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Paciencia

μακροθυμία
makrodsumía
de lo mismo que G3116; longanimidad, i.e. (objectivamente)
soporte, aguante o (subjectivamente) paciencia:- paciencia,
longanimidad, clemencia.

μακροθυμώς
makrodsumós
adverbio de un compuesto de G3117 y G2372; con temperamento
largo (que dura), i.e. con lenidad:- paciencia.

μακρός
makrós G3117
de G3372; largo (en lugar [distante] o tiempo [neutro plur]):-
apartado, largo, lejano, lejos.

θυμός
dsumós G2372
de G2380; pasión (como respirando fuerte):- furor, ira, ardor.
Compare G5590.

Del lat. patientia.


1. f. Capacidad de padecer o soportar algo sin alterarse.
2. f. Capacidad para hacer cosas pesadas o minuciosas.
3. f. Facultad de saber esperar cuando algo se desea mucho.

Capacidad de sufrir y tolerar desgracias y adversidades o


cosas molestas u ofensivas, con fortaleza, sin quejarse ni
rebelarse.
"soportó la desgracia con paciencia ejemplar;
se necesita mucha paciencia para aguantar a semejante
energúmeno;
no le queda más remedio que soportar con paciencia las
subordinaciones actuales;
soportaba con paciencia las burlas de sus compañeras"
1
Calma o tranquilidad para esperar.
longanimidad
Del lat. longanimĭtas, -ātis.
1. f. Grandeza y constancia de ánimo en las adversidades.
2. f. Benignidad, clemencia, generosidad.
Real Academia Española

MAKROTHUMIA3115
LA DIVINA PACIENCIA
El sustantivo makrothumia y el verbo makrothumein son,
característicamente, palabras bíblicas. No se encuentran en absoluto
en el griego clásico y, sólo muy raramente, en el griego posterior.
Son, en verdad, palabras típicamente cristianas, pues, como
veremos, describen una virtud cristiana que para los griegos no era
tal virtud. En el NT, makrothumia se encuentra catorce veces y,
makrothumein, diez. La traducción de la Versión Reina Valera
Antigua oscila entre "resignación" y "paciencia". Estas palabras
tienen dos usos.

Paciencia para esperar las promesas de Dios


(I) Makrothumia y makrothumein describen el "espíritu
constante que nunca cederá". Es esa "paciencia" y fe que,
finalmente, heredará la promesa. Abraham recibió la
promesa porque había "esperado con paciencia" (He.
6:15). "Paciencia" es una virtud que el cristiano debe
tener mientras espera el advenimiento del Día del Señor;
y puede aprender de la "paciencia" del labrador, que
espera la cosecha, y de la "paciencia" de los profetas, que
nunca perdieron su esperanza en Dios (Stg. 5:7-10).
Sobre todo, 1 Macabeos (8:4) tiene una forma muy
luminosa de utilizar la palabra. En ese pasaje, como
Trench apunta, la supremacía romana en todo el mundo
es atribuida a la "política y a la paciencia de Roma. Y con
esto se da a entender la persistencia romana, que nunca
haría la paz al precio de la derrota". El cristiano debe
tener esta makrothumia que puede soportar la espera y
sobrellevar el sufrimiento sin ceder jamás.
2
Heb 6:1-15 Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina
de Cristo, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el
fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios,
(2) de la doctrina de bautismos, de la imposición de manos, de la
resurrección de los muertos y del juicio eterno. (3) Y esto haremos,
si Dios en verdad lo permite. (4) Porque es imposible que los que
una vez fueron iluminados y gustaron del don celestial, y fueron
hechos partícipes del Espíritu Santo, (5) y asimismo gustaron de la
buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero, (6) y
recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento,
crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios y
exponiéndole a vituperio. (7) Porque la tierra que bebe la lluvia que
muchas veces cae sobre ella, y produce hierba provechosa a aquellos
por los cuales es labrada, recibe bendición de Dios; (8) pero la que
produce espinos y abrojos es reprobada, está próxima a ser
maldecida,(A) y su fin es el ser quemada. (9) Pero en cuanto a
vosotros, oh amados, estamos persuadidos de cosas mejores, y que
pertenecen a la salvación, aunque hablamos así. (10) Porque Dios
no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que
habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y
sirviéndoles aún. (11) Pero deseamos que cada uno de vosotros
muestre la misma solicitud hasta el fin, para plena certeza de la
esperanza, (12) a fin de que no os hagáis perezosos, sino
imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las
promesas. (13) Porque cuando Dios hizo la promesa a Abraham,
no pudiendo jurar por otro mayor, juró por sí mismo, (14) diciendo:
De cierto te bendeciré con abundancia y te multiplicaré
grandemente.(B) (15) Y habiendo esperado con paciencia,
alcanzó la promesa.

