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Adrián Grassi
INTRODUCCIÓN
Con fines de ubicar el marco dentro del cual tratamos la problemática a abordar,
retomamos la teoría del trauma S. Freud y el aporte que realizara J. Laplanche J.
con la Teoría de la seducción generalizada, retomado por S. Bleichmar S. para
plantear la seducción originaria, con la implantación de la sexualidad por parte
del adulto en el niño, sus cuidados maternos y sus efectos en la libidinización del
cuerpo como traumática y constitutiva del psiquismo. Otros desarrollos, hacen
sus aportes desde por ej. el concepto de Violencia primaria P. Aulagnier ( 1977) y
en lo que la autora propone ampliando la metapsicología freudiana con desarrollo
del Proceso originario.
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TRAUMA PUBERAL
Trauma puberal como exceso nos lleva a ubicar desde la perspectiva freudiana,
los modelos provistos de aparato psíquico por las dos tópicas. Que decimos sobre
la cualidad de esa energía libre no ligada sobre la cual el psiquismo tiene que
realizar un trabajo de metabolización? De qué energía se trata? Para qué
instancia es un exceso? Cuál es el proceso y donde radica esa posibilidad por la
cual se podría metabolizar?
Sabemos que para que una experiencia se constituya en traumática, es decir falta
de abreacción de las experiencias y persista en el psiquismo como cuerpo extraño
(condición del trauma, junto con los efectos duraderos en el psiquismo), deben
cumplirse determinadas condiciones, una de ellas es si falla el principio de
constancia,“…una serie de condiciones deben darse para que una experiencia se
constituya en traumática, una de ellas es liquidar las excitaciones según el
principio de constancia. Diremos que hay un exceso de excitaciones en relación
con la tolerancia del sujeto y su capacidad de controlar y elaborar psíquicamente
dichas excitaciones.(Freud……).
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Todos elementos que quedan señalados a la hora de definir Trauma (Ver Diccionario de Psicoanálisis,
Laplanche J. y Pontalis J.B. o Diccionario de Psicoanálisis Roudinesco E.
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restablecer así las condiciones de funcionamiento del principio de placer (Freud
1920).
Trauma puberal, segundo tiempo necesario del trauma, seducción del cuerpo
infantil por el extraño cuerpo genital puberal. El cuerpo otro, cuerpo puberal,
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Disitnas sensaciones irrumpen con la pubertad: olfativas como son los aromas puberales que inundan el
cuerpo, sus pertenencias y adyacencias como la ropa, su cuarto y sus amigos. La ropa mugrosa, las nuevas
secreciones hormonales, sudoración con olor axilar, secreción de glándulas sebáceas. Las apariciones en la
piel de pruritos, acné y eczemas, imágenes y sensaciones visuales de extrañeza y rechazo, vellosidades
diversas, la menarca y sus incómodas novedades, las poluciones en el varón que junto con el placer traen
angustia, entre otras irrupciones en el cuerpo límpido de impurezas de la infancia.
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Diferencia fundamental para la psicopatología, tratada entre otros por M. Waserman.
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Siguiendo las ideas que Nasio desarrolla en Mi cuerpo y sus imágenes (2008) estamos en condiciones de
retomar incluso el desarrollo de Freud (1921), la imagen del cuerpo es la sustancia de nuestro Yo (Pag. 57).
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seduce al cuerpo infantil (Gutton 1990 ). Cuerpo infantil o si se quiere
organización genital-pregenital infantil (Freud 1923) pero mucho más allá, el
narcisismo radicado y construido durante largos, (12-15-18 ?) años por el Yo y el
discurso familiar. El cuerpo erógeno comienza a sentir como rareza y extrañeza
esos primeros implantes del cuerpo puberal, nuevas imágenes de la genitalidad.
Al púber en esos tiempos “de alteración” (C. Castoriadis, citado por Moreno J.
