Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
(BICU)
Maestría
Grupo
Sinergia Cultural
Eje Temático
Epistemología y Educación
Paiwas, RACCS
27 de noviembre 2017
Página |1
Es válido señalar que, el conocimiento “no es algo separado y que se baste a sí mismo,
sino que está envuelto en el proceso por el cual la vida se sostiene y se desenvuelve”. Además
“por lo general una misma persona participa de múltiples formas de conocer y de legitimar su
saber”. “Cada vez más estudiosos del conocimiento del conocimiento en sus diversas formas
tienden a considerar que este no existe independientemente de los otros aspectos de la vida
humana” (Nagmanovich, 2008 p. 6).
Es decir que hay diversas formas de aprender, o diversos factores que contribuyen con
la construcción del conocimiento en el individuo. Entre esos elementos se destacan la familia,
formadora por excelencia de seres humanos; la vida cotidiana como punto de partida, la
comunidad, que también aporta al proceso epistemológico y por último la escuela, como centro
integrador de la epistemología.
Si bien es cierto, las familias a las que pertenecen mis estudiantes poseen un bajo nivel
de escolaridad por tratarse de campesinos, algunos apenas letrados, todos ellos poseen un
amplio caudal de información relacionada con la tierra, el ganado, Dios, la naturaleza y todo lo
que les rodea, información que por supuesto transmiten a sus hijos.
Página |2
Por tanto, mis estudiantes además de leer y escribir, han adquirido conocimientos
empíricos acerca de la agricultura y ganadería. Además conocen como sobrevivir diariamente,
dando respuestas a necesidades básicas del ser humano. Ellos tienen conocimientos acerca
de cómo alimentarse, asearse, convivir en sociedad y la manera en la que pueden salir
adelante, mejorando su estilo, sus condiciones de vida y sobre todo su situación económica.
Resulta muy fácil asumir que la mayor parte de conocimientos que poseen mis
estudiantes, las han adquirido en su seno familiar. Es en la familia donde se aprende desde lo
más sencillo como comer, vestirse, asearse, convivir, resolver problemas y situaciones que se
presentan a diario. Situaciones sencillas cuando somos muy pequeños y que van
incrementando su nivel de complejidad y abstracción a medida que crecemos.
En la familia nunca se deja de aprender, a menos que se pierda a la familia por completo
y no se tenga la posibilidad de formar otra. En la familia, los miembros se corrigen mutuamente
en su forma de proceder, de actuar y de hablar. En la familia se comparten momentos de
intercambio de experiencias que enriquecen el conocimiento de cada integrante de la misma.
Nagmanovich (2008 p.4) en su obra Epistemología para Principiantes refiere que “el camino
del conocimiento no es una autopista que parte de la ignorancia para arribar al saber…sino
que los saberes se enredan, entrecruzan, atraviesan, distinguen y confunden con las
creencias, la sabiduría, la información, la comprensión, las explicaciones, la ciencia, las
opiniones…”
De modo que los jóvenes a los que yo trato de enseñar lengua y literatura o matemática ya
han iniciado su proceso epistemológico mucho antes de haber llegado a la escuela.
Belli, (s.a p. 50) haciendo uso de la protagonista de la novela Sofía de los Presagios
refiere que ”los seres humanos tenían que pasar un largo aprendizaje para llegar a la madurez
y a la sabiduría, pero no bien la alcanzaban empezaban a declinar hacia la decrepitud y la
muerte”.
Ese largo aprendizaje del que habla la escritora nicaragüense se da a lo largo de toda
la vida. Se inicia en la familia, pero trasciende a la cotidianidad. Es decir, no solo se aprende
con la familia, se aprende cada día de existencia, con o sin la familia. La vida cotidiana tiene
que ver con las distintas tareas que debemos realizar todos los días tanto en el seno familiar
como fuera de él. Lo cotidiano tiene que ver más con el tiempo, que con el lugar, o con quienes.
O sea, lo que dice el autor de la obra Biología de la Cognición es que en la vida cotidiana,
en el día a día, se da el conocer, se aprende y desaprende, se confirman o se amplían los
conocimientos empíricos adquiridos en la familia o en otros ámbitos.
En el caso de mis estudiantes, ellos en más de una ocasión han tomado la palabra en
el aula de clase porque tienen mucho que aportar. Se trata de conocimientos que coinciden
con lo que exponen algunos autores de los libros de texto, pero que ellos han adquirido en la
experiencia diaria aceptada, ya que de acuerdo con Maturana (1990 p.17) “somos
Página |4
La vida cotidiana es una rica fuente de aprendizaje para el ser humano, porque aunque
“la inteligencia humana tiene su raíz en el código genético y en toda la evolución de la
vida en este planeta. Está influenciada por nuestra experiencia cotidiana, nuestra salud
física y mental, la dieta, el ejercicio que practicamos, las relaciones que tenemos y por otros
muchos factores” (Zohar, 2001).
