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Evolución histórica del derecho, concepto de

Estado y biopolítica e influencia del cristianismo y


la razón como factores determinantes para la
construcción del Estado democrático moderno.

NOMBRE: Marcial Valdivia Ramírez


CURSO: Cristianismo y biopolítica
Para el desarrollo completo de este tema en particular, deberemos remitirnos hacia unos 2000
años atrás con la expansión del cristianismo, la ideología de la fe y el incipiente nacimiento
de la biopolítica cristiana.

Después de la existencia de Jesús y la posterior expansión de sus enseñanzas, comenzó una


verdadera revolución con respecto al cambio de pensamiento en el imperio romano.

Si se analiza pormenorizadamente la historia del derecho romano, primeramente se entra en


los mores maiorum y las sentencias pontificales, quienes interpretaban la voluntad de los
dioses paganos. No obstante, desde la constitución de la república romana se produce un
cambio de paradigma profundo.

Se abandonan progresivamente los pontífices interpretadores de la voluntad de los dioses y


estos pontífices comienzan a revelar las interpretaciones lógicas del derecho, llevando a cabo
parte de la laicización del derecho romano. El derecho privado romano sería conocido como
ius y el “derecho sagrado” como fas.

La laicización del derecho romano tuvo su precedente con Tiberio Coruncanio, Su


instrucción pública en Derecho tuvo el efecto de crear una nueva clase de personas sin cargo
sacerdotal, pero instruidas en el Derecho romano (iurisprudentis).

Durante el período bajo republicano, tuvo su auge el desarrollo de obras laicas, jurisprudencia
pontifical y laica, edictos de los pretores, y con la consecuente expansión territorial se
complejiza más el derecho romano. Posteriormente, con el surgimiento de los triunviratos y
la figura del prínceps surge el Imperio Romano.

Con la existencia de Jesús y la expansión de su ideología, se empieza lenta pero


progresivamente a inmiscuir la religión hasta que en el 27 febrero del año 380, el cristianismo
se convirtió en la religión oficial del Imperio Romano por un decreto del emperador
Teodosio, lo que tuvo trascendentales consecuencias. El decreto unió las raíces judeo-
cristianas del continente europeo con la cultura greco-romana, creando un nuevo cambio de
paradigma: la Iglesia y el estado se unían por primera vez. La biopolítica presente a su vez
sufre una radical transformación: todas las leyes dictadas deberían in en conformidad con “lo
enseñado por nuestro señor Jesucristo”.
Entramos en el año 476 en la caída definitiva del imperio Romano y, por lo tanto, en el inicio
de la edad media. En el período considerado como Alta Edad Media, comienza la redacción
de cuerpos legales que apuntaban fundamentalmente a la obligatoria consecución de la fe
cristiana.

Dentro de estos cuerpos legales podemos encontrar fundamentalmente al Liber Iudiciorum,


cuerpo legal compuesto de 12 libros que versaban sobre materias de derecho civil,
administrativo, canónico y penal. A nosotros nos interesa analizar el derecho canónico,
puesto que obliga y establece la observancia e importancia que van a tener estas leyes
canónicas en la forma de gobierno establecida para los pueblos

Dentro de las disposiciones reglamentadas en el libro 12 del Liber se prohibía expresamente


cualquier especie y tipo de ayuda para el pueblo judía, basado en el argumento que ellos
habían asesinado a Cristo, por tanto no debían ser objeto de misericordia ni protección, al
contrario, se debía perseguirles. Esto constituye un fehaciente ejemplo de la implementación
de la biopolítica en la población visigoda a través de la prohibición de una conducta, en este
caso proveniente de una autoridad (el rey).

En el siglo VIII comienza la expansión musulmana (que lógicamente atentaba en contra de


los principios de la cristiandad, por tanto se decide hacerle frente), lo que se refleja en la
conquista del sur de España, en el territorio de conflicto conocido como Al-Andalus.

Existe un conflicto de aplicación de derechos: personales versus territoriales. Finalmente, se


aplica como derecho personal el derecho musulmán, es decir, que sólo aplicarán a
musulmanes convertidos y nativos. En cambio, los mozárabes se regirán por el antiguo
derecho visigodo: el Liber cobrará una vez más importancia. Se aplicará como derecho
territorial, es decir, como un derecho aplicable a dominios católicos españoles.

Posteriormente y con la progresiva retirada musulmana, se comienza a constituir el


feudalismo como nuevo sistema de gobierno. Su regulación jurídica fue bastante más
rudimentaria, basándose en acuerdo de voluntades entre el vasallo y el señor feudal para regir
las relaciones interpersonales. Cabe destacar que el elemento católico seguía tan fuerte como
antes, reflejado en la estructura social de estamentos: Nobleza, clero y pueblo llano.
Además de la legitimación religiosa, a través de la cultura y el arte laicos, se difundía
socialmente la legitimación ideológica de la forma de vida, la función social y los valores de
la nobleza (extraído textualmente de Arnold Hauser, Historia social de la literatura y el arte).

Aún no existía una conciencia cuestionadora acerca de los actos de la iglesia, menos aún se
cuestionaba el concepto de fe, todo esto fortalecido y fijado por la Inquisición, período en el
cual se crearon una serie de instituciones dedicadas a la supresión de la herejía
mayoritariamente en el seno de la Iglesia católica.

