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El manco de Lepanto nos brindó “el mejor trabajo literario jamás escrito”,
según el prestigioso Norwegian Book Club. “Don Quijote”, que se ha
convertido en el libro más editado y traducido de la historia después de la
Biblia, es la primera obra de caballerías que desmitificó la tradición
caballeresca. La obra de Cervantes forma parte de la literatura desde hace
más de 400 años, pero también entró en la historia del séptimo arte gracias
a un maestro como Orson Welles, que rodó durante catorce años su
particular visión de España a través de las peripecias de Don Quijote y
Sancho Panza.
El marqués de Sade
De origen aristocrático, se educó con su tío, el abate de Sade, un erudito libertino y volteriano que ejerció sobre
él una gran influencia. Alumno de la Escuela de Caballería, en 1759 obtuvo el grado de capitán del regimiento
de Borgoña y participó en la guerra de los Siete Años. Acabada la contienda, en 1766 contrajo matrimonio con
la hija de un magistrado, a la que abandonó cinco años más tarde.
En 1768 fue encarcelado por primera vez acusado de torturas por su criada, aunque fue liberado al poco tiempo
por orden real. Juzgado y condenado a muerte por delitos sexuales en 1772, consiguió huir a Génova. Regresó
a París en 1777, donde fue detenido a instancias de su suegro y encarcelado en Vincennes.
En 1784 fue trasladado a la Bastilla y en 1789 al hospital psiquiátrico de Charenton, que abandonó en 1790
gracias a un indulto concedido por la Asamblea Nacional, surgida de la Revolución Francesa. Participó entonces
de manera activa en política, paradójicamente en el bando más moderado. En 1801, a raíz del escándalo
suscitado por la publicación de La filosofía del tocador, fue internado de nuevo en el hospital psiquiátrico de
Charenton, donde murió.
El marqués de Sade escribió la mayor parte de sus obras en sus largos períodos de internamiento. En una de
las primeras, el Diálogo entre un sacerdote y un moribundo(1782), manifestó su ateísmo. Posteriores son Los
120 días de Sodoma (1784), Los crímenes del amor (1788), Justine (1791) y Juliette (1798).
Calificadas de obscenas en su día, la descripción de distintos tipos de perversión sexual constituye su tema
principal, aunque no el único: en cierto sentido, Sade puede considerarse un moralista que denuncia en sus
trabajos la hipocresía de su época. Su figura fue reivindicada en el siglo XX por los surrealistas.
Johann Wolfgang von Goethe fue un escritor, científico, filósofo y político alemán que
nació en Frankfurt el 28 de agosto de 1749 y que falleció en Weimar el 22 de marzo
de 1832.
Dejando atrás su época romántica, en la que había escrito obras paradigmáticas como Los sufrimientos del
joven Werther, y en la que había iniciado su obra maestra, Fausto, en la que siguió trabajando a lo largo de su
vida, viajó por Italia y se enamoró cada vez más de la antigüedad clásica, abrazando el clasicismo también en
su literatura.
En Weimar había conocido a Friedrich Schiller, a quien le unió una gran amistad, y que lo animó a
completar Fausto, que apareció finalmente publicado en 1808. Al final de su vida apareció su
autobiografía, Poesía y verdad, en varias entregas entre 1811 y 1833.
Las novelas de Jane reflejan el mundo de la nobleza rural inglesa de la época, tal y como ella misma lo vivió.
Debido al atractivo atemporal de sus entretenidos argumentos, y el ingenio e ironía de su estilo, sus obras nunca
han sido descatalogadas por ninguna editorial desde su primera publicación, y son frecuentemente adaptadas
al teatro, el cine y la televisión. Jane Austen es ahora una de las autoras más conocidas y queridas del mundo
angloparlante.
Mary Shelley nació como Mary Wollstonecraft Godwin en Somers Town, Londres, en
1797. Fue la segunda hija de la filósofa y escritora feminista Mary Wollstonecraft y la
primera hija del filósofo, novelista y periodista William Godwin.
La madre de Mary falleció de una infección posparto tras darla a luz, por lo que ella y
su media hermana mayor, Fanny Imlay, la hija de Wollstonecraft con el
americano Gilbert Imlay,6 serían criadas por su padre.18
Transcurrido un año de la muerte de su esposa, Godwin publicó la obra Memorias de la autora de Una
Vindicación de los Derechos de la Mujer(1798), la cual consideró un sincero tributo de añoranza hacia ella. Sin
embargo, debido a que Memorias revelaba los amoríos de Wollstonecraft y la existencia de su hija ilegítima, la
obra fue recibida como escandalosa.
