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Apunte de Cátedra 2
LO HUMANO:
hominización y humanización
Apunte de cátedra confeccionado por Benito Narvaja y María Elina Vitello, con la
colaboración del equipo de docentes y la coordinación de Ariel Gravano.
Actividad 1: ¿Qué conocimientos son necesarios para una comprensión más profunda de los
temas tratados en el texto de Stephen Gould (1988) La falsa medida del hombre. Hyspamérica,
Buenos Aires: 342-343.
formas vivas y el surgimiento de nuevas especies, atribuyendo los cambios en el registro fósil
(huesos petrificados) a catástrofes que extinguían a una parte de la población. De todas
maneras el mundo considerado por Cuvier ya era mucho más antiguo que el del génesis
cristiano, y había sido poblado por muchas formas de vida que no habían subido al Arca de
Noé. Aunque siempre negó la evolución, estableció en el registro fósil la secuencia pez, reptil,
mamífero, ser humano y a partir de allí se fue afirmando la idea de especies que aparecían y
desaparecían en el tiempo.
La inspiración común de todos los que propiciaban la idea evolucionista a principios
del siglo XIX estaba en los escritos de Juan Lamarck, que en 1802 publicó la primera teoría
completa de la evolución orgánica, un informe extraordinariamente progresista conocido
como la hipótesis de la transmutación, o como lamarckismo. Esta teoría fue vapuleada por
Cuvier, hasta hacerla casi desaparecer, pero a la luz de unos fósiles hallados un par de
décadas después, cobró renovados bríos en 1880 y, con suerte diversa, continúa hoy presente
en los márgenes de la ciencia, pero muy presente en el sentido común.
Su teoría postulaba que el medio podía influir sobre los organismos, provocando
cambios en la estructura y/o función de los órganos, conforme fuera su uso, y que estos
caracteres adquiridos se transmitían a la descendencia. Pensaba que permanentemente
aparecían seres vivos por generación espontánea y que los mismos, de acuerdo con las
constricciones de un ambiente cambiante y a las demandas propias, iban evolucionando a un
ritmo igual para todos, hacia una mayor complejidad. El ejemplo clásico es el de las jirafas de
cuello corto, que supuestamente lo habían alargado para alcanzar los brotes tiernos de los
árboles de una sabana africana crecientemente seca, cuellos hacia los que fluye el fluido vital
para hacerlos más poderosos, característica que se hereda a la cría hasta constituir, mediante
pequeños cambios, organismos visiblemente distintos. De esta manera, los organismos más
especializados (que cumplen una o pocas funciones o se adaptan a un solo tipo de hábitat)
constituían líneas más antiguas que los menos especializados, cuya gama de acciones
resultaba mucho más amplia. Ya estaba instalada la idea de que en la naturaleza lo único
constante era el cambio.
La idea fundamental de Lamarck era correcta en cuanto a que la variedad se debía a
cambios producidos en los organismos y a la capacidad de estos de transmitir esos cambios a
su descendencia. El problema radicaba en cómo y por qué se producían esos cambios, cómo
se transmitían a la descendencia, y cómo y por qué se fijaban en una especie.
Pero no sólo del campo evolucionista llegaban los aportes a lo que luego sería la
síntesis darwiniana. Los creacionistas, que rechazaban el evolucionismo por encontrar
conexiones directas entre éste y el radicalismo social, aportaron lo suyo, como Richard
Owen, especialista en anatomía comparada, que estableció que ciertas formas básicas
subyacían en la estructura de diversos animales vertebrados, como por ejemplo la mano
humana, el ala de un murciélago y la aleta de una ballena, que comparten una estructura
ósea común de cinco dedos. Llamó a este fenómeno homologías, y lo atribuyó a un diseño
inteligente1 que se servía de estructuras básicas para sus diseños. Sus observaciones,
fundamentalmente correctas, serían más tarde tomadas para cuestionar la idea de un diseño
inteligente (o más bien sobre-natural).
1 Esta teoría del “autor inteligente” de la humanidad fue la que George Bush jr. sostuvo que se debía
dar en las escuelas norteamericanas con la misma cantidad de horas de clase que la teoría de la
evolución.
Para la década de 1830 se acuña el término “científico”, para designar al que busca
causas naturales, contrapuestas a las sobrenaturales u otras, para explicar los fenómenos
físicos, dejando las “especulaciones” para los teólogos, los filósofos metafísicos o los
historiadores. El descubrimiento e interpretación de los dinosaurios como un orden anterior
de animales dominantes aceleró y popularizó la idea científica emergente de sucesión
orgánica y evolución. Estaban así planteados los antecedentes para una síntesis totalizadora.
Para mejorar la comprensión del entorno intelectual en el que piensa e investiga
Darwin es necesario referirse a dos influencias que le llegan del campo de los pensadores
sociales. Uno de ellos, Thomas Malthus, economista inglés (1766-1834), en su “Ensayo sobre el
principio de la población” brindó una racionalización del capitalismo del laissez-faire, bajo el
disfraz de una verdad científica universal. La misma consistía en una ley según la cual la
desproporción entre la población, cuyo crecimiento se produce en proporción geométrica, y
la subsistencia, que lo hace en proporción aritmética, llevaría inevitablemente a que tuvieran
que operar frenos preventivos, abstinencia matrimonial, etc, o negativos (hambre, pestes,
guerras), que retrotraerían la población a los equilibrios naturales, alterados por la
intervención humana.
Pese a haber sido permanentemente criticado por los errores de su teoría y por las
terribles implicancias ideológicas y políticas, sus componentes ideológicos se mantienen
vigentes en sus lineamientos generales entre los sectores económicos dominantes, que
defienden los mismos intereses del sistema que Malthus representó con sus escritos. Él
explicaba que, dado que los alimentos son insuficientes para mantener a todos los
individuos, “la necesidad, esa imperiosa ley de la naturaleza que todo lo impregna, restringe su
población dentro de los límites prescriptos. Entre las plantas y los animales, los efectos de la necesidad
son la pérdida de fertilidad, la enfermedad y la muerte prematura. En la humanidad produce la miseria
y el vicio.” Cuando Darwin, alrededor de 1838, aplicó la teoría de Malthus al conjunto de los
seres vivos, aplicó una teoría explicativa a la que denominó selección natural.
Otro pensador social que influyó en Darwin, a quién éste llama “mi maestro”, fue
Herbert Spencer (1820-1903), figura fundacional del evolucionismo en las ciencias sociales,
quién combinó a Lamarck y a Malthus con una visión del progreso social humano a partir de
la lucha y la competición, acuñando al respecto la expresión “supervivencia del más apto”,
que utilizó incluso para extrapolar al mundo humano.
En su actividad como naturalista Darwin había observado que los individuos de una
especie difieren entre ellos, y si bien no podía explicar los mecanismos de la herencia,
otorgaba gran importancia a la reproducción sexuada para la multiplicación de la
diversidad, que al combinar las características de ambos progenitores, ampliaba la misma.
También tenía claro que son muchísimos más los individuos que potencialmente podrían
completar su ciclo vital que los que finalmente lo hacen.
En su largo periplo a bordo del Beagle, particularmente en las Galápagos, había
observado que en las distintas islas del archipiélago, animales que pertenecían
originariamente a la misma especie, diferían en algunos detalles según la isla en la que se
encontraran. Las tortugas tenían la rugosidad de la parte inferior del caparazón distinta en
unas islas y en otras, mientras otro tanto ocurría con los picos de unos pájaros llamados
pinzones, siendo las rugosidades de las caparazones de las tortugas adaptadas al terreno de
las distintas islas, como los picos de los pinzones al tipo de alimento existente en las mismas.
