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Y LA PSICOLOGÍA
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Los vuelos del alma y la psicología
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otro ser, hasta donde sabemos, genera un mundo simbólico.' Pero entonces y
ante todo, ¿qué es un símbolo? En nuestros días proliferan las investigaciones
sistemáticas sobre el símbolo y el simbolismo desde la antropología, la sociología,
la lingüística y, desde luego, la psicología y el psicoanálisis. Ya en 1945, Ernest
Cassirer,z nos dice: "un símbolo es una parte humana del sentido... los símbolos
contienen un valor funcional".
El símbolo es una representación cargada de un enorme poder de reso-
nancia. Según Bachelard, "la resonancia nos llama a una profundización de
nuestra propia existencia. Opera un giro del ser".3 El símbolo es innovador, no
se limita a despertar resonancias, exige una transformación de la propia
existencia. Nos lleva a movilizar nuestra energía.
Simbólico es el pensamiento mítico, simbólico propiamente es el lenguaje,
simbólico el arte, las matemáticas, pero cada una de estas formas simbólicas lo
son en un aspecto específico, su¡ generis; si tomamos al símbolo en un sentido
no unívoco, tiene un sentido universal y de valor analógico. Es el material esen-
cial de la construcción humana de su realidad, de su mundo, de su psiquismo.
¿Cuál es el material esencial y común a todas las manifestaciones humanas?
Una clave en la naturaleza del hombre: el símbolo.
El pensamiento y el conocimiento simbólico no tienen como realidad al yo
individual sino al sujeto colectivo de la especie y la cultura, el nosotros, que es
como llega a ser subjetivo, singular y colectivo. Sólo por el significado del nosotros,
de la representación colectiva, llega a ser el sistema simbólico de la cultura el
bien común de grandes grupos humanos, y así produce movimientos subjetivos
que dan forma y vida a las sociedades.
Las vías de expresión del bien común, la producción simbólica y cultural,
son innumerables. En este terreno, el limite entre lo racional y lo irracional es
ficticio, la realidad de la intuición es innegable. En las culturas humanas pri-
mordiales, lo religioso, lo mágico, lo abstracto y lo artístico se funden. Pero la
historia ha mostrado que cuando el imperio del subjetivismo4 se exacerba, el
hombre se arroja al torbellino de lo racional. Y contrariamente, cuando el discurso
racional y abstracto agota la emoción humana, ésta regresa al otro extremo, y
' Para Lévi-Strauss toda cultura puede considerarse como un conjunto de sistemas simbólicos, de entre
los cuales figuran en primer plano el lenguaje, las reglas matrimoniales, las relaciones económicas, el arte, la
ciencia y la religión.
z Ernest Cassirer, 'Antropología filosófica". En Introducción a una filosofía de la cultura. FCE, 1945.
Chevalier, Jean; Alain Gheerbrant. Diccionario de los símbolos, Herder, Barcelona, 1988.
"Tomado como sistema epistemológico, el subjetivismo tiene distintas formas, desde la simple tendencia
a lo subjetivo hasta la conversión de la subjetividad en sistema explicativo de los objetos reales. El subjetivismo
como tendencia se presenta ordinariamente en el estudio de lo humano después de un periodo en que han
predominado los estudios realistas o metafísicos". Jáidar, Isabel. Caleidoscopio de subjetividades. UAM-Xochimilco,
México, 1993.
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A este respecto citamos ranas reflexiones de Freud (1931), cuando el nazismo empezaba a ser una
amenaza para li humanidad, pero que sin embargo parecen de una actualidad sorprendente: "He aquí a
ni¡ entender, la cueslLn decisiva para el destino de la especie humana: si su desarrollo cultural y en caso
afirmativo en qaé medida, puede dominar la perturbación de la convivencia que proviene de la humana
pulsión de agresión e de autoaniquilamiento". Nuestra época merece quizá un particular interés justamente
en relación con esto. 1 lov los seres humanos han llevado tan adelante su dominio sobre las fuerzas de la
naturaleza, que con su auxilio les restultará fácil exterminarse unos a otros, hasta el último hombre. Ellos lo
saben; de ahí buena parte de la inquietud contemporánea de su infelicidad, de su talante angustiado. Y
ahora cabe esp-,rar que el otro de los dos "poderes celestiales", el Eros eterno, haga un esfuerzo para
afianzarse en la lucha contra su enemigo igualmente inmortal. "¿Pero quién puede preveer el desenlace?"
Etimología de la palabra metafísica.
Ciencia que trata de los principios primeros y universales, y de las cosas del orden espiritual, y aún
corpóreo considerado Co sus razones más abstractas y universales. Enciclopedia Espasa-Calpe, Madrid, 1957.
' Littré, Analyst, ranoruu'é (loo mora de philosophie positivo de Aucu,te Cenit,. París, 1545.
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Bibliografía
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