Cuando Mary tenía tres años, Godwin contrajo matrimonio con su vecina, Mary Jane Clairmont. 19 Godwin dio a
su hija una educación que la alentó a adherirse a las teorías políticas liberales.20 Asimismo, Mary Godwin leyó
los escritos autobiográficos y los libros de su madre, lo que incrementó la veneración que sentía por su
memoria.18
Si se juzgan a partir de las cartas de Louisa Jones, ama de llaves y enfermera de William Godwin, los primeros
años de Mary fueron felices.21 Sin embargo, las deudas acosaban a Godwin y, sintiendo que no podría criar a
sus hijas solo, comenzó a buscar una segunda esposa.19 En diciembre de 1801, se casó con Mary Jane
Clairmont, una mujer que ya tenía dos hijos: Charles y Claire.nota 1 A la mayoría de los amigos de Godwin le
desagradó su nueva esposa, describiéndola como temperamental y peleadora;22nota 2 pero Godwin fue muy
devoto de ella y el matrimonio fue exitoso.23 Mary Godwin, por su parte, llegó a detestar a su madrastra.24 El
biógrafo del siglo XIX de William Godwin, C. Kegan Paul, más tarde sugirió que la Sra. Godwin había favorecido
a sus propios hijos sobre los de Mary Wollstonecraft.25
Juntos, los Godwin crearon una firma editorial llamada M. J. Godwin, que vendía tanto libros para niños como
artículos de papelería, mapas y juegos. Sin embargo, el negocio no tuvo éxito y Godwin se vio obligado a pedir
prestadas grandes sumas de dinero para mantenerlo.26 Sus deudas fueron creciendo progresivamente,
aumentando también así sus problemas. Para 1809, el negocio de Godwin estuvo a punto de ser cerrado y el
escritor quedó «al borde de la desesperación».27 Godwin logró salvarse de la cárcel por moroso gracias a
filósofos entusiastas tales como Francis Place, quien le prestó dinero para que pagase sus deudas.28
Aunque Mary Godwin recibió una educación muy informal, su padre la instruyó en muy diversas materias. A
menudo enseñaba a sus hijos con métodos educacionales antiguos y ellos tenían acceso a su biblioteca;
además, tenían contacto con el gran número de intelectuales que los visitaban, incluyendo al poeta
romántico Samuel Taylor Coleridge y al antiguo vicepresidente de los Estados Unidos Aaron Burr.29 Godwin
admitió que no estaba educando a sus hijos según la filosofía de Mary Wollstonecraft, filosofía que se vio
expresada en obras tales como Una Vindicación de los Derechos de la Mujer (1792). Mary Godwin, sin
embargo, recibió una educación avanzada para una niña de su época. Tuvo una institutriz y una tutora, y leyó
varios de los libros para niños de su padre sobre historia antigua de Roma y Grecia en su lengua original. 30
Durante seis meses, en 1811, vivió en un internado en Ramsgate.31 Su padre la describió a los quince años
como una chica «singularmente valiente, un tanto imperiosa y de mente abierta. Sus ansias de conocimiento
son enormes, y su perseverancia en todo lo que hace es casi invencible».20
En junio de 1812, su padre envió a Mary a vivir con la familia disidente del radical William Baxter, ubicada cerca
de Dundee, en Escocia.32 Escribió a Baxter: «Estoy ansioso de que ella crezca, como filósofa, o incluso como
escéptica».33 Los historiadores han especulado con que ella fue enviada fuera del país por motivos de salud,
para protegerla del lado sórdido de los negocios, o para introducirla en la política radical. 34 Mary Godwin vivió
en la casa de Baxter en compañía de sus cuatro hijas durante diez meses, tras los cuales regresó al norte, en
el verano de 1813.35 En la introducción de Frankenstein, de 1831, ella escribió: «Imaginé este libro allí. Fue bajo
los árboles que rodean la casa, o en las desiertas laderas de las montañas cercanas, en donde tuvieron lugar
mis primeras ideas genuinas y los primeros vuelos de mi imaginación».36
(Portsmouth, Reino Unido, 1812 - Gad's Hill, id., 1870) Escritor británico. En 1822 su
familia se trasladó de Kent a Londres, y dos años más tarde su padre fue encarcelado
por deudas. El futuro escritor entró a trabajar entonces en una fábrica de calzados, donde
conoció las duras condiciones de vida de las clases más humildes, a cuya denuncia
dedicó gran parte de su obra.
Autodidacta, si se excluyen los dos años y medio que pasó en una escuela privada, consiguió empleo como
pasante de abogado en 1827, pero aspiraba ya a ser dramaturgo y periodista. Aprendió taquigrafía y, poco a
poco, consiguió ganarse la vida con lo que escribía; empezó redactando crónicas de tribunales para acceder,
más tarde, a un puesto de periodista parlamentario y, finalmente, bajo el seudónimo de Boz, publicó una serie
de artículos inspirados en la vida cotidiana de Londres (Esbozos por Boz).