Con todas estas evidencias por delante concluye que:
“Con independencia de cual sea la causa de las ligeras diferencias que presentan los
descendientes con respecto a sus progenitores, (y ha de existir una causa para cada una de ellas), es la
acumulación continua, a través de la selección natural de tales diferencias, cuando son
beneficiosas para el individuo, lo que hace surgir todas las modificaciones importantes de la
estructura”.
La síntesis darwiniana entonces consiste en la idea de que sobre la variabilidad
dentro de la especie actúa la selección natural, haciendo que se reproduzcan con mayor
eficiencia los individuos más aptos para desarrollarse en un determinado habitat, y que son
los que a la larga van a prevalecer (supervivencia del más apto).
Años
en el Acontecimiento
pasado
4 600
Se forma la Tierra y es bombardeada por meteoritos y cometas.
millones
3 800
Se forman moléculas replicantes (las precursoras del ADN).
millones
Surge la vida unicelular. Las bacterias fotosintéticas comienzan a liberar oxígeno a la
3.600
atmósfera.
millones
555 Los organismos marinos pluricelulares son comunes. Las diversas formas de vida
millones incluyen animales de aspecto extraño, como Wiwaxia.
500 Surgen los vertebrados con aspecto de peces. Los invertebrados, como los trilobites,
millones crinoideos, braquiópodos y cefalópodos, son comunes en los océanos.
450 Los artrópodos colonizan el medio terrestre. Sus descendientes evolucionan y dan lugar a
millones escorpiones, arañas, ácaros y ciempiés.
420 Evolucionan las plantas terrestres, que cambian drásticamente el paisaje de la Tierra y
millones crean nuevos hábitats.
360 Los vertebrados tetrápodos colonizan la tierra mientras aparecen las plantas con semilla y
millones los grandes bosques. Los océanos de la Tierra sustentan sistemas de arrecifes inmensos.
250 Se forma el supercontinente llamado Pangea. Son comunes los bosques de árboles
millones similares a las coníferas, los reptiles y los sinápsidos (los antepasados de los mamíferos).
Más del 90% de la vida marina y el 70% de la vida terrestre se extinguen durante la
248
extinción masiva más importante de la Tierra. Los amonites están entre los
millones
supervivientes.
225
Evolucionan los dinosaurios y los mamíferos. Pangea ha comenzado a disgregarse.
millones
A medida que los continentes se deslizan hacia sus posiciones actuales, evolucionan las
130
primeras flores y los dinosaurios dominan el paisaje. En el mar se diversifican los peces
millones
óseos.
65 Un enorme asteroide impacta en la Península de Yucatán y se extinguen los amonites y
millones los dinosaurios no aviares. Entre los supervivientes se encuentran las aves y los
mamíferos.
En África vive uno de los primeros homínidos, al que los científicos llamaron
4
cariñosamente «Lucy». Comienzan las edades del hielo y muchos grandes mamíferos se
millones
extinguen.
Evolucionan los seres humanos anatómicamente modernos. Setenta mil años más tarde,
130.000
sus descendientes crean pinturas rupestres, que son expresiones tempranas de
años
conocimiento.
En términos generales, a partir de 1940 hay algún acuerdo en lo que se conoce como
neodarwinismo, o Teoría Sintética de la Evolución, que integra en una síntesis moderna las
ideas de Darwin con los avances de la genética y otras áreas de la biología, incluyendo el
estudio de los fósiles o paleontología.
T. Dobzhansky, uno de los fundadores de la síntesis moderna, definió la evolución
del siguiente modo: "La evolución es un cambio en la composición genética de las poblaciones. El
estudio de los mecanismos evolutivos corresponde a la genética poblacional". Estos cambios pueden
ser producidos por una cantidad de mecanismos diferentes: selección natural, deriva genética,
mutación y flujo génico o migración.
La selección natural es el mecanismo básico responsable del origen de nuevas
especies. La formulación clásica de la selección natural establece que las condiciones de un
medio ambiente favorecen o dificultan, es decir, seleccionan la reproducción diferencial de los
organismos vivos según sean sus peculiaridades.
La mutación es la variación de la materia prima de la evolución. Sin variación
genética no es posible la evolución. La fuente última de toda variación genética es la
mutación. Una mutación es un cambio estable y heredable en el material genético. Las
mutaciones alteran la secuencia del ADN y por tanto introducen nuevas variantes. Muchas
de estas variantes suelen ser eliminadas, pero ocasionalmente algunas pueden tener “éxito” e
incorporarse en todos los individuos de la especie. La mutación es un factor que aumenta la
diversidad genética. La tasa de mutación de un gen o una secuencia de ADN es la frecuencia
con la que se producen nuevas mutaciones en ese gen o la secuencia en cada generación. Una
alta tasa de mutación implica un mayor potencial de adaptación en el caso de un cambio
ambiental, aumentando la probabilidad de obtener la variante adecuada necesaria para
adaptarse al reto ambiental. A su vez, una alta tasa de mutación aumenta el número de
mutaciones perjudiciales de los individuos, haciéndolos menos adaptados y aumentando la
probabilidad de extinción de la especie. Las mutaciones no tienen ninguna dirección respecto
a la adaptación. Son como un cambio al azar de una letra por otra en un texto.
La deriva genética se da en poblaciones pequeñas que estén sometidas a una intensa
procreación endogámica (dentro de la misma población) o a un proceso de aislamiento. Esto
fomenta las interacciones genéticas y hace aflorar caracteres recesivos (los que no se
manifiestan en una segunda generación pero reaparecen en la tercera). Una situación
extrema de deriva genética se da cuando se establece una nueva población a partir de pocos
individuos, cuando una población pequeña se separa de otra original más grande2.
El flujo génico: es la transferencia de genes de una población a otra. La migración
hacia o desde una población puede ser responsable de importantes cambios en las
frecuencias del acervo genético (el número de individuos con un rasgo particular). La
inmigración puede introducir nuevo material genético al existente en la población receptora
y, a la inversa, la emigración provoca una pérdida de material genético. Existen barreras
físicas al flujo genético. Algunas pueden ser naturales: cordilleras infranqueables o grandes
desiertos. Otras no, como la Muralla China, donde se han encontrado a ambos lados la
misma especie de plantas con diferencias genéticas3.
2 Es lo que Ernst Mayr ha llamado efecto fundador. Por ejemplo, probablemente es la causa de la
ausencia del “grupo sanguíneo B” entre las poblaciones de indios de América, cuyos antecesores
llegaron en números muy pequeños a través del Estrecho de Behring hace unos 10.000 años. Ejemplos
más recientes se pueden ver en grupos religiosos aislados, como los Dunkers y los Amish de
Norteamérica. Estas poblaciones fueron fundadas por pequeños grupos de emigrantes, procedentes
de congregaciones mucho más amplias de Europa Central. Desde entonces han estado prácticamente
cerradas a la inmigración de otras poblaciones. El resultado es que, por ejemplo, sus frecuencias en
los grupos sanguíneos son totalmente diferentes a las de las poblaciones de Europa y Norteamérica.
Podemos definir a una especie como “grupos de poblaciones naturales en los que real o
potencialmente existe la procreación endogámica que para su reproducción están aislados de otros
grupos como los suyos” (Mayr en Larson). Una especie nueva surge cuando una sub-población,
separada geográficamente de otras, desarrolla unos caracteres genéticos distintivos, de tal
modo que sus miembros ya no pueden cruzarse con miembros de la población de la que
preceden.
Por eso se dice que una especie es una entidad “cerrada” en relación con sub-
poblaciones diversas (por ejemplo, las “razas”), que constituyen entidades “abiertas” dentro
de la misma especie. En la medida en que la selección natural moldea estas nuevas
características, las sub-poblaciones y las especies se adaptan a sus entornos particulares
mediante el proceso que Mayr llamó radiación adaptativa. Ésta consiste en una
diversificación (separación) de un grupo de organismos respecto a un antecesor común en un
tiempo relativamente corto, debido mayormente al rápido “éxito” de una adaptación
respecto al medio.
