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La Lluvia

La lluvia Conocida como uno de los fenómenos meteorológicos más comunes, la


lluvia es la caída de agua en forma de gotas más o menos abundante que tiene
diversos y muy importantes usos para la vida tanto del ser humano como de las
demás especies y seres vivos.

La lluvia es un fenómeno meteorológico, lo cual quiere decir que depende del clima
y de efectos naturales que suceden de manera frecuente en el medio ambiente.
Esto quiere decir que la lluvia es uno de los fenómenos más comunes que los seres
vivos experimentan a diferencia de otros como huracanes, terremotos o maremotos.
La lluvia es sumamente importante para la calidad de vida de los seres humanos y
su ausencia puede hacer fácilmente que la misma se vuelva conflictiva debido a la
falta de hidratación en los suelos.

Cuando hablamos de la importancia de la lluvia debemos señalar que la misma es


de vital importancia en la agricultura. Esto es así debido a que esta actividad
económica, debido al margen de consumo humano, se realiza hace ya muchos
siglos en extensiones de gran amplitud, lo cual hacen imposible el riego humano
permanente. Así, la lluvia se vuelve un elemento significativo y vital para el
mantenimiento de los cultivos y por eso el ser humano además establece sus
actividades agrícolas en torno a la disponibilidad de lluvia. Esto quiere decir que en
aquellos lugares donde las precipitaciones son menores los cultivos tenderán a ser
más escasos o adaptables a esa baja cantidad de agua.

Por otro lado, la lluvia también es un enorme paliativo para situaciones trágicas
como incendios forestales en los cuales la presencia y el accionar humano es muy
limitado. Cuando hablamos de grandes incendios (sean intencionales o
accidentales) en áreas naturales, no cabe esperar otra solución que no sea la lluvia
ya que también será en este caso muy poco el poder de cambio del ser humano
respecto de esa situación de riesgo. Los incendios, además de dañar inmensas
extensiones naturales, también pueden volverse peligrosos hacia poblaciones y
asentamientos cercanos.

Es importante tener en cuenta que la lluvia es un fenómeno natural que es parte del
ciclo del agua y que por lo tanto es vital su presencia para la vida de cualquier tipo.
Sin la lluvia o las precipitaciones el ciclo del agua se interrumpiría y la existencia no
sería la misma ya que los suelos no serían regados, no crecería la vegetación y la
cadena alimenticia no podría comenzar.

Un equipo de científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) ha


identificado el mecanismo que libera el particular olor a mojado que notamos
cuando llueve. El hallazgo ha sido publicado en la revista Nature Communications.
Para su investigación, los expertos realizaron cerca de 600 experimentos en 28
tipos diferentes de superficies incluyendo los suelos de todo el campus del MIT,
a lo largo del río Charles e incluso el suelo arenoso de la playa de Nahant
(Massachusetts). Una vez en el laboratorio, midieron la permeabilidad de cada
muestra de suelo vertiendo el material en tubos largos para empezar y luego
añadiendo agua a la parte inferior de cada tubo mientras tomaban medidas de
la velocidad a la que se levantaba el agua a través del suelo. Descubrieron que
cuánto más permeable era el suelo, más rápido se levantaba el agua.

Por otra parte, depositaron gotitas individuales de agua en cada una de las
superficies objeto de estudio, simulando diversas intensidades de lluvia. El
experimento reveló que cuanto mayor fue la liberación de la gotita, más rápida
fue su velocidad máxima.

Capturando las gotas de lluvia en el momento del impacto con cámaras de alta
velocidad descubrieron un mecanismo no visto antes: cuando una gota de agua
golpea una superficie, comienza a aplanarse y simultáneamente comienzan a
ascender pequeñas burbujas antes de estallar en el aire. Así, dependiendo de la
velocidad de la gota y de las propiedades de la superficie, se dispersa una nube
frenética de aerosoles por el aire, lo que provoca este particular olor a mojado. La
conclusión fue que se producen más aerosoles cuando la lluvia es ligera, pero
se expulsan en mayor número cuando llueve intensamente.

«Frenético significa que puede generar cientos de gotas de aerosol en un corto


tiempo, por unos pocos microsegundos. Y encontramos que se puede controlar
la velocidad de generación de aerosoles con diferentes medios porosos y
condiciones de impacto”, explica Youngsoo Joung, coautor del estudio.

Los investigadores aclaran que, en ambientes naturales, los aerosoles pueden


llevar elementos aromáticos, junto con las bacterias y los virus que están
almacenados en el suelo. Estos aerosoles son liberados durante la lluvia y
extendidos por la fuerza del viento.

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