El mismo año, casó con Catherine Hogarth, hija del director del Morning Chronicle, el periódico que difundió,
entre 1836 y 1837, el folletín de Los papeles póstumos del Club Pickwick, y los posteriores Oliver
Twist y Nicholas Nickleby. La publicación por entregas de prácticamente todas sus novelas creó una relación
especial con su público, sobre el cual llegó a ejercer una importante influencia, y en sus novelas se pronunció
de manera más o menos directa sobre los asuntos de su tiempo.
En estos años, evolucionó desde un estilo ligero a la actitud socialmente comprometida de Oliver Twist. Estas
primeras novelas le proporcionaron un enorme éxito popular y le dieron cierto renombre entre las clases altas y
cultas, por lo que fue recibido con grandes honores en Estados Unidos, en 1842; sin embargo, pronto se
desengañó de la sociedad estadounidense, al percibir en ella todos los vicios del Viejo Mundo. Sus críticas,
reflejadas en una serie de artículos y en la novela Martin Chuzzlewit, indignaron en Estados Unidos, y la novela
supuso el fracaso más sonado de su carrera en el Reino Unido. Sin embargo, recuperó el favor de su público
en 1843, con la publicación de Canción de Navidad.
Después de unos viajes a Italia, Suiza y Francia, realizó algunas incursiones en el campo teatral y fundó el Daily
News, periódico que tendría una corta existencia. Su etapa de madurez se inauguró con Dombey e hijo (1848),
novela en la que alcanzó un control casi perfecto de los recursos novelísticos y cuyo argumento planificó hasta
el último detalle, con lo que superó la tendencia a la improvisación de sus primeros títulos, en que daba rienda
suelta a su proverbial inventiva a la hora de crear situaciones y personajes, responsable en ocasiones de la
falta de unidad de la obra.
En 1849 fundó el Houseold Words, semanario en el que, además de difundir textos de autores poco conocidos,
como su amigo Wilkie Collins, publicó La casa desierta y Tiempos difíciles, dos de las obras más logradas de
toda su producción. En las páginas del Houseold Words aparecieron también diversos ensayos, casi siempre
orientados hacia una reforma social.
A pesar de los diez hijos que tuvo en su matrimonio, las crecientes dificultades provocadas por las relaciones
extramatrimoniales de Dickens condujeron finalmente al divorcio en 1858, al parecer a causa de su pasión por
una joven actriz, Ellen Teman, que debió de ser su amante. Dickens hubo de defenderse del escándalo social
realizando una declaración pública en el mismo periódico. En 1858 emprendió un viaje por el Reino Unido e
Irlanda, donde leyó públicamente fragmentos de su obra. Tras adquirir la casa donde había transcurrido su
infancia, Gad's Hill Place, en 1856, pronto la convirtió en su residencia permanente.
La gira que inició en 1867 por Estados Unidos confirmó su notoriedad mundial, y así, fue aplaudido en largas y
agotadoras conferencias, entusiasmó al público con las lecturas de su obra e incluso llegó a ser recibido por la
reina Victoria I de Inglaterrapoco antes de su muerte, acelerada por las secuelas que un accidente de ferrocarril
dejó en su ya quebrantada salud.
(Nueva York, 1819 - id., 1891) Novelista estadounidense. A los once años se trasladó con
su familia a Albany, donde estudió hasta que, dos años después, tras la quiebra de la
empresa familiar, tuvo que ponerse a trabajar. La dificultad para encontrar un empleo
estable le llevó, en 1841, a enrolarse en un ballenero. Fruto de sus experiencias en alta
mar fueron Typee (1846) y Omoo (1847), escritas a su regreso a Estados Unidos en
1844.
En 1847 contrajo matrimonio, y dos años después publicó Mardi. Dado que había sido etiquetado de autor de
novelas de viajes y aventuras, el simbolismo de esta obra desconcertó a crítica y público, que la rechazaron.
También en 1849 apareció Redburn y un año después La guerrera blanca, en la que arremetía ferozmente
contra la rigidez de la marina estadounidense. Con estas obras recuperó el favor del público, pero se advertía
ya la creciente complejidad que iba a caracterizar sus obras posteriores, influidas por el simbolismo de Nathaniel
Hawthorne.
En 1850 publicó Moby Dick, obra también rechazada. Esta novela, considerada una de las grandes obras de la
literatura universal, escondía una gran metáfora del mundo y la naturaleza humana: la incensante búsqueda del
absoluto que siempre se escapa y la coexistencia del bien y del mal en el hombre, y ello tras un argumento
aparentemente simple: la obsesión del capitán Ahab por matar a Moby Dick, la ballena blanca.
Pierre (1852) y Cuentos del mirador (1856), que contiene el relato «Bartleby el escribiente», considerado uno
de los antecedentes de la obra de Kafka, dejaban ver el creciente desprecio del autor por la hipocresía
humana. Israel Potter (1855) y El confidente (1857) fueron las últimas obras que publicó en vida. Olvidado por
todos, su novela Billy Budd no apareció hasta 1924. La obra de Melville se tiene como una de las cimas de la
corriente romántica estadounidense.