4 Estos enfoques explican a la selección natural actuando en dos escalas: una evolución al nivel de la
Entre ambas posiciones: evolución gradual o a saltos, es por donde transitan los
debates actuales en el campo de la teoría de la evolución.
http://www.ldi5.com/e/paleo/e_evol.php
El continente africano fue nuestra cuna y donde dimos literalmente nuestros primeros
pasos.
“Somos primates5, más concretamente simios y como tales, mamíferos básicamente visuales,
inteligentes, diurnos, tropicales, forestales y arborícolas. Muchas de nuestras características
morfológicas, fisiológicas y etológicas responden a esta definición ecológica del grupo. El que los
humanos, y en menor grado otros primates, vivamos ahora en climas, regiones y ecosistemas muy
alejados del escenario de nuestra evolución no deja de ser una anomalía, que por otra parte es muy
reciente en relación con la larga historia de los primates” (Arzuaga & Martínez, 1999: 220).
Hace aproximadamente seis millones de años, nuestro linaje y el del chimpancé se
separaron, en África. ¿Qué nos ha sucedido desde esa separación? El linaje de los homínidos
no se encaminó en línea recta hacia el Homo sapiens. Por el contrario, el linaje de homínidos
primitivo dio lugar a muchos otros homínidos, ahora extintos. El estudio de los fósiles, los
especie o microevolución, cuyo marco temporal es de cientos de miles de años, y otra su evolución en
sus grandes líneas o macroevolución, que implica a grupos enteros de organismos con muchas especies
y millones de años.
artefactos y el ADN de estos parientes nos ha ayudado a entender cómo evolucionó este
complejo árbol de los homínidos y cómo aparecieron los seres humanos actuales.
Estos son algunos de los acontecimientos importantes de la historia de la especie
humana, con sus fechas aproximadas, que reflejan los datos disponibles en la actualidad:
6
Una paleo-especie es una especie extinguida.
Homo ergaster, del hacha de mano. Estos implementos simétricos, manufacturados a partir de
grandes núcleos de roca, fueron las primeras herramientas en conformar una “imagen
mental” que existía en la mente del hacedor de instrumentos. Esta imagen permaneció
esencialmente sin cambios por otro millón de años o más, hasta la invención de los
instrumentos de “núcleos preparados” por Homo heidelbergensis o un pariente. Aquí se le
daba forma elaboradamente a un núcleo de roca de tal manera que un simple golpe extrajera
lo que era un implemento efectivamente terminado.
Entre los más logrados practicantes de la tecnología de núcleos preparados estaban
los Neanderthales con grandes cerebros, grandes cráneos y esqueletos bajos, que ocuparon
Europa y Asia occidental hasta hace 30.000 años. Ya que ellos dejaron un excelente registro
de ellos mismos y fueron abruptamente reemplazados por los humanos modernos que
hicieron lo mismo, los Neanderthales nos proporcionan un estándar con el cual juzgar
nuestra propia soledad. Las habilidades para trabajar la roca de los Neanderthales eran
impresionantes, si bien algo estereotipadas, pero raramente si es que alguna vez lo hicieron,
fabricaron herramientas a partir de otros materiales que se preservaran. Y muchos
arqueólogos cuestionan la sofisticación de sus habilidades para la caza…”
”Aunque el origen del Homo sapiens como entidad física es oscura, la mayoría de la
evidencia apunta a un origen africano quizás entre hace 150.000 y 200.000 años. Los patrones
de comportamiento moderno no surgieron hasta mucho más tarde. La mejor evidencia viene
de Israel y sus ambientes cercanos, donde los Neanderthales vivieron hace alrededor de
200.000 años o quizás aún antes. Pero alrededor de hace 100.000 años, a ellos se les unieron
los Homo sapiens anatómicamente modernos, y lo remarcable es que los instrumentos y sitios
que dejaron estas dos especies de homínidos eran esencialmente idénticos. Tanto como
podemos sostener, estos dos homínidos se comportaban de manera similar a pesar de sus
diferencias anatómicas. Y mientras hacían esto, de alguna manera contribuyó a compartir el
ambiente levantino.
La situación en Europa no podía ser más diferente. Los primeros sitios de Homo
sapiens en este lugar datan de sólo alrededor de 40.000 años, y sólo aproximadamente 10.000
años más tarde, los antes ubicuos Neanderthales se habían ido. Significativamente, los Homo
sapiens que se desplazaron por Europa trajeron con ellos abundante evidencia de una
sensibilidad moderna totalmente formada y sin precedentes. No sólo poseían una nueva
tecnología de talla de rocas del “Paleolítico Superior”, basada en la producción de múltiples
largas y delgadas hojas a partir de núcleos cilíndricos, sino que hacían instrumentos a partir
de hueso o marfil, con una exquisita sensibilidad hacia las propiedades de estos materiales.
Aún más significativo, trajeron con ellos arte, en la forma de grabados y pinturas de
cuevas espectaculares; ellos llevaron registros en placas de hueso y roca; hicieron música en
instrumentos de viento; manufacturaron intrincados adornos personales; proporcionaron a
sus elaborados entierros para los muertos con bienes materiales (que apuntan a
estratificación social, sumada a la creencia en una vida posterior, ya que no todos los
entierros estaban igualmente arreglados); y sus sitios de vivienda estaban altamente
organizados, con evidencia de caza y pesca sofisticada. El patrón de innovación tecnológica
intermitente se había ido, reemplazado por una de constante refinamiento. Claramente, esta
gente éramos nosotros.”
…” Es mucho más probable que la capacidad humana moderna surgiera en el –o
próxima al- origen del H. sapiens, una habilidad que yaciera latente hasta que fuera activara
por un estímulo cultural de algún tipo. Si fuera suficientemente ventajosa, esta novedad en el
comportamiento se podría luego haber expandido rápidamente por contacto entre
poblaciones que ya tuvieran el potencial para adquirirla. No se necesitaría un reemplazo de
poblaciones para expandir esta capacidad a lo largo del mundo.
Es imposible estar seguro sobre cuál podría haber sido esta innovación, pero la mejor
apuesta actual es la de la invención del lenguaje. El lenguaje no es simplemente el medio por
el cual nosotros expresamos nuestras ideas y experiencias a otro. Más que eso, es
fundamental en el proceso de pensamiento en sí mismo. Involucra categorizar y nombrar
objetos y sensaciones en los mundos exterior e interior y hacer asociaciones entre los
símbolos mentales resultantes. Es, en efecto, imposible para nosotros concebir el
pensamiento (de la manera en que nos es familiar) en ausencia de lenguaje, y es nuestra
habilidad para formar símbolos mentales la que es la fuente de nuestra creatividad.
Solamente cuando somos capaces de crear tales símbolos podemos recombinarlos y hacer
preguntas tales como “¿Qué pasaría si...?
No sabemos exactamente cómo el lenguaje puede haber surgido en una población de
H. sapiens local, aunque los lingüistas han especulado ampliamente. Pero sabemos que una
criatura armada con habilidades simbólicas es un competidor formidable –y no
necesariamente uno totalmente racional-, como el resto del mundo viviente, incluyendo H.
neanderthalensis, ha descubierto a su costo.” (Tattersall, I. 2003. Once we were not alone.
Scientific American 13(2): 20-27).
Compartiendo un paisaje único, cuatro especies de homínidos vivieron hace 1.8 millones de
años en lo que hoy es parte del norte de Kenia. Aunque los paleoantropólogos no tiene idea
de cómo –o si- estas diferentes especies interactuaron-, ellos saben que Paranthropus boisei,
Homo rudolfensis, Homo habilis y Homo ergaster depredaban en la misma área alrededor de
Lago Turkana.