La inquisición fue letal. En Europa se estimas que fueron asesinadas cerca de unas 5.000
personas culpadas de brujería y herejía. Cito un extracto de la bula Ad abolendam
promulgada por el papa Lucio III, en donde se puede ver el actuar de los inquisidores:

“A las anteriores disposiciones [...] agregamos el que cualquier arzobispo u obispo, por sí
o por su archidiácono o por otras personas honestas e idóneas, una o dos veces al año,
inspeccione las parroquias en las que se sospeche que habitan herejes; y allí obligue a tres
o más varones de buena fama, o si pareciese necesario a toda la vecindad, a que bajo
juramento indiquen al obispo o al archidiácono si conocen allí herejes, o a algunos que
celebren reuniones ocultas o se aparten de la vida, las costumbres o el trato común de los
fieles.”

En esta bula se les daba plena potestad a los obispos y se exigía a estos mismos que
interviniesen activamente para extirpar la herejía y se les otorgaba la potestad de juzgar y
condenar a los herejes de su diócesis.

El reconocimiento papal de la brujería (lo que supuso un acrecentamiento mayor del


oscurantismo intelectual presente) vino de la mano con el papa Inocencio VIII por medio de
la bula Summis desideratis affectibus:

“Ha llegado a nuestros oídos que gran número de personas de ambos sexos no evitan el
fornicar con los demonios, íncubos y súcubos; y que mediante sus brujerías, hechizos y
conjuros, sofocan, extinguen y hacen perecer la fecundidad de las mujeres, la propagación
de los animales, la mies de la tierra.”
Este factor, en conjunto con la crisis del modelo económico feudalista, supuso a su vez el fin
de la edad media con la caída del imperio bizantino.

Se abre una nueva etapa con el descubrimiento americano (aún amparada por los grupos
católicos). No obstante, en el siglo XVI comienza un nuevo cambio de paradigma, en donde
se reemplaza el teocentrismo por el antropocentrismo. Comienza una explosión a nivel
artístico, cultural, y podemos hablar por fin de una idea separada de los canones establecidos
por la Iglesia Católica. Pero, ¿qué hay con el Estado?

El Estado aún es monárquico absoluto. El modelo político no ha cambiado, la voluntad del


rey aún es la que determina los lineamientos a seguir por su reino, pero aún el pueblo llano
no ha sido escuchado. Los reyes intentarán consolidar su influencia a toda costa a nivel de
reino, por tanto, intentarán ampliarse al Nuevo Mundo (España con su imperio en México y
el Pacífico Oeste, Portugal con Brasil, e Inglaterra con las 13 colonias en Norteamérica).

En materia religiosa, la iglesia católica sufre un gran cisma: Martín Lutero se separa de la
Iglesia y lleva a cabo la Reforma Protestante.

En fin, es un gran conflicto en todo nivel. En medio de este caos surgen ciertos filósofos
quienes progresivamente irían cambiando la percepción de mundo que se tenía.

El siglo XVII es vital: La era de la razón irrumpe con las exposiciones de grandes filósofos
quienes critican duramente la forma de gobierno, la biopolítica (entendida como la forma de
control sobre la vida de los seres humanos a través de las regulaciones), la religión, y otorgan
soluciones en base a la ciencia y la razón.

Foucault pone de manifiesto el ejemplo francés de los siglos XVII y XVIII, en donde se veía
totalmente limitado el ejercicio de ciertas libertades que hoy se encuentran consagradas en el
art. 19 de la Constitución Política de la República, en relación a la forma de gobierno
adoptada en el siglo XVIII en Francia.

Por mientras existe una constante, sistemática y conocida intención de limitar las facultades
de un Estado que poseía un poder eminentemente coercitivo, de restricción de acciones, este
Estado busca ampliar sus facultades aún más.
Es por esto que, de acuerdo a lo señalado por Foucault, la teoría del Derecho y las
instituciones jurídicas limitarán el poder real. El estado absoluto dejará de tener razón de ser,
y así se gestará la Revolución Francesa, que es el punto cúlmine de las ideas planteadas en el
Siglo de las Luces. El Derecho podrá hacerse cargo de las libertades (a través de la redacción
de una Constitución, en donde se indiquen los derechos a proteger por el Estado) y a su vez
pondrá un efectivo límite en las facultades estatales.

Ahora quedan unas interrogantes: ¿Efectivamente el derecho ha garantizado el accionar de


un Estado legítimo, en conformidad con lo sancionado en la Constitución? ¿El Estado de
Chile nos regula nuestra biopolítica? ¿Estamos siendo regulados en base a un biopoder?

Es sencillo contestar: en la primera pregunta la respuesta (como apreciación personal) es que


no, toda vez que la Constitución fue promulgada en un gobierno de facto, cuestionándose su
legitimidad y no adepto a las nuevas problemáticas del siglo XXI.

En las dos últimas interrogantes, podemos decir que efectivamente sí, se nos regula en base
a un biopoder que constituye a su vez la biopolítica chilena. Se nos enseña la celebración de
ciertas festividades impuestas por el gobierno (fiestas patrias como un buen ejemplo), se nos
fijan ciertos horarios de trabajo y estudio que efectivamente convierte a la población en un
medio de explotación, a la universidad como una fábrica de profesionales destinados a
reemplazar engranajes viejos inservibles en la gran máquina que se llama Estado.

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