FIÓDOR DOSTOYEVSKI (1821 - 1881)
“Dostoyevski es Rusia. Rusia no existe sin Dostoyevski”. Las breves palabras del
escritor Alekséi Rémizov revelan el papel que el autor de “Crimen y Castigo” y “Los
hermanos Karamazov” jugó en la literatura de su país. Pero la influencia de este genio
del existencialismo y del expresionismo también llegó a la literatura universal del siglo
XX. Pronto el interés por la obra de Dostoyevski trascendió el papel y directores
como Richard Brooks o el mismísimo Akira Kurosawa, que realizó una monumental
adaptación de la intensa novela “El idiota”, lo trasladaron a la pantalla.
(Fiódor Mijailovich Dostoievski; Moscú, 1821 - San Petersburgo, 1881) Novelista ruso.
Educado por su padre, un médico de carácter despótico y brutal, encontró protección
y cariño en su madre, que murió prematuramente. Al quedar viudo, el padre se entregó
al alcohol, y envió finalmente a su hijo a la Escuela de Ingenieros de San Petersburgo,
lo que no impidió que el joven Dostoievski se apasionara por la literatura y empezara a desarrollar sus
cualidades de escritor.
Fiódor Dostoievski
A los dieciocho años, la noticia de la muerte de su padre, torturado y asesinado por un grupo de campesinos,
estuvo cerca de hacerle perder la razón. Ese acontecimiento lo marcó como una revelación, ya que sintió ese
crimen como suyo, por haber llegado a desearlo inconscientemente. Al terminar sus estudios, tenía veinte años;
decidió entonces permanecer en San Petersburgo, donde ganó algún dinero realizando traducciones.
La publicación, en 1846, de su novela epistolar Pobres gentes, que estaba avalada por el poeta Nekrásov y por
el crítico literario Belinski, le valió una fama ruidosa y efímera, ya que sus siguientes obras, escritas entre ese
mismo año y 1849, no tuvieron ninguna repercusión, de modo que su autor cayó en un olvido total.
En 1849 fue condenado a muerte por su colaboración con determinados grupos liberales y revolucionarios.
Indultado momentos antes de la hora fijada para su ejecución, estuvo cuatro años en un presidio de Siberia,
experiencia que relataría más adelante en Recuerdos de la casa de los muertos. Ya en libertad, fue incorporado
a un regimiento de tiradores siberianos y contrajo matrimonio con una viuda con pocos recursos, Maria
Dmítrievna Isáieva.
Tras largo tiempo en Tver, recibió autorización para regresar a San Petersburgo, donde no encontró a ninguno
de sus antiguos amigos, ni eco alguno de su fama. La publicación de Recuerdos de la casa de los
muertos (1861) le devolvió la celebridad. Para la redacción de su siguiente obra, Memorias del subsuelo (1864),
también se inspiró en su experiencia siberiana. Soportó la muerte de su mujer y de su hermano como una
fatalidad ineludible. En 1866 publicó El jugador, y la primera obra de la serie de grandes novelas que lo
consagraron definitivamente como uno de los mayores genios de su época, Crimen y castigo.
La presión de sus acreedores lo llevó a abandonar Rusia y a viajar indefinidamente por Europa junto a su nueva
y joven esposa, Ana Grigorievna. Durante uno de esos viajes su esposa dio a luz una niña que moriría pocos
días después, lo cual sumió al escritor en un profundo dolor. A partir de ese momento sucumbió a la tentación
del juego y sufrió frecuentes ataques epilépticos.
Tras nacer su segundo hijo, estableció un elevado ritmo de trabajo que le permitió publicar obras como El
idiota (1868) o Los endemoniados (1870), que le proporcionaron una gran fama y la posibilidad de volver a su
país, en el que fue recibido con entusiasmo. En ese contexto emprendió la redacción de Diario de un escritor,
obra en la que se erige como guía espiritual de Rusia y reivindica un nacionalismo ruso articulado en torno a la
fe ortodoxa y opuesto al decadentismo de Europa occidental, por cuya cultura no dejó, sin embargo, de sentir
una profunda admiración.
En 1880 apareció la que el propio escritor consideró su obra maestra, Los hermanos Karamazov, que condensa
los temas más característicos de su literatura: agudos análisis psicológicos, la relación del hombre con Dios, la
angustia moral del hombre moderno y las aporías de la libertad humana. Máximo representante, según el tópico,
de la «novela de ideas», en sus obras aparecen evidentes rasgos de modernidad, sobre todo en el tratamiento
del detalle y de lo cotidiano, en el tono vívido y real de los diálogos y en el sentido irónico que apunta en
ocasiones junto a la tragedia moral de sus personajes.