2014, pag. 150), le es difícil entender y mas aun narrar lo que le pasa y por ello
suele ser difícil dialogar con él. Son esos tiempos de pura inmanencia cuando
transcurren hechos que no logran narrarse ni verse desde una posición
trascendente medianamente estable. Eso lo hace estar pendiente de las pantallas
y de la mirada de los otros en procura de algún reflejo que diga de él. Diríamos de
algún reflejo que vaya organizando el registro originario en una estructura
fantasmática y posterior relato propio de lo secundario. Esta vivencia en
inmanencia es pura vivencia corporal. No hay registro en el nivel de una
comprensión de lo que sucede porque se está viviendo una especie de terremoto
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desconcertante que no se puede relatar. Se diría que “lo puberal” en tanto
acontecial sigue la propuesta que Deleuze G. plantea en “Kafka, por una
literatura menor” (1975, pag. 14) “No creemos sino en una experimentación de
Kafka (recordemos la Metamorfosis), sin interpretación ni significación, sino sólo
protocolos de experiencia. Experimenta en vez de significar o interpretar!!”
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represión, negación, disociaciones y escisiones, forclusión o forclusiones locales
indican los posibles destinos psicopatológicos. Pictograma de rechazo, sufrimiento
vivencia de dolor psíquico, de horror. En los procesos patológicos mas complejos
lo heterogéneo de la nueva corporeidad no se puede homogenizar integrando
esas vivenciad al Yo corporal.
“…Desde que me apareció esta mierda en la cara no puedo hacer nada”, plantea
un joven, años después de que esta irrupción en el rostro paralizara todo trabajo
de investimento de proyecto futuro. Modo en negativo de experienciar el nuevo
rostro puberal-adolescente, (el acné aparecido hacía varios años, 3 o 4 que aún
en la actualidad va marcando un proceso de des-investimento narcisista). El
paciente plantea así el inicio a partir del cual comienza a sentir que su vida deja de
tener sentido. El encierro y aislamiento se transforman en su lugar. Proceso de
des-investimento del cuerpo con efectos depresivos en cuanto no podrá organizar
un proyecto identificatorio propio futuro. La desazón y desesperanza sobre un
devenir investido libidinalmente es la marca del narcisismo des-investido,
resquebrajado. Todo deja de tener sentido en su vida.
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grupos, es algo en lo cual hay que seguir insistiendo por la importancia que toma
la perspectiva intersubjetiva en los procesos psíquicos. En Un sigular grupal R.
Kaës (2010) destaca la articulación entre estas tres dimensiones de la
subjetividad: intrapsíquica, intersubjetiva y transubjetiva.
Como ha sido señalado por varios autores, Rodulfo, Moreno, la categoría del
nosotros se va inscribiendo. Pasaje del Yo al Nosotros. Límite que es importante
transitar durante algún tiempo. El grupo apuntalando la construcción del límite del
Yo-nosotros-cuerpo. Identificaciones grupales sostienen este proceso en el cual la
frontera del grupo y del no grupo bien puede coincidir, en algún caso con la
frontera del yo y del no-yo (Kaës 2006, pag. 101). Este es el caso del escenario
grupal puberal, que de este modo va inscribiendo la experiencia subjetiva del Yo-
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Términos como “la familia judicial” o “la familia bancaria” que llevan la marca de una grupalidad
masificada, podría metaforizarse en la “familia puberal”. De hecho no son pocas las referencias de padres
de adolescentes que dicen, ahora parece que no somos mas su familia, en referencia a ese momento de
soltarse de lo familiar conocido del hijo. Ahora su familia son sus amigos.
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cuerpo en la grupalidad. Yo-nosotros-nos/otros es la nueva espacialidad de
escritura corporal.
Bibliografía
Deleuze G.:(1975) Kafka, por una literatura menor. Ediciones Era pag.14, México.
Aires.
Nasio J.: (2011) Cómo tratar con con un adolescente difícil. Paidós, Buenos Aires.
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Waserman M.: (2011), Waserman M. Condenado a explorar. En Condenados a