Ahora bien, alguien podría decir que qué pueden aprender en esa comunidad tan sencilla mis
estudiantes. Yo pienso que además de aprender tantas cosas relacionadas con su
sobrevivencia, han aprendido mucho relacionado con la configuración de su personalidad.
El conocimiento no sólo tiene que ver con lo científico, también tiene que ver con todo
lo que creemos e influye en nuestro comportamiento. En la obra narrativa Sofía de los
Presagios, los personajes, habitantes de “Diriá, pueblo de brujos” dan una clara muestra de
todo lo que se sabe en las comunidades, se sabe en colectivo porque todos aceptan como
verdades absolutas las creencias y mitos que los rodean. Lo cual concuerda con lo que dice
Maturana cuando explica que una explicación es una reformulación de la realidad, pero
aceptada por alguien, de hecho sino se acepta esa reformulación, entonces no es una
explicación.
En esa obra, para todos los personajes es cierto que “no hay peor cosa que poner una
hembra a mandar”, que “las tres C del éxito son: cara, cuerpo y capital”, “que el orín de las
mujeres embarazadas es incompatible con los sapos” y que “nada es estático en el universo
ni siquiera el destino”, entre otras cosas bien interesantes, Belli (s.a p. 57, 69, 105-106). Ese
tipo de conocimientos podrían subestimarse en ocasiones por parecer triviales y no necesarios
para la vida, sin embargo, no debe ser así, ya que además del coeficiente intelectual y de la
inteligencia emocional, cientificamente comprobadas, existe también la inteligencia espiritual,
y a esta última es que resultan más útiles todos los elementos culturales que se adquieren en
la comunidad en la que se vive la vida familia y cotidiana (Zohar, 2001).
De modo que la comunidad en la que viven mis estudiantes, contribuye de manera muy
relevante en la configuración epistemológica de ellos, aunque a simple vista parezca muy
sencilla. A mi ver juega un rol muy destacado relacionado con la Inteligencia espiritual (IES)
de la que habla Zohar (2011 p. 28) ya que según ella “desde el punto de vista neurológico,
todo lo relacionado con la inteligencia está encauzado o controlado por el cerebro y sus
extensiones neurales. Un tipo de organización neural nos capacita para el pensamiento
racional, lógico y normativo, es decir, nos proporciona el CI. Otro tipo nos permite ejercer
nuestro pensamiento emocional, asociativo y reconocedor de pautas, es decir, nos brinda la
Página |6
“Usamos la IES para avanzar con mayor plenitud hacia la persona desarrollada que
tenemos el potencial de llegar a ser. Cada uno forma su propio carácter por medio de una
combinación de experiencia y visión, una tensión entre lo que realmente hacemos y las
cosas mejores y más importantes que podríamos llegar a hacer”.
Hemos llegado al momento de analizar como mis estudiantes llegan a la escuela. Pienso que
sin importar el nivel al que ingresen los estudiantes en un centro escolar ya saben mucho. Y
de eso ellos están muy seguros, lo demuestran cuando se les pregunta, cuando se les
presentan situaciones que analizar o cuestiones diferentes a las de su casa o cotidianidad.
Así que es válido afirmar que es un error muy grave el que se comete cuando se cree que la
escuela es el único lugar en donde se aprende.
La realidad es que la escuela es el lugar donde se integran distintos saberes. Es donde hay
interacción de distintas escuelas, la familia, la vida cotidiana y la comunidad. En la escuela el
docente es el que coordina el proceso de enseñanza aprendizaje, pero no el único que enseña,
al igual que el estudiante no es el único que aprende. Es decir, en la escuela todos aprendemos
Sofía dejó de asistir a la escuela, continuó sus estudios en casa, le tocó enfrentar serios
conflictos con los demás y consigo misma, no obstante, al finalizar la obra se percibe una mujer
madura, capaz de empezar de nuevo y formar con muy buen ejemplo a su hija.
Ya para concluir, la epistemología de cada uno de mis estudiantes es compleja para ser
comprendida. Ellos saben mucho sobre su medio (agricultura, ganadería, pesca, caza), saben
sobrevivir y comportarse en sociedad. Los factores que han interferido en su epistemología
son la familia como pilar fundamental en la formación del individuo, la vida cotidiana fuente
ineludible de aprendizaje y la comunidad como medio de validación y enriquecimiento
cognitivo. Cada uno de estos factores día a día contribuyen con la parte cognoscitiva de ellos
y la escuela lo que hace es darle forma a lo que ellos ya traen de su casa, de su experiencia y
de su entorno. La tarea de la escuela es crear un mejor ejemplar con la materia prima que ellos
ya llevan al aula de clase. Es por esto, que los docentes debemos ser muy responsable con
nuestra labor, empleando todo tipo de materiales didácticos y recursos metodológicos que
contribuyan a facilitar el intercambio de conocimientos significativos en el aula de clase.
Bibliografía