegación o

participación en la escritura del texto del cluster de cada una de las

máquinas interconectadas. Dado que la definición de lo nuevo radical

puede sufrir variaciones de acuerdo a las subjetividades de diversos

individuos, un programador -al que se designa con el nombre de

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“programador ideal” (es decir, sin sesgo alguno de individualidad, ego o

vanidad propias) determina el espectro o varianza de las posibles

definiciones. La finalidad del plebiscito instantáneo es medir las

magnitudes de cada conjunto de acuerdo a un cierto número de

definiciones probables de lo nuevo radical. Si bien esta definición es

idealmente inambigua ello no garantiza que sea única.

El activismo editorial consiste en generar una fuerza a favor de las

definiciones probables que contribuyan a un incremento en la magnitud

de la votación a favor de lo nuevo radical. Para ello se trata de buscar lo

que las definiciones en uso de lo nuevo radical tienen en común, ya sea

por extensión o intención, y desde cada una de las terminales, en

decisiones que son la manifestación minúscula de las decisiones

humanas, transitar, escribir, y editar a favor de lo nuevo radical.

Se puede, por ejemplo, acudir a un simulador de tránsito humano, es

decir, al modelado de un internauta sintético cuyos hábitos, criterios

editoriales, y aleatoreidad de intereses y tránsitos simulen las decisiones

de un ser humano; este sería un activismo sintético. De otra parte, lo

nuevo radical sea probablemente una aspiración estrictamente humana

y no tenga sentido en un escenario de vida sintética, y por ello, una

forma de activismo sea participar en este plebiscito permanente a partir

del ejercicio de decisiones no asistidas, aun cuando un algoritmo

pudiese ser fácilmente engañado por hábitos de escritura, deambular, y

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pensamiento propios de la vida sintética. Se trata, en resumen, de

marginarse de la línea del progreso.

7. Aquí manda el pueblo y el gobierno obedece. Luego de largas horas

de viaje, comprimido entre un bus sellado, bajo la extrema baja

temperatura interior de un implacable aire acondicionado, dejando atrás

Mérida, la selva baja y el extremo norte de la península, con una

agobiante temperatura y humedad exteriores, llegamos, en la

madrugada, a una terminal de transporte en donde se lee "aquí manda

el pueblo y el gobierno obedece". El conductor, exhausto, baja para

estirar sus piernas. Los pasajeros permanecen, en su mayoría, dormidos

en sus asientos. No he dormido un solo minuto, ocupado en mantener

alerta al conductor durante el trayecto: debido a las largas jornadas al

volante, sus fuerzas van al límite , y el viaje ha estado en riesgo de un

abrupto final.

En los momentos más críticos la mención de Colombia revive su interés

por la ilusión de una conexión fraterna y lo mantiene en una zona de

vigilia, si bien frágil, de todos modos apenas suficiente para controlar el

vehículo, que ha zigzagueado a lo largo de un buen trecho de carretera.

No es necesario indagar demasiado para entender que este es un

territorio que reivindica su derecho a una soberanía propia; se percibe

muy rápido, penetra por la piel y se hace consciente de modos

invisibles: al comienzo con temor, poco después con una sensación de

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alivio y de liberación. Aquí manda el pueblo y el gobierno obedece,

transfiere al pueblo el derecho y la obligación de mantener los principios

de la Constitución cuando existe un consenso sobre su

quebrantamiento. Esta expresión, que parece en principio una expresión

de autoridad, adquiere la forma de un teorema matemático si se

considera pueblo al gobierno y gobierno al pueblo, es decir, si estas dos

categorías se unifican. Este teorema desenmascara los protocolos

teatrales de las democracias occidentales en donde gobierno y pueblo

se han instituido como dos categorías separadas y no como dos estados

de un único cuerpo social en comunión con la constitución. Se percibe

aquí una consecuencia del pensamiento disociado, es decir, que avanza

por enfrentamiento entre opuestos. Además de esta norma, toda la

autoridad parece estar presente a través de las formas menos

espectaculares posibles.

