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Marco teórico

Para empezar, es preciso aclarar qué significan las siglas LGBT y en qué contextos se han

utilizado; las iniciales LGBT se han utilizado para denominar a individuos y comunidades que

según su comportamiento sexual son identificadas como lesbianas, gay, bisexuales y trans. No es

una única forma de ordenar dichas siglas, y además pueden agregarse unas cuantas según el

contexto lo amerite; por ejemplo, agregar la letra I cuando se incluyen a Intersexuales (conocido

también como hermafroditas) o “q” de Queer (raro en inglés). (Conceptos básicos sobre el ser

LGBT, 2012)

Desglosando la sigla LGBT, se encuentra a las lesbianas, que son mujeres que tienen una

atracción emocional, romántica y sexual hacia otras mujeres; los gay, son hombres o mujeres

que sienten atracción emocional, romántica y sexual hacia personas de su mismo sexo; bisexual

es aquella persona, hombre o mujer, que siente atracción emocional, romántica y sexual hacia

personas de ambos sexos; en grupo Trans, incluye travestis, transexuales y transgéneros; las

personas transexuales son aquellas que prefieren caracterizarse con el sexo opuesto por medio

del uso de vestimenta, expresiones y manierismos entre otros, siendo esto de forma permanente,

frecuente o esporádica. Las personas transgénero construyen un género diferente al que se le es

asignado socialmente, sin llegar a hacer una intervención quirúrgica para cambiar su sexualidad;

Las personas transexuales son individuos transgénero que aparte de cambiar su expresión

femenina o masculina, realizan intervenciones en su cuerpo para cambiar su biología original

(Conceptos básicos sobre el ser LGBT, 2012).

Aclarando conceptos básicos, se debe tener en cuenta entonces la diferencia que surge

entre sexo y género, y así poder hablar de una identidad de género. El sexo hace referencia al
concepto biológico del ser humano, con el cual se le identifica a la hora de nacer, y puede ser

diferenciado entre hombre y mujer, según las características de los órganos sexuales. El género,

por su parte, es una construcción social influenciada por los estereotipos o roles en la que la

sociedad encasilla a los sexos, pudiendo presentarse un género femenino, masculino o neutro

(Marcuello & EIósegui, 1999). La identidad de género se dirige a la percepción personal y al

autoconcepto; cada persona genera su identidad, basándose es un conjunto de características que

pueden ser tomadas de la cultura, el contexto, la sociedad y de las definiciones que la misma da

tanto a hombres como mujeres, a partir de las diferencias sexuales. (Cartilla Respeto por la

Diferencia, 2012)

Ortíz Hernández (2005) señala que los homosexuales (tanto hombres como mujeres) se

enfrentan a diferentes formas de discriminación, debido a la valoración negativa que se le da a su

orientación sexual. Dicha valoración negativa puede hacer que el individuo tenga un miedo a

revelar ante su círculo social y ante la sociedad en general, su condición de homosexual. Es

entonces cuando aparece el término “Salir del closet”; Cabrera (2006) define el proceso de salir

del clóset como el momento en que un individuo comienza a verse a sí mismo como

homosexual; tomar la decisión de aceptar la orientación homosexual puede llegar a ser difícil, y

el proceso puede empezar tanto en la adolescencia, como en la adultez temprana, emergente o

tardía (Gonzales & Toro, 2012) o posiblemente algunos homosexuales estén toda su vida en el

closet. El salir del closet conlleva enfrentar todos los prejuicios y estereotipos creados hacia la

comunidad LGBT, que pueden afectar el autoconcepto y la autoestima de la persona

homosexual. Por lo anterior, el apoyo de la familia es fundamental en el proceso de aceptación

de los homosexuales.
Por lo general, cuando el homosexual comparte con su familia o alguno de los integrantes

de la misma, su condición sexual, las primeras reacciones pueden ser de sorpresa, dolor,

alejamiento, vergüenza, entre otras (Martínez, 2011); la confesión de la homosexualidad puede

llegar a caer como “un balde de agua fría”, generando crisis en la familia (Kusnetzoff, 1991), y

esto es normal teniendo en cuenta que las normas, estructuras sociales y religiosas de un sistema

familiar pueden ser radicales, en cuanto a que están basadas en un historial donde lo normal es

directamente proporcional a la heterosexualidad, y el sentimiento de desconcierto puede der

relacionado con la perdida de las expectativas para con el hijo que, por su condición sexual, o no

continúe con una descendencia por medio de nietos, o este contradiciendo los valores religiosos

que se han aprendido desde la infancia. Sin embargo, los sentimientos de dolor y de vergüenza

pueden desaparecer con el tiempo.

Ahora bien, es importante aclarar que desde 1947 la homosexualidad dejó de considerarse

una enfermedad (Masson, 1987), y por lo tanto es necesario hacer un proceso de reeducación en

el ámbito familiar dirigido al apoyo tanto el proceso de aceptación de la condiciones sexual del

homosexual; la familia es fundamental en el desarrollo de la identidad y de la personalidad del

individuo, en diferentes momentos del ciclo vital (Papalia, Feldman, Martorell, 2012).
Referencias

Cabrera, M.C. (2006). El proceso de salir del clóset de un grupo de hombres homosexuales y la

reacción de sus familias. Tesis de Maestría. No publicada. Universidad de Puerto Rico:

Río Piedras.

Conceptos básicos sobre el ser LGBT (pdf), (2012). Descargado de:

http://www.lambdalegal.org/sites/default/files/spa-vg_conceptosbausicos_final.pdf.

Gonzales, J; Toro, J. (2012). El Significado de la Experiencia de la Aceptación de la Orientación

Sexual Homosexual desde la Memoria de un Grupo de Hombres Adultos

Puertorriqueños. Eureka. Asunción. 9(2), 158–170.

Kusnetzoff, J.C. (1991). Crisis en la familia por explicitación de la homosexualidad de uno de

sus integrantes. Formas de presentación, informaciones indispensables, contención

psicológica. Perspectivas Sistémicas. Buenos Aires. 16 (s.p).

Marcuello, A.; Elósegui, M. (1999) Sexo, género, identidad sexual y sus patologías. Cuadernos

de Bioética. Zaragoza. 3, 459-476.

Martínez, D. (2011). Homosexualidad y Familia, ¿Integración o Rechazo? (Tesis de grado).

Universidad Academia de Humanismo Cristiano, Santiago de Chile.

Masson S. A. (1987). D. S. M. III -Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales.

Barcelona, pág. 275

Ortiz Hernández, L. (2005). Influencia de la opresión internalizada sobre la salud mental de

bisexuales, lesbianas y homosexuales de la Ciudad de México. Salud Mental. Ciudad de

México. 28 (4), 49-65.


Papalia, E., Feldman, D., Msrtotell, G. (2012), Desarrollo Humano, México DF, México: Mc

Graw Hill Education.

Patton, M. Q. (2002). Qualitative Research & Evaluation Methods (3rd ed.) Thousand Oaks,

CA: Sage Publications, Inc.

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