(Jules Verne; Nantes, 1828 - Amiens, 1905) Escritor francés considerado el fundador de
la moderna literatura de ciencia ficción. Predijo con gran precisión en sus relatos
fantásticos la aparición de algunos inventos generados por los avances tecnológicos del
siglo XX, como la televisión, los helicópteros, los submarinos o las naves espaciales.
(Liev Nikoláievich Tolstói; Yasnaia Poliana, 1828 - Astapovo, 1910) Escritor y ruso. Hijo
del noble propietario y de la acaudalada princesa María Volkonski, Tolstói viviría
siempre escindido entre esos dos espacios simbólicos que son la gran urbe y el campo,
pues si el primero representaba para él el deleite, el derroche y el lujo de quienes
ambicionaban brillar en sociedad, el segundo, por el que sintió devoción, era el lugar
del laborioso alumbramiento de sus preclaros sueños literarios.
El muchacho quedó precozmente huérfano, porque su madre falleció a los dos años de
haberlo concebido y su padre murió en 1837. Pero el hecho de que después pasara a vivir con dos tías suyas
no influyó en su educación, que estuvo durante todo este tiempo al cuidado de varios preceptores masculinos
no demasiado exigentes con el joven aristócrata.
En 1843 pasó a la Universidad de Kazán, donde se matriculó en la Facultad de Letras, carrera que abandonó
para cursar derecho. Estos cambios, no obstante, hicieron que mejorasen muy poco sus pésimos rendimientos
académicos, y probablemente no hubiera coronado nunca con éxito su instrucción de no haber atendido sus
examinadores al alto rango de su familia.
Además, según cuenta el propio Tolstoi en Adolescencia, a los dieciséis años carecía de toda convicción moral
y religiosa, se entregaba sin remordimiento a la ociosidad, era disoluto, resistía asombrosamente las bebidas
alcohólicas, jugaba a las cartas sin descanso y obtenía con envidiable facilidad los favores de las mujeres.
Regalado por esa existencia de estudiante rico y con completa despreocupación de sus obligaciones, vivió algún
tiempo tanto en la bulliciosa Kazán como en la corrompida y deslumbrante ciudad de San Petersburgo.
Al salir de la universidad, en 1847, escapó de las populosas urbes y se refugió entre los campesinos de su
Yasnaia Poliana natal, sufriendo su conciencia una profunda sacudida ante el espectáculo del dolor y la miseria
de sus siervos. A raíz de esta descorazonadora experiencia, concibió la noble idea de consagrarse al
mejoramiento y enmienda de las opresivas condiciones de los pobres, pero aún no sabía por dónde empezar.
De momento, para dar rienda suelta al vigor desbordante de su espíritu joven, decidió abrazar la carrera militar
e ingresó en el ejército a instancias de su amado hermano Nicolás. Pasó el examen reglamentario en Tiflis y
fue nombrado oficial de artillería.
El enfrentamiento contra las guerrillas tártaras en las fronteras del Cáucaso tuvo para él la doble consecuencia
de descubrirle la propia temeridad y desprecio de la muerte y de darle a conocer un paisaje impresionante que
guardará para siempre en su memoria. Enamorado desde niño de la naturaleza, aquellos monumentales lugares
grabaron en su ánimo una nueva fe panteísta y un indeleble y singular misticismo.
Al estallar la guerra de Crimea en 1853, pidió ser destinado al frente, donde dio muestras de gran arrojo y ganó
cierta reputación por su intrepidez, pero su sensibilidad exacerbada toleró con impaciencia la ineptitud de los
generales y el a menudo baldío heroísmo de los soldados, de modo que pidió su retiro y, tras descansar una
breve temporada en el campo, decidió consagrarse por entero a la tarea de escribir.
Lampiño en su época de estudiante, mostachudo en el ejército y barbado en la década de los sesenta, la
estampa que se hizo más célebre de Tolstoi es la que lo retrata ya anciano, con las luengas y pobladas barbas
blancas reposando en el pecho, el enérgico rostro hendido por una miríada de arrugas y los ojos alucinados.
Pero esta emblemática imagen de patriarca terminó por adoptarla en su excéntrica vejez tras arduas batallas
para reformar la vida social de su patria, empresa ésta jalonada en demasiadas ocasiones por inapelables
derrotas.
Durante algún tiempo viajó por Francia, Alemania, Suiza..., y de allí se trajo las revolucionarias ideas
pedagógicas que le moverían a abrir una escuela para pobres y fundar un periódico sobre temas didácticos al
que puso por nombre Yasnaia Poliana. La enseñanza en su institución era completamente gratuita, los alumnos
podían entrar y salir de clase a su antojo y jamás, por ningún motivo, se procedía al más mínimo castigo. La
escuela estaba ubicada en una casa próxima a la que habitaba Tolstoi y la base de la enseñanza era el Antiguo
Testamento.