La existencia de un pueblo maya no jerarquizado en el siglo XXI tiene

probablemente su origen en el derrumbe de las grandes ciudades

mayas: lo extinto es una sociedad organizada en función de un orden

político central que colapsa, pero el pueblo como tal, sus creencias y sus

invisibles vínculos de cohesión sobreviven a la extinción de ese orden

político. Más allá incluso de sobrevivir a esa extinción del orden político,

la extinción de lo político se hace absolutamente necesaria para la

supervivencia del pueblo. Un paralelo sorprendente con una revolución

zapatista: dos eventos conectados en el flujo subterráneo del tiempo. La

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invisibilidad de la autoridad parece coherente con la intención de

preservar las experiencias duramente adquiridas del pasado maya y por

ende, con la necesidad de mantener el poder en una extensión

estrictamente horizontal.

Trato, como un viajero en tránsito, de entender la grandeza del asunto

maya, y creo identificar en este punto dos elementos: un grado de

desarrollo matemático y conocimiento del cosmos que excedía lo que

era estrictamente necesario para el pronóstico de los ritmos de cultivo, y

dos, el colapso de los regímenes políticos de poder central que dieron

lugar a las grandes ciudades y por ende, al nacimiento de unas nuevas

formas de concebir la sociedad.

La geografía de la península de Yucatán está poblada por los cenotes,

cavernas profundas que sirvieron como depósitos de agua dulce. Al

estar comunicados por extensos túneles subterráneos inundados, es

fácil establecer una metáfora con las formas como el no maya -también

el viajero- podría percibir el flujo del pensamiento maya, en donde, otra

vez, aparece la cualidad de lo invisible, de lo no manifiesto, del cauce

común de las creencias y de las percepciones, de lo que transcurre

subterráneo. Al ser considerados también las puertas al inframundo, el

cenote reúne los extremos de lo posible, contribuyendo a la abolición de

la visión dual del mundo característica de un hombre occidental.

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Entonces, existe en el asunto maya la abolición de lo central, y también

la ductilidad o abolición de lo dual; características que lo separan del

viajero o del ser occidental; a su lado, nuestras categorías de

pensamiento, controladas por la oposición entre lo analítico y lo

sintético, colapsan. Nos resulta incomprensible el mundo de la síntesis

total.

En la actualidad los mayas controlan la selva, y han logrado impedir el

establecimiento de las rutas del narcotráfico que solían cruzarla. Zapata

y Villa viven sin despliegue mediático o espectacular y el proyecto que

quisieron realizar permanece aquí en estado de resciliencia. Invisible,

horizontal, en pensamiento no binario, permanente.

La invisibilidad ha caracterizado también al subcomandante Marcos; de

quien se dice un día bajó a Palenque. Así lo describe una conocida, a la

que la antropologia, el interés por la reformulación de lo político y la

admiración por las grandes ciudades mayas atraparon de manera

permanente en un lugar que se suponía era de paso:

"Bajó de los cerros; tenía su pasamontañas; podría no haber sido el

verdadero subcomandante Marcos, aunque nadie sabe si existe ese al

que se le podría llamar verdadero. Porque es como invisible, como que

no le gusta estar en el centro de lo que dice, habla aquí como si

estuviera allá. Estaba desarmado, pero rodeado de una guardia que sí

estaba armada; cuidaban de su seguridad. Al comienzo la manifestación

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era pequeña; o bien no había sido anunciada, o bien las personas se

acercaban con cautela, con miedo. Poco a poco la marcha fue creciendo

y las autoridades locales realizaron un despliegue de fuerza, como le

corresponde a cualquier autoridad local cuando es llamada a cumplir

con su papel institucional de preservar el orden. Todo sucedió en

silencio, sin violencia verbal o gestual. La gente comenzó a salir de sus

casas; se veía en ese flujo la comunión en las ideas, como si cada

habitante fuese un cenote conectado de formas invisibles con cada uno

de los otros. La policía representaba su parte en el teatro y custodiaba la

marcha desde las esquinas, respetuosamente a distancia del

subcomandante Marcos, pero en la ciudad todos sabían que

desempeñaban su rol institucional solamente en la superficie, y que en

el fondo, al igual que la guardia armada del subcomandante, cuidaban a

Marcos. Con este relato quiero, Pablo, expresarte la forma como ha sido

resuelto en Chiapas el problema de los opuestos.".

El hombre que fue Jueves

Bogotá, Colombia, agosto 20 de 2010

Agradecimientos: Claudia Díaz Toledo, Jaime Iregui, Raúl Ferrera

Balanquet y a todas las personas vinculadas a Interactiva 2009, Mérida-

Yucatán.

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