Stg 5:7-11 Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida


del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la
tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana
y la tardía. (8) Tened también vosotros paciencia, y afirmad
vuestros corazones; porque la venida del Señor se acerca. (9)
Hermanos, no os quejéis unos contra otros, para que no seáis
condenados; he aquí, el juez está delante de la puerta. (10)

3
Hermanos míos, tomad como ejemplo de aflicción y de
paciencia a los profetas que hablaron en nombre del Señor. (11)
He aquí, tenemos por bienaventurados a los que
sufren. Habéis oído de la paciencia de Job, y habéis visto el fin del
Señor, que el Señor es muy misericordioso y compasivo.

Respecto a la relación con los demás


(II) Describen la "actitud que un hombre debe tener para con su
prójimo". Este es el uso típicamente neotestamentario de
la palabra. Crisóstomo definió makrothumia
como el espíritu que podría vengarse si quisiera,
pero que finalmente rehúsa hacerlo. Lightfoot la
explicó como el espíritu que nunca taliona. Ahora bien,
esto es lo opuesto a la virtud griega. La gran virtud griega
era megalopsuchia, que Aristóteles definió como la
renuncia a tolerar cualquier insulto o injuria. Para el
griego el hombre grande era el que hacía lo indecible por
vengarse. Para un cristiano el hombre grande es el que,
aun cuando puede vengarse, rehúsa hacerlo.
(a) La paciencia con los hombres es la característica del "ministro
cristiano". Esta cualidad es, según Pablo (2 Co. 6:6; cf 1 Ti. 1:16; 2
Ti. 3:10), la prueba de que el apostolado es auténtico. Nadie que
carezca de esta paciencia, de esta makrothumia, puede pretender
dirigir y guiar una congregación cristiana.
(b) Es la característica del "predicador cristiano" (Tit. 2:2). Sin ella,
el predicador caería en esa clase de pesimismo e irritabilidad que
arruinan la predicación.

2Co 6:1-10 Así, pues, nosotros, como colaboradores suyos, os


exhortamos también a que no recibáis en vano la gracia de Dios. (2)
Porque dice:
En tiempo aceptable te he oído,
Y en día de salvación te he socorrido.(A)
He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación.
(3) No damos a nadie ninguna ocasión de tropiezo, para que
4
nuestro ministerio no sea vituperado; (4) antes bien, nos
recomendamos en todo como ministros de Dios, en mucha
paciencia, en tribulaciones, en necesidades, en angustias; (5) en
azotes, en cárceles,(B) en tumultos, en trabajos, en desvelos, en
ayunos; (6) en pureza, en ciencia, en longanimidad, en bondad, en
el Espíritu Santo, en amor sincero, (7) en palabra de verdad, en
poder de Dios, con armas de justicia a diestra y a siniestra; (8) por
honra y por deshonra, por mala fama y por buena fama; como
engañadores, pero veraces; (9) como desconocidos, pero bien
conocidos; como moribundos, mas he aquí vivimos; como
castigados, mas no muertos; (10) como entristecidos, mas siempre
gozosos; como pobres, mas enriqueciendo a muchos; como no
teniendo nada, mas poseyéndolo todo.