Lo más probable es que homínidos con formas de cuerpos más semejantes al hombre
actual salieran de África hace cerca de 150.000 años y coexistieran con otros homínidos por
un tiempo antes de surgir como la única especie en nuestra familia. Hasta hace cerca de
30.000 años, se superponían con H. neanderthalensis en Europa y en el Levante, y podrían
haber sido contemporáneos con el H. erectus que vivía en ese entonces en Java.
Reconstruyendo
7 Es aceptado que las diferencias genéticas entre los monos antropomorfos actuales y nuestra especie
no se corresponden con nuestro propio imaginario, que supone una “fosa” abismal entre ellas: “no
existen más diferencias biológicas entre el hombre y el chimpancé que entre el gorila y el gibón […]
Biológicamente ningún ‘foso’ separa al hombre de los demás primates; existen tan sólo las separaciones comunes
entre las especies” (Rouffié, 1983:93).
Esos cuatro millones de años que nos ocupan, al igual que los 3.000 millones
anteriores, nos presentan varios interrogantes sobre la evolución que podemos resumir en
cuándo, cómo y por qué (o para qué, o cuál fue la ventaja que el cambio trajo aparejada).
Los cuándos los respondemos principalmente con el registro fósil, que implica un
desafío científico, pues es incompleto (ya vimos que hay largos períodos sin evidencia
alguna) y, si los tenemos, sólo podemos elaborar hipótesis acerca de su significación. Los
fósiles son mayormente partes duras petrificadas que nos proveen indicadores para inferir
formas, hábitos, entorno, pero poco pueden decirnos sobre ciertas variables, ya que no
podemos cruzar un resto fósil con otro para ver si deja descendencia fértil (criterio para
determinar una especie) y además las técnicas de la micro biología no son aplicables a las
rocas, como para los seres vivos actuales y a los cadáveres que conservan ADN en
condiciones de ser analizado, de los que podemos extraer conclusiones.
Debemos conformarnos entonces con inferencias, riquísimas en todos los casos, pero
sometidas a modificaciones vertiginosas en la interpretación. Por este motivo es que el árbol
filogenético que se va construyendo de nuestra especie es tan cambiante y controvertido.
http://www.portalciencia.net/antrosap.html
los que encontramos en Europa y en parte de Asia entre los 230.000 y 28.000 años antes del
presente (ap). Su capacidad craneal sobrepasa en ocasiones los 1,600 cm3, tiene un gran arco
supraorbital sobre los ojos, cráneo ancho, alargado y poco elevado, frente huidiza,
mandíbula sin mentón y cara bastante proyectada hacia delante. En su caso, como en el
erectus, la laringe estaba más arriba que en sapiens, por lo que la capacidad de emitir
sonidos sería más limitada. Son muchas las hipótesis sobre las causas de su extinción, sobre
todo porque convivieron con los homo sapiens, pero no hay conclusiones respecto.
Homo sapiens sapiens, genera las mayores controversias respecto al momento de su
aparición, si esta ocurrió en un lugar o en varios, etc. Las distintas interpretaciones de los
datos vienen muchas veces atravesadas por la ideología, como la teoría multirregional de
principios del siglo XX, que sirvió de fundamento a las posturas racistas en boga en aquella
época. Podemos decir -aclarando que es una verdad muy provisoria y cuestionada, pero que
cuenta con las mayores adhesiones- que hace 200.000 años aproximadamente, en África, hace
su aparición nuestra especie, y que a partir de allí comienza el derrotero que la lleva a la
situación actual.
http://www.actionbioscience.org/esp/evolucion/johanson.html
Actividad 2: Utilizando los links sugeridos, aunque no de manera excluyente, será posible
profundizar acerca del origen y dispersión del Homo sapiens sapiens.
Tomando en cuenta las alteraciones cronológicas del desarrollo, que se producen por
la incidencia de genes temporizadores, los cambios de morfología que van del simio bípedo a
los hombres arcaicos y, finalmente a los hombres modernos, parecen encontrar una
explicación más lógica.
Comparaciones claves
arcaicos, la comparación de las etapas de desarrollo de los simios superiores con las de los
hombres modernos puede ser rica en hipótesis (ver gráfico comparativo).
Lo que primero observamos en la comparación es que la fase embrionaria dura dos
semanas en los simios y ocho en los hombres. La importancia de esta observación radica en
que es durante este período que se forman las células nerviosas que dividen las neuronas, lo
que puede explicar que el número de neuronas del simio se multiplica por dos o por tres en
el caso del hombre moderno, como asimismo el considerable aumento de la capacidad
craneal. En el australopiteco la capacidad craneal de entre 350 y 650 cm3 se sitúa cerca de la
de los simios antropoides actuales (280 a 750 cm3). En los hombres arcaicos pasa de 800 a
1300 y finalmente a 1600 cm3 entre los neandertales., para ser de entre 900 y 2000 en los
hombres modernos. http://webs.ono.com/gaa/homo.html
La gestación, que termina con el nacimiento dura ocho meses en los simios y nueve
en los hombres, pero es después del nacimiento que en los simios se completa el pelaje,
mientras en los hombres eso no ocurre jamás.
Habría que poner atención en este punto al desarrollo encefálico en el feto y en el
bebé que guardan relación con la modificación de los parámetros obstétricos, pero baste
decir que ese crecimiento se ralentiza a partir de la trigésima semana de gestación, para
tomar un ritmo más acelerado luego del nacimiento. Podemos concluir que el hombre nace
prematuro.
El período lactal, por la aparición de los dientes de leche, dura desde los ocho meses a
los tres años en los simios y de los nueve meses a los seis años en los humanos. Este período
tiene relación con el bipedismo, que está presente en los simios hasta que aparece el primer
molar, a los tres años, pero que es permanente en el hombre. El término de la fase lactal se
corresponde con el fin de la maduración cerebral.
El siguiente período, llamado de sustitución, corresponde al reemplazo de los dientes
de leche por los definitivos. Dura entre los tres y los siete años entre los simios y entre los
seis y los 14 entre los hombres. Es el período que antecede a la madurez sexual. La
prolongación de este período en los humanos alarga el crecimiento. Para los simios concluye
allí lo fundamental de su período de aprendizaje, mientras para el hombre este no termina
sino con la muerte. Aparecen durante el período de sustitución, en los simios, los rasgos
adultos: el toro supraorbital encima de los ojos, la constricción detrás de los ojos, el gran
canino en forma de gancho, etc.
“De este modo, los dos grandes rasgos de la hominización, la adquisición de la postura vertical
y el aumento de la capacidad craneal se explican por procesos biológicos vinculados al origen de la
historia de los simios, pero que siempre se continuaron en el mismo sentido en etapas sucesivas. La
formación de la morfología humana, a partir de nuestro antepasado común con el
chimpancé, se ha producido, pues, como resultado de tres saltos mayores, caracterizados por
desfases en la cronología y la duración de las diversas fases del desarrollo, la ralentización
de la velocidad del crecimiento, y por último el retraso del período de madurez sexual. En
términos de alteraciones cronológicas del desarrollo, son el resultado de una combinación de procesos
de neotenia y de hipermorfosis” (Chaline, 1997).
Estos dos grandes rasgos, la postura vertical y la gran capacidad craneal, están en la
base de toda descripción que sobre la especificidad humana queramos hacer. Pero, lo
primero que debemos preguntarnos, es por las ventajas, o por el sentido adaptativo de estos
cambios tan grandes, y de los a ellos relacionados.