Pronto fue imitada por otras, pero su peligrosa novedad, junto a los ataques del escritor contra la censura y a
su reivindicación de la libertad de palabra para todos, incluso para los disidentes políticos, despertó las iras del
gobierno, que a los pocos años mandó cerrarla. Era uno de los primeros reveses de su proyecto reformador y
uno de los primeros encontronazos con las fuerzas vivas de Rusia, aunque no sería el único. Sus discrepancias
con la Iglesia Ortodoxa también se hicieron notorias al negar abiertamente su parafernalia litúrgica, denunciar
la inútil profusión de iconos, los enrarecidos ambientes con olor a incienso y la hipocresía y superficialidad de
los popes.
Además, cargó contra el ejército basándose en el Sermón de la Montaña y recordando que toda forma de
violencia era contraria a las enseñanzas de Jesucristo, con lo que se ganó la enemistad juramentada no sólo
de los militares sino del propio zar. Incluso sus propios siervos, a los que concedió la emancipación tras el
decreto de febrero de 1861, miraron siempre a Tostoi, hombre tan bondadoso como de temperamento tornadizo,
con insuperable suspicacia.
A pesar de ser persona acostumbrada a meditar sobre la muerte, el trágico fallecimiento de su hermano Nicolás,
acaecido el 20 de septiembre de 1860, le produjo una extraordinaria conmoción y, al año siguiente, se estableció
definitivamente en Yasnaia Poliana. Allá trasladará en 1862 a su flamante esposa Sofía Behrs, hija de un médico
de Moscú con quien compartió toda su vida y cuya abnegación y sentido práctico fue el complemento ideal para
un hombre abismado en sus propias fantasías.
Sofía era entonces una inocente muchacha de dieciocho años, deslumbrada por aquel experimentado joven de
treinta y cuatro que tenía a sus espaldas un pasado aventurero y que además, con imprudente sinceridad, quiso
que conociese al detalle sus anteriores locuras y le entregó el diario de su juventud donde daba cuenta de sus
escandalosos desafueros y flirteos. Con todo, aquella doncella (que le daría trece hijos) no titubeó ni un
momento y aceptó enamorada la proposición de unir sus vidas, contrato que, salvando períodos tormentosos,
habría de durar casi medio siglo.
Hijo de Francesco Zola, ingeniero emigrante italiano, y de Émilie Aubert, proveniente de la pequeña burguesía
francesa, pasó su infancia en Aix-en-Provence y estudió en el colegio Bourbon. Fue compañero de Paul
Cézanne, con quien mantuvo una sólida amistad, y tomó contacto con la literatura romántica, especialmente
con la narrativa de Victor Hugo y la poesía de Alfred de Musset, su favorito.
Al morir su padre en 1847, se trasladó a París junto a su madre y continuó sus estudios en el instituto Saint-
Louis. Tras fracasar en su examen de graduación, en 1859 consiguió un empleo administrativo en una oficina
de Aduanas y en 1862 empezó a trabajar para el departamento de publicidad de la editorial Hachette. Se
interesó por la poesía y el teatro, y colaboró para periódicos como Le Figaro, Le Petit Journal y Le Salut Public.
Sus primeros libros publicados fueron un conjunto de relatos titulados Cuentos a Ninon (1864), y una novela
autobiográfica con influencia del romanticismo, La confesión de Claude (1865). Escribió dos obras de teatro que
no fueron representadas, La fea (1865) y Magdalena (1865), y en 1866 fue despedido de Hachette. Comenzó
a trabajar como cronista literario y artístico en el periódico L'Événement, y publicó los trabajos de crítica
pictórica Mis odios (1866) y Mi salón(1866), donde hizo una enérgica defensa de Manet, cuestionado en esa
época por los sectores académicos.
A partir de ese momento se dedicó por completo a escribir, se alejó paulatinamente del romanticismo y sintió
afinidad con el movimiento realista y el positivismo. Aplicó su experiencia periodística en Los misterios de
Marsella (1867), una novela folletinesca, y publicó su primera obra importante, Teresa Raquin (1867), con la
que ganó cierto prestigio en el ambiente literario.
Con la novela Madeleine Férat (1868) fue consolidando su estilo, y la lectura de Introducción a la medicina
experimental, de Claude Bernard, lo inspiró para concebir un conjunto de novelas escritas "con rigor científico",
donde quería relatar la historia natural de varias generaciones de una familia bajo el Segundo Imperio.
Así nació la monumental serie Los Rougon-Macquart, integrada por La fortuna de los Rougon (1871), La
ralea (1871), El vientre de París (1873), La conquista de Plassans (1874), La caída del Abate Mouret (1875), Su
excelencia Eugène Rougon(1876), La taberna (1877), Una página de amor (1878), Naná (1879), Lo que se
gasta (1882), El paraíso de las damas (1883), La alegría de vivir (1884), Germinal(1885), La obra (1886), La
tierra (1887), El sueño (1888), La bestia humana(1890), El dinero (1891), La derrota (1892), y El Doctor
Pascal (1893).
