Puede que algún día publique esas conversaciones que guardó mi yo enfermo de hace tiempo, en

una relación moribunda, una auténtica vaca flaca. La locura ha cambiado, en un devenir que dudo
sea para mejorar. Más bien se volvió otra persona igual o más confundida que dejó proyectos
inconclusos y frases hechas de adolescente como la mayoría de los mortales.

Pero mi novia es la persona más idealista que he visto, a pesar de que la vida la ha tratado mucho
peor que a mí. Si hay alguien que merece ser tratada como princesa es ella. Todo el tiempo quiero
verla, sin necesariamente hacerle el amor, sino sólo estar con ella. Es como admirar un árbol
enorme, con sus frutos jugosos y su sombra deliciosa. Desinteresada de lo mundano, con una belleza
con la que todos los filósofos estarían de acuerdo conmigo, incluyendo al divino marqués.

Flaca de León, 2018