No cabe duda de que la postura erguida supone, entre otras muchísimas cosas, el
desplazamiento hacia el centro de la base del craneo del orificio occipital, y que lo mismo
posibilita que la cabeza, ahora en equilibrio, pueda ser de mayor tamaño y, por lo tanto el
cerebro más grande. Pero disponer de un cerebro más grande debe conferir alguna ventaja
que compense lo “caro” que resulta ese órgano en términos de consumo de energía. En un
humano en reposo el cerebro realiza cerca del 20% del consumo metabólico. Y si bien la
retroalimentación positiva entre cerebro y herramientas describe el cambio entre afarensis y
hábilis, no parece ser el caso de erectus, que, pese a tener un cerebro un 33% mayor que el de
hábilis y haber sobrevivido durante varios cientos de miles de años, la tecnología que
desarrolló durante estos más de un millón de años casi no sufrió cambios. Y si el cerebro es
tan caro la evolución debería haber operado reduciéndolo si no sirviera para algo. La
respuesta que dan algunos biólogos es que servía para correr.
En efecto: “Disponer de un cerebro grande le permitía al erectus correr bajo el sol del
mediodía, cuando la mayoría de los depredadores buscan la sombra y el agua y se abstienen de cazar.
… Las células individuales del cerebro son más sensibles al calor que las de otros órganos. Cuando
quedan dañadas, se produce desorientación cognoscitiva, convulsiones, apoplejía y, después, la muerte.
Un principio básico de la teoría de la información sostiene que en un sistema de información con
elementos propensos a la avería, (como el cerebro humano), puede incrementarse la fiabilidad del
sistema aumentando el número de elementos que realizan la misma función y el número de conexiones
entre ellos” (Harris, 1991).
Agreguemos a esto que la postura erguida deja, cuando el sol cae a plomo, solo la
cabeza, cubierta de pelo, expuesta a sus rayos. Que poseemos cerca de 5.000.000 de glándulas
sudoríparas, muchas más que cualquier mamífero, que en general se refrigeran evaporando
humedad por la mucosa nasal. Que la postura erguida de erectus, que no anadea tanto como
sus antecesores, es energéticamente más adecuada para la locomoción, y tendremos
individuos capaces de perseguir la caza durante largas distancias. Los humanos modernos
distamos de ser los corredores más veloces entre los mamíferos, pero, cuando se trata de
cubrir distancias largas podemos dejar atrás a casi cualquier otro competidor.
Para hablar
“El trabajo es la condición básica y fundamental de toda la vida humana. Y lo es en tal grado
que hasta cierto punto debemos decir que el trabajo ha creado al propio hombre”. Esto decía Federico
Engels en el siglo XIX, estableciendo a su vez la relación entre el proceso de transformación
de la naturaleza por medio del trabajo humano, la postura erecta, el desarrollo del cerebro, el
lenguaje articulado y el desarrollo de la mano humana (oposición máxima del pulgar), que -
al no hacerse imprescindible apoyarla para trasladarse- quedaba así “liberada”, para la
creación de artefactos. “La mano no es sólo el órgano del trabajo; es también producto de él”, y,
como parte de un organismo complejo, influye a su vez en el desarrollo de otros órganos y
sus efectos.
dado por las demás especies en su desarrollo, porque precisamente consiste en flexibilizar la
conducta, al extremo de convertir la arbitrariedad, y a su vez la necesaria convencionalidad,
en elementos que sólo permiten que la misma conducta pueda ser aprehendida,
comprendida, comunicada e interactuada mediante la interpretación y no mediante la
correspondencia con significados dados y únicos.
Sea cual sea el fundamento profundo que los especialistas puedan ir escalonando
para explicar estos procesos; sea cual sea el resultado de las cambiantes evidencias empíricas
que las distintas disciplinas acerquen como parte de las argumentaciones científicas, sobre
todo acerca del momento, de cuando y por quiénes se produce este salto o serie de saltos, lo
importante es acordar con la multiplicidad de causas que co-participan en el proceso, en esa
constitución de la hominización en humanización.
8 “El uso constante de artefactos necesarios para la supervivencia es un hecho único en la historia de los
homínidos. Es la primera vez en la historia evolutiva que una forma de vida fundará su supervivencia sobre la
base de elementos extrasomáticos o extraorgánicos. Hasta aquí sólo se habían venido produciendo adaptaciones
endosomáticas (genéticamente establecidas) pero de ahora en más y hasta el presente la cultura será el factor
sobre el cual se organizará la supervivencia de la humanidad” (Tapia, Pinotti, Icasate, 1994:318).
arbitrariedad. Esto debe entenderse en el sentido de que el hombre es inescindible del resto
de la naturaleza que forma su hábitat, algo común a los seres vivos. Pero el hombre lo
realiza en un proceso deliberado, es decir que no está simplemente en la naturaleza, no es
simplemente naturaleza, sino que es naturaleza auto consciente. Debe entenderse también en
el sentido de que va corriendo permanentemente los límites que le impone la naturaleza,
límites que, al ser un sujeto histórico, son históricos también.
Homo sapiens tiene un potencial biológico que se va a expresar en forma
diferencial en distintos momentos. Estos límites, acompañados por otras características, son
particulares de esta especie y se manifiestan sobre todo en un potencialmente largo período
de vida, aproximadamente 115 años, que si bien no lo constituye en el mamífero superior
que más vive, sí es, por lejos, el primate más longevo. Tiene un índice de masculinidad de
105, es decir que nacen siempre, en condiciones naturales, ciento cinco varones cada cien
mujeres y un período fértil, en las hembras, que se extiende en promedio desde alrededor
de los 15 hasta cerca de los 50 años.
Pero este es sólo su potencial. La forma como se exprese en cada circunstancia
depende, en buena medida, de su propia acción, lo que incluye principalmente el tipo de
relaciones que establezcan los distintos individuos entre sí, sin por ello descartar los
determinantes ajenos a su voluntad, que la propia especie va tratando de controlar cada vez
con más eficiencia, pero que son, en el caso de los otros seres vivos, los únicos que operan.
¿Cómo se ha ido expresando históricamente este potencial?
Podemos comenzar pensando las condiciones de vida y muerte de los hombres
modernos, 40.000 años antes del presente. Todos los datos parecen indicar que su vida
transcurría en pequeños grupos, de no más de 50 individuos, con una colaboración simple
en el trabajo, sin macho dominante, como sí lo tienen las bandas de chimpancés, que
deben competir continuamente por el acceso a las hembras. En cambio, la sexualidad
continua de las hembras permite que los machos no estén permanentemente disputando
por ellas, que no sea necesario constituirse en un macho alfa para acceder a alguna ellas.
Son posibles, entonces, relaciones de colaboración entre varones y también con las
mujeres. Estas relaciones se profundizan y complejizan por la posibilidad y el desarrollo de
un lenguaje articulado y simbólico, que facilita además el desarrollo de la consciencia y,
por lo tanto, del trabajo consciente que se realiza con las manos, liberadas de la locomoción
como otra consecuencia de la postura erguida.
A partir de poblaciones existentes de cazadores recolectores, relativamente
asimilables -en términos analógicos- a los grupos primigenios de nuestra especie,
estudiadas por antropólogos y otros científicos, podemos inferir que las mujeres llegarían a
la pubertad alrededor de los 16 o 17 años, ya que las condiciones de vida, de alimentación,
etc., totalmente distintas a las del presente, así lo determinarían. Hay que tener en cuenta
que, si bien se entiende que la dieta de los cazadores recolectores es rica y variada, es
reducida en grasas e hidratos de carbono simples, lo que unido a una vida muy activa,
provoca que la acumulación de reservas necesarias para la ovulación requiera de más
tiempo para concretarse.
Con una esperanza de vida de menos de 30 años, con una mortalidad infantil de
alrededor del 50 % y una mortalidad materna elevada, como una consecuencia más de la
postura erguida (que achica el canal de parto) y períodos ínter genésicos, esto es, el período
que va de nacimiento a nacimiento, de más de tres años, 9 meses para la gestación y más de
dos años para el amamantamiento, la tasa de reproducción, esto es, las hijas sobrevivientes
de cada mujer, debe haber estado por largos períodos cerca de 1, que es el nivel de
reemplazo. Por arriba de ese nivel la población crece y por debajo la población se achica.