Tit 2:1-15 Pero tú habla lo que está de acuerdo con la sana


doctrina. (2) Que los ancianos sean sobrios, serios, prudentes, sanos
en la fe, en el amor, en la paciencia. (3) Las ancianas asimismo
sean reverentes en su porte; no calumniadoras, no esclavas del vino,
maestras del bien; (4) que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a
sus maridos y a sus hijos, (5) a ser prudentes, castas, cuidadosas de
su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios
no sea blasfemada. (6) Exhorta asimismo a los jóvenes a que sean
prudentes; (7) presentándote tú en todo como ejemplo de buenas
obras; en la enseñanza mostrando integridad, seriedad, (8) palabra
sana e irreprochable, de modo que el adversario se avergüence, y no
tenga nada malo que decir de vosotros. (9) Exhorta a los siervos a
que se sujeten a sus amos, que agraden en todo, que no sean
respondones; (10) no defraudando, sino mostrándose fieles en todo,
para que en todo adornen la doctrina de Dios nuestro Salvador. (11)
Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos
los hombres, (12) enseñándonos que, renunciando a la impiedad y
a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y
piadosamente, (13) aguardando la esperanza bienaventurada y la
manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo,
(14) quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda
iniquidad(A) y purificar para sí un pueblo propio,(B) celoso de
buenas obras. (15) Esto habla, y exhorta y reprende con toda
autoridad. Nadie te menosprecie
(c) Debe ser la característica de "cada cristiano", de
5
"cada miembro de iglesia". Está incluida entre los frutos
del Espíritu (Gá. 5:22). Sin paciencia, los hombres no pueden andar
dignamente en su llamamiento cristiano (Ef. 4:2; Col. 3:12). La
paciencia debe ser ejercida con los hombres (1 Ts. 5:14). Es una de
las grandes características del amor (1 Co. 13:4). No puede
existir compañerismo cristiano sin makrothumia.

Efe 4:1-16 Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis


como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, (2) con
toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los
unos a los otros en amor,(A) (3) solícitos en guardar la unidad del
Espíritu en el vínculo de la paz; (4) un cuerpo, y un Espíritu, como
fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra
vocación; (5) un Señor, una fe, un bautismo, (6) un Dios y Padre
de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos. (7) Pero a
cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del
don de Cristo. (8) Por lo cual dice:
Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad,
Y dio dones a los hombres.(B) (9) Y eso de que subió, ¿qué es,
sino que también había descendido primero a las partes más bajas de
la tierra? (10) El que descendió, es el mismo que también subió por
encima de todos los cielos para llenarlo todo. (11) Y él mismo
constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas;
a otros, pastores y maestros, (12) a fin de perfeccionar a los
santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de
Cristo, (13) hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe
y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto,
a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; (14) para
que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo
viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar
emplean con astucia las artimañas del error, (15) sino que siguiendo
la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza,
esto es, Cristo, (16) de quien todo el cuerpo, bien concertado y
unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan
mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe
su crecimiento para ir edificándose en amor
Col 3:5-17 Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros:

6
fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y
avaricia, que es idolatría; (6) cosas por las cuales la ira de Dios
viene sobre los hijos de desobediencia, (7) en las cuales vosotros
también anduvisteis en otro tiempo cuando vivíais en ellas. (8) Pero
ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia,
blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca. (9) No mintáis los
unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus
hechos, (10) y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen
del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno, (11)
donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro
ni escita, siervo ni libre, sino que Cristo es el todo, y en todos. (12)
Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de
entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de
mansedumbre, de paciencia; (13) soportándoos unos a otros, y
perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De
la manera que Cristo os perdonó, así también
hacedlo vosotros. (14) Y sobre todas estas cosas vestíos
de amor, que es el vínculo perfecto. (15) Y la paz de Dios
gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados
en un solo cuerpo; y sed agradecidos. (16) La palabra de Cristo
more en abundancia en vosotros, enseñándoos y
exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con
gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y
cánticos espirituales. (17) Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de
hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a
Dios Padre por medio de él.