En los treinta y un volúmenes que comprenden las veinte novelas trazó la genealogía de más de doscientos
personajes; el carácter de los distintos miembros de la familia deriva de las tendencias hereditarias y de los
condicionantes del medio social en que viven. Sus textos fueron tan elogiados como criticados; recibió duros
cuestionamientos por parte de escritores católicos como Maurice Barrès, Léon Bloy y Jules Barbey d'Aurevilly,
que veían en el carácter positivista de su obra signos de decadencia, dogmatismo y una "absoluta carencia de
espiritualidad".
Su obra ensayística comprende volúmenes teóricos sobre el naturalismo, como La novela
experimental (1880), El naturalismo en el teatro (1881), Nuestros autores dramáticos (1881), Los novelistas
naturalistas (1881), Documentos literarios(1881), y Una campaña (1882); así como textos de crítica y polémica,
entre los que destacan Viaje de vuelta (1892), Nueva campaña (1897), y fundamentalmente ¡Yo acuso! (1898),
un extenso artículo dirigido al Jefe de Estado francés y publicado originalmente en el periódico L'Aurore, donde
defendió la inocencia del capitán de origen judío Alfred Dreyfus, acusado de alta traición a la patria por los
militares antisemitas.
Entre 1867 y 1877 fue funcionario público en Dublín. En esta misma época, siguiendo la inclinación que sentía
hacia el teatro, posiblemente heredada de su padre, escribió crítica dramática para The Evening Mail, sin recibir
por ello ninguna compensación económica.
En 1878 conoció a su ídolo, el actor inglés Henry Irving. Nació entre ellos una gran amistad y Stoker se convirtió
en representante y secretario del actor. Ocupó en este empleo los veintisiete años siguientes, en los que se
encargó de la correspondencia de Irving, le acompañó en sus múltiples giras y estuvo a su lado en el momento
de su muerte; junto a él dirigió el Lyceum Theatre de Londres. Sus recuerdos darían lugar al libro Recuerdos
personales de Henry Irving (1906).
Bram Stoker escribió numerosas novelas y relatos cortos, entre los que destacan El paso de la
serpiente (1890), El misterio del mar (1902), La joya de las siete estrellas (1904) y La dama de la
mortaja (1909). También se le debe el entretenido libro Impostores famosos, en el que sostiene, entre otras, la
pintoresca teoría de que la reina Isabel I de Inglaterra era un hombre disfrazado.
Pero su obra más célebre es Drácula (1897), novela en la que construyó, a través de diarios y cartas, el retrato
de uno de los personajes más famosos del ideario decadentista de la época, el conde vampiro de Transilvania.
El relato se basa en diversas leyendas previas, aunque Stoker consigue una unidad de efecto e inquietantes
resonancias eróticas y simbólicas, suprimiendo las fronteras sensibles entre vida y muerte a través de un juego
de seducción de gran poder y sugerencia.
La novela fue de los best sellers editoriales a lo largo del siglo XX y una fructífera inspiración para el cine, dando
lugar a un auténtico reguero de películas a partir de la obra maestra del cineasta alemán F. W. Murnau (1922)
y de la protagonizada en 1931 por Bela Lugosi; entre las más recientes, destaca la de Francis Ford
Coppola(1992). De su restante producción cabe citar Bajo el crepúsculo (1882), El hombro de Shasta (1895), La
señorita Betty (1898), El Hombre (1905), La señora Athlyne(1908), La guarida del gusano blanco (1911) y otros
títulos como Muerte entre bastidores, El huésped de Drácula, La casa del juez y Drácula: la cúspide del horror.
LA RELACIÓN DE ARTES VISUALES Y LITERATURA
Invitación de la autora a sumergirse en las temáticas del texto expandido
Jorge Luis Tercero, 11 de abril de 2016
Los territorios de la icotextualidad, la intermedialidad y las poéticas visuales sugieren una extensa geografía
que aún no se agota, no obstante que sus terminologías parecen robadas de alguna película de ciencia ficción
jamás filmada. Por ello, en Ver para leer, libro editado por la Dirección de Literatura, María Andrea Giovine,
doctora en Letras e investigadora de Bibliográficas, reflexiona e invita al lector a sumergirse en las temáticas
de la literatura expandida.
“Siempre me han gustado las palabras, pero también los trazos, las pinceladas, las fotografías, los dibujos.
Cuando vi por primera vez un caligrama, me pareció que la cosa no se podía poner mejor; palabras e
imágenes en un todo integrado. Cuando descubrí la poesía digital, los poemas-tatuaje y la holopoesía supe
que, efectivamente, cada vez se ponía mejor. Las palabras y las imágenes ya no sólo formaban una obra
integrada, sino que además había sonido, movimiento, luz”, escribe Giovine en la presentación del volumen,
que nació de la compilación de diversos textos suyos que habían sido publicados en el Periódico de poesía,
de Literatura UNAM.