El período ínter-genésico prolongado se debe, entre otras cosas, al hecho de que
también debe ser largo el amamantamiento, al existir pocos alimentos sustitutos a la leche
materna, si bien a partir de los seis meses de edad haga falta proveerle al infante otros
alimentos ricos en hierro (de los que carece la leche materna) para que no se produzca la
anemia. Además porque existe un mecanismo que inhibe la ovulación mientras se
amamanta9, resultando de todo ello que el nuevo embarazo no se producirá probablemente
hasta el destete, luego de los dos años de vida del niño.
Detengámonos en esto.
Ante esto la especie, como antes dijimos, cuenta con una herramienta inédita de
superación de las dificultades del medio, que es la posibilidad de desarrollar cultura, que se
expresa en toda acción humana y que lo hace, principalmente, a través del trabajo, la
organización social y la creación de un universo simbólico que da sentido y orientación a
su vida.
Comenzamos entonces por una pequeña población, según los supuestos más
aceptados, situada hace unas decenas de miles de años, en el África, para terminar, a
principios del siglo XXI siendo más de 6.000.000.000 de habitantes distribuidos por todos
9 La prolactina es una hormona que regula la actividad mamaria y, a su vez, inhibe la producción de
las hormonas gonadotróficas que regulan el ciclo ovulatorio.
los ambientes, lo que incluye los subacuáticos o el espacio exterior, y con perspectivas
serias de dispersarse por espacios fuera del planeta Tierra.
¿Cuáles son algunas de las bases biológicas sobre las que se fundamenta este
proceso y cómo son transformadas por la especie? La locomoción bípeda (nos vemos
obligados a volver permanentemente sobre ella), al tiempo que posibilita una locomoción
más eficiente, permite liberar las manos, además de para el trabajo, para transportar cosas,
lo que no deja de ser otra forma de trabajo. Es casi de Perogrullo consignar las
transformaciones, a ritmo de vértigo últimamente, de la capacidad humana de
transportarse y de transportar todo tipo de cosas, incluida la información. Tal es así, y tanta
la importancia de esta capacidad, que algunos proponen el desarrollo del transporte como
uno de los núcleos duros desde los cuales leer la historia humana.
Otra característica importante de homo sapiens, que explica, en parte, su
supervivencia y su propagación gradual por todo el mundo, es su capacidad de digerir
una gran variedad de alimentos, a partir de un sistema digestivo muy generalizado,
paralelo a la necesidad de variedad de alimentos, que comienza por una dentadura que no
tiene otra especialización que un esmalte muy duro, que posibilita que los dientes duren
mucho tiempo, comiendo de todo.
Pero esto sólo no lo hace distinto de otras especies. Lo que lo distingue es que en el
proceso de su multiplicación y ocupación de nuevos ambientes va creando los artefactos
necesarios para hacerlo, a través de un proceso de trabajo que ya reseñamos y más aún en
determinado momento, da un salto cualitativo, pasando de la simple caza y recolección, de
servirse de la naturaleza como su “tienda primitiva”, en palabras de Marx, a producir sus
alimentos mediante la domesticación de plantas y animales.
¿Cómo llegamos a este momento? Consignamos anteriormente muy bajas tasas de
crecimiento de la población humana de recolectores paleolíticos. Pero, ante el crecimiento
que de todos modos se da, esa es la evidencia, ¿cuáles son las respuestas posibles? Las
podemos agrupar en dos grandes categorías, que no se excluyen mutuamente. 1)
Adaptación de la población a los recursos por medio de prácticas cuyo efecto implica un
control de la natalidad (abstinencia del coito, utilización de métodos anticonceptivos,
homosexualidad o prácticas homosexuales, abortos, infanticidios, castración, alimentación
selectiva, guerras de exterminio, etc), que los antropólogos han reseñado en las poblaciones
por ellos estudiadas y que no parece descabellado extrapolar a las del pasado. 2)
Adaptación de los recursos a las necesidades de la población, mediante migraciones,
cambios tecnológicos en la producción de alimentos, reconversión de pautas de
distribución y/consumo.
“Incluso antes de que aparecieran castas y clases sociales bien definidas, las jerarquías
sociales cargaban desproporcionadamente a las mujeres con los costos, tanto de reducir como de
elevar las tasas de fecundidad y mortalidad. Los costos del embarazo, el parto y la lactancia
discriminan por sexo, al igual que ocurre con la mayor parte de los restantes mecanismos de
regulación demográfica que acarrean tensión. En la medida en que intervienen la coacción y la
explotación, hay que ver cada vez más las presiones optimizadotas desde la perspectiva del sexo o el
estrato social dominante” (Harris & Ross, 1987).
Volvamos a detenernos en las bases biológicas sobre las que se asienta el proceso y
sus relaciones dialécticas. Señalamos antes que una respuesta posible al aumento de la
población era la abstinencia del coito. Esto sólo es posible por la sexualidad particular de
homo sapiens. Ya dijimos que es continua, y que ésta es una característica única entre los
mamíferos superiores, aunque los chimpancés pigmeos, bonobos, tienen algunas
similitudes.
¿Qué significa sexualidad continua? Significa que no hay período de celo. Las otras
hembras de mamíferos tienen, durante su vida reproductiva períodos que coinciden con la
ovulación, durante los cuales sufren una serie de alteraciones fisiológicas y de conducta,
emiten señales, buscan y aceptan al macho, etc. Durante este período, estro, no pueden,
desde luego que tampoco quieren (suponiendo que estuviera en su naturaleza querer o no
querer algo), rechazar al macho, cualquiera que éste fuera. Fuera de este período no
pueden, ni quieren tener relaciones. La hembra humana (si se puede permitir la
terminología biológica), en cambio, puede aceptar al macho en cualquier tiempo: antes de
la pubertad, luego de la menopausia (otra característica básicamente humana) y en
cualquier momento de su período reproductivo. Pero, por lo menos tan importante como lo
anterior, puede no hacerlo, puede negarse.
Es un ejercicio interesante pensar la relación entre esta característica y la libertad de la
especie. En el conjunto de factores asociados a esta conducta encontramos, una vez más, la
postura erguida, que al ocultar los genitales femeninos, dificultaría la detección del celo por
parte de los machos. A la vez, por la contracción craneal, entre otras causas, el humano
perdió la capacidad olfativa característica de la mayoría de los mamíferos y se fue
convirtiendo en un ser principalmente visual. En el mundo humano, en efecto, la
identificación no va a ser a través del olor, sino de la forma, captada por la vista. Esto es
también de la mayor trascendencia por muchos motivos: al estar las hembras siempre
disponibles, se limita la competencia entre los machos, aumenta la frecuencia del coito y
con ello la posibilidad de embarazo, con la consecuente consolidación del grupo de
pertenencia.
Huelga decir que en muchas partes del planeta la mortalidad infantil supera el cien
por mil, y, a veces, mucho más, pero esto se debe a razones político-económicas, no
biológicas. Por otra parte, llegar a la edad reproductiva no significa que vayan a
reproducirse. Unos optan por no hacerlo, y cuentan a tal fin con un conjunto de
dispositivos que les posibilitan -si lo quieren- tener una vida sexual plena con mínimos
riesgos de embarazo, aunque aquí también las posibilidades y la expresión de las
potencialidades son atravesadas por variables de tipo socio-económico y culturales
diversas, al igual que en el opuesto caso de aquellos que queriendo tener hijos se ven
dificultados para concretar sus deseos. Dependiendo de sus posibilidades pueden acceder a
tratamientos varios de fertilidad, agregando a esto la fertilización artificial, in vitro, vientres
alquilados, etc. Para concluir, con la posibilidad en ciernes de clonaciones y otros tipos
siempre renovados de reproducción, que tornan la expresión “transformar su propia
naturaleza” en la simple descripción de la evidencia directamente observable.