1Ts 5:12-24 Os rogamos, hermanos, que reconozcáis a los que


trabajan entre vosotros, y os presiden en el Señor, y os amonestan;
(13) y que los tengáis en mucha estima y amor por causa de su obra.
Tened paz entre vosotros. (14) También os rogamos, hermanos,
que amonestéis a los ociosos, que alentéis a los de poco
ánimo, que sostengáis a los débiles, que seáis pacientes
para con todos. (15) Mirad que ninguno pague a otro mal por
mal; antes seguid siempre lo bueno unos para con otros, y para con
todos. (16) Estad siempre gozosos. (17) Orad sin cesar. (18) Dad
gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros
en Cristo Jesús. (19) No apaguéis al Espíritu. (20) No

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menospreciéis las profecías. (21) Examinadlo todo; retened lo
bueno. (22) Absteneos de toda especie de mal. (23) Y el mismo
Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu,
alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de
nuestro Señor Jesucristo. (24) Fiel es el que os llama, el cual
también lo hará.

Respecto a Dios
(Ill) Y la razón para eso es que makrothumia es la gran característica
de Dios (Ro. 2:4; 9:22). La makrothumia de Dios fue la que, en los
días de Noé, esperó hasta que el arca estuvo construida (1 P. 3:20).
Esa misma makrothumia fue la que hizo posible la salvación del
hombre (2 P. 3:9, 15). Si Dios hubiera sido un hombre, ya haría
tiempo que, con un solo movimiento de su mano, hubiera borrado al
mundo de la existencia, pero, en su "paciencia", conlleva los
pecados, las insensateces y la desobediencia de los hombres.
La gran responsabilidad que recae sobre el cristiano es: ser tan
paciente con su prójimo como Dios lo ha sido con él.

William Barkley

Rom 2:1-4 Por lo cual eres inexcusable, oh hombre, quienquiera


que seas tú que juzgas; pues en lo que juzgas a otro, te condenas a ti
mismo;(A) porque tú que juzgas haces lo mismo. (2) Mas sabemos
que el juicio de Dios contra los que practican tales cosas es según
verdad. (3) ¿Y piensas esto, oh hombre, tú que juzgas a los que tal
hacen, y haces lo mismo, que tú escaparás del juicio de Dios? (4)
¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y
longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al
arrepentimiento?
Rom 9:20-24 Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que
alterques con Dios? ¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué
me has hecho así?(G) (21) ¿O no tiene potestad el alfarero sobre el
barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para

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deshonra? (22) ¿Y qué, si Dios, queriendo mostrar su ira y hacer
notorio su poder, soportó con mucha paciencia los vasos de ira
preparados para destrucción, (23) y para hacer notorias las riquezas
de su gloria, las mostró para con los vasos de misericordia que él
preparó de antemano para gloria, (24) a los cuales también ha
llamado, esto es, a nosotros, no sólo de los judíos, sino también de
los gentiles?

2Pe 3:1-18 Amados, esta es la segunda carta que os escribo, y en


ambas despierto con exhortación vuestro limpio entendimiento, (2)
para que tengáis memoria de las palabras que antes han sido dichas
por los santos profetas, y del mandamiento del Señor y Salvador
dado por vuestros apóstoles; (3) sabiendo primero esto, que en los
postreros días vendrán burladores, andando según sus propias
concupiscencias,(A) (4) y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su
advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron,
todas las cosas permanecen así como desde el principio de la
creación. (5) Estos ignoran voluntariamente, que en el tiempo
antiguo fueron hechos por la palabra de Dios los cielos, y también
la tierra, que proviene del agua y por el agua subsiste,(B) (6) por lo
cual el mundo de entonces pereció anegado en agua;(C) (7) pero
los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma
palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición
de los hombres impíos. (8) Mas, oh amados, no ignoréis esto: que
para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un
día.(D) (9) El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen
por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo
que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.
(10) Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche;(E) en el
cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos
ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán
quemadas. (11) Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas,
¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir,
(12) esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en
el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos,
siendo quemados, se fundirán! (13) Pero nosotros esperamos, según
sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la
justicia.(F) (14) Por lo cual, oh amados, estando en espera de estas
cosas, procurad con diligencia ser hallados por él sin mancha e
irreprensibles, en paz. (15) Y tened entendido que la paciencia de
9
nuestro Señor es para salvación; como también nuestro amado
hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito,
(16) casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas;
entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los
indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras,
para su propia perdición. (17) Así que vosotros, oh amados,
sabiéndolo de antemano, guardaos, no sea que arrastrados por el
error de los inicuos, caigáis de vuestra firmeza. (18) Antes bien,
creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador
Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.

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