El libro es un intento por plantear y esclarecer la relación entre literatura y artes visuales desde distintas
aristas. Por ejemplo, entre los temas que retoma destacan la noción de poesía problematizada y los
experimentos en sus fronteras con las otras artes. “Mi interés se ha dividido entre lo literario y lo visual, y en
esta exploración, cuando me acerqué a las poéticas experimentales, me di cuenta de que era el terreno
perfecto donde se conjugaban todos estos elementos tan importantes”, dijo.
Simposio internacional
Muchos de los ensayos recopilados se vinculan con las actividades y las líneas de investigación que en 2015
pudieron verse en el Simposio Internacional Máquinas de Inminencia: Estéticas de la Literatura Electrónica
organizado por el Laboratorio de Literaturas Extendidas y otras Materialidades, en el que Giovine colabora.
En un análisis minucioso se aborda el tema de lo poético mediante las concepciones de tiempo y espacio; se
presentan textos donde se habla de literaturas dinámicas que operan sobre diversos soportes desde los que
se combinan y transforman.
En este punto, presencias constantes como las diversas vestimentas que adopte el concepto de poesía serán
compañeras y guías del lector que se adentre en estos territorios.
“La poesía visual es una verdadera fusión interartística; no se trata de la literatura que remite a las artes
visuales ni de las artes visuales que se inspiran en la literatura. Es, en toda la extensión de la expresión, una
unión de fuerzas entre las posibilidades de la imagen y la palabra”, comenta la autora en el ensayo De la
palabra en el tiempo a la palabra sin tiempo.
Experimentales
Otro de los factores que llevó a la investigadora a reflexionar estos temas es la falta de bibliografía en el país.
“Por supuesto que en México hemos tenido poéticas experimentales muy importantes, como las de Tablada,
Arellano e incluso el mismo Paz; pero no se trata de una tónica tan consolidada como en otras naciones y eso
también tiene que ver con que la crítica y la investigación todavía están rezagadas, en relación con lugares
donde la noción de vanguardia y experimentalismo son algo más natural”, destacó.
Para la autora de Ver para leer han pasado muchas décadas desde que la palabra se salió de la página,
desde que empezaron los happenings, readymades y demás expresiones. Y a pesar de esto, la necesidad de
explorar las posibilidades retóricas de los materiales, de los soportes, de las acciones, de la palabra dentro (y
fuera) del papel, entre tantas formas, no ha envejecido:
“El sentimiento de la experimentación nunca ha abandonado lo poético. No creo que lo poético se vierta
completamente hacia lo digital porque no debemos perder de vista ese importante regreso a la materialidad.
Más bien la apuesta está en la polifonía, en explorar esa multiplicidad de soportes; allí es donde se decidirá
todo”.
El origen de la música
El estilo musical es el conjunto de características que individualizan las obras de un músico o la tendencia musical de
una época.1 Al modo que se hace con otros campos del arte, la clasificación de las obras y autores por estilos permite
agruparlos y reconocerlos por sus características puramente musicales, tales como el uso de la melodía, la armonía,
la textura, el ritmo, etc. Ejemplos de estilos musicales son la música renacentista, la música romántica, el canto
gregoriano o el jazz.
Existe cierta ambigüedad y confusión entre los términos estilo musical y género musical. En la historiografía académica la
denominación género musical se reserva a la clasificación de las obras musicales por la finalidad a la que están destinadas,
resultando de ello géneros como la música religiosa, la música programática, la música de cine o la ópera. Sin embargo
en música popular y en la industria discográfica los diferentes estilos musicales (tales como por ejemplo el rock, el jazz o
el flamenco) suelen ser denominados "géneros".
Hardcore Música Psicodélica
Alternativo Heavy Metal Punk Rock
Axé Hip Hop/Rap Ranchera
Blues House R&B
Bolero Indie Reggae
Bossa Nova Industrial Reggaeton
Brega Música Infantil Regional
Música Clásica Música Instrumental Rock
Country J-Pop/J-Rock Rock and Roll
Cuarteto Jazz Rockabilly
Cumbia Jovem Guarda Música Romántica
Dance K-Pop/K-Rock Salsa
Disco Mambo Samba
Electrónica Marchas/Himnos Samba Enredo
Emo Mariachi Sertanejo
Fado Merengue Ska
Folk MPB Soft Rock
Forró Música andina Soul
Funk New Age Surf Music
Funk Internacional New Wave Tango
Música Religiosa Pagode Tecnopop
Gótico Pop Trova
Grunge Pop Rock Velha Guarda
Guarânia Post-Rock World Music
Hard rock Power-Pop Zamba
Rock Progresivo Zouk