Paleolítico Superior
Clima
Culturas
10 Pinotti, 2007.
11 http: //www.prensalatina.com.mx
Mapa representando las distintas oleadas migratorias de Homo sapiens desde Africa hasta
América.
Fuente: www.ege.fcen.uba.ar/gibe/imagenes_GIBE/Lineas...
La migración del hombre más allá de Africa fue un proceso gradual, rápido en los
períodos interglaciales, pero lento en los de frío intenso. Hace 200.000 años comenzaba la
historia de Homo sapiens en el continente africano. Los restos fósiles más antiguos, fechados
con una antigüedad de 195.000 años, fueron descubiertos en el valle del río Omo, en Kenia.
¿Cuáles pueden ser las razones para que este homo se aventurase a ocupar nuevos
territorios? Tenemos que considerar las transformaciones en la flora y fauna que produjeron
los cambios climáticos. Entre los 130.000 y 75.000 años las evidencias geológicas muestran
una desertización en el Este del continente que habría llevado a homo sapiens tanto hacia el
sur como hacia el norte del África en busca de climas más benignos. Individuos con una
estructura corporal generalizada y con cerebros complejos que podían dar respuestas
novedosas en ambientes cambiantes, con la capacidad creadora para confeccionar
instrumentos capaces de explotar nuevos recursos, colocaban a esta especie en una posición
ventajosa.
En el sur de África, a partir de los 70 mil años, se producen cambios tecnológicos muy
importantes, homo sapiens desarrolla técnicas refinadas para trabajar la piedra y el hueso;
fabrica útiles y también adornos personales, se registra un crecimiento demográfico y la
ocupación de nuevos ecosistemas que evidencian cambios culturales y la presencia
indudable de pensamiento simbólico. Aquí se manifiesta lo que da en llamarse un
comportamiento considerado más “moderno” o propio del hombre actual.
La salida de África12
La llegada a Europa
La segunda oleada salida de África hace 60.000 años y se desplazó nuevamente por
Medio Oriente. Hace 40.000 años los sapiens llegaron a Europa en el marco de cambios
climáticos intensos y acelerados. Es posible que çesta fuera una de las causas que produjo la
desaparición de los neandertales de Europa, ya que esta especie habría ido adaptándose al
clima europeo durante miles de año, pero no pudieron resistir los cambios producidos en
pocas decenas de años. Además, estaban en presencia de un competidor inigualable, homo
sapiens.
La llegada a América
Fue durante la última glaciación, como consecuencia del descenso del nivel de los
mares, que Asia y América estuvieron unidas por un corredor terrestre que hoy se encuentra
bajo el mar en el Estrecho de Bering. Por allí pasaron los primeros grupos de H.sapiens, que
serían luego los americanos, persiguiendo a sus presas en las migraciones estacionales. No
hay consenso sobre la fecha exacta de esta migración, pero se aproxima a los 30.000 años
antes del presente.
Los registros arqueológicos muestran que el primer poblamiento americano se
produjo de norte a sur, en diversas oleadas que fueron ocupando territorios, llegando a la
Patagonia hace aproximadamente 10.000 años.
La llegada a Oceanía
H. sapiens llegó a Oceanía hace unos 50.000 años. En esos tiempos Australia estaba
casi unida a Nueva Guinea y a Tasmania por el mismo fenómeno climático que había puesto
al descubierto la zona de Beringia, pero igualmente los separaba una franja de mar. En este
caso los primeros pobladores tuvieron que navegar para llegar a las nuevas tierras. ¿Cuáles
habrán sido las motivaciones que llevaron a nuestros antepasados a arriesgarse al mar en
pequeñas embarcaciones hacia tierras desconocidas? No podemos contestar esa pregunta en
forma directa, pero podemos inferir que la dispersión por las diversas zonas del mundo tiene
que haber estado en relación con las capacidades de homo sapiens de transformar la
naturaleza, e ir adaptándose culturalmente a los desafíos del ambiente, poseedora de una
conducta no estereotipada, flexible y creativa puesta al servicio de un modo de vida
cazador –recolector.
14 Holoceno: del griego holos, todo, y kainos, reciente: la era totalmente reciente es la última y actual
época geológica del período Cuaternario.
15
Todo esto se volverá más significativamente en las sociedades agrícolas y, luego, al alborear otros
modos de producción, hasta el desarrollo del capitalismo industrial.
el simple palo cavador, presente en casi todas las culturas. Sembrar o plantar las especies
que vienen consumiéndose por medio de la recolección debe haber resultado fácil para la
gente que llevaba largo tiempo consumiendo esas especies. Seguramente los recolectores
que utilizaban el fuego para distintos fines repararían en que las semillas dejadas en los
fogones proliferaban. Si esto lo hacían deliberadamente, habrían inventado el más sencillo
de los sistemas de agricultura en barbecho largo.
Pero este cambio tecnológico tan sencillo, que pensamos que se produce como una
simple respuesta, de entre varias posibles, al problema del agotamiento de los recursos, va
a desencadenar una serie de otros cambios de mayor espectacularidad.
Señalamos recién, al tratar sobre el Mesolítico, la necesidad y la posibilidad de criar
más hijos. Esta necesidad y posibilidad aumenta al aparecer la agricultura, de tal suerte que
la población continua multiplicándose, ahora a tasas del 0.1% anual (cálculo para el total
del planeta) lo que implica una duplicación de la población cada 700 años. En las regiones
donde este fenómeno se da con mayor intensidad, el mismo viene acompañado por una
intensificación de las técnicas de producción de alimentos, impulsada también por el
agotamiento de los recursos de la caza y la recolección. Y, de la mano de este proceso
aparecen el patriarcado primero, la alienación del trabajo después y la sociedad de clases.
El aumento del valor de los hijos provoca que las mujeres se vean compelidas
aumentar su fecundidad. Esto se refleja en sociedades patriarcales donde las concepciones
de la divinidad y de la vida van a ratificar la explotación productiva y reproductiva a que
son sometidas las mujeres. El proceso de intensificación productiva y de aumento
demográfico produce la necesidad de planificadores, estudiosos del clima, la geometría, la
astronomía, la construcción de canales, represas, acequias, etc., dando como resultado la
separación del trabajo intelectual del trabajo manual.
Recordemos que habíamos definido al hombre a partir del trabajo libre y consciente.
Es decir que el proceso de trabajo es comprendido y controlado en toda su dimensión por el
trabajador. Pero ahora nos encontramos con que una parte del proceso, el trabajo manual
recae en unas personas, y el trabajo intelectual, en otras. En esta división del trabajo entre
trabajo manual e intelectual, la verdadera división del trabajo según Marx, consiste la
alienación. Esta diferencia de función entre los distintos individuos de un grupo, a poco de
andar, se convierte en una diferencia de apropiación del excedente de la producción
material (o simplemente de constitución del excedente por la relación entre lo necesario y lo
producido).
Se constituyen así las clases y castas dominantes que se reservan en principio el
trabajo de planificar y organizar la explotación y legitimarla mediante la religión (casta
sacerdotal), el manejo del estado (primeros burócratas) y la violencia como sostén político
del sistema (militares). Nuevos actores de la explotación de los trabajadores manuales
(esclavos, artesanos, siervos, etc.). Y, como tanto más grande va a ser el excedente del que
puedan apropiarse cuanto más grande sea la población a explotar, las unidades políticas
que pronto van a constituirse en estados, van a tender a ser lo más grandes posibles, dando
lugar, ya hace más de 5.000 años, al surgimiento de grandes imperios (las llamadas
“Grandes Civilizaciones” clásicas: Egipto, Grecia, China, entre otras), donde las tasas de
incremento poblacional van a ser del 0,5% anual; cuyos centros de poder protector y
expansivo serán las primeras ciudades de la Tierra.
¿Qué significó este largo proceso en términos de calidad y de cantidad de vida? Las
respuestas son complejas. A partir de la sociedad de clases, hablar de la población como un
todo esconde las radicales diferencias que se ocultan en su interior. Las clases dominantes
de cada momento, siempre la pasaron muy bien, pese a la alienación de la que también son
objeto, pero los tiempos actuales posibilitan que este buen vivir se prolongue en cantidad y
calidad, permitiendo fantasear con que la diferencia de clases, de seguir profundizándose,
culmine, por vía de una apropiación exclusiva de algunas ventajas del desarrollo
tecnológico actual, o mediante la producción de trabajadores, ya no seres humanos, sino
productos de la ingeniería biológica. Por cualquiera de estas vías la diferencia social podría
constituirse en una diferencia, ahora si, biológica.
Para los sectores subordinados, en cambio, la suerte ha sido más esquiva. En
principio la agricultura y la urbanización no significaron necesariamente una mejora en las
condiciones y en la calidad de vida de los trabajadores. Al tema de la alienación hay que
agregar que ahora se trabaja mucho más que en las formas de vida anteriores, además en
trabajos mucho más pesados, monótonos y desagradables, mientras la calidad de la
alimentación desmejora y las condiciones sanitarias en los conglomerados urbanos son muy
deficitarias. Se piensa que la población rural, muchas veces, debía sustituir a la población
de las ciudades que tenía una mortalidad mucho más elevada.
Pero tomando los dos extremos del proceso que estamos analizando, desde la
aparición de la agricultura hasta el presente, las mejoras, en promedio, para los que están
dentro del modo de reproducción capitalista, esto es los que con el salario adquieren parte
de lo necesario para reproducirse como trabajadores, concurrir a trabajar y dejar otros
trabajadores para que lo sigan haciendo cuando su fuerza laboral se halla agotado, las
mejoras han sido notables. Podemos hablar en el presente de esperanzas de vida promedio
de más de setenta años para aquellos que están “dentro del sistema”16.
Hoy, para los que están fuera del sistema formal de reproducción comunidades
domésticas, etc., las condiciones y expectativas de vida son muy diversas, siendo, en
algunos casos, peores que todo cuanto uno pueda imaginar sobre el pasado, y, en otros,
algo mejores. El modo de producción capitalista es dominante en todo el planeta pero
genera su “periferia de desempleados”: el ejército industrial de reserva que permite bajar
las expectativas del salario y, por ende, garantizar la tasa de ganancia capitalista.
Lo cierto es que en donde el capitalismo emplea mano de obra asalariada,
principalmente en los países centrales y en las regiones industrializadas de la periferia, con
el correr del tiempo, luchas gremiales, políticas y culturales mediante, las condiciones de
vida de los trabajadores mejoran. Esto no se debe a una bondad inherente al sistema, sino a
su propia lógica ya que, si el trabajador se reproduce dentro de las relaciones de
producción capitalistas, la existencia del mismo es a un costo elevado para el sistema, por lo
que lo más lógico es poder explotarlo hasta que haya agotado su capacidad laboral, esto es:
hasta la jubilación, porque si se extingue antes la amortización del costo de producirlo es
mucho menor. Pero una vez pasivo, su supervivencia es un gasto que debe ser evitado,
16 En todo sistema y época ha sido resaltado el carácter socialmente “liberador” de la vida urbana
respecto a las ataduras atávicas de las sociedades tradicionales (no modernas), feudales por ejemplo,
no obstante destacarse las míseras condiciones materiales de vida de los sectores subalternos.
ANEXOS
Bibliografía
Videos
Actividad 1
Actividad 2
Actividad 3
Glosario
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http://www.elpais.com/articulo/futuro/origen/Revolucion/Industrial/elpepusocfut/20070912elpe
pifut_1/Tes
mano y brazo
agudeza visual
cuidado de las crías
postura vertical
”Los primates modernos, con pocas excepciones, tienen un pulgar divergente, que puede
ser oponible al dedo índice y que incrementa la facultad de asir y la destreza manual. En el
curso del desarrollo del linaje, se observa entre los primates una tendencia evolutiva hacia
una capacidad de manipulación más delicada.”
(…) “El pulgar humano es proporcionalmente grande con respecto al de los otros primates y
la oposición del pulgar con respecto a los otros dedos, de la que depende la habilidad
manual, es superior en los humanos.”
(…) “Otro resultado de las presiones selectivas en el hábitat arbóreo es el incremento de la
agudeza visual, con la consiguiente reducción de la prevalencia en la función del olfato, que
es el más importante de los sentidos en la mayor parte de los otros grupos de mamíferos.
Otra tendencia principal en la evolución de los primates es el incremento del cuidado de las
crías. Dado que los mamíferos, por definición, amamantan a su cría, las relaciones materno-
filiales son generalmente más prolongadas y más fuertes que en otros vertebrados” (…) “En
los primates de mayor tamaño, las crías maduran lentamente y atraviesan por largos
períodos de dependencia y aprendizaje.
Otra adaptación a la vida arbórea es la capacidad de adoptar una postura erecta. Aun los
primates cuadrúpedos, como los monos, pueden sentarse erguidos. Una consecuencia de esta
postura es el cambio en la orientación de la cabeza, que permite al animal mirar directamente
hacia adelante mientras se mantiene en una posición vertical. Esta característica, por sobre
todas las demás, es la que hace que nuestros parientes primates nos parezcan tan "humanos".
La postura vertical fue una característica importante sobre la que posteriormente se sustentó
la evolución de la posición erecta, característica de los humanos modernos.”
Existen según los autores dos grandes criterios para ordenar los fósiles: lo que se da
en llamar el sentido amplio (Lewin 1993) que agrupa a los distintos restos fósiles en un
número relativamente pequeño de especies. Y el sentido estricto (Tattersall 1994) que
subdivide las mismas especies utilizando criterios más estrictos en cuanto a la variabilidad
y a diferencias morfológicas y anatómicas.
A mediados de la década del ’90 hay evidencias que van a retrotraer la postura
bípeda a los 5 millones de años. Los restos encontrados en el lago Turkana, Kenia
constituirán una nueva especie llamada Australopithecus anamensis de 4 millones
de antigüedad. Y otros hallados en Etiopía, Australopithecus ramidus con una
antigüedad cercana a los 5 millones de años. Los restos en ambos casos, representan
a homínidos muy primitivos cuya postura era bípeda.
Actividad 3:
Glosario
Fósiles: Restos y /o señales de seres vivos del pasado. Dependiendo del tiempo
transcurrido, la moléculas orgánicas de los restos habrán sido parcial o totalmente
sustituidas por moléculas orgánicas de la roca sedimentaria en la que quedaron
incluidos dichos restos.
Musteriense: Modo de industria lítica del Paleolítico Medio asociado típicamente con
los Neandertales. Se caracteriza por un tipo de talla conocido como “técnica
Levallois”, en el que se utiliza un percutor blando intermedio para extraer lascas de
un núcleo previamente preparado.
Olduvayense: Modo de industria lítica que se caracteriza por los cantos tallados por
una sola cara (llamados unifaciales), aunque también aparecen cantos bifaciales
simples (conocidos Choppers). Aparece en África hace 2.5 millones de años.
Paleontología: Ciencia que estudia los restos fósiles de animales y vegetales. Gracias
a ella es posible es posible la reconstrucción de los ecosistemas en los que se
desenvuelven los grupos prehistóricos.
Primate: Mamífero con extremidades que terminan en cinco dedos y uñas y visión
estereoscópica. Los primates surgen hace 70 millones de años.
Terciario: Período geológico que se extendió entre 65.000.000 y 1.800.000 años antes
del presente; incluye al Paleoceno, Eoceno, Oligoceno, Mioceno y Plioceno.